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PARAGRAFOS DEL ORGANON RESUMEN

VOCACION MÉDICA E IDEAL TERAPAUTICO

§1
La única y elevada misión del medico es la de restituir al enfermo su salud, esto es curar.

§2
La curación ideal es la de restituir la salud de manera rápida, suave y permanente, por el camino
más breve, seguro e inofensivo, en base a principios fácilmente comprensibles.

§3
Si el médico percibe que es lo que debe ser curado en las enfermedades, o sea conocimiento de
la enfermedad y signos, así como el poder curativo de las medicinas (conocimiento de los
medicamentos), su selección adecuada, el modo exacto de prepararla, la dosis correcta, el
periodo más apropiado para repetirse, y el sabe adaptar el poder curativo de los mismos hacia lo
que realmente enfermo ha descubierto en el paciente, la recuperación debe ser el resultado. Si
además es conocedor de los obstáculos que se presentan en cada recuperación y como quitarlos
a fin de que la recuperación pueda ser permanente, tal medico con su juicio y razón es un
verdadero facultativo del arte de curar.

§4
Es también un guardián de la salud retirando todo lo que la deteriora y ocasiona enfermedad y
sabe como eliminarlo de las personas aún sanas.

ETIOLOGIA
§5
Para el medico, tanto los probables detalles particulares de la causa que predispuso a la
enfermedad aguda, así como los puntos más importantes que predispusieron la enfermedad
crónica son útiles para identificar su causa que generalmente se deben a un miasma crónico. Es
importante tomar en cuenta en el paciente la edad, constitución sus antecedentes personales no
patológicos, sus relaciones sociales y sexuales. (Historia clínica).

SEMIOLOGIA
§6
El médico observador agudo toma en cuenta sin prejuicios, mediante su facultad de penetración
ejercida al máximo (Interrogatorio y exploración física) de los cambios de la salud del cuerpo y de
la mente ( signos y síntomas) continuando con la historia y evolución de las síntomas referidos por
el paciente, los de su entorno y los observados por el mismo. Todos estos signos y síntomas en
conjunto representan en toda su extensión a la enfermedad.

TOTALIDAD DE LOS SINTOMAS


§7
Cuando el cuadro clínico no sea característico y/o evidente (patognomónico, agudo o de causas
claras), y sintomatología sea abigarrada solo nos queda poner meticulosa atención a los signos y
síntomas manifiestos para así encontrar un cuadro clínico que nos permita seleccionar el remedio
adecuado para sanar y no solos calmar los síntomas.

1
§8
No es concebible como la experiencia lo marca que se diga que existe vestigio de enfermedad
latente o interna cuando han sido eliminados la totalidad de los signos y síntomas de la
enfermedad y se ha restablecido la energía vital.

PRINCIPIO VITAL
§9
Al hombre lo que lo mantiene vivo y sano es la fuerza vital espiritual (“dynamis”) de tal modo que
podemos usar esta misma fuerza para sanar.

§ 10
El cuerpo físico es incapaz de vivir, defenderse y realizar todas sus funciones sin la fuerza vital
(invisible); misma que se encuentra en la salud y en la enfermedad.

ENERGIA VITAL Y ENFERMEDAD


§ 11
Al manifestarse la enfermedad es que su energía vital a sido perturbada y desequilibrada por un
agente hostil a la vida, presentándose los signos y síntomas que todos buen medico debe ver.

§ 12
Es solamente la elegía vital afectada la que produce los signos y síntomas revelando en su
totalidad la enfermedad, así como la desaparición de los mismos por el tratamiento, los cuales
difieren de los signos de salud y así la recuperación de la misma.

§ 13
Es una absurdidad concebir que una indicación quirúrgica no es toda una enfermedad con
alteración de la energía vital manifestada en este punto.

§ 14
Cuando el hombre esta sano se encuentra en perfecta armonía, y si se manifiestan signos y
síntomas de enfermedad no deben escapar a medico observador que esta en sintonía con el
universo.

§ 15
La Energía vital similar al espíritu ha sido perturbada, y entonces todos los signos y síntomas
manifiestos son característicos (patognomónicos) del cuadro clínico. Por lo tanto el cuerpo vital y
el cuerpo físico son uno y los dos viven en sinergia. Aunque se tengan que separar para fines de
fácil comprensión.

§ 16
Las emociones, el entorno y los malos hábitos físicos y mentales afectan el espíritu y por ende la
energía vital en forma dinámica, por lo tanto pueden ser eliminados por un medicamento que
actúe en forma reciproca sobre la fuerza vital.

CURACION
§ 17
La curación es se logra cuando se ha eliminando la causa que deteriora la fuera vital así también
el cambio interno mórbido, esto se manifiesta con la eliminación de todos los síntomas, siendo
esta la única misión del medico.

2
§ 18
Si no podemos descubrir la causa de la enfermedad no es importante, pero la suma de todos los
signos y síntomas característicos en cada caso serán la única clave para la selección correcta del
remedio.

FARMACOTERAPIA
§ 19
Le enfermedad no seria corregida si un medicamento no provocara los mismos síntomas, de aquí
se deduce que las medicinas curan porque son capaces de alterar el estado de salud en la forma
similar.

§ 20
El poder oculto de cada medicina de alterar el estado de salud no puede ser comprendido solo
por la razón, sino mediante la experimentación de los fenómenos que alteran el estado de salud.

§ 21
El poder curativo de las medicinas solo es demostrado por el mismo poder de generación de
enfermedades similares esto es lo más importante para basarnos en su elección

LOS 3 METODOS TERAPÉUTICOS


§ 22
.Dado que no hay cosa que se extraiga del cuerpo que haga reaparecer la salud, sino la
involución de los síntomas por medio de una sustancia similar que solos se convierte en remedio
cuando provoca los mismos síntomas de la enfermedad.

§ 23
La experiencia pura nos demuestra que cuando los signos de enfermedad han sido eliminados
por medicina opuesta (antipático, anatiopatico, o paliativo), reaparecen luego con mayor
intensidad y manifestaciones agravadas.

HOMEOPATIA
§ 24
En consecuencia no queda otro método que el Homeopático, por utilizar sustancias que son
capaces de producir en forma similar el cuadro clínico de la enfermedad.

§ 25
La experimentaron pura y cuidadosa nos enseña que la medicina que ha demostrado producir los
síntomas similares a la enfermedad es la que es capaz de curar. Y que todas las que cumplen con
este renglón son las efectivas.

LEY DE LOS SEMEJANTES


§ 26
Una afección dinámica en el organismo vivo será extinguida definitivamente por otra si ésta es
más fuerte que la anterior y si (aunque defieran en su índole) la segunda es, en sus
manifestaciones, muy similar a la primera. (LEY DE LA SEMEJANZA).

§ 27
El poder curativo de las medicinas depende de los síntomas que sean similares a la enfermedad
pero superiores a ella en fuerza y así eliminar la talidad de los síntomas, curar.

3
§ 28
Dado que la ley natural de la curación se manifiesta en todo experimento verdadero, poco importa
tratar de explicar científicamente como ocurre la curación.

§ 29
Dado que la enfermedad solo consiste en una alteración dinámica de la energía vital, así toda
cura Homeopática rescata a esta administrando una potencia medicinal, seleccionada
exactamente de acuerdo a la similitud de los síntomas de la enfermedad, tomando en cuenta que
los síntomas del medicamento son más fuertes que la enfermedad generando salud.

§ 30
La salud se afecta más intensamente por las medicinas que por los estímulos mórbidos naturales,
por lo tanto las enfermedades resultan vencidas por las medicinas adecuadas.

§ 31
Las fuerzas psíquicas y físicas (agentes mórbidos) a las que está expuesto en cuerpo no tiene el
poder de perturbarlo a manos que este se encuentre susceptible y de esto se concluye que por
esto no todos se enferman.

POTENCIA MEDICAMENTOSA
§ 32
Es muy diferente la enfermedad provocada por medicinas (si la dosis es suficiente) produciendo
en el organismo síntomas muy peculiares, de modo que este puede ser afectado por una
enfermedad medicamentosa, como si fuese inoculada.

§ 33
Los medicamentos tienen un poder muy superior y absoluto de perturbar la salud del hombre,
mientras que los agentes morfidicos nocivos e infecciosos para alterarla se encuentran muy
condicionados.

§ 34
Para que las medicinas puedan curar es requisito fundamental que sean capaces de de producir
en el cuerpo humano una enfermedad artificial tan similar cuanto sea posible a la enfermedad que
intentan curar y que su poder sea algo superior. Se concluye que ni una enfermedad disímil
entrada en forma natural puede curar a otra preexistente por fuerte que sea ni por un
medicamento que no sea similar.

ENFERMEDADES DESEMEJANTES
§ 35
Así la naturaleza misma es incapaz de eliminar a una enfermedad disímil ya presente con otra
que no sea homeopática, aún siendo esta más fuerte, en esta misma forma es ineficaz tratar con
un medicamento no homeopático aunque sea este más fuerte.

§36
Si dos enfermedades disímiles que convergen en un ser humano fuesen de fuerza igual o más
aún si la más antigua fuese las más fuerte, la nueva enfermedad será repelida por la anterior, que
no permitirá que aquella afecte el organismo.

4
§ 37
Una enfermedad crónica bajo tratamiento medico común, permanece invariable y sin cura, es
decir, con medicinas incapaces de producir en individuos sanos un estado de salud similar a la
enfermedad.

§ 38
En el caso que la nueva enfermedad disímil sea la más fuerte, la enfermedad preexistente es más
débil será mantenida en segundo plano y suspendida por el acceso de la más fuerte hasta que
esta ultima haya recorrido su curso o haya sido curada, en cuyo caso la antigua enfermedad
aparece no curada. Esto ocurre salvo en el caso de una complique a la otra lo que no es frecuente
en las agudas.

§ 39
Un tratamiento alopático agresivo en una enfermedad crónica solo crea una enfermedad artificial
disímil a la primera, solo suprimiéndola y/o la retrayéndola, que invariablemente a pesar del
tratamiento retornará, cuando las fuerzas del paciente ya no toleren la agresión medicamentosa.

§ 40
La nueva enfermedad luego de haber actuado mucho tiempo en el organismo, finalmente se une
a la antigua que es disímil respecto de ella y con ella forma una enfermedad compleja de modo
que cada una ocupe una localización particular en el organismo, vale decir que cada una afectará
a los órganos que mejor se le adapten como si ocupara el lugar que le perteneciera, en tanto que
cede el resto a la otra enfermedad que le es desemejante.

§ 41
Mucho más frecuente que la asociación de dos enfermedades naturales complicándose
recíprocamente son las complicaciones mórbidas que el tratamiento alopático puede producir
debido al uso de drogas inconvenientes. Por lo tanto el paciente sufre una enfermedad doble en
vez de una simple y en condiciones más difíciles de curar, con frecuencia incurable.

§ 42
La naturaleza permite en algunos casos la ocurrencia simultánea de dos y hasta tres
enfermedades naturales en el mismo cuerpo y ninguna de ellas puede curar o aniquilar a la otra,
sino que las dos o tres coexisten en el mismo organismo y cada una toma posesión de las partes
y sistemas que le son particularmente apropiados.

ENFERMEDADES SEMEJANTES
§ 43
Totalmente diferente es cuando dos enfermedades similares convergen en un organismo y una es
más fuerte curando esta a la primera. Así recibimos la lección de cómo debe proceder el hombre
para curar las enfermedades.

§ 44
Tratándose de dos enfermedades similares, ninguna tiene capacidad de repeler o suspender a la
otra por lo tanto es imposible que dos enfermedades similares coexistan en el mismo organismo
formando una enfermedad doble y compleja.

§ 45

5
La enfermedad más fuerte aniquila, literalmente, a la más débil y esto por la simple razón de que
el poder morbífico más fuerte cuando ha invadido el sistema y en virtud de su similitud de acción,
involucra precisamente a las mismas partes del organismo que estaban afectadas previamente
por la irritación mórbida que resultó más débil la cual, consiguientemente no puede accionar sobre
esas mismas partes y queda extinguida. A partir de este instante el principio vital será afectado
solamente por la nueva potencia morbífica, similar y más fuerte, y solo en tanto esta dure.

