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NOMBRE: HECTOR JESUS PEREZ TOLENTINO

NUMERO DE CUENTA: 16478420

MATERIA: TRATADOS Y ACUERDOS COMERCIALES


ACTIVIDAD: ENSAYO OCDE

NOMBRE DEL PROFESOR: CESAR GARCIA HERNANDEZ FLORES


FECHA: 11 DE JUNIO DEL 2021

INTRODUCCION.

La OCDE encabeza los esfuerzos para comprender los nuevos progresos y


preocupaciones, y ayudar a los gobiernos a responder a éstos. Ello incluye ajustes
comerciales y estructurales, seguridad en línea, y los desafíos sobre la reducción
de la pobreza en el mundo en desarrollo. Durante más de 40 años, la OCDE ha
sido una de las mayores y más confiables fuentes de información estadística,
económica y social. Las bases de datos de la OCDE abarcan campos muy
diversos: informes nacionales, indicadores económicos, comercio, empleo,
migración, educación, energía, salud y medio ambiente. Y publica gran parte de
sus investigaciones y análisis.

En la última década, la OCDE ha abordado una serie de problemas económicos,


sociales y ambientales, acrecentando su compromiso con los negocios, las
uniones comerciales y otros representantes de la sociedad civil. Las
negociaciones de la OCDE sobre el sistema tributario y los precios de
transferencia, por ejemplo, han llevado a cerrar tratados fiscales bilaterales en
todo el mundo.

La OCDE está integrada por un grupo de países que comparten las mismas ideas.
Para ser miembro, un país debe practicar los principios de la economía de
mercado y ser una democracia pluralista. La OCDE es “rica” en el sentido de que
sus 31 miembros producen casi el 60 por ciento de los bienes y servicios del
mundo, pero de ningún modo es exclusiva.

Los países no miembros están invitados a suscribirse a los convenios y tratados


de la OCDE, que comparte sus conocimientos y puntos de vista sobre temas de
interés común con más de 100 naciones.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es un


foro único en donde los gobiernos de 31 democracias y economías de mercado
trabajan juntos para hacer frente a los desafíos económicos, sociales y de
gobernanza relacionados con la globalización, así como para aprovechar sus
oportunidades.

La Organización constituye un marco para que los gobiernos comparen


experiencias de políticas, busquen respuestas a problemas comunes, identifiquen
las buenas prácticas y coordinen políticas públicas nacionales e internacionales.
Este foro, en el que la presión de sus integrantes puede contribuir
significativamente a la mejora de políticas, elabora instrumentos reconocidos a
nivel internacional, toma decisiones y hace recomendaciones en áreas en que es
necesario el acuerdo multilateral para que cada país progrese en una economía
globalizada.

Los países no miembros están invitados a sumarse a estos acuerdos y tratados.

Los intercambios entre los gobiernos de la OCDE se basan en la información y el


análisis que proporciona un secretariado en París. El secretariado reúne datos,
observa tendencias, analiza y hace previsiones con respecto a los progresos
económicos. También investiga cambios sociales o la evolución de los modelos en
el comercio, el medio ambiente, la agricultura, la tecnología, el sistema tributario y
más.

La OCDE ayuda a los gobiernos a promover la prosperidad y a combatir la


pobreza a través del crecimiento económico, la estabilidad financiera, el comercio
y la inversión, la tecnología, la innovación, el estímulo empresarial y la
cooperación para el desarrollo.

Procura que se tomen en cuenta las implicaciones ambientales del desarrollo


social y económico. Otros objetivos incluyen la creación de empleos para todos y
la equidad social, así como lograr una gobernanza transparente y efectiva.

El personal del secretariado de la OCDE en París realiza estudios y análisis a


petición de los 31 países miembros de la Organización, cuyos representantes se
reúnen e intercambian información sobre asuntos clave en los comités
especializados. El poder de decisión recae en el Consejo de la OCDE

A lo largo de los años, la OCDE ha hecho extensivas sus relaciones a países que
no son miembros de ésta, y hoy en día colabora con más de 100. El objetivo de
dichas relaciones es favorecer la integración económica poniendo la experiencia
adquirida por la OCDE a disposición de otros países y permitiendo a ésta
beneficiarse de sus conocimientos y perspectivas.

