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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE CAJAMARCA

SALA PENAL DE APELACIONES

SALA PENAL DE APELACIONES - Sede de Corte

SENTENCIA N° 12

EXPEDIENTE : 00099-2012-6-0601-JR-PE-03.
IMPUTADOS : VICTOR CHILON DURAND.
DELITO : VIOLACION SEXUAL DE MENOR DE EDAD.
AGRAVIADA : MENOR DE INICIALES E.E.CH.R.
ASUNTO : APELACIÓN DE SENTENCIA ABSOLUTORIA.

RESOLUCIÓN NÚMERO :
Cajamarca, 16 de abril del dos mil trece.-

I. VISTOS Y OIDOS:

En audiencia pública, el recurso de apelación interpuesto por el Fiscal Provincial


Penal del Tercer Despacho de Investigación de la Segunda Fiscalía Provincial
Penal Corporativa de Cajamarca y el actor civil, en contra de la resolución número
dieciséis de fecha nueve de noviembre del 2012, emitida por el Juzgado Penal
Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, que
resuelve absolver al acusado Víctor Chilón Duránd de los cargos formulados en su
contra por el representante del Ministerio Público, por la comisión del delito contra
la Libertad Sexual, en su figura de Violación Sexual de Menor, ilícito penal previsto
y sancionado en el artículo 173° inciso 1 del Código Penal, en agravio de
E.E.CH.R.

II. PARTE EXPOSITIVA:

2.1. ANTECEDENTES PROCESALES:

1. Según la acusación fiscal, se le atribuye al sentenciado Víctor Chilón Duránd


haber sometido sexualmente a la menor agraviada quien resulta ser su hija,
cuando esta contaba con 8 años de edad, siendo el caso que el día 20 de
enero del año 2012, luego de haber sacado a la menor de su domicilio con la
finalidad de comprarle una bicicleta, la trasladó en su vehículo hacia el
inmueble ubicado en el Jr. Manuel Carducci N° 782 Barrio Samanacruz –
Cajamarca, en dicho lugar estacionó su vehículo, bajó la bicicleta que se
encontraba en el asiento posterior y ordenó a la menor que se pasará a los
asientos posteriores en donde la ultrajó sexualmente vía vaginal. A causa del
dolor que presentaba la menor, advirtiendo el acusado que le salía sangre de
su vagina y que por el portón ingresaba una señora que cuidaba en ese lugar,
dejó a la menor y le entregó papel higiénico para que se limpiará la sangre, la
menor colocó entre sus partes íntimas el papel para evitar que manche su
ropa interior, posteriormente subió la bicicleta al asiento posterior del vehículo,
ordenando a la agraviada que suba al asiento delantero y la regresó a su
domicilio en donde vive con su madre, acto previo el acusado le advirtió que
no cuente lo sucedido a su madre porque esta podía mandarlo a la cárcel; sin
embargo, horas después por insistencia de su madre, la menor le contó lo
sucedido.

2. El Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia de


Cajamarca, mediante resolución Número Uno de fecha 05 de octubre del 2012
resuelve citar a juicio oral, el mismo que se programa su realización en acto
privado el día quince de octubre del 2012.

3. En la fecha indicada en el ítem que antecede, se desarrolla el juicio oral; sin


embargo, al no haber existido más órganos de prueba que examinar en la
audiencia y estando pendientes de ser examinado algunos testigos y peritos
admitidos por parte del Ministerio Público, se programa fecha para
continuación de juicio oral el mismo que se realiza en las fechas 16, 18, 24,
25 y 26 de octubre del 2012, en ésta última fecha se da lectura a la parte
resolutiva de la sentencia, emitida por el Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, mediante la
cual se resuelve absolver a Víctor Chilón Durand de la acusación fiscal
seguida en su contra, por el delito contra la Libertad Sexual, en su figura de
Violación Sexual de Menor, en agravio de la menor de iníciales E.E.CH.R.
4. En audiencia privada de Juicio Oral – Lectura de Sentencia, que data del 09 de
noviembre del 2012 se da lectura íntegra de la sentencia absolutoria detallada
en el párrafo que antecede, por la transcendencia del caso y por aceptación de
las partes procesales presentes, la lectura de sentencia se lleva a cabo en
audiencia pública. Como fundamentos cardinales de la misma, el Juzgado
Colegiado manifiesta a) Que, el Acuerdo Plenario N° 01-2011/CJ-116 no
resulta aplicable al caso, siendo aplicable al caso las conclusiones del Acuerdo
Plenario N° 02-2005/CJ-116, por ende el Juzgado Colegiado analiza si la
versión de la agraviada cumple con los presupuestos establecidos en dicho
acuerdo, concluyendo en lo siguiente, respecto al primer presupuesto: i)
Ausencia de Incredibilidad Subjetiva: manifiestan que en la versión de la
menor agraviada no existe ningún móvil subjetivo para considerarla imparcial;
no obstante, según la testigo Yolanda Raico Aguilar madre de la menor
agraviada, esta habría mantenido cierto resentimiento en contra del acusado,
por el descuido y desinterés mostrado hacia sus hijos y hacia ella, lo que
sumado al hecho de que la madre había dejado entrever la existencia de un
móvil económico quien también habría referido al testigo Julio Cueva Cueva la
posibilidad de que el autor del delito no fue el acusado sino otra persona, esto
permitiría afirmar que la versión incriminatoria presenta incredibilidad subjetiva.
ii) Verosimilitud: el colegiado determina que no existe coherencia en el relato
incriminatorio, puesto que la menor ante el psicólogo declaró que el acusado la
ha ultrajado en anteriores ocasiones y el examen ginecológico practicado el
día de los hechos concluye que la desfloración no tenía una antigüedad mayor
a diez días, además no existen elementos periféricos que corroboren la
versión de la agraviada a fin de vincular al acusado con el delito. iii)
Persistencia en la Incriminación: el Juzgado Colegiado considera que por la
trascendental contradicción de la menor agraviada aludida anteriormente, en el
sentido, de que su versión es desvirtuada por el examen ginecológico, éste
presupuesto no se cumple, siendo esto así, el Juzgado Colegiado determina
que la versión incriminatoria no posee entidad probatoria suficiente para
desvirtuar la presunción de inocencia de la que goza el acusado. Asimismo en
la sentencia se señala que tres profesionales médicos han concluido que el
acusado padece de disfunción sexual eréctil, lo que no ha sido descartado por
el Ministerio Público y que según el efectivo policial que intervino al acusado la
madre de la agraviada realizo una solicitud económica al acusado para retirar
la denuncia.

