Está en la página 1de 114

Cuadernos de MARCHA es una publicación uruguaya

mensual, editada por MARCHA en Tall. Gráf. 33 S.A.


Director: Carlos Quijano
Administrador: Hugo R. Alfara
Rincón 577 - Tel. 98 51 94 - Casilla de Correos NQ 1702
Montevideo - Uruguay
NUlVlC.RO
CARL-OS REAL DE AZUA

EJERCITO YPOLITICA
EN EL URUGUAY moción de lugares comunes, ~1 persisten la.i
NOhayaes casual que hasta fecha muy reciente
sido notoria la falta de planteas me- presiones que desde fuera pugnan por alterar
dianamente serios sobre la incidencia político- esta "acción de ausencia", vale seguramente !a
social de las fuerzas armad::J.s del país. (lJ Po- pena examinar qué factores la explicaron, qué
drá alegarse, es claro, lo despoblada que nues- procesos sociales e ideológicos acompasó, en
tra historiografía -tan abundante en esque- qué zonas del espectro de las tipologías m:ís
rnas de tipo constitucional, en bocetos biogr:í- solventes de relación entre poder político y
ficos, en estudios de acontecimientos- se halla poder militar nuestras fuerzas armadas, en el
de análisis de índole similar. ,:No ocurre aca- correr de su historia, se inscriben
so lo mismo con otros grupos s¿ciales, con otras
<::structuras de base: la propia administración UNA SUSTANCIAL INDIFERENCiACióN
estatal, los partidos políticos, la estancia, la
guerra civil? 1\Iayor, con todo, es la parvedad Dirigiéndose a su rey en 1810 el perspicaz
de desarrollos sobre los procesos político-mili- español José M. Salazar y evocando los felices
tares y hasta se estaría tentado de afirmar que años anteriores a la irrupción inglesa, recor.
para empezar a quebrarse el veto se ha hecho daba que la tropa que había era poca y mala
necesario el estímulo, el "efecto de demostra- pero (suficiente para) la tranquilidad interior,
ción" que representa la cuantiosa bibliografía porque (ésta) no se alteraba sino en cosas de po.
dedicada al tema, tanto a nivel mundial, co- ca entidad, '\l los delincuentes eran conteniáo.s·
mo al de los casos particulares de la Argen ti- por el sólo grito de una persona de algún ca·
na y el Brasil. rácter. (Por ello) el servicio militar eTa odzado.
La pobreza que estoy alegando no carece, como sucede en todo país pacífico después de
empero, de razones. Si a una función política largo tiempo (2). El retrato, con todo, impo·
específica el ejército se atiende (dejemos de ne algunos retoques. Plaza fuerte y apostade-
lado la cuestión de magnitudes o de capacidad ro del Atlántico Sur, Montevideo adensó des-
ofensiva) es tradicional y ya consolidada la de sus tramos iniciales una sólida tradición
opinión de que nuestras fuerzas armadas, a marítima v castrense. Abierta hacia un inte-
diferencia de las del Brasil, de la Argentina, rior acosado por el avance portugués y las in-
del Perú, de casi todos los países latinoameri- cursiones de indígenas, faeneros y piratas, su
c~nos, no representaron, salvo esporádicos pe- primer núcleo poblacional -es historia traza-
nodos, un factor autónomo, irresistible de da muchas veces- tuvo que alternar el rol
·poder. Pero si el esfuerzo analítico de agrario-comerciame, que era su empeño coti-
cada generación es, en parte, un examen y re-- diano, con tareas de defensa improrrogables,
u..~da!>, ~er a:rrancado de: l~ marca, la siemtira pontáneas (6 l, representan una radical ruptu-
o la cosecha en los momentos menos espera- ra con cualquier tradición militar ciudadana.
dos; era una contingencia que los montevidea- Entre ese ejército, que alguien llamó organi-
nos nunca podían descartar. El pasado mili- zación de mesnadas l 7 l v los cuadros castren-
tar o marinero de buena parte de ese núcleo ses coloniales, sólo los BÍandengues, pasados a
fundador l 3 l facilüó ese tránsito, un tránsito la Revolución, pudieron significar un muy te-
que los tiempos y los conflictos de Europa hi- nue vínculo. Pero fue tal vez la índole espe-
cieron más o menos habitual. La estirpe de los cialísima de sus funciones, más policiales que
Artigas, como cualquier otro linaje de aquel estrictamente militares; fue tal vez la modali-
período, ilustra suficientemente esta situación. dad incontrolable del proceso insurrecciona!
La índole rural, comerciante y miliciana de la los que hicieron irnposible que sobre el modelo
burguesía colonia 1 mont~videana perduró, por organizativo blandengue un nuevo ejército re-
lo menos, hasta el fin dd poder espaí'tol en gular hubiera representado alguna continui-
Monte-video La esrampa de un CristÓ· dad con el pasado.
un Jaime Iila, hombres de
?\o faltaron por parte ele Artigas o de sm
consejo, exponiendo en Las
hombres de confianza esfuerzos por encuaclr~tr
Piedras_~ frenre a las chuzas in§urrectas, una~
militarmente el inseguro elememo urbano de
hay que suponer ya bastan-
Momevideo (Si pero la brevedad de la oc-upa-
te son un poco el extremo pa-
ción aniguisra ele la capital y el proceso po,~
IC:Lico de 11 decadencia de una multiplicidad
terior de la revolución dejó al ejéFciw patrio
que_ habi:l sido mucho mis fluid:1, m~h eficaz
en los perfiles cou que el "levantamiemo de
dos precedemes.
los campos" lo h:~bía fijado. ·'El pueblo reu-
·rai vez sea exacta b afirmación -tan re-
nido y armado" sería hasta tiempos muy pos-
Es pafia mantuvo durante toda
teriores una fuerza militar de muv débiles e
aniericana una posición de cles-
inestables vínculos jerárquicos, endeble orga-
confi:una sistt;m;hica frente al armamento ele
nización v Encuadramiento, tácrica y logísri·:a
-eleme-.-cws narivos <-'; • .Pero la' condición pecu-
primaria, la "montonera" '"l en suma. que es-
E:n· de \iontevidco impuso jumo a la pernu-
upa incesantemente Entre las mallas ele los
nenci:J. de fuf:'rzas espafwlas la
miiirares de estudio que illtentaban confor-
ÍOLfú3.ción de est~b n1i1icl:ts locales que, h:iria
tnarla clf' acuerdo con p:nrones rn:'ts estrictos v
l:ii XIX. t;l YÍ'-pr'ras
r:1cÍoítale,. l ,:h ntemorias df los ~reneralcs PaL.
4:ie Jas Ü1Yasl()Ties ya conlonTtah~tn en Lt
lriane v Díaz, del cüroilel C:\ce;·es íJil¡ prut'
;~-crnunid.:td io qiit hen1ns sei'ia~
bar1 -;ohreabundamemente e~te aseno que na-
l2do corna lifl:1 a.ucéndca tradición ca'\Lrense.
da riene ele ptvorar,i\'O, pue-;w que no imp•x-
al aüquf· b .-mpresa d.- la
ta culp:1 ni ··juferíoridade~ imiatas" sino la
de Buenos ,\.irc:;, el rompimiemo
mera improma del medio y las posibilidades.
inmedi:uo entre las dos ciudades del Pla-
'!:2 el desencadenamiento del proceso En el prestado lenguaje liberal de las Ins-
l) fortalecieron esta trucciones. Artigas había concebido en 1813 el
t:orr:tente a un riurto de 2:r~n üceleración (5 ). prospecto ele extinguir el "despotismo mili·
efe~to en el curso fum- lar" en "toda su e:densión imaginable''. Un
ra de l::t. m.od.em:u rnilitar en nuestra hjstoria lum·o más tarde Ardgas había aprendido quE
la índole d;~ la revolución oriental. La wda pa[rÍa nace y muere en torno a un pu-
,(ürriente hun1an:1 que desde tt:;1dos los pagos i'íado de desesperados que con las ?rmas en' hi
de la Banda conculTió hacia un solo ceutro v mano hacen de las cxig·encias ele su acción la
!éncontró en jefe duradero. fue con;. ley suprema de conducta. "El pueblo reunido
personai, movilizada v armado" se sostuvo con la admirable fuerza
cons¡oícu'o de cada "pago" del que Virgilio fijó en el verso inolvidable: "una
dirii;;entes_, encumbrados de acuer~ salus victis nullam sperare salutem" (11!, En el
ínrerin, el jefe de los orientales tuvo tiempo
de concretar una poderosa intuición que un
irf:m siendo después sustituidos, a siglo v cuano más tarde, al otro extremo del
bastame rápido, por las rapacidades m~1nd~, en Yenán, se reiteraría y ampliaría.
l!n Lavalleja), que el mis- Es la del ejército que cumple en las pausas de
me, proceso militar fue alumbrando. Pero im- la iucha funciones económicas y obtiene sobre
porta chora m:b sefiabr por su mismo el terreno sus propios recursos materiales.
nivel cultural v combativas es- Aunque también hay que recor~-".r que~ la~
ma.::né1 cntJuü;;..s clt turulcacwn npHtCü f'-- t<Xp!l.;:;,¡ !a.JiíLi<::H que r:..Hc ·"" c-1 vru,g-ü<ii"f, ;;;
1i'as 2"<inaderas a j¡¡~ !ut'na~ a ;;m órdenE'' '•~' ~??t por i~J i11eno~" rnuv t~casa. la reladó~-- ti~
~un igualmenté' precursoras de las labore;; dt pica del pretOrianismo clásico. Esto es: la~
··acción cívica" que desde el polo rival del fuerzas militares atropellando, humillando, sa-
mundo se nos preconizan. O de las "funcio- queando a una población civil pasiva, seden-
nes secundarías" o "latentes" del ejército, co- taria, inerte (14). Un fenómeno más particu-
mo igualmente, en la terminología -ck Rob0rr lar lo constituyen los abusos reales y alegado~
E_ ;\Icrton pcxlríamos llám3rl3s. del periot.lo 1875-1885, a lo;; qus ~e lnrá ref•~­
t énCla mas adelante,

El "CONTINUO" CIVIL MI Lit A~ El continuo civil-militar fue a5Í duradem


v también lo fue la realidad reptante de l<t
De este carácter de las fuerzas armadas tk ;110ntoncra que alzaba la cabezá apenas l:u
nuestros primeros tiempos es factible derivar exigencias de la acción bélica quebraban la
d rasgo que explica la escasa incidencia espe- existencia aparentemente formal del ejércitc,r
dfica que el ejército tuvo en nuestra historia en las planillas presupuestales (no era época
política. La ausencia inicial de la ''ciudad", y ele ''organigramas") del iVIinisterio de Gue,
de sus posibilidades d¡;- concemración y racio- iTa: < 1"J. Hubo, claro, periodos de mayor for=
nalización aptas para perfilar la estrucmra de malización militar. U no de ello:; Íi.le el qu;e
un poder milirar, se correlacionó con la;; mo- corrió entre los años 1826 v 18'2.9 durame lúj
dalidades del paisanaje -ecuestre. acostum- .;uales las fuerzas patrias fueron integradas,
brado desde la infancia al manejo de las ar- nunca compleEamente, (ld) al ejérciw común
mas- que nutrirb las filas de los núcleos de los pueblos del Pbta. El otro o el qu~
combatientes de las guerra; civiles. Los do> marcan los años de la Defensa y el Sido Gran-
factores concurren a lo que cabe llamar "el de ( 18-1.3-1851 ). Fue u11 pro ce:,~ que si en el
f:ontinuo" civil-agrario-militar, que restará al Cerrito promoYió el espírim ordenancista y es-
ejército regular el "monopolio de la coacción tricto de Oribe, en el freme montevideano re-
física" y hará posible la conscripción de ejér- sultó compelido por la necesidad de imegrar
citos -irregulares, pero ejércitOs al fin- en contingentes (franceses, üalianos, argentino~.
cualquier eventualidad que el designio de los orientales) de muy disr.into origen, pera tam-
caudillos más prestigiosos se decidiese a con- bién facilitado por la reducida área territo-
gregarlos. La misma índole de las armas más ríal en que la fuerza de la Defensa 'le mov:ía,
usadas -la lanza de tacuara, las bolas, las
blancas cortas- subrayaron este "continuo", en En líneas generales, la situación uruguaya
que incluso los límites de los tipos que repre- no escapa sustancialmente de esquemas de re-
sentan "ejército oficial" y "ejércitos particu- cieme elaboración sobre la relación civil-mi-
lares" tendió a bon-arse <13 l, Igual ambigüe- litar en los distintos períodos del pasado lati-
dad -y éste ha sido rasgo señalado en todas noamericano. "Ejército de bajo nivel de orgag
las naciones de Sudamérica- asume la con- nización recluiado en gran parte por la fuer·
dición de los jefes, que se desplazan con toda .::a y sin discriminación alguna: su discipliru~
fluidez del rol político al rol militar, aunque se mantenía fJOT el terror impuesto por oficia·
en el Uruguay no se dieron, como en la Ar- les, en su mayoraí improvisados" un. Talez;
gentina, los casos de civiles netos entronizados características asume en el período que la ti-
én los más altos grados militares -Belgrano, pificación histórica de Germani llama "etapa
Rosas, por no hablar del "general" Sarmiento. 2: Anarquía, caudillismo y guerras cidles"
i 1 SJ, respecto al cual, con algún exce>o para
Attigas, Lavalleja, Rivera, Oribe, Flores, par-
tieron de carreras militares y desde ellas se en- nuestro país afirma que "el ejército de los
cumbraron a funciones políticas. Esto es lo «caudillos» rara vez era aigo mds que una
común, si bien es cierto que, a nivel departa- banda armada, bajó el lirfera:go d? tm .. ge·
mental, los "jefes políticos y de policía", con neral .. autodesi_gnado.''
gran porcentaje civil durante algunas presi-
dencias, tomo la de Berro, asumieron en pe- UNA DURADERA HOSTiliDAD
:fíodos de conmoción tareas castrenses al frente
de los contingentes de "guardia nacional". Es- Jurada la primera constitució~. el prol?~~
t<>. "continuo" sobre el que nunca se insistirá gado esfuerzo de la alta clase dmgente ovil
demasiado;, pues constituye de alguna manera se desplegó en dos direcciones, ciert_a~ente
e! parámetro p1·incipal de la acción militar en contradictorias entre sí y cuyo predomm10 re-
la política hasta las últimU$ década$ del siglo, lativo se marca seg·ún fueran lm factore~ de

PAG. 7
1

unidad o las causale$ de divi:sión que en esa meme remuneraaa, peugrosa, SUJeta a vejá
clase dirigente actuaban. menes y humillaciones <26 ! y a menudo repug1
La primera, si no en el volumen, en el nante a las convicciones políticas de las que
tiempo, :fue el de cancelar e:1 toda__ ~a magni- bien pueden llamarse sus "víctimas". La in-1
tud posible el peso de la clase m11ltar a los fluencia de esos métodos en la desconceptua ..
tres niveles po1itico, económico y sociaL Las ción del instituto militar no debe, con todo. 1
interdicdones al sufragio de la masa castrense ser rebajada y aun es posible que tal conse:
(art:fcülo ll ínc. 29), la exclusión de los mili- cuencia no resultara desagradable a ciertos 1
tares en actividad de las cámaras legislativas sectores políticos.
(artículo 25 inciso 19) <> 9 ) hacen de la carta Desde las mismas guerras por la indepen"
constitucional de 1830 el paradigma de un dencía nacional, que hoy nos complacemos en
prospecto político que concíbe entre sus va- imaginar unánimemente populares, no fue fá·
riables estratégicas el "esquema democrático" cilla recluta de contingentes (27) y et índice de
de un ejército apolítico y profesional confin::t- deserciones se mantuvo altísimo en casí todas
do a las funciones clásicas del resguardo de las épocas. Las imágenes de 1842, de 1865 deí
las fronteras y el mantenimif"nw del orden paisanaje abandonándolo todo para refugiar-
interior (2 úJ. Las luchas por la independencia se en los monte;; más tupidos, la División
habían convertido a los gastos militares en el Oriemal enviada a la guerra del Paragtuy
mbro fundamental de las erog-aciones del E~­ formada con carne de cárcel no constituven
tado y lo seguirían siendo ju~w al peso, cr::- sino subrayados de un fenómeno permane'nte
dentemente abrumador de la deuda públi de nuestro siglo XIX y al cual, parecería, el su
ca (21¡0 Resulta por ello cohereme que, de puesw ferror parridario de las multitudes no
acuerdo con el prospecto mencionado, se in- consiguió atenuar sustancialmente.
rentara la drástica reducción que se wminió Fomemado deliberadamente -era un jue-
.en los proyecro5 y leyes de •;redro'· y de "re- g-o muv peli;zToso y conviene dejarlo en esta,
forma"> que se escalonan desde hs primeras
presidencias hasta las últimas décadas del si-
o,
do de hÍpót~sis- lo que es más probable,
esponráneo v auwgenerado, el desprestigio de
glo (22 )._ Sa.lvv unos pocos jefes.. que encon~ ía instimoón militar no fue eí único factor
traron en las gratificaciones polidcas, íos ne· que adensó l:i concepción de una "guardia
o la acumulacíón de tierras las vías de nacionaY, hasta ·el estado de un ideal, de una
forTuna. {2 3.' .. la s'pobreza militar'~ se cvnYir- auténtica meca de la colectividad responsable,
üó --lo era ya de::::de los años de la indepen- Contrapeso a e-se '·despotismo militar" contra
dencia (2 -± '-- en un cerna casi folkíór1co de el que había~, arnontstado las instrucciones
L.uestras terisiones carencias socia1e~" Desde del ;r,o XIII, el proópecto de ía "guardia na-
los priDJ.erGs ahos la década del n·eima has- cional'' recogía en 5ü ancha corriente los apor-
.,a fines de siglü_, el Irajin rráíitar más habi- ccs de íos dechados hisrórico-mió.cos de más
rual sobre la pugna, penosa, inestable, hu- . profunda incidencia en el proceso democráti-
millante en en wrno al escal;o,.fón. co de occideme, El pueblo trabajador y pad-
Este d.esalem:oldor esfuerzo por paliar reía ti va· fíco que un día al conjunro de un escueto lla-
meme un .descenso social siempre acechante mado deja el arado o los manilios y empuña
:sufrió wdavia las alternativas de las guerr::LS ias armas simples que entre las cosas del ajuar
ch·i1es y sus inseparables secueb.s de dadas de doméstico ha tenido el cuidado de mantener
baja que, si bien darificaban el horizonte de limpias y, con ellas en mano, concurre hacia
los fieles, eran protestadas, contro,;ertidas y a un centro en el cual engrosará las legione:;
menudo reparadas al compás de las incesantes que lucharán (y náturalmente vencerán) para
~;lternativa~ políticas. Las motivaciones ele la rehacer después, sin reclamos, sin alharacas,
invasión florista de 1863 -si es que las hubo el camino inverso, representa un auténtico
confesables- giraron en torno a una negocia- "modelo". Un modelo en el más exigente de
ción de este jaez y a su supuesto Fstanca- los sentidos que obsedia la memoria histórica
miento. de Europa unido al prestigio ri1ás efusivo de
Los mismos métodos compulsivos habitua- Roma: el de su período republicano (2SJ. Pero
les para lograr la conscripción, la "leva", la también se entrelazaba con el crédito altísimo
desnuda violencia, la extracción de las circe . de la gesta revolucionaria de los Estados Uni-
les, el mañoso reclutamiento de contingentes dos y la hostilidad -en verdad secular::_. que
inmigntorios recién llegados (~~J eran, fuera de su proceso se origina hacia los ejércitos per·
de duda, una imposición del medio y las re- manentes y profesionales l 29 l. Además, con en·
üstenda:. a una tarea pésima y hasta nominal- trelíneas menos amables para los patriciado$

CUADERNO& DE MA~CHA
liberales - sudamencanos- cte1 xrx:-- pero con romañá; con vastós- coniillgeñteS" extranjeros
una aureola épica innegable, la moYilización estructuralmente desimplicitdos de toda tera-
en masa de la reYolución fra1:ccsa -el ¡rw:\· péutica de fuerza, fue la clase media y alta
armes, citoyens!- y su triunfo ante los ejér- monteYideana, la ''jeunesse dorée" a que en
citos mercenarios de la realeza europea con- su cáustico lenguaje aludía l\faillefer la escasa
currían a nutrir el arquetipo. capa poblacional que sólo por escasos perío-.
La reglamentación de la guardia n2cional des manwYo vínculo importante con la insti-
en 1835, como lo recordaría Jo::quín de Sal- tución. Lo e¡ ue no quiere decir, es claro, que
terain en 191 O, fue un documento completísi- esa "juventud dorada", en la mejor tradición
mo y ambicioso. La realidad, como casi in va- hispano-criolla, no haya sabido en ocasiones,
riablemente ocurre, resultó mucho menos· bri- hacer fue<"'o -v ele paso morir-. Así ocurrió
llante i 30 ). El nivel técnico ele los medios de en el mo~ín d~l 18 ele julio de 1853, que de.
lucha pen-~litió teóricamente que. por lo me- scncacle11 a ron las confusas querellas por los
nos, hasta la década del ochenta, fuerzas oca- honores ele Caseros, y, más sustancialmente la
sionales y sumariamente entrenadas pudieran presión ele los proveedores -supuestamente
haber enfrentado con éxito al descalabrado impagos- ele la Defensa.
ejército "regular". Por lo regular, y en síntesis, la "guardia
Pero la cortedad -sobre todo espacial- nacional'' bordeó la incono-eción de la uto-
df medios operativos ele la autoridad pública pía. Era, sin embargo, forzosa su mención, por.
hizo que, a estar a las manifestaciones conoci- que con ella se cierra la primera dirección
das, todos los esbozos ele formación y adoctri- del plan ele la rl3se dirigente a que antes se
namiento de cuerpos de guardias nacion:des aludía: marginalizar el ejército. La otra direc·
no rebasaran el cuadro ele Montevideo v de ción, que se siguió, previsiblemente, cuando loi
algunas capitales departamentales, lo que :_de sectores de primacía, como fue habitua10 se di-
seguro- las hacía un instrumento muv poco vidieran po~· ideales, pasiones o intereses, fue
idóneo para tener peso decisivo en ese escena- u arlo. Y así se hizo, dentro de los limites de
rio clásico de nuestras guerras ciYiles e¡ u e fue- eficacia que he tratado ele señalar.
ron campos y cuchillas t 31 l. Por otra parte. !a Pero entre las dos direcciones cabía una
íntensa coloradización partidaria que, sal \o tercera. funcionaba una alternativa. La de
una década ( 1856-1865) sufrirán desde l 85~í
que el ejército no ~e resignara a dejarse pros,
nuestras fuerzas armadas ( 3 ~J, hizo de las guar-
cribir ni a dejarse usar. De que se decidiera,
dias nacionales otra cosa un poco clisrima que
en suma. a anuar por sí mismo,
la drástica, pero políticamente neutral, ma':'
popular que contiene con su sola presencia
intimidatoria las aventuras faccionales. Si r:l NUí:::STRO SUPUESTO M!UiARiSMO
ejército era colorado, las g:uarclias nacional es
n;ontevideanas y litoralefí;s fueron regula! El concepto de '·militarismo", como ocu.
mente blancas y no resulta casual que havan 1re por lo general con rodas las categoría~
sido esos diez ai'íos referidos que cubren los histórico-políticas. no es un dechado de preci·
mandos de Pereira, Berro y Aguirre, la edad sión. ~Lo configura la irrupción decisiva de la
de oro de ese ··countervailing po-wer". Este sig- organización militar al monopolio de la de,
no partidario seguirá portando la "guardia cisión gubernamental? Descuéntese que ella
Lacional", organizada o provectada, hasta la es facilitada por la superioridad de su poder
úitima década del siglo durante la cual, a la de imposición física. Pero ¿debe completarse
altura de las dos revoluciones sara\·istas y 3 esa irrupción con el apoderamiento de rodos
compás con complejos procesos doctrinarios v los roles políticos ímportanth por parte de
sociales, la autoridad colorada se animará a los elementos de los cuadros de mando? ¿Im~
contar a su vez con tal respaldo cívico ! 331 • Dí- porta también que el ejército, por medio de
gamos todavía que tanto entonces. como an- eficaces r.écnicas de socialización políri.ca ia~
tes, la convocatoria a las armas de un "pue- ponga sobre roda b sociedad las pautas de
blo'' coherente, orgánico, permaneció como conducta y los valores específicamente mílitao
siempre en el nivel del disfraz ideológico. Con res;' .:Debe todavía instrumentalizarse esa ímo
una población agraria abocada a modos ·muy posición a metas de agresiva proyección pÜ"'
diferentes de par~ici pacíón guenera, con un lüica hacia el exterior? i 24 J.
cinturón agrícola demasiado delgado y por ai'ía- Entre Uí1 modelo máximo y un modelo
didura inmigratorio. para haber podido ofi- mínimo no existen reglas de opción, lo que
Ciar de hontanar equivalente al de la fuerza explica que tal imprecisión no permita utili-
~r d r<érn1irw :::un·~ J~ y;;.rio5 tipo~ pmibks no ~ó!o de penonalidade~ ~-u tennnuueme nl-
d~ Lt relación entre el pode1 cí1·il v el podfl p:ice;. Lié" h t -arHstre que e,; tomún llam<u "c:<-
militar. · · · ri:.m:'ttico .. ;,íno muy ""'peciale~ situaciones ,;e
Pese a ello, es de universal aceptación por quiebra del modelo anterior, como· puede r.::-
parte de nuestra historiografía que los diez presen tarlo la agTesión militar externa.
años que van entre 1875 (10-1) y 1886 (18-XI) La muerte simultánea de Flores y de Be-
con las presidencias y dictaduras de Latorre r:·o había dejnlo al país privado de. estas ti-
y Santos y los interinatos de F ..·\. ·viclal. re- g·uras de prc,tigio :· Jrraotre múltiple en d
presentan e] ''rnilitarista'; de !11Jfstra á m hito urbano v rural, a nivel de clase a i t<~.
historia. media y popula;, en el sector civil, el milit~l;
y el partidario, que pudieran haber asumiJo
En otras oportunidades nos hemus rcfcn-
tse inestable compromiso entre reclamos v
do (U) a tres variables -también tres circurh
concesiones que fue casi siempre -como 1~
tanc.ia~-- que exige el enmarcamiento del fe
ma:'or pane de las políticas- nue>rra política
.nómeno q~e esta ~década representa. Primero:
tradicionaL
ta tradicional o, dicho de oua manera. los an [,;bO?aclos e;.ros condiciouame;,, e•. posiblé·
¡;ecedente§. I\1 ucho m:is
vc l que en él L'11tguav de principio> de ¡~
0

o b. de Flores ejemp!_o-.
CJna\ :t década del 800 ;;e daba una sintaci•:•n
de guerra civil con ::q;O}O inrernaClO·
nlllv curiosa. El ala donara! de !a cla;;e din-
el motín del 18 de julio de 1853. en est'
gen~e, ganada en su mayoría por ese peculiar
teatro caracrerístico del •·golpe'" o el "rnotín··
extremismo jmtnil que fue la ideología prin-
que fue ~iempre el perímetro montevideano.
ripista dio, enfrentada a la responsabilidad
representa un precedente inequívoco del 15· de
del poder y por más de un lustro, pruebas
enero de 1875 v todo el proceso que le sig·uió.
c'esbordantes de su remotismo y su bizantinis-
Pero también Íos tres aü~s de la dictadur; de
mo irremediables, de su elitismo presuntuoso.
Flores (1865-1868) importan un ensayo gene-
E,;ta última característica, en especial, le ganó
ral de los sucesos que siete años más tarde b
la hostilidad y el rencor de los sectores menos
continuarían.
f:tn)recidos, él mililar, entre otros (S 7 J. Ade-
Segundo: el "desnivel cualitativo". Desde más, no parece exagerado afirmar que, en
la indiferenciación inicial a que se hacia refe- cu3lquiera de los matices partidarios o '·gru-
:rencia, la octava década del siglo apuntó la in- ptbctilos e u q Uf" se dividiera. siempre mostra-
ddencia de ciertos elementos: transpone fe- ba una radical inadecuación a las condiciones
rrocarrilero. telégrafo, armas ele creciente efi- del ··país real" y a las terapéuticas simples pe-
cacia, que . habí~n de desequilibrar cada vez to efe ni va-; que su promoción reclamaba. Por
más las posibilidade; bélicas del poder cenLral otra parre, el sector bancario-financiero que tu-
o de cualquier insurgencia revolucionari:.! ''":J. vo su figura política promineme en, Pedro Va-
Muy lejos se estaba de ningún "monopolio de re--la llenó con el ruido y el gravoso impacro de
la coacción" física: hasta el fin de l<Js guerrJs ;,u conducta los aíios que corren entre la muer-
la adquisición de materia les id{¡ neos te de Flores y la ascensión de Latorre. Queclaba
de combate estuvo basrame abiena a las fuer- ia clasE alta rural, cuya ideología y comporta-
zas de desafío. Con todo. el desnivel cualitati- mientos políticos tan profundamente se han
vo de que se hablaba empezó a ser ya una estudiado hace poco (BS) como evenwal titu-
realidad y quienes estaban en ·condición de lar del poder. .:\o son claras las causas de m
aprovecharlo fueron probabltmeme conscien- <lhstencion ele pujar para sí misma la autori-
tes de 14 superioridad que él brindaba. (~ad. Puede haber pesado -y sólo enuncio
Tercero: el "vació de poc!cr". En cn!eni vi- cJquí una serie ele hipótesis- su alta propor-
darles del tipo de la uruguaya del siglo pa;ado ción de extranjeros (m•J. Pudo tener influencia
e! sujeto regular del ejercicio de la autoridad el pareen taje también considerable ele propie-
e;ra una clase alta agrario-comerda!-letracla. t:J.rios residemes en sus tierras y alejados, por
medio camino entre el origen patricio tracli- ello. del tráfago montevideano y ele cualquier
cional y la extranjerización modernizadora, se posible acción de respaldo. Pudo actuar la di-
l1aliaba respaldada habitualmente por formas visión partidaria hlanco-colorada que trababa
rle participación popubr muy angostas y, en a la clase alta rural para una conducta políti-
puridad, estrictamente nominales. La orra al- ca univoca que importara por ello decisiones
ternativa: la caudillesca, más abierta a una mús complejas que el apoyo a una dirección
participación, por lo menos delegada. de los política externa al sector. Pesó también -t<ll
estratos medios y bajos supone la emergencia vez- la normal falta ele capacidades y destre·

~UADERNOS DE MARCHA
zas para que una clase del tipo a la que aludo los roÍes poÍític~ád~iniStrativoli decüivQ;''ñi
se haga cargo del podet por sí misma, una al- d período de ~atorre ni el de Santos t~gis­
ternativa que es posible haya sido contem- tran nada parecido. Ambos gobernaron con el
plada en la cortiénte de disconformidad p01 cuantioso elemento civil colaboracionista que
b gestión dóctotal durante los períodos presi- de5de el pleno asentimiento hasta complicadá!.
denciales de .Batlle y, sobré todo, de Ell;wri. justificaciones y reservas optó por respaldar
Pudo influít·, por fín, la debilidad de asiento la gestión de la autoridad de turno (41J. Tal
montevidezmo qüe para la clase propietaria ru- vez, pese a la simplicidad arcaica del aparato
ral representaba la insuficiente trabazón con estatal de la época, una oficialidad formada
los intereses del alto comercio urbano. .Ese en los entreveros y de muy relativa habilita-
alto conietcio urbano y rnayoritariamtmté ex- ción cultural y técnica no admitía -a la in-
tranjero que por casi ttes décádás desde la versa de la condición de un ejército moder-
caída de Pedro _Varela, -piénsese en el no-- otra elección.
"orisrrto"--'- constituyó un podero5o "o-tupó dé Si el militarismo es sinónimo dei clásico
veto" y fijaría pau'tas económicas y finatlCÍé- '·pretoriani<.mo'' romano y sudamericano con
ras ptádícamente inconti·astables. sus formas de saqueo, violencia desatada '!
Podr;í arg~iirse que este descarté! ti en~; un privilegio ostenw,o, debe hacerse en este pun.
Óé?Ho sabGr retórico, o, es otra manera de de- to una distínciém. Respecto a Latotre. aun·
cirlo, deliberadamente justificativo. También que se ha~a hecho tant¿ caudal de inn~gabléi
el ejército -qwe puede sinonímizarse a "fu~tr­ actos ele violencias y de crueldad, hay q1ie ob-
zas armadas" hasta muy entrado el siglo XX- serv:lr que buena parte de ellos se ejercieron
estaba le jos de presentarse como una institu- en el ''endogntpo'' militar sobre algunos ele-
ción coherente v estructurada, núnim<lmente menws casi profesionalmeme levantiscos v cons-
habilitada para 'la asunción del poder hacia piratorios. Los que tuvieron por teatro lá cam-
esos tiempos, Los años que wrten entre la paña más que las consuetudinarias violencia¡
muerte de Flores y la emergencia de Latorre de aquel pretorianismo, respondieron a una
(1868-1875) la oscura etapa del "candombe y tri- dura, básicamente impersonal política de or·
potaje" de que habló Juan Carlos Gómez, son den público material que golpeó sin pausa :t
años de una auténtica anarquía militar que cierto nivel que en lo político y delictivo (c<J.>
poco tenía que envidiar a la del Bajo Impe- mo después se aunarían en otras. y hrtsta prescn·
rio. Los Caraballo, Máximo Pérez, Nicasio tes modalidades) aparecían inextricablemente
Horges, "Goyo" Suárez, los "ba jaes" departa- mezclados 142 !. Más allá de esas dos líneas. fn~
mentales, enfren~ados ~in cesar los unos con- jmtamente una de las caracreristicas de la ge~­
tra los otros pero conjugados siempre en un tión de Latorre la imposición de una implaca-
cuadro de jaque permanente a la débil auto- ble disciplina militar con represión terrible ele
ridad legal, ahondan también, a su modo, este todas las formas de apropiaóón y de saqueo.
"yacío de poder" (40J, Lo que marca la dife- persistente temperamento qne contribuyó tal
rencia entre el ejército y los otros grupos so- vez más que ningún otro a la buer1a opinión
ciales. es qu€, además de disponer d primero que por lo menos fugazmente en muchas ca•
de un respetable "quántum" de fuerza mate- pas sociales la dictadura contó 143 J. ~Ienos da.
rial, supo enjugar desde dentro esta indife- ros son a este respecto los trazos de las distin·
ta~ etapas de la gestión de Santos-Vidal (1880-
renciación de alto nivel. Es probable q-.te la
misma estructura naturalmente jerárquica de 1886), que en esw, como en otras caracterísEÍ·
la institución milüar haya facilitado la ope- c;¡s se aproximan tanto má; gue la de 'SU an-
ración. Lo que equivale a decir la aparición tecesor al tradicional patrón del milit:uismo
de un "primus ínter pares" de los jefes d€ ba- lationamericano íHJ.
tallón -primero Latorre, después Santos- que El capítulo de los privilegios de los alws
nunca en forma completa pero sí suficiente mandos y ele la oficialidad y del volumen de
consiguieron enfrentar por derto tiempo la~ lüi. contingentes armados es virtualmente una
más desmandadas_. disruptivas ambiciones. piedra de toque de wdo militarismo. Aqui
también dh-ergen ·las posiciones de Latorre y
. Teni~os eh cuenta esws parámetros es po- de Santos. iviientras el primero rechaza el gra-
sible regtstrar en los diez años del "latotris- do de general y se rebaja un tercio el sueldo
mo'' y el "santismo" -bastante diferentes por de presidente (4 "> el segundo culmina, ya en
otra pat-te entre sí-, algunas peculiaridades. la preeminencia política, una carrera militar
Si el militarismo representa la asunción meteórica y acumula una grande y ostensible
por parte de los cuadros de mando d¡; todos fortun« <!6 j, Míenttas el primero estabiliza el
a:eormemo del e:jérdto recargándolo por de· formalidades. l 5 'l De esta prescindencia de for-
más con resistidas funciones de policía como malidades que no es una característica e•pecí·
:medio de enérgica restricción presupuesta!, e! l1ca de la conducta mili[ar, puesto que ésta
~gundo reinvierte esta línea gubernativa aun- se mueve entre muchas de ellas, hay que decir
que no drásticamente {H). El nivel de sueldos que supo apearse de tal comportamiento en
militares (actividad y retiro) era y siguió sien- aquellas oc~siones en que creyó que se halia-
do bajo (48), no robusteciendo la percepción ban en juego ciertas regularidades imprescin-
de un "tipo militarista". Pero Santos se las dibles de la vida estatal (5s¡ También hay que
~rregló para favorecer los intereses de los al- decir que la mencionada postura en pro de
t~ jefes por múltiples e irregulares conduc- una eficacia sin reglas asumió en . determina-
tos \>9), Latorre despolitiza, o mejor, desparti- das funciones del dictador, con1o. en las· fanio-
rlariza enérgicamente al ejército- muy politi- S:iS audiencias del Fuei-te, modos de decidir
zado v partidarizado por Flores t 50J; Santos, no justiciero~. bonachones y sensatos en los que
;;in t~n~r, aunque en menor grado que Latc.- persiste algo así como el añejo sabor de los fa·
ne, el apoyo de caudillos departamentale, tlos de Sancho Panza en la ínsula Barataria (oS).
blancos, trató de modelar un ejército mani- .\luv distinto es el estilo de acción de Santos.
fiesta y hasta agresivamente cólorado, con re- dpi~o aventurero militar que parece haber ac:
:mltados a corto y largo plazo a los que poro mado bajo la obsesión de duplicar én la des-
más adelante haremos referencia (51)_ tartalada aldea platense .el brillo cesáreo de
1\apoleón III. No es la primera vez que· nos
DOS ~SlllOS POLíTICO-CASTRENSES referimos a la difundida acción mundial vla-
tinoamericana de esos dos arquetipos de éxito
militar y político que fueron los Nápole()nes
~ E.l es_t.ilo básico de acción de las dos presi-
primero y tercero (60 l, Si el '"Gran Corso"iman-
nenoas-dlctadu:ras es, en suma, en ex[remo an-
tó la personalidad facciosa de Melchor Pachecó
t:igónico, Latorre, carente de condiciones de
y Obes, a pocos -con la excepción tal vez de
c;;.udillo, como el mismo Santos se encargaría
Francisco Solano López- parece haber deslum-
de señalárselo, (G 2 ) o tal vez de modo más pre-
brado más que a Santos el príncipe plebiscita-
renuente o desdeñoso a toda labor polí-
rio de 1851., Con cualidades que es seguro que
tica tendiente a adquirir lo que alguien ha
!a brevedad relampagueante de su carrera no
.Uamado un "carismas espúreo", pero efecti-
nermitió efecti-o;;ar con plenitud, Santos inten-
YO, (BS) encarna en un ¡z-rado muy alto de pu-
reza la uideología militar" por" antonomasia
~ó visiblemente tejer en torno suyo el .siste~
ma de relaciones del caudillismo militar. (61 l
~ue coniouu.a la sistematización v racionaliza-
Si La torre rehuía las manifestaciones, (62 ) San,
~ón de determinados valores. El énfasis puesto
ws se complacía con todas las exteriorizado·
~n un ,.entido exterior, vü-tualmente policíaco,
nes de apoyo, por amañadas que fueran. Si
del "orden" está abonado en él por un cuan-
La torre era ordenado y cicatero, Santos, en tiem·
tioso y muy sabido anecdotario. El apego al
pos de crónica inopia presupuesta!, déscuid:-t
conto1:no fí;ico en que se nace y se crece ~ue
lo> arbitrios para paliarla y prefiere duplicar
:;;e:r "localismo"; que puede ser "patrio-
~'0''""'_, .. ___ se imbricaba en él con el mandato
los canales institucionales de pago con un si5·
tema de liberalidades planeado para generar
moral de una "tarea" a realizar en ese lugar
el agradecido sostén de ciertos sectores (espe-
en que el nacimiento nos inscribió. (54 l Un
culadores, pensionarios, y, sobre todo, milita·
e,>tricto igualitarismo en premios y en casti-
res). Representa bien, en verdad, la forma
gog, ( 5 ~l no creía contradecirse con un respeto
económica que Max Weber llamó "prebenda-
casi religioso p-::>r las jerarquías del rango y
ría" desviando temporalmente esa línea . de
la fortuna, prácticamente siempre preservada¡;
larga duración que es la racionalización moder-
durante su gobierno, fueran cuales fueren sus
nizadora del estado uruguayo <68 >. La estructu-
~ctitudes políticas. La constelación de valores
ración de un séquito político seguro parece
que es co~l'm calificar de "puritanos" tan su- haber sido una de las obsesiones de la políti·
brayados en la mentalidad militar <56 l se con- ca santista: su política de respaldo personal a
-cretaba en m caso en las persistentes devocio- los jefes de batallón, sus mimos a:- la soldades-
ne¡¡ por el trabajo empecinado, una sobriedad ca, sps felices incursiones dentro de la clase al-
llevada hasta la más estricta parquedad, la ta civil con el evidente designio de dividirla,
profesión de una honestidad de la más rancia lo señalan bastante inequívocamente•. Menos
cepa pequeño-burguesa y, sobre todo, de una calculado que lo anterior (en lo que igualmen-
drástica "eficacia" habituada a prescindir d~ te pudo operar más el gesto intuitivo que ~!
designio racional) están los grandes gestos de El cuadro cambia sustanclaimente a partir
magnanimidad y perdón, iiHi el escrupuloso rlel interinJto de Gomensoro: 1873, con la sa-
cuidado por la cultura y la civilidad de ia [2'i- lida a la calle pata imponer la aceptación del
labra y el trato, tan característico ele quien, ori- doctor Ellauri, <67 l con la fundación de la
ginario de nivel humilde y formado en el ám- "Sociedad Militar" por los jefes de bata-
bito áspero del cuartel, se vio reiteradamente llón, <68 l es un año clave. Se fue sin duda for-
elogiar -tal vez como único elogio- el haber taleciendo rápidamente este espíritu de cuer-
sabido borrar de su atildada persona las hue- po bajo el impacto mismo de las decisiones
llas de su pasado. - tomadas, como lo prueba el manifiesto del 1:}
.Pero todas estas actitudes, con haber repre- de enero de 1875, ese documento mezcla de
sentado interesantes primicias del tipo, no -lle- premoniciones románticas y trapisondeo poli·
garon obviamente a configurar el dechado del tico, como con justicia se le ha calificaclo,Cü9>
'·héroe militar", a] que sin duda quiso Santu> pero también, especialmente, el documento se-
empinarse, en pos de los claros anteceden te~ crero firmado por los jefes el 28 de febrero
que en nuestra historia importaron las íigura, de 1876 en apoyo de las pretensiones de La-
de Artigas, Oribe, Rivera, Laval!eja. Pacheco wrre y cuva existencia fue discutida durante
y Obes y Flores. (6:;¡ 'anro · tie~po. f 7 0) El curso posterior de los
dCOntecimientos, entre los que no dejó sin du-
UN ESPECU!O DE POSIBILIDADES da de pesar la ríspida indocilidad del mismo
Laton·e quebró la unidad. Ella, sin embargo,
Ahora bien: esta verificación impone recor- no es difícil percibir como latente a lo largo
c!ar que b del- "héroe militar" representó la de toda aquella década y sirvió de contrapeso
forma habitual -v mínima- del militarisma :1 esa otra potencial división que, tras su ple-
l<ítÍnoamericano, ~on su jefe de entorchados nitud entre 1868 v 1872. nunca fue cancelada
rodeado por el séquito mixto de "notable;;'". del todo. (71) •

de logreros, de _jefes de fuerzas. Quedaba al Sin<etizando Jo precedente, puede concluir·


margen del espectro el "pretoriani•mo puro'", se que entre 1875-1886 se perfiló en nuestro
e~ro es, la asunción corporati\-a del poder total país un tipo militarista mínimo configurado
por las fuerzas armadas. Las r_azones que mili- por e! desplazamiento inicial de las autorida-
taron para qu.e entre 1875 y 1886 no hap des civiles regularmente elegidas en el motín
cuajado tal tipo ya han sido referidas aquí: del 15 de enero de 1875. <72 ) El desarrollo ul-
con wdo, deben mencionarse ciertas mani- terior de los sucesos peculiariza varios matices
fe;;taciones_. que entre 1873 y 1876 pudieron de predominio militar y permite la referenci~
representar, si algunos factores no hubieran a diversos ti pos de relación entre el poder ó~
f,lllado. ese modelo alternativo del "héroe mi- vil y el poder castrense. (73J En el gobierno de
J.iwr" que es el modelo de la "junta··. Latorre se hacen presentes muchos rasgos de
Quien dice "junta" dice el rope de un cuer- lo que se ha dado en llamar "administración
po armado que actúa orgánicamente conducido interina" y "gobierno fideícornisario" por los
por un círculo superior de iguales, de los que mandos militares. El ostensible cuidado que, a
sólo por razones de función se dcstacarú uno través de toda la década, se da por llenar las
más que los otros, como bien pudo su el caso formas regulares de! proceso electoral y de los
Latorre y como se repite en Jos tramos ini- modos de sucesión (por trampeados o deficien-
<~:ales de los- presentes dominios militares en tes que ellos fueran) se sitúa entre el mlxlo de
Argentina v Perú. "control de la elite gobernante" por medio
·Hasta 1S70 pocos antecedentes tenía el ejér- cie la fiscalización de elección v sucesión v.
cito uruguayo de tal tipo de acción colectiva. accidentalmente, en el de "los ~ilitares con;¿
salvo1llodestas gestiones de "grupo de presión., orientadores de la política". La concreción de
"grupo de petición" contra las disposí- la.s dos últimas modalidades se intensificó du-
inhabilitautes de la carta del XXX o rante los interinatos de Francisco A. Vida},
·c<=n;m.ateria de pago presupuesta!. (•JG) En el en Jos que puede hablarse incluso del "grupo
z . .1"\,1órttevícieo de la Defensa, cierto es, el gobier- de veto" o de "poder tras el poder" que re-
de doblegarse a menudo a las exi- presenta la voluntad del ejército. <74 l Pero es-
""~"'..... •u.c los jefes -fueron famcsas en este te poder último, decisivo, si se le entiende
de Pacheco--, pero. ejercido corporativamente, por el con junto ele
V:':óor.'f>sr\ '"''""'v. difícil es hablar durante ese los jefes, esta orientación de la política, este
imposiciones del elemen- control del equipo gubernativo no son de
ninguna manera visibles iÍ se les busca titula-
ridad en la misma institución rollítar. Lo úni- 1886-1898: EL EJÉRCITO ENTRE
co evidente es la acción de dos personalidades DOS ÉPOCAS
::on invesridura militar que se benefician de
un inicial de desalojo de la autoridad Resulta difícil cteer que sé haya pocliclo
y maniobran después diversamente entre P''sar, casi sin transiciones, de la llamada éta-
los g;upos políticos y sociales, contando con ei pa "militarista" a lo que se califica como
apoyo tácito o explícito de los cuadros arma- "modelo democrático" de un ejército apo-
rlos. Validos dei vacío inicial de poder por lítico, técnico y profesional. Tal es, sin em-
el que irrumpieron y por la posterior debili- bargo, el parecer que se desprende táci.~men­
dad v división de sus adversarios buscaron ha- te de una buena proporción de la historiog¡·a-
bitu~lmente dirigir su acción por los canales fia dedicada a estos tiempos, La disolución
institucionales o trataron de recom- del Quinto de Cazadores. por el presidente Ta-
ponerlos, Demás est:í je•. el ~8 ele diciembre dé 1386 habría bastado
decir, a lo lar2"C1 de pac1 operar el milagTo. ¡:s¡
todo típico d~ un Sin negar l::t alta capacidad de ciertas de-
ilStema miHtar13ta Importa la _in1posición ci,íones audaces y t:xiwsas de provocar un au-
:? toda 1&. sociedad los valores militare5 y téntico cambio cualitativo. parece obvio que
la movilización consi,g-uiente de ella hacia fi- el proceso no se dio de modo tan limpiamenu:
nGí de fJ discontinuo estructural del sucesivo y lineal y que caben, por ello, al~u­
rrúsma endebL::z material de la comu- JIJ<; alrernativas a proponer.
na.CI<:ma:l, rl débil poder de soci::t!ización
La primera. sobre la que me he ya extell-
que disposición del po-
dido; e:s la de que el ''militarismo'' del primer
central per111itíanJ rodo flin ck
momento de la secuencia no haya poseído la
modo m:i~ que suficiente.
comistencia, la coherencia ele que se ha solido
El orden de clases fue preservado en su in- dotarlo.
tt-gddad, lo que no es tan obvio aunque asi La segunda, es que haya existido un perío-
le parezca ai lector de nuestros días. Los temo- ¿o ele transición, cuyos límites quedarían a [i.
de ]a elite !errada ciudadana jar. en el que el ejército, como cuerpo, no
otra cosa: bajo la influencia de los séé decidió a apearse de sus anteriores normas
lib•::r:des ir:mces;-s qne, desde Toe- de conducta aunque sí no tuvo fuerzas ---era
iban batiendo una sola salsa con cb tinta la constelación del poder; operaban
, "gobierno fu ene", ''socialismo", ya ocros factorf;; de contención- para irrum-
'·bon::Jpal'lismo", se f:speuí la .pir hast:t el centro mismo del mando estataL
La ;;i),·iedad anónima de dos mil ba- La tercera, ba~tantc confundible con la an-
con todo lo que pudiera tener d:: terior, es que el "modelo dernocr{ttico" de un
verdad de una coyuntura alg-o an- poder militar despolitizado y obediente se ha-
l:"rior, con esr:ts aprehensiones. ya hecho efecriYo bastante más tarde de lo qu<'
Lnas ahondaba el desprecio la apología del "Urug<lay moderno·· sude
•ocial hacia· el "carre- pensarlo. Y tal vez -aunque esro sea secun-
u:ro o ;:carretillero" Ssnto.~ <77 1 y los riesgos dario-- de que ese modele. nunca se con~

