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5 A 8 Unidad Teoria Ctto
5 A 8 Unidad Teoria Ctto
Acto jurídico. Manifestación de voluntad encaminada a producir determinados efectos jurídicos, esto es,
crear,
modificar o extinguir (y para algunos transferir) derechos y obligaciones para las partes.
Los actos jurídicos en atención al número de voluntades necesarias para que el acto jurídico se perfeccione
se puede clasificar en:
a) Actos jurídicos unilaterales o actos jurídicos propiamente tales. Aquel que manifiesta su voluntad en tal
sentido
se denomina autor. Son actos jurídicos unilaterales, entre otros, la oferta, la aceptación, el reconocimiento de
un hijo, el testamento, la repudiación de una asignación, la renuncia de un derecho.
b)Actos jurídicos bilaterales o convenciones. Aquellos para cuya perfección es necesario el concurso de las
voluntades de dos o mas partes. Si requiere la voluntad de dos o mas partes estos actos jurídicos también se
les denomina plurilaterales o asociativos. Son acuerdos de voluntades destinados a crear, modificar o extinguir
derechos y obligaciones. Son convenciones, por ejemplo, los contratos, el pago, la tradición, la modificación de
un contrato, la novación.
Contrato. Cuando una convención tiene por objeto crear derechos y obligaciones se le denomina contrato
,existiendo por tanto entre convención y contrato una relación de género a especie.
El art. 1438 define contrato. Art. 1438. “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para
con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”. Doctrinariamente
es una convención generadora de obligaciones. No es generadora de derechos meramente porque no genera
derechos reales.
Los contratos son fuente de obligaciones, y la obligación es un efecto del contrato.
En el derecho comparado hoy, se hace una sinonimia las expresiones contrato y convención como actos
jurídicos que crean, modifican o extinguen derechos y obligaciones.
- El matrimonio. Art. 102. “El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen
actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse
mutuamente”.
- La adopción de la ley 7613.
- La capitulaciones matrimoniales pueden importar contrato. Art. 1715 inc 1°. “Se conocen con el nombre de
capitulaciones matrimoniales las convenciones de carácter patrimonial que celebren los esposos antes de
contraer matrimonio o en el acto de su celebración.
En las capitulaciones matrimoniales que se celebren en el acto del matrimonio, sólo podrá pactarse separación
total de bienes o régimen de participación en los gananciales”.
-Los contratos cumplen, a su vez, una función social: de trabajo, arrendamiento de viviendas, acceso a la
vivienda, transporte urbano, entre otras.
Intención de obligarse. El acuerdo de voluntades debe realizarse con ánimo de producir este efecto jurídico, lo
cual implica que la voluntad debe ser seria, sin animus jogandi.
Debe recordar que para que la voluntad sea válida debe ser manifestada, libre, sincera (no simulada) y seria.
Elementos propios de cada contrato en particular.
Art. 1444. “Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su naturaleza, y las
puramente accidentales. Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto
alguno, o degenera en otro contrato diferente; son de la naturaleza de un contrato las que no siendo
esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial; y son accidentales a un
contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas
especiales”.
Elementos de la esencia. “Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto
alguno, o degenera en otro contrato diferente”. Se distingue entre elementos de la esencia:
Generales: Propios a todo acto o contrato, que se confunden con los requisitos de existencia y validez.
Particulares. Propios de cada contrato. Como la cosa, el precio y el consentimiento en la cosa y el
precio en la compraventa.
Elementos de la naturaleza. “Son de la naturaleza de un contrato las que no siendo esenciales en él, se entienden
pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial”. Por ejemplo la condición resolutoria tácita (art. 1489), la
obligación de saneamiento por la evicción (arts. 1837 y ss.) o de saneamiento de los vicios redhibitorios (arts.
1857 y ss).
Elementos accidentales. “Son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen,
y que se le agregan por medio de cláusulas especiales”. Son elementos accidentales, entre otros, las
modalidades (por regla general), el pacto comisorio calificado, la cláusula penal.
Intereses contrapuestos (Demogue, Claro Solar). Los intereses deben ser contrapuestos. Así las cosas, quedaría
excluido de los contratos la sociedad porque en este contrato las partes persiguen un fin común: la obtención
de utilidades.
Contra argumento: En el origen de la sociedad si que hay intereses contrapuestos.
En nuestra legislación no cabe duda de su origen contractual: genera obligaciones para las partes,
entre ellas de efectuar aportes.
Art. 2053. “La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas estipulan poner algo en común
con la mira de repartir entre sí los beneficios que de ello provengan.
La sociedad forma una persona jurídica, distinta de los socios individualmente considerados”.
Debería regir situaciones de orden patrimonial. Los actos de familia que no tienen un objeto directamente
patrimonial no serían contratos, como ocurriría con el matrimonio y con la derogada adopción de la ley 7613.
Pero el art. 102 define al matrimonio como un contrato.
Art. 1 de la derogada (por la ley 19620) Ley 7613. “La adopción es un acto jurídico destinado a crear entre
adoptante y adoptado los derechos y obligaciones que establece la presente ley. Sólo procederá cuando
ofrezca ventajas para el adoptado.
La adopción no constituye estado civil”.
Señala que es un acto jurídico que crea derechos y obligaciones, y por tanto es un contrato.
Las capitulaciones matrimoniales pueden llegar a ser contratos como si se hacen donaciones por causa del
matrimonio.
Las partes deben encontrarse en situación de igualdad. No sería contrato si una parte impone a otra las
condiciones del contrato, como por ejemplo en los contratos forzosos, dirigidos o por adhesión.
Estos principios se encuentras, respectivamente, explicito e implícitos en el art. 1545. “Todo contrato
legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento
mutuo o por causas legales”.
Categorías contractuales.
Contrato dirigido.
Contrato forzoso (aunque alguna doctrina los clasifica en contratos voluntarios y forzosos).
Autocontrato.
Subcontrato.
Contrato ley.
Contrato tipo.
Contratos ligados o vinculados.
Contrato por persona a nombrar.
Contrato por cuenta de quien corresponda.
En los contratos unilaterales, uno de los contratantes es acreedor y el otro deudor, mientras que en los
bilaterales, cada uno de los contratantes son acreedores y deudores a la ves, recíprocamente.
Esta clasificación no atiende al número de obligaciones que genera el contrato, sino que al número de partes
que resultan obligadas. Así, en un contrato unilateral, como por ejemplo el mutuo, pueden existir dos
obligaciones: restituir dinero y pagar intereses. Sin embargo, existe un solo obligado: el mutuario, por lo que
aunque hayan dos obligaciones, el contrato sigue siendo unilateral.
No tiene relevancia en esta clasificación el número de personas que resultan obligadas, sino que el número de
partes. Así, en un mutuo pueden haber 5 mutuarios obligados a restituir el dinero y pagar intereses, pero el
mutuo sigue siendo unilateral, pues los 5 mutuarios constituyen una sola parte.
Es el caso del comodato, la prenda y el depósito, en que los únicos obligados fundamentalmente a restituir la
cosa son el comodatario, acreedor prendario y el depositario. Sin embargo, con posterioridad a la celebración
del contrato, pueden resultar también obligados el comodante, el deudor prendario y el depositante,
fundamentalmente a reembolsar los gastos que haya ocasionado la conservación de la cosa dada en
comodato, prenda o depósito. Arts. 2191, 2235, 2396, respectivamente.
Como opuestos a estos contratos están los sinalagmáticos perfectos, que son los contratos bilaterales.
Esta nomenclatura es ajena a nuestro CC y para éste, los contratos sinalagmáticos imperfectos son meros
contratos unilaterales. Ellos es así porque el CC, para calificar a un contrato de unilateral o bilateral, sólo
atiende al momento en que éste se perfecciona. Por otra parte, esta obligación que nace con posterioridad
para la parte que inicialmente no se obligó, tiene su fuente en la ley y no en el contrato.
Por lo anterior, a los contratos sinalagmáticos imperfectos NO le son aplicables los efectos propios o
particulares de los contratos bilaterales.
Requisitos.
1. Que se trate de un contrato bilateral.
2. Que el demandante no haya cumplido su obligación ni se allane a cumplirla.
3. Algunos agregan que debe ser un incumplimiento de gran envergadura.
4. La obligación del demandante, que se encuentra incumplida, debe ser actualmente exigible. El código
recoge expresamente este principio en el art. 1977. “La mora de un período entero en el pago de la renta,
dará derecho al arrendador, después de dos reconvenciones, entre las cuales medien a lo menos cuatro
días, para hacer cesar inmediatamente el arriendo, si no se presta seguridad competente de que se
verificará el pago dentro de un plazo razonable, que no bajará de treinta días”.
Procedencia en el juicio ejecutivo.
En el juicio ejecutivo sólo se pueden oponer las excepciones que señala el artículo 464 del CPC. No obstante
no se encuentra consignada de manera expresa, si cabría dentro del N° 7 de dicho artículo. Art 464 CPC: “La
oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las excepciones siguientes: 7 a La
falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva sea absolutamente, sea con relación al demandado”.
Efectos.
A) Es provisoria: se suspende la condena a que el demandado pague su obligación hasta que el demandante
cumpla o se allane a cumplir.
B) Si se prolonga la situación, tendría efecto paralizador. Por ello la jurisprudencia ha admitido la demanda de
resolución del contrato, pero sin indemnización de perjuicios. Como existe una laguna legal, cabe integrar
teniendo en consideración el art. 1489, y los artículos 24 CC y 170 N° 5 CPC, atendiendo al espíritu general de
la legislación y a la equidad natural.
La teoría de los riesgos.
3.- Pérdida de la cosa debe ser fortuita, porque si es por hecho o culpa del deudor, la obligación subsiste pero
cambia de objeto. Art. 1672. “Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la obligación
del deudor subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obligado al precio de la cosa y a indemnizar al
acreedor.
Sin embargo, si el deudor está en mora y el cuerpo cierto que se debe perece por caso fortuito que habría
sobrevenido igualmente a dicho cuerpo en poder del acreedor, sólo se deberá la indemnización de los
perjuicios de la mora. Pero si el caso fortuito pudo no haber sucedido igualmente en poder del acreedor, se
debe el precio de la cosa y los perjuicios de la mora”.
4.-Debe ser el objeto una especie o cuerpo cierto, ya que el género no perece.
Art. 1509. “En la obligación de género, el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el
deudor queda libre de ella, entregando cualquier individuo del género, con tal que sea de una calidad a lo
menos mediana”.
Art. 1510. “La pérdida de algunas cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede oponerse
a que el deudor las enajene o destruya, mientras subsistan otras para el cumplimiento de lo que debe”.
5.-La cosa debida debe perecer mientras esté pendiente el cumplimiento de la obligación. Art. 1550 (“...cuya
entrega se deba...”)
En Chile, la regla general es que el riesgo es siempre de cargo del acreedor (art. 1550). El deudor se libera de
su obligación, pero no así el acreedor que de todos modos deberá cumplir la suya.
Soluciones en el tiempo.
En Roma, se contemplaba el mismo criterio bajo la concepción primitiva dualista de la compra venta: la
emptio y la venditio.
Luego el concepto originario de dos contratos derivó en Roma en el contrato bilateral. Si la cosa vendida
experimenta mejoras, aumenta el valor de la cosa entre la fecha del contrato y la tradición, y resulta provecho
para el comprador; y por tanto, recíprocamente, si disminuye o perece por caso fortuito el perjuicio lo debe
sufrir el comprador.
Samuel Pufendorf (iusnaturalista alemán) señaló que la regla que debe aplicarse en este sentido es res perit
domino, esto es, el riesgo debe soportarlo el dueño, institución que derivaría del derecho natural.
El Código de Napoleón de 1804, consagra la regla res perit domino, manteniendo los riesgos para el
comprador en su artículo 1138. En todo caso es de notar que existe el sistema de eficacia real de los contratos.
En el derecho comparado, en legislaciones modernas se ha adoptado el criterio de res perit debitori.
(CC Italia, BGB, CC Suizo, CC Peruano, CC Argentino).
El riesgo de pérdida fortuita de la cosa debida bajo condición es de cargo del deudor. Art. 1486. “Si antes del
cumplimiento de la condición la cosa prometida perece sin culpa del deudor, se extingue la obligación; y por
culpa del deudor, el deudor es obligado al precio, y a la indemnización de perjuicios.
En el Código de Comercio.
El art. 142 CCOM establece la misma regla del art. 1550 CC. Art. 142 CCOM. “La pérdida, deterioro o mejora de
la cosa, después de perfeccionado el contrato, son de cuenta del comprador, salvo el caso de estipulación en
contrario, o de que la pérdida o deterioro hayan ocurrido por fraude o culpa del vendedor o por vicio interno
de la cosa vendida.
1° Cuando el objeto vendido no sea un cuerpo cierto y determinado, con marcas, números o cualesquiera
otras señales que establezcan su identidad y lo diferencien de otro de la misma especie;
2° Si teniendo el comprador, por la convención, el uso o la ley, la facultad de examinar y probar la cosa,
pereciere ésta o se deteriore antes que el comprador manifieste quedar contento con ella.
3° Cuando las mercaderías, debiendo ser entregadas por peso, número o medida, perecieren o se deterioraren
antes de pesarse, contarse o medirse, a no ser que fueren compradas a la vista y por un precio alzado, o que
el comprador hubiere incurrido en mora de concurrir al peso, numeración o medida.
Esta regla se aplicará también a la venta alternativa de dos p más cosas fungibles que deban ser entregadas
por número, pero o medida;
4° Siempre que la venta se hubiere verificado a condición de no entregarse la cosa hasta vencido un plazo
determinado, o hasta que se encuentre en estado de ser entregada con arreglo a las estipulaciones del
contrato;
5° Si estando dispuesto el comprador a recibir la cosa, el vendedor incurriere en mora de entregarla, a no ser
que hubiera debido perecer igualmente en poder del comprador si éste la hubiere recibido;
La doctrina estima que la regla res perit debitori es injusta, fue tomada erróneamente del CC Francés (ya que
como opera el sistema de eficacia real de los contratos tiene razón de ser), y debe existir una reforma legal en
este sentido.
El problema de los riesgos en caso de pérdida parcial o deterioro.
La solución es la misma, y por tanto debe soportarlo el acreedor. Arts. 1550, 1820 (“La pérdida, deterioro o
mejora de la especie o cuerpo cierto que se vende...) y 1590 inc. 3°.
Art. 1590. “Si la deuda es de un cuerpo cierto, debe el acreedor recibirlo en el estado en que se halle; a menos
que se haya deteriorado y que los deterioros provengan del hecho o culpa del deudor, o de las personas por
quienes éste es responsable; o a menos que los deterioros hayan sobrevenido después que el deudor se ha
constituido en mora, y no provengan de un caso fortuito a que la cosa hubiese estado igualmente expuesta en
poder del acreedor.
En cualquiera de estas dos suposiciones se puede pedir por el acreedor la rescisión del contrato y la
indemnización de perjuicios; pero si el acreedor prefiere llevarse la especie, o si el deterioro no pareciere de
importancia, se concederá solamente la indemnización de perjuicios.
Si el deterioro ha sobrevenido antes de constituirse el deudor en mora, pero no por hecho o culpa suya, sino de
otra persona por quien no es responsable, es válido el pago de la cosa en el estado en que se encuentre; pero
el acreedor podrá exigir que se le ceda la acción que tenga su deudor contra el tercero, autor del daño”.
Teoría de los riesgos e imposibilidad de ejecución. Situación de las obligaciones de hacer y de no hacer.
El Código a este respecto guarda silencio.
Si pera el modo de extinguir las obligaciones “imposibilidad en la ejecución” respecto de una de las partes (art.
534 CPC), ¿cuál es la situación respecto de las obligaciones de la otra).
Soluciones:
Aplicar el art. 1550 por analogía.
No puede aplicarse el artículo 1550 por analogía. Se refiere solamente a las obligaciones de dar, y no
obstante tener apariencia de general, en definitiva es la excepción, y por tanto no puede aplicarse por
analogía. A falta de norma expresa, debe aplicarse la equidad (art, 24 CC y 170 N° 5 CPC, y determinar
que el riesgo le corresponde al deudor cuya obligación se ha hecho imposible.
Teoría de la renovatio contractus. Lo que existe es una cesión de créditos se reproduce la situación
contractual anterior, aceptándolo el cesionario.
Atomista o de la descomposición. No es más que el traspaso de los créditos y deudas, situación activa y
pasiva de uno de los contratantes, en el contrato. Se trata del traspaso de la sumatoria de créditos y deudas.
Teoría unitaria. No se trata del traspaso de la sumatoria de los créditos y deudas, sino que de la posición
íntegra de uno de los contratantes.
Requisitos constitutivos.
Preexistencia de un contrato sobre el cual opera la cesión, con las siguientes características.
Bilateral. Si se tratara de un contrato unilateral sólo operaría la cesión de créditos o la asunción de deudas.
De ejecución diferida, en que están pendientes las obligaciones de las partes.
Válido, puesto que si fuera nulo, la cesión sería nula por falta de objeto.
No puede tratarse de un contrato intuito personae o extrapatrimonial.
Debe existir sustitución de uno de los contratantes en el contrato. El cedente debe quedar totalmente
desligado de la relación contractual.
Consentimiento.
-Se requiere de la voluntad del cedente y del cesionario.
-Para alguna doctrina, la voluntad del cedido, salvo en caso de cesión forzada. Sería un requisito de validez y
sin ello adolecería de nulidad.
1. Para otra doctrina señala que la voluntad del cedido es un hecho o condición suspensiva siempre que se
presente con posterioridad a la celebración del contrato de cesión.
2. Messineo señala que no se trata de requisito de existencia o validez sino que es necesaria para que la
cesión le sea oponible.
Para la teoría atomista no es necesaria la voluntad del cedido.
-Capacidad. Debe tener plena capacidad y el cesionario no debe ser afectado por incapacidades especiales
(como la de los art. 1796 o 1798)
-Objeto y causa lícitos.
-Formalidades. Normalmente será consensual. Será formal si el contrato originario es solemne o bien para dar
cumplimiento a las formalidades especiales.
La obligación de garantía subsistiría con o sin liberación por parte del cedido al cedente.
Entre cedente y cedido. Existe una liberación absoluta y total, salvo que la cesión hubiere operado sin
liberación.
Entre cesionario y cedido. El cesionario pasa a ser parte en el contrato, y por tanto gozan de todas las
acciones y excepciones que deriven de la relación contractual (como los derechos que otorga el art. 1489 o
la excepción de contrato no cumplido del art. 1552), mas no otras que no deriven del contrato cedido
como la excepción de compensación.
Con el subcontrato.
No hay sustitución de uno de los contratantes en el subcontrato.
El subcontrato supone la existencia simultánea de dos o más contratos, en cambio en la cesión de contratos,
se mantiene la relación objetivamente.
En el subcontrato no es necesaria la voluntad del primer contratante, pero en la cesión, para algunos, es
necesaria la voluntad del cedido.
Aunque habitualmente los contratos onerosos son bilaterales, y los gratuitos unilaterales, no deben
confundirse ambas clasificaciones porque obedecen a criterios distintos. Lo común es que los contratos
bilaterales sean onerosos, y los unilaterales gratuitos, sin embargo, hay contratos onerosos unilaterales, y
gratuitos bilaterales.
Hay ciertos contratos de difícil calificación entre gratuitos u onerosos. Tales son la hipoteca, la prenda y la
fianza.
A este respecto la doctrina distingue:
Si son constituidos por el propio deudor, son contratos onerosos. El deudor obtiene un crédito y el
acreedor una garantía.
Si son constituidos con posterioridad al nacimiento de la obligación, son gratuitos, pues sólo se beneficia el
acreedor.
Si son constituidos por un tercero, como ocurre siempre con la fianza, serán gratuitos si su único propósito
es que el deudor obtenga su crédito.
Si el deudor le paga al tercero una remuneración, serán onerosos.
El artículo 2468 asimila la hipoteca a un contrato oneroso.
En lo que concierne a los contratos gratuitos, debe tenerse presente que la utilidad no debe ser
necesariamente material o pecuniaria. También puede ser moral o espiritual. Además suele distinguirse entre
la donación y los demás contratos gratuitos que pasan a llamarse contratos desinteresados, ello porque la
donación implica el desplazamiento de bienes de un patrimonio a otro. Art. 1398.
Importancia de esta clasificación: Tiene múltiples importancias:
1. En materia de restricciones a las liberalidades: la ley suele establecerlas, sobre todo en materia de
donación, ya que ésta puede lesionar gravemente el patrimonio de quien la efectúa o a sus asignatarios
forzosos ya que disminuye la masa hereditaria. Así, el art. 1401 establece la insinuación de las donaciones que
consiste en la autorización del juez competente.
2. Error en la persona: normalmente opera en los contratos gratuitos y no en los contratos onerosos, puesto
que los contratos gratuitos generalmente se celebran en consideración a la persona. Por lo anterior, en los
contratos gratuitos el error en la persona vicia el consentimiento. Art. 1455, por lo tanto puede haber nulidad
relativa por el art. 1682/3.
3. Los contratos gratuitos imponen deberes de reconocimiento a los beneficiarios. Ejemplo: art. 1428, las
donaciones entre vivos pueden revocarse por ingratitud; el donante goza del beneficio de competencia, art.
1626 Nº 5.
4. Para determinar el grado de culpa de que responde el deudor. Art. 1547: si el contrato es oneroso, el
deudor responde de la culpa leve; si es gratuito, responde de la culpa grave o levísima, dependiendo de quien
reporte el beneficio (grave cuando sólo beneficia al acreedor, y levísima, cuando sólo beneficia al deudor).
5. En materia de acción pauliana o directa: art. 2468. Es aquella acción que ejerce el acreedor en contra del
deudor cuando éste celebra un contrato con un tercero provocando así su insolvencia o aumentándola.
Tratándose de contratos onerosos, el artículo 2468 Nº1 establece que tanto el deudor como el tercero deben
estar de mala fe; en cambio, tratándose de contratos gratuitos, el artículo 2468 Nº 2 sólo exige probar la mala
fe del deudor y el perjuicio del acreedor, pero no la mala fe del tercero.
6. En cuanto al pago de lo no debido: art. 2303. El que pagó lo que no debía, no puede reivindicar respecto
del tercero de buena fe que tenga la cosa en virtud de un título oneroso. Pero sí podrá reivindicar respecto del
tercero que tenga la cosa a título gratuito, esté de buena o mala fe.
Corresponde a una subclasificación de los contratos onerosos. Se encuentra regulada en el artículo 1441 y
atiende a la equivalencia de las prestaciones. El contrato oneroso es conmutativo, cuando cada una de las
partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o hacer a
su vez; y si el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida, se llama aleatorio.
La regla general es que los contratos sean conmutativos. Ejemplos de contratos aleatorios (arts. 2258 y ss):
Contrato de seguro
Préstamo a la gruesa ventura
Juego
Apuesta
Constitución de renta vitalicia
Constitución de censo vitalicio
Cesión de derechos litigiosos (art. 1911)
Venta de cosas futuras en ciertos casos (art. 1813)
Importancia de la clasificación:
Hay dos instituciones que sólo reciben aplicación tratándose de los contratos onerosos conmutativos:
1. Lesión
2. Doctrina de la imprevisión
IV. Contrato principal – accesorio:
Esta clasificación atiende a la forma como existen los contratos, y está tratada en el artículo 1442.
Algunas precisiones:
Los contratos accesorios corresponden a los contratos de garantía y específicamente constituyen
cauciones, que son aquellas obligaciones que se contraen para la seguridad de otra, sea propia o ajena.
Los contratos accesorios no precisan necesariamente de otro principal, sino que requieren que exista una
obligación principal, la que podría tener su fuente en un contrato, pero también en un cuasi contrato, en
un delito, cuasi delito, o ley.
Las cauciones constituyen una especie del género garantía, porque las garantías no sólo pueden consistir
en un contrato que tenga por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación, sino en cualquier
seguridad otorgada a un crédito. Así, constituyen garantías y no cauciones: la condición resolutoria tácita,
la excepción de contrato no cumplido, el derecho legal de retención, los privilegios, etc.
Las cauciones pueden clasificarse en reales y personales. En las reales existe un bien determinado mueble
o inmueble afecto al cumplimiento de una obligación, como ocurre en la hipoteca, prenda y anticresis. En
las personales, en cambio, existe otro u otros patrimonios distintos al del deudor, donde el acreedor
puede hacer efectivo su crédito. Es el caso de la fianza, la solidaridad pasiva y cláusula penal cuando es
constituida por un tercero (si la constituye el propio deudor no habrá otro patrimonio).
Consecuencias de esto:
Las causas que extinguen la obligación principal, también extinguen las obligaciones del contrato accesorio.
Ejemplo: hipoteca, art. 2434.
Así ocurre con la cláusula de garantía general hipotecaria, que consiste en que la hipoteca no sólo garantiza las
obligaciones ciertas y determinadas, sino que también todas las obligaciones que pueda llegar a tener a futuro
el deudor para con el acreedor. El fundamento de esta cláusula se encuentra en el artículo 2413.
Contratos dependientes:
Hay ciertos contratos que si bien dependen de otro en el sentido que no pueden subsistir sin él, no tienen por
objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal, y por lo mismo, no se les puede clasificar de
accesorios según la definición legal, por lo que la doctrina los denomina “contratos dependientes”.
Ejemplo de contrato dependiente:
Capitulaciones matrimoniales, art. 1715: no pueden subsistir sin el matrimonio, pero no tienen por objeto
asegurar su cumplimiento.
La novación, según algunos, pues el contrato de novación genera una obligación, pero ella no podría
subsistir si no existiera una obligación anterior.
Consensualismo y formalismo.
Históricamente el formalismo era propio de todos los actos jurídicos y estas formalidades llegaban incluso a
tener un carácter religioso.
Posteriormente aparecieron los contratos reales, en que el formalismo consiste en la entrega de la cosa.
Luego, el desarrollo económico fomentó el consensualismo que vino a triunfar conjuntamente con el principio
de la autonomía de la voluntad, y es por ello que en nuestro derecho, los contratos más importantes son
consensuales, como ocurre con la compraventa de cosas muebles, el arrendamiento, mandato, sociedad civil,
fianza civil, transacción.
Sin embargo, el consensualismo también presenta inconvenientes:
Se dice que puede dar lugar a que las partes manifiesten su consentimiento de forma precipitada.
Puede provocar que los terceros ignoren la existencia del contrato.
Es probable que a las propias partes les resulte difícil probar la existencia del contrato y sus estipulaciones.
Estos inconvenientes han provocado una suerte de deterioro del consensualismo y una tendencia a volver al
formalismo.
Contratos consensuales:
Son aquellos que se perfeccionan con el solo consentimiento de las partes, con prescindencia de todo
requisito de forma exigido para el perfeccionamiento del contrato.
Contratos solemnes:
Son aquellos que requieren de la observancia de ciertas formalidades especiales exigidas para su
perfeccionamiento.
No basta acá el solo consentimiento de las partes, sino que éste se exterioriza o manifiesta a través de la
forma legal.
Estas formalidades se denominan “solemnidades” o “formalidades ad solemnitatem”.
Contratos reales:
En los contratos reales tampoco basta con el mero consentimiento de las partes, sino que es necesario para su
perfeccionamiento, el cumplimiento de una prestación previa por parte del futuro acreedor consistente en la
entrega de la cosa. Es por esto que reciben el nombre de contratos reales (datio rei: entrega de la cosa).
El art. 1443 alude a la “tradición”, término que no está bien empleado, pues en la mayoría de los contratos
reales no existe transferencia de dominio, sino que constituyen títulos de mera tenencia, de tal manera que
sería más acertado decir que los contratos reales se perfeccionan por la “entrega” de la cosa, y no por la
tradición.
Caso del contrato de arrendamiento: el arrendamiento es consensual. Tiene que haber consentimiento en la
cosa y el precio. Aquí surgen obligaciones para ambas partes: para el arrendador, entregar la cosa arrendada,
y para el arrendatario, restituir la cosa al término del contrato. Entonces la pregunta es: ¿por qué el comodato
no se podría concebir de la misma forma que el arrendamiento?
Por consiguiente, este nuevo enfoque discute el criterio clásico que sostiene que la obligación de restituir no
puede nacer antes de que sea entregada la cosa, y que es el criterio tradicional en materia de contratos reales.
No obstante lo anterior es más propio decir que son contratos nominados aquellos que ya sea por el legislador
o por el uso se le ha otorgado algún nombre. Si éstos no han sido reglamentados serán a su vez, serán atípicos.
Contratos atípicos.
Las partes pueden válidamente celebrar contratos atípicos en virtud del principio de la autonomía de la
voluntad.
Clasificación.
1. Contratos atípicos propiamente tales. Son contratos inéditos en el sentido de que en nada o casi nada
corresponden a contratos regulados por el legislador. Ejemplos: Know how, franchising, engineering, etc.
2. Contratos atípicos mixtos o complejos. Estos contratos son una combinación de dos o más contratos
típicos, o de contratos típicos con contratos atípicos. El ejemplo clásico en la materia es el contrato de
leasing ordinario (puesto que el leasing habitacional ha sido regulado por el legislador en la ley 19281) en
que hay una combinación de los contratos de arrendamiento y el de promesa u opción de compra. El
contrato de hospedaje es una mezcla de arrendamiento del goce de un recinto (habitación),
arrendamiento de servicios (aseo, alimentación) y de depósito (equipaje).
