Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Traducción de
V ic e n t e H errero
y
J a v ie r M árquez
FRANZ NEUM ANN
BEH EM O TH
Pensamiento y acción en el nacionalsocialismo
FONDO DE C U LT U R A ECONÓMICA
MÉXICO
Primera edición en inglés, 1912
Primera edición en español, 1943
Primera reimpresión, 1983
D. R. © 1943, F o n d o d e C u l t u r a E c o n ó m i c a
Av. de la Universidad, 975; 03100 México, D. F.
IS B N
Impreso en México
A mi esposa
M e proporciona un gran placer la publicación en castellano de
mi libro en una edición mexicana.
¿Por qué creo que mi libro tiene interés en nuestra actual lucha
contra el fascismo y el nacionalsocialismo? Porque tiene la máxima
importancia presentar un cuadro exacto del enemigo contra el que
luchamos. E l cuadro que dan nuestra prensa y nuestras publicaciones
está muy lejos de ser exacto. ¿Q ué se nos cuenta de Alemania e Ita
lia? D e Alemaniay que es un país regido por una banda de malhe
chores; que los S. S. cometen diariamente nuevas atrocidades; que
países enteros están siendo saqueados por los nazis. D e Italia, que su
mayor crimen consiste en haberse aliado con la Alemania nazi.
Todo eso es, sin duda, cierto — más cierto aún de lo que cree el
norteamericano medio— . Y , sin embargo, no es más que una verdad
parcial.
Los norteamericanos están — afortunadamente— acostumbrados
a aplicar patrones morales a los acontecimientos políticos. Seamos con
secuentes y apliquemos a la Alemania nazi y a la Italia fascista reglas
verdaderamente jurídico-morales. ¿Cuál es el veredicto? ¿Quién es
más culpable: el miembro de los S. S. que lleva a los prisioneros y a
los trabajadores extranjeros, como si fueran ganado, a las fábricas y
granjas alemanas, el industrial o el granjero que los utiliza y obtiene
grandes ganancias, o quienes dirigen la política inventando las normas
y regulaciones que obligan a desgraciados seres humanos a trabajar
como esclavos? Todos son culpables: quienes dirigen la política (lí
deres políticos, altos jefes del ejército, funcionarios superiores, mono
polistas poderosos), quienes la ejecutan (policía, S. S., oficiales del
ejército, jueces) y los beneficiarios de ella (industriales, financieros,
grandes terratenientes). Todos deben ser castigados. Para poder es
tablecer, por último, el reino de la paz y la libertad, hay que destruir
rl poder de todos los grupos gobernantes.
Considero como meollo de mi libro el análisis de los métodos por
9
medio de los cuales mantienen su poder los grupos gobernantes, y de
la composición de éstos y las finalidades que persiguen.
Desde el momento en que lo acabé, hasta hoy, se han producido
en la estructura de la economía alemana una serie de cambios. Esos
cambios vienen a confirmar las tendencias descritas en nú libro: el
poder siempre creciente de los monopolistas industriales. La nueva
política de precios para los pedidos del gobierno robustece su dominio
sobre la economía; las nuevas medidas de control de las materias
primas ponen este aspecto vital de una economía de escasez bajo su
control absoluto; en tanto que la nueva legislación, que establece
un impuesto extraordinario sobre las ganancias excesivas, exceptúa del
impuesto el superprovecho conseguido por aquéllos. Cada día se pone
de manifiesto con mayor claridad que los dos grupos más importan
tes de la sociedad nazi son los monopolistas poderosos y el partido nazi,
en tanto que el ejército y la burocracia actúan como agentes sin es
crúpulos de los otros dos grupos citados.
¿Es muy diferente la tendencia que se observa en España e Ita
lia? Sería difícil que así ocurriera. Como el fascismo es un fenómeno
internacionaly es casi seguro que todos los países fascistas siguen esta
línea.
Por eso tengo una especial alegría al ver que mi libro aparece
en "México. D el mismo modo que los Estados Unidos tendrán en la
post-guerra una tarea que ha de exceder con mucho a sus propios inte
reses egoístas, los países de habla española del hemisferio occidental
tendrán una función que trasciende de los intereses del mundo occi
dental. E l liderazgo del mundo hispánico recaerá sobre la América
de habla castellana si ésta se da cuenta de que no sólo tiene que luchar
por la victoria total, sino por una paz total.
F ranz N eumann
5 de noviembre de 1942,
Columbia University.
En la ciudad de Nueva York.
N O TA SOBRE E L N O M B R E B E H E M O T H
Franz N e u m a n n
IN T R O D U C C IO N
E L COLAPSO D E LA REPUBLICA D E WEIMAR
I. E L IM P E R IO
* Véa»e infra, en las pp. 235, 240, un examen más detallado del mismo.
ción medieval — en la forma absolutista que había tomado durante el
siglo xvn— era lo más que podía ofrecer como teoría constitucional
la Alemania imperial. Pero la dificultad estribaba en que toda teoría
constitucional no es sino una ilusión, a menos que la acepten las fuerzas
decisivas de la sociedad. Para la mayor parte de los alemanes el de
recho divino era un absurdo evidente. ¿Cómo hubiera podido ser de
otra manera? En un discurso pronunciado en Konisberg el 25 de agosto
de 1910, Guillermo II hizo una de sus frecuentes proclamaciones del
derecho divino. He aquí lo que dijo:
F ué aquí donde el G ran E lector se hizo, por sn propio derecho, D uqae Soberano
de Prusia; aquí donde su h ijo colocó sobre su cabeza la corona r e a l . . . Federico
G uillerm o I estableció aquí su autoridad como un rocher de bron ze. . . y aquí m i
abuelo puso también sobre su cabeza, por derecho propio, la corona real, subrayando
inequívocamente una vez más que le había sido concedida por la gracia de D ios y no
por parlamentos, asambleas populares o decisión popular y que, en consecuencia, se
consideraba como instrumento escogido por el c ie lo . . . Considerándom e yo como
instrumento del Señor, sigo m i ca m in o . . .
antes posible ana le y estableciendo tal representación. Esa ley contendrá normas para
U elección de Consejos de Empleados y Obreros Industriales, los cuales colaborarán,
rn pie de igualdad, en la regulación de las condiciones de trabajo. Se dictarán también
disposiciones para crear Consejos de T ra b ajo de D istrito y un Consejo de T ra b a jo del
Rcich, que juntam ente con los representantes de todos los demás productores aseso
rarán, en calidad de técnicos, antes de que se promulgue ninguna ley sobre problemas
económicos y sociales. Esos consejos podrán asimismo formular proposiciones de ley
«cerca de estas materias. Las disposiciones aquí mencionadas serán incluidas en la
constitución de la república alemana.
100.00 IOO.OO27
5 . LA CONTRARREVOLUCIÓN
6 . DERRUMBAMIENTO DE LA DEMOCRACIA
7 . UN RESUMEN PROVISIONAL
i:L M O D U L O P O L IT IC O D E L N A C I O N A L S O C I A L I S M O
O liS E R V A C IO N E S P R E L I M I N A R E S S O B R E E L V A L O R D E LA ID E O L O G I A
N a c io n a l so c ia l is t a
A N T I-D E M O C R Á T IC O
2. E L ESTADO T O T A LIT A R IO
3. LA SIN C R O N IZ A C IÓ N DE LA V ID A P O LÍT IC A
2 . EL ESTADO TRIPARTITO
3. E L PA R TID O Y E L ESTADO
* En lat pp. 409, 419, 423 se eitudia qué e« lo que hay implícito, detde el punto de ruta
•bcioligico, en la relación entre partido J estado.
constitucional de la relación partido-estado descansa en la ley de la
“ unidad de partido y estado” de i*? de diciembre de 1933, que com
pleta la ordenanza del Führer del 29 de marzo de 1935- Según esa
Jey, el partido es “ el portador de la idea germánica del estado y está
indisolublemente unido con él” . Se le convirtió en corporación de dere
cho público cuya carta de fundación debía promulgar el Führer. Con
objeto de hacer más firme la organización de esta unión, Hess, entonces
lugarteniente del Führer, y Rohm, entonces jefe de los camisas par
das, pasaron a ser miembros del gabinete del Reich. Con arreglo a
los términos de la misma ley, los miembros del partido y los camisas
pardas tenían una jurisdicción independiente. La ley de “ unidad” fué
la conclusión lógica de la serie de actos que habían destruido los demás
partidos políticos: los reglamentos de policía promulgados con arre-
*_*! >a las disposiciones de la ordenanza de necesidad presidencial del
28 de febrero de 19335 la ley de 2 6 de mayo de 1933, que confiscó
las propiedades social-demócratas; la ordenanza del 23 de junio
de 1933, firmada por el ministro prusiano del Interior, que prohibía
todas las actividades del partido social-demócrata, de sus diputados
en el parlamento, las dietas, los consejos de los países, los consejos
provinciales y los municipios; la prohibición de los círculos de com
bate (Kampfringe) nacionalistas, del 1° de junio de 1933; la diso
lución voluntaria del partido populista alemán (27 de junio de 1933),
del partido populista bávaro (4 de julio de 1933) y del centro ca
tólico (5 de julio de 1933), actps que culminaron en la ley de 14 de
julió de 1933, que prohibía la formación de nuevos partidos y casti
gaba con pena de prisión todo intento de resucitar u organizar cual
quier partido que no fuese el nacional-socialista.
En apariencia, la ley no difiere mucho de la ley italiana de 1932
que regula la relación entre el partido nacional fascista y el estado
italiano. No coloca al partido por encima de ninguna otra corporación
de derecho público, tal como una iglesia, un municipio o una junta
administradora de un fondo de seguro de enfermedad. Con arreglo
al derecho público alemán, la corporación no es sino una institución
relativamente libre. No existen en derecho público corporaciones que
no estén bajo el control del estado.10 La ley define claramente sus ta
reas, la extensión de su autoridad es estrictamente limitada y sus
actos caen bajo el control de tribunales judiciales, tribunales admi
nistrativos y otros órganos del estado. En realidad, las corporaciones
de derecho público no tienen en el estado moderno autonomía general.
Cada una de ellas recibe su poder por delegación del estado y algunos
teóricos se han inclinado con toda lógica a rechazar el concepto de au
tonomía como incompatible con el sistema jurídico del estado mo
derno. A l describir al partido como corporación de derecho público, va
implícito en ello que las tareas y autoridad del partido están limi
tadas por el derecho y sus actividades bajo la inspección del estado.
E l partido estaría, según esto, en pie de igualdad con cualquier otra
institución estatal relativamente independiente.
Pero tales consideraciones no parecían encajar bien con la pre
tensión de que el “ movimiento” representaba y dirigía al estado.
Como resultado de ello, la teoría y la práctica constitucionales y le
gales dejaron de lado la letra de la ley de unidad de 1933, y la
reformularon en términos que hacen que el partido sea totalmente
independiente del estado e incluso superior a él.11
E l desarrollo real de la relación entre el partido y el estado
indica que no es aplicable aquí el concepto de corporación de derecho
público. E l partido no sólo coopera en asuntos legislativos, adminis
trativos y judiciales, sino que ocupa una posición superior a la del
estado. Esto es especialmente cierto de los S. S. y la Juventud
Hitleriana.
4. LOS s. S. Y LA JU V EN TU D HITLERIANA
Los S. S. (Schutz Stajfel) , escuadras de protección, constituyen
la policía y, por ende, el estado en su función doméstica más impor
tante. Sirve como policía protectora y proporciona miembros a la po
licía secreta del estado (Gestapo). Desde que fué establecida en 1925
y ampliada en 1929, los S. S. han constituido un grupo cerrado que
ha vivido bajo leyes propias. La selección de sus miembros se ha
realizado primordialmente a base de principios biológicos análogos
a los empleados por el “ cultivador de simiente” , con el propósito de
“ seleccionar a quienes más se acerquen al ideal del hombre nórdico” .12
E l elemento principal de la ideología de sus miembros está constituido
por la fe, el honor y la obediencia incondicional. Su conciencia de
élite está robustecida por una ordenaza del 9 de noviembre de 1935,
que autoriza y obliga a todo miembro de los S. S. a defender su
honor con las armas. Con arreglo a esa misma ordenanza, debe tener
al menos 21 años de edad, pasar un período de aprendizaje de 18 me
ses, prestar juramento a su Führer y haber cumplido su servicio de
trabajo y militar. Se le considera iniciado al recibir su daga. L os pri
vilegios concedidos a los S. S. fueron ampliados por el tribunal su
premo federal. E l artículo 53 del código penal permite al ciudadano
ordinario emplear armas únicamente en caso de legítim a defensa; pero
una decisión del tribunal determinó que los miembros de la S. S.
eran libres de emplear sus armas incluso cuando el ataque podía ser
rechazado con otros medios. “ Quien lleva el uniforme de los S. S. no
puede ofrecer a los camaradas de su pueblo el espectáculo de una
riña tumultuaria. T a l espectáculo es incompatible con el uniforme
de los S. S.” 13
U n reglamento del 26 de mayo de 1939 define la relación de
los S. S. con la policía.14 Su tarea es defender al estado contra los
enemigos francos y encubiertos. Pero las tres secciones de los S. S.
son tan diferentes que, aparte del nombre, tienen poco en común.15
I ,os S. S. “ generales” constituyen una pura organización de partido,
administrada por el tesorero del partido (que es también je fe de la
administración del partido).* H a y , además, dos grupos especiales:
las tropas de emergencia (V erfügungstruppen) y las formaciones de
la muerte ( Totenkopjjormationen) , controladas ambas por el mi
nistro del Interior.16 Las tropas del partido están a disposición del
estado, y el je fe de los S. S. (H im m ler) es también el je fe de la po
licía federal del Reich (ley de 17 de junio de 1936 ).
L a policía comprende dos organizaciones: la Ordnungspolizei
(policía de orden), cuyo comandante es el subjefe de los S. S., D a-
luege, y la Sicherheitspolizei (policía de seguridad), mandada por el
subji fe de los S. S. (H eyd rich ). L a jefatura de la policía coincide con
la de las S. S., y las formaciones S. S. con las de la policía — en
otros términos, el estado ha abdicado en este terreno en favor del
partido.
L a Juventud H itleriana, que tuvo su origen en la Jugendbund
der N SD AP (unión ju ven il del partido nacional-socialista de los tra
bajadores alemanes) — fundada en 1932, y a la que se dió su forma
actual en 1936— es otro ejem plo de la supremacía del partido. E n
sus comienzos no fué más que una sección de los camisas pardas, bajo
el control directo del je fe de los S. A .; B aldur von Schirach, que fué
nombrado je fe (Führer) de la juventud en 30 de octubre de 19 3 1,
era je fe de grupo de las S. A . Como la juventud hitleriana era una
6 . PARTID O Y ESTADO EN IT A L IA
7. L A B U R O C R A C IA R A C IO N A L
8. E L PAR TID O CO M O M A Q U IN A R IA
I. L A F U N C IÓ N C O N S T IT U C IO N A L D E L F Ü H R E R
2. LUTERO Y C A LV IN O
3. LOS R E Y E S T A U M A T Ú R G IC O S
I . NACIÓN Y RAZA
2 . EL RACISMO EN ALEMANIA
3. TEORÍAS ANTISEMITAS
Así, pues, el racismo se convirtió cada vez más en antisemitismo
puro, de modo que conforme se desarrollaba la doctrina de la supe
rioridad racial germánica, se extendía con ella el sentimiento anti
semita. También aquí sería fútil un estudio científico de la verdad
de las afirmaciones antisemitas del nacional-socialismo, ya que el anti
semitismo ha tenido profundas raíces en la historia alemana. Toda
la historia de la vida intelectual alemana está llena de ataques a los
judíos y las organizaciones antisemitas desempeñaron en ella un papel
destacado, aun durante la época imperial.
Con la excepción de Lessing, Goethe, Schelling y Hegel, casi
todos los grandes poetas y pensadores de Alemania, aunque no son
antisemitas declarados, dejan traslucir inconscientemente sentimientos
de esa clase que forman duro contraste con las filosofías humanitarias
que defienden.
Martín Lutero fué el primer antisemita franco y apasionado.
Advierte que los cristianos no deben discutir con los judíos sobre los
artículos de la fe. M ejor sería — dice— expulsarlos de Alemania.
Sus observaciones irónicas acerca de cómo deberían ser expulsados,
tienen resonancias muy parecidas a las que se encuentran en Der Stür-
mery la publicación antisemita de Streicher, en la que aparecen con
frecuencia anuncios que ofrecen a los judíos billetes de ida para Pa
lestina. “ E l campo y las calles — dice Lutero— les están abiertos
para que puedan ir a su país si así lo desean.. . Les haremos con gusto
regalos para librarnos de ellos, porque son una carga pesada como
una plaga, una peste o una desgracia para el nuestro.” Esta declaración
va seguida de otras que expresan un odio y un resentimiento acerbos.
Cuando los judíos se marchen debe quitárseles “ todo su dinero y jo
yas y plata y oro” . “ Que en manos de los judíos y judías jóvenes y
fuertes se coloquen mayales, hachas, zapapicos, llanas, ruecas y husos,
y que se les obligue a ganar el pan cotidiano con el sudor de sus
narices, conforme al castigo recaído sobre las espaldas de los hijos
de Adán.” “ Que se incendien sus sinagogas y escuelas.” “ Que sus
casas sean hundidas y destruidas.. . y que se les ponga bajo un techo
o establo, como los gitanos — en la miseria y cautividad, ya que ince
santemente se lamentan y se quejan de nosotros a Dios.” 48
Los dos tratados especiales en los que aparecen estas explosiones
de frenético odio son típicos de los sentimientos de una pequeña
parte de la clase media alemana en toda la historia moderna, y han
constituido la base de los actos antisemitas hasta la época en que el
nacional-socialismo les ha convertido en parte de la política oficial.
Fichte confesaba ser antisemita, y sus sentimientos antisemitas
tomaron su forma más aguda en la época en que formulaba su teoría
casi anarquista del estado. Es importante darse cuenta de que esas
declaraciones antisemitas se producen durante el período liberal de su
pensamiento. Esta conexión no era accidental, como podemos ver
cuando recordamos que en la época siguiente a la Revolución francesa
y a las guerras napoleónicas, fué el movimiento liberal el que adoptó y
llevó adelante el antisemitismo. E l régimen napoleónico había lle
vado a cabo la emancipación jurídica de los judíos en Alemania y la
lucha contra Napoleón se convirtió en este país en lucha contra todas
las reformas realizadas por Bonaparte. Movidas por consignas libe
rales y patrióticas, las multitudes destruyeron las sinagogas y los ho
gares judíos, y los malos tratos a éstos se convirtieron en una ocu
rrencia casi cotidiana.
E l antisemitismo ha sido en Alemania una fuerza política desde
Jas guerras napoleónicas. La época bismarckiana hizo de él un movi
miento popular. Se reprochaba a los judíos la crisis financiera que
acabó el auge económico de los años posteriores a la guerra de 1870.
En 1873 un periodista de Hamburgo, Wilhelm Marr, publicó un
folleto titulado La victoria del judaismo sobre A le m a n ia que inci
taba a un antisemitismo violento. En el mismo período se unió a la
ola antisemita un imperialismo agresivo, justificado con argumentos
racistas.
Estas dos tendencias se fundieron cuando Adolfo Wagner se
unió al capellán de la corte Stocker en el Christüch Soziale Arbeiter-
fartei, fundado en 1878.45 Esta organización, cuya finalidad original
era lograr el apoyo de los trabajadores para el programa imperialista,
se convirtió en seguida en un partido francamente antisemita que
llevó a cabo una propaganda muy amplia y consiguió tener repre
sentación en el Reichstag. H ay toda una corriente de escritores anti
semitas en este período: Eugen Dühring, el famoso crítico del
capitalismo liberal, al que atacó Engels en su Anti-Dühring; el anar
quista Max Stirner; Hermann Ahlwardt, instigador de pogromos,
que consiguió que se instruyera en Xanten, cerca de Dusseldorf, un
proceso por muerte ritual. Finalmente el movimiento hizo una alian
za política con el partido conservador.
Aunque en ningún sitio se hizo una propaganda tan activa del
antisemitismo como la realizada en Alemania, la doctrina no logró
arraigar en la población; la agitación llegó a ser tan marcadamente
fanática que se derrotó a sí misma. E l movimiento laborista perma
neció inmune al antisemitismo, y Bebel, el líder del partido social-
demócrata alemán antes de la guerra, fué aclamado cuando calificó
el antisemitismo de “ socialismo de tontos” . En 1885 los conserva
dores eliminaron de su progama el antisemitismo y cortaron su cone
xión con el partido antisemita, motivando la derrota parlamentaria
de éste.
E l antisemitismo fué también la política fundamental de la Unión
Pangermanista, que postulaba un imperio alemán más grande, y espe
cialmente una Europa Central bajo la hegemonía alemana.*
En esos escritos antisemitas hay tres tesis fundamentales. Pri
mero, la identificación del capitalismo con el judaismo, en especial
en los escritos de Adolfo Wagner. Esta tesis ha sido sometida a una
investigación científica en el famoso libro de Werner Sombart Los
judíos y la vida económica. La segunda es la afirmación de que
los judíos son también los líderes del socialismo marxista. Ambas
reaparecen de modo incesante en el plan de propaganda nacional
socialista y empapan por completo la autobiografía de Hitler.46 E l ter
cero y más potente de los temas combina los otros dos: los líderes
de la judería mundial (los Sabios de Sión) han organizado una cons
piración mundial para destruir el “ arianismo” . En la conspiración
algunos judíos han sido designados para dirigir el capitalismo mun-
* Sobre la Unión Pangermanista véase infra pp. 235*239.
dial y otros para encabezar la actuación de las internacionales socialista
y bolchevique. Las pruebas de esta conspiración consisten en los infa
mes “ Protocolos de los Sabios de Sión” , cuya historia es demasiado
bien conocida para que sea necesario examinarla aquí.47
I . LA HERENCIA MEDIEVAL
3. POLÍTICA DEMOGRÁFICA
Tanto Alemania como Italia han realizado una intensa política
demográfica encaminada a fomentar la natalidad, como base ulte
rior de su pretensión a un mayor espacio vital. Sin embargo, el éxito
mismo de la política desenmascara ipso jacto la naturaleza fraudulenta
de su pretensión — y la estadística de natalidad no deja lugar a dudas
respecto a ese éxito, pese a la dificultad, especialmente por lo que se
refiere a Alemania, de obtener declaraciones finales acerca de sus
fines— . En su respuesta al presidente Roosevelt, Hitler se quejaba
acerbamente de la sobrepoblación de países que carecen de espacio
vital. Sin embargo, su régimen estaba removiendo el cielo y la tierra
para aumentar el monto de la población alemana.
La Alemania republicana había tomado ya medidas para aumentar
la natalidad. E l artículo 119 de la constitución de Weimar prometía
una protección especial a las familias numerosas. Organizaciones pri
vadas como la Liga de las familias numerosas (fundada en 1919)
hicieron constante presión sobre el parlamento. Las diferencias de
retribución basadas en el status familiar se aplicaban a todos los fun
cionarios del estado y eran bastante corrientes entre los empleados a
sueldo. Por otra parte, los sindicatos de trabajadores manuales se
opusieron a las subvenciones familiares, en parte por razones ideoló
gicas (deseo de un salario de clase) y en parte por miedo a que la
diferencia de trato dejase sin trabajo a los cabezas de familia. Se
difundió mucho la información acerca del control de natalidad. Ha
bía 15 organizaciones dedicadas a difundirlo y muchas de Jas mutua
lidades de enfermedad daban a sus miembros consejos acerca del empleo
de anticonceptivos.36 La lenidad con que procedían los tribunales,
especialmente en las regiones protestantes, contribuyó a elevar el nú
mero de abortos a una cifra que se calculaba entre 800,000 y 1.000,000
anuales. En general, la posición favorable al incremento de la nata
lidad se mantuvo a la defensiva durante el régimen de Weimar.
Los nacional-socialistas no perdieron tiempo para invertir este
cuadro. E l ministro del Interior del Reich, Frick, anunció el cambio
en un discurso pronunciado en julio de 1933.37 Se clausuraron Jos
centros de control de la natalidad, se puso término a la lenidad res
pecto a los abortos y se cortó la propaganda de los anticonceptivos.38
E l partido incorporó a su seno la Liga de las familias numerosas, con
virtiéndola en sección del departamento de política racial. Pertenecen
a ella actualmente unas 300,000 familias. Una ley de 1? de junio
de 1933 (que había de entrar en vigor en un plazo de dos meses)
dispone que las parejas que estén a punto de contraer matrimonio pue
den obtener préstamos sin interés de 1,000 marcos, caso de que reúnan
ciertas condiciones. Tienen que ser gente de confianza política y ciuda
danos aptos racial, física y moralmente. Con arreglo a la ley de 1933,
modificada luego, la novia tenía que haber estado trabajando me
diante remuneración por lo menos durante seis meses en los dos años
anteriores al matrimonio; debía dejar de trabajar y comprometerse a
no aceptar ningún otro trabajo remunerado a menos que el marido
fuese incapaz de sostener Ja familia. Los préstamos se entregan en
forma de cupones que permiten adquirir muebles y utensilios domés
ticos y deben ser devueltos en un plazo de ocho años. Con el naci
miento de cada hijo se cancela una cuarta parte del préstamo. Las
finalidades de la ley se deducen claramente de sus disposiciones: re
ducción de la desocupación mediante la eliminación del trabajo de
las mujeres casadas cuyos maridos tienen empleo (continuación de la
política reaccionaria emprendida, pese a protestas generales, en el úl
timo período de la república) y estímulo de la natalidad.
Cuando el programa de preparación bélica produjo como una de
sus consecuencias trabajo para todos, el programa de fomento de los
matrimonios y las familias numerosas se encaminó cada vez de modo
más exclusivo al fomento de la natalidad. Una ley de 3 de noviembre
de 1937 eliminó la exigencia de que dejasen de trabajar las mujeres
<|iie recibieran préstamos de matrimonio. Una medida adoptada apro
ximadamente un mes antes estableció que el dinero devuelto en pago
ilc los préstamos debía ser empleado en subvenciones y donativos espe-
tiales a familias que tuvieran hijos y en particular como subsidios de
establecimiento para la población rural. Otras medidas fijaron dis
criminaciones en favor de las familias numerosas en lo relativo a las
tarifas del impuesto sobre la renta y en otras cosas.