de moYilidad cla;;isu dtl eYentua l do· cre-tado de manera tan perfecta como se h;¡
Hlinio caudiHrsco de t1 in1posición de un:1 supue,;w.
institución qut, co1TIV el ejército,. siernpn: re· El 25 de ago;,LO de 1885 wvo lugar la ftm.
presenta una \Ü de Cipilaridad social. Sobre dación de la ".\cackmia General'' o Colegio
!:Odo cnando, como fén el Uruguay de 1880, los
\ I ilirar como, diversamente se llamó en el cur-
so de los tiempos a la que hoy designamos co-
:::amino> hacia la liena y la riqueza mueble no
mo Escuela Militar. (< 9 í La presencia de tUJa
~.,t{,¡¡ aLiert•)S sino muy pocos. Sin intención
institución ele tsce tipo represema incuesrio-
de e~r.remar !"Stf' examen, dí~ase todavía que nablemenre un indicador objetivo de tec:nifí-
se un cotelo lai vez fecundo entre c::ción y profesionalización que nunca ha fal-
la dt: :nuestr;.~ pre5idencias militares v tado en los procesos modernizadores que con-
el (no el "rosismo'') ar~entino. ducen a la subordinación militar a la autori-
Cienos trazo>; populismo, laicismo, los idemi- cbd civil. En "Veinticinco días de campo" de
f¡can cOIJ1() movimientos de inte~ración y apcr- l88fi. (so) l\fanuel Bernárdez registró durante
&ura dentro de los limites permitido> la r-ira ele estudios de los cadetes en el interior
por un~r estricta ba~5.e hurgues<- de{' país, el rümo de los pasos de la mucha·
fundadora. Sue11a. tod;;~·íi:l J-wy. tO!IlO ¡;. LA INTEGRACION POUilCA
esperanzado, vibrarw:. DE !..AS FUERZAS ARMADAS
Todo proceso de modernización es básica-
mente asincrónico y, en esta etapa, los milita- Las dos categorías elaboradas por la socio-
res parecen conscientes de su situación pione- logía política funcionalista que son la "'arti-
r« respecto a otros sectores del país. Pero re· culación" y la '·agregación" de "intereses" re-
;, surta mucho más seguro apuntar que con ia sultan particularmente iclcíneas para compren-
''Precdón de la Escuela l\Jilitar se dio un salto der este factor tan decisivo de nuestro proce-
\~brupto con relación a los viejos cuadros de S(• hist<,rico. La función ele los grnposes: entn;
promoción informal, educación empírica y ce- otras, Ja de "articular" -plantcai:, prestigiar,
hil partidarismo. Con todo, una bandada de gestionar- la satisfacción de determinados in-
\olondrinas no hace verano y la crisis y caída tereses; la de los partidos políticos cabales CJ
!el "colectivismo" en 1897-1898 suscitó la in- la de ··agregarlos", aunque no ciertamente co·
'*'fcntona de la noche del 4 de julio de 1898. (Sll mo una yuxtaposición, una mera suma, sino
mediante una labor, no siempre planeada, poi
La responsabilidad que en ella tuvieron cier-
lo general empírica, urgida. inmitiva, de conci.
res jefe.s -Samas Arribío, Ricardo Esteban.
liación, regateo, síntesis, recone. Partidos fuer-
Casimiro García y Miguel A. l\a\·ajas- que temente disciplinados y estrucmrados -cpmo
habían acompañado a Lawrre en 187 5 o ha- lo atestigua la larga experiencia inglesa- quie-
bían culminado su carrera durante las presi- ren decir que las presiones de los grupos socia·
dencias militares es suficiente prueba de que les, por fuertes, enérgicas que ellas sean, han
los reflejos de la generación castrense domi- de pasar a través de ellos y ser sometidas a
nante poco habían variado en un cuarto de determinadas podas. en lentecimiento,; y prorra-
inglo. (82) No altera esta verificación el hecho teos. t.<>:¡
del contraste muy nítido entre la índole más Aunque nuestros partidos colorado y na-
bien extrapartidaria (que los eventos posterio- cional de fines de siglo estuvieran muy distan-
res ratificaron) del motín del 15 de enero de tes de un partido conservador y laborista de
1875 y las justificaciones coloradísimas, menos su tiempo de más plena forma (que no eJ>
documentada~ pero ciertas, del golpe anticue'i- por cierto el presente), un cotejo del caso uru.
tista. Todo lo más que puede decirse es que guayo con casi todos los restantes de Latino-
la reacción de los mandos desplazados en m américa es 'bastame revelador de nuestra pe-
preeminencia por la evolución política del culiaridad. El eficiente poder "agregador" de
país, la defensa de la angosta oligarquía polí- nuestros partidos tradicionales, por lo meno.s
tica dirigente, que la muerte de ldiarte Bor- en términos políticos y disciplinarios, alojó y
da había dejado sin su primordial sostén pre- reguló -no hav mra manera de decirlo- en
~:idencial, había aprendido a usar el poderoso m~a de sus alas: la colorada, el siempre relaci-
señuelo partidario. y por ello, llegada la su- \·amente alto potencial de fuerza, de irrupción
puesta ocasión propicia creyó que él podía autoritaria ele nuestras instituciones armadas.
ser eficaz conrra un Cuestas embarcado en Por eso el proceso de dogmática coloradización
una coparticipación que implicaba, a la cona cumplida dentro de ellas entre l S80 y 1900
o a ia larga, la descoloradización de una par- aproximadameme, puede juzgarse a la distan-
cia como una oneración de elevada rentabili-
te sustancial de la república. Pero con todo
dad política pa1~a el sistema vigente de parti-
lo qué lo precedente pueda poseer de motiva-
dos. Y si hablamos ele sistema, incluimos en
ción auténtica o de mera cohonestación, el-: él al sector nacionalisra, que aparecí:¡ como
justificación "ad-hoc", él nos lleva a se- inmediatamente víctima de esa panidarización
:ñalar la decisiva circunstancia que explica más tan acentuada de una parte esencial del estada
ninguna otra la omisión castrense en el uruguayo.
J:r:uuru!av del siglo XX. Tal yez sea a Santos
Ejército nacional igual a ejércitO colorado
_....a .• tlc~jr¡era y Obes que se deba primordial-
se convirtió durante varias décadas en la "re-
de la intensa impregna- r•·la de oro" de !a constelación del poder. polí-
o
)fi.··~flo:ra~1a de las fuerzas armadas, que cam- tico del país. Las biografías, las memonas res-
et .Cllac!ro de los factores de decisión polí- c"tan a menudo la índole excéntrica, casi
ac!vino la etapa en que existie- ener<Tuménica que esta ¡)asión colorada asumió
f¡~.dla:(;j.~t.rJ:>s partidos o, por lo menos, ver· o . l
a todos los niveles de los mandos, especia men-
~fj~!~ ~ dlos. te en el interior del país, en el que la pugna
partidaria solía ser (y lo siguió siendo) porfia- El primero es el de que Batile heredó este
da, frontal y más personalizada que en Mon- ejército colorado y no parece haber sentido ja- ·
tevideo. (S±J Y aún podría decirse que el mar- más la tentación ya no de trocar su color sino
gen de autonomía que ciertos jefes inquietos de decolorado en forma apreciable. Obligado
defendieron frente a la constricción partida- a contar con los mandos formados durante el
ria fue la garantía de la "autenticidad" dd militarismo -Eduardo Vázquez, Bernassa y
coloradismo que gobernaba, al modo con que Jerez, Galarza tenían un ostensible pasado la-
pocos ai'ios antes tratara de justificarse el mo- torrista o sanr i .ta-, mantiene, eso sí, una ra-
tín del 4 de julio. Lo que sí parece fuera de zonable postura ele desconfianza (que por otra
duda que las dos últimas guerras civiles de parte era actitud común en él salvo con los
1897 y 1904, con todos los esfuerzos que exigió muy cercanos). E! aumento de las regiones mi-·
en ambas ocasiones la imposición de la auto- litares y la rotación de los jefes entre ellas, los
ridad legal resultaron un poderoso [actor co- recelos frente a Benavente son una prueba
rroborante de este proceso. Ello se hace mús clara de esto.
notorio si se tiene especialmente en cuenta En segundo término hay que afirmar que,
que, frente a los dos prestigiosos sei'iuelos de gobernante civilista por antonomasia, Batlle
la acción revolucionaria que importaban el re- prefirió un ejército confinado .en sus do:. ta-
clamo de libertad y equidad políticas y hones- reas tradicionales de orden público y vigilan-
tidad achnini~traCÍYa, poco impacto estimulan- cia de la sober:mía, sin emplearlo -lo que
te tenía el mero -y poco asemido socialmeP- (Onstituye tradición más común de lo que se
te- principio de la atirnnción ele la ::J.'.- ree en los presidentes uruguayos- como. fac-
dad. Fue entonces la apelación a l " _,¡. wr directo de poder entre los muchos y muy
ción panidaria investicb ,,¡ tcr efit aLes que en su mano estuvieron (8 5 ). Esto
das las 1nayúsculas del .. ide::d" . . gante Ino- es lo cierro y lo admisible en una medida que
vilizador de las fueaas , del gobierno. seg-uramente ha alterado la tan recordada ca,
Qu~ _no fue un simple n propagandístico liticz,cíón de ··faná¡ico de la legalidad'' con
u~abie y sustltü1ble ~mo un estado espirinul que le distinguía su beneficiado don Juan Zo--
de honda convicción estuvie-ron en situación de rrilb dé San "'Íartín. Sobre este punto hay
probarlo casí todas las generaciones rnilitares que decir que si tal consistencia tuyo su fe en
del país que prolongaron su acti,;idad hasta b r e:zularidad y juridícidad de los procedi-
!IiUY a\.ranzada nuesrra (:tnturi.;. mien~~s poli rico;, Barlle fue un fanático que se
concedió la prim:¡ de cienos escepticismos. En-
tre ellos impona ya no su decidida. '.tctua,
cié,n en "poyo del golpe de estado de febrero
Es habitual süuplii:ic~~r el curso de rn1c~tr ~t de !89X. sino ~u suliciememente documentada
historia chico-militar alinnanclo que el pcTÍO ges¡ión de ''L:í Cerrillada'', en febrero de 1927.
do marcado pm la prese-ncia dumio::uHe de do, :túos aiHh de su muerte y cuando el esta-
Badle ( 190~\-19~9) 1 epresem:t ia adopción ¡¡:¡ dista maduro. a diferencia de su situación en
donal del "modelo clemocr:hico'' de ejército el "cut:sti:,mo". había alcanzado su definitivo
~polírico, técnico,. subordinado~ abuc3llJ inte- pei hi v el semido cabal de su obra. (8 6 1 Por
gralmente a Lis dos r~lreas de Yig:ilanci:..t de l:is eso, sin ni siquiera emral en el justiprecio
eoberania naciun::d preserY:tción del ürden etico-político de 21mbos episodios, parece lige-
público. ramente exagerada alguna opinión reciente (87¡
~\o hay incon\·eniente en aceprat que h~:t­ en abcno de que B:1tlle ''implantó" la tradi-
cia el final de la e Ea pa mencionada es te esq w·- OÓii cf¡·¡Lsw de las fuer-:.as armadas uruguayas.
ma se halbba sólidameme concretado: la~ ine- aun dejJ.nclo r.:nnbíén al margen la co;sid~ra­
gularidades se pueden dejar a cuema de la ción de si es posible implantar sólidamente
Üle>·üable distancia que opera siempre enrre de~de fuera una "tradición" en cuerpo de tan
un "modelo" y la realidad. En grandes linea,, sólida trama insLÍmcional como lo es un ejér-
ts obvio que eL ser el ejércüo tan c. 'rumado- cno rtzular. Y soslavando izualmente eí pun"
ramente colorado -;,- la sicuación poliL ;a cen co de ;¡ esta modulánón c:i~"ilista no se halla-
üarse en tomo al Panido Colorado como "par- ba va mu~· adeíamada a partir de 1886 como
tido dominante" hizo fíuido el paso a un ejér- lo prueba la eficaz represión del motín de
dro técnico, profes10nai v obedlente a la au- 1898 y la ausencia de conatos posteriores.
toridad, Pero es probable que algunas varían- Por si ello fuera poco, es indudable que
te5 puedan ser señaladas con rango de mayor 5 lo largo de ese primer tercio de siglo del
emidad qüe el de snnples mat1ce;;;; pai.s ;:lenas fuerzas endógenas y exógenas tni.-
ba'aron
J
la todavía relativamente considerable bal sentido ele la palabra y el jefe indiscutido
entidad de las fuerzas armadas nacionales. El -primero- la figura más relevante -d~
peso político del sector castrense, su inciden. pués- de un partido que había consolidado
cía en las graneles decisiones públicas son siem- ~u hegemonía colorando el ejército sin empa·
. pre' el resultado ele un juego complejo ele va- clw, sirviéndose de él en todos los eventos de.
riables. Entre esas variables sobresalen el ori- cisivos ele desafío. Con la amenaza ele un le.
o-en social del secLOr castrense de mando y los vantamiento blanco que sobrevivió largamen·
factores ele socialización interna que lo rÓbm- te al fin ele 1904, a la muerte de Saravia, Bate
tezcan o lo debiliten; la concepción y la ima- !le no podía, ya no dejar la herramienta qu~
gen que esas fuerzas armadas posean, tanto en cualquier momento podía necesitar, sino
ellas mismas como los conglomerados de poder ~iquiera atenuar por medidas eficaces la de.
político, económico y social que las entornan, ciclida militancia partidaria del sector ca~
las corrientes ideológicas_y de opinión que ac- trense. A este respecto es bien revelador :.u
túan sobre tales concepciones, las exigencias rechazo a la instauración del servicio militar
v los reclamos de fu;-;ciones tradicionales o obligatorio propuesto en las bases de paz dtll
~uevas que tanto desde el interior del país las fuerzas revoluciqnarias en 1904 <89 !. Est~
como desde el area internacional se propon- temor a lo.s eventuales efectos de una ampli!!
gan a la operación ele las armas conscrición militar entre la juventud de l1
campaña -versión al fin del tradicional re",.
que~10r colorado a la institución de la. "gual"-
EL EJÉRCITO Y EL PERiODO dia nacional"- era compartida también por
BATLLlSTA otro.s prohombres de su partido <90 l. Esta po-
sición de estrategia partidaria mas bien cen:a.
Parece evicleme que durante este prime¡ da, pudo dignificarse posteriormente, es cier--
cuarto de siglo qué ahora tenemos bajo nues· to, a tra-vés de la informal comprobación dt
tra vista, esa postura política del ejército, esa ]¡, impopularidad de las iniciativas que ~e ~
concepción de la propia tarea hubo ele confi- calonaron tesoneramente en el país entre 19Hl
gurarse -podría decirse todavía; hubo ele y 1943 en pro de la implantación de alguna
abrirse paso- teniendo primordialmente en forma compulsiva y universal de "servicio" @
cuenta la voluntad política más persistente y "instrucciones" militares.
más considerable -si no siempre la dominan- Pero esa postura negativa debe recortan;~
que en el Uruguay operó por esos años. mucho más de lo que era previsible. 1\mne.
La posición de ·Batlle y el batllismo sobre el wsos textos del jefe civil, puntualmente exhu~
ejército y los problemas ele la defensa nacio- mados en 1943, en oportunidad e.J que su par~
nal es, probablemente, la zona más matizada, tido alteró sustancialmente su rechazo al S,
más compleja y aún más ambigua ele su siste- ;\I.O. (nll. subraYan un .Batlle desusaclament~
ma ideológico. Pues puede afirmarse_ para co- perceptivo de la' acción de los met::oroso urU..
menzar, que dados otros componentes de. ese \ ersalcs de la fuerza, del peligro de la agr~
sistema ideológico y, en especial, los valores sión a las pequeil.as nacior!alidades, ele la neo
implícitos, últimos que tras las "posiciones··, cesiclacl ele defender los bienes sociales dura~
el "programa" operaron, Ballle no debía ha- mente ganados (G 2 l. Son por ello muv cohere~
llarse lejos del frontal repudio ele las fuerzas Les en su posición, pública, manifiesta, los d~
armadas como institución, del ele la fuerLa, uetos ele enero de 1915 creando batallones d~
como ejercicio y -ni qué decirlo- de la gue- t~colares y liceales y el proyecto dl'O ley qu~
rra como recurso. Poco distante, para aludir con las firmas ele sus ministros Bernassa '1
a puntos ele referencia de aquel tiempo de !a .Urum murió m<Ís tarde en las carpetas del Po.
postura del tolstoismo o de ciertas formas de der Legi>lativo inl. Durante una- de las fase~
anarquismo pacífico. La tonalidad y e! peso r!eJ iargo y aún no cerrado litigio entre A_r..
los ingredientes "utópicos'' que be hacían gentina ,. Chile, Batllc se'ltÓ el principio d~
>pr·es<entes en su mentalidad difícilmente pu- Ía ncutJ~Izdad armada br,fo un -zobiÚno df!
,~~u:ru~! orientarlo hacia otra dirección ;s;:,_ J::ó- ~fJÍnzón 1"4' Y !a fórmula ciúe a l~ que pudiée
compaginar esta a-severación con e! h~cho l ase lbnnr "la media'' de la postura batlli~o
establecido de que entre 1903 t a tanto en m a te! ía militar coino en la poH·
especialmente. las fuerz2:s mílit::1.re.' lue t J(,l internanonal quf' r:orrespondia al pa!$
dotadas de nueYOS armamentos. ai1· nvcla C. ?n ~-: a la-; an1enazas n1::.ís ccrc2-na.s.
t

incrernentad'J su prJd~r~ P:nt""'d-= :1'l¡_ri -111-t::s d~ que s-: no~ com-


h0mbre po!itlco en e! mJs eJ. d7 nLlc·~. 1) la.:: l1nea~-- -la ren!isión !TLi~
primaría a la estructura social. En un país en mandatario de 1903 y 1911. Con la resistencia
proceso franco (dejemos aparte el tema de su que a ella opusieron Viera y más fugazmente
1olidez) de modernización, protagonizado por Brum, con el apartamiento de Sosa, dueño de
un estado sostenido en sectores relativamente un prestigio lideral propio, y con la organiza-
dinámicos de las nuevas clases medías y un na- dnó riverista que, a diferencia de los grupos
ciente proletariado muy integrado al proyecto, anteriores se filia inequívocamente en la ré-
es casi seguro que unos cuadros castrenses re- plica conservadora a la radicalización popu·
clutados en proporción abrumadora en esas lista de Batlle, la oficialidad estuvo sujeta du· ·
mismas clases medias no constituyan "per se" rante dos décadas a la oferta política de una
un factor de disturbios. Sobre esta evidencia variedad de partidos. Partidos que no reba-
:~ustancial incidirán, es cierto, las variantes :>aron una medía modesta, pero que estaban <t
doctrinales y partidarias más factibles, actuan- menudo instrumentados a las ambiciones de
do con la latitud que la misma y tan clásica quienes eran muy capaces de promover ca-
inestabilidad de reflejos políticos y sociales de n·eras y brindar muchas ventajas. El atenta-
lo;, sectore!> medios le proporcionan. do perpetrado por la policía de Rocha en la
persona del entonces coronel Manuel Dubra
EL PRINCIPIO DE LA DISIDENCIA d 27 de noviembre de 1913 puede muy bien
oficiar de suceso simbólico de una ruptura
Porque es imposible dejar de advertir que, que no se soldó nunca bien. El ataque tuvo
:l! medida que el batllismo fue perfilando su lugar durante los últimos días de un período
línea ideológica y radicalizando sus posiciones preelectoral marcado ya por la controversia
iniciales, buena proporción de éstas habían colegiada y curada la víctima, el estado ma-
de chocar frontalmente con los reflejos cívicos yor nacionalista y colorado antibatllista -ha·
menos desarraigables de la clase militar. Su blaron en el acto Rodó y Herrera- se encar-
actitud ante los conflictos de clase, su políti- gó de subrayar con un gran banquete la im·
ca social y de inmigración, su no oculto des- portancia de la cesura.
dén por las formas convencionales del culto Unos tres lustros más tarde un ministro
patriótico ¡g;;), su latente internacionalismo de guerra tuvo ocasión de comunicarle a Bat-
doctrinario y, tal vez más que nada la pro- lle la nada agradable compulsa de la filiación
puesta colegi'lda de 1913, suscitaron, sin duda política de la oficialidad <97 l. Pocos años fal-
al"'una.
·o - una creciente disidencia militar. La taban para que los "oficiales subalternos" cu-
formalización conservadora de la ideología de yo antibatllismo alegaba Ruprecht vieran in-
los mandos no es de ninguna manera un fenó- terrumpir el orden regular de los gobiernos
meno irremisible, pero en la mayoría de las sin pena y sin protesta, aunque también, co-
circunstancias resulta la proclividad más na- mo más de una vez se ha señalado, sin un
tural, más difícil de combatir, si muy especí- apoyo explícito a la decisión. El golpe de es-
ficas situaciones sociales no se hacen presen- tado terrista del 31 de marzo de 1933 fue eje-
tes o si contrafactores potentes no actúan con- cutado por la policía y el ejército <9 s>, salvo
tl a ella. En el caso uruguayo es_ probable que unas pocas disidencias (que después serían muy
hayan contribuido a incitar los comporta· subrayadas), mostró una pasividad nada co-
miento.s conservadores menos que la política mún en otras latitudes y en circunstancias si-
gubernamental misma la propaganda de los sec- milares. Si debe suponerse en las fuerzas ar-
tores marginales de radicalización. Es el caso madas un espíritu de cuerpo medianamente
de la prédica de "El Diario Nuevo" de Sosa activo, articulado, hay que pensar que en· este
durante la primera presidencia de Batlle y de inmovilismo había cierta amargura y hasta una
algunos grupo•, como "Avanzar", en la ter- visible indiferencia ante los avatares de una
cera década del siglo (96). sociedad civil por la que se sentían dolorosa-
Entre esta corriente de innegable ostensi- mente incomprendidas, de las que se suponían.
bilidad y el tradicional resquemor del bando globalmente, víctimas
nacionalista, buena parte de la oficialidad
te<1clió hacia los grupos disidentes que en el DE LA FUNCIÓN EFECTIVA A LA
coloradismo provocó la línea político-social de FUNCióN NOMINAl
Batlle. Una línea que implicaba --es detalle
importante- no sólo la radicalizac.ión de que Cuando se intenta comprender las
hablé sino la tentativa de imposición autori- del éxito de la operación coordina~v ... las
wria del partido ly del jefe civil ;,: través de fuerzas militares del hemisferio q·¡_}~ se íniái
él) sobre los presidentes que sucedi~·->n al tras 1942, no es posible saltearse, en lo que a
nuestro país es atinente, la condición del ejér- Ouedaba. es cieno, la otra va
cito ante;;ior a c~a fecha. Esa condición pmlría no ·J~olítica .sino social de la Larezc clásica de
sintetizarse en la afirmación de que en el pro- las fuerzas armadas que es la custodia del
ceso de formación, ascenso y crisis del "Urugua.y orden interno. Pero pese a la violencia de
moderno", ei ejército no pareció tener función algunas huelgas, la sociedad uruguaya era una
alguna. Y de que, sin función visible, acep- colectividad dotada de ull sólido consenso io-
tada, efectiva, todos los demás aspectos de la bre sus propios fundamemo, y un fuerte sen-
institución militar se cm¡fíguraon en armonía. tido de la lcgi.timi(bcl democrática. Para .. !~s
U na estructura reclama tanto una función, c.1sos en que estos 110 ;dcanza!an, la pollcJa
como ésta !lolicita aquélla. Y aunque pueda bastú, como La>taria para faenas más u·a;;cen-
decir~e en el caso del ejérciLO, ·que la mera dentes bacía el final de Jc¡ucl periodo.
presencia y la eventual intimación que de ella Con Ltll repertorio de "a!.;os·' . de
deriya sigllifica de algún modo fullrionar, de- ws" es muy diticil adicirJJ!ar un 6uarísmo muy
Le replicarse a la vez que tal tipo de operan- impresionante y lo cierto fS lo que poco mas
cia es tan tenue que puede acercarse en oca- arriba 'e sostenía: en el Uruguay equilibrado
siones al punto cero. El destino de las fuer- del primer tercio del ;;ig!o el ejército nos ap;~­
za§ armadas en tiempos de paz es un proble- re:ce hoy cowo no teniendo ful!ción coucrela.
m¡¡. tan universal y complejo que no puede Ahora bien: es probable qw: este sea un ;;in-
ahora ni ser rozado. Pero la paz uruguaya del tuma ambiguo o como ta( sea Lo~
primer tercio del XX fue un¡¡. paz muy pecu- más, los optimistas, pensaron seguramente que
li<:~r y ella es la qiJe ahondó la cuestión cas- ello representaba un bien. Algunos pudieron
u-ense. creer que no serían muy sólidos, muy durade·
Desde que t<J.l vez Alejandro l\fagariños ros unos logros que no se creía vewsimil tener
Cervantes la enunciara en ocasión primera en que defender alguna vez con las armas en la
~u cátedra universitaria, la idea de un país mano. Ya se apuntó (JOGJ que, por lo mt!lüll
dtbil y pequeño que confía su destino a la a cierta altura de su carrera, el mismo Batll~
protección c!el derecho internacional, se hizo se contó entre estos precavidos. Con todo, no
una especie de dogma colectivo. Con fronte- es difícil rastrear que la opinión abrum<tdo-
ra& terráqueas estables y excelentes relaciones ramente mayoritaria era, hacia la tercera dé-
con el Brasil desde la segunda década del si- cada del sigÍo, la inversa. Y que esa opinión
glo, la indefinición del territorio marítimo se maduraba de lejos.
constituirá desde aquel entonces un problema De 1910, por ejemplo, es una página d!t
que es habitual colocar en manos de los juris- cortesía de Rodó hacia dus autores mi!üans.
tas, los geógrafos y, sólo esporádicamente, de "El ejército y el Ciudadano", !lülí nos brinda
h precaria vigilancia naval. En la hipótesis con unJ precisióu extrema b que bien puclie~
de conflictos con otras motivaciones o en la de ra verse como el nrimer tramo de la dialécti.·
directas a.gresiones, la desproporción de fuer- CJ del arrumbamiento. Para Rodó, ese
zas con los estados vecinos es tan abismal que cito de 1910, muy diferent~ a ];t:, me.:,nadas del
los más optimistas planteas estratégicos no pue- siglo anterior, se identifícJbtt tan 0 bsol uL:J-
den ir más allá de concebir una desesperada meute con la masa civil que el lector anual
resistencia prologal, tras la cual se han de tiene la impresión de que 'sólo fa!tJ ba un p3·
idear -de vida o muerte- otros arbitrios. :;o más para que él, 11 otros, ya no lo vieDn
La fácil derrota de la intentona revolucio- en absoluto.
naria de 1910 dio la medida de otra despro- l\unca pudo llegar~e a tanto y nunca ;;e
porción, pero ésta interna: la existente entre llegó. Pero la sensación de nnminalidad, la
las fuen:as armadas del gobierno y cualesquie- experiencia de una burocratizadón ~in hori-
ra que contra ellas pudieran congregarse. Por zontes era tan opresiva que estalló con con-
ello, y no sin que prácticamente hasta 1933 tornos desembozadamente políticos en ocasión
ranc!ara ocasionalmente la alarma en torno a tan solemne como el banquete militar con
alguno de los infanzones de la prolífica estir- , motivo del centenario de la Constitución de
,R~~Saravia, fue desde el gobierno que se ali- 1830. (102) En él las más altas autoridades :mic
~'P:~ · / ) de tanto en t;;nto el rumor novelero litares dijeron lo ocasional y lo previsible. Pe-
~ guna quiebra de la "juridicidad" a car· ro s.:Jbre todo enjuiciaron, en tonos que iban
g6 del máximo militar de turno. E1 ministro de lo áspero a lo lastimero, algo así como un
de guerra casi nunca fue un líder natural pero, acuerdo polttico-social que al mismo tiempo
en el mejor estilo sudamericano, ha sido común negaba a las fuerzas armadas los medios para
atribuirle trabajos contra su superior. (~9l una relativísima eficacia y hada objeto a to-
dos sus integrantes de un desdén lapidario ejércitos !atmoamencanos hasta las· décadas d.eJ
La eficacia de nuestro ejército y de nuestra cuarenta y el cincuenta. Cualquier uruguayo
marina ( ... ) es completamente nula, afirmó de mi generación tiene el recuerdo infantil
uno de ellos, agregando que triste y vergonzo- y adolescente del paso de la artillería en los
so es el destino de un pueblo que descuida desfiles militares: las piezas infatigablemente
v desprecia (su) organización. (lOS) Se nos dis- repintadas que se suponían (tal vez no fuera
-cute -la legitimidad del pan, decía el general cierto) de los tiempos de la guerra franco-pru·
Campos, se nos niega la honorable trascenden- siana levantaban oleadas de sorna aun entre
cia cívica de la labor que se 7·ealiza en nues- los menos entendidos.
tro hogar militar: el cuartel, palabra que ya Todo lo anterior tiene una sola, univoca
empieza a ser impronunciable. Paria, desecho significación. El proceso de profesionalización
humano_, hez de la sociedad, resaca eran los y tecnificación de la fuerza armada, precm;
términos que según el mismo jefe, estaba cose- manifestación modernizadora -como ya de·
chando el soldado en el Uruguay de 1930. (104) cía- en un Uruguay i:egularmente más dem·o-
Pudiera ser exagerado un capítulo de los rado en pautas tradicionales que su sector cas-
reproches; la elocuencia autoflagelante es, en trense, se agotó en poco m<is de un tercio de
manos de los grupos, un medio de presión siglo. Lo que había- sido avance respecto a !a
ocasionalmente efectivo. No lo era, por cier- medía del país se hizo inequívocamente re·
to, el otro. troces o.
Después de la fundación de la Escuela Mi- La obsolescencia de los instrumentos ope·
litar, trasladada en 1910 a su sede actual, les • rativos fue común a las tres armas: los equi·
tocó el turno a los institutos técnicos de las pos de la marina no se salvaron de ella y la
restantes armas: entre 1914 y 1917 culminaron de los de la fuerza aérea sólo resultó menos
los procesos fundacionales, el primero muy perceptible por la misma posterioridad de las
Cilatado, de la Escuela Naval y la Escuela primeras adquisiciones. Esa decrepitud no es,
Militar de Aeronáutica. (10 5 l Por distintas cir- como es obvio, desglosable del proceso de eva-
cunstancias hubo de aplazarse una década lá nescencia de la función o funciones que esos
contratación de misiones militares francesas pe- instrumentos habían de cumplir y que vino
ro al fin, pasada la Primera Guerra Mundial, ·,t constituir la variable independiente del de-
u u es tras fuerzas armadas se conformaron se- terioro. En tales condiciones, una profesíona-
gún el prototipo prestigioso. (l06l Para acre- . lización sin destino concreto había de parar
centar el poder de fuego, Batlle y Willíman en lo que paró, esto es, en "burocratización''.
habían cumplido dm-ante sus presidencias una Y esa buroa-atízación, dándole al término to-
previsora política de adquisiciones militares y das las connotaciones de esclerosamiento insti· .
navales. (107) La reordenacióu v modernización . tucional, de formalización con pérdida de con-
de la estructura prosiguió toda~ía bajo los man- tenidos, de rigidez complacida de su propia
dos de Viera y Brum <108 l y es seguramente en modalidad que le han dado una carga casi
esta segunda década del XX que alcanza su invariablemente peyorativa. Sólo la aviación
tope la relación entre el contingente armado -eran los tiempos heroicos de la conquista
-entre nueve y doce mil hombres en las tres del espacio-- escapó un poco con sus caídos
armas y la policía- y la población del (Boisso Lanza, Tula) del agobio. Dentro de
_país. (10 9 l A su paso por el druguay en 1920, esta institución estatal tan consciente de su
el algo fantasioso José Vasconcelos creyó ad- atraso técnico y aun de su nominalidad pocos
•ertir u~a nación prusianizada; confiesa que caminos quedaban abiertos y todos se abrían .
-huésped oficial- le causaba mal efecto ver sobre horizontes mortecinos.
tanto botón dorado de oficialidad dispendio- Es en esta época en que posiblemente cul.
sa. (110) mina la acción masónica dentro de las fuer-
Poco a poco, las dificultades. presupuesta- zas armadas, vertida por lo habitual hacia la
rias que se acentuaron durante el período de pugna en torno a las promociones pero cuya
Viera, la crisis de la primera postguerra invir- influencia en la integración de los manda&
tieron el curso del proceso. La declinación, al con el elenco político civil sería erróneo des-
parecer, se hizo rápida y hacia mediados de la prceiar. También, de seguro, fue a través de
década del veinte, hacia el treinta las fuerzas esa integración, que se hizo más fluida, me-
armadas del país se habían convertido en uno nos abrupta la transición del ejército parti-
··esos organismos semiparalíticos -incluso pa- d<irio al ejército instrumento del poder civil
' la emergencia de la convulsión interna ele que fue a la postre el modelo de relación do-
; o porciones- que fueron bue~a parte de los minante hacia fines del período que estam~

PAG. :20
constaeranao. Agréguese a la IUenndad polí- públicas de nuestros vecmos mamenian su -.1-
-tico-partidaria y a la social -ya aludidas- da soterrada en la teorización de los estadO$
este poderoso coligante de profesión ideológica mayores, los primeros pianteos o-ea-político¡¡,
y solidaridad interpersonal: un régimen en coherentes y ocasionales declaraci~nes de tal
t<:les condiciones puede vivir tranquilo, pue-; o cual ex_~ectabilidad cívica _o militar. La gu~
no será al menos desde el cuadrante del ejér- rra munmal del 14-18 (recuerdense los batallo-
cito que soplen lós malos vientos. (111) nes escolares de Batlle y Brum en 1915) re--
Burocratización quiere también decir ru- presentó un peligro que ya el ancho amortic
tina. Vegetar en el cuartel durante años hasta guador oceánico no alcanzaba a cancelar T
parar en un magro sueldo de retiro, fue la que el acentuado y simplista dualismo ideO:.
pauta habitual de una carrera que, como es lógico con que se juzgó y se, tomó emotiva~
natural, no podía atraer vocaciones muy in- mente partido en ella no era tampoco, y por
quietas y en las que pesó -es fenómeno casi cierto, nada propenso a rebajar.
mundial- un alto coeficiente de tradición Con ser considerables, no fueron sin erfr.•
familiar. (112) La lucha por los estipendios, bargo, 1a percepción de estos eventuales me>-
muy bajos siempre (11 3) consumió buena parte teoros externos la que agota la fundamenta~
de la energía militar, aunque es aventurado ción de la empresa con que nuestras fuerz:u~
decir que, regularmente, esa pugna convirtie- armadas intentaron recobrar su influencia den-
ta entonces al ejército en un grupo de presión tro de la sociedad y una función que pese a
formal ni, menos, en un regulador del poder. la endeblez de los factores materiales que al
Las decisiones más trascendentales se hiciero:J mismo tiempo la sostenían y la reclamaban,
en este clima las atinentes a promociones, de cualquier manera ha)' que llamar "naciO>-
retiros y jerarquías -especialmente las de nal". Vale la pena repasar los argumentos
191~ (114) sujetas todas a complicados rega- con que se prohijó en distintas ocasiones (110)
teos. la presentación de proyectos sobre servicio (q
La constitución de 1917 atenuó en sentido instrucción) militar obligatoria. Hay una di.
líberal las prohibiciones a la actividad polí- latada coniente de pensamiento en la que st
tica de los militares, <115 > pero cabría decir inscriben no sólo hombres ele modalidad con·
que fue sólo en términos niuy relativos que servadora como Rodó, Luis Alberto de He-
se abrió una segunda can-era para los elemen- rrera, Juan Andrés Ramírez y L. E. Azarola
toS castrenses más ambiciosos que no quisie- Gil sino intelectuales de izquierda como Ál·
ran al_mismo tiempo romper todo vínculo con Yaro Vasseur, para nombrar sólo unos poco5
su pertenencia básica. Las profesiones univer- antes de la Segunda Guerra Mundial. Pues hay
!itarias pueden haber representado un deriva- que decir que durante ésta, el consenso en
tivo. ínás eficaz: fue en esta época que comen- torno cierto nivel ele conscripción defensiYa
2arém a abundar contadores, arquitectos, abo- -desde eL Partido Comunista hasta ia confe-
gados, agrimensores en un ejército que pare- sa derecha- parece haber sido unánime.
da' afanado en borrar sus traumas en un fre- En los primeros planteas: las bases de en-
nético esfuerzo de mimetismo civilista. Lendimiento presentadas por las fuerzas revo-
lucionarias en 1904, el proyecto de Joaquín
de Salterain de 1910, las razones de política
LOS. INSTRUMENTOS SE HACEN interna predominan claramente. Pero es duo
META: EL S.M.O. que si para el bando nacionalista el servicio
armado obligatorio representaba una alenta-
_ ~odo esquema ostenta específicos peligTos dora perspectiva de despartidarización de una~
y decir que el Uruguay del primer tercio del fuerzas armadas tan vehementemente colora-
XX se sentía vivir en un mundo arcádico se- das, para hombres allegados a la f<>.--ción go-
ría subrayar torpemente los trazos. El país, bernante, como Salterain o Juan Pedro Castro,
para comenzar, traía inscrita en su memoria este servicio podía importar una fuerza esta-
colectiva aquel tercio de siglo -desde media- bilizadora y antirrevolucionaria más eficaz que
dos de los aílos treinta hasta fines de los se- cualquier costosa custodia del "or~n". (117)
senta- en que nuestro destino mismo de co- Menos específicamente coyu:Jturales, más de
munidad nominalmente soberana flotó mila- mo común en Occidente fueron las iustifica•
grosamente en el oleaje de imbricados conflic- dones qu~ reforzaron otros esfuerzos 'legislati·
tos territoriales y socio-políticos Los prospectos vos posteriores en pro de la obligatoriedad
expansionistas brasileños y porteños soslayados de instrucción o servicio militares (proyecto
prudentemente en las políticas internacionales \V, Paullier (1915); proyecto Batlle-Brum (1915),
proyecto Luis Alberto de Herrer;:¡ (42-XI-1916) ron una Yigencia extremadamente fuerte. La
y pmyecto Serrato-Riverós (1923). (llS) En es- iflteligente acción de la propaganda anglp~
tas tentativas, que representan inequÍVOC;l!Uell- americana y la misma soberbia y torpeza de
el segundo ¡:nomento de esta secuencia, las ra- ciertos sectores el~ las colonias akmanas de
zones alegadas poseen un valor co¡:Hr;:¡stante, Sudaméric;:¡ dieron viso~ d~ veroshnilim<;.! a la
por no decir polémico, con los valores -que posibílídad de 1,1n ÍlT1JpCÍÓI) !lJ~y ~ercp.na qlJe
. pudieran caliíicarse de "blandos"- con las e~taría reforzada por el apoyp de la~ "quintas
metas --ql!e podrían considerarse '"hedópi- columnas" internas, La teoría del "enemigo
cas"-,.. que estaban da.ndo forma q. la conden- oculto" qtJe s~ explap en el informe de la
da social de los sectores mayoritarios del país comi~ión designada por la convención nacion;il
en un dima de facilidad, de logro definitivo, batllista de 1943 <121 1 se hí~o casi pn dogma.
de optimismo histórico generalizado. Pues jun- \Y un dogma cuya refutación incluía ;<urQmá·
to a .los argumentos más neutros del alto cos- ticamente · al disjd~nte en 4quella <;<!tegPria).
to. de un ejército de enganche o al del racii- En tal ambiente se aprobó la ley 9,943 de ju·
cal mejoramiento de la cultura y los m()d<tks li() 20 de 1940, < 1 ~ 2 l un timicio in tent() de im·
de los cuadros de mando; junto todavía. al trucción militar muy discontinua, prohijada
muy concesivo de que los mocios de servicio desde las poskíones de gobien10 pg'r dos ge
'post u lados eran sobremaner;I Iivümos, poseen nerales, Baldornir y Roletti y q¡¡e muy pronto
;:¡quel sentido polé¡nico; repUcante algunps que n¡o~tró su inefectividad, puestos que las cla-
casi nunca faltaban. La reivindicación de la ses convocadas a los <;Gerteles ev¡¡_dí<tn en ma-
urgencia social, por ejemplo, de los valores y sa la obligación. (I2ai En lp~ últimos meses d~
pautas de conducta basadas en la disciplina, 1943 el ejército! posiblemente en el primer
la obediencia, la jerarquía, el Jiligente traba- esfuerzo <;oherente de relaciones públicas y
jo. O el de la necesidad de 1ma actitud de propaganda que entre · nosotros se propuso,
v1gilante defensa de nuestro patrimonio na· replanteaba la nece~idad de fortalecer la ley
óonal-territorial, humano e ideal y el de la y darle l.!I) mínimo de coactividad; el presiden-
deseable · participación y responsabilidad de te Amézaga removió 1¡¡ <;uestíón en varías dis·
todos en ella. (m) La persís~ente aseveración · CtJrsos y el mismo partido batllista dio el con-
de la importancia educadora, integradora, uni- sentimiento de un informe lleno de matices
ficadora del servicio militar sonó siep:¡pre de v cautelas. <124 l
~eguro en forma más exótica en un país con ' Pero ya la lucha rmmdial había experimen-
niveles aceptables de instrucción element;:¡l y tado un vuelco fundamental y el peligro pa-
un determinado grado de integración, y "cer- recía alejarse. Ya, también, desde 1942 se ha-
canía social" espontáneas, que aun tpdo el bía pue$to en marcha el proceso que sin u~1a
curso de la vida pública y social tendían a re- sola quiebra visible conduce haH<i las fuerzas
forzar por aquellós tiempos. L¡¡_ percepción de armadas urugl1ayas de 1969 y a su imc:rip-
los peligros del contorno sudamericano y de ción en un sistem¡¡ Sl!pranacipnal de poder.
los más graves aun de un ámbito mundial en Antes de (!ntrar en él, vale la pena observar
acelerados procesos de cambio no desapareció que el fracaso reiterado de la tentativa por
nunca por completo del pensamiento de al- implantar alguna forma de instrucción o ser-
gunos; asume, por ejemplo, gran importancia vicio militar- cempulsivos, esclarece mn niti-
en políticos o diplomáticos como L11is Alberto dez determinadas característica~ de l¡¡_ ~ciedad
de Herrera o Luis E. Azarola Gil. (1 20J A esa uruguaya y ciñe un complejo de factores gue,
xrcepción se unía el subray¡¡_do -=-ya d~sico aunados, hacen ¡:nuy dificultoso, en cualfjuier
:lesde los planteos del siglo XIX, del valor cirqmst¡¡nda, l.Jn emprendimiento sill}ilar, Una
estratégico del Uruguay, cierre del abanico comunidad sin enemigos exterior~s ostensibles,
:ie un sistema de grandes ríos, llave (puesto inmediatos, Sin jnteres~s de in<it+stria pesada
que el estado de la tecnología tenía aún el que se beneficien f!ll forma· Sl.JH;mcial con las
del Amazonas en un muy distante futuro) de necesidad~ que s:u,pp.¡.e el agrandamiento de
la cuenca geográfica más valerosa de Latino- los contingentes y ctJyo poder de presión es
américa en términos económicos y demográ- incoJnparablemente mayPr que lQS d(! q¡al•
ficos. quier cabildeo de vepdedores dt; ¡:naterial e;o:-
Bajo la advertencia del formidable empuje tranjero. Pero también, y ~obre todo, l.Jna sp..
del poder alemán en el segundo y tercer ¡¡fíps Ciedad muy sólidamente integrada, con un si¡,
1ue la 2ª' Guerra MundiaL de su desborde tema político de participación relativamente
que pareció inminente sobre el continente ampliada y un grado muy considerable de mo-
2_mericano, aquellos puntos de vista adquirie- vilización y activación de demandas económi·
co-~ociales. !:lume~e a esto en et concrew casc_ ton era se "levantaba'·. Ver lenguaJe ae ws par-
uruo-uavo la tradición de hostiiidad al ejer- tes en S. Pereda: Garibaldi en el Uruguay, M~
tevideo, 1915, t. II, pág. 284.
cito"' oficial Je las masas blancas del interior
y la línea ideológica internacionalista, pacifis- (10) Representa tema para un estudio espo-
cial Ia crítica de las tácticas militares montone-
ta y antimilitarista de los sectores obreros cuvo ras en los memorialistas castrenses de menta.li-
ap~yo tan decisivo resultaba al batllismo de dad profesional, caso de José María Paz: Memo-
ios años diez y los veinte. ?\Iuy explícitamen- rias pósfumas, Buenos Aires, Anaconda, s. f., t. I,
te se ha establecido que fueron tales resisten- págs. 246; 300, t. II, págs. 105-_106, 380, 433, ~- lll,
págs. 141-143, 238-239, et pass1m, caso de Inar~,
::ias las que empantanaron, en 19~3, el proyecto en los diez volúmenes de sus recuerdo!! y dia-
del presidente Serrato y su ministro Rive- rios. caso de César Díaz.
rós. í 125)
(11) La única salvación d~ lo¡; v~ncidc-<~ ~
Algunos de estos trazos de la sociedad na- no esperar la salvación {Eneida, Libro ll, Y. 754.)
ciOnaC prolongarán su vigencia hasla nuestros (12) Cf. .John Str·eet: Artigar, and th~ srn~l:!­
cUas: mientras tanto, irresistibles cambio~ li:'C· dpation OÍ Uruguay, Cambridge university T:'res;:,
nológicos y políticos le irían dando al ideal del 1959, p<ig. 234 (hay versión castellana de 1967).
encuadramiento mili•.ar de la· colectividad una (13) Sobre el "contínuo-civil-mílitar"; obs""r-
acepción bastante diferente a la que en un vacioncs de Ravmond Baradére. en 1834 en D~
informes acerca de la República 0l:'iental d~l
principio tuvo. Uruguay en 1834-1835, publicados por AHredo R
Castellanos, Montevideo, 1958, págo 67.
liOTAS (14) V. Tomás de lriarte: Memorias: La ti-
¡·ania de Rosas y el bloqueo :h-ancés, Buenos Ai·
(1) Carlos Bañales Guimaraens: Las Fuerzas res, S. L A., 1948, pág. 71, sobre la quema de ca-
Armadas en la crisis uruguaya; en "Aportes", narios refugiados en los pajonales para zafar d~
París, nQ 9, julio de 1968, págs. 27-57. Las his- la leva en los alrededores de Montevideo du:ran-
torias militares que conocemos sólo cubren el te la segunda presidencia de Rivera.
período inicial, caso de Saturnino Colman: En- (15) V. n, 9.
sayo de historia militar, Montevideo, Maximino
García, 1930 y Romeo Zina Fernández: Historia (16) Las resistencias a la integración que :MI
Militar Nacional I, Montevideo, Centro Militar, registran en las notas intercambiadas entre La-
1955. Debe señalarse también la ausencia del te- valleja, Alvear y Martín Rodríguez entre marzo
ma en el plan de la "Enciclopedia Uruguaya", en y mayo de 1826 (publicadas en Conespondenci!l
curso de publicación, hisfó!'ico-milifar; 1826) pueden mucho mejor re;-
(2) En El país de los orientales, Montevideo. ponder a las proclividades y el :resabio monto-
Capítulo Oriental, 1968, pág. 169. nero subsistente en nuestra Banda que a la optfl·
rancia de un místico, inverificable "espíritu na-
(3) V. los estudios de Azarola Gil y. sobre cional'' que, según los pontífices de nuestro ofi-
todo, Juan A. Apolant: Génesis de la familia uru- cialismo histórico, desde Bauzá hasta Blanco Ace-
guaya, Montevideo, 1966. veclo, habría actuado no ya desde ese año o ~l
anterior sino desde Jos mismos tiempos de Ab~­
(4) Cf. Zina, op. cit. pág. 84: John A John- yubá y Yamandú.
son: Militares y sociedad en América Latina, Bue-
nos Aires, Hachette, 1966, pág. 32. (17) J. Ochoa eJe Eguileor y V. R. Beltrán:
Las Fuer;;:as Armada~ hflblan~ Bueno~ Aire~.
(5) Pablo Blanco Acevedo: "El gobierno co- Paidos, 1968, pág. 32.
lonial en el Uruguay, 2a. edic. Montevideo, 1936.
t. I, págs. 174-175. Hay que mencionar "el cuerpo (18) Gino Germani, en Argentina, :;ocieda~
del Fijo", la tropa estable española: hasta 1784 de masas, Buenos Aires. EUDEBA, 1965, pag. 231
el Regimiento de Infantería de Galicia: en ade- ("Estructura social e intervención militar en
lante el de Burgos. En 1801 y 1802 se formaron América LatLna". en colaboración Kalman Sil~
•'milicias regladas" de voluntarios de infantería vert) y en Política y so<::iedad en una época d~
. (604 plazas) y de caballería í724 plazas); de 1805 transición, Buenos Aires, Paidos, 2a. edic. 1968,
.son los cuerpos de milicias, infantería y caballe- págs. 191-197.
ría de 600 plazas cada Lmo. El cuerpo de Blan-
del_?-gues, erigido por Vertiz en 1784, fue organi- (19) Sobre ineligibilidad legislativa de lól
%ado en la Banda entre 1796 y 1797. militares: v. Juan Pivel Devoto: Historia de lo!
parfidos y de las ideas políticas en el Uruguay
· (6) Véanse las excelentes páginas de Colman (Montevideo, 1956, t. II, págs. 41-44 y Eduard~
cit.)., págs. 10-19, uno de los pocos textos sol- Acevedo, en Anales hisiól'icos del Uruguay (I-VI),
: y,en1tes que tenemos sobre el tema. Monttevideo, Barreiro y Ramos 1933-1936, t. r,
pág. 331, t. II, pág. 331; t. m, pág. 237 {proyec~
Gral. José R. Usera, en El Libro del Cen- to de 1863 atenuando 1¡:¡ disposición),
(Montevideo, Capurro y Cía.), 1925,
663. (20) Sobre modelos de la re1aci6n civil-mk
litar: Herrnan Finer: The man in horseback, Lone
don, Pall Mall Press, 1962, Gennani y Silverli
op. cit., en n. 18; Jean Meynaud: Poliiica MUl-
tar, Buenos Aires, Jorge Alvarez, 1963, págs. 40-
Los. ejércitoS ~ "organizaban", 1~ mon- 57; Morris Janovvitz: Th~ milit<~ry in íh® politi~
developmen± of New Nations, Chicago, London, tos se enderezaron al estimulo económico: pre-
The University of Chicago Press, 1964, págs. mio al enganche durante la presidencia de Berro
~-30, etc. · proyecto de Carlos Reyles, durante el período de
Lorenzo Batlle, fijando $ 400 anuales de sueldo;
(21) V. n. n<:> 47 proyecto de la época de Ellauri, fijando $ 15
(22) Abundantes referencias en Acevedo, op. mensuales y $ 200 de prima al vencer el contra-
cit. t. I, págs. 362, 438, 451-452, 521-523;. t. II, to, etc. Muchas referencias en Acevedo, op. cit,
t. I, págs. 371, 386; t. II. págs. 487, 754; t. III
págs. 590, 718, 755, t. m. págs. 237-238, 640, 738,
761-762, t. IV, págs. 90, 453, t. V, págs. 353, págs. 236, 490-491, 640-641, 760-761, 800, t. IV,
647, t. VI, págs. 120, 412. págs. 144, 161-163, 194, 238, 244, 363; t. V. págs.
107, 249-250, etc.
(23) Oribe, Rivera, Flores fueron hombres de
fortuna recibida y también la acumularon en su (26) En Acevedo. op. cit. t. II, pág. 487. t.
carrera, aunque su estado económico presentó los III, págs. 641. 762, t. IV, págs. 168, 363, 605, L . !,
formidables altibajos correlativos a su situación pág. 404, especialmente el tema de los castigus
política y al manejo desaprensivo del dinero. Ca- corporales.
30 extraordinario y que merecería un especial es- (27) En Salterain Herrera: Lavalleja: la re-
tudio es el de Lavalleja, de similar condición a dención patria, en "Revista Histórica'', t. XXV,
los anteriores pero con la variante de actuar aci- n9s. 73-75, págs. 179, 183, las deserciones y la re·
cateado por una esposa ambiciosa y ávida. Es nuencia a combatir durante la cruzada de 1825.
tal vez el primer caudillo que por medio de Trá-
pani mantiene relaciones con la alta finanza in- (28) Cf. Maquiavelo: Discursos sobre la Pri-
glesa de Buenos Aires. Durante la segunda legis- mera Década de Tifo Livio, en "Obras políticas",
latura, el monto de sus reclamos por presuntos Buenos Aires, Poseidón, 1943, Libro I, capts. 21,
daños sufridos en sus intentonas revolucionarias 22, 31 y 43, Libro II, capts. 6, 18, 19, 20; Mon-
de 1832, dejan escandalizada o perpleja a una tesquieu: Grandeza y decadencia de los roma-
asamblea que, sin embargo, le era políticamen- nos, Madrid, Colección Universal Espasa-Calpe,
te afecta. Hacia el fin de su vida su pobreza · 1920, capts. II y III, págs. 19-29.
-llega a ofrecer el alquiler de cuartos en su
casa- es ostentosamente publicitada por Juan (29) A. de Tocqueville: La democracia en
Carlos Gómez que la hace servir a sus tejema- América, Madrid, Daniel Jorro, t. II, 1911, Par-
nejes políticos. ''Murió pobre" se dijo en su obi- te IIL capts. XXII-XXVI; Louis Smith: La de-
tuario, aunque dejó una inmensa cantidad de mocracia y el poder militar, Buenos Aires,
tierras. P..Jgunos ~-f!'fes militares fueron auténti- Omeba, 196:'J: John M. Swomley: El peder mili-
cos hombres de empresa. Hacia 1820, Ventura tar en los Estados Unidos, México, Era, 1965,
V ázquez se asoció a Facundo Quiroga para la págs. 13-31.
planeada explotación de las minas de Famatina.
Décadas más tarde, Lucas Moreno aparece co- (30) Los "cívicos" de Barreiro, de 1815 y
mo un estanciero modernizado:¡- y promotor de los cuerpos formados en nuestra capital entre
la navegación fluvial. Los últimos intereses tam- 1823 y 1829 son un antecedente obvio de la
bién los comparte Leandro Gómez, que pertene- '·guardia nacional". Para la evolución posterior:
ció asimismo, en 1859, al primer Directorio del Acevedo, op. cit. t. I, págs. 371, 451-452, 540; t.
Ferrocarril entre Montevideo y la Unión. Algu- II, págs. 590. 755-756; t. III, págs. 235-237, 641;
nos jefes militares departamentales acumularon t. V, pág. 404; Pivel Devoto: Historia de los par-
considerables fortunas -agrarias aunque de un ti- tidos políticos en el Uruguay, Montevideo, 1942,
po más tradicional. como lo certifican las biogra- t. I, pág. 337, etc. Contra la guardia Nacional;
fías de Washington Lockhart: Máximo Pérez, Carlos María Ramírez. Escritos. Montevideo
<::audillo de Soriano, Merces. 1962 y Vida de dos 1923. artículo de 1868 págs. 148, con evidente ses-
caudillos; los Galarza, Montevideo. Ediciones de go partidario. ·
la Banda Oriental. 1968. Más moderna aparece (31) Las excepciones: los motines de 18 de
la actitud de Santos. estanciero en el Colorado julio de 1853 y 15 de enero de 1875.
(c. carta al Coronel Carlos Clark y Obregón. ad-
ministrador de su estancia. de J 887: en Carlos (32) Acevedo, op. cit. t. III, pág. 418
A. Olivieri: Rincones de historia. Montevideo, et passim.
1958), págs. 173-176).
(33) En 1852 y 1853 dominaba la idea de
(24) V. en Luciano Lira: El Paraíso Oriental. que la guardia nacional, cuyos jefes debían ser
Montevideo, 1835, t. II, págs. 235-236, el tema electos popularmente sería, por lo menos en
de la pobreza del militar frente a la fortuna c:el Montevideo, mayoritariamente blanca. De ahí el
logrero civil: en Tomás de Iriarte: Juan Manuel proyecto de José María Muñoz para una .especie
de Rosas y la defensa de Montevideo. Buenos de diarquía militar con cuerpos blancos y cuer-
Aires. S. I. A .. 1952, págs. 382-383, el planteo or- pos colorados y la necesidad del aún más efec·
gánico del asu11to: el ejército excluido del siste· tivo contrapeso del ejército regular (Acevedo,
ma de atractiv;s mateÍ:iales de la sociedad mo- op. cit. t. II, págs. 406-407). En 1898 la fuerza
potencial de la guardia nacional enfrenta la ame-
derna: el níilitar paria de un cuadro social go-
bernado por el dinero, la avidez. la ambición. el naza del ejército (idem. t. V, pág. 12); en 190(}
positivismo, y 1904 la guardia nacional montevideana ~ co·
l01·ada y durante la últim.a guerra civil se entre-
Son reveladoras las muchas tentativas
(25) nan dieciséis ba-tallones de 400 hombres cada un;;
por terminar con el reclutamiento forzado y la (ídem, t. V, págs. 262, 271).
extracción de la~ cárceles. desde la presidencia
de Giro hasta fines de süilo. Como el sueldo de (34) Para el concepto: además de la obra ya
peón er-a más alto que el-de soldado. los proyec· clás1ca de P..lfred Vagts: A h!sfory of mi1Harism~
civilian and milifary, C. Wright Mills: La elite 1896 (en Cuadros criollos, Montevideo. La Bolsa
del poder, México, F. C. E., 1957, pág. 211 y ele los libros, 1939, págs. 161-181), tienen un ca-
)choa de Eguileor y Beltrán: op. cit. pág. 46. rácter tan vago como inverosímil, salvo la ter·
cera, que se refiere a un episodio incontestable.
(35) El patriciado uruguayo, Montevideo,
19Eí1, págs. 118 y ss.; e His±oria política ("Enciclo- (43) Cf. Antonio Pereira: Recuerdos de :rrJ.
pedia uruguaya" n<? I, págs. IX-XL tiempo, Montevideo, 1891, págs. 4'17-453; Sal~
rain: op. cit. págs. 49-50, 539-360.
(36) Frente a la invasión de Flores el go-
bierno no poseía ni un sólo cañón rayado; San- (441 Una atenuación en Carlos Olvieri, op.
tos, al principio de sti carrera conoció los "Me- cit. págs. 93-98. -
niers" de cargar por la boca. En cambio, duran- (45) Salterain. op. cit. pág. 179, Acevedo. op.
te el sitio de Montevideo, en 1870, se usó ya la cit. t. III, pág. 775. -
primera ametralladora, de fabricación nacional:
en 1875 se empleó por primera vez el Remington (46) Sobre el origen de la fortuna de Santo.~
en la batalla de Perseverano; un año después se y su dispendioso empleo: Acevedo, t. IV, págs.
generalizó esta marca en carabina y fusil. Idiar- 186, 297-300, 326 et passim y entre la folletería
te Borda. en 1896-1897 proveyó a la infantería anónima de la época, no siempre de fiar: Masci-
de fusil Mauser y a 1a caballería de carabina min y su gobierno, 1885, s. 1 y Los amores de U'!l
Mauser, dotando al ejército de cañones "Canet presidenie, Buenos Aires, Pedro Irume, editor,
y Bange". Latorre instituyó el telégrafo policial s. f. Numerosos detalles en R. Rossi: Sanios y Sl!
con fines bélicos y de seguridad. En 1884 se apro- época (en "La Mañana", de agosto de 1927) es-
bó el Código Militar: recién entonces se despla- pecialmente los reveladores datos sobre el rea-
zó la aplicación de las viejas ordenanzas mili· condicionamiento de la cabina en que realizó su
tares españolas. Durante la presidencia de Herre- viaje en 1886.
ra y Obes (1890-1894) se instituyó el Estado Ma-
yor y los Tribunales Militares. (4'7) Como se dio en casi todas las restantel!
nacionales latinoamericanas. el volumen del ru-
· (37) Sobre el rencor social de la clase mi- bro militar en el·total de los gastos presupuesta-
litar contra la crema principista: Acevedo, op. les fue sumamente alto a lo largo de todo el siglo
cit. t. III, pág. 772; Lockhart: Máximo Pérez, cit. pasado. Y hay que agregar que cuando, ya en el
pág. 262. Pero también hubo "militares de ac- XX, los porcentajes disminuyan no será por re-
ción" en el principismo (Julio Herrera y Obres: ducción de las erogaciones militares sino por el
Escritos, Montevideo, 1949, pág. 76. incremento o aparición de otras, dentro del pro-
ceso de implementación de un Estado moderno
(38) José Pedro Barrán y Benjamín Nahum: medianamente dotado de los elementos de ac-
Historia rural del Uruguay moderno. Montevi- ción acostumbrados. En 1830, primer año del pe-
deo~ 1967, t. l. riodo constitucional los gastos del ejército repre·
sentaron S 557.000 en un total de S 806.000 (61 ~ ).
(39) En 1879 a los efectos del pago de Durante ia presidencia de Berro, que practicó .
la Contribución Directa aparecían en el in- una enérgica- política de contención de estos gas-
terior del país 12.450 contribuyentes orien- tos. los militares ascienden a S 924.000 en un to·
tales y 14.209 extranjeros. Los primeros re- tal· de $ 3.229.000 en el presupuesto de 1860
presentaban$ 48.780.000; los segundos$ 68.724.000 (29% ). El mismo porcentaje (29%) representa la
(Acevedo, op. cit. t. IV, pág. 69). relación durante el gobierno de Lorenzo Batlle
(40) Una penetrante configuración de estas (presupuesto de 1868): $ 1.568.000 en S 5.371.000.
tiranías cam1. 'Sinas y señores feudales en los In- Un abrupto ascenso sufren durante el comienzo
formes de Maille:fer ("Revista Histórica". t. de la· etapa militar en el gobierno de Pedro Vare-
Xt'\:VI, n9s. 76-78, págs. 351 y 370-372. Digamos la: S 2.430.000 es el presupuesto del Ministerio de
de paso que si alguna demostración necesitara Guerra en un total de $ 5.902.000 (41 %). Pese
de la carencia de sentido nacional -y por ello a la drástica política de contención presupuesta}
coalescente- de la participación oriental en la de 1876, primer año del gobierno de Laton·e las
masacre paraguaya, bastaría esta situación que erogaciones militares suben al 49%: $ 2.205.000
fue su secuela. en $ 4.552.000. Pero en .el de 1878 el porcentaje
ha descendido al 32%: S 2.142.000 en S 6.794.000;
(41) Sobre la colaboración civil con Latorre: en el del 1880 se marca una caída más pronun-
Eduardo de Salterain y Herrera: Laiorre: la uni- ciada aún: $ 1.870.000 para gastos militares en un
dad nacional. Montevideo, 1952, págs. 197-198, total de $ 8.869.000 (21 %). La torre practica para
369 et passim; Acevedó, op. cit. t. IV, págs. 13-14, ello una dura política de supresiones: la del Re-
17~19, 25, etc; Pivel Devoto, Historia de los par- gimiento de Caballería n9 1 y el EatalióJ!! Cuarto
tidos políticos, cit, t. II, Montevideo, 1943, págs. de Cazadores en 1879, el Sexto de Cazadore~ po-
187 y 195-197. co después; corta la corriente de retiros y difi-
culta las posibilidades de pedidos de baja. Con
(42) Sobre los abusos de la época de Latorre, Santos, los gastos militares suben pero, por lo
Acevedo, op. cit. t. IV, págs. 15-19, 132, 134; so- menos los públicos y planillados, no demasiado:
bre los de la época de Santos, ídem op. y t., págs. el 27% del total representan tanto las erogacio-
161-163; 186-189. A ese tipo de hechos debe su- nes castrenses en el presupuesto de 1883:
marse una larga serie de peleas, duelos, insultos, S 2.732.000 en S 9.925.000 como en el de
generalmente entre jefes y periodistas, a lo lar- 1885-1886: S 3.615.000 en S 13.365.000. Sustancial
de esos años: algunos episodios en Acevedo: rebaja han· sufrido estas ·proporciones veinte y
pág. 356, t. IV, págs. 16, 161-163, 186, 274. venticinco años más tarde. ya en nuestro siglo
Las escenas de la dictadura de La±orre, es- dmante la primera y segunda presidencia de
por Domingo Arena para "El Dia". en Batlle: S 2.369.000 en S 19.179.000 (12%)

