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LETRAS ¶ 22 ¶ POESÍA

G ob i e r no d el E st a d o de México

EDITOR

CONSEJO CONSULTIVO DEL BICENTENARIO


DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO

ENRIQUE PEÑA NIETO


Presidente

LUIS ENRIQUE MIRANDA NAVA


Vicepresidente

ALBERTO CURI NAIME


Secretario

CÉSAR CAMACHO QUIROZ


Coordinador General
Tálamo

M i n e r v a M a r g a r i t a V i l l a r re a l

LETRAS ¶ 22 ¶ POESÍA
Enrique Peña Nieto
Gobernador Constitucional

Alberto Curi Naime


Secretario de Educación

Consejo Editorial: Luis Enrique Miranda Nava, Alberto Curi Naime,


Raúl Murrieta Cummings, Agustín Gasca Pliego,
David López Gutiérrez.

Comité Técnico: Alfonso Sánchez Arteche, José Martínez Pichardo,


Rosa Elena Ríos Jasso.

Secretario Técnico: Edgar Alfonso Hernández Muñoz.

Tálamo
© Primera edición. Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de México

DR © Gobierno del Estado de México


Palacio del Poder Ejecutivo
Lerdo poniente no. 300, colonia Centro, C. P. 50000,
Toluca de Lerdo, Estado de México.

ISBN: 968-484-655-X (Colección Mayor)


ISBN: 978-607-495-105-9

© Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal. 2011


www.edomex.gob.mx/consejoeditorial
consejoeditorial@edomex.gob.mx

Número de autorización del Consejo Editorial de la Administración


Pública Estatal CE: 205/1/06/11

© Minerva Margarita Villarreal

Impreso en México

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin
la autorización previa del Gobierno del Estado de México, a través del Consejo Editorial de la Adminis-
tración Pública Estatal.
La presente publicación es parte del premio otorgado a
Minerva Margarita Villarreal
como ganadora del primer lugar en el género Poesía del
Certamen Internacional de Literatura
Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz,
convocado por el Gobierno del Estado de México, a través
del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal,
llevado a término en 2010, cuyo jurado estuvo integrado por
Juan Domingo Argüelles, Tedi López Mills y Félix Suárez.
Tálamo
Mi cielo es un grano de luz de la materia oscura y
cuando estoy dormida baja con su aleteo
a provocarme
Yo vivo en Concepción
a 500 kilómetros de Santiago hacia el sur
donde me detuve al regreso de 12 años de exilio
Ahora se dice fácil
pero se me rompieron las entrañas
y ella tampoco se enamora de mí
Más al sur está Imperial
donde vive mi madre
Allí nací mi madre tiene 94 la cabeza impecable
un jardincito y casi ciegos sus ojos
pero animosa se vale por sí misma
Más al sur está Valdivia
que es mi ciudad
Allí hice la universidad
escribí me nacieron los hijos
fundé Trilce
viví allí hasta el 73 hasta el golpe
Al regreso de mi exilio me detuve de paso
en Concepción y aquí sigo
sin quererla del todo
viajo a Valdivia semana a semana
a dar un taller
Es cansador pero es Valdivia
Hoy es el día nacional chileno
y he estado en casa
trabajando
debo entregar un librito a fin de mes

9
Me falta demasiado
pero ha sido un día amable y he logrado avanzar
Por eso te escribo
la primavera empieza
quiero saber de ti
antes que llegue el día oscuro
con su llovizna finísima y pasajera
Me gustan los días más fríos
y con algo de lluvia
y si no estás
meterme en un café
o en un bar misterioso y ligeramente sórdido
a beber un meditado trago de tequila

10
No conozco el amor
pero me has raptado
y en la memoria de tenerte
penetro este resquicio

11
Dentro
rompe
y
salgo
vuelo
contigo
al nublado
encendido
por oros
y fuegos
Hasta allí
viajo
manchada de tinieblas
ahora que no estás

13
Dentro rompe la creciente
y salgo de las sombras
que se alojaron en mí
y me invadieron de tiniebla
Mi animal huye por la montaña
Hacia allá salgo todos los días
empapada de oscuridad
Y de regreso
ya que la luz declina
la nube divide y corta en dos al sol
Dos soles bañan lo perdido
Allá quedaron mis pies buscándolo
mis ojos
mi perdido animal
Desnuda nací y desnuda me iré
pero nada serás
sin estos versos
convertidos en pájaros
convertidos en círculos
en pasos
que mis años alargan
hasta el solar
donde nos desposaron

