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Teoría y Crítica Literaria
Teoría y Crítica Literaria
DE TEORÍA
Y CRÍTICA
#3
MIMESIS Y REALISMO:
ERICH AUERBACH
ISSN: 0719-6229
SEPTIEMBRE 2017
CUADERNOS
DE TEORÍA
Y CRÍTICA
#3
MIMESIS Y REALISMO:
ERICH AUERBACH
CUADERNOS DE TEORÍA Y CRÍTICA #3
MIMESIS Y REALISMO: ERICH AUERBACH
EDICIÓN
raúl rodríguez freire
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Aracelli Salinas Vargas
ISSN: 0719-6229
Dirección electrónica: cuadernos.teoriaycritica@gmail.com
“Y
o elegiría ser Erich Auerbach”, respondió Antonio Candido
cuando Jorge Ruedas de la Serna le preguntó quién le gus-
taría ser si volviera a nacer. “Su respuesta me sorprendió”,
señala su interlocutor, “porque en realidad lo más obvio era que él pensa-
ra en uno de sus héroes literarios, y lo más inesperado a nuestra imagina-
ción suele ser lo más obvio”.1 Si me hicieran la misma pregunta, creo que
también daría la misma respuesta, aunque quizá no por las mismas razo-
nes que, intuye Ruedas de la Serna, tenía Candido. Como han recordado
Stephan Greenblatt y Catherine Gallager, Mimesis comienza “sin páginas
de agradecimientos, sin prólogo metodológico, sin introducción teórica”,
y reparan en que “entre el título (Mimesis: Dargestellte Wirklichkeit in der
Abendländischen Literatur) y el índice, solo hay un epígrafe en inglés”2: “Had
we but world enough and time ...”, línea que abre el poema “To His Coy
Mistress” (“A su esquiva amada”), de Andrew Marvell, el que se podría
traducir como “Si tuviéramos tiempo y mundo suficientes…”. El autor de
1 Jorge Ruedas de la Serna, “El método crítico de Antonio Candido”, Jorge Ruedas de la Serna, org.,
História e literatura. Homenagem a Antonio Candido, São Paulo, Editora da UNICAMP, 2003, p. 397.
2 Catherine Gallagher y Stephen Greenblatt, Practicing New Historicism, Chicago, The University
of Chicago Press, 2000, p. 31.
6 Sérgio Buarque de Holanda, “Mimesis”, Historia y literatura. Antología, trad., Antelma Cisnero,
sel. e intro. José Ortiz Monasterio, México, D.F., FCE/Instituto Mora, 2007, p. 88. Énfasis agregado.
Asombra esta lectura, inscrita el mismo año en que Hitler fue nombrado
canciller imperial de Alemania (30 de enero). Es como si Auerbach hu-
biera decidido encarar sin espera el fascismo y la naciente filología aria
que emergería junto al Führer, una filología que se sostendrá sobre la
historiografía nazi y la mistificación del völkisch.9 Es más, si se observan
las publicaciones de Auerbach, hasta 1933 su interés se había centrado
en la literatura italiana (Dante particularmente) y francesa, por lo que
“Romantik und Realismus” representa una clara intervención contra los
acontecimientos que se estaban sucediendo en Alemania:
9 Avihu Zakai, Erich Auerbach and the Crisis of German Philology, Switzerland, Springer, 2017.
II
La historia de la traducción de Mimesis también es una historia de exilios.
El primero que podría ser nombrado es el de Raimundo Lida (1908-1979),
quien había llegado desde Lemberg (hoy Lviv, Ucrania, pero entonces
una ciudad austro-húngara) a Argentina con menos de un año de edad,
pues su familia (que hablaba yiddish) formó parte de la emigración judía
que se trasladó hacia América a inicios del siglo XX. Allí desarrollará sus
10 Erich Auerbach, Lenguaje literario y público en la baja latinidad y en la Edad Media, trad. Luis
López Molina, Barcelona, Seix Barral, 1969 [1957].
12 Ídem.
13 Catálogo General, México, FCE, 1955, p. 367, citado en Víctor Díaz Arciniega, Historia de la casa.
Fondo de Cultura Económica, 1934-1996, México, D.F., FCE, 1996, pp. 114-115.
14 José Ángel Ascunce, Topías y utopías de Eugenio Ímaz: historia de un exilio, Barcelona, Anthro-
pos, 1991, p. 142.
15 Carlos Rincón, “Die Topographie der Auerbach-Rezeption in Lateinamerika”, Martin Treml y Karl-
heinz Barck, eds., Erich Auerbach. Geschichte und Aktualität eines europäischen Philologen, Ber-
lín, Kadmos, 2007, p. 273.
Como sabemos, los problemas del realismo español fueron finalmente de-
sarrollados en el que ahora es el capítulo XIV, “La Dulcinea encantada”.
En la primera edición, publicada en 1946, Auerbach señala en el famoso
epílogo que Mimesis es un libro incompleto: “Cada uno de los capítulos
trata de una época, a veces relativamente breve, medio siglo, otras veces
mucho más larga. Entre ellos, hay también huecos, es decir, épocas que
no han sido tratadas así, por ejemplo, la antigüedad, que me ha servido
tan solo de introducción [comentario que Greenblatt y Gallager pasan
por alto], o la Edad Media temprana, de la cual conservamos poquísimos
documentos. También hubiera sido posible intercalar después capítulos
sobre textos ingleses, alemanes y españoles […]”.17 En parte, entonces, la
sugerencia de agregar un capítulo sobre el realismo español contribuyó a
subsanar algunos de los huecos del proyecto inicial, y de ello da cuenta
explícitamente su publicación alemana. En 1951, ocho años antes de la
16 Karlheinz Barck, “Mimesis, en la encrucijada del exilio de Erich Auerbach”, Arbor CLXXXV (2009),
pp. 914-915..