§ 46
Podrían aportarse muchos ejemplos de enfermedades que en el accionar de la naturaleza, han
sido curadas homeopáticamente por otras enfermedades que presentaban síntomas similares,
como ejemplo la vacuna de la viruela ha curado erupciones cutáneas análogas infantiles, a
menudo penosas y antiguas de manera perfecta y permanente, homeopáticamente, debido a la
similitud de tal miasma accesorio.

§ 47
Nada podría aleccionar a los médicos de un modo tan sencillo y convincente como los hechos
citados respecto a que clase de agente morbífico artificial (medicina) deberían elegir fin de
manera de curar de manera segura, rápida y permanente, en conformidad con los procesos que
ocurren con la naturaleza.

§ 48
Puede concluirse que de ningún modo puede una afección o una dolencia existente ser eliminada
por un agente morbífico disímil, por fuerte que este sea, sino por alguna otra enfermedad que se
le asemeje en sus síntomas y que sea algo más fuerte. Como así lo marca la naturaleza.

§49
Si los observadores hubieran prestado más atención a las observaciones de esta índole, se
darían cuenta que su cantidad es mucho mayor, pese a que la naturaleza no ha sido muy prodiga
en enfermedades homeopáticas útiles.

§50
El que curemos con las mismas enfermedades resulta azaroso y peligroso aunque sean similares,
por ello es inseguro y la curación por medio de ellas se logra con riesgo y mucha dificultad, pues
estos poderes morbíficos no pueden ser disminuidos de acuerdo a las circunstancias, lo que si es
posible hacer mediante la dosis de una medicina, por eso es incontrovertible lo que nos muestra
la naturaleza con su grandiosa ley que se expresa. ¡Curad mediante la similitud de los síntomas!

VENTAJAS MEDICAMENTOSAS
§ 51
Así cuantos millares más de medicinas naturales tiene el hombre a su disposición distribuidas por
todo el universo. En ellas encuentra los productores de enfermedades sean todas las variedades
posibles de acción, para todas las innumerables enfermedades naturales concebibles y aun para
las no concebibles con las cuales puede suministrar ayuda homeopática. Agentes que el medico
puede atenuar, subdividir y potensializar hasta el grado casi infinito y cuyas dosis el puede
disminuir hasta tal grado que apenas son mas fuertes que la enfermedad natural, siendo la
curación rápida suave y permanente.

LOS MÉTODOS TERAPÉUTICOS MEDICAMENTOSOS


§ 52
Hay dos métodos principales de tratar el homeopático basado en las leyes naturales, con
experimentación cuidadosa y el alopático que no es así. Ambos se oponen recíprocamente y

6
quien desconozca esto puede alimentar la ilusión de que se reconcilien y pueden ser practicados
alternativamente a gusto del enfermo y esto debe ser calificado como traición a la homeopatía.
§ 53
Las verdaderas curaciones se realizan solo con el método homeopático que descansa sobre la ley
eterna e infalible de la naturaleza. Por esto es el único y correcto modo de curar.

METODO ALOPÁTICO
§ 54
El método alopático se ha basado en clasificar en sistemas difiriendo cada uno del que lo había
precedido, todo esto suponiendo que encontrarían cual es la materia nociva que deba ser
desalojada del organismo para lograr la salud. Todo esto basado en vanas especulaciones sin
haber interrogado honestamente a la naturaleza ni haber escuchado sin prejuicios la voz de la
experiencia. Así adjudicaron nombres a sus sistemas y cuadro imaginarios de la enfermedad y los
clasificaron de modo diferente de ello resultaron los numerosos textos de Materia Medica.

§ 55
Ya haría mucho tiempo que estos médicos alópatas hubieran sido dejados de lado de no haber
sido el alivio que suelen proporcionar sus agentes paliativos descubiertos empíricamente, cuya
acción efímera impresiona los pacientes y, a si mantener su crédito.

§ 56
Los métodos alopáticos solos proporcionan mejorías efímeras en las enfermedades agudas y
agravan les enfermedades crónicas solo motivando mayor sufrimiento y engañando en el
tratamiento de estas.

§ 57
El método alopático solo trata un síntoma penoso ignorando todos los demás de la enfermedad
siendo esto solo paliación; teniendo como ejemplos para el sueño el opio, purgantes en el
estreñimiento, tratar quemaduras con agua fría, en escalofríos los baños calientes etc. Por lo que
tiene un poco arsenal lógico este tipo de medicina.

§ 58
La medicina alopática es deficiente y unilateral ya que solo trata un síntoma, siendo solo esto una
pequeña parte del todo; por lo que no mejora toda la enfermedad, manifestándose esto en el
tratamiento de las enfermedades crónicas en las que solo hay mejoría transitoria suscitándose la
agravación posterior y diciendo que se trata de una enfermedad nueva.

§ 59
Jamás se ha tratado a síntomas importantes de enfermedades persistentes mediante remedios
antagónicos paliativos sin que se presente en pocas horas una recaída y un estado de agravación
evidente, al sobrevenir la acción secundaria de los remedios antagónicos que la vieja escuela no
entiende y que la experiencia nos enseña.

§ 60
Al presentarse la acción secundaria del medicamento antipático el medico da dosis mayores ante
cada agravación, logrando con esto solo suprimir transitoriamente y motivándolo a aumentar cada
vez las dosis logrando una enfermedad más seria y jamás curar una enfermedad prologada.

EFECTOS PRIMITIVOS Y SECUNDARIOS


§ 61

7
De reflexionar los médicos sobre los malos resultados de los medicamentos antagónicos, habrían
descubierto que la verdad está en dar lo opuesto al tratamiento antipático o sea el Homeopático
que se da en base a la similitud e los síntomas efectúa curas perfectas y permanentes, siempre
que sean administrados en base a las dosis más diminutas, todo lo contrario de las alopáticas.
Pero los ejemplos de la naturaleza en curaciones similares no han bastado en siglos para
enseñarles la verdad en el conocimiento que conduce al alivio del enfermo

§ 62
La explicación que daré a seguir demuestra porque los malos resultados y paliativos del
tratamiento alopático son contrarios a la homeopatía ya que las observaciones evidentes que yo
hiciera son infinitamente importantes en el arte de curar.

§ 63
LA ACCIÓN PRIMARIA: es el efecto de todo medicamento sobre la vitalidad provocando cierta
alteración de la salud durante un periodo más o menos extenso. LA ACCIÓN SECUNDARIA O
REACTIVA: es la oposición automática de nuestra propia energía al efecto del medicamento.

§ 64
A la acción primaria del medicamento el cuerpo al principio se mantiene receptivo y por así
decirlo a tolerar el poder de la misma al alterar el estado de salud irguiéndose para desarrollar :
a) LA RESPUESTA CORPORAL (acción secundaria) (directamente proporcional) se da en un
grado de intensidad proporcional a la del medicamento (acción primaria) y proporcional a su
propia energía.
b) LA RESPUESTA CORPORAL (acción secundaria) intenta neutralizar al MEDICAMENTO
(acción primaria) para sustituirlo por un estado normal propio (acción curativa).

§ 65
Todos conocemos ejemplos de a)
Siempre ocurre de manera parecida: luego de la acción (primaria) de una medicina que,
administrada en grandes dosis, produce un cambio considerable en el estado de salud, se
producirá su exacto opuesto por obra de la fuerza vital en (acción secundaria) en el organismo, tal
estado existe en realidad.

§ 66
Es fácilmente concebible que la respuesta corporal (acción secundaria) no manifestara ninguna
reacción antagonista para restituir la normalidad si ella es consecuencia de agentes que enfermen
administrados en dosis (diminutas) homeopáticas.

§ 67
Estas verdades incontrovertibles que se muestran ante nuestra percepción en la naturaleza y en
la experimentación nos muestran lo benéfico del tratamiento homeopático y simultáneamente
demuestran lo inconveniente del tratamiento antipático.

§ 68
En las curaciones homeopáticas la experiencia nos enseña que las medicinas administradas una
vez extinguida la enfermedad natural en el organismo, solo queda cierta cantidad de enfermedad
medicinal que, dada la aparente exigüidad de la dosis es tan leve que desaparece y así la fuera
vital no tiene que emplear más reacción.

§ 69

8
En el método antipático paliativo ocurre precisamente lo inverso; cuando se tata solamente el
síntoma la respuesta del organismo será de un aumento posterior en proporción a la magnitud de
la dosis en el síntoma suprimido momentáneamente por el fármaco contrario aunque actué en el
mismo punto que el homeopático, por que no influye en la fuerza vital restituyendo la salud.

TERAPEUTICA GENERAL
§ 70
De cuanto se ha aducido debe inferirse lo siguiente:
Que los signos y síntomas de le enfermedad que el medico ha descubierto son el medio por el
cual el cuerpo reclama ser curado y de existir otra enfermedad oculta que no se manifieste es
puro desvarío.
Que los desarreglos de la salud solo pueden ser revertidos por medio de una revolución
provocada por medicinas que pueden alterar el estado de salud del hombre en forma similar.
Que de conformidad con todas las experiencias, una enfermedad natural jamás puede ser curada
mediante medicinas que tengan el poder de producir en el hombre sano un estado mórbido
disímil. Ni la naturaleza lo hace con enfermedades disímiles.
Que las experiencias prueban que las medicinas que provocan un efecto antagónico solo aportan
un alivio pasajero seguido de una agravación y que si se trata de una crónica es absolutamente
ineficaz.

LOS TRES DEBERES DEL MEDICO


§ 71
Ya no cabe más duda de que las enfermedades se manifiestan por signos y síntomas
determinados y que pueden ser aniquiladas mediante medicinas que produzcan síntomas
similares, deduciéndose que el ejercicio de curar se comprende en tres puntos.
I.- ¿Cómo puede el medico determinar cuanto le es preciso conocer respecto de las
enfermedades a fin de llegar a ser capaz de curarlas?
II.-¿Cómo puede el médico llegar a conocer los poderes patógenos de las medicinas, dado que
ellas son los medios idóneos para curar las enfermedades?
III.-¿Cuál es el método más apropiado para emplear las medicinas a fin de obtener la curación de
las enfermedades naturales.

CLASIFICACION DE LAS ENFERMEDADES Y MANIFESTACIONES AGUDAS


§ 72
En el primer punto se aclara que las enfermedades que el hombre padece son: Las AGUDAS
aquellas que cursan con brevedad y un lapso moderado y las CRÓNICAS que gradualmente
comienzan en forma insidiosa y van minando la fuerza vital paulatinamente hasta destruir el
organismo. Son provocadas por infección dinámica de un miasma crónico.

§ 73
En el grupo de las enfermedades agudas debe inclinarse estas, que atacan a los seres humanos
individualmente, siendo causas excitatrices las influencias nocivas, tales como los excesos en las
comidas un estilo de vida disipada las tensiones de entorno y las emocionales. También otros
agentes nocivos con relación al clima o telúricas que son explosiones pasajeras de la Psora
latente y retornarán espontáneamente. Estarán vinculadas las enfermedades epidémicas y que
concluyen con una periodicidad de recuperación o con la muerte. También las fiebres y
enfermedades epidémicas que acompañan al hambre y la guerra etc.

ENFERMEDADES CRÓNICAS Y ALOPATÍA


§ 74

9
Entre las enfermedades crónicas es preciso reconocer, todavía y lamentablemente, las
producidas durante el tratamiento alopático debido a las altas dosis y continuas de los
medicamentos altamente tóxicos, mediante los cuales la energía vital llega a ser deprimida hasta
limites inmisericordes que de no llegar al fallecimiento, producirá en el organismo una revolución
que origina destrucción total o parcial de ciertas partes, desarrollando alteraciones defectuosas
baldando al cuerpo interna o externamente en forma prologada y/o permanente.

§ 75
Estas depredaciones llevadas por la práctica alopática, son las más incurables cuando su avance
a sido considerable.

§ 76
Con respecto a las enfermedades naturales la magnifica Deidad ha concedido a la homeopatía el
medio idóneo para mitigarlas. Ante las agresiones alopáticas el cuerpo se defiende por medio de
su fuerza vital, dando apropiada ayuda para la erradicación de un miasma crónico que pueda
estar asechando en el trasfondo, siempre que el enfermo no se haya debilitado con tales
agresiones. Por lo tanto no habrá arte que puede restituir tal agresión alopática.