Importancia de la distinción.
¿Cómo quedan regulados sus efectos, si las partes no previeron las dificultades sobrevinientes? ¿Cuál es su
legislación supletoria?
(a) Respecto de los contratos nominados habrá que estar a lo que ha predispuesto el legislador.
(b) Respecto de los contratos atípicos debe tenerse en consideración que les son aplicables las normas
generales de las obligaciones y de los contratos, deberá por el juez proceder a calificar el contrato e
integrar la lagunas por medio de la analogía y la equidad (art. 170 N° 5 CPC). La aplicación analógica será
normalmente más utilizada en los contratos atípicos mixtos.
Contratos de ejecución instantánea, de ejecución diferida y de tracto sucesivo.
Definiciones
1. Contrato de ejecución única o instantánea. Aquella en que se ejecutan las obligaciones de una vez,
extinguiéndose ellas y el contrato. Ejemplo: contrato de compraventa de cosa mueble al contado
2. Contrato de ejecución diferida. Son aquellos en que algunos o todas las obligaciones se cumplen en épocas
prefijadas o fraccionadas. Por ejemplo una compraventa en que el precio se paga en cuotas.
3. Contrato de ejecución sucesiva o de tracto sucesivo. Aquellos en que las obligaciones van naciendo y se
van extinguiendo sucesiva y periódicamente durante la vigencia del contrato. Por ejemplo contratos de
arrendamiento, trabajo, abastecimiento o suministro, etc.
Importancia de la distinción.
En los contratos de tracto sucesivo, la nulidad y la resolución por incumplimiento opera hacia el futuro sin
efecto retroactivo; y en el caso de la resolución se denomina terminación, puesto que no puede devolverse el
goce de la cosa.
La teoría de la imprevisión no opera en los contratos de ejecución instantánea.
Clasificaciones modernas.
Contratos individuales y colectivos. Definiciones.
Contrato individual. Es aquel para cuya formación es indispensable la manifestación de voluntad de todas las
personas que resultan jurídicamente obligadas.
Contrato colectivo. Es aquel que crea obligaciones para personas que no concurrieron a su celebración, que no
consintieron o incluso disintieron, oponiéndose a la conclusión del contrato. El contrato colectivo por tanto es
una excepción al efecto relativo de los contratos.
Contratos de libre discusión y de adhesión (el fenómeno de la adhesión, sus inconvenientes y paliativos a
ellos). La ley Nº 19.496 frente a los contratos por adhesión y a las cláusulas abusivas en perjuicio de los
consumidores.
Definiciones.
- Contrato de libre discusión. Es aquel en que existe entre las partes debate y se discute el contenido de cada una
de las cláusulas del contrato, suponiendo un grado de igualdad entre las partes.
- Contrato por adhesión. Es aquel que es redactado íntegramente por una de las partes y que es aceptado por a
otra en bloque, adhiriéndose a él, existiendo un predominio de la parte más fuerte o que se halla en un pie de
seguridad. La voluntad de la parte más débil se traduce en aceptar o no el contrato.
Críticas.
Si bien en muchos contratos, como los de suministros de servicios básicos, televisión por cable, transporte,
etc., estas características se presentan, el fenómeno de la adhesión puede darse perfectamente entre dos
personas. En este supuesto probablemente ninguno de los elementos anteriores se presente.
Para Jorge López el rasgo distintivo de la adhesión se encuentra en la desigualdad de las partes contratantes,
de manera que en contratante más débil sólo tiene la facultad de aceptarlo o no. Incluso muchas veces no
tiene alternativa de aceptarlo, como en los contratos de suministro de servicios básicos o el de seguro
automotriz.
El problema que se presenta frente al contrato por adhesión es que pueden sus cláusulas devenir en abusivas
para aquella parte que no puede sino aceptar el contenido del contrato o rechazarlo, y muchas veces, se ve
prácticamente obligado a contratar
Regla de interpretación contra el redactor del art. 1566 inc. 2°. “Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido
extendidas o dictadas por una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre
que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya debido darse por ella”. El redactor de un
contrato por adhesión se hace responsable de su redacción y por ello es que se deben interpretar en su
contra.
Soluciones que se han propuesto para solucionar el inconveniente de los contratos por adhesión, en especial
las cláusulas abusivas.
Contratos por adhesión bajo el amparo de la ley 19496 (última modificación por ley 19955 de 14.07.04).
Ámbito de aplicación de la ley.
Artículo 1º.- “La presente ley tiene por objeto normar las relaciones entre proveedores y consumidores,
establecer las infracciones en perjuicio del consumidor y señalar el procedimiento aplicable en estas
materias”.
Art.1.2. Proveedores. “Las personas naturales o jurídicas, de carácter público o privado, que habitualmente
desarrollen actividades de producción, fabricación, importación, construcción, distribución, comercialización
de bienes o de prestación de servicios a consumidores, por las que se cobre un precio o tarifa.
No se considerará proveedores a las personas que posean un título profesional y ejerzan su actividad en forma
independiente”.
Art. 1.6. “Contrato de adhesión: aquel cuyas cláusulas han sido propuestas unilateralmente por el proveedor
sin que el consumidor, para celebrarlo, pueda alterar su contenido”.
c) Los actos o contratos en que el proveedor se obligue a suministrar al consumidor o usuario el uso o goce de
un inmueble por períodos determinados, continuos o discontinuos, no superiores a tres meses, siempre que lo
sean amoblados y para fines de descanso o turismo;
d) Los contratos de educación de la enseñanza básica, media, técnico profesional y universitaria, sólo respecto
del Párrafo 4° del Título 11; de los Párrafos 1° y 2° del Título 111; de los artículos 18, 24, 26, 27 Y 39 C, y
respecto de la facultad del o de los usuarios para recurrir ante los tribunales correspondientes, conforme a los
procedimientos que esta ley establece, para hacer efectivos los derechos que dichos Párrafos y artículos les
confieren.
No quedará sujeto a esta ley el derecho a recurrir ante los tribunales de justicia por la calidad de la educación
o por las condiciones académicas fijadas en los reglamentos internos vigentes a la época del ingreso a la
carrera o programa respectivo, los cuales no podrán ser alterados sustancialmente, en forma arbitraria, sin
perjuicio de las obligaciones de dar fiel cumplimiento a los términos, condiciones y modalidades ofrecidas por
las entidades de educación;
e) Los contratos de venta de viviendas realizadas por empresas constructoras, inmobiliarias y por los Servicios
de Vivienda y Urbanización, en lo que no diga relación con las normas sobre calidad contenidas en la ley N°
19.472, Y
f) Los actos celebrados o ejecutados con ocasión de la contratación de servicios en el ámbito de la salud, con
exclusión de las prestaciones de salud; de las materias relativas a la calidad de éstas y su financiamiento a
través de fondos o seguros de salud; de la acreditación y certificación de los prestadores, sean éstos públicos o
privados, individuales o institucionales y, en general, de cualquiera otra materia que se encuentre regulada en
leyes especiales”.
Artículo 2° bis.- “No obstante lo prescrito en el artículo anterior, las normas de esta ley no serán aplicables a
las actividades de producción, fabricación, importación, construcción, distribución y comercialización de
bienes o de prestación de servicios reguladas por leyes especiales, salvo:
c) En lo relativo al derecho del consumidor o usuario para recurrir en forma individual, conforme al
procedimiento que esta ley establece, ante el tribunal correspondiente, a fin de ser indemnizado de todo
perjuicio originado en el incumplimiento de una obligación contraída por los proveedores, siempre que no
existan procedimientos indemnizatorios en dichas leyes especiales”.
“Contrato de adhesión: aquel cuyas cláusulas han sido propuestas unilateralmente por el proveedor sin que el
consumidor, para celebrarlo, pueda alterar su contenido”.
Requisitos de validez de los contratos por adhesión amparados por la ley 19496.
Hay que distinguir entre requisitos de forma y de fondo.
Requisitos de forma. Art. 17.
1. Escrituración.
2. Legibilidad. La legibilidad no dice relación solamente con el tamaño de la letra del contrato o sus
caracteres, sino con la claridad de su redacción. Idioma castellano. La ley hace algunas excepciones.
Requisitos de fondo. Dicen relación con el contenido de las cláusulas, esto es, si resultan en definitiva
abusivas.
En doctrina y legislación comparadas pueden distinguirse tres tipos de cláusulas contenidas en ciertas listas
o catálogos.
Lista blanca. Se trata de cláusulas que existe consenso de su justicia y eficacia.
Lista gris. Aquellas cláusulas en que existe duda de aquello. Pueden o no pueden ser abusivas.
Lista negra. Se trata de cláusulas que están prohibidas por ser abusivas.
Nuestra legislación sólo contempla una lista negra en el art. 16 de la ley 19496.
Artículo 16.- “No producirán efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas o estipulaciones que:
1. Otorguen a una de las partes la facultad de dejar sin efecto o modificar a su solo arbitrio el contrato o de
suspender unilateralmente su ejecución, salvo cuando ella se conceda al comprador en las modalidades de
venta por correo, a domicilio, por muestrario, usando medios audiovisuales, u otras análogas, y sin perjuicio de
las excepciones que las leyes contemplen;
2. Establezcan incrementos de precio por servicios, accesorios, financiamiento o recargos, salvo que dichos
incrementos correspondan a prestaciones adicionales que sean susceptibles de ser aceptadas o rechazadas en
cada caso y estén consignadas por separado en forma específica;
3. Pongan de cargo del consumidor los efectos de deficiencias, omisiones o errores administrativos, cuando ellos
no le sean imputables;
5. Contengan limitaciones absolutas de responsabilidad frente al consumidor que puedan a éste de su derecho a
resarcimiento frente a deficiencias que afecten la utilidad o finalidad esencial del producto o servicio;
6. Incluyan espacios en blanco, que no hayan sido llenados o inutilizados antes de que se suscriba el contrato, y
7. En contra de las exigencias de la buena fe, atendiendo para estos efectos a parámetros objetivos, causen en
perjuicio del consumidor, un desequilibrio importante en los derechos y obligaciones que para las partes se
deriven del contrato. Para ello se atenderá a la finalidad del contrato y a las disposiciones especiales o
generales que lo rigen. Se presumirá que dichas cláusulas se encuentran ajustadas a exigencias de la buena fe,
si los contratos a que pertenecen han sido revisados y autorizados por un órgano administrativo en ejecución
de sus facultades legales.
Si en estos contratos se designa árbitro, el consumidor podrá recusarlo sin necesidad de expresar causa y
solicitar que se nombre otro por el juez letrado competente. Si se hubiese designado más de un árbitro, para
actuar uno en subsidio de otro, podrá ejercer este derecho respecto de todos o parcialmente respecto de
algunos. Todo ello de conformidad a las reglas del Código Orgánico de Tribunales.
En todo contrato de adhesión en que se designe un árbitro, será obligatorio incluir una cláusula que informe al
consumidor de su derecho a recusarlo, conforme a lo establecido en el inciso anterior. Lo que se entiende sin
perjuicio del derecho que tiene el consumidor de recurrir siempre ante el tribunal competente”.
Críticas a la lista negra.
Antes de la ley 19955 se criticaba el listado contemplado en la ley ya que por su taxatividad dejaba afuera
otros casos que en la práctica se trataba de cláusulas abusivas. Con la modificación legal de la ley 19955 a este
artículo, se agregó la letra g) que establece una causal genérica.
Se puede criticar si que el ámbito de aplicación de la ley es estricto. Por tanto, a otros contratos por adhesión
que no estén regidos por esta ley no se les aplica este catálogo.
Sanciones.
1. Por omisión de los requisitos de fondo. Nulidad parcial.
2. Artículo 16 A. “Declarada la nulidad de una o varias cláusulas o estipulaciones de un contrato de adhesión,
por aplicación de alguna de las normas del artículo 16, éste subsistirá con las restantes cláusulas, a menos
que por la naturaleza misma del contrato, o atendida la intención original de los contratantes, ello no fue
re posible. En este último caso, el juez deberá declarar nulo, en su integridad, el acto o contrato sobre el
que recae la declaración”.
3. Artículo 16 B. “El procedimiento a que se sujetará la tramitación de las acciones tendientes a obtener la
declaración de nulidad de cláusulas contenidas en contratos de adhesión, será el contemplado en el Título
IV de la presente ley”.
4. Por omisión de los requisitos de forma. Art. 17 inc. 1° parte final. “Las cláusulas que no cumplan con dichos
requisitos no producirán efecto alguno respecto del consumidor”. También se trata de nulidad parcial ya
que habla de cláusulas.
¿Se trata de nulidad absoluta o de nulidad relativa?
La doctrina señala que se trata de nulidad absoluta ya que se trata de omisión de los requisitos que la ley
prescribe en atención a la naturaleza del contrato, más no a la calidad o estado de las personas que en él
intervienen, y porque hay un interés público comprometido. Podría encasillarse dentro de alguno de los casos
de objeto ilícito señalados por el CC.
Situación de los contratos celebrados por medios electrónicos. Está contemplada en el nuevo artículo 12 A, y
es equivalente al artículo 17 de la ley.
Artículo 12 A.- En los contratos celebrados por medios electrónicos, y en aquéllos en que se aceptare una
oferta realizada a través de catálogos, avisos o cualquiera otra forma de comunicación a distancia, el
consentimiento no se entenderá formado si el consumidor no ha tenido previamente un acceso claro,
comprensible e inequívoco de las condiciones generales del mismo y la posibilidad de almacenarlos o
imprimirlos.
La sola visita del sitio de Internet en el cual se ofrece el acceso a determinados servicios, no impone al
consumidor obligación alguna, a menos que haya aceptado en forma inequívoca las condiciones ofrecidas por
el proveedor.
Una vez perfeccionado el contrato, el proveedor estará obligado a enviar confirmación escrita del mismo. Ésta
podrá ser enviada por vía electrónica o por cualquier medio de comunicación que garantice el debido y
oportuno conocimiento del consumidor, el que se le indicará previamente. Dicha confirmación deberá
contener una copia íntegra, clara y legible del contrato.
Categorías contractuales.
El contrato dirigido.
Definición. Es aquel en que el legislador ha reglamentado sus cláusulas más relevantes de forma imperativa.
Fundamento.
La desigualdad de las partes contratantes, de manera que la ley trata de proteger al contratante más débil.
Puede el legislador con ello pretender regular una determinada actividad económica, como en el caso de la ley
18010, el DL 600 sobre inversión extranjera.
Origen. Nace en 1900 con ocasión del contrato indiuvidual de trabajo, de manera de proteger al trabajador,
Características esenciales.
Por regla general, las normas generales de los contratos son supletorias de la voluntad de las partes, en
cambio las normas que regulan los contratos dirigidos son imperativas, de manera que las partes no pueden
sustraerse a esa normativa.
El acuerdo de las partes consiste en someterse al marco legal.
El contrato forzoso.
- Cuando la obligación de contratar proviene de un acuerdo de voluntad, como en los contratos preparatorios.
- Cuando la obligación de contratar proviene de un hecho excepcional, como en el depósito necesario. Art.
2236. “El depósito propiamente dicho se llama necesario, cuando la elección de depositario no depende de la
libre voluntad del depositante, como en el caso de un incendio, ruina, saqueo, u otra calamidad semejante”.
Clasificación.
Ortodoxos. Aquel en que el legislador establece la obligación de contratar, pero manteniendo al obligado la
libertad de elegir la persona de su contratante y discutir con él el contenido del contrato.
Ejemplos.
1.- Art. 775 CC
"El usufructuario no podrá tener la cosa fructuaria sin haber prestado caución suficiente de conservación y
restitución, y sin previo inventario solemne a su costa, como el de los curadores de bienes.
Pero tanto el que constituye el usufructo como el propietario podrán exonerar de la caución al usufructuario.
Ni es obligado a ella el donante que se reserva el usufructo de la cosa donada.
La caución del usufructuario de cosas fungibles se reducirá a la obligación de restituir otras tantas del mismo
género y calidad, o el valor que tuvieren al tiempo de la restitución.”
5.- Art. 27 Ley de sociedades anónimas que regula la autocartera y sus limitaciones.
Art. 27. “Las sociedades anónimas sólo podrán adquirir y poseer acciones de su propia emisión cuando la
adquisición: 1) Resulte del ejercicio del derecho de retiro referido en el artículo 69; 2) Resulte de la fusión con
otra sociedad, que sea accionista de la sociedad absorbente; 3) Permita cumplir una reforma de estatutos de
disminución de capital, cuando la cotización de las acciones en el mercado fuere inferior al valor de rescate
que proporcionalmente corresponda pagar a los accionistas. Mientras las acciones sean de propiedad de la
sociedad, no se computarán para la constitución del quórum en las asambleas de accionistas y no tendrán
derecho a voto, dividendo o preferencia en la suscripción de aumentos de capital. Las acciones adquiridas de
acuerdo con lo dispuesto en los números 1) y 2) del presente artículo, deberán enajenarse en una bolsa de
valores dentro del plazo máximo de un año a contar de su adquisición y si así no se hiciere, el capital quedará
disminuido de pleno derecho. Para la enajenación de las acciones deberá cumplirse con la oferta preferente a
los accionistas a que se refiere el artículo 25”.
Heterodoxo. Es aquel en que el legislador no sólo establece la obligación de contratar, sino que también
impone la persona del otro contratante y el contenido del contrato. Ejemplos
1. Cualquier socio tendrá el derecho de oponerse a los actos administrativos de otro, mientras esté
pendiente su ejecución o no hayan producido efectos legales.
2. Cada socio podrá servirse para su uso personal de las cosas pertenecientes al haber social, con tal
que las emplee según su destino ordinario, y sin perjuicio de la sociedad y del justo uso de los otros.
3. Cada socio tendrá el derecho de obligar a los otros a que hagan con él las expensas necesarias para la
conservación de las cosas sociales.
4.- Ninguno de los socios podrá hacer innovaciones en los inmuebles que dependan de la sociedad sin el
consentimiento de los otros”.
El mismo principio está recogido en los arts. 386 y 387 CCOM a propósito de la sociedad colectiva mercantil.
Art. 386. “Cuando el contrato social no designa la persona del administrador, se entiende que los socios se
confieren recíprocamente la facultad de administrar y la de obligar solidariamente la responsabilidad de todos
sin su noticia y consentimiento”.
Art. 387. “En virtud del mandato legal, cada uno de los socios puede hacer válidamente todos los actos y
contratos comprendidos en el giro ordinario de la sociedad o que sean necesarios o conducentes a la
consecución de los fines que ésta se hubiere propuesto”.
La citación, liquidación, giro y demás actuaciones administrativas correspondientes a los impuestos aludidos
en el inciso anterior, deberán notificarse en todo caso al vendedor o cedente y al adquirente”.
Luis Diez Picazo, resta eficacia a los contratos forzosos, especialmente a los heterodoxos.
Jorge López Santa María, reconoce eficacia.
Distingue, entre contrato como acto generador de obligaciones y contrato como relación jurídica constituida.
Existe entre ellos una relación de causalidad, que ya se reconocía en el Derecho Romano. Es un error
considerar al contrato solamente como un acto generador de obligaciones y para ello recurre a la clasificación
de las fuentes de las obligaciones de Hernández Gil:
Aquellas fuentes que nacen de la volunta con cooperación de una norma legal, como la genralidad de
los contratos.
Aquellas fuentes que nacen en virtud de una norma legal y que tienen como presupuesto la voluntad
como en el caso del contrato dirigido y el contrato forzoso ortodoxo.
Aquellas fuentes que nacen de una norma legal, con prescindencia de la voluntad, como en el caso de
las obligaciones legales, el enriquecimiento sin causa y el contrato forzoso heterodoxo.
El contrato tipo.
Definición. Es un acuerdo en virtud del cual las partes predisponen el contenido de las cláusulas de contratos
futuros que se celebrarán en masa.
Características.
El contrato tipo crea obligaciones para la parte que concurrirá a su celebración en el sentido de incluir en
contratos futuros, concretos y particulares las cláusulas predispuestas.
Normalmente los contratantes adoptan un modelo o formulario, por lo general impreso, destinado a ser
reproducido sin alteraciones importantes, o incluso, sin ulteriores modificaciones.
Utilidades y desventajas.
Utilidades.
1. Estandarización de las relaciones jurídicas.
2. Más rapidez y simplificación de las transacciones, normalmente en contratos que se celebrarán en
masa.
Desventajas.
1. Los contratos tipo unilaterales, normalmente devienen en cláusulas abusivas.
2. Los contratos tipos bilaterales o cartel, pueden significar un atentado a la libre competencia. De esta
suerte, estos contratos fácilmente pueden hacer dentro de algunas de las conductas sancionadas por el
art. 3 del DL 211 sobre libre competencia.
Artículo 3º DL 211.- “El que ejecute o celebre, individual o colectivamente, cualquier hecho, acto o
convención que impida, restrinja o entorpezca la libre competencia, o que tienda a producir dichos efectos,
será sancionado con las medidas señaladas en el artículo 17 K de la presente ley, sin perjuicio de las medidas
correctivas o prohibitivas que respecto de dichos hechos, actos o convenciones puedan disponerse en cada
caso.
Se considerarán, entre otros, como hechos, actos o convenciones que impiden, restringen o entorpecen la
libre competencia, los siguientes:
a) Los acuerdos expresos o tácitos entre agentes económicos, o las prácticas concertadas entre ellos, que
tengan por objeto fijar precios de venta o de compra, limitar la producción o asignarse zonas o cuotas de
mercado, abusando del poder que dichos acuerdos o prácticas les confieran.
b) La explotación abusiva por parte de una empresa, o conjunto de empresas que tengan un controlador
común, de una posición dominante en el mercado, fijando precios de compra o de venta, imponiendo a una
venta la de otro producto, asignando zonas o cuotas de mercado o imponiendo a otros abusos semejantes.
c) Las prácticas predatorias, o de competencia desleal, realizadas con el objeto de alcanzar, mantener o
incrementar una posición dominante”.
Clasificación de los contratos tipo.
Contrato tipo bilateral – unilateral.
I. Contrato tipo bilateral. Ocurre en el caso de que los contratantes tengan intereses divergentes. Esta
circunstancia se manifiesta en el contrato colectivo de trabajo.
II. Contrato tipo unilateral. Se da cuando existen intereses convergentes. Es el denominado cartel en
materia mercantil. Normalmente se da en materia de seguros, de transporte aéreo, en la OPEP a
propósito de la fijación de los precios del petróleo.
Contrato tipo facultativo y obligatorio. El contrato tipo facultativo faculta a no seguir estrictamente la
estandarización del cartel.
Eficacia respecto de terceros. No tiene, debido al efecto relativo de los contratos.
Las condiciones generales y la estandarización contractual.
Definición. La ley española 7/1998 señala que “Son condiciones generales de la contratación las cláusulas
predispuestas cuya incorporación al contrato sea impuesta por una de las partes, con independencia de la
autoría material de las mismas, de su apariencia externa, de su extensión y de cualesquiera otras
circunstancias, habiendo sido redactadas con la finalidad de ser incorporadas a una pluralidad de contratos”.
Si bien se desprende de la definición que las condiciones generales de la contratación van incluidas en un
contrato por adhesión, condiciones generales de la contratación y contrato por adhesión no son una misma
cosa.
Jorge López define condiciones generales de la contratación como “las clásusulas o disposiciones redactadas
de antemano, de manera abstracta para ser empleadas después en una serie ilimitada de contratos concretos.
Utilidad. En las economías modernas una parte importante de los negocios se realizan mediante la
denominada contratación en serie o en masa.
Jurídicamente, dicha contratación se lleva a cabo normalmente a través condiciones generales redactadas de
antemano, en que se uniforma el contenido de los contratos singulares que se celebrarán masivamente, con la
finalidad principal de racionalizar y de reducir los costos de tiempo, de personal y de dinero que usualmente
implica la negociación de cada contrato y de cada cláusula contractual
Críticas. Sin embargo, paralelamente se reconoce el peligro que puede encerrar, para los adherentes a tales
condiciones, una utilización abusiva de ellas por parte de las personas que las redactan, utilizan o imponen su
uso. Ello porque pueden incluir entre las condiciones generales, cláusulas que perjudiquen ostensiblemente a
quienes contraten con ellos, muy especialmente en aquellos casos en que la contraparte de la relación
contractual no ha podido influir en su contenido. A estas estipulaciones se les suele denominar cláusulas
abusivas.
Requisitos de inclusión. Son requisitos mínimos que deben cumplir las condiciosnes generales para pasar a
integrar un contrato individual.
Su función consiste en dar publicidad, esto es, en dar al adherente la posibilidad de que tome conocimiento de
las condiciones generales al momento de la celebración del contrato y permiten al adherente reaccionar
tempestivamente frente al incumplimiento del predisponente y a conocer su situación legal en caso de que se
llegue a un litigio.
Control de contenido del contrato. La mayoría de las legislaciones establece conjuntamente con los
requisitos de inclusión, normas de contenido del contrato, en virtud de las cuales tratan de determinara si
una cláusula es o no abusiva. Como ya se vio a propósito de los contratos por adhesión, se distingue entre
“listas negras” “listas grises”.
ii. Condiciones generales y contrato por adhesión. Teniendo en consideración que el elemento distintivo de
los contratos por adhesión, para el profesor López, es el desequilibrio del poder negociador de las partes
contratantes y no la generalidad, contratos por adhesión y condiciones generales no son una misma cosa.
Lo normal es que en un contrato por adhesión se incluyan condiciones generales, dado que comúnmente
se aplican a contratos que se celebrarán en masa.
iii. Contrato tipo, contrato por adhesión y condiciones generales de los contratos. En un contrato tipo pueden
pactarse condiciones generales de la contratación, que se materializarán en contratos por adhesión que se
celebrarán en masa.
El contrato ley.
Definición. Acuerdo o convenio legal en virtud del cual el Estado garantiza el otorgamiento de ciertas
franquicias a terceros con los cuales conviene celebrar un determinado contrato.
Objeto y fundamento. Se trata con ellos de fomentar ciertas actividades productivas o alcanzar ciertas metas
económicas o sociales, mediante el otorgamiento de ciertas regalías o franquicias, por ejemplo mediante la
reducción de impuestos. De esta forma se asegura por medio de una ley la intangibilidad de las franquicias
contractualmente establecidas.
Dos son las formas de concreción de estos contratos.
I. Se regula de manera general las franquicias en una ley, y con posterioridad a la dictación de la
ley se celebra un contrato con la Administración de Estado.
II. Se celebra el contrato y la ley se dicta con posterioridad a él.
Ejemplos.
a. DFL N°2 de 1929. El permiso de edificación suscrito por el tesorero comunal y por el interesado
tiene el carácter de contrato, en virtud del cual las exenciones y beneficios son irrevocables no obstante
cualquier modificación posterior que sufran.
b. Ley 14171 de 1960, arts. 7 y 10. Autoriza al ejecutivo para emitir bonos dólares y cuya compra
por los inversionistas trae aparejada franquicias tributarias.
c. DL 600, art. 7, sobre inversión extranjera. Se garantiza en el respectivo contrato de inversión
extranjera un régimen de invariabilidad tributaria por 10 años en un 42% de impuesto a la renta. Existe un
régimen especial respecto de los megaproyectos (más de 50 millones de dólares), contemplado en el art. 11
BIS, en que el régimen de invariabilidad se amplía hasta por 20 años, entre otros beneficios.
Eficacia de los contratos leyes.
a. La Corte Suprema ha dado eficacia a estos contratos apoyándose en la teoría de los derechos
adquiridos que no pueden ser desconocidos por decisión del Estado contratante o por norma legal posterior.
Art. 19 N° 24 de la CPR en relación con el art. 583 CC. Aplicando el argumento a fortiori, si los contratos
ordinarios son intangibles, con mayor razón lo serán los contratos leyes.
b. En contra opina el profesor EDUARDO NOVOA, quien opina que estos contratos constituyen
una enajenación de la soberanía nacional, porque es una limitación que se autoimpone el legislador para no
modificar materias propias de ley.
1.1 El autocontrato o contrato consigo mismo.
Definición. Es el acto jurídico que una persona celebra consigo misma, sin que sea menester la concurrencia de
otro, en el cual ella actúa, a la vez, ya sea como parte directo u como representante de otra parte, ya sea
como representante de ambas partes, ya sea como titular de dos patrimonios ( o de dos fracciones de un
mismo patrimonio) sometidos a regímenes jurídicos distintos.
Casos de autocontrato.
a. Un sujeto que actúa a nombre propio, como a nombre ajeno. Por ejemplo un mandatario
que compra para si lo que el mandante le ordena vender.
b. Situaciones de doble representación. Un sujeto actúa en representación de ambas partes.
Por ejemplo, un mandatario actúa en carácter de tal respecto del vendedor como del comprador; es bastante
común respecto de la compra y venta de acciones realizadas por los corredores de bolsa.
c. Una persona actúa como titular de dos patrimonios sometidas a regímenes jurídicos
distintos. Este caso se daría en el caso de la partición que si bien no es un propiamente un contrato, genera la
obligación de garantía que es típica de los contratos (art. 1345), y es susceptible de nulidad civil según las
reglas de los contratos (art. 1348). Dos son las hipótesis a que podemos referirnos.
a. En la sociedad conyugal existen básicamente tres patrimonios: el patrimonio social, y
los patrimonios propios de cada uno de los cónyuges. También pueden existir 3 patrimonios reservados de la
mujer, dentro de los cuales el más importante lo constituye el patrimonio del art. 150. Puede ser que la mujer
aporte un derecho inmueble de que es copropietaria con un tercero. Luego, durante la sociedad conyugal,
adquiere con dineros de su patrimonio reservado la cuota del tercero. Por tanto, podría realizar una partición
consigo misma para determinar que parte del bien raíz integra su patrimonio reservado y que parte integra el
haber propio que queda bajo la administración del marido.
b. El heredero que ha obtenido el decreto de posesión provisoria tiene el usufructo
legal de los bienes, y no puede enajenarlos libremente. Si el heredero era copropietario con el desaparecido
en uno o más bienes, tiene interés en determinar, cuáles bienes puede disponer libremente y hacer una
partición consigo mismo.
