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Vida Divina
Vida Divina
CONCEPTOS KABBALÍSTICOS
Para comenzar nuestro viaje al mundo de “realmente vivir para siempre”, consideremos
un versículo de Isaías que establece inequívocamente que en un momento futuro “se
tragará a la muerte para siempre”. Lo que los kabbalistas deducen a partir del versículo
anterior es la idea de que la muerte es una consecuencia que evoluciona y emerge de
una fuerza, conocida como el ángel de la muerte, y que esta entidad o fuerza destructiva
perderá su eficacia. La descripción que el Zóhar hace de un hombre cuya vida está
acabando explica bastante sobre el misterio de la muerte, (Zóhar Vayakehel, párrafo 292
en adelante). El Zóhar deja claro que cuando un individuo sufre y muere debido a
alguna dolencia, el problema no yace en la “causa” física de la muerte como un
problema del corazón, el hígado o un riñón. Más bien, una klipá (cáscara negativa), el
instrumento usado por Satán para infligir caos en la humanidad, es responsable del
colapso físico.
El día de hoy con la revelación de los hasta ahora ocultos secretos de la Kabbalah,
estamos más preparados que nunca para ir de frente contra el ataque arroyador y sin
resistencia de Satán, quien ha producido caos, dolor y sufrimiento sin enfrentar ninguna
oposición a su insensible e ininterrumpida marcha en la historia de la humanidad. Sólo
podemos imaginar por qué en el último siglo físicos y otros científicos han reducido
rápidamente la distancia entre la Kabbalah y la ciencia. No hay ninguna razón elaborada
más allá del hecho de que Rav Yehuda Áshlag, fundador del Centro de Kabbalah, con
sus ideas revolucionarias sobre el cosmos y el entorno que conocemos, se convirtieron
en realidad en la primera parte de este siglo. Rav Áshlag infundió el ambiente y la
cosmología física con secretos recién revelados sobre del universo. Muchas de estas
revelaciones ya han sido incorporadas en nuestra vida diaria, y muchas otras están
evolucionando rápidamente en verdades realizables, entre estas están: la realidad de la
inmortalidad y la resurrección de los muertos.
La física puede y será en algún momento una rama de la Kabbalah, y
se revelará el 1% de la realidad física como debió haber sido
originalmente, una falla breve, una interferencia que causa caos e
inconvenientes a los humanos. No obstante, con la rápida revelación
de los secretos de la Kabbalah, el plano físico de caos será eliminado
e, inmediatamente, una cortina desaparecerá y la verdadera naturaleza
del universo se revelará como una naturaleza de orden, estructura y
tranquilidad.
Todavía hay muchos científicos y teólogos que creen que la ciencia y la religión no
pueden coexistir ni estar relacionadas. Sin embargo, desde una perspectiva kabbalística
de la Luz del Creador, nada podría estar más alejado de la verdad. Un sistema de
conocimiento (la Biblia y su decodificación kabbalística) habla del 99% o realidad
infinita del Árbol de la Vida, mientras que la ciencia, necesariamente, está involucrada
con el 1% de la realidad física del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal. La ciencia
explica el síndrome del efecto mientras que la Kabbalah trata la causa eterna y perpetua
de nuestra existencia.
Otro aspecto apremiante que debe ser recordado es que la Kabbalah y la Biblia, cuando
es decodificada por la Kabbalah, tratan sobre las verdades universales de nuestra
existencia y, por eso, existieron desde mucho antes de que se creara el concepto de
religión. La Kabbalah fue revelada por primera vez de manera escrita hace unos cuatro
mil años por Avraham el Patriarca.
En esta Era de Acuario, según el Zóhar, la Kabbalah eliminará las limitaciones y las
dificultades que existen en nuestra sociedad. Tanto hombres como mujeres de todos los
caminos de vida reconocerán y entenderán a la Biblia y la Kabbalah por lo que
realmente son: una explicación del funcionamiento y la composición de nuestro
universo y una guía para que la humanidad evite que el caos, que prevalece mucho, se
convierta en una fuerza destructiva. Este entendimiento incluirá la aceptación de la
realidad de la restauración y la inmortalidad.
