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CONTEXTO POLITICO, SOCIAL Y ECONOMICO

EN EL TIEMPO DE VIDA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS


I. EUROPA Y ASIS AL FINAL DEL SIGLO XII
Todos nos damos cuenta de que una persona depende mucho del ambiente en el que se mueve. De tal
manera que, si conociéramos ese ambiente, tendríamos una estupenda clave de interpretación de lo que
ese individuo dijo e hizo. Eso es justamente lo que pretendemos hacer en este primer tema del Curso
Franciscano: decir a grandes rasgos cuál fue el contexto histórico que le tocó vivir a Francisco de Asís.

II. ¿CÓMO ERA LA SOCIEDAD ITALIANA DE FINALES DEL SIGLO XII?


Lo primero que hacemos notar es el ambiente ciudadano que había brotado como algo nuevo. La
situación viene de muy atrás. Recordad aquello del feudalismo (un señor que domina sobre personas y
tierras). Pues bien, el feudalismo había empobrecido toda la sociedad. El campo no daba medios de vida.
Así que se fue abriendo paso una sociedad burguesa, comerciante y urbana. La vida empezó a girar en
torno a las ciudades. De modo que el control de la ciudad pasó a ser algo de gran importancia política
(recordad que Francisco se vio envuelto en su juventud en guerras ciudadanas). Quizás por eso a la
primitiva fraternidad le iba más la pobreza y desolación del campo que la vida de la ciudad poderosa.
Además, uno de los elementos que configura más el ambiente de esta sociedad es el comercio. Con el
comercio viene la movilidad de bienes, la clase nueva de los comer antes. Y sobre todo el dinero. No es
de extrañar que Francisco lo mire siempre con mucha reserva.
Pero hay más. En tiempo de Francisco se respira en la sociedad todo un ambiente caballeresco. Llegar a
ser caballero era como legitimar la nobleza de la persona. Los nuevos ricos aspiraban a ella y las
pretensiones de los jóvenes como Francisco estaban dirigidas a la posibilidad de ser aceptados como
caballeros y así servir a los grandes señores, creyendo que luchaban por la justicia y por el derecho. Ese
caballero, a veces tan idealista y soñador, tenía siempre una dama como guía de sus sentimientos y para,
aunque muy espitomar valor en sus empresas. Todo esto, ritualizado, tuvo cierto valor en la vida de
Francisco (recordar aquello de «dama pobreza»> 2C 55).

III. ¿COMO ESTABA LA IGLESIA EN ESTA ÉPOCA?


Durante el feudalismo, del mismo modo que la sociedad civil la Iglesia estaba sometida a los señores
feudales que ponían y quitaban los cargos eclesiásticos a su antojo. La situación de los sacerdotes era de
gran decadencia cultural, espiritual y moral. Sólo cuando el gran papa Gregorio VII se propuso separar
el poder civil del religioso, empezó el cambio que tuvo un éxito notable con Inocencio III, Papa en
tiempo de Francisco (1198-1216). El esfuerzo de la reforma fue grande, los resultados no lo fueron
tanto.

Por lo que hace a la vida religiosa, diremos que todo había girado hasta entonces en torno a los
monasterios de benedictinos, cistercienses y premostratenses finalmente. En ellos se apoyó Roma para
trabajar en la reforma de la Iglesia. Y mucho se consiguió.

IV. ¿CÓMO VIVÍA EL PUEBLO CRISTIANO?


Por la dinámica de toda institución, hay que decir que con el tiempo también las grandes órdenes
entraban en declive. Por eso no es de extrañar que aparecieran en el seno de la Iglesia unos cuantos
movimientos espirituales de seglares. Estos movimientos laicales valorarán puntos tan característicos
como estos: la pobreza colectiva, una vivienda como la gente sencilla, o mejor, ir por el mundo diciendo
el Evangelio de manera humilde. La Iglesia pedía una vuelta al Evangelio y el pueblo sencillo respondía
quizás con más radicalidad que los monjes.
Hay que decir que estos grupos propugnaron y vivieron una notable reforma espiritual y moral. Pero
algunos de ellos no pudieron soportar el escandalo de una Iglesia apegada al poder, al dinero y a la
corrupción moral. La hostilidad fue creciendo hasta llegar a una verdadera ruptura con la institución
eclesial que se hizo a su vez más intransigente, aunque con Inocencio III se llegaron a suavizar ciertas
posturas. Algunos de estos grupos fueron: los humillados, los cátaros, los valdenses, los pobres de
Durando de Huesca, etc.

Veamos un poco más los dos más importantes. Los cátaros (palabra griega que significa “los puros”,
dividían a la Iglesia en buenos y malos. La manera moral de vivir. La manera moral de vivir, la
valoración de la Escritura, la penitencia y la pobreza eran las notas con las que hacían ese discernimiento
elemental. Todo el que no se ajustaba a esa visión de la fe cristiana era considerado por ellos como un
pagano. No es de extrañar que, a pesar de su reciedumbre de ánimo, terminaran con el tiempo fuera de la
Iglesia. Como tal vez se dedicaron más a discusiones que a vivir prácticamente lo que decían, un tal
Pedro Valdo, rico comerciante de la ciudad de Lyon, abrazó una vida de pobreza y fundó un movimiento
evangélico que tomó su nombre: los valdenses. Cuando, pasado el tiempo, la jerarquía católica les
prohibió predicar, llegaron a romper con la Iglesia diciendo: “Hay que obedecer a Dios antes que a los
hombres” (Hechos 5,29). Así lo que en principio se había presentado como un movimiento de
renovación eclesial, se convirtió en una herejía.

V. ¿COMO INFLUYO TODO ESTO EN FRANCISCO DE ASÍS?


El ambiente sociopolítico de Asís a comienzos del siglo
XII se ajusta perfectamente al descrito anteriormente. Ciudad en luchas con su convecina Perugia, con
mucho e intenso comercio. Era una iglesia dependiente de la diócesis de Roma. El latigazo de los
movimientos heréticos se hacía sentir frecuentemente.
Es ahí donde Francisco empezará su vida evangélica. Como los otros movimientos pauperísticos,
Francisco valorará la pobreza radical, la itinerancia, la fraternidad. Pero eso sí, comprendió enseguida
que él no podía realizar su ideal fuera de la Iglesia. Por eso él vivirá siempre su vocación en obediencia
a la Iglesia. Al incrustar su carisma en la Iglesia, Francisco hizo nacer una nueva dimensión de la vida
cristiana y religiosa.

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