23 1 MARZO 1 :;;¡ 1:)101


~n el presupuesto de 1906-1907; ~ 4.710.000 e.t1 r.~o Militar'' de 1886: Carlos A. Ohv1en, op. cr!..
$ 35.133.000 (13%) en el de 1912-13 (relación ero- pags. 59-64; Acevedó, op. cit. t. IV, pág:e. ~5;]
gativa muy pró:xima a la actual). El muy sustan- 362-363, 380-381. •
cial incremento de la población del país marca.
inversamente, un correlativo aumento de lá (62) Salteraín, op. cit., pág. 277.
tropa de línea: de 1870 hasta 1890 las cifras (63) Sobre su práctica de distribución de car-
se mantienen muy estables: con 2190 soldados gos militares a protegidos y servidores civile~
rasos se manejó Latorre, con 2417 Santos y con sobr': sus. dona.ciones dinerarias "brevi manu";
2564 Tajes: En. cambio, a principios de la pri- Ross1, artlcs. c1t., Acevedo, op. cit. t. IV, pág.
mera pres1dene1a. de Batlle los contingentes de 326; sobre el caos financiero de sus año~ de go-
l~nea_ ascienden a ~840 hombres y seguirán cre- bierno, Acevedo op. y t. cit. págs. 283. ~329-331
ciendo (datos extrmdos de Acevedo. op. cit.)· Sal- 454 et passim. · '
terain, op. cit. p. 154. Ver además nota n9 Í09.
(64) Sobre sus gestos: devoiución de los tró-
(48) En cuanto a la tropa de línea siempre feos ganad~s .en la guerra del Paraguay, pensio·
fue más bajo la paga del soldado (cuando lo oer- nes a los v1e¡os prohombres colorados, e1 trasla-
cibía) que el del peón de estancia. Las remune- do de los restos de Leandro Gómez, el perdón
raciones de la oficialidad estubieron congeladas tras de Quebracho, la Conciliación, diversas acti-
entre 1835 y 1.~15 (Acevedo op. cit. t. V, pág. 647). tudes con sus colaboradores y enemigos: Aceve-
Para la cuest10n de los sueldos a principios del d?, ?P· cit. ~· IV; págs. 259, 268-269, 276, 331; Oli-
siglo XX contiene material interesante: Coronel vien, op. cit. pags. 81-84, 114-115.
Cándido Robido: Colección de artículos sobre
l!sun±os militares. (65) Caudillos políticos y militares débilmen-
te profesionalizados, sólo corresponden en par·
(49) Ver 9atos en el libro de Lockhart sobre te al dechado Artigas, Rivera, Oribe, Flo~es.
los Galarza, clt. y nota 63.
(66) Sobre antecedentes del ejército como
(50) V. n. 31 y Salterain, op. cit. pág. 333. ''grupo de presión": Acevedo, op. cit. t. II. págs.
{51) Sobre el coloradismo de Santos: Aceve- 46-47, 455-456. .
d.o op. cit. t. IV, págs. 159, 271, 278-280 et pas- (67) Sobre la imposlClOn de Ellauri: Aeeve·
slm; sobre sus relaciones con los caudillos blan- do, op. cit. t. III, pág. 687.
cos: C. A. Olivieri, op. cit. págs. 113-128 y Ró·
mulo Rossi: artics. cit. (68) V. José Luciano Martínez: General Má-
ximo Santos ante la historia, Montevideo 195Z
(52) Acevedo, op. cit. t. IV, pág. 159. pág. 19. ' '
.<~3)
r:avid _ East::m: A ~ys!ems analysis of (69) Salterain, op. cit pág. 139-140. eon el
~ohhcal hfe, New York-London. John Wiley &
te~to de la p~oclama . .I:os dos ingredientes qua
Sons, 1967, p. 304. · · :renala Salteram son ev1dentes pero también lu-
{5~)Carta ~- Félix Buxareo sobre los ''de- cen las dos motivaciones clásicas del golpe mili-
:";rra\gados parisienses", en Salterain, op. cit .. t~r (e~. O~ho~ d7 Eguil~or y Beltrán, op. cit.):
pa~. "'34. Santos, a pesar de sus alharacas nacio~ 1·: la meflcac1a, mcapac1dad y corrupción de la,_
nal~stas tuvo. que ceder sobre puntos de dignidad
autoridades civiles (las nulidades serias, los hom-
nac10nal en Importantes ocasiones (Acevedo op bres desprestigiados que no escuchan las justísí-
dt. t. IV, págs. 266-268, 281-282, 365.) ' . mas exigencias de la campaña, que no enfrentan
la crisis económica, el mayor descreimiento); 29:
.<55) Sobre igualitarismo en el "sentido edu- la identificación del ejército y la· comunidad por
ea.hvo" d_r: lo~ trabajos del Taller" de Adoquines: encima del sistema político (la fuerza de línn
Romulo .l:i.ossl! Recuerdos y crónicas de Antaño qu• entre nosotros TiTe con las. emocione; del
(t. I~. Montevideo, 1922; sobre castigos a los es- pueblo).
!;mcleros _rico.s: Lui~ .Melián Lafinur: prólogo a.
t..Ofi Part1dos Tradlc!onale:; Montevideo 1922 (70) En ,José Lucíano Martinez, op. ct.t..
p. XLIII. ' - ' ~· ' pag. 2a.
(56) Morr:!:s Janowítz; 'rhlll mili1~r'f _. . cit (71) Acevedó, op. cit. t. IV, pag. líl.
págs~ 26, 63-67 ~ (72) Vale la pena observar oue poco tuvo
C5?) Pível: Historia de los parndos ... cit. t.
que ver ese desplazamiento con la
acción de ra-
primir la voluntad popular a que aludirá Rodó
p:: pags. 18_1:132, 183-184; Salterain, op. cit. pág. en su caracterización del militarismo en la pá·
~?O: sus cntlcas al lujo eclesiástico, su tren de
gina El ejército y el ciudadano, que más adelan~
v;da guarni~ional y campechano; Acevedo, op. te se menciona. La voluntad popular no se hizo
clt. t. IV, par.p. 9, 14, 16-18, 128, 133.
presente en las alternativas políticas de esa
(58) Sobre todo en el conflicto con el Juez época y aun es dudable que ella existiera, salvo
Dr: Fel!~, sobre los remi.tidos al Taller de Ado- por las vías, ya "anómicas", sin rumbo, de la re·
qumes \.h.cevedo, op. clt. i. IV, págs 12 29 vuelta montonera.
128-129). ' . ' '
(73) V. n. 20.
(59) Salterain. op. cit. pógs. 281-::~33.
(í.}) A es-2 o:,-r;c1::;r de vptn" Q H~",Q(1 '.?!' traS Pl
re¡, L •o 1J>·; ···tal c.· L.,~ e'"'-· '43 +15 •1• l r:~::: :::r·'. úl,__ l.:..:.t-}, c. ,~ z e o:-tc
.:·rk::.~~.:ii·' :;, ~i~¡1-te·\~;¿~~~~ it}'3s. P'"'ág~<-7~~ ... r-....f>::;re el e ·, db.rio · 1 P -ü<: . d<: 1 .. 6
e>? junio d0 c.:. s~t afirmación d.2 q _e -:;: :C:o
d que no s~a el e:;erc1to son ebmcn~os co;;c;iyu-.

~/'..:..G ;_ :=;, CUAD~RNOS DE MAR~rlA


vantes, son xuerzas subalternas .que se aceptan, (86) En vísperas a.s ia asunclon uet -ool:l'er
hacen servir ( ... ) las formas se conservan. pero del Dr. CampJsteguy -febrero de · 1967-- ante
el espíritu muere; hay un Presidente de la Re- ciertas maniobras del sector nacionalista d~l Se-
pública. hay Ministros, hay Cámaras, hay Tribu- nado, renuente a validar la reñida elección. Bat-
nales, pero el alma de las instituciones ha de- lle habría propuesto al ministro de Guerra d!!!
saparecido (en Ariosto D. González, op. cit. págs. Sen·ato, general Ruprecht, Ja consiitución de una
64-66). junta militar, presidida por él, Batlie y Ord<).,
ñez, con el propósito de dejar posteriormente pa-
(75) Sobre esos temores: el editorial de HEJ so al candidato presidencial que consideraba la-
plata" de 19-6-1881 (en Ariosto D. González, op. galmenle electo. (El testimonio del general Ru-
cit. pág. il), Melián Lafinur, en prólogo a la precht y documentos complementarios en Jos~
misma obra, pág. XLII y sobre todo el manifies- Luciano Martínez: Gabriel Tena, Montevideo,
to de Angel Floro Costa contra Latorre, vincu- 193i, págs. 366-371): sobre este episodio de ''la
lando a este con los ardores egalitarios del so- Cerrillada": Acevedo. op. ciL t. VI. págs. 295-
:ialismo moderno: en Nirvana (1880), Montevi- 296. Pasando por encima de su jerarca, que era
deo, Dornaleche y Reyes, 1899, 2~ edic. pág. 7i. Serrato, observemos, Batlle proponía a Ruprechí;
un tipo de junta militar con funciones üdeicomi.
(76) En idem, págs. 104-105. sarias muy breves.
(77) Sobre este punto: R. Rossi: artics. cit., (87) Carlos Bañales, artíc. cit. en 11. l, p~
C. A. Olivieri, op. cit., págs. 177-180. gina 42.
(78) Un indicio: el rechazo del proyecto de (88) Esie elemento utópico se hacía
.Juan P. Castro limitando las potestades del pre- te, incluso, en la aceptación de ciertos
sidente en materia de creación de cargos mili- la facticidad histórica, como en su re{:or·da.do
tares de coronel abajo (Acevedo, op. cit., t. IV, proyecto sobre el uso de la fuerza al
pág. 453). de la justicia y para imponer la pr•25Emtado
(79) V. n. n9 105. en la Conferencia de la Paz de la

(80) En Narraciones, de Manuel Bernández. (89) En las bases de paz


Montevideo, Biblioteca Artigas, 1955. silio Muñoz, tras ia muerte
v. Acevedo, op. cit. t. V, pág. 276.
(81) V. ¿Revolución o motín? Cuestas y el
4 de julio de 1898, Montevideo, 1932, de Rómu- (90) Juan Pedro Castro en El r_.ens=icnt¡;:;
lo Rossi, un periodista generalmente desdeñado civil del país orien±ando los problemas de la De~
por los especialistas, que utilizó para su traba- fensa Nacional y de la !ns±rucción !v~ni±ar
jo los testimonios, vivaces, generalmente con- gatoria, Montevideo, 1vl:ini.sterio de Defensa
tradictorios, de gran cantidad de sobrevivientes cional, 1944, pág. 77.
de ese episodio. (91) Idem, págs. F<~l.
(82) La plana mayor de jefes de decisiva ac- (92) Incluso el ilustr"C aforisrno ~ob:·e ''J.¡¡.
tuación: Miguel A. Navajas, Ricardo Flores, Si- violencia, partera de la hbtori0.. en él.
món Martínez, Santos Arribio. Plácido Casarie- nada menos que en
go, Ricardo Estevan, Zenón de Tezanos, Casimi- pero todavía audaz hi¡póí;esls de 0.'-1e si Pr€7iÜ'"'~
ro García, Valentín Martínez, Andrés Klinger, cieran en Rusia las fendendl:ls r'"-
Arturo Isasmendi, Esteban Pollo, etc. volución que ha iniciado
(83) Gabriel Almond, en The polines of ihe caso muy probable" (idem, pág.
d.eveloping areas, edit. ~or James A. Colernan,
Princeton University Pi·ess, 1960, págs. 33-45. (93) Uno de los decreLos
diantes universitarios·'
(84) V. el caso de Galarza. en W. Lockhart.. ción -1 '-' y 2'? af,o--
op. cit. o el del coronel José Chiappara en Flo~ entonces enseñante, a
res en Alfredo Lepro: La casa de la calle Mon- yecto de ley encarpetado
tevideo, Montevideo, 1968, págs. 48-49 et passim. quitas se pl".leba en las saJJdone5:
La \!an·era de José V. Urrutia, ascendido al ge- a enrolarse se castigaba n1·i'·"''"'"n
neralato desde la condición inicial de empleado examen en el caso de
de comercio, en mérito a sus funciones adminis- y con la expulsión de la
trativas junto a Justino Muniz v más tarde ca- rios {V. El Pens civil ..
éÍGJ.Ue departamental colorado cie Cerro Largo, VI, págs· 57, 121-122,
es· también muy expresiva de esta politización
de las fuerzas armadas. (94) V. José Lu.cíano
Milicia, Montevideo, 1920,
(85) Nos referimos al peso coactivo, direc-
de las fuerzas armadas. El uso de los contin- (95) En "El Día" (de la tarde) 29 de .febrero
i~luílbil:imtaili1ci. ótanres con fines electorales, pese a la de 1920. la defensa del oue no se
·~ que para la tropa de línea hacía la ejecúción del himno ñacional porque
la carta constitucional de 1830 no sólo fue enfriarse la cabeza.
t< /·~~J~~~~~~ tradición durante el siglo pasado
10 op. cit., t. III, págs. 577-560; t. IV, (96) V, editoriales de "Avanzar" de Julio
85, 493 et passim), sino que, como César Grauert. del 31 de enero y de agosto
tradición, se prolongó, aunque más de- de 1931, en ' Kurken Didizian: Julio César
durante las dos primeras décadas dEt Gr!l.uert, discip!Jl.:; da 'Bal:llll, Montevh:l.eo, Hl6'í,
centuria. pág¡¡¡., 52-SO.
(97) Lo~ oficiales y subal,±erx:os _del ejér~i- (107} ..,uore la política de!enslsta de Batlle
1o (. .... ) son en su gran mayona r1ver1sias, sosls- y de Williman: compra de ametralladoras Colt
:tas y aun nacionalistas, sólo en una mínima par- y otras armas, adquisición de naves de guerra,
:te bai!listas. Entre los jefes hay efectivamente aumento de las tropas de linea, redistribución
.bastantes partidarios y amigos suy_os pero ( ... ) de zonas militares, etc.: Milton I. Vanger: Jos~
no :tienen el ascendiente indispensable para com- Baflle y Ordóñez el creador de su iiempo, Bue-
.prometer sus unidades (gener?-1_ Guille~mo Ru- nos Aires, EUDEBA, 1968, págs. 84-85. 161, 239·
precht febrero de 1927, en Jose L. Martmez: op. 2r±o. Arq. José G. Williman, op. cit., págs. 487-
cit. t.' II, pág. 366). El testimonio de un jefe 503; Acevedo, op. cit., t. V, págs. 262, 525-526,
n&cionalista de data posterior: general Huáscar 683.
Toscano en Alberto Eirale: Memoria de un mé-
dico, Montevideo, 1957, 3:¡. edición, págs. 288-290. (108) De 1907 es la Sanidad Militar de 1916
la Intendencia G-eneral de Guerra, el Arsenal
(98) Una evidencia estampada dentro del
mismo sector militar: teniente coronel (R.) Isi- Genei"al de Marina y la Escu·ela de Mecánica,
dro Guixé: Proceso al capitán Camilo Rodríguez- de 1919 la reorganización de la Justicia Militar;
Defensa del. . . Montevideo, s. f. (1945), Oficina de 1925 el Servicio Geográfico l.Vhlitar, el S.er-
Nacional de Taquígrafos, pág. 17. v!cio de Construcciones Militare:; la Veterina·
ria Militar, el Cuerpo de Ingenieros.
(99) De Tajes a Batlle tres generales minis-
tros repetidas veces dominaron el panorama: (109) Pues es obvio, por ejemplo, que las
Luis Eduardo Pérez, Pedro de León y, sobre to- 9. 300 plazas de la tropa en 1914 -segunda pre·
do. Pedro Callorda. En los períodos de Batlle, sidencia de Batlle- representan más respecto a
WÍlliman y Viera lo hacen Eduardo Vázquez y una población del país de l. 315. OÓO habitantes
.Juan Bernassa y Jerez. En las presidencias de (0. 70%) (Acevedo, op. cit., t. V, págs. 546, 683),
Brum y Serrato sobresalen los generales Sebas- que los 2.190 soldados rasos de La torre en una
tián Buquet, Roberto Riveros y Guillermo Ru- población de 450.000 habitantes -cálculos de
precht. Durante el mando de Campisteguy sobre Vaillant- (0.49% ), o las 13.400 plazas de nues-
todo el general Dubra. Con Terra: Mendívil, Ló- tros días con una población de dos millones y
pez Vidaur y Gomeza. Con Baldomir y Arnéza- medio largos.
ga, los generales Ca.'11pos y Roletti. Después las
situaciones de preeminencia son más confusas (110) "La raza cósmica", Madrid, ~~:.:!. pág.
o más cortas. 142.

(100) V. n. 92. (111) La acción masónica, como es común el'l


los grupos de carácter secreto o discreto no .es
(~01) Es el prime1· texto que compone "El fácil de verificar, si falta, como falta, el acceso
Cii.mmo de Paros"; en El pensamiento... cit. a los archivos de las logias. Pero firmes infe-
págs. 11-13. rencias del volumen de la Presencia masónica
en las fuerzas armadas pueden extraerse de al-
(102) El Ejército y la Demagogia, Montevi- gún ocasional material publicado: por ejemplo
deo, 1930, con discursos de los generales Dubra el folleto, con discursos del doctor Carlos· Tra-
:, Campos y del C. Carlos Baldomir. vieso y el general Jaime Bravo Al Sob:. Gr:.
(103) Op. cit., págs. 16-19. Maest:. Gr:. Com:. de la Or:. Mas:. en la
Rca. Oriental del Uruguay Gral. don Telémaco
{104) Idem, págs. 27-27. Braida, en el 47<? aniversario de su iniciación.
Montevideo, 1930.
(105) lultecedentes fundacionales de las dos
escuelas -militar y naval-: la "Escuela Mili- (112) Hasta nuestros días se reiteran en las
tar Oriental" de 1858, la Escuela de Náutica" fuerzas armadas algunos nombres y apellidos,
de 1863, etc., en Acevedo, op. cit., t. II, pág. 275, vgr. Atanasildo Suárez, Ventura Rodríguez,
t. III, págs. 215, 237, t. IV págs. 244, 363, 480, Eduardo Vázquez, Esteban Cristy, etc.
605, 606; t. V, págs. 107, 108, 250; en Carlos A
Olivieri, op. cit., págs. 2731, 33-34, 54, 59-67, 73- (113) V. n. 48.
74; en "Revista Histórica", t. XVIII, nos. 52-54, (114) Ley de Montepío militar de 11 de f.e·
pág. 247; en Florencia César González: Ejérciio brero de 1911; ley de ascensos de 28 de enero
del Uruguay, Montevideo, 1903, págs. 121-128; de 1919 (que limitó a 966 el número de oficiales);
en el Libro del Centenario de "Diario del Pla- ley de jerarquías y retiros de 19 de febrero de
ta" (1930), págs. 236; sobre el proceso fundacio- 1919.
nal de la Escuela Naval: Arq. José C. Willi-
man: El Dr. Claudia Williman: su vida públlca, (115) En su artículo 24; cf. Juan Antonio
Montevideo., 1957, págs. 499-500; sobre la escue- Buera: El Ejérciio en la Democracia, Montevideo,
la Militar de Aviación y la ley del 20 de noviem- 1918.
bre de 1916: Libre del Cen:tenario.,..cit., pág. 236
(116) Han sido recogidos en El Pensamien-
y Acevedo, op. e!~.. t. V, pág. 683, t. VI, págs.
47-48, 122.
io ... cit. Antecedentes previos al proyecto Sal-
terain. vinculados con la institución de la Guar-
(106) El presidente Williman entabló tra- dia Nacional: Acevedo, op. cit. t. !, pág. 371, t.
tativas para traerlas; el estallido de la guerra III, págs. 235-237.
del 14 hace fracasar el envío de la primera mi- (117) El pensamiento ... cit., págs. 77,84-86;
Sión; durante su presidencia, Brum obtiene de Luis ·Alberto de Herrera: El Uruguay interna-
nuevo autorización para gestionarla (Acevedo, cional, París, Bernard Grasset, 1912, págs. 313·
1 P. cit., t. V, págs. 682-683, t. VI, págs. 267-268.
316.
(118) Sobre estos proyectos: Acevedo, op. s las consideracwnes t-ulltlco-mllltares en torno
cit. t. V, págs. 414, 626; t. VI, págs. 121-122. El al hecho de que regularmente no se enfrentan
presidente Brum instituyó por vía reglamenta· duraderamente un país fuert~ y otro débil y de
ria los polígonos de tiro abiertos (idem. t. VI, que aquel que se nalle debidamente preparado
pág. 268). podrá contar con poderosos amigos y aliados.
(119) V. El pensamiento ... cit.: págs. 18-20 (122) Ley de julio 20 de 1940, n9 9.943. so-
et passim que un pueblo que se desarme renun bre instrucción militar. Mantiene el ejércit~ de
cia previamente a su libertad y se expone a h. 2nganche pero establece la conscripción entre los
esclavitud por parte de otros, más codiciosos y i8 y los 45 años y forma con su caudal cliver·
más fuertes, etc. fueron reflexiones que se plan· ;as reservas: "activa", "móvil", "territorial". Im-
tearon reiteradamente. con cierta contundencia 9lanta la instrucción gimnástica pre-militar en·
de axioma. · tre los 10 y los 18 años; entre los 18 y los 21
(120) Luis E. Azarola Gil: El Uruguay y sus o:tños preceptúa la instrucción militar de 160
problemas,· París, Ollendorf, 1911, págs. 115-155: :1oras anuales y de los 21 a los 30 años la concu-
Luis Alberto de Herrera, op. cit. págs. 260-261, rrencia a las maniobras.
313-316, 393; El pensamiento civil ... cit., págs.
177-179; César Pintos Diago: Luis Alberto de (123) Cf. El pensamiento civil. .. cit., p. 129,
Herrera, Montevideo, Claudia García, 1930, págs.
131, 228-230, 315-320, 327. (124) De setiembre a diciembre de 1943 l'ii
,Jroyectó la reforma, agitándose distintas esferas,
(121) En El pensamiento civil ... cit., pags. .;e realizó un ciclo de conferencias por ondas del·
16-36, transcribe el pensamiento de Batlle so· Sodre, etc.
bre el tema, incluyendo la interesante reflexión
sobre el poder de obligar a la prestación (p. 24) (125) Acevedo, op. cit., i:. Vl, págs. 411-1.1:t
GUILLERMO VA.ZQUEZ FRANCO

EL MILITARISMO.
BRAZO ARM DO
DE LA OLIGARQUIA
ideal y el país rc:al fue, a lo largo de todo 1!i
C cuarentaelaiíosUruguay
CAl'\DO llevaba ya más de
de vida constitucional, ha- siglo XIX, el signo u-<ígico ele la historia ~
la comarca.
bía acumulado una larga, ininterrumpida se-
rie de fracasos, lógico resultado dt> su secun- La mediocre intelectualidad urbana, em~
daria función ele país epigonal. fiada en ignorar la presencia y la gravitación
Aparte de una impotencia natural. deriva- cie una sólida estructura económico-social (y
da de los artificiales orígenes de su indepen- cultural), quiso resolver el problema achacán-
denci.'l formal, el país pagaba permanente tri- dole la barbarie a las rústicas {ormas de vida
buto a una debilidad intrínseca -economía, del país ecuestre, mientras se reservaba para
población, en fin, historia- por donde se es- si. el redentor papel civilizador.
tancaba sin acertar movimientos. Y su cla.>e .\nálogo dualismo estaba también plantea-
dirigente tampoco tuvo grandeza para empi- Jo en el resto del Río de la Plata, con la di-
narse por sobre la inmediatez de la situación ferencia que los mismos términos, protagoni!-
~- plantear el problema a escala rioplatense. tas de un mismo drama esencial, tenían una
Todo el programa político se reducía -;' mayor fuerza intrínseca, y si el choque, por
la Constitución es el primer te,timunio- a lu mismo, fue m;\s violento, también fue má~
un plagio de soluciones europeas. porque tal- fecundo que en esta provincia venida a repú·
taba imaginación. audacia y coraje para for- blica por ajenos intereses y dóciles cancille-
mular un auténtico análisis independiente y, rías.
por lo tanto, original. Con las excepciones de El país en 1830 fue proyectado a ímagen -.¡
Bernardo Berro y José Pedro Varela -fugaz- semejanza de los modelos casi mitológicos por-
mente, Manuel Henera y Obes- que fuerou que ;,La Comisión no tiene Ja vanidad de per-
los hombres más lúcidos del siglo XIX uru- suadirse que haya hecho una obra original;
guayo, nadie tuvo nunca un sentido clínico grande ni perfecta. Lo primero sería una ex-
suficientemente agudo para auscultar y diag- travagancia; porque en materia de Constitu-
nosticar las falencias del país real. ciones, seíi.ores, poco o nada nuevo hay que
\d,~ radicó con mucho, el drama histórico discurrir después que las naciones más civiJi.
~ "'.ío de la Plata que, en el Uruguay, -la zadas del globo han apurado las grandes ver-
provincia segregada,- se sintió con mayor dades de la política y resuelto sus más intrin.
agudeza, en la medida en que el impuesto cados problemas que antes nos eran descono-
aislamiento del resto de la nación, lo debilitó cidos". <1 l Pero, muy a pesar de esta obsecuen.
en progresión geométrica. cia in.telectua1, a poco andar, fue preciso ha-
Por eso, la oposición entre la constitución cerle un sitio al país real, cuya presencia ~
ilizo sentir con don Frutos Rivera, caudillv Estas opiniones se sostenían al más alto
más despierto que ilusu-ado, para quien, "si nivel político, hacia mediados del siglo. Una
ese librito (la Constitución) molesta, lo rom- década después (1864), otro hombre con auto-
pemos". ridad para hablar, decía: "La constitución de
!a república contiene disposiciones que la ex-
El PA[S EN ~ONFl!CTO periencia de los aüos transcurridos, desde que
fue puesta en vigor, ha demostrado ser muy
A partir de la teoría constitucional y de inconvenientes. Contiene también otras que
este p1:imer ensayo político, el Uruguay ape- e~a misma experiencia ha mostrado ser imprac-
ló sucesivamente a distintas soluciones, sin ticables. Para evitar lo primero y suplir lo se-
cuidarse ni poco ni mucho de la vigencia de gundo, se ha hecho lo que la constitución
la norma jurídica. El "librito" no hubo nece- prohíbe y no se ha practicado lo que ella man-
~idad de romperlo, bastó con ignorarlo cuan-_ da, es decir, se ha creído encontrar en su
do era preciso e invocarlo cuando era conve- violación un bien y un deber; y en su obser-
niente. vación un mal y una culpa:
Observadores directos del proceso podían, "Excuso demostrar el desorden moral, d
sin violencia, captar y bocetar la realidad que extravío ele ideas que esto ha de producir y
''ivían: "( ... ) No son las instituciones políti- sus funestas consecuencias . .Me limito por lo
cas la primera necesidad ele un país nuevo, tanto a proponer a vuestra honesta e ilustrada
despoblado, ignorante al último grado, sin consideración, la cuestión siguiente: ¿Qué es
costumbres, sin creencias, sin capitales, en una mejor, violar la constitución para evitar el mal
palabra, en las condiciones del nuestro, que c.¡ue de observarla viene, o corregirla para su-
son las de todos los estados de nuestro conti primir ese mal y esa violación?" (3)
nente, con rara excepción". Estos juicios ilevantables, entre otras cosas,
"Todo lo contrario; y ele ahí sus desgracias. por venir de quien vienen, sólo recogían
Por haberse invertido el orden natural. po1 !o., comprobados resultados de una realid;td
haber empezado por donde debió acabarse: que marchaba por sus cauces naturales con in-
por haber persistido en el error muy discul- diferencia de los cauces jurídicos de los que
pable de nuestros padres; por el empeiio de e~taba totalmente divorciada. Así, la presiden-
tener, antes de todo constituciones escritas en cia de Rivera, ele puro corte cauclillesco, fue
una o dos noches de vigilia, sin conocimiento constí tucional en la medida en g ue el titular
de !a fisonomía característica de los pueblos dé'! pc.•cler real lo era también el poder teóri-
para quienes se daban: constituciones que erau co: en verdad, Rivera neutraliza la presidencia
eJ fruto del orgullo y la vanidad propia de las cie la república, ocupándola, <4 > mientras atien-
üvilizaciones postizas, es que los estadoS de de los problemas inherentes a su condición
la América Española se encuentran en la mi- e~encial, entre los cuales, las revoluciones plan-
.serable condición en que viven y que los tie- teadas por Lavalleja, antes que efectos de !a
nen botado~ a la risa y al sarcasmo ele los pue- artificiosiclad internacional rioplatense (Y sin
blos verdaderamente civilizados." perjuicio de ello) fueron también, en lo inmt·
''( .. . ) Países como el nuescro lo que re- cliato, aspectos de una lucha librada por d
cuieren son buenas leyes administrativas v eco- unicato caudillesco.
~ómicas que favorezcan la riqueza y el c{.édito La sucesión presidencial rompió el encanto
v nos traigan orden. El mal de nuestra cons- de la aparente armonía. Oribe quiso ejercer
titución está en que no se cumple, en que la presidencia conforme con la ceoría constitu-
es una mentira en la práctica, en que es impo- cional y entonces, la realidad le pidió cuentas
tente para luchar con nuestras tendencias indo- de su desatino. A esta altura, tras el aspecto per-
mables a la desorganización; en que nadie la sonalista, era una lucha entre sistemas: el ru-
acepta sino para cobijar sus malas pasiones; ral, ecuestre y bravío pero auténtico y el ur-
en que los hábitos ele nuestra tradición revo- bano, burgués, portuario, acartonado y, en de-
lucionaria son más fuertes que los más sanos finitiva, extraño.
preceptos de orden y disciplina; en que las Era aquella una pulseada a muerte por so-
preocupaciones y las pasiones selváticas, hacen meter o proteger una forma de vida; por per-
la base ele nuestras costumbres; en una pala- der o conservar una cierta manera de indepen-
bra, en que no estamos preparados par<J la dencia. Era, por fin el duelo donde la "wcl-
exi~tencia política que nos hemos dado: eu que tangchanng" rural, _heroica y primitiva, se de-
no sabemos o no queremos comprender esa fendía instintivamente ele la agresiva suficien-
verdad". <2 ) cia ciudadana, imperialista y pedante. Ésta es,

CUADERNOS DE MARCMA
precisamente, la constante en la historia del el general Garzón. Picolet le dijo que el ge.
Uruguay segregado. (5) neral Garzón reunía todas las condiciones d~
La primera década de vida constitucional, caso; y Souza LeiHe no hizo ninguna o~:
arrojó un saldo desfavorable para las ilusiones vación a este respecto,". (6J
(tal vez alucinaciones) de la primera hora: el
país estaba en un conflicto que trascendía sus Lo solud6n wudillesea
fronteras y toda la década siguiente la vivió
bajo el signo de la llamada "Guerra Grande", Y aun tomado el diálogo a beneficio de in-
en cuyo transcurso se produjo la más radical ventario, no deja de ser cierto, que Gar·
v desembozada distorsión del sistema constitu- zón fue seleccionado para el cargo, bien que;
~íonal teórico, que debió coexistir con la re- no para esa oportunidad y, si no llegó ~
pública formalmente bicéfala, aunque, mejor desempeñarlo, fue porque le sobrevino la muer·
observada. nunca como en ese período, fue la te·, creándose un muy agudo problema de sug..
"1~epública acéfala", a fuer de la multiplica- ritución, resuelto gTacias al concurso de Juan
ción de autoridades y gobiernos que se dispu- Francisco Giró quien, pese a su prolongada
taban y se arrogaban el poder, mientí·as com- experiencia, accedió al cargo con el sincere~
5entían y condescendían en la enajenación de tanto como cándido propósito de practicar l;¡¡
una soberanía imposible de sostener. fusión como programa político fundamentaL
Al cabo de este conflicto tan peculiar dd .-\ la vuelta de un aüo y medio, la realidad
Río de la Plata, más allá de las declaraciones del territorio despachó al 'presideme que corrió
y convencionalismos del tratado ele paz del 8 de :.. buscar asilo en un bergantín extranjero,
octubre, la antigua Banda Oriental quiso El!· lllientras el poder volvía a los caudillos. El
.:auzarse, otra vez, por sendas teóricas: los par- rriunúrato, absolutameme imprevisto por lj.
ricios cargaron resignadamente con la respon constitución, e insólito en nuestras prácticai
sabilidad del pasado y, entonces, la terapéutica pabciegas, wmó la posta, que no modifica la
fue la fusión que tuvo su mentor en uno de cuestión el hecho de que dos triunviratos mu"
los más ilustres ignorantes que alumbrara el rieran muy al principio del ensayo tamo que;
páís: Andrés Lamas. Llno de ellos -Rivera- ni siquiera llegó 4
. La oligarquía urbana que había concebido tonur posesión.
un molde constitucional "standard", no quiso
De esta simación harto irregular, desde e1
apearse de ·una solución que contemplaba sus
punw de \·ista constitucional, emerge Flores,
,intereses de minoría, aunque en ello le fuera
Ctudillo ·e:n alce, p:u-a quien se crea un nuevo
el ··ser nacional".
c;:;.rgo que, dentro de lo relativo, sentará pre.
Cuenta la anécdota que durante la misión
cedeme. vol-;iéndose, si se quiere, hasta fami"
Howden-vValewsky (1847), se reunieron en una
Li:ll· para nuestr:~s soluciones políticas de emer=
cena en Bueno3 Aires, el ministro inglés lord
genci:t: "gobernador proyisorio".
Howden con el barón Picolet d'Hermillon
-representante sardo- Leonardo de Souza .-\ ese título ocupa lo que los porfiado~
Leitte Azevedo y Mr. Harris, diplomático es- constitucion::tlistas se empei'iaban en llamar
tadounidense y "( ... ) el referido lord buscaba "Poder Ejecutiyo", que no era nada más qu&
la· manera de documentarse sobre las persona- el ejercicio ele una autoridad de facto, cons.
lidades principales del Uruguay que pudieran t:tnte emre los ,n-atares de la maltrecha aut<r-
asumir la presidencia próxima de la república, ridacl legal.
hasta las elecciones del mes de marzo de 1848". Como de toda> maneras, la constitución tam"
Y continúa la descripción: "Lord Howden bién era un hecho. dentro de su esfera, tánto
empezó por pedir informes sobre don Floren- como lo era la europeizaut<:: mentalidad que
tino Castellanos y Souza Leitte Azevedo le con- la sostenía. ntelye a la superficie el régimen
téstó que este señor era argentino; y aquí lord jurídico, y el malhumorado Pereh·a se hac~
Howden, volviéndose hacia Picolet le dijo: cargo ele una prcsiclencía ~ojüra~ca, coiilo t~
.:entonces no es el caso», Preguntó de seguido nía que serlo en aquella sltuacwn por demai
quién era Gabriel Antonio Pereira y Souza conflicmal.
Leitte dijo que era un hombre sin opinión ni Reyo]ucíones y alzamientos mediante, don
moral, ebrio consuetudinario y de un carácter Gabriel cumple p'or primera vez en la histori4
arrebatado incapaz por lo mismo, de desempe- republicana, el período completo que la carta
ñar un puesto para el cual se necesitaban otras establecía, A su modo, expeditivo y pragmáti;
condiciones que las suyas" co, había intentado rambién él, realizar la af*'
"Por fin, lord Howden preguntó quien era teClda fu>ión y pasa la po5ta al último cre-yen-
te en Ia imposible unidad de los bandos: Ber- qLle unos a otro~ :,e oían, aplauOlall v ponde-
nardo Berro, cuva administración fue la quf' raban, tl Cruguay quedaba· librado ~ sí mi~­
m~ ~e acer¿ó a{ ideal constitucional, éi pesar mo, ocia yez más aislado de aquella especie
de la inaudita revolución que le planteó VF:- de aristocracia del intelecto, medio ridícula el\
nancio Flores, no tanto por la revolución en su tearralismo. inflexible en los ·'principios··
Ji misma, -fenómeno endémico en aquella que ie cLeran n01nbre como grupo. aunque' dc'-
cultura ecuestre,- cuanw por las condicione, C:t el llano arrabalero. lambién se les di,;til!-
inconfesables en que la libró, arrascranclo a la guia con el epítew de '"los doctore<'. devol-
:Antigua provincia a un IÜ\·el de sL!pedítación Yiendo así el tono peyoratiH> con que. cle,cL~
.sólo comparable al período del Sitio Grande. ,¡¡ allllra. estm príncipes caliJic::llnn a su' ad-
íl tal vez mayor. aún,, poryue er_¡. ,~sta nueva H'rs:u-io::: "'c0.ndomberos''_
:tapa de su desuno, el pat..; ltdJIO pagar con La Paz ele Abril, al tiempo que abrió un~t
¡u participacjón en una guerra qut dio g1orj:t f'>peranzada paz que result(J tregua en la;, lu-
~I Paraguay y al comercio .ie dio fonuna. chas de las nwntoncr:..ts. trajo consigo un reld-
Después, el v·uelve a[anosamenre a bu-;- ri,-o auge, lundamentalmeme financiero. con
ca:r los- cauces nunca enconir:tdos de la cons- L, comabida secueh de es¡1fculación, predo-
titución y otra vez la inexorable re::tlidad cau- minando sobre lo,; valore,; de rierras v riwlos.
dillesc:J., ~:J.le al cruc<C de las ilusimws de um, El principi:mto pues llega en un mon1emo pe-
porque~ r;;;cnrialrnentc. la siru:1ción er.t
burguesía ciudadan::t: Timoteo Aparicio, en su
i :d;;a_
tiempo el lancero más diestro y temible rlel Río
·de Ia..., Plata, n;-anda en jefe Ia;;, mes~ncla~ blan-
El país hacia 18/~ renia apena-; -!20.000
cas. l·ue aquella una revolucwn aJ meJor es- habir:uHes. de In,; cuales !O:í.OOO. esto es. un
\·[yizm en la zona urbana de .\lonrevi-
tilo gaucho, aquietada luego de clos aüos de co-
rrerlas a sable, boleadora y lanza seca. En abril deo aprovechando al:¿nnos. de !:1 tenue lü-
de 1872 se sella b paz, como todas . hajo el rrieme alcisr.<t.
úgno de la perpetuidad y, corno toda;; tam- :'lin c:mban:o. ''ntrt" 18/:l v !87'1. esto f'>,
bién, transitoria, conviniéndose repartir los de- durante el bie7Jio inmediato a;Herior al motin
partamentos como si fueran baronías. sin que c!t tne;·o ele 1875, ernpezaron a insinuarse algu-
w la solución, que bien consultaln los hecho,. nos indices de deterioro. Por ejemplo, el mon-
~e formulara la m8s mínima reserYa jurídica.
to LOta! de i:npuestos recaudado,, baja de pesos
9:900.0\lO.oo en 18/;) a 8:/00.0UO.oo en 18/4
' demro de e;,c totaL el parcial por concepto
de recaudación aclnanera. muy sintomático p3-
r:1 aquel r~gimcn financiero, baja también de
Lo cierto es que al arnparú oe Ln:t estatu~o ' /::í09.-l80.oo a S 6:509.8:l7.oo en cada ejerci-
tan con1o :inestable_. la e1irc intelcc· cio respectivamente.
iual montevideana se dio por [n a Li rarea Al mismo tiempo. la deuda pública se ele-
d.e realizar el .confon{le con sus teoría',. \;t ele S 39:;)~l:?.ll2.oo en 18/3 a S 42:3.~/.49:í.oo
:Fue su momento más propicio, alcanzado r;·- en 1S/-t mientras la amortización baja de
dén cuando el Eruguay cumplía cuarem.a Y _:, 1:9~Jl.820.oo a ,e, l:9lfiA:?6.oo en los dos
dos años de frustración. Ahora el principismo :nios: d<e ig:ual manera. >e paga meno:; po1
ínsito en la g-entración de la ConstituYente " 'oncemo de inrcrcse'i. comision<es · ,. gastos
floreciendo c'(m lucidez (v aúclez1 en , los hi- ,.-, ·Ul8/.09:í.oo ' :>:6ti2.122.oo) '''
jos, ensayará sus virtudes' y exhil;irá sus Yen- .-\si las cosas.' el problema se agudizó sobr<C
tajas. ('f) Por fin. alcanzadas la'l condicione> wdo por la lidia <entr<e Ja-; fracciones. sectores
políticamente óptimas para realizarse, le ha \. temlencias que se daban en las Cámara,;. en
Jlegado 1a oportunidad de dar al país la sus la prensa y, en fin, en todo lo que en la épo-
plrada fisonomía a la europea, garamizando a ct podía ser un medio de expre~ión del , c--
todos, incluso al de desharrapados anai duciclo circulo out dt:tentaba el Docler. La en-
fabews, el derecho a expresarse con absoluu si,; se tornó ft~ndamentalmente' p0lítica, cle-
libertad, aun por escrito; también entraba en ¡nosrranclo con la-; jornadas electorales de ene-
l::u: preo(upaciones la pureza del sufragio. el ro ele 1875, que tampoco aquellos teóricos :,.
respeto a, .!" propitdad y, en gener:d. b e.,,:d- taban preparados para el ejercicio democrúri-
tadón dc1 más cmdo individualisrno. co de las instituciones, Los que anduvieron a
El prindpismo en su apogeo, nunca csulvn tiros en b plaza Constitució-n, fueron los 11-
tan cerca del fracaso más rotundo, porque, a midonac!os caballeros ele levita v, namralmen-
la verdad. que enrre discursos v dcr:hmacione:> v. el gcm í o (9 ). P<ero el gran a usen te en e~as

CUADERNOS DE MARCHA
¡ornaaas we el elemento cauáillesco; esta cri- escándalo de h elegante oplmon
sis fue solamente urbana porque Timoteo ránea.
Aparicio se replegó en Florida y, garantizada En enero de 1875 los dados estaban echados,
que le fue la cuota de participación conveni- Ellauri, de rancia genealogía patricia, sin vo-
da en abril de 1872, se volvió de espaldas con cación para la politica y sin espínm de sacri-
indiferencia; en el atrio de la MaÚiz no po- ficio, aceptó a regaüadientes una presidencia
día batirse a lanza. de transacción v. en definitiva, ciebi•.J abandc"l-o
narla a la n1el~é~ de casi dos aüos de gc'Stión.
Sin duc:a no había podido clomiltar la temión
la solución cuartelercz ele las fuerzas que pugnaban; como decíamos,
la minoría principista, resentida por el retiro
Entonces, en la liza política interviene por ele la candidatura :\Iuiíoz, dificultaba la labor
primera y única vez, una fuerza que tampoco ele gobierno v el propio Ellau;:i, principista
es[aba prevista en los cálculos de los constiru- también, quedaba acalambrado entre la teoría
ventes o bien, si lo estaba (artículo 25) era, v ia realidad política.
jJrecisamente para bloquearla: la fuerza mi- , El incidente del Iü de enero, deri;;ado de
litar. unas elecciones secundarias . Jue suficiente
Cuando Ellauri, en tardía reacción se re- ra que los jefes de ia guarniric~)n n1ilt r:tr =le
fiere públicamente a los acontecimientos di- l\fontevicleo se pronunciaran CC!illt:1 el
ciendo: "( ... ) Si a un gobierno que rinde así men, depusieran al presideme consriwcíona1
culto a la lev, no lo apova1
la opinión, vo no y organizaran, sin solución de un
puedo dedu¿ir sino una ..:osa: que lo que el "gobierno provisorio" (otro
pueblo pretende es lo que yo no consentiría El militarismo, yigilanre desde la rni~nu
nunca, que el gobierno participe de sus pa- elección de Ellauri a quie-n había sosre-nido.
siones, que recoja un girón de la patria, que se echó a anclar.
desgarre la anarquía y tome parte también en
En realidad, no de
ella constituyéndose en opresor de las liber- un "militarismo" e:;tricto, que sus Íl1h:.,.
t:J.des y protector de la licencia de otros", (10 l
grantes eran 1nucho rnús J.e los cn:u:~
en ese momento el principismo había fracasa- tele-; que de escuelas, cntrC' oLras cos~is porque1
do; el propio Ellauri, salido de sns filas y en
a despecho de un e en.
ejercicio de la primera magistratura le extien- S:lYO realizado con la Orien.
de la nartida ele defunción. taÍ" (l858jl8G:;), ia e~cuela militar qwo
Se había vuelto otra vez al punto cero; se ll:1n:a~a a in1p:1;·tir u:1a ;·rl~eftzrn;a
estaba nuevamente como en 1830_ En reali- p;·oteswna!. reoen se tunet:l
cbd se e-staba peor porque a diferencia de en- como c•msrcucncia ele
tonces, una inexorable experiencia acumulada. t;>nto aprcsuradr•.
venía a demostrar que todas ias soluciones ha- Por lo den1ás, el grupo lHOtine:_-o del 1 •.~
bían sido va ensayadas con ig-ual resultado ne- un genuino producto ck is"'· rTa " los
W;tivo. Pr;Ícticaménte el paí~, hacia 1875. no cuarteles.
tenía reservas. Esto puede explicar por qué
el militarismo viene solo: se había producido
un vacío de poder. La oligarquía había agota-
LOS MiliTARES EN SU SALSA
do su oferta al cabo de cuarenta aJios de ca-
Por esos aüos, -prinop!Os del úitimo
bildeos, entregas, renunciamientos, alianzas, an-
cuarto del siglo-, el país :1siste al espectáculo
tagonismos y equilibrios, todo dentro de la
de una generación auiva, 1 ¡-almeme premam- .
mayor esterilidad.
ra, que dejará una huelia prolund:1 en la his-
Sin embargo, lo que había fallado era el toria del Uruguay, ele la cu:Jl José: l'edro Ya-
método, nada más; la filosofía misma del sis- rela, héroe nacional a los 39 aííos, es sin du-
tema no estaba en juego, tanto que el grupo da, su exponeme más ilustre.
militar y motinero tratará ele imponerla por Y los motineros ele 1875 que, obviamente
los procedimientos más espurios y repugnantes no tienen ni su talento ni sus ~irtudes, en Glll1·
para la remilgada estimación de los principis- bio, en cierta manera, participan, en lo esen-
tas. El liberalismo, con apenas mínimas con- cial, ele su arrojo y, ele algún modo, también
cesiones, se realizará, precisamente, gracias a de su audacia, representando, tanibién dentro
esta generación cuartelera, prepotente y des- ele lo relativo, la gravitación de aquelía ge-
prejuiciada que tomará por el atajo ante el neración nueva.
B:-tsta consultar los antecedentes de lo~ ac· no que todos dejan librado al coraJe y al ano-
Lores de .rnavnr responsabilidad en aquello'- Íü el resultado final de sus hazañas que '>E:
advertir que se trata de miden siempre en términos de intrepidez; gran
tal v~z dernasja- resistencia a la fatiga y al dolor (cuenta la
;::n rcJ.ación a la graduación jer3r~ anécdota que a Lawrre, en un hospital de
Gue ostentan y a. la responsabilidad po- ,;angn'. le extrajeron en frío un proyectil in-
ciue asun1en. (Í t) . crustado en la ingle con el solo apoyo de un
El rn~ís paiiuclo que destrozó entre sus dientes).
Lorenzo I~atorre. tiene-: Estos hümbres, en todo cas(l, podían agre-
;;ar algunas estratagemas que les inspiraba su
:_:stucia criolla o les aconsejaba la experienci::.
brgamente acumulada v trasmitida a travi:s
de Yarias generaciones de guerreros de su n1is-
aun cua.ndo todo.'- rna la\;a.
han hecho una c::urera rela.Ü\'an:ente Co.n estos rasgos, en la medida en que lo,
t~!rnpoco osrc:1tan ccontecimientos ofrezcan las necesarias oponu-
el escal::fón uit;ades (y ya vere1nos que se ofrecían genero-
son coronelt:s. t:..=t1 ~;1mente), estos guerreros vocacionales hacíali
rrtcls opc:·- r{tpida carrera si no n1orían en cada acción.
lo') den1~b porque los grados se Jo;; jug<'bzm mano a mano
:1 la muerte .