El Centro para la Cooperación con los No Miembros desarrolla y supervisa las


orientaciones estratégicas de las relaciones globales de la OCDE con los países
no miembros; coordina una gran cantidad de programas vinculados con asuntos
clave del trabajo de la OCDE en áreas tales como la mejora del entorno para la
inversión, la gobernanza pública y empresarial, el comercio, la agricultura, la
competencia y la fiscalidad. El centro también coordina la participación de no
miembros en organismos de la OCDE y el proceso de integración de nuevos
países; además de ser un enlace con otras organizaciones internacionales,
promueve y coordina las relaciones con ellos. El Programa de Apoyo para la
Mejora de las Instituciones Públicas y de los Sistemas de Gestión (SIGMA, por sus
siglas en inglés) busca mejorar la gobernanza y la gestión de las economías en
transición de Europa central y oriental. Se trata de una iniciativa conjunta con la
Unión Europea.

De hecho, la OCDE mantiene relaciones estrechas con parlamentarios en países


miembros, entre las que sobresalen las que por largo tiempo ha establecido con el
Consejo de Europa y su Asamblea Parlamentaria, y con el Comité Económico y de
Seguridad de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN.

Recientemente ha fortalecido estos lazos con el lanzamiento de un programa de


seminarios parlamentarios de alto nivel. Como parte de su colaboración con otros
organismos internacionales, la OCDE mantiene relaciones oficiales con la
Organización Internacional del Trabajo, la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación, el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial, la Agencia Internacional de Energía Atómica y otros.

La OCDE también coordina con el Foro Internacional del Transporte, organismo


independiente vinculado con la Organización que se ocupa de las cuestiones de
mejora de todos los tipos de transporte. El Foro de la OCDE, que se realiza cada
año junto con la reunión ministerial, permite a líderes de negocios, organizaciones
de trabajo y no gubernamentales discutir asuntos clave con ministros de gobierno
y responsables de organizaciones internacionales.

Este repunte, sin embargo, más que una “vuelta a la normalidad” supone una
oportunidad de cambio para abordar las vulnerabilidades de la economía
mexicana. El país ha logrado avances muy importantes en materia de estabilidad
macroeconómica, política monetaria y transparencia fiscal, pero aún no ha sido
capaz de generar un crecimiento endógeno fuerte, impulsado por un mercado
interno vibrante y una economía competitiva.

Su productividad laboral es la más baja de la OCDE, su nivel de competitividad


está retrocediendo, mientras que otras economías emergentes lo están rebasando
en la carrera hacia la economía del conocimiento. México sigue teniendo grandes
desafíos estructurales que requieren reformas de fondo. El momento actual
impone avanzar en una agenda de transformación para equipar al país con un
nuevo andamiaje de leyes y políticas que promuevan un crecimiento económico
más fuerte, más limpio y justo. Se requiere construir un sistema fiscal robusto que
ayude a reducir las disparidades; un presupuesto enfocado en resultados en el
mediano y largo plazo; un mercado laboral eficiente, incluyente y en sintonía con
las exigencias del futuro; un sistema educativo de vanguardia; un marco de
políticas e incentivos para impulsar la competencia, el gobierno corporativo y la
innovación; un crecimiento verde promotor de una nueva cultura ecológica; y un
sistema de salud integral, de calidad y sostenible.

Este documento aborda estos y otros retos a los que México tiene que hacer
frente en los próximos años y plantea una serie de recomendaciones basadas en
la experiencia internacional. México cuenta con grandes fortalezas para enfrentar
estos desafíos con éxito: una democracia vibrante; un congreso cada vez más
convencido de la necesidad de las reformas; un sector bancario sólido y estable; y
una población joven, ávida de nuevas oportunidades.

