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ROOSEVELT CALCETO OSPINA

ENFOQUE DEL PODER MARITIMO EN COLOMBIA

El poder marítimo se define como la capacidad del Estado para crear, desarrollar,

mantener, explotar y proteger sus intereses marítimos tanto en la paz como en la guerra, a pesar

de los antagonismos que se presenten, y está constituido por la voluntad del Estado y por todos

los medios a flote y en tierra, para la seguridad y el aprovechamiento del mar y sus recursos

(Solís 1993: 471). Los altos niveles de población de un país y el crecimiento de las necesidades

de consumo internas obligan a que haya un uso necesario de las vías marítimas para la

comercialización de productos, la creación de las rutas comerciales y la protección y defensa de

las mismas.

Se caracterizan diversos factores geográficos, políticos, económicos, estratégicos y sociales

que generan el permanente y creciente influjo del mar en la existencia de las naciones. Solís

(1997) afirma que el poder marítimo está conformado por: 1. Los intereses marítimos que son los

beneficios económicos, políticos y sociales que la nación obtiene del mar, y 2. El poder naval

definido como la capacidad de proteger y dar seguridad a los intereses marítimos de la nación, la

valoración del contexto externo e interno de la influencia e impacto del mar se conoce como

conciencia marítima.

Las talasocracias son aquellas que han concentrado todas las bases de su poder comercial y

militar en el control total del mar, las acciones de diferentes líderes de naciones en todo el mundo

han generado un impacto significativo en el crecimiento del poder naval en su componente

militar y de comercio, Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Japón poseen las
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principales armadas del mundo de acuerdo con su estructura y componentes físicos y humanos,

situación que obliga a estos gobiernos a aumentar su nivel competitivo en tiempos de guerra,

generando y asegurando los recursos necesarios para su entrenamiento, monitoreo y tecnología.

Las estrategias de desarrollo económico y de fortalecimiento del poder militar en Colombia

deberían dirigirse hacia el aprovechamiento y explotación del recurso marítimo el cual compone

el 44,86% del territorio, mediante una estrategia nacional integral del mar. Fenómenos como el

narcotráfico, la creación de grupos armados ilegales, la influencia de organismos internacionales

y de las mismas potencias extranjeras trajeron como resultado que las estrategias de control

militar se centren en la protección de la tierra, en el aspecto comercial no contamos con flotas

mercantes propias que den salida y llegada a los productos, la cesión de grandes porciones de

territorio marítimo a diferentes naciones a nivel mundial han marcado parte de la historia de la

lucha que ha emprendido Colombia por defender el territorio marítimo. Las fuerzas militares de

Colombia cuentan con un activo aproximado de 295.000 personas, de las cuales 43.215

conforman la Armada Nacional, 21 aviones de guerra, 29 aviones de misiones especiales, 595

vehículos armados, 4 submarinos, entre otros, situación que sustenta la deficiencia de elementos

enfocados a la explotación, uso, control y defensa del mar.

Colombia cuenta con todos los factores necesarios para conformar una talasocracia,

teniendo en cuenta su gran porción de territorio en mar. La falta de conocimiento por parte de los

gobiernos y de la población han alejado la posibilidad de crear una estrategia de control militar

enfocado en el mar.
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El desarrollo del conflicto armado en Colombia durante las últimas décadas generó que sus

gobernantes cambiaran los esquemas comunes de empleo y uso de la fuerza para garantizar la

seguridad nacional. Las fuerzas militares cuya función es garantizar la defensa de la soberanía, la

independencia, la integridad de todo el territorio nacional y la protección contra amenazas

externas, enfocaron todo su poder de control hacia la parte interna de las fronteras, aumentando

su presencia y capacidad en gran parte del territorio nacional. Los presupuestos invertidos en

Seguridad y Defensa aumentaron significativamente, impactando de manera directa en el

producto interno bruto del país. Sin embargo, todos estos esfuerzos se dieron como resultado que

las fuerzas militares y de policía obtuvieran reconocimientos internacionales y se lograran

ejecutar operaciones de inteligencia militar reconocidas a nivel mundial como la operación

Jaque. Con los acuerdos de paz, se han generado estrategias de gobierno enfocadas a reducir la

pobreza y la desigualdad presente en la sociedad colombiana, situación que obliga al gobierno a

generar una redistribución de los recursos sin afectar la sostenibilidad de las fuerzas militares

cumpliendo el objetivo primordial para el cual fueron creadas. Con el aumento de la ocupación

de territorio interno y el incremento de la presencia de la fuerza publica en el país, han

aumentado las oportunidades de desarrollo y la confianza de capitalistas extranjeros con fines

inversionistas, este modelo uno de los principales factores de desarrollo económico en Colombia.

