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SIMÓN EL MAGO

Adaptación libre del cuento de Danilo Kis.

Estructura
Apóstoles
Los nuevos cristianos
Simon

I
Diecisiete años después de la muerte de Jesús de Nazaret, empezaba a vivir su leyenda.

Jóvenes de barbas crecidas e imberbes, cubiertos con capas blancas, acompañados de un


bastón, cual pastores, empiezan a llamarse a sí mismos: apóstoles, hijos de Dios.
Dicen que anuncian la fuerza del Espíritu Santo.
Dan recetas de higiene.
Curan heridas e inflamaciones.
Brindan consejos a las mujeres.
Enseñan a los ancianos la preparación para la muerte.
Estos pacíficos jóvenes tienen las sandalias polvorientas y los brazos cruzados, la voz clara
(casi divina), y cuando cantan: alzan los ojos al cielo.

Su voz y sus ojos y sus brazos y sus manos, todos tan inspirados, diciendo, diciendo…

En los caminos enmarañados que llevan de Oriente a Occidente y de Occidente a Oriente,


son los discípulos de Juan y Pablo, incluso el mismo Juan y Pablo.
Diecisiete años transcurridos, y hacen la memoria: divulgan la palabra de Jesús…

Parece que han visto el más allá.


Parece que han visto allá donde no hay desierto ni arena ni serpiente ni araña.
Parece que han visto allá donde las hojas anchas de las palmeras el agua fresca de los
manantiales la hierba hasta las rodillas y el sol suavemente iluminando.
Allá donde es noche y día.
Allá donde huelen bien las flores y cantan los ruiseñores.

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Y así sucesivamente.
Se hacen llamar hijos de Dios, e hijos del Hijo de Dios.

La gente los empezó seguir, a creer en ellos, a creer en su creencia.


Muchos abandonaron sus pueblos para seguirlos.
Así empezaron a crecer, a hacerse más.
Discípulos de discípulos.
Y cuando volvían a sus pueblos, luego de un año o de diez, eran otros.
Salpicadas de blanco las barbas.
Voz baja al hablar.
Cruzados brazos.
Contaban lo mismo que los discípulos de Juan y Pablo, incluso lo mismo que Juan y Pablo.
Visten con modestia.
Predican leyes extrañas.
Desprecian los placeres de la carne.
Beben el vino alzando la copa con las dos manos.

Y si alguien les contradice, si alguien asoma una duda sobre lo que profesan entonces
estallan, injurian, amenazan encendidos avatares del castigo eterno.
Estos, los discípulos de los discípulos, fueron los que promovieron más la doctrina.
Y más gente se unió ellos, los fieles eran recompensados, los rebeldes castigados.
Y así fue.
Y así pasó: muerto el hombre, comienza a vivir la historia.
El tiempo es una anécdota cuando hay necesidad de fe.
Y si todos mienten, ya nadie miente al mentir.
¿Alguien ha visto un sol que brille eternamente?
¿Alguien ha visto algo así como que no exista ni dolor ni muerte?

2
II
Y entonces, aquí: aparece otro hombre.
Simón, le llaman.
El Mago, le dicen.
Simón el Mago.
Es fuerte, de estatura media, cabellos negros y rizados, nariz huesuda.
Uno de sus ojos era más grande que el otro.
Pero ambos: penetrantes.
En la oreja izquierda llevaba un pendiente de oro: una serpiente mordiéndose la cola.
Y ciñendo su cintura: una cuerda de lino que, se decía, tenía propiedades mágicas, como
todo él.
Por ejemplo, se decía que un día enderezó su cuerda y se puso de pie sobre ella.
Dominaba el griego, el copto, el arameo, el hebreo, el Mago, y todos los diversos dialectos
locales.
Al hablar ante sus discípulos, porque también él tenía discípulos: también él gozaba de la
necesidad de fe; decía: cuando ante sus discípulos: hablaba: le brillaban los ojos como
estrellas.
Proclamaba, el Mago: EL DIOS DE LOS APÓSTOLES ES UN TIRANO.
Y UN TIRANO, DIGO, (decía), NO PUEDE SER DIOS PARA EL HOMBRE SENSATO…