ENFERMEDADES CRÓNICAS APARENTES:


§ 77
No es apropiado denominar Crónicas a esas enfermedades atribuibles a influencias nocivas
evitables como lo excesos las disipaciones y los malos hábitos, los lugares insalubres para vivir y
la falta de ejercicio y hábitos físicos y mentales insalubres. Estas desaparecerán
espontáneamente y se revierten con solo mejorar el modo de vivir siempre y cuando no exista un
miasma crónico latente.

ENFERMEDADES CRÓNICAS REALES:


§ 78
Las verdaderas enfermedades cónicas naturales son aquellas que surgen de un miasma crónico
que cuando se les abandona a sí mismas y no son combatidas por el empleo de esos remedios
que les son específicos, van siempre en aumento y empeoran a pesar del mejor régimen mental y
corporal y atormentan al paciente hasta el final de su existencia. Son las mas numerosas y los
peores azotes de le especie humana que ni la constituciones y energías más robustas pueden ser
suficientes para su erradicación.

§ 79
SYCOSIS Y SIFILIS: Hasta el presente solo la sífilis ha sido considerada como una enfermedad
crónica miasmática que se extinguía solamente al terminar la vida. La Psicosis enfermedad
condilomatosa igualmente imposible de erradicar por la fuerza vital sin un tratamiento medico
adecuado, no ha sido reconocida como enfermedad miasmática peculiar. Los médicos creían
haberla curado solo destruyendo las excrecencias cutáneas.

PSORA
§ 80
Incalculablemente mayor y más importante que los dos miasmas crónicos mencionados es la
PSORA que, a diferencia de los otros dos que revelan su discrasia especifica interna (chancro y
excrecencias) este solo se revela ya que ha completado la infección interna de todo el organismo,
lo que expresa por una erupción cutánea peculiar que a veces consiste solamente en unas pocas
vesículas acompañadas de cosquilleo voluptuoso y comezón intolerable y un olor sui géneris. Tal
es el monstruoso miasma crónico de la Psora, causa fundamental y única productora de todas las
enfermedades.

10
§ 81
El hecho de que este agente infeccioso tan antiguo haya pasado gradualmente, durante cientos
de generaciones, por muchos organismos humanos y haya así alcanzado un desarrollo increíble
hace, en algún modo comprensible que ahora despliegue todas esas innumerables formas
morbosas en la gran familia de la humanidad y particularmente cuando consideramos que el gran
numero de circunstancias han contribuido a la producción de esta gran variedad de enfermedades
crónicas, como defectos, lesiones, desarreglos, y sufrimientos que hasta ahora han sido tratados
en los tratados de patología bajo nombres independientes como si se tratara de enfermedades de
carácter independiente.

§ 82
Para determinarla prescripción en cada caso de enfermedad crónica (psórica) que se espera el
medico homeópata cure es tan ineludible hoy el deber de captar cuidadosamente los signos y
síntomas y características indubitables, pues ninguna curación autentica de cualesquiera casos
de enfermedad puede tener lugar sin un tratamiento estrictamente
particularizado( individualización); así pues casi todo resulta evidente por si mismo, cuando se
enfrenta a una enfermedad crónica que ha estado evolucionando gradualmente durante años,
cuyos síntomas son mucho más difíciles de precisar.

§ 83
Este examen, que permitirá individualizar cada caso de la enfermedad, requiere del médico estar
libre de prejuicios y juzgar cabalmente, observar atentamente y, trazar el cuadro de la
enfermedad, ser fiel a lo real.

ANAMNESIS
§ 84
En la Historia Clínica el medico ve, oye y discierne lo que tenga carácter de extraño o de
desusado de cuento le rodea. Toma nota con exactitud de todo lo que el paciente y quienes le
rodean han referido, con las mismas expresiones que ellos han usado. Manteniéndose en
silencio, les permite decir todo cuanto tengan que referir y procura no interrumpirles, solo que
divaguen. Debe advertirles que hable pausadamente para el poder anotar todo.

§ 85
Es conveniente que se anote en cada línea la circunstancia mencionada, de modo que los
síntomas puedan ser ordenados separadamente e ir agregando los datos más explícitos.

INTERROGATORIO
§ 86
Cuando se haya concluido la tribuna libre el medico debe retroceder e interrogar más a fondo en
cada síntoma en particular de la manera siguiente: Haciendo una semiología detallada y profunda
de los síntomas referidos, con sitio, tipo, ritmo y periodicidad en las palabras más sencillas
posibles.

§ 87
Y de este modo el medico va obteniendo información más precisa respecto de cada detalle en
particular, pero cuidado de no elaborar sus preguntas de modo de sugerir al paciente la
respuesta, ya que esto conlleva a la obtención de datos erróneos y no verdaderos, resultando un
cuadro falso de la enfermedad y por ende un tratamiento inadecuado.

11
§ 88
Si en la tribuna libre y la anamnesis no hay datos suficientes, el medico esta en libertad y tiene la
obligación de dirigir el interrogatorio sobre tal o cual síntoma a fin de que su informante se sienta
obligado a entrar en detalles especiales.

§ 89
Cuando el paciente haya suministrado la información requerida y trazado un cuadro
razonablemente completo de la enfermedad, el medico esta en libertad y esta obligado, cuando le
parezca que no ha logrado toda la información que nenecita, de preguntar con más precisión y de
formular preguntas más detalladas.

OBSERVACIONES DEL MÉDICO


§ 90
Cuado el medico haya terminado de asentar todos estos detalles anotara lo que él ha observado
en el paciente y procurara determinar qué es lo que podría ser ya peculiar del paciente cuando
estaba en buena salud.

§ 91
Durante tratamiento o poco antes de este, los síntomas no serán el cuadro fiel de le enfermedad
por esto debe suspenderse por algunos días y/o substituirlo por un placebo y esperar que se
manifieste la enfermedad en su forma original, sobre todo si es de carácter crónico, así quitar la
contaminación y formarse un cuadro cabal de la enfermedad.

§ 92
CASOS URGENTES: Pero si la enfermedad fuera de curso rápido y su gravedad no admitiera
demoras, el medico se verá obligado a observar la condición mórbida, por alterada que esté por
otros medicamentos nocivos, siendo esta una asociación de le enfermedad medicamentosa y la
natural, el medico será capaz de combatirla con un remedio homeopático adecuado, de modo
que el paciente no resulte sacrificado a causa de las drogas nocivas que le han administrado.

SÍNTOMAS ETIOLÓGICOS
§ 93
El paciente y sus allegados deben decir espontáneamente o con interrogatorio dirigido las
circunstancias en que se ha manifestado la enfermedad si ha ocurrido hace poco o es de largo
tiempo (crónica).

§ 94
Cuando se inquiera acerca de las enfermedades crónicas, el paciente debe referir todos los
antecedentes personales no patológicos y debe ser considerado y analizado para determinar que
puede haber en ello que tienda a producir o a mantener la enfermedad, de modo que por su
eliminación pueda promoverse el restablecimiento.

§ 95
En las enfermedades crónicas la investigación de los signos y síntomas debe ser exhaustivo y
poniendo especial atención a las peculiaridades e indagando en síntomas aparentemente banales
que pueden ser característicos y que el paciente no los considere importantes, siendo con
frecuencia muy útiles para seleccionar el remedio. Estos pueden estar ocultos por haberse
acostumbrado a su dolencia y el paciente creer que no son importantes.

12
PSICOLOGÍA DE LOS ENFERMOS
§ 96
Además de esto defieren en su índole los hipocondríacos y los que pintan sus padecimientos con
colores excesivamente vividos fin de inducir al medico a aliviarles y así exagerar sus dolencias.

§ 97
Otros pacientes de índole opuesta por varias causas (timidez, indolencia, falso pudor, debilidad
mental) omiten mencionar cantidad de síntomas, o los describen en términos vagos o alegan que
algunos de ellos carecen de importancia.

§ 98
Ahora bien debemos escuchar la descripción que hace el paciente de sus sufrimientos y
sensaciones intentando hacernos comprender sus males, porque los de los acompañantes son
con frecuencia inexactos. Por otra parte y particularmente en las CRÓNICAS, la investigación del
cuadro debe ser cabal y requiere del Médico especial cuidado, tacto, prudencia, conocimiento de
la naturaleza humana, delicadeza compasión y paciencia para indagar en grado sumo.

§ 99
En las enfermedades agudas o en las de corta duración es más sencillo para el médico ya que
están recientes los datos clínicos, y el interrogatorio es más rápido.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS
§ 100
Al investigar la totalidad de los síntomas de las enfermedades epidémicas y esporádicas no tiene
la menor importancia si se parece a otra o ya a existido. La manera de tratar dichas enfermedades
será siempre la misma, dado que el medico debe, contemplar el cuado de toda le enfermedad en
forma global como si fuera algo desconocido e investigarla a fondo si es que se dice un verdadero
médico, y jamás debe sustituir la observación real por las conjeturas, jamás decir que ya conoce
la enfermedad y siempre explorar e interrogar cuidadosamente al enfermo. De tal modo un
examen cuidadoso mostrara que toda enfermedad es en muchas ocasiones un fenómeno de
carácter único que difiere de las epidemias previas y además hay que diferenciarlas de las
características como la viruela sarampión etc.

§ 101
Bien puede ocurrir que con un solo caso el medico no logre el conocimiento del cuadro clínico,
pero sí, por medio de una asidua observación de la enfermedad en forma colectiva. Pero el
medico observador la bastarán dos a tres casos para así llevar en su mente la imagen
característica de la enfermedad y más aún dar el remedio homeopático adecuado que mejor se le
adapte.

§ 102
A medida que se anotan los síntomas obtenidos de varios casos, se va integrando el cuadro más
característico, los síntomas más notables y especiales que pertenecen a unas pocas
enfermedades se vuelven prominentes e incluye mayor numero de peculiaridades de tal
enfermedad colectiva constituyendo lo patognomónico de la misma. El conocimiento de ella es
esencial a fin de capacitarnos para elegir con una investigación completa el remedio homeopático
que mejor convenga a este cuadro de síntomas. Esto aprendido mediante el sufrimiento de
pacientes de diferentes constituciones.

13
§ 103
Del mismo modo como se ha procedido con respecto a las enfermedades epidémicas que suelen
tener carácter agudo, las enfermedades crónicas miasmáticas que según lo e expuesto,
permanecen siempre invariables en su índole esencial y en particular la Psora, deben ser
investigados la totalidad de los síntomas con gran minuciosidad, porque los síntomas que
integran toda la enfermedad serán repartidos en diferentes pacientes afectados por ella como si
se hubiera fraccionado y solo así se podrán integrar para que el médico pueda precisarla. Sin el
cuadro clínico definido y completo no es posible asignar los medicamentos homeopáticos que ha
de curar la enfermedad (antipsóricos) y estas son el verdadero remedio para los muchos
pacientes que sufren de tales afecciones crónicas.

§ 104
Cuando el cuadro de le enfermedad ha sido bosquejado con precisión se habrá cumplido con lo
más difícil de la tarea. El medico tiene siempre presente el cuado de la enfermedad para que lo
guié en el tratamiento en especial si se trata de una enfermedad cónica, así investigarla,
seleccionar los síntomas característicos y por medio de estos encontrar el remedio homeopático
similar. Y cuando durante el tratamiento determine cual ha sido el efecto y que cambio se ha
producido en el estado del paciente, en el examen reciente solo se tachan los mejorados se
toman en cuanta los persistentes y se agregan si aparecieron nuevos.

FARMACODINAMIA
(Reglas de observancia en la investigación de los medicamentos en las
personas sanas).
§ 105
El segundo paso que debe dar un medico es el de conocer a fondo los medicamentos capaces de
curar y seleccionar el más similar posible en base a la lista de remedios.

§ 106
Deben ser conocidos todos los síntomas de cada medicamento (experimentados en el individuo
sano) y observados en la práctica en lo más posible antes que podamos tener la habilidad de
poder seleccionar el remedio homeopático apropiado.