Es indudable que la política de fomento de la natalidad em
prendida por el nacional-socialismo ha tenido éxito. A fines de 1938
'•c habían concedido 1.121,707 préstamos de matrimonio y 980,365
Pincelaciones de los mismos por nacimientos.39 Estos estimulantes,
junto con una mejoría económica general, elevaron el coeficiente de
n atalidad, aunque es imposible señalar el factor que desempeñó el papel
más importante.
Ahora bien ¿qué significa realmente la petición de un “ espacio
:ulecuado a la población” ? Su supuesta base científica carece virtual
mente de existencia.40 Sería absurdo sostener que porque Alemania
(incluyendo Danzig y el país de los Sudetes) tenga el 4 % de la
población mundial, deba aumentarse su 0.5 % del área mundial hasta
incluir el 4 % correspondiente a aquélla. Hay enormes variaciones
«‘II el valor de las diferentes partes de la tierra. Además, una nación
"idustrial puede necesitar menos territorio que una agrícola o nómada.
•s '< el argumento empleado es el de que una nación necesita espacio
•'iificiente para poder superar la desocupación estructura], Alemania ha
«lado la respuesta al llegar a emplear a toda su población activa en un
momento en que muchas naciones “ satisfechas” eran incapaces de ha-
<<-r lo propio. E incluso aunque se atribuya el éxito de Alemania a
l;i panacea temporal de los armamentos y la guerra, ello no salva el
argumento de la población. Las colonias son notoriamente inadecua
das para una colonización en gran escala. La Europa Oriental y Sud-
oriental está sobrepoblada de tal modo que el asentamiento alemán
en esa parte del mundo sólo sería posible expulsando a sus actuales
habitantes. La verdadera causa de la sobrepoblación es un sistema
económico que no funciona o que lo hace defectuosamente. Por ende,
aquélla sólo puede ser superada mediante una división internacional
del trabajo que funcione adecuadamente, y no por nuevas adquisicio
nes de territorio. Sostener que la sobrepoblación es responsable de la
desocupación es pura demagogia, encaminada a encubrir los antagonis
mos íntimos consecuencia del capitalismo.
La conclusión ineludible consiste en que la doctrina del espacio
vital no tiene, con respecto a la población, sino una función ideológica
en interés del imperialismo. Es muy reveladora a este respecto una
comparación con las anteriores teorías de población. Un solo temor
dominó la política de comienzos del siglo xix, que expresó en forma
sucinta el príncipe de Oettingen-Wallersttein ante la Segunda Cá
mara de Baviera en 1834: “ H ay que cerrar el camino a la revolución
poniendo dificultades al matrimonio de quienes carecen de propie
dad.” 41 En el ducado de Würtemberg, una serie de leyes (1828,
1833, 1852) exigía el permiso del gobierno para contraer matrimonio
y enumeraba una larga serie de prohibiciones. Esto significaba una
inversión total del mercantilismo de la primera época, que había de-*
rogado las restricciones matrimoniales y que aun había favorecido
a los hijos ilegítimos con objeto de satisfacer las necesidades del mer
cado de trabajo. Otros muchos estados, entre ellos Baviera, siguieron
el ejemplo de Würtemberg.
En 1827 hubo un autor que aun llegó a formular la cínica pro
puesta de que se sometiese a todos los jóvenes de sexo masculino a la
infibulación y que no se les quitasen los anillos metálicos destinados
a impedir el contacto sexual hasta que el hombre pudiera demostrar
su capacidad para sostener esposa e hijos.42 Hasta el famoso profesor
liberal de derecho constitucional Robert von Mohl creyó necesario
defender las restricciones de matrimonios, aunque incluía el matrimo
nio entre los derechos originales del hombre.48 Otros autores propu
sieron medidas que establecían discriminaciones en contra de los hijos
ilegítimos o que exigían diversas garantías financieras para permitir
el matrimonio.44 Todo ello para impedir el ulterior aumento de pobla
ción y su supuesta amenaza para la seguridad de las clases gobernantes.
M uy distinta es la técnica del nacional-socialismo. Movido por
su imperialismo racial, trata de incorporar las masas a la nueva estruc
tura autoritaria de la sociedad, prometiéndoles participación en los
beneficios futuros derivados de la conquista del mundo. La doctrina
del espacio vital prepara ideológicamente el camino, en tanto que la
política demográfica hace lo mismo en la parte material aumentando
el tamaño de la raza señorial.
# Al igual que han excluido el empleo de la palabra “nación” , los nazis han prescindido de
I* fórmula “ minoría nacional” . Hablan, en cambio, de V olksgru pp en , grupos de miembros de un
* olk separados del núcleo general de éste, con loa propósitos y consecuencias políticas que se
'■plican en el texto. (T.)
La aspiración ideológica trata indudablemente de dar a la solución
alemana del problema de las minorías raciales la santidad del derecho
internacional. La consecuencia política principal es el abandono del
principio de la protección de las minorías en favor del llamado Volks~
gruppenrecht, el derecho de los Volksgruppen.
E l modo de tratar a las minorías religiosas, nacionales, raciales
y culturales puede ser considerado como índice del nivel moral y
cultural de un estado. Durante la Conferencia de la Paz celebrada
en París resultó evidente que el principio wilsoniano de la autodeter
minación no era suficiente por sí solo para resolver este problema
europeo, el más urgente de todos. Se oponían también consideraciones
económicas, militares, geográficas e históricas. Subsistían las minorías.
Su protección no podía dejarse a la discreción de los estados en los
que vivían. De ahí que los redactores del tratado de Versalles y del
P acto de la Sociedad de Naciones establecieran un sistema de regula
ciones internacionales bajo la vigilancia de esta institución. En la
práctica, las disposiciones que prevén la protección internacional de las
minorías aparecen por primera vez en el tratado concluido entre
las Potencias Aliadas y Asociadas y Polonia, y este acuerdo sirvió de
modelo para todos los demás estados de la Europa Oriental, que
tuvieron que aceptar obligaciones similares antes de ser admitidos en
la Sociedad de Naciones.
La idea de la protección a las minorías es un reflejo de la mejor
herencia del liberalismo.83 En los tratados que en ella se inspiran se
garantiza la igualdad jurídica y política de todos los ciudadanos “ sin
distinción de origen, nacionalidad, idioma, raza o religión” . No deben
existir restricciones para el uso de ningún idioma en la vida privada
y deben darse facilidades apropiadas para su empleo en los tribunales
de justicia. Dondequiera que una minoría constituye “ una proporción
considerable de los habitantes” , el estado se obliga a facilitar la ins
trucción elemental en el idioma de la minoría y a pagar los gastos de
los servicios educativos, religiosos y de beneficencia. Las minorías
pueden establecer, a sus expensas, escuelas y otras instituciones socia
les y culturales. La libertad religiosa no debe tener restricciones. Cual
quier disputa que se suscitase podía presentarse ante la Sociedad de
Naciones y en último término ante el Tribunal Internacional de El
Haya.
Los tratados de protección a las minorías aspiraban, pues, en
primer término a la igualdad y sólo de modo secundario a proteger
cualquier carácter y cultura nacionales específicos. La principal difi
cultad práctica para el cumplimiento de sus disposiciones consistía en
<|ue las minorías no tenían derechos colectivos y no podían actuar
tomo custodios de sus propios intereses. Por ende, la protección inter
nacional no era, en realidad, en el mejor de los casos, protección de
una minoría nacional en cuanto tal, sino de cada uno de sus miem
bros.84 Además, la Sociedad de Naciones encontró conveniente con
demasiada frecuencia ponerse del lado de los estados soberanos. Ni
.siquiera una acción tan brutal como la expedición punitiva hecha por
los polacos contra los ucranianos en la Galizia Oriental, de cuyas
consecuencias tuve ocasión de ser testigo presencial, provocó una seria
protesta por parte de la Sociedad de Naciones. En último término
la protección jurídica concedida por los tratados no tuvo mayor éxito
que los esfuerzos de las minorías para organizarse y celebrar confe
rencias anuales en todos los países europeos, excepto en la Rusia So
viética. E l esfuerzo falló totalmente con la decadencia de la Sociedad
de Naciones y los principios en ella implícitos acabaron por ser aban
donados por el gobierno británico durante la crisis provocada por los
Midetes en septiembre de 1938.
Es innecesario decir que la teoría y la práctica nacional-socialistas
(ienen un enfoque totalmente nuevo del problema — el derecho del
Volksgrupfe— .8S Sus aspiraciones pueden resumirse contrastándolo
ion la abortada pauta de la protección internacional de las minorías.
i. d e m o c r a c i a e im p e r ia l is m o
2. E L V O L K P R O L E T A R IO CO N TR A LAS P L U T O C R A C IA S
3. ELEM EN TO S S E U D O M A R X IS T A S EN LA T E O R IA
D E L IM P E R IA L IS M O S O C IA L
La clase alta británica se aseguró su posición con mucha mayor firmeza y ter
quedad en esa llamada dem ocracia.. . En Inglaterra no se encuentran rastros de las
nuevas ideas. . . E l partido laborista no desea derrocar el mundo burgués. . . E n In
glaterra el mundo capitalista no está amenazado por ningún peligro interno. Los
británicos no están en contra de una Alemania grande y poderosa porque teman que
esa Alemania habría de disminuir el poder de Inglaterra. Están contra las. . . ideas
alemanas porque temen que su mundo se derrumbe ante ellas.
* C f. ¡a p r a , p. iji.
quien desarrolló por primera vez la nueva doctrina. E l partido na
cionalista y sus camisas azules pasaron en bloque al partido fascista,
que cambió entonces su nombre, adoptando el de partido nacional
fascista.16 Los nacionalistas eran tan sólo una pequeña minoría, pero
tenían en sus filas hombres de mayor preparación que los fascistas,
razón por la cual el nuevo partido aceptó sus doctrinas. Luigi Feder-
zoni, Alfredo Rocco, Scipio Sighele, R. Forges-Davanzati proceden
del partido nacionalista. Corradini, profesor de liceo, -desarrolló la
primera teoría sistemática de un imperialismo social basado por com
pleto en la incorporación de las masas.17 La teoría es, en sí, una olla
podrida compuesta de elementos diversos, en especial de “ nacionalismo
integral” francés y sindicalismo revolucionario. El argumento es sen
cillo. Italia es un gran país proletario. Entre Italia y los estados que
la rodean hay la misma relación que entre las clases trabajadoras y la
burguesía satisfecha. Italia está aprisionada en el Mediterráneo, sin
recursos industriales y sin un imperio colonial. Por tanto, su naciona
lismo tiene que ser social; Corradini llegó a acuñar el término socialis
mo nazionale.’ 8 Fué más allá de la mera afirmación de la necesidad
de la guerra y del heroísmo. Incorporó a su obra las doctrinas de
(ieorge Sorel, transformándolas en un medio de atraerse a las clases
1rabajadoras.19 La adaptación no fué muy difícil, ya que Sorel, el
más brillante y más contradictorio de los críticos del marxismo y el libe
ralismo, no había ocultado nunca sus simpatías por el “ nacionalismo
integral” francés y por la Action Frangaise.so Sorel creía que el pro
letariado sólo podía conseguir sus fines mediante la violencia, es decir,
la huelga general, la manifestación suprema de solidaridad. Para Co
rradini, esa expresión suprema es la guerra.21 Sorel sostenía que
la nueva sociedad sin clases sólo podía establecerse sobre la base de la
libre asociación de todos los productores en sindicatos; para Corradini
el nuevo orden es corporativo.22 Pero mientras que Sorel sólo deno
minaba productores a los trabajadores subordinados, para Corradini
como para el fascismo y más tarde para el nacional-socialismo—
l'i palabra productores incluye a todos — patrones y obreros, amos y
■lervos— , conjuntamente organizados en un sistema corporativo que
•eemplace la democracia parlamentaria. Por tanto, Corradini fué el
primero en defender el matrimonio del nacionalismo con el sindica
lismo revolucionario, matrimonio que después consumaría el fascismo.
Es significativo notar que el desarrollo de la doctrina de Corra-
dini se produjo entre 1909 y 1912 y culminó en el congreso del par-
tído nacionalista de 1910 en Florencia.23 Fué éste un período de fuerte
tensión entre las grandes potencias, señalado por la cuestión de Ma
rruecos, el incidente de Agadir, la guerra turco-italiana de 1911 y la
adquisición de Trípoli en 1912. Italia estableció el sufragio universal
masculino poco después del tratado de paz de 1912. E l populacho
se había opuesto a las aventuras imperialistas d e i 9 i i y i 9 i 2 . Es ca
racterístico que Antonio Labriola, líder socialista de tendencias sindi
calistas, defendiera la guerra de Libia y considerara la anexión de
Trípoli como buen negocio para la burguesía y motivo de auge para
el proletariado italiano. Pero los socialistas se opusieron a la guerra,
aunque con timidez. La oposición espontánea fué más poderosa; el
propio Mussolini, entonces socialista revolucionario, atacó apasionada
mente a Corradini y al partido nacionalista, dijo que la bandera na
cional era “ un trapo que había que plantar en un estercolero” ,24 inició
una campaña de propaganda contra la guerra italo-turca y fué enviado
a prisión por un año.
La teoría de Corradini es tal vez el primer intento de emplear
las fuerzas que influyen en la lucha de clases para desarrollar un so
cialismo imperialista.
Ya hemos mencionado los intentos hechos por Friedrich Nau-
mann, en su libro Mitteleurofa,* para subrayar la identidad de los
intereses de los capitalistas y los trabajadores y la influencia educativa
del partido social-demócrata y los sindicatos. Hemos mencionado
también la línea ininterrumpida que va de Federico List a Adolfo
Wagner.** Pero la expresión alemana más clara de esta teoría del
imperialismo social puede encontrarse en las obras de Oswald Spengler
y Moeller van den Bruck. No nos importa aquí la actitud de Spen
gler respecto al nacional-socialismo ni la actitud de los nacional-so
cialistas respecto a Spengler. Se trata en gran parte de fenómenos
accidentales. Spengler tuvo una gran influencia en todos los movi
mientos e ideologías antidemocráticos alemanes. Digan lo que quieran
los técnicos contra sus afirmaciones de hecho, no puede negarse su
brillantez. La decadencia de Occidente contiene observaciones que
iluminan el paisaje a modo de relámpago y destacan nuevos aspectos
que tendemos a hundir en la masa de detalles. No tratamos de ocu
parnos aquí de la filosofía de la historia, la morfología o la teoría
cíclica de Spengler, sino de dos problemas que su filosofía política
I m p e r ia l i s m o d e la s P o t e n c ia s S a c ia d a s
IM PERIALISM O E C O N Ó M IC O -P O L ÍT IC O ¡
I m p e r ia l i s m o d e l a s P o t e n c ia s “ I n s a t is f e c h a s ”
IM PERIALISM O “ SOCIAL” :
7. EL IM P E R IA L IS M O R A C IA L Y LAS M ASAS
UNA T E O R ÍA E C O N Ó M IC A N A C IO N A L -S O C IA L IS T A : * EL M IT O
DEL ESTADO C O R P O R A T IV O
EN LA R E P Ú B L IC A DE W E IM A R
M E R C A D O D E M E R C A N C IA S M E R C A D O D E TRA BAJl
(Organizaciones reguladoras del mercado)
•la
M
II e m p le a d o s a s u eld o :Of
DI
(•
éH ■
bn
No r e c o n o cid o s
a ) R G O — co m u n ista s
b ) F A U D — s in d ic a lis ta s r e v o lu t i! ^
c ) N S B O — n a c io n a l- s o c ia lia tu
d) O r g a n iz a c io n e s “ b la n c a l”
ESTADO
(O rganizaciones S ta n d e s )
2. LA O R G A N IZ A C IÓ N P O L ÍT IC A DE LOS N E G O C IO S
EN E L N A C IO N A L -S O C IA L IS M O
Las cámaras
Esta estructura dual está organizada ahora en tres estratos: el
superior, el medio y el inferior.
En la cúspide se encuentra la cámara económica nacional, el su
cesor, por así decir, del consejo económico federal provisional. Se com-
pt ue de los 7 grupos nacionales, 23 cámaras económicas, las iOO de
industria y comercio y las 70 de artesanos.
En relación íntima con la cámara económica nacional está la
“ comunidad de trabajo de las cámaras de industria y comercio” , su-
cesora, como es fácil ver, de la dieta alemana de industria y comercio.
De hecho, esta comunidad de trabajo es inactiva, pero proporciona el
personal de la cámara económica nacional, y la dirección de estas dos or
ganizaciones centrales es idéntica (el presidente de ambas es Pietzsch).*
Las diferencias entre la cámara económica nacional y el consejo
económico provisional son, sin embargo, considerables. Obreros, con
sumidores, profesiones liberales y técnicos independientes están ente
ramente excluidos de la cámara económica, que hoy representa sólo
a los negocios y los artesanos, sin que la perturbe ninguna influencia
extraña. Es verdad que, según el acuerdo de L eip zig6 de 1936,**
entre el ministro de Economía del Reich, el del Trabajo y el líder del
frente alemán de trabajo, la cámara económica nacional entraba en
el frente de trabajo como organismo corporativo, pero, como veremos
más adelante, este acuerdo se concluyó sólo para quitar a los obreros
toda participación en el control y regulación de los negocios. Ade
más, la cámara económica nacional ha dado lo que nunca dió el con
sejo económico nacional: organismos ejecutivos en los estratos medio
e inferior. Los miembros principales de las cámaras económicas na
cionales son los 7 grupos nacionales.
E l estrato medio, enteramente nuevo, está formado por 23 cá
maras económicas, que se componen de las cámaras de industria y co
mercio de cada provincia, de las cámaras de artesanos y de los grupos
económicos provinciales. Por consiguiente, las cámaras económicas
combinan también el principio funcional y el territorial. Representan
¿odos los negocios de una provincia, creando un frente único de ne
gocios en relación con los organismos ejecutivos provinciales del es
tado. En muchos casos el jefe de las cámaras económicas es el presi
dente de la mayor cámara de industria de la provincia; por eso se
han convertido en los órganos decisivos del gobierno autónomo in
dustrial después del decreto de 27 de octubre de 1936. Se componen
de 6 departamentos: 1) el departamento llamado “ cámaras de indus
tria” , organismo coordinador de las cámaras de la región; 2) el de
partamento de “ industria” , organismo coordinador de los subgrupos
económicos de primer orden y de segundo orden del grupo nacional
que abarca la industria de la provincia; 3) el departamento de “ co
mercio” , en el que las cuatro subdivisiones de menudeo, mayoreo,
importación y exportación, agentes y revendedores, tienen mayor im
portancia que el departamento mismo; 4) el departamento de la
“ industria del turismo” ; ¿) el departamento de “ cámaras de artesa
nos” , organismo coordinador de las cámaras de artesanos de la pro
vincia; y, por último, 6) la oficina provincial de compensación, que
lia llegado a tener gran importancia y tiene una influencia decisiva
en la distribución de contratos públicos entre los miembros de las cá
maras económicas. Por regla general, dirige estas oficinas de com
pensación el presidente de la cámara económica y la vigilancia la
ejercen comisionados oficiales. Cada uno de los departamentos está
presidido por un director, al que ayuda un consejo, y actúa a través de
un gerente, que suele ser un industrial, líder del grupo provincial.
A la misma altura que las cámaras económicas están las organi
zaciones provinciales de los grupos económicos (220), los subgrupos
de primer orden (180) y los subgrupos de segundo orden (270), los
artesanos y las organizaciones gremiales provinciales.
Ocupan el último lugar las cámaras de industria y comercio
(100), las cámaras de artesanos (70), los organismos locales de los
grupos, cuando existen, y los gremios de artesanos.
E l cuadro que sigue aclara la estructura de esta organización.
Toda ella se rige por el principio del liderazgo.* Los líderes
de la cámara económica nacional, de las cámaras económicas, de las
cámaras de industria, de los grupos nacionales y los grupos económi
cos se nombran por el ministro de Economía del Reich a propuesta del
grupo nacional, mientras que los líderes de los sub-grupos de primero
y segundo órdenes están nombrados por los líderes de sub-grupos
nacionales a propuesta del líder de los grupos económicos. Los miem
bros de los grupos están obligados a obedecer las órdenes de sus líde
res, y el líder del grupo económico, como organismo central, puede
imponer castigos disciplinarios a los miembros que infrinjan la ley.
Igual principio que en el campo político, también en esta acti
vidad económica el principio del liderazgo no es sino un eufemismo
para describir un cuerpo burocrático centralizado que se rige por prin
cipios autoritarios. Desde luego, los líderes, que en su mayoría son ne
gociantes importantes, como tendremos ocasión de ver más adelante,**
no lo dirigen todo; los dirigen gerentes que, a menudo, son los ver
daderos directores. Cada líder está rodeado por un consejo consultivo
formado por líderes del grupo, presidentes de las cámaras de indus
tria, representantes del estamento de la alimentación, de los munici
pios y de la organización de transportes. Las reuniones de los miem-
LA O R G A N I Z A C I O N P O L I T I C A A U T O N O M A D E L O S
NE G OC IO S E N A L E M A N I A
(Grupos y Cámaras — Excepto el Estamento de la Alimentación)'
ALTA
Cám ara Económica Nacional <------------------ > Com unidad de T rab ajo de las Cámaras
de Industria y Com ercio
M IEM BRO S
Las Cámaras de Industria
Las Cámaras de Artesanos
Los Grupos Económicos Provinciales
D E PA R TA M E N TO S
1. Industria
2. Com ercio; con 4 sub-departamentos
3. Industria turística
4. Clearing (para contratos oficiales)
5. Cámaras de Industria
6. Cámaras de Artesanos
B A JA
Aparato de racionalización
P la n C u a tr ie n a l E l C o m is a rio G e n e r a l d e E c o n o m ía ( F u n k ) , j e f e e n to d o s lo» p ro b le m a s e c o n ó
m ic o s , « a lv o la in d u s tria t ic a rm a m e n to s . C o m o t a l es j e f e d e lo s m in is te r io s d e :
g e n e r a le s C o m is io n a d o E c o n o m ía T r a b a jo lUcianda Alimentación Bo
io n a liz a d e p rec io s
a coins
e d ific io s , fü h r u n g s s ta b e der W ir tfc k a ft
c ió n re (c u e rp o d ir e c t iv o d e la e c o n o Estamento
O f ic in a s 31 R c ic h s ftc U e n p a ra
a l.
d e f ija c i ó n d e l el ra c io n a m ie n to de m ía ) e n la s je fa tu r a s p r o v in c ia le s , de ‘la
p re c io m a te r ia s p rim a s R e ic h ssta tth a lte r , e tc . (ta m b ié n alimentación
g o b ie r n a n lo s g ru p o s , cám a ras
y* b o ls a s d e t r a b a jo )
Oficinas V e r te ilu n g s s te lle n
de vigilancia ( o r g a n is m o s d e di»*
del precio t r ib u c ió n ) id é n tic o s a 1 8 R c & r k stiir / s c h flf/ sa w tc r (o fi 1 8 i.ttn d e s e r n ik r v n g s - 18 F orsl
lo s c á r t e le s y / o a lo s ¡ c in a s de e c o n o m ía r e g io n a l ) a u ite r ( o fic in a s d e tv ir tsc h a f
g ru p o s p a ra e l ra c io n a m ie n to d e b ien es a lim e n t a c ió n d e lo s c in a s m a
d e con su m o p a ís e s ) p a ra e l ra c io n a le s ) p a
n a m ie n to d e a lim e n to m ie n to d
C o m is a r io s d e l W ¡r isp ia ffsa m / e r I
E r n a h r u n g s a m te t
R e ic h p a ra la s c á ( O f ic in a s d e e c o
( o fic in a s d e a l i
m a ra s (s u s p resi n o m ía ) lo c a l e s ,
m e n ta c ió n lo c a le s )
d e n te s ) p a ra e l r a c io n a
p ara e l ra c io n a
m ie n to d e b ien es
m ie n to d e a li-
de consum o
sarse en los cárteles, pues no hay prácticamente ningún cártel de
precios. Debido a ello, los sub-grupos de primero y segundo orden
han recibido funciones distribuidoras.12
También en la industria de las baterías no se ha hecho más que
convertir el cártel de éstas en oficina distribuidora.
Damos en la página anterior un cuadro de la complicada organi
zación de la vida económica alemana en tiempo de guerra.*
Resumen
* S o b re c o n tr o l d e p re c io s, v é a s e in fr a , p. 342} sobre c o n t r o l d e la s g a n a n c ia s , v é a s e in fr a ,
P* 353i so b re c o n tr o l d e l c o m e rc io e x t e r io r y e l c a m b io , v é a s e in fr a , p . 3 6 5 .
ilad, más aumenta la productividad de trabajo y más crece la mono
polización de la sociedad, tanto más es función de la ley el velar y
ocultar los antagonismos hasta que llegue a ser casi imposible ver
lo que se oculta tras esa masa de palabras. Pero esto es precisa
mente lo que hay que hacer.
I . P R O P IE D A D Y C O N T R A T A C IÓ N
( e c o n o m ía y p o l í t i c a )
1. LA P O L ÍT IC A DE CAR TELES D E L N A C IO N A L -S O C IA L IS M O
Cartelización obligatoria
En esa misma fecha se aprobó una segunda ley sobre cárteles intro
duciendo la cartelización obligatoria. E l ministro de Economía del
Reich recibió facultades para crear cárteles obligatorios, para obligar a
los extraños a unirse a ellos, para prohibir la creación de nuevas empre
sas y la ampliación de la magnitud o la capacidad de las ya existentes y
para regular la capacidad de estas últimas. No se conceden indem
nizaciones por los daños consecuentes a tales actos.