3
Decía, por ejemplo:
ESTE DIOS,
ESTE JEHOVÁ,
ESTE ELOHIM,
SE HA ENSAÑADO CONTRA LA HUMANIDAD,
LA AHOGA,
LA ACUCHILLA,
LE MANDA ENFERMEDADES Y
FIERAS, SERPIENTES Y TARÁNTULAS,
LEONES Y TIGRES, RAYOS Y TRUENOS,
PESTE,
LEPRA,
SÍFILIS,
TORMENTAS Y TEMPESTADES,
SEQUÍAS E INUNDACIONES,
PESADILLAS
E
INSOMNIOS,
PENAS DE JUVENTUD
IMPOTENCIA,VEJEZ...

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Y proseguía:
ESTE DIOS
PUSO A NUESTROS ANTEPASADOS EN LOS JARDINES DEL PARAÍSO,
PERO LOS PRIVÓ DE LA FRUTA MÁS DULCE,
LA ÚNICA QUE MERECEMOS,
LA ÚNICA QUE NOS HACE DISTINOS DEL PERRO Y DEL CAMELLO,
DEL BURRO Y DEL MONO…
Y QUÉ PASO CUANDO NUESTROS DESGRACIADOS ANTEPASADOS,
PICADOS POR LA CURIOSIDAD,
QUISIERON ALCANZAR ESTA GRUTA….
¿QUÉ FUE LO HIZO JEHOVA?
¿QUÉ HIZO ESTE DIOS DE LOS PROFETAS, AQUEL ELOHIM SUYO, VUESTRO,
JUSTO, GRANDE Y TODOPODEROSO?
¡QUÉ!...
¡QUÉ!...

Vociferaba Simón, balanceándose sobre un barril desvencijado.

“Ustedes lo saben”, decía, “lo saben bien…”

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Por ejemplo:
ESTE ES UN DIOS QUE ECHA SIN PIEDAD LA ESPADA DE FUEGO,
ES UN DIOS DE MALDAD,
DE ENVIDIAS Y CELOS.
EN LUGAR DE LA LIBERTAD PREDICA LA ESCLAVITUD.
EN LUGAR DE LA REBELDÍA, LA OBEDIENCIA.
LA ABSTINENCIA EN LUGAR DE LA VOLUNTAD.
EN LUGAR DEL CONOCIMIENTO, EL DOGMA.
¡OH, PUEBLO DE SAMARIA!
¿ACASO ES JUSTO ESTE DIOS QUE ENVÍA LA PESTE, RAYOS Y TRUENOS,
ENFERMEDADES, MISERIA Y DESGRACIAS, SOLO PORQUE NUESTROS
ANTEPASADOS, EMPUJADOS POR LA CURIOSIDAD, ESTE FUEGO VIVO QUE DA A
LUZ EL CONOCIMIENTO, SE ATREVIERON A COGER LA MANZANA?
ESTO,
PUEBLO DE SAMARIA,
NO ES UN DIOS,
ES UN SER LLENO DE RENCOR,
MALVADO,
BANDIDO, QUE,
CON SUS LEGIONES DE ÁNGELES ARMADOS HASTA LOS DIENTES,
PERTRECHADOS CON ESPADAS DE FUEGO
Y FLECHAS ENVENENADAS,
SE HA DETENIDO
EN MEDIO DE NUESTROS CAMINOS
A RECLAMARNOS UN SUPUESTO PECADO COMETIDO…
NO,
ESTE NO ES DIOS,
ESTÉ NO ES EL QUE ESTÁ EN LOS CIELOS,
ESTO NO ES ELOHIM ES OTRO,
PUES ELOHIM,
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA,
DEL HOMBRE Y DE LA MUJER,
DE LA SERPIENTE Y DEL PÁJARO,
CREADOR DE TODO LO VIVO,

