Está en la página 1de 7

EL OBSERVADOR QUE SOMOS

Escrito por Julio Olalla Mayor


Adaptado por Patricia Gutiérrez A.

Distinción reconocida como la piedra angular del Coaching Ontológico

Postulados principales…

Cada persona ve el mundo de una manera distinta a todas las demás personas.
Ni mejor ni peor —esto es importante— sino diferente. No vemos lo mismo, no
escuchamos lo mismo, no sentimos lo mismo… es decir todos somos
observadores diferentes sin embargo muchos vamos por el mundo
relacionándonos como si los demás tuvieran que pensar como nosotros…

Surge la pregunta: Hay un solo mundo y nosotros no nos ponemos de acuerdo? o


¿hay tantos mundos como personas? Aquí afirmamos que cada persona ve un
mundo diferente y actúa en él dependiendo de cómo lo ve.

Entonces ¿Cómo se constituye el observador que somos? ¿Nuestra forma


particular de ver las cosas? ¿Desde dónde observamos lo que
observamos?
Desde nuestros discursos culturales, desde nuestra historia, desde
nuestro género, desde nuestra edad, desde nuestro contexto, etc.

¿Qué es Observar? Observar es Ver (percibir) + Interpretar.

Modelo del Observador: Observador – Acción – Resultados:

 Aprendizaje de primer nivel: Revisar las acciones que realizamos.

 Aprendizaje de segundo nivel: Revisar el observador que somos.

O PRODUCE A PARA ALCANZAR R


 Si le doy una mirada a la manera como estoy mirando, aparecen
acciones que antes eran impensables para mí.

 Vivimos en mundos interpretativos. Interpretamos el mundo dado el


observador que somos.

 El arte de coordinar acciones es un desafío cuando somos distintos


observadores, dado que cada uno ve lo que ve.

 Si producimos un cambio en el observador que somos aparecen acciones


que no estaban disponibles para el observador que éramos antes. Para
poner un ejemplo, si me da una gripe la puedo combatir con pastillas. Si
éstas no funcionan, me meto a la cama o me tomo un té; busco la manera
de combatir sus síntomas. Pero de pronto me pregunto, ¿qué hizo que me
diera una gripe justo en este momento? Y ahí puedo ampliar mi mirada. Y
de pronto empiezo a ver que estos últimos días he estado estresado y que
mis defensas pueden estar bajas, y eso me lleva a mirar, más allá del
malestar físico, a la forma de cómo estoy viviendo.

Contextualizando…

Los postulados fundamentales de nuestra cultura dominante actual están


desarrollados en una epistemología1 que nace hace casi 500 años, con las
observaciones fundamentales de pensadores como René Descartes, Isaac
Newton, Galileo Galilei y otros, que generaron el discurso racionalista y
mecanicista en el que vivimos hoy.

Las presentes crisis de nuestro tiempo, desde la pérdida de la biodiversidad, el


cambio climático, el consumismo exacerbado, la extrema disparidad de los
ingresos, la destrucción de nuestras selvas, y otros menos mencionados, como el
crecimiento de la depresión entre los jóvenes, tienen raíces en ese modo de
saber.

Que quede claro: no despreciamos el conocimiento generado por los grandes


discursos históricos en los que vive el mundo moderno, sin embargo creemos
firmemente que debemos trascenderlo.

Una última observación antes de entrar en materia. No vivimos defendiendo un


texto o un libro ni una teoría final. Estamos enamorados de las preguntas. Nos
abrimos a un aprendizaje dinámico, a una teoría dinámica, en cambio
permanente. En el momento en que nosotros escribimos, caemos en la ilusión de
que como ya está dicho en un escrito se transforma en una verdad. Nosotros

1
Epistemología es la rama de la filosofía que estudia cómo se genera el conocimiento.
postulamos que lo que está escrito es más bien una invitación a seguir pensando
porque lo que está escrito, mañana será parte del pasado. En tiempos remotos, el
que contaba y el cuento eran uno solo. No había cuentos sin cuentacuentos,
hasta que apareció la escritura. Y desde entonces los cuentos existen sin que
nadie te los cuente generando una ilusión que separa lo dicho del que dice. La
invitación es a leer este documento recordando que fue escrito por alguien y que
ese alguien está dispuesto a seguir aprendiendo, y mañana lo que estás leyendo
no será una meta sino una parte del camino.

Antes de seguir, es importante que ustedes sepan que lo que vamos a vivir juntos
en este programa no es un mero proceso intelectual. Se trata de un aprendizaje
integral, es decir un mensaje que trasciende la mera información o ciertas
prácticas. Este aprendizaje integra el pensamiento, el mundo emocional, el
mundo espiritual, lo somático –cuerpo- y lo estético y nos enseña a mirar cómo
todo está conectado con todo. Esa es nuestra ambición.