La cartelización obligatoria nú es nueva en la historia económica
alemana. Mencionaremos sólo los cárteles del carbón y la potasa, y
los obligatorios del almidón, fósforos, leche, azúcar de remolacha,
navegación interior y cereales. Pero los antiguos cárteles obligatorios
se basaban siempre en leyes especiales, y estaban, en consecuencia,
sometidos a debate y control parlamentarios, mientras que la ley del
15 de julio de 1933 da al ministro de Economía facultades ilimitadas
y arbitrarias para dictar la cartelización obligatoria. No es extraño en
contrar leyes idénticas en Italia (junio de 1932) y Japón (abril de
W )-
¿Qué finalidades persigue esta disposición? La nota oficiosa abona
nuestra tesis de que los cárteles son formas organizadas de desperdi
cio. Dice: “ La severa depresión que se cierne sobre la economía ale
mana ia afectado con gran intensidad a las ramas industriales que
tienen una capacidad productiva muy superior a las posibilidades ac
tuales de venta. La intensa competencia y el bajo nivel de precios
que de ella resulta.. . nos han llevado a un punto que amenaza con
la ruina de empresas valiosas para nuestra economía nacional” . En
consecuencia, es necesaria la cartelización forzosa. E l estado ha de
recibir mayores facultades para evitar que se cierren plantas y se
derrumben los precios, para conservar las empresas e'industrias que
la competencia ha puesto en peligro por estar sobre-capitalizadas y te
ner una capacidad productiva en exceso. De este modo se dan al mi
nistro de Economía tres facultades diferentes: la creación de nuevos
cárteles obligatorios, la de meter en ellos a los extraños y la prohibición
de establecer nuevas empresas y ampliar la capacidad de las ya existen
tes. Con ello han recibido sanción oficial las organizaciones privadas que
tienen por misión restringir la capacidad y subordinar industrias en
teras a los deseos y mandatos de los monopolistas. E l estado nacional
socialista llevó así a su conclusión lógica una evolución iniciada hace
muchas décadas, a saber, que la organización de la industria en cár
teles es una forma mejor y más alta de organización industrial. Un
inteligente economista nacional-socialista ha resumido así la situación:
“ La orden obligatoria, con ayuda de la soberanía del estado, da al
cártel un poder que no podía alcanzar voluntariamente” .10
También la ordenanza de cartelización obligatoria va sobre todo
contra el negociante pequeño y medio, que a menudo se resiste a unir
se voluntariamente al cártel, y que ahora está del todo subordinado a
las exigencias de las grandes empresas. La resistencia a la carteliza
ción surge también del antagonismo entre las plantas especializadas
y las mixtas, es decir, entre las empresas que no producen sino una
sola clase de mercancías y las grandes empresas verticales que producen
todas las materias primas, bienes de producción y bienes de consumo.
K1 nuevo poder del estado se aplica contra el negociante independien
te. Esta es una violación directa de la ideología oficial respecto a los
cárteles, que los considera como organizaciones para la protección de
los negociantes que operan en escala pequeña y media.
Una investigación nacional-socialista sobre la aplicación de la
ordenanza de cartelización obligatoria y que estudia el problema hasta
1937, confirma nuestro punto de vista.10 Hay docenas, y hasta cíen
los de ordenanzas que prohiben la creación de tales plantas o la amplia
ción de las existentes o que crean cárteles obligatorios. E l antiguo sueño
<le los magnates del cemento, por ejemplo, se ha convertido por fin
ni realidad. Los cárteles correspondientes hicieron durante años una
l-uerra enconada y cara contra las empresas que no se habían adherido a
«líos y que, atraídas por las grandes ganancias que podían obtenerse
:l causa de la existencia de los cárteles, establecieron nuevas fábricas
o simplemente amenazaron con hacerlo, cosa que era fácil ya que hay
abundancia de materia prima y se necesita poco capital. Los cárteles
tuvieron que sacrificar millones para eliminar a los competidores exis
tentes y a los que amenazaban con serlo. E l 12 de diciembre de 1940 u
los cuatro cárteles regionales del cemento formaron por ordenanza
una unión alemana de este producto que abarcaba todo el territorio
de la nación e incluía a todos los fabricantes. La industria hotelera
quedó protegida por un decreto que prohibía la creación de nuevas
instalaciones y la ampliación de las existentes.12 Las artes gráficas, que
habían sufrido mucho desde que el Dr. Goebbels monopolizó las im
prentas, quedaron protegidas por una cartelización obligatoria, prohi
biéndose así que empresas ajenas al cártel ofrecieran precios más
bajos.13 Durante la purificación del comercio al por mayor y menor,
que examinaremos más adelante, la orden del 15 de enero de 1940*
prohibió, salvo contadas excepciones, el establecimiento o traspaso de
empresas comerciales, e hizo que tales actos dependiesen de una auto
rización previa.14 Se amplió en virtud de una ordenanza la vida de
todos los cárteles del hierro. En casi todas las ramas del comercio y
la industria existen innumerables restricciones de esta clase, que se-
registran debidamente en la Kartell-Rundschau.
Vemos, pues, que la ley que decreta la cartelización obligatoria
sostiene y refuerza los módulos existentes de organización. Durante*
la primera etapa de la política económica nacional-socialista lo que sff'
pretendía era asegurar las ganancias de las asociaciones industriales'
aun con el menor volumen de producción. A este respecto, por tanto,
la política nacional-socialista no difiere de la que siguieron los gabinete*
de crisis anteriores a Hitler. Se limita a llevar a una conclusión radical
la política de estos últimos.
Cárteles y grupos
Los cárteles, con la colaboración y bajo la presión del estado,
han llegado a ser los órganos empleados para alcanzar la ocupación
plena. Han llegado a serlo porque ahora, más que nunca, no son sino
el disfraz que oculta la fuerza de las en pi esas industriales, que por
su intermedio han logrado el control de la estructura política de los
negocios.
Ya hemos dicho que la organización corporativa de los negocios
se detuvo debido a que los cárteles utilizaron la nueva ideología para
exterminar a las empresas ajenas a ellos y extender su red sobre ra
mas enteras de la industria y el comercio. Algunos comentaristas na
cional-socialistas han manifestado su indignación ante el “ proceso de
degeneración y falsificación que ha provocado la corrupción del estado
por los cártelps” .18 Aunque ya no prosigue la organización corporativa,
sí continúa la entrega de los órganos políticos a los cárteles. Existe un
punto de importancia capital que es preciso recordar al estudiar la
relación entre los negocios y su organización política. En las organiza
ciones de cárteles, en los trusts, en las combinaciones y en las sociedades
por acciones no prevalece el principio del liderazgo. La mayoría es la
que decide en todas estas organizaciones. Pero en los cárteles la ma
yoría no es la mayoría de los miembros, sino de las cuotas asignadas
a cada uno, ya sean de producción o de ventas. Cuanto mayor es la
cuota, mayor es el número de votos de la empresa.* En consecuen
cia, y por necesidad lógica, los miembros más poderosos dominan los
cárteles. Son éstoá los que utilizan la forma semi-democrática de
los cárteles para apoderarse del control de la organización política
de los negocios.
A menudo se ha criticado esta situación. En realidad, ninguna
faceta de la organización :conómica ha recibido una atención tan sos
tenida como el poder que ejercen los cárteles sobre los organismos
públicos, políticos, estamentales, corporativos o autónomos de los ne
gocios. “ Es verdad que en las asociaciones comerciales [grupos] la
identidad conocida del personal de éstas y el de los cárteles ha repre-
* Véase infra, p. 308.
sentado un papel de importancia excepcional y, en la práctica, ha
producido el resultado de que se empleara la influencia y el poder
de los organismos públicos que no deberían regular el mercado, para
reforzar el poder privado de los cárteles” , escribe la Frankfurter
Zeitung.19 Uno de los observadores más agudos de los cambios estruc
turales de la economía nacional-socialista llega a la conclusión de que:
Parece haber una unión entre las asociaciones comerciales y los cárteles, lo cual
supone que la organización en sus etapas inferiores, y por consiguiente decisivas,
está al servicio de los intereses de aquéllos. La situación actual ha debilitado mucho la
posición de los extraños al cártel, pues el líder de la asociación comercial tiene
facultades como representante de una organización obligatoria y contribuye de este
modo al fortalecimiento y dominación de los cárteles. Estos han sido organizado!
a veces directamente por los grupos (industria eléctrica y automovilista) a fin de
poder llevar a efecto las medidas de cartelización. Este procedimiento parece haber
empezado sobre todo en varios sectores del comercio que antes no habían estado
carteüzados.20
3. E L C R E C IM IE N T O DE LOS M O N O P O L IO S
Germanización
Más importante aún es la fuerza que han logrado las combina
ciones industriales como consecuencia de abarcar dentro de su órbita
todos los negocios de los territorios conquistados. Es casi seguro que
un examen completo de este punto aburriría al lector. Y a hemos
mencionado antes algunas de las técnicas, la más importante de las
cuales es el uso del cártel. E l proceso no ha terminado, ni mucho
menos. Hasta ahora sólo se ha tocado la superficie de los negocios
en los territorios conquistados. No sólo las empresas Hermann Goring
se benefician con la conquista, sino también los magnates industriales.
Dos ejemplos pondrán de manifiesto la medida en que la propiedad
privada obtiene los beneficios de la conquista y la dominación del
capital alemán dentro de toda Europa. Uno de ellos es la creación
de la “ Sociedad Continental del Petróleo” en Berlín,35 que se ha
llamado “ modelo de una futura organización de empresas” . Se tra,ta
de una compañía tenedora de todos los intereses petroleros que se
encuentran fuera del territorio alemán propiamente dicho y que Ale-
* Véase sufra, pp. 142-147.
inania ha adquirido ya o puede adquirir en el futuro. E l informe
oficial observa que puede esperarse muy pronto la adquisición de los
derechos franceses y belgas en el petróleo rumano. Los promotores 3a
son los bancos y sociedades petroleras alemanes más importantes; dos
de ellas pertenecen al estado. E l capital inicial de la sociedad es de
Ko millones de marcos, pudiéndose aumentar a 120 millones; hay 50
millones de marcos divididos en acciones nominativas con pluralidad
de votos, 30 millones en acciones al portador que están de venta al
público. Las acciones nominativas, que conservarán los promotores,
conceden 50 veces más votos que las acciones al portador, de manera
que no podría destruirse el dominio de los promotores sobre la socie
dad aun si se aumentase el capital en una medida inconcebible. El
consejo de vigilancia de esta nueva sociedad tiene el aspecto de una
lista de la nueva élite alemana. Sus miembros son representantes del
partido, los secretarios de estado Keppler y Neumann; de la buro
cracia militar, los generales Thomas y von Heemskerk; representan
tes de la burocracia, de los productores de petróleo natural y sintético,
de la industria del carbón y del lignito, de los bancos y de los grupos.
I'.stá encabezado por el ministro de economía, Walther Funk. Por
consiguiente, el consejo de vigilancia es una amalgama de líderes
industriales, del partido, representantes de las fuerzas armadas y de
la burocracia ministerial. La labor de la nueva sociedad consiste en
“controlar la producción, utilización y transporte de las necesidades
petrolíferas” alemanas (Frankfurter Zeitung). Los comentaristas na-
cional-socialistas no tienen sino palabras de alabanza para el nuevo
organismo, en especial en lo que respecta a la colaboración entre el
gobierno y los negocios. Lo prefieren a la antigua forma de sociedad
mixta, en que el capital público y privado participaba conjuntamente
<n determinadas empresas económicas. Creen que al tener el gobierno
influencia en el consejo de vigilancia, se puede lograr que esta orga
nización sirva de una manera más adecuada los intereses de Alemania
que valiéndose del interés capitalista del gobierno. Olvidan que esta
sociedad, que, según su carta de fundación, no perfora ni perforará
pozos petroleros en la Alemania propiamente dicha y que no produce
m producirá en ella gasolina sintética a fin de no competir con los
productores alemanes de petróleo, sólo se ocupa de la explotación del
pe tróleo en los territorios conquistados, adquiridos con el trabajo de
los obreros alemanes y la sangre del pueblo alemán. Las ganancias
van a parar sólo a esta sociedad gigante en que la pluralidad de votos
es una garantía absoluta del poder de los promotores capitalistas.
Igual de característica es la distribución de la industria pesada
francesa de Lorena. Los cinco bloques: Heckingen, Rombach, Carls-
hütte, Kneuttingen y Hagendingen, se han distribuido equitativa
mente entre cinco combinaciones alemanas: Stumm, Flick, Róchling,
Klockner y Empresas Goring. Verdad es que hoy los cinco indus
triales son simples fideicomisarios; pero la declaración oficial añade
que éstos tendrán oportunidad de adquirir sus fideicomisos después
de firmarse la paz.37
Estructura societaria
La sociedad por acciones es la forma legal que ha servido para
poner en práctica el proceso de monopolización.
Los norteamericanos Berle y M eans57 han hecho un examen
minucioso de las técnicas para dominar grandes combinaciones con
pequeñas cantidades de capital. En Alemania se conocían y practicaban
esos métodos desde que la sociedad por acciones adquirió importancia.
La forma misma de la sociedad por acciones representa una desviación
repecto del principio del empresario libre, y así lo reconoció Adam
Smith. La sociedad mercantil moderna, monopólica o no, ha modifi
cado ya la función de la propiedad.58 La forma misma de la sociedad
hace que la función del capital se divorcie de la administración, y con
ello crea el germen de donde surge una burocracia de gerentes, des
truyendo la piedra de toque de la libre competencia, del empresario
libre, que arriesga su capital y trabajo con objeto de alcanzar ciertos
fines económicos. Pero no es forzoso que este divorcio sea perjudicial
mientras los capitalistas, los accionistas, controlen la dirección — es
decir, mientras las sociedades sean organismos democráticos— . Pero
no es éste el caso, ni puede serlo. Walther Rathenau fué quien, en un
pequeño folleto titulado Vom Aktienwesen, llamó la atención sobre el
hecho de que la estructura democrática de la sociedad por acciones
cede inevitablemente el paso a la estructura autoritaria.59 Dentro de
las sociedades por acciones se producen los mismos cambios que en
una democracia política. Lo mismo que un gabinete llega a indepen
dizarse del parlamento, así también el consejo de administración im
pone su soberanía a los accionistas. Las accciones preferentes, el voto
por delegación (cuando las condiciones que estipulan los bancos en
donde el accionista deposita su título comprenden ya la cesión del
derecho de voto), la magnitud misma de la sociedad, que hace impo
sible convocar reuniones de miles de accionistas e impide a éstos asis
tir a ellas, y una serie de otros métodos, han dejado indefenso al
accionista. Lo mismo que en el parlamento el poder del diputado
individual cede el puesto al poder de los partidos políticos ligados por
una disciplina estricta, así también la reunión de accionistas ya no
es una discusión entre capitalistas industriales, sino una lucha entre
poderosos grupos monopólicos que regatean con la gerencia y la apo
yan cuando se alcanzan sus propios, fines.
En la república de Weimar el poder de la gerencia se empleó
en muchos casos para alcanzar fines enteramente egoístas, incluso sa
crificando el bienestar de la sociedad y provocando grandes destruccio
nes de capital. Sólo podemos dar algunos ejemplos de cómo se empleó
indebidamente' el poder autoritario de la gerencia. E l presidente de
la famosa empresa cervecera Schultheiss de Berlín llevó a ésta a la
ruina financiera al adquirir, con ayuda de los bancos, las acciones de
su propia sociedad, a fin de facilitar una fusión con una empresa
sobrecapitalizada, una mezcla de fábricas, molinos, fábricas de cemen
to y de maquinaria. L a empresa cervecera hubo de soportar la pérdida
resultante de 70 millones de marcos, aunque ni los accionistas ni los
miembros del consejo de administración sabían nada del asunto. Los
directores de la famosa sociedad de seguros de Frankfort del Meno
la llevaron a una bancarrota total porque la consideraban como una
simple forma de robar todo lo posible en poco tiempo. La famosa
empresa lanera Nordwolle también quedó arruinada por las activida
des criminales de sus presidentes, que costaron más de 200 millones de
marcos. Los directores de la Norddeutscher Lloyd, junto con miem
bros del consejo de administración, compraron acciones de su propia
sociedad, y al bajar el precio de éstas en la bolsa traspasaron desca
radamente la pérdida a la empresa. E l famoso industrial Otto W olff
vendió las acciones de su propia sociedad a una tercera, controlada
también por él, a un precio que excedía con mucho a su valor, con
lo cual ganó una suma de 10 millones de marcos. Los gerentes de un
gran almacén muy conocido, Karstadt, especularon en gran escala. Es
tos no son sino unos cuantos ejemplos de empleo indebido, con fines
egoístas, de la independencia de que goza la dirección de la sociedad.
Este fenómeno también tiene una significación política profunda,
pues precisamente en esa época el partido nacional-socialista inició una
propaganda violenta contra la corrupción que existía en el partido so
cial-demócrata, porque algunos de los líderes de éste tenían relación
(o se afirmaba que la tenían) con especuladores tales como Barmats,
Kutisker y otros. Pero si bien las actividades criminales de un pequeño
grupo fUeron muy comentadas en la prensa alemana y originaron gran
agitación política, los casos en realidad importantes de inmoralidad en
el empleo de las facultades que concedía el sistema de sociedades, en el
sentido de perseguir las finalidades egoístas de los gerentes, no tuvo
en la práctica esas consecuencias políticas. L a campaña del partido
nacional-socialista contra la corrupción se enderezaba única y exclusi
vamente contra la corrupción semita y social-demócrata.
La autoridad del consejo, por el cual entendemos el consejo de
administración y el de vigilancia, estaba santificada por la teoría de la
“empresa como tal” ,60 es decir, por la influencia todopoderosa que
ejercía la doctrina institucionalista sobre la teoría legal individualista.
Según esta teoría, la sociedad, si es fuerte desde un punto de vista eco
nómico y social, está divorciada de sus accionistas y «u consejo de ad
ministración, y constituye una entidad cuya suerte no debe identificarse
con la de las personas a quienes pertenece y que ¡ la dirigen. Por
ejemplo, Rathenau había sostenido que no debe permitirse que un
banco como el Deutsche Bank pudiera ir a una liquidación voluntaria,
pues el interés público exigía, dado su tamaño e importancia nacio
nal, que no se interrumpiera su funcionamiento.
Desde este punto de vista de la institución * el derecho del ac
cionista individual era un simple estorbo, y en consecuencia la teoría
identificó a la empresa con su consejo de administración, que quedó
de este modo libre de todo control de los accionistas.81 Los tribunales
alemanes fueron adoptando poco a poco esta doctrina, y el Ministerio
de Justicia democrático, en su proyecto de una nueva ley de sociedades,
suscribió la opinión de que “ los intereses de la empresa como tal, son
tan dignos de protección como el interés privado de los accionistas” .
Vale la pena recordar la crítica que hizo uno de los principales abo
gados alemanes de este proyecto y de la filosofía de la institución en
que se basa.
I . E L SECTOR NACIONALIZADO 4
2. E L SECTO R D E L P A R T ID O 8
( l a C O M B IN A C IÓ N G Ó R IN G )
3 . E L C O N TR O L D E P R E C IO S Y E L M ERCAD O
Estas son las palabras con las que el mayor general Georg Thomas, je
fe de la sección de economía de defensa del Estado Mayor, resumió la
función del empresario.34 E l competidor más audaz, con menos escrú
pulos, es el que gana y ganará. El control de precios organiza y
apresura el proceso de selección que tiene lugar en la economía de
competencia.
Ese mismo control no elimina el incentivo de la ganancia, sino
que más bien lo intensifica. Aun cuando estuviera reglamentado por
entero el volumen y la clase de producción, el empresario no perse
guiría más finalidad que la de producir con ganancia, y ninguna orde
nanza sobre precios se opone a este principio.315 En toda economía en
que el tráfico de mercancías se hace mediante operaciones monetarias,
la imposibilidad de obtener ganancias equivaldría a quedar eliminado
de la producción. Además, como el aumento o el mantenimiento de
un nivel de producción depende de la oferta de materias primas
y de mano de obra, y esto, a su vez, lo consigue con mayor facilidad
la planta más eficaz. La obtención de ganancias y su acumulación se ha
cen en realidad más imperiosas que nunca. Cada restricción que se
impone al empresario aumenta el estímulo que supone la obtención
# C u r s iv a m ía .— F . N .
de ganancias. Cada regulación refuerza la necesidad de los nego
cios de tener influencia con las autoridades. Como reconoce con fran
queza un economista nacional-socialista, estar en buenas relaciones
con los organismos distribuidores de materias primas, las bolsas de
trabajo y los encargados del control de precios, se convierte de hecho
en una mercancía de valor inapreciable.86 Aun admitiendo que el na
cional-socialismo haya logrado estabilizar los precios — cosa inexacta— ,
no existe un control del precio del capital circulante o fijo. Aun cuando
se libertara al precio de las mercancías de la presión que sobre él ejer
cen la oferta y la demanda, seguirían estando sometidos a ésta los
precios del capital, de las cuotas, de los permisos, las acciones, las obli
gaciones, las licencias. Las leyes del mercado siguen funcionando va
liéndose de este rodeo, por así decirlo.
E l módulo no se altera por el hecho de que el gobierno sea el
principal comprador. También es cierto que el gobierno, como prin
cipal comprador y distribuidor, recibe una parte enorme de la deman
da total y puede en consecuencia dirigirla, contraería o ampliarla.
Pero aun aquí existen límites económicos que no pueden traspasarse.
Si suponemos — habremos de demostrarlo en el próximo capítulo—
que el sistema social del nacional-socialismo se basa en la ocupación
plena, a fin de estar a cubierto de toda oposición por parte de las
clases trabajadoras, entonces una contracción de la demanda oficial
ha de compensarse por una expansión de la industria privada; ade
más, la capacidad adquisitiva del estado está limitada por el volumen
ile producción y por la velocidad con que las mercancías pasan de
inano en mano. En una economía en que se hallen empleados todos,
los factores productivos, la emisión de dinero no incrementará la
producción; lo único que puede hacer es alterar su distribución.
4. G A N A N C IA S , IN V E R S IO N E S Y a E L F IN A L D E L C A P IT A L IS M O
F IN A N C IE R O ”
5. C O M E R C IO E X T E R IO R , A U T A R Q U IA E IM P E R IA L IS M O
Los exportadores alemanes hacen envíos, por ejem plo, a Yugoslavia y el Reich»-
bank alemán les acredita el valor en marcos de sus mercancías. E l banco central e«-
tablecido en Belgrado acredita a los exportadores yugoslavos a Alemania, en diñare!,
el importe de sus exportaciones, saldando los dos bancos sus cuentas. Los exporta-
don s Je cada país recibían el pago en su moneda local, pasándose el saldo de un año
a la cuenta de uno u otro país para aplicarse a las operaciones del año siguiente.
6. E l. C O N T R O L D E L T R A B A J O *
Eficacia
La eficacia actual de la organización hubiera sido imposible sin
el equilibrio y la amplitud de la estructura de la organización de
los negocios que ya se había alcanzado en tiempos de la repúbli
ca de Weimar. Los grupos y las cámaras han sido durante décadas
los centros donde se han concentrado, profundizado y sistematiza
do los conocimientos industriales, comerciales, financieros y técnicos;
los grupos y las cámaras son los intermediarios entre la burocracia
estatal y la empresa. Tienen una gran actividad, enparte como
órganos ejecutivos en quienes el estado ha delegado poderescoactivos,
en el racionamiento de materias primas y bienes de consumo, en la ra
cionalización, en la distribución de pedidos oficiales entre los nego
ciantes, en el control de los precios, en el control del crédito y del
comercio exterior.
Otro factor que contribuye al mismo resultado es la amplitud
de la organización de cárteles, alcanzada también durante la repú
blica de Weimar. Estos, como organizaciones de venta, han veni
do estudiando muy de cerca el mercado durante décadas, han se
guido cada una de sus fluctuaciones y, en consecuencia, pudieron
poner su experiencia a disposición del gobierno. Así, durante la gue
rra, han llegado a ser organismos públicos controlados por los par
ticulares, sobre todo en lo que respecta a la distribución de materias
primas.
La eficacia de la organización debe también mucho a la burocracia
ministerial y a la falta completa de “ la mano dura del fisco” . La
burocracia ministerial alemana ha sido siempre muy competente, y la
experiencia que ha logrado en los servicios de ferrocarriles y correos,
en el Reichsbank y otras instituciones financieras públicas, en las ofi-
ciñas de control de moneda, en las organizaciones industriales del
Reich y los países, la ha preparado para la tarea gigantesca de mane
jar una economía de guerra de semejante magnitud. También cabe
una gran parte de la gloria — quizá más que a cualquier otro factor—
a la gran habilidad del obrero alemán y al sistema de preparación pro
fesional durante el aprendizaje en las escuelas industriales y en Jas
técnicas — todo lo cual se llevó a cabo durante la república de Weimar
por los países, municipios, sindicatos y, en menor grado, por la in
dustria.
La aportación del partido nacional-socialista al éxito de la eco
nomía de guerra es nula. No ha dado ningún hombre de primera
categoría, ni tampoco ha proporcionado una sola ideología o idea sobre
organización que no se hubiera desarrollado cabalmente en la repú
blica de Weimar.
Es mucho más difícil, sin embargo, exponer en detalle cómo fun
ciona Ja máquina. Trataré de analizar unos cuantos casos típicos.
Tomemos al empresario medio. Ha de pertenecer a su grupo y
a su cámara local de industria y comercio, y puede ser o no ser miem
bro del cártel. Si trabaja con métodos poco racionalizados, es decir,
si sus costes de producción son demasiado altos, pueden suceder varias
cosas. De acuerdo con el Plan Cuatrienal, el delegado general * puede
pedir a su grupo que investigue. Este presentará el informe y reco
mendará que se cierre su planta, que se modernice o que continúe en
su estado actual. Si el informe condena la planta a la desaparición,
el delegado general puede ejecutar la sentencia directa o indirectamen
te. Si el empresario desea materias primas, la Reichstelle,a o el orga
nismo distribuidor!5 (cártel o grupo) o la oficina de cuotas y (que
por regla general es el grupo) se las negará. O el delegado general
puede ejecutar la recomendación de una manera directa. El mismo
o el grupo pueden dirigirse al ministro de Economía y éste valerse de
las facultades que le ha conferido la ordenanza sobre cárteles. Si el
empresario no es miembro del cártel, se le puede obligar a entrar en
él y éste puede no darle cuota o dársela insuficiente; o el ministro
de Economía puede cerrar la planta.8
Si el informe del grupo recomienda que la planta se modernice,
E l incentivo de la ganancia
Pero ¿cuál es la fuerza motriz de esa economía? ¿El patriotismo,
el poder o las ganancias? Creemos haber demostrado que el incen
tivo de la ganancia es lo que mantiene la cohesión de la maquinaria
económica; pero en un sistema monopólico no se puede obtener y
retener ganancias sin poder político totalitario, y ésa es la caracterís
tica distintiva del nacional-socialismo. Si el poder político totalitario
no hubiera abolido la libertad de contratación, el sistema de cárteles
se habría derrumbado; si el mercado de trabajo no estuviera contro
lado por procedimentos totalitarios, el sistema monopólico peligraría;
si las materias primas, la oferta, el control de precios, los organismos
racionadores, las oficinas de control de cambios estuvieran en manos
de fuerzas hostiles a los monopolios, el sistema de ganancias caería.