La administración actual está promoviendo reformas ambiciosas en el mercado


laboral y en el marco de la competencia que pueden impactar positivamente la
productividad, la competitividad y el empleo. La OCDE seguirá apoyando el
esfuerzo de México. Seguiremos trabajando intensamente para evaluar y
comparar sus políticas públicas, y contribuir en la búsqueda de las mejores
soluciones a los desafíos presentes y futuros. Esperamos que este compendio de
análisis y recomendaciones contribuya al diseño de políticas que aseguren un
porvenir más próspero e incluyente para todos los mexicanos.

Los efectos o consecuencias del ingreso se manifestarán -si todo evoluciona


conforme a la aspiración mexicana y a los propósitos de la Organización- en dos
planos: al interior del país y hacia afuera. El compromiso formal con nuestra
adhesión ha quedado asentado en un largo documento titulado Declaración del
gobierno de los Estados Unidos Mexicanos sobre la aceptación de sus
obligaciones como miembro de la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económico. Son compromisos específicos negociados en cada caso y asumidos
soberanamente. Van desde ámbitos tan generales como político económico y
monetario hasta compromisos específicos en materia agrícola, ambiental, laboral,
científica o tecnológica. Hay, no obstante, un compromiso mayor, de carácter
moral. El compromiso de México de preservar y consolidar los valores de la
Organización: democracia plural, derechos humanos y economía de mercado.

Es éste el compromiso interno de México y a la vez un reto que requiere un


esfuerzo enorme de la sociedad y gobierno de nuestro país. Garantizarlo implica
elevar los niveles educativos, fomentar la democracia y la cultura del respeto a los
derechos humanos, distribuir el ingreso nacional más equitativamente, aumentar el
empleo y mejorar los salarios, así como facilitar una mayor participación de la
sociedad civil; aspiraciones todas de nuestro país desde antes de ser invitado a
ingresar a la Organización. Hacia el exterior, nuestro compromiso con el ingreso
ha implicado algunos ajustes y ha dado motivo a algunos recelos y confusiones.
Es decir que, en varios organismos internacionales del Sistema de las Naciones
Unidas, los países miembros se organizaron desde hace años para participar en
bloque sobre distintos temas de la agenda multilateral. ASÍ, las naciones
avanzadas (países miembros de la OCDE) se agruparon en lo que se llamó el
Grupo B; hoy, este grupo, aunque en general sostiene posiciones similares, actúa
en bloque sólo en muy pocas ocasiones.

Los países socialistas -con excepción de China, Cuba, Vietnam y Yugoslavia-


formaron lo que se llamó el Grupo D; la mayoría de estos países, desintegrado
hoy como grupo, normalmente se suma a las posiciones de los desarrollados.
Entre los grupos B y D prevaleció, más que el enfrentamiento económico, la
rivalidad ideológica, la llamada confrontación Este-Oeste. El Grupo .de los 77
reúne a los países en desarrollo, a las naciones del llamado tercer mundo, cuyo
origen -como Grupo- se remonta a la Primera Conferencia de la UNCTAD,
celebrada en Santiago de Chile en 1964, cuando en una negociación con los
países avanzados, 77 países africanos, asiáticos y latinoamericanos, que
participaban en la Conferencia, asumieron una posición conjunta.
A partir de entonces han actuado de manera coordinada en foros internacionales y
su lucha contra la hegemonía económica de los países desarrollados constituyó el
llamado -no sin ironía- Diálogo Norte-Sur.

En la actualidad, por el grado de desarrollo que algunos países de este último


grupo han alcanzado, por la universalización del modelo de economía de
mercado, por las diferencias en posibilidades de desarrollo reinantes entre los
miembros de ese grupo, así como por la desintegración de la Europa Socialista
como bloque, las demarcaciones rigurosas entre Norte y Sur, Este y Oeste, se
desdibujan progresivamente (lo que no significa que la brecha entre países ricos y
pobres haya desaparecido). Los efectos de la globalidad y la interdependencia
también han tenido efectos al interior de la OCDE.

