Está en la página 1de 2

OBSOLESCENCIA PROGRAMADA, UN “MAL” NECESARIO.

La obsolescencia programada es la determinación deliberada de la vida útil de un


producto, para que este pierda su valor pasado ese tiempo anteriormente impuesto. Este
fenómeno ha generado muchos aspectos negativos cómo el impacto negativo en el medio
ambiente y una generación de compradores compulsivos; pero también trajo consigo
cosas supremamente fundamentales como la innovación en materia de productos y
servicios, lo cual genera un valor agregado a las empresas y por tanto, contribuye a la
constante competencia sana de empresas para que mejoren cada día más. A
continuación, analizaremos una serie de razones y estrategias para minimizar los efectos
negativos de la obsolescencia programada, y destacar porque esta, no debería ser
penalizada.

La obsolescencia programada constantemente genera problemas a la hora de gestionar la


contaminación y también genera una sobreexplotación de los recursos naturales. Para
esto se deberían implementar progresivamente economías circulares, para que estas
ayuden a las empresas para hallar formas de que cuando el producto ya quede “obsoleto”,
este mismo sirva para la elaboración del siguiente, una producción donde los residuos se
utilicen en su totalidad para seguir produciendo. Tal vez, en esta era es una idea un tanto
utópica y complicada, pero para problemas complicados, no siempre las soluciones son
simples, pero con una buena planeación y estructuración de los procesos, y también el
constante control y seguimiento de nuestras instituciones, podríamos lograrlo.

Legislar en contra de la obsolescencia programada, desde un punto de vista de innovación


podría suponer para las empresas un freno a crecer e innovar, lo cual afectaría en último
término en el usuario. Para poder tener productos de calidad, estos tienen que cada día
mejorar acorde a nuestras necesidades, porque al final lo que la mayoría de veces lo que
busca este fenómeno es innovar y mejorar productos, los cuales finalmente acabarían en
nuestras manos. Lo que sí tiene que cambiar es que las empresas declaren el tiempo de
vida útil de los productos, y que sean impuestos no totalmente por el lucro económico, sino
que sea un tiempo adecuado justificándolo con posibles mejoras relevantes para el
usuario, las cuales deberían ser analizadas y demostradas para poder poner a la venta el
producto.

Todo esto nos ayuda a concluir que la obsolescencia programada tiene sus fallas y puntos
por mejorar, pero también, es muy necesaria para poder seguir desarrollándonos como
una sociedad avanzada e inteligente. Si todas las personas e instituciones ponemos
nuestro aporte, las mejoras propuestas, dentro de unos años, serán un hecho. Depende
de nosotros.
Bibliografía:

https://www.expansion.com/juridico/actualidad-
tendencias/2019/03/17/5c8bc9ca468aeb80118b45e3.html
https://www.pdm.es/obsolescencia-programada/
https://www.areatecnologia.com/obsolescencia-programada.html

También podría gustarte