Naturaleza jurídica. Existen varias posturas al respecto.
a. Alessandri niega su naturaleza contractual y señala que es un acto jurídico unilateral
porque falta el elemento acuerdo de voluntades. El contrato en su noción tradicional supone voluntades
contrapuestas. Pero se trata de un acto jurídico unilateral distinto de uno ordinario, porque se dispone de dos
patrimonios. Leslie Tomasello por su parte señala que sólo en la tercera serie de casos debe otorgársele el
carácter de unilateral al autocontrato, puesto a que no existe representación de por medio sino que se actúa
como titular de dos patrimonios.
b. Claro Solar, siguiendo a Ripert y Planiol, le otorga naturaleza contractual por la idea de
representación, en el sentido de la representación-ficción. Esta postura presenta dos inconvenientes:
i. En Chile predomina la postura de la representación como modalidad de los actos
jurídicos.
ii. Es inaplicable a la tercera clase de casos.
c. Jorge López Santa María opina que siempre es contrato por los siguientes argumentos:
i. Jurídicamente la personalidad de un individuo puede desdoblarse.
Perfectamente una manifestación de voluntad puede darse respecto de un patrimonio y otra manifestación
respecto de otro, lo cual pugna con la lógica pero no al Derecho.
ii. El contrato debe examinarse funcionalmente como una relación jurídica ya
constituida distinguiendo entre contrato como fuente generadora y contrato como fuente constituida. El
contrato como fuente generadora no siempre se constituye por un acuerdo de voluntades.
Eficacia jurídica. En el Código Civil existen normas que las prohíben, y por tanto, a contrario sensu, la
autocontratación es válida. Ejemplos:
a. Art. 412 inc. 2°. Prohíbe al guardador comprar y tomar en arriendo
inmuebles del pupilo para si mismo o para su cónyuge, ascendientes o descendientes.
b. Art. 1796. Prohíbe autocontrato entre cónyuges no no separados
judicialmente (porque el marido en un régimen de sociedad conyugal actuaría por si y como representante de
la mujer) y entre padre o madre e hijo (similar al caso anterior). “Es nulo el contrato de compraventa entre
cónyuges no separados judicialmente, y entre el padre o madre y el hijo sujeto a patria potestad”.
c. Art. 2144. Prohíbe al mandatario comprar las cosas que el mandatario le
manda vender.
Art. 2144. “No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el mandante le ha
ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con
aprobación expresa del mandante”.
1.2 El subcontrato.
Definición. Es un nuevo contrato, derivado y dependiente de otro contrato previo de la misma naturaleza.
Regulación en el CC. Varios contratos lo regulan.
a. Arrendamiento. Arts. 1946, 1963, 1973 y 5 ley 18101 sobre arrendamientos de predios
rústicos.
b. Delegación del mandato. Arts. 2135, 2136 y 2138.
c. Subfianza. Arts 2335 inc. 2°, 2360, 2366 y 2380.
d. Contrato de construcción por suma alzada, cuando el constructor encarga a un tercero la
realización de determinadas obras. Art. 2003 N° 5.
e. Sociedad, cuando uno de los socios forma con su parte social otra sociedad particular con
un tercero. Art. 2088.
Regulación en el CCOM.
a. Transporte terrestre. Art. 168.
b. Mandato. Art. 261 a 267, 322 y 323.
c. Transporte marítimo. Art. 1006 y ss.
Importancia del subcontrato. A veces se hace imposible concretar tareas de gran envergadura por una misma
persona, como autopistas, represas, fabricación de productos industriales, etc., por lo que se hace necesario
delegar determinadas actividades a ciertas personas, y el subcontrato es el vehículo que lo permite.
Conceptualización.
a. Existen dos contratos.
a. Contrato principal, base o padre.
b. Subcontrato o contrato hijo.
b. Existen al menos tres partes Una primera parte contrata con el intermediario y este contrata
con un tercero.
Requisitos para que concurra la subcontratación.
a. Debe ser el contrato principal de cumplimiento diferido o de tracto sucesivo.
b. El contrato principla no puede ser un contrato traslaticio de dominio, porque si fuera
así cuando el adquirente celebre un contrato de la misma naturaleza con un tercero, no habrá subcontrato
sino un contrato nuevo o autónomo (por ello no existe subventa o subdonación).
c. Deben ser contratos de la misma naturaleza. Desde un punto de vista objetivo existe
una dependencia del subcontrato al contrato base, y por ello las prestaciones deben ser de la misma
naturaleza.
d. Las obligaciones que emanan del contrato principal no pueden ser intuito personae.
1.3 Grupos o cadenas de contratos.
Definición. Son varios contratos que se celebran estrechamente ligados entre si y en los que, por regla general,
uno de ellos constituye un contrato eje y los demás son contratos subordinados o dependientes.
Conceptualización.
Las cadenas pueden ser:
a. celebradas por contratantes distintos, pero al menos uno de ellos es común.
b. Pueden ser celebrados entre los mismos contratantes.
Ejemplos.
a. Leasing. Arrendamiento, opción venta.
b. En la compra de un inmueble. Compraventa, mutuo, hipoteca, seguro de desgravámen, y si
es con letras hipotecarias existirá un mandato.
Se siguen tres consecuencias jurídicas.
a. Acciones directas. Se ejercen directamente por parte del contratante en contra de otra
persona que no ha contratado con él pero la acción es de naturaleza contractual por emanar la relación de
una cadena de contratos, por tanto se trata de una excepción al efecto relativo de los contratos. En materia de
productos defectuosos, podría no sólo dirigirse contra el proveedor, sino también contra el fabricante. En
materia de construcción la responsabilidad del arquitecto, constructor o calculistas, sin que el comprador haya
contratado con ellos.
b. Sanciones ambulatorias. La ineficacia del contrato base trae la ineficacia de los demás
contratos dependientes. Doctrinariamente se distingue:
a. Si existe dependencia concreta: efectivamente produce la ineficacia de los contratos
dependientes.
b. Si la dependencia no es completa: los contratos dependientes perderán su razón de
ser, por tanto se vuelven ineficaces no automáticamente.
c. Expansión del principio de la buena fe. Respecto de todos los contratos que componen la
cadena.
1.4 El contrato preparatorio, preliminar, precontrato o pactum de contrahendo.
Definición. Vinculación nacida de un contrato cuya eficacia, en el querer de las partes, es sólo preliminar o
previa, puesto que lo que se intenta es un a relación futura y definitiva, ordinariamente entre las mismas
partes contratantes..
Justificación de los contratos preparatorios. Pueden ser variados como problemas económicos de una de las
partes, inhabilidades temporales, cumplimiento de formalidades habilitantes, realización de ciertas
circunstancias previas, etc.
Ejemplos de contratos preparatorios. Los ejemplos clásicos sobre la materia la constituyen el contrato de
promesa (art. 1554) y el contrato de opción que es aquel que consiste en la oferta unilateral de contrato que
formula una de las partes, de manera temporal, irrevocable y completa, a favor de la otra, que de momento se
limita a admitirla, reservándose libremente la facultad de aceptarla, en palabras del profesor Fueyo. También
los autores le han otorgado el carácter de contrato preparatorio al corretaje (que es una especie de mandato
mercantil), al pacto de retroventa (art. 1881), la cláusula compromisoria, el contrato de mandato, contrato de
suministro, contrato de apertura de crédito, leasing, los esponsales (art. 98), entre otros. No todos los autores
están de acuerdo en otorgarle el carácter de contratos preparatorios a estos últimos.
1.5 El contrato por persona a nombrar.
Definición. Es aquel en que una de las partes se reserva la facultad de designar, mediante una declaración de
voluntad ulterior, a la persona que adquirirá retroactivamente los derechos y asumirá las obligaciones
inicialmente radicadas en su patrimonio.
Conceptualizaión.
a. Se presenta en el mandato cuado el mandatario actúa a nombre propio, (art. 2151) sin
señalar el poder, y posteriormente declara su representación y traspasa sus derechos al mandante (art. 256
CCOM a propósito de la comisión).
Art.. 2151 CC. “El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del
mandante; si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante”.
Art. 256 CCOM. “Puede el comisionista reservarse el derecho de declarar más tarde por cuenta de qué
persona celebra el contrato.
Hecha la declaración, el comisionista quedará desligado de todo compromiso, y la persona nombrada le
sustituirá retroactivamente en todos los derechos y obligaciones resultantes del contrato”.
b. Puede ser más amplio. No supone necesariamente mandato o agencia oficiosa. Por ejemplo
una persona que desea efectuar un negocio, para lo cual no cuenta con capital suficiente y necesita interesar a
otros capitalistas que le aporten. Por tanto incluye en el contrato una facultad, reservada a éste, de incluir
otras personas en el contrato.
Personas que intervienen.
a. Contratante fungible o mutable. Es quien se reserva la facultad de nombrar a otra persona.
b. Contratante inmutable. Es la contraparte del contratante fungible.
c. Contratante a nombrar. De operar la facultad reservada al contratante fungible, es quien
adquirirá los derechos y obligaciones adquiridos por el contratante fungible.
Se distingue de la cesión de contrato. Básicamente por dos razones:
a. En la cesión de contrato existe un contrato de cesión.
b. La cesión de contrato no consiste en una facultad.
Eficacia Jurídica. Se le otorga eficacia jurídica por el principio de la autonomía de la voluntad. Art. 1545.
1.6 El contrato por cuenta de quien corresponda o in incertam personae.
Definición. Es aquel en que una parte queda indeterminada en el contrato en la seguridad de que después
será determinada.
Intervinientes.
a. Contratante formal. Que no es parte en el contrato.
b. Contratante inmutable.
c. Contratante real o por cuenta de quien corresponda o en blanco. La designación del
contratante real siempre tienen lugar y su designación no depende de las partes sino de un hecho extrínseco.
Principales diferencias con el contrato por persona a nombrar.
a. En el contrato por persona a nombrar no existe reserva de nombrar a la persona del
contratante real.
b. La determinación del contratante real no queda al arbitrio de una de las partes sino de un
hecho extrínseco como el acto de una autoridad.
c. En el contrato por cuenta de quien corresponda el contratante formal no es parte del
contrato.
Manifestaciones del principio en la parte general de los contratos. Visión de conjunto. Análisis de esas
manifestaciones del principio.
La autonomía de la voluntad en los contratos sirve de base a la mayoría de los principios de la contratación. La
norma básica en este sentido la encontramos en el art. 1545 CC: “Todo contrato legalmente celebrado es una
ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales.”
También los artículos 1444, 1546, 12, 1560, 22 de la Ley sobre efecto retroactivo de las leyes y 1567
recogerían en parte el mismo principio. Los dos primeros artículos se refieren a la existencia de leyes
supletoria que reglamentan los contratos a falta de estipulación de las partes y la posibilidad de las partes de
modificarlas. El art. 12 CC se refiere a que las partes pueden libremente renunciar a sus derechos siempre que
la renuncia mire al interés individual y no esté prohibida la renuncia. El artículo 1560 señala que el contrato
debe interpretarse según la voluntad de los contratantes. El artículo 22 de la LERL se refiere a que los
contratos se rigen por la ley vigente al tiempo de su celebración. El último artículo se refiere a que las partes
pueden extinguir de mutuo acuerdo las obligaciones que emanan de una relación contractual (resciliación o
mutuo disenso).
El principio de la autonomía de la voluntad sirve, como dijimos, a la mayoría de los principios de la
contratación. En la fase de formación del contrato nos encontramos como manifestaciones de la autonomía
de la voluntad el principio del consensualismo y la libertad contractual. En la fase de ejecución del contrato
nos encontramos con los principios de la fuerza obligatoria de los contratos y del efecto relativo de los
contratos. Como un marco general al iter contractual encontramos el principio de la buena fe, y el régimen
subjetivo de interpretación de los contratos.
En conclusión podemos resumir los postulados de la autonomía de la voluntad en los siguientes:
a. Las partes pueden crear libremente todas las relaciones jurídicas que estimen pertinentes. Así
pueden nacer los contratos innominados.
b. Nadie puede ser obligado a contratar contra su voluntad.
c. Las partes son libres para atribuir a los contratos alebrados los efectos que estimen pertinentes. Las
reglas que da el legislador son por regla general supletorias de la voluntad de los contratantes, y podrían, por
regla general derogarlas a su arbitrio.
d. Las partes pueden modificar y extinguir de común acuerdo los obligaciones que emana de los
contratos celebrados por ellas y, a contrario sensu, por regla general, no pueden por voluntad unilateral
alterar o extinguir lo pactado.
e. La voluntad de lo pactado es lo esencial en materia de interpretación. Es ésta la que le da contenido
al contrato.
f. En principio, lo pactado no puede ser alterado por vía judicial ni legal.
Atenuaciones y deterioro del principio en el derecho contemporáneo.
Hoy en día, el principio de la autonomía de la voluntad no aparece tan claro como en su origen.
Causas del deterioro:
a. La idea de que la voluntad, más que una fuente generadora de todo el derecho, es el instrumento
para actuar en la vida jurídica.
b. Limitaciones de carácter legal en orden a proteger la posición del contratante más débil. Se ha
dicho que la autonomía de la voluntad no asegura la justicia y la equidad.
Manifestaciones del deterioro.
a. Mayor ampliación del concepto de orden público, como en la irrenunciablidad de ciertos derechos
en determinados contratos (contrato de trabajo, arrendamiento, entre otros).
b. Desarrollo de instituciones destinadas a controlar el desequilibrio de las partes, como lograr una
mayor amplitud en la aplicación de la lesión y la imprevisión; y de instrumentos moralizadores de las
relaciones jurídicas.
c. Casos en que la ley obliga celebrar determinados contratos como en los contratos forzosos; o bien
se ve obligada a pesar de su voluntad como en los contratos colectivos.
d. Reglamentación imperativa de distintos aspectos en numerosos contratos como fijación de
precios, remuneraciones, entre otras.
LA IMPREVISIÓN.
Denominación:
a. Resolución por excesiva onerosidad sobreviniente.
b. Resolución por prestación exorbitante.
Definición 2. Es aquel que realizado validamente entre dos personas, pretende atribuir un derecho a una
tercera persona que no ha tenido parte alguna, ni directa ni indirectamente, en su tramitación y perfección, y
que, no obstante logra efectivamente el atribuir a esa tercera persona un derecho propiamente suyo, derecho
que no puede estimarse como propio del que estipuló tal contrato y cedido luego a un tercero, o simplemente
ejercido por éste en lugar de aquél.
Norma legal que la establece. Art. 1449. “Cualquiera puede estipular a favor de una tercera persona, aunque
no tenga derecho para representarla; pero sólo esta tercera persona podrá demandar lo estipulado; y
mientras no intervenga su aceptación expresa o tácita, es revocable el contrato por la sola voluntad de las
partes que concurrieron a él.
Constituyen aceptación tácita los actos que sólo hubieran podido ejecutarse en virtud del contrato”.
Aplicación práctica. Existen numerosas situaciones que se pueden explicar con esta figura. Ejemplos de ellas
son los seguros de vida; seguros de responsabilidad civil, como el seguro automotriz obligatorio; el contrato de
donación con carga en provecho de un tercero; el contrato de transporte de mercaderías entre consignante y
transportador que obliga la entrega de las mercaderías al consignatario (distinto del consignante); entre otras.
Partes en la estipulación.
a. Estipulante. Es quien contrata a favor de un tercero.
b. Promitente. El que se obliga con el estipulante en beneficio de un tercero.
c. Beneficiario. El que pasa a ser titular de un derecho exigible.
Naturaleza jurídica.
a. Teoría de la oferta. Doctrina tradicional.
i. El derecho o beneficio ingresa primeramente en el patrimonio del estipulante, y luego,
en una segunda convención con el beneficiario o mediante una oferta a título gratuito, se traspasa el derecho
con la aceptación del beneficiario.
ii. Críticas.
1. Si el beneficio ingresara al patrimonio del estipulante, los acreedores podrían
embargar el derecho, lo que desfiguraría la institución.
2. Haría procedente la acción de inoficiosa donación por tratarse de una cesión a
título gratuito (arts. 1425 y 1187).
3. Si fallece el estipulante o si se produce la incapacidad del oferente, según las
reglas generales, la oferta caducaría; y haría imposible consolidar la operación puesto que la oferta ya estaría
extinguida (art. 101 CCOM). Esto pugna precisamente con lo que ocurre precisamente en el seguro de vida.
Incluso, puede suceder que el beneficiario tome conocimiento de la estipulación después de la muerte del
estipulante.
b. Teoría de la gestión de negocios ajenos.
i. La agencia oficiosa es la gestión de negocios ajenos por una persona sin mandato de
otra (art. 2286). El agente oficioso en esta figura es el estipulante de los negocios de terceros. El tercero, con la
aceptación, ratifica lo obrado por el estipulante. Existe también una segunda convención: la aceptación daría
lugar a un mandato.
ii. Críticas:
1. Es una ficción que el estipulante gestiona negocios ajenos, porque actúa a
nombre propio y no como agente oficioso.
2. Existen inconvenientes entre las normas que regulan una u otra institución, y los
ordenes de responsabilidad que regulan una y otra institución (responsabilidad contractual y extracontractual
– aunque es discutible).
3. Los actos del agente oficioso, en la medida que sean útiles, obliga a la persona de
cuyos negocios se trata. En la estipulación a favor de otro, el tercero puede aceptar o rechazar.
4. En la agencia oficiosa el interesado es obligado a rembolsar aquello que ordena
la ley. En la estipulación a favor de otro, con la voluntad del promitente puede revocarse la estipulación en la
medida que no haya sido aceptada por el tercero.
c. Teoría de la voluntad unilateral como fuente de obligaciones.
i. Se trata de una declaración unilateral de voluntad del promitente para obligarse con el
beneficiarios.
ii. Críticas.
1. Desconoce la existencia de una convención de la cual emana el derecho en
beneficio de un tercero.
2. No puede explicarse la facultad del promitente con la venia del estipulante de
dejar sin efecto la convención.
d. Teoría de la adquisición directa por parte del tercero.
i. La estipulación a favor de otro sería una institución autónoma que si constituye una
excepción al efecto relativo de los contratos en virtud del cua se crea por los contratantes un derecho o
beneficio a favor de un tercero, quien pasa a ser titular de estos derechos desde la celebración del contrato,
sin perjuicio de su facultad de aceptarlo o rechazarlo.
ii. Críticas.
1. No puede explicarse la facultad de revocarse el derecho si se constituye, desde el
momento de la convención, en el patrimonio del tercero.
2. Contracrítica. Es una excepción en doble sentido: tanto porque se constituye un
derecho en el patrimonio del tercero, tanto como puede revocarse.
Partes.
a. Promitente. Es quien asume la obligación consistente en que el tercero ratifique.
b. Acreedor de la prestación. Es quien conviene con el promitente y es el acreedor de la
prestación en caso de que el tercero ratifique.
c. Tercero. Es aquel que con su ratificación se constituye deudor.
¿Constituye la promesa del hecho ajeno un excepción al efecto relativo de los contratos?
a. Una posición minoritaria considera que efectivamente es una excepción.
b. La posición mayoritaria señala que no es verdaderamente una excepción al efecto relativo
de los contratos, puesto que el contrato no genera obligación alguna para el tercero, quien sólo se constituye
deudor por medio de su ratificación. La obligación que nace por medio de la promesa del hecho ajeno es la del
promitente en relación a que el tercero ratifique.
Manifestaciones.
a. Un tercero puede hacer valer un contrato como hecho respecto de una de las partes contratantes.
b. Las partes pueden oponer un contrato, como hecho que es, frente a un tercero.
c. Un tercero puede fundar su pretensión, en contra de alguno de los contratantes, fundado en un
contrato.
INOPONIBILIDAD DE FONDO
Aquí la omisión atinge a elementos internos del acto jurídico. En razón de ello, el acto queda limitado de
invocarse u oponerse a terceros que, en consecuencia, pueden desconocerlo, pues en virtud de la
inoponibilidad de fondo, el acto no les empece.
Existen varios casos de inoponibilidad de fondo:
A.- Por falta de voluntad o de concurrencia al acto
Por ejemplo:
1) En la venta de cosa ajena:
“Art. 1815. La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la cosa vendida, mientras
no se extingan por el lapso de tiempo”.
La compraventa de una cosa ajena vale como contrato y produce efectos pero no es oponible al dueño que
conserva sus derechos y podrá reivindicarla, precisamente por no haber concurrido con su voluntad a la venta.
Pero el dueño, con posterioridad, puede prestar su voluntad que en un principio no concurrió, es decir, puede
ratificar la venta y hacer así oponible los efectos del acto que antes no lo afectaba.
“Art. 1818. La venta de cosa ajena, ratificada después por el dueño, confiere al comprador los derechos de tal
desde la fecha de la venta”.
2) Cuando el mandatario excede las facultades conferidas por el mandante
“Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro de los
límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera obligaciones
contraídas a su nombre”.
B.- Por lesión de asignaciones forzosas
“Art. 1167. Asignaciones forzosas son las que el testador es obligado a hacer, y que se suplen cuando no las ha
hecho, aun con perjuicio de sus disposiciones testamentarias expresas”.
El testamento que lesiona las asignaciones forzosas que el difunto estaba obligado a respetar, es inoponible a
estos asignatarios, los que podrán desconocerlo y hacerlo modificar a través de la acción de “reforma del
testamento” (artículo 1216).
C.- Por lesión a derechos adquiridos
La rescisión del decreto de posesión definitiva no afecta a los terceros respecto de las enajenaciones y
gravámenes válidamente constituidos con anterioridad.
“Art. 94. En la rescisión del decreto de posesión definitiva se observarán las reglas que siguen:
4.) En virtud de este beneficio se recobrarán los bienes en el estado en que se hallaren, subsistiendo las
enajenaciones, las hipotecas y demás derechos reales constituidos legalmente en ellos”.
D.- Por fraude
Los actos del deudor son oponibles a los terceros acreedores, aunque por ellos se empobrezca el patrimonio
del deudor que es la garantía general de los acreedores (artículo 2465).
Pero estos actos pasan a ser inoponibles, si se efectúan en perjuicio y con fraude a esos acreedores, quienes
podrán pedir que queden sin efecto a su respecto mediante la acción pauliana, revocatoria o directa (artículo
2468).
4. La simulación.
Condiciones de eficacia de la voluntad
Son condiciones de eficacia de la voluntad, que sea manifestada en forma libre, seria y sincera.
Sin embargo, hay casos excepcionales en que una persona intencionalmente declara lo que no quiere, es
decir, existe desacuerdo entre la voluntad real y la declarada.
En estos casos, su voluntad o no es seria o bien no es sincera.
Esto puede ocurrir en tres hipótesis:
a) En la reserva mental;
b) En las declaraciones iocandi causa; y
c) En la simulación
LA RESERVA MENTAL
Hay reserva mental cuando el declarante, a sabiendas de que lo declarado no responde a su voluntad real,
guarda en secreto o en su fuero interno, su verdadera voluntad.
Por ejemplo, si alguien manifiesta querer vender en circunstancias que no piensa hacerlo; o si alguien promete
algo pensando que no lo va a cumplir.
La reserva mental no afecta la validez del acto, conclusión que se fundamenta en la seguridad del tráfico
jurídico y en la protección de la confianza en la palabra empeñada.
Pero si la reserva mental fuera conocida por la contraparte, el acto sería ineficaz porque entonces la
declaración no cumpliría con el requisito de seriedad de la voluntad.
En principio, la seriedad del acto se presume y quien alegue que la contraparte conocía la reserva mental del
declarante debe probarlo.
Paralelo con la simulación
Se asemejan en que en ambas se declara lo que no se quiere con el propósito de engañar.
Pero existen varias entre ambas figuras:
a) La reserva mental sólo existe en una de las partes, el declarante. La simulación en cambio, es
compartida por ambas partes;
b) La reserva mental tiene por objeto engañar a la contraparte; en cambio, en simulación tiene por objeto
engañar a terceros;
c) La reserva mental no atenta contra la validez del acto; mientras que la simulación en ciertos casos y
condiciones sí lo hace.
LA SIMULACION
Atendiendo al requisito sinceridad de la voluntad declarada , los actos jurídicos pueden clasificarse en actos
jurídicos verdaderos y actos jurídicos simulados
Actos jurídicos verdaderos son aquellos en que la apariencia coincide con la realidad.
Actos jurídicos simulados son aquellos en que la apariencia no coincide con la realidad, como una donación
disfrazada de compraventa.
Concepto de simulación:
La simulación tiene lugar en las convenciones cuando las partes de común acuerdo hacen declaraciones sólo
aparentes, que no corresponden a realidad alguna, o disfrazan u ocultan su verdadera voluntad.
Meza Barros dice que el negocio jurídico simulado “es el que tiene una apariencia que no coincide con la
realidad, bien porque no tiene una real existencia, bien porque es diferente de lo que aparenta, es decir hay
una desapariencia entre la voluntad y su expresión, una contradicción entre el íntimo y verdadero querer de
los que contratan y la forma como manifiestan o exteriorizan ese querer”.
Demogue dice que la en la simulación existe “un acto ostensible que oculta voluntades diferentes de las que
se han expresado”.
El Código Civil argentino dice la simulación tiene lugar cuando “se encubre el carácter jurídico de un acto bajo
la apariencia de otro, cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras o fechas que no son verdaderas,
o cuando por él se constituyen o transmiten derechos de personas interpuestas que no son aquellas para
quienes en realidad se constituyen o transmiten”.
Requisitos de la simulación
1) Existencia de declaraciones que intencionalmente no se conforman con la voluntad real de las partes;
2) Dicha declaración ha sido concertada de común acuerdo por las partes: la simulación tiene lugar en las
convenciones;
3) El propósito perseguido es engañar a terceros.
Pero no siempre tiene por objeto perjudicar a terceros.
TRATAMIENTO DEL CC
Nuestro Código Civil no reglamenta expresamente la simulación y sólo existen algunas disposiciones aisladas
que la recogen, sobre cuya base la doctrina ha elaborado una “teoría” de la simulación.
CLASES DE SIMULACIÓN
Simulación lícita y simulación ilícita
Es lícita cuando las partes no persiguen perjudicar a terceros, como por ejemplo si es determinada por fines
altruistas, como un donante que quiere mantener el anonimato, etc.
Es ilícita cuando persiguen perjudicar a terceros y puede dar origen a responsabilidad civil (indemnización de
perjuicios) e incluso a responsabilidad penal (artículos 466 y 471 del Código Penal).
Constituye la regla general y las víctimas de ella son comúnmente los acreedores y el Fisco.
Simulación absoluta, simulación relativa y por interposición de persona
SIMULACIÓN ABSOLUTA
La simulación absoluta tiene lugar cuando las partes de común acuerdo hacen declaraciones sólo aparentes,
que no corresponden a realidad alguna.
Por ejemplo, un deudor que para eludir a sus acreedores “traspasa” sus bienes a terceros mediante actos
simulados a fin de que éstos con posterioridad se los restituyan; o cuando un deudor con un tercero fingen la
existencia de una deuda en su favor y le da bienes en pago que después el tercero de devolverá.
Normalmente el propósito de esta simulación es producir una ficticia disminución del activo de una persona o
un ficticio aumento de su pasivo, a fin de disminuir la garantía general que para los acreedores representa el
patrimonio del deudor (artículo 2465).
SIMULACIÓN RELATIVA
La simulación relativa tiene lugar cuando las partes de común acuerdo disfrazan u ocultan su verdadera
voluntad, es decir, encubren el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, como por ejemplo, si
una donación se disfraza de compraventa (para eludir un impuesto o con otro fin).
Pero no sólo puede disimularse el objeto de un acto o contrato, sino que también su fecha, modalidades,
monto del precio, etc.
En la simulación relativa nos encontramos con dos actos:
a) Un acto simulado o aparente (apariencia); y
b) Un acto disimulado u oculto (realidad).
Contraescrituras
Tanto la simulación absoluta como la relativa suelen ir acompañadas de resguardos (contraescrituras) donde
las partes dejan constancia de su verdadera voluntad.
SIMULACIÓN POR INTERPOSICIÓN DE PERSONA
Tiene lugar cuando al celebrarse un acto jurídico se interpone un extraño con el fin de ocultar a quien está
verdaderamente interesado en el acto.
Este tercero que se presta para esta maniobra se denomina normalmente palo blanco o testaferro. A través de
ella normalmente se busca burlar una incapacidad legal.
Por ejemplo, para burlar la prohibición del artículo 1796, el padre finge vender el bien a un tercero para que
éste a su vez se lo venda al hijo.
El código se refiere a esta forma de simulación en algunas disposiciones:
“Art. 966. Será nula la disposición a favor de un incapaz, aunque se disfrace bajo la forma de un contrato
oneroso o por interposición de persona”.
