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SENTENCIA N° 12
EXPEDIENTE : 00099-2012-6-0601-JR-PE-03.
IMPUTADOS : VICTOR CHILON DURAND.
DELITO : VIOLACION SEXUAL DE MENOR DE EDAD.
AGRAVIADA : MENOR DE INICIALES E.E.CH.R.
ASUNTO : APELACIÓN DE SENTENCIA ABSOLUTORIA.
RESOLUCIÓN NÚMERO :
Cajamarca, 16 de abril del dos mil trece.-
I. VISTOS Y OIDOS:
7. El artículo 173° inciso 1 del Código Penal prescribe: “El que tiene acceso carnal
por vía vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos introduciendo
objetos o partes del cuerpo por alguna de las dos primeras vías, con un menor
de edad, será reprimido con las siguientes penas privativas de la libertad: 1. Si
la victima tiene menos de diez años, la pena será de cadena perpetua” (…)
8. El artículo 425° numeral 2 el Código Procesal Penal (en adelante CPP) señala:
“La Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba actuada
en la audiencia de apelación, y las pruebas pericial, documental,
preconstituida y anticipada; la Sala Penal Superior no puede otorgar diferente
valor probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el
Juez de primera instancia, salvo que su valor probatorio sea cuestionado por
una prueba actuada en segunda instancia”.
10. El delito de Violación Sexual se configura cuando el agente tiene acceso carnal
sexual por la cavidad vaginal, anal o bucal o realiza otros actos análogos
introduciendo objetos o partes del cuerpo por la vía vaginal o anal, con una
persona menor de edad. La conducta típica se concretiza en la práctica con el
acceso carnal o acto sexual análogo con un menor por la vía vaginal anal o
bucal realizado por el autor, de igual forma, comprende también la introducción
de objetos o partes del cuerpo por vía vaginal o anal de la víctima menor.
11. De la redacción del tipo penal se desprende, con claridad, que la verificación
del delito de violación sexual de un menor no necesita que el agente actué
haciendo uso de la violencia, la intimidación, la inconsciencia o el engaño. En
tal sentido, así la víctima preste su consentimiento para realizar el acceso
carnal sexual u análogo, el delito se verifica.
17. Al respecto debemos señalar que estas afirmaciones del colegiado (que
determinarían que la versión incriminatoria presenta incredibilidad subjetiva)
no resultan ciertas, pues en principio la versión incriminatorias proviene del
relato sostenido por la menor agraviada, quien sindica al acusado, su padre
como el autor de la violación sexual; sin embargo, la ausencia o no de
incredibilidad subjetiva en este relato incriminador no puede determinarse a
partir de un análisis de la versión de una tercera persona como lo ha hecho el
Tribunal de Primera Instancia (quien ha sostenido que la versión inculpatoria
presenta incredibilidad subjetiva, pues de la versión de la madre se advertiría
resentimientos contra el acusado) ya que la existencia o no de esta
incredibilidad subjetiva debe realizarse a partir del análisis de la versión de la
menor agraviada, quien tiene el relato incriminador, siendo de resaltar el hecho
que el propio Tribunal de Primera Instancia ha considerado que de la versión
de la menor agraviada “no se ha advertido que exista ningún móvil subjetivo
para que su versión no sea imparcial “ apreciación que era suficiente para
considerar que la versión de la menor agraviada no obedecía a rencillas,
resentimientos, odios o similares que incidan en la parcialidad de la
deposición; es decir, en éste extremo existe un error por parte del Tribunal de
Primera Instancia al momento de analizar la ausencia de incredibilidad
subjetiva en la declaración de la agraviada.
18. Similar error también se aprecia en el análisis del Juzgado Colegiado, cuando
sostiene que la versión incriminatoria carece de credibilidad subjetiva; por
cuanto, el testigo James Marlon Espinoza Murillo ha indicado que la madre de
la menor agraviada solicitó una casa al acusado para retirar la denuncia y que
el testigo Julio Cueva Cueva ha indicado que la misma le comentó que el autor
del delito podría ser otra persona, pues en principio el hecho de que la madre
haya solicitado una casa al acusado luego de iniciadas las investigaciones y
sentada la denuncia no nos puede lleva a considerar que la versión de la
menor agraviada no sea imparcial, pues en todo caso ello determinaría que la
madre luego de los hechos ha pretendido obtener una ventaja económica, más
no que el acto sexual no se haya producido y que el autor no sea el
investigado y menos que por ello, la versión de la menor sea increíble
subjetivamente; y en caso del testigo Julio Cueva Cueva, ello en todo caso
solo determinaría que la madre le hizo tal comentario, pero no que la versión
de la menor sea falsa, constituyendo por lo tanto, un error al analizar la
incredibilidad subjetiva del relato incriminatorio a partir de otras versiones
ajenas a la víctima.