El sistema ha llegado a estar monopolizado hasta el extremo de que,
por naturaleza, ha debido llegar a ser hipersensible a los cambios cí
clicos, y es necesario evitar tales perturbaciones. Para lograrlo ha de
contarse con el monopolio del poder político sobre el dinero, el cré
dito, el trabajo y los precios.
En resumen, la democracia representaría un peligro para un sis
tema monopolizado en su integridad. La esencia del totalitarismo con
siste en estabilizarlo y fortificarlo, aunque, desde luego, no es ésta
su sola función. Lo único que interesa al partido nacional-socialista
ís lograr el milenio, pero para alcanzarlo no puede menos de prote
ger el sistema monopólico que le proporciona la base económica de la
expansión política. Tal es la situación en la actualidad.
La fuerza motriz del sistema económico es el espíritu agresivo,
imperialista y expansionista de los grandes negocios alemanes que avan
zan sin parar mientes en los pequeños competidores, las clases medias,
que están libres del control de los bancos y de la presión de los sindi
catos. E l impulso viene del aliciente de obtener ganancias cada vez
mayores. En verdad, como dice el mayor general Thomas, el indus
trial que gana y el que ganará es el que tiene más empuje.* Es como
si la tesis de Mandeville de que los vicios privados sean beneficios
públicos hubiera ascendido a la categoría de principio supremo — no
para las masas, no para los detallistas, no para los mayoristas y arte
sanos, no para los negociantes pequeños y medios, sino para las grandes
combinaciones industriales— . A medida que la reglamentación se ex
tiende, a medida que el control de precios se hace más eficaz, a me
dida que la regulación del mercado del crédito y la moneda se hace
más rígida, a medida que el gobierno refuerza el monopolio del mer
cado de capital y a medida que el comercio exterior se transforma en
una operación política, más apremiante se hace la necesidad de obtener
ganancias. Ganancias no es lo mismo que dividendos. Las ganancias
son, sobre todo, sueldos, primas, comisiones por realizar servicios es
peciales, patentes tasadas a un precio superior al que deberían tener,
licencias, conexiones y crédito. Las ganancias son de una manera es
pecífica ganancias no repartidas.
Todas las medidas de reglamentación tienden a favorecer a los
beneficiarios del monopolio. Su poder se refuerza con cada procedi
miento técnico, cada invento, cada medida de racionalización. Por
ejemplo, la minería alemana del carbón parece enfrentarse hoy a una
revolución industrial, la introducción del llamado “ minero de hierro” ,
pero los diarios alemanes insisten 119 en que sólo las grandes plantas
podrán llevar a cabo una mecanización completa.
E l partido no interviene en nada de esto. Ya hace mucho tiempo
que terminó la época en que tenía intervención en la economía.
* V é a s e su pra, p . 94 .
del partido y otra del estado. A nuestro modo de ver, las empresas
Goring se fundaron debido al hecho mismo de que el partido no tiene
ningún control sobre las posiciones de poder económico.
Estructura
¿Cuál es la estructura del sistema económico? Puede ser instruc
tivo traducir un editorial publicado en el Deutsche Volkswirt,1*1 escrito
con ocasión de haberse creado la Sociedad Continental del Petróleo: *
Desde el principio mismo, los representantes más competentes del nuevo estado
alemán y los guardianes más fieles de los ideales nacional-socialistas han subrayado
el principio de que el estado debe limitarse a gobernar la econom ía; pero dejando
a esta en manos de la iniciativa privada del empresario, basada en la propiedad pri
vada y en el principio de la eficacia. Sería monótono invocar esas declaraciones si
la claridad inequívoca del principio no representara un contraste extraño con la*
dudas que surgen continuamente respecto a la suerte real de la economía privada.
U n estudio realista de ]a situación confirma que los pequeños negocios y , de
hecho, todo el comercio (quizá con excepción de algunas operaciones especiales rela
cionadas con el comercio exterior) y el artesanado pertenecen al dominio exclusivo
de la propiedad privada. Pero incluso en el sector industrial no se discute ni se ame
naza la posición del empresario particular, ni aun la de los de plantas medias y gran
des; desde un principio, la actividad aislada de autoridades públicas en este terreno
ha sido siempre la excepción que confirma la regla. Sólo en el campo de las grandel
empresas y plantas gigantes aparecen fenómenos que nos inducen a expresar una preocu
pación fundamental sobrc la suerte de la economía privada.
. . . H ay dos tendencias que provocan en muchos lugares escepticismo respecto
a la posibilidad de que perdure el principio de la economía privada aplicado a la gran
industria. La primera viene de arriba y se refiere a su relación directa con el estadOi
Para poder llevar a la práctica su. . . programa, el g r o s s d e u ts c h e R e i c h hubo de pedif
a la economía hazañas. . . superiores a las posibilidades aun de las grandes empreMI
privadas. . . Pueden citarse como ejem plo las empresas Hermann G o rin g, la fábrici
de automóviles del pueblo y la fábrica de tractores del pueblo. Pero, se dice a me*
nudo, lo que constituye el auténtico campo de actividad de la iniciativa privada del
empresario es la solución de los nuevos problemas económicos. . . Si las peticionci
que el estado ha de hacer al sector de la industria gigante exceden a las posibilidadel
de la actividad privada ¿no apunta esto el final de la gran industria privada? ¿El
posible que las empresas industriales del estado, a pesar de su número reducido, no sean
meras excepciones a la regla, sino los primeros síntomas de un desarrollo fundamen
talmente nuevo?
La segunda tendencia. . . viene de abajo y se refiere a la relación que hay entre
la empresa y el accionista. . . Es un hecho que se han aflojado los lazos existentes
entre. . . la sociedad por acciones y el amplio estrato de pequeños accionistas libres.
La única liga que resta es la distribución anual de ganancias; pero la política de divi
dendos se ha independizado más y más de la política económica real. Era difícil que
afluyeran hacia las sociedades nueva sangre y nuevas acciones. Se ha privado al interés
de los accionistas en las empresas de su carácter vivo y se ha reducido a un simple
fantasma de interpretación ju ríd ica. . .
Asi, pues, vemos cómo, desde arriba, el estado asume funciones de empresario y,
desde abajo, la disolución de los lazos que unen a la gran industria con el público,
lazos que se basan en el concepto de propiedad.
N o obstante, la declaración que ha hecho el ministro de Econom ía en la asam
blea de accionistas del Reichsbank implica un respiro en el proceso que amenazaba
la existencia de la gran industria privada. La clarificación de la estructura de capital
Je las sociedades por acciones resolverá las dudas del gran público. . . y aumen
tará con ello su interés por las sociedades.* Es ta in te rru p c ió n se r e f o r z a r á y am -
flia r á * * mediante una m edida positiva notable que acaba de adoptai la política eco
nómica nacional-socialista al establecer una sociedad gigante: la C o rp o r a c ió n C o n tin e n ta l
* Se refiere al discurso mencionado en la p. 355, en el que Funk hizo que apareciera como
l'i.ihahle la elevación del v al o r nominal del capital.
x * Cursiva en el or igi na l.— F. N .
tróleo y del carbón__ Pues es ahora evidente que el futuro nuevo orden p o lític o + ...
dará [a la industria privada] posibilidades de amplia colaboración y múltiples ta«
reas en ella.
Pedimos perdón por hacer una cita tan larga. Tiene el mérito de
indicarnos con tal claridad la tendencia, que huelgan los comentarios.
LA N U EV A SO C IE D A D
Si s e c r e e que bajo el régimen nacional-socialista la economía ale
mana ha dejado de ser capitalista, es fácil creer, además, que en su
sociedad ya no hay clases. Esta es la tesis que sustenta el difunto
Emil Lederer.1 Un breve análisis de su libro servirá de introducción
a nuestro estudio de la nueva sociedad alemana.
Lederer rechaza los intentos de definir el nacional-socialismo
como la última línea de defensa del capitalismo, como el gobierno
del “ hombre fuerte” , como la rebelión de las clases medias, como la
dominación por el ejército, o como la preponderancia de los mediocres.
Según él, se trata de un “ sistema político moderno basado en masas
amorfas” . Son las masas las que “ colocan al dictador en el poder y
le mantienen en él” (p. 18). En consecuencia, las masas son actores,
no instrumentos de la clase dirigente.
Pero ¿quiénes forman las masas? Estas son lo contrario de las
clases. Sólo puede unírselas mediante emociones (p. 3 1); tienden “ a
entrar en acción súbita e impetuosamente” (p. 38) y, como son amor
fas, ha de haber un líder que pueda articular sus emociones para que
las integre (p. 39). Siendo todo lo contrario de las clases, las masas
forman una sociedad sin clases. La política del nacional-socialismo
consiste en transformar en masas a una sociedad estratificada en clases,
y lo hace manteniendo a las primeras en un estado de tensión per
petua (p. 105). Como el régimen también ha de satisfacer las de
mandas materiales de las masas, necesita lanzarse a gastos públicos
en gran escala y logra de este modo la ocupación plena. El nacional
socialismo se da cuenta de que “ el pueblo está lleno de envidia y
odio hacia el rico y próspero” (pp. 110 -11). E l campo más fácil para
mantener en tensión las emociones es el de la política internacional;
pues una política exterior agresiva y la preparación para la guerra
impiden que “ renazca el pensamiento y la articulación en grupos so
ciales” (p. 123).
Así, la sociedad nacional-socialista se compone del partido que
gobierna y las masas amorfas (p. 127). Se eliminan todas las otras
distinciones. “ E l partido fascista se ha erigido sobre esta base psico
lógica. Con su éxito atrae a los hombres-masa activos que se man
tienen entonces en un estado de emoción y no pueden volver a sus
formas antiguas de vida. Se rompe incluso la cohesión familiar, la
pulverización de la sociedad es completa. Las masas hacen a los dic
tadores, y éstos hacen de las masas la base en que descansa la conti
nuidad del estado” (p. 131). Esta es la razón de que la estratificación
social de la sociedad tenga una importancia capital y de que sea tan
peligrosa la teoría marxista de una sociedad sin clases (p. 138). El
nacional-socialismo ha destruido por entero el poderío de los grupos
sociales y ha establecido una sociedad sin clases.
Si el análisis de Lederer fuera correcto, el estudio que hemos
hecho en las páginas anteriores sería del todo equivocado. Entonces,
el imperialismo social no sería un método de engañar a las masas,
sino una articulación de los anhelos espontáneos de las masas. E l ra
cismo no sería sólo objeto de preocupación de pequeños grupos, sino
que estaría profundamente enraizado en las masas. La adoración por
el líder sería un fenómeno semi-religioso auténtico y no un simple
artificio para impedir que se comprenda con claridad el funcionamien
to de) mecanismo socio-económico. Por último, el capitalismo habría
muerto por haberse destruido todos los grupos singulares y no quedar
sino líderes y masas.
Pero aunque Lederer se equivoca, sus ideas contienen algunas
partículas de verdad. A veces siente uno que incluso él se da cuenta
de que la llamada espontaneidad de las masas y su participación ac
tiva en el nacional-socialismo son una farsa y que el papel que repre
senta el pueblo sólo es el de servir de instrumento del grupo dirigente.
De todos los problemas que plantea el nacional-socialismo, quizá sea
éste el más difícil de analizar. Y las dificultades no se derivan sólo
de la escasez de informes y de lo inadecuado de las categorías socio
lógicas, sino también del carácter extraordinariamente complejo de las
relaciones sociales mismas. Estructura de clase no es lo mismo que
diferenciación social — el error básico del análisis de Lederer está en
que no tiene en cuenta este problema— . Una sociedad puede estar
dividida en clases y, sin embargo, no estar diferenciada de ninguna
otra forma en el aspecto social. Por otra parte, en una sociedad sin
clases puede haber diferenciaciones tajantes.2
La esencia de la política nacional-socialista estriba en la acep
tación y fortalecimiento del carácter clasista que prevalece en la so
ciedad alemana, en el intento de consolidar a su clase dirigente, en
la atomización de los estratos subordinados mediante la destrucción de
todo grupo autónomo que se interponga entre ellos y el estado, en la
creación de un sistema de burocracias autocráticas que se inmiscuyen
en todas las relaciones humanas. E l proceso de atomización se ex
tiende en parte aun a la clase dirigente. Va paralelo a un proceso de
diferenciación dentro del partido de masa y dentro de la sociedad, que
crea élites de confianza en todos los sectores. Valiéndose de éstas, el
régimen enfrenta a un grupo con otro y permite a una minoría ate
rrorizar a la mayoría.3
E l nacional-socialismo no creó al hombre-masa, pero ha com
pletado el proceso y destruido todas las instituciones que pudieran
oponerse a él. En esencia, la transformación de los hombres en hom
bres-masa es el resultado del capitalismo industrial moderno y de la
democracia de masas. Hace más de un siglo que los contrarrevolu
cionarios franceses de Maistre y de Bonald y el español Donoso Cor
tés * afirmaron que el liberalismo, el protestantismo y la democracia, a
los que odiaban, llevaban la semilla del hombre-masa que actúa por
motivaciones emocionales y que terminarían engendrando la dictadura
de la espada. La democracia de masas y el capitalismo monopólico
han hecho germinar las semillas. Han apresado al hombre en una
red de organizaciones semi-autoritarias que controlan su vida desde
que nace hasta que muere, y han empezado a transformar la cultura
en propaganda y mercancías vendibles.
El nacional-socialismo pretende haber puesto término a esta ten
dencia y haber creado una sociedad diferenciada no en clases, sino se
gún la ocupación y educación. Esto es enteramente falso. En reali
dad, el nacional-socialismo ha llevado a su perfección máxima la
tendencia misma que pretende atacar. Ha aniquilado todas las ins
tituciones que aún conservan, en condiciones democráticas, restos de
espontaneidad humana: la intimidad del individuo y la familia, el sin
dicato, el partido político, la iglesia, las organizaciones libres de re
creo. Al atomizar a la población sometida (y en cierta medida tam
bién a los gobernantes), el nacional-socialismo no ha eliminado las
relaciones de clase; por el contrario, ha hecho más profundos y fuer
tes los antagonismos.
E l nacional-socialismo necesita llevar hasta su extremo el único
proceso que caracteriza la estructura de la sociedad moderna: la buro-
cratización. En la literatura anti-burocrática moderna esta palabra
apenas significa algo más que el crecimiento del número de los funcio
narios públicos, y sobre todo de los de la administración civil.* Se
presenta a la sociedad como si estuviera compuesta de hombres libres
y organizaciones autónomas, por un lado, y una casta burocrática que
adquiere un poder político creciente, por otro. Este cuadro no es fiel,
pues la sociedad no es enteramente libre y a-burocrática, y la buro
cracia pública no es la única institución con poder político y social.
Bien entendida, la burocratización es un proceso que se desarrolla
tanto en la esfera pública como en la privada, en el estado como en
la sociedad. Significa que las relaciones humanas pierden su carácter
directo y se convierten en relaciones mediatas, en las que terceros,
funcionarios públicos o privados con un poder más o menos firme,
prescriben autoritariamente la conducta del hombre. Es un proceso
muy ambivalente, lo mismo progresista que reaccionario. La aparición
de la burocracia en la vida pública no está necesariamente en con
tradicción con la democracia si las finalidades que ésta persigue no
se limitan a la defensa de los derechos individuales, sino que también
comprenden el logro de ciertos objetivos sociales. El desarrollo de
las organizaciones privadas no es enteramente retrógrado aun en la
esfera social. Procura a una sociedad anárquica un cierto orden y con
ello racionaliza relaciones humanas que de otro modo hubieran sido
irracionales y accidentales.
Si los miembros de los sindicatos deciden modificar sus condi
ciones de trabajo, lo hacen aceptando la recomendación de sus diri
gentes, en cuyas manos queda la decisión. Cuando un partido político
formula alguna política, quien lo hace es la jerarquía del partido. En
las organizaciones deportivas, el tinglado de presidentes, vice-presi-
dentes, secretarios y tesoreros se pone en movimiento organizando
encuentros y llevando a cabo las otras actividades del grupo. Este
proceso de mediación y despersonalización se extiende también a la
cultura. La música llega a organizarse bajo la dirección de secretarios
profesionales que no son necesariamente músicos. La emisora de radio
prescribe la dosis exacta de cultura que debe ingerir el público, qué
proporción de música clásica y música ligera, cuánto tiempo de charla
y cuánto de noticias. Los poderes se extienden a las relaciones más
* Véase también supra, pp. 100-02.
íntimas del hombre, a la familia. Hay organizaciones para familias
numerosas y para solteros, asociaciones de control de la natalidad,
consejos consultivos para aumentar el bienestar de la familia, coope
rativas de consumo, cadenas gigantes de tiendas de comestibles que
convierten en farsa la supuesta libertad de elección del consumidor.
En resumen, existe una red gigantesca de organizaciones que
abarcan casi todos los aspectos de la vida humana, y cada una de ellas
está gobernada por presidentes y vice-presidentes, secretarios y teso
reros, cada una emplea agencias y agentes de publicidad dedicados a
servir de intermediarios en las relaciones entre hombre y hombre.
Las libertades civiles pierden muchas de las funciones que tenían en
una sociedad liberal. Incluso el ejercicio de derechos civiles tiende
cada vez más a estar mediatizado por organizaciones privadas. El
hombre medio, ya se trate de un problema de defensa en un proceso
político, o de la protección de los derechos de trabajo o de la lucha
contra impuestos injustos, al carecer de medios suficientes, no tiene
más remedio que confiar sus derechos a alguna organización. En
condiciones democráticas, esta mediación no suele destruir sus dere
chos, pues al individuo aún le queda la posibilidad de elegir entre
diversas organizaciones que compiten entre sí. Pero en una sociedad
totalitaria está enteramente a merced de burócratas; aun cuando sobre
el papel se reconozcan sus derechos.
Lo que ha hecho el nacional-socialismo ha sido transformar en
organismos autoritarios a las organizaciones privadas que en una de
mocracia todavía dan al individuo una oportunidad de actividad es
pontánea. La burocratización es la despersonalización completa de
las relaciones humanas. Estas llegan a ser abstractas y anónimas. El
nacional-socialismo impone a esta estructura de la sociedad dos ideo
logías que son del todo antagónicas a ella: la ideología de la comu
nidad y el principio del liderazgo.
I. LA B U R O C R A C IA M IN IS T E R IA L
.............................. 18 91 E s c u e la p r im a r ía y C la s e del e jé r - 19 2 1 N in g u n a P r e n s a ; p re s id e n
d e c o m e rc io c ito m ara de P ren s
................................. iqiz t — ? J u v e n tu d e s
h le r ...................... 18 9 9 S e c u n d a ria T e n ie n t e 19 21 A p r e n d iz casas e d ito J e fe su b stitu to d
“ K a d e tte n k o rp s ” ria le s ll e r í a d e l F ü h
tid o
h ............................ 18 8 3 S e c u n d a ria T e n ie n t e 19 2 2 S e c re ta r io d e o r g a n i J e f e de la S u p rem
z a c io n e s d e m ilita r e s P a r t id o
h ............................ 18 97 U n iv e r s id a d T e n ie n t e r S e c r e ta r io d e C á m a r a J e f e d e p re n s a d
D o c to r en E c o n o m ía d e C o m e r c io
n Epp .............. 18 6 8 S e c u n d a ria T e n ie n t e G en era l 19 2 8 O fic ia l p r o f e s io n a l; O f ic in a c o l o n ia l
lí d e r del cu erp o d e B a v ie r a
fra n c o
............................ 18 95 E s c u e la M e d ía T e n ie n t e 1923 O f ic in is t a A y u n ta m ie n to s
.............................. 19 0 0 U n iv e r s id a d C u e r p o fr a n c o de 19 2 0 A bogado D e r e c h o ; m in is t
D o c t o r e n d e re c h o Epp. ra , g o b e r n a d o
P o lo n ia .
k ......................... *877 U n iv e r s id a d — 1923 A lto fu n c io n a r io pú P r e s id e n te del
D o c t o r e n d ere c h o b lic o m e n t a r io ; m in
b e rn a c ió n
b e ls ...................... 18 97 U n iv e r s id a d — 19 22 P e r io d is t a del p ar- M in is t r o d e P r o p
D o c to r en F ilo s o f ía tid o
im m ................... 18 8 9 E s c u e la p r im a r ia y C la s e del e jé r - 19 2 0 C l a s e p r o fe s io n a l; J e f e su b stitu to , S
d e c o m e rc io c ito desp ués fu n c io n a r io te del P a r t id o
p ú b lic o
m m le r ................. 19 0 0 E s c u e la té c n ic a D u r a n te a lg u n o s 1925 S e lla m a a sí m is m o S .S ., je fe de la
m eses “ a g r ic u lt o r ” R e ic h
“ F a h n e n ju n k e r ”
H ie r l ................... 18 75 S e c u n d a ria C o r o n e l ; lí d e r d e l 19 2 9 O f ic ia l S e r v ic io d e t r a b
c u e rp o fr a n c o
n íe in .................... x 8 81 ? O f ic ia l C u e rp o m o t o r iz a d
(N S K K )
................................. 18 90 Universidad T e n ie n t e 19 2 4 F a rm a c é u tic o J e fe de la O
Doctor en Filosofía ( P O ) » lí d e r d
traba $0
e ........................... 18 9 0 S e c u n d a ria C la s e d e l e jé r c ito * *9*9 O r g a n iz a c io n e s racia- J e fe de la s S .A .j
c u e rp o fr a n c o les (c o m e rc io , c o p r o v in c ia l
rre o s, e tc .)
n b erg .................... 18 93 E s c u e la té c n ic a — 19 2 1 “ A r q u it e c t o ” P o l ít ic a in te r n a c
to r d e l V o lk
ba ch ter ( 1 9 2 1 -
h w arz ................. 1&75 E s c u e la p r im a r ía y C la s e del e jé r - 19 2 2 C la s e del e jé r c it o y T esorero j je fe d
d e c o m e r c io c ito f u n c io n a r io p ú b lic o n is tr a c ió n del
E L H ER ED ER O D E L FÜ H R E R
E L L U G A R T E N IE N T E D EL FÜ H R E R
m ann ................. ? ? ? f A g r ic u l t o r
3. LOS F U N C IO N A R IO S P U B L IC O S Y E L P A R T ID O *
5. E L LID ER AZG O IN D U ST R IA L
*7 17
Funcionarios del partido 2
O ficiales del ejército 13
Declaran ser miembros del par
tido 14 O ficiales 8*
Representantes de combinaciones Declaran ser miembros del par-
industriales 5 tido 7 *
Propietarios de empresas indepen
dientes 7
Banqueros 2
* Q uizá haya otros oficiales y m iem bros d el partido, pero no puede saberse por las biogra
fías de que se dispone.
Tenemos, pues, que el liderazgo de las cámaras provinciales está
sobre todo en manos de negociantes independientes y adinerados que
se unieron al partido antes de 1933 y que eran oficiales de reserva en
1914-18. Su nombramiento es la recompensa que han recibido por su
fidelidad en el servicio del partido. Todo presidente de una cámara
provincial es al mismo tiempo presidente de su cámara local de indus
tria y comercio. Sólo hay cinco líderes que representen combinaciones:
dos son funcionarios del partido y dos son banqueros (Friedrich Rein-
hart * y Kurt von Schroder*). La mayoría de los gerentes eran
también oficiales y miembros del partido antes de 1933. Su experien
cia anterior era en cámaras de comercio, cárteles o las antiguas Spitzen
verbande. Algunos son también funcionarios del partido.
E l liderazgo industrial de hoy difiere en tres puntos del que
existía bajo la república de Weimar. Ya no hay capital comercial.
El comerciante libre es un fenómeno que pertenece a la historia. El
comercio se ha convertido en una función encomendada a los produc
tores monopolistas que han amontonado su propio aparato de distri
bución o que han transformado al mayorista o al vendedor al menu
deo en sus agentes administrativos. Segundo, el capital bancario, como
ya se indicó, ha perdido su posición. Y , por lo que respecta a los
productores monopolistas se ha restringido algo la antigua domina
ción exclusiva de la industria pesada. La industria química y ciertas
industrias metalúrgicas se han colocado en primer plano, habiendo
cambiado su carácter; también éstas se han convertido en industrias
pesadas. La I. G. Farbenindustrie es hoy tanto una combinación
minera como química. La combinación vertical que va desde el carbón
(o lignito) hasta la manufactura es el tipo que mejor representa el
liderazgo industrial. En consecuencia, éste es de número más re
ducido, está integrado más estrechamente y es mucho más poderoso
de lo que había sido hasta ahora. Toda la economía ha caído bajo
el dominio de productores monopolistas no sólo de hecho sino también
de derecho, por el procedimiento de la autonomía en la administración
industrial.
6. E L LID ER AZG O A G R IC O L A
G erente V ? ?
M agdeburgo Fahrenholz V V V
Subjefe de Propietario
grupo econó
mico
G erente V V V Autor
"Turingia T h ie l V V V Propietario
Gerente ? ? ? ? ? ?
G erente V V V
Baviera Pietzsch V V V Jefe, C ám a Propietario
ra Económ i
ca Nacional
G erente V V V
E x p lic a c ió n de s ím b o lo s '.
C = C a p ita lista
Ca = C a p ita lista -G e ren te
Co = G e r e n te de C o rp o ració n
O = G e r e n te o S ecretario de O r g a n iz a c ió n
Of = O f i c i a l d u r a n t e la P r i m e r a G u e r r a M u n d i a l
P = M ie m b r o del P a rtid o
los de la región del centeno de la Alemania oriental y septentrional.