19 En la primera edición mexicana, y por lo menos hasta los años setenta, la portada del libro se-
ñalaba: Mimesis: la realidad en la literatura. La palabra “representación” no aparecía, aunque el
título completo sí se consignaba en el interior. Pero durante varios años el libro fue conocido en
español tan solo como Mimesis: la realidad en la literatura, y así fue, por ejemplo, como lo reseñó
Stephen Gilman en el primer número de la Nueva Revista de Filología Hispánica de 1952.
21 “Este capítulo só foi acrescentado em 1949, três anos após a aparição da primeira edição em
alemão, especialmente para a tradução em espanhol”, Erich Auerbach, “A Dulcineia encantada”,
Mimesis: a representação da realidade na literatura occidental, 4a. ed., 2a. Reimpr, São Paulo,
Perspectiva, 2002, pp. 299-320, nota en 299.
23 Para una lectura atenta del capítulo XIV, ver Thomas R. Hart, “Erich Auerbach’s Don Quixote”,
Cervantes y Ariosto, Princeton, Princeton University Press, 1989, pp. 6-15.
25 Auerbach, Mimesis, p. 522. Al respecto, ver Erich Auerbach, Dante, poeta del mundo terrenal,
trad. Jorge Seca, Barcelona, Acantilado, 2009 [1929], pp. 9-43.
26 Erich Auerbach, “Über die ernste Nachahmung des Alltäglichen”, Travaux du séminaire de Philo-
logie romane 1, Estambul (1937), pp. 262-293.
27 Erich Auerbach, pp. 454-457. Auerbach, Mimesis. Dargestellte Wirklichkeit in der abendländis-
chen Literatur, pp. 450-452.
31 Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, trad. Margit Frenk Alatorre y Anto-
nio Alatorre, México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1955 [1948].
III
32 Auerbach, Mimesis, p. 525; En 1943, Auerbach escribió un libro (en francés) para sus alumnos,
Introduction aux études de philologie romane (Frankfurt, Klostermann), traducido y publicado en
Turquía en 1944. El libro es un recorrido histórico muy similar al desarrollado en Mimesis. Por
otra parte, en el prefacio de esta edición, leemos una sentencia similar a la del epílogo citado:
“Este libro fue escrito en Estambul en 1943 […] Eso aconteció durante la guerra: estaba lejos de
las bibliotecas europeas y norteamericanas; casi no tenía contactos con mis colegas del extran-
jero, y hacía mucho tiempo que no leía libros ni revistas recién publicadas”, Erich Auerbach, In-
trodução aos estudos literários, trad. José Paulo Paes, São Paulo, Cultrix, 1972, 2ª edición, p. 5. La
traducción inglesa eliminó la introducción, “which we felt”, indica el editor, “to be unnecessary
for Western students, although of considerable interest in itself”. De este libro no hay traducción
al español.
33 Edward Said, El mundo, el texto y el crítico, trad. Ricardo García Pérez, Barcelona, Debate, 2004
[1983], p. 16.
34 Sobre los años en que debe emigrar, ver su intercambio de cartas con Walter Benjamin: Corres-
pondencia. 1935-1937, trad. raúl rodríguez freire, Buenos Aires, Godot/Catálogo, 2015.
IV
35 San Víctor, Disdascalicon de studio legendi (el afán por el estudio), trad. Carmen Muños Gamero
y María Luisa Arribas Hernáez, Madrid, BAC, 2001, p. 175.
36 Ver Karlheinz Barck y Martin Treml, eds., Erich Auerbach. Geschichte und Aktualität eines euro-
päischen Philologen, 2007; Paolo Tortonese, Erich Auerbach, la littérature en perspective, París,
Presses Sorbonne Nouvelle, 2009; Erich Auerbach, Romanticismo e realismo, ed. Riccardo Caste-
llana y Christian Rivoletti, Pisa, Edizioni della Scuola Normale Superiore, 2010.
37 Auerbach, Figura, trad. Yolanda García y Julio Pardos, Madrid, Trotta, 1998 [1944], p. 99; Auer-
bach, Mimesis, pp. 75-76.
38 Al respecto, Martin Heidegger señala en “Ciencia y meditación” lo siguiente: “La palabra aris-
totélica fundamental para la presencia, ἐνέργεια [enérgeia, actividad, operación], sólo es tradu-
cida correctamente por nuestra palabra ‘realidad’ [Wirklichkeit] siempre que, por nuestra parte,
pensemos al mismo tiempo griegamente el ‘actuar’, en el sentido de: ex-traer-en lo desvelado,
y a-portar-en la presencia”, Filosofía, ciencia y técnica, trad. Francisco Soler y Jorge Acevedo,
Santiago, Universitaria, 2007, p. 163.
40 Käte Hamburger, La lógica de la literatura, trad. José Luis Arántegui, Madrid, Visor, 1995 [1977],
pp. 16-17.
41 Georges Didi-Huberman, Pueblos expuestos, pueblos figurantes, trad. Horacio Pons, Buenos Ai-
res : Manantial, 2014 [2012], p. 175.
42 Al respecto, ver: Carlo Ginzburg, “Auerbach y Dante: algunas reflexiones”, trad. raúl rodríguez
freire, Finis Terrae. Revista de Humanidades 1 (2013), pp. 71-86.
43 Erich Auerbach, “Vico and Aesthetic Historism”, The Journal of Aesthetics and Art Criticism 8.2
(1949), pp. 110-118.
45 Ibídem, p. 30.
46 Jacques Rancière, Políticas da escrita, trad. Raquel Ramalhete, Río de Janeiro, 34 Letras, 1995,
pp. 47-49.