§ 107
El conocimiento de los efectos patogenéticos de los medicamentos no se podrá apreciar
administrándolo a personas enfermas ya que este método es impreciso y aunque sean
administrados una sola vez. Porque los síntomas del medicamento serán mezclados con los de la
enfermedad natural.

§ 108
No hay entonces otro camino posible, seguro y natural, para descubrir los efectos de los
medicamentos en el ser humano que administrarlos a) individuos sanos, b) dosis moderadas, c)
cada uno por separado, para poder descubrir que manifestaciones patológicas tienden a
manifestar y producir.

§109
Yo he sido el primero en abrir el camino hacia la gran verdad, plena de bendiciones hacia la
humanidad que he recorrido con perseverancia, de que es tan solo el tratamiento homeopático el
posible capaz y autentico de poder obtener la curación de las enfermedades.

14
TOXICOLOGÍA
§110
Además he comprobado que las lesiones mórbidas reportadas por mis predecesores de los
efectos tóxicos de las sustancias medicinales que fueron ingeridas por negligencia, error, suicidio
o con propósitos criminales son iguales a las observadas por mis experimentaciones en hombres
sanos. Ninguno imaginó que los síntomas que observaban solo como pruebas servirían para
revelar el poder curativo de las mismas en síntomas similares que ocurren en las enfermedades
naturales. Por eso el poder curativo de las medicinas deben ser conocidos por este método y no
por especulaciones, gusto olor sabor y análisis químico, así como tampoco por la prescripción de
mezclas de medicamentos para evaluar sus valores farmacodinámicos. Jamás se sospechó que
los relatos de las enfermedades medicamentosas formara un día los rudimentos de una materia
médica pura verdadera.

§ 111
La concordancia de mis observaciones con los datos obtenidos en anotaciones de observaciones
antiguas sobre los efectos de las medicinas, hechas sin propósitos terapéuticos y concordando
con diversos autores, deben convencerse que las sustancias que provocan patogenesias, son
capaces de producirlas cada una, según su propia individualidad. de acuerdo a las leyes de la
naturaleza: inmutables y eternas.

EFECTOS PRIMARIOS Y SECUNDARIOS


§112
En las antiguas descripciones de los efectos tóxicos de los medicamentos administrados a dosis
exageradamente grandes, se revelan síntomas hacia al final de la intoxicación que muestran la
reacción de la fuerza vital ( efecto secundario) Efecto ausente en la administración de dosis
moderadas donde no se ve jamás ningún vestigio durante la experimentación en el hombre sano.
En la terapéutica homeopática, las reacciones no van más allá de lo necesario para restablecer la
salud.

§ 113
La única excepción a lo anterior son los narcóticos. Dado que ellos, en SU ACCIÓN PRIMARIA
(acción de sobre la fuerza vital alterando la salud), anulan la sensibilidad y la sensación, y a
veces la irritabilidad, por el contrario ocurre que en su acción secundaria (oposición de la fuerza
vital al efecto del medicamento) aun a dosis experimentales moderadas en cuerpos sanos, se
observe una sensibilidad incrementada y una mayor excitabilidad.

§ 114
Haciendo excepción a estas sustancias narcóticas al experimentar sobre cuerpos sanos con dosis
moderadas de una medicina, solo observaremos su ACCION PRIMARIA.

EFECTOS ALTERNANTES E IDIOSINCRACIAS


§ 115
LAS ACCIONES ALTERNATIVAS: son los diversos paroxismos u oscilaciones de la acción
primaria que se presentan en algunos medicamentos (no pocos) o sea que entre sus síntomas
primarios se producen otros que son opuestos parcial o totalmente a otros que los
precedieron o los siguieron y por lo tanto no pueden ser considerados como respuesta de la
acción secundaria.

15
§ 116
Algunos síntomas son producidos por las medicinas con más frecuencia: en muchos individuos;
otros muy raramente en pocas personas y otros en muy pocos organismos sanos.

§ 117
IDIOSINCRACIAS: Es a la categoría de síntomas patogenéticos excepcionales y raros que solo
se encuentran en algunos individuos. Esta disposición se manifiesta por una tendencia a ser mas
o menos afectados por causas diversas, que parecen ser toleradas sin ninguna reacción, tanto
objetiva como subjetiva, por la mayoría de los individuos. En efecto, en la producción de las
idiosincrasias intervienen dos elementos: a) el poder potencial de la sustancia que influye b) la
aptitud de la fuerza vital de ser influida por aquella. Estas no pueden ser atribuidas únicamente a
una constitución especial, sino también a las cosas que los han suscitado. Todas las
idiosincrasias pueden ser aplicadas a los medicamentos pero existe una influencia específica para
un pequeño grupo de hombres en buen estado de salud que es mayor la influencia y mayor el
estado mórbido. Lo anterior prueba que hay individuos más sensibles a factores patogenéticos y
no obstante estos medicamentos curarán homeoapáticamente a todos los que produzcan
síntomas semejantes.

ESPECIFICIDAD MEDICAMENTOSA
§ 118
Cada medicamento produce efectos específicos en el cuerpo humano, y no pueden ser
producidos por otro medicamento diferente.

§119
Así como todas las plantas y minerales difieren una a otras entre si por sus características
individuales, así también las medicinas difieren en sus efectos patogenéticos y por consecuencia
sus efectos terapéuticos y queda excluida la posibilidad de confundir una con otra.

§ 120
En consecuencia las medicinas delicadas en su manejo, por razones obvias, deberán ser
distinguidas unas de otras en forma cabal y cuidadosa unas de otras y solo probadas mediante
los procedimientos descritos, a fin de obtener buen conocimiento de ellas, para no cometer
errores en su empleo y así realizar una terapéutica correcta y efectiva.

DIRECTIVAS EXPERIMENTALES
§ 121
Para conocer la acción farmacodinámica de los medicamentos sobre el hombre sano se debe
recordar que es suficiente administrar: a) Las sustancias muy potente llamadas heroicas deben
administrarse a dosis débiles ya que son capaces de perturbar el organismo aun en personas
robustas. B) las sustancias menos enérgicas a dosis más fuertes. Las sustancias mucho mas
débiles podrán, sin embargo, producir efectos positivos si son experimentadas en personas
delicadas y dotadas al mismo tiempo de una gran receptividad y exquisita sensibilidad y exentas
de enfermedades.
§ 122
En tales experimentos no deberán emplearse otras medicinas que nos sean las conocidas
perfectamente bien y de cuya pureza, legitimidad y energía estemos totalmente seguros.

LOS MEDICAMENTOS

16
§ 123
Toda sustancia medicamentosa que va a ser experimentada sobre el hombre en estado de salud,
deberá ser tomada en la forma más simple, natural e inalterada posible: A) Las plantas
indígenas serán preparadas utilizando el jugo fresco exprimido, mezclado con un poco de alcohol
para conservarlas. B) Las plantas exóticas serán pulverizadas o bien preparadas en tintura
alcohólica cuando están en estado fresco mezcladas con una cierta proporción de agua al ser
utilizadas. C) Las sales y las gomas serán disueltas en agua en el momento mismo antes de
tomarlas. D) Las Hierbas Medicinales poco toxicas que solo se pueden conseguir en estado
seco, serán experimentadas bajo la forma de infusión para extraer sus propiedades medicinales.
La infusión debe de ser bebida caliente inmediatamente después de su preparación ya que estas
si no se conservan en alcohol fermentan rápidamente descomponiéndose y perdiendo así su
poder terapéutico.

§ 124
Durante todo el experimento en el hombre sano, no se empleará más que una sola sustancia
medicinal a la vez, que deberá de ser perfectamente pura. Se evitara asociar cualquier otra
sustancia extraña y tampoco otra sustancia medicinal, ya sea el mismo día o en los siguientes y
esto tanto tiempo como deseemos observar los efectos de la sustancia medicinal.

§ 125
Durante todo el experimento la dieta debe de ser regulada estrictamente; en lo más posible
sin especies, ser exclusivamente nutritiva y sencilla, debiéndose evita los vegetales verdes
(pueden darse leguminosas y legumbres por ser los menos medicinales); ya que pueden tener
poderes medicinales. Las bebidas debe ser simples con el mínimo posible de estimulante.

§126
La persona que pruebe la medicina debe merecer confianza máxima y ser
extraordinariamente conciente y durante todo el experimento evitar el esfuerzo excesivo de mente
y cuerpo, la vida disipada y las pasiones perturbadoras, debe consagrarse a una cuidadosa
observación de si misma y no debe de ser molestada, deberá estar atento observando
cuidadosamente todo lo que le acontece y debe poseer suficiente inteligencia para ser capaz de
expresarse y describir sus sensaciones en términos precisos.

§ 127
Las medicinas deben ser probadas tanto en hombres como en mujeres, a fin de que también
se revelen las patogenesias que producen en el ámbito sexual.

§ 128
Observaciones más recientes han puesto en evidencia que las medicinas ingeridas en su estado
crudo con el propósito de experimentar sus efectos peculiares, no exhiben ni cercanamente la
totalidad de los poderes que en ellas residen ocultos, lo que sí hacen cuando se las toma, en
diluciones muy "potensializadas" mediante trituración adecuada y sucusión, operaciones simples
mediante las cuales los poderes que yacen ocultos durante su estado crudo, como dormidos, se
despliegan y entran en actividad en un grado increíble. Encontramos ahora que es mejor
investigar de este modo los poderes medicinales de esas sustancias a las que se supone débiles
y el plan que adoptamos es el de dar al experimentador, en ayuno, diariamen te de 4 a 6 glóbulos
de tal sustancia a la trigésima potencia, humedecidos con algo de agua o disueltos en una mayor
o menor cantidad de agua a la que se agita bien, y continuar con esto durante varios días.

§ 129
Si los efectos que resultan de tal dosis fueran leves, podrían tomarse unos pocos glóbulos

17
más por día, de modo que se hicieran más patentes, más fuertes y más evidentes los síntomas,
pues no todas las personas resultan afectadas por una medicina en el mismo grado, sino que, y
por lo contrario, hay una extensa variedad a este respecto como para que a veces un individuo
aparentemente débil sea afectado poco o nada por una dosis moderada de una medi cina de la
que se sabe que es poderosa, en tanto que es fuertemente afectado por otras mucho más
débiles. Y por otra parte, hay personas muy robustas que experimentan síntomas mórbidos muy
considerables por acción de una medicina aparentemente suave y síntomas leves por obra de
drogas enérgicas. Ahora bien, dado que esto no puede predecirse, es aconsejable en toda
oportunidad comenzar por dosis pequeñas de la droga y, cuando sea apropiado y corresponda,
incrementarlas día tras día.

§ 130
Si al comienzo, la primera dosis administrada resultara suficientemente fuerte, se habrá ganado la
ventaja de que el experimentador aprenda el orden de sucesión de los síntomas y pueda anotar
con precisión el período en el que cada uno se presenta, lo que es de la mayor utilidad a fin de
conocer el poder de la medicina porque entonces el orden de las acciones primarias como
también el de las alternativas puede ser observado de una manera precisa. Aún una dosis muy
moderada con frecuencia satisface al experimento siempre que el experimentador esté dotado
suficientemente de una sensibilidad delicada y esté muy atento a sus sensaciones. La duración de
la acción de la droga sólo puede ser precisada comparando varios experimentos.

§ 131
Con el fin de lograr total esclarecimiento, la misma medicina será dada a una misma persona
durante varios días sucesivos, aumentando las dosis, no hay duda de que conoceríamos la
patogenesia que es capaz de producir, pero no podríamos determinar el orden en que aparecen
los síntomas; y cada dosis subsiguiente frecuentemente eliminará, curativamente, a uno u otro
causados por la dosis previa o en su lugar desarrollará un estado opuesto; tales síntomas
deberían ser anotados entre paréntesis a fin de remarcar su ambigüedad hasta que los
experimentos puros subsiguientes pongan en claro si son la reacción del organismo, acción
secundaria o constituyen una acción alternativa de esta medicina.