15
Voy hacia
la entrega
junto al río
que bendice
a la noche

17
La virgen desciende
con su manto de luz
y tú te inclinas
huérfana
y enferma
La vida
entre sus manos
dejas

19
En esta piedra yo te espero
en el estómago en el regazo de esta piedra
junto al río cuyas aguas dejaron cicatriz
Como jauría con hambre
como perro sin dueño
yo te espero
sobre la piedra que contempla
las grandes aguas que no volvieron más
la vista fija de las vacas que la tarde apacienta
Como estrellas caídas las botellas que alguna vez
guardaron la pureza
Excepto tú todo pasa
y todos pasan por aquí
excepto tú
por esta piedra
pasan
y en mi mente
quedan
como regalos
de tu ausencia

21
La piedra que cruzo todos los días
la piedra laja la piedra bola la piedra pinta la rocosa
la caliza piedra blanda de tus labios
la tigre que con tus ojos me liga
como el cazador a su presa
y hace que caiga en la piedra
que repentinamente
se puso de pie
y me llamó desde un tiempo de silencio
Me llamó
para que me aquietara
rugiendo
bramando
llorando
Exigió caricias
y me rogó
que durmiera con él

23

cautiva
De madrugada
vuelves a ser
pasto
Pasto fresco
para ser
comido

25
Atravesé los campos
la noche que avanza
entre lobos y viento
Avanza con miedo
No se trata de un sueño
sino del rojo
al despertar

27
Cuervos me dieron de comer
cuervos junto al arroyo
donde llamó
mientras las humaredas
remontaron
La tempestad
agitaba la tierra
y la lluvia
era el mar
y su hato implacable
el cielo atravesaba
y desde allí
embestía
En el lecho abatido
Dios vino a tocarte
vino del precipicio
Y no es cuestión de aceptarlo
Hay que guarecerse de sí

29
¿De qué se trata?
¿De aceptar un camino?
¿El silencio?
Cabalgaron y el viento alzó oleajes de fuentes muy recónditas
Oscuras fuentes en el cielo guiaban una constelación
de torres empinados castillos niños adormilados
huellas de arce ciervos esféricos hipocampos
luego rodando por mis mejillas
Una grieta escindía el paisaje
Bajaron hasta los montes umbríos
de mi cuerpo
Golpes del cierzo gélido
no quiero oírlos más cabalgar
en mi sangre
Entiendo que no quisiste hacerme daño
No lo quisiste
Pero me abandonaste
en medio de la niebla
Sólo escuchaba el ruido lejano de un tren
divisaba un incendio
y el humo se expandía
hasta hundirse en lo alto
Después tú sin oírme
El silencio crecía y encrespaba las olas
De pronto era una tumba una barda una montaña
y mi cuerpo a lo largo del túnel despertaba
Una camilla en el último cuarto

31
Ponte encima de mí
Estoy desmantelada
viendo tras el cristal
cómo el miedo nos traga

32
El vino
una larga mesa
de manteles blancos
entre las azucenas

Como el pastor
que dirige su camino
de cabras
tus pupilas
me conducen
al fondo

El agua sigue su marcha


y la corriente clava
donde giran mis huesos
para que también beba
como se bebe uno mismo

33
¿Por qué no estás aquí
en este sueño
que me lleva hacia el lago
que es espejo del lecho?

Me acostaría contigo
descansaría en tu risa
de sol sobre la nieve
monte abajo

35
Así la corten así la arranquen
sus venas dilatadas
su contorno cenizo y puntiagudo
sus ganas de alargarse y reptar
Tumbada y florecida
bajo el sol
entre ruinas
en su casa de pájaros
se eleva hasta los ojos del arcángel
subiendo de las llamas

37
Desconocer azahares rosas blancas gorjeos
del amarillo de su voz
Desconocer el barco
que cruza
este lago de niebla
Desconocer mi anuencia cuando la cumbre
alentaba su vuelo
a la hora de la expansión
Su repicar ansioso
que a ciegas reiteraba:
¡Si alguna vez fui tuya
pon la sortija en esta mano que se quiebra!