47 Jacques Rancière, “The Body of the Letter: Bible, Epic, Novel”, The Flesh of Words. The Politics of
Writing, trad. Charlotte Mandell, Stanford, Stanford University Press, 2004 [1995], pp. 71-93.
48 Jacques Rancière, Los nombres de la historia. Una poética del saber, trad. Viviana Claudia Acker-
man, Buenos Aires, Nueva Visión, 1993 [1992], p. 36.
49 Christopher Domínguez Michael, “El mito de Auerbach”, Letras libres (octubre 2009), pp. 60-62.
50 Jacques Rancière, El malestar en la estética, trad. Miguel Petrecca, Lucía Vogelfang, Marcelo
Burello, Buenos Aires, Capital Intelectual, 2001, p. 33.
51 Ibídem, p. 35.
VI
Traducción de: Erich Auerbach, “Zur Dante-Feier”, en Karlheinz Barck & Martin Treml, eds. Erich
Auerbach. Geschichte und Aktualität eines europäischen Philologen, Berlín, Kulturverlag Kadmos,
2007, pp. 407-409. También se ha considerado la traducción inglesa de Jane O. Newman: “On the
Anniversary Celebration of Dante (1921)”, en Erich Auerbach, Time, History, and Literature. Selected
Essays of Erich Auerbach, James I. Porter, ed., Princeton, Princeton University Press, 2014, pp. 121-
123. La publicación original se realizó en Die neue Rundschau 32.2 (1921): 1005-1006, a propósito del
aniversario seiscientos de la muerte de Dante.
S
e ha reconocido suficientemente que el logro literario más carac-
terístico del siglo XIX es el hecho de que se trató de la primera
época que intentó representar a las personas en toda la extensión
de su realidad cotidiana [alltäglichen Wirklichkeit]. Fue solamente a raíz de
esta tarea, a la que denominamos realismo, que le fue posible a la litera-
tura mantener una conexión vital con otras formas en las que la socie-
dad contemporánea se expresaba a sí misma –respecto a su ciencia, a su
economía, a sus pensamientos y deseos (la mayoría de los cuales fueron
satisfechos). Por el contrario, las obras poéticas –entendidas en su estric-
to sentido– originadas en el mismo siglo (especialmente en su segunda
mitad), fueron a menudo trágicamente irrelevantes para la vida interior y
exterior de sus contemporáneos. Al principio, dichas obras continuaron
Traducción de: Erich Auerbach, “Romantik und Realismus”, en Karlheinz Barck & Martin Treml, eds.
Erich Auerbach. Geschichte und Aktualität eines europäischen Philologen, Berlín, Kulturverlag Kad-
mos, 2007, pp. 426-438. También se ha considerado la traducción inglesa de Jane O. Newman: “Ro-
manticism and Realism (1933)”, en Erich Auerbach, Time, History, and Literature. Selected Essays
of Erich Auerbach, James I. Porter, ed., Princeton, Princeton University Press, 2014, pp. 144-156. La
publicación original se realizó en Neue Jahrbücher für Wissenschaft und Jugendbildung 9 (1933), pp.
143-153, a propósito del aniversario seiscientos de la muerte de Dante.
* La traducción de Luis Martínez de Merlo, como la de Nicolás González Ruiz, traducen: “la segunda
belleza que le ocultas”. La de Ángel Crespo es un poco distinta: “la segunda belleza que ella cela”, y
agrega la siguiente nota: “La primera belleza son los ojos; la segunda, la boca. Los ojos contemplan,
la boca explica” [e.].
* Manon Lescaut es una novela del Abate Prévost (Antoine François Prévost [1697-1763]), publicada
en 1731.
* Fabrice del Dongo y Giletti son personajes de La cartuja de Parma, publicada por Stendhal en 1839.
Lucien Luwen y Madame de Chasteller son personajes de Lucien Leuwen, escrita por Stendhal en
1834, y publicada póstumamente en 1894.
Mais c’était surtout aux heures des repas qu’elle n’en pouvait plus, dans cette
petite salle au rez-de chaussée, avec le poêle qui fumait, la porte qui criait,
les murs qui suintaient, les pavés humides; toute l’amertume de l’existence lui
semblait servie sur son assiette, et, à la fumée du bouilli, il montait du fond de
son âme comme d’autres bouffées d’affadissement. Charles était long à man-
ger; elle grignotait quelques noisettes, ou bien, appuyée du coude, s’amusait,
avec la pointe de son couteau, à faire des raies sur la toile cirée.*
E
ste pasaje se encuentra en el noveno capítulo de la primera parte
de Madame Bovary de Flaubert, hacia el final. Constituye el punto
culminante de una representación cuyo objeto es el malestar de
Emma Bovary respecto de su vida en Tostes. Durante largo tiempo ella
había esperado un repentino acontecimiento, que le diera un nuevo giro
a esta vida sin elegancia, aventuras y amor, que transcurría en la más
profunda provincia, al lado de un hombre mediocre y aburrido; ella in-
cluso se había preparado, había cuidado de sí y de su casa para, en cierto
Traducción de: Erich Auerbach, “Über die ernste Nachahmung des Alltäglichen”, en Karlheinz Barck
& Martin Treml, eds., Erich Auerbach. Geschichte und Aktualität eines europäischen Philologen, Ber-
lín, Kulturverlag Kadmos, 2007, pp. 439-465. La publicación original se realizó en: Travaux du sémi-
naire de Philologie romane 1, Estambul, 1937, pp. 262-293.
