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Javier Abad Molina toma dentro de sus conceptos centrales al juego simbólico, a partir de

esto podemos decir que el niño constituye su subjetividad jugando. La función simbólica
va a ser adquirida a través del juego. En el juego el niño tiene una forma de
desenvolverse que está por encima de su edad y de su comportamiento habitual; la
capacidad de crear una situación imaginaria es fundamental para desarrollar el
pensamiento abstracto. Un niño que no puede jugar con su imaginación pierde la
posibilidad de desarrollar plenamente la dimensión creativa que le es propia por su
condición de ser humano, pero es el niño el que tiene que llevar las riendas de su fantasía
y el adulto el que acompañe en su tarea, favoreciendo las condiciones seguras para que
las desarrolle en libertad. La función semiótica es la capacidad de imaginar y recordar
situaciones, objetos, animales o acciones sin que estén presentes en ese momento ni
sean percibidas por los sentidos. Esta se desarrolla durante el segundo año de vida, es
aquí donde se pueden distinguir comportamientos que implican la construcción de
significantes diferenciados. Estas se pueden dar a ver a través de la imitación que realiza
un niño en ausencia del modelo, el juego simbólico o el juego de ficción donde se utilizan
diferentes elementos que significan algo (por ejemplo, el niño que juega al caballito con un
palo de escoba), el dibujo o la imagen gráfica, la imagen mental o la imitación interiorizada
y el lenguaje. Es fundamental el desarrollo de la función semiótica ya que partir de ella el
niño construirá su subjetividad propia, que es única e irrepetible. Cito al autor en un
párrafo que me parece muy interesante para relacionarlo con el aprendizaje:
… “A la mayoría de los niños no les cuesta inventar juegos ni realizar trasformaciones
simbólicas con los objetos, ni asumir roles diferentes al suyo, y para poder realizar estas
acciones se necesitan hacer verdaderos ejercicios del pensamiento…”
El otro es quien le va a presentar al pequeño el mundo, imprimiéndole códigos de
significación (signos y símbolos), a través de este contacto se va a ir construyendo la
complejizarían psíquica. Establecemos una relación con las teorías de las relaciones
objétales porque llegan al punto de encuentro de que la relación con un otro es
fundamental para el desarrollo de la subjetividad e incluso son determinantes al proceso
de construcción del aprendizaje.

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