L a inflación de 1921-23 había descargado de deudas a la agricultura,
pero sólo por un tiempo efímero. Después de las cosechas excepcio
nalmente pobres de 1924 y 1925 los campesinos volvieron a quedar
endeudados. A fines del otoño de ese último año vendían sus cose
chas a cualquier precio con tal de obtener dinero efectivo. Los precios
cayeron por debajo del nivel del mercado mundial y era absoluta
mente imposible conseguir crédito a largo plazo. Empezaron a con
cederse subsidios y se reorganizó el sistema crediticio en un intento
de detener la marea. Por desgracia, el programa del gobierno care
cía de plan. Los aranceles elevados y el sistema de subsidios impidieron
la racionalización de las industrias de productos lácteos y vegetales,
en contraste con la situación de Holanda y Dinamarca, por ejemplo.
Bastará exponer un caso para aclarar el problema. E l gobierno ale
mán hubiera podido proporcionar una ayuda de importancia al
productor de leche y sus derivados estimulando la producción de fo
rrajes. En vez de hacerlo, mantuvo los derechos arancelarios elevados
sobre cereales y protegió de este modo la rama más costosa y capitalista
de la producción agrícola.
La política seguida por la república de Weimar en el aspecto de
la colonización interna no afectó tampoco en nada a los grandes te
rratenientes. Una ley del 11 de agosto de 1919 autorizó al gobierno
para expropiar tierras a precios inferiores a los de mercado, pero la
suprema corte del Reich declaró inconstitucional esta ley. Entonces
la oficina de reasentamiento recurrió a las compras directas. Lo poco
que pudo hacer por los campesinos (entre 1919 y 1925 se reasentaron
19,000 familias) lo contrarrestó en su totalidad una expansión pro
porcional de las grandes haciendas. Con su mayor tasa de ganancias
y la protección que se les dispensaba, éstas pudieron adquirir con faci
lidad y constancia las propiedades pequeñas. Además, todas las insti
tuciones de préstamos a la agricultura favorecieron a las grandes pro- •
piedades con tasas de interés inferiores (igual que los bancos hicieron
concesiones especiales a las grandes empresas industriales).
Es evidente que la depresión de 1929 fué más dura para el cam
po que para la industria. Los precios de los productos agrícolas bajaron
mientras que los industriales se mantuvieron bastante estacionarios,
ampliando así la discrepancia. Los campesinos se rebelaron y los
junkers iniciaron su ofensiva final contra la democracia. Hindenburg
tenía relaciones íntimas con los junkers del este del Elba y ninguno
de los tres ministerios anteriores a Hitler, el de Brüning, el de Papen
o el de Schleicher, se atrevió a aprovecharse de la depresión agrícola
para dividir los latifundios entre los pequeños agricultores. Por el
contrario, la ayuda financiera del gobierno del Reich y los gobiernos
locales se empleó sobre todo para mantener los privilegios de los
grandes propietarios. La Ley de Ayuda al Oriente del 31 de marzo
de 1931, por ejemplo, promulgada por el gabinete Brüning con el
propósito declarado de dar alivio a la población de las provincias orien
tales que se hallaba en una situación apurada, se convirtió en realidad
en un procedimiento de sostener el status social y económico de los
junkers. Cuando Schleicher ordenó que se hiciera una investigación
sobre el sistema de subsidios con objeto de conquistar la ayuda polí
tica de los sindicatos, la camarilla junker del presidente le denunció
como bolchevique agrario y tuvo que dimitir. Así, pues, el antece
dente inmediato del nombramiento de Hitler fué la resurrección polí
tica de los junkers.
E l estamento de la alimentación del nacional-socialismo ha logra
do organizar la producción y distribución de alimentos sobre una base
vertical, sin descuidar ni un solo aspecto de la agricultura. E l gobierno
fija los precios de los productos agrícolas. E l campesino recibe sub
sidios y se le ha anclado en “ la sangre y la tierra” . E l nacional-so
cialismo considera que esto es su mayor logro. E l campesino va a
constituir la “ nueva nobleza de la sangre y la tierra” y el “ precursor
de un intercambio orgánico de mercancías” .24
E l campesino (sólo si es ario puro, desde luego) quedó atado
al suelo en virtud de la ley de la propiedad rústica hereditaria, que
entró en vigor el 1? de octubre de 1933. Al morir, su propiedad pasa
a un heredero indivisa y libre de gravámenes. Se fija el orden de su
cesión del siguiente modo: el hijo y su descendencia, el padre, her
manos o hijas y sus descendientes y hermanas. Para ser campesino
hereditario hay que ser bauernjahig, es decir, capaz de administrar
la finca. E l tamaño de ésta no debe exceder de 125 hectáreas por re
ída general, aunque se permite que un agricultor posea varias cuya
extensión total exceda de ese límite. E l tamaño mínimo varía según
la fertilidad del suelo, siguiéndose el principio de que la explotación
lia de ser bastante grande para mantener una familia. En 1938 el
número total de propiedades hereditarias era de 684,997, que ocu
paban 15,562 millones de hectáreas de tierra, o el 37 % de toda la
extensión agrícola y forestal cultivada.25
Unas cuantas cifras disiparán en seguida cualquier idea respecto
a que el nacional-socialismo ha revisado o siquiera detenido el pro
ceso de centralización agrícola o realizado el ideal romántico de un
agricultor medio arraigado a su suelo. Igual que la industria, la agri
cultura alemana ha evolucionado en el sentido de propiedades cada
vez mayores.28 No podíamos esperar que el nacional-socialismo sacri
ficase la eficacia a un anacronismo. Sólo es romántica la ideología,
opuesta a la realidad como de costumbre.
La estructura de la propiedad ha sufrido un cambio considerable.
E l tamaño medio de la propiedad hereditaria protegida por la ley
de 1933 ha aumentado desde 12.3 hectáreas en 1933 a 22.5 en I939.2T
Se ha desposeído a los pequeños campesinos, víctimas del proceso de
centralización, que se ha desarrollado aun entre los agricutores here
ditarios.
La colonización interna ha llegado a ser demasiado insignifican
te para que valga la pena mencionarla. E l número de nuevas granjas
para campesinos sufrió una baja continua desde 4,931 en 1934 a 798 en
1938.28 La primera cifra no significa tampoco que prevaleciera durante
algún tiempo entre los líderes nacional-socialistas la doctrina anacróni-
Fincas hereditarias
Porcien to Porcien to
de todas de todas
Cla sifica ción por grupos las fincas E x te n sió n total las fincas
( en hectáreas) N úm ero hereditarias ( en hectáreas) hereditarias
7. L A S O C IE D A D C O N T IN E N T A L D E L P E T R O L E O COM O M O DELO
8. LA R E N O V A C IÓ N DE LA CLASE D IR IG E N T E
2. LA CLASE O BRERA D U R A N TE LA D E M O C R A C IA DE W E IM A R
4. LA L E G IS L A C IÓ N O B R E R A 14
La empresa
La democracia de Weimar permitió a los obreros elegir sus repre
sentantes en la empresa mediante sufragio secreto a través de los con
sejos de fábrica. E l nacional-socialismo ha quitado los consejos de
fábrica y los ha sustituido por los llamados consejos de confianza,
elegidos de una manera típicamente nacional-socialista. E l líder de
la empresa (es decir, el patrón o su gerente) junto con el presidente
de la célula NSBO, hace la lista de candidatos (de 2 a 10 miembros
según la magnitud de la empresa) y todos los meses de marzo los
empleados la aprueban o rechazan en supuestas elecciones. Desde
luego, no se admite ninguna otra candidatura. Además, el consejo es
un “ consejo del líder” ,24 y el artículo 6° de la carta de trabajo define
este término en el sentido de que está dirigido por el patrón. La
misión del consejo consiste en “ ahondar la confianza mutua en la
comunidad de empresa” ; estudiar medidas “ relativas a la mejora de
eficiencia” y a la creación y ejecución de las condiciones generales
de trabajo; ocuparse de la protección de los obreros y el arreglo de
los conflictos. E l fideicomisario de trabajo puede deponer a un miem
bro del consejo, pero sólo puede quitársele su trabajo normal si se
tierra la empresa o si se da por terminado su contrato de trabajo por
una razón importante. Si un patrón posee varias plantas que perte
necen a la misma unidad técnica y económica, y si no las dirige per
sonalmente todas, debe establecer un consejo de empresa con los
miembros de los consejos de las diferentes unidades para que le acon
sejen en problemas de política social.
Parece que el control casi absoluto que tienen el frente de trabajo
(ayudado por las tropas de empresa) y el patrón sobre la composi
ción de los “ consejos de confianza” debería ser suficiente para evitar
que se convirtieran en centros de oposición. Pero también parece que
en muchos casos los consejos estuvieron dominados por antiguos miem
bros de sindicatos y se convirtieron en instrumentos de oposición. El
nacional-socialismo no ha podido conquistar al obrero manual, y ni
siquiera a todos los empleados a sueldo. Para evaluar el sentimiento
de las clases obreras de Weimar debe prestarse una atención especial
a las elecciones para los consejos de fábrica. Quizá sean éstas más
importantes que las elecciones parlamentarias, pues al elegir al consejo
los obreros basaban su decisión casi exclusivamente en la experiencia
social real. Es curiosa la composición de esos consejos en 1930 y 1931:
en la primera fecha no había en ellos ni un solo nacional-socialista,
y en 1931 sólo 710 en un total de 138,000:
Composición de los consejos de fábrica ( obreros manuales)
en 1930 y 1931
(Según datos de la IJnión General de Trabajadores Alemanes A D G B )
CLASE DE SINDICATO 1930 1931
social-dem ócrata 135)689 1 1 5 ,6 7 1
católico ” ,333 10 ,956
dem ócrata 1 ,5 6 1 1,560
com unista 2,3 74 4,664
nacional-socialista 7 10
otras organizacion es 1,025 1,282
no organizados 4 ,16 3 3,575
T otal 15 6 ,14 5 13 8 ,4 18
Cuando se agrupan adecuadamente, las cifras relativas a eleccio
nes parlamentarias dan el mismo resultado. En las elecciones del 31 de
julio de 1932, cuando el partido nacional-socialista logró su mayor
victoria parlamentaria en condiciones democráticas, los social-demó
cratas y comunistas obtuvieron 13.241,000 votos. En aquel momento
había en Alemania unos 18.267,000 obreros manuales y oficinistas.
Aunque no todos los electores de izquierda eran obreros, sí lo era la
mayoría. Esto puede verse comparando los resultados obtenidos en un
distrito mixto industrial y agrícola con minoría católica grande (Hesse-
Nassau) y un distrito muy industrializado y predominantemente pro
testante (Sajonia), un distrito sobre todo agrícola y protestante (Pru-
sia Oriental) y uno predominantemente católico y agrícola (Badén).2®
Sin temor a equivocarnos podemos sacar la conclusión de que a me
diados de 1932 el 65% de los obreros y empleados a sueldo votaba
por los partidos social-demócrata y comunista. Incluso en las elecciones
del 5 de marzo de 1933, cuando el partido comunista era ilegal y se
había suprimido por entero la prensa social-demócrata, estos dos par
tidos lograron conjuntamente el 30.6 % de los votos; el centro cató
lico, el 11.2; los nacionalistas, el 8.0; el partido populista, el 1.1; el
partido populista bávaro, el 2.7, y los nacional-socialistas, el 43.9 %.
E l régimen nacional-socialista publicó resultados estadísticos de
las elecciones a los consejos de confianza, pero no revelan los resulta
dos verdaderos. No obstante, tenemos un indicio sencillc y seguro de
los resultados: desde marzo de 1936 no ha habido elecciones.27 Se ha
extendido año tras año el mandato de los consejeros existentes y los
fideicomisarios de trabajo han nombrado a los substitutos. En otras
palabras, los obreros no tienen ni sombra de representación en la em
presa, a pesar de las buenas palabras de la carta de trabajo. Los con
sejos de confianza son simples instrumentos de las tropas de empresa
y del frente de trabajo. Están acostumbrados a aterrorizar a obreros y
patrones para lograr de ellos una mayor eficiencia. Es imposible arti
cular la oposición y la crítica.
E l proceso de aislar al obrero y de aterrorizarlo se amplía en
sanchando el concepto de traición. Según el código penal puede con
siderarse como secreto de estado cualquier documento, dibujo u otro
objeto, “ hecho o noticia respecto a ellos” . Constituye traición hacia el
país revelar tales informes a tercera persona, aunque no sea un go
bierno extranjero. Puede castigarse con pena de muerte aun preparar
la traición; con prisión hasta de tres años, la traición no intencionada.
Como en una economía de preparación bélica o de guerra, casi todas
las plantas están dedicadas a trabajos de guerra, casi todos los secretos
de empresa se convierten en secretos de estado y la amenaza de pri
sión, de campo de concentración o muerte pende sobre la mayoría de
los obreros y sus familias. E l aislamiento de aquéllos es completo.
Y esto no es todo. La ordenanza de economía de guerra del 4 de sep
tiembre de 1939 establece la pena de prisión o de muerte para todo
el “ que destruye, acapara o retiene materias primas o productos nece
sarios para satisfacer las necesidades vitales del pueblo, poniendo así
dolosamente en peligro la satisfacción de esas necesidades” (artícu
lo i).28 Se ha reforzado la legislación penal y se han creado tribunales
especiales.
De lo anterior debemos sacar la conclusión de que la teoría de
la comunidad, el liderazgo de planta, los consejos de confianza, el
frente de trabajo y las tropas de empresa no tienen más que una
función: son procedimientos para manejar las clases trabajadoras, para
establecer un control autoritario, para destruir diferencias naturales
creadas por el trabajo, el aprendizaje y la ocupación, para aislar a los
obreros de sus familias y para crear élites. No sólo son responsables
las exigencias de la guerraj es la estructura misma del trabajo y
otras relaciones sociales.
5. LA R E G I M E N T A C IO N D E L O C IO
* P ero ya a n te s de la gu erra ei p ro c e s o de d if e r e n c ia c ió n h a b ía a lc a n z a d o p r o p o rc io n e !
im p o r ta n te s . E l I n s titu te o f S o c ia l R e s e a r c h h a r e a liz a d o u n a n á lis is b a s a d o e n u n a in v e s t ig a c ió n
ll e v a d a a ca b o en s e c re to en A le m a n ia d u ra n te el año de 19 38 . E s ta in v e s t ig a c ió n a lc a n z ó
d e te r m in a d a s r e g io n e s a le m a n a s y a lg u n a s in d u stria s ta le s com o la s de c o n s tru c c ió n , im p re s ió n ,
in g e n ie ría » a lto s h o rn o s, tr a b a jo de la m adera» in d u s tria s q u ím ic a s , t e x t ile s , z a p a to s y a z u ca rera .
D e m u e s tra q u e h a n a u m e n ta d o m u c h o la s d ife r e n c ia s e n tr e o b re ro s n o c a lific a d o s , s e m ic a lífic a d o t
y c a lif ic a d o s , d e 1 9 3 1 a 1 9 3 8 . N o p u b lic o a q u í la s c if r a s , p u es m e p r o p o n g o t o m a r s ó lo co m o
b ase fu e n te s a le m a n a s .
tallado, propone no menos de siete grupos de salarios, cada uno de
ellos diferenciado a su vez por sexo, edad, condición familiar, terri
torio y cualquier otra categoría que divida a las clases obreras.62
Desde luego, el trato preferencial de ciertos grupos debe sufra
garse con dinero de los bolsillos de la gran masa de obreros y em
pleados a sueldo. Esto está ampliamente demostrado por la distri
bución del ingreso nacional.53 En el cuadro que damos a continuación
se toma como base el año 1929, el último año de auge de la repú
blica de Weimar. De 1929 a 1938, el número de empleados aumentó
en un 9.2% (columna 2), el ingreso nacional en un 5% (columna 4),
y el volumen de producción, en un 23.6 % (columna 5). En otras
palabras, la productividad del trabajo creció más que el aumento del
número de obreros empleados y aún más que el ingreso nacional. El
ingreso nacional per capita bajó en 1.8 % (columna 7) y su distri
bución muestra que la economía se desarrolló a expensas de los‘Obreros
y empleados a sueldo (columna 8). En 1929, el ingreso derivado de
sueldos y salarios constituía el 56.7 % del ingreso nacional total; en
1932, el 56.9 % . Aunque este último año fué el peor de la depresión,
el ingreso derivado del capital bajó mucho más que los ingresos deriva
dos de salarios y sueldos — prueba evidente de la fuerza defensiva de
los sindicatos— . Por otro lado, bajo el nacional-socialismo, y a pe
sar del aumento en el número de personas empleadas, en el volumen
de la producción y en el ingreso nacional, la participación de los sa
larios y sueldos bajó al 53.6 % . Debido a la desaparición del paro
forzoso, las pensiones y subsidios de desocupación sólo constituían
el 9.5 % del ingreso nacional, en comparación con el 12.1 % en 1929
y el 20.7 % en 1932 (columna 9). En resumen: se ha intensificado
apreciablemente la explotación de los obreros.
Estas cifras no significan que el nivel de consumo de las clases
obreras disminuyera antes de estallar la guerra, pero no necesitamos
ocuparnos aquí de este problema porque es distinto del de la diferen
ciación de los distintos grupos de la sociedad.
E l corolario de la baja de la participación de los salarios y suel
dos en el ingreso nacional es un aumento en otra proporción. La co
lumna 10 del cuadro muestra que el ingreso derivado del capital bajó
como consecuencia de la nueva política de dividendos, mientras que
<'1 ingreso derivado de la industria, el comercio y las utilidades no
distribuidas aumentó considerablemente (columnas 11 y 12). Aun
si combinamos el ingreso procedente de salarios, sueldos y pensiones
I a 3 4 5 6 7 8 9 10 xa J3
in o h k o r H c m n t 0* INOMI0
MNT
INGfttSO NACIONAL t * 3 4 9
OBRUlOt INCUSO JfACIONAL 1 VOUH
MEN D i n o m in a l “ m
V SlfFLKADO» TOTAL
A StfSLPO ?RODUO» cauta" 9ALAAI0» riN U o- CAPITAL ISBVf M CItM *
CIÓ» Y n» y TU A T • I * NO I + * S
SUKUX4 IUÍL 00» COMICtC oirro i-
•ulOAt
como tan
«n como Unto por ciento del 1A freto d en tó del
en 19*9 = millonea «9*9 = 1929 c Marro* 1929 = nacional total
oocicn t i
millones 100 de 100 100 100
m aro»
% %
17,870 IOO 0 75.949 t o o 0 100 0 1.187 100.0 56.7 13.1 4 3 15 5 1.3 68.8
12,580 70 4 45.175 59 5 58.2 696 58.6 56 9 20 7 5 1 13 3 — 1.0 77 «
18,370 102 8 72,590 95 6 115 8 1,070 90 1 53« 10 3 3 9 17 9 34 63 8
19,518 109 2 79.722 105 0 123 6 1,166 98 2 53 6 9 5 37 18 6 4 3 63.1
(columna 13) y lo comparamos con el ingreso derivado del capital
comercio, industria y ganancias no distribuidas (columna 14), encon
tramos que el primero bajó de 68.8 % en 1929 y 77.6 % en 1932
a 63.1 % en 1938, mientras que el último subió de 21.0 % en 1929 y
17.4 % en 1932 a 26.6 % en 1938.
La creciente desigualdad se pone aún más de manifiesto si ele
gimos el año de 1932, el peor año en la historia de la república, como
base de comparación.
A SA L A R IA D O S
IN G R ESO D E R IV A D O D E Y EM PLE AD O S HORAS DE
A SU ELD O VOLUM EN TRA BA JO
C A P IT A L IN D U S- OCU PA D O S (SÓ LO TR A
D E PRO
SU ELD O S TR IA Y COM ERCIO BA JA D O R ES
AÑOS Y U TILID A D E S EM DUCCIÓN IN D U STRIA
OBRE
Y SA LA R IO S NO D ISTR IB U ID A S P L E A TO T A L L E S)
ROS
D E SO CIE D AD E S DOS
7. PR O PAG AN D A Y V IO L E N C IA
La idea de confianza y fidelidad está por encima de esta norma, por encima de
cualquier disposición juríd ica positiva. N o puede existir ningún sistema ju ríd ico
que merezca ese honorable nombre sin tal principio. Por eso el legislativo no debe
usar Je sus facultades para impedir una acción exigida imperiosamente por la confianza
y la fidelidad. Si alguien que basara su derecho en una nueva ley fuera a perder su
pleito en los tribunales porque su invocación de ]a ley violara la confianza y la fide
lidad, esto constituiría un duro ataque al prestigio del régimen y al sentimiento de
j usticia.72
3. ¿Q U É TE N D E N C IA S PR E SE N T A ESTA E ST R U C T U R A ?
* Recuérdese que el original del libro estaba acabado antes de Pearl Harbor. (T.)
** Véase supra , pp. 208-14 y pp. 368-70, 375-76.
men — consecuencias que no desea, pero que no puede eludir— . E l
conflicto entre la ideología pseudo-socialista y los hechos desnudos
del capitalismo monopolista autoritario tiene que hacerse más hondo.
La propaganda anti-capitalista tiene su dinámica propia, a la que se
puede aquietar durante algún tiempo valiéndose de diferentes arti
ficios, pero no detener de una manera permanente. Entonces no bas
tará ni siquiera la nacionalización de la economía. No servirá para
nada una sencilla transferencia de propiedad al estado conservando
el sistema socio-político. Por fraudulenta que sea la ideología de la
comunidad, y por ficticia que pueda ser la ideología anti-estatal, am
bas son, como hemos dicho, formas de la teoría de una sociedad sin
clases — aunque, desde luego, formas degeneradas— .* Mediante la
propaganda anti-capitalista y anti-estatal, el régimen promueve tor
pemente tendencias socialistas auténticas.
Esto es cierto del pseudo-igualitarismo. Incluso el falso iguali
tarismo dejará huellas indelebles sobre aquellos para quienes se prac
tica. William Shirer 29 ha informado de la igualdad de trato que reciben
los marineros y oficiales en los barcos de guerra alemanes. Son nu
merosos los informes que nos han dicho que la disciplina rígida del
ejército alemán fuera de los actos de servicio ha pasado a la historia,
que los oficiales o soldados departen socialmente, que éstos ya no tie
nen que levantarse y cuadrarse cuando entran oficiales en un restau
rante. También sabemos que han caído por tierra muchos órdenes
jerárquicos, no sólo en el ejército, sino también en la administración
pública.** Si a un soldado o clase del ejército se le encomienda una
misión, sólo es responsable ante sí mismo y no tiene por qué tolerar in
terferencia alguna de ningún superior, salvo aquél que le dió la orden.
Hemos visto que en la administración pública las células nacional
socialistas derriban las barreras que separan a los funcionarios públicos
con títulos académicos y sin ellos, y que las organizaciones de oficiales
se han fusionado con organizaciones militares compuestas sobre todo
de soldados. Los S. A. y los S. S. son organismos pseudo-igualitarios;
también lo es el ejército en gran escala.
Todos ellos son organismos pseudo-igualitarios porque no se cum
ple ninguna de las exigencias de una igualdad auténtica. Y , sin em
bargo, la repetición continua de “ igualdad para todos los alemanes
de raza” , el aniquilamiento absoluto de los residuos feudales, han de
conducir en último término a la demanda de una igualdad total y
genuina. Un funcionario público sin educación universitaria, con me
jores cualidades que su superior jerárquico universitario, no se conten
tará con sólo pertenecer a la misma célula o con tener incluso quizá
un rango superior en la organización de funcionarios públicos del
partido — pedirá que se destruyan todas las barreras e invocará la
igualdad de todos los alemanes de raza. Los soldados pueden pedir
que se saquen las consecuencias últimas de la fraternización de oficiales
y soldados. Nadie puede invocar a los dioses y quedar sin castigo.
Este mismo antagonismo invade la cultura. “ Fuerza por la Ale
gría” es una organización de recreo que utiliza el ocio para el trabajo,*
pero es indudable que la organización creará una demanda de cultura
genuina que no puede satisfacer ningún estado-guarnición. La cultura
sólo prospera en un régimen de libertad, y la libertad originará críticas
contra el proceso de trabajo. Del mismo modo, las potencialidades
inherentes al movimiento “ Fuerza por la Alegría” son tan enormes
y sus logros reales tan regresivos, que el conflicto se ha de poner de
manifiesto en toda su integridad algún día.
Esta es la situación cultural que moldeará la conciencia de las
clases trabajadoras, y entre ellas, sobre todo, la del obrero calificado,
el capataz y el mecánico.
Con estos antagonismos se entrecruzará el nuevo nacionalismo
de los territorios conquistados, que será más poderoso y peligroso cada
día. Una vez que Rusia ha entrado en la guerra, las cuestiones “ nacio
nal” y “ social” de las masas empobrecidas de la Europa oriental y sud-
oriental se unirán en un odio profundo contra el conquistador alemán.
Estas son las fallas del sistema que han de surgir aún si Alemania
gana esta guerra.
¿Qué pasará si Alemania queda derrotada? ¿Se la puede derro
tar? Desde luego, sí. Pero hay que planear la derrota no sólo como
una acción económica y militar, sino también psicológica. Hemos tra
tado de indicar que la revolución alemana de 1918 no se debió sólo
a la superioridad militar de las potencias aliadas como consecuencia de
la entrada de Estados Unidos en la guerra, sino también de la supe
rioridad de la nueva libertad predicada por Woodrow Wilson sobre
una teoría política monárquica en la que se había dejado de creer hacía
tiempo.** A Wilson no se le ensalzó sólo en Italia, Francia, Inglaterra,
Checoslovaquia y Polonia; ni sólo como presidente de Estados Unidos,
sino como al hombre que había dado a la idea democrática liberal su
expresión más precisa y concreta. Alemania ya no cree en esta ideo
logía. Este es un hecho que la guerra psicológica debe tener en cuenta.
