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Tratamiento Termico

Se conoce con el nombre de tratamientos térmicos, a unos tratamientos que se les

aplica generalmente a los aceros con el fin de mejorar sus propiedades técnicas. La

diferencia de los aceros está en su composición, aleación y tipo de tratamiento que

se le da, así como de los efectos que queremos conseguir en dicho acero.

Aun siendo de la misma composición podemos variar sus propiedades mediante

los tratamientos térmicos.

Estos tratamientos lo que hacen es modificar la estructura de los granos que forman los aceros, y
al modificar dichas estructuras lo que obtenemos son:

• Aceros más duros y tenaces.

• Facilidad de mecanizado en los materiales.

• Obtener más resistencia al desgaste.

Según los casos, el material o el trabajo que vaya a realizar la pieza que tratamos

emplearemos un tipo de tratamiento u otro según nos interese.

El tipo de tratamiento a dar a una pieza nos lo define el material del que está fabricada dicha pieza
y las exigencias de trabajo para la cual se fabrica.

Para ello debemos de conocer lo que es la estructura de un acero.

Estructura de un acero: Estructura es la distribución en que se encuentran los

componentes que forman el acero. Si cogemos una barra de acero, la rompemos y la

observamos con un microscopio metalográfico, veremos que está formado por unos

granos cuya estructura es cristalina, y que el orden, la forma y el tamaño obedece a

los distintos tipos de materiales (aceros). A esos granos les llamamos redes cristalinas o estructura
cristalina de un determinado material.

Si cortamos un trozo de acero, lo pulimos y lo observamos al microscopio, lo que

veremos son unos granos iguales a los de la figura.

Ya hemos comentado que un acero es una aleación de hierro y carbono, y que éste

está disuelto en el hierro, formando así los cristales de la aleación del acero.
Si calentamos ese barra de material a una temperatura determinada y a continuación la enfriamos
más o menos rápidamente, veremos que los tamaños de los granos

y sus características se modifican. A estas modificaciones previstas y calculadas de

antemano le llamamos tratamientos térmicos. Figura 2.5.1.

Diagrama hierro – carbono: El diagrama hierro-carbono estudia la composición

y formación de los aceros de forma que en la composición de los aceros entran a formarlos una
serie de elementos que se llaman constituyentes.

Estos elementos juegan un factor importante en los aceros y en los tratamientos

térmicos que éstos reciben, pues sufren transformaciones, siendo capaces de modificarles y darles
a los aceros propiedades particulares.

Estas transformaciones están en función del contenido de carbono que tenga el

acero y de la temperatura a la que se le someta.

En el gráfico (figura 2.5.2) mostrado a título informativo y de forma general, se exponen las
formaciones de los distintos componentes, los cuales más abajo se definen.

Constituyentes de los aceros: Un acero, aun siendo de la misma composición y teniendo la misma
proporción de carbono, no siempre tiene los mismos constituyentes, pues éstos varían según la
temperatura de calentamiento y enfriamiento (puntos críticos de calentamiento y enfriamiento),
pues según va variando la temperatura, y la velocidad de enfriamiento, aparecen y desaparecen
nuevos constituyentes, los cuales

le dan ciertas propiedades y características; si estos constituyentes los miramos al

microscopio se puede apreciar que forman los granos y estructura de forma distinta.

Se conoce con el nombre de constituyentes de los aceros a los tamaños de granos que

entran en su composición, los más importantes se describen a continuación.

Cementita: Es un carburo de hierro (C Fe3) cuyo contenido de carbono está entre

el 6,67% y 93,33% de hierro. Es el constituyente más duro y frágil de los aceros.

Ferrita: Es el hierro casi puro (Fe) y puede contener otros elementos como impurezas, el fósforo y
el azufre; es el más blando de todos los constituyentes. Es muy

tenaz. En el dibujo podemos ver la estructura que presenta un acero conteniendo perlita, visto al
microscopio metalográfico. Figura 2.5.3.
Perlita: Es un constituyente que está formado por mezcla de hierro y carburos de

hierro (cementita con un 13,5% y perlita con un 86%). Contiene un 0,9% de carbono y es el más
resistente al desgaste. Figura 2.5.4.

Cuando la formación es de ferrita y perlita, veríamos este tipo de estructura en un

acero visto al microscopio; obsérvese que el carbono que contiene no pasa del 2%.

Austenita: Es un constituyente que está en todos los aceros, pues su cantidad de

carbono puede variar del 0,5% al 1,65%; dada esta circunstancia es un componente

que se encuentra de forma variable, aunque todos los aceros tienen austenita en

mayor o menor medida. Se obtiene generalmente enfriando rápidamente, es resistente al


desgaste.

Martensita: Es el constituyente típico de los aceros templados, se obtiene por

enfriamiento rápido de los aceros cuando están calientes; su contenido de carbono es

del 1%. Es una solución de ferrita y cementita. Después de la cementita está valorado como el
constituyente más duro que entra en la composición de los aceros.

Temple: El temple es uno de los principales tratamientos térmicos y lo que hace

es disminuir y afinar el tamaño del grano de la aleación del acero, aumentando la

dureza de las piezas del taller.

Se basa en calentar una pieza a una temperatura entre 600 ºC y 800 ºC y luego

enfriarla rápidamente, controlando el tiempo de calentamiento y de enfriamiento.

Debemos de tener en cuenta que al aumentar la dureza disminuye la resiliencia, es

decir la rotura por choque, las piezas se hacen más frágiles, pero también aumenta la

resistencia al desgaste; este dato es muy interesante para piezas que deban de estar

sometidas a grandes rozamientos o esfuerzos de desgaste. El templado de piezas es

muy empleado en la matricería de corte.

En el templado de las piezas debemos de tener en cuenta varios factores, como:

La composición del acero a templar, su % de C

La temperatura de calentamiento y el tiempo de calentamiento


Las velocidades de enfriamiento y los líquidos a temple donde se enfría la pieza

Calentamiento: Calentar un acero para darle un tratamiento de temple no es cosa

fácil, pues requiere un tiempo adecuado y deberá dejarse que el calor caliente toda la

pieza, es decir que el corazón de la pieza tenga la misma temperatura que la superficie.

Generalmente hay una fase de precalentamiento y luego una fase de calentamiento; cuando la
pieza a templar requiere cierta importancia, se suelen emplear hornos

de calentamiento, los cuales controlan el tiempo y la temperatura, pues van equipados con
aparatos de relojería y pirometría.

Enfriamiento: Una vez que la pieza la tenemos caliente a la temperatura calculada, se enfría hasta
llegar a temperatura ambiente. Pero esto tiene también sus particularidades, puesto que de la
velocidad de enfriamiento depende el tamaño de grano

final que va a tener dicha pieza y su dureza adquirida.

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