.'\sí, caracterizados, más que por el valor


personal,- por un coraje cerril que no discier-
ne el peligro, a todos estos hombres, -de lo
uue m-uv bien podríamos llamar la "genera-
es cierto q ut-:- ,:1ón cu~rtelera"~- les tocó vivir una- époc<t
no fecunda en guerras o-uentas. sucedidas a bre- ·
contorno tl!i w:s intervalos_ En efecto, a partir de la espe-
' anzada cuanto candorosa paz "sin vencidos
ni ,-encedores", se sucede-n la "Revolución de
los Conservadores" (1855) desdoblada en dos
etapas porque, a los dos años, nueva Revolución
de los Conservadores; entre 1863 y 1965, la re-
··ol ución de Flores donde debutan casi todos los
que luego estarán en la revuelta; enseguida,
i:1 dantesca Guerra del Paraguay ensombrecien-
do el lmtro comprendido entre 1865 y 1870;
r!esnués la "Re-.;oluci(¡n de las lanzas" \1870-
¡-~)·y, toclavia, durante el pmpio año del motín,
h "Revolución Tricolor". Se ve así que estos
hombres tuYieron sobradas ocasiones de desen-
,-~jnar -v bien que lo hicieron-. Cuando en
l 875 esuí'n cifra¿do los 30 años, llevan casi
cmince de a caballo, despreciando la vida pro-
y, con más razón, la ajena. Pudieron te-
ner. y sin duda tuvieron, grandes limitaciones
,- en01mes defectos personales, (ya nos referire-
mos brevemente a eso) pero lo que sin duda
tercera ks sobró, íue coraje.
video Y cualquiera de ellos estuvo mezclado en
sea del Las Cañas, en el Sitio y holocausto de Pay-
llorda) c>andú o en Boquerón, Tuyutí, Estero Bellaco,
Cúrlos GaudcEcio, y'atay, Curupaytí, testigos y fiscales del geno-
Estos ~- esta acci\·idad desprovist3 cidio, luego Corralito, Severino y Manantia-
de toda forrnz~ción t~n11bién que lc:s v, durante la Tricolor, en Perseverano, con
ni ;;iquiera tien'1po y ganas todavía, para que algunos pe-
un táctico ci:~ntifico_. ·~i- da y Navajas en Pavón con galones de alférez

CUADERNOS ~E MARCHA
<~ orcen es ae 1' ¡ores)· i'\.SJ, esws mocetones nc r1aaa~ nnnai¡te cou 1a sev1c1a illiS111a~ que- ~f

kepi ladeado, engarzaban en la tradición y. le reprocha a Orclóñez, por ejemplo y -de 1-:J
acaso la leyenda de Anacleto I\Iedina, el octo- que ilustra el contundente cache tazo con que
genario jinete lanceado en Manantiales. Laton·e revuelca a un soldado, como único ex·
De lo expuesto se infiere que ninguno de peclien te para su corrección.
ellos tuvo inquietudes intelectuales; salvo, en Claro que aquellos eran comandantes dt
todo caso, Lorenzo Latorre, durante un tiem- hombres primitivos y cerriles, procedentes de
po asiduo contertulio de "El Siglo", el gran niveles soci-ales y culturales pauperrimos, su-.
diario de la intelectualidad oligúrquica, gu-;-
tador de cierto tipo de poesía de corre trucu-
., ' .
jetados por la leva o engand1ados por la de-
.
sesperacion, prestos a etesertar o an1onnarse Sl
-

lento y, como su compinche Santos, gustador una autoridad brutal -fuerza contra fuerza--
mmbién de . espectáculos de ópera y mú-;ic no los dominaba. Era otra la tabla de valore,;_
lírica; los demüs, por lo· que parece, ni a eso ·'Deploro, como el que más, decía León Pa·
llegaban, por lo menos en la época del dcc· tleja, la terrible necesidad de los castigos cor-
rroc2.miento del régimen legal. porales que prescriben nuestras leyes milita-
También parece cierto que estos jefe, rt<' res, y he tenido que reprimir mis sentimientos
batallón, con no ser hombres de pluma, tam- para habituarme a presenciarlos. Pero échese
poco lo eran ele principios demasiado sólido,. · una mirada por el personal actual ele nuestros
En efecto, para ellos la lealtad personal no cuerpos ele línea, (se está refiriendo a la situa~
debió constituir garantía muy solwnte frente ción de los años 1853 o 54) están compuesto<.
a terceros y la inequívoca unidad durante la de una gran cantidad ele esclavos africanos, in-
jornada del 15 de enero, no duró mucho m:í;; dolentes y acostumbrados al rigor, que sólo
cl::: lo que demandó cumplirla. A poco de su- con él se consigue aue se vistan y se aseen v
perada la infiexión política que dio por tierra que observen Íos Lleberes del soldado, y d~
con el gobierno ele Ellauri para levantar a Va- otra parte peor reclutada en la crujía de la
reJa, ya empiezan las rencillas y las clesav::- cárcel, hombres incorregibles, que si fuera a
nencias entr,e ellos, sin que valgan en contr;l- darse cumplimiemo a lo que prescriben las
rio los reciernes y aún frescos antecedentes dP ordenanzas militares, sería necesario fusilar con
solidaridad. frecuencia. ¿Se quiere abolir los castigos cor-
El coronel Navajas, por ejemplo, estm·o vi- porales? Es muy justo y muy a la altura de
gilados muy de cerca por Plácido Casariego, la libertad v de. la civili~aciór~ de la república.
su segundo en el mando y, aunque en defi- Pero antes 'refórmese el personal del ~jército.
nitiva adhirió al complot, fue defenesfí·ado po;· púrguese a éste de la hez y df' Jos crimina-
La torre en la primera oportunidad fa vorz• blF les". (l~J

y pese a que el destituido había ocupado intf'· La situación, si se corrigió como lo pedí.:
rinamente la cartera ele Guerra v :\1arina mien- Palleja, no fue mucho porque veinte años rn;b
tras su titular salía a campaña ; sofocar Íil Re- tarde, en un debate parlamentario, decía José
Yolución Tricolor. · C. Bustamante: "( ... ) desgraciadamente, ia
Otros de estos jefezuelos (Casimiro Gar- mayor parte ele nuestras fuerzas se compone
cia, Casella, Etcheverry) habían hecho sus pri- bov de individuos contratados, a los cuales e]
meras armas peleando contra Flores y a mano gobierno tiene que pagar, con prelación a lo<
de Berro, para terminar enrolados con el cau- demás, temerosos ele que llegado el vencimien-
dillo rebelde; otros flaquean cuando deben to del mes se levanten con el santo y la limos-
adoptar las graneles decisiones políticas: :\3- na, abandonen el fusil que la patria les dio
vajas, precisamente, estuvo tan vigilado en vir- para salvaguardia del honor y ele la bandera
tud de su indecisión, no obstante lo cual en- \' se manclt:n muelar. . . oara que esos indivi-
frentó con Ia artillería a su mando al 39 ele duos en dos o tres años de servicio recojan el
cazadores porque su jefe, el comandante La- salario que adquieren por mes, y después de
llemancl, que el 14 ele enero había firmado haber hecho la fortuna se Yavan a Génova o
una petición al gobierno, se dio vuelta a la 0J ápoles. . . individuos, señor' presidente, que
madrugada y apoyó a Ellauri para ir a morir ni siquiera la esperanza hay ele que adopten
en una ele las jornadas bravas ele la revolución. nuestra nacionalidad, porque nunca serán ciu-
· Tampoco estos hombres sabían ele blan- dadanos ... " l 13 l
duras ni de condescendencias, antes bien, la vi- Estas referencias clan una idea muv aproxi-
de cuartel como las campañas que ya te- mada ele toda una situación que co'mp"onían
acumuladas, los habían endurecido, clán- obviamente los jefes de las unid,ades que die-
un carácter implacable de áspera seve- ron el cuartelazo.

23 1 MARZO 19E!S
El antiguo diplomático, desarraigado de uu
p<H, que no entendió nunca, volvió a Montc-
como en los cna- l'idco luego c!e 25 aflos de ausencia, proceden-
dros castrenses~ te de Buenos Aires donde la invitación de Va-
Alguno de ellos, Callorda concretamente, rcla 1() sorprendió conspirando precisamente
la cartera de Guerra y ;\la- contra su régimen, <14 l lo que parecería demos-
rina en Yari~~ opor~ur:id_ades. con_ la m<is_ alta trar que, en cuanto a cOin·icciones y lealtades,
rmhtar; Casnmro GarC!a y Jose Et- había vicios que se generalizaban más allá del
alcanz:an también las palmas de gene- circulo de los motineros.
que el longeyo Zenón de Tcza- A pesar de las esperanzas puestas en su re-
no:; y por discernin1iento pósturno. conocida versación en materia económica y fi-
algunos mueren en una holgada nanciera, Lamas terminó en un rápido b-aca-
posíción económica, como el también general so totaL porque 5e encontró con un país re-
I'\avaja§~ otros, en cambio, como el desordena- beide a las teorías elaboradas en Europa y
do y tarambana Pl:icido Casariego:- muere jo~ porque quiso enderezar su nE1ltrecha econo-
ven y ~n la miseria, librado casi a la caridad mía, acudiendo, enrre otros expedientes, a la
de s{u; anti~uo; con:ntilitones. banca i\lauá.
Estos "' guapos, sin ilustración y sin El mismo Lawn·e. colega en el gabinete,
nacidos cuando Dromediaba el siglo 110 simpatizaba demasiado con el extranjerizan-
XIX en un ambiente de e~1conos v rivalidacles, te ministro de Hacienda y puso toda su in-
wmaron a su cargo e{ relevo cuan- fluencia al servicio de su caída (25 ele febre-
do el principista, agotada ya su posibi- n, de 18í6), haciéndolo regresar precipitada-
lidad de dirección, esterilizado, propiamente mente a Buenos Aires donde residió hasta su
en bizantinismos, fue apartado sin mayor vio- muerte (1891), disfrutando de una cómoda
lencia ninguna resistencia de la escena polí- pensión vitalicia que le servía en aquella ciu-
tica país, en la jornada incruenta del 15 dad el estado uruguayo, a iniciativa del presi-
de enero de 1875; y la reacción de los caídos, dente Santos.
se expresa en la Revolución Tricolor, se-
dominada también sin demasiado esfuerzo. Lorenzo Latorre, el caudillo tétrico

tAUfJiiJ.OS CUARTElEROS Por lo demás, Varela mismo -destino de


su condición- debió también abandonar la
Se inauguraba pues, al tiempo que el año, presidencia de la que era deudor, sucedién-
el insólito período milírarista que habría de clole Latorre en persona (marzo de l8í6) con
tener sus mis cabales representantes en Loren- e1 título (el cpmoclín funciona) de "Goberna-
:.:o Latorre y en Máximo Santos, - sin perjui- dor Provisorio".
cio de las hondas diferencias personales y po- El coronel es un hombre que sabe por pro·
líticas que los separan,- para declinar por nia experiencia acumulada desde la infancia.
fin con Máximo Tajes en transición hacia el que hav que gastar menos de lo que se gan~
civilismo, es der:ir, el reencuentro con la oli- para sanem las finanzas; lo aprendió vime-
garquía. neando en el mostrador almacenero y, a •m
Desde el ángulo estrictamente factual, cabe modo, él también es un mercantilista- que ;e
consignar que los motineros llamaron a Pedro propone -y lo logra- vintenear desde la go-
Varela, un servicial hombre ele naja, cuva si- bernación.
tuación fue regularizada por u~a adoc~nada El expediente no era muy compiicado, mu-
Asamblea General que cumplió con la forma- cho menos cuando, por la vía de la dictadura,
lidad de designarlo presidente de la repúbli- había despejado el camino de obstáculos pro-
ca en sustitución del depuesto Ellauri. cesales,
Por su Darte Varela, aue heredaba del ré- De ese temperamento avaro y opaco -ho-
caíd~ una pesada deuda aumentada en nesto y nada más- dice, por ejemplo su carta-
más de tres mill¿nes de pesos en el último renuncia al grado de general (coronel mayor,
ejercicio, un sistema fiscal de rendimiento de- conforme con la nomenclatura del momento)
clinante y una peligTosa espiral inflacionaria, que el obsecuente Poder Ejecutivo propiciara
~l~~ó al cisplatino And;:~s Lam~s I;>ara q~e se por mensaje de 18 de diciembre de 1875 y que
rnc1e:ra cargo rle la gest1on econon11ca y finan- el candidato al ascenso rechaza porque no lo
ciera. permite "la angustiosa y desesperante situa-

CUADERNOS DE f4ARCHA
ción de nuestro erano, incapaz noy Oe sopor- por que Carlos I\Jrschbaun, promotür ·~ -wen~
rar nuevos recargos" y además -he aquí .-! l3s de la compar~tía norteamericana, anda m~
:a;;pecto honesto y probo- porque hay "nece- rodeando. por Buenos Aires, haciendo la pro-
sidad de dar una lección a esos militares y paganda del novedoso fusil que el presidentt
cmdadanos que sólo sirven a la república por Sarmiento, al fin, :Jdoptó para el ejército a¡·.
los atractivos de las recompensas indi\'iduales, gentino. (lSJ
y no por llenar los deberes que tienen con- Por su parte, los revolucionarios de la
traídos, ora como· soldados, ora comó simples Tricolor. vienen también armados del moder-
particulares" (15) no fusil, usado por primera vez en las cu-
Como todos los motineros del í5, Latorre chillas, que hizo entragos en _Perseverano, ma.
rambién había actuado con fervor en el Pa;·- ; :;.villanclo a Gaudencio, el jefe gubernista de-
tido Colorado; sin embargo. no hace gobierno lTotado.
de partido sino de clase, mejor dicho. para Seguramente sin proponérselo, el coman-
una clase v se hace acompa!lar oor hombre;, dante Arrúe, al frente de los infantes inva·
sin relieve:' su gabinete ministeriaÍ, José ;\íarú ,ores, había hecho la mayor y más eficaz pu·
:\Jomero incluido, no tiene jer.arq uía intelec- bliciclad a la nueva arma que el fabricant~
tual ni política, tampoco la preci~a. De algu- terminó por venderle también al gobierno
na manera, él también es un fusionista. 11 "1 latorrista \' el Uruguav asiste ;:¡sí a la "remíng.
La dirigencia política lo rechaza pero, en conizació1{" masiv~ dé su ejército. (19) ~
cambie, la dirigencia patronal lo apoya; el También favoreció la ¡resrión de Latorre ;¡
ejemplo más nítido es la Asociación Rural, de sus suce~ores, la circu-;stancia de que lo',
que, pese a su preceptiva prescindencia en países vecinos, apremiados por problemas in"
materia política, le presta al régimen todo su 1ernos, comenzaron a desinteresarse, relativa.
caluroso apoyo y consejo: -"Respetad b la- mente, de este país, con lo que empieza ;r.
milia, que es la vuestra; el hogar que es \'Ues- crearse la apariencia ele que, durante el mi.
tro hogar; la propiedad, en fin, la propiedad iitarismo, se afianza la independencia nacional,
que es el cimiento del edificio todo. Haced la En realidad, lo que sucede es que, liqui·
política que querais, pero contenraos con pj dada la Guerra del Paraguay (1870), el Brasil
usufructo del trabajo y salvad el capital que empezó a sentir los efectos de una crisis in.
es la semilla de la cosecha de maüana. ::,in terna que cada wz le daba menos oportuni--
semilla no hay cusecha y sin cosecha, no hav dad para insistir en su tradicional política
más que hambre." (17¡ inten-encionisra en el Río de la Plata,
Y hombres de extracción colorada como El problema de la esclavitud se fue agu-
Daniel Zorrilla, tanto como los de extracción dizando aceleradamente, amenazando los ci-
blanca, como Domingo Ordo!lana, se hacen mientos mismos del Imperio hasta que ter-
lenguas de las virtudes de la dictadura, gra- minó por dar en tierra con él; en tales con
cias ·a la cual, "la campaíia se ha \'uelto ha- cticiones. la cancillería luso-americana, sin
bitable" para solaz de los estancieros. apearse ele su impertinencia habitual (los mi-
Comercio mavorista v productores rurales nisterios de Coreg-ipe y Ouro-Preto son un
son pues, los dir~ctos b~neficiarios de un or- ejemplo terminante). no insistió, sin embar-
den' político que está alcanzando, por méto- go en una diplbmacia al estilo de la realizada
dos heterodoxos, los objetivos que no alcan- por .Saraiva.
zaron los principistas ni los fusionistas m lm En Argentina, terminado el ca1navalesco
caudillos ni los partidos. gobierno de Banolomé l\Iitre, l 20 J le suceden
Y no sólo se conforma con alcanzar tá· Sarmiento y, sobretodo, Avellaneda, que rea-
citamente aquellas mismas metas, sino que lizan una gestión ele fronteras adentro dig:r·
además, provee de manera que las conquistas m os, enfrentando y, de alguna manera, resol·
se consoliden, que no otra cosa fue su política viendo, problemas como la nacionalización de!
de fortalecimiento del ejército. r'Buenos Aires y la invasión avasallante del
En el momento en que Latorre necesita capitalismo ingÍés. Ante este alud de orden
aventajar técnicamente a las tradicionales ca- político, económico y social, se explica que la
ballerías gauchas, la Empresa Remington, la cancillería porte!la, también, por su parte,
terminada la Guerra de Secesión, debió en- fuera abandonando las formas más clescarad<U
contrarse con excedentes· de armas, mecánica- del' tndicional intervencionismo.
mente muy perfeccionadas, que buscó colocar Así pues, desde nuestro punto de vista, no
en mercados extranjeros. Es esta una hipóte- se trata tanto de que el Uruguay afiance su
sis que; por el momento, permite emender maltrecha independencia como sí que cambia
ci 5ig"Do intervenciornsia de de r-lornbre tcnnhiCn~ alcan.ut el poder
iu cand1lerias ve;óna~. ~~
los :U ,,!tu;, \ lo dt:le!ll:td ila,ta lu, ?,~}. Vic-
De la misma manera, los cónsules y n:w.ios LÍma de un a~cmadu ele puro corte polírico,
de ~ruerra europeos surtos en el puerto, !lO de- morirá, de;terraclo también él. a los •U aüos.
o . ,. ' - En tzm corta Yida, tuvo tiempo para elt varse
jaron tampoco de v1gilar_. con ma~ cnnmspec-
ción es cierto. la no lítica nacional, de lo que ~~e una ~ l~un1ilde Capatí:!CÍJ ~le carretas que
habrá al!wna. dis~reta demostración en el ..:i-
1
Gcsc:mptllO en su Gesan1paracta mocedad has-
guiente periodo de Santos. t~¡ b Prc~icltncia ele: la República v el grano
de Capit:in GeneraL único discernido eu L1
También es verdad -que si aflojó la tensión
lli-;wri:t Ctstrense clél país: también tuvo LÍem-
diplomática dentro de la cuenca riophuense.
DG c!t fundar una de b, tonunas. 'iÍIIf> rn;is
aumentó, en cambio, la presión inglesa t:-!1 b i

"(did:t:"l. )i rn:'ts intpcrtanlt·~ de ~u ritn1po, de


medida en que también, clurame tl milir.ari..:-
l:: qul' da ft. no s,·,¡o ,,;u magnilico palauo.
mo. creciero~ las inversione.s de esa proceden-
:HLu:d -;edt de b C:uwilkTia de la Repúblic:'.
cia; al extremo de que Julio I-Ien:er¿t v Obe,;,
>i!lO su :dh:1jamiuno clt::l cu:tl e:, apenas un
en el ejercicio de la Pre;;iclencia de l:l Re-
tt·s;.imunio ¡xtrcial. el ÍIIYe!lt:trio del remate
pública; se sentía ·'como· el gerente ele url:\
J,. :;u pl:1rcri:1 v objetos de :1rtc. celebrado t'll
~:ran
5 --r~rci-1, , cuvo dirEctorio e..:rá en Lon-
n.a' ago,to 'ctt l S9:J.' En. b antíte-,is del eswicim1o,
dresu. {:tl)
S:;mos no sóio se rc~odc-aba t:n el lu¡o, ,;ino
Al aüo;, durante lo:: que t:u11bit-n lo ostentaba.
Tambi.:n, a difen:ncia de Lawne. lue un
-:uluprunsü del poder y un inc-scrupuloso par;..t
C()lJ rtnacen r ISl:t, q ur_·
úrdene,_ Por ejt"rnpio,
:u,,une Uil Tr:trado de .'\inÍ<-
~ un ' :\:tlc·g:1ción que Gt'ltbra con
consntu- a Ul l Jo luce así: ":\0'-i: ,\Lixi-
lo :Cp,Ier s,i por un sa1YJ L:_s :!lo >>an:os. Te:nic"ute Ccn,_:ral. Prt·siclcrne de
jurídicas, por otro ac:mi:e e_l re~­ h R:::públic Oricmai del L·rugu:¡v, a Lod·:Js
tablecw1Je:nt, d~ todo el aparato lDSULHClOnal. ic.s qu.e el pre~~._·nte vieren,. h~tcen1us .s:ther:·' v
incluidc>s. En tale, ccn- cominúa d lC':Lo del documento). Es muy
Dolítican1enLe~ no sobr,~- prob3ble que, salvados los dutos personalés,
'- '

vive y, como sucede a de ::;u es~ :::s-te ac:'tpite no Lubiera dis.~-u-;tado 3 1a propia
tilo, a la totalidad poder le ~obrcYicnr Rei n:; \'icwria.
el extrañamiento, entonces cuando orra Con Samo_,, el üru.:,;·u:l\ \·in· brevemente
fi.gura del dan t~na exp(:-riencia n1ilitari~L1 y. a ia \;ez. prin-
tira Y mucho más- c;pcsca que lf presta el ew;aianado Capitún
General. exLrovtTt~do ' contradictorio. Sin
M6xima el cTrlb~J.rgo. país y. >;Ociedad pobrc-s. fut~ una ex-
periencia muY bren· ]'orque faltaba hterz:,.
Provenientes de un m1smo en ttt i u tria .:-:conónlica t. cultura) para ~ostenerla:
minos generales, educados ambos conforme lic¡uiclado nü tuvo clelf1ne'3 por-
una n1isma tabla de valores~ coesan cos que no hubo {'On pacid,td :·;ufl-
re1ero5 de humilde se ra- 1 if'nte para suceclerle.
dicalmente en cambio, por sus caracteres opue,- Como Jecü:mos .uno, púrrato;, má, arriba.
IO!L Al recato de Santos le opone <.l '>antO'i no tit:ne los ~ane;ulu:-. antecedente~ rni·
desenfado; el primero t:s tacaño y litarE'~ de .m , l:nnpoco su iimpia
ei segundo; Latorre la fuj:t personal. n1 :)iq ttiera sus ese¡ uern:.Hlc<r-;
ws, en cambio, la grandiosidad: Latorrt "'" ideas para orit>nr:tr básicamenre su gesüón.
,gris y opaco, Santos polícrorno y brillante. J::l déficit de S::mtns no sólo t:s ideológico, tam-
Latorre :rechaza un nli!itar rn1entras bi~n es ético. A Lawrre lo :<sfixiaba todo e:!
Santos se lo hace crear. El de Latorrt aparato institucional. su heredero. en
Jo prueban los partes de Santos _ • l_~ cm:ornpe. _
un cenificado notariaL Y en a.usencia do- L :m1D1en tiene sem1do del humor {del
,cumentos: con·vengan1os que -Larorre !lE'- buen hu1nor~ se entiende) con ciert~ls caida.;
cesita probar sus anrececleme:.. '.
{{ltf1D;O hacia lo chabacano. resabios de su oriQ·en: r=:s
Santo~ no df" franr<lfheht" v anfitrión ge~1er~so.

;;~JADERNOS DE iY1ARCFfA
:\ficmbJO conspicuo d<C la ··sociedad ele los nuncuba expresmneme a la denda de peso1
Trece··, gustab~ reunirse en gastronómica co· J:690.0lJU:O;) cpte rcconocht el g·o!JjernC} de
f; adía en los tesr:na<los del entonces elegante A-uncirín • 2 ~ 1 , .. por dcci~rói1 unilateral. dis-
Jf me! Central. ante el csc;\ndalo conv"ncinna 1 ponía de l J de abril de 1 ·~:\) la de-
y la enyjdia (!is.in1n1;1d:1. de 8qnel pztcato rnundi- \·oluci<n1 de Jos trofeos de guerra.
llo monteYideano Üe la penúltil:1a década dd Por lo c.ie1nás! este gobierno, conHJ para
s;glo. probar nue seguia expuesto a las Drcsiones
~\IicntrasLatone cumplió una gestión po- ~c:tran ' debió pasar tambi<.On por' las hor-
lítica con prescindencia de los ¡;art:idos, tal Gl.S caudinas ele una reclamación di plomúcica
tnmo lo anunci:!ra, S:mws, en cambio es to- scstc:nida por la representación italiana, a raíz
do él, hombre del Panic:o Colorado al que de las tonuras policiales sobre súbditos de
compromete en su actn<!CÍÓn, haciéndo:;e reco- "quella nación, que dieron méríw a remoóo-
nocer como su jefe. Por eso, en los gabinetes ncs de fnncion~nios y obligaron a
~::mistas, ya figuran he m bres que tienen wr· cioncs v ios torrnales: de la rni~.11la
óclera emidad política e intelectual (Manuel J.Tianera, rec1aln::tt::iunc::, etc
Herrera y Obes, José L. Tena) o, inclmo, obligaron a trasladar, n~1da
mas,·mica (Carlos de Castro). n1ano del tüdopocleroso Preú~...-l<:lHe
Tal como corrc:sponde a un hombre de blica, cuando la del Coronel
sus características, Santos es un continuista v. Sanros se hizo Íntoleral;le parJ
por eso, ladino y raimado, amañó su perm~~ Imperio.
nencia en la Primera Magistratura, aprove-
chándose de lma fisura procesal que descubrió LA CONCILIACióN
(o le descubrieron) en la Constitución, atre-
{o el mliitarismo senm
Yiéndose a sacarle partido con la complacen-
cia (forma vergonzante de la complicidad) de
Estas y otras circunstancias, en el corrn
su círculo ele adulones. Hombres ele paja mm-
del tiempo, desgastaron el poder miemras ~e
ca faltan y, como Latorre tuvo a Varela, San-
fortalecía la oposición a traYés de 1osé }:\atlle
tos usó (~ntre otros) a Vidal. Al cabo de la
y Ordóilez, que se insinuaba com~ lídu del
maniobra, quedó en la Presidencia como sa-
coloraclismo antisantista y, sobre todo, de fo'é
lido de la galera de la Constitución (mayo ele
Pedro Ramírez ya consagrada potencia política.
1886); tres meses después, un pistoletazo le
La insensible redistríbuciún de tuerzas in-
destrozaba la cara. Santos estaba ante el abis-
c!uce pues, al Jefe del EjecutiYo, ya imÍ heri-
mo que quiso salvar con un puente: el Mi-
do, a proyectar la conciliación. En los
nisterio de Conciliación. Vana maniobra para
ros tanteos. con camncchana
prolongar una situación que, históricamente,
e pra¡·o-C~
~.... va !)a
(_ .;u. T'·o'
-- '-- f'¡' J'o r);.,
u(<)./_,
estaba liquidada. Había perdido fuerza por-
cobboradorcs:
que el propio régimen del que era una expre-
sión singular y brillante, estaba ya caducando. "-\'amos a \·er viejo, l'd., CJLW ,¡empre
El militarismo no fue sino una solución su- ancla con sus combinaciones a las < ó-

pletoria llamada a replegarse al cumplir su mo me arregla un ~\finisterío fcntre ,w., atm-


ciclo. gotes."
Sin duda, la acción de gobierno, habida "'-Es lo n1üs fúcil que contt:siÓ .-oia.z.
cuenta de todos los vicios democráticos que con tal que 'Ull. quiera. Le. a Ud. entre
la informa, -aun cuando no consideremos la colorados, blancos y comtitucionalistas v has-
Reforma Vareliana en atención a que, por ta un inglés si Ud. quiere.
w magnitud y su trascendencia, desborda una "-:Cómo un inglb,;, pn·gum(¡ d
concreta situación histórica- dejaba un saldo "-Sí. Le ofrezco a 1 d. a1 Dr. lídei!omo
realmente favorable: una legislación bastante García Lagos a no lJUe le
completa sobre matrimonio, registros etc. y gane a Lord".
una importante labor codificadora había sido Es verdad que García Lagos rechazó m li-
ya cumplida; el militarismo, sobre todo bajo mine la invitación, pero las .lineas
la orientación santista, había acelerado la a tenderse. Santos se orientó entonces
laicización del Estado que concurría a apre- más encarnizado enemigo: José Pec.ro
surar su modernización. rez que, si no era como un inglés, era
En materia internacional, inspiró el Tra- gado de los ingleses, "( ... ) una verdadera
tado del 20 ele abril de 1883 con el Paraguay, entidad política y forense (... rodeado y
por el que el Gobierno de Montevideo re- asistido en sus dudas, si es que tiene, por

NUMERO 23 1 MARZO 1969


el grupo intelectual más ilustrado y bnl1ame pezó a virar buscando un rumbo prop10, de-
con que cuenta la República" (25 l _,armó el ministerio heredado de Santos v cuan-
Ramírez condiciona su colaboración y la do éste, precipitadamente, quiso regres~r para
de :m grupo principista (ya por entonces; restablecer su comprometido patrimonio políti-
"'constitucionalistas ··¡ estableciendo bs bases co, nada quedaba ya ele él y los mismos hom-
en un Memorándm{l de 31 de octubre de 1886 bres que eran su hechura, votaban su exilio
donde, entre otras cmas. dice: ''(. . ) Gobier· (febrero de 1887) mientras el delfín disolvía
110 que se empeña en ver un enemigo incon- el 59 de Cazadores -bastión de Santos- v la
d.liable en la prensa libre, se diYorcia ele la Junta l\Iilitar, medidas que se agregabm~ a
t:tpinión y se c~m-iene necesariamente en un la recomposición del gabinete, integrado por
gobierno de fuerza ( ... )". otros intelectuales y principistas entre los cua-
"Las garantías individuales ( ... ) están vio' les, la figura de Julio Herrera y Obes em-
ladas por el .hecho ele violentarse a los ciuda- pezaba a .perfilarse hacia altos destinos po-
C:anos para el sen·icio de las armas ( ... ), el I íticos.
atentado individual l1a tomado ya el carácter El militarismo, adusto con Lawrre, ruti-
de una perturbación social, manifestada evi- lante con Santos, declinaba así inexorable-
dentemente en la despoblación de nuestra mente con l\Iáximo Tajes, sin color y sin re-
campm1a por la emigración constante a En- lieve, diluyéndose callado en el seno de la
tre Ríos y el :Brasil, de todos aquellos a quie- oligarquía· que volvía por su sitial, una vez
nes las le-ras pueden arrancar de un momento que diez afíos de gobierno cuartelero habían
:.t otro de ws hogares o de sus tareas". reimplantado las condiciones políticas y, sobre
"Es necesario pues, suprimir ese medio de todo, las condiciones sociales v económicas
remoma del ejércitO y empeñarse en llevar al para que ese grupo endógeno de intermedia-
país al convencimiento de que el último ciu- rios, hacendados, banqueros, saladeristas y abo-
dadano de nuestra campafla; está tan bien ga- gados retomara con seguridad y comodidad
rantido en su libertad personal como cual- las riendas del país.
quier potentado de su misma capital ( ... )".
"Los jefes políticos son funcionarios del
orden civil cuya misión primordial es garan· · ~OTAS
tir las personas y las propiedades de todo)
l.os habitantes del Departamento". 1) Fragmento del Informe de José Ellauri
a la Asamblea Constituyente de 1830, donde re-
Como se Ye, Ramírez aprovechó la co- produjo, -sin citarlo-, el párrafo que, a su
yuntura favorable para golpe-ar sobre la resis- turno -1826- pronunciara Agüero Miembro
tida ley de imprenta de 8 de octubre de 1886 Informante ante la Constituyente reunida en
Buenos Aires.
cuya promulgación había provocado una cri-
2) Informe de Manuel Herrera y Obes a
sis de gabinete con la dimisión simultánea de Venancio Flores -1853 (tomado de Pivel Devo-
Ivíanuel Herrera y Obes y José L. Terra. to. Ranieri de Pivel· Devoto, "Historia de la Re-
Santos no tuvo alternativa y transigió. Al pública Oriental del Uruguay". editorial Medina,
2da., ed., Montevideo, 1942_ - pág. 244).
fin, el Ministerio, inesperadamente, se cons-
tituyó con el propio Ramírez, Juan Carlos 3) Bernardo Berro, Mensaje a la Asamblea
General en ocasión de la apertura del período
Blanco, Antonio A1aría :\íárquez y el porte- legislativo correspondiente al año 1863 (tomado
Jl.o Aureliano Rodríguez Larreta y tolerando de Eduardo Acevedo, "Manual de Historia Uru-
la participación de Tajes, compinche de San- guaya". ed. Imprenta Nacional Colorada. Monte-
video, 1936 - 2da. ed., pág. 108).
tos en el cuartel y en las pan-andas, que con-
íiervaba la cartera de Guerra y Marina. 4) Guillermo Vázquez Franco, "1830, Cons-
titución y Burguesía". Tribnna Universitaria N<?
Este gabinete, lejos de prolongar la vida 11, Octubre/1963.
política de Santos, la abrevió; el 18 de no- 5) También es la constante para el resto de
viembre de 1886, es decir, a apenas 15 días América. Allí donde se da un centro urbano de
importancia social y económica, se plantea la
de consagrada a nivel ministerial la laboriosa misma lucha entre la ciudad enquistada (Lima,
¡;onciliación, el presidente renunciaba al cargo Buenos Aires) y el "hinterland" que la rodea.
y Tajes, su hombre de confianza, tomaba, a 6) Eugenio Garzón, "La Tragedia del Pla-
¡u vez, la posta, elegido por una Asamblea ta". ed. Imnrenta Militar. Montevideo, 1937
General dócil v obediente todavía. al Manda- (pág. 13/14). -
más en retirada. . 7) En plena Cámara, en pleno auge el bi-
Poco duró, sin embargo, la lealtad dd zantinismo principista, decía el diputado José
Pedro Ramírez (sesión del 9/V /1873): "( ... ) Y
sucesor. El vencedor del Quebracho, que em- más han de escandalizarse todavía los hombres

CUADERNOS CE MARCHA
prácticos Je que perdamos nuestro tiempo ei'. 13) Juan E. Pivel Devoto, "Hist~ria de los
averiguar si se violan en los ciudadanos esos Partidos Políticos" ed. Claudia García. Montevi-
principios democráticos que nuestros constitu- deo, 1942. Tomo II, pág. 167.
yentes promulgaron hace medio siglo, y según 14) Fernández Saldana, "Diccionario ... ,.
los cuales no es dado que la mano de la arbitra- cit., págs. 687/688.
riedad pese, ni una hora, ni un momento sobre
el último de los habitantes de la República, cual- 15) Fragmentos de la nota de 23/XII/1875,
quiera sean las circunstancias que se invoquen cursada por Laton·e a Pedro Varela.
( ... )" (tomado de Pivel Devoto y Ranieri de Pi- 161 "Mis opiniones personales son conocidas
vel Devoto, "Historia de la República ... " cit., decía Latorre en oportunidad de asumir la Go-
pág. 335. bernación, y así como me honro de haber sido
8) Eduardo Acevedo, "Manual de Histo- y ser individualmente •colorado•, tomando mi
ria .. ", cit., págs. 131/132. parte activa en las batallas que han ensangren-
tado la república, así también me hago un honor
9) Lavandeira, en vísperas del acto electo- en declarar que mi gobierno prescindirá abso-
ral, escribía en 'La Democracia": "Si los ciuda- lutamente de nuestras discordias anteriores y de
danos se dejan imponer hoy por la fuerza, y todo favoritismo de partido. Como partidista no
triunfan los elementos bárbaros . por medio de quiero inaugurar en mi país, sino el gran par-
la agresión y de la violencia, la soberanía po- tido de la moral pública, de la honradez admi-
pular vuelve a ser una mentira escrita en nues- nistrativa, de la libertad en el orden, del respe-
tros códigos y quedan para los próximos comi- to a las leyes y a todos los derechos garantidos
cios generales, librados los de.stinos del país a por nuestra Constitución. Invito a mis conciuda-
las imposiciones de los más fuertes, de los máo; danos a que se afilien a ese partido, porque pa-
desalmados de los que no tienen reparo para lo- trióticamente me propongo no gobernar con
grar sus fines, en convertir el sufragio en lucha otro y romper inexorablemente dentro de la ley,
sangrienta, en innoble pugilato de pulperías .. todo obstáculo que se oponga a su consolidación".
íPivel Devoto v Ranieri de Pivel Devoto. "His- (tcmado de Pivel Devoto, "Historia de los Par-
toria de la República ... " cit., pág. 337. · tidos ... " cit.; pág. 255).
10) Ibídem. 17) "Cincuentenario de la Fundación de los
11) Los datos biográficos en José M. Fer- Registros Genealógicos de la Asociación Rural
rJández Saldaña, "Diccionario Uruguayo de Bio- del Uruguay". Montevideo, 1937 (pág. 51).
grafías 1810/1940" ed. Amerindia. Montevideo. 18) Jorge Abelardo Ramos, "Revolución y
1945. Contrarrevolución en la Argentina" ed. Plus UJ,
12) Eduardo Acevedo, "Manual. .. " cit .. tra, Colección Política e Historia. Buenos Aires,
pág. 141. 1965. 3ra. edición. Tomo II, pág. 247,

19) Hacia 1886 el ejército uruguayo estaba integrado así (Anuario Estadístico de la R O, del U, •
1886)•

Número Número Número


Cuerpo de jefes de oficia 1 de tropa Clase de Armamento
Batallón 19 de Cazadores 3 24 459 Rémington
,
39 2 30 424
4" 2 23 376
50 2 23 5E
rlegi:r;:ien to 19 de Caballería 2 16 27~ Carabina Rémington
20 2 15 250 '!
39 244
,.
3 17 ,..
4" 2 21 228
5? 2 15 221
19 de Arti1-eria 3 32 515 ;!
" y cañones
de varios sistemas
Fortaleza General Artigas 2 g 168 Carabinas Rémington y cañone~
de varios sistemas
Parque Nacional 2 5 122 Rémington

27 230 3.975

Y hasta la cañonera "Artigas", a falta de mejor artillería. llevaba a bordo, 20 Rémington ~e repetición
(según Nicolás Granada, "De P.atria a Patria". Impresora a vapor de la Nación. Montevideo, 1886).

20) "Prefiero a cualquier sainete el espectácu- 22) Por el Art. II del Tratado de 24/XI/83,
lo del excelente general Mitre en sus tentativas ;;La República del Paraguay reconoce· como deu~
d-esesperadas para pensar" (Rafael Barret, "Obras da suya: I9 La cantidad de tres millones seis-
Completas". editorial Americale. Buenos Aires. cientos noventa mil pesos, como importe de los:
1954 - 2da. ed. Tomo III, pág. 344). · gastos de guerra hechos por la República Orien-
21) Cit. por Luis Carlos Benvenuto en "Bre- tal del Uruguay para la campaña del Paraguay
:-Iistoria del Uruguay", ed., Arca. Montevideo en 1865. 2" El importe de los daños y perjuicios
(pág. 88). irrogados por la guerra, a los ciudadanos y d~

23 1 MARZO 196Q
más personas amparadas por e1 derecho de la cimiento de V. E. que las Honorables Cámaras,
P.,epública Oriental. del Uruguay". han sancionado por aclamación el PrcJyecto de
Por el Art. III, ·'La República Oriental del Ley enviado por mí, pidiendo que ie fueran de-
Uruguay, accediendo a los deseos manifestados vueltos al noble Pueblo Paraguayo, las bande·
por el Gobierno del Paraguay, y deseando dar a ras y trofeos de guerra que un día puso en
esta República una prueba de amistosa simpa- nuestras manos la suerte de las armas.
tia, a la vez que co:nio un homenaje a ia confra- "Vuelven a donde nacieron esos girones que
ternidad Sudamericana, declara por el presente, tan alto hablan del valor de un pueblo viril, y
aue renuncia formalmente al cobru de los gastos si el Dios de la Guerra los separó de su suelo,
de la guerra a que se refiere el inci~o 19 del el cariño de un pueblo hermano unido por lazos
artículo anterior, con excepción expresa del im- fu•2rtes de amor y amistad los devuelve, envian-
porte de la reclamaciones de que trata el inciso do en ellos su sinceridad y sus respetos.
29 del mismo artículo".
Con fecha 14 de abril de 1885, Santos viAXIMO SANTOS"
"u'""""."' el siguiente telegrama al Presidente de!
notificándole de la buena nueva: "El (Nicolás Granada, "De patria a Patria", cit.)
de la República Oriental del Uruguay 24) Nicolás G;·:::nada, ''Pá:'i ··as del pasado"
:ül Presidente de la República del Paraguay. Imp. de la Nación. Montevideo, 1397,
~A~~unción, ,
e:{'{Jrand~ ~¡¡ rrJ. satisfacción al llevar a cono .. 25) Ibider..,
ROQUE FARAON~

EL MILITARISMO
URUGUAYO EN
MARCO DEL MILITARlS
LATINOAMERICA
['L concepto de militarismo -predominio del la palabra militarismo en Latínoamérica y
elemento militar en el gobierno del Es- que hemos heredado, generalmente sin gra.n
taao, dice la Academia- presenta en la a'ctua- reflexión, responde a las coordenadas del po-
l~dad dificultades semánticas que el lenguaje sitivismo spenceriano, que también difundie-
t1ende a superar con el surgimiento de nuevos ron los vocablos "civismo" y "civilismo" con-
vocablos, no siempre universalmente recibidos, siderados referidos a etapas necesariamente ul~
como por ejemplo nassetismo y gorilismo. El teriores y definitivas de la evolución social. <2 1
primero es usado también en la literatura eu- Como ocurre con muchas expresiones qu~
ropea y se refiere al modelo de la RA.U, con la historiografía extrae ya del lenguaje corrien.
un signo de transformación social y económi- te, ya de los .enfoques actuales de alguna ra-
ca y donde la estructura de poder militar de- ma de las ciencias sociale>.. debe nensarse ·que
sempeña el papel de impulsora ele ·ese cambio b significación precisa hay que a;ignársela ~en
en las fuerzas productivas y en las relaciones e.l contexto histórico correspondieme a. cada
de producción. El segundo vocablo, más limita- fenómeno que se estudia. ,
do a los ejemplos latinoamericanos actuales,
es menos recibido y se le asigna una significa- SURGIMIENTO DEl MILITARISMO
ción de mantenimiento del statu quo social y
económico. Hay acuerdo sin embargo en que el mílita~
En el orden histórico, y aplicado exclusiva- rismo no eíl un fenómen~ colonial sino que
mente a América Latina, también se ha obser- '-'parece durante el siglo XIX, después de l!J_
vado que el vocablo militarismo cubre una ruptura de la unidad del imper:.o español y
el surgimiento de los pnmeros 16 estados lati-
gama demasiado amplia de fenómenos políti-
cos diversos, y se ha intentado atender a esa noamericanos.
diversidad clasificando las situaciones en estado También se aíirma que la organización de
estado gendarme y estado guarni- los ejércitos revolucionarios v st.: inactividad
posterior a las guerras de la independencia es
el punto de partida del militarismo latinoame-
Por último, en materia termmolog1ca pare- ricano, pero muchos autores observan una·
importante L:ndcr la observación de que primera -época que califican de "caudiliismc''
significado historiográfico que ha recibido porque el predominio político de personalida-

23 1 MARZO 1969
des destacadas, aunque se trata de jefes de ::apitalización y por tanto su tardla mcorpora·
ejército, es más evidente que la existencia de ción al sistema capitalista de producción.
cuaru:os militares formados a la europea, or- ¿Y el militarismo? También. l\Iientras no
ganizados científicamente y equipados en for- hubo estado moderno en los nuevos países in-
ma racional. dependientes -y en general no lo hubo, salvo
Lieuwen sitúa el período de consolidación Brasil y tal vez Chile, durante dos o más dé-
entre 1870 y 1890, pero también hace referen- cadas- no era posible sostener un ejército re-
cia al predominio político de caudillos milita- gular, eficiente, tecnificado, del que pudiera
res anteriores, en lo que llama la "etapa de- surgir el espíritu ele cuerpo a que hacemos re-
predadora. del militarismo". (3 J ferencia implícitamente cuando usamos la ex·
presión militarismo. La tradición liberal, en
Estas explicaciones sobre el origen del mi- materia historiográfica nos ha dejado una pe-
litarismo latinoamericano son insuficientes. sada carga en cuanto dio por hecho que el
Guerras de independencia hubo también en estado independiente debía asemejarse a su
Estados Unidos y no se desarrolló -en el si- modelo europeo (aunque la estructura social y
glo XIX- el militarismo. En Brasil práctica- económica no tuviera nada que ver con las
mente no hubo guerra de independencia y sí europeas) porque las constituciones "en que
se desarrolló el militarismo, en el mismo pe- debían molclearse las instituciones" eran calca·
Tiodo en que el mismo hecho se dio en la das ele esos modelos. Señaló la época de la
mayoría de los países hispanoamericanos. "anarquía" o del "caudillismo" inmediatamen-
I\Ienos atención debe asignarse a las expli- te posterior a la independencia (6 J pero lo hizo
caciones absolutamente idealistas que radican a veces conscientemente y a veces inconsciente·
en "el alma hispánica" o en una especial inca- mente con un sentido ele valoración, ignoran-
pacidad política latinoamericana el motivo de do o menospreciando la significación de las es-
este fenómeno político-social, como hace Blas- tructuras demográficas, técnicas y productivas
co Ibáñez. (4) que la determinaban. Ese período significaba
para la historiografía del liberalismo la nega-
Tres órdenes del acontecer histórico estruc-
ción ele su modelo político, como también lo
turai pueden guiarnos para situar el surgimien-
si¡,rnificará de igual modo, el militarismo pos-
Lo del militarismo en Latinoamérica, y más
terior. Pero sin advertir suficientemente que
particularmente en el Uruguay: la demo.grafia,
en el primer caso aún no había estado a la
las transformaciones de la técnica y la relación
de deíJerzdencia económica con el exterior. europea, y en el segundo ya sí. Y nada más
confirmatorio de esto que el caso de Brasil,
donde la independencia no significó ruptura
lA POBlACióN r:i de los cuadros administrativos y políticos
ni del ejército, y donde, por tanto, no hubo
En el momento de ia independencia Lati- "caudillismo" ni "anarquía".
noamérica tenía 20 ó 22 millones de habitan- Para que hubiera ejército regular, tecnifi-
t::s. Hacia 1875 tenía 30 millones, en 1900 e<Ldo, eficiente, era necesario que las finanz~'s
60 millones. (6 ) Es decir que la ruptura colo- del estado estuvieran ordenadas, que hubiera
nial con España se produjo en condiciones de- recursos abundantes, puesto que la técnica mi-
mográficas insuficientes para organizar 16 cen- litar era va bastante más cara. Para tener fi-
tros políticos independientes y eficaces. El caso nanzas ordenadas hacía falta estabilidad polí-
del Uruguay, que acompaña las características tica, y antes desarrollo económico, y antes au-
generales, es sin embargo más agudo. En 1810 mento de población. Lo entendieron los con-
contaba con unos 40.000 habitantes, mientras temporáneos: "gobernar es poblar".
que en 1875 alcanza 450.000 y en 1900 un mi- Hacia 1830 con una población de 74.000
llón. En 90 años Latinoamérica se multiplicó habitantes el ejército del Uruguay contaba con
por tres; el Uruguay por veinticinco. 1.425 hombres en un total de funcionarios que
Muchos fenómenos políticos y económicos llegaba a 2.070. (7 l Una generación más ade-
5e comprenden mejor destacando este hecho lante, en 1868, el ejército contaba con 3. 036
básico, condicionante, que es el demográfico. hombres, y el total de funcionarios públicos al-
Desde el caudillismo (forma de cohesión so- canzaba entonces a 7.441. (S) En el momento
cial fundada en relaciones personales, prepo- en que se produce el apogeo del militarismo en
líticas) ~a ausencia c1t agriculturp. en las regio- el Uruguay (época ele Santos) el ejército tenía
nes más despobladas @ la carene~ de caminos, 3.656 hombres sobre un total de funcionarios
hasta el reducido intercambio, ta escasísima que sumaba 9.404. (9) Comparemos:

eUAOERNO~ OE MARCHA
Hi:!4 1flS!l tÉ5S ft vapor desde 1852, bancos desde 1856, tel~·
grafos \1865), ferrocarriles (186'í), iusiles R@o
PoblaciÓn 80.000 310.000 582.000 mington para el ejército (l87Gj, cañones ~
~-etrocarga (i88'1), son tal wz los factores máll
Total de destacados que concurren a acelerar el proces~
func. púb. 2.0í0 7.441 9 .40-i
ele consolidación de un poder político suma"
% de func. mente débil en todas las décad::d anteriores.
s/población
()
~,~
. 2, l J.(j Hasta 1868 el gobierno urug·uayo pidió y en
ocasiones frecuentes, que los ministros de lo~
'I otal de paises extranjeros acreditados hicieran desem·
soldados y barcar tropas para la custodia ele la aduan<1,
oficiales l . 425 3.036 3 656 de los bancos o ele la propia sede dd ''Poder
!:: jecutivo". . . de la república. Cuando no M5
~o de hombres
en el ejército producían esos desembarcos sin haber sido >·J<
sjtotal func. 65,9 40,8 38,8 licitados.
La técnica desempeñó un papel preuond~
Es decir que la escasez de población impi- rante de concentración política, y
p1~eci~ame1.1P
dió sostener un ejército importante, en los co- te tres de los primeros ejemplos pueden anO=
mienzos, lo que se comprueba: 1º) porque tarse durante el período denominado entr@
cuando la población crece, tiende a decrecer el nosotros del militarismo.
porcentaje de funcionarios. 2º) Coincidente-
mente, tiende a decrecer el porcentaje del ejér- Los telégrafos comenzaron a instalarse el!.
cito en el presupuesto. La causa de este fenó- 1865, por compaüías privadas que hacia 187$
meno, -:-reducción de la proporción de gastos ya eran seis. Los circuitos ele esas compañía~
militares en el Uruguay-, fenómeno que cons- ~onectauan ciudades import;:mt.:s o si no cru-
tituye la objetivación cuantitativa de una rea- zaban nuestro territorio para completar t.mli
lidad sociológica que es generalmente admiti- conexión continental. Así, en 1Sí5, la red te=
da en el país y en la literatura extranjera, legráfica unía .Bella Unión con wclos los pue.
sr intentará analizar más adelante. <10 l Con- blos y ciudades del litor::t!, con Durazno y la~
cluyamos ahora con esta observación relativa a restantes poblaciones del centro-sur, hasta Mon·
la incidencia de la demografía: recién en las tevideo. Otro circuito iba de :\Iontevideo a Co.
décadas del 70 y del 80 el aumento ele pobla- lonia, y un tercero a lo que hoy es Río Branco,
ción del país permitió tener un número ele Quedaba aislado ei centro-norte del país. Pa-
funcionarios públicos que realmente empeza- so de los Toros, Tacuarembó, RiYei'a, lo que
ba a hacer posible la eficacia ele un poder polí- hoy es Artigas y Melo, no tenían linea telegrá~
tico sobre buena parte del tenitorio, e inclmo fica con Montevideo. En esas condiciones e~
cierta modestísima representación externa. <11 > que el est:tclo interviene y pasa a tener un¡¡¡.
Recién entonces será cuando el ejército clispon- línea telegráfica propia, que iba de Río Bran-
dd ele una escuela militar (fundada en 1885) co a l\felo. < 1 ~) Así quedaba conectada esa ciu-
que, en su primer presupuesto, contaba con 12 dad, ele unos 5.000 habitantes, con MonteYideo,
cargos docentes y 40 plazas para alumnos. < 1 ~) pero es indudable que son motivaciones polí-
ticas las oue llevan a esta intervención del
lA TÉCNICA estado en "1o que ~e consideraba típicJ. activi-
dad económica pri>·acla. l\ielo era el principal
En un sentido amplio, los cambios produc- centro reYolucionario blanco, y disponer de
tivos, los cambios en las comunicaciones v los un telégrafo desde allí, si no servía para impe-
t1:ansportes y los cambios en el material b¿lico dir la revolución, podía ser muy eficaz para
que llegan a Latinoamérica en la segunda mi- prevenirla o sofocarla.
tad del siglo XIX significan una revolución El segundo ejemplo lo constituye el ferro-
tecnológica que tiene mayor trascendencia po- carril, cuya función será decisiva, a favor del
lítica y social aún que la que esos cambios gobierno, en la revolución del Quebracho, de
producen en Europa, lugar de donde, en ge· 1886, época 'en que ya cruza al norte del río
neral, provienen (aunque algunos aportes ::e :\"egro y reduce así la capacidad de maniobra.
originan en Lc<tdos Unidos). de los reYolncionarios. Agrú::uese, v es el ter-
Para el Uruguay, por ser el má; desierto, ctr ejemplo, el material béÜ~o moderno, fmi-
U ca. incili.:ncia fue más in tensa todavía. Barcos les y artillería ele retrocarga y se tiene un pa-

