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Casos de brote por antinutrientes a nivel mundial

Andrea Espinosa
Curso: Toxicología y seguridad alimentaria

1. Brote de intoxicación alimentaria por consumo de marisco en Amberes,

Bélgica Enero – Febrero 2002

En Amberes, Bélgica, se declararon 403 casos de intoxicación alimentaria asociados a


consumo de marisco tras la ingestión de mejillones azules. Los síntomas incluyeron
diarrea, vómitos, dolor abdominal y náuseas. El análisis de muestras de heces de
pacientes permitió excluir la presencia de bacterias y virus. Las pruebas en ratones
revelaron la presencia de biotoxinas específicas de dinoflagelados, que fueron
identificados y cuantificados por LC-MS. Los mejillones se habían importado de
Dinamarca y formaban parte de un lote cuya concentración de ácido ocadaico era
superior a la permitida por la ley.

2. Brote de aflatoxicosis en India 1981

En 1981 fue publicado un estudio clínico y patológico sobre un caso de Aflatoxicosis


que ocurrió en el oeste de la India (Estados de Rajasthan y Gujarat). El origen de la
intoxicación fue la ingestión de pan que había sido elaborado con harina procedente de
maíz enmohecido. El enmohecimiento de este cereal fue debido a un mal
almacenamiento con humedad elevada durante algunas semanas.

Fueron analizadas un gran número de muestras del alimento en cuestión y se


encontraron tres estirpes de Aspergillus flavus en el 85, 12 y 3% de las muestras,
respectivamente. Fueron encontradas las aflatoxinas B1 y G1. Las contaminaciones
con aflatoxina B1 oscilaron en su mayoría entre 0,01 y 0,6 mg/Kg (10 y 600
microgramos/Kg), sin embargo hubo dos muestras que presentaron contaminaciones
de 0,9 y 1,1 mg/Kg, respectivamente.

La aflatoxicosis afectó a más de 200 personas en una amplia área geográfica. Estas
personas pertenecían a familias de agricultores y los efectos producidos fueron
extensivos a todas las edades en ambos sexos. La tasa de mortalidad fue significativa.
La hepatoxicosis producida se caracterizó por una fiebre alta, una rápida y progresiva
ictericia y ascitis. Idénticos síntomas de hepatoxicosis aparecieron en perros que vivían
con las familias y que también ingirieron el alimento contaminado. Las biopsias y
autopsias de hígado en personas y animales, presentaban similares características
provocadas por la enfermedad. El 81% de los pacientes se recuperó casi
completamente dentro de las 2-8 semanas de dejar de comer el alimento
contaminado.
3. Brote de pelagra en Tanzania 1960

Un brote de pelagra se presentó durante una sequía en Tanzania central en la década


de 1960, cuando la gente afectada consumía sobre todo maíz donado por los Estados
Unidos. La pelagra se controló con rapidez mediante suplementos de niacina.
Lamentablemente, la pelagra se ha encontrado también en campos de refugiados y en
situaciones de hambruna donde el maíz ha sido el alimento de alivio y las agencias de
socorro han prestado muy poca atención a suministrar una dieta balanceada o un
consumo adecuado de micronutrientes.

Las personas que sufren de pelagra en general parecen pobremente nutridas. A


menudo se sienten débiles y tienen poco peso. La enfermedad está caracterizada por
«las Tres D»: dermatitis, diarrea y demencia. Se presentan ligeros cambios sensoriales
y motores, así como una disminución de la sensibilidad al tacto suave, algo de
debilidad muscular y temblor. También se han descrito otros síntomas, pero sin
embargo la parálisis es rara. Los casos de pelagra no tratados pueden causar la
muerte.

4. Brote de E. Coli por consumo de lechuga romana en California Estados


Unidos Enero 2020

Los CDC, funcionarios reguladores y de salud pública de varios estados, y la


Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU.external icon (FDA)
investigaron un brote multiestatal de infecciones por las bacterias E. coli productoras
de la toxina de Shiga.

Los casos de enfermedad comenzaron entre el 20 de septiembre y el 21 de diciembre


del 2019. La edad de las personas enfermas varió desde menos de 1 año hasta los 89
años, con una mediana de edad de 27. El 64 % de las personas enfermas eran
mujeres. De 165 personas sobre las cuales hay información disponible, se notificó la
hospitalización de 85 (52 %) de ellas, que incluyó 15 personas que presentaron
síndrome urémico hemolítico (SUH), que es un tipo de insuficiencia renal. No se
notificaron muertes.

Los hallazgos epidemiológicos, de laboratorio y de rastreo indicaron que la lechuga


romana de la región de cultivo de Salinas Valley en California probablemente fue la
fuente de este brote.

En las entrevistas, las personas enfermas respondieron preguntas acerca de los


alimentos que consumieron y otras exposiciones que tuvieron la semana anterior a que
se enfermaran. Noventa y cuatro (83 %) de las 113 personas entrevistadas dijeron
haber comido lechuga romana. Este porcentaje fue significativamente más alto que los
resultados obtenidos en una encuesta de personas sanas, en la cual el 47 % de
quienes respondieron dijeron haber comido lechuga romana la semana anterior a la
que fueron entrevistadas. Las personas enfermas dijeron haber comido diferentes tipos
de lechuga romana en varios restaurantes y en la casa.

El Departamento de Salud de Maryland identificó la cepa de E. coli del brote en un


paquete sin abrir de ensalada “Chicken Caesar Salad” de la marca Ready Pac Foods
Bistro que se recolectó de la casa de una de las personas enfermas en Maryland. El
Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin identificó la cepa de E. coli del brote
en una bolsa sin abrir de lechuga romana de hoja verde (Leafy Green Romaine) de la
marca Fresh Express en la casa de una de las personas enfermas en Wisconsin. La
región de cultivo de Salinas Valley en California fue el principal lugar de origen de la
lechuga romana en ambos productos.

5. Brote de Parkinson en isla Guadalupe a mediados de los años 90

A mediados de los años 90 se llevó a cabo estudios en la isla Guadalupe en el país


Guyana francesa, revelando que los habitantes de este lugar empezaron a presentar
unos síndromes parkinsonianos, asociados al consumo de diversos frutos de la familia
de las anonáceas, que son plantas tropicales muy comunes de esta región.

La guanábana consumida en exceso por estos habitantes produjo adormecimientos de


las piernas, rigidez muscular y movimientos involuntarios de la mandíbula, esta fruta
en cuestión, posee pequeñas cantidades de compuestos de acción toxica, las cuales
inhiben la función mitocondrial, las mitocondrias son las responsables de la fabricación
de la energía de las células.

Estudios realizados en diversos tipos de frutos de la familia de las anonáceas revelaron


toxinas en las guanábanas, anón y las chirimoyas.

En el caso específico de la guanábana se encontró la presencia de alcaloides muy


tóxicos como la Reticulina, que es la responsable de destruir ciertas células cerebrales
e inhibir la absorción de las vitaminas del complejo B, en especial la vitamina B12.

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