Y adentrándonos en el concepto del observador, ya hemos dicho que todos y cada


uno vemos el mundo de manera diferente, por ejemplo, si yo me siento a hablar
con alguien es seguro al poco tiempo nos estaremos dando cuenta de que los dos
vemos el mundo de una manera distinta o sea poseemos diferentes distinciones
con las cuales nos relacionamos. Vamos a aclarar el concepto de distinción
poniendo un ejemplo, Piensen en un médico de la tradición china y un médico de
la tradición occidental. Si ustedes van a consultar a los dos, y les dicen ―me duele
el estómago‖, ellos van a intervenir de una manera totalmente distinta. ¿Saben
por qué? Porque no ven el mismo cuerpo. El médico de la tradición china ve
movimientos energéticos mientras que el profesional entrenado en la tradición
occidental ve allí sangre y músculos. Una vez más, no es mejor ni peor, sólo que
son Observadores distintos. Y eso tiene una tremenda consecuencia porque cada
uno actúa en el mundo dependiendo de cómo lo ve.

Algo similar ocurre si entramos a un museo y hacemos un recorrido por la


exhibición, de pronto al momento de salir llega el autor y nos cuenta el
significado de cada obra, seguramente ahí veremos cosas totalmente diferentes,
nos hemos enriquecido con sus distinciones.

Cada cultura tiene sus propias distinciones, Un chileno no ve igual el mundo a un


colombiano o aun estadounidense… y en el ámbito organizacional sucede lo
mismo, cada organización ve el mundo diferente a las otras.

Albert Einstein dijo que los problemas creados con un nivel de


pensamiento no podrán ser resueltos con ese mismo nivel de
pensamiento.
Hay tres territorios fundamentales que constituyen el observador, son el cuerpo,
la emoción y el lenguaje.

COHERENCIA ENTRE CUERPO-EMOCIÓN-LENGUAJE

Lenguaje

Desde el lenguaje ―al hablar nosotros construimos la realidad‖ y lo hacemos a


través de las distinciones, en otras palabras, el poder de acción de una persona
depende el conjunto de distinciones que posee para observar y operar en ese
dominio de realidad.

En el lenguaje distinguimos cinco actos que realizamos los seres


humanos: pedimos, prometemos, ofrecemos, afirmamos y declaramos.

Esto lo vamos a ver en detalle más adelante en el programa pero desde ya me


atrevo a hacer un pronóstico: cuando hayan visto estos cinco actos del habla,
ustedes van a escuchar diferente, y se darán cuenta de que buena parte de
nuestras dificultades en la vida tienen que ver, por ejemplo, con la incapacidad de
pedir ayuda que tenemos muchos de nosotros, o de la confusión terrible que hay
entre una declaración y una afirmación. Tener claras estas distinciones produce
una liberación porque nos permite movernos de otra manera en nuestra vida.

Emociones

Desde las emociones: La palabra Emoción viene del latín emovere (mover hacia
afuera), y quiere decir lo que me mueve, lo que me pone en acción. Cada
emoción que yo vivo me predispone a una acción.

Cuando tengo rabia mi predisposición podría ser a castigar al otro; cuando


siento agradecimiento mi predisposición podría ser a servir; cuando estoy
resignado mi predisposición podría llevarme a no actuar; cuando estoy
entusiasmado mi predisposición es a actuar; cuando siento tristeza mi
predisposición podría ser a recogerme; cuando siento miedo mi predisposición
puede llevarme a ocultarme o a salir corriendo… Es decir, cada emoción que
sentimos los seres humanos nos pone en una predisposición diferente.
Hablaremos también en el terreno de las emociones de estados de ánimo y
sentimientos. Con una invitación especial en este programa de reconocer las
propias emociones y el vasto campo que se nos abre al respecto.

Hay cientos de emociones. En un trabajo realizado años atrás se llegó a


identificar 196. Sin embargo nosotros vivimos con las siguientes distinciones: ―me
siento más o menos‖ o ―estoy bien‖. Esa es la pobreza de las distinciones que
nosotros tenemos en el mundo emocional. Algo extraordinario en la modernidad
es que —particularmente a partir de René Descartes, en el siglo XVII— vivimos
en el paradigma de que las emociones nos impiden pensar claro y las sacamos
del terreno cognitivo bajo el dogma de que las emociones no tienen nada que ver
con el saber. ¿Saben el costo que eso ha tenido para nosotros en la vida? ¿Saben
lo distinto que es saber desde la ternura que saber desde el resentimiento?
¿Saben lo distintas que son las respuestas a una pregunta hecha desde el cuidado
a una pregunta hecha desde la envidia?.