39
Sobre la silla
el vestido con el que me desposo
esta mañana
El tálamo
humedecido
bajo las sábanas
La certeza en el vientre
Te has ido
y tu ausencia crece
como la niña que viene
a habitar esta casa

41
La casa que construiste fue arrasada por el viento
Vi cómo sucedió
cómo se desprendían paredes y ladrillos
El techo voló
sobre los huesos
y el paisaje como la hierba abrió
echó raíces bajo las plantas de mis pies
Estoy anclada
y esta casa donde circula el aire
esta casa besada por la lluvia
hecha polvo
y materia que crece
Esta casa soy yo

43
Como si un papalote se alzara por el aire
el velo desprendido los niños
el cabello trenzando
la corona de azahares
los perros mi vestido
niños que el viento aleja
y yo intento unir

Entre esos niños estaba mi padre


que siempre soñó tener una farmacia
en esa esquina donde todo era viento

El salón del banquete


donde debo encontrarte
es el mostrador de esa farmacia

Tú pasas sujetando a tu madre en la silla de ruedas


Velar te come las palabras

Estoy sola frente a tu madre en su silla metálica


tiene dolor de cabeza cabellos de nieve y morena la tez
Yo le doy dos pastillas que como flores blancas
brotan de mis manos
Le toco la frente
Le aliso el cabello
Le digo que la amo

45
Entre el olor de asepsia y las vitrinas
Vestida de novia con un satín de cisne
Sé que vino para entregarme a ti

46
Me dio cáncer tuve cáncer y estuve tocada por la muerte
Cáncer en el ovario derecho
Cáncer
Pero el sol vino a besarme

47
Azul desde la niebla el silencio me cerca
sobre un barco que parece ser cama en un mar que congela
Este cuarto es la cárcel
la corriente del viento en boca del estómago
la nublazón en su círculo de ámbar
Oscura entre las sombras
que desde el muelle arrastran
se me doblan las piernas
se me viene la náusea
se me entumen los huesos
y el silencio me llama
mas su aliento es palacio
es ventana de un reino que duerme
La luz de los relámpagos
y dentro la catástrofe
demonios al interior del vientre
todos los colores en su lucha
el miedo la fuerza de no poder estar
la dimensión alejando la muerte
No pude darte el viento
No pude darte lo que más quiero
el viento que por ahora no puedo tocar
y veo tras la ventana
El cielo
y el amor pasa
atraviesa mi carne
Velaré por ti así sea la carne devorada

49
Éste es el círculo
Una anciana el desierto hace miles de años
el testamento y su definición
su pañoleta y la vida en su falda
y el fuego en sus manos
Sin poder levantarme
un ardor en medio del estómago
como si le hablara a la piedra
al derrumbe de piedras
que se vuelcan encima
de la cama o el barco
que se nubla
de polvo
Tú venido de la tierra
donde encontramos los cadáveres
también en este hoyo
brilla una señal
porque dos polos la nutren
hasta formar con un golpe de aire
un pensamiento
Desde esta luz de infierno yo te llamo
como si le hablara
a la piedra
En algún sitio me oirás
y volverás para que ella florezca
Éste es el círculo
algo estaba por llegar

50
niebla de todos los días
garras de aire
infierno
Necesito que vuelva
la vida

51
Pude estar quieta el tiempo en que alejabas
el agua de mis labios
muerta de sed
perseverante
y siempre con la luz de tus ojos en la esfera de bronce
Entre los árboles
era la lluvia

53
A medida que el cuarto oscurece
el silencio es una estrella
cuyos filos apuntan al cuerpo
Si duermes caen miles de piedras
y vivir es morir
en el derrumbe
Cada 21 días
la pólvora
entra
puntual
por el catéter
y estalla
en tu centro

55
En casa de la viuda me escondí
querían matarme
no regresaron los cuervos con sus migajas
pero ella me alimentó
con harina y aceite
y habiéndole resucitado un hijo
mi única riqueza es el Dios que me escucha
Nadie me la puede robar
Mi herencia vive
porque el Dios que me escucha
es la palabra
Nadie me la puede quitar
Viene con fuerza
es flor y es desierto
sol que lacera
lobo que irrumpe
Con fuerza
viene
por el mundo
que se extravía
mientras me aparto

57
En esta intimidad
frente al espejo
desnuda
me sumerjo
en ti

59
Detrás de la puerta
la acera se vuelve azul y húmeda
en los quebrantos de la pérdida
de no acabar el lloro
pero salgo
y te busco
y el hemisferio
abre su maquinaria
para decir que sí
piel sobre piel
en la perseverancia
del padre que
me entrega
al partir

61
¿Por qué habrían de llenarme tus ojos?
Toma esta mano
ten este anillo
mejor será soñarlo hasta el fondo
entrar en la recámara
que nos entrega las olas
el resplandor volcándose
en el beso

63
No pasan los días ni las heridas
sólo pasa la eternidad
cuando llevan comida
a la celda del padre
y penetra la lluvia
sus huesos
La casa en ruinas
Ese alarde de piedra
con su hilillo de sangre
Nos quedamos afuera
Se nos hizo de noche