“Art. 1314. El albacea fiduciario deberá jurar ante el juez que el encargo no tiene por objeto hacer pasar parte
alguna de los bienes del testador a una persona incapaz, o invertirla en un objeto ilícito”.
“Art. 2144. No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el mandante le ha
ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con
aprobación expresa del mandante”.
Prueba de simulación
Corresponde al que la alega por aplicación de los principios generales conformo a los cuales la prueba
corresponde al que alega algo contrario a lo normal, corriente u ordinario, y lo normal es que la apariencia
corresponda a la realidad.
Medios de prueba
Los terceros pueden valerse de todos los medios probatorios: instrumentos, testigos, confesión de parte,
inspección personal del tribunal, informe de peritos y presunciones (artículo 341 del C.P.C).
Las partes, en cambio, están sujetas a las limitaciones a la admisibilidad de la prueba testimonial en lo que se
refiere a acreditar existencia del acto disimulado u oculto.
“Art. 1708. No se admitirá prueba de testigos respecto de una obligación que haya debido consignarse por
escrito”.
“Art. 1709.1. Deberán constar por escrito los actos o contratos que contienen la entrega o promesa de una
cosa que valga más de dos unidades tributarias”.
Efectos de la simulación absoluta:
En este caso hay sólo apariencia, porque la voluntad ostensible no encierra acto jurídico alguno.
Por ello, en este caso puede provocarse la inexistencia o nulidad absoluta del acto aparente probando la falta
total de voluntad.
Efectos de la simulación relativa
En este caso existe un acto jurídico, el acto disimulado u oculto, disfrazado bajo la apariencia de otro.
El problema es determinar: ¿qué acto debe prevalecer, el acto aparente o el oculto? ¿qué debe primar, la
voluntad real o la voluntad declarada?
Hay que distinguir la posición de las partes que celebraron el acto simulado y de los terceros.
Posición de las partes
La doctrina da una solución que se desprende de varios preceptos del código, según los cuales entre las partes
debe prevalecer la voluntad real sobre la aparente.
“Art. 1707. Las escrituras privadas hechas por los contratantes para alterar lo pactado en escritura pública, no
producirán efecto contra terceros.
Tampoco lo producirán las contraescrituras públicas, cuando no se ha tomado razón de su contenido al
margen de la escritura matriz cuyas disposiciones se alteran en la contraescritura, y del traslado en cuya virtud
ha obrado el tercero”.
El artículo 1707 establece la posibilidad de dos voluntades diferentes: la declarada en escritura original, y la de
la contraescritura en que se altera lo pactado en la primera. Asimismo el precepto haría prevalecer entre las
partes la voluntad real contenida en la contraescritura, por sobre la voluntad aparente de la escritura
primitiva.
Obviamente, para que el acto oculto sea válido debe cumplir con todos los requisitos generales y específicos
que exige la ley.
Así, si el acto oculto es solemne, deberá haberse cumplido con la respectiva solemnidad (por ejemplo, si se
trata de una donación de un bien raíz deberá haberse otorgado por escritura pública, artículo 1400).
El mismo principio de que entre las partes debe prevalecer la voluntad real sobre la aparente, se desprendería
de las siguientes normas:
“Art. 1560. Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las
palabras”.
“Art. 1546. Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se
expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o
la costumbre pertenecen a ella”.
“Art. 1069. Sobre las reglas dadas en este título acerca de la inteligencia y efecto de las disposiciones
testamentarias, prevalecerá la voluntad del testador claramente manifestada, con tal que no se oponga a los
requisitos o prohibiciones legales.
Para conocer la voluntad del testador se estará más a la substancia de las disposiciones que a las palabras de
que se haya servido”.
Posición de los terceros frente a la simulación
Los terceros en principio sólo se ven afectados por la apariencia: en la simulación absoluta por el acto único
aparente, y en la simulación relativa, por el acto simulado.
El acto disimulado u oculto es inoponible a los terceros. Pero si el acto aparente los perjudica y tienen interés
en que se haga ostensible el acto oculto, pueden ejercitar la acción de simulación relativa.
Además, si el acto oculto es ilícito los terceros podrá reclamar indemnización de perjuicios y en algunos casos
ejercer una acción de orden penal.
Si se hace valer una acción de simulación relativa con el propósito de hacer ostensible el acto oculto, será
necesario probar que el acto oculto ha cumplido con los requisitos de fondo y forma exigidos por la ley.
Así, si se ha ocultado una compraventa bajo apariencia de donación, habrá que probar todos los requisitos de
esa compraventa, sobre todo la escritura pública si se ha tratado de un bien raíz.
EL FRAUDE A LA LEY
Debe diferenciarse de la simulación porque consiste en procedimientos en sí lícitos e ingeniosos que
respetando la legalidad vigente, permiten hacer lo que la ley prohíbe o no hacer lo que la ley ordena, como
por ejemplo, si para eludir la prohibición del artículo 1796, marido y mujer anulan su matrimonio, celebran la
compraventa y vuelven a casarse.
Se trata de actos reales, queridos y efectivamente ejecutados, los que a pesar de que aisladamente son
perfectamente lícitos, combinados entre sí permiten eludir la ley.
d. Reglas subsidiarias.
Tienen lugar cuando después de haber aplicado las reglas anteriormente señaladas, el juez no ha llegado a
dilucidar la voluntad común de los contratantes.
a. De las cláusulas usuales. Art. 1563 inc. 2°. “Las cláusulas de uso común se presumen aunque no
se expresen”. Debe relacionarse esta norma con el artículo 1546. “Los contratos deben ejecutarse de buena
fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella”. No obstante
la precisión de la ley se le ha dado una aplicación restringida al artículo 1563 inc. 2°. Se ha señalado que sólo
tiene aplicación a aquellas cláusulas de la naturaleza del contrato (art. 1444), ya que, según el art. 2 del CC, “La
costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella” (en materia mercantil, el
artículo 4 CCOM otorga valor a la costumbre para suplir el silencio de la ley). Se critica esta interpretación de la
ley puesto que tanto el artículo 1546 y el art. 1563 inc. 2 se han remitido expresamente a la costumbre, y en
materia comercial el artículo 6 recogerían el mismo principio.
Art. 4 CCOM. “Las costumbres mercantiles suplen el silencio de la ley, cuando los hechos que las constituyen
son uniformes, públicos, generalmente ejecutados en la República o en una determinada localidad, y
reiterados por un largo espacio de tiempo, que se apreciará prudencialmente por los juzgados de comercio”.
Art. 6 CCOM. “Las costumbres mercantiles servirán de regla para determinar el sentido de las palabras o frases
técnicas del comercio y para interpretar los actos o convenciones mercantiles”.
No obstante la ley chilena no ha hecho diferencias entre uso y costumbre, alguna doctrina ha diferenciado
dichos conceptos. Los usos son prácticas o conductas que, por conveniencia, oportunidad u otros motivos,
siguen en sus relaciones jurídicas determinados sujetos o círculos de un núcleo social dado, pero que no
tienen el carácter de generalidad de la costumbre ni el convencimiento de que dichas conductas son
jurídicamente obligatorias,
b. Regla de la última alternativa. Art 1566. “No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas
precedentes de interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor.
Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea acreedora o
deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que
haya debido darse por ella”.
Según este artículo, de no poder aplicar las reglas antedichas, es necesario distinguir:
a. Contrato libremente discutido. En este caso, las cláusulas ambiguas se interpretan a favor del
deudor.
b. Contrato redactado o dictado por una sola de las partes. Las cláusulas ambiguas se interpretan
contra la parte que haya dictado el o extendido el contrato, sea acreedora o deudora, siempre que la
ambigüedad del contrato le sea imputable, puesto ésta lo ha redactado. En Chile se ha aplicado esta norma
especialmente a los contratos por adhesión.
¿Son las normas de interpretación imperativas para el juez?
a. Los primeros comentadores del Código de Napoleón consideraban que eran meros consejos dados por
el legislador al juez. El juez es plenamente soberano para interpretar el contrato, y su decisión sólo sería
revisable por medio del recurso de apelación, pero no por el recurso de casación. En Chile, la jurisprudencia
minoritaria lo ha considerado así.
b. Hoy en día se estima que las leyes sobre interpretación de los contratos son imperativas para el juez.
a. Se trata de leyes, y por tanto, son obligatorias para el juez de la misma forma que toda otra ley.
b. Por otro lado, los contratantes, al perfeccionar el contrato han tenido en vista las normas
legales aplicables, y dentro de ellas las de interpretación, de manera que el intérprete en su tarea, establezca
el sentido y alcance que las partes le han querido dar. Es por esto que el legislador ha impuesto estas normas
de interpretación, eliminando la variabilidad de soluciones a que podría llegarse.
Manifestaciones de la buena fe objetiva en las fases de preparación, conclusión y ejecución del contrato.
Referencia a la responsabilidad pre y post contractual.
a. En los tratos preliminares.
a. Impone el deber de mostrar las cosas conforme a la realidad, como la solvencia, aptitudes técnicas
y capacidad, vicios materiales de la cosa, etc.
b. Puede importar dolo el incumplimiento de esta obligación. Art. 1458. “El dolo no vicia el
consentimiento sino cuando es obra de una de las partes, y cuando además aparece claramente que sin él no
hubieran contratado.
En los demás casos el dolo da lugar solamente a la acción de perjuicios contra la persona o personas que lo
han fraguado o que se han aprovechado de él; contra las primeras por el total valor de los perjuicios, y contra
las segundas hasta concurrencia del provecho que han reportado del dolo”. Por tanto, puede dar lugar a la
rescisión del contrato, tratándose de dolo principal, o a la indemnización de perjuicios tratándose de dolo
incidental.
c. La buena fe objetiva habilita para que, sin dolo, pueda demandarse la indemnización de perjuicios
por culpa in contayendo, que hace derivar al tema de la responsabilidad precontractual.
d. En conclusión, importa:
i. Deber de información.
ii. Deber de secreto o reserva respecto de la información del otro contratante, y por tanto su
divulgación causa perjuicio.
iii. Deber de interrumpir los tratos cuando se puede determinar que no es posible la
conclusión de un contrato válido.
b. Fase de celebración del contrato.
a. Subsisten los deberes anteriores.
b. Habilita a pedir la indemnización de perjuicios respecto de aquella parte que conociendo una
causal de invalidación del contrato, igualmente lo haya celebrado. Así lo ha reconocido expresamente el
Código Civil Italiano.
c. También respecto al vendedor de cosa ajena, siempre que la hubiera vendido a sabiendas de que
era ajena.
d. En materia de lesión enorme, da pie la buena fe objetiva, a ampliar el concepto a cualquier
contrato en que una de las partes se aprovecha de la inexperiencia de la otra, porque la buena fe implica un
mínimo de equilibrio entre las partes.
c. Fase de cumplimiento del contrato.
a. La deslealtad del deudor puede implicar dolo, y por tanto tendrá aplicación el art. 1558. “Si no se
puede imputar dolo al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que se previeron o pudieron preverse al
tiempo del contrato; pero si hay dolo, es responsable de todos los perjuicios que fueron una consecuencia
inmediata o directa de no haberse cumplido la obligación o de haberse demorado su cumplimiento.
La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a indemnización de perjuicios.
Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas.”
b. Si no hay dolo, puede tener importancia este principio para:
i. La excepción de contrato no cumplido.
ii. Indemnización por la mora.
iii. Reajustabilidad en el cumplimiento de las obligaciones dinerarias.
c. Sirve de fundamento para fundamentar que se rechace la demanda de resolución por
incumplimiento cuando éste ha sido de poca monta.
d. Sirve de base para desestimar demanda en caso de incumplimiento contractual cuando no se le ha
podido exigir otra conducta al otro contratante, como si a un pintor se le ha muerto su madre.
e. Sirve de base para admitir la resolución por excesiva onerosidad sobreviniente.
f. Sirve como fundamento para la teoría de los actos propios.
g. Sirve de justificación de la obligación del acreedor de mitigar las pérdidas en el caso de
incumplimiento de su deudor. El art. 77 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de
Compraventa de Mercaderías se reconoce expresamente lo dicho anteriormente: “La parte que invoque el
incumplimiento del contrato deberá adoptar las medidas que sean razonables, atendidas las circunstancias,
para reducir la pérdida, incluido el lucro cesante, resultante del incumplimiento. Si no adopta tales medidas, la
otra parte podrá pedir que se reduzca la indemnización de los daños y perjuicios en la cuantía en que debía
haberse reducido la pérdida”. Es destacable que es constante en dicha convención la utilización de palabras
como “razonable” y “prudente”, con lo cual se alude directamente a la buena fe objetiva y al comportamiento
de un hombre razonable.
d. Relaciones post contractuales.
a. En los contratos de tracto sucesivo, no se puede pedir la terminación edl contrato abusando de su
derecho.
b. Sirve de fundamento a la responsabilidad post contractual por culpa post contraendi.
CONTRATO DE COMPRAVENTA
Proviene del antiguo “trueque
Título XXIII del Libro IV, arts 1793 y siguientes.
Concepto
Art. 1793. La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla
en dinero. Aquélla se dice vender y ésta comprar. El dinero que el comprador da por la cosa vendida, se llama
precio.
Caracteres
a) Bilateral (artículo 1439)
b) Oneroso (artículo 1440)
c) Por regla general es conmutativo (artículo 1441), pero excepcionalmente puede ser aleatoria (artículo
1813)
d) Principal (artículo 1442)
e) Por regla general es consensual (artículo 1443 y 1801.1), pero excepcionalmente es solemne (1801.2)
f) Constituye un título traslaticio de dominio (artículos 675 y 703), es decir, por si sola no transfiere el
dominio, para ello se requiere de la tradición.
A diferencia del Derecho francés en que el contrato tiene eficacia real, en Chile la compraventa (y los
contratos en general) sólo generan obligaciones (eficacia personal).
Elementos de la compraventa
Requiere de los requisitos generales del artículo 1445
Además, de los especiales propios de este contrato: a) la cosa
b) el precio y
c) el consentimiento en la cosa y el precio.
Formas del contrato de compraventa
1) Por regla general es consensual (artículo 1801.1)
Art. 1801.1. La venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la cosa y en el precio; salvas
las excepciones siguientes.
El consentimiento debe recaer en la cosa (artículos 1453 y 1454), en el precio y en la venta misma (artículo
1453).
Consentimiento en las ventas forzadas
Lo normal es que la voluntad se manifieste libre y espontáneamente (artículos 1451 y 1682.3).
Compraventas forzadas
Artículo 671.3
“En las ventas forzadas que se hacen por decreto judicial a petición de un acreedor, en pública subasta, la
persona cuyo dominio se transfiere es el tradente, y el juez su representante legal”.
2) Excepcionalmente es solemne y no basta el solo consentimiento, sino que además debe cumplirse con una
formalidad ad solemnitatem.
La solemnidad legal consiste en la escritura pública (artículo 1801.2): en la compraventa de bienes raíces,
censos, servidumbres y sucesiones hereditarias.
Para la adquisición del respectivo derecho real se requiere la tradición
Artículos 686 y 698
La inscripción de la compraventa en el registro del conservador es solemnidad de la tradición y no de la
compraventa
Prueba de los contratos solemnes
Además, se debe tener presente el artículo 1701 y 18: el contrato no puede probarse sino por la respectiva
solemnidad legal.
Mandato para vender
Se discute si el mandato para la venta de estos bienes debe otorgarse por escritura pública, no obstante que
el mandato es, por regla general, consensual.
La jurisprudencia y la mayoría de la doctrina estiman que si, porque en el mandato consta el consentimiento
del comprador o vendedor que actúa por mandatario.
Esta opinión se ha visto confirmada por la reforma que la ley 18.802, de 1989, introdujo a los artículo 1749,
inciso penúltimo y 1754 inciso 2º del CC.
Sólo es solemne la venta de inmuebles por su naturaleza y por adherencia, pero no:
a) la de muebles por anticipación (artículos 1801.3 y 571)
“Los frutos y flores pendientes, los árboles cuya madera se vende, los materiales de un edificio que va a
derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al suelo, como piedras y sustancias minerales de toda
clase, no están sujetos a esta excepción”.
b) ni la de inmuebles por destinación que, vendido separadamente del inmueble, recobran su calidad de
muebles.
Formalidades especiales
Hay formalidades que la ley exige por las circunstancias en que se celebra en contrato:
Por ejemplo, la previa tasación del inmueble y publicación de avisos en las ventas forzadas (artículo 485 y ss
del C.P.C).
Otras veces por la calidad o estado de las personas que lo celebran
Por ejemplo, artículos 254, 393 y 394 del CC.
En este caso se trata no de solemnidades, sino de formalidades habilitantes.
Solemnidades voluntarias
Son las convenidas por las partes cuando el contrato es naturalmente consensual y consisten en la escritura
pública o privada (artículo 1802)
“Art. 1802. Si los contratantes estipularen que la venta de otras cosas que las enumeradas en el inciso 2.- del
artículo precedente no se repute perfecta hasta el otorgamiento de escritura pública o privada, podrá
cualquiera de las partes retractarse mientras no se otorgue la escritura o no haya principiado la entrega de la
cosa vendida”.
Las arras
Concepto
Es la cantidad de dinero o de otras cosas muebles que una de las partes da a la otra en garantía de la
celebración o ejecución del contrato, o bien en parte del precio o en señal de quedar convenidos. Pueden ser
de dos clases
Las que se dan en garantía de la celebración o ejecución del contrato (artículos 1803 y 1804. Constituyen la
regla general (artículo 1805).
“Art. 1803. Si se vende con arras, esto es, dando una cosa en prenda de la celebración o ejecución del
contrato, se entiende que cada uno de los contratantes podrá retractarse; el que ha dado las arras,
perdiéndolas; y el que las ha recibido, restituyéndolas dobladas.
Art. 1804. Si los contratantes no hubieren fijado plazo dentro del cual puedan retractarse, perdiendo las arras,
no habrá lugar a la retractación después de los dos meses subsiguientes a la convención, ni después de
otorgada escritura pública de la venta o de principiada la entrega”.
Las que se dan como parte del precio o en señal de quedar las partes convenidas (artículo 1805)
“Art. 1805. Si expresamente se dieren arras como parte del precio, o como señal de quedar convenidos los
contratantes, quedará perfecta la venta; sin perjuicio de lo prevenido en el artículo 1801, inciso 2.-.
No constando alguna de estas expresiones por escrito, se presumirá de derecho que los contratantes se
reservan la facultad de retractarse según los dos artículos precedentes”.
Las arras en el Código de Comercio
En el C. de Comercio se presumen dadas en parte de prueba no pudiendo las partes retractarse, salvo el caso
de estipulación contraria (artículos 107 y 108).
Gastos de la compraventa
“Art. 1806. Los impuestos fiscales o municipales, las costas de la escritura y de cualesquiera otras
solemnidades de la venta, serán de cargo del vendedor; a menos de pactarse otra cosa”.
ELEMENTOS ESENCIALES DE LA COMPRAVENTA
La cosa vendida
Constituye el objeto de la principal obligación del vendedor.
Requisitos
Los de todo acto jurídico (artículo 1461.1 y 2), sin perjuicio de los siguientes propios de la compraventa.
“Art. 1461. No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se
espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y que estén determinadas, a
lo menos, en cuanto a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para
determinarla”.
Obligación de saneamiento
“Art. 1824.1. Las obligaciones del vendedor se reducen en general a dos: la entrega o tradición, y el
saneamiento de la cosa vendida”.
Es la segunda obligación del vendedor, pues no basta que entregue la cosa vendida sino que debe hacerlo de
manera que el comprador pueda gozar de ella tranquila y útilmente
Comprende el saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios.
“Art. 1837. La obligación de saneamiento comprende dos objetos: amparar al comprador en el dominio y
posesión pacífica de la cosa vendida, y responder de los defectos ocultos de ésta, llamados vicios
redhibitorios”.
Características de esta obligación
a) Es una obligación de la naturaleza del contrato (artículo 1444).
b) Es eventual, puede que tenga o no lugar
Saneamiento de la evicción
Objeto
“Art. 1837. La obligación de saneamiento comprende dos objetos: amparar al comprador en el dominio y
posesión pacífica de la cosa vendida...”.
Este amparo comprende dos etapas
1) Una obligación de hacer y
2) Una obligación de dar
La obligación de hacer
Consiste en que el vendedor debe concurrir al juicio que un tercero inicie en contra del comprador
pretendiendo derechos sobre la cosa una vez que sea legalmente citado por el comprador y a fin de
defenderlo en la forma que establece la ley.
La obligación de dar
Consiste en indemnizar al comprador en caso de que la cosa sea evicta.
La obligación de hacer es indivisible y la de dar es divisible
“Art. 1840. La acción de saneamiento es indivisible. Puede por consiguiente intentarse insólidum contra
cualquiera de los herederos del vendedor.
Pero desde que a la obligación de amparar al comprador en la posesión, sucede la de indemnizarle en dinero,
se divide la acción; y cada heredero es responsable solamente a prorrata de su cuota hereditaria.
La misma regla se aplica a los vendedores que por un solo acto de venta hayan enajenado la cosa”.
Requisitos para que se haga exigible el saneamiento de la evicción
1) Que el comprador se vea expuesto a sufrir evicción de la cosa comprada
2) Que el vendedor sea citado de evicción.
Concepto de evicción
“Art. 1838. Hay evicción de la cosa comprada, cuando el comprador es privado del todo o parte de ella, por
sentencia judicial”.
“Art. 1839. El vendedor es obligado a sanear al comprador todas las evicciones que tengan una causa anterior
a la venta, salvo en cuanto se haya estipulado lo contrario”.
Elementos
1) Privación total o parcial de la cosa
La expresión “parte” tiene un sentido material o intelectual, como si se hace valer un derecho de usufructo o
servidumbre.
2) Sentencia judicial
La evicción supone un juicio, no bastan reclamaciones extrajudiciales.
El vendedor sólo tiene que sanear las turbaciones de derecho y no las de hecho.
3) Debe tener una causa anterior a la venta
Artículos 1839 y 1843.1.
“Art. 1839. El vendedor es obligado a sanear al comprador todas las evicciones que tengan una causa anterior
a la venta, salvo en cuanto se haya estipulado lo contrario”.
“Art. 1843.1. El comprador a quien se demanda la cosa vendida, por causa anterior a la venta...”.
Obligación de hacer
Para hacer efectiva esta obligación, el comprador debe citar de evicción al vendedor, hacerle saber del juicio.
“Art. 1843.1. El comprador a quien se demanda la cosa vendida, por causa anterior a la venta, deberá citar al
vendedor para que comparezca a defenderla”.
Si no lo cita, el vendedor queda exonerado de responsabilidad:
“Art. 1843.3. Si el comprador omitiere citarle, y fuere evicta la cosa, el vendedor no será obligado al
saneamiento;...”.
La citación debe hacerse conforme al C.P.C.
“Art. 1843.2. Esta citación se hará en el término señalado por el Código de Enjuiciamiento”.
Artículos 584 y siguientes del C.P.C. (Título V del Libro III).
La citación debe hacerse antes de la contestación de la demanda.
A quién puede citarse
“Art. 1841. Aquel a quien se demanda una cosa comprada podrá intentar contra el tercero de quien su
vendedor la hubiere adquirido, la acción de saneamiento que contra dicho tercero competería al vendedor, si
éste hubiese permanecido en posesión de la cosa”.
Una vez citado el vendedor, pueden suceder dos cosas:
1) Que no comparezca dentro del término legal
“Art. 1843.3....y si el vendedor citado no compareciere a defender la cosa vendida, será responsable de la
evicción; a menos que el comprador haya dejado de oponer alguna defensa o excepción suya, y por ello fuere
evicta la cosa”.
2) Que comparezca dentro del término legal
2.1. Si el vendedor comparece dentro del término legal y no se allana al saneamiento
Asume el papel de demandado, pero el comprador puede siempre intervenir como tercero coadyuvante.
“Art. 1844. Si el vendedor comparece, se seguirá contra él solo la demanda; pero el comprador podrá siempre
intervenir en el juicio para la conservación de sus derechos”.
2.2. Si el vendedor comparece dentro del término legal y se allana al saneamiento
En cambio, si se allana al saneamiento, porque considera inútil defender el juicio porque se va a perder, el
comprador puede:
Aceptar el allanamiento
En cuyo caso el vendedor deberá indemnizarle y tendremos una evicción sin sentencia judicial
Art. 1856. La acción de saneamiento por evicción prescribe...Se contará el tiempo desde la fecha de la
sentencia de evicción; o si ésta no hubiere llegado a pronunciarse,...”.
No aceptar el allanamiento
Si el comprador no acepta el allanamiento del vendedor:
“Art. 1845. Si el vendedor no opone medio alguno de defensa, y se allana al saneamiento, podrá con todo el
comprador sostener por sí mismo la defensa; y si es vencido, no tendrá derecho para exigir del vendedor el
reembolso de las costas en que hubiere incurrido defendiéndose, ni el de los frutos percibidos durante dicha
defensa y satisfechos al dueño”.
Tendrá derecho a que se le indemnice conforme al artículo 1847, excepto los rubros 3 y 4.
“Art. 1847. El saneamiento de evicción, a que es obligado el vendedor, comprende:
3.- La del valor de los frutos, que el comprador hubiere sido obligado a restituir al dueño; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 1845;
4.- La de las costas que el comprador hubiere sufrido a consecuencia y por efecto de la demanda; sin perjuicio
de lo dispuesto en el mismo artículo;..”.
Obligación de dar
Si la sentencia niega lugar a la demanda:
“Art. 1855. Si la sentencia negare la evicción, el vendedor no será obligado a la indemnización de los perjuicios
que la demanda hubiere causado al comprador, sino en cuanto la demanda fuere imputable a hecho o culpa
del vendedor”.
En cambio, si la acoge, la cosa será evicta
El vendedor debe indemnizar al comprador los rubros comprendidos en el artículo 1847:
“Art. 1847. El saneamiento de evicción, a que es obligado el vendedor, comprende:
1.- La restitución del precio, aunque la cosa al tiempo de la evicción valga menos;
2.- La de las costas legales del contrato de venta que hubieren sido satisfechas por el comprador;
3.- La del valor de los frutos, que el comprador hubiere sido obligado a restituir al dueño; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 1845;
4.- La de las costas que el comprador hubiere sufrido a consecuencia y por efecto de la demanda; sin perjuicio
de lo dispuesto en el mismo artículo;
5.- El aumento de valor que la cosa evicta haya tomado en poder del comprador, aun por causas naturales o
por el mero transcurso del tiempo.
Todo con las limitaciones que siguen.
Art. 1848. Si el menor valor de la cosa proviniere de deterioros de que el comprador ha sacado provecho, se
hará el debido descuento en la restitución del precio.
Art. 1849. El vendedor será obligado a reembolsar al comprador el aumento de valor, que provenga de las
mejoras necesarias o útiles, hechas por el comprador, salvo en cuanto el que obtuvo la evicción haya sido
condenado a abonarlas.
El vendedor de mala fe será obligado aun al reembolso de lo que importen las mejoras voluptuarias.
Art. 1850. El aumento de valor debido a causas naturales o al tiempo, no se abonará en lo que excediere a la
cuarta parte del precio de la venta; a menos de probarse en el vendedor mala fe, en cuyo caso será obligado a
pagar todo el aumento de valor, de cualesquiera causas que provenga”.
Si la evicción es parcial
Puede pedir la resolución de la venta o el saneamiento de la evicción:
“Art. 1852.4. Si la evicción no recae sobre toda la cosa vendida, y la parte evicta es tal, que sea de presumir
que no se habría comprado la cosa sin ella, habrá derecho a pedir la rescisión de la venta”.
“Art. 1853. En virtud de esta rescisión, el comprador será obligado a restituir al vendedor la parte no evicta, y
para esta restitución será considerado como poseedor de buena fe, a menos de prueba contraria; y el
vendedor además de restituir el precio, abonará el valor de los frutos que el comprador hubiere sido obligado
a restituir con la parte evicta, y todo otro perjuicio que de la evicción resultare al comprador”.
Si no es de tanta importancia la parte evicta, o en el de no pedirse la rescisión de la venta
Art. 1854. En caso de no ser de tanta importancia la parte evicta, o en el de no pedirse la rescisión de la venta,
el comprador tendrá derecho para exigir el saneamiento de la evicción parcial con arreglo a los
artículos 1847 y siguientes.
Caso de las ventas forzadas
En el caso de las ventas forzadas, la indemnización se limita a la restitución del precio:
“Art. 1851. En las ventas forzadas hechas por autoridad de la justicia, el vendedor no es obligado, por causa de
la evicción que sufriere la cosa vendida, sino a restituir el precio que haya producido la venta”.
LA PERMUTACIÓN O CAMBIO
Concepto
Art. 1897. La permutación o cambio es un contrato en que las partes se obligan mutuamente a dar una
especie o cuerpo cierto por otro.
Se rige por las reglas de la compraventa
Art. 1900. Las disposiciones relativas a la compraventa se aplicarán a la permutación en todo lo que no se
oponga a la naturaleza de este contrato; cada permutante será considerado como vendedor de la
cosa que da, y el justo precio de ella a la fecha del contrato se mirará como el precio que paga por lo que
recibe en cambio.
Art. 1898. El cambio se reputa perfecto por el mero consentimiento; excepto que una de las cosas que se
cambian o ambas sean bienes raíces o derechos de sucesión hereditaria, en cuyo caso, para perfección del
contrato ante la ley, será necesaria escritura pública.