Por lo tanto, reflexionemos sobre lo que ya ha sido registrado con relación a los temas
de la inmortalidad y la restauración en particular, y acerca de la idea de mente sobre
materia en general. La muerte es nombrada por primera vez en la Biblia cuando la
Fuerza de Luz le prohíbe a Adán comer del Árbol del Conocimiento. Si Adán hubiese
elegido la realidad del Árbol de la Vida, seguramente no habría muerto. La resurrección
fue una proeza lograda por el Profeta Elishá cuando resucitó al profeta Javakuk. Se nos
dice que todos los sabios del período de los Tanaim (entre el año 10 e.c. y el 220 e.c.)
podían resuscitar a los muertos. En el libro del Profeta Ezequiel, abundan las historias
sobre la resurrección de los muertos. Entonces, ¿por qué nos hemos apartado en estos
últimos 2000 años de las experiencias de restauración o de la realidad de la
inmortalidad?
Lo que más se acerca a la resurrección recientemente son las recuperaciones de algo que
la ciencia médica clasifica como “muertes clínicas”. Este suceso suele ocurrir cuando
los órganos vitales de una persona dejan de funcionar y se confirma que el paciente
tiene muerte cerebral, pérdida total de consciencia. Por razones desconocidas, algunos
de estos pacientes recuperan la consciencia e, impresionantemente, pueden contar con
alto nivel de detalle lo que los médicos y enfermeras hicieron durante el período en el
que estaban en coma, lo que hablaba el personal médico e incluso detalles
insignificantes como la posición que tenían cerca de la cama.
Que el paciente recuerde y cuente sucesos, con amplio detalle, que ocurrieron durante
su muerte se conoce hasta el momento como “experiencia extracorpórea”. Si bien esta
explicación puede describir el proceso en el que el alma ronda el cuerpo y en el que
puede ver lo que sucede a su alrededor, ¿cómo se explica la restauración de la vida en
un cadáver?
Considero que en esta Era de Acuario, la conciencia de la gente ha sido llevada al punto
en el que nuestra imaginación es motivada a alcanzar lo que nuestro corazón desee y a
conseguir lo que tanto busca, es decir, la inmortalidad. La perspectiva kabbalística del
pecado de Adán explica ampliamente los misterios de la muerte y desmiente la larga
lista de historias y mitos en torno al tema de la muerte.
¿Qué ocurrió en el Jardín de Edén, entre las primeras personas en habitar la Tierra? ¿De
qué se trataba la prohibición de comer del Árbol del Conocimiento? Aunque la Fuerza
de Luz decretó que si Adán y Eva comían del Árbol del Conocimiento “morirían”,
siguieron viviendo después de haber probado “el fruto prohibido”. ¿La Fuerza de Luz
cambió de parecer? ¿La serpiente tuvo razón al decirle a Eva que no moriría por comer
la fruta? Cuando Adán fue amonestado por la Fuerza de Luz por haber desobedecido la
prohibición de no comer ese fruto, su respuesta fue culpar a su esposa de su
desobediencia. ¿Debemos asumir que desde el inicio de la humanidad se imprimió en
nuestros genes el común síndrome de transferencia de culpa que nos lleva a culpar a los
demás por nuestros propios errores o infortunios?
La Biblia puede ser comparada con los letreros verdes en las autopistas que son
iluminados por los faros delanteros durante la noche. Si las luces no funcionan, estos
letreros, aunque sean visibles durante el día, no se ven de noche y un conductor cansado
puede terminar perdiendo el camino que debía tomar. La Biblia, sin la iluminación
apropiada de la Kabbalah, será convertida en algo inútil, en un letrero ilegible que no
sirve de nada al viajero poco familiarizado.