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EL QUE HA ALZADO MONTAÑAS SOBRE EL MAR,
EL QUE HA HECHO LOS MARES, LOS RÍOS Y LOS OCÉANOS,
LA HIERBA VERDE Y LA SOMBRA DE LA PALMERA,
EL SOL Y LAS LLUVIAS,
L AIRE Y EL FUEGO,
ÉSTE ES ELOHIM,
DIOS DE LA JUSTICIA.
PEDRO JUAN Y PABLO, Y SUS DISCÍPULOS, PREDICAN SOLO MENTIRAS,
DOGMA,
MENTIRA ES SU TIERRA PROMETIDA,
MENTIRA SON SUS MILAGROS,
MENTIRA ES ESE DIOS.
TODOS LOS ATRIBUTOS DE ESE DIOS SON MENTIRA.
JUSTO: MENTIRA.
EQUITATIVO: MENTIRA.
ÚNICO: MENTIRA.
INMORTAL: MENTIRA.
NOS PROMETEN EL PARAÍSO, Y SU PARAÍSO ES MENTIRA.
MENTIRA PORQUE ESTÁ EN SUS MANOS, JUNTO CON SUS ESPADAS DE FUEGO Y
SUS FALSAS BALANZAS.

Decía, largamente decía.

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Alguna vez, en un pueblo, luego de hablar los discípulos del Nazareno, apareció Simón.
Dicen que las gentes del pueblo le dijeron:
YA HEMOS ESCUCHADO A PABLO Y A JUAN, TENEMOS PALABRAS DE SOBRA
PARA TODO EL AÑO.
Y dijo, Simón:
YO NO SOY UN APÓSTOL,
YO SOY UNO DE VOSOTROS.
LOS APÓSTOLES LES PONEN UNA MANO EN LA CABEZA PARA QUE LES INSPIRE
EL ESPÍRITU SANTO;
YO LES TIENDO LA MANO PARA QUE SE SACUDAN EL POLVO.

Tenía la piel tibia y finos los dedos, tan finos como los poseen los ilusionistas o los que
están liberados del trabajo y la servidumbre.
Hablaba así:
LOS APÓSTOLES OFRECEN LA SALVACIÓN ETERNA.
YO OFREZCO CONOCIMIENTO Y DESIERTO.
QUIEN LO DESEE, QUE SE UNA A MÍ.

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III
El pueblo, por obra de los gobernantes, los poderosos y los fariseos, había aprendido a
sospechar de las adulaciones y promesas puesto que sabían que eran obra de demagogos,
y que, los que anhelan el poder siempre esconden algo debajo de sus oscuras palabras.
Por eso, quizá por eso, escuchaban a Simón acaso en parte indiferentes, desconfiados en
parte, como esperando el momento en que dijera por fin por qué había venido, qué ofrecía,
qué vendía.
Acabaría, pensaban, por lo menos con algún número de acrobacia o de magia, lo cual era
ya, cierta ganancia para rememorar en las tardes empolvadas y silenciosas…

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IV.1
Pero proseguía Simón:
EL REINO DE LOS CIELOS DESCANSA SOBRE LOS CIMIENTOS DE LA MENTIRA.
Miraba al sol y proseguía:
EL REINO DE LOS CIELOS SE ALIMENTA, ¡EA!, ¡DE MENTIRA E ILUSIÓN!
PROMESAS,
OÍDOS LLENOS DE MENTIRAS.
POR TU SUMISIÓN, TU REZO Y TU SILENCIO DE HOY,
TE DAN UN ARCO IRIS DE MENTIRAS Y PROMESAS
Y TE AUGURAN UN FUTURO,
UN FUTURO QUE NO EXISTE.
TE DICEN: NO MATARÁS.
¡PORQUE MATAR ES SU TAREA!
LO HACE BIEN, ESE TIRANO: ACUCHILLA Y MATA NIÑOS DE CUNA,
MADRES DANDO A LUZ,
VIEJOS SIN DIENTES.
DE ESO SE OCUPAN ÉL Y SUS DISCÍPULOS.
TE DIGO, PUEBLO DE SAMARIA,
PABLO Y PEDRO PREDICAN MENTIRAS, ILUSIONES,
TERRIBLES FALACIAS.
SUS LEYES SON FALSAS PALABRAS,
SU LEY ES MENTIRA: DIEZ LEYES, DIEZ MENTIRAS…