Art. 1899. No pueden cambiarse las cosas que no pueden venderse.
Ni son hábiles para el contrato de permutación las personas que no son hábiles para el contrato de venta.
CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
Concepto
Art. 1915. El arrendamiento es un contrato en que las dos partes se obligan recíprocamente, la una a conceder
el goce de una cosa, o a ejecutar una obra o prestar un servicio, y la otra a pagar por este goce, obra o servicio
un precio determinado.
Objeto
a) Conceder el goce de una cosa,
b) Ejecutar una obra
c) Prestar un servicio
Tratamiento del CC
1) Arrendamiento de cosas (artículos 1916 a 1986)
2) Arrendamiento de criados domésticos (parcialmente derogado por el Código del Trabajo)
3) Contratos para la confección de una obra material (artículos 1996 a 2005)
4) Arrendamiento de servicios inmateriales (artículos 2006 a 2012)
5) Arrendamiento de transporte (artículos 2013 a 2021)
Además, debe tenerse presente importantes leyes especiales
1) Ley 18.101, de 29 de enero de 1982, sobre arrendamiento de predios urbanos
2) Decreto Ley 993, de 24 de abril de 1975, sobre arrendamiento de predios rústicos
Caracteres generales
1) Consensual
2) Bilateral
3) Oneroso
4) Principal
5) De trato sucesivo
ARRENDAMIENTO DE COSAS
Art. 1915. El arrendamiento es un contrato en que las dos partes se obligan recíprocamente, la una a conceder
el goce de una cosa,… y la otra a pagar por este goce, … un precio determinado.
Se le denomina también “locación”.
PARTES DEL CONTRATO
Art. 1919. En el arrendamiento de cosas la parte que da el goce de ellas se llama arrendador, y la parte que da
el precio arrendatario.
El arrendatario de predios urbanos se llama inquilino (art. 1970) y el de predios rústicos, colono (art. 1979).
Diferencias con la compraventa
Constituye un título de mera tenencia, a diferencia de la compraventa.
Diferencias con el derecho de usufructo
Constituye un contrato, que genera para el arrendatario un derecho personal, a diferencia del usufructo.
Diferencias con el comodato
Este último es unilateral, esencialmente gratuito y real.
ELEMENTOS DEL CONTRATO
1) Consentimiento
2) Cosa
3) Precio
1) CONSENTIMIENTO
El arrendamiento de cosas es consensual, se perfecciona por el solo consentimiento de las partes en la cosa y
el precio.
Excepción
El arrendamiento de predios rústicos, regulado por el D.L. 993, es solemne (artículo 5, modificado por Ley
18.985, de 1990): se debe otorgar por escritura pública, o por escritura privada y dos testigos.
Formalidades del contrato
Sin perjuicio de lo expresado, la ley ha impuesto respecto de este contrato:
Formalidades por vía de prueba
a) Las generales de los artículos 1708 y siguientes del CC
b) Las de los artículos 20 de la Ley 18.101, sobre arrendamiento de predios urbanos; y 13 y 13 del DL
993, sobre arrendamiento de predios rústicos.
Formalidades por vía de publicidad
Es conveniente que se otorgue por escritura pública (artículo 1962 del CC) y además, conviene inscribirlo
(artículo 1962), puesto que es un título que puede inscribirse (artículo 53 del Reglamento del CBR), para
hacerlo oponible a terceros adquirentes.
La escritura pública procura, además, un título ejecutivo.
Formalidades habilitantes
Suele exigirlas la ley, en consideración al estado o calidad de las partes que lo celebran. Por ejemplo, artículos
1756 y 1761.
Solemnidades voluntarias
Al igual que en la compraventa, pueden las partes estipular solemnidades y dar al contrato el carácter de
solemne, con los efectos que indica el artículo 1921:
“Art. 1921. Si se pactare que el arrendamiento no se repute perfecto mientras no se firme escritura, podrá
cualquiera de las partes arrepentirse hasta que así se haga, o hasta que se haya procedido a la entrega de la
cosa arrendada,…”.
2) COSA
Debe reunir los requisitos de toda declaración de voluntad:
Art. 1461. No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se
espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y que estén determinadas, a
lo menos, en cuanto a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para
determinarla.
Pueden arrendarse
“Art. 1916. Son susceptibles de arrendamiento todas las cosas corporales o incorporales, que pueden usarse
sin consumirse…”.
Todas las cosas muebles o inmuebles, corporales o incorporales.
Así, puede arrendarse el derecho de usufructo (artículo 793).
O el derecho derivado del contrato de arrendamiento, mediante un subarrendamiento (artículo 1946).
Pero la cosa, dada la naturaleza del contrato, no puede debe ser consumible.
Puede arrendarse aun la cosa ajena, y el arrendatario de buena fe tendrá acción de saneamiento contra el
arrendador, en caso de evicción (artículo 1916.2)
No pueden arrendarse
1) Las cosas que la ley prohíbe arrendar
2) Los derechos estrictamente personales (personalísimos), como los de habitación y uso
3) Las cosas consumibles
“Art. 1916.1. Son susceptibles de arrendamiento todas las cosas corporales o incorporales, que pueden usarse
sin consumirse; excepto aquellas que la ley prohíbe arrendar, y los derechos estrictamente personales, como
los de habitación y uso”.
PRECIO
Debe ser:
a) Real o serio
b) Determinado: La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga
datos que sirvan para determinarla. “Art. 1918. El precio podrá determinarse de los mismos modos que en el
contrato de venta”. Es decir, pueden determinarlo las partes o un tercero, pero no por una sola de las partes
(artículos 1808 y 1809)
c) El precio puede consistir ya en dinero, ya en frutos naturales de la cosa arrendada; y en este segundo
caso puede fijarse una cantidad determinada o una cuota de los frutos de cada cosecha (artículo 1917.1)
d) Puede consistir en una cantidad alzada o periódica . Se llama renta cuando se paga periódicamente
(artículo 1917.2)
2.- Obligación de mantener la cosa en el estado de servir para el fin a que ha sido arrendada
La obligación de mantener la cosa arrendada en buen estado consiste en hacer durante el arriendo todas las
reparaciones necesarias, esto es, las indispensables para mantener la cosa en estado de servir para el objeto
para el cual se arrendó (artículo 1927 y 1935).
Pero las estipulaciones de los contratantes pueden modificar esta obligación.
3.- Obligación de librar al arrendatario de toda turbación o embarazo en el goce de la cosa arrendada
El arrendador debe procurar al arrendatario un goce tranquilo y pacífico de la cosa.
Esta obligación se divide en dos:
a) Obligación del arrendador de no turbar al arrendatario
El arrendador en virtud de la obligación de librar al arrendatario de toda turbación o embarazo, no puede, sin
el consentimiento del arrendatario, mudar la forma de la cosa arrendada, ni hacer en ella obras o trabajos
algunos que puedan turbarle o embarazarle el goce de ella, salvo en los casos que indica el artículo 1928.
En caso de hacerlo, debe indemnizarle los perjuicios (artículo 1929).
b) Obligación de sanear las turbaciones de derecho que sean obra de terceros
Art. 1930. Si el arrendatario es turbado en su goce por vías de hecho de terceros, que no pretenden derecho a
la cosa arrendada, el arrendatario a su propio nombre perseguirá la reparación del daño.
Y si es turbado o molestado en su goce por terceros que justifiquen algún derecho sobre la cosa arrendada, y
la causa de este derecho hubiere sido anterior al contrato, podrá el arrendatario exigir una disminución
proporcionada en el precio o renta del arriendo, para el tiempo restante.
Y si el arrendatario, por consecuencia de los derechos que ha justificado un tercero, se hallare privado de
tanta parte de la cosa arrendada, que sea de presumir que sin esa parte no habría contratado, podrá exigir
que cese el arrendamiento...” y la indemnización de todo perjuicio.
Art. 1931. La acción de terceros que pretendan derecho a la cosa arrendada, se dirigirá contra el
arrendador.
El arrendatario será sólo obligado a noticiarle la turbación o molestia que reciba de dichos terceros, por
consecuencia de los derechos que alegan, y si lo omitiere o dilatare culpablemente, abonará los perjuicios que
de ello se sigan al arrendador.
OBLIGACIONES DEL ARRENDATARIO
1.- Obligación de pagar el precio o renta
“Art. 1942.1. El arrendatario es obligado al pago del precio o renta”.
Se trata de una obligación de la esencia del contrato (oneroso).
Época del pago del precio
Art. 1944. El pago del precio o renta se hará en los períodos estipulados, o a falta de estipulación, conforme a
la costumbre del país, y no habiendo estipulación ni costumbre fija, según las reglas que siguen:
La renta de predios urbanos se pagará por meses, la de predios rústicos por años.
Si una cosa mueble o semoviente se arrienda por cierto número de años, meses, días, cada una de las
pensiones periódicas se deberá inmediatamente después de la expiración del respectivo año, mes o día.
Si se arrienda por una sola suma, se deberá ésta luego que termine el arrendamiento.
2.- Obligación de usar de la cosa según los términos o espíritu del contrato
Art. 1938. El arrendatario es obligado a usar de la cosa según los términos o espíritu del contrato, y no podrá
en consecuencia hacerlo servir a otros objetos que los convenidos, o, a falta de convención expresa, aquellos a
que la cosa es naturalmente destinada, o que deban presumirse de las circunstancias del contrato o de la
costumbre del país.
Si el arrendatario contraviene a esta regla, podrá el arrendador reclamar la terminación del arriendo con
indemnización de perjuicios, o limitarse a esta indemnización, dejando subsistir el arriendo.
2.- Por la expiración del tiempo estipulado para la duración del arriendo
El contrato de arrendamiento puede ser por tiempo determinado y por tiempo indeterminado.
Contrato de arrendamiento por tiempo determinado
Es por tiempo determinado:
a) Si en el contrato se ha fijado tiempo para la duración del arriendo,
b) Si la duración es determinada por el servicio especial a que se destinó la cosa arrendada, o
c) Por la costumbre
En tales casos el contrato termina ipso iure, sin sea necesario desahucio (artículo 1954).
Contrato de arrendamiento por tiempo indeterminado
Dura indefinidamente mientras las partes no expresen voluntad de ponerle fin, mediante el desahucio:
Art. 1951.1. Si no se ha fijado tiempo para la duración del arriendo, o si el tiempo no es determinado por el
servicio especial a que se destina la cosa arrendada o por la costumbre, ninguna de las dos partes podrá
hacerlo cesar sino desahuciando a la otra, esto es, noticiándoselo anticipadamente.
Art. 1953. Si se ha fijado tiempo forzoso para una de las partes y voluntario para la otra, se observará lo
estipulado, y la parte que puede hacer cesar el arriendo a su voluntad, estará sin embargo sujeta a dar la
noticia anticipada que se ha dicho.
El desahucio
Es el aviso anticipado que una de las partes da a la otra de su voluntad de poner fin al contrato.
a) Es un acto unilateral
b) Es irrevocable (artículo 1952)
“Art. 1952. El que ha dado noticia para la cesación del arriendo, no podrá después revocarla, sin el
consentimiento de la otra parte”.
“Art. 1950. El arrendamiento de cosas expira de los mismos modos que los otros contratos, y especialmente:
4.- Por sentencia del juez en los casos que la ley ha previsto”.
Cuando se dicta sentencia de terminación del contrato por incumplimiento de las obligaciones que de él
derivan; o cuando se le declara judicialmente nulo o rescindido.
Reglas particulares relativas al arrndamiento de predios urbanos.
Regulación.
1.- Reglas generales del arrendamiento de cosas.
2.- Reglas especiales del párrafo 5°, arts. 1970 a 1977, y son reiteración de las normas generales.
Sin embargo establece dos cuestiones especiales.
a. Libertad para pactar el precio o renta.
b. Desahucio discrecional y en plazos breves. Art. 1976.
Art. 1976. “El desahucio en los casos en que tenga lugar, deberá darse con anticipación de un período entero
de los designados por la convención o la ley para el pago de la renta”.
3.- Ley especial en materia de arrendamiento de predios urbanos.
a. Históricamente ha sido uno de los ejemplos más clásicos de dirigismo contractual. El fundamento de
este dirigismo consistió en el desplazamiento masivo a centros urbanos y escasez de viviendas.
b. En 1932 se dictó la primera ley especial caracterizada por imponer restricciones a la libertad
contractual.
a. La renta anual máxima estaba vinculada al avalúo fiscal de la propiedad, esto es, un 11%.
b. El desahucio y las demás causales debían ser motivadas, siempre eran motios plausibles.
c. Se ampliaron los plazos para el desahucio: hasta 5 años legalmente.
c. Se dictaron otras leyes con posterioridad:
a. DL 520.
b. Ley 6844.
c. Ley 11622.
d. Ley 17600.
d. El DL 964 del año 1975 constitute el antecedente de la ley 18101 que rige hoy.
a. Este DL fue de corte liberal incentivando la propiedad privada y se elimina el dirigismo
contractual.
b. Significa un retorno a las normas del CC para un importante número de inmuebles urbanos en
materia de libertad para pactar renta y desahucio discrecional.
c. Sólo respecto de bienes raíces debajo de un avalúo fiscal determinado se mantuvo la renta
máxima legal y desahucio por motivo plausible.
d. Redujo los plazos de restitución, pero fijó superiores a los del CC.
e. Sustituyo los múltiples procedimientos existentes por un juicio sumario, modificado.
f. Estableció la retroactividad de sus normas (art. 1 transitorio).
e. Ley 18101.
a. Significa en gran medida una vuelta a las normas del CC, eliminando el dirigismo contractual.
b. La ley 18101 se aplica preferentemente al arrendamiento de bienes urbanos, y supletoriamente
por las normas del CC.
Ley 18101.
Ámbito de aplicación.
a. Territorial. Art. 1.
Artículo 1°- “El contrato de arrendamiento de bienes raíces urbanos, entendiéndose por tales los ubicados
dentro del radio urbano respectivo, se regirá por las disposiciones especiales de esta ley y, en lo no previsto en
ella, por el Código Civil.
La misma norma se aplicará a los arrendamientos de viviendas situadas fuera del radio urbano, aunque
incluyan terreno, siempre que su superficie no exceda de una hectárea”.
Es un contrato solemne. Artículo 26.- “Los contratos de arrendamiento de viviendas con promesa de
compraventa deberán celebrarse por escritura pública e inscribirse en el Registro de Hipotecas y Gravámenes
del Conservador de Bienes Raíces respectivo.
Los correspondientes inmuebles no podrán estar hipotecados ni gravados con censos, usufructos, derechos de
uso o habitación o fideicomisos, ni sujetos a interdicciones o prohibiciones de enajenar.
En el contrato de arrendamiento con promesa de compraventa, con subsidio habitacional, deberá fijarse un
plazo no superior a veinte años para la celebración del contrato de compraventa prometido, que se contará
desde la fecha del contrato de arrendamiento con
promesa de compraventa.
El arrendatario promitente vendedor y la sociedad inmobiliaria podrán convenir la sustitución de la vivienda
arrendada por otra, debiendo en los contratos con subsidio habitacional, mantenerse invariable la
fecha convenida para la celebración del contrato de compraventa prometido”.
Aplicación de otras normas. Artículo 67.- “En todo lo no contemplado expresamente en esta ley se aplicarán
las disposiciones del Código Civil, del Código de Comercio y de otros cuerpos
legales, según corresponda, con excepción de la
ley N° 18.101”.
Contrato de Promesa.
Denominación.
a. Promesa.
b. Promesa de contrato.
c. Contrato de promesa de celebrar un contrato.
Definición. La promesa es un contrato en que una o ambas partes se obligan a celebrar en el futuro
determinado contrato (Meza).
Razones que llevan a celebrar un contrato de promesa.
Hay muchas razones que pueden hacer que las partes no celebren de inmediato un contrato, así por
ejemplo puede haber un impedimento legal que obste a la celebración inmediata que del contrato las partes
deseen
Puede ser necesario el alzamiento de un embargo, de una prohibición de enajenar o dar tiempo a las
partes para obtener el dinero necesario para el precio, permitir el examen exhaustivo de determinado bien,
regularización la titulación de un inmuebles, dar tiempo para tramitar un crédito, etc.
Este propósito se logra a través del contrato de promesa que es a su vez un contrato con fisonomía
propia (distinto al contrato prometido).
Diferencias de la promesa con la simple oferta.
La promesa es un contrato, o sea hay acuerdo de voluntad aunque la promesa sea unilateral. Así por ejemplo
si Juan promete vender a Pedro un determinado bien a un determinado precio, transcurrido un plazo estamos
ante una simple oferta que el oferente podría revocar a su arbitrio.
En cambio, si Pedro promete comprar este bien a ese precio, si transcurrido el plazo el negocio le resulta
conveniente, estamos en presencia de una promesa aunque unilateral porque si bien Juan se ha obligado a
vender, Pedro no se ha obligado a comprar.
Por último, si Pedro señala que va a comprar el bien a ese precio transcurrido el plazo, estamos en presencia
no del contrato de compraventa definitivo, porque tratándose e este caso de un inmueble faltaría la
solemnidad de la escritura pública. De manera que estamos en presencia de una promesa bilateral.
Promesa y contrato prometido.
La promesa es un contrato distinto del contrato prometido, pues el objeto de la promesa es celebrar el
contrato prometido y sus efectos son obligar a las partes a celebrarlo, o sea a una o ambas partes, es decir sea
la promesa uni o bilateral.
En cambio, el contrato prometido tiene el objeto y efectos propios de su naturaleza. Ambos contratos
se suceden en el tiempo y celebrar el contrato prometido importa cumplir la promesa.
Ámbito de aplicación de la promesa en el CC.
Título XII, Libro IV, “de los efectos de las obligaciones”. Los contratos se tratan en el libro IV, título XXII en
adelante. Sin embargo, este contrato de promesa está tratado en el art. 1554. En el art. 1553 se trata de los
efectos de las obligaciones de hacer, en el art. 1555 los efectos de las obligaciones de no hacer.
En la promesa se genera una obligación de hacer: un hecho jurídico, celebrar un contrato definitivo. Y
por tanto debe remitirse al art. 1553.
El CC Francés reglamentó la promesa a propósito de la compraventa. En cambio, en Chile, este
contrato tiene una aplicación general y así por ejemplo puede haber promesa de compraventa, de
arrendamiento, de mutuo, de depósito, de hipoteca, de sociedad, etc., de cualquier clase de contratos típicos
o atípicos.
Promesa de contratos consensuales.
Según algunos, la promesa solo puede tener lugar respecto de contratos reales y solemnes como se
desprendería del art. 1554 N° 4, pues si el contrato prometido fuere consensual al especificarse y haber
acuerdo de las partes éste se perfeccionaría, de manera que en estos casos la promesa y el contrato
prometido se confundirían. Ejemplo: la promesa de compraventa de cosas muebles.
Para otros la promesa de contrato consensual es admisible por las siguientes razones:
a. Porque los impedimentos jurídicos o materiales que obstan a la contratación definitiva, también
pueden presentarse en este caso.
b. Porque la promesa tiene un objeto distinto que el contrato prometido que no cabe confundir.
c. Porque la declaración de voluntad de la promesa es distinta pues las partes manifiestan su voluntad de
obligarse sólo para el futuro.
d. Porque de la historia fidedigna de la ley se desprende que sería admisible la promesa en este caso,
porque en el proyecto de 1853 se hacía equivalente a la promesa con el contrato prometido, en este caso una
equivalencia que en definitiva se suprimió.
e. Porque la promesa tiene una individualidad propia acusada por su solemnidad: Art. 1554 N° 1: que
conste por escrito.
Requisitos de la promesa.
Art. 1554. “La promesa de celebrar un contrato no produce obligación alguna; salvo que concurran las
circunstancias siguientes:
1.a Que la promesa conste por escrito;
2.a Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran ineficaces;
3.a Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época de la celebración del contrato;
4.a Que en ella se especifique de tal manera el contrato prometido, que sólo falten para que sea perfecto, la
tradición de la cosa, o las solemnidades que las leyes prescriban.
Concurriendo estas circunstancias habrá lugar a lo prevenido en el artículo precedente”.
a. Que la promesa conste por escrito. Art. 1554 N°1.
a. Si falta este requisito la sanción es la nulidad absoluta porque falta una solemnidad. Se trata de
una formalidad ad solemnitatem (solemnidad) cuya omisión acarrea en doctrina la inexistencia y en el
Derecho chileno la nulidad absoluta, art. 1682 inc 1°.
b. Además la escrituración juega como formalidad ad probationem, de manera que no podrá
probarse por testigos(art. 1708) o por conseción de parte.
c. Como la ley sólo exige que la promesa conste por escrito, basta una escritura privada aún
cuando el contrato prometido requiera escritura pública, como por ejemplo una compraventa de un bien raíz,
porque exigir escritura pública para la promesa sería crear una solemnidad no exigida por la ley y confundir la
solemnidad de la promesa por la del contrato prometido en circunstancias que el N°4 distingue claramente
una de otra.
Hace excepción a esta regla el art. 515 del CCOM, que señala que el seguro ajustado verbalmente vale como
promesa, con tal que los contratantes hayan convenido formalmente en la cosa, riesgo y prima.
Art. 515.” El seguro ajustado verbalmente vale como promesa, con tal que los contratantes hayan convenido
formalmente en la cosa, riesgo y prima.
La promesa puede ser justificada por cualquiera de los medios probatorios admitidos en materia mercantil, y
autoriza a cada una de las partes para demandar a la otra el otorgamiento de la póliza”.
b. Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran ineficaces. Art. 1554 N°3.
a. Es decir, es necesario que el contrato prometido sea válido.
b. La doctrina y la jurisprudencia han señalado que esta exigencia se refiere a los requisitos
intrínsecos o de fondo del contrato prometido y no a los extrínsecos o de forma, pues éstos deben cumplirse
al momento de la celebración del contrato prometido. Así por ejemplo sería nula la compraventa entre
cónyuges no separados judicialmente (art. 1796) o si el contrato adolece de objetos o causas ilícitos.
c. Casos que se prestan para dudas.
i. Promesa de compraventa de bienes embargados. Art. 1464 N° 3 y 1810.
Art. 1464. “Hay un objeto ilícito en la enajenación: 3. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos
que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello”.
Art. 1810. “Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya enajenación no esté prohibida
por ley”.
Se determina que valen si se entiende hecha bajo la condición de que el embargo se alce. El embargo es un
impedimento legal para celebrar el contrato definitivo.
La promesa en este caso se ha señalado que vale puesto que no importa enajenación y se entienda hecha bajo
la condición de que al momento de la enajenación se habrá alzado el embargo.
ii. Promesa de venta de bienes con prohibición de enajenar judicial o convencional. Se ha
dicho que la promesa vale puesto que:
1. No constituye un acto de disposición o enajenación
2. Al contrario de vulnerar una prohibición importa un respeto a la misma.
3. Porque la promesa tiene por objeto la celebración futura del contrato
iii. Promesa de venta de cosa ajena. Si la compraventa de cosa ajena vale, con mayor razón
vale a promesa.
iv. Promesa de venta de un bien raíz de la sociedad conyugal. La ley 18.802 puso término a
una discusión ya que el art. 1749, antes de dicha ley, señalaba que para la compraventa de bienes raíces
sociales se necesitaba en consentimiento de la mujer, pero no señalaba nada respecto de la promesa. Hoy
está contemplado expresamente por el art. 1749 inc. 3°. “El marido no podrá enajenar o gravar
voluntariamente ni prometer enajenar o gravar los bienes raíces sociales ni los derechos hereditarios de la
mujer, sin autorización de ésta”. Sanción: nulidad relativa (art. 1757).
c. Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época de la celebración del contrato. Art.
1554 N°3.
a. Nada impide que se establezcan ambas copulativamente. Por ejemplo se señala que el contrato
prometido se celebrará si la Asociación de Ahorros y Préstamos, otorga un crédito antes del 15 de diciembre
de 2006 (hay plazo y condición).
b. En este caso las solemnidades son elementos esenciales del contrato de promesa, de manera
que si no se contienen en él habría nulidad absoluta que debe ser declarada de oficio por el juez (porque
aparece de manifiesto).
c. El plazo o la condición o la condición deben fijar la época de celebración del contrato
prometido, no necesariamente una fecha o momento preciso.
d. El plazo.
i. Si las partes tienen seguridad acerca del momento en que van a celebrar el contrato
prometido establecerán un plazo. Por ejemplo el contrato} prometido se celebrará el 12 de marzo de 2006 o
bien 5 meses a contar de la fecha de esta escritura o de cualquier otro documento.
ii. Se ha discutido acerca si el plazo es suspensivo o extintivo.
1. Para alguna doctrina y jurisprudencia el palzo es normalmente extintivo, de
manera que vencido el plazo se produce la caducidad de la promesa, por la utilización de palabras como “en”
o “dentro de “ que indican plazos fatales (art. 49).
2. }Para otra doctrina el plazo será normalmente suspensivo, de manera que
vencido el plazo, recién se podrá exigir la celebración del contrato prometido, pues sostener que el plazo es
normalmente extintivo equivale a señalar que si una persona se obliga a pagar en el plazo de 3 meses, vencido
este plazo, se extingue el derecho de exigir el pago, cuando muy por el contrario vencido el plazo se hace
exigible la obligación. Sin embargo, nada obsta a que las partes den al plazo el carácter de extintivo, como si
señalan, por ejemplo, que el contrato prometido deberá celebrarse a más tardar dentro de tres meses.
e. La condición. Si las partes no tienen seguridad acerca de la celebración del contrato prometido
pueden señalar en la promesa una condición, condición que debe fijar la época de celebración del contrato
prometido, es decir, debe ser determinado. Así lo ha señalado la jurisprudencia, habiéndole negado valor a las
condiciones indeterminadas. Para algunos la condición indeterminada también fijaría la época de celebración
del contrato prometido por cuanto si no se cumple en 10 años, se tiene por fallida.
d. Que en ella se especifique de tal manera el contrato prometido, que sólo falten para que sea perfecto,
la tradición de la cosa, o las solemnidades que las leyes prescriban.
a. Este requisito importa individualizar el contrato prometido, de tal manera que no se confunda
con otro, y se justifica porque en caso contrario la promesa devendrá en ineficaz al imposibilitarse la ejecución
forzada por falta de precisión del contrato prometido. Esta especificación dice relación con los elementos
esenciales del contrato prometido y no con los naturales ni accidentales.
b. Tratándose de promesa de venta de bienes raíces, se ha discutido se es necesario señalar los
deslindes. Como la jurisprudencia es contradictoria, lo recomendable es hacerlo.
c. En cuanto al precio, puede ser determinado o determiable y nada obsta a que se fije en una
unidad reajustable.
d. Se ha señalado que el contrato prometido debe estar contenido en la promesa, sólo así faltaría
para ser perfecto, la tradición o las solemnidades.
e. En un contrato de compraventa de un bien raíz, no es necesaria la escritura pública, porque ya
consta por escrito y se individualizó el inmueble.
Situación de las promesas celebradas con personas que tengan por giro la actividad inmobiliaria o construyan
o encarguen construir determinados bienes raíces.
La ley 19932 de 3 de febrero de 2004 agregó el art. 138 bis a la ley general de urbanismo y construcciones.
Artículo 138 bis.- “Las personas naturales o jurídicas que tengan por giro la actividad inmobiliaria o aquellas
que construyan o encarguen construir bienes
raíces destinados a viviendas, locales comerciales u oficinas, y que celebren contratos de promesa de
compraventa, deberán otorgarlos mediante instrumentos
privados autorizados ante notario y caucionarlos mediante póliza de seguro o boleta bancaria, aceptada por el
promitente comprador. Esta garantía, debidamente identificada, se incorporará al contrato a favor del
promitente comprador, en un valor igual a la parte del precio del bien raíz entregado por éste y establecido en
el contrato de promesa respectivo, para el evento de que éste no se cumpla dentro del plazo o al
cumplimiento de
la condición establecidos por el promitente vendedor. La garantía permanecerá vigente mientras el inmueble
se encuentre sujeto a cualquier gravamen o prohibición emanado directamente de obligaciones pendientes e
imputables al promitente vendedor y hasta la inscripción del dominio en el registro de propiedad del
respectivo conservador de bienes raíces, a favor del promitente comprador.
Los notarios públicos no autorizarán los contratos de promesa de compraventa a que se refiere el inciso
anterior si no se ha constituido la garantía a favor del promitente comprador”.
Ámbito de aplicación. Contratos de promesa de compraventa de bienes inmuebles destinados a viviendas,
locales comerciales u oficinas celebrados por personas naturales o jurídicas que tengan por giro la actividad
inmobiliaria o aquellas que construyan o encarguen construir bienes raíces con dichos fines.
Formalidades especiales. Agregó dos solemnidades adicionales:
a. Que el contrato se celebre por instrumento privado autorizado ante notario.
b. Que el contrato sea caucionado con póliza de seguro o boleta bancaria aceptada por el promitente
comprador.
Caracteres de la promesa.
a. Es un contrato preparatorio general, sirve para prepara toda clase de contratos incluso atípicos.
b. Es un contrato principal, porque subsiste por si mismo, sin necesidad de otra convención.
c. Es un contrato solemne, porque debe constar por escrito.
d. Es un contrato unilateral o bilateral, según las partes que se obligan.
e. Es un contrato de futureidad. Art. 1554 N°3.
f. Es un contrato típico, con nombre y tratamiento legal.
g. Tiene un supuesto: carácter de derecho estricto. La redacción del art. 1551 inc. 1° ha llevado a algunos
a sostener que se trata de una institución de derecho estricto, de una norma excepcional, de interpretación
restrictiva, lo que ha conducido a una exigencia estrictísima para su validez. Ante este criterio han reaccionado
los autores más modernos porque a ley no lo ha establecido y por las consecuencias que de él se derivan como
numerosos juicios, amparo a contratantes inescrupulosos, etc.