§ 132
Pero cuando el objetivo sea, solamente precisar a los síntomas en sí mismos, en especial
los provocados por una sustancia medicinal débil, entonces la conducta a seguir es la de
administrarla durante varios días sucesivos, aumentado la dosis a cada día. De tal manera se
revele la acción de una medicina desconocida, aún cuando fuera de índole muy suave, y en
especial si se la ha probado en personas sensitivas.

LA OBSERVACIÓN
§ 133
Cuando por acción de la medicina se experimente algún síntoma particular, es necesario a fin
de determinar el carácter exacto del síntoma, adoptar varias posiciones en tanto él dure y
observar si por mover la parte afectada, por caminar dentro de la habitación o al aire libre,
permanecer de pie, o sentado, o acostado, el síntoma aumenta, disminuye o desaparece y si él
retorna tomando nuevamente la posición en la cual se observó por primera vez; si experimenta
modificación por comer o beber o en cualquier condición, o por hablar, toser, estornudar o por
comer o beber o en cualquier otra condición, o por hablar, toser, estornudar por cualquier otra
acción corporal, tomando nota simultáneamente del momento durante el día o la noche en el que
habitualmente ocurre con máxima acentuación; así quedará en evidencia cuanto sea peculiar y
característico de cada síntoma.

§ 134

18
Las influencias de las medicinas, tienen la propiedad de ocasionar en la salud una alteración
que les es peculiar, pero todos los síntomas peculiares de una medicina no se manifiestan en
toda persona, ni todos al mismo tiempo, ni en el mismo experimento, sino que algunos ocurren en
una persona principalmente en un cierto momento, otros durante una segunda o una tercera
experimentación; en otras personas aparecen algunos síntomas pero de tal manera que es muy
probable que algunos de los fenómenos observados en la persona cuarta, octava o décima ya
hayan aparecido en la segunda, sexta o novena persona y así en los demás; más aún, es posible
que retornen a la misma hora.

§ 135
La totalidad de los síntomas que una medicina es capaz de producir sólo podrá ser
expuesta de modo que se aproxime a un cuadro íntegro mediante numerosas observaciones
sobre personas adecuadas de ambos sexos y de diversas constituciones. Solamente podremos
estar seguros de que una medicina ha sido cabalmente probada respecto de los síntomas que
puede producir; hasta que los experimentadores se sometan a una reexperimentación y
comprueben que pocos o ningún síntoma nuevo aparece, y que aparecen síntomas antes
experimentados por otros.

LEY ENERGÉTICA MEDICAMENTOSA


§ 136
Como ya se ha dicho, una medicina al ser experimentada no puede desplegar toda la
patogenesia que es capaz de causar y sólo podrá hacer esto cuando sea dada a muchos
individuos diferentes, que difieran en sus constituciones corporales y mentales; no obstante existe
en ella la propensión a excitar todos estos síntomas en todos los seres humanos. Por lo tanto de
acuerdo a la ley natural cuando un medicamento es aplicado a los síntomas semejantes que muy
raramente son desarrollados en una persona sana y se activen cuando esta enfermo pueden ser
curados homeopáticamente por el medicamento en cuestión. (aporte clínico a la Materia Médica).

EFECTOS EXPERIMENTALES
§ 137
Cuanto más moderadas sean, dentro de ciertos límites, las dosis del medicamento que se
quiere experimentar tanto más nítidos serán los efectos primarios que se desarrollen y sólo éstos,
que son los que más interesa conocer. Además se les observará solos sin mezcla de efectos
secundarios (de la fuerza vital); sobretodo si contamos con un experimentador sensible inteligente
y moderado en todo sentido. Por el contrario si la dosis es excesiva o la dinamización muy
baja, no solo aparecerán simultáneamente acciones secundarias entre los síntomas, sino que los
síntomas primarios serán más violentos, será confusa e imprecisa la observación. Debemos
tener presente el peligro que corre el experimentador.

§ 138
Toda la patogenesia manifestada por el medicamento en el experimentador, siempre que se
haya cumplido con las condiciones recomendadas (Parág.124-127) esenciales para que el
experimento sea correcto y puro deben atribuirse únicamente a tal medicina, deben ser
considerados y registrados como peculiaridades de ella, aún cuando el experimentador haya
observado en sí mismo antes, la ocurrencia espontánea de un fenómeno similar. La reaparición
de éstos durante el período de prueba de la medicina demuestra que el experimentador está, en
virtud de su constitución peculiar, propenso a experimentar la excitación de tales síntomas. En el
caso presente ello ha ocurrido por efecto de la medicina.

RELATO O INFORME
§ 139
Cuando el médico no sea quien pruebe el medicamento sobre sí mismo sino que la

19
administre a otra persona, ésta deberá anotar con precisión el cuadro clínico que experimenta,
mencionando el lapso transcurrido desde la ingestión de la droga hasta la aparición de cada uno
de los síntomas y, si éste persistiera, el período de su duración. El médico leerá el informe en
presencia del experimentador inmediatamente después que el experimento haya concluido o
diariamente si el experimento se prolonga, en tanto esté fresco en la memoria, a fin de precisar
acerca de la naturaleza exacta de cada una de estas circunstancias y dejar asentados, los
detalles así puestos de manifiesto o hacer los cambios de acuerdo a lo que el experimentador
sugiera.

§ 140
Si el experimentador no pudiere escribir, el médico deberá ser informado diariamente por él de
cuanto le haya ocurrido y de cómo ocurrió. Cuanto se anote debe ser veraz, fundamentalmente, la
narración espontánea de la persona que experimente, nada que haya sido conjeturado y lo
mínimo posible de cuanto provenga de respuestas a preguntas importantes; todo debe ser
precisado con el mismo cuidado que ya he aconsejado (Parág. 84-99)

AUTO-EXPERIMENTACIÓN Y MATERIA MÉDICA


§ 141
Pero las mejores experimentaciones de los efectos puros de las medicinas son las que el médico
sano, sin prejuicios y sensitivo, lleva a cabo sobre si mismo, observando todas las precaucio nes y
cuidados aquí expuestos. Él sabe, con la máxima certeza, qué es lo que ha estado
experimentando en su persona.

§ 142
Pero la posibilidad de distinguir síntomas de la medicina, que se ha administrado con propósitos
curativos, de entre los síntomas de la dolencia original, más aún en enfermedades crónicas y que
generalmente perduran sin alteraciones, es algo que pertenece al más elevado arte de juzgar y en
exclusividad a quienes hayan alcanzado gran maestría en ello.

§ 143
Si del modo que se ha descrito hubieran sido probadas considerable cantidad de medicinas en
individuos sanos y hubieran sido registrados con cuidado y fidelidad todas las patogenesias que
ellas pueden producir, sólo entonces tendríamos una verdadera materia médica, real, genuina,
confiable; una colección de los modos de acción de las sustancias medicinales, un volumen que
sería parte del libro de la naturaleza y en el que habría sido registrada una considerable gama de
síntomas que se adjudican a cada una de ellas, tal como se evidenciaron a la atención del
observador y en la que están presentes los síntomas de muchas enfermedades naturales que de
ahora en adelante podrán ser curadas mediante similitud (homeopática).

§ 144
De tal materia médica deberá excluirse todo aquello que sea producto de conjeturas, todo lo que
provenga de argumentaciones o imaginación; todo el contenido deberá ser el puro lenguaje de la
naturaleza interrogada con esmero y honestidad.

§ 145
Es sólo por una reunión considerable de medicinas conocidas con certeza en sus patogenesias
como podemos llegar a estar en situación de descubrir un remedio homeopático, un análogo
artificial, (curativo) para cada una de las enfermedades infinitamente numerosas que hay en la na-
turaleza y en el mundo. Sin embargo gracias a la fidelidad y riqueza de los síntomas observados
hasta el presente, quedan actualmente pocas enfermedades contra las cuales no se pueda
encontrar de entre estas sustancias un remedio homeopático conveniente que restituya la salud

20
de una manera suave, segura y duradera o permanente si este tiene suficientemente probada su
patogenesia. En contraposición con los efectos de la medicina alopática.

FARMACOTERAPIA INDIVIDUAL
§ 146
El tercer punto comprendido en la tarea de un médico verdadero se relaciona con el empleo
sensato de las medicinas que han sido probados sobre individuos sanos para determinar su
acción pura, a fin de efectuar la curación homeopática de las enfermedades naturales.

§ 147
De entre estas medicinas, investigadas, encontraremos una que contendrá síntomas observados
que guardan la mayor similitud con la totalidad de los síntomas de una enfermedad na tural dada;
esta medicina será, necesariamente, la más adecuada, el remedio homeopático más certero para
tal enfermedad.
EVOLUCIÓN DE LA CURACIÓN
§ 148
La enfermedad natural jamás debe ser considerada como si fuera algo material nocivo
ubicado en algún punto dentro o fuera del hombre (Parág. 11-13) sino como una influencia
producida por un agente hostil similar a lo espiritual (conceptual) que, como una infección (nota al
Parág. 11) está perturbando al principio de la vida residente en el organismo, que es similar al
espíritu (conceptual), torturándolo cual si fuera un espíritu maligno, desordenándolo en el curso
regular de su vida y forzándolo a producir síntomas de enfermedad. Ahora bien, si la influencia
fuera eliminada, como ocurre cuando el médico administra un medicamento capaz de alterar al
principio vital del modo más similar (una medicina homeopática) que excede en energía, aun en la
dosis más pequeña, a la enfermedad natural similar (Parág. 33-279), entonces la influencia de la
enfermedad sobre el principio vital habrá de desaparecer por la acción de esta enfermedad
artificial similar pero más fuerte. Si, el remedio homeopático seleccionado es administrado con
propiedad, entonces la enfermedad aguda natural desaparecerá imperceptiblemente en unas
pocas horas. Una enfermedad crónica, cederá algo después con todos sus signos y síntomas
mediante el empleo de varias dosis del mismo remedio, muy "potencializado" o luego de haber
seleccionado cuidadosamente una u otra medicina homeopática más similar. El restablecimiento,
de la salud se produce mediante transiciones imperceptibles, a menudo rápidas. El principio vital
queda nuevamente en libertad y equilibrio.

§ 149
Las enfermedades de larga duración (y especialmente las que son el resultado de alguna
complicación) generalmente de la medicina alopática requieren para su curación un tiempo
proporcionalmente mayor.

INDISPOSICIONES
§ I50
Si un paciente se quejare de uno o más síntomas triviales a los que sólo ha podido observar
últimamente, el médico no deberá considerados como si constituyeran una enfermedad
totalmente desarrollada que requiera ayuda médica seria. Una leve modificación en la dieta o en
el régimen de vida bastará, frecuentemente, para alejar tal indisposición.

INVESTIGACIÓN DE SÍNTOMAS
§ 151
Pero si el paciente se quejare de unos pocos sufrimientos violentos, el médico al investigar
frecuentemente hallará algunos síntomas paralelos, aunque de menor importancia y todos
suministrarán un cuadro completo de la enfermedad.

21
§ 152
Cuanto más grave sea una enfermedad aguda, de mayor cantidad de síntomas notables estará
compuesta generalmente, pero con tanta mayor certeza podrá hallarse para ella un remedio
adecuado. En las listas que se tienen de numerosas medicinas no será difícil hallar una
patogenesia adecuada que construya un modelo de enfermedad artificial curativa, muy similar en
sus síntomas a la totalidad de los de la enfermedad natural, por lo que tal medicina será el
remedio que se busca.

VALOR DE LOS SÍNTOMAS


§ 153
En la elección del remedio homeopático específico o sea, en la comparación de los síntomas de
una enfermedad natural con la patogenesia del medicamento, a fin de hallar el remedio cuyos
síntomas correspondan, por similitud, con los de la enfermedad, deberán tenerse en cuenta
principalmente y con exclusión de otros, a los síntomas y signos más notables, singulares,
no comunes y peculiares ( característicos), porque es en particular con tales síntomas con
los que deberán coincidir los de la lista de medicinas seleccionadas, a fin de escoger una
que sea la más adecuada. Los síntomas más generales e indefinidos: pérdida del apetito, dolor
de cabeza, debilidad, sueño intranquilo, desasosiego y demás, requieren poca atención, puesto
que síntomas de índole tan general se observan en casi todas las enfermedades y la mayoría de
las drogas pueden producirlos.