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IV.2
Mientras hablaba, Sofía, su compañera, le enjugaba la frente y le tendía una jarra con agua.
Sofia tenía unos treinta años, menuda, de cabellera exuberante y ojos negros como
arándanos.
Sobre su túnica clara y transparece, llevaba pañuelos multicolores de seda.
Los discípulos de Simón hablaban de ella como de la personificación de la sensatez y de la
belleza femenina en su madurez.
Por otra parte, los peregrinos cristianos, tan habidos de sospechar de las mujeres, decían
que era una coqueta, una libertina, una provocadora, una zalamera y una golfa.
Simón no lo negaba, decía por el contrario que todo el sino anterior de Sofía: ser esclava y
prostituta era un ejemplo evidente que mostraba la tiranía de Jehová, y la crueldad propia
e inherente de este mundo.
Para él, Sofía era un ángel caído, un alma pura, prisionera de la carne, víctima de la
crueldad de Dios.
Prisionera de la carne, decía.
Su espíritu, se mudaba desde hacía siglos,
como de jarra en jarra,
de un cuerpo a otro,
de una apariencia a otra:
era la hija de Loth,
era Raquel,
era la bella Helena.
Así decía.
Y como si no fuera poco, comentaba:
POBRES GRIEGOS Y BÁRBAROS: HABÍAN ADORADO Y ADMIRADO A UNA
APARIENCIA Y VERTIDO SANGRE POR UN FANTASMA…

IV.3
Entre tanto, Simón no se ha percatado, o ha hecho como si no se percatara, que ya casi
toda la gente se ha marchado, y que solo le escuchan los que se proclaman discípulos
suyos.
Y Sofía, su compañera.

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IV.4
Simón se moja los labios con el agua, tibia ya.
Bebe un trago.
Escupe, otro trago, pues acaba de ver a un grupo de peregrinos cristianos vestidos con
capas blancas surgiendo de entre las sombras de las casas.
Entre ellos ha reconocido a Pedro y a sus discípulos, armados con cayados.
Y sigue diciendo:
Y ENTRE TANTO,
BAJO EL SOMBRÍO MANTO DEL CIELO,
ENTRE LAS OSCURAS MURALLAS DE LA TIERRA,
EN LA CÁRCEL DE LA EXISTENCIA,
DESPRECIAD LA RIQUEZA,
COMO ELLOS PRETENDEN ENSEÑAR,
RECHAZAR LOS PLACERES DE LA CARNE,
DESPRECIEN A LA MUJER,
ESA COPA DE NÉCTAR,
ESA URNA DE LA FELICIDAD,
EN NOMBRE DE FALSOS PARAÍSOS,
Y POR MIEDO A UN FALSO INFIERNO,
COMO SI EL INFIERNO NO FUERA MÁS BIEN TODA ESTA VIDA…

Pedro, apoyado en su cayado, ha dicho:


-ALGUNOS OPTAN POR EL REINO DE LA TIERRA Y OTROS POR EL REINO DE LOS
CIELOS.

Y dice Simón:
SOLO EL QUE HA TENIDO LA RIQUEZA PUEDE DESPRECIAR LA RIQUEZA.
SOLO ADMIRA LA POBREZA EL QUE SIDO POBRE;
Y SOLO PUEDE RECHAZAR LOS PLACERES DE LA CARNE QUIEN LOS HA
PROBADO.

Y dice Pedro:
EL HIJO DE DIOS CONOCIÓ EL SUFRIMIENTO.

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Y uno de los discípulos de Pedro ha dicho:
SUS MILAGROS SON LA PRUEBA DE SU JUSTICIA.

Y dice Simón:
LOS MILAGROS NO SON NINGUNA PRUEBA DE JUSTICIA.
LOS MILAGROS LE SIRVEN DE PRUEBA ÚLTIMA SOLO AL PRUEBLO QUE CREE EN
MILAGROS.
ESA ES LA MODA QUE HA INTRODUCIDO VUESTRO INFELIZ QUE ACABÓ EN LA
CRUZ.

Pedro, claramente ofuscado, dice:


SOLO PUEDE HABLAR DE ESA FORMA EL QUE POSEA UN PODER COMO EL SUYO.