5. Interpuesto el recurso de apelación por el Ministerio Público, el fiscal del caso


con fecha catorce de noviembre del 2012 lo fundamenta, siendo sus
argumentos los siguientes: a) Indica que la Acuerdo Plenario N° 01-2011/CJ-
116 resulta aplicable al caso, objetando el criterio del Juzgado Colegiado de
Cajamarca quienes indican lo contrario, y al no exponer las razones fácticas y
jurídicas por las cuales no resulta aplicable, incurren en el supuesto de
motivación aparente. b) Que, el Acuerdo Plenario indicado líneas arriba, otorga
un valor privilegiado y superior a la versión de la victima de agresión sexual
cuando presenta datos objetivos que permitan una mínina corroboración
periférica y en el caso de autos la corroboración es plena, acreditándose ello
con el examen del perito médico Carlos Enrique Horna Chaffo, con la
declaración testimonial de su madre Yolanda Raico Aguilar, el examen del
perito psicológico Luis Alberto Díaz Velásquez y con la propia declaración del
acusado. c) La sentencia impugnada señala que la madre de la menor
agraviada habría tenido un supuesto interés económico, ello teniendo en
cuenta la declaración testimonial del efectivo policial James Marlon Espinoza
Murillo; sin embargo, dicha versión deviene en contradictoria, por cuanto, el
hoy sentenciado en ningún momento hace referencia a la pretensión de la
madre de la menor agraviada de una casa u otros bienes, incurriendo el
Colegiado en el supuesto de Deficiencia o Falta de Motivación Interna – Falta
de Correlación Lógica. d) Que, el colegiado no debió valorar la versión del
testigo Julio Cueva Cueva, quien ha referido que la madre de la agraviada le
comentó que no sabía quién habría ultrajado a su hija (agraviada) si el
acusado o su hermano, por cuanto, el mismo fue desacreditado en juicio al
evidenciarse un estrecho vinculo de amistad y laboral con el acusado. e) Que,
en el examen realizado al perito psicólogo Luis Alberto Díaz Velásquez sobre
la pericia psicológica, no ha sido objeto de debate el relato de la menor
contenido en dicha pericia, de igual modo el examen de la menor agraviada en
ningún momento ha versado sobre el relato que brindó ante el psicólogo o
sobre los hechos que habrían ocurrido con anterioridad; en tal sentido, el
relato brindado por la menor agraviada ante el psicólogo contenido en el
protocolo de pericia psicológica no ha sido incorporado al debate
contradictorio, habiendo sido incorporado irregularmente, pese a ello el
colegiado lo ha valorado al momento de emitir sentencia no habiendo valorado
las conclusiones de la pericia que si fue objeto de debate. f) Que, la versión de
la menor agraviada se encuentra plenamente corroborada con elementos
objetivos periféricos como son: el examen de los peritos Carlos Enrique Horna
Chaffo y Luis Alberto Díaz Velásquez, con la declaración de su madre Yolanda
Raico Aguilar, con la versión del efectivo policial Carlos Alberto Vásquez
Vásquez y con la misma declaración del acusado. g) Que, el colegiado no ha
considerado la declaración del efectivo policial Carlos Alberto Vásquez
Vásquez como un elemento periférico por ser subjetivo y no objetivo; sin
embargo, ha otorgado valor probatorio a la declaración de los testigos James
Marlon Espinoza Murillo y Julio Cueva Cueva siendo una conclusión arbitraria
y parcializada incurriendo en el supuesto de deficiencia de motivación interna
– Falta de Coherencia Narrativa. h) Que, la referida sentencia deviene en
contradictoria al haber señalado que el examen de disfunción eréctil al no
haber sido practicado por un urólogo no puede ser prueba que determine la
decisión de absolverlo o condenarlo; sin embargo, posteriormente como
fundamento para decidir se señala que el acusado padece de disfunción
sexual eréctil.

6. Con fecha 26 de noviembre del 2012 se recepciona el escrito de apelación de la


indicada sentencia por parte del actor civil, como fundamentos principales
expresa que el delito de Violación Sexual se encuentra debidamente
acreditado, desprendiéndose ello de la propia declaración del hoy sentenciado,
pese a ello el Juzgado Colegiado materializa el Principio de Presunción de
Inocencia. Asimismo indica que no se ha tenido en cuenta la declaración de la
víctima ni los demás medios probatorios existentes.

III. PARTE CONSIDERATIVA

3.1. PREMISAS NORMATIVAS:

7. El artículo 173° inciso 1 del Código Penal prescribe: “El que tiene acceso carnal
por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, con un menor
de edad, será reprimido con las siguientes penas privativas de la libertad: 1. Si
la victima tiene menos de diez años, la pena será de cadena perpetua” (…)

8. El artículo 425° numeral 2 el Código Procesal Penal (en adelante CPP) señala:
“La Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba actuada
en la audiencia de apelación, y las pruebas pericial, documental,
preconstituida y anticipada; la Sala Penal Superior no puede otorgar diferente
valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el
Juez de primera instancia, salvo que su valor probatorio sea cuestionado por
una prueba actuada en segunda instancia”.