Transcurren más de dos décadas antes de que un· nuevo miembro ingresara a
ese grupo, cuya aspiración es hoy atraer nuevos integrantes; actualmente se
encuentran en espera de adherirse: Polonia y Hungría, las Repúblicas Checa y
Eslovaca, Singapur y Corea. Argentina y Brasil se incorporaron recientemente al
Comité de Desarrollo de la Organización, como observadores. La última reunión
ministerial del Consejo, en junio pasado, avanzó en una propuesta del
Secretariado para modernizar los mecanismos y estructuras internas.
Curiosamente, esta Organización tan metódica no tiene establecidos requisitos
formales para el ingreso de nuevos miembros.

La Convención, en su Artículo 16, establece como único requisito el que el nuevo


miembro se adhiera a la misma sin reserva alguna. Sin embargo, la práctica ha
hecho del ingreso un procedimiento complejo, ya que requiere de la revisión en el
país adherente de la compatibilidad de su legislación interna con las Actas de la
OCDE (alrededor de 160, que incluyen los códigos, las recomendaciones, las
decisiones, las declaraciones y otros instrumentos adoptados en la OCDE). Sobre
éstos, el país puede presentar reservas, siempre y cuando se comprometa a
retirarlas en el futuro. Es de destacar que, para su ingreso, la OCDE pidió a
nuestro país un requisito no establecido formalmente en ningún documento de la
Organización, que el gobierno de México cumplió resueltamente: dejar de
participar en el Grupo de los 77. ¿Exceso de escrúpulos de ambas partes? Lo
cierto es que en la comunicación que el secretario de Rediciones Exteriores dirigió
al ministro de Asuntos Extranjeros de Argelia, en su calidad de presidente del G-
77, fechado el 14 de abril -cuando México fue invitado a incorporarse a la
Organización señala que " ... mi Gobierno dejará de participar en toda
concertación de posiciones de países en desarrollo frente a países
industrializados. "No obstante, líneas más adelante se establece"... México seguirá
defendiendo sus posiciones como país en desarrollo de acuerdo con su interés
nacional.

He leído y escuchado en varias ocasiones la necesidad de que México ajuste su


estrategia de política exterior con motivo del ingreso de México a la oeDE. Cada
vez que reflexiono al respecto aumenta mi convicción de que no tiene razón de
ser. México tiene una antigua tradición en política exterior, que evoluciona
cuidadosamente conforme a las cambiantes circunstancias.

La actual estrategia de diversificación y una mejor inserción en la economía


mundial progresa paso a paso y no hay razón para modificarla. La justificación
para hacerlo sería, precisamente, que aquélla no funcionara, o que cambiaran
nuestros intereses. México norma su participación en las relaciones
internacionales conforme a sus intereses -estiempo ya de perder el miedo a usar
la palabra- nacionales, y no en función de la composición de grupos. Cuando
participó con los 77 en Santiago de Chile, lo hizo porque allí se hallaba su interés.
Más aún, muchas veces México encabezó al Grupo no porque se lo propusiera
así, sino porque el interés de los otros miembros coincidió con el interés que
México defendía. México desea ser una nación moderna en donde la democracia
prevalezca a toda tentación; donde el respeto a los derechos humanos sea
componente integral de nuestra cultura y donde el sistema de economía de
mercado posibilite realmente elevar el nivel y las condiciones de vida de los
mexicanos.

El G-77 no es grupo formal, no cuenta con reglas escritas ni para su ingreso ni


para su salida. Basta manifestar el deseo de participar -que aprueban los
miembros por consenso- o dejar de hacerlo. A otros foros de coordinación de los
países del Sur más estructurados -como el Movimiento de Países No Alineados y
la Organización de Países Exportadores de Petróleo- nunca pertenecimos
formalmente, pero existió cooperación cercana, siempre en función de nuestro
interés con lo país. Hace cuatro meses dejamos de participar en el G-77, no
obstante, la cooperación y el entendimiento se mantienen. Ser miembro de la OCI)
E no nos convierte en un país desarrollado.

Esto se adquiere con el trabajo, el esfuerzo y el entendimiento nacionales. Todo


ser humano y toda nación aspiran a ser más y tener más: es legítimamente
humano. México aspira a aumentar y distribuir mejor su riqueza, a sacar de su
postración a los 40 000 000 de pobres que tiene nuestro país, a ofrecer a toda su
población mejores niveles de vida y oportunidades de participación.