* “Pero era sobre todo a la hora de las comidas cuando ya no podía más, en aquella salita de la planta
baja, con la estufa que echaba humo, la puerta que chirriaba, las paredes rezumando, el pavimento
húmedo; toda la amargura de la existencia le parecía servida en su plato, y con los vapores de la
sopa subían desde el fondo de su alma otras tantas bocanadas de hastío. Charles comía muy despa-
cio; ella mordisqueaba unas avellanas, o bien, apoyada en el codo, se entretenía con la punta de su
cuchillo en hacer rayas sobre el hule”, “Madame Bovary”, Flaubert, Obras completas, trad. Germán
Palacios, Madrid, Cátedra, 2005, p. 328.
1 Se ha optado por traducir Sprache, que en alemán significa lenguaje, idioma, dicción, estilo,
habla, por lengua, pues muchas de las expresiones empleadas por Auerbach en las que aparece
este vocablo son expresiones coloquiales, casi frases hechas provenientes precisamente de la
lengua alemana, y además no pareciera estar refiriéndose a un conjunto o sistema, abierto o no,
estructurado de relaciones de reciprocidad, sino a la lengua viviente, que habita a sus hablantes
—o éstos encuentran su morada en ella— tal y como se materializa en el habla [t.].
2 Zuständlichkeit es una palabra artificiosa, que se encuentra, por ejemplo, en Nicolai Hartmannn,
Edmund Husserl y Max Weber. Se compone de Zustand, estado, condición, status, o también zus-
tändlich, referente a, alusivo a o que permanece en un estado, que, a su vez, se deriva de Stand,
posición o postura (de pie), emplazamiento, nivel. Zuständlichkeit, por consiguiente [t.].
3 La única excepción en la que haya reparado la conforma el doctor Larivière, que aparece poco an-
tes de la muerte de Emma en su lecho de muerte. —Acerca de la concepción de la bêtise humaine
se manifestó, de modo semejante a lo hecho aquí, Paul Binswanger, Die ästhetische Problematik
Flauberts, Frankfurt a. M., 1934, passim.
III
Sobre lo novedoso del método que Flaubert aquí aplica hay poco que agre-
gar. Lo esencial es una psicología del comprender, que, si bien ya existía
con anterioridad, no obstante, no había sido aplicada a personas de la
pura cotidianidad. A nadie en el siglo XVI, XVII o XVIII se le había ocu-
rrido dedicar tanta seriedad y cuidado a la persona humana y al destino
de la esposa de un médico rural. Quizá ni siquiera existían semejantes
personas individuales en estos estamentos [Schichten], quizá ellos recién
se volvieron posibles en la época burguesa. Al menos a partir de farsas, sá-
tiras, obras grotescas, cuadros de género y obras similares nos enteramos
de toda clase de cosas acerca de la existencia cotidiana en épocas pasadas;
de todos modos, existía un estamento retratable de la cotidianidad. Pero
no parecía digna de la comprensión interna, que conforma la condición
para la imitación seria. En Flaubert, sin embargo, no sólo se trata al perso-
naje principal, sino a casi todos los personajes de su entorno con la misma
cuidadosa psicología del comprender, de modo que la novela está llena de
individualidades cotidianas, cada una de las cuales posee su desarrollo
interior, sus enredos interiores, su existencia cuasi-trágica.
IV
4 A nadie se le puede impedir tomar en serio al misántropo —no estamos en absoluto amarrados
a las concepciones del siglo XVII. Sólo hay que tener claro que en aquel entonces no pudo haber
sido entendido así— y es que Rousseau fue significativamente el primero en convertirlo en un
problema de la existencia.
* Étienne Pivert de Senancour (1770-1846) fue un escritor prerromántico francés. Autor de Ober-
mann (1804), obra que impactaría fuertemente en el romanticismo [e.].
5 Lettre XXII: … divers caractères de tous les peuples … sont modifiés par les différences des ex-
positions, des climats, des vapeurs, autant et plus encore que par celles des lois et des habitudes.
En effet, ces dernières oppositions ont eu elles-mêmes, dans le principe, de semblables causes
physiques [Carta XXII: … diversos caracteres de todos los pueblos… son modificados por las
diferencias de exposiciones, de climas, de vapores, tanto e incluso más que por las leyes y los há-
bitos... En efecto, estas últimas oposiciones han tenido, en principio, semejantes causas físicas.]
Cfr. también la expresión: les accidents éphémères de l’œuvre sociale (Lettre IV) [los accidentes
efímeros de la obra social (Carta IV)].
6 Sur les lettres basses, c’est une nécessité que l’homme naturel soit sans cesse altéré, en respirant
cette atmosphère sociale si épaisse, si orageuse, si pleine de fermentation, toujours ébranlée par
le bruit des arts, le fracas des plaisirs ostensibles, les cris de la haine et les perpétuels gémisse-
ments de l’anxiété et des douleurs. Mail à, sur ces monts déserts où le ciel est immense, où l’air
est plus fixe, et les temps moins rapides, et la vie plus permanente, là, la nature entière exprime
éloquemment un ordre plus grand, une harmonie plus visible, un ensemble éternel. Là, l’homme
retrouve sa forme altérable, mais indestructible; il respire l’air sauvage loin des émanations so-
ciales; son être est à lui comme l’univers: il vit d’une vie réelle dans l’unité sublime (Lettre VII).
[Sobre las bajas cartas, es una necesidad que el hombre natural sea incesantemente modificado,
al respirar esa atmosfera social tan espesa, tan tempestuosa, tan llena de fermentación, siempre
agitada por el ruido de las artes, el fracaso de los placeres ostensibles, los gritos del odio y los
perpetuos gemidos de la angustia y de los dolores. Pero ahí, sobre los cerros desiertos donde el
cielo es inmenso, donde el aire es más fijo, y los tiempos menos rápidos, y la vida más permanen-
te; ahí, donde la naturaleza entera expresa elocuentemente un orden más grande, una armonía
más visible, un conjunto eterno. Ahí, el hombre encuentra su forma alterable, pero indestructible.