Con la llegada de la globalización se introdujeron cambios en los aspectos económicos,

políticos y sociales del estado, las estrategias de desarrollo se centraron en la suscripción y

creación de mercados de integración o zonas de libre comercio, la atracción de capital extranjero

y la privatización de servicios y activos del estado. Las actividades económicas y las estrategias

para el desarrollo de la economía en Colombia cambiaron a un ritmo acelerado, pasando de ser


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un país altamente reconocido por su exportación de café a convertirse en un productor de

minerales y combustibles en la medida que fue aumentando la demanda de estos recursos a nivel

mundial, siendo la agricultura un recurso menos atractivo para el desarrollo económico del país,

así como de las fronteras marítimas que por ubicación geográfica rodean gran parte del territorio

no han sido suficientemente atractivas para la agenda económica nacional, a pesar de que las

rutas de tráfico propias a través del mar constituyen las principales vías del comercio mundial.

En el marco internacional se observa que las principales potencias mundiales muestran un

infalible interés en mantener un desarrollo sostenible impulsado por las actividades marítimas,

países como Estados Unidos y China, han orientado sus intereses en aumentar una presencia

efectiva a nivel global que les permita combatir las amenazas afuera de su territorio, la creación

de estrategias orientadas al desarrollo de la economía marítima y la aplicación de políticas del

océano. La Unión Europea ha construido sinergias entre los países miembros, articulando las

políticas y buscando consensos que le permitan afrontar de manera conjunta los retos que traen

consigo la globalización, el cambio climático, la seguridad energética, la protección al medio

ambiente y la seguridad marítima (European Comission, 2015).

Colombia es un país privilegiado con un sin numero de riquezas dadas por su ubicación en

la zona ecuatorial, el cruce de la cordillera de los Andes y su imponente sistema montañoso, su

diversidad de paisajes, toda su fauna y flora, gran cantidad de recursos hídricos, y sus costas en

dos océanos obligan a que las estrategias de sostenibilidad incluyan dentro de todo un sistema la

biodiversidad, los recursos naturales, la sociedad y la riqueza marina. Es claro que existe una

gran necesidad de generar políticas que permitan el máximo desarrollo comercial, industrial,
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tecnológico y científico del Mar Caribe y la Cuenca del Pacífico. El decreto 347 de 2000

conformó la Comisión Colombiana del Océano cuyo objetivo principal es “proponer al Gobierno

Nacional una Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros, para su administración y

desarrollo sostenible efectuando la coordinación interinstitucional e intersectorial necesaria”

(Decreto 347, 2000), teniendo en cuenta la posibilidad de generar un máximo aprovechamiento

de los espacios oceánicos y costeros de Colombia. El territorio colombiano cuenta con 3.189 km

de litorales, que cubren 12 departamentos y 49 municipios, 4 archipiélagos, al menos 100 islas,

17 cayos, 42 bahías, 5 golfos (Dimar, 2005) y en general 928.660 km2 de territorio marítimo

(CCO, 2015). Datos que deberían mostrar un inminente desarrollo económico, social y de

presencia militar en las zonas que limitan con el mar, pero que contrastan con la realidad actual

de la Región Caribe y Región Pacífica las cuales presentan altos niveles de pobreza,

analfabetismo y desigualdad social, sin embargo, estas dos zonas geográficas del territorio

colombiano aportan el 15% y 13,4% del PIB nacional (PNOEC, 2018).

La participación del componente naval de Colombia en escenarios internacionales como la

Guerra de Corea entre 1950 y 1953 y expediciones a la Antártida a comienzos de los años 80 ha

generado que Colombia tome acciones conjuntas y combinadas con países de la región como la

firma de acuerdos para la preservación de ecosistemas, cooperación en la ejecución de ejercicios

navales, protección de buques y lucha contra la piratería. El papel fundamental de la Dirección

General Marítima DIMAR es generar acciones que potencialicen el desarrollo de las actividades

marítimas, mientras que la Armada Nacional busca una mejora significativa en el desarrollo de

sus acciones.
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Pese a que se cuenta con una estructura portuaria capaz de conectar las casi 3700 rutas de

comercio marítimo mundial, hasta finales de los años 80 los puertos colombianos presentaban

altos porcentajes de inactividad generando pérdidas económicas, sobrecostos en las cargas

transportadas y un retroceso en la competitividad económica del país para esa época. Los

esfuerzos realizados para tener una Marina Mercante sucumbieron en malos manejos,

inadecuadas administraciones y ante los cambiantes factores del comercio internacional. El

desarrollo económico marítimo de una nación depende directamente de la conformación de una

Marina Mercante que permita el flujo de las actividades de intercambio comercial que de salida a

los productos fabricados en el territorio nacional y otorgue un posicionamiento dentro de las

políticas de seguridad y defensa nacionales.