Las potencias occidentales, y no la república alemana han traicionado
a la idea de la autodeterminación de los pueblos. Se ha suprimido el
régimen de minorías de Europa oriental y las potencias occidentales
no han hecho nada. La Sociedad de Naciones ha caído por tierra,
pero no por culpa de la Alemania democrática. La democracia ha
sido traicionada por los demócratas alemanes — liberales, social-de
mócratas y católicos— . La crítica marxista y nacional-socialista del
liberalismo y la democracia han logrado por lo menos que el pueblo
alemán no esté dispuesto a aceptar sólo la democracia política. Los ale
manes saben que tras la democracia política puede estar escondida la
injusticia económica. La guerra psicológica contra Alemania fracasará
si la finalidad última no es más que el status quo.S0 Hay que reorga
nizar a Europa. No se la puede dividir de nuevo en estados hostiles
contendientes. Hay que explotar las potencialidades de una Europa
unificada en pro del bienestar de las grandes masas. Alemania no
puede ser dividida y esclavizada. Hemos intentado demostrar que
no existe ningún rasgo alemán al que pueda atribuirse la agresión y
el imperialismo, sino que éste es inherente a la estructura de la eco
nomía monopólica alemana, al sistema de partido único, al ejército y
a la burocracia.* Para destruir la agresión es preciso romper de un
modo definitivo el poderío de la economía monopolista y transformar
de arriba abajo la estructura económica de Alemania, además de arran
car de raíz el poderío del partido, el ejército y la alta burocracia.
Por mucho que el alemán desee paz y libertad, justicia e igual
dad; por mucho que deteste los campos de concentración, el hacha del
verdugo y a los S. S.; por mucho que ridiculice al liderazgo y el falso
espíritu de comunidad, no estará nunca satisfecho con un status quo-
que le vuelva a poner a merced de las condiciones anárquicas de la
gran depresión.
Sólo se puede derrotar al nacional-socialismo en el terreno psi
cológico con una teoría política que demuestre ser tan eficaz como el
nacional-socialismo sin sacrificar las libertades humanas. Este es el se
gundo postulado de la guerra psicológica contra Alemania, y el na-
T E N D E N C IA S DE ESTA E ST R U C T U R A ¡2 5
cional-socialismo lo sabe. La campaña incesante de la propaganda
nacional-socialista contra Inglaterra y los Estados Unidos sólo tiene
una finalidad: convencer al pueblo alemán de que Inglaterra y Estados
Unidos no son democracias, que tras sus fachadas democráticas acecha
el poder del capitalismo, el hambre y los sufrimientos, la desigualdad
y la explotación. E l liderazgo nacional-socialista sabe que tan pron
to como la democracia inglesa y norteamericana se muestren tan eficaces
como el nacional-socialismo, y quizá más, al mismo tiempo que con
servan e incluso fortalecen la democracia, se derrumbará la fe en el
nacional-socialismo, que está basada en el temor y la desesperación.
Por consiguiente, la condición esencial de una guerra psicológica con
tra Alemania consiste en que no se sacrifique, sino que se estimule el
progreso de la democratización en Inglaterra y Estados Unidos. Sa
bemos que esto es difícil. Es mucho más difícil desarrollar las poten
cialidades de una nación sobre bases democráticas que sobre bases au
toritarias; y, sin embargo, para desarraigar el nacional-socialismo de
la mente del pueblo alemán, el modelo de una democracia que fun
ciona con eficiencia valdrá tanto como un ejército poderoso.
Las fallas y fracasos del sistema, o aun la derrota militar de
Alemania, no conducirán a un derrubamiento automático del régi
men. Sólo se le puede derribar mediante una acción política cons
ciente de las masas oprimidas que utilice los fracasos del sistema.
NOTAS
1 . E l mensaje imperial de 1 8 8 1 anunció los comienzos de un programa de legisla
ción social, con arreglo al cual se pusieron en vigor las siguientes medidas:
18 8 3 L e y de segu ro d e e n fe rm e d a d
1884 Ley de seguros de accidentes de! trabajo industrial
1889 Ley de seguro social de invalidez
1891 Ley de sanidad de los trabajadores (que establecía el descanso domi
nical} etc.)
18 9 5 18 0 .0 6 1 .0 5
19 0 0 6 0 .0 2 0-35
19 13 35 0 .0 7 1 .2 2
19 2 1 n i 0 .2 3 4.O I
19 2 3 137 0 .2 8 4 .8 9
19 2 4 516 I .I O 1 9 .2 0
19 2 5 561 1 .1 8 2 0 .6 0
El ín d ic e d e c r im in a lid a d s e o b tie n e H acien d o igual a uno e l p r o m e d io d e c rim in a »
lid a d d e lo s a ñ o s 1 8 9 3 - 1 9 1 3 , q u e es 0 ,0 5 7 3 .
T r a i c i ó n a l a p a t r ia c o m e tid a p o r m e d io d e l a p r e n s a , 1 9 2 4 - 1 9 2 7 ( in c o m p l e t a ) :
D e n u n c ia s f o r m u la d a s 36 °
D e s e s tim a d a s 45
Aceptadas 315
N o lle prosequitur 252
P e n d ie n t e s 63
S e n te n c ia d a s 3
Tom ado del t r a b a jo de E. G u m b e l, ccL a n d e s v e r r a ts ta tÍ s t¡k M, en D ie M en schen rech te
v o l. 111 (1 9 2 8 ) , pp. x -8 .
1939-
3 7 . N úm ero de desocupados (en millares) y clase de ayuda que recibían:
19 2 9
ju l i o 1 .25 1 711 153 387
1 932
e n ero 6 .0 4 2 1 .8 8 5 1.596 1.713 847
* H a s ta j u l i o d e 1 9 3 0 n o h a b ía s e p a ra c ió n e s ta d ís tic a e n tr e lo s q u e r e c ib ía n la ayuda
m u n ic ip a l d e lo s p ob res y lo s que n o r e c ib ía n n in g u n a e sp ec ie de ayuda.
E L M O D U L O P O L IT IC O D E L N A C IO N A L S O C IA L IS M O
I. E l ESTADO T O T A L IT A R IO
1. C . A . E m ge, I d e e n z u e i n e r P h i l o s o f h i e d e s F ü h r e r t u m s , Berlín, 19 3 6 , p. 7.
2. O tto Koellreuter, D e r D e u t s c h e F ü h r e r s t a a t , T ubin ga, 1934.
3. Ernst R udolf H uber, “ Das Staatsoberhaupt des Deutschen Reichs” , en Z e i t s c h r i f t
f ü r d i e g e s a m t e S t a a t s w i s s e n s c h a f t , 1935 ( 9 5 ) , pp. 202-29, especialmente p. 207.
Véase también Reinard H ohn , “ D er Führerbegriff im Staatsrecht” , en D e u t s c h e s
R e c h t ( 1 9 3 5 ) , p. 298; y su “ Führer oder Staatsperson” , en D e u t s c h e J u r i s t e n -
Z e i t u n g ( 1 9 3 5 ) , p. 66. D r. Frick, D e r N e u b a u d e s D r i t t e n R e i c h s , Berlín
(s. a .). F ritz M orstein M arx, G o v e r n m e n t i n t h e T h i r d R e i c h , 2^ ed., Nueva
Y ork, 19 3 7 . K arl Loewenstein, “ G erm any and Central Europe” , en G o v e r n -
m e n t s o f C o n t i n e n t a l E u r o f e , ed. por James T . Shotwell, Nueva York, 1940.
Hans G erth , “ T h e N a zi Party: Its Leadership and Com position” , o f . c i t .
4. A rnold Kottgen, “ Vom Deutschen Staatsleben” , en el J a h r b u c h f ü r o f f e n t l i c h e t
R e c h t, o f. c it.
5. G o ttfried Neesse, F ü h r e r g e w a l t , T ubin ga, 19 4 0 ; cf. también Ernst R udolf H u -
ber, V e r f a s s u n g d e s G r o s s d e u t s c h e n R e i c h s , Ham burgo, 19 3 9 , p. 69.
6 . “ W irtschaft und Gesellschaft” , o p . c i t . , pp. 140-48.
7 . W . T y n d a le, “ Obedience o f a Christian M an ” , publicado entre los D o c t r i n a l
T r e a t i s e s , ed. H . W alter (Parker Society), Cam bridge, Inglaterra, 18 4 3,
p. 178 .
8. D e los folletos de los primeros tiempos de los T u d o r, contenidos en Franklin le
van Baumer, T h e E a r l y T u d o r o f K i n g s h i p , N e w H aven, 1940, p. 86.
9. E x h o r t a c i ó n a l a f a z e n r e s p u e s ta a lo s d o c e a r t í c u l o s d e lo s c a m f e s i n o s d e S u a v i a
( 1 5 2 5 ) . T ra d . ingl.: “ Adm onition to Peace: A Reply to the T w e lv e Articles
of the Peasants in Swavia” , en W o r k s o f M a r t i n L u t h e r , vol. iv , trad. por
C . M . Jacobs, p. 240.
10. D e s i p u e d e n s a lv a r s e lo s s o l d a d o ¡ ( 1 5 2 6 ) ; trad. ingl.: “ W heter Soldiers,
T o o Can Be Saved” , en i b i d . , vol. v , p. 34.
1 1 . “ Aus der H eerpredigt.”
12 . T r a t a d o s o b r e la s b u e n a s o b r a s ( 1 5 2 0 ) . T ra d . ingl., por W . A . Lam bert, vol. i,
pp. 18 4-286, p. 250 y p. 2 7 1 .
13 . C a r t a a b i e r t a s o b r e e l l i b r o c o n t r a lo s c a m f e s i n o s ( 1 5 2 5 ). T ra d . ingl.: “ A n Open
L etter Concerning the H ard Book, against the Peasants” , en W o r k s , vol. ív ,
p. 272.
14 . C o n t r a la s b a n d a s d e c a m f e s i n o s l a d r o n e s y a s e s in o s ( 1 5 2 5 ) . T ra d . ingl.: “ Against
the Robbing and M urdering Hordes o f Peasants” , vol. ív , p. 249.
1 5 . I n s t i t u t i o n ; ed. de las L e t t r e s F r a n ( a i s e s d e C a l v i n , hecha por J. Bonnet; 2 vols.,
París, 18 5 4 ; también M are Edouard Cheneviére, L a f e n s é e p o l i t i q u e d e
C a l v i n , G inebra y París, s. f. ( 1 9 3 7 ) .
16 . D e l C a t e c h i s m de 1 5 5 7 , citado por Cheneviére, o f . c i t . , p. 50.
1 7 . “ Confession 3 l ’ Em pereur” , 15 6 2 , citado en i b i d . , p. 50.
18 . I n s t i t u t i o n , 11, 2 , 13.
19 . I b i d .
20. I b i d .
2 1. I b i d . , 11, 2, 1 7 ; también 11, 2, 14.
22. C o r p u s R e f o r m a t o r u m , vol. 33, p. 5 4 2 ; citado por Cheneviére, o p . c i t . , p. 59.
23. I n s t i t u t i o n , 11, 2, 15.
24. C o r p u s R e f o r m a t o r u m , vol. 2 7, p. 4 0 9 ; citado por Cheneviére, o p . c i t . , p. 83.
25. I n s t i t u t i o n , 11, 2, 24.
26. C o r p u s R e f o r m a t o r u m , vol. 2 7, p. 4 1 2 ; citado por Cheneviére, o p . c i t . , p. 118 .
2 7. G . de Lagarde, R e c h e r c h e s s u r l ' e s f r i t p o l i t i q u e d e l a R e f o r m e , París, 1936,
p. 227.
28. Bonnet, o f . c i t . , vol. 1, p. 346.
29. I n s t i t u t i o n , ív , 14 , 17 .
30. Esto ha sido demostrado de modo convincente por K urt W olzen dorff, S t a a t s r e c k t
u n d N a t u r r e c h t i n d e r L e h r e v o m W id e r s ta n d s r e c h t d e s V o lk e s g e g e n u n r e c h t*
m a s s ig e A u s ü b u n g d e r S t a a t s g e w a l t , Breslau, 19 1 6 .
3 1 . I n s t i t u t i o n , ív , 20, 30.
3 2. Sir James Frazer. T h e G o l d e n B o u g h [en preparación trad. esp., Fondo de C u l
tura E con óm ica]; A . M . H acart, K i n g s h i p , Londres, 19 2 7 , pp. 32-7.
33. W . O . E . O esterly, T h e E v o l u t i o n o f t h e M e s s i a n i c I d e a , Londres, 1908, p. 4 1 .
34. Lord Raglan, T h e H e r o , a S t u d y i n T r a d i t i o n , M y t h , a n d D r a m a , Nueva
Y ork, 19 3 7 , pp. 268-76.
35. H ocart, o f . c i t . , p. 7.
36. Julius Kaerst, S í u d i e n z u r E n t w i c k e l u n g u n d t h e o r e t i s c h e n B e g r ü n d u n g d e r
M o n a r c h i e i m A l t e r t u m , M un ich y L eip zig , 1898, pp. 40, 4 1 .
37. August Freiherr von G app, p a a d e ia to i) 0 8 OU (E l reino de D io s), e i n e r e l i -
g i o n s g e s c h i c h t l i c h e S t u d i e z u r v o r c h r i s t l i c h e E s c h a t o l o g i e , H eidelberg, 192 6 ,
PP- 4 5 2 - 3 -
38. O d a s , 1, 2 42.
39. F ritz K ern , G o t t e s g n a d e n t u m u n d W i d e r s t a n d s r e c h t i m f r ü h e r e n M itte la lte r ,
L eip zig , 19 1 4 , p. 220.
40. La publicación más importante en este campo es la de M arc Bloch Les R o is
T h a u m a t u r g e s , é t u d e s u r l e c a r a c te r e s u r n a t u r e l a t t r i b u é a l a f u i s s a n c e r o y a l e ,
fa r tic u lié r e m e n t e n F r a n e e e t e n A n g l a t e r r e , Estrasburgo, 1924. En la pá
gina 123 se inserta una carta muy importante del papa G regorio V II al arzobis
po Hermann de M e tz , que reproduzco traducida: “ ¿Dónde se encuentra en
tre los emperadores y reyes a un hombre cuyos milagros puedan igualar a los
de San M artín , San Antón o San Benito, por no mencionar a los apóstoles
o mártires? ¿Qué emperador o rey ha resucitado a los muertos, curado alos
lepiosos y dado vista a los ciegos? Considerad al emperador Constantino, de
piadosa memoria, a T eo d o ro y H onorio, a Carlos y a Luis, amigos todos ellos
de la justicia, propagadores de la religión cristiana, defensores de la Iglesia.
L a Santa Iglesia los exalta y reverencia, pero no indica que hayan sido ex
celsos por la gloria de tales milagros.”
4 1. P o l i c r a t i c u s , ed. C . C . J. W ebb, O xford , 1909, vol. 1, p. 202 (3 .1 0 ).
42. Bloch, o f . c i t . , p. 129.
43. I b i d . , p. 14 9.
44. I b i d . , p. 3 77.
45. H a y un interesante análisis de esta cuestión en el libro de Ronald Syme, T h e
R o m á n R e v o l u t i o n , O xfo rd , 19 3 9 , especialmente pp. 4 69 -75.
46. O esterley, o f . c i t .
47. C f. R odolfo O tto, L o s a n t o , M ad rid , ed. Revista de O ccidente. T ra d . ingl.: T h e
I d e a o f t h e H o l y , por John W . H arw ey, 3^ impresión, Londres, 192 5.
48. La iglesia prim itiva lo revela con gran claridad. E l difunto Rudolph Sohm, fa
moso historiador alemán del derecho ( K i r c h e n r e c h t , 2 vols, M unich y L eip -
z ig , 1 9 3 3 ), basó sus estudios de derecho eclesiástico en la famosa declaración
de que el “ derecho eclesiástico contradice la esencia de la iglesia” (vol. 1, p. 1).
Según Sohm la organización de la iglesia prim itiva no era ju ríd ica sino caris
mática (vol. 1, p. 2 6 ), derivada de Dios. N o había dentro de ella igualdad
abstracta, sino sólo una ordenación de superioridad e inferioridad con arreglo
a la forma en que Dios distribuía sus dones (vol. 1, p. 2 7 ) . La obediencia re
querida por el carisma no se basaba en leyes formales, sino que era voluntaria,
nacida de la convicción de que Dios la quería (vol. 1, p. 2 7 ; vol. 11, p. 1 7 8 ) .
IV. El p u e b lo r a c ia l, fu e n t e d e l c a r is m a
Actualmente
Antes de los cam
País E m ig r a d o s bajo el dominio
bios territoriales
alemdn
V. El “ G ro s s d e u ts c h e R e ic h ”
1. D r. R . R . Kuczynski, L i v i n g S p a c e a n d P o p u l a t i o n P r o b l e m s (Pamphlets on
W orld Affairs, n^ 8 ), N ueva Y ork, 19 3 9 , pp. 4-5.
2. F r a n k f u r t e r Z e i t u n g , 1 de octubre de 19 3 9 .
3. F ritz K ern , H u m a n a C i v i l i t a s , L eip zig, 1 9 1 3 , esp. p. 33.
4. Excelente análisis de Stefan G eorge: Paul Rosenfeld, “ T h e N azis and Stefan
G eorge” , en T h e N e w R e p u b l i c , 28 de octubre de 1940.
5. A lfred Rosenberg, “ G egen T arn u n g und Verfalschung” , en G e s t a l t u n g d e r I d e e .
B l u t u n d E h r e , tomo 11, M un ich, 19 3 6 , pp. 15 -19 .
6. Fedor Schneider, R o m u n d d e r R o m g e d a n k e i m M i t t e l a l t e r , M un ich, 1926, p. 2 2 1.
7. F . W olters, S t e f a n G e o r g e u n d d i e B l a t t e r f ü r d i e K u n s t , B erlín , 1930.
8. H a y un excelente análisis de este aspecto de la filosofía de G eorge hecho por
H erbert Marcuse, “ D er K am pf gegen den Liberalismus in der totalitaren
Staatsauffassung” , en Z e i t s c h r i f t f ü r S o z i a l f o r s c h u n g , 19 3 4 ( 3 ) , pp. 16 1 -9 5 ,
esp. p. 162.
9. D a s D r i t t e R e i c h , 3* ed ., por Hans Schwarz ( i “ ed., 1 9 2 2 ), Hamburgo, 1 9 3 1 ,
p. 300; trad. parcial por E . O . Lorim er, G e r m a n f s T h i r d E m p i r e , Nueva
Y ork, 19 4 1 .
10. Christoph Steding, D a s R e i c h u n d d i e K r a n k h e i t d e r e u r o p a i s c h e n K u l t u r , H am
burgo, 1938 . Excelente reseña de G ün th er Stern, en S t u d i e s i n P h i l o s o p h y
a n d S o c i a l S c i e n c e , 19 3 9 ( v in ) , p. 464-68.
1 1 . Stern, o p . c i t .
12. H einrich T rie p e l, D i e H e g e m o n i e . E i n B u c h v o n f ü h r e n d e n S t a a t e n , Stuttgart
y B erlín , 1938 .
13. Roger D iener, “ Reichsproblem und H egem onie” , en D e u t s c h e s R e c h t , 19 3 9 ,
pp. 56 1-6 6 .
14. O tto Haussleiter, “ R udolf K jellen s empirische Staatslehre und ihre W urzeln in
politischer G eographie und Staatenkunde” , en A r c h i v f ü r S o z i a l w i s s e n s c h a f t
u n d S o z i a l p o l i t i k , 19 2 5 , vol. 54, p. 15 7 .
15. Estudio de Charles Kruczew ski, “ G erm any’s Lebensraum” , en T h e A m e r i c a n
P o l i t i c a l S c i e n c e R e v i e w , x x x iv , 1940, p. 9 6 4 -75.
16. F riedrich R atzel, A n t h r o p o g e o g r a p h i e , vol. 1, 2® ed., 1899, p. 2 1.
17. O p . c i t . , p. 33.
18. D e r L e b e n s r a u m . E i n e b i o g r a p h i s c h e S t u d i e (Festgabe für A . S ch affle), T u
binga, 1 9 1 1 , p. 14.
19. A n t h r o p o g e o g r a p h i e , p. 2 1 1 .
20. I b i d . , p. 10 1.
21. I b i d . , pp. 3 17 -4 7 0 , esp. p. 2 12 .
2 2 . I b i d . , p. 12 .
23. P o l i t i s c h e G e o g r a p h i e , 2? ed., M u n ich , 190 3, p. 35.
24. R u dolf K jelle n , D ie GrossmSchte vor und nach ¿em Kriege, 22^ ed., por H . Haus
hofer, 1930.
25. D er S t a a t a is Lebensform , 4^ ed., B erlín , 19 2 4 , p. 35.
26. Sir H alford M acK in d er, “ T h e Geographical Pivot in H istory” , en Geografhical
Magazine, 190 4, pp. 4 3 4 - 3 7 -
2 7. Paul de Lagarde, Deutsche Schriften (nueva ed. de K . A . y P. Fischer, bajo el
título de Schriften für ¿as ¿eutsche Volk), 2 vols., M un ich, 19 2 4 .
28. B erlín , 1 9 1 5 ; trad. de C . M . M eredith , Londres, 19 1 6 .
29. H a y un estudio de sus escritos en Kruczewski, o f. cit.
30. K . Haushofer y K . T rem p ler, Deutschlan¿s W eg an der Zeitenwende, M u
nich, 19 32 .
3 1 . Zukunftsweg einer deutschen Aussenfolitik, M u n ich , 19 2 7.
32. E w ald Banse, Germany Prefares for War , trad. ingl. de A . Harris, Nueva York,
1 9 3 4 » P- 3 4 9 -
33. Was der Deutsche vom Ausland wissen muss, L eip zig , 19 3 4 .
34. H a y un excelente análisis de esto en el artículo de A . W h itn ey G risw old, “ Paving
the W ay for H itler” , en The Atlantic, marzo de 19 4 1 , pp. 3 1 4 -2 1 .
3 5. W . G . East, “ T h e Nature o f Political G eography” , en Política, 19 3 7 (11),
pp. 259-86.
36. D . V . Glass, Pofulation. Policies and Movements in Eurofe, O xfo rd , 1940,
pp. 458, 2 76 , 278.
3 7 . “ Ansprache des H errn Reichsminister des Innern D r. Frick” , en Schriftenreihe
des Reichsausschusses für Volksgesundheitsdienst, cuaderno 1, B erlín , 19 3 3 .
.38. D r. Stolzenburg, “ Entw icklung der Krim inalitat” , en Deutsche Justiz, 1938 ,
PP- 9 3 3 - 3 4 » y Glass, o f. cit., p . 285.
39. Glass, o f. cit., p. 289.
40. R . R . Kuczynski, of. cit.
4 1 . R eferido por F . T hud ichum , Über unzulangliche Beschrankungen des Rechtt
der Verehelichung, 1866, p. 66.
4.2. C . A . W einh old, Von der Überbevolkerung in M itteleurofa und deren Folgen
auf die Staaten und ihre Civilisation, H alle, 18 2 7.
4 3 . Robert von M o h l, Polizeiteisenschaft nach den Grundsatzen des Rechtsstaats,
vol. 1, 18 32.
44. H . L uden , Über Sinn und In h dt des Handbuchs der Weisheit, 1 8 1 1 ; K . H . Rau,
Lehrbuch der folitischen ókonomie, 1826.
4 5 . G ün th er K raaz, “ Nationalsozialistisches Volkerrechtsdenken” , en Reichs- und
Preussisches Werwaltunggsblatt, 19 3 4 ( 5 5 ) , p. 7 . T am bién Ernst Wolgait¿
“ Nationalsozialismus und internationales R echt” , en Deutsches Recht, 1934,
p. 19 6 , donde dice: “ Consideraciones de utilidad” , hacen también aconsejable
aceptar el derecho internacional que obliga siempre a la potencia más fuerte.
46. L u d w ig Schecher, Deutsches Aussenstaatsrecht, B erlín , 19 3 3 . C f . especialmente
el excelente estudio de Eduard Bristler (seudónimo de John H . H e r z ) : D i e
Volkerrechtslehre des Nationalsozialismus, Z u rich , 1938.
4 7 . M anfred Langhans-Ratzeburg, D ie grossen M achte geojuristisch betrachtet, Ber
lín , 1 9 3 1 .
48. Com párete Bristler, o f. cit., pp. 73 -7 .
49. N a t i o n d s o z i d i s m u s u n d V o l k e r r e c h t , B erlín , 19 34 .
50. A sí el profesor Viktor Bruns (que era bajo la república de W eim ar y sigue siendo
aún director del Instituto de D erecho Público Extranjero y D erecho Inter
nacional, de B e rlín ), V o l k e r r e c h t u n d P o l i t i k , Berlín, 19 3 4 , p. 24.
5 1 . Franz Neum ann, “ T y p e s o f Natural L aw ” , en S t u d i e s i n P h i l o s o p h y a n d S o c i a l
S c i e n c e , 1939 ( v iii) , pp. 3 3 8 -6 1.
52. C ari B ilfinger, “ G leich h eit und G leichberechtigung der Staaten” , en N a t i o n d -
s o z i d i s t i s c h e H a n d b u c h f ü r R e c h t u n d G e s e t z g e b u n g , 2^ ed., 19 3 5 , p. 100.
53. Brisder, o p . c i t . , p. 83. Schmit, o p . c i t . , pp. 7 , 8.
54. H einrich Rogge, H i t l e r s F r i e d e n s p o l i t i k u n d d a s V o l k e r r e c h t , B erlín , 19 3 5 , p. 10.
55. Lon L . Fuller, T h e L a w i n Q u e s t o f I t s e l f , Chicago, 1940, p. 5.
56. Cari Schm itt, “ Sow jet-U n ion und G en fer Volkerbund” , en V o l k e r b u n d u n d
V o l k e r r e c h t , 19 3 4 , 1935 (1), p. 263.
57. Cari J. F riedrich , “ Dem ocracy and Dissent” , en P o l i t i c a l Q u a r t e r l y , 19 3 9 ,
pp. 5 7 1-8 2 , lo atacó hace m uy poco tiempo.
58. N orbert G ürke, V o l k u n d V o l k e r r e c h t , T u b in ga , 19 3 5 , pp. 84, 99.
59. Bristler, o p . c i t . , p. 13 4 .
60. T h e N e w Y o r k T i m e s , 28 de marzo de 1 9 4 1 . Compárese el estudio de Philip
C . Jessup, N e u t r a l i t y , vol. m , N ueva Y ork, 19 3 6 , p. 17 9 .