9. Finalmente la sentencia de segunda instancia, sin perjuicio de lo dispuesto en el


artículo 409° puede: a) Declarar la nulidad, en todo o en parte, de la sentencia
apelada y disponer se remitan los actuados al Juez que corresponda para la
subsanación a la que hubiere lugar. b) Dentro de los límites del recurso,
confirmar o revocar la sentencia apelada. Si la sentencia de primera instancia
es absolutoria puede dictar sentencia condenatoria imponiendo las sanciones
y reparación civil a que hubiere lugar o referir la absolución a una causa
diversa a la enunciada por el Juez. Si la sentencia de primera instancia es
condenatoria puede dictar sentencia absolutoria o dar al hecho, en caso haya
sido propuesta por la acusación fiscal y el recurso correspondiente, una
denominación jurídica distinta o más grave de la señalada por el juez de
Primera Instancia. También puede modificar la sanción impuesta, así como
imponer, modificar o excluir penas accesorias, conjuntas o medidas de
seguridad, tal como lo prevé el artículo 425° inciso 3 del CPP.

IV. FUNDAMENTOS FÁCTICOS:

10. El delito de Violación Sexual se configura cuando el agente tiene acceso carnal
sexual por la cavidad vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos
introduciendo objetos o partes del cuerpo por la vía vaginal o anal, con una
persona menor de edad. La conducta típica se concretiza en la práctica con el
acceso carnal o acto sexual análogo con un menor por la vía vaginal anal o
bucal realizado por el autor, de igual forma, comprende también la introducción
de objetos o partes del cuerpo por vía vaginal o anal de la víctima menor.
11. De la redacción del tipo penal se desprende, con claridad, que la verificación
del delito de violación sexual de un menor no necesita que el agente actué
haciendo uso de la violencia, la intimidación, la inconsciencia o el engaño. En
tal sentido, así la víctima preste su consentimiento para realizar el acceso
carnal sexual u análogo, el delito se verifica.

12. Con el delito de Violación Sexual sobre menor se pretende proteger la


indemnidad o intangibilidad sexual de los menores, quienes todavía no han
alcanzado el grado de madurez suficiente para determinarse sexualmente en
forma libre y espontánea en el ejercicio de la sexualidad, con ellos se prohíbe
en la medida que puede afectar el desarrollo de su personalidad y producir en
ella alteraciones importantes que incidan en su vida o su equilibrio psíquico en
el futuro. La indemnidad sexual es una manifestación de la dignidad de la
persona humana y el derecho que todos como seres humanos tenemos, en
éste caso los menores a un libre desarrollo de la personalidad sin
intervenciones traumáticas en la esfera intima, las cuales pueden generar
huellas indelebles en el psiquismo de la personalidad para toda la vida.

13. Estando a los argumentos normativos mencionados, al contenido de la


acusación y de la sentencia absolutoria y a los términos en los que vienen
planteados los recursos de apelación tanto del fiscal provincial como del actor
civil, corresponde analizar si los fundamentos de la sentencia impugnada son
o no resultado de un juzgamiento racional y objetivo, a través de los cuales,
los jueces han evidenciado su independencia e imparcialidad en la solución
del conflicto, sin arbitrariedades, subjetividades o inconsistencias en la
valoración de los hechos. En este sentido corresponde analizar si la sentencia
se encuentra motivada mediante un razonamiento jurídico que exprese de
modo claro y que permita entender el porque de lo resuelto, comprobándose si
la resolución dada es consecuencia de una exegesis racional del
ordenamiento jurídico, debiendo por tanto el órgano jurisdiccional haber
explicado las razones de su decisión, pues esto permitiría controlar si la
actividad judicial se ha movido dentro de los parámetros de la lógica racional y
de la legalidad.
14. Para efectuar este análisis debemos tener en cuenta que, si bien es cierto, el
articulo 425° numeral 2 del CPP señala que la Sala Penal Superior no puede
otorgar diferente valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de
inmediación por el juez de primera instancia, salvo que su valor probatorio sea
cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia; sin embargo, la
sentencia de casación de fecha 11 de octubre del 2007 emitida en la Casación
N° 05-2007–Huaura establece entre otras cosa que “con arreglo a los
principios de inmediación y oralidad que prima en materia de la actuación y
ulterior valorabilidad y valoración de la prueba personal, el Tribunal de Alzada
no esta autorizado a variar la conclusión o valoración que de su contenido y
atendibilidad que realice el órgano jurisdiccional de primera instancia” también
en dicha casación se reconoce que esto reduce el criterio fiscalizador del
Tribunal de Apelación pero “no lo elimina”, estableciendo que “en estos casos
– las denominadas zonas opacas – los datos expresado por los testigos
estrechamente ligados a la inmediación (lenguaje, capacidad narrativa,
expresividad de sus manifestaciones, precisiones en su discurso, etc.) no son
susceptibles de supervisión y control en apelación; no pueden ser variados”.
Sin embargo también esta sentencia de casación señala que existen zonas
abiertas accesibles al control “se trata de los aspectos relativos a la estructura
racional del propio contenido de la prueba, ajenos en sí mismos a la
percepción sensorial del juzgador de primera instancia que pueden ser
fiscalizados a través de las reglas de la lógica, la experiencia y los
conocimientos científicos”