Y,
entones,
Simón salta de su barril desvencijado.
Pisa el piso polvoriento.
Se coloca frente a frente a su provocador.
Y le dice:
AHORA MISMO VOY A SUBIR AL CIELO.

(VOY A SUBIR)

IV.5
“Eso habría que verlo” (replica Pedro, y siente que le tiembla la voz).
Y dice Simón:
SÉ HASTA DÓNDE LLEGA MI PODER.
Y SÉ QUE NO PUEDO ALCANZAR EL SÉPTIMO CIELO.
PERO VISITARÉ LOS OTROS SEIS.
EL SÉPTIMO SOLO PUEDE ALCANZARLO EL PENSAMIENTO.
PUES AHÍ TODO ES LUZ Y FELICIDAD.
Y LA FELICIDAD NO LE HA SIDO DADA AL HOMBRE MORTAL.

Y uno de los discípulos de Pedro le ha cortado:

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-¡EA! BASTA YA DE HABLADURÍAS, SI ALCANZAS, AUNQUE SEA UNA NUBE,
SABREMOS RESPETARTE COMO RESPETAMOS AL NAZARENO.

Y así, casi de improviso, el pueblo se vuelve a reunir.

IV.6
-VUELVE LO ANTES POSIBLE -se burla de Simón otro discípulo de Pedro-, MEJOR
DÉJANOS EN TESTIMONIO UNA PRENDA.
Simón desata la cuerda de su cintura y la deposita a sus pies.
-ESTO ES TODO LO QUE TENGO.
Sofía se acerca y le coloca un pañuelo en torno al cuello.
Le dice:
-ALLÁ ARRIBA HACE FRIO COMO EN UN POZO.

-ESTOS PREPARATIVOS YA DURAN DEMASIADO, exclama Pedro.

IV.7
-ESTA ESPERANDO QUE CAIGA EL SOL PARA ESCABULLIRSE AL ABRIGO DE LA
NOCHE.
Ha dicho un discípulo de Pedro.

Simón le da un beso a Sofía.


HASTA PRONTO.
Le ha dicho, el Mago.
-¡ADIÓS!
Grita uno de los discípulos de Pedro, ¡TEN CUIDADO CON EL FRÍO!.

V
Simón
Junta
los
pies,
agita torpemente los bazos,
salta de repente,

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como un gallo,
y levanta polvo bajo sus sandalias.
“¡¡QUIQUIRIQUÍ!!” -grita un gracioso cuyos ojos se transformaron en dos hilos oblicuos al
reír.
Simón mira en su dirección y le dice:
-NO ES TAN FÁCIL, HIJO.
TODO CUERPO, INCLUSO EL CUERPO DE UNA PLUMA, ES ATRAÍDO HACIA LA
TIERRA.
¡IMAGÍNATE LO QUE PASA CON UNA RUINA HUMANA DE 40 KILOS!
Pedro ha sonreído, y ocultado su sonrisa entre sus barbas.

El gracioso dice:
-SI SUPIERAS VOLAR COMO SABES FILOSOFAR, YA HABRÍAS ALCANZADO LAS
NUBES.
RECONOZCO QUE ES MÁS FÁCIL FILOSOFAR QUE VOLAR, dice Simón con triste voz.
Y prosigue: INCLUSO TÚ SABES CHARLATANEAR, AUNQUE NUNCA, EN TU VIDA
MISERABLE, HAYAS LEVANTADO TU CULO MÁS DE UN METRO SOBRE LA
TIERRA.

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VI
Y entonces, Simón, acopió sus fuerzas,
reunió sus pensamientos en un solo foco,
concentró toda su energía en el horror de la existencia en la tierra,
en la imperfección del mundo,
en la miríada de vidas truncadas,
en las fieras que se matan unas a otras,
en la serpiente picando al cervatillo rumiando en la sombra,
en los lobos degollando corderos,
en las mantis religiosas que matan a sus machos,
en las abejas que mueren tras un picotazo,
en el dolor de las madres que no paren,
en los gatitos ciegos que los niños tiran al río,
en el terror de los peces en las entrañas del cachalote,
en el terror del cachalote encallado en la orilla,
en la tristeza del elefante al morir de vejez,
en la efímera alegría de la mariposa,
en la engañosa belleza de la flor,
en la breve quimera de la unión amorosa,
en el espanto del semen esparcido,
en la importancia del tigre viejo,
en la podredumbre de los dientes en la boca,
en la infinidad de hojas muertas que tapizan los bosques,
en el miedo del pajarillo recién nacido al que su madre echa del nido,
en el sufrimiento infernal del gusano que arde al sol como a la llama,
en el dolor de la despedida amorosa,
en el terror de los leprosos,
en la metamorfosis de los senos de la mujer,
las heridas,
el dolor de los ciegos...