65
Ese hombre me protege
Mi marido me aguarda
Ahora que me he desposado
mi realidad es doble

67
Tú que me haces ver
la quietud deslumbrante de la isla
que guarda la bolsa del azúcar blanca
Que distingues el salto de los príncipes
convertidos en sapos del jardín
Tú que me descubres torcazas recién nacidas
temblando en el nido que abriga la persiana
Que me haces el día
en la noche sin fin

69
La piedra
bajo la lluvia
bajo la lluvia
la piedra
que ve a Dios

71
Llegas con un abrigo y me das la nieve de la fotografía
donde mi padre carga a mi hermana. Mi hermana que se
perdía y encontrábamos. Nevó después de casi un siglo.
El silencio era una fiesta. Siete veintinueve. La camioneta
frente a la ventana. Después de cuatro décadas la nieve
regresa. Un sueño bajo la luz. Y en toda esta revuelta mis
ojos te alcanzaron.

73
En la oficina
una puerta abre a otra puerta
que conduce a un jardín
Aquí florece
el amor que te tengo
florece entre la geometría y el cemento
brota del calor de la tierra
vuela
al jardín que me hiciste
como el pan de mañana

75
El sol atraviesa
colinas y cadenas de autos
bosques
palomas y corderos
corrientes lúcidas del mar
y corrientes de viento
los pájaros
la leona que
cruza y olfatea
el jabalí que era
en verdad la leona
el campanario
Mas la balsa se aleja:
resulta que lo que no es y nunca será
es lo único que es nuestro

77
Altas paredes de metal
ventanas abiertas al abismo
Aún estos cielos que se desmoronan
me acercan a ti

79
Tus brazos
tu pelo
tus ramas
y el cuenco de mis manos
para tu largo viaje

81
Atravesé los campos
la niebla
entre lobos y viento
Avanzo
No se trata de un sueño
sino del rojo
y lo que hallé en la niebla

83
En el suelo
lirios
liebres
gorjeos de aves
cabelleras
desnudos
que se postran
Luego un silencio
frente al crimen

85
A la caza del reino un pedazo de cielo y un arroyo de peces
Al llegar de la boda me acosté entre la hierba y la mano
del viento me condujo hasta ti

87
El camino
las inmensas raíces
¿Vas a dejar que muera?

89
La muchacha
asesinada
porque el hombre iba dispuesto
como un río que se desborda
y enloquece

91
El día avanzaba
entre nosotros
Las armas dividían
Pero el nido no lo dejo de hacer
aunque no logre verte
ni decirte en medio del desastre
que eres el cielo
el mismo cielo
por el que se abrió fuego

93
La pátina del hierro el amarillo adobe el óxido adoquín
Un eco un chillido un pájaro elevando
los incendiados muros
que el fuego amó
Gravitaciones torceduras
en el margen oscuro de las cosas
donde brilla el silencio
La paila
bajo la teja
que da al patio
de mosaicos rojos
Entro y salgo
y la puerta es tu pecho
Entro y salgo
y tus labios me besan
me besa tu inclemencia
me atraviesa tu aliento
a la orilla del río
Suntuosidad de hojas flotantes
verde sed
de viñas y de higueras
cuyos frutos
devoran los pájaros
porque las perlas
o la sangre
Manteles de alabastro
las copas esparcidas

95
los cuchillos
el hierro en que clavaste
el corazón
Todo flota
y el espacio deja de serlo
La muerte y lo que llama de la muerte
Entro y salgo
en el instante en que el vino
se vierte sobre la mesa
y vuelven
tus sandalias
con su paso de lluvia
y tus pies a mi pecho
y mi lengua en tus dedos
Porque la noche fue
contada entre los días
y vino entre los meses
y prendió su grano de luz
Cuando este templo asciende
en este espacio
en esta mesa

96
Presa entre muladares donde ya no te oigo

97
Donde despierta el porvenir
las olas estallan
contra las rocas
y las gaviotas planean
en revuelo
sobre el pez
que ha dejado
su cauda
para ser comida
y del agua verdosa
viajar en ese vientre blanco
al aire
como un vikingo en su barca de muerte
Me has sacado
del hotel de la embajada
rumbo al pasto
por la hilera de troncos
que sirven de camino
Las olas revientan
contra las piedras
Me has sacado
como si fuera hierba
El delfín se acerca
y entreve hierros
peces que cruzan
cuando las gaviotas ondean
y no soy

