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Cristóbal Colón 

(Cristoforo Colombo, en italiano, o Christophorus Columbus, en latín; de


orígenes discutidos, algunos expertos se inclinan por Génova,n. 134 donde pudo haber nacido el
31 de octubre de 14515 y se sabe que murió en Valladolid, el 20 de mayo de 1506) fue
un navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias Occidentales al
servicio de la Corona de Castilla. Realizó el llamado descubrimiento de América, el 12 de
octubre de 1492, al llegar a la isla de Guanahani, en las Bahamas.
Efectuó cuatro viajes a las Indias —denominación inicial del continente americano — y aunque
posiblemente no fue el primer explorador europeo de América, se le considera el descubridor
de un nuevo continente —por eso llamado el Nuevo Mundo— para Europa, al ser el primero
que trazó una ruta de ida y vuelta a través del océano Atlántico y dio a conocer la noticia. Este
hecho impulsó decisivamente la expansión mundial de la civilización europea, así como
la conquista y colonización por varias de sus potencias del continente americano. No se sabe
con certeza hasta qué punto era consciente de que las Américas eran una masa de tierra
totalmente separada; nunca renunció claramente a su creencia de que había llegado
al Extremo Oriente. Como gobernador colonial, Colón fue acusado por sus contemporáneos
de una importante brutalidad y pronto fue destituido del cargo. Las tensas relaciones de Colón
con la Corona de Castilla y sus administradores coloniales designados en América condujeron
a su arresto y expulsión de La Española en 1500, y posteriormente a un prolongado
litigio sobre los beneficios que él y sus herederos reclamaban que les debía la corona.
Colón fue ampliamente venerado en los siglos posteriores a su muerte, pero la percepción
pública se ha fracturado en las últimas décadas a medida que los estudiosos prestan mayor
atención a los daños cometidos bajo su gobierno, en particular el casi exterminio de la
población indígena de los Taíno de La Española a causa del maltrato y las enfermedades
europeas, así como su esclavización. Los defensores de la teoría de la Leyenda Negra
española afirman que Colón ha sido injustamente difamado como parte de un
sentimiento anticatólico más amplio. Su antropónimo es un ícono mundial que inspiró diversas
denominaciones, como la de un país: Colombia,6 y dos regiones de Norteamérica: la Columbia
Británica, en Canadá, y el Distrito de Columbia, en Estados Unidos.