6 1 . Sir John Fisher-W illiam s, “ Sanctions under the Covenant” , y A rnold M cN air,
“ Collective Security” .
62. Cari Schm itt, “ Das neue Vae N eutris” , en V o l k e r b u n d u n d V o l k e r r e c h t , 193 7-38
( 4 ) , pp. 6 3 3 -3 8 ; D i e W e n d u n g z u m d i s k r i m i n i e r e n d e n K r i e g s b e g r i f f , M u
nich, 1938.
63. Cari B ilfinger, “ D ie Kriegserklarungen der W estm achte und der Kelloggpakt” ,
en Z e i t s c h r i f t f ü r a u s l a n d i s c h e s o f f e n t l i c h e s R e c h t u n d V o l k e r r e c h t , 1940
( 1 0 ) , pp. 1-23.
64. E dw in Borchard y W illiam Potter Lage, N e u t r d i t y f o r t h e U n i t e d S t a t e s , N e w
H aven, 19 3 7 , p. 293.
65. Su carta del 21 de septiembre de 193 9.
66. H . A . Sm ith, “ Grossbritannien und die belgische N eutralitat” , en V o l k e r b u n d
u n d V o l k e r r e c h t , 19 3 6 -3 7 ( 3 ) , pp. 5 1 3 -1 8 .
67. D ietrich Schindler (U niversidad de Z ü ric h ), “ D ie Schweizerische N eutralitat” ,
pp. 4 13 -4 4 , y Edw ard Ham bro, “ Das Neutralitatsrecht der nordischen
Staaten” , pp. 4 45 -6 9 , Z e i t s c h r i f t f ü r a u s la n d is c h e s o f f e n t l i c h e s R e c h t u n d
V o l k e r r e c h t , 1938 (8 ).
68. Cari B ilfin ger, “ Englische Volkerrechtspolitik, ein Rückblick” , en D e u t s c h e s R e c h t ,
19 4 1 , pp. 225-28.
69. Cari Schm itt, “ Raum und Grossraum im Volkerrecht” , en Z e i t s c h r i f t f ü r V o l
k e r r e c h t , 1940 ( 2 4 ) , pp. 14 5 -79 .
70. S. S. Brigadeführer D r. W ern er Best, “ Rechtsbegriff und Volkerrecht” , en
D e u t s c h e s R e c h t , 19 3 9 , pp. 134 5-4 8.
7 1 . Schmitt, o p . c i t . , p. 14 5 .
72. I b i d . , p. 14 7 .
7 3 - Cari Schm itt, V o lk e rre c h tlic h e G ro s s ra u m o rd n u n g m it In te rv e n tio n s v e rb o t fü r
r a u m f r e m d e M a c h t e , B erlín , Viena, 19 3 9 , pp.' 12 , 13 . N o he podido ver
las ediciones posteriores.
74. I b i d ., p. 43.
75. C ari Schm itt, “ D er Reichsbegriff im Volkerrecht” , en D e u t s c h e s R e c h t , 19 3 9 ,
pp. 3 4 1*4 4 ; “ N eutralitat und Neutralisierung. Z u Christoph S te d in g .. en
D e u t s c h e R e c h t s w i s s e n s c h a f t , 19 3 9 ( 4 ) , pp. 9 7 -1 1 8 .
76. U lrich Scheuner, “ D er G edanke der Sicherheit Amerikas auf den K onferenzen
von Panama und Habana und die M onroe-D oktrin” , en Z e i t s c h r i f t f ü r V o l
k e r r e c h t , 1940 ( 2 4 ) , pp. 2 73 -9 2 , esp. p . 2 75.
77. I b i d . , p . 276.
78 . “ Rights and Duties under International L aw as affected by the U . S. N eutrality
and the Resolution o f Panama” , en A m e r i c a n J o u r n a l o f I n t e r n a t i o n a l L a w ,
1940 ( 3 4 ) . P- 2 4 8 .
79 . Schm itt, V o l k e r r e c h t lic h e G r o s s r a u m o r d n u n g .. . ,
p. 2 3 ; H eirich T rie p e l, D i e H e
g e m o n ía , pp. 298-301.
80. E n K e y , 1940 (11), p. 1 1 6 .
8 1 . A rtículo 21 del Pacto de la Sociedad de Naciones. James T . Shotwell, W a r
as a n I n s t r u m e n t o f N a t i o n a l P o l i c y , Nueva Y ork, 19 2 9 , p. 20, y A ndré N.
Mandelstam, L 'i n t e r p r é t a t i o n d u -p a c te B r i a n d - K e l l o g g p a r le s g o u v e r n e m e n t t
e t le s f a r l e m e n t s d e s É t a t s s i g n a t a i r e s , París, 19 3 4 (p. 3 2-95, sobre la doc
trina M o n ro e).
82. E n K e y , 1940 ( n ) , p . 1 1 8 .
83. M ax H ildebert Bohm , “ M inorities, national” , en E n c y c l o p a e d i a o f t h e S o c i a l
S c i e n c e s , vol. x , p. 5 2 1 , y Oscar I. Janowsky, “ T h e T reatm ent o f M in o
rities” , en I n t e r n a t i o n a l C o n c i l i a t i o n , 1 9 4 1 , n*? 369, pp. 287-94.
84. E l memorándum comunicado a la Cámara de los Comunes por L ord Cranbom e,
a la sazón subsecretario de Estado, y M r. W illiam Strang, entonces de la
Sociedad de Naciones, es un documento importante que resume la situación
de las minorías. Está publicado en T h e C o n g r e s s o f E u r o p e a n M i n o r i t i e s ,
O ficin a de Publicaciones de S. M ., Londres, 19 3 7 .
85. L a base ideológica ha sido desarrollada por M a x H ildebert Bohm, en su obra
D a s e i g e n s t a n d i g e V o l k , G otinga, 1932. Su defensor más fervoroso es W erner
Hasselblatt (abogado de la U n ión de los Grupos del Pueblo Alem án en Eu
ropa) . Sus contribuciones a la doctrina están en: “ D ie politischen Elemente
eines w erdenden Wolksgruppenrechts” , en J a h r b u c h d e r A k a d e m i e d e s D e u t
s c h e n R e c h t s , 1 9 3 8 , B erlín y M un ich, 1938 , pp. 13 -2 4 ; “ Vólkspolitische
W ende in Europa” , en E u r o p a i s c h e R e v u e , 19 3 9 (x v ) , pp. 28-34; “ Die
sudetendeutschen A ntrage über Volksgruppenrecht” , en Z e i t s c h r i f t d e r A k a
d e m i e f ü r D e u t s c h e s R e c h t , 19 3 7 , pp. 3 5 3 -6 1. Véase tam bién: Herbert
K ie r, “ Ü ber die Gestaltung eines Volksgruppenrechts” , en Z e i t s c h r i f t f ü r
a u s ü n d i c h e s o f f e n t l i c h e s R e c h t u n d V o l k e r r e c h t , 19 3 7 ( v i l) , pp. 497-500J
G . A . W a lz, “ G rundlagen des Volksgruppenrechts” , en Paul Rittersbuch (e d .),
Ham burgo, 1938 , pp. 44, 4 5.
86. Frederick L . Schuman, E u r o p e o n t h e E v e , N ueva Y ork, 19 3 9 , p. 384.
8 7. D i e s u d e t e n d e u t s c h e n A n t r a g e . . . , p. 353.
88. I b i d .
89. Schuman, o f . c i t . , p. 387.
90. Sobre los tratados germano-húngaros y germano-rumanos relativos a las minorías,
véase Freiherr von Freytagh-Loringhoven, “ Politik und Recht” , en E u r o f a i s c h e
R e m e , 19 4 1 (x v n ), p. 7.
9 1 . D e u t s c h e s R e c h t , 1940, p. 1508.
92. E l estudio se basa en los siguientes artículos: B alz (M inisterlalrat, Praga), “ D ie
deutsche Gerichtsbarkeit im Protektorate Bohm en-M ahren” , en D e u t s c h e s
R e c h t , 1940, pp. 14 0 1-3 . Krieser (Oberregierungsrat, Praga), “ D ie deutsche
Gerichtsbarkeit im Protektkorate B ohem -M ahren: Ausübung und U m fang” ,
i b i d . , pp. 17 4 5 -5 4 ; D r. Nüsslein (Erster Staatsanwalt, Praga), “ D ie deutsche
Gerichtsbarkeit im Protektkorate Bohm en-M ahren” , “ Strafrechtspflege” , i b i d . ,
pp. 20 85-91.
93. B alz, o f . c i t . , p. 17 6 .
94. 1 . G eneral: 14 de abril de 1939. 2. Administración de justicia penal: 14 de
abril de 19 3 9 , 18 de septiembre de 19 39. 3 . Justicia m ilitar: 8 de mayo
de 19 39. 4 . Justicia civil: 14 de abril de 19 3 5 , 5 de mayo de 19 3 9 , 5 de
septiembre de 19 39, 20 de marzo de 1940. 5 . Derecho del protector a pasar
los asuntos jurisdiccionales a los tribunales alemanes: 4 de abril de 1940.
6 . O rden ejecutiva del ministro de Justicia del Reich para establecer ramas
de los tribunales alemanes fuera de su jurisdicción: 7 de abril de 193 9. (Todas
las ordenanzas, excepto la n^ 6, están publicadas en la R e i c h s g e s e t z b l a t t
alem ana).
95. Krieser, o f . c i t . , p. 1 74 5.
96. Freytagh-Loringhoven, o f . c i t .
97. Lawrence Preuss, “ National Socialist Conceptions o f International L aw ” , en
A m e r i c a n P o l i t i c a l S c i e n c e R e v i e w , 1935 (2 9 ), p. 5 9 4 ; opinión contraria:
Bristler, o f . c i t . , p. 72 .
98. E dw in M . Borchard, D i f l o m a t i c P r o t e c t i o n o f C i t i z e n s A b r o a d , Nueva York,
19 1 9 , p. 1 7 ; Q uincey W righ t, “ Fundam ental Problems of International
O rganization” , en I n t e r n a t i o n a l C o n c i l i a t i o n , 19 4 1 , r f i 369, pp. 468-92,
esp. p. 485.
99. E l profesor Q uincey W righ t, que ha tenido la amabilidad de expresar estas opi
niones en un intercambio de cartas, ha señalado también la experiencia de la
guerra civil norteamericana, que desde el punto de vista del N orte era
una “ guerra de rebelión” y no una “ guerra entre estados” , como se la deno
minó en los círculos sudistas.
100. Hans K . E . L . K eller, D a s R e c h t d e r V o l k e r , I . A b s c h i e d v o m V o l k e r r e c h t ,
Berlín, 19 3 8 , p. I I 8.
10 1. H einrich Rogge, N a t i o n d e F r i e d e n s f o l i t i k , Berlín, 19 3 4 ; H i t l e r s F r i e d e n s f o -
l i t i k u n d d a s V o l k e r r e c h t , B erlín , 19 3 5 ; Bristler, o f . c i t . , p. 11 o.
102. N a t i o n a l e F r i e d e n s f o l i t i k , p. 6 5 7 .
103. D i e r a s s e n g e s e t z li c h e R e c h t s l e h r e , G r u n d l i n i e n e i n e r n a t i o n d s o z i d i s t i s c h e n
R e c h t s f h i l o s o f h i e , 2^ ed., M un ich, 19 3 3 .
104. V o l k u n d V o l k e r r e c h t , T u bin ga, 19 3 5 ; G r u n d z ü g e d e s V o l k e r r e c h t s , B erlín ,
19 3 6 ; “ D er Staats- und Volksbegriff im Volkerrecht” , en D e u t s c h e s R e c h t ,
«9 3 4 » P- 3 3 3 -
10 5. V o l k u n d V S l k e r r e e h t , p . 99.
10 6. “ R echtsbegriff und Volkerrecht” , pp. 13 4 5 -4 8 ; "R echtsbegriff und G esetz-
gebung” , p. 6 7 3 ; “ R echtsbegriff und Verfassung” , p. 12 0 7 , en D e u t s c h e s
R e c h t , 1939.
1 0 7 . “ Rechtsbegriff und Volkerrecht’, p. 13 4 7 .
10 8. D a s S e l b s t b e s t i m m u n g s r e c h t E u r o f a s , Dresde, 19 4 0 ; “ Das neue Europa, seine
Lebenseinheit und Rechtsordnung” , en D e u t s c h e s R e c h t , 1940, pp. 2 0 8 1-8 4 ;
D e r W e g z u r v o lk is c h e n W ir t s c h a f t u n d z u r e u r o fa is c h e n G r o s s r a u m w ir t s c h a ft,
Dresde, 1938 .
10 9. R olf Fritzsche, A u f b a u d e r W ir ts c h a ft im D r i t t e n R e ic h , B erlín , 19 3 4 , apéndice.
1 1 0 . “ Das neue E u r o p a .. .”
1 1 1 . I b i d . , p. 2082.
1 1 2 . Gustave Dumas, “ Documenta from O ccupied France” , en T h o u g h t, 19 4 1 ( 1 6 ) ,
PP- 1 3 3 - 4 1 -
113. D e u ts c h e s R e c h t , 19 4 1 , p. 34.
114 . I b i d ., 1940, p. 1820.
115. N o r w a y D o e s N o t Y i e l d , introducción de M rs. J. Borden Harrim an, publi
cada por los Amigos Norteamericanos de la Libertad Alemana, N ueva York,
1 9 4 1 ; Josef T erboven, “ Neuordnung und Zusammenarbeit in N orw egen” ,
en E u r o f a i s c h e R e v u e ( 1 7 ) , 1 9 4 1 , pp. 13-20.
116 . Ordenanza del comisario federal, de 26 de octubre de 1940, D e u t s c h e s R e c h t ,
1940 , p. 2100.
117. I b i d . , p. 18 19 .
118 . W erner Best, “ D ie neue G liederu ng und Verw altung des emaligen polnischen
Staatsgebiets” , en D e u t s c h e s R e c h t , 19 3 9 , pp. 2089-90. Julius von M edeazza
(delegado del Gobernador G eneral en B e rlín ), i b i d . , 1 9 4 1 , pp. 5 6 5-6 6 ; “ Ein
Jahr G eneralgouvernem ent” , i b i d . , 1940, pp. 17 9 3 -18 0 7 . A lbert W eh (di
rector del departamento de legislación de la oficina del G obernador G en eral),
“ Das Recht des Generalgouvernem ents” , i b i d . , pp. 13 9 3 -14 0 3 .
119 . W eh , o f . c i t . , p. 1394 .
120. D e u t s c h e s R e c h t , 1 9 4 1 , p. 9 1 3 .
12 1. W eh , o f . c i t . , p. 1396 .
12 2 . D e u t s c h e s R e c h t , 1940, p. 18 19 .
12 3 . E n E u r o f a i s c h e R e v u e ( 1 5 ) , pp. 238-43, pp. 3 3 7-4 2 . Véase también K . Vo-
w inckel, en Z e i t s c h r i f t f ü r G e o f o l i t i k , 1940 ( 1 7 ) , p. 596.
12 4 . La bibliografía alemana más importante acerca de este problema es la siguiente:
A . Predohl, “ D ie sogenannten Handelshemmnisse und der Neuaufbau der
W eltw irtschaft” , en W e l t w i r t s c h a f t l i c h e s A r c h i v , 1940 ( 5 2 ) , p. 1 9 3 ; Giselher
W irsing, Z w i s c h e n e u r o f a u n d d i e d e u t s c h e Z u k u n f t , Jena, 19 3 2 ; Ferdinand
F ried, W e n d e d e r W e l w i r t s c h a f t , L eip zig , 1 9 3 9 ; Ernst W agem ann, D e r
n e u e B a l k a n , A l t e s L a n d — j u n g e W i r t s c h a f t , Ham burgo, 19 3 9 ; O tto von Fran
ges, “ Jugoslawiens Interesse am Vierjahresplan” , en D e r V i e r j a h r e s f U m ,
1 9 3 7 ( 0 > 1 8; “ D er Vierjahresplan und die Industrialisierung der sfidosteu-
ropaischen Agrarstaaten” , en E u r o f a i s c h e R e v u e , 19 3 9 ( 1 5 ) , p. 2 38; “ Die
Donaustaaten Südosteuropas und der deutsche Grosswirtschaftsraum” , en
W e l t w i r t s c h a f t l i c h e s A r c h i v , 19 4 1 ( 5 3 ) , pp. 2 8 4 -3 16 ; Bela Csikos-Nagy,
“ Z u r N euordnung der europaischen W irtschaft” , en W e l t w i r t s c h a f t l i c h e s
A rc h iv , 194 1 (53)1* pp. 12 6 -3 5 , y l° s estudios de W . D aitz, véase s u f r a ,
nota 108.
12 5. Franges, “ D ie D onaustaaten.. p. 5 1 5 .
126. “ D ie wirtschaftliche Gestaltung des europaischen Grossraumes” , en B a n k - A r
c h i v , 19 4 1 { r f i 3 ) , p. 29.
12 7 . Polonia: véase p. 2 10 . E n Bélgica, 1 9 4 1 , I franco = 8 pfenning, I bel
ga = 40 pfenning. D e u t c h e s R e c h t , 1 9 4 1 , p. 1 7 1 9 . Dinamarca: Alemania
consiguió cambiar un pequeño crédito alemán por una deuda de 800 millones
de coronas. Sólo parte de esta deuda es el coste de la ocupación. La parte
mayor está representada por el aumento de expediciones de mercancías da
nesas a Alemania. C f . H en ry Chalmers, “ Impact of W ar upon T rad e Policies
o f Foreign Countries” , en I n t e r n a t i o n a l R e f e r e n c e S e r v i c e (Departamento
de Com ercio de Estados U n id o s), 19 4 1 (1 ), n9 6.
128. W . Lepenies, “ Das D evisenrecht in den besetzten G ebieten und im G eneral-
gouvernement” , en D e u t s c h e s R e c h t , 1 9 4 1 , pp. 8 9 -9 1.
12 9 . K a r t e l l - R u n d s c h a u , 1940 (3 8 ) , p. 4 1 . Véase Louis Dom eratzky, “ T h e G erm án
C artel as an Instrument o f Econom ic Control o f the European Continent” ,
en F o r e i g n C o m m e r c e W e e i l y , 19 4 1 ( 3 ) , n*? 10.
130. Es decir, el cártel del papel del Protectorado. K a r t e l l - R u n d s c h a u , 19 3 9 ( 3 7 ) ,
p. 309.
13 1. E l Dredsner Bank adquiere la N o r d b o h m i s c h e K o h l e n t o e r k s g e s e l l s c h a f t (minas)
en Brüx: K a r t e l l - R u n d s c h a u , 19 3 9 ( 3 7 ) , p. 255. La Allgem eine Deutsche
Kreditanstalt (banco), L eip zig , se encarga del Landerbank, Praga: i b i d . , p. 259.
13 2 . Sudetendeutsche Bergbau, A .-G ., una nuera combinación. K a r t e l l - R u n d s c h a u ,
I 9 4 ° (3 8 ) , p. 3 5 1 . Fusión: Landerbank y Bohmische Escompte-Bank: i b i d . ,
p. 6 1 . Concentración de la industria siderúrgica bohemia: i b i d . , 19 3 9
( 3 7 ) . P- 385-
133. I b i d . , 1940 (3 8 ) , p. 6 1 .
134. E l Secretario de Estado Posse es el comisario general de la combinacición U n i-
lever; véase F r a n k f u r t e r Z e i t u n g , 2 de ju lio de 19 4 1.
13 5. Los fideicomisarios son las grandes combinaciones alemanas. Véase p. 3 12 de
de este libro y F r a n k f u r t e r Z e i t u n g , 11 de ju lio de 1 9 4 1 . Sobre los bancos
alemanes en el nuevo orden, véase B a n k - A r c h i v , 19 4 1 , n^ 10 , p. 2 14 .
136. Julius von M edeazza, “ E in J a h r .. . , p. 17 7 6 .
13 7 . D e u t s c h e s R e c h t , 1940, p. 18 74 .
138. I b i d . , p. 2IOO.
139. T erboven, o f . c i t . Fundación de la empresa de energía hidráulica: 23 de agos
to de 1940. La I. G . Farbenindustrie participa, véase F r a n k u k f u r t e r Z e i t u n g ,
20 de ju n io de 19 4 1 .
140. T erboven, o f . c i t .
14 1 . V o r t r a g A d o l f H i t l e r s v o r w e s t d e u t s c h e n W i r t s c h a f t l e m i m I n d u s t r i e s k l u b z u
D u s s e l d o r f a m 2 7 . J a n u a r 1 9 3 2 , 1^ ed., M un ich, 19 32 , p. 13 .
V I. La te o r ía d e l im p e r ia lis m o r a c ia l
PARTE SEGU N DA
E C O N O M IA M O N O P O L IC A T O T A L IT A R IA
Para los nombres de revistas y diarios, etc., en las notas de esta parte y de la
siguiente, se han usado las abreviaturas que se mencionan a continuación:
BA — B a n k - A r c h iv
DAZ — D e u ts c h e A llg e m e i n e Z e it u n g
DR — D e u ts c h e s R e c h t
DV — D e r D e u ts c h e V o lk s w ir t
D Z —- D e u ts c h e B er g io e r k s% e itu n g
FZ — F r a n k fu r te r Z e it u n g
K .R — K a r te ll-R u n d s c h a u
SJ — S ta tis tic h e s J a h r b u c h fü r d a s D e u ts c h e
R e ic h
SP — S o z ia le P r a x is
VP — D e r V ie r ja h r e s p la n
W K — D ie W ir ts c h a fts k u r v e
IY S W ir ts c h a ft u n d S ta tis tik
ZA — Z e it s c h r ift d e r A k a d e m ie fü r D e u ts
ch e s R e c h t
ZS — Z e it s c h r ift fü r d ie g e sa m te Staats»
w is s e n s c h a ft
I. ¿U na e c o n o m ía s in c ie n c ia e c o n ó m ic a ?
II. La o r g a n iz a c ió n d e lo s n e g o c io s
II I. La e c o n o m ía m o n o p ó lic a
19 36 * 0 4 ,2 3 4 1 3 2 ,1 0 9 27.*75
>937 7Í »>53 > 37,726 6 2 ,5 7 3
19 38 59>700 1 2 2 ,6 4 2 6 2 ,9 4 2
F u e n te : VP, 19 3 9 (3 ), p. 10 2 9 .
52. F Z , 9 de enero de 1 9 4 1 .
53. M olders, vol. 11, grupo 6, p. 69. Ordenanza sobre precios y márgenes de ganan
cias en el comercio de automóviles y piezas de repuesto de 18 de febrero,
17 de abril, 17 de noviembre de 193 7.
54 . E rich Kasler, “ Stillegung und W iederaufleben” , en D V , 19 4 1 ( 1 5 ) , n*-* 3 5 /3 6 ,
pp. 12 5 4 -5 9 . Para la industria jabonera, véase la ordenanza del 6 de octubre
de 19 3 9 (M olders, vol. 11, grupo 6, p. 4 1 3 ) y la disposición dictada por el
comisario de precios, x f i 1 1 5 / 3 9 , del 28 de octubre de 19 3 9 (M olders,
vol. 11, grupo 6, p. 4 1 4 a ) , donde se ordena el cierre de plantas y su trans
formación en simples agencias de venta.
55. G eig er, D i e s o z i a l e S c h i c h t u n g ¿ e s ¿ e u t s c h e n V o l k e s , Stuttgart, 19 32, p. 74 .
56. O tto O hlen dorf, “ Kriegswirtschafliche Gegenwartsfragen im H andel” ’, en V P ,
I 9 4 i ( 5 ) . PP- 5 i 3 - i 5 -
5 7 . A . A . Berle y G . C . M eans, T h e M o ¿ e m C o r f o r a t i o n a n ¿ P r í v a t e P r o f e r t y ,
N ueva Y ork, 19 3 5 .
58. R u dolf H ilferd in g, D a s F i n a n z k a f i t a l , Viena, 19 2 3 , p. 1 1 2 .
59. Rathenau, V o m A k t i e n w e s e n , B erlín , 19 18 .
60. E n el trabajo de F . A . M ann , “ T h e N ew Germ án Com pany Law and its Back-
ground” , en J o u r n a l C o m f a r a t i v e L e g i s l a t i o n a n d I n t e r n a t i o n a l L a w , no
viembre de 19 3 7 se encontrarán muy buenas observaciones sobre la ley de
sociedades mercantiles.
6 1 . E xcelente crítica por A rthur Nussbaum (que se encuentra actualmente en la uni
versidad de C olum bia), en J u r i s t i s c h e W o c h e n s c h r i f t , 19 3 2 , p. 2585.
6 2. Hans R eichel, en J u r i s t i s c h e W o c h e n s c h r i f t , 1930 , p. 14 5 9 . T raducido del ar
tículo de M ann . Sobre el carácter reaccionario de la teoría institucionalista,
véase Neum ann, o f . c i t . , pp. 58 7-9 5.
6 3 . Concentración del capital en compañías por acciones:
C a p ita l t o ta l e n C a p ita l m e d io en
N ú m ero m ile s d e m illo n e s m illo n e s de
de m a rcos
193* • 0.437 2 4 .6
>93* 5, 518 1 8 .7
64. Keiser, o f . c i t . , p. 15 4 .
65. I b i d . , p. 13 7 .
66. T om ado de F r e i e s D e u t t c h l a n d , 19 3 9 ( 3 ) , 27 de ju lio .
67. Keiser, o f . c i t . , p. 2 15 .
68. K R , 19 3 9 ( 3 7 >> P- 448.
69. K R , 1938 ( 3 6 ), p. 1 1 6 .
70. K R , 1938 (3 6 ), pp. 1 1 5 , 234.
7 1 . Keiser, o f . c i t . , p. 14 2 , y K R , 1938 ( 3 6 ), p. 1 1 4 .
7 2 . 'K eiser, o f . c i t . , p. 14 7 . E n 19 3 4 tres plantas produjeron el 83.3 % de todos
los cigarrillos. Véase K R , 1938 ( 3 6 ), p. 235. La industria cigarrera está
protegida por una ordenanza del M inisterio de Econom ía del 11 de marzo
de 1938 , prohibiendo el establecimiento de nuevas plantas. Véase K R , 1938
( 3 6 ) , p. 285.