Respira el aire silvestre lejos de las emanaciones sociales; su ser es para él como el universo
completo: él vive una vida verdadera en la unidad sublime (carta VII)].
7 Lettre IV.
8 Esto también se expresa en sus cartas y escritos autobiográficos, si bien es poco apropiado para
la elaboración sistemática de sus discernimientos y experiencias. Una frase como la siguiente, de
Henri Brulard, difícilmente pueda encontrarse en un escrito anterior a él: Comme une belle pêche
en quelques jours, l’esprit passe en deux cents ans, et bien plus vite, s’il y a révolution dans les
rapports que les clases d’une société ont entre elles (Chapitre XXX) [en algún momento, como
una bella pesca (como un bello puñetazo), el espíritu transcurre en doscientos años, e incluso
más rápido, si ha habido una revolución en las relaciones que las clases de una sociedad han
tenido entre ellas (Capítulo XXX)].
9 Él escribe en Henri Brulard (chap. VII): tous les faits qui forment la vie de Chrysale sont remplacés
chez moi par du romanesque; je crois que cette tâche dans mon télescope a été utile pour mes
personnages du roman; il y a une bassesse bourgeoise qu’ils ne peuvent avoir, et pour l’auteur ce
serait parler le chinois qu’il ne sait pas [todos los hechos que conforman la vida de Chrystale son
reemplazados en mi caso por lo novelesco; creo que esta tarea en mi telescopio ha sido útil para
mis personajes de novela; hay una bajeza burguesa que ellos no pueden tener, y para el autor se-
ría hablar chino, lengua que él no sabe.] Esto se presta a confusión; personajes como Valenod no
son menos bajamente burgueses que Chrysale; pero Stendhal no es capaz de tomarlos de modo
puramente cómico: cuando en otra ocasión dice que su dégoût pour les faits comiques [aversión
por los hechos cómicos], en los cuales necesariamente aparece un personnage bas [bajo perso-
naje] (chap. XXXII), proviene de su odio contra la cautela burguesa calculadora, pasa lo mismo.
No considera a lo bajo de manera cómica y, por ende, a fin de cuentas, inofensivo o sin peligros,
como Chrysale o Harpagón, sino que lo imagina en su existencia odiosa, peligrosa, efectiva. Por
cierto, como aun soñaba en su infancia, no podía convertirse en sucesor de Molière. —Lo que él
lama romanesque es su tendencia a la libertad heroica en el antiguo sentido estamentario: cet
espagnolisme m’empêche d’avoir le génie comique (chap. XVIII) [aquel españolismo me impide
tener el genio cómico].
10 A estas relaciones remite Paul Valéry de manera muy sagaz en su introducción a Lucien Leuwen
(también impreso en Variété II).
11 Cartas de 1834, especialmente la carta a la señora Hanska del 26 de octubre (Lettres à l’Etrangère,
p. 205).
VI
Con esto hemos descrito el tipo de cambio mediante el cual devino posi-
ble, se creó y maduró la imitación seria de lo cotidiano en Francia. Es la
re-estratificación social entre 1789 y 1848 la que trajo consigo la pérdida
de vigencia de la modalidad más antigua del realismo, el cuadro de cos-
tumbres del siglo XVIII; que se haya superado la separación de los estilos,
y que se haya creado la introspección instintiva del ser problemático de la
cotidianidad. Sobre este fundamento ella se convirtió en objeto de imi-
tación seria para los artistas y poco a poco también en un discernimiento
crítico que llevó a la imitación a la perfección. Flaubert sin dudas es un
punto culmine. Los escritores que lo siguieron, ya no cogieron la tarea
de una imitación de lo real social con la misma pureza, exactitud y pro-
fundidad; y un poco después del realismo [Realistik] cambió de cara, a
saber, cuando los realistas más relevantes ya no podían ver la realidad a
ser creada como algo dado fuera y aparte de nosotros.
La caída de las barreras de la división de estilos, a partir de la cual
la cotidianidad es vista con seriedad como formación histórica, y de este
modo cada uno de nosotros parece ser digno de la imitación seria, porque
es un ser humano y tiene un destino humano, significa un giro significa-
E
s hora de preguntarse qué sentido puede tener todavía la palabra
Weltliteratur si la vinculamos, en el presente, con el pasado y con el
futuro. Nuestra Tierra, que es el mundo de la Weltliteratur, se empe-
queñece y pierde diversidad. Pero la Weltliteratur no se refiere meramente
a lo común y a lo humano entendidos en un sentido muy general, sino
que considera la humanidad como resultado de la mutua fecundación en
el interior de lo diverso. Su condición de posibilidad es justamente la felix
culpa del despedazamiento de la humanidad en un cúmulo de culturas.
¿Y qué ocurre hoy en día? Por miles de razones que cualquiera conoce, la
vida de los hombres tiende a estandarizarse. El proceso de uniformidad,
que partió originalmente de Europa, sigue activo y socava la singularidad
de todas las tradiciones. Sin duda, la voluntad nacional es más poderosa
y más estridente que nunca, pero en cualquier caso promueve las mismas
formas estandarizadas de la vida moderna, y el observador imparcial
puede advertir con nitidez que los fundamentos internos del ser nacio-
nal se encuentran en franca descomposición. Las culturas europeas, que
Tomado de: Diario de poesía 81 (2010), pp. 13-15. Publicado inicialmente como “Philologie der Welt-
literatur”, en Weltliteratur: Festgabe für Fritz Strich zum 70. Geburtstag, Walter Muschg y E. Staiger,
eds., Berna, Francke, 1952, pp. 39-50. Para su traducción, se consideró la republicación en Philologie
der Weltliteratur. Sechs Versuche über Stil und Wirklichkeitswahrnehmung, Fráncfort del Meno, Fis-
cher, 1992, pp. 83-96.