En los foros de la OCDE vamos a exponer nuestras experiencias y nuestros


problemas de país en desarrollo que aspira a desarrollarse. Al vocear nuestro
interés, otros países se sentirán seguramente identificados con nosotros~ pero
olvidemos ese absurdo postulado de que somos puente entre países ricos y
pobres o que somos el centro de gravedad del planeta. Es cierto, debemos ajustar
algunas de nuestras acciones en aras de la coherencia: no podemos seguir
disputando algunos recursos a otros países cuyas necesidades de supervivencia
están muy alejadas de las nuestras.

Es de elemental justicia que quien más tiene, ayude a quien tiene menos. Nuestra
coordinación en lo sucesivo habrá de hacerse tema por tema, cada uno conforme
a su propio mérito y a nuestro interés nacional.

Una gobernanza pública buena y eficaz contribuye a fortalecer la democracia,


favorecer la prosperidad económica y la cohesión social.

El Directorado de Gobernanza Pública y Desarrollo Territorial ayuda a los países a


adaptar sus sistemas de gobierno y políticas territoriales a las necesidades
cambiantes de la sociedad. Esto implica mejorar la eficacia del gobierno, a la vez
que se protegen y promueven a largo plazo los valores de gobernanza de la
sociedad.

El directorado analiza la manera en que los gobiernos gestionan el sector público,


mejoran la calidad de los servicios públicos y se esfuerzan por hacer más
congruente la implementación de políticas. Promueve la innovación en políticas de
desarrollo territorial y ayuda a los gobiernos a manejar la actual transición de
otorgar subsidios a mejorar la competitividad territorial. Una de sus funciones
principales es crear un foro donde los países intercambien sus ideas sobre cómo
solucionar los problemas de gobernanza.

Los altos funcionarios se reúnen en grupos de trabajo especializados sobre


presupuestado y gestión, diseño de políticas públicas, reformas regulatorias,
gestión de recursos humanos, gestión de conflictos de interés, e-gobierno,
políticas territoriales en áreas rurales y urbanas, e indicadores territoriales.

Los avances científicos y tecnológicos están revolucionando a la industria. El


Directorado de Ciencia, Tecnología e Industria ayuda a los países de la OCDE a
comprender y encauzar la evolución de una economía basada en el conocimiento,
a fin de alcanzar el mayor potencial de innovación y adaptar las políticas
nacionales a las oportunidades que brinda la globalización. Ofrece estadísticas y
análisis para apuntalar las políticas de gobierno sobre las nuevas cuestiones
científicas, tecnológicas e industriales.

Examina las condiciones de la competitividad industrial y del crecimiento


productivo, así como las implicaciones de las cadenas globales de valor.

El directorado estudia cómo estimular la ciencia y la innovación para mejorar la


contribución de la propiedad intelectual al crecimiento económico y promover la
eficacia de la investigación y el desarrollo, además de los vínculos entre la
industria y la ciencia. Su trabajo sobre biotecnología se centra en análisis y
desarrollo de políticas.
El directorado también trabaja para reforzar la protección del consumidor y la
confianza del usuario de internet. En las áreas de la construcción naval y del
acero, fomenta las negociaciones multilaterales con vistas a concluir acuerdos
para limitar la ayuda pública.

La OCDE ayuda a los responsables de las políticas públicas a diseñar los


sistemas fiscales del siglo XXI. El Centro de Políticas Fiscales y Administración
examina todos los aspectos de la fiscalidad.

La OCDE promueve la cooperación internacional en cuestiones fiscales


fomentando el diálogo con más de 80 países no miembros de la Organización, a lo
cual se suman trabajos sobre negociación, aplicación e interpretación de tratados
fiscales, precios de transferencia e intercambio efectivo de información Las
principales publicaciones estadísticas ofrecen comparaciones anuales de los
niveles fiscales y de las estructuras en los países de la OCDE.