NUMERO 23 1 MARZO '1969


í.
norama de la mcíc!encta de la técnica en la pucHera aparecer con mayor consístené:la ins-
{;onsolidación política. tirucionaL Y experiencia había bastante en bt-
Las tnmsionnaciones 1écniub que ;,e incor- ropa, de que el ejército, además de para hau:r
en las dos cltcadas anterio~ la guerra, sirve para mantener el sta tu e¡ u o.
no lo· Piénsese, haciendo una extrapolación. u)-
mu se han el¡uipaclo los grandes ejérciws l;ni-
noamericanos desde que la industria siderút·-
gica produjo acorazados y artillería de largo
para sostener alcance: ele los desechos fuera de uso, ven-
razón al ~egundo. Por didos o regalados en un juego de equilibrio
única ten tatfva de militarismo ar u e para mantener "la balanza de poder", pero
~"' eh en la década 1875-1885 coincide can los excepcionalmente como resultado ele u na \'O·
vé:rdader:uncntc primeros intentos serios de or· !untad soberana de cada estado.
g;:miz~tr el e;,tado. El militarismo no podía ser El militarismo, también, es una consecuei1·
anterior a la estabilidad y eficacia del estado; cia ele la dependencia.
en casi toda Latirwamérica fue posterior, en el
Uruguay fue szmuitci.neo, y se ciiluyó. Además, ¿POR QUÉ. NO HUBO 1.\ll.lTARISMO
cuando se hace referencia a la técnica bélica
incorporada en la década posterior a 1875, no
EN El URUGUAY?
ba\· que oh·idar (jUe es en escala muY redu-
Los coroneles, entre quienes luego desco-
cida, al punto ele que en su apogeo de 1885,
llará Latorre, toman el poder del débil cst;cdo
d ejército contaba, con todo y por tudo, con
uruguayo luego del motín ele enero del 75. De
vn regimiento de artillería ele "180 hombres,
inmediato firmarán con Timoteo Aparicio d
lo que significa menos de 20 piezas ...
Acuerdo de la Florida, que reitera las bases de
lZcsur;.;_icndo: las condicionantes de estruc- paz del 6 de abril de 1872. Esto merece una
tura v económica del Uruguay hi- explicación. Desde sus orígenes, cuando un par-
cierml que los f~ctorcs u:~cnicos intrc:;'du~idos tido gobernaba en el Uruguay, el otro quedaba
que en el resto ele Latinoamérica excluido ele toda posición parlamentaria. En
Hlucho a t:oncentrar el poder po- 1870, gobernando los colorados, los blancos se
adcnlás afianz-1rcn el n1ilitarisn1o, tu- levant~n conducidos por Timoteo Aparicio,
nera¡¡ menor efecto. La propia guerra del Pa- firmándose una paz ele compromiso, el 6 de
raguay, que tanto contribuyó a consolidar los abril de 1872, que establecía una novedad úni-
ejércitos de la Argentina y del Brasil, no ope- ca en Latinoamérica: la coparticipación. Con-
ró del rni,mo modo en el Uruguay. e;istía en que, de 13 departamentos que tenía
el país, 4 serían administrados por jefes polí-
LA ECONóMICA ticos del Partido Blanco, y el resto, por los
colorados. Así los revolucionarios lograban ba-
Autc':rica Latina ,ioupre ft¡e --desde la con· se territorial para conservar armas; cargos, ren·
qt:i,ta-- una economí;¡_ dependiente. Su inten- tas, e indirectamente (por obra del voto pú-
so pobbmit'nto en el siglo -XIX fue consecu.en- blico, etc.). los cargos parlamentarios correspon·
cia- d::~ condiciones demogTáficas y económicas dientes a esos cuatro departamentos. Esto era
La consolidación en estados separa- . v.na negación del liberalismo político al que
clo3 5C vio favorecida por la financiación bri- teóricamente aspiraban las minorías cultas, pe-
t:ínica. Los cambios en el régimen proclucti\·o ro resultó ser una fórmula adecuada a la tra-
Jueron dev:rminados por las exigencias del . dición bipartidista y a los mf'canismos de pac-
mercado uniw:rsal, regido por Europa, de don- tos que siempre caracterizaron- la vida política
de tarnbién vino la nue·va técnica. Igual ori- del país. El sistema de la coparticipación. con
gen tuvo la capitalización. variantes. duró hasta 1904 y contribuvó. sobre
Ct:ando los intereses económicos ((omercia· todo en .las 2 primeras dé~adas de s~1 .a plica-
les y financiero~) de las· potencias , europeas ción, a afianzar el poder de ese estado dividido.
fueron has tan te importantes, la, necesidad de Cuando los coroneles se apoderan del ejc-
apuntalar rc:gimenes políticos de orden y segu- cutivo1 'en enero ele! 75, provocaron la desG)n-
ridad para esas inversiones (y para los nacio- fianza ele íos blanco'. pue;, el ejército era co 1 ~J­
nales de esas potencias, que giraban o poseían r~-clo. desde la Guerra Grande. Al reiterarse !os
esos bienes) llevaba a banqueros ,. gobiernos tenr>irors de reparto c1e1 poder. en el Acnerr>J
europeos a un apoyo orientado hacia quien de la Florida, lo que vemos es que, por lo

CUADERNOS DE MARCHA
HH.:no~. de: be dccil ~e que iv:, lltlllt:.tl e~ ¡:,uu.tei · ua~e-- lU21lCrJ~:~t. Yero euusHuv yue
!" • ' • •
Pan unu por!¡; del ¡;aís. v el resto ;::, 1lll tü cu,cu:;Ion que n1a~ pron1over g1ra
polüico cauclil[i,u. ¡x:ru ;¡ lo, denus uw:· an.J- ,..¡¡ torno la~ condiciones de estructura indi-
l;zamos, ciYil. Inclu~o b revoiuci(m ·'rricolor :.;da~ '~ a otra.~ quf' aún no "-eo con claridad~
de ese aüo 75 es sofocada cun la acLiY:l partici-
pación de las milicias blancas de Timoteo .-'qJ~t­ ALGUN¡'l,S CONSIDERACIONES
ricio. Podd sostenerse que la época de Lato-
He ':io extendrr progresi,·amente la furisclzc-
r ión de ese gobierno nJontcYideano ;: rcc.luciP·,c C ¡; angulo d,bico marxi~ta probablemente
Lt importancia política de lo:, caudilic:;. pero iuiciana el planteo del problema partiendo de:
no puede afirmarse que ha\a cco.ado c,a rcali- la categoría de la lucha de clases y concluyen-
u'ad ele la coparticipación. dü en que la ausencia de militarismo debe ;;er
:Es esta base· bipartidi,u de b éopanici- L! n i nclice de que la lucha de clases no era tan
pacton la explicación >ulicicntt del c>ct'O dr:·- agud<l o que la clase dominante tenía otro~
'>arrollo del mi!itari:;mo: · l;H::clio> para mantener su situacióu de dominio.
Entiendo que uo. ::,abewm que el ejelcÍ'iJ Creo que nos enconttamos demasiado atrasa-
en ton ces tenía e-; casa importancia ,ocia l. ecrJ- dos en- el campo teórico ele la elaboración hi.•·
Lómica, era reducido s~1 \'fJlumtll ltumano. Lé)rica ele nuestro paoado, como para actuar con
Pero p0dcmos preguntarnos ¿por qué no se -suma prudencia \- amplitud. no desechando
c~tableció, y jmtamcme en ese período, el ;,e¡- nada, pero tampoco aceptando conclusiones
' icio militar obligatorio, c¡uc hu1Jícra aumeu- Z!LE1ctiY:1' por mera imitación. Este es un rno·
!ado la exigencia ele oficialidad y lmbÍ<'ra pro- mento hist~riográfico de transición, consccuen-
ducido, ineYitablcmente tal n:z, un fenówcnu ua lógica cld 'iin del sistema capitalista y cll!
de militarismo semejante al que couocunos de las formas ideológicas que comporta. ~os ha
•:asi todo el resto el,~ Latinoai11érica ~ cns(:í1Jdo y0 no dfbe haccTse la historia;
Había obstáculos materiales. El e~ta.do uru- {~::LO es, rech~lz~unos la rnayoría de los vaiores,
guayo en 185:2. al salir de la Guerra Grande t>quenus y conccpws que no:, legaron nuestros
rcnía una deuda pública que erJ 50 YCces rna- ,_- que snponían mn evolución incle-
yor que su. presupuesto ZJnual y de la que, hizo. si-sternas
naturalmente. una bancarrora eme se nrolom~ó cie ideas. en y en ei
hasta 1859. Desde entonces sigL:ió acu;nul<mao papel ele lo:, héwes. Pero no hemo:, log-rado
EUe\a deuda pública producida por cada nu':'- ;oún, ni en la teoría ni en la práctica, la._, silfi·
va guerra ciYil, por la mala administración fi- ciente v necesaria susritución.
nanciera o por las especubciones con el papel El militarismo es un tema importame par;,
moneda. En la década del 70 el servicio de Latinoamérica y en igual medida para el Uru-
deuda insumía más que el ejército. gnay. Después de su consolidación en el siglo
Para dar un símil, diría que a~i coruu' el '-~IX se produjo un reflujo que, hacia 1928,
niño nacido con insuficiencia cardíaca no pue- ~e traducía en la presencia de sólo 6 gobier-
de hacer deportes, el estado uruguayo, na~ido nos Ini1itares, en países que juntos representa-
con insuficiencia demográfica no pudo concen- ban el Ei u~ de la población total: en 1935
trar el poder poHtico hasta una época avan- eran m;\s cÍ~ la mitad los países y ~asi la mi-
zada, y cuando lo logró, su herencia financie- rad de la población; en 1954 eran 13 los paí-
ra le impedí<'. el lujo de un ejército numeroso. ;es (HJ v esa situación ha variado muy poco
Además, era menos necesario. Fue el paí~ hasta h~y.
ck mayor unidad étnica el de menor exten- El interes académico oue el militarismo
sión geográfica desde su independencia. Por latinoamericano ha despert~do en los último~
último: no era verdaderamente soberano (esta- años en los Estados Unidos, considerándolo
ba sometido a constantes presiones), pero desde implícitamente como un hecho social natural
la década del 70 parecía que el equilibrio además, en la de los casos con pro-
entre los dos vecinos poderosos haría imposi- pósitos nacionalistas confesos, esto es, pará fa·
ble su desauarición. vorecer la estrategia de poder de los Estad~
Unidos) resulta sumamente elocuente como
ach·ertencia. \15) A nosotrog también tiene qu~
impo!'tarnos, aunque el análisis anterior con·
Creo que d terna así sólo ,e p!amea. J:cx ¡,_ tribuyera a hacernos pensar que el Urugna.;
lf'n,por otra parte. otros enfoqÍ:les que de-;;¡- n que al no existir un~ e;tructun dt"

f'.JUME:RQ
poder .;emejante al que actúa en el resto de tellanos. A Dos !nfo:rmea Rev. Histórica.
:L~tinoamérica la imagen del liberalismo pue- X:v1II. 442
(81 Colección de Leyes y Decretos (CLyD)
de continuar v el statu qua mantenerse. 1\'ada ie Armand Ugón. etc., presupuesto aprobado el
má3 peligroso: porque éada vez más esLll11'J:' 14-X-1868.
imertándonos ei1 Latinoamérica y ya hemos t!)l CLyD .. Anna11d Ugón, etc .. ley 1841 de
~0- \lii-8~L X'll, pág. 7_
~prendido en los meses de militarizar-ion dr
(10) El presupuesto de 1885 consagraba e1
1968 que los grupos dominantes aliados a b 27"/c al M0 de Guerra (incluidas las pensiones\
estrateida imperial no ,-a_dlarían en llamar ¿¡] 111} EJ. Urus:uay tema e11tonces 5 legacio-
militarismo argentino y al brasileño si es que '!.SS :.- oocos 1nás consulados. PiénsesE aué ilus-
e1 adelanto té¿:!.ico actual no les per!T!!te nla_!"l- trat!,:o -resulta para apreciar la oeaueñeZ de ese:
!ener su situación de predon1inic~ Estado de 1885. el \;clumen eScaSísimc de su
El militarismo es ll~l;.t t;.tt- 6....... nrJ;.t pP-n11An.=.nt- re::pre3entación exterior,
'<ia vez
la histórica P~;o-~~~ 1~~ --~~--;-~~~~=
z;res 112! CLyD. XVI. 119.
( 13l El Estado tenia adernás otra li!!ea o!'o-
cl~rio;; determinado, .;cbr·edeter1n~nahdc. como t:'ia. a la Isla de Flores. el lazareto.
dice ..:.~lthusser, Otras so!1 las categorías ~sen- 1
141 Liem,•en. E.. Ths thangb:!g to!s o! !hs
f:.~!i!H:a.t·t in La±!!! Ams!ica: en JIAS. oct. 196!,
!T~ 3. 559-69 /
r]5 \ A o arte del libro de L!eU1l7E:!: \7 los a!"-
ticl...llos citádos. Johnscn. Jchn. J .. Ths'"' !!'!i!i!2.!"?
::nd sat!e±y !!1 L2!i!:! Ame!ica~ Sta11.lord= 1984
(!1 1v!ae: Aliste!". L J,i Ci·~:-!1-!!:.iE±:=:t·~· !:s!=:- 'hay trad.). :Mac Alister, L., Ths Mi.H±a:ry ir! ge-
:!'!c!!s; i."! ~a.±i!! J c:u:tns:l ci In ter-,
}i!!:!S.!'is=.: e:r! ~;·:;.fn!-r~s1'1.i en Hispanic- Arn.erican Historica! Re-
~-T-erican 8tudies. t_-JLAS'I hüio d~ 19131. 1>!~ S. 4~ls·n;~ 1860. 582-90. Ale:;:;;:ander. Robert J~. The
!ltL 341-350. Ar11w in PolHies en Gcve:rnmenf and PcH±ie!; in
~~-!~ca~i~t~~1~, ~ Y> t...,~
(3) ob, >-1T
1 50 C.!"!d ¡::di±! es in L:;.±!n La±ir! Amsrka, editado por H. B. DaYis. N. Y.,
1938 ~ rvibrner. Magnus~ Caudillo:: ·y- mili!a!e$ S!!
1=. $~oluei6n h!spanoametir::arta! en JIAS. IL
(4) El mHi±~ti~m~ msj!~e.!!s: -\-2lsnc1e.. 1?20 285-310, Francis M J, MilHa:ry aid ±e Lo 'Ao i~
(5) Chaunuj F_. 1/Att!S~iq!..!:s s! lss A!nSti- !:he tJ, 5, GO!iO!SSE. en -JIAS. VI. 3. 389: v una
~.1a5 pp_ 43-44: Rippy~. F' . :f::!c:det!1 L~±in A!n~­ amplía revisióñ bibliográfica en Mac AÜster. L.
riea~ pág. 328. N . - Recenf Research and W:r!Hngs on ±he !o!~
(6) Entre no.sotra.s en fcrrn2 1nas ~-acilant~­ o! ±he f~1:ili±afy it! LaHn An1eriea! e11 Latin Am~
:POrque el bipartidisrno temprano tiñ0 a la his- rke. Eesearch Ee,.·ie·N. II. 1, (1966) pág. 5. pa-
toriografía de simpatías pe.rtidlStas l'a Clta: solamente la bibliografía d.irectament~
(7) !!l_forme del r:é,_!.;ul Baradere! er! Ca.s- obtenible en ~~1:ord:.s-r_;-!d~o..

CU.~.DE:RNOS CE MAR.CHA
CARLOS PANILZA. PONS

UN ASPECTO DE LAS
INVERSIONES BRITANICAS
DURANTE EL MILITARIS~IO:
LOS FERROCARRILE
I) 1876 ,. 1386. EL FERROCARRIL
lVIIRA LA FRONTERA
1 . EL "fERROCARRIL CENTRAL DEL de 1869 se inaugura la primera seccióD. :.1on-
URUGUAY" CONVERTIDO EN "THE tevideo - Las Piedras, unos 20 kilómc:tros.
CENTRAL URUGUAY RAILWAY" El grupo que pone en marcha la
estaba integrado por personajes del alto com~r­
LLEGA A PASO DE LOS TOROS
cio, estancieros y políticos; ellos eran: Daniel
Zorrilla, Antonio María 11árquez, Tomás Tom-
Orígenes del "Ferrocarril Centrai
kinson, Jaime Cibils, Juan ivíac Joaquín
del Uruguay"
Requena, Juan Bautista Capurro, Juan :Proud-
fort, Juan Miguel Martínez, Juan Jackson. Est~
Con marcado retraso con respecto a otros grupo enfrentaba la realización de <.ma empresa,
países de América, el ferrocarril se hace realidad
para la cual carecía de competencia técnica
en el país a fines de la década del sesenta. La
aun comercial. No serán raras en los prímtroJ
expansión rápida del crédito, la especulación, el
años, las invocaciones a sus "escasas luces" qu¡;;
ingreso de oro brasileño caracterizan los años
hacen los miembros del directorio, para exr:u-
del gobierno provisorio de Flores ( 1865-1868).
sarse de decisiones importantes. Otros eran lo~
Sobre este cañamazo y en medio de activas po-
poseedores del poder real en la empresa: Cham·
lémicas en la prensa se trazan los urovectos de
una línea férrea. " ' berlain, gerente general; Georga Coopar, repre-
sentante legal; Prebbla, ingeniero residente,
El decreto-lev del 4 de octubre de 1866
acuerda a una s~ciedad anónima -:'Compañía El estado intervino en la empTesa suscribien·
del_ Ferrocarril Central del Uruguay"- la con- do 2. 000 acciones preferidas. Su participación
cesión de una línea con el siguiente trazado: de corresponde a la de un modelo liberal de inter-
Montevideo a Durazno pas~ndo por Las Pie- vención en empresas de interés público: suscribió
dras, Canelones, Santa Lucía, Florida. Poco des- acciones, que pronto pierde, aunque paga en
pués, a principios de 1868, se autoriza por un parte y concede desgravaciones múltiple:;.
nuevo decreto-ley el traspaso de los derechos de La compañía se esforzó en colocar acc10nes;
esta compañía a otra formada en Inglaterra en n~stro medio con resultados poco satisfac·
estableciéndose una garantía de interés ude 7% torios: los particulares tomaron 1 . 350 accione~
sopre un costo reconocido de 10.000 libras por que sumadas a las 2. 000 del estado significaron
Jllilla abierta al tráfico. El primer día de enero $ 787. 250. Al inaugurarse la sección a Las Pie-
dras, pagados los gastos, quedaban en caja taron la cuenta soore la cuai los mtereses de=
:j) 598. Se esperaba del principal accionista, el bían ser pagados". El informe es del 2 de marzo
estado. mavor apovo pues " ... si como espera- de 1378 cuando la línea había pasado íntegra·
mos, s~ ven'den los 'terrenos de la playa y se co- mente al "control inglés" como el mismo secre-
loca una regular cantidad de acciones ahora que tario, C. O. Barker, gustaba decir. En cuanto
nadie puede abrigar dudas respecto a la reali- a las condiciones técnicas de la línea, anota C.
zación de la empresa, es evidente que el ferro- O. Barker en el mismo informe: "Ocho locomo-
carril será un hecho". (ll toras. . . fueron incorporadas en cumplimiento
del contrato de construcción de Santa Lucía a
Un testigo de estos sucesos comenta: "El 1º
Durazno y aunque ellas son más eficaces de lo
de enero de 1869 se inauguró entre :Montevideo
que al principio se esperaba no están adaptadas
y Las Piedras la primera sección pero con poco para los requerimientos de nuestro tráfico." Y
resultado: 1º porque la estación de partida es-
agrega: " ... la construcción inicial revela la poca
taba en «Bella' Vista», algo distante de la capi-
capacidad de los contratistas y del ingeniero
tal; 2º porque el pueblo de Las Piedras no es
pues su deber era proteger los intereses de los
un punto central de comunicaciones." <2 l Sin
accionistas." Y más: "Los durmientes de pino
embargo por Las Piedras pasaba la· ruta de la
del Báltico se están pudriendo y nunca debiP·
diligencia a Durazno y Colonia, desviando ésta
ron ser utilizados en este clima."
hacia el oeste, en Canelones.
El deterioro del ferrocanil era grave, en
La línea da pérdiaas en sus primeros años. 1874: " ... los tenedores de aquellos títulos hi·
La revolución de Aparicio no afecta al ferro- potecarios (los de 1871) han hecho saber al
carril, es más, el transporte de materiales que directorio en Londres su decisión de posesio-
eila origina y la salida de familias de l\{ontevi- narse de la línea hasta 25 de Agosto, incluyendo
deo cuando los revolucionarios amenazan la ca- la estación Central, en tl'O de las facultades que
pital, provoca una disminución del déficit. les acuerdan los contratos vigentes." <4 l
Las dificultades obligan a recurrir a un ex- En el mismo año -1874- comienza a pen·
pediente: " ... el 6 de abril de 1871 se negoció sarse en la transfom1ación de la compañía en
en Londres la construcción de la línea férrea a el sentido ele colocarla enteramente ba io "con·
una compañía que emitió 15. 940 acciones, a trol inglés". En el informe del secret~rio del
más de las ya colocadas aquí, al tipo de 38,155 ·directo;io en Londres, C. O. Barker se expresa:
libras cada acción de 50 y los trabajos se em- " ... un grupo influyente de accionistas ha ma·
prendieron con actividad." (3 ) nifestado en la última asamblea general. . . y
El 4 de enero de 1872 se realiza un conve- también el directorio en Londres, la idea de una
nio entre Senén Rodríguez, representante del reconstrucción de la compañía para convertirla
Ferrocarril Central del Uruguay y la casa Wa- en una compañía inglesa. . . la realización de
ring Brothers "contratistas de obras públicas" y esta operación sería enormemente ventajosa pa·
el señor George Drabble presidente del Consejo ra los accionistas v el ferrocarri,l mismo. . . (los
de Directores del River Plate Banking. La casa accionistas de Lon'dres) han comunicado la pro·
\Varing aceptó levantar el capital para la cons- posición a sus socios de Montevideo y han reco-
trucción de la línea de Santa Lucía a Durazno mendado calurosamente su consideración." Algo
a condición de que le fuera encomendada la más sobre los contratistas Waring Brothers.
obra. Estos dos contratos indican con claridad George C?oper, administrador general y cientí-
que el ferrocarril salía de manos nacionales ... fico del Ferrocarril Sud de Buenos Aires en su
si alguna vez estuvo. Desde 1872 el gobierno "Informe" del 1º de octubre de 1873 dice: "Con-
debe abandonar las acciones que poseía; su pa- siderando bien la clase de camino que hay en
pel en el ferrocarril fue de poca trascendencia. explotación, las máqúinas no son en mi opinión
Se retira no por desinterés en la empresa sino bien adecuadas al trabajo que tienen. Una suce-
por exigencia de Waring Brothers. sión de pendientes fuertes y curvas muy pro-
El secretario del directorio en Londres iuzga nunciadas v en algunos casos curvas dobles de
estos años así: "Comenzado (el ferrocarrif) ~~­ los mis cor:tos radios en pendientes muy rápidas
m o empresa nacio~al pronto fue víctima de los limitan los trenes que deben llevar las máquinas,
abusos y las intrigas políticas. Su posición no perjudicando a la compañía .. _" (5 1
fUJC mejo~ada por la firma de los contratos de El contrato firmado en Londres. de resultados
construcción de la línea de Santa Lucía a Du- perjudiciales al ferrocarril, además de compro-
razno. Ambos contratos sk~ificaron la emis~n meter las finanzas de la línea, permitieron a
·de capital soportando altos ~intereses de de::ctwn- \ \' aring la realiza6ón de una construcción de-
to y así, permanente e indebidamente, aumen- fectuo~·a que influyó varios años en el rendimien·
..-~ 1 .. -- - - · · - - -- <\¡1,.. _ _ , __,·"'\:
ro de la empresa. 11 mgemero Emilio Dupré del áéndose al F. G. Genn al ~garga.ntüa il1Gilsuia!"
Ferrocarril Central en una comunicación al di· y un "desastre económico c1-ue ~transfürma en un
rectorio relacionada con la construcción de la gran monopolio una compañía de fcrrocanil que
línea a Durazno dice: "En cuanto a mí, es sólo de golpe se hace duei1a del precio de los flete§
por la persuasión y la fuerza de razonamiento, y transportes y de todos los medios ele comuni-
que puedo tratar de <;onseguir de los construc- cación". (>J Del directorio del F. C. Central
tores que se conformen con mis obsen·aciones. dice: '' ... se cree con derecho para conceder
Basta leer el contrato para convencerse que los graciosamente a Waring todas las líneas que
poderes legales que tengo en mis manos son solicitó no debiendo ignorar, ;,iii embargo, qu!'!
ilusorios y que todo está remitido en poder dichos señores I"Waring) escribieron el 10 dt!
del ingeniero de la compañía en Londres." (Gl setiembre de 1870 que «pretendían construir
Al constructor le interesaba invertir poco en todos los ferrocarriles de la república»." (S)
costosas obras de desmonte y terraplenado pues La línea a Higueritas (I':uc\·a Palmira) tenía.
tenía en sus manos los instrumentos adecuados una garantía de interés de por miila con
para hacerse pagar desentendiéndose de los per- un costo reconocido ele 10.000 libras. El estado
juicios que una línea así construida traía para no pa2·ó la garantía: en el primLT semestre d~
un buen rendimiento. Cobraba como constructor 1876 1~ deuda, segú~ la liqu-idación de la Con~
por una obra de poca calidad y podía exigir el tacluría General, ascendíá a 0 215.315. La con·
embargo de la línea. El directorio local estaba cesión establecía la tenninal en Higueritas pero
atrapado entre las exigencias de W aring y los la línea se detm·o en San José. De};endiente del
pobres rendimientos de explotación. F. C. Central para el acceso a la capital y al
El 2 de abril de 1874 el ferrocarril llega a puerto, su corto recorrido no podía darle una
Durazno, sumando 201 kilómetros de vía ab,ierta vida propia. Aunque era una compaüb distinta
al tráfico. Aquí se detendrá hasta fines de 1879 del F. C. Central estaba destinada a incorp.Y.
en que se construye el puente sobre el Yi. rarse a su sistema. C. O. B::nker en su informe
El estado había garantizado un 7% de interés citado en 1878 dice refiriéndose a esta línea:
por milla a un costo nominal de 10.000 libras.
" ... es deseable para los intereses ele amba~
Pero no pagaba regularmente. Al 31 de diciem· compamas que una fusión permanente fuera
bre de 1874 el estado debía $ 234.661 al Ferro- efectuada tan pronto como sea posible, . , IDl.""
carril Central. Ante estos atrasos la compañía chas dificultades futuras serían ob..-iadas por un?l
no puede atender sus obligaciones con los posee· pronta y permanente combinación."
dores de bonos hipotecarios provenientes de los La idea de extender el ramal a Higueríta~
contratos con y.raring. El prestigio de la com· tenía su apoyo en que en este puerto se caneen~
pañía es afectado. traría el movimiento fluvial de los ríos Paraná
y Uruguay. La dificultad consistía en llegar
hasta allí y en que esa parte de la l-k"lea diese
Del estancamiento en Durazno a algún rendimiento. Al discutirse el Proyecto di!
"The Central Uruguay Railway'' Trazado General de Fe:!'!ocarriles en la Cám~
ra de Representantes en 1884 ~1 diputado Ho-
~1 de Durazno el ferrocarril no avanza en noré e;,:plica las razones de la interrupción d!i
casi 3 años, el Ferrocarril Central realiza un la vía en San José: "¿Por qué no se han dedi·
convenio con la "Sociedad del F. C. a Higueri- cado los capitales a la extensión de la línea?'
tas" el 31 de marzo de 1876 por el cual ;e re- ¿Por qué se han concretado a un ramal tan in~
glamenta el transporte. La línea a Higueritas significante, y de resultados no diré negativO§
empalmaba con el Central. Éste fue, quizás, el pero sí tan poco importantes? Por el motivo
último acto de importancia que realizó el Cen- siguiente: desde San José a Higueritas no existe
tral antes de su reorganización. Los accionistas una sola población; existe un trazado que sería.
ingleses dominaban 1¡ línea a Higueritas de 32 forzosamente un trazado de cuchillas; y por
kilómetros de extensión desde Juan Chazo a consiguiente no sería un trazado que serviría a
San José. Fue construida por Waring Brothers. lo más importante y feraz del departamento que
Un periodista escribió a principios de 1873: cruza. El porvenir de Higueritas a parecido ~
" ... la asamblea de accionistas (del F . C. la compañía, después de muchas reflexiones, un
Central) del 20 de noviembre de 1872 ce- porvenir, si no problemático, a lo menos de un
dió a W aring un ramal de Florida a Cerro futuro tan lejano que a su entender ni vale la
Largo y otro de Durazno a Salto pasando por pena dedicar mayor capital a la línea." (G)
Pay"andú y otro a Higueritas, los que sumados
llegan a 1.660 kilómetros ... " estas concesiones Veamos el movimiento del F. C. Central en
a \Varing le hacen exclamar al articulista, refi- los años: 1875, 1876, 1877, 1878.
1875 1876 U:77 1373
286.671 271.186 242.542 239 .19:)
por pasajeros L. .53.634 49.744 46.007 45.16\
pelo ~ ~ ~ ~ ~
o • ,. l' $ 1 ~ ~ Ton. 2 . .556 6.580 6.353 4.945
Ton. 13.816 16.458 19.474 22.011
Ganado {Nro.} 2.030 2.189 6.218 7.756
In~Tesos totale~ L. 82.342 91.867 91.818 97.080
Ganancia L. 20.090 32.104 27.470 34.659

Hemos tomado los años 187.5 a 1878 porque ·• ... (la Compañía) estaba amenazada por sus
Pn ellos no hav aumento en extensión .de la acreedores hipotecarios de perder la posesión de
lo que pe¡·mite compararlos con facilidad. la parte más importante de la línea y sus accio-
nistas, en su gran mayoría residentes en Ingla-
Los pasaje10s transportados es el rubro que terra, no estaban dispuestos a hacer nuevos sa-
más ingresos provee al ferrocarril y· lo será has- crificios de dinero en servicio de una empresa,
ta 1879 en que ei tráfico de mercaderías au- que después de varios años de explotación sin
menta sostenidamente. En sus principios el fe- obtener beneficios, hubiese de continuar consti-
rrocarril recibe la mayoría de los pasa jeras de tuida bajo la misma organización y condiciones,
una zona que no pasa de Canelones; el tráfico que ellos juzgan incompatibles con su ulterior
loc:d es ei ruás Jn1uortante. prosperidad'' \lO).
El transport<':: de lana y de ganado nos da Además el estado adeudaba a la compailía
un índice se([uro de la insignificante influencia $ 770.000 por concepto de garantía atrasada y a
del ferrocarril en el medio ~ral. La lana venía pesar de haber repartido en 1878 un dh·idendo
en una prODorción abrumadora en carretas. En de 3 chelines a las acciones ordinarias " ... hov
cuallto ;¡ g~nado. co;ró mucho al Íerrocarril des- mismo no excede de 9 libras esterlinas el pre-
plazar al tr·optro: Esta forma de acarreo de ga- cio de cada acción de valor nominal de 50 li-
nado. arraigadísima en el medio, sólo puede ser bras" se decía en 1877 (ll).
en las lar::;as distancias; además de En noviembre de 1877 se presentan al Poder
fletr~;;; cz:.ros el Íerroca;ril can~~cfa de vasrones ade- Ejecutivo en representación del F. C. Central,
cuados a t~stP tráfico. Recién en 1879~incorpora Eduardo Cooper, Alberto Capurro, Francisco
6 vagones construidos especialmente para este \Veldon, proponiendo las bases de reorganiza-
transporte. Si calculamos que cada vagón . reci- ción. Estas bases son aprobadas el 27 de no-
be no más de veinte cabezas de ganado, no pue- viembre del mismo año, conteniendo diversas
den las comparaciones: en 1876 se desgravaciones, privilegios y compensaciones.
transportan 2.189 bov¡nos y 2.316 perros. Desgravaciones: "Art. 2. Los materiales
Las gauancias estaban siempre comprometi- útiles y artículos que se importaran del extrán-
das t>n su aumento, por el alto costo de explo- jero para la construcción, uso y consumo ex-
tación de la linea. c:·onstantemente se renuevan clusivos del ferrocarril serán libres de todo de-
los dunnientf:'s ,. ,;e realizan obras de meiora- recho durante el término de esta concesión y
m1ento en la ,.í'a fija. Estos gastos exage~dos la propiedad del ferrocarril será libre de tocla
tenían su causa en la comtruc~ión defici~nte he- contribución u otro impuesto durante este
cha por "Warin:;:. término".
l' na ob~;en:ación final. Entre los ai'ios Privilegios: "Art. 4. El Superior Gobierno
1·875-1880 los :;aladcros faenaron 2.947.926 reses; concederá a la Empresa el uso gratuito de bs
en los mismos afíos el comumo de l\Jontevideo \·ías públicas para la colocación de los rieles. pre·
fue de '-150.2:1·1 resc':'. El transporte de ganado via aprobación de la Direcrión G~neral de Ob,·as
entre 1875-1830 asciende a 42.341 reses,~no al- Públicas, V la Compañía tendrá la obligación ce
canzando el JOCC del consumo de Montevideo. tomar todas las precauciones para la seguridad
Las deud:J.s del estado por concepto de ga- pública que son usuales en otras partes en cami-
rantías Y el momento favonble en Inglaterra nos semejantes".
para las' socied:1des anónimas unidas a '¡a difí- "Art. 5. Las propiedades y terrenos para ia
cil situación de 1a en1prrsn.~ hicieron acelerar las vía férrea, estaciones v demás construcciones ne-
iniciatiYas que desde -1873 pedían la formación cesarias serán cedida~ a la Empresa en propie·
de una . completm;.1ente in2:le<a. Geor- dad, siendo. fiscales: así como el uso de las pla·
ge Drabble en 1876 Yi~ita ~1cntevideo en su ca- zas que reauiera el servicio de la Emnresa v
1id:J.d de presidente del directorio en Londres urcvi~ el a;uerdo de la Dirección Gen~ral de
del F. C. Ccntnl :: le "Xpone a Latorre los Obras Públicas. Cuando las propiedades que se
graves problemas que afectan al ferrocarril: necesiten para establecer el ferrocarril a juicio
Je la l:or¡Jisi0n Uirecí.i-va pa1a lu~ objeto:-, auiba cid o. impo!Lando. . . el Gobierno enutira BonO;>
indicados, sea u de particulares, serán expropia- que ganaran de interés anual pagaderos por
dos de cuerita de la Compaiiía con arreglo a la5 trimestres '" 2s·ó de amortización acumulativ;t
Je,,es vigentes del caso'·. .mual ... diclm~ Banos serán garantidos por un;.
, ··Ar~ 6. El Superior (J.ubierno oumetcra renta especial ... ''
a la Dirección de Obras Públicas >. si esta le Por otra cláusul~, el F. C. Central renunci:i.
aconsejare trazar de nuevo las calle;, advaccmes a b 2arantía de interés del sobre 10.000 li-
a la Estación Cemral. cederá ias misma;, c:rawi- bras JJOr milla abierta al tráfico.
tamente a la Compaiiía ' además le per;nitirá El 16 de enero de 1878 la Contaduría Ge-
r'xpropiar las partes de terrenos limítrofes que ner al presenta un Informe, redactado por To·
iuesen necesarios para ensanchar el mu\· reduci- más I:Jrllalba estableciendo la deuda del Estado
do local actual de la estación principal ,. sus oor ia '-'arantía de interés del 7% y por senri-
dependencia> de acuerdo con la le,· dé' c~pro­ ~ios esp~:ciaíes prestados al Estado ¡;or el F. C.
piación". Central. La ,uma asciende a $ 1.0-1-4.424. PoO>
·'Art. 11. - La fijación de ias taríias cic G!l de~pués b misma oficina. reduce la deud;," ll
3a y pasajews se harú por el Directorio de la :) 1.025.933.
Compañía v no oodrú \·cuiarse sin nrr~\·ios JYÍ· Ei 13 de febrero el Directorio dei F. C. C~n­
sos en los cÍ.iarios' de la capital con treinta día:; tral acepta la cantidad fijada.
de anti¡cipación. El Superior Gobierno sólo inte1- Ei Estado quedaba grandemente comprome~
\·endrá en eilas despué-; eme las utilidades líqui· tido al aceptar las altas compensaciones que re-
das lieguen al 165{ anua,!". clamó la Compailía. Y además un mai negocio.
.. Art. 13. La línea quedará :siemp1c en De acuerdo a la Lev de Trazado General d1!
propiedad de la Compa!lía concesionaria, p':ru Ferrocarriles se fija eÍ costo del kilómetro abier-
los pri,-i]ercios v exenciones que por esta conce- to ~11 tráfico en 5.000 libras; ei· costo real es in-
sión acuerda e'! Estado durar;:Ín po! d término ferior. pero era, se decía, una forma de atraer
de 40 años ... " capital al que se le reconoce una garantía d~
"Art. 16. - La oresente Compaíiía baio la< - interés dd /l:".ó sobre esas. 5.000 libras por kíló-
bases ele esta conces'ión Dodrá continuar ia vía rnetro . .-\I ser menor el costo real de constru&-
férrea hasta la frontera' del BrasiL pero en el ción, el interé-. obtenido por las Compañías por
caso que durante esta concesión se presente al- sus CaDitales. es sensiblemente mavor. Acentan·
guna otra empresa solicitando hacer una vía fé- do el ~0;;to de 5.000 libras por kii6m::tro. ~1 va-
rrea hasta la frontera del BrasiL se le otorgará lor de la línea es de 1.000.000 de libr~s. Las
1m plazo de ocho meses a la Con~paiiía del i. C. subn:nciones recibidas por la empresa, las des-
Central para que declare si está dispuesw a lle- ~ra\·aciones y otros privilegios, hacen ascender
;ar la línea hasta el Brasil v fi iar el plazo con lo entregado y a entregar~ a la Con1pañía, Zt unlit
el Gobierno en que debe empez~r los trabajos y cifra que se anroxima a más de la mhad ~
concluirlos. En el caso que el Directorio dei costo total de Ía línea.
F. C. Central no arribase a un acuerdo con e! .El ferroGuril inglés· pagado pm el Estado,
Superior Gobierno para la prolongación de la PXportará, en los próximos años, miles de libra.~
línea, este podrá contratar con la otra empresa a Inglaterra para el pago de obligaciones, ac,
que se haya presentado". cioncs urefcridas. acciones ordinarias. etc. El
Compensaciones: 1. Para compeu- país se 'aecla_raba' incapaz de leval_l~ar' !os ocapi·
sar a los accionistas por las pérdidas y perjuicio,; tales necesanos para la construcc10n ae ferrO"
que han sufrido. el Gobierno :;e compromete a c<Jrrilcs: recurrió a capitales extranjeros y ;,lli
ayudar a la cC:mpaii.ía por el térmi~o de diez fnal al ferrocarril inQ:)és sumas oue hu-
años con una subvención de S 25.000 anuales bieran alcanzado. pa:ra comtn.Ji;Io por
pagaderos por semestres y la Compañía hará io cuenta del Estadr~
posible para levantar en el extranjero el capJtal .La dependencia del exterior aumentaba por
necesario para lleYar la línea al otro lado del la necesidad, siempre. eri aumento, de impor·
Río Yí y hacer varias reparaciones ya muy ne· tar de Inglaterra, locomotoras, vagones, rieles,
ces arias". carbón, aceite, durmientes. . . que entraron
"Art. 9. El Gobierno pagará en cuatro basta 1890. libres de derechos. El neg-ocio dcl
mensualidades por la Aduana el importe adeu- ferrocarril no consistía sólo en las ganancias
dado a la Empresa por pasajes y trenes especia· p--:::;r transporte, sino en crear un mercado de
les. En lo sucesi\·o el Gobierno pagará al conta· dernanda creciente de los excedentes industria·
do los trenes especiales y demás sen·icios que re- les británicos. A fines de 1920 y comienzos de
quiera de la Compaii.ía". 1921 se realiza en el Senado un debate sob.:re
"Art. 10. - Para el pago de la wn- la inten--ención del Estado en las tarifas ferro-
vtarias, al concluir el! 19!8 los privilegios que de aprobación de tarifas, "Tan eficaz fue la
el convenio, arriba citado, le otorgaba al F. inter~ención del señor Capurro, que, según lo
C. Central. recuerdo, (dice Otero en el Senado, en 1921),
En esa circunstancia, J Jiménez de Aré· él mismo me mostró una bandeja de plata que
ehaga, analiza el Contrato-Ley diciendo: le fue regalada por los accionistas del Ferroca•
"Es cierto que no había grandes aliciente;; rril Central en agradecimiento de sus gestio-
para que el capital extranjero ,-iniera a com- nes". Y se pregunta Otero: "¿Podría descono·
prometerse en el país, a contribuir al fomen- cer el sei1or Capurro el principio o regla gene·
to de la cultura. al desen,·olvimiento agrario, ra! que él mismo había aconsejado al GobieP
a la transforma¿ión de nuestra campañ-a. L:> no (~n 1873)? ¿Podría desconocer que la no
tranqui!id~d pública. no había sido <t-lcanzada; intervención importaba una exención y un pri<
mud;:os factores de desorden y anarquía agita· 'ilegio ?" <Hl. Él podía, pero la doctrina que
ban al pah y si el ferrocarril había de ser, aca- contribuyó a hacer aceptar en 1873 quedó ~:
;o, el que contribuvera en medida máxima a fue aplicada y sostenida contra la pretensión
d~struir- todos esos' elementos de desorden ,. del F. C. Central de oponerse a cualquier con,
anarquía en la República nada puede extrañar· tro! estatal en !a fijación de tarifas.
nos que los legisladores de la época se sintieran
lncliriados, máxime en !a 1gr;orancn en que E! puente sobre el río Y!.
estaban. . de la ',·erdadera e~ tensión de !os de una obra demorada
techos de la soberanía, a conceder franquicias Con el ferrocarril detenido en Durazno de~<
que ho·\, . consideramos nosotros que -¡:nJPd:J d"' abrí! de 1874, bien podía decir C. n Bar"
;er exc~sivo 33
(
12 ).
ker en su Inlonne de 1(de marzo de 1878: "La
Este juicio. aun desde 3U Óptica liberaL se- prolongación de! ferroca-rril a la ribera norte
ñala la ~naie~aci6n que sizniflc6 el Contrato· del Rí~ Yí <::s considerada por nuestro Gerente
Ley Pero h-ay un prii1c1pio- doctrinado en sst:: r Clnmber!ain) como una -de !as realizaciones
do~umento que debe ser. recordado Expone en más importantes para nuestro futuro''. Cruzan·
el Senado en- la ;es ion del 2 7 d:o "'n<::ro de 1921 do el rfo, a! otro- !ad0 de Durazno, convergían
~fanuel B. Otero: "En e! año 1878 e! r:1+ ,-anos cammos que venían de la frontera; a pe-
t.sric del Gobierno estaba ~"~a "-'H que e:! río es caudaloso en este punto tre;;
do en el sentido de afirmar <::] 2:rand<::; balsas tiradas por bueves atraYesaban
!al de la aprobaci.'.n necesaria de las p0r ~1 no transportando mercancí~s .a Durazno,
~1 Estado, -en ,,,.irtud de ra.zonss Prin1ordials:; d~ Dando cuenta de !a necesidad de un puente
nrden público, . En 1873, año~ antes de "'Sta C O Barker ao-reza; se me aseguró que
~oncesión~ la. anti2:ua Dirección de Obras Pú- e! puente sobre cl
F.ío Yí atraería ha';":ia el fe-
blicas habia formulado el trazado 2":'nera1 de los rroCarril e] t~'áfico ~:Iu: ~hora ~e realiza por ~a­
:ferrocarriles , al mismc tien1po. u.n plieg0 d~ rreta a la. Gap! tal··. ,.P1enso que a los prec1o~
condicionés_ la ccnfecxi6n de .::~e phe?D de a(tuales 30 OCJQ libras son suficientes p;ua la.
r:ondiciones inter-s.·inieron lo:; h01nbres que e-n- ·Jbra 1ncluvendo una estación en la r]bera nor-
t0!1ces eran ccnsidsrado::: más. (/J!11petent::s ~n
1a rnateri~L Eran el señor .A.ntoni~ ~Í0nter0, ·~:, c;;ele¡~á!l~r~~;~:~~~;oaf]~~~~~t~ri~st~a;~::
Pres,idente .. el señor Hon0ré; el señor .luan r\l ~.=:n1a.na::; ·
1

berto Capuno, el señor Dupré el s~i1or PF- Al s:::t1mar los zastos de construcción la
nox.H e: . en sl ai1o 1873, nuestro::: l!12"e111eros Compar1ía p1ensa qué el Estado puede aliviar-
conocían toda la in1p0rtancia del asunt(_,~ -.· afir- la \_-no s<::-eaui,·oc;__ El 21 de iuÍio de 1879 se
maban ·va el principio de la homolozacirSn; es aprueba una Íev por la que 3<:: ~utoriza al P. K
decir la aprobadón .de las tarifas por ::1 Estado. a- contratar con -el Ce1iral la construcción de
coinc regla {13'~ un puente mixto que sin:iendo de pasaje a b~
Queda clara !a doctnna de la obligación trel{es. pern1ita a 13. \-ez, tráfico de carretas~ tro-
del estado en la re::rulaci6n d~ las tarifas ferro- pas. etc S'= otorg-an rarias concesiones: exo-
viarias~ Al F. C, c'-'entral C01110 prü-ilezy) 3e 1:: neración de der<::ch'Os para los materiales de
había. concedido por el Art 11 -qu<" él <::stado construcción. además efe toda contnbución e
~ólo inter-vend1~ia é.n las tarifas. dFSnués que la.::. impuesto por el término de la concesión que
utilidades líquidas lls2:U<"l1 a! 16c:-c' anual "' es- S'=rá de 39- años~ la extracción~ sin costo al?"U-:-
to por cuarénta años~ Juan .A.lberto Capurro. no de tien·a. oiedra_ arena en los terrenos fis-
quien participara en la comi~ión forn1acla sn cales inmediatcs: el. cobro en fayor de la em-
1873, fue en -1878 uno d<:: los representantes del . ¡:Jr<::sa de p:oa ie: compromico de! es'tado d<:: nc
F. C. Central; por lo tanto reconocía el prin- aut0rizar la construcción de otro puente sobre
cipie de la intel-vención d.el estadc ~n materia el Yi dentrC' del radio de dos !<::guas a cada la-

CUADE~NOS DE MA~CHA
do del proyectado; el puente podrá continuar trod~c~ión de un freno continuo aplicado desd~
siendo propiedad de la empresa aun después la máquina ... "
del término de la concesión; el estado en com- El acceso a la rica zona del norte del rio N~
pensación sólo exigía que la obra fuese segura gro que comenzaba con la habilitación del pue~
para el tráfico. El puente se habilitó el 17 de te sobre el Yi avivará en el ferrocarril su "ha:tn"
noviembre de 1879; la esperanza de nuevo trá· bre de frontera".
fico tantas veces expresada por Chamberlain
Mr. Chamberlain: un inglés en carreta
tenía ahora un real apoyo. Pero la realidad no
coincide por completo con las expectativas. En Pasan más de seis años antes de que la ~
enero de 1880 Chamberlain infom1a al Direc- nea del Central aumente su extensió~: recién
torio de Londres: "Lamentablemente para no· por un decreto del 6 de febrero de 1886 ha·se
sotros desde la inauguración del puente el río bilita al tráfico la sección Yi - 1vfolles, unos 35
estuvo muy bajo y las carretas en vez de dete· kilómetros. Este estancamiento no afecta sólo
nerse en la estación de la ribera norte (Yi) pu- al Central: las otras líneas en explotación mues•
dieron vadear el río hacia Durazno preferido tran la misma característica. El F. C. Noroe3"
por ser un pueblo. No hay duda sin embargo te. Salto - Cuareim, estuvo detenido en la e~·
que las crecientes concentrarán el· tráfico en la ta~ión Yacuy desde principios del 76 hasta fine¡
e-stación de la ribera norte". Coexistían el nue- del 83, y desde esta fecha hasta octubre d~
vo puente inglés y las \·iejas prácticas de trans- 1886 construye sólo unos 35 kilómetros. Esta
porte criollas. El ferrocarril se preocupará por paralización debida a la depresión de !os añO!
Íos caminos y los pasos pues estando éstos en 80 a 86 responde también a la política inte!"
buenas condiciones le permiten extender su in- na de las empresas. Asegurar con pocas kilómeo
fluencia alrededor de las estaciones, lo que sig- tros de vías v con el subsidio estatal un dj,-1_.
nifica cargas aumentadas. Hacia fines de 1879 dendo a sus 'accionistas. Inicialmente estos s~
una resolución del ministro de Gobierno José taban formados por comerciantes o funcionari~
~/L Montero establece: "Habiendo comunicado ingleses que colocaban sus ahorros convenCld~
a e>te Ministerio la Empresa del F. C. Central por la propaganda de sociedades dedicada' ~
del Uruguay que el mal estado en que se en· in,·ersiones en el extran iero. De> de mediado;¡
cuentra e! paso del arrovo Santa Lucía Chico de! 80 la mayoría de lo>, accionistas son ínn:r~
le perjudic~ grandement~ en sus intereses, ha sores profesionales que reclaman rápido> di'"¡.
resuelto aceptar la oferta que le hizo, de hacer· dendos. A pesar que Íos rieles están aquL mucha~
;e cargo de- la compostura- de ese paso, concu· explicacioñes est~n en Inglaterra.
rriend~ además con. el personal cie~tífico nece· -Si el ferrocarril no pr~gresaba en extemwn
sario. herrarrüentas. carr-etillas de mano etc con linea! aumentaba su !nfh=1encia tri!tando d~
tal que el Minist~rio ponga a . su disposición a.traer el mavor ·tráfico posible, al nmmo rtem'
un n(rmero suficiente de pr'ésos custodiados de- po que reno;·aba el equipo rodante Y la -,·ia deo
bidamente para. sen-ir como peones en el tra- fect~osa El 30 de di¿iembre de 1880 infon!la-·
ba ío" El cruce del Río y¡ c¿n su promesa de ba Chamberlain a! directori0 en Locdres "Le.~
nuevo transporte acentuará un permanente obras llevadas a cabo en h modificación de; !a~
proble!Tl..a del F C Central: la falt~ de mate- curvas más pronunciadas Y '=!1 los f 1.1erte~ de-::
rial rodante v depósitos de mercancías. La es· cliveS, junto COn eJ l1UeYO material r0dante Cpe
tación Centr~l er~ inadecuada; era frecuente e! es co~;truido en Inglaterra para nosotros. ~-e~
ca.so de depositar las mercancías al aire· libre ducirán nuestro cost-; de exPlotaciót1 en ~1 fu-=
cubriéndola~ con lonas v a pesar de las pre- turo",
cauciones tomadas era difícil- evitar su detério- Hacia los puertos del LitoraL Salto en pl+-
ro, provocando protestas v reclamaciones que mer lugar~ se -dirigían ':arias rutq_s qtle partien
en ;eneral oblig~ban al f~rrocarril a comp~n· do de la frontera con Brasil daban a esa z0n:"!
saci~nes. El m;terial rodante insuficiente- era una activa vida comerciaL El ganado al norte
ademá' anticuado. imponiendo gastos adiciona- del Río Negro encontraba dos salidas; la Pro·
les de explotación. c.· O. Bark;r explica; "De- dnda de IÜo Grande v los saladeros de! ríe>
bido a l~s se,·eras pendientes es nécesario un Uruguav. Lo que no sra absorbido por esto<;
efecth·o «brake - power» í freno - continuo) ; cent;os.' yenía ~- :Montev-ideo vía ríe U rugua ;.ci
eóto es obtenido en" el presente haciendo rodar pero s~ volumen no era. important:' Ademá~
dos pesados «br.ake - vans» con cada tren. Es- del ganado entre la frontera este y norte con
tos ~-agones van vacíos con excepción de los el Brasil se transportaban cantidades a_preciable~
hombres encargados de los frenos. El arrastre de mercancías, legal o ilegalmente; la dist!ncbr!
de estos vagones y el salario de la I11itad era generalmente muy imprecisa.
de los hombres sería ahorrado por la m- Cuando el ferrocarril llega a! '':{¡ encuen-