La época del humanismo goetheano fue breve, pero tuvo efectos podero-
sos e inició un impulso que no ha dejado de expandirse y de ramificarse.
1 Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, trad. Margit Frenk Alatorre y Anto-
nio Alatorre. México, Fondo de Cultura Económica, 1955 [1948].
* “Es un gran principio de virtud que el espíritu, ejercitándose poco a poco, aprenda en primer lu-
gar a reemplazar estas cosas visibles y transitorias, de manera que luego pueda abandonarlas por
completo. Es tierno todavía aquel para el que la patria es dulce; en cambio, es ya fuerte aquel para el
que cualquier tierra es su patria: por el contrario, es perfecto aquel para el que el mundo entero es
su exilio”, Hugo de San Víctor, Disdascalicon de studio legendi (el afán por el estudio), trad. Carmen
Muños Gamero y María Luisa Arribas Hernáez Madrid, BAC, 2001, p. 175 [e.].
Tomado de: Erich Auerbach, “Epilegomena zu Mimesis”, Karlheinz Barck y Martin Treml, eds., Erich
Auerbach. Geschichte und Aktualität eines europäischen Philologen, Berlín, Kadmos, 2007, pp. 466-
479. Publicado inicialmente con el mismo título en Romanische Forschungen 65 (1953), pp. 1-18.
1 Otto Regenbogen, “Mimesis. Eine Rezension” [Mimesis. Una reseña]. Cedida a los miembros de
la Svenska Klassikerförbundet. Uppsala, impresión particular, 1949, 23 pp. Republicada en Otto
Regenbogen, Kleine Schriften, Franz Dirlmeier, ed., Múnich, C.H. Beck, 1961, pp. 600-617.
3 No me ocupo aquí de las preguntas relativas a Agustín; en el intertanto han sido tratadas en esta
misma revista [Romanische Forschungen], 64 (1952), pp. 309 en adelante [Auerbach se refiere al
texto “Sermo Humilis, republicado en Lenguaje literario y público en la baja latinidad y en la Edad
Media, trad. Luis López Molina, Barcelona, Seix Barral, 1969 [1957], pp. 30-69].
* Ernst Robert Curtius, “Die Lehre von den drei Stilen in Altertum und Mittelalter (zu Auerbachs
Mimesis)”, Romanische Forschungen 64 (1952) pp. 57-70. La traducción del título sería: “La en-
señanza de los tres estilos en la antigüedad y la Edad Media (sobre Mimesis de Auerbach)” [e.].
4 No discutiremos de nuevo lo que allí se dice sobre los asuntos de los que también se ocuparon
Edelstein y Regenbogen. Que el “rústico, serio y sobrio” Hesiodo no tiene nada que ver con el
realismo de los Evangelios es evidente. Y eso es lo único que importa, no palabras sacadas de
contexto y que pueden ser interpretadas de diversas maneras.
5 Algunos comentarios al respecto: echo en falta alguna mención a la teoría de los tres estilos de
Heráclides Póntico (Filodemos) –la cual es especialmente poética y debe ser considerada como
fuente de Horacio– que fue presentada por Chr. Jensen (“Herakleides von Pontos bei Philodem
und Horaz”, Sitzungsberichte der Preussischen Akademie von Wissenschaften 23, Berlín (1936),
pp. 292 en adelante, acerca de los tres estilos, 304 en adelante), un trabajo importante al que
llegué por el mismo Curtius (European Literature and Latin Middle Ages, p. 439, nota 3 [trad. esp.:
Literatura europea y edad media latina, trad. Margit Frenk Alatorre y Antonio Alatorre, México,
D.F., FCE, 1998, p. 623, nota 14]).
El concepto de prepon no aparece por primera vez en Teofrasto, puesto que ya lo encontramos
en Aristóteles (Retórica III, 2, 1404b).
“El buen gusto” y la “pulcritud” [Zierlichkeit] son traducciones demasiado generales de “elegan-
tia” y “munditia” en Cicerón (Orator 23.79). Se trata de purismo lingüístico en sentido estricto, tal
y como se desprende de la continuación: sermo purus erit et latinus (el lenguaje será latín puro).
Cf. Quintiliano VIII, 3, 87 y también muchos pasajes del propio Cicerón citados por Curtius, por
ejemplo De optimo genere oratorum 4. Para el significado de elegantia, véase George Lincoln
Hendickson: The origin and meaning of the ancient Characters of Style, Amererican Journal of Phi-
lology 26 (1905), pp. 249-290; acerca de elegantia, pp. 263-264. Espero poder volver más adelante
sobre algunos aspectos relativos al Medioevo.
Desde el punto de vista del método, habría que subrayar también que la conjunción de opiniones
eruditas sobre retórica sería un camino demasiado estrecho para la comprensión de este asunto.
Solo a través del estudio de términos tales como altus, gravis, sublimis, suavis, dulcis, subtilis,
planus, tenuis, privatus, humilis, remisus, pedester, comicus, entre otros, uno puede ganar una
visión sobre las imágenes reales en su viveza. Y ello es hoy en día posible con ayuda del Thesau-
rus Linguae Latinae [Leipzig, B.G. Teubner, 1900-].