§ 154
Si el modelo construido mediante la lista de síntomas de las medicinas más adecuadas contiene a
los síntomas peculiares, notables, singulares y distintivos (característicos) que coincidan con los
de la enfermedad, en la mayor cantidad y en la máxima similitud, esta medicina es el remedio
específico homeopático más apropiado para esta enfermedad; si no fuera muy antigua, ge -
neralmente será eliminada y extinguida por la primera dosis, sin mayor perturbación.

AGRAVACIÓN HOMEOPÁTICA
§ 155
He dicho sin mayor perturbación. Porque en el empleo del remedio homeopático más apropiado
son sólo los síntomas de la patogenesia, que corresponden con los síntomas de la enfermedad
los llamados a actuar, los síntomas más débiles solo sufren un intercambio o sustitución a la
acción del medicamento que es más fuerte aniquilándolos al excederlos en poder; los restantes
síntomas de la medicina homeopática, que suelen muy numerosos, no actúan en lo más
mínimo por no guardar similitud alguna con este caso de enfermedad. El paciente mejora
paulatinamente sin percibirlos, porque la dosis tan diminuta que se requiere en el uso
homeopático es demasiado débil para producir aquellos síntomas patogenéticos que no sean
homeopáticos al caso. Por lo tanto el medicamento sólo actúa en los síntomas homeopáticos y
evade las partes que no han sido afectadas por la enfermedad. Por lo tanto el principio vital solo
reacciona a una enfermedad artificial similar pero más fuerte que la original extinguiéndola.

§ 156
Casi no hay medicina homeopática, por muy bien seleccionada que haya sido, en especial si fue
dada en una dosis mayor que la necesaria, que no produzca en pacientes muy irritables y
sensitivos, cuando menos algún, síntoma, trivial, nuevo, leve, en tanto dure su acción, porque es
casi imposible que una medicina y una enfermedad se correlacionen sintomáticamente con tanta
exactitud como dos triángulos con ángulos y lados iguales. Pero esta diferencia sin importancia en
circunstancias ordinarias será borrada fácilmente por la actividad potencial (energía) del
organismo y no habrá de ser percibida por los pacientes salvo, como se ha dicho, por los
excesivamente sensibles; pese a ello el restablecimiento avanzará hacia la meta de la

22
recuperación total siempre y cuando no sea obstaculizada por la acción de influencias medicinales
heterogéneas, por errores en el régimen o por alguna excitación pasional.

§ 157
Pero aun cuando es cierto que un remedio bien seleccionado homeopáticamente, y de lo diminuto
de su dosis, no obstante, es frecuente que inmediatamente después de la ingestión durante la
primera o las pocas horas subsiguientes ocasione una leve agravación cuando la dosis no
haya sido suficientemente minúscula (y si la dosis hubiera sido excesiva, durante un considerable
número de horas) tiene tanto parecido con la enfermedad original que el paciente siente que
se ha agravado en su propia enfermedad. Pero en realidad ella no es más que una enfermedad
medicinal extremadamente similar y que en algo excede a la afección original.

§ 158
Esta leve agravación homeopática durante las primeras horas es un buen pronóstico de
que la enfermedad aguda muy probablemente cederá a partir de la primera dosis está en un
todo de acuerdo con lo que debe ser, puesto que la enfermedad medicinal debe ser algo más
fuerte que la enfermedad original para que ésta sea superada y extinguida por la primera, así
como una enfermedad natural puede quitar y aniquilar a otra similar a ella cuando es más fuerte
(Parág. 43-48).

§ 159
Cuanto menor sea la dosis (¿mayor potencia pero más dilución?) del remedio homeopático
con el que se trate a una enfermedad aguda, tanto más leve y más breve será esta aparente
acentuación de la enfermedad durante las primeras horas.

§ 160
Pero como es casi imposible empequeñecer tanto la dosis de un remedio homeopático como para
que éste ya no sea capaz de aliviar, exceder, verdaderamente curar y aniquilar por completo a la
enfermedad natural reciente y no complicada que le sea análoga (Parág. 249, nota), resulta
comprensible que la dosis de una medicina homeopática, que nunca llegará a ser la menor
posible, siempre habrá de producir, durante las primeras horas de su ingestión, una
perceptible agravación homeopática de tal índole.

§ 161
Cuando en estas páginas menciono la denominada agravación homeopática o, mejor aún, la
acción primaria de la medicina homeopática que parece aumentar en algo a los síntomas de la
enfermedad original en la primera o primeras horas, ello es absolutamente cierto en cuanto
concierne a enfermedades de carácter agudo y de origen reciente; pero cuando medicinas de
acción prolongada tienen que combatir enfermedades crónicas, la agravación no deberá aparecer
durante el tratamiento y no aparecerá si la medicina seleccionada exactamente dada en
dosis apropiadamente pequeñas y gradualmente mayores, cada una modificada en algo
mediante dinamizaciones que se renovarán (Parág. 247). Tal agravación de una enfermedad
crónica puede aparecer solamente a la finalización del tratamiento, cuando la curación ha sido
casi o totalmente lograda.

REMEDIOS FRAGMENTARIOS
§ 162
A veces ocurre debido a la cantidad moderada de medicinas conocidas hasta el presente solo
corresponderán parte y no la totalidad de los síntomas con el remedio más correspondiente
(similar) (y no el mas similar) consiguientemente este agente morbífico, medicinal deberá ser el
que se emplee a falta de uno más adecuado.

23
§ 163
En estos casos por cierto que no es posible esperar que EL SIMILAR cumpla una cura perfecta,
sin perturbaciones; porque durante su uso aparecen algunos síntomas que no habían sido
observados previamente en el curso de la enfermedad, síntomas accesorios que se deben al
remedio no íntegramente apropiado. Esto no impedirá que la enfermedad en buena parte, en
aquellos síntomas mas similares a la medicina, sea erradicada estableciéndose así un buen
comienzo de curación, pero no se cumplirá sin que aparezcan tales síntomas accesorios que,
son siempre moderados cuando la dosis de la medicina ha sido suficientemente minúscula.

§ 164
Aunque el remedio sea de SIMILARIDAD INCOMPLETA si los POCOS SÍNTOMAS
SEMEJANTES (en el remedio y en el enfermo) son bien CARACTERÍSTICOS,
EXTRAORDINARIOS Y PECULIARES se obtendrá la curación permanente.

§ 165
Si entre los síntomas del remedio seleccionado no se encuentra ninguno que sea perfectamente
semejante al síntoma distintivo (característico), peculiar y no común de tal caso mórbido.
Si el remedio correspondiere a la enfermedad solamente en sus síntomas generales, vagamente
descritos, indefinidos (náusea, debilidad, cefalalgia y otros).
Si no hubiere entre las medicinas conocidas alguna que fuere más homeopática, entonces el
médico no podría esperar ningún resultado inmediato favorable.

§ 166
Sin embargo, casos como el descrito son muy raros, debido a la cantidad siempre en aumento de
medicinas cuyos efectos puros ya se conocen; cuando nos enfrentemos a un caso así por un
conocimiento insuficiente de la Materia Medica, los inconvenientes disminuirán en cuanto
remplacemos el remedio erróneo por el verdadero similimum.

§ 167
Si ocurrieren, durante el uso de este remedio imperfectamente homeopático que es
empleado por primera vez, síntomas accesorios de alguna importancia y si se tratare de una
enfermedad aguda, no esperaremos a que esta primer dosis haya completado su acción ni
dejaremos al paciente expuesto a la total duración de la acción del remedio, sino que nuevamente
investigaremos el estado mórbido repertorizando y, agregando el resto de los síntomas originales
a los recientemente desarrollados, y así confeccionar un nuevo cuadro clínico acorde al nuevo
remedio.

§ 168
En tales casos es preciso que estemos mucho más alertas a fin de descubrir, entre las medicinas,
una análoga al estado mórbido que tengamos ante nosotros y de la cual una sola dosis, si no
destruye íntegramente a la enfermedad, permitirá avanzar considerablemente en el camino de su
curación. Y así hemos de continuar pues si aun esta medicina no hubiera sido totalmente
suficiente para efectuar el restablecimiento de la salud, examinaremos otra vez el cuadro clínico
que aún perdura y seleccionaremos otra medicina homeopática tan adecuada a él cuanto fuera
posible, hasta cumplir nuestro objetivo, restablecer la salud del paciente.

§ 169
Si en la primera repertorización clínica, seleccionamos una medicina y nos encontráramos con
que la totalidad de los síntomas de la enfermedad no van a ser cubiertos por ella lo que se debe
a la insuficiente cantidad de medicinas que se conocen, sino que dos medicinas están en pugna
(remedios fragmentarios) por la preferencia en cuanto a su aptitud, pues una de ellas es más

24
adecuada homeopáticamente, con respecto a la otra. Es aconsejable, el empleo de la que se
juzgó más adecuada, y administrar la otra haciendo un nuevo examen y no cometer el error de
administrar ambas conjuntamente (Parág. 273). Pues la medicina rival que parecía debía ser la
más indicada podría no serlo ahora, dado el cambio en el cuadro que ha tenido lugar en ese
tiempo, la adecuada a seleccionar será, por consiguiente, la que tenga el conjunto de los
síntomas, tal como ellos aparecen al ser examinados nuevamente.

§ 170
En consecuencia, en este caso como en todos los casos en que hayan ocurrido cambios en el
cuadro clínico, el conjunto de síntomas actuales remanentes debe ser sometido a examen
profundo y (sin prestar atención alguna a la medicina que en un comienzo pareció que era la
subsiguiente más adecuada) corresponde seleccionar otra medicina homeopática, tan apropiada
como sea posible al nuevo cuadro clínico que ahora está ante nosotros. No sucederá a menudo
que el segundo de los dos remedios que de entrada se había estimado adecuado, lo sea todavía.
Pero si después de un nuevo examen se encuentra que semeja con el cuadro, se le asignará la
preferencia.

REMEDIOS COMPLEMENTARIOS
§ 171
Tratándose de enfermedades crónicas no venéreas, que comúnmente provienen de la Psora,
para efectuar su curación con frecuencia se requerirá dar en sucesión varios remedios
antipsóricos y que cada uno de ellos haya sido elegido homeopáticamente en concordancia con
el grupo de síntomas que hayan quedado una vez que se haya completado la acción del
remedio previo.

ENFERMEDADES DEFECTIVAS
§ 172
Otra dificultad que obstaculiza el progreso de la curación proviene de ser muy escasos los
síntomas de la enfermedad, circunstancia que requiere nuestra más penetrante atención; con su
solución quedarán allanadas casi todas las dificultades que aún entorpecen el avance de este
tratamiento, que es el más perfecto (excepción hecha de que su arsenal de medicinas
homeopáticas estudiadas no ha sido completado aún).
§ 173
Las únicas enfermedades que parecen tener muy pocos síntomas y por ello resultan menos
susceptibles de ser curadas son aquellas que pueden ser denominadas unilaterales o
defectivas debido a que despliegan sólo uno o dos síntomas principales que parcialmente velan
a todos los demás. Ellas pertenecen, principalmente, a la clase de las enfermedades crónicas.

§ 174
En las enfermedades DEFECTIVAS el síntoma principal puede ser, ya una dolencia interior (por
ejemplo una cefalalgia que dura muchos años, una diarrea que perdura, una cardialgia antigua,
etc.) o bien una afección de índole más externa. A las enfermedades de este último carácter se
las distingue generalmente con la denominación de enfermedades locales.

§ 175
En las enfermedades unilaterales de la primer clase debe, con frecuencia, atribuirse a insuficiente
discernimiento por parte del médico que observa, el hecho de que no sean descubiertos todos los
síntomas que están realmente presentes, siendo las modalidades importantes para completar el
cuadro clínico de la enfermedad.

§ 176
No obstante, hay unas pocas enfermedades que a pesar del más cuidadoso examen (Parág. 84-

25
98) sólo presentan uno o dos síntomas severos y violentos, en tanto los restantes no son
perceptibles con nitidez

TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES DEFECTIVAS


§ 177
A fin de encarar con éxito casos como el descrito, que ocurren muy raramente, debemos
seleccionar en primer término, guiados por esos pocos síntomas, la medicina que a juicio nuestro
sea la más indicada homeopáticamente.