• NUME:RO :23 1 MARZO ~969


¡ra la posibilidad de atraer a >U tráfico ese in 01déu de ia junta. \ci proptetano, co!l una e.<-
tercambio de mercancías entre la frontera ~ copeta en l~ mano. me ha estado apuntando \-
el Litoral. Podía lograrlo prolongando rápida- he salvado la \-ida milag-rosamente. Esto ha .
mente la línea al norte del Río Negro: pero no ocurrido en el Departame~nto de Florida --.- \"i·
lo hizo. Chamberlain encontró otro método. nieron infiuencias y ese camino no se pudo
aprendido del país criollo. obrir" (l~-.
En 1881 se reciben de 'Inglaterra EE.UC. De la iniluencia ele lao- estaciones eu la
50 carros que trabajarán, tira~dos por mulas, en- campaña apdamo' a otro testimonio alejadó
tre la estación Yi y los departamentos de Ta- del 80 pero que retrospectivamente nos puede
cuarembó v Cerro Laro-o. Dice Chamberlain en dar una idea aproximada. En 1917 e'cribe Car-
~u informe' del 4 de n;arzo de 1882: "Nuestra los Praderi: ''En ningún país del mundo, la zo-
idea es hacer trabajar los carros entre el .Yí \ na de iníluencia de los ferrocarriles es tan pe-
Tacuarembó ... y t~ngo el propósito de utiliza; queña \- oor consiguiente sólo una superficie
alg-unos en la nue,-a ruta entre el Yí v el rico bien redu~ida del país puede gozar de aqut'l
de])artamento de Cerro Largo, que e;tá abas- importante factor de desenvolvimiento indm-
tecido, en gran parte, desde el puerto de Río trial. Aquí en ciertos casos, a cinco kilómetros
Grande como consecuencia del alto costo del de la estación termina dicho «acceso» a esta.
transporte por carreta a, y desde, ~vfontevideo. cuando no falta totalmente: en casi todos lo"
Las crecientes dificultades de trabajo del puer- casos esa comunicación t'S peligrosísin1a en al-
to de Río Grande están orientando a la opinión gunos pt'ríoclos dt'l aiío: en todos sus defecto'
pública hacia nuevos medios de comunicación". constituyen una verdadera carga para el pro-
El -ferrocarrii, los carros y las carreta;;, en só- ductor. __ " (lü).
lida alianza, aspiraban al dominio del comer-
cio de la frontera. Si el Central no aumentaba la iinea. cotn-
Si desde la estación del Yí e:! ferrocarril no praba carros.
acentuaba su nenetración en el medio rural la Chamberlain informa ele las alternativa:;
esperanza de 'nuevas cargas desaparecería. El del nuevo método: el '·acarreo", a prinCJp!Os
tráíico se desYiaba hacia el río truguay. De de 1883: "Nuestros gastos han aumentado por
la prosperidad comercial del Litoral el ferroca- la introducción del sistema del acarreo. Cuando
rril sacaba su parte; los saladeristas y comer- la idea fue realizada no existían prácticamente
ciantes litoraleños se abastecían en .Montevideo medios de transporte entre los departamento:;
v sus compras eran transportadas por el Central alejados y las estaciones rurale::. La sequía, la
hasta la estación Yi de donde salían carretas superproducción, la langosta habían destruído
para Salto o Paysanclú. Cuando a fines del 70 los pastos necesarios para el alimento de lo>
el alambramiento de los campo> se intemifica bueyes y los fletes ,.de las carretas entre el Yí \-
pudo decir C. O. Barker: ''la cantidad de alam- Tacuarernbó aumC'ntaron de 20 a 30 libra<; por
bre de cerco y p0stes que ahora se envían al carreta cargada. Nuestros galpones estaban re-
campo son un seguro indicio del aumento del pletos de mercancías. La falta de transporte de-
bienestar". Pero el alambramiento trajo algu- tu\·o nuestros negocios. Un grupo de particu-
nas dificultades que (;hamberlain indica hacia bres, atraídos por las altas tarifas construye-
1882: "Estamos ocupados en solucionar el ron carrm de cuatro ruedas v comenzaron a
transporte entre nue:-t·;-a terminal del Yí v Ce- transportar. En ::eguida lo> fl~tes comenzaron
rro Largo y tratando ele obtener del Gobierno a declinar ..- cuando nuestros carros consig-uÍP-
la apertura de ciertos caminos que han sido ron trabaja;· nos encontrarnos imposibilitados de
cerrad0s (por el alambrado'¡ y qu<' nos perju- compPtir. Vino una extraordinaria recupera-
dican". Las protestas del f(~rrocarril por el cie- ción de las pasturas posibilitando otra vez el
rre de caminos es comtante, lo qur> rPvela que empleo de las carretas ele bueyes_ . . los fletes
ei problema continuaba v se acentuaba. Tam- Pntre nuestra estación del Yí v T acuarernbó ca-
bién por este hecho St> ~eriudicaban las carre- yeron a 4 libras la carreta c~rg-ada: con estas
tas encareciéndo>e sus fl~tes: por los rodeos que tarifas las carretas de bueyesu tu~·ieron que
debían hacer. En el nrimer Cong-reso Nacio- abandonar los caminos. Aunque este negocio
nal de Vialidad celeb;·ado en ?vi;ntevideo en del «acarreo» da una aparente pérdida para el
1913, Arturo V. Rndríg-uez diio: "Yo he visto ferrocarril hoy nuestra situación es mejor .. _
lle¡:;ar un camino -:oJa-mbrad~ nor mPdin- a sin nuestro ejemplo los carros de particulares
diez metros de nna ecración ele j-PI-rncarril " lo no se hubiesen lanzado al camino v una buena
he visto cerrado tPniendo quP 1¡;-¡cc•;- un r~c(l­ parte del rr:dicn que lleg:ó al ferro~arril se hu-
n·ido de dos legna:; p;ua Üegar a la r·stación. biese cles\·íado hacia el río Urwruav. . . nues-
Hp ,;0n comisionado . para abrirlo, he ido con tros carros _ estarán listos para c~ando una

FAG. 58 CUADERNOS DE MARCHA


disminución de las pasturas detenga las carre- Después vienen los detalles de ese trazado" (l;)).
tas de bueyes". Y agrega: "Es un trazado hasta cierto punto
Si el ferrocarril tiene que elegir entre ago- ideal en sus puntos intermedios; -no Mi m
nizar con sus propios medios o coexistir con sus mojones que fija desde ya el cuerpo Legil-
las carretas de bueyes, pues, ... compra carros lativo, tomando al efecto algunos pueblos"€ 20 ).
rirados por mulas. En cuanto al derecho del Estado ~ inter-
venir en las tarifas es de señalar una opinión
La Lev de Trazado General de que contrasta con las ideas de ultra-liberalismo
f erroc~rril es que se atribuyen al pensamiento político de
Es aorobada el 27 de agosto de 188"L Su estos años: " ... este derecho es incontestable:
base téc~ica es el trazado realizado en 1873 por por b influencia que ejercen los precios del
una cowisión integrada por los ingenieros transporte sobre el desarrollo del comercio y
Antonio Montero, Carlos Honoré, Eugenio Pe- de la industria, pero ha de ser a condición de
noL Carlos Olascuaga, Emilio Dupret, Alberto que no puedan alarmarse ni coartarse los intea
Capurro. Está inspirada en la legislación de fe- reses legítimos de las empresas y en una medid~
rrocarriles española. suficientemente liberal" <22 l.
Establece ~eis líneas: .F. C. Central del Uru- Un punto central del debate es el de la ga-
_'{uav desde Monte\~ideo a Rivera; F. C. de rantía de interés. J. A. Capurro lo expresó: "L~
:.\Iontevideo a Colonia; F. C. del Oeste de 25 garantía es la base de todo el proyecto de Ley".
de A:rosto a Cannelo v Nueva Palmira: F. C. La ley fijó la garantía en un 7% anual. "Dicha
Nm-d:Este de Monte\icÍeu a Artigas (Villa); F. garantía no podrá exceder nunca de 5.000 li-
C. Uruguayo del Este de :',;Iontevideo a la La- bras por kilómetro''.
guna :.\ferín; F. C. del Salto a Santa Rosa. El proyecto del Senado incluyó un artículo;
Este trazado establece el sistema radial: to- "Cuando el rendimiento neto de la línea alean·
das las líneas convergen en lVIontevideo, sea por ce el 7% anual, la Nación quedará exonerada
el establecimiento del punto de partida en la para siempre del compromiso de la garantía".
capital o porque estarán obligadas, de hecho, Este artículo fue suprimido por la Cámara d~t
a empalmar con la línea del Central. El F. C. Representantes que fundó su resolución así: "E~
de s;lto a Santa Rosa, aparentemente fuera del te artículo puede ser un inconveniente para em-
si tema radiaL lo integrará cuando el "Midland prender las líneas, por la natural desconfianzA
"Cruguay Railway" una Paso de los Toros, sobre del capital, máxime si proviene de merc.ados le-
la línea del CentraL con Salto. El trazado re- janos." (ZZ)
conocía simplemente, el hecho de una ciudad • La lev establece ciertas normas técnicas 11
puerto dominante. Más que a Montevideo se las que deben adecuarse los proyectos de traza-
ve al Puerto. El debate en el Senado no es do de líneas. El decreto reglamentario, 3 de se-
largo, no hay grandes discrepancias. El miem- tiembre de 1884, detalla más estas exigencias.
bro informante es Juan Alberto Capurro. Veamos cómo juzga este aspecto de la ley el
Hay una opinión coincidente en los sena- Ing. Juan B. Zanetti quien durante más de 15
dores de la necesidad del ferrocarril. El sena- años irJormó los planos y proyectos de ferroca-
dor Agustín de Castro e:x-presó: "No se me niles desde el Ministerio de la Sección de Obras
ocurre más que un pensamiento ... que es mi Públicas del 1finisterio de Gobierno primero v
deseo: ferrocarriles a todo trance. Aunque se del Ministerio de Fomento después: " ... se hizo
comprometa al país, no tengo miedo que se ha- notar en muchas ocasiones que tanto la Ley co-
zan todos los ferrocarriles" <17 l. A fin de sig-lo mo el decreto Reglamentario de la misma son
~ólo el 45% estaba en explotación de la ~ed deficientes, especi,Jmente en las prescripciones
que establece. A fin de siglo A. Magdalena, di- técnicas, de modo que los proyectos de la vía.
rector de la Oficina de Control de Ferrocarri- de las obras de arte mayores, y de ]as estacio-
les escribió: "De las líneas concedidas que de- nes, hechas según la Ley, no proporcionarían
ben formar la red ferroviaria general estable- los datos indispensables para formarse un crite·
cida en las Leyes de Ag-osto de l884 y Noviem- rio exacto de las condiciones de los ten-renos
bre de 1889 sólo el 45% estaba e~ explota- cruzados, del régimen de las crecientes de los
ción'' (lSi. No tuvimos como se ve todos los ríos y arroyos. . . y que por lo tanto no se hu-
ferrocarriles, pero caben pocas dudas de que biera podido apreciar el mérito o las faltas de
los hicieran "a todo trance". - ese proyecto" \23 ). Y establece e! criterio con
En cuanto al trazado conviene recoger al- que se guía: "En vista, pues, de ser deficientes
gunos juicios. Juan A. Capurro indica: "El tra- los proyectos, aunque contengan :muchos má5
zado señala solamente los puntos intermedios datos de los prescriptos por !a Ley y su dec:,-eto
por donde deben pasar las diferentes líneas. Reglamentario (por ~J.y<t debían se1;• apro-
bados) y en vista de la imposibilidad de que tejos de de:;er ponérsele obstáculos, se ie debe
esta oficina pudiera hacer fiscalizar contínua· favorecer" <28 l.
mente la ejecución de todos los trabajos (lo que La economía del país era vista en función
no se podrá hacer por muchos años más) se d~ una región mucho más \·asta que la seña·
adoptó eficazmente el temperamento de acon· lada por la frontera política: Río Grande, Ma-
sejar la aprobación de los proyectos con la con- tto Grosso, el Litoral argentino y Paraguay for-
dición de que las empresas cumplieran con to· maban esa unidad que tenía en el puerto de
das las prescripciones de arte que se indican ex· ~fonteyideo su centro. En este "país" pensa-
tra-ley en los respectivos informes" <24 l. ban las Honorables Cámaras al redactar el
''Trazado General de Ferrocarriles".
Detenido el Central en el Yi pudo en la
En la Cámara de Representantes se modi-
forma vista, por el "acarreo", vincularse al co·
fica poco el Proyecto del Senado, aunque hav
mercio de la frontera. El trazado de los ferroca·
algunas exposiciones de interés.
rríles tuvo en la frontera un motivo capital. Las
La garantía es ratificada como la base de la
líneas más importantes del trazado conectaban
ley: " ... (el Proyecto) . . . da garantías de
b frontera con el puerto El alto comercio en
seguridad completa por parte del Estado, en el
~fontevideo y los ferrocarriles tenían intereses
cumplimiento de la garantía del 7% sobre el
comunes: hacer posible el comercio de tránsito.
capital acordado". "Esta última condición, es.
J. A. Capurro dice en el Senado en 1884 refi- puede decirse, el fundamento de la Ley y la
riéndose al comercio: " ... se trata precisamen·
única que a juicio de esta Comisión Especial
te de artículos que vienen de Europa para sur-
puede resolver el problema de la construcción ...
tir a aquella Provincia (Río Grande) o que se
de los ferrocarriles en la República" <29 ).
producen en esa Provincia para ir a Europa sir-
La discusión no alcanza a tres horas, sea
viéndose para ello de nuestros ferrocarriles v de
porque el Proyecto venía bien estudiado del
nuestros puertos de embarque". "Este es el ;,Tan
. 1 b Senado o por lo que explica el ministro de
resulta e o que debemos tener en vista y al que
Gobierno. Carlos de Castro: " ... vo tengo im-
responden precisamente nuestras líneas de ferro·
carriles para la frontera" <25 l. Unos días antes
truccione~ del P. E. de sostep.er ef Proye~to tal
cual está informado o aconsejado por la Co-
de la discusión sobre Trazado General de F. C ..
misión" <30 ).
en el mismo Senado. el ministro de Haciend~
José L. Terra, expre~ó: "Es el tránsito libre el Santos quiere poner el último remache
que produce ese fenómeho financiero que los
·extranjeros admiran en nuestro país: que nues· El Central, estando en marcha el sistema
tra renta es completamente desproporcionada del "acarreo'' aplicado por Chamberlain, se
al número de los habitantes. Nunca se podrá decide a extender su línea al norte del río Negro.
expEcar realmente la renta de nuestra Adua- La compañía presenta los planos de la
na si sólo su consumo natural fuese lo que la prolongación de la línea a principios de 1885;
produjese. Eliminando o haciendo que desapa- a mediados del mismo año entrega el proyecto
reciese el comercio en tránsito, nuestra renta del puente sobre el Río Negro, que es informa-
decaería -estoy seguro- de un 35% a un do por Juan B. Zanetti el 19 de setiembre de
40%" (~G) · 1885. Al carecerse de informaciones precisas del
régimen del Río Negro, J. B. Zanetti deposita
El ferrocarril tendrá en el co'Plercío de su confianza en la empresa pensando que ésta
tránsito

las satisfacciones que le necró
b
el tráfico · tendrá en cuenta las condiciones mínimas dé
de ganado.
seguridad: " ... en vista de haber la Compañía
Unos años antes ( 1880), decía Francisco asegurado, que la luz libre del puente es exce-
Bapzá en la Cámara de Representantes: " ... la dente con respecto a la altura de las aguas de
Provincia de Río Grande es un mercado na- mayores crecientes, cuyos límites han sido con-
tural, es una parte, por decirlo así, íntegra de cordantemente indicados por unos ancianos ve-
nuestra población, es una salida ventajosa, es cinos de los parajes del Paso de los Toros ...
un territorio que la naturaleza ha avecindado esta Oficina (Sección de Obras Públicas) acon-
a nosotros para concurrir a la felicidad de nues- seja que se apmeben las dimensiones principa·
tro país" (:Ji). El diputado Aguirre dirá en ei les de la extensión longitudinal y altma dl"l
mismo año: "Nuestra condición topográfica es- puente provectado, quedando siemure la m;<-
tá indicando claramente, que uno de nuestros ma Compañía respowable de la suficiencia de
elementos de vida es precisamente el ser mer- dichas dimen~iones". (3 2).
cado, o depósito, mejor dicho, de salida de al- El 29 de diciembre de 1886 Chamberlain
gunos de los países vecinos; está indicando que solicita la insDección definitiYa de la extem:ón
lejos de SeT un inconveniente el tránsito, que Yi - norte del Río Negro. El 28 de enero infor-
ma .Eduardo Canstatt a la Dirección General pUente) tenia un.a extensión de e;strtoo 2. ~trie
de Obras Públicas real.izando algunas observa- bo de 350 metros, mientras que, en I~ p~
ciones sobre la vía; pero las más notorias son parciales del puente, se asigna al mismo una
las que efectúa sobre el puente: el granito que extensión lineal de estribo a estribo de 753,30
debió ser usado en los estribos y pilares fue sus- metros y se ·hizo esta modificación sin justificar
tituido en los pilares menores por una piedra con los estudios y cálculos necesarios, que la
de calidad inferior proveniente de Paso de los extensión antes dada al puente fuera insuficien•
Toros. Los pilares chicos y el revestimiento fue- te y que la segunda extensión aumentada a máll
ron hechos sin aceptar la indicación de poner- del doble fuese suficiente ... " <39 ). El puent§
les "grapas de fierro emplomado". No se cons- edificado tiene una extensión de 753,30 metro~;
truyeron tajamares tanto aguas arriba como Chamberlain no levantó los cargos formula.dO!t
aguas abajo. A pesar de todo el P. E. autoriza por J. B. Zanetti.
la puesta en servicio de la línea aunque indica El F. C. Central para extender la línea al
a la empresa que debe realizar las obras com- norte del Río Negro acude al aporte del es=
plementarias señaladas en el Informe de la Di- tado. Eduardo Cooper en representación de!
rección General de Obras Públicas. directorio explica " ... que esta cooperación
Chamberlain se dirige al P. E.: "La Em- ... para los ferrocarriles que se construyen ea
presa aceptando el parecer de sus Ingenieros esta parte de América es reputada indispens
se abstuvo de ejecutar ciertos trabajos en las sable''.
condiciones costosísimas y de mero lujo acon-
sejados por la Dirección General. En su lugar, Solicita: "Se entregará a la Empresa 300
ejecutó esos trabajos con toda la solidez reque- Libras por milla en Bonos Especiales, con inte=
rida. . . pero en las condiciones de economía reses al 6% anual, pagaderos trimestralment~
indispensables para que los accionistas encuen- cuyos Bonos serán entregados a la Empresa el!
tren algunas Yentajas y estímulos en seguir em- la fecha de la apertura de la línea hasta la baG
pleando sus capitales en la continuación del rranca Norte del Río Negro y corriendo los Íl'k"
F. C. Central" <33 l. Y algo más: "Habrían pre- tereses desde esa fecha. Estos Bonos serán amor"
ferido los accionistas abstenerse de construir el tizados a la par por la Compañía, a cuyo fm
puente, antes que realizarlo en las condiciones cuando las ganancias en toda la línea, inclus@
innecesariamente dispendiosas y hasta ruinosas cualquier adición o extensión, lleguen a pas!l!'
indicadas nor la Dirección General" (34 l. "La de un 8% durante dos años consecutivos, el
Empresa .. '. ya había excedido su presupues- exceso se empleará para la amortización de loe
to de costo en cerca de $ 100.000 con el sólo Bonos y la Compañía devolvérá al Gobierne
objeto de satisfacer a la Dirección General en los dichos Bonos así cancelados" <40 l. Complet:~.
sus detalles, en que habría podido con todo de- sus pedidos de "cooperación" con otros privile-
recho dar preferencia a su criterio propio" <35 l. gios a otorgarse a la Compañía como la pro-
La Dirección General de Obras Públicas. el piedad de varios terrenos adyacentes a las es•
30 de mayo de 1887. replica a Chamberlain taciones de Bella Vista y Central, la sanción
con una dureza desacostumbrada en sus infor- de un Proyecto de Inmigración y colonias agrí·
me' técnicos: "La Empresa co::nprendiendo muy colas en los distritos servidos por el ferrocarril,
mal la economía en la construcción, hizo eje- la apertura y reparación de los caminos en la
cutar todos los trabajos siguiendo su viejo sis- campaña, la disminución de derechos de Tac
!em;:i, sin los estudios previos y serios. . . y ha- blada al ganado conducido por el ferrocarril
ciendo. . . caso omiso de las prescripciones de y hasta el mejoramiento del alumbrado a ga~
arte hechas por esta Oficina ... " (SG). "Con en las cercanías de la Estación Central. A ex·
igual sistema y dándole la luz libre casualmen- cepción de los Bonos Especiales, el resto le et
te y sin estudio alguno se han construído los negado.
demás puentes y alcantarillas en toda la línea, En la discusión general del proyecto que ena
buscando hacer economías inconsultas en los vía el P. E. y contiene el petitorio de la emprec
cimientos de algunos de ellos, porque están cu- sa el diputado Bustamante afirma: " ... voy a,
biertos y ocultos en las j¡;¡specciones ... " <3 71. 1cotar en contra de este Proyecto en general,
Estas críticas se refieren a obras que la mis· porque soy consecuente con las ideas que he
ma Oficina y el mismo Ingeniero aprobaran. emitido respecto a los deberes recíprocos que
La razón de ese vistobueno y las críticas pre- tiene la Empresa del Ferrocarril para con e!
sentes la da Zanei:ti al decir que ha sido " ... la Gobierno y de las concesiones, más que liberao
necesidad que tiene el país de extender las vías les, pródigas, que el Estado ha hecho a esa Em=
férreas" <38 ). Lo meior viene ahora: " ... en el presa ... " Aludiendo al Contrato-Ley de 1878
presupuesto !!en-:r-81 ,.";o do a Londre;; (el dice: " ... que no fue cumplido nunca por la Em-
presa leios de serlo se enf!añ'ó al Estado ción a la rnouu¡c;a.;wn propuesta por el Sr. ~li­
ya la "con éL~." <41 l. nistro; pero quiero dar una pequeña explica-
Este adelanto, a cuenta de mayor cantidad, ción; ·y es, que creo. . . está de acuerdo hasta
pero no pas2. de aquí: Bustamante con el espíritu mismo de la proposición de la
con aviso" en la.s sesiones siguientes. Empresa;'.
El F. C. Central pedía un 6% anual de in- "Sr. Ministro de Hacienda: ¡Ah! ... si ella
terés uara íos Bm1os. A mopuesta de Idiarte lo propone, no he dicho nada".
Borda¿ se decide ~1 interés del 6%: al "Sr. Idiarte Borda: Creo que la Empresa
E.sto motiva una inten·ención del dipu· proponía que se entregasen l0s títulos a la aper·
tado (!arios }Ionoré. Si ia En1presa no acepta tura".
la ';. ~ co.rreriamo~. un riesgo e\~idente. "Sr. l\-linistro de Hacienda: Entonces no he
de que la Compañía, olvidándose de ,la pro- dicho nada''. <44 l.
hace, se ampare simplemente de
La ligereza con que actuaba la Cámara put>·
de: ferrocarriles v exig-iese ~1
de no ser debida sólo al pobre niYel general;
tanto por ciento sobre la milía (7o/a). Es natu-
aunque José L. Terra era un excelente finan-
ral que no puede parecer mala una reducción
cista y Carlos Honoré un experto en ferroca-
de ínterés para el Estado: pero no debemos re-
rriles ridiarte Borda tenía experiencia amplia
ducirla de ~anera que pa"d;mos perder las ven-
en nes:rocios) ;;on fi!!uras aisladas dentro de la
tajas que nos ofrece la propuesta -del F. C. Cen-
medianía generaL Había hacia el ferrocarril
tral del Urugua;, Someto esta observación a la
desconfianza, pero al mismo tiempo todos se
porqut reahnente sería un negocio
sentían obligados a prestarle su apoyo más fir·
nosotros) si redujésernt>S estos En-
me. En estas sesiones de agosto de 1884. un
encontrásemos al otrc
dialogado nos ilustra esta actitud:
llana de 7% sobt;e el
aclaran que padece "Sr. Roustán: En estas cuestifmes de ferro-
solicita 1a Empresa es "un carriles y sobre todo del F. C. Central debe·
de ernpréstito" y que mos est~r muv escamacios: v sobre todo muy
exceptuada de la Ley caro han cost;do ellos al paÍs ... "
( Apo\·ados '¡
Bc·rda pror>One un ar- "Sr. Tezanos. Pues entonces, no le dem0~
" . ~lo' Bonos serán entre- nada~'.
el P. E. en 1a fecha de "Sr. Roustán. -;.;o Señor; démo'k para esti·
barranca Norte mular al capital, para aue nn se diga en el ex-
tra!ljero que se rechazan estas Empresas". <•:s)
El Provecto pasa al Senaclo donde es apro·
hado con pocas modificaciones - sólo de forma.
La Ley d(ce:
de una n1anera
f'ste ernpréstito Art. 1 - El Poder EiecutiYo procederá a
solicito.'! es que contratar con Don Eduardo Cooper. como re-
nara invertirlos presentante legal de la Empresa del F. C. Cen-
~n ia cónstrucción de 1a v1a. El objeto, pues, tral del UruguaY, la prolongación de esa vía
del de cierto modo fprrea desde el Yí hasta la ribera Norte deí
los títulos !Bonos) Río Negro en· el Paso de los Toros.
después que la línea Art. 2 El Poder Ejecutivo abonará a la
e~ té cons"trüída y a_bierto, al tráfico. . . El in- Empresa $ 2.350 o sean 500 Libras esterlinas
conveniente que. Yeo es, que la protección que por la milla de la mencionada vía, en títulos
el Estado concede en esta forma. es una pro· de una deuda especial que se denominará "Fo·
tección menos apwvechable para la Empres;, o mento de Ferrocarriles" con 4% de interés
meno5 eficaz. Yo pediría, p\.;es, ai Sr. Diputado anuaL
que ha propuesto 'este artículo que io m¿difica- Art. 3 -.La. Empresa empezará a amorti-
se v en vez de señalar como época para la zar los títulos que reciba por la construcción
ent~ega de los títulos la ape-rtura · de la de la línea, a los dos años de la fecha en que
vb. seííalase acmella en que los trabaios empe· la entrega se haga efectiva. con el excedente
zasen. " (~J) " del 8% del valor~ de toda la línea desde Mon-
te,·ideo a Paso de los Toros y a medida que lo
que deben fa\·orecer a es- pwduzca.
tas mCis no haré mucha oposi- Art. 4 - Los títulos de que trata el artículo
• serán entregados a la Empresa por el Poder propone tres rubros: I) 5.000 Libras de las ga-
Ejecutivo, después de la apertura de la línea na.ncias del año fiscal junio 1883 - jm-.Jo 18B4,¡
hasta la barranca Norte del Río Negro y los 2) las sumas recibidas y a recibir por !a. Com-
intereses se abonarán en las mismas fechas fi· pañía del Estado por amortización de los Bn~
iadas para e! servicio de la deuda "F. C. Cen- nos emitidos por el Artículo 10 del Contrato=
tra! del Uruguay". Ley de enero de 1878. Lo recibido en amorti~
Art. 5. - Es obligac!ón de la Empresa. faci- zación por la Compañía se eleva en esta fech!!
litar al Poder Eiecuti-·o cada Yez que lo r~quie­ a 28.191 Libras. 3) !a subYención del Estade!
ra, e:o--.hibición de libros, registrosv demás- do- acordada por el Art!cu!o 9 de! mismo Contra~
to-lev. . .-.el Gobierno se compromete a av<!'
cumentos que se deseen •·erificar a los efectos
de los artículos 2do. y 3ro. de esta Ley. dar a !a Compañía por e! té~ino de i O afi~
La falta de cumplirniento de este artículo, con una mbvenci6n -de $ 25.000 anuales pa~a~
~.:-elevará al Estado de las obligaciones contraídas. cleros ·por semestres - . ;~~ le entregado p.~r ~e!
Sancionada d 24 de Eetl.embre de 1884. estado- al Central por este concept~ ;;.scie;;de.
Sobre el sentido del articulo 3ro. el rrúnís- en octubre de 1884- a 22.397 libra-s "
trc de Hadenda explicó en el debate de la Cá- El Fondo de Reserya e;; integrada con 50_588
'!lara de Diputados que: ", .. la Empresa no es- libras pagadas por ":'! estado ~n cumpli.!:Dientc
tará obligada a. empeza:!:' la amortización an- del Contrato-Ley de enero de 1878 y sólo 5.000
tes de do; años, a.unq-ue sm di.-ldendos :<ean ma- libras de ganancias por la s:-.-plotáción de h.
yores del 8% pero -también. que si a los dos linea. En siete años d estado pagó al Cent~
afros no ha pr¿;duddo la lí~ea- el 8%, ella es- $ 238.500~ con este aporte la Co~p:ailia ÍO!!!!!-
tará obligada siempre a empezar la. amortiza- m Fondo de Reserva.- E! negocio de lo:; Íerrc;--
ción cuando en cu~lquier tiempo !a línea pro- carriles está, a esta altura ... ante:; que en -e!
duzca más del 8% ~l aplica; ese excedénte tráfico~ en las suh·venciones que el Estad~ le!
cualquiera que sea !! la. ~mort!zación;~ (4:S), entrega. Téngase en cu":'nta q~e este Fondo de<
La empresa no necesitaba este verdadero Reserva se establece luego de haber pagada 1~
subs1dio eÚatal - la posibilidad de reintegro Compañía los intere::es ~de las a,ccloñe; nref~
era poco menos que ilusoria al fijarse el 8% ~de r!das, el debenture v !os intel-eses d"' las ~cci-~
rendi.rniento neto- de la linea para el comienzo nes ordinarias sin contar !as obligacion-os quE
de la amortización de los títul~s. al igual que e! debenture gozaba!~ de u!:! S%
Un dialogado, cuando se discute el Proyec- de interés anual. ·
ta en la Cá~ara. de Diputados. indica esta, po- ¿Y los bonos qu":' entregará el estado p-~
lítica del Centra!: - . la extensión de !a línea a1 n-;rte de! Rio Ne~
cuando ésta sea abierta a! tráfico? Le di.~c~
"Sr. La cueva. los indese~ pensaban há-
la razón a! diputado Lacueva pero aún no pr-e-
cer la Ii11ea sin garantía alguna ¿ iban a ha-
bamos que e~tábamos en lo cierto al afinna.f'
cerla sin que nadie :se la g~rantiese''.
que la empresa no necesitaba subsidio o "es~
"Sr. Tezanos. De esto no tenía conodrnien- pecie de empréstito" para la continuación d~
to la Comisión''~ ia linea. En fa Memoria correspondiente a! añ~
"Sr. Lacueva. Estaban !m estudios hechos; terminado en iuni.o de 1884, &'e indica e! Fon-
y sólo en vista de la última Lev que se ha die: do de Reserv~ y los rubr;s provetúente.s de
tado (Trazado General). es que s~ han anima- las oblig-aciones contraídas por -e1 Estado en e!
do a pedir eso'' (47). · · Contrato-Ley de enero de 1878 v se agrega otro:
El diputado Lacueva no prueba su denun- "Los bonos a recibir por el Gobierno por su
cia, lo intentaremos hacer nosotros. ;;ubvención para la extensión de lti- línea
- En la asamblea genera! de accionistas efec- al Norte de(Río Ne_gro".
tuada en Londres el 8 de octubre de 1884 el La línea se con;truye con la em1s!6n dé
presidente del directorio, George Drabb!e, . pro- 23.000 acciones de 10 libras cada una.. AJ 30
pone la creación de un Fondo de Reserva: ex- de junio de 1886, aún la línea no ::;e abrió :al
presando: ''Yo ten_go e! honor de estar vin~ula­ tráfico y quedan por colocar sólo 2.500 acch
do con la «City ~ of Buenos Ayres Tranway nes. Con este capital se pagan la~ obras. Y lo!!
Company» y con !a «Buenos Ayres Great Sou- Bonos del Estado. - - bueno, io que abunda n~
thei:n», en ambas Compañías encontramos una daña.
gran ventaja en !a creación de Fondos de Re· Veamos e! estado de !a e.;,."]Jlotadón de 1-!1.
;:;erva, .. estoy seguro de que cuanto mayores línea en los años: 1883 a 1886: Elegimos es~~
sean nuestras reservas mejor será nuestra situa· años porque los kilómetros abiertos al tráfict?
ción y mayor el valor de nuestras acciones". son los mismos para el periodo (200); par-a m&
Para la integración de este Fondo de Reserva dir los efectos de la construcción del p~1ente SO"

NUMEI"lO 23 / MAF:lZO 196!0>


ote e1' 11 •v· :.:::1 ~!sterua de ··aca.trev c;,taülecicia . . 11 lo~ i)alallct:~ de ia cuu1uaüia. a pa1 u1 e
por Chamberlain; y observar el incremento del 1883, van de julio a junio. E~ decir yue el '·aüo"
ferrocarril en el movimiento de pasajeros y bie- 1883 se inicia el 1Q de julio de 1882 v tennind.
nes. En cuanto a los "años" una observación: el 30 de junio de 1883 y así suces¡~·amentt.
Años 1883 1384 1885 10"{'
Q,)l)

Nro. de pasajt:ros .. , ' ..


~ ~ ~48.776 260.939 272.955 :288.1 j:{
Ingresos por pasajeros ... .. ~ L. 45.379 49.999 53.227 +9. 73:l
Lana V Pelo • • • "" ~ • • ~ ~ a 1! " :! ~ • Ton. 12.716 13.90(! 15.857 15.587
'
:Mercancías < •• ~ • 3 " .. " .. ~ f' .. ~ • Ton. 36.026 42. 12b 46.494 38.830
Alambre y Postes • ~ • ' • ~ • " Ton. 8.855 8 430 7.441 +.399
..
!' •

Ingresos por mercancías < • L 95.6(!2 98.465 \ 17.8\! 101.624


Ganado . . . . .... " ... ~ ~ 59.145 71 .-1-88 63.H3 :J8. 497
IngTesos por 15anado ~ . . .. .
~ .,. ~ L 7.617 \3.282 12.547 7.108
Total mgresos ••• ~ ~ <\> .. , ~ ~ ••• L. 156.917 169.996 193.4-90 167.429
Ganancia ..... _.. "' "' ~ ~ " "' L. 8.2. 244 86.513 99.837 77.110
Los vagones de ¡¿anaclo ascienden de 30 en te por carreta. En las bajas preliere en cam-
1883 a s,f en 18sir: en 1879. cuando se em· bio el envío por carreta. no tiene urgencia en
plean por primera v~z vag·one; adecuados para vender y la duración del vía je puede signifi·
el ganado, su número era de 6. La cantidad car que al llegar a Montevideo encuentre me-
de ganado transportado asciende a 232.563 jores cotizaciones. El transporte de la lana por
reses que significan aproximadamente la mitad ferrocarril, reducido en el volumen de ell\·Íos
del consumo de lvfontevideo en el mismo cua· totales, en buena parte, obedece a especulacio-
trenio 1883-18861. En invierno. cuando los nes de alza de precios. Otro factor influye eu
ríos y arroyos y la íalta de caminos hacen di- los envíos de lana por el Central; Chamberlain
fícil la venida de los troperos a Montevideo. a principios de 188-1- escribe: "El carácter ele
es el ferrocarril quien aporta al consumo el los negocios aquí como en Buenos Aires está
mayor porcentaje. Esta regularidad, frena en cambiando. El productor emplea con frecuen-
parte, el alza del precio de la carne en ?\Ionte- cia un comisionist:1 para vender directamente
video, característico de la época invernal. Cuan- su lana en vez de enviarla al b;1rraquero. Este
do las pasturas son abundantes y los arroyos y comisionista no tiene depósitos como el barra-
ríos dan paso el ferrocarril encuentra en las quero y no sólo está dispuesto a pagar el alma-
carretas y en el tropero competidores difíci- cenamiento sino que además su interés está en
les de desplazar. Para habituar a los estancie· inducir a sus clientes a enviar su lana por fe-
ros a que envíen su ganado por la línea férrea, rrocarril y tenerla depositada sin intern1edia-
el Central corre trenes nocturnos e~pecia· ción costosa, hasta que pueda ser vendida ... ''
les, de alto costo de explotación. Lo> trenc' "Por está razón. . . es que recomiendo la am-
ordinarios diurnos no te~ían aceptación para pliación de los depósitos ele la Estación Central".
e! transporte de ganado por las numerosas pa- Al llegar el Central al Yi la rica zona ga-
rada~ que realizaban en las estaciones inter- nadera dél Río Negro está al alcance ele los sa-
medias perjudicando así al ganado. lade¡-istas de Monte\·icleo. Estos pueden com-
La superproducción y la baja de precios de petir en precios con los salacleristas del Lito-
h< años 1885 v 1886 se refleja en la disminu- raL que hasta ahora eran el mercado, junto
ción del ganado transuortado. v además en el con Río Grande, de los ganados del norte del
¿,,scenso Cle las merc~ncías tr~nsportadas que Río Negro. Las facilidades de embarque de
el estanciero compra en lvfontevideo y envía 'Montevideo, colocaban a los salacleristas capi-
por el Central al interior. Esta haja de precios talinos en ventajosa posición con respecto a los
afectaba más al ferrocarril que la competencia del Litoral, pudiendo pagar mejores precios y
de los troperos ·, las carretas, pues si no trans- tener asegurado en el invierno por el ferroca-
portaba el ganado a lvfonte\·ideo podía lle\·ar rriP un regular abastecimiento. Esta competen-
al interior las mercancías :adquiridas en la ca- cia. ahora insinuada, se acentuará cuando la
pital. Les buenos precios dei ganado y ia lana línea llegüe a Paso de los Toros v el ganado
;;: manifie'itan en el momento del tráfico de comienc~ a bajar, por el Central a .Mont~vicleo.
mercancías. Cuando el precio de ia lana es al- Con transport~ incrementado y aumento de
to inmediatamente se producen fuertes em·íos; material roclante la vía mostraba, más acen·
lo.:.: nroductorc:;:, c¡uicreu Ztnro'.-cchar si11 dcn1o~ tuadas. sus viejas insuficiencias. A principios de
ra:: r.·J alza. en\·ia;1do por ft~rrocarrjJ su 1884 C'Cribía a Londres Chamberlain: "Esta-
al lento transpm: mos renovando gradualmente la línea con ríe-
les de acero pesado. Creq que debemos estar que separan Salto de ltapeby, La e."~ím
pn·parados para enfrentar la renovación de de la linea parece tomar impulso: en el ~
toda la línea en los próximos años'' C. O. Bar· año, 1874·, se inauguran 42 kilómetros má!.
ker, secretario del directorio en Londres infor- Pero una nueva paralización de la!! obras afecta
ma el 18 de setiembre de 1884: " ... el Geren- a la empresa; en junio de 1876 los kilómetro~
t<:' (Chamberbin) y d Ingeniero Residente en explotación alcanzan a 93 y no 3e agregm
. \Vingate) concluyeron que la renovación de ni uno más, hasta fines de 1883; tn casi dC!Cti
5 kilómetros de línea durante el presente año años de concesión, apenas la línea tiende 9S
\ 1884) y 7 kilómetros cada año serán suficien- kilómetros, pero ha causado grandes desembol-
tes uara el efectivo mantenimiento -salvo irn- sos. al Estado. Los 180 kilómetros que separan
pre\~iotos- y que el costo debe ser pagado sin Salto de Cuareim serán completados por 1~
excesivo efecto en el servicio de los dividendos". compañía en abril de 1887, 19 años despu~
Y a comienzos de 1885 explicaba Chamberlain: de o'torg'ada la concesión. El F.C. Central ~~
"Para trabajar con un gran volumen de mer- truyó d~sde la fecha de la concesión, 1868, h\\!1:'
cancías en conmetencia con un barato trans· ta abril de 1874, unos 200 kilómetros.
porte de carreta~ de bueves es necesario que
los trenes sean pocos pero' largos y pesados". El contrato de reorganización de 1881
Con la inauguración de la extensión al Río
Negro y del puente que lo cruzaba (1887) -con Bien pudo decirse en el mensaje dd :P,:E. a:
el "último remache" puesto simbólicamente por la Asamblea General del 22 de junio de 1880
Santos- el Central continuaba avanzando sus que: "A este paso ... en un corto tiempo mM
rieles hacia la frontera y trazando el predomi- el crédito del F.C. del Salto a Santa Ros'!
nio de la Ciudad· Puerto. corazón del Alto Co- crearía un conflicto a la hacienda pública." EJ
mercio del que decía "EÍ Siglo" en 1883: "Está Estado tenía que " ... precaver cuestión tan
en el interés de los Gobiernos reconocer la le- grave -continúa el mensaje- y poner térmi-
gítima influencia de los hombres acaudalados· no a esas garantías indefinidas del 7% qu:J
y del Comercio". !a inexperiencia o el interés de favorecer emA
presas que influyen en el bien del pais auto-
rizó en otras épocas. , . " La empresa reclama-
2. DOS FERROCARRILES: EL
ha por el importe del interés garantizado, 7%
"NOROESTE" A CUAREIM; El ~obre 10.000 libras la milla abierta al tráfico,
"URUGUAYO DEL ESTE" A ~ 1 . 028.460, ''por cuenta de las 2. 000 aedo·
PANDO Y MINAS 11es con que el gobierno se Sl.iscribió y !o qu@
'.:nportan los servidos de telégrafos y trenes elt"
Los prorrogados comienzos peciales: $ 294.000." "Estas cantidades, unida!
a $ 1 . 200. 000 a que ascienden las mensuafi~
Francisco de Marcoartú, ingeniero civil, y da des de $ 5. 000 por veinte años, darían 1~
Francisco· Bravo, asociados en Londres en 1867. suma total a favor de la empresa de pes~
obtuvieron por un decreto de diciembre de 2. 228. 460. . . y para el ca~o de demora, con
1868 la concesión para un ferrocarril de la ciu· intereses que por el lado más ventajoso 3erían
dad "de Salto a la frontera del Brasil". Una siempre de 9%, que establece la ley cuando
lev. del 23 de octubre de 1868. autorizaba al no se ha convenido especialmente y que irían
P.·E. para que, bajo las mismas ~láusulas y pri· en aumento, llegando un día. . . a constituir un
vílegios acordados a la compañía del F.C. Cen- enorme crédito contra el Estado."
tral del Uruguay, contrate con Arturo de 1vfar· Se llega a un aCl¡erdo r.on el NoroesteJ el 8
coartú o con cualquier otra empresa, la cons· de febrero de 1881:
trucción de una vía férrea desde Salto a la 1 . - La compañía renunciará a la garan-
frontera con Brasil. A pesar de contar con un tía del 7% establecid:.l en el primitivo contrato
grupo de ingenieros, George Wright, H. Hef- y relevará al gobierno de la suscripción po"
burn, R. A. \Vilkinson, los estudios no progre· acciones igualmente establecida.
san v. menos. se vislumbra la apertura de la 2 . - En compensación, se entregan &\ la
línea: . · compañía $ 771.539 en bonos que gozarán de
Tres decretos conceden prórrogas para la un interes de 4% y 2% de amortización a~
iniciación de los trabajos: 12 de diciembre de mulativa.
1870: 18 meses; 12 de iulio de 1871: 12 me· · 3. - Emisión de "deuda del F.C. Nor003·
ses; 20 de febrero de 18i2: 12 meses, ahora co- te del Uruguay'' hasta la suma de $ 1.800.000
mo "última prórroga". Recién el 22 de junio con 4% de interés anual }" 2% d~ amortiza·
ele 1874 '"' abren al tráfico los 33 kilómetros ción acu.m.uhtl'\11!. ·

NUME:RO 23 1 MARZO 1961?


'7 . - La compañia devolverá al Estado ios que, pesbordando la frontera política, tenía en
vales adeudados de $ 3. 000 que fueron entre· el comercio de tránsito y en el contrabando su
gados por suscripción de acciones. razón de ser. Francisco Bauzá, siendo diputa-
5. - Obligación por parte de la empresa do, dice en cámara, en 1880: " ... He aquí lo
de terminar la línea desde la estación Yacuv que la estadística nos dice. En el año 1878, el
hasta el Cuareim, fijándose al efecto un plaz~ comercio de tránsito de la Provincia de Río
de dos años y medio a contar desde la fecha Grande con la frontera del Salt9, arroja un \·a-
(8 de febrero de 1881). lor oficial de $ 265.507". <49 )
Cuando el Estado firmaba esta reorganiza· El contrabando hacia Brasil se nutría con
ción y asumía tan pesadas cargas, la línea te- ganados, artículos de lujo, bebidas, telas y des-
nía 93 kilómetros; a un costo real de 5. 000 de 1860: " ... el charque producido en Buenos
libras, $ 23.500 el kilómetro, su valor era de: Aires y en otros lugares del Río de la Plata pa-
~ 2.185.500, menor que la suma reclamada ini- rece que comienza a ser introducido en el im-
cialmente por la empresa, $ 2. 228. 460. perio después de «naturalizado~ en la Repúbli-
Parece que los "ferrocarriles a todo tran· ca Oriental del Uruguay por medio de certifi·
ce" de los senadores de 1884, se convertían en cados de origen". (50)
"los ferrocarriles a todo costo". del Estado y Unos años antes de que el. Noroeste empe-
de propiedad inglesa. . zara su lento camino a la frontera. el ministro
Podría pensarse que estas cantidades acele- de Hacienda del Imperio del Brasil informaba
rarían la construcción del Noroesté. El artícu1o al Poder Legislativo: " ... el contrabando por el
lO del contrato-ley la obligaba, en un plazo de río Uruguay y por nuestras fronteras terres-
dos años y medio, a llegar a Cuareim. "En el tres. . . tiende a tomar incremento. El Estado
caso de que la empresa no cumpla. . . quedará Oriental del Urug-uav conserva el sistema de
absuelta la nación de toda responsabilidad res- tránsito en algun~s partes del (río) Uruguay.
pecto a las obligaciones por la cantidad de Por esta política, los contrabandistas realizan
S 771 . OCiO. . . comprometiéndose la empresa a grandes ganancias; pueden traer a nuestro te-
de;·olver las obligaciones que representa la in- rritorio artículos de lujo libre<; de derechos y
dicada suma, toda vez que no se haya produ· excluir del mercado dt:' (la Provincia de Río
ciclo caso de fuerza mayor debidamente justi· Grande), los que son importados por la ciudad
ficado ... " Que sin duda se produjo, como lo de Río Grande". (51)
indica el decrete del 18 de junio de 1883, que El Noroeste avanzó lentamente: el tránsito V
concede una prórroga de 18 meses para llegar el contrabando no fueron suficien'tes para ac~­
al Cuareim. Vencidos esos 18 meses el Noroes- lerarlo; sí para estimularlo; pero una vez termi·
te se tomará 27 más, hasta abril de' 1887, para nada la línea formaron su tráfico, aunque no
completar la línea que debió estarlo, según era pudieron establecerlo como una empresa exito-
su obligación, a fines de 1883, o con la prórro· sa. En los últimos años del siglo XIX era esti·
:;;a, en enero de 1886. mado así, por un especialista en ferrocarriles:
" ... A pesar de la ventajosa disposición de su
Salto y su "Hinterland" trazado y de la importante zona en que actúa,
que le permite alcanzar un tráfico constante
Salto hacia 1870 es: " ... el puerto comer· que le aportan el intercambio con el Brasil v
~lai de la vasta y rica zona que comprende to- su comercio de tránsito, sus entradas apenas al·
cio el norte de la república con los departa· canzan a cubrir sus gastos, recargados por lo
rnentos de Rivera, parte de Tacuarembó, los de regular, debido a las continuas reparaciones y
Artigas y Salto, la región brasileña de Urugua· renovaciones que le originan las condiciones pé-
v~na e Itaquí y parte del litoral argentino: Los simas en oue se encuentra su vía. construida
Libres, :ivfonte Caseros, Federación. La impor- con eleme¿tos de sistema primiti;o." "En el
tante flota de la «Nueva Compañía Salteña de trieño que comprende esta Memoria (1897, 1898,
~avegación a Vapor», la incipiente «Mensaje· 1899), ha renovado 17.155 metros de rieles. em-
rlas Fluviales». amén de numerosas embarca· pleando los de acero de último sistema; y 22.513
ciones, unían .el puerto salteño con todos los durmientes, equivalentes al 11,30% de la exten·
demás. del Pla~a, Uruguay y Paraná ... mien- sión total de la línea.'' <52 )
rras b1en or_gamzadas empresas de dilio-encias de El Noroeste favoreció la navegación del río
itinerarios fijos combinados con la salida de los ürm;uay, vertiendo en él y sacando del puerto
ha¡¡cos, concentraban en el puerto, pasa ieros y de Salto las mercancías que el comercio inter-
correspondencia de la zona terrestre arriba de· nacional ponía en sus vagones. El F.C. Central
limitada". (·iS) La unión de Salto con Cuareim en Paso de los Toros, desde 1887, intenta atraer
· -~H:"'J1tuaría la actividad de esta zona comercial hacia esta terminal el tráfico que se dirigía por

PA~.. ea CUACERNOS CE MARCHA


da fluvial, desde Salto fundamentalmente; a dores; y últimamente a desastres s~dos~ por
Montevideo. Sólo cuando llegue a Rivera po- la línea en los desbordes de los ríos A.rapey ~
drá desplazar la hegemonía que el Noroeste y Itapeby, causándole perjuicios de considera-
•' " 156)
Salto tienen al norte del río Negro. ClOn... ·
Al discutirse en la Cámara de Representan- Para evitar el contrabando, se obligó ~ la.~~
tes el proyecto del ley de Trazado General de mercancías en tránsito a ir por el Noroeste a
Ferrocarriles, el ministro de gobierno, Carlos de vagones cerrados; cuando la via no estaba com-
Castro, informa sobre el ferrocarril de Salto a pleta se continuaba el viaje hasta el Cuareim.
Cuareirn: " .. .la línea (férrea) de Concordia en carreta. El material rodante de la empresa.
para el Alto Uruguay tiene por principal efecto era reducido, dándose frecuentemente situaciOe
precisamente salvar las dificultades del Salto nes corno ésta: "En noviembre de 1881, cuando
Grande, puesto que la navegación fluvial se ha- el punto extremo de la línea era la estación d~
ce imposible en el Alto Uruguay. Ésta es la ra- Jacuy, informaba el diario «Ecos del Progreso~,
zón del establecimiento de una línea, de urgen- que en tal punto se hallaban detenidas por faJ..
cia allí, tanto de parte de la República Argen- ta de vagones, 40 carretas cargadas con frutal
tina corno de la República Oriental. El gobier- del país." "Si esto es así -terminaba dicien-
no de la república ha propendido a establecer do-, preciso es convenir en una cosa: y es: •
la línea del ferrocarril de .Salto a Santa Rosa, que a la empresa le faltan vagones, o que to-
precisamente para contrarrestar el comercio ar· dos los negocios de aquella sección se han dllf'
gentino". <53 > Unida Concordia a las poblacio- do cita para remitir los frutos al mismo tiem-
nes del litoral argentino por la vía férrea, inicia po." (57)
una larga competencia con Salto, de quien an· La congestión que le causaban al Noroet!tfl
tes había dependido. los convoves de carretas en 1881 tiene un el:@
De la rivalidad entre el Noroeste v el ferro· en el "Reglamento General para los Ernplead01
carril al Alto Uruguay y de "la circu'lación co- del F.C. Noroeste del Uruguay" (1886), que acle
lateral que se alimenta con las ramificaciones. vierte a los jefes de estaciones y empleados que:
importantes que Salto, Paysandú y parte del li· " ... están en el estricto deber de hacer toe~@
toral argentino tienen con el vecino imperio", lo posible para conseguir tráfico y nuevos clie~
<54 > informa A. :Madalena en agosto de 1887: tes para la empresa y propender por todos Jo;¡
"En los pocos días de mi pen;;anencia en el medios a su alcance al fomento de la agricuJ..
Salto, he tenido ocasión de observar el escaso tura, industria y progreso de sus distritos." < 5 ~)
movimiento de que se resiente hasta el presente Sobre sus antiguas aliadas en el comercio de
esta vía férrea. Inquirida la causa de este la- tránsito indica a los jefes ·de estaciones que si:
mentable malestar, vine en conocimiento de que " ... les llega a conocimiento que en su distrito
ciertas prácticas administrativas. . . dificultaban se transportan cargas hasta el pueblo de Salto
el comercio de tránsito entre esta reuública v y viceversa, por medio de carretas, es obligación
e! imperio, hasta el punto de obstruir" por com'- estricta de ellos hacer todas las averiguacionel!l
pleto este comercio, aprovechándolo con toda co· del caso y remitir Ios datos a la Administra=
modidad el ferrocarril de Concordia, que corre ción, como son: nombres de remitente y eonsig--
narejo con éste, ofreciendo en las condiciones natario, punto de partida y de destino, pe!o de
actuales mayor baratura ... Es a la verdad sen· carga transportada y flete pagado, clase de cal'-
sible que u~a empresa como la del F.C. Nor- ga y motivo de transportarla por carreta en lus
oeste del Uruguay, llamada por tantas razones gar de ser por ferrocarril''. <59 l
a ser intermediaria del comercio entre este país Las cifras de explotación del F.C. Noroestfl
y el imperio limítrofe, se vea privada de lo;, exponen las características de la zona servida
resultados de su movimiento de tráfico que el por la línea. Desde 1878 hasta 1887, el núrnerc
vecino ferrocarril aprovecha tan cómodamen- de pasa jeras transportados se mantiene por de-
te ... " (55) ba io de 13 . 000 anuales; terminada la línea
Las cosas no marchaban mejor a mediados (Ü387) alcanza a 20.000 anuales en 1889; en
de 1889; el mismo Madalena nos dice: "Prime- los años siguientes hay un descenso, estacionán•
ramente se atribuía la escasez de movimiento dos e en 15.000 anuales. La carga transportad'a
.de la línea a dificultades aduaneras que han oscila entre un máximo de 20.594 toneladas en
quedado arregladas satisfactoriamente, luego a 1883 y un mínimo de 13.153 en 1885 (antes de
trabas que ponía el cónsul del Brasil en Salto. llegar a la estaci6n Cuareim). Concluida la Ü·
cobrando un derecho ilegal sobre las cargas de ne~, el aumento de carga es considerable: entre
tránsito para dicho :hnp.erio, cuyas dific~ltadeg 18E9 y 1895, el año más bajo es 1891 con 31.746
se han subsanado también satisiactoriamente toneladas; los otros años fluctúan en las 40.000.
por intermedio del ministro de Relaciones Exte- El tráfico de pasajeros, en los ferrocarriles,