Cristóbal Colón sostenía que podía alcanzarse el lejano oriente (conocido en la época como
«Las Indias») desde Europa navegando por el océano Atlántico hacia el oeste, y que era
posible realizar el viaje por mar con posibilidades de éxito.7 La caída del Imperio romano de
Oriente en poder de los turcos otomanos en 1453, tras la toma de Constantinopla, su capital,
provocó el encarecimiento del comercio entre Europa y las regiones orientales.
Si bien en el siglo III a. C., el astrónomo griego Eratóstenes había calculado con bastante
exactitud la medida de la circunferencia de la Tierra, al parecer, la hipótesis de Colón sobre la
posibilidad del viaje se basaba en cálculos alternativos (y erróneos) sobre el tamaño de
la esfera, ya que suponía que era más pequeña de lo que realmente es.89 Ahora bien, Colón
aseguraba que había recopilado datos sobre la existencia de tierras habitadas al otro lado del
Atlántico. De los mismos deducía que el extremo oriental de Asia se hallaba mucho más
próximo a Europa de lo que suponían los cosmógrafos de la época. También era posible que
tales informes testimoniaran la presencia de islas que pudieran servir como escalas en un
viaje a las Indias.10
Otras teorías sostienen que Colón había oído datos, por habladurías de marinos, sobre la
existencia de tierras mucho más cercanas a Europa de lo que se suponía científicamente que
estaba Asia, y que emprendió la tarea de alcanzarla para comerciar sin depender de
la República de Génova ni del Reino de Portugal. Una de ellas, conocida como la teoría del
prenauta, sugiere que durante el tiempo que Colón pasó en las islas portuguesas del Atlántico
se hizo cargo de un marino portugués o castellano moribundo cuya carabela había sido
arrastrada por las corrientes desde el golfo de Guinea hasta el mar Caribe.11 Ciertos autores
incluso dicen que podría tratarse de Alonso Sánchez de Huelva,1213 aunque según otras
fuentes podría ser portugués o vizcaíno.14 Esta teoría sugiere que el prenauta le confió a
Colón el secreto.151617 Algunos estudiosos opinan que la prueba más contundente a favor de
esta teoría son las Capitulaciones de Santa Fe, puesto que hablan de «lo que ha descubierto
en las mares oçeanas»18 al tiempo que otorgan a Colón una serie de privilegios no otorgados
hasta entonces a nadie.
Lo seguro es que Colón no solo logró arribar a las costas de América, sino que regresó a
Europa, realizando un total de cuatro viajes y dando origen a una ruta para la navegación
periódica y segura entre Europa y América. Aunque es sabido que los siberianos habían
llegado a América en el Pleistoceno, y que existe documentación que habla sobre posibles
viajes anteriores realizados por
los cartagineses,19 musulmanes andalusíes,20 vikingos, chinos21 y polinesios22. No obstante, es
a partir de los viajes de Colón, y otros exploradores y conquistadores que le sucedieron,
cuando se establecieron vínculos permanentes con Europa y se puede hablar de
«descubrimiento», al haber reconocimiento de las naciones implicadas y testimonios
contrastables en la época. A partir de este «encuentro» algunas potencias europeas
invadieron el territorio americano, imponiendo su dominio, político, cultural y religioso,
sobre las culturas locales.
Colón proyectó su viaje con el fin de traer de Oriente mercancías, en especial especias y oro.n.
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El camino de la especiería que incluía las especias, la seda y otros productos originarios del
extremo Oriente, habían llegado a través de los siglos siempre por la ruta comercial que
atravesaba Asia hasta Europa, por Asia Menor y Egipto, pero a partir de la expansión
del Imperio otomano esta vía se hizo difícil y quedó monopolizada por ellos y sus socios, los
mercaderes italianos. El Reino de Portugal y el Reino de Castilla, en ese entonces los
primeros Estados de la Edad Moderna, querían esas mercancías sin intermediarios.
Debido a que los portugueses habían conseguido su Reconquista contra los musulmanes en
el siglo XIII, tomaron la iniciativa en la competencia por alcanzar una nueva ruta de la
especiería que fuera una alternativa marítima directa a Asia Oriental. Portugal se lanzó a
navegar por el mar océano bordeando África y otorgándose el monopolio de dicha navegación
por el océano Atlántico a excepción de las islas Canarias.2324 En 1488 el navegante Bartolomé
Díaz encontró el paso por el cabo de Buena Esperanza, que unía el océano Atlántico con
el océano Índico.
Por su parte, el Reino de Castilla, en el mismo año en que terminó con éxito su Reconquista,
buscó una ruta nueva de las especias, y si bien también la buscó en el océano Atlántico, fijó
otro rumbo —hacia el oeste— en aguas alejadas de la costa y desconocidas para los
navegantes.
La llegada de Colón a América permitió el desarrollo del comercio y el envío hacia Europa de
gran cantidad de alimentos que se cultivaban en esas tierras, como el maíz, la patata,
el cacao, el tabaco, el pimiento, el zapallo, la calabaza, el tomate, el poroto (nuevas
variedades de judía o frijol), el aguacate y la vainilla, entre otros, que fueron rápidamente
adoptados por los europeos y por el resto del mundo. Los investigadores han estimado que
tres quintas partes de los cultivos actuales de todo el mundo fueron importadas desde
América.25 En sentido inverso, la expedición colombina conllevó posteriormente la llegada a
América de la rueda, el hierro, el caballo, el cerdo, el asno, el café, la caña de azúcar y
las armas de fuego, entre otras.
En su primer viaje, el navegante alcanzó la isla de San Salvador, llamada Guanahani por los
habitantes que encontraron, en las actuales Bahamas. Después de dos meses de travesía,
visitando luego Cuba y La Española, volvió a España siete meses después de su partida. En
su último viaje solo tardó un mes y cuatro días en alcanzar las costas de América.

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