19. Por otro lado, el Tribunal de Primera Instancia señala que, la versión de la
menor agraviada no seria verosímil y coherente en la medida de que esta, al
narrar los hechos al psicólogo Luis Alberto Díaz Vásquez (según se advierte
de la pericia psicológica N° 000620-2012-PSC practicada a la agraviada e
introducido al debate) habría referido que el acusado en una anterior
oportunidad la habría ultrajado, lo cual no guardaría relación con el resultado
del examen ginecológico practicado el día de los hechos a la menor agraviada
(20 de enero del 2012) a través de la cual se señala que ésta presenta
desfloración reciente y que ésta tenia una desfloración de una antigüedad no
mayor a diez días) Al respecto, esta Sala Superior de Apelaciones considera
que el Tribunal de Primera Instancia, ha entendido y apreciado con manifiesto
error la versión proporcionada por la agraviada al médico psicólogo (el testigo
no dice lo que menciona el fallo) pues, si se analiza el aludido protocolo de
pericia psicológica que corre a fojas 66 del cuaderno de debate para juicio
oral, se advierte que efectivamente la menor agraviada indicó que en una
anterior oportunidad el acusado le tocó su vagina le bajo su pantalón y trusa y
le puso su pene en la vagina, lo cual habría sucedido en una vivienda camino
a Namora, inclusive reitera su versión y en la última pregunta del psicólogo
ésta refiere que el acusado le ponía su pene “por encima de mi vagina” versión
de la agraviada de la que se advierte claramente que en la primera
oportunidad que el acusado atentó contra su integridad sexual, no se produjo
una penetración (me ponía su pene por encima de mi vagina) lo que explica la
razón por la cual el certificado ginecológico arrojo desfloración reciente, pues
esta se produjo a raíz del segundo atentado contra la integridad sexual de la
menor ocurrida el veinte de enero del 2012, hecho que es materia de este
proceso, razón por la cual existe error por parte del Tribunal de Primera
Instancia al analizar la declaración de la agraviada, que ha llevado a dicho
Tribunal a considerar que no existe verosimilitud ni coherencia en el relato
incriminador.
22. Siendo esto así, esta Sala Penal de Apelaciones considera que el Tribunal de
Primera Instancia ha realizado un relato fáctico que ha asumido como hecho
probado a partir de manifiestos errores y de modo radicalmente inexacto, lo
que permite a esta Sala Penal de Apelaciones, fiscalizarlos pues se refieren a
aspectos relativos a la estructura racional del propio contenido de la prueba y
ajenos a la percepción sensorial del Juzgado Colegiado de Primera Instancia,
de forma tal que se determina que existe un grave error por parte del Tribunal
de Primera Instancia en la apreciación de la prueba de cargo.
24. Analizada la prueba actuada en juicio oral, así como la oralizada durante la
audiencia de apelación de sentencia, se tiene que, efectivamente la menor
agraviada E.E.CH.R ha declarado en juicio oral que efectivamente el día 20 de
enero del 2012 fue víctima de abuso sexual por parte el agraviado en el
interior de un inmueble al que se ingresaba por un portón plomo y donde se
encontraba una señora, llegando a sangrar en su vagina y limpiándose con un
papel, versión de la agraviada que debe ser sometida a un análisis para ver si
los requisitos que exige el Acuerdo Plenario N° 2-2005/CJ-116 de fecha 30 de
setiembre del 2005 se cumplen, pues al ser ésta el único testigo de los hechos
tendrá entidad para ser considerada prueba valida de cargo y por tanto con
virtualidad procesal para enervar la presunción de inocencia del acusado,
siempre y cuando presente las garantías de certeza que son las siguientes: a)
Ausencia de Incredibilidad Subjetiva. b) Verosimilitud y; c) Persistencia en la
incriminación.
1
Cuya constitucionalidad ha sido confirmada por la Corte suprema en la Consulta N° 2491-2010-
Arequipa.
advierte que entre ellos había un contacto frecuente debido a las visitas
constantes que éste les realizaba y tal es así que la madre de la menor
agraviada al rendir su testimonial cuyo valor probatorio no tiene porque
desmerecerse, refiere que el acusado los visitaba cada quince días o a la
semana, siendo de resaltar el hecho que de la versión del acusado no se
advierte que hayan tenido problemas mayores con la víctima o con la madre
de ésta que hayan generado resentimientos de la agraviada a su padre,
debiendo considerarse además que no puede sostenerse la presencia de
incredibilidad subjetiva en la versión de la menor agraviada, pues inclusive el
día de los hechos y momentos antes del abuso sexual, éste le compró una
bicicleta, lo que demuestra las buenas relaciones entre ambos, no habiéndose
acreditado en ningún momento que la versión incriminatorias sea parcializada,
por lo que, genera certeza sobre lo realmente ocurrido.
