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ANNELIES MARIE FRANK

El objetivo de Annelies Marie Frank, más conocida como Ana Frank, era mostrar los hechos que ocurrieron
en los oscuros años de la Segunda Guerra Mundial, las persecuciones hacia los judíos, etc. Su sueño era
convertirse en escritora y/o periodista e iba a utilizar su conocido diario como base para empezar. Es una de
las mujeres más icónicas del pensamiento español en el siglo XX.
Ana Frank era una niña de trece años, tenía el pelo negro y corto, como la vida que la esperaba. Era de
mediana altura y muy delgada, tenía unos ojos muy grandes y hermosos y por ello la hacía tener un físico
muy atractivo. Era alemana, pero con descendencia judía por lo que en aquellos tiempos y como era su
situación, era muy complicado. Para su edad era muy madura, tenía un carácter fuerte, luchadora e
inteligente. Tenía bastante miedo a hablar mucho, porque siempre la regañaban y la criticaban por todo lo
que hacía o decía. A diferencia de su hermana, Margott, ella tenía muchos intereses, era impulsiva y
extrovertida.
Su único sueño de ser escritora fue frustrado por la época y la mentalidad en la que vivió, ya que al ser judía
y que hubiera la Segunda Guerra Mundial, seguramente no tuviera muy buen final.
La pequeña escritora al cumplir trece años (12 de junio de 1942), recibió un regalo por parte de su padre. Era
un pequeño diario a cuadros rojos y blancos. Ese mismo día empezó a narrar su vida diaria, sus
sentimientos...
A los judíos poco a poco se implantaban más leyes contra ellos, se les quitaba sus derechos, les excluían de
la vida social, etc. Por lo que Otto Frank, su padre, había preparado un escondite para su familia por si las
cosas se ponían feas. Éste estaba ubicado en la parte trasera de su empresa (en el número 263 de
Prinsengracht), estaba escondido por una estantería de libros la cual se abría y te llevaba hasta la casa trasera.
En esta casa convivirían con el dentista Fritz Pfeffer y con la familia van Pels.
El 5 de julio de 1942, la familia recibió una llamada de “La unidad central de emigración judía de
Ámsterdam” para llevarles a un campo de concentración, pero gracias a su madre no fueron detenidos. A
casusa de esa llamada, rápidamente Otto llevó a toda su familia a la casa trasera. Pensaron que solo iba a ser
algunas semanas, pero pasaron dos largos años, llenos de incertidumbre, aburridos hasta que llegaban ser
repetitivos. En este tiempo Ana al estar en la época de adolescencia chocaba mucho con sus padres y no
quería saber nada de ellos, para evadirse de ello, leyó muchísimos libros que le sirvieron para mejorar su
forma de escribir, en el diario escribió todo lo que sentía y lo que iba sucediendo. Su preciado diario solo era
para poner en práctica lo que después sería su oficio, pero lo estuvo pensando y decidió reescribirlo para
luego publicarlo cuando la guerra terminara.
Ana y su familia fueron arrestados el 4 de agosto de 1944 y un mes después fueron trasladados al campo de
concentración de Auschwitz, que ya hacía alrededor de veinticinco meses y medio que salió el primer tren
hacia allí. Mientras estaban de camino Miep Gies y Bep Voskuijl, dos de las personas que les habían
protegido durante todo ese tiempo, custodiaron y guardaron todos los papeles de Ana junto con su querido
Diario.
A la familia Frank la separaron por sexo en el campo de concentración. Poco después su madre murió por lo
que Ana y Margot se quedaron solas. Las dos hermanas pasaron un mes en Auschwitz II-Birkenau, pero
luego pasaron a ser trasladadas a Bergen-Belsen, donde más tarde murieron las dos hermanas por tifus en
marzo de 1945, poco antes de que las tropas británicas les concedieran la libertad el 15 de abril de 1945.
Más tarde de su muerte, su padre, publicó su diario, llamado Diario de Ana Frank que se tradujo en 70
idiomas. Se convirtió en el testimonio de la resistencia contra la agresión nazi en Europa. Ganó varios
premios como el Pulitzer de teatro, el Tony y el premio a la mejor obra del Círculo de Críticos de Drama.
Este maravilloso legado que nos deja Ana Frank nos enseña varios aspectos que son esenciales para la vida:
Podrá callarnos, pero no puede impedir que tengamos nuestras propias opiniones.
Quien es feliz hará feliz a los demás…
VICTORIA ANTÓN BÁSCONES 3ºA
BÁSCONES3ºA

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