§ 178
Sin duda alguna ocurrirá a veces que esta medicina que ha sido seleccionada en acorde con la
ley homeopática proveerá la enfermedad similar artificial adecuada para la aniquilación del mal
presente y esto es aún más probable que ocurra cuando esos pocos síntomas mórbidos
sean muy notables, enérgicos, no comunes y peculiarmente distintivos (característicos).

§ 179
No obstante y con más frecuencia, la medicina que primero ha sido elegida no será la adecuada
exactamente, sino parcialmente, dado que no habrá una cantidad considerable de síntomas
que conduzcan a una selección precisa.

SÍNTOMAS ACCESORIOS
§ 180
En el caso que la medicina, ha sido seleccionada lo mejor posible, por las razones expuestas
(falta de suficientes medicamentos) (Parág. 162 y sig.) sea imperfectamente homeopática en su
acción habrá de producir síntomas accesorios y varios de los fenómenos originados en su
propio cortejo de síntomas se mezclarán con el estado de salud del paciente, pero aquéllos
son, no obstante, también síntomas de la enfermedad misma, aunque nunca antes hubieran sido
percibidos o lo hubiesen sido muy pocas veces; algunos síntomas que el paciente jamás haya
percibido aparecen, u otros a los que haya sentido vagamente se vuelven más pronunciados.

§ 181
No corresponde atribuir al medicamento que acaba de emplearse los fenómenos accesorios y los
nuevos síntomas de la enfermedad que recién ahora aparecen. Desde luego que surgen debido a
él, pero ellos son tan sólo síntomas de una índole como sólo tal enfermedad podía producir en tal
organismo y fueron excitados y presionados a manifestarse por obra de la medicina dada, debido
a su poder de ocasionar síntomas similares. En resumen, debemos considerar a esta colección de
síntomas, ahora perceptibles, pertenecientes a la enfermedad misma, como condición para dirigir
nuestro tratamiento de ahora en adelante.

§ 182
De este modo la selección imperfecta de un medicamento, lo que en este caso fue quizás
inevitable debido al muy limitado número de síntomas presentes, ha servido para completar el
despliegue de los síntomas de la enfermedad y facilitar así el descubrimiento de una segunda
medicina, más precisamente adecuada, más homeopática.

§ 183
En consecuencia, siempre que la dosis de la primera medicina haya cesado de procurar un efecto
benéfico (y si los síntomas recientemente desarrollados no demandaren, en razón de su
gravedad, una ayuda más pronta, lo que sería excesivamente raro debido a la pequeñez de la
dosis de la medicina homeopática y a tratarse de una verdadera enfermedad crónica) debe
procederse a efectuar un nuevo examen, repertorizar y seleccionar un segundo remedio

26
homeopático de acuerdo al mismo, que será el adecuado con precisión al estado presente y el
más apropiado que hallarse pueda, dado que ahora el grupo de síntomas es más amplio y más
completo.

§ 184
De manera parecida, una vez que cada nueva dosis de la medicina haya agotado su acción,
una vez que ésta ya no sea adecuada ni de utilidad alguna, el estado de enfermedad que aún
queda ha de ser estudiado nuevamente en lo que respecta a esos síntomas remanentes y se
determinará así otro remedio homeopático, tan adecuado cuanto sea posible al grupo de
síntomas que ahora se observa y se debe continuar procediendo así hasta que la recuperación se
haya completado.

AFECCIONES LOCALES
§ 185
Entre las enfermedades unilaterales ocupan un lugar destacado las denominadas
dolencias locales, término por el cual se hace referencia a esos cambios y dolencias que apa-
recen en las partes exteriores del cuerpo. Hasta hoy la idea que ha prevalecido en las aulas era
que sólo estas partes eran las que estaban afectadas mórbidamente y que el resto del cuerpo no
padecía de la enfermedad, doctrina teórica y absurda que ha conducido a los tratamientos
médicos más desastrosos.

§ 186
Las denominadas dolencias locales que parecen haber sido producidas recientemente tan sólo
por alguna lesión externa, a primer examen parecen merecer tal nombre; pero entonces la lesión
debió haber sido insignificante, carecer de importancia, porque en el caso de heridas sufridas por
el cuerpo desde lo exterior, cuando han sido severas, todo el organismo simpatiza, hay fiebre, etc.
El tratamiento de tales enfermedades se delega a la cirugía, pero esto es correcto solamente en
tanto las partes afectadas requieran ayuda mecánica mediante la cual sean quitados por tales
medios los obstáculos externos que impidan la curación, la que sólo puede esperarse que ocurra
por acción de la fuerza vital; por ello se trata la reducción de las luxaciones, mediante sutura y
vendajes se juntan los bordes de una herida, mediante presión mecánica se disminuye el flujo de
sangre en arterias abiertas, se extraen cuerpos extraños que hayan penetrado en órganos
fundamentales, se practica un conducto hasta la cavidad de un cuerpo a fin de eliminar alguna
sustancia irritante o para procurar la evacuación de derrames o de fluidos acumulados, se procura
la yuxtaposición de las extremidades de ruptura de un hueso fracturado y se las mantiene en
contacto mediante vendajes apropiados, etc. Pero cuando en tales heridas todo el organismo
viviente requiera, pues que siempre lo requiere, ayuda dinámica eficaz para ser puesto en
condiciones de cumplir la tarea de sanar, vale decir cuando la fiebre violenta que resulta de
contusiones extensas, músculos, tendones y vasos sanguíneos lacerados requiera ser eliminada
por una medicina dada internamente, o cuando el dolor externo de zonas escaldadas o quemadas
requiera ser dominado homeopáticamente, entonces los servicios del médico dinámico y de su útil
homeopatía son indispensables.

§ 187
Pero aquellas afecciones, alteraciones y dolencias que aparecen sobre zonas externas y que no
provienen de ninguna lesión exterior en calidad de causa excitatriz inmediata, se han producido
de una manera totalmente diferente: su origen se halla en algún mal interno. Considerarlas
como meras afecciones locales y además tratarlas solamente, o casi solamente, como si fueran
quirúrgicas mediante aplicaciones tópicas u otros remedios similares es tan absurdo como
pernicioso y así son sus resultados.

§ 188

27
Estas afecciones fueron consideradas como si hubieran sido meramente tópicas y por ello fueron
denominadas enfermedades locales, cual si hubieran sido males limitados exclusivamente a esas
partes y en las que el organismo tomara muy pequeña o ninguna participación, o bien afecciones
de tales partes bien visibles de las cuales el organismo, por así decirlo, no se hubiera enterado.
§ 189
Y sin embargo, muy poca reflexión basta para convencemos que ningún mal externo, (no
habiendo mediado ninguna lesión importante desde lo exterior) puede surgir, persistir y menos
aún empeorar, sin la cooperación de todo el organismo el que, por consiguiente, tiene que
hallarse en estado perturbado, (de la fuerza vital que llega a todas las otras partes sensitivas e
irritables del organismo); tan íntimamente conectadas entre sí están todas las partes del
organismo que ni una erupción en los labios ni un panadizo podrían ocurrir sin una deficiencia
interna, previa y simultánea de la salud.

§ 190
Todo tratamiento médico verdadero de una enfermedad que afecte a las partes externas del
cuerpo y que haya ocurrido sin que medie lesión suficiente exterior debe, en consecuencia, ser
dirigido al todo; debe efectuar la aniquilación y curación de la dolencia general por medio de
remedios internos, si el tratamiento ha de ser sensato, seguro, eficaz y radical.

§ 191
Esto ha sido confirmado sin que quede lugar a dudas por la experiencia, la que demuestra, sin
excepción, que toda medicina interna poderosa, inmediatamente después de su ingestión,
ocasiona cambios importantes en la salud general del paciente y, en particular, en las partes
externas afectadas, aun tratándose de una enfermedad de las denominadas locales que
afectan a las partes más externas del cuerpo. Si se tratare de un remedio seleccionado con un
sentido homeopático el cambio que producirá será altamente saludable, sanando todo el
organismo, conjuntamente con la desaparición de la afección externa (sin que hubiera mediado
acción alguna de un remedio externo).

§ 192
Esto se logra mejor cuando al investigar el caso de enfermedad, con los caracteres exactos de la
afección local también hayan sido tomados en consideración todos los signos y síntomas
objetivos subjetivos y accidentales del paciente y que pudieran haber sido advertidos
previamente, cuando no se tomaban medicinas; solo así es posible formarse un cuadro
completo de la enfermedad antes de buscar entre las medicinas, alguna que corresponda con la
totalidad de los síntomas, de modo que la elección sea verdaderamente homeopática.

§ 193
Por medio de esta medicina, empleada exclusivamente por vía interna, el estado general mórbido
es eliminado juntamente con la afección local y ésta última es sanada simultáneamente con aquél,
probándose así que la afección local dependía solamente de una enfermedad del resto del cuerpo
y que debía ser considerada como parte inseparable del todo, como uno de los síntomas
más considerables y notables de toda la enfermedad.

§ 194
No es útil emplear un remedio externamente o aplicarlo a la zona por frotación, ya se trate de una
enfermedad local aguda reciente o de una afección local que haya existido por largo tiempo, si
simultáneamente no se le administra internamente, aun cuando fuera el específico y
homeopático. Las afecciones tópicas agudas (por ejemplo: inflamaciones de partes individuales,
erisipelas, etc.), ceden con toda seguridad a remedios internos adecuados homeopáticamente
seleccionados entre las medicinas ya experimentadas y por lo general, sin necesidad de ninguna
otra ayuda; pero si estas enfermedades no cedieran completamente ante ella y si aún perdurase

28
en la zona afectada y en el organismo en general, pese al régimen adecuado, un vestigio de
enfermedad que la fuerza vital no pudiera superar, entonces la enfermedad aguda era (como
ocurre con frecuencia) un producto de la psora que había permanecido latente en lo interior pero
que ahora comienza a abrirse paso y está a punto de desarrollarse en una enfermedad crónica
evidente.

§ 195
A fin de lograr una cura radical en tales casos, que no son raros una vez que el estado agudo
haya sido bien dominado, se requerirá un tratamiento antipsórico adecuado, dirigido contra
los síntomas que aún perduren y a los cuales estaba previamente sujeto el paciente. En las
enfermedades crónicas que no sean francamente venéreas, el tratamiento antipsórico interno es,
por otra parte, requisito indispensable.

§ 196
Pareciera, por cierto, como si la curación de tales enfermedades fuera apresurada por emplear la
sustancia medicinal que se sabe es verdaderamente homeopática a la totalidad de los síntomas,
no sólo internamente más también externamente, porque la acción de una medicina aplicada
al asiento de la afección local puede actuar sobre ella más rápidamente.

§ 197
No obstante se debe advertir que este tratamiento dirigido no solamente a los síntomas locales
que surgen del miasma de la psora, mas también y en especial a los que se originan en el
miasma de la sífilis o en el de el sycosis, consistente en la aplicación local simultánea con la
administración interna del remedio, en enfermedades cuyo síntoma principal sea una
afección local constante, tiene este inconveniente: a causa de la aplicación tópica, el síntoma
principal (afección local) con frecuencia será aniquilado más prontamente que la enfermedad
interna y seremos engañados así por la apariencia de una curación perfecta o, cuando
menos, será difícil y en algunos casos imposible determinar, debido a la desaparición prematura
de tales síntomas locales, si la enfermedad general ha quedado extinguida por el empleo
simultáneo de la medicina interna.

§ 198
El empleo meramente tópico de medicinas, cuando se las da internamente en los síntomas
locales de las enfermedades crónicas miasmáticas es totalmente inadmisible y por la razón
citada: si la afección local de la enfermedad crónica fuera eliminada sólo localmente y de manera
unilateral, el tratamiento indispensable para la completa restauración de la salud tropezaría contra
la más impenetrable incertidumbre. El síntoma principal (la dolencia local) ha desaparecido y
sólo han quedado los síntomas restantes, los menos distintivos, los que son menos constantes
y persistentes que la afección local y que, con frecuencia, no son suficientemente peculiares ni
suficientemente característicos como para diseñar con ellos un cuadro de la enfermedad en trazos
claros y peculiares.