15. En este sentido y teniendo en cuenta los términos de la casación y la


posibilidad que tiene esta sala de apelaciones de fiscalizar la prueba personal
actuada en primera instancia corresponde analizar ésta, estableciendo si
efectivamente los principales testigos de cargo presentan coherencia y
persistencia; asimismo si el relato incriminador era atendible en función a las
reglas de la experiencia, si este era suficiente a partir del conjunto de la
prueba actuada y si el razonamiento del Tribunal de Primera Instancia era en
si mismo sólido y completo

16. Revisados los fundamentos de la sentencia apelada que sirvieron de sustento


para absolver al acusado, se tiene que los miembros del colegiado han
considerado que la versión incriminatoria presenta de incredibilidad subjetiva
en la medida que: a) De la declaración de la madre de la menor agraviada se
advertiría cierto resentimiento contra el acusado por el descuido y desinterés
mostrado a sus hijos. b) Que, el testigo James Marlon Espinoza Murillo al
declarar ha dejado entrever la existencia de un móvil económico por parte de
la madre de la agraviada, pues habría escuchado que esta le solicitada una
casa al acusado y que ella retiraba la denuncia y c) Que el testigo Julio Cueva
Cueva habría referido que cuando se encontró con la madre de la agraviada le
comentó la posibilidad de que el autor del delito no sea el acusado sino otra
persona.

17. Al respecto debemos señalar que estas afirmaciones del colegiado (que
determinarían que la versión incriminatoria presenta incredibilidad subjetiva)
no resultan ciertas, pues en principio la versión incriminatorias proviene del
relato sostenido por la menor agraviada, quien sindica al acusado, su padre
como el autor de la violación sexual; sin embargo, la ausencia o no de
incredibilidad subjetiva en este relato incriminador no puede determinarse a
partir de un análisis de la versión de una tercera persona como lo ha hecho el
Tribunal de Primera Instancia (quien ha sostenido que la versión inculpatoria
presenta incredibilidad subjetiva, pues de la versión de la madre se advertiría
resentimientos contra el acusado) ya que la existencia o no de esta
incredibilidad subjetiva debe realizarse a partir del análisis de la versión de la
menor agraviada, quien tiene el relato incriminador, siendo de resaltar el hecho
que el propio Tribunal de Primera Instancia ha considerado que de la versión
de la menor agraviada “no se ha advertido que exista ningún móvil subjetivo
para que su versión no sea imparcial “ apreciación que era suficiente para
considerar que la versión de la menor agraviada no obedecía a rencillas,
resentimientos, odios o similares que incidan en la parcialidad de la
deposición; es decir, en éste extremo existe un error por parte del Tribunal de
Primera Instancia al momento de analizar la ausencia de incredibilidad
subjetiva en la declaración de la agraviada.

18. Similar error también se aprecia en el análisis del Juzgado Colegiado, cuando
sostiene que la versión incriminatoria carece de credibilidad subjetiva; por
cuanto, el testigo James Marlon Espinoza Murillo ha indicado que la madre de
la menor agraviada solicitó una casa al acusado para retirar la denuncia y que
el testigo Julio Cueva Cueva ha indicado que la misma le comentó que el autor
del delito podría ser otra persona, pues en principio el hecho de que la madre
haya solicitado una casa al acusado luego de iniciadas las investigaciones y
sentada la denuncia no nos puede lleva a considerar que la versión de la
menor agraviada no sea imparcial, pues en todo caso ello determinaría que la
madre luego de los hechos ha pretendido obtener una ventaja económica, más
no que el acto sexual no se haya producido y que el autor no sea el
investigado y menos que por ello, la versión de la menor sea increíble
subjetivamente; y en caso del testigo Julio Cueva Cueva, ello en todo caso
solo determinaría que la madre le hizo tal comentario, pero no que la versión
de la menor sea falsa, constituyendo por lo tanto, un error al analizar la
incredibilidad subjetiva del relato incriminatorio a partir de otras versiones
ajenas a la víctima.

19. Por otro lado, el Tribunal de Primera Instancia señala que, la versión de la
menor agraviada no seria verosímil y coherente en la medida de que esta, al
narrar los hechos al psicólogo Luis Alberto Díaz Vásquez (según se advierte
de la pericia psicológica N° 000620-2012-PSC practicada a la agraviada e
introducido al debate) habría referido que el acusado en una anterior
oportunidad la habría ultrajado, lo cual no guardaría relación con el resultado
del examen ginecológico practicado el día de los hechos a la menor agraviada
(20 de enero del 2012) a través de la cual se señala que ésta presenta
desfloración reciente y que ésta tenia una desfloración de una antigüedad no
mayor a diez días) Al respecto, esta Sala Superior de Apelaciones considera
que el Tribunal de Primera Instancia, ha entendido y apreciado con manifiesto
error la versión proporcionada por la agraviada al médico psicólogo (el testigo
no dice lo que menciona el fallo) pues, si se analiza el aludido protocolo de
pericia psicológica que corre a fojas 66 del cuaderno de debate para juicio
oral, se advierte que efectivamente la menor agraviada indicó que en una
anterior oportunidad el acusado le tocó su vagina le bajo su pantalón y trusa y
le puso su pene en la vagina, lo cual habría sucedido en una vivienda camino
a Namora, inclusive reitera su versión y en la última pregunta del psicólogo
ésta refiere que el acusado le ponía su pene “por encima de mi vagina” versión
de la agraviada de la que se advierte claramente que en la primera
oportunidad que el acusado atentó contra su integridad sexual, no se produjo
una penetración (me ponía su pene por encima de mi vagina) lo que explica la
razón por la cual el certificado ginecológico arrojo desfloración reciente, pues
esta se produjo a raíz del segundo atentado contra la integridad sexual de la
menor ocurrida el veinte de enero del 2012, hecho que es materia de este
proceso, razón por la cual existe error por parte del Tribunal de Primera
Instancia al analizar la declaración de la agraviada, que ha llevado a dicho
Tribunal a considerar que no existe verosimilitud ni coherencia en el relato
incriminador.