Promesa unilateral de contrato bilateral.
Tanto la promesa como el contrato prometido pueden ser unilaterales o bilaterales de manera que:
a. Promesa bilateral de contrato bilateral. Ejemplo. Promesa mutuamente aceptada de compraventa.
b. Promesa bilateral de contrato unilateral. Ejemplo. Si ambas partes se obligan a celebrar en el futuro un
contrato que generará obligaciones para una de ellas, como la promesa de depósito, de mutuo o de
comodato.
c. Promesa unilateral de contrato bilateral. Ejemplo. Si una de las partes se obliga a celebrar en el futuro
un contrato que generará obligaciones para ambas, como una promesa unilateral de compraventa.
d. Promesa unilateral de contrato unilateral. Como si una parte se obliga a celebrar un contrato que a su
vez generará obligaciones para una de las partes.
Se ha discutido la validez de la promesa unilateral de contrato bilateral.
a. Alessandri y Barros Errázuriz, señalan que son nulos porque el contrato prometido debe
especificarse de tal manera que sólo falte para que sea perfecto la tradición o las solemnidades en su caso,
especificación que faltaría si no existe propósito recíproco de obligarse, sino hay consenso de voluntad. Así por
ejemplo en una promesa de compraventa, sería nula la promesa aún especificando el contrato prometido si
no hay consentimiento en la cosa y en el precio. Señalan además que estas promesas unilaterales en que una
parte puede o no celebrar el contrato prometido sería nula porque se trataría de una condición meramente
potestativa del deudor (art. 1478).
b. Claro Solar estima que son válidas por las siguiente razones.
a. La especificación del contrato prometido persigue individualizarlo para que no se confunda
con otros, y en la promesa de compraventa, se daría individualizando a las partes cosa y precio.
b. Exigir que ambas partes se obliguen es confundir la promesa con el contrato prometido.
c. Ninguna norma legal exige que ambas partes se obliguen actualmente. Cuando así lo ha
querido la ley lo ha señalado. Ejemplo. 98 CC, cuando se anota que la promesa de matrimonio debe ser
mutuamente aceptada.
d. No hay razones morales, jurídicas o económicas que puedan haber inducido al legislador
prohibir estas promesas unilaterales debidamente estipuladas.
Efectos de la promesa. Art. 1554 inc. Final. “Concurriendo estas circunstancias habrá lugar a lo prevenido en el
artículo precedente”. Esto es se remite al art. 1553 que se refiere a los efectos de las obligaciones de hacer, ya
que de la promesa emana la obligación de celebrar el contrato prometido, que es una obligación de hacer.
Incumplimiento de la promesa.
En este caso podrá el acreedor hacer valer los derechos que le señala el art. 1553.
Art. 1553. “Si la obligación es de hacer y el deudor se constituye en mora, podrá pedir el acreedor, junto con la
indemnización de la mora, cualquiera de estas tres cosas, a elección suya:
1.a Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido; (mediante multas o arrestos)
2.a Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas del deudor; (art. 532 CPC
(559). “Si el hecho debido consiste en la suscripción de un instrumento o en la constitución de una obligación
por parte del deudor, podrá proceder a su nombre el juez que conozca del litigio, si, requerido aquél, no lo
hace dentro del plazo que le señale el tribunal”.
3.a Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato”.
Características de la acción para obtener el cumplimiento del contrato de promesa.
a. Es una acción mueble, aunque diga relación con bienes raíces, porque se debe un hecho. Art. 581. “Los
hechos que se deben se reputan muebles. La acción para que un artífice ejecute la obra convenida, o resarza
los perjuicios causados por la inejecución del convenio, entra por consiguiente en la clase de los bienes
muebles”.
b. Es patrimonial, y por tanto transferible, transmisible y prescriptible según las reglas generales, esto es,
5 años para la acción ordinaria, y 3 años para la acción ejecutiva. Art. 2515.
c. La acción es indivisible, pues recae en un hecho.
d. Procedimiento: depende si la acción es ordinaria o ejecutiva.
e. La promesa no produce derechos reales. La promesa no es título traslaticio de dominio.
Condición resolutoria tácita en el contrato de promesa.
a. El art. 1554 no restringe los efectos de la promesa a la ejecución forzada.
b. También será posible ejercer la acción resolutoria siempre que la promesa sea bilateral (art. 1489)
porque el art. 1554 sólo recalca que de la promesa emana una obligación de hacer.
c. Cobran interés en la promesa la mora y la excepción de contrato no cumplido (art. 1552).
EL MANDATO
Concepto
“Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que
se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta, apoderado,
procurador, y en general, mandatario”.
Caracteres
1)Es un contrato
Artículos 2116 y 2124.1:” El contrato de mandato se reputa perfecto...”.
2)Es un contrato bilateral
El mandato remunerado porque ambas partes se obligan, el mandatario a cumplir el encargo y rendir cuentas
de su gestión y el mandante a pagar la remuneración estipulada.
Si es gratuito, también es bilateral porque el mandante debe proveer al mandatario de losa medios necesarios
para el desempeño de su cometido.
3)Es un contrato naturalmente oneroso
“Art. 2117. El mandato puede ser gratuito o remunerado.
La remuneración (llamada honorario) es determinada por convención de las partes, antes o después del
contrato, por la ley, la costumbre, o el juez”.
“Art. 2158. El mandante es obligado,
3.- A pagarle la remuneración estipulada o usual”.
La onerosidad del mandato tiene influencia en la responsabilidad que recae sobre el mandatario:
“Art. 2129.1 y 2. El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo.
Esta responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario remunerado”.
4)Es por regla general un contrato conmutativo
A menos que la remuneración que se estipule con el mandatario quede subordinada al éxito o fracaso del
negocio encomendado.
5)Es un contrato principal
6)Por regla general es consensual
Se perfecciona por el solo consentimiento del mandante y mandatario.
La voluntad del mandante y del mandatario puede manifestarse expresa o tácitamente.
En cuanto al mandante:
“Art. 2123. El encargo que es objeto del mandato puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas,
verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión
de sus negocios por otra;...”.
En cuanto al mandatario:
“Art. 2124. El contrato de mandato se reputa perfecto por la aceptación del mandatario. La aceptación puede
ser expresa o tácita.
Aceptación tácita es todo acto en ejecución del mandato”.
Cuando un contrato se otorga por escrito, normalmente el instrumento deja constancia del consentimiento de
ambas partes.
En el mandato, el documento deja constancia, por lo general, sólo de la voluntad del mandante que propone
al mandatario la realización de un encargo, que éste puede aceptar o rechazar y el consentimiento del
mandatario aceptando el encargo interviene a posteriori (es generalmente tácito).
El silencio del mandatario, por regla general, no importa aceptación del encargo
Ello sólo ocurre excepcionalmente:
“Art. 2125.1. Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están obligadas a
declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona ausente les hace; y transcurrido un
término razonable, su silencio se mirará como aceptación.
Esta norma atribuye “efectos jurídicos al silencio”.
Aunque haya aceptado el encargo, el mandatario puede retractarse
“Art. 2124.3. Aceptado el mandato, podrá el mandatario retractarse, mientras el mandante se halle todavía en
aptitud de ejecutar el negocio por sí mismo, o de cometerlo a diversa persona...”.
“Art. 2163. El mandato termina:
4.- Por la renuncia del mandatario;”,
Excepcionalmente, el mandato es un contrato solemne “Art. 2123. El encargo que es objeto del mandato
puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente o de cualquier otro modo inteligible, y
aun por la aquiescencia tácita de una persona a la gestión de sus negocios por otra; pero no se admitirá en
juicio la prueba testimonial sino en conformidad a las reglas generales, ni la escritura privada cuando las leyes
requieran un instrumento auténtico”.
En relación con el artículo 1701.
Es solemne:
El mandato judicial (6 del CPC) y en los casos de los artículos 103, 142, 1749 y 1754 del CC.
“Art. 6. El que comparezca en juicio a nombre de otro, en desempeño de un mandato o en ejercicio de un
cargo que requiera especial nombramiento, deberá exhibir el título que acredite su representación.
Para obrar como mandatario se considerará poder suficiente: 1 el constituido por escritura pública otorgada
ante notario o ante oficial del Registro Civil a quien la ley confiera esta facultad; 2 el que conste de un acta
extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y subscrita por todos los otorgantes, y 3 el que conste
de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del tribunal que esté conociendo de la
causa”.
En cuanto al mandato para ejecutar actos solemnes, fundamentalmente el mandato para comprar o vender
un bien raíz, la doctrina (F. Alessandri) y jurisprudencia mayoritarias sostienen que el mandato debe revestir
las mismas solemnidades del acto cuya ejecución se confía (en este caso, escritura pública): el consentimiento
del mandante debe constar de escritura pública pues la compraventa la requiere y el consentimiento se
expresa a través de la observancia de la solemnidad legal y porque, en estos casos, el artículo 2123 la exigiría.
Meza Barros y Stichkin opinan en contrario, porque el mandatario que compra o vende en cumplimiento del
encargo, expresa su propio consentimiento y no el del mandante (artículo 1448).
El mandante, cuando encarga al mandatario comprar o vender, no manifiesta su consentimiento necesario
para que se genere el contrato de compraventa.
Por otra parte, del artículo 2123 sólo se desprende que el mandato requiere de instrumento público cuando la
ley lo exige y no cuando se trata de la ejecución de un acto solemne.
7) Es un contrato de confianza
“Art. 2116. El mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra...”.
Consecuencias:
a) Que es también un contrato “intuito personae” (artículo 1455);
b) Que puede ser revocado unilateralmente por las partes (artículo 2163 N° 3 y 4 y 2124)) lo cual es
excepcional, tratándose de un contrato (artículo 1545);
c) Que los derechos y obligaciones que emanan del mandato son intransmisibles (artículos 2163 N° 5,
2168 y 2170), con la excepción del 2169;
d) Que el mandato termina por la incapacidad sobreviniente del mandante o del mandatario (artículo
2163 N° 7).
8) El mandatario actúa por cuenta y riesgo del mandante
El mandatario gestiona el negocio encomendado como algo ajeno, de manera que serán para el mandante los
beneficios que la gestión reporte y soportará las pérdidas como si la gestión la realizara personalmente.
9) La representación NO es de la esencia del mandato a) El mandatario debe obrar a nombre del mandante, en
cuyo caso representa al mandante (artículos 1448 y 2160).
“Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro de los
límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera obligaciones
contraídas a su nombre”.
b) Pero también puede, en el desempeño de su cometido, obrar a su propio nombre, evento en el cual no
representa al mandante (artículo 2151).
“Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante;
si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante”.
De manera que la representación no es un elemento de la esencia del mandato, sino sólo un elemento de su
naturaleza, porque confiere la facultad al mandatario de representar al mandante sin necesidad de una
mención especial.
10)El mandato puede ser civil, mercantil o judicial, según la naturaleza del negocio que se encomienda.
11)De acuerdo al artículo 2118 los servicios profesionales “se sujetan a las reglas del mandato”. “Art. 2118. Los
servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a que está unida la facultad de
representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato”.
El CC no los califica de mandato sino que sólo les hace aplicable su régimen jurídico.
Subsidiariamente se les aplican también las reglas del arrendamiento de servicios inmateriales (artículo 2012).
En principio, estos servicios dan origen a un contrato de arrendamiento de servicios inmateriales (si la
prestación de estos servicios no consiste en la gestión de uno o más negocios, como el médico que atiende la
consulta o el abogado que informa en derecho), aplicándose en cuanto a su régimen jurídico lo dispuesto en
los artículos 2118 y 2012. Pero si la prestación tiene por objeto la gestión de uno o más negocios del
mandante, habrá verdaderamente mandato (como el abogado a quien se encomienda la defensa total del
juicio) y se aplicarán derecha y exclusivamente las disposiciones de este contrato.
Cabe hacer presente que estos servicios pueden dar origen a un contrato de trabajo en dos casos:
1) Cuando para el desempeño de estas funciones no se requiere la posesión de un título o grado
universitario; y
2) Cuando requiriéndose dicho título o grado, el profesional presta sus servicios a un solo empleador.
Objeto del mandato
Según Meza Barros, el encargo que constituye el objeto del mandato debe consistir en la ejecución de actos
jurídicos.
Así se desprende del examen de las facultades que el mandato confiere naturalmente al mandatario.
El encargo que consiste en la ejecución de un hecho material, constituye un “contrato de arrendamiento de
servicios” o de “confección de una obra material”.
Por regla general, todos los actos jurídicos pueden ser ejecutados por medio de mandatario Excepcionalmente
ello no es posible, en el caso del testamento (artículo 1004).
El negocio no debe interesar exclusivamente al mandatario
“Art. 2119. El negocio que interesa al mandatario solo, es un mero consejo, que no produce obligación alguna.
Pero si este consejo se da maliciosamente, obliga a la indemnización de perjuicios”.
“Art. 2120. Si el negocio interesa juntamente al que hace el encargo y al que lo acepta, o a cualquiera de estos
dos, o a ambos y a un tercero, o a un tercero exclusivamente, habrá verdadero mandato;...”.
Capacidad de las partes
La capacidad que requieren mandante y mandatario es diversa porque ambos desempeñan roles distintos en
el contrato.
En cuanto a la capacidad del mandante, la ley no establece norma especial, por lo que aplicando las reglas
generales se concluye que debe tener la capacidad necesaria para ejecutar el acto a que el mandato se refiere.
En cuanto a la capacidad del mandatario, éste puede ser relativamente incapaz, porque es al mandante a
quien afectan las consecuencias del acto, de manera que la incapacidad, que es una medida de protección que
la ley otorga al incapaz, no se justifica desde el momento que el mandatario incapaz no compromete su
patrimonio:
“Art. 2128. Si se constituye mandatario a un menor adulto, los actos ejecutados por el mandatario serán
válidos respecto de terceros en cuanto obliguen a éstos y al mandante; pero las obligaciones del mandatario
para con el mandante y terceros no podrán tener efecto sino según las reglas relativas a los menores”.
En relación con el artículo 1581.
La incapacidad del mandatario no influye en las relaciones entre el mandante y terceros.
Pero si tiene importancia en las relaciones entre mandante y mandatario: en la aceptación del mandato por
parte de éste, debe haber mediado la autorización de su representante legal.
En caso contrario, no serán válidas las obligaciones del mandatario para con el mandante, quien no podrá
reclamarle el cumplimiento de tales obligaciones, a menos que probare que se ha hecho más rico (artículos
1688 y 1470 N°1).
Clases de mandato
1) Atendida su extensión el mandato puede ser general o especial
“Art. 2130.1. Si el mandato comprende uno o más negocios especialmente determinados, se llama especial; si
se da para todos los negocios del mandante, es general; y lo será igualmente si se da para todos, con una o
más excepciones determinadas”.
2) Atendidas las facultades conferidas al mandatario, puede ser definido o indefinido
El mandato está concebido en términos indefinidos, si no se precisan las facultades conferidas al mandatario.
Esta concebido en términos definidos si se precisan con alguna exactitud los poderes o atribuciones del
mandatario (comprar, vender, hipotecar, etc).
El mandato concebido en términos indefinidos, plantea el problema de determinar cuáles son las atribuciones
que confiere al mandatario.
A este respecto, de acuerdo a los artículos 2132 y 2133, se desprende que por muy generales que sean los
términos del mandato, no confiere al mandatario sino la facultad de ejecutar actos de administración.
Para todos los demás actos requiere poder especial.
“Art. 2132. El mandato no confiere naturalmente al mandatario más que el poder de efectuar los actos de
administración; como son pagar las deudas y cobrar los créditos del mandante, perteneciendo unos y otros al
giro administrativo ordinario; perseguir en juicio a los deudores, intentar las acciones posesorias e interrumpir
las prescripciones, en lo tocante a dicho giro; contratar las reparaciones de las cosas que administra; y
comprar los materiales necesarios para el cultivo o beneficio de las tierras, minas, fábricas, u otros objetos de
industria que se le hayan encomendado.
Para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial”.
“Art. 2133. Cuando se da al mandatario la facultad de obrar del modo que más conveniente le parezca, no por
eso se entenderá autorizado para alterar la substancia del mandato, ni para los actos que exigen
poderes o cláusulas especiales.
Por la cláusula de libre administración se entenderá solamente que el mandatario tiene la facultad de ejecutar
aquellos actos que las leyes designan como autorizados por dicha cláusula”.
Actos de administración
La ley no ha definido el concepto de “acto de administración”, ni tampoco señala cuáles son las facultades que
comprende la “cláusula de libre administración”, por lo que Meza Barros, recurriendo a los artículos 2132 y
391, expresa que “administrar” es adoptar las medidas de carácter material o jurídico tendientes a conservar
los bienes, a incrementarlos y obtener las ventajas que pueden procurar.
Los actos de administración se oponen a los actos de disposición, que son aquellos que producen una
disminución del patrimonio.
Por ejemplo, la venta de un bien, es un acto de disposición, salvo que se trate de la venta de los frutos, porque
en ese caso el acto tiende a obtener las ventajas que el bien puede procurar.
Es decir, los actos de disposición, pasan a ser de administración cuando pertenecen al giro ordinario del
negocio administrado.
Actos que requieren de un poder especial
“Art. 2132.2. Para todos los actos que salgan de estos límites, necesitará de poder especial”.
En relación con los artículos 2448 del CC y 7.2 del CPC.
“Art. 2448. Todo mandatario necesitará de poder especial para transigir.
En este poder se especificarán los bienes, derechos y acciones sobre que se quiera transigir”.
Art.7.2. Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador, sin expresa mención, las facultades de
desistirse en primera instancia de la acción deducida, aceptar la demanda contraria, absolver posiciones,
renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer, otorgar a los árbitros facultades de
arbitradores, aprobar convenios y percibir.
Además, deben tenerse presente los artículos
Art. 2141. La facultad de transigir no comprende la de comprometer, ni viceversa.
Art. 2142. El poder especial para vender comprende la facultad de recibir el precio.
Art. 2143. La facultad de hipotecar no comprende la de vender, ni viceversa.
Efectos del mandato
Genera obligaciones para el mandante y para el mandatario.
Obligaciones del mandatario
1.- Obligación de cumplir el mandato
Aunque el código no lo explicita, es obvio.
En el cumplimiento de esta obligación, debe ceñirse a los términos del mandato.
“Art. 2131. El mandatario se ceñirá rigorosamente a los términos del mandato, fuera de los casos en que las
leyes le autoricen para obrar de otro modo”.
“Art. 2148. Las facultades concedidas al mandatario se interpretarán con alguna más latitud, cuando no está
en situación de poder consultar al mandante”.
“Art. 2160.1. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro de los
límites del mandato”.
“Art. 2134.1. La recta ejecución del mandato comprende no sólo la substancia del negocio encomendado,
sino los medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo”.
Excepciones:
1) “2134.2. Se podrán, sin embargo, emplear medios equivalentes, si la necesidad obligare a ello y se
obtuviere completamente de ese modo el objeto del mandato”.
2) “Art. 2149. El mandatario debe abstenerse de cumplir el mandato cuya ejecución sería manifiestamente
perniciosa al mandante”.
3) “Art. 2150. El mandatario que se halle en la imposibilidad de obrar con arreglo a sus instrucciones, no es
obligado a constituirse agente oficioso; le basta tomar las providencias conservativas que las circunstancias
exijan.
Pero si no fuere posible dejar de obrar sin comprometer gravemente al mandante, el mandatario tomará el
partido que más se acerque a sus instrucciones y que más convenga al negocio.
Compete al mandatario probar la fuerza mayor o caso fortuito que le imposibilite de llevar a efecto las
órdenes del mandante”.
Prohibiciones a que está sujeto el mandatario
1) Art. 2144. No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el mandante le
ha ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con
aprobación expresa del mandante.
2) Art. 2145. Encargado de tomar dinero prestado, podrá prestarlo él mismo al interés designado por el
mandante, o a falta de esta designación, al interés corriente; pero facultado para colocar dinero a interés, no
podrá tomarlo prestado para sí sin aprobación del mandante.
3) Art. 2146. No podrá el mandatario colocar a interés dineros del mandante, sin su expresa autorización.
Colocándolos a mayor interés que el designado por el mandante, deberá abonárselo íntegramente, salvo que
se le haya autorizado para apropiarse el exceso.
4) Art. 2147. En general, podrá el mandatario aprovecharse de las circunstancias para realizar su encargo con
mayor beneficio o menor gravamen que los designados por el mandante; con tal que bajo otros respectos no
se aparte de los términos del mandato. Se le prohíbe apropiarse lo que exceda al beneficio o minore el
gravamen designado en el mandato.
Por el contrario, si negociare con menos beneficio o más gravamen que los designados en el mandato, le será
imputable la diferencia.
Responsabilidad del mandatario en la ejecución del mandato
“Art. 2129. El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo.
Esta responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario remunerado.
Por el contrario, si el mandatario ha manifestado repugnancia al encargo, y se ha visto en cierto modo
forzado a aceptarlo, cediendo a las instancias del mandante, será menos estricta la responsabilidad que
sobre él recaiga”.
En relación con los artículos 256, 391,1329,1299,1260.
Sin embargo, por regla general, el mandatario no es responsable del incumplimiento por los terceros de las
obligaciones contraídas para con el mandante por su intermedio, es decir no responde de la insolvencia de los
deudores porque es un simple intermediario, salvo que así lo estipule (artículo 2152).
Pero en este caso, no hay verdadero mandato porque el mandatario no actúa por cuenta y “riesgo” del
mandante.
Delegación del mandato
El mandatario puede delegar el mandato, salvo que el mandante lo prohíba (artículo 2135).
2.- Obligación de rendir cuenta de su administración “Art. 2155. El mandatario es obligado a dar cuenta de su
administración.
Las partidas importantes de su cuenta serán documentadas si el mandante no le hubiere relevado de esta
obligación.
La relevación de rendir cuentas no exonera al mandatario de los cargos que contra él justifique el mandante”.
En relación con los artículos 415, 1309, 2255.
Obligaciones del mandante
1.- Cumplir con las obligaciones contraídas por el mandatario, a su nombre y dentro de los límites del mandato
“Art. 2160. El mandante cumplirá las obligaciones que a su nombre ha contraído el mandatario dentro de los
límites del mandato.
Será, sin embargo, obligado el mandante si hubiere ratificado expresa o tácitamente cualesquiera obligaciones
contraídas a su nombre”.
“Art. 2151. El mandatario puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante;
si contrata a su propio nombre, no obliga respecto de terceros al mandante”.
Efectos de la extralimitación del mandato
“Art. 2154. El mandatario que ha excedido los límites de su mandato, es sólo responsable al mandante; y no es
responsable a terceros sino,
1.- Cuando no les ha dado suficiente conocimiento de sus poderes;
2.- Cuando se ha obligado personalmente”.
3.- Indemnizarle los gastos y perjuicios en que haya incurrido por causa del mandato
“Art. 2158. El mandante es obligado,
2.- A reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecución del mandato;
4.- A pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses corrientes;
5.- A indemnizarle de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa, y por causa del mandato”.
CONTRATOS REALES
a) Comodato
b) Mutuo
c) Depósito
EL PRESTAMO EN GENERAL
Concepto
El préstamo es un contrato en que una de las partes entrega una cosa a otra, confiriéndole el derecho de
servirse de ella con cargo de restitución.
La forma de servirse de la cosa puede ser diversa, porque a veces el uso la destruye y otras veces no.
En el primer caso, estamos en presencia de un mutuo o préstamo de consumo, en que no puede hacerse uso
de la cosa sin destruirla, de manera que el prestamista transfiere el dominio al prestatario y éste se convierte
en deudor de una obligación de género.
En el segundo caso, estamos en presencia de un comodato o préstamo de uso, el uso no destruye la cosa, el
prestamista conserva el dominio, el préstamo es título de mera tenencia y el prestatario será deudor de una
especie o cuerpo cierto, debiendo restituir la misma cosa.
2) Obligación de emplear la cosa en el uso convenido o a falta de estipulación, en el uso ordinario de las de su
clase
“Art. 2177. El comodatario no puede emplear la cosa sino en el uso convenido, o a falta de convención, en el
uso ordinario de las de su clase.
En el caso de contravención, podrá el comodante exigir la reparación de todo perjuicio, y la restitución
inmediata, aunque para la restitución se haya estipulado plazo”.
3)Restituir la especie al término del contrato
Es esencial.
“Art. 2180. El comodatario es obligado a restituir la cosa prestada en el tiempo convenido; o a falta de
convención, después del uso para que ha sido prestada.
Pero podrá exigirse la restitución aun antes del tiempo estipulado, en tres casos:
1.- Si muere el comodatario, a menos que la cosa haya sido prestada para un servicio particular que no pueda
diferirse o suspenderse;
2.- Si sobreviene al comodante una necesidad imprevista y urgente de la cosa;
3.- Si ha terminado o no tiene lugar el servicio para el cual se ha prestado la cosa”.
Comodato precario
“Art. 2194. El comodato toma el título de precario si el comodante se reserva la facultad de pedir la restitución
de la cosa prestada en cualquier tiempo”.
“Art. 2195. Se entiende precario cuando no se presta la cosa para un servicio particular ni se fija tiempo para
su restitución”.
Precario en sentido estricto
“Art. 2195.2. Constituye también precario la tenencia de una cosa ajena, sin previo contrato y por ignorancia o
mera tolerancia del dueño”.
El mutuo y el cuasiusufructo
Como similitudes podemos señalar:
a) Ambos recaen sobre cosas fungibles
b) Ambos son título traslaticio de dominio
c) En ambos la restitución debe hacerse en términos similares.
Sin embargo, existen diferencias entre ambas figuras:
) El mutuo es siempre un contrato, el cuasiusufructo puede también tener origen en un testamento
y por prescripción
b) El cuasiusufructuario debe rendir caución a menos que se le exonere en el acto constitutivo o la
ley; el mutuario no, a menos que se convenga en ella (como en un mutuo hipotecario)
) Las obligaciones derivadas del mutuo son transmisibles a los herederos del mutuario; en cambio
el usufructo es intransmisible por testamento o ab intestato.
EL DEPOSITO
Concepto y clases
“Art. 2211. Llámase en general depósito el contrato en que se confía una cosa corporal a una persona que se
encarga de guardarla y de restituirla en especie.
La cosa depositada se llama también depósito”.
Partes del contrato
Depositante y depositario.
Caracteres
El depósito como contrato (no siempre lo es) presenta los siguientes caracteres que cabe destacar:
1)Es un contrato real, se perfecciona por la entrega de la cosa (artículos 1443, 2212 y 2213)
“Art. 2212. El contrato se perfecciona por la entrega que el depositante hace de la cosa al depositario”.
“Art. 2213. Se podrá hacer la entrega de cualquier modo que transfiera la tenencia de lo que se deposite.
Podrán también convenir las partes en que una de ellas retenga como depósito lo que estaba en su poder por
otra causa”.
En relación con el artículo 684.
2) Es un contrato unilateral
Al tiempo de perfeccionarse el contrato sólo resulta obligado el depositario, a restituir el depósito. Sin
embargo, puede derivar en sinalagmático imperfecto (artículo 2235)
3) Es un contrato gratuito (artículo 2219)
“Art. 2219. El depósito propiamente dicho es gratuito.
Si se estipula remuneración por la simple custodia de una cosa, el depósito degenera en arrendamiento de
servicio, y el que presta el servicio es responsable hasta de la culpa leve; pero bajo todo otro respecto está
sujeto a las obligaciones del depositario y goza de los derechos de tal”.
Clases de depósito
“Art. 2214. El depósito es de dos maneras: depósito propiamente dicho, y secuestro”.
1.-El depósito propiamente dicho puede ser voluntario y necesario.
El depósito propiamente dicho es voluntario, cuando la elección del depositario depende de la libre voluntad
del depositante y necesario, cuando tal elección es impuesta por las circunstancias.
1.-1. El depósito voluntario
“Art. 2215. El depósito propiamente dicho es un contrato en que una de las partes entrega a la otra una cosa
corporal y mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad del depositante”.
Recae sobre una cosa corporal y mueble, igual que el secuestro judicial, y a diferencia del secuestro
convencional, que también puede recaer sobre inmuebles (artículo 2251).
Capacidad de las partes
“Art. 2218. Este contrato no puede tener pleno efecto sino entre personas capaces de contratar.
Si no lo fuere el depositante, el depositario contraerá, sin embargo, todas las obligaciones de tal.
Y si no lo fuere el depositario, el depositante tendrá sólo acción para reclamar la cosa depositada mientras
esté en poder del depositario, y a falta de esta circunstancia, tendrá sólo acción personal contra el depositario
hasta concurrencia de aquello en que por el depósito se hubiere hecho más rico; quedándole a salvo el
derecho que tuviere contra terceros poseedores; y sin perjuicio de la pena que las leyes impongan al
depositario en caso de dolo”.
En relación con los artículos 1688 y1267.
Error en el depósito
“Art. 2216. El error acerca de la identidad personal del uno o del otro contratante, o acerca de la substancia,
calidad o cantidad de la cosa depositada, no invalida el contrato.