* Con ambas expresiones, Auerbach hace referencia a un capítulo y a un subcapítulo, respectiva-
mente, de la obra de Ernst Robert Curtius, Europäische Literatur und lateinisches Mittelalter. En
la traducción española, ver pp. 594-618. Por otra parte, “Humor culinario” [Küchenhumor] es una
expresión alemana que hace referencia a un tipo de humor muy popular [t.].
6 Como testigos (señala Curtius irónica pero imprecisamente), yo habría aducido el ejemplo de
Montaigne. No hubiera estado tan equivocado si lo hubiera hecho. Montaigne, después de todo,
se movía por el camino de los romanos.
7 Curtius quizás aún recuerda el fragmento citado por él (European Literature and Latin Middle
Ages, p. 420 [trad. esp.: Literatura europea y edad media latina, p. 594]) de Wihlem Schmid, Ges-
chichte der griechischen Literatur, vol. I, 2, Múnich, C.H. Beck, 1934, 85.
9 Véase una selección de testimonios menos citados: Séneca, Epístolas 100, 10; el comentario de
Donato a Terencio, Commentum Terenti, Paul Wessner, ed. [Leipzig, B.G. Teubner, 1902-1908],
p. 163 (por ejemplo, Adelphoe 638, Hecyra 611); Anthologia Latina, Franz Buecheler y Alexander
Riese, eds., vol. 1/2 [Leipzig, B.G. Teubner, 1894-1926], números 664 y 664a; similar en Ausonio,
Opuscula, Rudolf Peiper, ed. [Leipzig, B.G. Teubner, 1889], p. 412, número 367, 11. 2-3.
11 Ahora en Francke-Bern [trad. esp.: Erich Auerbach, Figura, trad. Julio Pardo, Madrid, Trotta, 1998].
12 Compárese Mimesis, p. 497. Los trabajos sobre figura y passio pude escribirlos porque un ejem-
plar completo de la Patrología de Migne fue localizado en un espacio de la buhardilla del monas-
terio de los dominicos San Pietro di Galata. La biblioteca monacal no era pública, pero el dele-
gado apostólico, Monsignor Roncalli (ahora nuncio papal y cardenal en París) tuvo la amabilidad
de permitirme su uso. [La nota de la traducción inglesa de este texto, agrega aquí lo siguiente:
nacido Angelo Giuseppe Roncalli, en 1881, Monsignor Roncalli fue delegado apostólico en Tur-
quía y Grecia de 1934 a 1944. Luego fue promovido a nuevos –y difíciles– deberes como nuncio
papal en el París ocupado durante la Segunda Guerra Mundial].
13 “Ursprung und Sinn der Typologie als hermeneutischer Methode” [Origen y sentido de la tipolo-
gía como método hermenéutico], Willem J. Kooiman, eds, Pro regno, pro santuario, Nijkerk, 1950,
pp. 89-100; republicado en Theologische Literaturzeitung 75 (1950), pp. 205-212. Con Bultmann
mantengo desde hace más de dos décadas en una relación que solo por la guerra se ha visto
interrumpida. Debo mucho a sus consejos, como también últimamente a los de Erich Dinkler.
Compárese, para referirnos también a una opinión católica, William F. Lynch, Thought 25 (1951),
pp. 44-47.
14 Aprovecho la ocasión para clarificar aquellos puntos de mi argumentación que podrían dar lugar
a controversias entre los lectores que, en su gran mayoría, no tienen conocimiento de la teología.
Los dos se refieren al cristianismo temprano.
1) En mi representación de los comienzos de la tipología cristiana, quizás se acentúa con dema-
siada exclusividad el rol de Pablo. En el medioevo se coincidía con mi opinión. Compárese, por
ejemplo, representaciones como la de “Saint Paul grinding the Corn of the Doctrine of the Pro-
phets in his mill” en una capital en Vézelay, en John Evans, Cluniac Art of the Romanesque Period,
Cambridge, Cambridge University Press, 1950, fig. 175b. La misma imagen la hizo dibujar [Abbot]
Suger en una ventana de Saint Denis agregándole los siguientes versos (Erwin Panofsky, Abbot
Suger on the Abbey Church of St.-Denis and Its Art Treasures, New Jersey, Princeton University
Press, 1946, pp. 72 en adelante):
En la misma ventana encontramos una imagen a la que se le retira el velo del rostro de Moisés
con este dístico:
* Erich Auerbach, Dante als Dichter der irdischen Welt, Berlín, De Gruyter, 1929 [trad. esp.: Erich
Auerbach, Dante, poeta del mundo terrenal, trad. Jorge Seca, Madrid, Acantilado, 2008].
15 Erich Auerbach, “Romantik und Realismus”, Neue Jahrbücher für Wissenschaft und Jugendbil-
dung 9 (1933), pp. 143-152; y “Über die ernste Nachahmung des Alltäglichen”, Travaux du sémi-
naire de philologie romane I, Estambul (1937), pp. 262-293. [Ambos textos se han incluido en el
presente volumen].
16 Una reseña poco amable y también desagradable comienza con la afirmación de que Mimesis ha-
bría sido discutido y alabado especialmente en el extranjero [fuera de países germanohablantes],
lo cual da lugar a una falsa impresión. De las recensiones y de los posicionamientos más detalla-
dos que he visto hasta ahora, más de la mitad han aparecido en Alemania o en la Suiza alemana.
De los otros países, también más de la mitad (sobre todo en Estados Unidos) ha sido redactada
por personas que pasaron su juventud en Alemania y se formaron allí. El resto, se reparten entre
Escandinavia, Holanda, Bélgica y Turquía. De Francia conozco solo algunas opiniones. De Ingla-
terra ni una sola.
1 Erich Auerbach, Mimesis; dargestellte Wirklichkeit in der abendländischen Literatur, Berna, Franc-
ke, 1959.