Analizados los componentes del poder marítimo, observamos que Colombia ha

desarrollado actividades tendientes a identificar todos los aspectos que generan un interés

enfocado en el uso y aprovechamiento del mar, su armada nacional cuenta con una estructura que

ha ido creciendo y mejorando en capacidad y cobertura, se debe generar una integración entre

todos los actores que intervienen en el desarrollo marítimo del país que permita generar el

máximo aprovechamiento de las actividades marinas y costeras. Las instituciones nacionales con

cooperación de entidades internacionales deben trabajar de manera cohesionada para generar un

desarrollo marítimo y de las costas colombianas.

El ejercicio de proteger la soberanía del territorio debe seguir siendo tarea del Estado

garantizando la sostenibilidad de la biodiversidad, de los recursos ambientales y de todos los

espacios que limitan el territorio. Las acciones del poder naval en el país, la cooperación
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internacional, la creación de espacios para el desarrollo de actividades científicas, así como el

desarrollo de una Seguridad Marítima Integral son pilares fundamentales para el crecimiento de

la Fuerza Armada. El crecimiento económico del país debe centrarse en el desarrollo de

estrategias de crecimiento de la industria marítima y su propagación en las regiones costeras

portuarias. La gestión de recursos por parte del Estado para la transformación de los sectores

debe ser una tarea primordial que asuma un papel fundamental en el posicionamiento marítimo

del país. El comercio de productos y servicios salientes y entrantes al país debe responder a las

necesidades y a la demanda de transporte marítimo existente, la carga de productos desde

Colombia debe promover la obtención de una flota de buques propios que tengan como punto de

conexión los puestos nacionales.

La Industria Naval, proporciona parte de la estructura básica necesaria para el comercio

marítimo internacional. Según el Comité de Astilleros de la Cámara Fedemetal de la Andi: “la

industria astillera colombiana comprende un conglomerado de capacidades empresariales y

tecnológicas orientadas al diseño, construcción, mantenimiento, reparación, modernización y

desmantelamiento de buques y artefactos navales” (DINERO, 2013). Este sector de la industria

impulsa el desarrollo y producción de embarcaciones que darán soporte a las actividades

comerciales mercantiles y de guerra para el caso de la defensa de la soberanía nacional. Al contar

con buques propios, se lograrán expandir las rutas comerciales y la creación de alianzas

estratégicas que permitan ampliar la cobertura y presencia de Colombia en mares

internacionales, la promoción de las actividades marítimas como atractivos turísticos generan un

impulso al crecimiento económico y social de las costas, trayendo consigo una consolidación del

componente marítimo como vital para el desarrollo de las regiones, la explotación de los
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recursos petroleros ubicados en las plataformas continentales, promoviendo las buenas prácticas

y fortaleciendo las alianzas comerciales internacionales deberán ser elementos de conformación

de una estrategia nacional de aprovechamiento y fortalecimiento del poder marítimo en

Colombia. Las diferentes posturas de las instituciones del Estado frente a los temas marítimos

conllevan la necesidad de llegar a acuerdos reales y productivos entre los actores públicos,

privados y la sociedad en general. El gobierno colombiano debe generar lineamientos que sean

acordes con las políticas, planes y proyectos de desarrollo marítimo local.

Todas las estrategias militares deben ser orientadas a la defensa de la soberanía del

territorio marítimo, aún aquel que se encuentre en litigio, al uso y explotación de las zonas

costeras y marítimas del territorio colombiano, garantizando su protección, la expansión de

nuestra presencia en aguas internacionales, la identificación y creación de nuevos puntos de

comunicación comercial, la garantía de ejecución de las actividades de explotación de recursos

existentes en el mar, la protección del turismo y de las actividades de pesca y comercialización

de alimentos, el acompañamiento y protección de buques y barcos nacionales, el uso correcto de

los recursos emitidos por el estado para el desarrollo del poder marítimo en Colombia.
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Referencias

Mahan, Alfred T. (2013) “Análisis de los elementos del poder naval”. Geopolítica(s).

Revista de estudios sobre espacio y poder, vol. 4, núm. 2, 305-334.

Capitán de Navío (RA) SERGIO URIBE CÁCERES (2016) Estrategia marítima, evolución

y prospectiva, 30-51.

Política Nacional del Océano y de los Espacios Costeros (2016).


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