NUMS:RQ 2S 1 MARZO 7969


al de su explotación pro~iee el g1 u eso Jo conces2on hecha a esta $OCi~.:lad; pero estan-
de ingresos: en el Noroeste 'es superado por do por vencer el plazo para la construcción ,¡e
el tráfico de cargas, correspondiendo esta inver- la vía a Pando solicitan una nueva concesión
;tÍÓn de los factores, a las necesidades de la re· que le es concedida por un contrato-ley el 3
gión: trasladar mercancía-; desde y hacia la fron- de mayo de 1878. Baena y Rmende explican
tera. El Koroeste avanzó iencamente en el ten- que " ... hemos obtenido en nuestro favor el
dido de sus el tránsito v el contrabando crédito hipotecario por la suma de 40.000 libras
no. acelerarle. Pero ~na vez termina- que el Banco Mercantil del Río de la Plata te·
da aunque sin lle- rúa contra la Sociedad R. R. Pealer y Cía., due-
varlo ser t::rnpresa de a1ros rendin1ientos. ño del ferrocarril de Montevideo a Maroñas y
Pando. La adquisición de este crédito nos im-
El F. C d1: l\iiont":'video a Pando y Minas puso la necesidad de obtener también otros con·
tra la misma empresa. . . estando ya en nuestro
despertó el temprano inte- poder todos los que gozan de prh·ilegío y cons·
rés de los pc:tH:Lonacn de c.oncesiones ferrovia- tituyen una suma considerable". (62 l
rias. ~\o los intentos de fraudes ni los Baena v Rosende tenían otros arg-umentos
proyectDs Juan B. Zanetti, infor- para qued~rse con ia concesión. El Fiscal de
mando al de gobierno José M. Monte· Gobierno v Hacienda los señala: ''además del
anzU1za. eD 1877 una concesión que soncita
notorio capital con que cuentan. . . es público
1;;± construcciór.: dz~ un ferrocarril de Punta del que: la empresa Pealer y Compañía tropezó,
E>te ai Cebollatí. "E! trazado del eíe de la YÍa de-;de el principio de sus trabajos, con una pro·
~al~ d'= la Punta dtl E3te de L"fa1d-onado~ toca piedad de los Sres. Baena y Rosende, que de·
la ·~7illa ll11SEJ.a de 11aldonado; sup:rando -19- a}~ bía atravesar la línea de rail. La expropiación
tura <::on cunas v s1gue despues del terreno para facilitar esa travesía, dio ori·
en su costeando o ·pas;ndo muchí- gen a un pleito que todavía está pendiente, sir.
Slmos los cuales varios son de ex~ que aquélla haya podido consumarse. Dueños,
para tocar Rocha empero, hoy, los Sres. Baena y Rosende del
recorrer regulan:¡¡_ente, pero principal gravamen que agobiaba a la Empresa
esteros. de las cuales hay Pealer y Compañía y que la devoraba también;
cis cuatro kilómetro;; y en el extremo de la ex- y dueños desde antes de la propiedad que es-
"' ,., ') ' k'l ' . .
t ens1on u e -+ _-ll;.:mr:tros. ·~· ~or consi,gtue?te no torbaba ei curso v conclusión de la línea en su
parece ser lo rna~ conveniente para los Intere- primer trayecto, ;e comprende desde luego, que
ses del Estado y de Ía misma socie- cualesquiera otros inconvenientes que pueden
aún presentarse v tengan que allanar, son le·
.En FranciscQ Ros comentaba este ves. ~amparados 'con ~sos dos que hostilizaron
sin la formalidad oficial de J. B. Za- la Empresa Pealer y Compañía sin que ésta pu·
. escribien~o: " .. ·_:~quí r::o ?abía ;mpr;sa diera vencerlos. . .. La propuesta está calcula-
consl_ructora, m compama cap1tahsta, m capttal da ventajosamente para los interesados. Pero a
en el exterior. Se trataba simplemen- pesar de eso, el fiscal opina que hav en ella re-
una co:tnandlta~ que sin conocer la geo- ciprocidad de conveniencias para el país. para
del pah ... proyectaron, así corno así, un su industria, para su comercio y en fin, para
plan de ferrocarriles y colonias con al· los intereses de toda clase." (G 3 )
~una pr;ten.s~ón internacional. . . completan~o
J.a combmacmn con el cebo de una garantla Las siguient~s ~or::. las bases de "reciproci-
de1 Estado para el capital que debía e~plearse, dad de convemenc1as.. :
a fin de tratar de negociar después en el exte- 1) Se exceptuará a las propiedades y ma-
en el interior o donde se -pudiera." C61 l teriales de la empresa de todo impuesto, vigen·
Tres Goncesiones para construir el F.C. de te y a crearse.
11ontevideo a Pando se refundieron en una so- 2) Se concede un año de plazo para cons,
la, por cesión de den~chos, en favor de R. R. truir el ferrocarril a Pando y tres años para
Peal~?r y Compañía. Un decreto de 3 de mayo extenderlo hasta Minas.
de 1877 otorg-a a R. R. Pealer v Cía. un año
de prórroga para la conclusión d~ la línea pro- 3) Derecho a explotar minas para uso v
yectada a Pando v dos años para su termina- provecho de la empresa, en una zona de dos
~ión hasta ),finas.' En abril de 1878 Baena v leguas de cada lado ele la vía por el término
Rosende se presentan al ~finisterio de Gobie;- de 20 aíi.os. "Si la mina o minas de cubiertas
no Tnanifestando ser acreedores de la Soc}edad existiesen en terreno~ particular~s. se exrJ!f~~.l­
R. R. Pealer y piden se les otorgue a su favor rán con arreglo al Código de M;nería. Si exis-

CUADERNOS og MARC~A
tiesen en t~"rF:nos ii~cal,,s SP explotarán librP- _ "Art. 4 . -- La empresa queG.a obligada a
urnte." ;umegrar a b nación ia suma d:c S 53.000 que
>e le acuerda. la que no deveng-ará intereses. con
4) Derecho a fundar colonias a~rícobs a ~ ' ~ .; : :r· .. .
l l l ~~ ._ ~ -
:s(l\ ,c~o.:; Ollt12les ac a_ 1~n~a) 3. cuyo eíecto la,
ambos lados de la vía, no distando de ésta má-;
de cinco leguas. Su ubicación será decidida por Contaduría General abnrá una cuema espe~
ciaL"
la compañía. Las colonias serán deciaradas ele
utilidad pública. Los colonos inmigrantes po- El 7 de af;·osto de 1880 la ~rnprcsa recibe
drán introducir libremente sus útiles de iabran- una nue,·a subvención: $ 6. 000 por kilómetro
za. Establecida la colonia. quedará libre de con· de \·ía librada al sen·icio público.
tribución directa por 5 años Y por las dudas, El ''F.C. Uruguavo dd Este" extiende sus
a2'regan: "Son tan e\·iclentes. Exmo. Señor 13, rieles ]¡asta Pandó' ef 1í de setiembre cie 1882,
ventaja;; que el intf'n~s públicn reponar:í di"l detn;i6ndose aquí L\ hnea hasta fines de 1887.
plantean:iento v conclusión ele las \"Ía;o f6rreas
En junio de 1887 e! "F.C. de! Este'' es ad-
de \1omevicl,oo. a Pandn \" dr P:mcio a_ !\ [inas.
q:..1Írido por la en1presa ;'Xorth E,asrern of l}ru-
q nr nos _considr'l'amos rxcusado<: de det<>rwrnos
~uay H.::ühvJ.y C~ornpany Lirrüted '' El represen""
en ninvuna comiclfración antr h1 íiu;;t ración Y rantr dé' esta comuaí'tía
penetración de V.E. ¡;;¡ra demc-.ctrar io ,:quita- rs Edward Cocme'r
tivas y jl,stas que son !as hases de las concesin-
""C:Pntral Urugu~v Railway''.
nes que solicitamos: y tanto más cuanto que
dentro de muv poco tiempo com·ertiremos en Desput~s de habrr estc~do lletenida la Enr:.a.
una realidad e.l ferrocarril ·a Panda. como m á~ 5 años en Panda~ la nuey.a e111pre~a activa lo$
tarde a Minas. ofreciendo a la parte Este de trabajos y en noviembre de ll383 abre tra·
la república ese qran men<a iero de civilización fico la sección a :!\íinas.
y progreso." (G 4 l Por hoy. nada más. Nos vamo~. Desde Monteddeo a Pando la línea tiene
Pero el 21 de octubre "de nnevo aquí nos unos 36 kilómetros. Su actividad es intensa. En
(me 1 tienes". Baena •e dirige al P.E comuni- 1887 el ''F.C. ::\oroestc", con su línea completa
cando que su socio Rosende. ha muerto. "He y sobre 180 kilómetros, transpo1tó 12.282 por
tenido v tengo sin embaro-o la decisión v fuer- año. En 1883 el "F.C. "Cruguavo del Este" con
za bastantes para sobrP!levar esas ! dificuita- 36 kiló!netros transporta 36. 565~ ascendiendo
de'), probánd~lo el h<'cho dr. l"n cuarPnta v en 1886 a 6í. 4-5 l. siempre con tem1inal en
cinco días. haber abierto al sen·icio núhlico la Panclo. Al 'ervir la línea a la capital y a su
vía férrea en la primera sección. qup abraza una zona de influencia, un trifíco intenso de pasa-
extensión de 18 kilómetros v fnPra de allí rst6 jeros estab2 ase2·\1rado.
a terminarsr ntra larg-a PxtPmión quP nas;¡ Pl Desde 1852 la dili¡z-encia cubría la ruta Mon·
fvfanga.'' (Có) Y de psto {,]timo sp trata: "L;¡ tevideo-Mina<>, pasando por Pando. Cuando ei
protección material de V.E.. unida a q¡ impor- ferrocarril ile¡z-~ a esta . ciudad. de allí nartía
tancia moraL ejercerán benéfica influencia pa- la diligencia a ::v1inas. El "F. C. Ur:ucrua~o del
ra los -intereses del ferrocarril ... " Al día si- Este" v la empresa que io sucede se de;envo!-
guiente el P.E.: "Considerando quf el <<FPrro- vieron en un itinerario que contaba con su trá-
carril dPl EstP» no 2'0za clP g-arantía cJ,o la Na- fico re\;ular atendido n~r las dílig-enóas a la~
.quf desplazó. ' .
ción, circunstancia que lo hace doblemente
acreedor a su protección, El Gobierno Provi- Las carr::as ascienden rntre 1883 v 1887 de
sorio Dispone: • 1S. 809 toneladas a 28 001. Cuando ~e abre la
sección a Minas, en 1888. se sobrepasan las
"Art. l. - Acuérdase a la empresa del t<Fe- HlO.nnn tonelada;; anuales. La cal v-la niedra
rrocarril Uruguayo del Este» un adt'lanto de d~ la rirJ rPs::16n rr~inera nnr l:t 01,1e cP:t7a 1.a
S 53.000. entregados por mensualidades dP
~¡!tima part~ ~lf la Jín,_:a e~contrar~n en la vía.
$ 2. 000, empezando a correr la primera de;; de
lerrca un r:1p1do v se¡;uro transporte a "Monte·
el pr6ximo mes de noviembre." ,-ideo y df aquí. inclw:o, se eso~
"Art. 2 - Por eí Ministro ele Gobierno v. productos a Buenos Aires y Rosario.
a requerimiento de la empresa se expedirá Cuando rl 16 d•: •:new de 1889
mensualmente la orden respectiva. gura oficialmente la de hecho
"Art. 3 - En el día de hov. v como anti- en servicio. bien nudo decir: " ... el
cipo, entréguese a la empresa p~~ Tesorería Ge- distancia y el desÍJoblado, son los enemigos que
neral, la suma de $ 5. 000. a cuvo e-fecto se li- tenemos que wncf'r y é.<te es el obstácu1o
brará la orden competente al ~inistro de Ha- hoy dejamos de;;tmido para 1\'Fn:J¡\,
cienda. en una barriada de :MonteYideo ... ''

NUMER'i' <>3 /MARZO 1li>69


Ir) 1887 .. 1392: "UN SALTO ADELANTE"
[1'."THE CENTRAL URUGUAY ciclos por su proximidad a la capital, en condi-
RAILWAY" SE EXTIENDE ciones inferiores respecto a los de Tacuarembó,
quienes a pesar de hallarse a muchísima distan-
188&1892: c-üando las vías avan2aban cia ele! mercado de consumo, pueden transpor·
tar sus gané.dos, en menor tiempo y en más ba·
a 1i kilómetros por mes jo precio, que los de la Colonia, utilizando d
F.C. Central del Urugnay; siendo de notar en
A mediados de 1887 la situación de las lí-
cambio, que el costo de producción en este úl-
ueas era la siguiente:
timo departamento, dado el mayor \·alor de la
F.C. Noroeste: en abril estaba en Cuareim
tierra. es con mucho superior al del prime-
completando su recorrido y satisfaciendo la vie·
ro". (GiJ Esta exposición fue hecha por Cipria·
ja aspiración del comercio salteño que el "Dia·
no Herrera al ministro de Gobierno en julio
rio del Comercio" del 7 de octubre de 1880
de 1888 en representación de la Sociedad Cas-
llamara "justísima petición'', escribiendo: "No>
tro, Petty y Cía., que proponía la construcción
~nsta que el c~mercio y vecindario del depar-
del "F.C. Interior del Uruguay y Centros Agrí·
tamento se prepara a presentar a la Cámara
colas", que partiendo del puerto de Colonia lle-
de Diputados· una respetuosa petición para que
garía al BrasiL proyecto que respondía a la es-
resuelva a la brevedad posible el arreglo cele-
peculación desenfrenada que precedió a la cri-
brado entre el gobierno y el Sr. Guillermo W.
sis de 1890 y que no fue realizado.
Morice, para la prolongación de la vía férrea
que cruza nuestro departamento hasta el Cua- Entre 1888 v 1892 se inauguran más de
reim, frontera del Brasil. 1 . 000 kilómetro; de vías. ascendiendo el total
"La terminación de la vía férrea hasta San- de la red a má~ de 1 . 500. kilómftros en 1892: ·
~ Rosa, es una necesidad vital para el comer-
en 1893 no se habilita un solo kilómetro de
do de nuestro departamento. Mientras esa lí- vía. En 1890 el promedio de kilómetros abier-
nea no llegue a la frontera del Brasil y poda- tos al tráfico es de 35 'mensuales: todo un ré-
cord.
mos en consecuencia hacer comercio directo con
~ Alto. Uruguay, nuestra vida comercial será Al aumento de la red contribuye una nue-
precaria, nuestros comercios permanecerán es· va empresa: "The Midland Uruguay Railway":
tancados y la situación económica del departa- saliendo de Paso de los Toros --emualme con
mento, irá en decadencia, pues bien conocido el Central- llega a Salto. lueo-o d; 317 kil6-
t i de todos que estacionarse y retroceder son metros de recor~ido empalmando con el "F.C.
palabras sinónimas cuando del progreso econó- Koroeste del Uruguay"-. Su primera sección, 80
mico se trata. Favorecidos notablemente por la kilómetros. se habilita en iulio de 1889: en no-
:~J~aturaleza respecto de nuestros vecinos de la viembre d~ 1890 queda abierta al servicio la to-
ítt:ra margen del Uruguay, habituados ya al talidad de la línea.
mantenimiento de una corriente permanente de En agosto de 1888 se otorga a Edward
eomerdo con el Imperio del Brasil; dotados de Cooper, "Legal Representati\·e" desde 1873 del
todo género de recursos naturales para conside- Central, en esta oportunidad representando a
rarnos como mercado obligado del comercio de la "Greenwood y Cía." de Londres. la conce-
Uruguayana, hoy nos vemos reducidos a co- sión de una Iíne~ desde Paso de los Toros has-
merciar dentro de los límites estrechos del de- ta Rh·era. El Central renuncia al derecho ele
partamento ... " <66 ) preferencia, que tenía por el artículo 16 del
El "F.C. Uruguayo del Este'', convertido en contrato-ley de 1878, para la construcción de
~orth Eastern of Uruguay Railway Company ·esta línea. En octubre de 1888 se celebra un
Limited", que pasará en 1889 al Central, ha- contrato en Londres por el que "Greenwood y
da 5 años que estaba detenido en Pando. La Cía." se compromete a terminar la línea ha<ta
nueva empresa emprende rápidamente la con- Rivera y el Central se hace cargo de la explo-
tinuación de la línea y en setiembre de 1887 tación y administración a perpetuidad o hasta
inaugura la sección Pando a Tapia, de 26 ki- que el Esta:do declare su expropiación. Al mes
lómetros; en 1888 construye 63 kilómetros, !Ie- siguiente, "Greenwood y Cía." y el Central tras·
pndo en noviembre a Minas. pasan a la Cía. "Extensión Norte del F.C. Cen·
Las vías del Central están en Paso de los tral" todos sus derechos. A pesar de esta inde-
Toros y " ... es sabido que este hecho ha bas- pendencia legal, esta línea, al empalmar con el
t,ado por sí solo para colocar a los estancieros Central en Paso de los Toros, es parte indiso·
df~l departamento de la Colonia, antes favore- luble de su sistema.

CUADERNOS CE MARCHif
La '·.Extensión Norte" ab1c su pnmera se<;· ai 85% de su valor nonunar, ... "en adelante
ción, Paso de los Toros·Achar. de 66 kilóme- no se otorgará concesión alguna sino a condición
tros, en noviembre de 1890: en febrero de 1892 de que la línea pase a ser propiedad del Esta-
está. en Rivera completando un recorrido dt' do, sin remuneración al~na a los noventa años
30? kilómetros. de su otorgamiento ... " '':Mantuvo la misma
Desde el 1º de julio de 1889, "The North ley, con relación a las líneas del trazado, la ga-
Eastern of Uruguay Railway" pasa en arrien· rantía del 7% sobre el costo máximo de 5. 000
do al Central por 99 años, que pagará 'lB.OOO libras por kilómetro durante el plazo de trein-
libras anuales los tres primeros años: 52.000 ta v tres años; pero agregó que si por dificul-
anuales los tres SÍ!!Uientes v 56.000 al año has- tades especiales del trayecto, el costo real de la
ta ,¡ thmino del arriendÓ. da fuere mayor, el Poder Ejecutivo fijaría el
En mayo de 1889 el Central, por convenio tanto por ciento de garantía proporcionalmente
con la "Extensión Este del F.C. Central". to· sobre el valor del kilómetro ... ", " ... en todo
ma a su cargo. con todos los derechos y a per· contrato de concesión se estipulará la tarifa má·
petuidad, la construcción de la línea de Toledo xirna de los precios que la empresa podrá CO'
a la frontera del Brasil. La primera sección, To- brar al público ... "," ... el Poder Ejecutivo po·
ledo-San Ramón, se abrirá en setiembre de 1890: drá exigir la rebaja de las tarifas e intervenÍI
la cuarta: Mansadllagra-Nico Pérez, en o;etiem- en su formación una vez que el ferrocarril pro·
br¡o de 1891. La extensión total en servicio es duzca más del 8% ... " Los caracteres de la~
de 206 kilómetros. leyes de 1884 y 1888 son: " ... el Estado se re·
Entre 1889 y 1891, el Central incorporará sen·a el derecho de hacer el trazado general de
por arriendo a su sistema: línea .Montevideo- lo;; ferrocarriles ... " v comenta E.~ Acevedo:
:,.finas, con 125 kilómetros: línea Toledo-Nico "Han procedido con ~ucha sensatez los legis-
Pérez, con 206 kilómetros; total: 331 kilómetros. ladores orientales al determinar sobre el m;ua
Si agregamos la "Exten,ión Norte". Pa'o de de la República la red de ferrocarriles. Dent'ro
los Tor~s-Rivera, con 302 kilóm<"tros, el total dt>l <istema vig-ente de la g-arantía. salta a los
de las líneas absorbidas por el Central es de oios que el E~tado no deb~ ni puede compro-
633 kilómetros. meter su responsabilidad en favor de líneas con-
En setiembre de 1885. Eduardo Marice re- currentes o de empresas mal inspiradas que
cibe la concesión para establecer un ferrocarril tiendan sus rieles en zonas sin porvenir alguno.''
de Isla Cabellos a San Eugenio. la que es tras- Un segundo aspecto: " ... las iíneas pueden
pasada a la Cía. "London Foint Stock Asso· ser construidas por cuenta del Estado o de em·
ciation" al año siguiente. En setiembre de 1890 presas concesionarias garantizadas ... " y por úl-
se autoriza la apertura de la primera sección: timo: " ... la inten•ención !!llbernativa en mate-
Isla Cabellos-Cuaró: en abril de 1891 se habi- ria de tarifas sólo procede-una vez que las u ti·
lita la segunda v última sección: Cuaró-San Eu- Iidades de la empresa excedan del 8%, según
genio (Artigas): Este "F.C. del Norte" empal· la lev de 1888. del 12 o/0 según la lev de 1884
ma en Isla Cabellos con el "F.C. Noroeste" v v deÍ 16% seg-ún el contrato dPJ F .Ó. Central
recorre en total unos 114 kilómetros. ¡ del Lru!!Uay (de 1878)".
Al comienzo del período de auge de cons-
trucción de vías férreas se sanciona la impor· "The Midland Um!!tiav Railwav": una
tante ley del 30 de noviembre de 1888. com· buena idea para el ·c. Centr~l
F.
plementaria y modificativa de la Ley de Tra-
zado General de 1884. Siguiendo a Ei::luardo Los originales concesionarios de esta línea,
Acevedo esbozamos su cont~nido. (68 ) Conrado Hughes y Watson. luego de sortear
Amplió el trazado fijado por la ley de 1884. la interdicción judicial interpuesta contra ellos
"Estableció que las líneas comprendidas en el por Villate v Cía.. oue ar!!Umentaba "mejor
trazado general (el de 1884), que no hubiesen derecho". tra-spasan. la' conce.sión a favor de ·H.
sido concedidas hasta entonces, podrían cons- GaJe y L. Franken, representantes de la com-
truirse por cuenta de la nación o mediante con· pañía "The Midland Uruguay Railway".
cesión a empresas particulares . . . Para el pago H. GaJe presenta los planos de. la línea a
de 1os ferrocarriles que resolviera construir el principios de 1887 y en octubre del mismo año
Poder Ejecutivo, se autorizaba la emisión de bo- Juan B. Zanetti informa al ministro de Gobier~
nos de ferrocarriles con un servicio de 6% de no: "Según la (:arta geográfica de Reves, la dis·
interés y 1% de amortización. . . Los bonos po- tancia directa entre ·Pa~o de.los To;os v Pav·
drán negociarse por el Poder Ejecutivo a fin de sandú sería aproximadamente 141,600 kilóm.e--
ser aplicado su importe al pago de las obras, o tros, miéntras que la extensión total del tra·
entregarse al constructor a un tino no inferior zado presentado es de 200 kilóme~ros (de Paso

NUME.:RO 231 MAR.:ZO 1969 PAG, 7i


d«: ro~ T~ a Pay3&1dú), o sea el 41% ma- • fluviales) y se dirija a nuestr~; f':'i.ación ck P:,_.
yor \le la recta. Ahora, considerando que la re· ~o de los Toros."
Ji&i entre los dos extremos se presta para la George Drabble, en la a"arnblr:a rk
éonstrucción de una vía férrea mucho más cor· accionistas de setiembre de 1837. •.h:ia: ri
~ gastálldo mucho menos de 5. 000 libras por iviidland) ... puede ser considerado c;1 \lll ,~
kil6metro, que es el importe máximo sobre el pecto una prolongacjón de nuestra Ll"
~al cl Estado pagará el 7% anual, se debe nea. Correrá desde el Río N·~cr;·o a A:E
tener el trazado presentado por demasiado ex- se unirá con el Noroeste. crmect[cndo:oe con las
tenso y perjudicial a los intereses del Esta· zonas del sur del Brasil. . . e incluc!:lhlcmcnte
do... <69 ) Más adelante dice: "Para favorecer a nos traerá un importante tráfico". Al aiio si-
la ~presa, sería muy conveniente que el supe- guiente. 1888. Chamberlain informaba al direc-
rior gobierno la autorice a hacer y presentar torio e~ Londres: "El desarrollo lanero del ca:·,¡-
~ proyecto completo y definitivo por cada sec- po situado entre Paso de los Toros v Pa"'·;an·
ción, que deberán :;;er tres con la condición de dú será sen·ido por el :\fidland. Los . prnducl'.)·
'fue la emprc.>a se obligue a que el desarrollo res no \·aéilarán en en\'Íar su lana po;· fnrnca·
del trazado general del Paso de los Toros a rril. .. para sacar yentaias, cuando se rsté-n pa-
Paysandú no sea del 18% mayor de la recta gando precios altos en I:vfontr\·iden." Y cmrndo
que une dichos puntos extremos, en cuyo caso se abre la primera sección del ~íidl:md. a fines
ron respecto al trazado presentado, el Estado de 1889, dice: " ... nosotrm tenemos la inten-
~onomizaria anualmente de $ 53.000 a pesos ción de correr trenes ránidos en combinación
54.000 de garantía!' (70 ) El criterio del inge- con esta empresa ... " Esto opinaban los clirec-
niero Zanetti eí; " •• .las condiciones altimétri- Livos del Central. ¿Y los del ~Iidland? Veamo.;:
1\:M del trazado no son buenas, y. . . sin embar- a fines de 1890 se realiza, en Londres, la asam-
go, ~tando comprendidas entre los límites ex- blea de accionistas del l'vfidland. El presidente
tremos fijados por la ley (de 1844) . . . se de- del directorio. Chas Hankev. miembro del par-
ben aceptar ... ,. <71 > lamento, inf~rma: "Existe~· relaciones an{ig-a·
bles con el F.C. Central del Lrug-uav ... se es-
El Midland, de acuerdo con su concesión,
tá en tratos para hacer el tráfico. di~ecto hasta
gozaba de una garantía de interés de 7% so-
bre 5. 000 libras el kilómetro. Al realizar la Montevideo. Éste es un punto de capital im-
empresa una línea sinuosa, el Estado veía au- portancia, pues por este medio la empresa po·
dría transportar aquellas cargas que requieren
mentada la suma sobre la cual pagaría el in-
un despacho inmediato; éstas ahora, en su ma-
terés garantizado del 7%; las curvas no aumen-
yor parte. se transportan por vía fluvial..." (i2)
tarán el tráfico. A pesar del informe de Za·
Del Midland decía en 1892 una tesis uni\·er-
netti, el Estado no pudo ahorrar $ 53 . 000 ó
sitaria: " ... no consideramos acertada la conce·
$ 54.000, porque la línea librada al servicio
sión del F.C. ~-fidland del Urug-uav en la nar-
tiene entre Paso de los Toros y Paysandú los
te que va de Pavsandú a Salt~. La des,·ia~¡ón
200 kilómetros establecidos en el plano original
que se ha hecho del trazado orig-inario (el de
1 que el informante pedía reducir, suprimiendo
la ley de 188,~) ... compromete;-á seriamente
algunas curvas y pendientes innecesarias, gra-
por muchos años la respc;mabilidad del Esta-
vosa-¡ para el Estado y perjudiciales para la ex-
do". (73 ) Veía el autor. en la nave¡:ación fluvial.
plotación, al dificultar el empleo de locomoto·
ras pesadas. · un competidor que restaría carg-as y pasajeros
al ferrocarril. En 1892 aún no se manifestaba,
¿Cómo vio el Central, el rápido tendido de apenas se insinuaba, el hecho de la pérdic;a
los rieles de esta empresa, que empalmaba en constante de cargas para la na\·egación fluviaL
Paso de los Toros con su sistema? Con muv Las cargas transportadas por el Midland son
buenos ojOE. Chamberlain informaba al directo'- las desviadas de ia vieia mta del río Lrug-uav
l'io en Londres, en agosto de 1887: "La cons- y que corre,pondía a -esa ,-asta zona que. sal-
trucción del «Midland Uruguay Railway» trae- tando la frontera de los tres países, tenia en
:d, un importante tráfico a nuestra línea; el Salto su lugar de concentración.
transporte de los materiales para sus obras nos El siguiente cuadro ilustra sobre los volúme-
ayudará hasta que el tráfico del Norte haya nes que el Midland desvía, en exitosa cor.llpe·
tenido tiempo de abandonar la~ viejas rutas tencia, de la ruta fluvial:
\ños 1891 1892 1893 1894 1895
Tonelada~ transportadas ..••••••.. 13.948 21.680 24.985 31.564 4-1.193
Los kilómetros en explotación para los años arriba citados: 317. El aumento del rubro
Carg-as indica la progresiva penetración del Midland en la actividad comercial.

CUADERNOS DE MARCHA
1l~Hi - 1890: nna caricia inesperada do nuestras mejillas, más aliá de lo que razona~
blememe podíamm <"esperar ... " daba pa-
La prensa, durante varios años, ironiza una ra sacarle puma.
frase de Chamberlain incluida en su informe Veamos, entonces, las razones de este de~·
:lr en<ero de 1889 al Directorio de Londres: b fallecimiento poético. infiltrado en los habitual-
Jri\·ilegiada dice: .. Durante el !)e .. i~·'n que ana- meme seco·' infon:r·\"; id '·Genf'r<'cl ?vfanager"
J?:amo'. una ráfag-a dt> prosperidad ha 3.cancw- de! Ct•ntral.
\
"\llOS 1887 1839 1890
Número de pasajeros .......... . 281.380 T:)2 .57 l :188. i-3:1 651.555
Ingresos por pasajeros . . . .... . L '.'J7. 792 ii.J .07i d.7s:: 121.30:1
Lana y Pclo ................. . Ton. l 'l. O-Vi Lí 7fi:2 19. 17~1 l4.216
,\Jercancías -!J. -t21 J~;. ~i6l CJ2.7j2
Alambre y Postes :) . 9j:l ¡-¡ .86'1 1.92() 8.7+6
Ingresos por mercancía~ !.. il/.902 ¡ ~;~_). 826 í6j.07:; :235.404
Ganado r número! ........... . !6. 24~1 bfl. 92~· t15.~13:l 92.497
IngTesos por ganado .......... . L. 9 .-+6 1 ll .422 21. 7-1~\ 14.041
Toral ine-resos _. . ........... . L JCJj. O+:; 221 . G~t~ 2Jj.476 388.772
<i-anancia ................... . L. 98.022 !18 .426 H6. 967 195.978
Reiteramos que el Central !lt'\'aha sus ba- las son altas. El r11ejor 1889: 21.743 libras,
lances de junio a junio: impona ia o.,-,,·naciOr' no rc-si;;;re conlp:iraciún con el alío de iHgre-
>Obre todo para el al! o 13~)0 cu\'as cifras aba 1 • sos por rnercanc}as que . 1 J 7. 902 libras .
.:an >ólo el principio de la crisis. En d quinquenio 1886 189(1 los saladeros y el
El aumento de pasajeros que presenta ei ar-,o con:-:un1o faenaron ~L03~.S i.S. En este quinque-
1890 se debe: a que el Central ha incomorado nio el c:enrral trausporta: 3i~>l13 anilnaJes. l~a.
en julio de 1889 el ramal ?\Ionte\·ideo - :\Iinas. dt· ~::n pie _;;e hacía p<)r !a
que como indicamos en >u oportunidad, tenían Í1 Ontt'ra: el Cemral participaba en ella con un
un buen trMico en este rubro. Además hav otros bajo p~orct::1tajr:. I~l transpor[ad~~ en su
factores de peso: la i-ncorporación de nue~-o ma- 1
n1ayona. era para aou.stecer a los saladeros de
r:erial rodante; una rebaja de tarifas hfcha en :\Iontevideo v su consumo.
1888; el aumento de la vdocidad de los nenes Cerca de de los '"foros se Instala en
que mejoró sensiblemente el tráfico local: d 1886 un sabdcro que utiliza la línea del Central
transporte de obreros para las obras de cons- para abastecirnientos y exportación. En 1887 ~
trucción de ferrocarriles: v. como señala Cham- cuando el Bra,il cÍ<'rra sus puertos al tasajo del
hE'rlain, en su informe dA ~2+ de enero de i889. Río de la Plata. faena t3.000 animales con lo'
'· ... la influencia de los turistas arg;entino;:". El prepara •; charoue eSD{'cial'! con de~ tino a
viejo pmblema de la vía deficiente. trata de ser Hab~na. El afJO 'ant<cri~r había faPnndo una•
superado: ·' ... 480 toneladas de rieles pesados 40. no o reses.
de acero y 2.500 durmientes de madera dura 'E' EJ fxito alcanzado por \iidie!la, con sus vi-
han coloc~do en reemplazo de los primitivos neo- iíedo,; cerca de la estación Colón, dt'l Central.
les de hierro v de los durmientes de oino. P'tlnYula a alguno~ coinercjantes que adquieren
Pscribía Chamberlain hacia agosto de ¡'887. r·n La C~ruz. al Cc-ntraL tierras c,on destino a ~"/·!·
El incremento de lo-s mat~ria!es de constnrc- ñ:·.r!o:--. mis adelantP a olivares, Las tierras ven..
ción transportados está directamente relaciona- elidas oor la empresa. oue esta llama "exceden-
te;:". f~reron expropiada s- por ésta con destino a
1
do con las obras del Midland. de la "Exten-
sión Norte" y del ramal Toledo .:\ico Pérez u'!~ estación. a mediados de ! despertand0
que principian los trabajos entre ei 1887 IMi- en ese momento las críticas de la prensa que
dland) y 1890 íExtensión Norte y la línea que acusaba a la compañía de apoderarse de mucha
parte de Toledo hacia Brasil). Este transporte. m5· tierra de la necesaria.
de gran volumen, da al Central poco rendimien- Los más de 115.000 animales transportados
to por los bajos fletes que paga. E'n 1889 pusieron en aprietos al Central; sus va-
Hacia 1887 el transporte de piedra - cai, des- o·ones de ganados eran insuficientes nara aten·
de :Víinas. se hace activo: las construcciones en der los pedidos que le formulaban lo; estancie-
Montevid~o y una mediana exportación co~ ros. En 1890 el Central tiene 94 vagones de ga-
destino a Buenos Aires, forman su mercado. El nado. Dos arios antes. 1888. sólo 5,t."En JUlio cde
transpone de ganado provee, en relación a las 1889 inforrnaba Chamberlain al Directorin en
mercancías, mediocres ir.gresos, anc¡ue sus tari- Londre;:: "El g-ran cambio habido en b ~;~.,ación

NUME:RO 2::l; 1 MAP70- 4~~9


del paü y el crecido catlll2_0 de operacio~es_. que de 55.000 horas acrecido al 30 de jun!o de 18-87
los acuerdos recientes en Londres, nos abneran. a 89.674. Para pagar un dividendo de 6% por
»C han combinado y nos prometen un futuro bri- acción de 10 libras se retira. en este último año
llante. Además de las ventajas que nos propor· la suma de 2.000 libras, d~l fondo de reserva.
cionan nuestras dos principales extensiones Pronto se recupera
-Norte y Este-- nos beneficiamos por la aper-
En 1889 asciende a 120.000 libras a las que
tura del Midland desde Paso de los Toros a
se agregan 10.000 libras a fines de ese año. La
Paysandú."
"ráfaga de prosperidad" sirvió para duplicar con
Cuando la prosperidad comercial de los años largueza el fondo de reserva.
1887-1889 v las activas construcciones de líneas
férreas se j~ntan, desbordan las posibilidades de En 1921, en el Senado, Manuel B. Otero de-
transporte del Central. En junio de 1888 tiene nunciaba una práctica del Central relativa a la
48 vagones de pasajeros; en 1890: 54 para un integración de· su capital: " ... la compañía di-
tráfico casi duplicado. El 30 de julio de 1889 videw su capital en varias partes. Unas con uti·
informaba Chamberlain: "Debe admitirse que lidades aseguradas y otras no. . . La empresa· cu·
tanto nosotros como las demás empresas del país bre primeramente el interés asegurado a la~
nos vimos sorprendidos por el rápido desarrollo obligaciones y a las acciones de· preferencia· v
de los negocios. . . Solicitamos material rodante deja a las acciones ordinarias sujetas a la even-
y repuestos adicionales, pero mucho antes de tualidad de no beneficios" (H). En otra interven-
que pudieran llegar nos vimos enfrentados a sa- ción argumenta M. B. Otero: " ... si la empresa
tisfacer un tráfico fuera de toda proporción eón del Central divide su capital en obligaciones, ac-
nuestros recursos utilizables, cosa que produjo. ciones de preferencia y acciones ordinarias. y da
~omo resultado inevitable, un alza relativamente a unas dividendo mayor que a otras, o si man·
grande en los gastos de explotación. Nuestras da partidas a fondos de reserva y viene a pre·
locomotoras no pudieron exceptuarse de las re- sentar pequeños dividendos a acciones ordi~a·
paraciones habituales; las demandas de vagones rias, en años anteriores, como exponente úm.co
de ganado y de carga fueron tan úrgentes que eso no se puede admitir ... " (75 l
tuvimos que enviar trenes vacíos de vuelta al in- Si estas críticas de Otero son válidas para
terior, ya que el tiempo no nos permitía con- los años 1915 a 1920, lo son también para los
tratar cargas para el regreso. . . una temporada primeros años de la empresa: en ellos no_ re1:ar·
~xcepcionalmente lluviosa debilitó el estado de tió dividendo alguno a las acciones ordmana_s;
la via en momentos en que tenía que soportar mientras atendía regularmente los dividendos de
un tráfico multiplicado; la necesidad de emplear las acciones de preferencia, además de las obli-
jornales extraordinarios para su reparación gaciones.
&ontribuyó a aumentar los gastos del año."
Los dividendos pagos, por acciones ordin~·
El presidente del directorio en Londres del rías. fueron: en 1886: 5%; en 1887 y 1888: 6%:
Central, luego de visitar el país, informa a los en i889: 7% y en 1890: '7 112%, el más alt?
:l.ccionistas a fines de 1890: " ... debe ser admi- hasta la fecha. En los años siguientes los -divt·
tido que la dirección administrativa es hoy ina- dendos del ferrocarril Central, según la Oficina
decuada en todos los aspectos ... " El auge ha- de Control de F. C., fueron: 1891: 5%; 1892:
bía sacado a la luz del día, al activar el tráfico, 2%; 1893: 1%. Hay que tener presente_ que es-
antiguos vicios que se mantenían por la vida tos siempre son los dividendos a las accwnes or·
más o menos estacionaria que tuvo la línea has- dinarias · en esos mismos años las acciones pr!=·
ta 1887. La "ráfaga de prosperidad" se llevó ese feridas ; las obligaciones siguieron recibiendo ·e¡
medrar en la semi-penumbra. 6 por ciento.
En la asamblea general de accionistas de M. Otero en una de sus varias y brillant€S
octubre de 1884 George Drabble, presidente del exposiciones en el Senado ( 1921) cuando se de-
directorio en Londres había dicho: " ... cuando baten problemas del Central explica que "otro
r-ecibimos los bonos del gobierno hubo algún de- error corriente consiste en apreciar el rendi·
bate entre los accionistas sobre el destino que miento con arreglo al interés CotTiente en el país
debía dárseles. Dijimos que los mantendríamos donde el ferrocarril se construye, en vez de te-
para beneficiar a la compañía, cosa que hici- ner en cuenta el del mercado financiero donde
mos; ahora proponemos integrar con ellos nues- se emiten los títulos representativos del capital.
tras reservas lo que, estoy seguro, fortalecerá el El propio presidente del Directorio local del F.
valor de las acciones y sed. un mbro muy bue- C. Central ha dicho en su última exposición
no en nuestras cuentas anuales." que, «antes, cuando el interés en Inglaterr_a era
En 1884 el fondo de reserva del Central era del 2Ya ó 3%, resultaba un buen negociO re-

F1;;G.. 74 eUAOERNO~ DE MARCHA


cibir dividendos de 4 6 Y/0 »''. "Un dividendo. tiYo de ios íntereses del comercio, en 1886:
pues -continúa Otero- de 5 1;2% ·en épocas peq uer1ez de nuestro territorio limita natural~
.favorables y de 3 1!2% en épocas malas, debe menie las esperanzas de desarroilo propio; pero
ser considerado como interés muy aceptable en su posición geográfica y su vecindad a dos na-
el mercado financiero mundial." En 1881 y 1882 ciones susceptibles de 'inmenso crecimiento de
el dividendo es de 5~~; para 1883, 1884, Í885 el poblaci(m y una de ellas sobre todo (Brasil) que
dividendo fue de 6%. Las acciones ordinarias, en la parte de su territorio más favorecida por
si nos atenemos a los dividendos, hacía unos años el clin;a carece de buenos ¡)uer tos, nos maréan
que recibían intereses bien fa\·orables; claro que u;1 campo de acción y de progreso -el de in·
el 7% recibido en 1889 v d 7 112o-: al año si- termediarios-- del que nos alejamos cada \.-ez
guie~te es su parte de 1~ "nífag~ de prosperi-
1

mús, si persistimos en considerar los aumentos.


dad". Al 30 de junio de 1889 el capital del Cen- de derechos como el medio adecuado para sub~
tral alcanzaba a 2.010.000 libras, del cual 1 mi- sanar el efecto de anteriores derroches." \TGJ. El
llón 360.000 libras corresponden. a acciones ordi- comercio exigía entre otras cosas, reducidos de"
narias de 10 libras cada una. El capital gastado rechos de aduana Y un puerto barato v seg-uro.
en la línea al 30 de junio de 1389 es de 1.950.000 El !lÍro cómerciaL, orientado a atende~, ,~
libras. Para 1834, dice E. Acevedo, citando a del mercado nacionaL '' las
"The Economist", las inversiones británicas en r;:¡J argentino, a Río Graüde y aun a Paraguav
el Uruguay ascienden a 3.500.000 libras para y ~íatto Grosso debía trabajar a precios bajos
fondos de gobierno y 3.000.000 para la red fe- para poder competir \·enta josamente F:n esos
rroviaria y otras colocaciones. Estas sumas co- mercados. El aumento de los derechos adua.ne·
rresponden al período previo a la .e:ran expan- ros no podía ser trasladado al precío de las mer·
sión ferroviaria de los años 1889-1892. No po- cancías a riesg·o;; de reducir v aun perder las
seemos cifras, para los años siguientes, de las 'in- posibilidades de venta en ~que11as~ regioneg
versiones británicas en total: creemos que las ci- " ... que accidentes eh: un orden purarnente na-
tadas pueden dar un índice de cierto valor com- tural. .. " 177 j ponían bajo la influencia de !\Ion·
parativo. teYideo.
Producida la crisis de 1890, Jo~é Ellauri ce- En esta Ciudad-Puerto se <'ODCE'ntraba, en un
lebra el 26 de ae-osto de ese año un com·enío alto porcentaje, " ... el comercio del Litoral ar-
con las empresas~ ferroviarias, en su calidad de gentino v de los ríos así. como el
agente financiero. El punto más importante del tráfico ~fditc-rrán,~o con el BrasiL e
78
"". > Las
(

acuerdo es la rebaia de la g-arantía de interés causas de e'ta primacía estaban en: " .los do·
del 7% al 3 1120é. "sobre está reducción comen- nes naturales c!F: nuestro Puerto, la situación
taba "Ei Siglé el 10 de mayo de 1892 que geoc;diica. y bs .facilidades que a! comercio
" ... puede tener para el porwnir r!e la Rt>pú- de tr;ln-;itn nfrPCf TIUt~St:CO pal~; pt•l' la Í+-2CU!1dÍ·
blica, el grave daño de paralizar la construc- dad de SU'i J'PCU!'"OS.
ción de las líneas. que compiete su red ferrO\·ia- aclnaneros ... " como
ria: era de esperar, por otra parte, que colocan- ría de Pena en 188L
do casi a nuestros ferrocarriles en la condición ~o.sto~ 12·r-nerales de car.f!a \. en el Puer""
de empresas industriaks comunes. lo" decirla. co- to ele ::-foEtt>vídeo. así como la modicidad de
mo cualquin particular. a fomf'ntar en lo posi· p!·Pcio' en las \·1tual13' par3. la g-ente de rr1ar,
ble su neg-ocio." La reba ia del interés fue -una repre::entan sobre el Puerto de Buenos
de las cau~as de la paralización en la construc- una \·entaja que los intek;entes en e! ramo ma·
ción de líneas. que recién recupna acth·idad, nífir<tan ser del 25~;:. cc·n que se recarga allá,
pero no ai ritmo anterior. hacia fines del sig-lo el precio de la:: rnercJncJ:.ts .. ". (79 } Las venta-
XIX. Hacia 1881. pud0 ser después o antes, jas operati,·as ofrecid;:s pnr el Puerto de 1\í(>n·
Chamberlain escribió: "El \·erdadern sPcretG de te\·ideo son: ••. . e~ con1Ún la \·enta puesta a
nuestro escaso progreso es la estacionaria condi- bordo la mfrcancía por el vendedor y libre de
ción del pueblo rural". Lo firmamos aunque en g-astos para el comprador, no soportando és;:e
discrepancia. El ferrocarril buscaba el tráíico de ~1ás ga-stos que el Ílete de vapor o buque de
la frontera como objetivo final; en el medio vela en el tráfico de los ríos ... " " ... Th-:íont~
transportaba productos agropecuarios. rubros no \·ideo puede ofrecer a flote e-ran cantidad d~
prescindibles, pero tampoco ·dominantes. merca~cía>. convirtiendo los b~qlles portadores,
en depósitos flotantes de mercancías de donde
2. El F. C. CONCRETA UNA ~e extrae el artículo de comercio a medida que
VIEJA ASPIRACIÓN ~e necesita, utilizando siempre un plazo de es·
tadía~ holgado por lo común, hasta permitir
Decía un diario de Montevideo, r~presenta· la liquidación completa de los carg-amento~.

NUMERO 231 MARZO 196!@


-Eemu>ILUiimlle ~qm, ~ gastos de lanChaje pa· vierten en eJ lazo de umon entre la írontera Y
ra el desembarro y el comprador que viene de el puerto. Venciendo lo que Carlos M. de P~­
loe ríos, tiene la ventaja de operar sobre la roer- na llamó "la. tasa opresora del transporte" po-
ancla misma que examina y prueba minucio- . nen al alto comercio de Montevideo en condi-
iamente y a su entera satisfacción, debido a la ciones de llegar con sus mercancías, en condi-
·proximidad y fácil acceso desde nuestros mue- ciones de rapidez y regularidad a la vasta zona
llei a los buques de ultramar y cabotaje". internacional de su dominio. El trazado radial
"Cuando los trasbordos en Montevideo son im- de las vías férreas completa las ventajas naru~
portantes se verifican directamente del buque raJes, comerciales e impositivas del puerto.
mayor ~ menor sin sufrir la mercancía gran El dibujo de los ferrocarriles en el mapa se
eoia en su acondicionamiento y envase ni 'en asemeja a una mano abierta. Es bien conocida
iu calidad y sustancia". En cambio en el Puer- la función que el sistema radial tiene en la Pro-
w de Buenos Aires -continúa Carlos M. De vincia de Buenos Aires: facilitar la salida de
Pena-: " ... La <earga de ultramar y aun la materias primas uniendo el interior con el puer·
que viene de los ríos para la exportación sé' to. En esta provincia el ferrocarril es una mano
trasborda en embarcaciones intermediarias del codiciosa que extrae carne, cereales, lana, para
tráfico entre los muelles de la ciudad y balizas alimentar y vestir a los centros capitalistas.
~xteriores ... ". " ... La pérdida de tiempo, los
gastos y las molestias que estos trasbordos ori- En el Uru~uav del si~lo XIX el sistema ra·
ginan y la vigilancia que reclaman, ha dado dial obedece ~1 c'omerciow de tránsito v al con-
un caracter especial al comercio bonaerense. trabando, lo que de ninguna maner~ es obs·
Es muy general allá efectuar sobre muestras la' táculo para que por él, salgan hacia Inglaterra
compras y, desde luego, cuán ocasionado es es· y Francia nuestras materias primas, aceptando
te procedimiento a errores, retaceos, mermas, lo que la impuesta "división internacional del
fraudes y sutiles amaños y composturas que re- trabajo"· consideró que debía ser nuestro desti-
dundan casi siempre en perjuicio del compra- no. Los productos pecuarios que se exportaban
dor de los Ríos" <80 >. A las ventajas citadas pa- por el puerto pertenecían al país y a la vasta
ra la concentración del comercio en Montevi- región en la que se ejercía la influencia comer-
deo, agreguemos la del pago de las mercan- cial de Montevideo.
;tÍa!! en moneda convertible a oro. Aceptamos la opinión que ve en el ferroca·
Hasta aquí, por ahora, el puerto. rril el instrumento para el drenaje de las ma-
En 1892 la "Extensión Norte" del F. C. Cen- terias primas. Pero insistimos: en el Uruguay
tral llega a Rivera. A fines de 1891 el Midland del siglo XIX para cumplir en totalidad su
unió, al llegar a Salto, el Central con el "Nor- función de conectar la producción con el puer·
oeste... Todo el Litoral y el Norte quedan li- to exportador sólo se logró cuando se extien·
pdos al sistema del Central en Paso de los To- de a la frontera y puede por el comercio de
ros. El acceso a Montevideo está dominado por tránsito y el contrabando recibir las materias
®! tronco madre del Central, al cual se empal- primas de Río Grande y ei Litoral argentino
man el Midland y la "Extensión Norte''. El fe- y llevarles las mercancías que por "las ventajas
rroa.nil de Montevideo a Pando, "North Eas· del puerto se concentraban en él. El ferrocarril
~.., si bien entra en Montevideo con indt>- no se explica "de fronteras adentro'' y no con·
pendencia del Central, es una "Extensión" de cluye con la extracción de materias primas: va
n sistema. a ellas, en gran parte, por el comercio de trán-
En junio de 1889, Chamberlain, en fácil au· sito de mercancías. Los lucros mayores del co-
gurio, escribe al Directorio en Londres: "El mercio empezaban en la frontera donde la ju·
!Ü.stema de líneas radiales desde nuestra Esta- risdicción política terminaba y donde el ferro-
ción Central, nos dará, de hecho, el dominio carril ponía a su servicio la po;:esión del mono-
~ tráfico del país". L05 ferrocarriles se con- polio del transporte.

H® aquí una demostración que nos trae Edu<~rdo Acevedo, relativa a la exportación de cueros
~ ~~11).

Faena en Consumo Cueros


~u~Dqueaioo saladeros Montevideo exportados
187&-1880 2.947.926 450.234 6.443. 723
18tH -1885 3.519.699 504.968 9.117.182
1886-1890 3.375.093 657.422 9.950.900
1891 1893
a 3.713.000 716.566 9.316.730
1896-1900 3.486.900 678.099 7.273.231
eUACERNOS CE MARCHA
Comenta Acevedo: " ... en los 25 años que del Uruguay al punto de Vista Estratégico-ECQ-
abarcan nuestros datos, han sido sacrificados nón:ico". Montevideo, 1873, p. 19.
(8! Ibid;, p. 21.
en los saladeros orientales 17.042.618 animales v
en los mataderos de Montevideo 3.007.289, fo;- (9) "Diario de Sesiones. Cámara de Represen-
tantes de la República Oriental del Uruguay." 1~
mando un conjunto de 20.049.907 animales. La Legislatura. Tomo 68, p. 47.
exportación de cueros en el mismo período es (lO) "Contestación... etc. cit." p. 4.
de 41.671.766 piezas, lo que arroja un exceden- (llJ "Contestación ... etc. cit.", p. 7.
te de 21.500.000 cueros vacunos" (S~l. Y más <12 1 Cámara de Senadores. "La Intervención
:3.cielante: ·' ... O en el país se consúme mucho del Estadc en las Tarifas Ferroviarias". Monte-
más ganado vacuno del que aparece en las es- video 1922, p. 36 y p. 37.
tadísticas del abasto a la población, o en nues- · (l 3 } !bid., pp. 96-97.

tro comercio de exportación han sido involu- (l·!) Ibid., pp. 101.
crados cueros que corresponden realmente al (le) "Primer Congreso Nacional de Vialidad",
comercio de tránsito con la frontera del Brasil Montevideo 1914, p. 164.
v el Litoral argentino ... " Y se resoonde más (1G) "F. C. Central del Uruguay. Sección Fo-
mento de la Producción. Boletín N<? 4 del 19 de
;_delante: " ... (~e atribuye) al tránsi"to toda la marzo de 1915. '
corriente de artículos si~ilares a los del país <17 1 "Diario de Sesiones de la Cámara de Se~
que llegan simplemente de paso para otros mer- ·na dores ... ". Año 1884. Sesión del 16 de mavo.
cados". " ... es indudable que algunos produc- p. 519. • .
tos de la frontera brasileña han podido confun- . ~ 1 Sl "Estadística de los F. C. de la República.
dirse con la producción oriental y exportarse Anos 1896-1897, 1898-1899." Montevideo 1901, p. 15.
como emanad9s de ella, en razón de vinculacio· (19) "Diario de Sesiones de la Cámara de Se-
nes comerciales de los estancieros de Río Gran- nadores ... ". Año 1884. Sesión del 14 de mavo,
p 507. •
de con la~ casas orientales o simplemente por <20 ) "Diario de Sesiones de la Cámara de Se-
las mayores facilidades para el trasporte de los na0ores ... ". Año 1884. Sesión del 16 .de mayo,.
cueros y lanas hasta el año 1890 en que fwcron p. 528.
restablecidos derechos de exportación en condi- í:!l) "Diario de Sesiones de la Cámara de Se-
ciones verdaderamente graves ... " <83 1. nar1ores ... ". Año 1884. Sesión del 12 de mayo,
p. 482.
Un historiador brasileño. E. Pinheiro de
í 22 l "Diario de Sesiones de la Cámara de Re-
Vakoncellos. afirma: "No creemos ser muv presentantes ... ". Año 1884. Tomo 68. p. 15.
aventurados. si recalcamos el valor del come;- (23) "Memoria del Ministerio ele Fomento".
cio de tránsito para los ferrocarriles uruguavos 1891-1892. p. 170.
-su sistema fue estudiado especialmente ~on <24 J Ibid. p 171.
este fin- y si afirmamos que es precisamentt> (25) "Diario de Sesiones de la Cámara de Se-
él quien mantiene esa admirablP red ferrovia· nadores ... " ..A.ño 1884. Sesión 30 de abril. p. 373.
ria". (841. 126) "Diario de Sesiones de la Cámara de Se--
No creemos que admirable: pero que la man- nadores ... ". Año 1884. Sesión del 9 de mavo
p. 451. . '
tuvo, la mantuvo. Y si no lo crepn. . . oue
venga el "General ?vbn3gPr" del F. C. Central. (27) "Diario de Sesiones de la Cámara de Re-
presentantes ... ". Año 1880. Sesión del 1o de iu··
Mr. Chamberlain, y nos lo düra. ,io de 1880, p. 343. ·
\28) "Diario de Sesiones de la Cámara de Re-
NOTAS ¡:>resentantes ... " Año 1880. Sesión del 30 de
jvnio de 1880, p. 333.
(1) "Memoria Presentada a los Señores Ac-
cionistas del F. C. Central. en el Día de su Inau- (29) "Diario de Sesiones de la C§.mara de Re-
guración". Montevideo 1869, p. 7. presentantes ... ". Tomo 68. Año 1884. p. H.
<2 l Adolfo Vaillant. "La República Oriental (SO) "Diario de Sesiones de la Cámara de Re-
del Uruguay (América del Sur) en la Exposición presentantes ... "·Tomo 68. Año 1834, p. 57.
de Viena. Montevideo. 1873, p. 197. · (31) C. O. Barker. Secretario del Directorio
f~l Ibid. p. 197. de Londres, informa ·a éste de su viaje a Suda-
<4 ) "Contestación al Informe de la Comisión mérica realizado en 1886: "Su Excelencia dijo
Consultiva Nombrada por el Superior Gobierno que tenía gran interés en la extensión al Río
para Dictaminar Sobre la Propuesta de Reorga- Negro y en su gran puente en construcción. Su
nización de la Compañía del F. C. Central del Excelencia ya visitó las obras y esperaba tener
Uruguay". Montevideo. 1877. p. 6. el placer «de clavar el último remache;>."
<5 1 "Memoria Presentada por el Directorio del (321 "Memoria del Ministerio de Gobierno".
F. C. Central del Uruguay en la Reunión Ge- Año 1885, p. 707.
neral de Accionistas el 10 de abril de 1874. Mon- (33) "Memoria del Ministerio de Gobierno".
tevideo 1874, p. 37. Año 1887, p. 419.
(6) Ibid, p. 21. (34) "Memoria del Ministerio de Gobierno".
( 7 l "Los F. Carriles de la República Oriental Año 1887, p. 419.