A nivel superficial, la Biblia no da la plenitud que todos esperan recibir a través de sus
enseñanzas espirituales. Al contrario, la Biblia está llena de paradojas y contradicciones.
Sin embargo, un momento crucial ocurrió en nuestro siglo.
El Zóhar dice que las diferentes circunstancias que aparentemente causan la muerte,
tales como la insuficiencia cardiaca, el cáncer y otras, sólo son engaños empleados
por Satán para desviar a la humanidad a creer que todos y todo lo demás que está fuera
de ella es responsable de la inevitable muerte que nos afecta a todos. Las causas
infinitas de la muerte sólo existen porque el Ángel de la Muerte penetró en el espacio
del cuerpo humano. El momento en el que Satán señala a alguien o algo es una
sentencia de muerte. Para perpetuar la conciencia de la muerte en la humanidad, nos
aplica horribles y extraños juegos. Hay momentos en los que se aleja para inducirnos a
creer que los antibióticos u otras terapias médicas en realidad han salvado a alguien de
sufrir determinada muerte, para luego regresar en una fecha posterior.
¿Con esto sugiero que cierren todos los hospitales y dejen que la gente muera sin
tratamiento médico? ¿A partir de lo que acabo de decir, debe concluirse que estoy a
favor de acabar con los establecimientos médicos? Nada puede estar más alejado de la
verdad. Mi intención es elevar la conciencia de la la humanidad y que veamos la
realidad de la muerte, la cual llega tarde o temprano, por lo que verdaderamente es: no
es más que una ilusión.
Un buen punto de inicio para entender por qué, desde un punto de
vista kabbalístico, la muerte es considerada ilusoria y, por lo tanto,
eliminable, viene del pasaje: “La muerte será tragada para siempre” en
Isaías 25:8, el cual indica que en algún momento la muerte
desaparecerá.
Con esto dicho, podemos comenzar a ver la tragedia de la muerte como algo que no es
permanente ni eterno. Por consiguiente, como todos los fenómenos ilusorios que nos
rodean, es pasajero, eso significa que nuestra conciencia tiene la capacidad de hacer
regresar sucesos físicos a un estado de orden y beneficencia. Una de las ilusiones más
conocidas es la copa de Rubin. Una manera de ver esta imagen es ver una copa blanca
en un fondo negro. Por otro lado, si vemos el área blanca como el fondo de la imagen y
la negra como la figura, entonces vemos el perfil de dos personas que se están viendo.
Tan extraño como pueda parecer, nadie ve las dos imágenes al mismo tiempo. Si
queremos llevar esta paradoja un poco más allá, nos damos cuenta de que nuestro
problema con la ilusión entre el fondo y la figura es mucho más profundo que
simplemente una limitación de la capacidad de la mente para procesar información
visual. Nos damos cuenta de nuestra falta de control sobre la mente consciente. A pesar
de todos nuestros esfuerzos premeditados y concentrados, solemos perder nuestro
enfoque en un aspecto de la foto y pasamos al otro. En este contexto ahora debemos
comenzar a considerar la idea de la muerte. Desde una perspectiva kabbalística, la
muerte es una ilusión. El Zóhar dice que Moshé y Yaakov el Patriarca, por nombrar
algunos, no murieron según el Zóhar. Esto a pesar de la declaración superficial de la
Biblia que dice que, en efecto, estos personajes sí murieron.
La manera en la que el Zóhar describe su muerte es diciendo que la gente que estaba en
contacto con ellos no podía continuar sintiendo su presencia conscientemente o
escucharlos hablar. Esto, por sí solo, no determina la existencia o inexistencia de la
gente que muere. La nueva era de la física ya ha determinado la existencia de la
“incertidumbre”; este principio puede ser aplicado apropiadamente a la noción de la
muerte.
Ahora, examinemos la idea de la muerte en sí. ¿De dónde vino? ¿Cuándo y dónde
inicio? La Torá dice que Caín asesinó a Abel. Sin embargo, si nunca antes la había
visto, ¿cómo conocía Caín el fenómeno de la muerte? Según la Biblia, nadie había
muerto hasta ese día.