20. También, el Tribunal de Primera Instancia ha considerado que no existen


elementos periféricos objetivos que corroboren la sindicación de la agraviada
respecto a la vinculación del acusado con el delito, pues señala que, la
testimonial de Carlos Vásquez Vásquez prestada en juicio oral (único
elemento periférico a decir del Tribunal de Primera Instancia) no es un
elemento periférico objetivo sino subjetivo por ser una testimonial, criterio que
no resulta cierto, pues si bien es cierto, la declaración testimonial de este
miembro policial es un elemento probatorio subjetivo; sin embargo, no resulta
ser el único elemento periférico existente que corrobora la versión de la
agraviada, tal y como se va a exponer más adelante.

21. Finalmente, en la sentencia apelada, también se señala que no existe


persistencia en la incriminación por la contradicción que presentaría la versión
dada por la menor agraviada al perito psicólogo con los resultados de la
pericia ginecológica; sin embargo, como ya se explicó el análisis del relato de
la menor agraviada se ha realizado con manifiesto error, pues la agraviada, en
ningún momento ha dicho lo que el Tribunal de Primera Instancia ha señalado
que manifestó.

22. Siendo esto así, esta Sala Penal de Apelaciones considera que el Tribunal de
Primera Instancia ha realizado un relato fáctico que ha asumido como hecho
probado a partir de manifiestos errores y de modo radicalmente inexacto, lo
que permite a esta Sala Penal de Apelaciones, fiscalizarlos pues se refieren a
aspectos relativos a la estructura racional del propio contenido de la prueba y
ajenos a la percepción sensorial del Juzgado Colegiado de Primera Instancia,
de forma tal que se determina que existe un grave error por parte del Tribunal
de Primera Instancia en la apreciación de la prueba de cargo.

23. Habiéndose determinado la existencia de errores en la apreciación de la


prueba de cargo que originaron la absolución del acusado, corresponde en
esta instancia determinar si efectivamente se ha llegado a acreditar la
existencia del delito y la participación del acusado en su comisión, pues de
acreditase ello, luego de un análisis razonado de la prueba actuada,
correspondería dictar sentencia condenatoria y ello en la medida que el
artículo 409° del Código Penal 1permite dictar sentencia condenatoria si la
sentencia de primera instancia es absolutoria imponiendo las sanciones y la
reparación civil respectiva.

24. Analizada la prueba actuada en juicio oral, así como la oralizada durante la
audiencia de apelación de sentencia, se tiene que, efectivamente la menor
agraviada E.E.CH.R ha declarado en juicio oral que efectivamente el día 20 de
enero del 2012 fue víctima de abuso sexual por parte el agraviado en el
interior de un inmueble al que se ingresaba por un portón plomo y donde se
encontraba una señora, llegando a sangrar en su vagina y limpiándose con un
papel, versión de la agraviada que debe ser sometida a un análisis para ver si
los requisitos que exige el Acuerdo Plenario N° 2-2005/CJ-116 de fecha 30 de
setiembre del 2005 se cumplen, pues al ser ésta el único testigo de los hechos
tendrá entidad para ser considerada prueba valida de cargo y por tanto con
virtualidad procesal para enervar la presunción de inocencia del acusado,
siempre y cuando presente las garantías de certeza que son las siguientes: a)
Ausencia de Incredibilidad Subjetiva. b) Verosimilitud y; c) Persistencia en la
incriminación.

25. Respecto a la ausencia de incredibilidad subjetiva, podemos señalar que al


analizar la versión de la agraviada no se advierte que esta haya tenido
rencillas, odio, resentimientos o similares hacia su padre, que puedan incidir
en la parcialidad de la deposición, pues si bien es cierto, el acusado no vivía
con la menor agraviada, con su hermano menor y con la madre de ésta, se

1
Cuya constitucionalidad ha sido confirmada por la Corte suprema en la Consulta N° 2491-2010-
Arequipa.
advierte que entre ellos había un contacto frecuente debido a las visitas
constantes que éste les realizaba y tal es así que la madre de la menor
agraviada al rendir su testimonial cuyo valor probatorio no tiene porque
desmerecerse, refiere que el acusado los visitaba cada quince días o a la
semana, siendo de resaltar el hecho que de la versión del acusado no se
advierte que hayan tenido problemas mayores con la víctima o con la madre
de ésta que hayan generado resentimientos de la agraviada a su padre,
debiendo considerarse además que no puede sostenerse la presencia de
incredibilidad subjetiva en la versión de la menor agraviada, pues inclusive el
día de los hechos y momentos antes del abuso sexual, éste le compró una
bicicleta, lo que demuestra las buenas relaciones entre ambos, no habiéndose
acreditado en ningún momento que la versión incriminatorias sea parcializada,
por lo que, genera certeza sobre lo realmente ocurrido.

