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REBELION DE LAS ALPUJARRAS

La rebelión de las Alpujarras, fue un conflicto que enfrentó al reino de España contra la
población morisca que vivía en esta zona del antiguo reino de Granada entre los años 1568 y
1570, durante el reinado de Felipe II. Esta insurrección estalló en una zona con elevado porcentaje
de población morisca, la cual se alzó como protesta de la promulgación de la Pragmática de 1567,
que exigía a los moriscos, musulmanes convertidos al cristianismo, a abandonar su cultura de
origen musulmán.
La insurrección se transformó en guerra y provocó cruentas luchas en esta región, con el ejército
español comandado por don Juan de Austria. Esta insurrección influiría en la posterior expulsión
de los moriscos de España en el año 1609.

El problema morisco tras la conquista de Granada


En 1492 se produce la conquista del reino de Granada por parte de los Reyes Católicos. Era el
último reino musulmán de la península Ibérica, que políticamente pasaba a estar formada por
estados cristianos. Pero la población conquistada, musulmana, permaneció en el reino
conquistado.

A estos musulmanes se les concedió la permanencia en territorio peninsular a cambio de no vivir


en las ciudades y de no vivir cerca de la costa. Además, se les impuso una carga tributaria elevada.

En 1499 Cisneros provocó una revuelta en el barrio Albaicín al intentar forzar a los musulmanes a
convertirse al cristianismo, esta revuelta se extendió a otras zonas del antiguo reino granadino,
como en las zonas montañosas de las Alpujarras y en la serranía de Ronda. La revuelta se
convirtió en rebelión y en 1501 tuvo que intervenir el rey Fernando el Católico para sofocarla.

La victoria vino seguida de una dura medida. O se convertían al cristianismo o debían


abandonar el reino de Granada, al igual que había pasado con los judíos en el año 1492 en
todos los territorios de España. en 1526 las autoridades cristianas aumentaron la presión para la
prohibición de la cultura morisca. Es decir, la prohibición de la lengua, vestidos, costumbres, de
raíz islámica. 

Como consecuencia de estas medidas, casi toda la población musulmana de Castilla se convirtió al
cristianismo, pasando a tener la denominación de morisco, es decir, (cristiano nuevo de origen
musulmán). Otros, en cambio, tomaron la vía del exilio.

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