El depositario, sin embargo, habiendo padecido error acerca de la persona del depositante, o descubriendo
que la guarda de la cosa depositada le acarrea peligro, podrá restituir inmediatamente el depósito”.
Prueba del contrato
“Art. 2217. Cuando según las reglas generales deba otorgarse este contrato por escrito, y se hubiere omitido
esta formalidad, será creído el depositario sobre su palabra, sea en orden al hecho mismo del depósito, sea en
cuanto a la cosa depositada, o al hecho de la restitución”.
En relación con los artículos 1708 y siguientes.
Efectos del contrato
Inicialmente sólo resulta obligado el depositario. El depositante no contrae obligación alguna al momento de
perfeccionarse el contrato, aunque con posterioridad puede resultar obligado (artículo 2235).
Obligaciones del depositario
1) Guardar la cosa con la debida fidelidad
Consecuencias
Debe emplear en la guarda de la cosa la debida diligencia o cuidado.
Como, en principio el contrato cede en beneficio del depositante, el depositario responde de la culpa grave o
lata.
“Art. 2222. Las partes podrán estipular que el depositario responda de toda especie de culpa.
A falta de estipulación responderá solamente de la culpa grave...”.
Responde de la culpa leve en los casos del inciso final
“Art. 2222.3. Pero será responsable de la leve en los casos siguientes:
1.- Si se ha ofrecido espontáneamente o ha pretendido se le prefiera a otra persona para depositario;
2.- Si tiene algún interés personal en el depósito, sea porque se le permita usar de él en ciertos casos, sea
porque se le conceda remuneración”.
Aun se puede estipular que responda de la culpa levísima
“Art. 2222. Las partes podrán estipular que el depositario responda de toda especie de culpa”.
2) El depositario no tiene derecho de usar la cosa sin el consentimiento del depositante
“Art. 2220. Por el mero depósito no se confiere al depositario la facultad de usar la cosa depositada sin el
permiso del depositante.
Este permiso podrá a veces presumirse, y queda al arbitrio del juez calificar las circunstancias que justifiquen
la presunción, como las relaciones de amistad y confianza entre las partes.
Se presume más fácilmente este permiso en las cosas que no se deterioran sensiblemente por el uso”.
3) Obligación de restituir el depósito a requerimiento del depositante
“Art. 2215. El depósito propiamente dicho es un contrato en que una de las partes entrega a la otra una cosa
corporal y mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad del depositante”.
“Art. 2228. El depositario es obligado a la restitución de la misma cosa o cosas individuales que se le han
confiado en depósito, aunque consistan en dinero o cosas fungibles; salvo el caso del artículo 2221”.
“Art. 2229. La cosa depositada debe restituirse con todas sus accesiones y frutos”.
La restitución debe efectuarse cuando el depositante la reclame
“Art. 2215. El depósito propiamente dicho es un contrato en que una de las partes entrega a la otra una cosa
corporal y mueble para que la guarde y la restituya en especie a voluntad del depositante”.
“Art. 2226. La restitución es a voluntad del depositante.
Si se fija tiempo para la restitución, esta cláusula será sólo obligatoria para el depositario, que en virtud de ella
no podrá devolver el depósito antes del tiempo estipulado; salvo en los casos determinados que las leyes
expresan”.
En relación con el artículo 1497.
“Art. 2227. La obligación de guardar la cosa dura hasta que el depositante la pida; pero el depositario podrá
exigir que el depositante disponga de ella, cuando se cumpla el término estipulado para la duración del
depósito, o cuando, aun sin cumplirse el término, peligre el depósito en su poder o le cause perjuicio.
Y si el depositante no dispone de ella, podrá consignarse a sus expensas con las formalidades legales”.
En relación con los artículos 1598 y siguientes.
Derecho legal de retención del depositario
“Art. 2234. El depositario no podrá sin el consentimiento del depositante retener la cosa depositada, a título
de compensación, o en seguridad de lo que el depositante le deba; sino sólo en razón de las expensas y
perjuicios de que habla el siguiente artículo”.
Depósito Irregular
Concepto
Es aquel en que el depositario, en lugar de obligarse a restituir la misma cosa que ha recibido en depósito, se
obliga en cambio a restituir otras tantas del mismo género y calidad.
Caracteres
a) En este caso el depósito no es título de mera tenencia, sino título translaticio de dominio
b) El depositario de hace dueño de la cosa.
Es el caso de los depósitos de dinero que se hacen en los bancos e instituciones financieras (depósitos de
ahorro, o a plazo) y también en las cuentas de ahorro voluntarias en las A.F.P.
El código se refiere a este tipo de depósito en el artículo 2221 y aunque se presenta como una excepción, en la
práctica es el depósito más común y por cierto el de mayor importancia.
“Art. 2221. En el depósito de dinero, si no es en arca cerrada cuya llave tiene el depositante, o con otras
precauciones que hagan imposible tomarlo sin fractura, se presumirá que se permite emplearlo, y el
depositario será obligado a restituir otro tanto en la misma moneda”.
El D.L . 455, de 1974, aludía expresamente al depósito irregular como una operación de crédito de dinero que
se regía por sus disposiciones.
Si bien ello no ocurre en la Ley 18.010, es indudable que constituye una operación de crédito de dinero
comprendida en el concepto que de ellas da el artículo 1° de esta ley.
Depósito Irregular y mutuo
Por último, cabe destacar la enorme semejanza de esta figura con el mutuo, que también constituye un
contrato real, un título traslaticio de dominio y fundamentalmente con el mutuo de dinero que es, además,
una operación de crédito de dinero.
En efecto, el banco o institución de ahorro que recibe depósitos en dinero se encuentra prácticamente en la
misma situación que si los hubiera recibido en préstamo, más aun si por dicho dinero paga un interés.
La diferencia con el mutuo, radica en que éste supone un plazo en el cual no puede demandarse la restitución,
mientras que en el depósito la restitución debe efectuarse cuando el depositante la requiera.
Sin embargo, esta diferencia es sólo teórica, porque en esta clase de depósitos suele estipularse un plazo en
que el depositante no podrá exigir la restitución.
1.-2. Depósito Necesario
Concepto
“Art. 2236. El depósito propiamente dicho se llama necesario, cuando la elección de depositario no depende
de la libre voluntad del depositante, como en el caso de un incendio, ruina, saqueo, u otra calamidad
semejante”.
Es un contrato que, como todos, requiere de la voluntad concurrente de ambas partes, sólo que por
circunstancias excepcionales, el depositante no puede elegir a la persona del depositario.
Régimen jurídico
“Art. 2240. En lo demás, el depósito necesario está sujeto a las mismas reglas que el voluntario”.
Se le aplican las mismas reglas que al depósito voluntario, sin perjuicio de algunas reglas especiales
determinadas por las particulares circunstancias que motivan su celebración.
Estas son
a)En cuanto a la prueba del depósito
“Art. 2237. Acerca del depósito necesario es admisible toda especie de prueba”.
b) En cuanto a la responsabilidad del depositario “Art. 2239. La responsabilidad del depositario se extiende
hasta la culpa leve”.
c)En cuanto a la capacidad del depositario
“Art. 2238. El depósito necesario de que se hace cargo un adulto que no tiene la libre administración de sus
bienes, pero que está en su sana razón, constituye un cuasicontrato que obliga al depositario sin la
autorización de su representante legal”.
A fin de no perjudicar al depositante que no ha tenido tiempo de cerciorarse de la capacidad del depositario,
la ley excepciona las reglas generales que importarían la nulidad del contrato, imponiendo al incapaz las
obligaciones propias del depositario, independientemente de su voluntad.
Las reglas del deposito necesario se aplican también al depósito de efectos en hoteles y posadas (artículos
2241 y siguientes).
2.-Secuestro
Concepto
“Art. 2249. El secuestro es el depósito de una cosa que se disputan dos o más individuos, en manos de otro
que debe restituirla al que obtenga una decisión a su favor.
El depositario se llama secuestre”.
Clases de secuestro
Puede ser:
a) Convencional
b) Judicial
“Art. 2252. El secuestro es convencional o judicial.
El convencional se constituye por el solo consentimiento de las personas que se disputan el objeto litigioso.
El judicial se constituye por decreto de juez, y no ha menester otra prueba”.
Régimen jurídico aplicable al secuestro
En cuanto al régimen aplicable al secuestro, está sometido a las reglas generales del depósito, con algunas
variantes (artículo 2251):
“Art. 2251. Pueden ponerse en secuestro no sólo cosas muebles, sino bienes raíces”.
Y a las normas del CPC., si se trata de un secuestro judicial (artículos 2250 y 2253), en relación con los artículos
290 y 291 del CPC.
“Art. 2250. Las reglas del secuestro son las mismas que las del depósito propiamente dicho, salvas las
disposiciones que se expresan en los siguientes artículos y en el Código de Enjuiciamiento”.
Art. 2253. Los depositantes contraen para con el secuestre las mismas obligaciones que el depositante
respecto del depositario en el depósito propiamente dicho, por lo que toca a los gastos y daños que le haya
causado el secuestro.
LA FIANZA
A.-Concepto:
Art. 2335. “La fianza es una obligación accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de una
obligación ajena, comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el deudor principal
no la cumple.
La fianza puede constituirse, no sólo a favor del deudor principal, sino de otro fiador”.
B.-Caracteres de la fianza.
a) Desde luego es un contrato accesorio que se celebra entre el acreedor y el fiador y no una “obligación”
accesoria, como erróneamente la define el artículo 2335.
b) Por regla general, es un contrato consensual. Excepcionalmente es solemne:
1. La fianza mercantil. Art. 820 CCOM. “La fianza deberá otorgarse por escrito, y sin esta
circunstancia será de ningún valor ni efecto”.
2. El aval (Art.46 de la Ley 18.092).
Artículo 46.- “El aval es un acto escrito y firmado en la letra de cambio, en una hoja de prolongación adherida
a ésta, o en un documento separado, por el cual el girador, un endosante o un tercero garantiza, en todo o en
parte, el pago de ella”.
3. La fianza que se rinde para garantizar la libertad provisional de los detenidos o procesados (369
C.P.P );
4. La que deben rendir los guardadores para que se les discierna el cargo Art. 855 (1034) CPC.
“Para que el tribunal mande otorgar la escritura de discernimiento o dar copia del título, en el caso del 2 inciso
del artículo anterior, es necesario que preceda el otorgamiento por escritura pública de la fianza a que el tutor
o curador esté obligado.
Esta fianza debe ser aprobada por el tribunal, con audiencia del defensor respectivo”.
c) Es un contrato unilateral, porque el único que se obliga es el fiador (Art. 2335). El deudor principal es
ajeno al contrato Art. 2345. “Se puede afianzar sin orden y aun sin noticia y contra la voluntad del principal
deudor”.
d) Es un contrato gratuito (1440), pero no importa donación. Art. 1397. “No hace donación a un tercero el
que a favor de éste se constituye fiador, o constituye una prenda o hipoteca; ni el que exonera de sus
obligaciones al fiador, o remite una prenda o hipoteca, mientras está solvente el deudor; pero hace donación
el que remite una deuda, o el que paga a sabiendas lo que en realidad no debe”.
Pese a ser gratuita, el fiador responde de la culpa leve en todas las prestaciones a que se hubiere obligado
(arts. 2351 y 1547).
Sin embargo, según algunos, puede ser onerosa, si el fiador recibe una remuneración por constituir la fianza,
de parte del acreedor o del deudor. Si el acreedor se obliga a pagar una remuneración al fiador, el contrato
sería bilateral y oneroso. Pero en este caso, según Meza ya no estaríamos en presencia de una fianza sino de
un contrato de seguro. Si es el deudor quien remunera al fiador, conserva su carácter de fianza (Art. 2341. “El
fiador puede estipular con el deudor una remuneración pecuniaria por el servicio que le presta”).
e) Es un contrato accesorio, de lo cual se desprenden las siguientes características:
1) La fianza se extingue por la extinción de la obligación principal en todo o parte (art. 2381 Nº3), salvo que se
extinga por nulidad provocada por la incapacidad relativa del deudor principal. Art. 2354. “El fiador puede
oponer al acreedor cualesquiera excepciones reales, como las de dolo, violencia o cosa juzgada; pero no las
personales del deudor, como su incapacidad de obligarse, cesión de bienes, o el derecho que tenga de no ser
privado de lo necesario para subsistir.
Son excepciones reales las inherentes a la obligación principal”.
2)La obligación del fiador no puede ser más gravosa que la deudor principal (arts. 2343 y 2344), pero si puede
obligarse en términos más eficaces (art. 2344 inc. 2º).
Art. 2343. “El fiador no puede obligarse a más de lo que debe el deudor principal, pero puede obligarse a
menos.
Puede obligarse a pagar una suma de dinero en lugar de otra cosa de valor igual o mayor.
Afianzando un hecho ajeno se afianza sólo la indemnización en que el hecho por su inejecución se resuelva.
La obligación de pagar una cosa que no sea dinero en lugar de otra cosa o de una suma de dinero, no
constituye fianza”.
Art. 2344. “El fiador no puede obligarse en términos más gravosos que el principal deudor, no sólo con
respecto a la cuantía sino al tiempo, al lugar, a la condición o al modo del pago, o a la pena impuesta por la
inejecución del contrato a que acceda la fianza; pero puede obligarse en términos menos gravosos.
Podrá, sin embargo, obligarse de un modo más eficaz, por ejemplo, con una hipoteca, aunque la obligación
principal no la tenga.
La fianza que excede bajo cualquiera de los respectos indicados en el inciso 1., deberá reducirse a los términos
de la obligación principal.
En caso de duda se adoptará la interpretación más favorable a la conformidad de las dos obligaciones principal
y accesoria”.
C.-Clasificaciones de la fianza
1) Fianza convencional, legal y judicial
La fianza es siempre un contrato.
Sin embargo, según el origen de la obligación del deudor principal de rendir fianza, de acuerdo al artículo
2336, la fianza puede ser convencional, legal y judicial.
“Art. 2336. La fianza puede ser convencional, legal o judicial.
La primera es constituida por contrato, la segunda es ordenada por la ley, la tercera por decreto de juez.
La fianza legal y la judicial se sujetan a las mismas reglas que la convencional, salvo en cuanto la ley que la
exige o el Código de Enjuiciamiento disponga otra cosa”.
La obligación del deudor principal de procurarse un fiador puede tener su origen en una convención, en un
mandato de la ley (artículos 89, 374 y 376,775 y 777, etc) o en una resolución judicial, en los casos en que la
ley autoriza al juez para ordenar su constitución (artículos 932, 1292, 1313, etc.). Debe tenerse presente los
artículos 2337 y 2358 No 4, que establecen algunas diferencias entre la fianza convencional y la legal o la
judicial.
“Art. 2337. El obligado a rendir una fianza no puede substituir a ella una hipoteca o prenda, o recíprocamente,
contra la voluntad del acreedor.
Si la fianza es exigida por ley o decreto de juez, puede substituirse a ella una prenda o hipoteca suficiente”.
“Art. 2358. Para gozar del beneficio de excusión son necesarias las condiciones siguientes:
4.) Que la fianza no haya sido ordenada por el juez;...”.
LA PRENDA
Concepto
“Art. 2384. Por el contrato de empeño o prenda se entrega una cosa mueble a un acreedor para la seguridad
de su crédito.
La cosa entregada se llama prenda.
El acreedor que la tiene se llama acreedor prendario”.
Del concepto se desprende:
a) Que recae sobre cosas muebles
b) Que precisa la entrega de la cosa. Por eso es un contrato real y se le denomina prenda con
desplazamiento
c) Que constituye una caución real
Acepciones de la palabra prenda
Designa el contrato de prenda
La cosa entregada (artículo 2384.2)
El derecho real que para el acreedor genera el contrato (artículo 577)
No debe confundirse con el denominado “derecho de prenda general” del artículo 2465.
Prenda civil o clásica y prendas especiales
La anteriormente definida es la prenda clásica, que constituye un contrato real y que implica un
desplazamiento de la prenda.
Esta prenda tiene el inconveniente de que no permite sino la constitución de una sola prenda respecto de una
misma cosa, por lo que numerosas leyes especiales han alterado la naturaleza de la prenda, reemplazando la
entrega por solemnidades legales, de manera que al no requerirse la entrega en estas prendas especiales,
resulta posible la pluralidad de prendas respecto de una misma cosa, tal como ocurre con la hipoteca.
Estas prendas especiales, dejan de ser un contrato real, para convertirse en contratos solemnes, que no
requieren desplazamiento de la cosa y por ello también se les denomina “prendas sin desplazamiento”.
Las prendas especiales revisten gran importancia y la mayoría de ellas se estudian en Derecho Comercial:
a) Prenda sobre especies depositadas en los almacenes warrants (Ley 3896, de 1922 sobre Almacenes
Generales de Depósito)
b) Prenda Agraria (Ley 4097, de 1926)
c) Prenda de valores mobiliarios a favor de los Bancos (Ley 4287, de 1928)
d) Prenda de las compraventas de cosas muebles a plazo (Ley 4702, de 1929)
e) Prenda industrial (Ley 5687, de 1935)
f) Prenda sin desplazamiento (Ley 18.112, de 1982)
Caracteres de la prenda
a) Es un contrato, supone un acuerdo de voluntades entre el acreedor y el deudor prendario (artículo 2392). Sin
embargo, no es perentorio que el contrato se celebre entre el acreedor y el deudor, porque también un
tercero puede dar un bien suyo en prenda para garantizar una obligación ajena (artículo 2388).
b) Es un contrato real: “no se perfecciona sino por la entrega de la prenda al acreedor” (artículo 2386), al igual
que la prenda mercantil. La entrega da publicidad al contrato y es el factor determinante de la garantía. Sin
embargo, las prendas especiales son, en general, contratos solemnes (artículos 1, 2, 8 y 9 de la Ley 18.112).
c) Es un contrato unilateral, sólo se obliga el acreedor prendario a restituir la prenda una vez satisfecho el
crédito. Pero puede derivar en sinalagmático imperfecto (artículo 2396.1). En cambio, en las prendas
especiales la situación es distinta: el acreedor no es obligado a restituir la cosa porque ella permanece en
poder del deudor, quien es el único obligado, en general, a conservar la cosa y a gozarla en términos que no la
menoscaben.
d) Es un contrato accesorio (artículos 1442, 2384): “El contrato de prenda supone siempre una obligación
principal a que accede” (artículo 2385).
e) La prenda es un derecho real (artículo 577), consecuencia de lo cual, el acreedor prendario goza de un
derecho de persecución.
f) La prenda es un derecho mueble (artículo 580).
g) La prenda otorga al acreedor prendario un privilegio de segunda clase (artículo 2474 N° 3), privilegio que es
especial y pasa contra terceros poseedores.
h) La prenda es un título de mera tenencia (artículos 714 y 2395). El acreedor prendario es mero tenedor de la
cosa, pero es dueño y poseedor de su derecho de prenda
i) La prenda es indivisible, aunque sea divisible la obligación principal o la cosa empeñada (artículos 2396 y
2405).
“Art. 2396.1. El deudor no podrá reclamar la restitución de la prenda en todo o parte, mientras no haya
pagado la totalidad de la deuda en capital e intereses, los gastos necesarios en que haya incurrido el acreedor
para la conservación de la prenda, y los perjuicios que le hubiere ocasionado la tenencia”.
“Art. 2405. La prenda es indivisible. En consecuencia, el heredero que ha pagado su cuota de la deuda, no
podrá pedir la restitución de una parte de la prenda, mientras exista una parte cualquiera de la deuda; y
recíprocamente, el heredero que ha recibido su cuota del crédito, no puede remitir la prenda, ni aun en parte,
mientras sus coherederos no hayan sido pagados”.
En relación con el artículo 1526 N°1.
Elementos del contrato de prenda
Consentimiento de las partes y formas del contrato
Para que se constituya el contrato de prenda es necesario, además del acuerdo entre las partes, que la cosa
sea entregada al acreedor (artículo 2386): “Art. 2386. Este contrato no se perfecciona sino por la entrega de la
prenda al acreedor”.
Esta entrega tiene una doble finalidad:
a) Por una parte influye en la eficacia de la garantía porque el acreedor va a tener la cosa en su poder
y,
b) Por otra parte constituye una medida de publicidad que advierte a los terceros de la existencia de la
prenda. Por ello, la entrega debe ser real y no meramente simbólica, atendidas las finalidades mencionadas de
la entrega.
Prenda sobre créditos
“Art. 2389. Se puede dar en prenda un crédito entregando el título; pero será necesario que el acreedor lo
notifique al deudor del crédito consignado en el título, prohibiéndole que lo pague en otras manos”.
La notificación al deudor es indispensable para que se perfeccione la prenda entre las partes y no solamente
un requisito de oponibilidad, a diferencia de la cesión de créditos.
Capacidad de las partes
“Art. 2387. No se puede empeñar una cosa, sino por persona que tenga facultad de enajenarla”.
Ello porque la constitución de la prenda, es enajenación en sentido amplio y se exige tal capacidad porque la
prenda priva al constituyente del uso y goce de la cosa.
Esto no ocurre en las prendas especiales, en que el deudor mantiene el uso y goce de la cosa, pero
frecuentemente se limita su facultad de disposición (artículo 18 de la ley 18.112).
Cosas que pueden darse en prenda
En principio, pueden darse en prenda todas las cosas muebles, corporales e incorporales (prenda sobre
créditos).
Incluso puede constituirse prenda sobre cosas ajenas.
Los artículos 2390 y 2391 reglamentan los efectos de la prenda sobre cosa ajena:
“Art. 2390. Si la prenda no pertenece al que la constituye, sino a un tercero que no ha consentido en el
empeño, subsiste sin embargo el contrato, mientras no la reclama su dueño; a menos que el acreedor sepa
haber sido hurtada, o tomada por fuerza, o perdida, en cuyo caso se aplicará a la prenda lo prevenido en el
artículo 2183.
Art. 2391. Si el dueño reclama la cosa empeñada sin su consentimiento, y se verificare la restitución, el
acreedor podrá exigir que se le entregue otra prenda de valor igual o mayor, o se le otorgue otra caución
competente, y en defecto de una y otra, se le cumpla inmediatamente la obligación principal, aunque haya
plazo pendiente para el pago”.
Excepcionalmente no pueden darse en prenda:
a) Las cosas futuras, porque no pueden ser entregadas.
b) Las naves mayores (más de 50 toneladas de registro grueso), que sólo pueden hipotecarse (artículo
2418), no obstante ser bienes muebles. Se pueden dar en prenda únicamente las naves menores.
c) En las prendas especiales sólo pueden empeñarse los determinados bienes muebles que en cada
caso las respectivas leyes señalan (artículos 4 a 7 de la Ley 18.112).
d) Por último, es indispensable que la cosa empeñada sea determinada. Es lo que se denomina
especialidad de la prenda en relación con la cosa empeñada.
Obligaciones que pueden garantizarse con prenda
En principio todas las obligaciones son susceptibles de garantizarse con prenda, incluso las obligaciones
naturales (artículo 1472 del CC y 4 de la Ley 18.112).
No ocurre los mismo en las demás prendas especiales en que, en general, sólo se pueden garantizar cierto tipo
de obligaciones.
Especialidad de la prenda en relación con la obligación garantizada
Normalmente la prenda garantizará obligaciones determinadas y específicas.
Sin embargo, cabe preguntarse: ¿pueden garantizarse obligaciones indeterminadas? ¿Vale la cláusula de
garantía general prendaria?
Pese a que se ha discutido, Meza dice que hay razones para pensar que tal cláusula en la prenda sería válida:
a) Porque la ley no la prohíbe
b) Porque en ocasiones la propia ley admite que la prenda garantice obligaciones futuras e indeterminadas en
cuanto a su monto (artículo 376)
c) Porque en la prenda civil la cláusula de garantía general no ofrece los inconvenientes que presenta en la
hipoteca, desde que no es posible la pluralidad de prendas, de manera que esta cláusula no puede
menoscabar los intereses de otros acreedores prendarios.
En las prendas especiales, la cláusula está expresamente autorizada en unos casos y prohibida en otros.
En la Ley 18.112 está permitida (artículos 3, letra b y 4).
Efectos del contrato de prenda
Derechos del acreedor prendario
1)Derecho de retención
El acreedor prendario tiene derecho de conservar la tenencia de la prenda hasta el pago íntegro de su crédito:
“Art. 2396. El deudor no podrá reclamar la restitución de la prenda en todo o parte, mientras no haya pagado
la totalidad de la deuda en capital e intereses, los gastos necesarios en que haya incurrido el acreedor para la
conservación de la prenda, y los perjuicios que le hubiere ocasionado la tenencia.
Con todo, si el deudor pidiere que se le permita reemplazar la prenda por otra sin perjuicio del acreedor, será
oído.
Y si el acreedor abusa de ella, perderá su derecho de prenda, y el deudor podrá pedir la restitución inmediata
de la cosa empeñada”.
En relación con los artículos 1591.2 y 2405.
La prenda tácita
Excepcionalmente el acreedor prendario puede retener la prenda pese a haberse satisfecho la deuda
caucionada con ella.
Es el caso de la denominada prenda tácita (artículo 2401).
“Art. 2401. Satisfecho el crédito en todas sus partes, deberá restituirse la prenda.
Pero podrá el acreedor retenerla si tuviere contra el mismo deudor otros créditos, con tal que reúnan los
requisitos siguientes:
1.- Que sean ciertos y líquidos;
2.- Que se hayan contraído después que la obligación para la cual se ha constituido la prenda;
3.- Que se hayan hecho exigibles antes del pago de la obligación anterior”.
La prenda tácita no tiene lugar en los casos de los artículos 2393 y 2404.
“Art. 2393. Si el acreedor pierde la tenencia de la prenda, tendrá acción para recobrarla, contra toda persona
en cuyo poder se halle, sin exceptuar al deudor que la ha constituido.
Pero el deudor podrá retener la prenda pagando la totalidad de la deuda para cuya seguridad fue constituida.
Efectuándose este pago, no podrá el acreedor reclamarla, alegando otros créditos, aunque reúnan los
requisitos enumerados en el artículo 2401”.
“Art. 2404. Si el deudor vendiere la cosa empeñada, el comprador tendrá derecho para pedir al acreedor su
entrega, pagando y consignando el importe de la deuda por la cual se contrajo expresamente el empeño.
Se concede igual derecho a la persona a quien el deudor hubiere conferido un título oneroso para el goce o
tenencia de la prenda.
En ninguno de estos casos podrá el primer acreedor excusarse de la restitución, alegando otros créditos, aun
con los requisitos enumerados en el artículo 2401”.
2) Derecho de persecución
“Art. 2393.1. Si el acreedor pierde la tenencia de la prenda, tendrá acción para recobrarla, contra toda
persona en cuyo poder se halle, sin exceptuar al deudor que la ha constituido”.
Es el derecho que el acreedor prendario tiene de reclamar la tenencia de la prenda que ha perdido, contra
toda persona
En relación con el artículo 891.
Tiene esta facultad salvo, obviamente, el caso del artículo 2393.2 en que la obligación principal y la prenda se
extinguen:
#Pero el deudor podrá retener la prenda pagando la totalidad de la deuda para cuya seguridad fue
constituida”.
3) Derecho de venta
“Art. 2397.1. El acreedor prendario tendrá derecho de pedir que la prenda del deudor moroso se venda en
pública subasta para que con el producido se le pague; o que, a falta de postura admisible, sea apreciada por
peritos y se le adjudique en pago, hasta concurrencia de su crédito; sin que valga estipulación alguna en
contrario, y sin perjuicio de su derecho para perseguir la obligación principal por otros medios”.
El acreedor prendario goza de dos acciones:
a) Una acción personal que deriva de la obligación principal
b) Una acción real, que es la acción prendaria, para realizar la prenda.
La venta de los bienes empeñados debe hacerse en pública subasta (artículo 2397) y las normas procesales
están contenidas en el D.L. 776, de 1925, sobre realización de la prenda, aplicable a la prenda civil y mercantil,
pero no a las prendas especiales.
En todo caso el artículo 2397.2 repudia el llamado pacto comisorio, esto es, la estipulación que autoriza al
acreedor para apropiarse o realizar la prenda en forma diversa de la prevista por la ley, prohibición aplicable a
la hipoteca según el artículo 2424.
Art. 2397.2. “Tampoco podrá estipularse que el acreedor tenga la facultad de disponer de la prenda o de
apropiársela por otros medios que los aquí señalados”.
4) Derecho de preferencia
Según el artículo 2474 N°3, la prenda confiere un privilegio de segunda clase, que es especial.
5) Derecho de indemnización de gastos y perjuicios
“Art. 2396.1. El deudor no podrá reclamar la restitución de la prenda en todo o parte, mientras no haya
pagado la totalidad de la deuda en capital e intereses, los gastos necesarios en que haya incurrido el acreedor
para la conservación de la prenda, y los perjuicios que le hubiere ocasionado la tenencia”.
LA HIPOTECA
Concepto
“Art. 2407. La hipoteca es un derecho de prenda, constituido sobre inmuebles que no dejan por eso de
permanecer en poder del deudor”.
El código al definirla como un derecho de “prenda”, sólo ha querido destacar el carácter de caución que la
hipoteca posee.
La define como derecho real. No es conveniente definir la hipoteca como contrato, porque en el Derecho
comparado existen también hipotecas legales y judiciales.