26. Respecto a la verosimilitud de la declaración de la agraviada, debemos


señalar que ésta resulta coherente, sólida y además está rodeada de varias
corroboraciones periféricas de carácter objetivo que le dotan de aptitud
probatoria, pues, en principio el Certificado Médico Legal Ginecológico
practicado a la menor agraviada con fecha 21 de enero del 2012, esto es: al
día siguiente de producido el abuso sexual, ha concluido que presenta signos
de desfloración reciente con lesiones genitales, inclusive se advierte la
presencia de restos sanguinolentos, lo que determina que efectivamente la
menor agraviada ha sido victima de un abuso sexual que inclusive le produjo
sangrado como ella lo expresó, sangre que también fue hallada en su prenda
intima, tal como se advierte del Examen Pericial de Biología Forense de fojas
69, documentos ambos que han sido introducidos al juicio oral a través de la
declaración de los peritos otorgantes. Asimismo, también obra en autos el
Protocolo de Pericia Psicológica N° 000620–2012-PCS que corre a fojas 66,
de la cual se concluye que la menor tiene reacción de ansiedad y estresor
compatible con estresor psicosexual y situacional, protocolo que ha sido
explicado por el perito psicólogo Luis Alberto Díaz Velásquez durante el juicio
oral, que entre otras cosas ha señalado que la menor agraviada mostró
sentimientos de molestia y rechazo hacia su padre.
También debe tenerse en cuenta, que la menor agraviada ha señalado que el
abuso sexual ocurrió en el interior de un inmueble al que se ingresaba por un
portón color plomo en el cual se encontraba una señora, hecho ocurrido en el
interior del vehiculo del sentenciado, versión de la agraviada que se encuentra
corroborada con el Acta de Inspección Técnico Policial que constituye una
prueba preconstituida y que además fue oralizada de oficio durante la
audiencia de apelación de sentencia, advirtiéndose de dicha acta que se
constató la existencia de dicho portón y la presencia de la señora, siendo de
resaltar el hecho que el acusado en ningún momento niega haber concurrido
con la menor agraviada a dicho inmueble el día 20 de enero del 2012 en horas
de la tarde, al que ingresó con su vehículo luego de haber comprado la
bicicleta, lo cual también lo ha corroborado la testigo Lidia Jambo Huamán y el
testigo Cueva Cueva, quienes se encontraban al interior del inmueble y
quienes han referido que el acusado efectivamente ingresó a dicho inmueble.

27. Así también se advierte una gran solidez y coherencia en la declaración de la


victima, pues esta ha narrado rigurosamente lo ocurrido el día 20 de enero del
2012, indicando que fue su padre quien la visitó, la llevó a comprar una
bicicleta y luego se dirigieron a la cochera en cuyo interior la sometió
sexualmente llegando a sangrar por la vagina, lo que se limpió con un papel
narrando en forma cronológica los hechos sucedidos, los que como ya se
indicara se encuentran debidamente corroborados, siendo de resaltar el hecho
que la menor agraviada refiere que la sangre se limpió con un papel, mientras
que la madre de la menor agraviada Yolanda Raico Aguilar al rendir su
testimonial ha señalado, que efectivamente cuando le bajo el pantalón a la
agraviada vio que estaba sangrando con un papel que ésta tenía.

28. Finalmente, la incriminación que realiza la menor agraviada es persistente,


pues respecto al hecho del abuso sexual y a la forma como aconteció éste y
quien lo cometió, su versión ha sido mantenida durante el juicio oral, siendo la
misma versión que proporcionó al psicólogo que la entrevistara y también a su
madre, tal como ambos medios de prueba lo han señalado durante el juicio
oral, versión que no tiene ningún tipo de contradicción pese a la corta edad de
la victima, quien en ningún momento ha mostrado signos de querer retractarse
y por el contrario ha persistido en sindicar al acusado como el autor de la
violación, por lo que, podemos concluir que este relato incriminador cumple
con todos los presupuestos del acuerdo plenario ya citado y por lo tanto
permiten crear certeza en el criterio de estos juzgadores respecto a la
existencia del delito y la participación del investigado en su comisión.

29. Si bien, el acusado ha negado en juicio oral, haber abusado sexualmente de


su menor hija y la tesis de su defensa estaría orientada a que se considere
que quién abusó sexualmente de la menor agraviada, sería una tercera
persona (según refiere sería el hermano de la madre de la agraviada); sin
embargo, debe tenerse en cuenta que, el día 20 de enero de 2012 la menor
agraviada se retiró de su vivienda con el acusado, a fin de que éste le compre
una bicicleta como lo hizo para luego dirigirse a la cochera a donde ingresaron
con el vehículo del acusado, hecho éste que no es materia de controversia y
que ha sido pacíficamente aceptado por las partes (la controversia radica
únicamente en el hecho de que el acusado niega ser el autor del delito), para
luego retirarse a la casa de la menor agraviada, donde en horas de la noche y
cuando se había retirado el acusado, la menor agraviada procedió a contarle
lo sucedido a su madre. Los datos anteriores permiten establecer que la última
persona de sexo masculino con la que estuvo acompañada la menor
agraviada fue precisamente su padre, quien era la única persona mayor de
edad con la que permaneció el 20 de enero del 2012 en horas de la tarde,
precisamente antes de que se descubra el abuso sexual.