73 . Sobre estadísticas bancarias, véase B A , 1 9 4 1 , n9 4, p. 90.
74. W o c h e n b e r i c h t . I n s t i t u í f ü r K o n j u n k t u r f o r s c h u n g , 19 3 6 ( 9 ) , p. 198.
75. W illy N euling, “ W ettbew erb, M onopol und Befehl in der heutigen W irtschaft” ,
en Z S , 19 3 9 (9 9 ), pp. 2 79 -3 18 .
76. “ M aschinenindustrie und Kriegspotential” , en V P , 19 4 1 ( 9 ) , p. 5 12 .
IV . L a e c o n o m ía de m ando
A b r il i Q i j A b r i l 19 4X
F u e n te : S ta tistis ch e s J a h r b u c h fü r d a s D e u ts c h e R e i c h , 1 9 3 4 } p . 2591 W S , 19 4 1
(21), p. 182.
A b r il 19 3 3 A b r il 19 4 Z
* A lim e n to s , re n ta , co m b u s tib le , lu z , v e s t id o s d iv e r s o s (n o e s tá n in c lu id o s lo s
im p u esto s ni la c o n tr ib u c ió n d e s e g u ro s s o c ia le s ) .
F u e n te s : S J , 1 9 3 8 , PP- 33* - 3* . W S, 19 4 * (2 1), p. 18 2.
34. V P , 19 3 9 , r f i 20, p. 1 1 7 8 .
35. Véase el m agnífico estudio de G urland, o f . c it.
36. K uh r, o f . c i t .
37I U n breve examen de este hecho: C . W . G uillebaud, T h e E c o n o m i c R e c o v e r y
0 } G e r m a n y , Londres, 19 3 9 , pp. 7 7 , 78 , 252-3.
38. I b i d . , p. 7 7 .
39. D R , 19 4 1 , p. 9 1 7 .
40. Para la industria: 1 de marzo de 19 4 1 , M olders, vol. n , grupo 6, p. 5 i v , 7
F Z , 15 de marzo de 19 4 1 . Para el comercio: abril de 1 9 4 1 , F Z , 19 de
abril de 19 4 1 .
4 1 . M olders, o f . c i t . , p. 52 w .
42. V P , 194 1 ( 5 ) , p. 527.
43. F Z , 13 de marzo de 19 4 1 .
44. E l estudio se basa en las siguientes publicaciones: 1 . E . W . Schmitt, “ Das Gesicht
der A ktie” , en S i 1 , 19 4 1 (5 0 ), p. 5 0 1. 2. “ Selbstfinanzierung und Kapital-
markt” , en B A , 19 4 1 , p. 17 4 . 3 . F Z , de 28, 29 de jun io, 5, 6 y 13 de ju lio .
4 . “ D ividendenbegrenzug mit oder ohne Kapitalaufwertung? ” , en B A , 19 4 1 ,
p. 14 9. 5 . “ D er G ew in n privat- und volkswirtschaftlich betrachtet” , en S P ,
19 4 1 (5 0 ), p. 3 2 1. 6 . “ G erm any’s Lim itation on D ividends” , en F o r e i g n
C o m m e r c e W e e k l y , 194 1 ( 4 ) , 16 de agosto de 19 4 1.
4 5. Véase el amplio estudio, “ D ividendenbegrenzung m it oder ohne Kapitalauf-
w ertu ng?” , B A , 19 4 1 , n 9 7, pp. 14 9 -5 1 .
46. “ Selbstfinanzierung und Kapitalmarkt” , en B A , 19 4 1 , n9 8, p. 17 4 .
4 7. I n v e s t i g a t i o n o f C o n c e n t r a c i ó n o f E c o n o m i c P o w e r , Hearings, parte 9 (Ahorros
e inversiones), W ashington, 1940.
48. W K , 1940 ( 1 9 ) , pp. 2 19 -2 2 . E l artículo 4 en B A (nota 44) menciona las
siguientes cifras: de las 852 acciones cotizadas en la bolsa, 336, o sea cerca
del 40 % , distribuyen dividendos superiores al 6 % .
49. O p. cit. (nota 4 6 ).
50. M arx-Engels, Gesamtausgabe, A bt. m , vol. 1, p. 239. Véase la nota de Hans
Speier, ” M arx und Engels über die Brechung der Zinsknechtschaft” , en D ie
Gesellschaft, 1 9 3 1 , vol. 1, pp. 1 1 7 - 1 9 .
51. Das Finanzkapital (M a rx-S tu d ien ), reimpresión, Viena, 19 2 3 , ed., 19 10 ,
p. 282.
52. Citado por A d o lf W eber, Depositenbanken und Spekulationsbanken, M un ich y
L eip zig , 1 9 1 5 , p. 81.
53. H enryk Grossmann, Das Akkumulations- und Zusammenbruchsgesetz des kapi~
tdistischen Systems, L eip zig , 19 2 9 , pp. 574-79.
54. Breve examen, G uillebaud, o-[>. cit., p. 94. O tto Christian Fischer, anteriormen
te de la Reichskreditgesellschaft, actualmente de M erck, Finck & C o ., líder del
grupo nacional de la banca, “ D ie Ausübung des Staatseinflusses ira deutschen
Kreditw esen” , en Z A , 1938 ( 5 ) , pp. 408-10.
55. A . Koch y W . Roeder (e d .), Das R echt der deutschen Bankwirtschajt, B erlín ,
1938 , pp. 14-28.
56. Excelente estudio en Poole, op. cit., pp. 129-38.
57. Jacob V in er, D um ping: A Problem in International Trade, Chicago, 19 2 3 , p. 9 4 ;
y el excelente estudio por M . G ilbert y P. D . Dickens, Export Prices and
Export Cartels ( T N E C M onograph N ? 6 ) , W ashington, D . C ., 1940.
58. E l partidario más decidido de la autarquía como una nueva filosofía fué el
círculo T at y , principalmente, su líder, Ferdinand Fried, Autarkie, Jena,
1932 , quien había ya predicho el fñi del capitalismo. T am bién W erner
Sombart, D ie Zu kunjt des Kapitalismus, B erlín , 19 32, que creía que el futuro
de Alemania estaba en la reagrarización. Contra estas lucubraciones, H erbert
von Beckerath y F ritz K ern , Autarkie oder Internationale Zusammenarbeit ,
B erlín, 19 3 2 . N o vale la pena mencionar las contribuciones del partido na
cional-socialista.
59. F ried, op. cit., p. 4 1 .
60. Cleona Lewis, con la ayuda de John C . M cC lellan d, N azi Europe and W orld
Trade, W ashington, 19 4 1 . Es más importante el cuadro de la p. 178 :
Europa N a zi
V i e j o territorio
(inclu yen d o A le
( en m iles de m i
mania y excluyen*
llo n es d e dólares)
do a R u sia)
I. T r a b a ja d o r e s y e m p le a d o s a s u e ld o , e n m illa r e s
19 2 9 1 7 .8 7 0
19 3 2 1 2 .5 8 0
«937 1 8 .3 7 0
19 3 8 (a g o s to ) 1 9 .5 1 8
19 4 1 ( e n e r o ) c a lc u la d o s 2 2 .6 7 0
II. M o ra s tr a b a ja d a s en la In d u s tria
19 36 = 10 0
B ie n e s d e B ie n e s d e
i o ta í
p r o d u c c ió n c o n su m o
19 2 9 10 3 .6 94-9 1 1 7 .0
19 32 54-8 4 2 .6 74-7
19 36 100.0 10 0 .0 10 0 .0
19 3 8 (a g o s to ) 1 1 6 .7 1 2 3 .8 1 0 5 .8
19 39 (m a y o ) 1 2 8 .2 1 3 1 .4 1 2 4 .0
F u e n te s : H a lb ja h r s b e r ic h te &ur W ir ts c h a fls la g e ( I n s t it u í fü r K o n ju n k t u r f o r s c h u n g ) ,
1 9 3 8 -3 9 (13 ), p. 119 . P a ra 19 4 1: W S, 19 4 1 (2 1), p. 10 0 1 y S ta tis tik des In - und
A u s la n d e i ( I n s t it u t fü r K o n ju n k t u r f o r s c h u n g ) , 19 39/40 (14 ), p. 39.
8 1 . -W S, 19 4 1 ( 2 1 ) , p. 10 1.
82. “ D ie Reserve an weiblicher Arbeitskrkaft” , en W K , 19 4 1 (2 0 ), pp. 148-50.
83. E l secretario de estado D r. Syrup, según W K , 1940 ( 1 9 ) , pp. 2 0 9 -11. W S ,
19 4 1 (2 0 ), p. IO I, menciona 820,000 trabajadores extranjeros empleados
fuera de la agricultura; 300,000 sólo en edificaciones.
84. E n la agricultura se han empleado los siguientes trabajadores extranjeros:
1 - 391,050
W S, 19 4 1 (2 1), p. 10 0 . S e g ú n la I n te r n a t io n a l L a b o u r R e v ie to , 1 9 4 1 (4 3 ), J,
p . 5 8 4 , e l n ú m e ro d e it a lia n o s e m p le a d o s e n A le m a n ia ll e g a r á p ro n to a lo s 2 6 4 ,0 0 0 .
T r a b a ja d o r e s p ro c e d e n te s d e B é lg ic a : 8 3 ,0 0 0 ( n o v ie m b r e de 1 9 4 1 ), véase N eu e In
t e r n a tio n a le R u n d sc h a u d e r A r b e it , 19 4 1 (1), p. 2 0 1.
I . V o lu m en de la producción industrial
1928 = 100
T o ta l 6 5.5 1 0 6 .7 12 4 .7 130 .1
Sin alim en tación 6 1.5 107.8 128.0 13 7 .6
B ien es de producción S 3-7 1 12 .9 • 35-9 148 .9
Bienes de in versió n 44-9 1 1 6 .6 140.3 152 .8
Bienes de consumo 82.9 97 S 107.8 1 1 6 .1
F uentes: I n s t i t u í f ü r K o n ju n k t u r f o r s c h u n g , W o c h e n b e r ic h t , 19 3 9 , n ? 8, 22 de febrero,
y S t a t i s t ik d e s I n - u n d A u s la n d e s , 19 3 9 /4 0 , a ? 2.
II. Participación de loi bienes de producción en la producción industrial)
en precios de 1928
19 2 0 61
19 3 2 47
19 3 6 63
19 3 8 65
19 2 9 75-449 1935 * 5 8 .6 6 2
19 32 45-175 19 36 6 4 .8 8 4
1933 4 6 .5 1 4 • 937 7 2 .5 9 0
•934 5 2 .7 1 0 19 38 7 9 .7 2 2
* D e s d e 1 9 3 $ , in c lu y e n d o el S arre. Los c á lc u lo s p a ra 19 39 so n de a lr e d e d o r de
9 0 ,0 0 0 m illo n e s d e m a rc o s.
F u e n te : W S , 19 3 9 , n9 2 1-2 2 , p. 70 5. Según el d is c u rs o d e l a n t ig u o m in is tr o li r in k -
m ann (D A Z , 2 de n o v ile m b r e de 19 3 8 ), la p a rte d e im p u esto s, ta r ifa s y c o n trib u c io n e s
p a r a la s in s titu c io n e s d e s e g u r o s s o c ia le s , e n e l in g r e s o n a c io n a l su b ió d e 1 1 . 3 % en 19 13
a 22 % en 19 25, 3 0 .6 % en 19 32 , 3 3 ,5 % en 19 37. V é a s e ta m b ié n e l e s tu d io d e la es
tru c tu ra f in a n c ie r a h a s ta m e d ia d o s de 19 39 en E c o n o m ic C o n d itio n s i n G erm a n y in ti*
M id d le of th e Y ear 19 39 , p u b lic a d o por la R e ic h s k r e d it g e s e lls c h a f t , B e r l ín , 19 39 ,
pp . 4 2 - 5 9 ¡ y la c r ít ic a d e W i ld e , op. c i t ., pp . 3 0 1-3, y T h o m a s B a lo g h , “The E c o n o m ic
B ack gro u n d in G erm an y” , en I n te r n a t io n a l A f f a i r s , 19 39 (18 ), p. 2 3 1.
L A N U E V A S O C IE D A D
I. L a c l a s e d ir ig e n te
1. L ederer, S t a t e o f t h e M a s s e s . T h e T h r e a t o f t h e C la s s le s s S o c i e t y , N ueva
York, 1940.
2. Esto ha sido señalado por G o etz Briefs en su crítica al libro de Lederer: véase
su “ Intellectual T ra g e d y ” , en C o m m o n w e a l , 25 de octubre de 1940.
3. Franz Neum ann, E u r o f e a n T r a d e U n i o n i s m < m ¿ P o l i t i c s (prólogo de H . J. L aski),
N ueva Y ork, 193 6. (E d . ingl., Londres, 19 3 5 .)
4 . Sobre población y estadísticas de ocupación de 1933 y 19 3 9 , véase W S , 1940
(2 0 ), p. 336.
5. M inisterialrat Franz Sommer, D a s R e i c h s j u s t i z m i n i s t e r i u m , B erlín , 19 3 9 , pp. 54-60.
6 . Basado en una comparación entre el H a n d b u c h f ü r d a s D e u t s c h e R e i c h de 19 3 1
y el de 1936 (B e rlín ). Las ediciones posteriores, si es que existen, no las
pude conseguir.
7 . F Z , 5 de enero de 1 9 4 1 .
8. Véase nota 23.
9. Eberhard Barth, W e s e n u n d A u f g a b e n d e r O r g a n i s a t i o n d e r g e t v e r b l i c h e n W i r t
s c h a f t , Hamburgo, 19 3 9 , pp. 7, 8.
10. N a t i o n a l s o z i a l i s t i s c h e s J a h r b u c h , 1939.
1 1 . Según la o f . c i t . , 1938 y 1939.
12 . Según D a s D e u t s c h e F ü h r e r l e x i k o n , 1 9 3 3 -19 3 4 ; y Hans G erth , “ T h e N a zi
Party: Its Leadership and Composition” , en T h e A m e r i c a n J o u r n a l o f S o c i o -
l o g y , 1940 ( 4 5 ) , pp. 5 1 7 - 4 1 » e*P- P- 5 2 5 -
13. G erth , o f . c i t . , p. 525.
14. U n estudio excelente de este fenómeno es e l de H . H errigel, “ Politik und Idea-
lismus” , en K a n t - S t u d i e n , 19 2 1 ( 2 6 ) , pp. 52-73.
15 . M orris G insberg, “ Stammler’s Philosophy o f Law ” , en M o d e m T h e o r i e s o f L a t o ,
Londres, 19 3 3 , p. 5 1 .
16. D e u t s c h e s B e a m t e n j a h r b u c h , 19 3 9 , p. 1 7 1 .
17 . E l director ministerial D r. Schütze, en D r . W i l h e l m F r i c k u n d s e in M i n i s t e r i u m .
A u s A n la s s d e s 6 0 . G e b u r t s ta g e s d e s R e i c h s - u n d P r e u s s is c h e n I n n e n m i n i s t e r s ,
M u n ich , 193 7 , p. 48.
18. I b i d . , pp. 54-6.
19. I b i d .
20. T raducción e introducción por James K . Pollock y A lfred V . Boerner, J r., T h e
G e r m á n C i v i l S e r v i c e A c t , La asamblea del servicio público de Estados Unido*
y Canadá, 1938 .
2 1. F Z , 12 de enero de 1 9 4 1 .
22. Confieso que y o también he sido culpable de esta interpretación. Véase mi
o f. c it.
23. E l estudio se basa en las siguientes publicaciones: a ) D ie O r g a n is a tio n d e r g e w c r -
b l i c h .c n W ir ts c h a ft. V e r z e ic h n is der M itg lie d e r der R e ic h s w irts c h a fts k a m m e r
und d e t e n X J n t e r g l i e d e r u n g ed. Reichswirtschaftskammer, B erlín , hasta agos
to de 19 3 9 . Este volumen proporciona los nombres, b ) H erm án Teschen-
macher (e d .), H a n d b u c h d e s A u f b o u s d e r g e t o e r b l i c h e n W i r t s c h a f t , vol. i,
L eip zig , 19 3 7 . Estos volúmenes proporcionan los datos biográficos, c ) H a n d
b u c h d e r d e u t s c h e n A k t i e n g e s e l l s c h a f t e n , 19 3 8 y 19 3 9 . Estos libros nos dan
los datos sobre las conexiones mercantiles del personal de los grupos y cámaras.
24. R . W alther D arré, N e u a d e l a u s B l u t u n d B o d e n , nueva ed., 1 9 4 1 . D arré, Z i e l
u n d W e g d e r n a t i o n d s o z i a l i s t i s c h e n A g r a r f o l i t i k , M u n ich , 19 3 4 , p. 18.
2 5. S P , 19 3 9 (4 8 ), p. 405.
26. Sobre relaciones de propiedad en la agricultura y los bosques, véase S J , 19 3 8 , p. 85.
2 7. D V , 19 4 1 ( 1 5 ) , n? 20, p. 7 7 5 .
28. W S , 19 3 9 , n? 5.
29. Números de S J , 1938 , p. 90.
30. Rendim iento neto en marcos por hectárea de tierra cultivada:
Pequeño M e d ia n o G rande
19 24 /s 9 9 — 18
19 28 /9 36 41 25
19 31/2 — 10 5 8
>932/3 — 4 19 28
19 3 3 /4 28 49 S3
P e q u e ñ a g r a n j a e n l a A le m a n ia o r ie n t a l 5 -5 0 ha
E n la A le m a n ia o c c id e n ta l 5 -2 0 ha
G r a n ja m e d ia n a en la A le m a n ia o r ie n t a l 50 -20 0 h a
En la A le m a n ia o c c id e n ta l 2 0 -1 0 0 h a
F u e n te : M ax S e r in g , “ D ie a g r a r is c h e n G r u n d la g e n d er S o z ia lv e r f a s s u n g ” , en P ro-
H em e Jes D e u ts c h e n W ir t s c h a ft s le ie n s , B e r l ín y L e ip z i g , 19 37, p. 854.
¡933 ms
T r a b a ja d o r e s m a n u a le s 3i -5 3 2 .1
E m p le a d o s a s a la ria d o s 2 1 .1 2 0 .6
I n d e p e n d ie n te s ( e x c lu y e n d o a lo s c a m p e s in o s ) 1 7 .6 2 0 .2
C a m p e s in o s 1 2 .6 IO .7
O f ic ia le s 6 .7 1 3 .0
V a r io s 10 .5 3-4
10 0 10 0
II. Las c la s e s d ir ig id a s
BEH EM OTH
1 . Thom as Hobbes, Leviathan, ed. M olesw orth, vol. m , parte n , cap. 2 1 , p. 199.
[T ra d . esp. de M . Sánchez Sarto, ed. Fondo de Cultura Económ ica, M é xi
co, 194 0 .] Las observaciones siguientes sobre el pensamiento político del na
cional-socialismo se basan en m i manuscrito inédito T h e Govem ance of the
R ule of Law, escrito en 19 3 6 , disponible en la universidad de Londres,
p. 561.
2. Burke, Works, vol. n i, p. 63.
3. D e M aistre, Oeuvres completes, Lyon , 18 9 1-9 2 , vol. 11, p. 16 7 .
4. Ib id ., vol. 1, p. 367.
5. Bonald, Mélanges Littéraires. . ., vol. 11, París, 18 54 , p. 4 10 .
6 . Ib id ., “ Pensées sur divers sujets” , en D u Divorce, París, 1858, p. 360.
7 . Stahl, Über die gegenwartigen Parteien in Staat und K irche, Berlín, 1883, p. 23.
8. Sobre Sthal, véase: H erbert Marcuse, Reason and Revolution, H eg el and the Rise
of Social Theory, Nueva Y ork, 19 4 1 , pp. 360-73.
9. H aller, Restauration der Staatswissenschaft, publicado por primera vez en 1816.
10. Philosofhy o f R ig h t (trad. S. W . D y d e ), Londres, 18 9 6, sec. 258, nota (p. 244).
1 1 . N ota 8.
12. D iutum a, M ilá n , 19 2 4 , pp. 3 74 -7 ( “ Relativismo e Fascismo” ) . (L a D iutum a
es una selección de artículos importantes escritos por Mussolini y editados
por V . M orello.)
13. M ussolini in the M aking, Boston y Nueva Y ork, 1938.
14. Bertrand Russell, “ T h e Revolt against Reason” , en Political Quarterly, 19 3 5,
p. 5. M ax H orkheim er, “ Zum Rationalismusstreit in der gegenwartigen
Philosophie” , en Zeitschrift für Sozialforschung, 1 934 ( 3 ) , p. I.
15. Disscrtations and Discussions, 3^ ed., vol 1, p. 332.
16. Ernst K rieck, N ationalfolitische Erziehung, 14 * ed., L eip zig, 19 3 3 , p. 68.
17 . Este fenómeno ha sido observado por Carlton J. H . Havs, “ T h e N ovelty of
Totalitarianism in the H istory of W ertern C ivilization ” , en Sym fosium on
the Totalitarian State (American Philosophical Society), Filadelfia, 1940,
pp. 9 1-1 0 2 .
18. H arold D . Lasswell, “ T h e Garrison State” , en T h e American Journal o f Socio-
l ° g y , 1 9 4 1 (4 6 ), pp. 4 55-6 8 , esp. p. 462.
19. Compárese el excelente estudio de M ax Horkheim er, “ Egoismus und Freiheits-
bewegung” , en Zeitschrift für Sozialforschung, 1936 ( 5 ) , pp. 16 1 -2 3 1 .
20. Ernst Fraenkel, T h e Dual State, Nueva York, 19 4 1.
2 1. H ohn, D ie Wandlung im staatsrechtlichen D enken, Hamburgo, 1934 .
22. Neesse, Führergewalt, T ubin ga, 1940.
23. Roger D iener, “ Reichsproblem und H egem onie” , en Deutsches R echt, 1939,
pp. 5 5 1-6 6 .
24. Neesse, o f. cit., p. 54.
25. “ D er R eichsbegriff im Volkerrecht” , en Deutsches R echt, 19 3 9 , pp. 3 4 1-4 4 .
26. Lasswell, o f. cit.
27. M ax W erner, Battle for the W orld, Nueva York, 19 4 1 , p. 1 2 ; T o m W in trin g-
ham, N ew Ways of War, Londres, 1940.
28. C ari D reher, “ W h y H itler W ins” , en H a rfer’s Magazine, octubre de 1940.
29. Shirer, B erlín Diary, Nueva York, 19 4 1 .
30. Véase el excelente estudio “ W ar Aim s in W ar Propaganda” , en P r o f a g m d a
Analysis, 19 4 1 (vol. i v ) , n9 2 7, marzo de 19 4 1.
Prólogo a la edición esp in ó la ..................................................... 9
Nota sobre el nombre b e h e m o t h ............................................. n
Prefacio ............................................................................................ 13
IN T R O D U C C IO N
E L COLAPSO D E LA R E PU B LICA D E W E IM A R
1. E l Im perio................................................................ 19
2. La estructura de la democracia de W eim a r......... 25
3. Las fuerzas sociales ................................................. 30
4. La decadencia de las organizacionesobreras . . . . 34
5. La contrarrevolución............................................... 37
6. Derrumbamiento de la democracia ....................... 47
7. Un resumen provisional .......................................... 51
P R IM E R A P A R T E
E L M O D U L O P O L IT IC O D E L N A C IO N A L
SO C IA LISM O
I . E l e s t a d o t o t a l it a r io ....................................................................................................... 6 1
IV . E l p u e b l o r a c ia l , f u e n t e d e l c a r i s m a .......................... 123
1. Nación y raza ................................................................. 123
2. E l racismo en Alemania ............................................ 127
3. T eorías antisemitas ........................................................ 134
4. L a purificación de la sangre y la legislación anti
j u d í a . . .......................... .............................................. 137
5. L a arianización de la propiedad j u d í a ..................... 142
6. L a filosofía del antisemitismo ................................... 147
V . E l G r o s s d e u t s c h e R e i c h ( E l Reich de la Gran A le
mania). E l es-pacio vital y la doctrina d e M onroe alemana. 1 57
1. L a herencia m edieval ................................................... 158
2. G e o p o lític a ......................................................................... 164
3. Política demográfica ...................................................... 175
4. E l nuevo derecho internacional ................................. 179
La ruptura de los grillos de Versalles, 180.
La nueva neutralidad y la guerra justa, 183.
La doctrina M onroe germánica, 18 5.
El V o lk s g r u ffe frente a la minoría, 189.
E l derecho internacional ( V o lk e r r e c h t) y la soberanía del
estado, 196.
5. Am bito y carácter del Grossdeutsche R e i c h ............ 201
VI. L a t e o r í a d e l i m p e r i a l i s m o r a c i a l ................................ 215
1. Democracia e imperialismo ................................... 215
2. E l Volk proletario contra las plutocracias.............. 217
3. Elementos seudomarxistas en la teoría del imperia
lismo social ......................................................... 222
4. Precursores nacionalistas del imperialismosocial . . 224
5. Imperialismo a lem án ................................................ 231
6. Los social-demócratas y el imperialismo ........... 242
7. E l imperialismo racial y las m asas........................ 247
SEGUN D A PARTE
E C O N O M IA M O N O P O L IC A T O T A L IT A R IA
I. ¿U n a e c o n o m í a s in c i e n c i a e c o n ó m i c a ? ...................... 253
1. ¿Capitalismo de estado? ........................................... 253
2. Una teoría económica nacional-socialista: el mito
del estado corporativo........................................ 260
TERCER A PARTE
LA N U EVA SO CIED A D
BEH EM OTH
1. ¿Tiene Alemania una teoría política? .................... 507
2. ¿Es Alemania un estado? .......................................... 516
3. ¿Qué tendencias presenta esta estructura? ........... 518
N o t a s ..................................................... 5*7
Este libro se terminó de imprimir el día 15
de Febrero de 1983 en los talleres de Lito
Ediciones Olimpia, S. A. Sevilla 109, y se
encuadernó en E n cu a d ern a ció n P ro greso ,
S. A. Municipio Libre 188, México 13, I). F.
Se tiraron 3,000 ejemplares.