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El presente texto académico se desarrolla a partir de la lectura del Capítulo 8:

“Familia y Escuela” del Manual de Psicología Educacional, cuyas autoras son


Violeta Arancibia, Paulina Herrera, Katherine Strasser. En este capítulo, las
autoras hablan sobre las variables familiares que influyen en el rendimiento
escolar de los estudiantes. A continuación, se expondrán las ideas centrales que
se desprenden tras la lectura del texto.

Las autoras dividen este capítulo en segmentos: el primero, habla de las


influencias de variables de la familia en la adaptación escolar del niño; el segundo,
habla sobre la relación familia-escuela y cómo se puede generar una relación
colaborativa; y, finalmente, lo desafíos que se presentan en torno al desarrollo de
la capacidad mediadora de los padres.

La familia es el núcleo central de las sociedades. Considerada como una


institución, esta ha ido cambiando y modificándose a lo largo de la historia, de
forma que la concepción que hoy en día se tiene sobre la familia no corresponde a
la de otras épocas históricas. En este primer apartado, las autoras dividen los
grupos familiares en tres categorías: las familias intactas, entendidas como
aquellas conformadas por los dos padres, que no sufren modificaciones
significativas en su conformación; las familias uniparentales, donde sólo uno de los
padres asume el compromiso de la crianza de los hijos; y las familias
reconstituidas, que son aquellas en donde tras una modificación de su estructura
(por ejemplo, la separación de los padres), vuelven a constituirse al ingresar otro
miembro a la familia que suple la labor del padre no presente.

La importancia de la familia es proveer de contención y apoyo familiar, a un nivel


emocional, mientras que la institución escolar se encarga de las necesidades
intelectuales del estudiante (Velázquez y Loscertales, 1987). La familia comprende
la dimensión individual del proceso formativo, mientras que la escuela se hace
cargo a un nivel colectivo. Hoy en día, las instituciones educacionales han ido
supliendo las tareas que tradicionalmente cumplían las familias. En este sentido,
es preciso que, como instituciones, familia y escuela se preocupen del proceso
educativo de niños y adolescentes; es necesario que trabajen juntas y que la
escuela facilite estos encuentros.

INFLUENCIAS DE LA ESTRUCTURA FAMILIAR

Entre las influencias familiares, se encuentran aquellas que van en relación a la


estructura familia, y que la asocian al rendimiento escolar. Como se ha indicado
anteriormente, estas son clasificadas según su composición: intactas,
uniparentales y reconstituidas).En esta línea, diversos estudios indican que en las
familias uniparentales, la separación de los padres no tiene efectos negativos
sobre el desarrollo de los hijos y su rendimiento (Blechman, 1982; Bernard y
Nesbitt, 1981; Lowery y Settle, 1985; Stober, 1980; Berthold y Kelly, 1979;
Lowenstein y Koopman, 1978, Luepnitz, 1979; Atkinson y Ogston, 1974), mientras
que otros autores observan que este suceso sí tiene efectos negativos (Lamb,
1977; Hodges y cols., 1983; LeCorgne y Laosa, 1976; Delaney y cols., 1984;
Hoffman, 1973; Santrock, 1975; Fry, 1983; Fry y Grover, 1982; Guidubaldi y cols.,
1986; Shinn, 1978; Entwisle, 1986; Amato y Keith, 1991, Downey, 1994, Entwisle y
Alexander, 1995, Heiss, 1996 citados en Jacobs y Harvey, 2005). En las familias
intactas, se observa un mejor rendimiento escolar a nivel general, seguidas por las
reconstituidas. La deserción escolar es mayor en familias reconstituidas y
uniparentales. (Arancibia V, Herrera P, Strasser K, 1997). Al respecto, es
necesario reflexionar hasta qué punto la separación de los padres afecta el
desarrollo de los hijos, considerando que en los últimos años el número de familias
monoparentales en Chile ha aumentado considerablemente 1.

INFLUENCIAS DE LOS ESTILOS DE RELACIÓN FAMILIAR

1
Como se indica en la columna ¿Cuánto han cambiado los hogares chilenos en las últimas décadas?.
Recuperado de https://uautonoma.cl/ceges/cuanto-han-cambiado-los-hogares-chilenos-en-las-ultimas-
decadas/
Otra de las influencias proviene de los estilos de relación familiar, esto es, a nivel
de apoyo familiar, relaciones interpersonales, grado de cercanía, ambiente, etc. Es
decir, todo lo que rodea al estudiante en su ambiente más próximo; las relaciones
que son especialmente importantes para el desarrollo (Moos, 1976; Sameroff,
1983). Una buena relación familiar se asocia a una mayor autoestima, así como
también a un mejor autoconcepto general del estudiante, entendido como un
conjunto de ideas con las que se define a sí mismo. Esto debido a que una
relación fluida con los padres les otorga una mayor seguridad. Esto se traduce a
una buena adaptación escolar y mejor rendimiento. Aquellos padres que se
preocupan más por sus hijos, que demuestran mayor interés por ellos, tienen hijos
más responsables, socialmente competentes, cercanos y orientados hacia el logro
y el rendimiento (Pulkinen, 1982).