30. Siendo esto así, por las razones que se viene esgrimiendo y sobre todo
teniendo en cuenta que existe una sindicación directa, sólida, coherente,
verosímil carente de incredibilidad subjetiva y persistente por parte de la
menor agraviada, la misma que se encuentra rodeada de elementos objetivos
periféricos como ya se explicara, se encuentra acreditada no solo la comisión
del evento delictivo, sino también la participación del acusado en su comisión,
quien resulta único autor directo del abuso sexual de su menor hija (la
agraviada), quien cuando ocurrieron los hechos contaba con ocho años de
edad, tal como se acredita con su partida de nacimiento oralizada. Por su
parte existen tres profesionales médicos que señalan que el acusado padece
de disfunción sexual eréctil, como son: el psiquiatra Samy José Acuna Bulege
y los doctores Dora Cárdenas Salcedo y Alindor Torres Moreno; sin embargo,
dichas conclusiones y diagnósticos no tienen la entidad suficiente como para
sustentar una sentencia absolutoria ni siquiera para generar duda en el criterio
de estos juzgadores respecto a la participación o no del investigado (del
acusado) en tan grave evento criminal que se le atribuye, pues debe tenerse
en cuenta que según el dictamen pericial del psiquiatra Samy Jose Acuña
Bulege, que corre de fojas 70 a 76 y que fuera explicado por éste durante el
juicio oral, en el se consigna que el paciente tiene disminuido el reflejo
abdominocutaneo inferior, el cremasteriano y reflejo del bulbo cavernoso, así
como el pulso de la arteria dorsal del pene; sin embargo, en el Informe Médico
Legal elaborado por los otros dos médicos ya mencionados y que corre de
fojas 478 a 479 y que también fue explicado durante el juicio oral por sus
otorgantes, se señala que los reflejos del cremasteriano del abdominocutaneo
interior y del bulbo cavernoso se encuentran presentes, encontrándose
presente también el pulso de la artera dorsal del pene, claras contradicciones
en la exploración neurológica y vascular que lo lógico seria que arriben a
diferentes conclusiones; sin embargo, se arribó a una misma conclusión como
es la compatibilidad con disfunción eréctil. Sumado a ello, debe tenerse en
cuenta que el perito Alindor Torres Moreno durante el juicio oral ha sido
enfático en señalar que para determinar las causas de la disfunción eréctil, es
necesario contar con exámenes especializados; sin embargo, no se hicieron
tales exámenes, (solo se efectuó un examen físico al acusado para determinar
la presencia o no de una disfunción eréctil), lo que le resta solidez a dichos
peritajes, además este mismo galeno también al ser interrogado respecto a su
informe médico legal, ha señalado que es posible que, al estar el acusado
dentro del penal lo ha llevado a una disfunción eréctil, examen realizado en un
ambiente no adecuado para ello, según lo refiere el aludido galeno, quien
además ha sostenido “que no es posible determinar si el usuario ha sufrido la
disfunción eréctil en enero de este año”, para finalmente indicar que quienes
pueden determinar con certeza la disfunción eréctil son el urólogo, el
antropólogo o un sexólogo. Lo anterior nos permite afirmar que las pericias
elaboradas por un psiquiatra y dos cirujanos no tiene la solidez necesaria para
acreditar que el acusado en la fecha en que ocurrió el evento delictivo
presentaba disfunción eréctil, estado de salud que en realidad no se había
presentado en el acusado, pues como ya se indicara la sindicación por parte
de la menor agraviada de que fue él quien le practicó el acto sexual ha sido
contundente, lo que determina que si estaba posibilitado físicamente para
tener una erección peneana capaz de producir una penetración en la cavidad
vaginal de una menor de ocho años.

31. Habiéndose acreditado la comisión del evento delictivo y participación del


acusado como autor del mismo, podemos concluir que su conducta se adecúa
y subsume en el tipo penal de violación sexual de menor de ocho años,
tipificado en el articulo 173° numeral 1 del Código Penal, cuya sanción penal
es de cadena perpetua en la medida que ha practicado el acto sexual a una
menor de ocho años, causándole una desfloración y para los efectos de la
extensión y naturaleza de la pena que debe imponerse, debe analizarse las
circunstancias que permiten al juez identificar en el caso concreto la magnitud
del injusto y la culpabilidad de su autor de forma tal que las circunstancias de
efectividad agravante nos generan como efecto la imposición de una pena
severa, pues indican un mayor desvalor del comportamiento antijurídico
ejecutado o un mayor reproche de culpabilidad sobre su autor.

32. Para la determinación de la pena debe partirse de conformidad con lo


dispuesto en el artículo 46° del Código Penal de la pena conminada por el tipo
penal y en el presente caso, la pena es de cadena perpetua no existiendo
ninguna circunstancia atenuante especifica que nos permita imponer una pena
temporal y por debajo de la cadena perpetua, por consiguiente a efectos de
determinar la pena concreta que corresponde imponer en el caso sub judice
debe tenerse en cuenta que el procesado ha infringido importantes deberes
que en su calidad de padre tiene sobre todo el de proteger, cuidar, respetar,
entre otros a sus hijos, lo cual fue infringido por el procesado, quien pese a la
corta edad de la menor agraviada y a su condición de padre no dudó en
someterla sexualmente, debiendo considerarse que en el presente caso y
respecto a la naturaleza de la acción hubo un modus operandi premeditado
pues no dudó en trasladar a la menor agraviada a una cochera de propiedad
de su hijo, donde sabía perfectamente que no podía ser descubierto,
causando un grave daño, sobre todo a la salud mental de la víctima, quien no
cabe duda que va a necesitar un largo tratamiento para su eventual
recuperación, si es que es posible hablar de ello, pues es de conociendo que
en este tipo de agresiones la victima nunca olvida ni se recupera totalmente
del daño ocasionado, debiendo tenerse en cuenta además que el único móvil
que ha tenido el acusado es satisfacer un deseo sexual, móvil tan desdeñable
que sumado a las otras circunstancias ya explicadas, ameritan la imposición
de una drástica sanción penal, como es la cadena perpetua la que
corresponde en el caso de autos.

33. Por otro lado, la reparación civil que nace del acto ilícito se fija en función al
principio del daño causado; esto es, que debe guardar proporción con el
menoscabo irrogado, a la victima, en otras palabras la reparación civil es el
resarcimiento del bien jurídico o indemnización, por quien como consecuencia
de la comisión de un delito ocasiona un daño que afectó a la víctima, pues
según el artículo 93° del Código Penal, la reparación civil comprende: i) La
restitución del bien, si no es posible el pago de su valor y; ii) La indemnización
de los daños y perjuicios.