Para este programa hemos distinguido seis emociones básicas:


La alegría, la tristeza, la rabia, el miedo, la ternura, la gratitud.

Cuerpo

Al igual que nuestro ser emocional ha sido ignorado por nuestro discurso
occidental del aprendizaje, el dominio del cuerpo ha sido en su mayor parte
también descuidado. En muchos casos, consideramos nuestro cuerpo como algo
que andamos trayendo o que nos sigue de un lado para otro. Sostenemos que
todo aprendizaje ocurre como una transformación corporal de algún tipo. Si
aprendemos pesimismo, nuestros cuerpos se comienzan a formar
consistentemente con esa emoción: los hombros se encorvan, el pecho se
desinfla, la cabeza se inclina hacia abajo y los músculos pierden tensión. Muchas
veces la mayor dificultad de aprender algo radica en que el cuerpo está moldeado
en contra de esa posibilidad.

Parecemos habernos olvidado de cómo escuchar a nuestro cuerpo por el bien de


nuestra salud y nuestro bienestar. Hemos perdido la habilidad de comprender la
conexión cercana que existe entre nuestro cuerpo y nuestros estados
emocionales, la cual ha sido demostrada como altamente coherente a través de
estudios. De forma similar no reconocemos cuánta de nuestra salud física puede
depender de las historias y narrativas que nos decimos a nosotros mismos para
dar sentido a nuestras vidas. No es una mera coincidencia que en una era en que
tanta gente está comprometida con una incesante acumulación de riqueza nos
veamos enfrentados a una epidemia de cáncer —una enfermedad de crecimiento
incontrolable— que se toma tantas vidas. No es difícil hacer conjeturas basadas
de forma similar sobre el rol de narrativas sociales y personales en otras grandes
enfermedades. Desde los años 30 al 50, cuando la humanidad estuvo inundada
de dictaduras (Salazar, Franco, Stalin, Mao, Duvalier, Tito y tantos otros) nos
faltó aire y tuvimos una epidemia pulmonar, la tuberculosis.

Nuestra inquietud principal es el movimiento corporal. ¿Cómo desde el cuerpo


potenciar el ser, aprender y obtener un mayor bienestar en nuestras vidas?,
¿Cómo intervenir lúcidamente, a través de posturas o movimientos corporales en
nuestro mundo emocional?, ¿Cómo darle más poder a nuestras acciones
cotidianas?, ¿Cómo observar e interpretar a otros desde la corporalidad?, ¿Cómo
crear distinciones corporales que amplíen nuestra capacidad de acción?
Hemos distinguido cuatro disposiciones básicas al movimiento que ustedes verán
a lo largo del programa. Las personas tenemos una combinación gradual de ellas.

- Estabilidad: Es la disposición al movimiento que nos lleva a la permanencia, a


echar raíces, a contactar con la Tierra. De aquí nace la necesidad de construir lo
íntimamente propio. Es la fuerza que activa nuestra conexión con las posesiones
materiales. Es un movimiento atávico que nos hace identificar y buscar lo
necesario para una sobrevivencia segura.

- La Apertura: Es la disposición al movimiento que reconcilia y acoge. Se


manifiesta en las personas en forma de sentimientos y acciones creadoras de
vida. La maternidad es un gran ejemplo de apertura. Esta fuerza nos facilita el
sentir. Es la comunicación con nuestro propio ser, en relación a lo que nos
emociona. Desde aquí es posible el escuchar, el observar, el esperar, el guardar
silencio, el ceder o el aceptar.

- La Resolución: Es la disposición al movimiento que permite avanzar y permite


entrar en una relación activa con las cosas del mundo y las demás personas.
Desde la resolución se sustenta el poder personal y la capacidad de acción.

- La Flexibilidad: Es la disposición al movimiento que lleva al movimiento que no


se puede predecir. Todo es leve, liviano, cambia de dirección en cualquier
momento. Es posible soltar apegos, creencias o juicios personales y de otros,
estados emocionales y opiniones. Facilita la creación, el soñar y el juego.

- Centro: Es la disposición al movimiento que permite tener a la mano todos los


otros, estando centrado puedo moverme con facilidad hacia la resolución o la
apertura por ejemplo, lo que no pasa si estoy todo el tiempo en flexibilidad.

La sugerencia es a que sigamos profundizando en el dominio corporal, con base


en los aprendizajes del intensivo y los que continuaremos desarrollando a lo largo
del programa, existe un documento específico sobre este tema, que prontamente
recibirán. Nuestra invitación es a que integren desde ahora el aprendizaje
corporal a través de las prácticas y experiencias propuestas.
Les podemos asegurar que los descubrimientos y aprendizajes serán enormes, si
son rigurosos. No lo dejen para el final. El cuerpo es naturaleza y cambia al ritmo
de la naturaleza.

También podría gustarte