INFLUENCIAS DE LAS ACTITUDES Y CONDUCTAS DE LOS PADRES EN


RELACIÓN A LA EDUCACIÓN

Estas actitudes y conductas hablan de la disposición de los padres y compromiso


respecto a la educación de sus hijos, sus expectativas en relación al desarrollo
escolar y la disposición de entregar apoyo para un mejor rendimiento (CITAR EL
TEXTO). El propiciar un ambiente familiar de contención influye en la forma en la
que los niños y adolescentes se enfrentan a su vida escolar lo que se traduce en
un mejor rendimiento. Siguiendo esta línea, se encuentran variables como la
presión para un buen desempeño escolar, los refuerzos y las expectativas de los
padres hacia sus hijos, así como también la capacidad de entregar recursos
intelectuales.

Estos aspectos influyen en la motivación de los hijos, encontrándose una


orientación motivacional intrínseca y una orientación motivacional extrínseca. La
primera hace relación a las motivaciones personales, relacionadas al auto-
concepto. La segunda, a aquello que proviene del entorno, como por ejemplo, los
castigos ante las malas calificaciones. En este sentido, son las motivaciones
intrínsecas las que se permiten una mejor adaptación y desempeño académico,
así como también promueven la autonomía, mientras que las motivaciones
extrínsecas influyen negativamente en el desempeño escolar, así como también
en la autonomía e independencia, ya que no son motivaciones genuinas en torno
a la valorización del propio aprendizaje, sino que más bien responden a lo que
otros esperan del él. Esto finalmente genera una dependencia hacia las
respuestas externas y, en ausencia de estas, existe una menor motivación e
iniciativa a realizar actividades. En este sentido, es necesario desarrollar la
motivación intrínseca del estudiante, como es elogiando a los niños por su
habilidad y trabajo.

Una variable importante es el grado de compromiso de los padres hacia sus hijos
y su educación. El compromiso cognitivo-conductual se relaciona, por ejemplo, a
exponer al niño a estímulos y materiales cognitivamente estimulantes (CITA), lo
que ayudaría a acercar a la familia con el colegio. La relación que establezcan los
padres con la propia institución son determinantes en la relación que desarrollarán
sus hijos, de esta forma, los niños valorarán escuela e influirá en sus
motivaciones.

INFLUENCIA DE LA ESCOLARIDAD DE LOS PADRES

El nivel de escolaridad de los padres influye en el rendimiento de sus hijos, como


se indica en un estudio realizado por la UNESCO donde esta variable aparece
como el tercer factor más importante, después del gasto país referido a la
educación y el nivel socioeconómico de la familia Padres más educados generan
ambientes más propicios orientados a la educación, así como también una mayor
valoración hacia la formación académica. (CITA TEXTO). Sin embargo, el nivel de
escolaridad de los padres no influye en el desempeño escolar de los niños si no
existe un nivel de compromiso.
RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA: GENERANDO UNA RELACIÓN
COLABORATIVA

Como se ha indicado anteriormente, las características de la familia, ya sea a nivel


estructural, conductual, educacional, así como también al grado de compromiso
frente a la educación, influyen directamente en el rendimiento escolar de los hijos.
De forma que difícilmente la familia puede quedar ajena a los procesos de
enseñanza y aprendizaje de sus hijos y es preciso que se involucren con el
establecimiento en una relación colaborativa. Alguna de las formas mediante las
cuales puede darse esta relación es a través de las tareas escolares, ya que
involucran a los padres con la enseñanza de sus hijos; las reuniones de
apoderados, que entregan información sobre los estudiantes; y las escuelas para
padres.

En muchas ocasiones, se percibe una relación lejana entre los padres y el


establecimiento, probablemente porque no existen mecanismos mediante los
cuales estos pueden involucrarse activamente. Es preciso, por este motivo, crear
medios para generar una relación colaborativa. Muchas veces la distancia se debe
a ciertas formas relacionarse entre padres y profesores, por ejemplo, cuando estos
últimos sólo se enfocan en los aspectos negativos de los niños.

El crear espacios de comunicación y participación que involucren a la familia con


los profesores y la institución educativa, será necesario para contribuir en la
educación de niños y adolescentes en todos sus niveles. En definitiva, ambas
instituciones son fundamentales para el desarrollo humano. Y es preciso que
trabajen juntas.
FICHA TÉCNICA

autor, fecha de publicación, título del libro, título del capítulo, páginas,
editorial.

BIBLIOGRAFÍA

Arancibia, V., Herrera, P., & Strasser, K. (2009). Manual psicológico educacional.
Edición 6 (6.a ed.). Alfaomega - Ediciones Universidad Catolica de Chile.

LINKOGRAFIA

Gómez Urrutia, V. (2019, 23 julio). ¿Cuánto han cambiado los hogares chilenos en
las últimas décadas? UA CEGES. Recuperado el 23 de Abril del 2021 de
https://uautonoma.cl/ceges/cuanto-han-cambiado-los-hogares-chilenos-en-las-
ultimas-decadas/

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