§ 199
Si el remedio perfectamente homeopático para la enfermedad no hubiera sido descubierto al
momento en que los síntomas locales fueron destruidos por obra de algún remedio externo
corrosivo o desecativo, o quirúrgicamente, entonces el caso se habría tomado mucho más difícil,
dado que los síntomas restantes son de una indefinición excesiva (no característicos) y de
inconstante aparición, pues lo que mejor hubiera contribuido a determinar la selección del remedio
más adecuado, habría sido el síntoma principal externo, el que ha sido substraído de nuestra
observación.

§ 200

29
De haber estado todavía presente el síntoma local, el remedio homeopático hubiera podido ser
descubierto y, de haber sido así, la persistencia de la afección hubiera estado indicando que ésta
no había sido curada; pero si hubiera sido curada en su asiento esto habría sido una prueba
concluyente de que la enfermedad había sido erradicada por completo y de que se había logrado
la ansiada recuperación respecto de tal enfermedad y así el síntoma local habría sido de
inestimable ayuda para alcanzar la curación perfecta.

§ 201
Es evidente que la fuerza vital del hombre cuando está abrumado por una enfermedad crónica a
la que no es capaz de vencer instintivamente por sus propios poderes, adopta el plan de
desarrollar una afección local en alguna parte externa, únicamente con el objeto de que al
producir y mantener en un estado enfermo a tal parte, que no es indispensable para la vida
humana, pueda silenciar a la enfermedad interna la que, de otro modo, amenazaría con destruir a
órganos vitales (y privar al paciente de su vida) y pueda, por así decirlo, transferir la enfermedad
interna a la afección local substituta y, pareciera, arrastrarla hasta allí; de ese modo la presencia
de la afección local silencia, por algún tiempo, a la enfermedad interna, pese a no ser capaz
ni de curarla ni de disminuirla materialmente. La afección local, no obstante, en momento
alguno es otra cosa que una parte de la enfermedad general, pero una parte de ella totalmente
incrementada en una dirección por la fuerza vital orgánica y transferida a una zona del cuerpo
menos riesgos a (externa), a fin de rebajar la dolencia interna. Pero (como ya se ha dicho)
mediante este síntoma local que silencia a la enfermedad interna, lejos de haberse ganado algo
por parte de la fuerza vital en cuanto a disminuir o curar el mal total, por lo contrario y a pesar de
ello la enfermedad interna continúa incrementándose y la Naturaleza, a fin de continuar ejerciendo
el control de la situación, se ve obligada a ampliar y agravar el síntoma local siempre más y más a
fin de que él pueda continuar bastando como substituto de la enfermedad interna acrecentada.
Viejas úlceras en las piernas se van agravando en tanto la psora interna no sea curada, el
chancro aumenta en tanto no sea curada la sífilis interna, las verrugas en forma de higo crecen y
se multiplican en tanto el sycosis no haya sido curado, por lo cual esto último se vuelve cada vez
más difícil, puesto que la enfermedad general interna continúa incrementándose con el transcurso
del tiempo.

§ 202
Si el médico de la vieja escuela destruye al síntoma local mediante la aplicación tópica de
remedios externos, suponiendo que así cura a la enfermedad total, la Naturaleza se resarce de su
extinción exaltando la dolencia interna y los otros síntomas que previamente existían en estado
latente a la par de la afección local; es decir, ella incrementa la enfermedad interna. Cuando esto
ocurre es usual decir, aunque incorrectamente, que la afección local ha sido rechazada hacia
dentro del sistema o hacia los nervios por los remedios locales.

§ 203
Todo tratamiento externo de los síntomas locales, cuyo objeto sea extirpados de la superficie del
cuerpo, como por ejemplo, la eliminación de la erupción psórica de la piel mediante ungüentos de
toda suerte, la desecación del chancro mediante cáusticos y la destrucción de los condilomas en
su asiento por acción del bisturí, ligadura o cauterio, deja sin curar a la enfermedad miasmática;
tal modo de tratar, externo y pernicioso, practicado universalmente hasta el presente, ha sido la
fuente más prolífica de todas las innumerables e innombrables enfermedades crónicas bajo las
cuales gime la humanidad y es uno de los procedimientos más criminales de que es culpable la
profesión médica y, pese a todo, sigue en vigencia hasta el día de hoy y se lo enseña en las
cátedras profesionales como si fuera el único.

§ 204
Si nosotros dedujéramos todas las afecciones, dolencias y enfermedades crónicas que se

30
derivan de una manera de vivir persistentemente insalubre (Parág. 77) y también a, todos
esos innumerables males medicinales causados por los tratamientos persistentes, irracionales,
devastadores y perniciosos de las enfermedades que, con frecuencia y sin mayor fundamento,
practican los médicos, la mayoría de las enfermedades crónicas restantes resultan del desarrollo
de esos tres miasmas crónicos: sífilis interna, sicosis interno y, principalmente y en proporción
mucho mayor, psora interna. Cada una de estas infecciones estaba ya en posesión de todo el
organismo al que habían penetrado en todas direcciones antes de que apareciera el síntoma
local, primario de cada una de ellas (en el caso de la psora la erupción sarnosa, en la sífilis el
chancro y el bubón y en el sicosis los condilomas) que evita su erupción y si a estas
enfermedades crónicas miasmáticas se las priva de su síntoma local, la poderosa Naturaleza las
desarrolla, tarde o temprano pero inevitablemente y las fuerza a irrumpir exteriormente y a
propagar así toda su incontable miseria, esa increíble cantidad de enfermedades crónicas que
han sido plagas de la humanidad durante cientos y miles de años. Ninguna de estas
enfermedades hubiera sido tan frecuente de haberse los médicos esforzado por curarlas
radicalmente y extinguir en el organismo, pero de un modo racional, a los tres miasmas,
absteniéndose de emplear remedios locales para sus correspondientes síntomas externos y
recurriendo tan sólo a los remedios homeopáticos internos específicos de cada uno (véase nota al
Parág. 282).

§ 205
El médico homeópata jamás trata a uno de estos síntomas primarios de los miasmas crónicos ni a
alguna de sus afecciones secundarias que resultan de su desarrollo posterior, mediante remedios
locales (ni siquiera por algunos de esos agentes externos que actúan dinámicamente, tampoco
por los que actúan mecánicamente) sino que a unos y a otras, cuando aparecen, les cura el
miasma fundamental del cual dependen, con lo que desaparecen los síntomas primarios y
secundarios espontáneamente. Dado que este método no es el que han seguido los profesionales
de la vieja escuela que le han precedido en el tratamiento del caso, el médico homeó pata -para su
desazón- halla que los síntomas primarios. ya han sido destruidos por aquéllos mediante
remedios externos y se ve forzado a estudiar los secundarios solamente, es decir, las afecciones
resultantes de la irrupción al exterior y del desarrollo de estos miasmas inherentes, en particular
con las enfermedades crónicas que han evolucionado a partir de la psora interna y cuyo
tratamiento interno en la medida en que un solo médico puede llegar a dilucidado al cabo de
muchos años de reflexión, observación y experiencias yo he expuesto en mi libro sobre
"Enfermedades Crónicas", al cual remito al lector.

§ 206
Antes de comenzar con el tratamiento de una enfermedad crónica es necesario llevar a
cabo la más cuidadosa investigación con respecto a si el paciente ha tenido una infección
venérea (o una infección por gonorrea condilomatosa) porque, de estar presentes sus signos, el
tratamiento deberá ser dirigido solamente a esta última, aun cuando hoy día sea muy raro
encontrar aislada a esta enfermedad. En el caso de que tal infección hubiera ocurrido
previamente, esto también deberá ser tenido en mente para el tratamiento de esos casos de
psora presente, porque en ellos la última se ha complicado con la primera, como ocurre
invariablemente cuando los síntomas no son genuinamente los de la sífilis; así es que cuando el
médico supone que tiene frente así a un caso de enfermedad venérea antigua, siempre o casi
siempre tiene que vérselas con una afección sifilítica acompañada principalmente de (o
complicada con) psora, porque la discrasia interna de la sarna (la psora) es, con mucho, la
causa fundamental más frecuente de las enfermedades crónicas. A veces ambos miasmas
pueden estar complicados también con sicosis en organismos crónicamente enfermos o, como es
mucho más frecuente, la psora es la única causa fundamental de todas las otras enfermedades
crónicas, cualesquiera sean los nombres que se les haya dado y que, por añadidura, tan a
menudo han sido agravadas, incrementadas y desfiguradas hasta un grado monstruoso por la

31
medicina alopática.

§ 207
Cuando se haya logrado la información anterior aún resta que el médico homeópata se informe
acerca de qué tratamiento alopático ha sido aplicado a la enfermedad crónica hasta ese
momento, qué medicinas perturbadoras han sido empleadas principalmente y con mayor
frecuencia, también qué baños minerales y qué efectos éstos produjeron, a fin de comprender en
alguna medida la degeneración experimentada por la enfermedad a partir de su estado originario
y de ser posible, corregir en algo los efectos perniciosos de estos tratamientos artificiales, o para
estar en condiciones de evitar emplear medicinas que ya hayan sido usadas impropiamente.

§ 208
Deben ser tomados en consideración la edad del paciente, su modo de vivir y su dieta, su
ocupación, su ambiente doméstico, sus relaciones sociales y demás, a fin de determinar en qué
medida estas circunstancias han incidido agravando su mal, o cómo pueden haber entorpecido o
favorecido su tratamiento. De igual manera su estado de ánimo y de mente, deben ser
considerados para saber si ellos presentan algún obstáculo al tratamiento o requieren ser
dirigidos, fortalecidos o modificados.

§ 209
Hecho esto, mediante conversaciones repetidas con el paciente el médico debe intentar trazar el
cuadro de la enfermedad tan completamente como le sea posible, de acuerdo con las
instrucciones ya dadas, a fin de precisar los síntomas más notables y peculiares
(característicos), de acuerdo con los cuales deberá seleccionar al primer remedio,
antipsórico o no, pero que guarde la mayor similitud sintomática a fin de comenzar con él el
tratamiento.

§ 210
De origen psórico son casi todas esas enfermedades que antes he denominado unilaterales, que
parecen ser las más difíciles de curar a consecuencia de su unilateralidad y en las que todos los
otros síntomas pareciera que desaparecen ante el síntoma único, de prominente importancia. De
este carácter son las denominadas enfermedades mentales. No obstante, ellas no constituyen
un tipo de enfermedad nítidamente separado de las demás, desde que en todas las otras enfer -
medades denominadas corporales el estado del ánimo y de la mente siempre está alterado y en
todos los casos de enfermedad, el estado anímico del paciente es de particular importancia junto
a la totalidad de los síntomas, si deseamos trazar un cuadro de la enfermedad que se ajuste a la
realidad, lo que nos capacitará para tratarla homeopáticamente con éxito.

§211
Lo dicho tiene tal importancia que el estado de ánimo del paciente con frecuencia
determina principalmente al remedio homeopático que será seleccionado, dado que es un
síntoma decididamente característico, por lo que jamás debe pasar inadvertido al médico que
sea buen observador.

§ 212
El Creador de los agentes terapéuticos ha tenido muy en consideración esta característica
fundamental de todas las enfermedades, la alteración del estado del ánimo y de la mente, porque
no hay en el mundo sustancia poderosamente medicinal que no altere muy notablemente
el estado de ánimo y de mente del individuo sano que la experimente y cada medicina
cumple esto de una manera que difiere de la acción de las restantes.

§ 213

32
En consecuencia, jamás seremos capaces de curar de conformidad con la naturaleza, es decir,
homeopáticamente, si en cada caso de enfermedad, aunque sea aguda, no prestamos atención,
paralelamente a los otros síntomas, a aquéllos que se relacionan con los cambios en el
estado de ánimo y de mente y si, cuando procuraremos aliviar al paciente no seleccionamos de
entre todas las potencias morbíficas, una medicina que, además de la similitud que guarde
respecto de los otros síntomas de la enfermedad, o sea también capaz de producir un estado
similar de animo y de mente.

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