Sin embargo, en nuestro CC, la hipoteca tiene siempre un origen convencional y sólo existe (fuera del CC) un
par de casos de hipoteca legal:
a) La hipoteca legal de alcances (art.662 del C.P.C.).
b) La del artículo 129 de la LEY DE QUIBRAS N° 18.175: “Art. 129. Los bienes que integran la unidad
económica enajenada se entenderán constituidos en hipoteca o prenda sin desplazamiento, según sea la
naturaleza de ellos, por el solo ministerio de la ley, para caucionar los saldos insolutos de precio y cualquiera
otra obligación que el adquirente haya asumido como consecuencia de la adquisición, salvo que la junta de
acreedores, al pronunciarse sobre las bases respectivas, hubiese excluido expresamente determinados bienes
de tales gravámenes.
Por lo expresado, Meza la define como “un derecho real que grava un inmueble que no deja de permanecer
en poder del constituyente para asegurar el cumplimiento de una obligación principal, otorgando al acreedor
el derecho de perseguir la finca en manos de quienquiera que la posea y de pagarse preferentemente con el
producto de su realización”.
Importancia de la hipoteca
Como contrato
Como caución
Personas que intervienen
El deudor hipotecario, que es la persona que constituye la hipoteca sobre un bien raíz y que puede ser el
deudor principal o un tercero.
El acreedor hipotecario que es la persona titular del crédito garantizado por la hipoteca.
Acepciones de la palabra hipoteca
La palabra hipoteca sirve para designar:
a) El derecho real de hipoteca (art.577)
b) El contrato de hipoteca, que da origen al derecho real
c) Una causal de preferencia (art.2470)
Características de la hipoteca como derecho real
1) Es un derecho real (art.577) que, sin embargo, difiere de los demás derechos reales en cuanto no hay una
relación directa del titular del derecho sobre la cosa: este derecho real se materializa a través del derecho de
venta que tiene el acreedor hipotecario.
Por ser un derecho real, otorga al acreedor hipotecario derecho de persecución (art.2428).
“Art. 2428.1. La hipoteca da al acreedor el derecho de perseguir la finca hipotecada, sea quien fuere el que la
posea, y a cualquier título que la haya adquirido”.
Es un derecho real que recae sobre otro derecho real, por que lo que se hipoteca en definitiva es el derecho
de dominio o el de usufructo (art.2418).
“Art. 2418.1. La hipoteca no podrá tener lugar sino sobre bienes raíces que se posean en propiedad o
usufructo, o sobre naves”.
2) Es un derecho inmueble (artículos 580, 2407 y 2418), con una excepción, la hipoteca de naves y aeronaves.
3) Es un derecho real accesorio, de garantía (art. 46): Supone una obligación principal a que accede, actual o
futura (art.2413), civil o natural (art. 1472).
Consecuencias
a) En cuanto a su extinción, “La hipoteca se extingue junto con la obligación principal” (art. 2434.1),
con una excepción: en la novación se puede pactar la reserva de hipoteca (art. 1642).
b) En materia de prescripción extintiva, “La acción hipotecaria, y las demás que proceden de una
obligación accesoria, prescriben junto con la obligación a que acceden” (art. 2516).
c) El derecho de hipoteca pasa con el crédito al cesionario (art. 1906.l). Lo mismo ocurre en caso de
subrogación y de transmisión a los asignatario por causa de muerte.
EFECTOS DE LA HIPOTECA
DERECHOS DEL CONSTITUYENTE
1) Tiene facultad para enajenar o hipotecar la finca hipotecada, no obstante cualquiera estipulación en
contrario
“Art. 2415. El dueño de los bienes gravados con hipoteca podrá siempre enajenarlos o hipotecarlos, no
obstante cualquiera estipulación en contrario”.
Prohíbe la cláusula de no enajenar (artículos 10, 1466 y 1682).
Razones
a) La enajenación no perjudica al acreedor hipotecario, porque tiene derecho de persecución
(art.2428).
b) Una nueva hipoteca tampoco perjudica al acreedor hipotecario porque tiene derecho de
preferencia de pago (art.2477.3)
¿Puede el constituyente de la hipoteca constituir, con posterioridad a la misma, otros derechos reales de goce
sobre la cosa?
Como un usufructo, uso, habitación o servidumbres activas.
La ley no regula expresamente el conflicto que pudiera suscitarse entre el acreedor hipotecario anterior y los
titulares de estos derechos reales de goce, a diferencia del conflicto con los arrendatarios (art.1962).
Evidentemente la constitución convencional de estos derechos posterior al embargo del bien hipotecado
adolecería de nulidad absoluta por objeto ilícito (art.1464 N° 3).
El problema se complica si tales derechos se constituyen por sentencia judicial (art.11 de la Ley 14.908; 147 y
1337, regla 10ª del CC).
O si se constituyen convencionalmente antes del embargo.
En general, la doctrina estima que ello es posible porque el art.2515 usa la expresión enajenación en sentido
amplio y por aplicación del argumento a fortiori.
Pero tales derechos serían inoponibles al acreedor hipotecario, porque su constitución sí lo perjudica Se usa
también de argumento el art.2416.
2) En cuanto a las facultades de uso y goce, como el constituyente conserva la tenencia del inmueble,
mantiene estas facultades, pero no puede ejercitarlas en forma que perjudiquen al acreedor hipotecario
(art.2427)
El acreedor goza de la llamada “acción de mejoramiento de la hipoteca”:
“Art. 2427. Si la finca se perdiere o deteriorare en términos de no ser suficiente para la seguridad de la deuda,
tendrá derecho el acreedor a que se mejore la hipoteca, a no ser que consienta en que se le dé otra seguridad
equivalente, y en defecto de ambas cosas, podrá demandar el pago inmediato de la deuda líquida, aunque
esté pendiente el plazo, o implorar las providencias conservativas que el caso admita, si la deuda fuere
ilíquida, condicional o indeterminada”.
En relación con el art.2391, 2349 y 1496.
Concretamente el acreedor hipotecario tiene tres derechos que se complementan para hacer efectiva la
hipoteca:
a) Derecho de venta (art.2424 en relación con el art.2397)
b) Derecho de persecución (art.2428)
c) Derecho de preferencia (art.2477)
DERECHO DE VENTA
El acreedor hipotecario tiene derecho a pedir que la cosa se venda en pública subasta:
“Art. 2424. El acreedor hipotecario tiene para hacerse pagar sobre las cosas hipotecadas los mismos derechos
que el acreedor prendario sobre la prenda”.
“Art. 2397.1. El acreedor prendario tendrá derecho de pedir que la prenda del deudor moroso se venda en
pública subasta para que con el producido se le pague; o que, a falta de postura admisible, sea apreciada por
peritos y se le adjudique en pago, hasta concurrencia de su crédito; sin que valga estipulación alguna en
contrario, y sin perjuicio de su derecho para perseguir la obligación principal por otros medios”.
En relación con el artículo 499 del CPC.
En cuanto a la forma de realización, se aplican las reglas generales del juicio ejecutivo (artículos 485 a 489 del
CPC).
La acción se ejercerá contra el deudor principal conjuntamente con la acción personal conforme a las reglas
del juicio ordinario o del juicio ejecutivo, según corresponda.
DERECHO DE PERSECUCIÓN
Tiene lugar cuando la finca hipotecada se encuentra en poder de un tercero que no es deudor personal.
“Art. 2428.1. La hipoteca da al acreedor el derecho de perseguir la finca hipotecada, sea quien fuere el que la
posea, y a cualquier título que la haya adquirido.”
Tercer poseedor
En general, es aquel que es dueño del inmueble gravado con hipoteca y que no se ha obligado personalmente
al pago de la deuda.
Se encuentra en esta situación
1) El que adquiere la finca hipotecada con el gravamen hipotecario:
“Art. 2429. El tercer poseedor reconvenido para el pago de la hipoteca constituida sobre la finca que después
pasó a sus manos con este gravamen, no tendrá derecho para que se persiga primero a los deudores
personalmente obligados”.
2) El que hipoteca un inmueble propio para garantizar una deuda ajena sin obligarse personalmente:
“Art. 2414.2. Pueden obligarse hipotecariamente los bienes propios para la seguridad de una obligación ajena;
pero no habrá acción personal contra el dueño si éste no se ha sometido expresamente a ella”.
“Art. 2430.1. El que hipoteca un inmueble suyo por una deuda ajena, no se entenderá obligado
personalmente, si no se hubiere estipulado”.
Acción de desposeimiento
La acción hipotecaria, cuando se dirige contra el tercer poseedor, se denomina acción de desposeimiento, cuyo
ejercicio requiere de ciertos trámites previos (Título XVIII, Libro III del CPC, arts 758 y ss).
El acreedor debe pedir al juez que se notifique al poseedor señalándole un plazo de 10 días para que pague la
deuda o abandone la finca hipotecada, debiendo tenerse presente que el tercer poseedor reconvenido no
goza de beneficio de excusión (arts 2429.1 y 2430).
Actitudes que puede adoptar el tercer poseedor reconvenido:
a) Pagar la deuda: se extingue la obligación y la hipoteca y se produce una subrogación legal (arts 1610
N° 3, 2429.2 y 2430.2)
b) Abandonar la finca hipotecada en el plazo de 10 días (arts 2426 y 2429, inciso final): se pone a
disposición del juzgado para proceder a su subasta, conforme a las reglas del CPC.
Pero no abandona el dominio: si el producto excede el monto de la deuda y gastos, el saldo es del tercer
poseedor.
Además, tiene derecho a ser indemnizado, pero no hay subrogación porque no hay pago.
c) Puede que no pague ni abandone : en este caso tiene lugar la acción de desposeimiento cuyo objeto
es privar al tercer poseedor de la posesión de la finca para ponerla a disposición del tribunal a fin de que se
subaste.
Esta acción se somete a las reglas del juicio ordinario o a las del ejecutivo, según sea la calidad del título en
que se funde.
En principio siempre habrá título ejecutivo (porque hay escritura pública), pero pueden faltar otros requisitos
de la acción ejecutiva (por ejemplo, que la deuda no sea líquida).
Requisitos para que no tenga lugar el derecho de persecución
“Art. 2428. La hipoteca da al acreedor el derecho de perseguir la finca hipotecada, sea quien fuere el que la
posea, y a cualquier título que la haya adquirido.
Sin embargo, esta disposición no tendrá lugar contra el tercero que haya adquirido la finca hipotecada en
pública subasta, ordenada por el juez.
Mas para que esta excepción surta efecto a favor del tercero deberá hacerse la subasta con citación personal,
en el término de emplazamiento, de los acreedores que tengan constituidas hipotecas sobre la misma finca;
los cuales serán cubiertos sobre el precio del remate en el orden que corresponda.
El juez entre tanto hará consignar el dinero”.
Los requisitos son:
a) Que la venta se haga en pública subasta ordenada por el juez;
b) Que se cite personalmente a los acreedores hipotecarios (notificación personal);
c) Que entre la citación y la subasta medie un plazo igual al término de emplazamiento (artículos 258 y 259 del
CPC);
El precio del remate debe consignarse a la orden del juez y éste ordenará la cancelación de la inscripción
hipotecaria.
Derechos que concede al acreedor hipotecario de grado preferente el artículo 492 del CPC:
“Art. 492 (514). Si por un acreedor hipotecario de grado posterior se persigue una finca hipotecada contra el
deudor personal que la posea, el acreedor o los acreedores de grado preferente citados conforme al artículo
2428 del Código Civil, podrán, o exigir el pago de sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o
conservar sus hipotecas sobre la finca subastada, siempre que sus créditos no estén devengados. No diciendo
nada, en el término del emplazamiento, se entenderá que optan por ser pagados sobre el precio de la
subasta...”.
Los acreedores de grado preferente pueden optar por:
a) Pagarse de sus créditos con el precio de la subasta; o
b) Conservar sus hipotecas sobre la finca subastada, siempre que sus créditos no estén devengados, es
decir, que no sean exigibles. Si lo son, sólo pueden pagarse.
Si nada dicen, dentro del término de emplazamiento, se entiende que optan por pagarse sobre el precio de la
subasta.
Cumpliéndose los requisitos del artículo 2428, puede ocurrir:
1) Si todos los acreedores logran ser pagados no hay problema alguno y la hipoteca se extingue.
2) Si ello no sucede, se produce “la purga de las hipotecas”, es decir, la caducidad de los derechos de los
acreedores hipotecarios que no alcanzaron a pagarse en todo o parte de sus créditos sobre el precio de la
subasta.
DERECHO DE PREFERENCIA
“Art. 2470.1. Las causas de preferencia son solamente el privilegio y la hipoteca”.
“Art. 2477. La tercera clase de créditos comprende los hipotecarios.
A cada finca gravada con hipoteca podrá abrirse, a petición de los respectivos acreedores o de cualquiera de
ellos, un concurso particular para que se les pague inmediatamente con ella, según el orden de las fechas de
sus hipotecas.
Las hipotecas de una misma fecha que gravan una misma finca preferirán unas a otras en el orden de su
inscripción.
En este concurso se pagarán primeramente las costas judiciales causadas en él”.
EXTINCIÓN DE LA HIPOTECA
Por vía consecuencial
“Art.2434.1: La hipoteca se extingue junto con la obligación principal”.
Por vía principal
Se produce de acuerdo a los modos generales de extinción de las obligaciones y por las causas especiales del
artículo 2434, que son aplicación de reglas generales
Art.2434.2.3 y 4
“Se extingue asimismo por la resolución del derecho del que la constituyó, o por el evento de la condición
resolutoria, según las reglas legales.
Se extingue además por la llegada del día hasta el cual fue constituida.
Y por la cancelación que el acreedor otorgare por escritura pública, de que se tome razón al margen de la
inscripción respectiva.”
Por la resolución del derecho del constituyente
“Art. 2416. El que sólo tiene sobre la cosa que se hipoteca un derecho eventual, limitado o rescindible, no se
entiende hipotecarla sino con las condiciones y limitaciones a que está sujeto el derecho; aunque así no lo
exprese”.
Por el evento de la condición resolutoria o la llegada del plazo
“Art. 2413.1. La hipoteca podrá otorgarse bajo cualquiera condición, y desde o hasta cierto día”.
Por la cancelación
Cuando la ley habla de cancelación, se refiere a la renuncia del acreedor hipotecario a su derecho.
La renuncia debe por escritura pública, y anotarse al margen de la inscripción hipotecaria.
Fuera de los modos que indica el artículo 2434:
Por confusión
Por aplicación del artículo 2406.2.
“Art. 2406.2. Se extingue asimismo cuando la propiedad de la cosa empeñada pasa al acreedor por cualquier
título”.
Debe tenerse en cuenta el artículo 1610 N° 2
Por expropiación
Art.924 del CPC
Por la purga de la hipoteca
Art.2428
En cuanto a la nulidad de la hipoteca
“Art. 2412. Si la constitución de la hipoteca adolece de nulidad relativa, y después se valida por el lapso de
tiempo o la ratificación, la fecha de la hipoteca será siempre la fecha de la inscripción”.
Extinguida la hipoteca por cualquier causa, debe procederse a la cancelación de la inscripción hipotecaria
Contrato de transacción.
Concepto.
Art. 2446. “La transacción es un contrato en que las partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente, o
precaven un litigio eventual” (mediante concesiones recíprocas).
“No es transacción el acto que sólo consiste en la renuncia de un derecho que no se disputa”.
Elementos esenciales del contrato de transacción.
a. Existencia de un derecho dudoso. Debe ser actualmente dudoso o susceptible de serlo. Se ha discutido
si el carácter de dudoso del derecho es un concepto objetivo o subjetivo.
a. Meza señala que son las partes quienes le dan el carácter de controvertida a la relación, esto
es, se trata de una apreciación subjetiva.
b. Vodanovic, siguiendo a Albaladejo (autor español), señala que si bien aquello es lo normal,
puede ocurrir que una parte sepa la verdad de la cuestión que aparece extremadamente dudosa, o que la
sepan ambas, de manera que de cualquier manera el favorecido por la apariencia dudosa exige concesiones a
la otra para renunciar a reclamaciones. Así las cosas, la relación será externamente dudosa u objetivamente
dudosa.
b. Mutuas concesiones o sacrificios. La definición legal omite consignar un elemento característico de la
transacción, las concesiones recíprocas. Por ello a la definición debe agregársele al final la frase “..., mediante
concesiones recíprocas”. La ausencia de este elemento significaría la mera renuncia de un derecho, la remisión
de la deuda, lo cual no puede constituir en transacción, según el inc. 2° del art. 2446. Por este motivo no
importa transacción el desistimiento de la demanda.
Características.
a. Contrato bilateral, como consecuencia de las recíprocas concesiones.
b. Oneroso conmutativo. Puesto que cada una hace sacrificios en pos de la otra, mirándose
equivalente la prestación de cada uno de ellos.
c. Principal, pues no requiere para su existencia de otra convención.
d. Consensual, porque la ley no lo ha revestido de ninguna forma externa.
Quién puede transigir.
a. Capacidad para transigir. Art. 2447. “No puede transigir sino la persona capaz de disponer de los
objetos comprendidos en la transacción”. Se exige capacidad de disposición. Renuncia y enajenación, en caso
de objetos no disputados, son formas de disposición, pues implican desprenderse de un derecho al menos
parcialmente pretendido, o de uno propio no disputado, que se enajena a la parte contraria.
a. Transacción sobre los bienes sociales y sobre los bienes de la mujer casada en sociedad
conyugal.
i. Sobre los bienes sociales. Tratándose de transacción sobre bienes raíces no disputados
se aplica la limitación del art. 1749 inc 3°.
ii. Sobre bienes de la mujer. En la transacción de bienes raíces no disputados se aplica el
art. 1754.
b. Transacción sobre los bienes del pupilo. Hay que subdistinguir.
i. Sobre objetos disputados. Art. 400. “Se necesita asimismo previo decreto para proceder
a transacciones o compromisos sobre derechos del pupilo que se valúen en más de un centavo, y sobre sus
bienes raíces, y en cada caso la transacción o el fallo del compromisario se someterán a la aprobación judicial,
so pena de nulidad”. Se necesitan por tanto dos decretos: uno de autorización para proceder a ellas (si recae
sobre bienes inmuebles será competente juez del lugar donde se encuentre el inmueble y si recae sobre
bienes muebles el que nombró el curador, esto es, el del domicilio del pupilo, arts. 153 y 150 COT) y uno de
aprobación de la misma (es competente el juez donde tenga domicilio el pupilo). Sanción: nulidad relativa por
falta de formalidades habilitantes.
ii. Sobre objetos no disputados. Debe aplicarse la regla del art. 393, esto es, previo decreto
judicial y por causa de utilidad o necesidad manifiesta. No obstante lo anterior, alguna jurisprudencia ha
estimado que también se aplica el art. 394, esto es, debería hacerse en pública subasta, lo cual resulta del
todo absurdo.
c. Transacción sobre los bienes del hijo sujeto a patria potestad. Hay que subdistinguir .
i. Peculio adventicio ordinario (que es el peculio del hijo no comprendido dentro del
adventicio extraordinario o profesional o industrial). Aunque no existe una norma como el art. 400, Alessandri
(haciendo referencia al estado del CC anterior a la ley 19585) señala que son aplicables los arts. 254 y 255:
requerirá el padre o madre que ejerce la patria potestad autorización del juez con conocimiento de causa, a
menos que ambos sean privados de ella caso en el que se le deberá nombrar un curador adjunto, que se regirá
por tanto por el art. 400 y 393.
ii. Peculio adventicio extraordinario. Como la administración pasa al otro padre, o a un
curador, vale lo dicho anteriormente.
iii. Peculio profesional o industrial. Si bien se mira como mayor de edad para la
administración de este peculio (art. 251) está limitado por el art. 254 y por tanto procedería autorización
judicial con conocimiento de causa.
b. Poder para transigir. Art. 2448. “Todo mandatario necesitará de poder especial para transigir.
En este poder se especificarán los bienes, derechos y acciones sobre que se quiera transigir”. No es de la
naturaleza de la representación del mandato la facultad de transigir. Igual situación se produce respecto del
mandato judicial. Art. 7 inc. 2° CPC. “Sin embargo, no se entenderán concedidas al procurador, sin expresa
mención, las facultades de desistirse en primera instancia de la acción deducida, aceptar la demanda
contraria, absolver posiciones, renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer, otorgar a
los árbitros facultades de arbitradores, aprobar convenios y percibir”.
Objeto de la transacción.
Al señalar el art. 2447 que para transigir se requiere capacidad de disposición, se colige que es necesario que
los bienes objeto de la disposición sean comerciables.
El código hace diversas aplicaciones.
a. Transacción sobre acciones que nacen de un delito. Art. 2449. “La transacción puede recaer sobre la
acción civil que nace de un delito; pero sin perjuicio de la acción criminal”.
b. Transacción sobre el estado civil. Art. 2450. “No se puede transigir sobre el estado civil de las
personas”. La doctrina y la jurisprudencia señalan que en todo caso si se admite la transacción cuando versa
sobre intereses pecuniarios subordinados al estado civil de una persona, como por ejemplo la entrega de los
bienes de la sucesión de una persona. Pero si recae la transacción simultáneamente sobre el estado civil y sus
consecuencias pecuniarias, la transacción sería nula.
c. Transacción sobre el derecho de alimentos. Art. 2451. “La transacción sobre alimentos futuros de las
personas a quienes se deban por ley, no valdrá sin aprobación judicial; ni podrá el juez aprobarla, si en ella se
contraviene a lo dispuesto en los artículos 334 y 335”. Por tanto son transigibles:
a. Alimentos forzosos futuros, con aprobación judicial.
b. Alimentos forzosos atrasados.
c. Alimentos voluntarios, futuros o atrasados.
d. Transacción sobre derechos ajenos o inexistentes. Art. 2452. “No vale la transacción sobre derechos
ajenos o sobre derechos que no existen”. Hay que distinguir.
a. Transacción sobre derechos inexistentes. Es propiamente nula por falta de objeto (inexistencia
en doctrina).
b. Transacción sobre derechos ajenos. Más que nula es inoponible al verdadero titular del
derecho.
Nulidad de las transacciones.
Si bien es la nulidad de la transacción se rige según las reglas generales, ha reglamentado algunos casos que
podrían suscitar dificultades.
a. Dolo y violencia. Art. 2453. “Es nula en todas sus partes la transacción obtenida por títulos falsificados,
y en general por dolo o violencia”.
a. Como son vicios de la voluntad el dolo y la violencia (fuerza) acarrean nulidad relativa.
b. La expresión “en todas sus partes” quiere decir que la nulidad es total, y no parcial a las
cláusulas en que intervino el dolo o la violencia.
b. Error.
a. Error en el objeto. Art. 2457. “El error acerca de la identidad del objeto sobre que se quiere
transigir anula la transacción”. Es aplicación del art. 1453.
b. Error en el cálculo: no invalida la transacción y sólo da derecho a que se rectifique el cálculo.
Art. 2458. Se trata de error incidental (art. 1454 inc 2°).
c. Error en la persona. Art. 2456. “La transacción se presume haberse aceptado por consideración
a la persona con quien se transige.
Si se cree pues transigir con una persona y se transige con otra, podrá rescindirse la transacción.
De la misma manera, si se transige con el poseedor aparente de un derecho, no puede alegarse esta
transacción contra la persona a quien verdaderamente compete el derecho”
La transacción en un contrato intuito personae y por ello es que acarrea nulidad este vicio (aplicación del art.
1455).
La transacción que se hace con el poseedor aparente del derecho es inoponible al verdadero titular del
derecho.
d. Transacción celebrada en consideración a un título nulo . Art. 2454. “Es nula en todas sus partes
la transacción celebrada en consideración a un título nulo, a menos que las partes hayan tratado
expresamente sobre la nulidad del título”.
i. El título, es el acto de que emana el derecho sobre que se transige y no el documento
que lo constata.
ii. Hay error porque las partes han transigido sobre un título válido que en realidad no lo
es, incluso la transacción es nula si las partes conocían del vicio, a menos que hubieren tratado expresamente
sobre la nulidad del título.
e. Transacción obtenida por títulos falsificados . Art. 2453. “Es nula en todas sus partes la
transacción obtenida por títulos falsificados, y en general por dolo o violencia”. Hay error porque las partes
creen la legitimidad del título que en este caso está tomada en su acepción de documento.
f. Transacción sobre un proceso terminado por sentencia firme . Art. 2455. “Es nula asimismo la
transacción, si, al tiempo de celebrarse, estuviere ya terminado el litigio por sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada, y de que las partes o alguna de ellas no haya tenido conocimiento al tiempo de transigir.
i. Se trata de error puesto que las partes transigen en la creencia de que existe un derecho
dudoso que en realidad ya no es tal, porque existe sentencia firme.
ii. Es necesario que ambas ignoren la existencia de la sentencia, de lo contrario no habrá
transacción.
g. Transacción sobre objetos que títulos posteriormente descubiertos demuestran que una de las
partes no tenía derecho alguno. Art. 2459. “Si constare por títulos auténticos que una de las partes no tenía
derecho alguno al objeto sobre que se ha transigido, y estos títulos al tiempo de la transacción eran
desconocidos de la parte cuyos derechos favorecen, podrá la transacción rescindirse; salvo que no haya
recaído sobre un objeto en particular, sino sobre toda la controversia entre las partes, habiendo varios objetos
de desavenencia entre ellas.
En este caso el descubrimiento posterior de títulos desconocidos no sería causa de rescisión, sino en cuanto
hubiesen sido extraviados u ocultados dolosamente por la parte contraria.
Si el dolo fuere sólo relativo a uno de los objetos sobre que se ha transigido, la parte perjudicada podrá pedir
la restitución de su derecho sobre dicho objeto”.
Efectos de la transacción.
a. Efecto relativo de la transacción.
Art. 2461. “La transacción no surte efecto sino entre los contratantes.
Si son muchos los principales interesados en el negocio sobre el cual se transige, la transacción consentida por
el uno de ellos no perjudica ni aprovecha a los otros; salvos, empero, los efectos de la novación en el caso de
solidaridad”
Art. 2456 inc 3°. “De la misma manera, si se transige con el poseedor aparente de un derecho, no puede
alegarse esta transacción contra la persona a quien verdaderamente compete el derecho”
b. Relatividad de los efectos de la transacción en cuanto al objeto. Los efectos de la transacción se limitan
a los derechos sobre que se ha transigido.
Dos consecuencias particulares ha establecido el código.
a. Art. 2462. “Si la transacción recae sobre uno o más objetos específicos, la renuncia general de todo
derecho, acción o pretensión deberá sólo entenderse de los derechos, acciones o pretensiones relativas al
objeto u objetos sobre que se transige”. Se trata más bien de una regla de interpretación.
b. Art. 2464. “Si una de las partes ha renunciado el derecho que le correspondía por un título y
después adquiere otro título sobre el mismo objeto, la transacción no la priva del derecho posteriormente
adquirido”.
c. La transacción produce efecto de cosa juzgada. Art. 2460. “La transacción produce el efecto de cosa
juzgada en última instancia; pero podrá impetrarse la declaración de nulidad o la rescisión, en conformidad a
los artículos precedentes”.
a. La transacción es un sustituto del fallo judicial y por tanto:
i. Engendra una excepción análoga a la de cosa juzgada.
ii. Queda vedado para las partes reabrir el debate.
iii. Si el litigio era eventual, también queda zanjado el debate.
b. Sin embargo existen diferencias entre sentencia judicial y cosa juzgada.
i. La sentencia judicial no puede ser atacada por vía de la nulidad civil.
ii. La sentencia judicial constituye título ejecutivo, en cambio la transacción lo será
dependiendo del título en que conste.
d. Puede estipularse una cláusula penal. Art. 2463. “Si se ha estipulado una pena contra el que deja de
ejecutar la transacción, habrá lugar a la pena, sin perjuicio de llevarse a efecto la transacción en todas sus
partes”. Constituye una excepción a la norma del art. 1537 parte final. “Antes de constituirse el deudor en
mora, no puede el acreedor demandar a su arbitrio la obligación principal o la pena, sino sólo la obligación
principal; ni constituido el deudor en mora, puede el acreedor pedir a un tiempo el cumplimiento de la
obligación principal y la pena, sino cualquiera de las dos cosas a su arbitrio; a menos que aparezca haberse
estipulado la pena por el simple retardo, o a menos que se haya estipulado que por el pago de la pena no se
entiende extinguida la obligación principal”. En la transacción, sin necesidad de cláusula especial puede
hacerse efectiva la prestación propia de la transacción y la pena.
LA ANTICRESIS.
1.- Concepto.
El artículo 2435 del Código Civil, la define en los siguientes términos: “La anticresis es un contrato por el que se
entrega al acreedor una cosa raíz para que se pague con sus frutos.” El inmueble puede pertenecer al deudor
o aun tercero, que consienta en la anticresis (artículo 2436).
b.4) Derecho a que se le indemnicen los perjuicios y se le reembolsen los gastos que le ocasione la tenencia
del inmueble. El mismo artículo 2440 se refiere a la materia, al decir “El acreedor que tiene anticresis, goza de
los mismos derechos que el arrendatario para el abono de las mejoras, perjuicios y gastos...” Se aplicará,
fundamentalmente, lo dispuesto en los artículos 1933 y 1934, si la cosa contiene vicios que ocasionan los
perjuicios u obligan a incurrir en gastos.
d.2) Derecho a exigir indemnización de perjuicios, si la finca ha experimentado daños, imputables al acreedor
anticrético.