16
VII
Y de pronto,
todos,
todos,
y todos,
vieron cómo el cuerpo mortal de Simón el Mago se despegaba de la tierra.

Y se fue alzando.
……………………….
Cada vez más arriba.
……………………
Los brazos moviendo ligeramente, como aletas de
pez volador, casi imperceptible de barba: flotantes
cabellos: lento vuelo.
………………………………..

(la SUBIDA)

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VIII
En el silencio que de repente se hizo no se oyó ni un solo grito.
Ni un solo suspiro.
La muchedumbre, petrificada, de pie con los ojos mirando fijamente.
Incluso los ciegos orientaban sus escleróticas vacías hacia los cielos, pues entendieron el
silencio que acontecía.
Pedro también estaba de pie, petrificado, la boca abierta de estupefacción.
Él no creía en milagros que no fueran los milagros del que convirtió el agua en vino.
Todos los demás, decía, eran trucos, artimañas de hilos invisibles.
El milagro, decía, había sido solo dado a los cristianos e incluso entre los cristianos, solo
aquellos cuya fe era dura como la piedra, como él anhelaba que fuera la suya.
Esto no puede ser sino una ilusión, pensó.
En silencio, para sí, pensó, asustado también por lo que juzgaba ilusión.
Se frotó los ojos.
Miró el sitio donde estaba antes, y donde debía estar pues, aún; pero no: solo halló polvo
quieto.
Ahí solo quedaba la cuerda de lino enrollada como una serpiente.
Y más polvo acumulándose con lentitud.
Entonces volvió a levantar la cabeza, como todos.
Vio a Simón adentrándose entre las nubes, parecía un águila enorme.
Sin embargo, se decía: aquello no era un águila, era un hombre, y se reconocían aún sus
brazos de hombre, pero su cara ya no podía reconocerse.
Parpadeó, como si parpadeando pudiese liberarse de la ilusión.
Porque si los milagros de Simón eran ciertos, entonces la verdad de su religión cristiana
era solo una verdad de este mundo, y no la única.
Temió que la fe fuera solo ilusión, y que el mundo, en realidad, fuera un secreto, y el
hombre el mayor secreto, y la creación una incógnita.
Mientras, Simón era ya una mancha negra que se perdía de vista, sobre el fondo blanco de
las nubes que lo engullían.

El silencio duró solo unos momentos más.


La muchedumbre se rindió, postrándose y moviendo las cabezas en trance.
Incluso algunos de los discípulos de Pedro se inclinaron ante el milagro del que eran
testigos.

18
IX
Entonces Pedro cerró los ojos y recitó en hebreo (que es el idioma de los santos, y también
porque no quería que la masa lo entendiera) la siguiente oración:
PADRE ÚNICO, QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, ACUDE EN AYUDA DE MIS SENTIDOS
DESLUMBRADOS POR LA ILUSIÓN TERRENA, DALE A MIS OJOS LA AGUDEZA
VISUAL Y A MI RAZÓN LA LUCIDEZ NECESARIA PAR QUE PUEDA ESCAPAR A
ENGAÑOS E ILUSIONES, PARA PERMANECER INQUEBRANTABLE EN TU FE Y EN
MI AMOR HACIA TU HIJO, EL SALVADOR. AMÉN.
Y Dios le dijo:
SIGUE MIS CONSEJOS, OH FIEL.
Y siguió hablándole.
Y dijo, al último:
-DILES ESO, Y DILO EN VOZ ALTA PARA QUE TODOS TE OIGAN,
Y NO TENGAS MIEDO.
Entonces Pedro abrió los ojos.