2 Erich Auerbach, Mimesis. The Representation of Reality in Western Literature, trad. Willard R.
Trask, Princeton, Princeton UP, 1991.
3 Edward Said, “Posfacio. A 50 años de la aparición de Mimesis”, trad. Dennis Peña Torres, Erich
Auerbach, La representación de la realidad en la literatura occidental, trads. I. Villanueva y E.
Ímaz. 4ª reimpr, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 2014, 529.
4 Ibídem, p. 534.
5 Ídem.
6 No comparto la traducción al castellano del título del ensayo de Auerbach “Philologie der Welt-
literatur” como “Filología de la literatura universal”, debida a Jesús Espino Nuño, por la carga
que el concepto literatura universal tiene en el mundo hispano. En este sentido, prefiero bien
mantener el concepto alemán Weltliteratur, como se hace en la traducción al catalán de Carolina
Moreno Tena, o bien traducirlo por literatura mundial: “Filologia de la Weltliteratur”, trad. Caroli-
na Moreno Tena, L’Espill 21 (2005), pp. 117-126.
7 Ernst Robert Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, trads. Margit Frenk Alatorre y Anto-
nio Alatorre, 4ª reimpr., 2 vols., México, D.F., FCE, 1989.
8 Edward W. Said, The World, the Text, and the Critic, Cambridge, MA, Harvard UP, 1983.
9 Aamir R. Mufti, “Auerbach in Istanbul: Edward Said, Secular Criticism and the Question of Mino-
rity Culture”, Critical Inquiry 25.1 (1998), pp. 95-125.
10 Emily Apter, “Global Translatio: The Invention of Comparative Literature, Istanbul, 1933”. Critical
Inquiry 29.2 (2003), pp. 253-281.
11 Kader Konuk, East West Mimesis: Auerbach in Turkey, Stanford, Stanford UP, 2010.
12 Emily Apter, The Translation Zone. A New Comparative Literature, Princeton, Princeton UP, 2006,
p. 61.
Odisea sin texto sin texto citado sin texto sin texto sin texto
citado citado citado citado
Satyricon latín + latín + latín + inglés latín + latín +
alemán castellano italiano francés
Res latín + latín + latín + inglés latín + latín + és
Gestae, de alemán castellano italiano
Ammianus
Marcelinus
Historia latín + latín + latín + inglés latín + latín +
Francorum, alemán castellano italiano francés
de Gregorio
de Tours
Chanson francés francés antiguo francés francés francés
de Roland antiguo + + castellano antiguo + antiguo + antiguo +
alemán inglés italiano francés
Yvain francés francés antiguo francés francés francés
antiguo + + castellano antiguo + antiguo + antiguo +
alemán inglés italiano francés
Mistère francés francés antiguo francés francés francés
d’Adam antiguo + + castellano antiguo + antiguo + antiguo +
alemán inglés italiano francés
Inferno italiano + italiano + italiano + italiano italiano +
alemán castellano inglés francés
Decamerone italiano + italiano + italiano + italiano italiano +
alemán castellano inglés francés
Réconfort de francés + francés + francés + francés + francés
Madame du alemán castellano inglés italiano
Fresne
Gargantua et francés + francés + francés + francés + francés
Pantagruel alemán castellano inglés italiano
15 Ibídem, p. 525.
18 Ibídem, p. 55.
Petronius’ Satyricon • •
Ammianus Marcelinus’ Res • • •
Gestae
Chanson de Roland • •
Yvain • •
Mistère d’Adam • • • ?
Inferno •
Réconfort de Madame du Fresne • • •
Montaigne’s Essais •
En los casos en los que las traducciones de Auerbach no han sido reem-
plazadas –diecisiete de veintiséis, ya que en seis casos no es necesaria la
traducción en función de la lengua a la que ha sido traducido Mimesis– se
debe concluir que al lector se le proporciona una traducción de la traduc-
ción de Auerbach. Es un hecho muy llamativo en la medida en que signi-
fica que, en oposición a la argumentación de Auerbach sobre su método,
sus propias traducciones han adquirido el estatuto de originales para el
lector que no puede leer el texto en su lengua fuente. Es en este sentido
19 Ibídem, p. 82n.
20 “The desire to confine ‘Comparative Literature’ to the study of the foreign trade of two literatures
limits it to a concern with externals, with second-rate writers, with translations, travelbooks, ‘in-
termediaries’”, René Wellek, “The Crisis of Comparative Literature”, Comparative Literature. Pro-
ceedings of Second Congress of the International Comparative Literature Association, ed. Werner
P. Friederich, Chapel Hill, U. of North Carolina, 1959, vol. 1 (1959), p. 151.
21 Franco Moretti, Lectura distante, trad. Lilia Mosconi, México, D.F., FCE, 2015.
23 Joseph Epstein, “An Uncommon Reader: Erich Auerbach and the Understanding of Literature”,
Reseña de James J. Porter, ed., Time, History, and Literature: Selected Essays of Erich Auerbach,
The Weekly Standard Book Review 19 (16 de junio de 2014). Web.
25 Ibídem, p. 305.
26 Itamar Even-Zohar, “Translation and Transfer”, Poetics Today 11.1 (1990: Polysystem Studies), p. 75.
28 Ídem.
29 Véase Itamar Even-Zohar, “The Position of Translated Literature within the Literary Polysystem”,
Poetics Today 11.1 (1990), pp. 45-51.
30 Jane O. Newman, “Translator’s Note”, Time, History, and Literature: Selected Essays of Erich
Auerbach, ed. James I. Porter, trad. Jane O. Newman, Princeton, Princeton UP, 2014, xlvii.
31 Ibídem, p. xlix.