De regreso a Génesis 2:17, cuando la Fuerza de Luz le dijo a Adán que “el día que coma
del Árbol del Conocimiento, morirá”, a través de la misma Biblia sabemos que Adán no
murió cuando comió el fruto. Este hecho contradice aparentemente el anuncio original
de la Fuerza de Luz a Adán. La interpretación de lo que sucedió en realidad es dada por
el Zóhar. A Adán se le dijo que cuando comiera de (se adhiriera a) la conciencia del
Árbol del Conocimiento, la ilusión de que los fallecidos no siguen presentes se
convertiría en una realidad temporal. La conciencia que Satán impuso sobre Adán fue
que el 99% de las personas moría cuando el 1% de su aspecto físico ya no estuviera
presente.
“Ahí está toda la evidencia que necesitamos”. Pero, a pesar de que haya indicadores o
monumentos que gritan que los individuos están muertos, yo, personalmente, no me
dejo sorprender por esas lápidas. Es posible que todo lo que la piedra nos esté
recordando es que no podemos ver o interactuar con la persona que está debajo de ella.
La ciencia médica nos dice que cada célula del cuerpo humano es remplazada
aproximadamente cada siete años… un hecho que pudiera dar a entender que tenemos
una Fuente de la Juventud innata que garantiza que permanezcamos jóvenes por siempre
y libres de enfermedad y muerte física. Pero por alguna razón, esa garantía extendida no
viene con el cuerpo en el que estamos. Como todo en el universo de Murphy, somos
sujetos a la entropía. Pero no tenemos que estarlo.
Sin instrucciones adecuadas, la humanidad está destinada a ser controlada por las
características de un universo caótico y estar sujeta a las leyes de la entropía. La
mayoría de nosotros pasamos nuestra vida yendo y viendo entre el lado bueno y el malo
de la realidad del Árbol del Conocimiento, ya que en un momento agarramos para
nosotros y en otro compartimos con alguien más, y la situación termina por
desgastarnos.
La Kabbalah nos da la metodología con la que podemos estar en la realidad del Árbol de
la Vida para que el deterioro y la desintegración no puedan formar parte integral de
nuestra vida. Si estamos por completo en la realidad del Árbol de la Vida, toda la
materia física, incluyendo la que constituye nuestro cuerpo, nunca se deterioraría y aun
la muerte, un fenómeno que pertenece al Árbol del Conocimiento, nunca podría ocurrir.
No podemos hablar del Árbol del Conocimiento sin recordar a la serpiente que llevó a
Eva al “fruto prohibido” en la historia de Edén. La serpiente de Génesis sigue presente
y, aunque este enemigo implacable de la humanidad no pueda entrar al Árbol de la
Vida, metafóricamente puede entorpecer todo el camino para llegar ahí. Se sienta con
sus audífonos y grabadora en su oscuro sótano cósmico, donde está conectada a todas
las líneas telefónicas del universo, ella sabe antes que cualquiera lo que se dirige a cada
uno de nosotros a través de los canales metafísicos.
En realidad, las únicas personas a las que la muerte puede “matar” son
aquellas que no pueden conectarse con la realidad del Árbol de la
Vida porque han rechazado a la Fuerza de Luz. Lo diré claramente:
quien domina la Kabbalah no necesita morir porque el 99% de lo que
nos compone, la Fuerza de Luz, es eterna.
