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LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL SITIO DE TENOCHTITLAN

Y todo esto pasó con nosotros. hemos masticado grama salitrosa,


Nosotros lo vimos, piedras de adobe, lagartijas,
nosotros lo admiramos. ratones, tierra en polvo, gusanos . . .
Con esta lamentosa y triste suerte
nos vimos angustiados. Comimos la carne apenas,
sobre el fuego estaba puesta.
En los caminos yacen dardos rotos, Cuando estaba cocida la carne,
los cabellos están esparcidos. de allí la arrebataban,
Destechadas están las casas, en el fuego mismo, la comían.
enrojecidos tienen sus muros.
Se nos puso precio.
Gusanos pululan por calles y plazas, Precio del joven, del sacerdote,
y en las paredes están salpicados los sesos. del niño y de la doncella.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos, Basta: de un pobre era el precio
es como si bebiéramos agua de salitre. sólo dos puñados de maíz,
sólo diez tortas de mosco;
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe, sólo era nuestro precio veinte tortas de grama
y era nuestra herencia una red de agujeros. salitrosa.
Con los escudos fue su resguardo, pero
ni con escudos puede ser sostenida su Oro, jades, mantas ricas,
soledad. plumajes de quetzal,
todo eso que es precioso,
Hemos comido palos de colorín, en nada fue estimado...

Fuente:
Manuscrito Anónimo de Tlatelolco, 1528. Biblioteca Nacional de México
Se trata de relaciones anónimas escritas por indígenas que relatan
episodios de la conquista, relatados en lengua náhuatl, que luego fue
transcripto y traducido por Ángel María Garibay K. y publicado en
numerosos estudios sobre historia y literatura mesoamericana. Publicado
en: BOIXADÓS, Roxana y PALERMO Miguel, A., “Los Aztecas”, ed. El
quirquincho, Buenos Aires, 1991.

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