X
Y se subió a un montículo de estiércol seco donde revoloteaba aún un enjambre de moscas,
y dijo, en alta voz:
-¡PUEBLOOO! ¡ESCUCHA Y OYE!
Nadie le hizo caso.

La gente yacía boca abajo, con la cabeza hacia el polvo.

Volvió a decir Pedro, otra vez, en voz alta:


-¡PUEBLO DE SAMARIA, ESCUCHA Y OYE LO QUE VOY A DECIRTE!
Algunas cabezas se levantaron, las primeras fueron las de los ciegos.
LO QUE ESTÁN VIENDO ES UNA ILUSIÓN,
SON VÍCTIMAS DE ESTE ILUSIONISTA Y FAQUIR SALIDO DE LA ESCUELA
EGIPCIA…

HA CUMPLIDO SU PALABRA le encaró Sofía.


Y entonces dijo Pedro:

19
-DE AQUÍ A QUE CUENTE HASTA DIEZ…
Y sin hacer caso, prosiguió, diciendo Pedro:
-DE AQUÍ A QUE CUENTE HASTA DIEZ, SU CUERPO SE HABRÁ ESTRELLADO
CONTRA ESTA TIERRA QUE TANTO HA DESPRECIADO, CAERÁ COMO UNA
PIEDRA HASTA VUESTROS PIES, PARA NO VOLVER A LEVANTARSE NUNCA MÁS
DEL POLVO…
PORQUE ASÍ LO QUIERE EL ÚNICO DIOS…
UNO…

SIN EMBARGO, HA CONSEGUIDO ECHAR A VOLAR, replicó Sofía, HA


DEMOSTRADO QUE ES UN MAGO.
-DOS…
Y dijo Sofía:
-AUNQUE CAIGA, ÉL ES EL VENCEDOR.
-TRES…
Pedro siguió contando con los ojos cerrados, despacio, alargando el tiempo.
Entonces oyó el grito de la muchedumbre.
Y abrió los ojos.
En el mismo sitio donde había desaparecido poco antes, volvió a hacerse visible, saliendo
de una nube, un punto negro que se iba haciendo cada vez mayor.
El cuerpo de Simón, el Mago, caía hacia el suelo como una piedra, girando alrededor de
sus ejes longitudinal y transversal.

X
El Mago agitaba los brazos y las piernas,
y se hacía más y más grande.
Cada vez.
Más visible.

La gente empezó a correr de repente en todas las direcciones, sin duda por miedo a que
este cuerpo que caía en picado desde las nubes se estrellara sobre alguien.

Luego ocurrió todo muy deprisa.


Como un saco lleno de arena húmeda al caer de una carreta.

20
O como una oveja que el águila deja, desde lo alto, caer.
El cuerpo de Simón el Mago se precipitó sobre la tierra.
(la caída)

XI
La primera en acercarse fue Sofía, su fiel compañera.
Quiso cubrirle los ojos con el pañuelo que le había dado,
pero no le quedaron fuerzas para ello,
pues,
horrorizada ante el espectáculo,
tuvo que cerrar los suyos propios.
El cráneo machacado.
Los miembros rotos.
La cara deformada.
Ensangrentado.
Las entrañas reventadas.
Esparcido como un buey destripado.
Simón yacía: sobre el suelo: un montón de huesos rotos y molidos: de carne despedazada.
Y su túnica, sus sandalias y su pañuelo se habían mezclado con la carne y los huesos en
una espantosa masa triturada.

XII
Los que se acercaron, oyeron a Sofía declarar con voz de maldición:
ESTA TAMBIÉN ES UNA PRUEBA DE LA VERDAD DE SU DOCTRINA.
LA VIDA DEL HOMBRE ES UNA CAÍDA Y UN INFIERNO,
Y EL MUNDO ESTÁ EN MANOS DE UNOS TIRANOS.
¡MALDITO SEA EL MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIRANOS, ELOHIM!

La gente le abrió paso


y ella penetró en la muchedumbre
silenciosa
en dirección al desierto. Lamentándose.

Su cuerpo mortal ha vuelto al lupanar.

21

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