Veamos un pasaje del Zóhar un poco complicado que habla de una muerte que nunca
ocurrió… la muerte de Yaakov, el tercero y más grande patriarca bíblico. Debido a que
el mensaje del texto es tan importante, aquí se ha citado textualmente, con todo y su
estilo antiguo:
Ven y ve: Yaakov está adherido al Árbol de la Vida, que nunca tiene
muerte alguna en sí, porque todos los vivientes son establecidos y
perfeccionados en este árbol que da vida a todos los que lo abrazan. Por lo
tanto, Yaakov no murió. ¿Y cuándo murió? Esto ocurrió cuando fue escrito:
“…subió sus pies a la cama…” (Génesis 49:33). “La cama” es como dicen
ustedes: “Contemplen, éste es su lecho, el de Shlomó…” (Cantar de los
Cantares 3:7), que es Maljut. Acerca de esta cama, está escrito: “Los pies
de ella bajan a la muerte…” (Proverbios 5:5). Por lo tanto, está escrito: “…
subió sus pies a la cama…”, y entonces: “…y expiró y fue reunido con su
pueblo” (Génesis 49:33). Pero todo el tiempo que estuvo adherido al Árbol
de la Vida, que es Zeir Anpín, él no murió porque la muerte es solamente
del aspecto de Maljut, como se explicó. Entonces el Santísimo, bendito sea
Él, hizo a Yaakov el escogido entre los Patriarcas. Esto es lo que está
escrito: ‘“…Yaakov, a quien Yo he escogido…’” (Isaías 41:8). (Zóhar
Beshalaj, párrafo 97).
Mucho antes de su partida de la realidad física, Yaakov alcanzó la conciencia del Árbol
de la Vida. Caín y Abel no. Pero como su cuerpo permaneció vivo y en operación, era
visto por sus amigos, seguidores y miembros de su familia extendida. Pero sólo hay una
salida de nuestro mundo ilusorio conocido, y es a través de la puerta de la ilusión. Por lo
tanto, cuando Yaakov decidió que no quería seguir en su existencia física, tuvo que
“tocar” el Árbol del Conocimiento, tal y como lo había hecho Adán antes que él —un
acto representado por medio de la metáfora de que había encogido sus pies en la cama
— para detener el latido de su corazón en el cuerpo que ya no le interesaba seguir
habitando. En ese momento, quienes estaban reunidos en su habitación vieron lo que
parecía un cuerpo con vida convertirse en cadáver, entonces enseguida lo enterraron con
gran llanto y lamento.
Para aquellos que se quedaron en la realidad del Árbol del Conocimiento, Yaakov se
desvaneció en la tumba. Para Yaakov, que está en la realidad del Árbol de la Vida,
aquellos que se quedaron en el Árbol del Conocimiento fueron los que al final se
desvanecieron. La muerte no es un esqueleto vestido con una túnica; la muerte es una
puerta a través de la cual pasamos al plano de la verdad. Desafortunadamente,
convencidos de que la muerte es real, la mayoría de nosotros, si se deja desviar, va
directo a “aferrarse a la cama” en un esfuerzo desesperado por “vivir”.
Cuando alguien logra comunión con la Fuerza de Luz de la realidad del Árbol de la
Vida, el caos deja de formar parte de su experiencia humana. Cuando nos conectamos,
tenemos la oportunidad de rechazar la muerte. Un ejemplo contemporáneo de este
fenómeno fue registrado en la Segunda Guerra Mundial. Cuando los nazis ingresaron en
Ucrania, una de sus prácticas demoníacas era desenterrar los restos de las personas
santas conocidas por los milagros que habían hecho más allá de la naturaleza humana.
Para su sorpresa e intriga, los cuerpos, algunos con 200 años de haber estado allí, fueron
encontrados completamente intactos. Atemorizados, inmediatamente restauraron las
tumbas. Este es un claro ejemplo de cómo, cuando una persona está conectada con la
realidad del Árbol de la Vida como lo estaban estos kabbalistas, el plano ilusorio del
Árbol del Conocimiento se convierte en lo que verdaderamente estaba destinado a ser,
un aspecto material sujeto a la interferencia e invasión humana, para ser controlado y
transformado en oposición a su naturaleza básica, la de crear caos en el universo.