El centro trabaja con otros directorados sobre asuntos fiscales clave como el
impacto fiscal en el funcionamiento de los mercados laborales.

Basado en reglas, y asesora a los gobiernos de países de la OCDE y no miembros


sobre el diseño e implementación de políticas en comercio y agricultura, a fin de
que alcancen sus objetivos de forma efectiva, eficaz y con mínimas distorsiones
de mercado. El trabajo sobre comercio ayuda al proceso de la liberación
progresiva resultante de las negociaciones en la Organización Mundial de
Comercio (OMC) y del eficaz funcionamiento del SCM.

El análisis del Comité de Comercio de la OCDE busca apuntalar las bases para
una liberación continua del comercio y aborda varias cuestiones de preocupación
pública, mediante la revisión de asuntos de negociaciones en curso, en áreas tales
como los servicios, la facilitación del comercio y la evaluación del impacto. El
trabajo para preparar futuras negociaciones comerciales abarca nuevas categorías
de las reglas del comercio; por ejemplo, aquéllas para el medio ambiente, la
competencia y la política de inversión. Asimismo, su trabajo único sobre la
exportación de créditos aleja a los países del comercio distorsionado. Los trabajos
realizados por los Comités para la Agricultura y la Industria Pesquera ayudan a
identificar políticas para alcanzar una gestión sostenible de los recursos agrícolas
y pesqueros, desde la perspectiva de la reforma de políticas, la liberalización del
comercio y la sostenibilidad.

El directorado también aplica un programa para desarrollar estándares de


productos que faciliten el comercio y un programa de investigación cooperativa
para crear sistemas agrícolas sostenibles. El trabajo del directorado mantiene
políticas de diálogo entre los países de la OCDE e importantes países no
miembros. Son clave en las actividades del directorado las consultas con la
sociedad civil y los esfuerzos de comunicación dirigidos a los gobiernos y otros
grupos de interés público. El 1 de diciembre de 2006, los directorados de
Comercio y de Alimentos, Agricultura y la Industria Pesquera se fusionaron para
crear el nuevo Directorado de Comercio y Agricultura.

A lo largo de los años, la OCDE ha hecho extensivas sus relaciones a países que
no son miembros de ésta, y hoy en día colabora con más de 100. El objetivo de
dichas relaciones es favorecer la integración económica poniendo la experiencia
adquirida por la OCDE a disposición de otros países y permitiendo a ésta
beneficiarse de sus conocimientos y perspectivas.

El Centro para la Cooperación con los No Miembros desarrolla y supervisa las


orientaciones estratégicas de las relaciones globales de la OCDE con los países
no miembros; coordina una gran cantidad de programas vinculados con asuntos
clave del trabajo de la OCDE en áreas tales como la mejora del entorno para la
inversión, la gobernanza pública y empresarial, el comercio, la agricultura, la
competencia y la fiscalidad.

El centro también coordina la participación de no miembros en organismos de la


OCDE y el proceso de integración de nuevos países; además de ser un enlace
con otras organizaciones internacionales, promueve y coordina las relaciones con
ellos. El Programa de Apoyo para la Mejora de las Instituciones Públicas y de los
Sistemas de Gestión (SIGMA, por sus siglas en inglés) busca mejorar la
gobernanza y la gestión de las economías en transición de Europa central y
oriental. Se trata de una iniciativa conjunta con la Unión Europea.

Conforme a razonamientos y opiniones de observadores internacionales, MEXICO


económica y socialmente vive un gran momento y su eventual entrada a la
organización resultaría conveniente para el fortalecimiento de su política exterior y
la búsqueda de medios más fuertes y vinculantes de cooperación internacional.

La previsión de crecimiento económico para este año se acerca al 4,5 por ciento
anual5 , de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, y la eventual salida
negociada al conflicto armado marcarían el inicio de una nueva etapa en la historia
social y económica del país, cuya experiencia y proceso podrían resultar de
interés para la OCDE.

El nacimiento de una nueva generación de políticas públicas enmarcadas en


buenas prácticas y estándares adoptados y usados internacionalmente,
representa un momento ideal para la gestión pública y el desarrollo social y
económico del país.