34. Adicionalmente debe tenerse en cuenta que el parámetro del monto de la


reparación civil, atento a la lógica dispositiva del objeto civil del proceso penal
en la pretensión introducida por el fiscal y en éste caso por el actor civil, los
que sirven de topes para determinarla. En el presente caso teniendo en cuenta
que la menor agraviada no solamente ha sufrido un grave daño físico a su
integridad sexual, sino sobre todo un daño de tipo psicológico que a la postre
es el que generará mayores consecuencias en su salud mental, corresponde
imponer una reparación civil que guarde proporción con el daño moral y
personal irrogado a la parte agraviada, la misma que va a requerir de un
tratamiento psicológico para su eventual recuperación, siendo de resaltare el
hecho que el daño a su salud mental se encuentra plenamente acreditado con
el Informe Médico Psicológico que se le ha practicado, en el cual se
especifican los trastornos que viene padeciendo, lo que debe de ser
indemnizado guardando una proporción adecuada, por lo que, correspondería
fijar una reparación civil de S/ 100.000.00 ( Cien Mil Nuevos Soles).
Finalmente a tenor de lo dispuesto en el articulo 178 – A del Código Penal
debe disponerse un tratamiento terapéutico, a fin de facilitar su readaptación
social, además y de conformidad con lo dispuesto en el ultimo párrafo del
artículo 177° del mismo cuerpo legal concordante con el artículo 36° numeral 5
y 39° ultimo párrafo del aludido Código Penal debe imponerse como pena
accesoria la incapacidad para el ejercicio de la patria potestad y tutela,
incapacidad que deberá durar por el igual tiempo que la pena principal.

35. Si bien es cierto, a ésta audiencia pública no ha concurrido el sentenciado; sin


embargo, ello no impide que la sentencia de segunda instancia se pronuncie,
pues el artículo 425° numeral 4 del CPP señala que el acto de
pronunciamiento de sentencia se llevará a cabo por las partes que asistan, no
siendo posible aplazarla bajo ninguna circunstancia, además debe tenerse en
cuenta que ello no transgrede el inciso 12 del artículo 139° de la Constitución
Política del Perú que proscribe condenar en ausencia, pues esta norma está
referida a aquellas personas que no tuvieron conocimiento del proceso y por
tanto no podían ejercer su derecho a la defensa, lo que no sucede en el caso
sub judice, en el cual el sentenciado ha participado durante todo el proceso; y
si bien, no ha concurrido a la audiencia de apelación de sentencia, ello no
impide que se continúe con el desarrollo de ésta segunda instancia procesal
hasta su conclusión, pues el sentenciado tuvo pleno conocimiento de las
audiencias programadas, lo que constituye una renuncia expresa a
comparecer, habiéndoselo declarado reo contumaz.

Por las consideraciones expuestas, de conformidad con las normas antes


señaladas, la SALA PENAL DE APELACIONES DE LA CORTE SUPERIOR DE
JUSTICIA DE CAJAMARCA, POR UNANIMIDAD RESUELVE:

V. RESOLUCIÓN:

1. DECLARAR fundados los recursos de apelación interpuestos por el Fiscal


Provincial Penal del Tercer Despacho de Investigación de la Segunda
Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Cajamarca y el actor civil, en
contra de la resolución número dieciséis de fecha nueve de noviembre del
2012, emitida por el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte
Superior de Justicia de Cajamarca, que resuelve absolver al acusado Víctor
Chilón Duránd de los cargos formulados en su contra por el representante
del Ministerio Público, por la comisión del delito contra La Libertad Sexual,
en su figura de Violación Sexual de Menor, ilícito penal previsto y
sancionado en el artículo 173° inciso 1 del Código Penal, en agravio de
E.E.CH.R.

2. REVOCAR la sentencia de fecha 9 de noviembre del 2012, emitida por el


Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Cajamarca, que falla
absolviendo a Víctor Chilon Duránd, por el delito contra la libertad sexual,
en su figura de Violación Sexual de Menor, previsto en el articulo 173°
inciso 1 del Código Penal, en agravio de la menor de iníciales E.E.CH.R; y
dispone que se anulen los antecedentes generados; REFORMANDO dicha
sentencia CONDENAMOS a Víctor Chilon Durand, identificado con D.N.I
N° 26681956, natural de Cajamarca, nacido el 10 de Marzo de 1961, hijo de
Daniel y María, comerciante, domicilaido en Pasaje Santa Victoria N° 162,
Fonavi I – Cajamarca, por el delito contra la Libertad Sexual, en su figura
de Violación Sexual de Menor, previsto en el articulo 173° inciso 1 del
Código Penal, en agravio de la menor de iniciales E.E.CH.R, a la pena de
cadena perpetua, pena principal que la cumplirá en el Establecimiento
Penal que disponga la autoridad competente, por lo que encontrándose en
libertad ORDENARON su ubicación y captura OFICIÁNDOSE a donde
corresponde conforme a la ley.

3. FIJARON la suma de S/ 100.000.00 (Cien Mil Nuevos Soles) por concepto


de reparación civil, que deberá pagar el sentenciado a favor de la parte
agraviada.

4. IMPONEMOS como medida accesoria y por igual tiempo que la pena


principal la inhabilitación del condenado consistente en la incapacidad para
el ejercicio de la patria potestad y tutela respecto a la menor agraviada.

5. DISPONEMOS que el condenado previo examen médico o psicológico que


determine su aplicación sea sometido a un tratamiento terapéutico a fin de
facilitar su readaptación social.

6. DEVOLVER la correspondiente carpeta al órgano jurisdiccional de origen,


conforme a ley.
Juez Superior: Zavalaga Vargas Ponente y director de debates.

Ss.

BAZAN SÁNCHEZ.

ZAVALAGA VARGAS.

BAZAN CERDAN.

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