99
de quien gozas las lágrimas
El delfín se clava
ojos que te piden
las alas los peces
las perlas que cruzan
mientras las gaviotas ondean y las olas
nos enredan
nos entregan
las llaves
el cielo
Me he casado contigo
y no soy la arena donde corre
esa mar de caballos
hacia esa cúpula de espuma e incrustaciones
cuya fuerza alumbra con su séquito
y sus rayos el origen
Naces y el resplandor se vuelca
en tus labios
entre lienzos de frondas remotas
con el niño y la diadema
que irradia el fruto de la espera
Me he casado contigo
mientras el agua de la paila nos observa
pegados uno con el otro
nos observan las hojas
en la banca del árbol
el aliento de su coronación

100
No hay calle ni balcones ni peces
sólo el cuerpo del amor que dice:
Detrás de mí no hay nada
y el mundo solamente me eres
en una estancia lejana sucedida en la cumbre
bajando por mi vientre
tocando lo más húmedo
del lecho que el otoño bordó
y tu silencio
y tu voz quedamente
hasta el útero
hasta formar un hemisferio
en la puerta la casa los jardines
los aguijones de la espera
donde el padre señala
donde el padre me entrega
circula por mi frente
planea en mi cabeza
baja
siembra un nido
En el pajar la estrella amanecida
No hay calle ni balcones ni peces
sólo el cuerpo del amor que dice:
Detrás de mí no hay nada
y el mundo solamente me eres
en una estancia sucedida en lo alto
en el lecho que el otoño bordó

101
en el sueño desde donde me llevas
a los ojos de nadie
en las velas
las perlas
las piedras
la urgencia
en ese barco

Me has sacado
del hotel de la embajada
Las olas revientan
y las gaviotas ondean
sobre esferas plateadas que cruzan velozmente
En el hotel de la embajada
el resplandor del agua
que traspasa el vitral
y ha sido ojos peces
el delfín que atraviesa
el agua
vislumbrando los hierros
hacia donde me llevas
Lo que busqué en la niebla
no era sino tu noche
dentro de ti me muevo en busca de tu centro
En el hotel de la embajada
como el pastor
que dirige su camino

102
de cabras
me conduces
al fondo
entre las azucenas
Dentro de ti
en busca de tu centro
Me he casado contigo
y todo esto es real

103
Hace años el puente no existía
lo que hoy es el puerto era un cerco de piedra
Esa casa tan alta de ladrillo rojo
era la primaria
donde yo estudié
Hoy la habitan ancianos
Ancianos:
los primeros niños
que pisaron la escuela
regresan a ella
para nunca salir*

*
Esto sucede en el Norte donde los viejos se instalan en asilos
pero en el Sur la madre tiene ya 96 y sigue valiéndose por sí misma

105
Tálamo debe mucho a la geografía de dos poetas americanos:
Omar Lara y Bernard Pozier. Para ellos mi gratitud y afecto.

A Micie, José Javier


Índice

9 Yo vivo en Concepción

11 No conozco el amor

13 Dentro

15 Dentro rompe la creciente

17 Voy hacia

19 La virgen desciende

21 En esta piedra yo te espero

23 La piedra que cruzo todos los días

25 Tú

27 Atravesé los campos

29 Cuervos me dieron de comer

31 ¿De qué se trata?

33 El vino

35 Por qué no estás aquí

37 Así la corten así la arranquen

39 Desconocer azahares rosas blancas gorjeos


41 Sobre la silla

43 La casa que construiste fue arrasada por el viento

45 Como si un papalote se alzara por el aire

47 Me dio cáncer tuve cáncer y estuve tocada por la muerte

49 Azul desde la niebla el silencio me cerca

53 Pude estar quieta el tiempo en que alejabas

55 A medida que el cuarto oscurece

57 En casa de la viuda me escondí

59 En esa intimidad

61 Detrás de la puerta

63 ¿Por qué habrían de llenarme tus ojos?

65 No pasan los días ni las heridas

67 Ese hombre me protege

69 Tú que me haces ver

71 La piedra
73 Llegas con un abrigo y me das la nieve de la fotografía

75 En la oficina

77 El sol atraviesa

79 Altas paredes de metal

81 Tus brazos

83 Atravesé los campos

85 En el suelo

87 A la caza del reino un pedazo de cielo y un arroyo de peces

89 El camino

91 La muchacha

93 El día avanzaba

95 La pátina del hierro el amarillo adobe el óxido adoquín

97 Presa entre muladares donde ya no te oigo

99 Donde despierta el porvenir

105 Hace años el puente no existía


C.P. 50010, Toluca de Lerdo, Estado
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