30. Siendo esto así, por las razones que se viene esgrimiendo y sobre todo
teniendo en cuenta que existe una sindicación directa, sólida, coherente,
verosímil carente de incredibilidad subjetiva y persistente por parte de la
menor agraviada, la misma que se encuentra rodeada de elementos objetivos
periféricos como ya se explicara, se encuentra acreditada no solo la comisión
del evento delictivo, sino también la participación del acusado en su comisión,
quien resulta único autor directo del abuso sexual de su menor hija (la
agraviada), quien cuando ocurrieron los hechos contaba con ocho años de
edad, tal como se acredita con su partida de nacimiento oralizada. Por su
parte existen tres profesionales médicos que señalan que el acusado padece
de disfunción sexual eréctil, como son: el psiquiatra Samy José Acuna Bulege
y los doctores Dora Cárdenas Salcedo y Alindor Torres Moreno; sin embargo,
dichas conclusiones y diagnósticos no tienen la entidad suficiente como para
sustentar una sentencia absolutoria ni siquiera para generar duda en el criterio
de estos juzgadores respecto a la participación o no del investigado (del
acusado) en tan grave evento criminal que se le atribuye, pues debe tenerse
en cuenta que según el dictamen pericial del psiquiatra Samy Jose Acuña
Bulege, que corre de fojas 70 a 76 y que fuera explicado por éste durante el
juicio oral, en el se consigna que el paciente tiene disminuido el reflejo
abdominocutaneo inferior, el cremasteriano y reflejo del bulbo cavernoso, así
como el pulso de la arteria dorsal del pene; sin embargo, en el Informe Médico
Legal elaborado por los otros dos médicos ya mencionados y que corre de
fojas 478 a 479 y que también fue explicado durante el juicio oral por sus
otorgantes, se señala que los reflejos del cremasteriano del abdominocutaneo
interior y del bulbo cavernoso se encuentran presentes, encontrándose
presente también el pulso de la artera dorsal del pene, claras contradicciones
en la exploración neurológica y vascular que lo lógico seria que arriben a
diferentes conclusiones; sin embargo, se arribó a una misma conclusión como
es la compatibilidad con disfunción eréctil. Sumado a ello, debe tenerse en
cuenta que el perito Alindor Torres Moreno durante el juicio oral ha sido
enfático en señalar que para determinar las causas de la disfunción eréctil, es
necesario contar con exámenes especializados; sin embargo, no se hicieron
tales exámenes, (solo se efectuó un examen físico al acusado para determinar
la presencia o no de una disfunción eréctil), lo que le resta solidez a dichos
peritajes, además este mismo galeno también al ser interrogado respecto a su
informe médico legal, ha señalado que es posible que, al estar el acusado
dentro del penal lo ha llevado a una disfunción eréctil, examen realizado en un
ambiente no adecuado para ello, según lo refiere el aludido galeno, quien
además ha sostenido “que no es posible determinar si el usuario ha sufrido la
disfunción eréctil en enero de este año”, para finalmente indicar que quienes
pueden determinar con certeza la disfunción eréctil son el urólogo, el
antropólogo o un sexólogo. Lo anterior nos permite afirmar que las pericias
elaboradas por un psiquiatra y dos cirujanos no tiene la solidez necesaria para
acreditar que el acusado en la fecha en que ocurrió el evento delictivo
presentaba disfunción eréctil, estado de salud que en realidad no se había
presentado en el acusado, pues como ya se indicara la sindicación por parte
de la menor agraviada de que fue él quien le practicó el acto sexual ha sido
contundente, lo que determina que si estaba posibilitado físicamente para
tener una erección peneana capaz de producir una penetración en la cavidad
vaginal de una menor de ocho años.
33. Por otro lado, la reparación civil que nace del acto ilícito se fija en función al
principio del daño causado; esto es, que debe guardar proporción con el
menoscabo irrogado, a la victima, en otras palabras la reparación civil es el
resarcimiento del bien jurídico o indemnización, por quien como consecuencia
de la comisión de un delito ocasiona un daño que afectó a la víctima, pues
según el artículo 93° del Código Penal, la reparación civil comprende: i) La
restitución del bien, si no es posible el pago de su valor y; ii) La indemnización
de los daños y perjuicios.
V. RESOLUCIÓN:
Ss.
BAZAN SÁNCHEZ.
ZAVALAGA VARGAS.
BAZAN CERDAN.