Aceptar esta realidad necesitará una completa revisión de la perspectiva de las personas
comunes a propósito del caos y la muerte, pero todo lo que necesitamos para eliminar el
caos de nuestra vida es un cambio de conciencia. En esta época, el amanecer de la Era
de Acuario, nos daremos cuenta a nivel colectivo de que, incluyendo toda la fisicalidad
universal, no existe nada, absolutamente nada, sólo conciencia. En este nivel de
entendimiento, caos, enfermedad, problemas financieros y el resto de la deprimente
letanía de la Ley de Murphy serán vistos por lo que son… manifestaciones ilusorias de
la mente y la conciencia. En resumen, son invenciones de nuestra imaginación y cuando
nos demos cuenta de eso a gran escala, Murphy no tendrá vigencia. En este estado de
conciencia, el universo entero estará preparado para la Fuerza de Luz y su capacidad de
iluminarnos e iluminar los pasillos oscuros de nuestra vida.
No hay nada sorprendente en cuanto a la resurrección de los muertos. Esta realidad tiene
su origen en la existencia ya establecida de un universo ordenado en el que la entropía y
el deterioro no existen. En la realidad del Árbol de la Vida, la entropía y el deterioro no
existen. Lo que sí es verdaderamente sorprendente son los cambios por los que ha
pasado la física desde la fundación del Centro de Kabbalah por Rav Yehuda Áshlag en
el año 1922. Estos cambios comenzaron con la convención más importante en la historia
de la física y la ciencia, la quinta Conferencia Solvay en octubre de 1927, en la que la
Interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica fue diseminada entre los físicos y
se movieron las bases de los pilares conocidos de la física y las maneras típicas en las
que los físicos analizaban el universo fueron completamente derrumbadas: era la ciencia
y la Kabbalah, juntas finalmente.
En el año 1927, Niels Bohr, otro físico, acabó de una vez por todas
con todas las ideas clásicas de objetividad al proclamar que el mundo
físico es una ilusión. El mundo real, dijo, está un paso más allá, en el
que la silla no es una silla hasta que la vemos y decimos lo que es. No
existe, dijo, hasta que aceptamos su existencia. De la noche a la
mañana, la expresión típica: “Si no lo veo, no lo creo” pasó a ser: “Si
no lo creo, no lo veo”.
Antes de considerar cómo y por qué la inmortalidad puede convertirse en una realidad
hoy en día, ahora, recordemos resumidamente los dos aspectos esenciales necesarios
para restablecer este fenómeno. Primero, debemos alcanzar el nivel elevado de
conciencia necesario para llegar al plano de la realidad del Árbol de la Vida. En
segundo lugar, debemos volvernos conscientes de la existencia de Satán/Murphy y sus
tácticas operativas si queremos reconocer el origen de nuestro caos y eliminarlo desde la
raíz. La humanidad ha sido desviada a reconocer y sólo relacionarse con la segunda, o
periférica, línea de ataque.
Precisamente por esta razón la humanidad no ha tenido éxito durante estos últimos
5.757 años en eliminar el dolor y el sufrimiento. Hemos atacado la cortina de humo
de Satán/Murphy todos estos años y, en consecuencia, él ha tenido éxito en evitar todas
las formas de ataque en su modus operandi destructivo. Satán ha tenido el control total
del 4% o 6% de nuestra conciencia racional en estos milenios. Así pues, hemos fallado
en revertir las consecuencias de sus ataques, que usualmente se han presentado bajo la
forma de enfermedad, problemas financieros y agitación social.
No obstante, esta es la Era de Acuario. La humanidad, por primera vez, tiene las
herramientas necesarias para luchar y destruir las principales defensas
de Satán/Murphy, algo necesario para penetrar en esta fuerza metafísica muy real, pero
inidentificada, que se ha empeñado en dejar indefensa y llena de miedo a la humanidad.
No seguiremos siendo presas fáciles que esperan que “si algo puede
salir mal, probablemente saldrá mal”. La humanidad ahora está lista
para un ataque preventivo contra nuestro formidable enemigo y, con
seguridad, en la actualidad seremos testigos del declive del caos y el
desorden en todo el universo.