A pesar de esto, la entrada a la Organización no puede ser una meta improvisada


y vertiginosa. Las prácticas en materia fiscal, económica y social que abandera la
OCDE deben enmarcarse en el contexto MEXICOno y las necesidades que
requieren objetivos como la superación de la pobreza, la desigualdad y el conflicto.

Es responsabilidad de MEXICO hacer la transición a estas buenas prácticas bajo


los marcos de planeación nacional vigentes y haciendo consistencia con las metas
de Estado de mediano y largo plazo.
Los costos que enfrenta el país en la actualidad por la toma equivocada de
decisiones en lo público producto de la improvisación de la clase dirigente con
insuficiencia en su preparación administrativa. resultan fatales en las aspiraciones
de largo plazo en MEXICO.

Una eventual adhesión a la OCDE reduciría la inconsistencia y en alguna medida


la flaqueza de las políticas públicas, además de su volatilidad al paso de los ciclos
de gobiernos de diferentes ideologías que anteponen sus objetivos particulares al
servicio público. Desde otro punto de vista, constituiría un momento para
enriquecer el discreto desarrollo científico y técnico que tienen los procesos de
elaboración e implementación de la política y la planeación nacional actualmente.

La adhesión de MEXICO en la OCED se ha constituido en un asunto de Estado


por el interés del actual presidente de obtener una serie de avances en cuestión
de innovación, desarrollo regulatorio y prácticas de buen gobierno que desde el
punto de vista administrativo generan el crecimiento de la sociedad en materia
académica, económica, social e incluso de infraestructura lo que en consecuencia
mejora la calidad de vida de la gente.

El beneficio para los países relacionados con esta organización nace mediante el
diálogo multilateral en que cada nación expone sus experiencias en prácticamente
todas las áreas de las políticas públicas, luego este conocimiento es procesado y
enriquecido con la ayuda de la secretaría organizacional logrando depurar
comparaciones internacionales y emitir recomendaciones. Logrando la inclusión,
MEXICO tendrá acceso permanente a gran cantidad de información, podrá emitir
su opinión frente a temas analizados e influir o incluso propiciar cambios en las
economías más avanzadas del mundo.

De otra parte tendría la oportunidad de participar en el diseño de iniciativas e


instrumentos claves para el mejoramiento de la gobernabilidad y el funcionamiento
de la economía mundial. Conforme con lo postulado en el lanzamiento del proceso
de adhesión la membresía de OCDE permitirá a nuestro país evaluar y comparar
nuestras
CONCLUCIONES

Una vez dimensionados los aspectos como la historia, miembros, objeto,


resultados y fundamentos de la OCDE, se percibe la conveniencia de
comprometerse con un esfuerzo de varios años para hacer parte de esta
organización puesto que el momento de economía emergente hace muy útil la
adquisición de conocimiento a favor de la buena administración además estando
aún en proceso de adhesión ya es posible ver avances en campos como lucha
contra la corrupción, materia ambiental, asuntos fiscales y se ha asistido a comités
de inversión, Anti cohecho, competencia y políticas del consumidor. Después de
revisar nuestros estándares en materia de corrupción, la OCDE invitó a MEXICO a
firmar la convención contra la corrupción en transacciones comerciales
internacionales, la Convención ya fue aprobada por el Congreso y la Corte
Constitucional a finales del año 2013, MEXICO adhirió como miembro número 40
de la Convención. Este instrumento ayuda a crear un ambiente de negocios más
transparente, al tiempo que reconoce a MEXICO como un actor relevante
internacionalmente en la lucha contra la corrupción. La política de inversión de
nuestro país fue analizada bajos los altísimos estándares de la OCDE y hoy
MEXICO es signataria de la declaración sobre inversión internacional y empresas
multinacionales. Esto ubica a MEXICO en un selecto grupo de países con las
mejores prácticas en materia de inversión, lo cual se traducirá en mayores flujos
de inversión productiva y en mejores prácticas de las empresas que operan en el
país.

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