NUMERO. ll:ill 1 MARZO 19fiSD PAG. 7i!:


(~ =.Memorta del .líllmisteno de Gobiemo"'. del F. C. Noroeste del Uruguay". Empleado~ de
.A1ío 1887, p. 42L Estaciones. Artículo 8, p. 212 .
(!ll) "Memoria del Ministerio de Gobierno". (J~) "Memoria del ]'.'Iinisterio de Gobierno·•.
Año 1887, p. 431. Año 1886, Articulo 32, p. 217.
(íl7) "Memoria del Ministerio de Gobierno". (60) "Diario de Sesiones. CámGra de Repre-
Año 1887, p. 434. sentantes ... " Sesión del 26 de julio de 1830,
(38) "Memoria del Ministerio de Gobierno". Sección Obras Púbiicas. Informe de Juan B.
Año 1887, p. 431. Zanetti del 11 de junio de 1877, p. 207.
(39) "Memoria del Ministerio de Gobierno". (t.l) Francisco Ros "La Feria de Mclo". Mon-
Año 1887, p. 439. tevideo 1902, pp. 71 - 72.
(~O) "Diario de Sesiones de la Cámara de Re- (fi2) "Memoria del Iviinisterio de Gobierno".
-vresentantes ... " Sesión del 13 de agosto de 1884, Años 1876, 1877, 1878, p. 270.
(ú:l) "Memoria del Ministerio de Gobierno''.
}J. 77.
(41) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- Años 1276. 1877. JO"Q
o lu, p. 271.

M:ntantes ... " Sesión 13 de agosto de 1884, p. 36. (B41 "Memoria del J.'v1inisterio de Gobierno".
H~) «Diario de Sesiones. Cámara de Repre- Años 1876, 1877. 1878, p. 270.
~ntantes. d" Sesión del 18 de agosto de 1884, (t;J¡ "Memoria del Ministerio de Gobierno".
p, 93. Años 1876, 1877, 1878, p. 275.
\48) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- \flG) Homero l\·fartínez Montero. ·'·Marinas
llentantes ... " Sesión del 20 de agosto de 1884, Mercante ... etc., cit."', p. 1-±8.
pp. 117 - 118. (67) "Memoria del Minislerio de Gobierno".
('>4) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- Año 1888, p. 682.
tentantes ... '' Sesión del 20 de agosto de 1884., rGS) Eduardo Acevedo. "Notas y Apuntes.
p. 119. Contribución al Estudio de la Historia Econó·
(<>5) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- mica y Financiera de la Repúblicá Oriental del
ientantes ... " Sesión del 20 de agosto de 1884, Uruguay". Montevideo 1903, pp. 369 - 372.
p. 125. (GOl "Memoria del Ministerio de Gobierno''.
(4'6) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- Año 1887, p. 463.
sentantes, .. " Sesión del 20 de agosto de 1884, t70) "Memoria del Ministerio de Gobierno".
pp. 115 ~ 116. Año 1887, p. 464.
(4'i) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- (71) "Memoria del Ministerio de Gobierno".
ientantes, .. " Sesión del 20 de agosto de 1884, Año 1887, p. 471.
p. 104. • (72) "El Siglo". Montevideo. 25 de diciembre
(48) H<rmero Martínez Montero. "Marinas de 1890.
Mercante y de Pesca del Uruguay". Montevideo, (73¡ Carlos García Acevedo. ''Estudio sobre
1940, pp. 145 - 146. Ferrocarriles". Tesis presentada para optar al
(49) ''Diario de Sesiones. Cámara de Repre- grado de doctor en jurisprudencia. 1>1ontevideo
lentantes ... " 1'? de junio de 1880, p. 342. 1892, p. 21.
(líO) Enrioue Pinheiro de Vasconcellos. "Uru- i<4) Senado. "La Intervención del E~tado ...
guay- Brasii. Comercio y Navegación. 1851-1927". etc. cit.", p. 121.
Río de Jaheiro 1929. 2 Tomos. Tomo I p. 594. i'"·' Senado. "La Intervención cl"l Estado ...
(51) Ibid, p. 594, etc. cit.", p. 133.
(5':':) "Estadística de los Ferrocarriles de la (7G¡ "El Telégrafo 1\iarítimo". Montevideo. 21
República". Años 1896-1897 a 1898-1899. · Mon· de junio de 1886.
tevideo 1901, p. 20. !7<) Carlos María De Pena. "Las dos orillas".
\M) "Diario de Sesiones. Cámara de Repre- "El Siglo". Montevideo. 16 de febrero de 1834.
tentantes ... " Tomo 68, pp. 44 - 45. t<Sl Carlos María De Pena. "Las dos ... " Ibid.
(54) "La Razón". Montevideo. 19 de enero de ( 7 fl) Carlos J\1aria De Pena. nLas dos . .. ~·. Ibid~
1884. (SO) Carlos María De Pena. HLas dos . .. '~. Ibid_
(51>) "Memoria del Ministerio de Fomento'', (81) Crf. Eduardo Acevedo. "Notas y Apun-
Año 1891 - 1392, p. 305. tes, etc., cit.", pp. 26 - 29. · -
(56) ''Memoria del Ministerio de Fomento''. ('<~) Eduardo Acevedo. "Notas y Apuntes ..•
/\..ño 1891 - 1892, p. 325. etc. cit.". p. 27.
(ll'f) Homero Martínez Montero. "Marinas (83) Eduardo Acevedo. "Notas y Apuntes ...
Mercante ... cit.", p. 146. etc., cit.", p. 29.
(58) "Memoria del Ministerio de Gobierno". í84) Enrique Pinheiro de Vasconcellos. "Uru-
íf-M" $'Re,glamento General para los Empleados guay - Brasil. •• cit.", p. 652.
NELSON MARTlNE7 DI

( )
1. LA CRISIS DEL PRINCIP!SMO :nccrcio exrrrior de la Repúbitc<t de Jos úlrímos
diez años. enfarizada~ en verdad, en el sector
El país emraba. en 18/:l. en und nueva de la, importaciones. l .Pero tsros números:
fa,;e de la crisis económica. En la sLiperlicie, 1 'll ';. de aumento en la importación, 76f0
todo parecía augurar momenw,; prósperos jJZl- en Ll t:xponación, registn.ban un nivel critico.
J a la República. El Unwuav concurría a ;a L1s imponaciones volvían a crecer acelerada-
Exposición de Viena y sus"' pr~ducws eran dis n;r:mc-, como en ISG/, aiio que precedió a la
1 in guidos allí; la Bolsa experimentó un rena- crisis que cerraba un proceso iniciado en 1865
cer de su actividad; la Yalorización de las tit:- .c.un el crack. de Overcncl. Los f~c~ores negativos
n as hizo subir las cotizaciones v el F enoca- Clt este auge apartnte eran_ luc:Iclarnente exa-
. rril Central llegaba a Santa L{tciz: rnientra' winados, pocGs aüos m:ís t:crcle por José Pedro
;;e comenzaba una nueva línea que sería d \~an:::1a: "Con esa corrít.:nte de inntigración, con
ferrocarril de Salto a Santa Rosa. el corncrcio a que ha dado origen, cuyo desa-
Pero la administración Ellauri, que había rrollo ha sido prodigioso, han venido cons-
recibido con déficit el comienzo del año, anun- tantemente ráfagas .impregnacbs del espíritu
ciaba nuevamente la fa] ta de recursos al fina- ~le es~:. ,ciYliliz8cióu lujosa y 1::-~stt:osa d~ c!ueJ ~
li1ar rl mismo, pese a que bs rentas excedie- JUSto u~u1o. S:" :.:~norgul,lec:~ el s1glo XIX. ~~~sr
1
ron las previsiones pesimistas que se habían hemo-; !do oe,arrolh.nno en nna proporcwn
reCJlízado. La necesidad de corregir la situa- gcom<:Lrica nuestra acti\·ídacl consumidora, por
' ión de la hacienda pública, introdujo en el la adquisíci('m de gustos, placeres y costum-
,eno de la Cúmara de Diputados exte-nsas di'>- bre~ que 'on posibles a las sociedades europeas.
cw;iones. El ideal económico en la mentalidad porque las alimenta una ca¡,aciclad industrial
.liberal de los principistas era el librecambio: ,u perior" .. Los más vapores que
no obstante, la realidad nacion:ll estaba for- cruzan el océano) llcga11 y
zando otras decisiones. han sido botados al
El ingTeso a 1874, se procesó en medio mcrcio de los pueblo:;
de crecientes dificultades. El desequilibrio .Ellos. :~hora, como ames los i.mques de vela,
<:n la balanza de cambios seguía su marcha: no~ rraen wdos Jos anciactos, los productos de
,e alentaban empresas poco- seguras a im- la inci~Istri_a q u~ ~on nc:ces~~r:io~ para satisfacer
pulsos de la especulación financiera y co- las rnas luperbollGls neceswanes que puedan
menzó a notarse una tendencia a in~novi­ crear el lujo stb aspiraciones enfermizas." i~J
lizar capitales. Adol~ Vaillant había señala- El problerna financiero se hacía más agudo,
do la duplicación, vísíble en las cifras del w- jusr.am-enrc como efecw de una importación

NUtv1E:RO. 23 1 rv1A.RZO 1961 FAG. 79'


e,.'{cesiva, cuyas consecuenci3.$ incidían no sólo cutivo se vio obiigado ¡¡ recunir nuevamente
¡¡obre nuestra balanza de cambios, sino tam- al crédito.
bién sobre aspectos del desarrollo, como el Este hecho, a su vez, incidió sobre las po-
o·ecimiento de las industrias. El proceso con· sibilidades financieras del ejercicio 1874 y al
formó un cuadro mucho más grave el año si- abrirse éste, el déficit presupuesta! arrojaba
guiente; cuando la importación descendió en la cifra de 2:916.667 (8). La deuda pública
3 millones y la exportación en algo más de un consolidada ascendía a 39:332.112, suma as-
millón. Lejos quedaban los promisorios vati- tronómica para la época y el desarrollo orien-
cinios de 1873, "el año más próspero para to- tal. El servicio de esas consolidaciones -en
dos los negocios, el año de las grandes espe· el gobierno de Ellauri se había recurrido a
ranzas.. de las patrióticas espectativas y de los consolidar también el arreglo de la deuda bra-
proyectos financieros". (S) sileña por subsidios y el arreglo de la deud::t
En agosto del 74, Vaillant sostenía, desde italiana por perjuicios ocasionados durante la
la Revista de la Asociación Rural, que, si bien Guerra Grande-, exigía un esfuerzo anual .de
los optimistas podían creer, al notar el de· 5:370.934. De este servicio, conespondía a
sarrollo considerable de nuestro comercio ex- los intereses la suma de 3:239.677 y a la amor.
terior en los últimos diez años, que nos en- tización, 1:979.661. <9 l
contrábamos en días de una gran prosperidad, A los hechos ya señalados, se sumaba ahora
ellos se equivocaban. Era necesario, para eso, una sensible declinación del movimiento del'
no sólo un aumento progresivo de este comer- comercio exterior. En 1874, las importaciones
cio, sino un considerable desarrollo interno, caen a 17:181.672 y las exportaciones ¡¡.
industrias nuevas que complementaran nues- 15:244.783 <10 l. Era alarmante el descenso de
tra economía. (4) las importaciones, más acelerado que el pro-
Un aTtículo posterior, que firmaba Juan ducido en el movimiento de exportación por
Ramón Gómez, reclamaba protección Al. las su indudable gravitación sobre el comercio,
industrias, la colonización, libre importación ·basado fundamentalmente en el papel de in-
de maquinarias y útiles de trabajo. (5J Los ma- termediario. "Muchas de las casas de Monte-
les sociales, señalaba en otro número, tienen video, no venden en plaza ni la mitad del
generalmente como origen la desocupación; y capital que movilizan anualmente en la Adua"
apuntando una reacción conu·a el librecambio: na. Gracias a las remesas con destino a la
"Hay 1.ma porción de industrias que existían frontera brasileña, los puertos paraguayos, y
en el país y que han desaparecido por causa de algunos del litoral argentino, se encuentran
los gobiernos imprevisores y arbitrarios que he- entonces habilitadas estas casas para realizar
mos tenido. Tales son las de carpintería, zapa- en Europa negocios por una suma doble que
tería, sombrerería, sastrería, herrería y que es la que autorizaría el movimiento local pro·
necesario restablecer acordándoles algunas fran- pío." (ll)
quicías é imponiendo derechos protectores co- La crisis se abatía sobre la plaza de Mon.
mo lo han hecho los norteamericanos, á pesar tevideo, que ya había experimentado algunas
de las reorías brillantes, pero muchas veces fal- manifestaciones en 1873, corno las quiebras del
¡¡as, de los economistas franceses é ingleses." (6) Banco Oriental y la Barraca Sanguinetti, acom-
Ya hemos anotado, que el volumen del co- pañadas del cierre de pequeños comercios y
mercio exterior, si bien considerablemente au- sufría ahora una sensible baja de precios. A)
mentado, en los diez años últimos, había demos- mismo tiempo, se percibía, en 1874, cierta in-
erado un importante crecimiento en las impor- movilidad en el mercado de plaza. La admi·
[aciones. Ello puede percibirse, sobre todo pa- nistración se mantenía endeudada con el ex-
ra los años 1872 (importaciones: 18:859.724; terior y el descenso de las rentas de aduana,
exportaciones: 15:489.532) y 1873 (importacio- ocasionado por un elentecimiento general de
ues; 21:075.446; exportaciones: 16:301.772). (<l los negocios, concurrió a tornar más grave Ia
Mientras el mo-vimiento de aduana presen. situación del gobierno en el aspecto económi-
w.ba esos síntomas de desequilibrio el país co Esta coyuntura fue explotada por sus ene~
exl:Jbía un clima de espemlación desenfrena- migos políticos, propiciando el camino de la
da, paralelamente al incremento de las obli- reacción. <12 )
gaciones del gobierno con el exterior. Para el La especulación en valores tenitoriales ab
año 1873, la acL.-ninisu·ación Ellauri debió canzó, dentro del marco de la crisis, cifras con-.
;.u:ender erogaciones por servicio de deudas, iiderables. Todo acto del gobierno era utili"
que alcanzaron la suma de .5:878.916, En un zado por los tenedores de títulos en prowcho
ensayo de s-..:tpa--rar la situación, el Poder Eje- propio, Conocido ~ el ¡mge momentáneo qu;-
producía el ingreso de capitales en nuestra Al finalizar el año 1874 la oposición can·
plaza. Se leían al comenzar el año 74, anun-· dombera, esta vez ante un gobierno tamba-
cios estimulantes. en la prensa, acerca de ven- leante por la crisis, se niega a aceptar lo;
·tas que se efectuarían al llegar el empréstito proyéctos de emisión menor que presenta el
que, en esos momenos, se discutía junto coil Poder Ejecutivo. Don Pedro Bustamante ha~
el proyecto de presupuesto. (13) :Jía realizado la defensa del proyecto en la cá.
El Mensaje enviado por Ellauri a la Asam mára: "La severa diagnosis del estado políti~
blea al culminar el año 1873, ya demostrabn co y financiero de la república que traza
preocupación por el estado de las finanzas. "La Pedro Bustamante, envuelve el Ultimo ale-
situación creada por el progreso sucesivo del ¡;-ato del principismo, aferrado ' al gobier·
déficit -dice su texto--, cuva influencia so- no de Ellauri. No se defiende al doctor
bre la marcha general de lo~ negocios, de la Ellauri en su persona, se pretende impedir
industria y .el comercio, no es hoy dudosa la caída de un gobierno nacional, que, pese a
para nadie, se hace ya insoportable; y si pu- limitaciones y defectos -esencia de su mis-
diera prolongarse hasta fin de año, difícil sería ma índole- constituye una garantía del ré-
prever toda la gravedad de los peligros que gimen civilista." (17)
amenazarían al país y de los conflictos que El motín del 15 de enero marcó la etapa
produciría". <14 ) final de las esperanzas civilistas del principi5-
Las palabras del ministro se reflejarían mo; los actos de fuerza de la dictadura, sella·
pronto en la realidad política del país. A fi- ron las críticas de esta generación liberal con
nes de i 87 4, el levantamiento del caudillo de el recurso del exilio. Pero la crisis, que agrie-
Soriano, Máximo Pérez, fue apenas un prole- taba la estructura económica, no pudo ser de-
gómeno de la recurrencia a las soluciones de tenida con la imposición del militarismo. La
fuerza que habrían de poner en práctica al- renta de aduana, siguió descendiendo durante
gunos sectores. el año 1875, llegando casi a equilibrarse laa
La crisis resultaba imposible de frenar, importaciones con las exportaciones en su caí•
conjugada ahora con la circunstancia de que da vertical; la imposición del curso forzoso y
ia zona sufría las consecuencias de la gran de- el aumento del precio del oro, fueron alguno!!
presión mundial que comienza en 1873 y cu- de los índices que la crisis, en su liquidación
yo centro no se ·encontraba en el Río de la destacó.
Plata. <15 l Las economías periféricas, sujetas a La dependencia de los mercados exteria.
los grandes centros consumidores de materias res se había anotado ya varias veces en algu·
primas, tendrían gran dificultad en liquidar nos artículos de la revista de la Asociación
!;! cr-isis, y ello resultaba particularmente pe- Rural; frente al problema de la colocación de
noso en el Uruguay, aún no recuperado de la nuestras lanas en los Estados Unidos, (18) y
corrida de 1868. Esto fue perceptible para mu- también ante la baja de los precios en el mer·
chos observadores, pero el ejercicio económi- cado de Amberes. (19)
co de 1874 cerró con un monto de la deuda Se ensayaría más tarde, por el decreto del
consolidada que ascendía a más de cuarenta 22 de octubre, el ingreso en el campo protec-
y dos millones de pesos y la reacción política cionista como medio de restablecer nuestra!!
que esperaba la oportunidad para el golpe fuerzas económicas. El decreto Lamas, encau.
militar, hizo lo demás. (16) zó al país por el camino que estaban recia•
La caída de las posibilidades financieras mando todas las naciones afectadas por la crisis
del período, ha sido examinada en sus aspec- de 1873 y que empujaría más tarde a l01
tos más generales; falta señalar ahora, que europeos a la conquista de los mercados co-
fue imposible encontrar una salida parlamen- loniales. El año 75 cerró con un descenso de
taria a la situación debido a que no llegaron, siete millones en el movimiento global de adua-
ell parte, a coincidir en las soluciones, "can- na; las rentas produddas, pese al aumento de
c1omberos" y "principistas". Los primeros, por aranceles, produjeron casi dos millones men01
e¡emplo, sostenían la necesidad de realizar una que el año anterlor.< 2 0)
emisión a cargo de una Junta de Crédito Pú-
blico; los partidarios del liberalismo de prin- 1t • EL MILITARISMO EN ESCENA
cipios, se oponían, proponiendo por su parte,
la libertad de emisión, extendiendo esa liber- De la controvertida gestidn del gobierne.
tatl a todos los ciudadanos, siempre que se ha. Varela, puede decirse que solamente quedó. en
liaran garantizados por títulos de Deuda Pú- pie el decreto de octubre elevando los arance.
!:>lica. 1~ en la ley de aduana, reforma debida al
presuroso concurso de Lamas. Poi lo uemas. mercaclo ' a interesar a las cámaras de Ul-
el derrumbe financiero continuó y la~ fuerzas mercio it~liana y francesa. (24¡
del comercio impusieron sin más trámite al El tercer asrccto, es el que surge de la
coronel Latorre, oponiéndose al curso forzoso reforma aduanera del 75. La reducción de
y a una gestión gubernamental gttiada por los muchos rubros en la lista de importación, (a-
banqueros y orientada hacia la resistida cir- ,·oreció la emergencia de una incipiente 111-
culación del papel moneda, cristalizada enton- dustria local, aunque es indudable también,
ces en la tan discutida Junta de Crédito Pü- que las medidas proteccionistas ocasionarun
blico y en el proyecto de resurgimiento del un inevitable aumento del contrabando, y ue
banco Mauá. En mayo de 1876. estaba consu- incidió negativamente en la exigua recauda-
mado el cambio de gobierno. ción de la aduana oriental.
Los sectores vinculados al puerto, y lo~ vin- La diversificación de Jos producto~ ganade-
culados a la producción -única producción ros, alentada por algunos hacend.ados empreu-
del país en aquel entonces- ganaderos, sala- dedores, acelerada como posibilidad por el pro-
deristas, se esforzaron por apuntalar los ensa- ceso de cercamiento que se cumplió de mane-
yos de gobierno del militarismo que les ha- ra vertiginosa, 125 l fue complementada por el
bría librado de Maná y de los intentos cur- avance del ferrocarril acudiendo con sus líneas
.ustas. Este apoyo se hizo presente, por parte 2. transportar los productos de esta economía

de la A.sociación Rural, en las sugestiones ne- ele abastecimiento. Carlos Marb de Pena se-
cesarias para el arreglo de la campaña. lialaba en su notable conferencia sobre gana-
dería ;· agricultura, en 1882. algunas de las
Propiedad y orden. El proceso ha sido pro-
oportunidades que abría al comercio de ex-
fundamente estudiado por Nahum y Ea-
portación uruguayo la coyuntura internacio-
rrán. í 21 l El país podía prepararse -y lo hi-
nal. :\u estro país enfrentaba un panorama
zo-- _para acceder a las nuevas extgencias de
promisorio, puesto que, debido a la crecieme
los mercados exteriores, cuyo pulso estaba sien-
especialización, los rebaños australianos y los
do marcado por el consumidor británico, o
mejores tipos ingleses y franceses, subían de
por el interés de las bodegas británicas. due-
precio . .-\demás .\ustralia estaba más alejada
ila~ dP. las mejores líneas de navegación, ya
de los centro:s comumiclores gue el Plaw v
qüe la Royal Mail todavía dominaba a fine;;
del siglo XIX el Atlántico Sur. í~~l éste mantenía una li..tty activa comunicación
con el Viejo i\1undo por diversas líneas de
Tres aspectos comienzan a perfilarse en el ,·apores: "Regularidad, rauidez v comodidad
t:omercio exterior. Uno de ellos, el ascenso de para las comunicaciones y' para ~l transporte:
las lanas dentro del sector exportador, cu- economía de tiempo y gastos: abasto fácil y
~·a colocación estaría ligada, en el [uturo, a barato de carnes frescas: esto es io que uece-
las crisis de origen capitalista generadas en ,ita Europa; esto es lo que pueden ofrecer
el continente europeo, donde se hallaban ra- nuestro país y la República Argentina··. ' 2 'n
dicado,) nuestros principales CoiiSumidores. La administración Latorrf consolidó -a
Acerca de este peligTo advertía con memora- filo de sable- las fuerzas naciente~ del t ·ru-
ble precisióu Carlos María Ramírez en 1871, guay modenw. Las [iuanzas. sin embargo. 110
recomendando el inicio de la industrialización ,e recuperaban. Varías medidas fueron cma-
,:J., lanas en el Plata. (23¡ yaclas: suspensión del pago de la deuda inter-
El segundo de los aspectos ~enalado~. t:'S na. reducción ele sueldos. reducción del cuer-
la lenta pero inexorable declinación de la~ po de oficiales. supresión de batallones.
cifras del tasajo en nuestra5 ex portacioue>. El ingreso por concepto de rentas de adua,
Innumerables comisiones se nombraron .para na tendió a retraerse y teniendo en cuent<J el
!olucionar este problema junto con el de la papel que jugaban estas recaudaciones en ei
colocación de las carnes, y la Asociación Ru- monto de las rentas generales, se hacía palpa-
ral trasunta en su revista los matices de pe- ble que el g·obierno de Latorre no podía
rentoriedad que adquiere el tema, al agudi- ellfrentar el creciente déficit. Theoclor von
.zarse la crisis hacia 1884-85. La "Sociedad l\ u e- Holleben representante del imperio alemán,
vos Mercados de Carne y Tasajo" -surgida informaba a su país de la anemia económica
en 1883-, ante la alarma despertada por la que padecía la plaza: ''Por cierto que las adua•
disposición de Estados Unidos para proveer nas están repletas de artículos de importación,
a España de tasajo para Cuba, promoVlÓ pero los impuestos ingresan lentamente. por-
contactos, con saldos desalentadores, dirigidos que las casas importadoras no tienen salida
ll intensificar las exportaciones hacia aquel y por ello, las mercaderías que tienen consig-

CUADERNO$ O~ MARCHA
LlliOasq ueclan almacenadas en Ia aduana pot nero, ae ar!Ila$ nuevas, ae repr~:sa..rut$, d¡; wn-
tiempo indeterminado." (27) tingentes." (SO) ~
Latorre se dirigió a las cámaras y solicitó La recurrenda a los mercadOJ roloniale!!l
realizar reformas financieras. Una de ellas, fue y a los países productores de materia~ primat,
la derogación de la ley de aduana proteccio- fue un socorrido expediente de lm paise~~
nista y el restablecimiento del librecambio por industriales. Obras significativas -han sida
la rebaja de los aranceles en una cifra que os- reiteradamente mencionadas- glorificaron la
d!aba entre el 5 y el 75%. Fue un manotón conquista, justificaron la expansión: cl inglé~
rle ahogado cuyas consecuencias no tardarían Seeley, publica en 1883, "Expan.sio~ af En,
en hacerse sentir: el mismo Latorre confesa- gland; el francés Leroy-Beaulieu edita varia'
ba :m impotencia en el mensaje dirigido a la veces su obra De la colonisation chex k; peu-
Asamblea el 15 de julio. (28) El año cerró con ples modernes. Dondequiera existan europe~,
una recaudación de casi un millón de pesos se mantiene el nexo con la madre patria. In.
menos que el anterior. Pero la incidencia de tal glaterra, por la reunión de los factore~ esen·
medida aduanera sobre las industrias en surgi- ciales -el capital, el potencial industrial, té:Í
miento, se preveía como desfavorable. <29) transporte marítimo y el comienzo "desde ;nri.
La pautá librecambista propiciada p(:>r La- ba", a nivel de los gobiernos-, nada tuvo qu~
torre al impulso de las urgencias financieras, temer durante mucho tiempo en la esfera la·
si bien significó un severo golpe a la incipien- tinoamericana. (Sl)
te industria nacional, no alcanzó, en definiti- Algunos de los aspecto¡ de la ofem d¡;;
va, a frenar su precario desarrollo. Se instru- nuestro comercio exterior a fine5 dcl siglo
mentó, en cambio, nada más ni nada menos XIX, merecen reflexión a la luz de estos he-
que su grupo de presión, la Liga Industrial, chos generales. En primer término, el cerc<l.·
que si bien no llegó a ser tan poderosa como miento de los campos permitió la divenific;¡,.
la Asociación Rural, ni contó con la infiltra- ción y .racionalización del ganado: el vacuno,
ción en el engranaje aduanero que DOseían los hacia fines de siglo, está cediendo el pueljto
comerciantes de plaza, logró siñ e~bargo ele- al ovino, hasta la aparición del buque frigorí-
var su voz por encima del fragor de la espe- fico. El ovino provocó además, un fenómeno
culación y deJ comercio de tránsito. visible en las estadísticas de la segunda mitad
del siglo XIX, correspondiéndole a la$ lana~
111. EL PROBLEMA DE tOS MERCADOS entre los años 1875-1900, un sitial considen·
ble en el total de las exportaciones del :;ectox
La reacción proteccionista aue ~acudió a agropecuario. Este último atendiendo a las c;~.­
Europa desde 1873 a 1895, af~ctó, como no racterísticas de la economía mundial del ~
podía ser de otra manera, nuestro comercio ex- ríodo estaba señalando los esfuerzos de un
terior. Aproximadamente las 4/5 partes de país productor de materias. primas por gravi-
los bienes primarios de producción, eran can- tar en la demanda del desarrollo capitalista,
jeados en nuestro país por bienes de consumo, cuyo epicentro radicaba en Europa.
como alimentos, Yinos, tabaco, artículos nn· La exportación de lanas entre 1875-1890,
nufactmados (ropa hecha, muebles, etc.); una alcanzó las siguientes cifras: (32)
parte, proporcionalmente muy pequeña, se
\·oleaba en bienes de producción.
Aiio
1875
kilogl.'amo¡¡
10:127.943 . 2:596.052
·~
'7~tor

Esto ya de por sí- conformaba un cuadw l87ti


;¡umamente débil para enfrentar los coletazos 1877 17:146.005 " 2:744.541
provenientes de los mercados consumidores. La 1878 16:912.848 ,. 3:068.595
depresión europea se caracterizó fundamental- 1879 17:908.945 H 3:592.112
mente por un enlemecimiento de las transac- 1880 18:776.079 .. 4:093.239
ciones, por un descenso de los precios del sec- 1881 16:182.475 .. 4:026.168
tor agrfcola, que llegó a resentir los precios 1882 21:235.776 " 5.285.161
mdustnales. La entrada en escena de países 1883 31:807.515 " 7:951.960
nuevos, oferentes de productos agrícolas, el 1884 26:799.384 " 6:699.895
ascenso de dos potencias indusu·iales amena- 1885 29:363.649 " 7:338.374
laüoras, -Alemania y EE.UU.-, concurrió a 1886 3I:S73.643 .. 5:747.364
tornar sombrío el panorama. "La semántica 1887 26:208.223 .. 4:998.187
r~g~stró el empleo del lenguaje militar para de- !888 38:120.953 .. 7:587.924
hmr el comportamiento en materia aduanera: 1889 45:433.529 " 9:149.932
~e habló de guerra de tarifas, de desarme adua- 1890 21:939.517 ~ 7:865.8ll

~A,~. ,>;§!
Ef saladero ofreció al novillo un mercado rutina en la cna, reproauccwn ) elaboración
limitado y secundario. Por otra parte, coinci- . · de los ganados." l 36 > Tardaría algo en desa-
dió con JU decadencia la caída de precios que parecer el tasajo, pero el aserto era correcto:
marcó la desvalorización del vacuno. La es- el obrero de los países industriales, con po-
tancia, por su costo, alambramiento, cruzas, der de ;:ompra, no era consumidor de car·
etc., es ya una empresa; Nahum y Barrán han nes secas o saladas. Cuando el presidente de la
apuntado la desproporción existente entre la Rural recorre el Viejo Mundo, dos años más
desvalorización der ganado y la creciente va- tarde, encuentra el ganado norteamel:icano en
lorización de la tierra. (33) el continente: EE.UU. había comenzado el
La evolución de la faena del tasajo orien- transporte de ganado en pie. <37 l También ob-
tal, fue la siguiente, según el Anuario Estadís· serva que Nueva Zelandia está concurriendo
tico, entre 1875-1890. (34) con éxito al mercado inglés, llevando una da·
Matanza total Matanza iotal se de capones preparados especialmente para
an la R. O. del en la Rep. Total en producir carne "sin la preocupación de las
Año Uruguay Argentina el Plata ventajas laníferas, que nosotros no quere·
1875 521.300 586.700 l :108.000 mos abandonar, buscando una imposible aso·
1876 625.457 551.443 1:176.900 ciación". <38 > La frase encierra una crítica a la
1877 527.600 662.500 1:190.100 actitud "globalista" del productor oriental, re·
1878 6'77.026 572.500 1:249.526 sabios de una acendrada reticencia hacia la ir1·
1879 556.500 539.000 1:095.500 versión masiva y la especialización, que comen·
1880 665.500 491.500 1:157.000 zaba a debilitarse en la década del ochenta.
1881 576.170 399.000 957.170 La respuesta a la encrucijada partió, nue·
1882 783.500 434.500 1:173.000 vamente, de la Asociación Rural. Desde 1885,
1883 704.400 365.100 1:069.500 la campaña emprendida por la "revista" de·
1884 853.600 316.800 1:170.400 sarrolla dos tópicos: los frigorííicos con garan·
] 885 647.029 610.700 1:257.729 tia similar a la otorgada a los ferrocarriles, y
1886 751.067 480.900 1:231.967 la necesidad de exportar ganado en pie que
1887 499.554 323.208 822.762 culmina con la presentación del proyecto Cás·
1888 773.449 ·167 .208 1:240.899 tro y Young en 1890, el que no pudo demos-
1889 708.923 701.400 1:430.323 trar sus posibilidades, porque cayó envuelto,
1890 642.100 764.000 1:406.100 antes de iniciarse su actividad, en el marasmo
El fracaso que recogieron los esfuerzos rea- de la crisis económico-financiera.
lizados por la "Sociedad Nuevos Mercados de IV. UNA VIEJA POLÉMICA:
Carne y Tasajo", integrada nada menos que
por ganaderos como Carlos Reyles y Domin- LIBRECAMBIO Y
go Ordoñana, presidente de la Rural, abrió PROTECCIONISMO
la alternativa de buscar nuevos rubros para El decreto-ley de Latorre, -que derogó el
la exportación de los productos pecuarios. Ya de 1875-, redujo en un 50% todo los dere-
había señalado Carlos María de Pena, en 1882, chos de importación, incluyendo la escala mó-
<.1ue el tasajo equivalía, en las carnes, a for- vil de la harina, lo que ya era ser librecam·
mas de producción precapitalistas. Tenía dos bista a ultranza, puesto que esta escala venía
enemigos, afirmaba: uno de ellos, en la pro- siendo mantenida (con variantes ocasionales) en
pia casa, en la preparación y exportación de un nivel respetable desde su aparición por
carnes conservadas por el establecimiento Lie- primera vez en nuestro estado independiente,
big, método que se extendía y conquistaba el con la ley de junio de 1833.
mercado. El mismo Ordoñana, en su viaje por Esta frecuente modificación de los arance-
Europa, señalaba en su correspondencia tai les, tiene en verdad, explicaciones bastante ob·
suceso. (3 5> vias. Por regla general, desde las esferas del
En cuanto al otro enemigo, el más temiblt, gobierno, aun atendiendo las muy difundida5
era el proceso histórico unido al avanre técni- razones de principios, el librecambio emanó
co: ''La industria de las carnes secas se va. En de las urgencias del erario y tendió a propiciar
breve será reemplazada gra~ualmente por la la movilización de una intensa corriente de i:m-
de carnes conservadas y la de carnes frescas re- portación y de tránsito, que llenaba entonce~
frigeradas." ... "Tenemos que prepararnos pa- las arcas del estado, agotadas por la poca ren·
ra la abolición paulatina de charques y tasa· tabilidad de la aduana. Aunque, conu·ibuía
íos que simboliza la abolición de la esclavi- también, con mayor eficacia, a acrecentar lo~
tud, -al mismo tiempo que la abolición de la beneficios del comeróo. Razones más que aten·
dibk~ teman, pur su parte, 105 represenLantes La lmportadón ae ropa hecha, artículos
del alto comercio que muchas veces, desde los confecionados, licores, cervezas, cigarrillos, etc:.~
escaño~ de las cámaras legislativas -razones presentaba una disminución entre 1873 y 1884:,
de principios mediante- impulsaron la apro- de alrededor de 2:000.000 de pesos "demo&:
bación de tales leyes. trando un aumento en el trabajo nacional qut
Pero también -y sin desconocer los afanes presupone la ocupación de muchos millare§
de algunos ministros por estimular la produc- de brazos". (U)
ción industrial-, las medidas protectoras estu- La aparición de la Liga Industrial, aportó
vieron destinadas a subsanar insolventes gestio- un nuevo color a las discusiones sobre los ar~a
nes de gobierno. En 1875, por ejemplo, una celes aduaneros, puesto que, aunque embriO.
buena parte de los adicionales de aduana se nario aún, este nuevo grupo de presión logro
aplicó a cubrir la conversión para frenar el hacerse oír en el recinto legislativo. Al fijarst
empapelamiento. Julio C. Rodríguez ha seña- la Comisión de Avalúos para la ley de aduana
lado en un trabajo reciente, la expectativa de de 1884, se trató de integrar la comisión oo.-a
los tenedores de deuda con relación a la ba una representación de los industriales, pero
lanza de cambios a los efectos de sus negocios salió triunfante el comercio exportador, ya que
de bolsa, particularmente durante el santis el artículo 39 dispuso que tan sólo pudier~l'l
mo, en los prolegómenos de la Unificada de concurrir a ella comerciantes matriculados con
1883. (SD) casa abierta.
La reacción contra el librecambio impues· · El problema radicaba en el sistema de a:fo.
to por el coronel Latorre, no se hizo esperar ro, que se realizaba ad valorem, o sea el pNo
y en 1881 se discutía en diputados la modifi cio corriente del artículo en plaza. El alto eo=
cación a la ley de aduana vigente. El repre· mercio había encontrado allí un magnífico
sentante Carlos Honoré, desarrolla una exten- sistema para burlar al fisco, (42) que daba ra=
sa argumentación a favor del proteccionismo, zón a las precisiones de Vailiant con respecto
verdadero alegato que toca el fondo de la cues- a los ajustes a realizar en el valor de las do
tión: " ... ¿por qué no hemos de dictar una fras de aduana y que él calculaba en un S3 %.
ley de aduana preparada de tal modo y con Un uniforme de Ripert-Monclar, durante
tales derechos, que haga que se pueda trabajar la administración Santos, es ilustrativo al ~
en la República Oriental del Uruguay en otros pecto: "el contrabando está organizado de l!!t
trabajos que los de las faenas de saladeros y siguiente forma: no tienen derecho a despachar
la labranza? , .. ¿por qué no han de trabajar en la aduana sino las casas registradas come
algunos orientales en la litografía por ejem- zmportadoras, cuya patente es muy fuerte. El
plo? ... ¿por qué no han de ganar dinero, comercio mediano y detallista está por lo tanto
haciéndose, por ejemplo, zapateros, curtidores, obligado a hacer venir sus mercaderías a su
etc? ... ¿por qué vais vosotros a obligarlos a orden, y servirse en la aduana de los buenoe
hacerse 'forzosamente estancieros y agriculto- oficios de una clase particular y poco numerou.
res?" (40) de corredores, los «Despachantes de Aduana"~
Aprobada esta ley, la marcha de los ingre- que disponen de fuertes capitales, están mullÍ·
sos de aduana dio razón a los proteccionistas. dos de la patente necesaria y a cuyo nomb~
Informe Vaillant por JTiedio, las sucesivas co- vienen todos los conocimientos de embarque,
misiones de Hacienda abogaron a favor de las promediando una comisión ii~Íempre inferior al
tarifas que amparaban a la industria nacional. derecho que debería pagar :m contenido" ...
En 1886, en la Cámara de Representantes se "Se llenaría un grueso volumen con parecid01
presentaba un informe con las siguientes cifras: detalles pero éstos son mficientes. para estable-
cer que las estadísticas de la Aduana no tienen
1873 1884 nada que ver con la realidad", (4S)
Ropa hecha, artí- A esta situación, 1e quiso pon-er términe
culos varios confec- con la ley de aduana de 1887, de tendencia
cionados, calzados, subidamente proteccionista, que creaba un si!-
etc. . . . . . . . . . . . . . $ 2:970.801 S l:3ti4.723 tema mixto de avalúo, introduciendo para va~
En licores, cerveza, ríos de los renglones de importación, los dere-
aguardiente, etc... 831.042 " 652.152 chos específicos. Los fundamentoz que acamo
Cigarros de hoja, ci- pañaban la ley, redactado5 por una comisión
garrillos, etc. ....• 196.409 " 57.370 integrada por Domingo Lamas y Francisco
Bauzá, comportaban un severo diagn61ltico di!!
$ 3:998.252 $ 2:074.245 nue:~tra dependencia económia: "Debido a
nuestra posidon geográfica y topogni.Uca, y a algunos establecimientos ae transtormación de
otra3 diversas circu:r1stancias que nos convirtie- materias primas y de productos alimenticios,
ron en un gran mercado para todos nuestros fue, entonces, el saldo· significativo del mo-
..-ecinos, adquirimos desde ia época colonial, mento.
derta importancia comercial, que creció por
algún tiempo; pero es menester que nos demos V. LOS INTERESES EXTRANJEROS
cuenta de que estos medios de prosperidad son
forzosamente transitorios y no consultan la ex- Inglaterra ocupó siempre, -no podía ~er
pamión progresista a que podemos aspirar ; cie otra manera- el primer lugar en las co·
las condiciones más primordiales a la indepen- lumuas de nuestro comercio exterior, y a este
qencia económica de una nación." (41) respecto conviene precisar que si bien los in·
Los predominios comerciales, señalaban su~ gleses eran nuestro principal mercado, los fran-
integrañtes, han sido :;iempre relativamente ceses ocuparan, en el período 187 5-1890 un se-
breves, enseila Ia historia; si Inglaterra gundo puesto en las dos columnas (exporta-
mantiene aun su hegemonía, ello se debe a la ción e importación) de la aduana del Esta el o
circunstancia de complementar su poderío ma- Oriental. Otros paises importantes para nues-
rítimo con el creciente desarrollo industrial. tros productos eran España, Alemania, e Ita-
Este lúcido examen de los elementos con- lia. Bélgica, una de las naciones que se indus-
turrente:; en la economía capitalista del siglo trializó primero en el viejo continente, apare-
se aplica luego para caracterizar la situa- ce como uno de nuestros principales compra-
ción oriental: "Pero nosotros ¿qué podemos es- dores de lanas y productos de ganadería (cueros,
p.erar como nación comercial, cuando gran .par- sebos, cerdas, etc.), En América del Sur, Bra-
te de los elementos de comercio que poseemos sil era por lejos, nuestro mejor mercado y el
no son nacionales, y los capitales comerciales avance de los Estados Unidos de Norteamérica
5on siempre inciertos? Se van como vienen a en el cuadro de países compradores, es tam-
walquier azar o fluctuación, no toman jamás bién claramente visible.
arraigo, son viajeros caprichosos; darán vuelta Luego de pasado el período de las presio-
mañana la espalda a lo que hov buscan solíci· nes diplomáticas contra la naciente Repúbli-
tos. J.\; os falta" la base esencial p~ra el comercio ca, naciones que como Francia, Italia y Espa-
que e5 la marina mercante, y mientras ña, tenían residentes en el país en posesión de
no tengamos más que materias primas como apreciables fortunas, comenzaron a instrumen·
F oducción nacional para adquirir con ellas tarse modernamente para una pugna por man-
h:; productos manufacturados que se nos trai- tener una influencia preponderante en todos
seremos, por el hecho, una especie de los niveles de la sociedad üruguaya, la ca-
extranjera. La constitución de una racterización ideológica de esta lucha ha sido
nz·cíÓnalidad y· de una independencia econó- estudiada -a escala contínental- por :\"or-
mica está en el poder industrial propio, es de- mano (4fll_
ór. en los medios que tenga un país de desa- La existencia ele considerables núcleo~ de
ue un modo armónico sus fuerzas pn.r e~pañoles, italianos, y franceses en el Uruguav
v de ensand1ar v multiplicar los em- del período, ampliamente tributario ele la in-
dFl ~trabajo nacionaL así como las inver- mig-ración, cristalizó en la formación de cli,·er-
~liin•=:; fijas del capital". (45¡ sos'"' oro-anismos a la manera de centros .cultu-
o
hecho perceptible fu1::, sin embargo, la rales unos y comerciales otros, que graVJtaron
amparado en las sucesivas leves de en diversos sectores. Fue así que hicieron -;u
aduana v a largo plazo. de un pro¡~;ito, a aparición la Cámara de Comercio Francesa
falta de~ progra1~a -:_y ~un así, forzosamente (1882); la Cámara de Comercio Italiana (1883)
incompleto-- de desan-ollo de las industrias v la Cámara de Comercio Española (1888) que
nacior1ales a partir de 1875. Al tanteo, cedien- ;e organizaron en activa defema de los inte·
rlo ante las exigencias de la renta, el hecho se reses de sus connacionales, siempre en estre-
fue concretando -siempre en el marco de los cha relación con los representantes diplomá-
lír;;ites impuestos al país dentro de su comE- ticos de sus respectivos países. Es de hacer no-
ción de mercado deoendiente- y adoptando la tar, que los ingleses recién creyeron del caso
única formulación ,que por el nÍomento se no- utilizar un procedimiento similar en 1915, fun-
día ensavar: la de crear industrias sustitu :V.!S dando la Cámara de Comercio Británica, ame-
de aqueú~_>S productos de importación, ca<i di- nazados ya muchos de los pilares que sosle-
riamos, primarios, para el diario trajinaJ de nían su dominio financiero y comercial de la
la mod~ta población oriental. El an-aigo de plaza.
De las cámaras mencionadas, la francesa n~ mostraron también ~;u indmac1ón hacia la
ejerció una muy intensá actividad en esferas plaza oriental (5 1 ); y los franceses ~ lamen~
de gobierno y en la vigilancia de las modifi- ban de la tradicional reticencia del capital ~
caciones de las leyes de aduana. Tal vez, el lo, que le hacía perder oportunidad(;$ (lí:<). Dt
impulso al comercio del país de origen no fue poca o escasa incidencia comparada con la irr
nunca un elemento de mucho peso en su ac- versión del capital británico, lo cierto ~ qu~
tividad, sinó, más bien, la existencia de la Cá- por diversos canales de m economía, la nacion
mara de Comercio, comportó una relación be- reía emerger intereses extranjeros, prolongan.
neficiosa con la madre patria, situación que do una situación que buscaba superar de•
e~ta alentaba, aun conociéndola. Y la confir- m nacimiento.
mación de estos hechos parece desprenderse de En los ingresos de maquinaria, comienzan
los informes diplomáticos de algunos agentes a aparecer implementos agrícolas norteameri-
consulares del período (4í). canos (las marcas McCormick, Osborne, W~
Una serie de actividades indusu·iales que en las cosechadoras y Collins en los arado¡¡};
c!irecta o indirectamente se vinculaban a la la loza alemana, precedida por vistosos catálo-
exportación o la importación, estaba en ma· gos de color, hace la competencia a la vajill¡¡¡_
nos de franceses. Puede mencionarse a vía de francesa, alarmando a sus importadores en ~
ejemplo, en el ramo tabacalero a Mailhos y Uruguay (5SJ.
en la industria saladeril :t Legrand, Mouset, El país, en suma, :>e mostraba propicio a
Autarquin, Paulet, etc. En la lista de adheren- lO! negocios, a lat~ inversiones de capital, gi-
tes y suscriptores publicada por el boletín de rando siempre alrededor de un eje comercia.l
esa Cámara, en 1886, figuran, en 136 integran- y de exportación de productos primarios. I~
tes, nada menos que 38 exportadores e impor- posible no recordar la apreciación de CarlO!iil
tadores (48), Quijano en su estudio de la crisis del 90: "D{)i·
Otros intereses se movieron también en el cimos que del 50 hasta fines de siglo, más ~
reducido ámbito del Uruguay del siglo XIX. menos, ei país es un país de comerciantes. El'!
En 1886, durante el gobierno de Santos, tan esos años Montevideo es un gran puerto d~
propicio a los halagos del capital extranjero. tránsito. Este hecho -a nuestro modo de ve'!
una misión norteamericana visitó el país, rea- esencial en el proceso económico del país, 1
lizando una gira continental. Santos se aprestó que poco, creemos, ha \'lido tomado en cuen-
a recibir a sus integrantes, suscitando las in- ta- está determinado por razone~ histórk~
quietudes de los agentes diplomáticos de Fran- ~ geográficas" <54 l.
cia, Italia, Ingla_terra y España: "países con
los cuales re realizan los 9110 parte de los ne- VI . lAS CONTRADICCIONES OR
gocios de importación y exportación de la COMERCIO EXTERIOG
República Oriental", señalaba el Conde Saint
Foix (49).
A partir dé 1886, el pa.is presenta en mpe:r-
Los móvile,S, como se vino a comprobar ficie, un panorama de progreso que presagí:~.
después, radicaban en un verdadero estudio un futuro promisorio. La conciliación recient~
de mercados en Latinoamérica y sobre las ci- mente aicanzada en lo político y la riqueza ao~
fras del comercio internacional del continen· mulada en los años anteriores debido al exce-
te, que la misión venía realizando. Los datos dente logrado en las exportaciones --entr~
1eunidos fueron publicados con posterioridad. 187 5 v 1885, el saldo favorable en el comefl-
Según el informe, el intercambio se desa- cio ex'terior fue de $ 14:884.423- parecía ju~
rrollaba así: Brasil 25%; Argentina 20%; Cu- tificar esta apariencia saludable" -
ba 13%; Chile 12%; Uruguay 8'j0 ; catorce Si nos atenemos a otros datos, vemos en
países restantes (estaban incluidas las posesio- Acevedo que la estimación de las cifras por
nes francesas), 22%. La comparación entre habitante en el comercio exterior habían moSc-
población y comercio exterior dejaba a Uru- trado hasta 1885, un progreso constante en l:Jt
guay en un primer plano con 40 pesos por ha- exportación que llega a igualarlas con las de
bitante, seguido por Cuba con 25, Chile con importación:
21, Argentina con 19 y BrasJ con 8 pe 3os (50J,
De tal manera, al lado de la robusta estruc- Año Importación Exportación
t~ ···;; 1Jritán ic:· que enlaza));_¡ deuda pública.
:·,-·,·ic~os ;;ú 1J1iro in1:::··:5~cindibl~s. p!·c)ducci/,n 1879, '); 1:6.8 .$ 36.2
,. cc)]nercio : \:tr:;rio;·. u· ··os inter . . se:-s et~saYabau 1879 36.8 37.9
>u r~:úicac.ión en Fl pai;;. Los c<tpit::le;; ;;l,:nu- 4~ 3 l~!';'t
Hasta 1884, las cifras de la matanza del cerrada, el procreo en aumento y la tendencia
saladero oriental van en ascenso, al tiempo a la baja en los productos de saladero l5SJ.
que· declinan los saladeros .argentinos. Cierto La coyuntura obligó una fórmula, presen-
es, que la exportación del tasajo a La Haba- tada por el Poder Ejecutivo, soHcitando la
na decae sensiblemente, hasta el punto_ de pa- exención total de derechos a la exportación de
3ar de 1:430.500 quintales en los cinco ai'ios productos naturales del país, como medida pa-
que corren entre 1872 y 1876, a 898.870 en el liativa. Factores internos que se alinearon al
q_uinquenio 1882-86, según cifras tomadas por lado de los ya seüalados, coincidieron para
Acevedo de los archivos de los corredores de agravar · la situacion de los hacendados. La
tasajo Matta~y Garulla. Pero es también nota- aparición del invernador fue uno de ellos:
ble el aumento que se produce en la exporta- "Comenzó a gestarse así una diferencia, fruto
ción de tasajo al Brasil, que en el quinquenio de la especialización económica, entre el es-
1872-76 era de 2:035.400 quintales, mientras tanciero criador (el_ que vendía sus ganados
que en 1882-86 llega a 3:204.065 (5 6 l. ya no al saladero directamente, sino al inver·
De manera que el período que se inicia con naclor) y el estanciero invernaclor (el que tra-
la presidencia del general Tajes, se presenta taba con el saladero, actuando de intermedia-
con características propicias para alentar el rio). La división del trabajo que tal hecho
desborde optimista de los años próximos. El -aún en gestación, pero ya real- estaba im-
Conde Saint Foix informaba desde Montevi- plicando, era algo totalmente nuevo en el me-
deo en 1887, "No puede imaginarse, señor dio rural, pues constituía un elemento que
Ministro, cuán vivaz ha sido el renacer de los acercaba más y más la técnica de la estancia a
negocios luego de la dictadura del general la de la moderna economía capitalista" (5 9 !.
Santos" (5 7l. El país parecía pronto para el Estos problemas impulsaron una activa prédica
despegue económico y entre los años 1887-1890, ele la Asociación Rural, iniciada aproximada-
el Estado Oriental ensayará la experiencia que mente hacia 1885, reclamando la adopción de
lo conducirá a la crisis. medidas destinadas a atraer la industria frigo-
rífica, de realización efectiva para los produc-
Una serie de hechos, no obstante, permitían
tores norteamericanos v que se ensavaba con
qbservar, en profundidad, un panorama de in- exito en la Argentina 'desde 1883, ,
certidumbre. En primer lugar, la retracción
de las exportaciones de tasajo al Brasil por la En 1890, la Rural publicaba la conferenciá
aplicación de las medidas sanitarias pretexta- leída por don Carlos Young sobre la expor-
tación de ganado en pie. Contenía parte de
das en la epidemia de cólera, dirigidas, en los
los fundamentos de la propuesta para expor-
hechos, a estimular la creciente industria sala-
deril de Río Grande. Paralelamente, y desde tar bajo un sistema que preveía ia construc-
ción de instalaciones flotantes, presentada por
1885, los tasajeros orientales habían visto _re-
Castro y Young al gobierno en 1889. Analiza-
!iurgir la competencia del saladero argentino,
ba las eventuales causas del descenso en los
que declina sus matanzas en 1887 por idénti-
precios del ganado, recorriendo todas las tesis
cas razones que los establecimientos urugua-
en juego, para concluir en que la explicación
yos, .pero retoma sus cifras a partir de 1888.
residía en el exceso de ganado, que calculaba
Ello no podía ser compensado -y no lo en 8 ó 9 millones de cabezas para el vacuno.
fue- por el tasajo habanero. Se imponían dos estimando la existencia de ovinos en U:nos 20 a
razones: una, la penetración de las carnes nor- 22 millones (GOl. Hacía también, Carlos Young.
teamericanas en el mercado cubano; y otra, la un estudio del mercado inglés, señalando que
transformación realizada en la producción ga- la a·uza del ganado permitiría atender con fir-
nadera uruguaya. La cruza y el engorde, con meza sus demandas. El stock de novillos mes-
la aparición del· invernador, dirigidos a aten- tizos que poseía un reducido número de los
der la creciente demanda del tasajo brasileño estancieros que se dedicaban al cruzamiento,
el último, y a la conquista del mercado euro- alcanzaba a 30.000 cabezas \61).
peo la primera, volvían irreversible la situa· Durante· la discusión del proyecto, Lucas
ción del hacendado criollo. Herrera y Obes, conspicuo integrante de la
La matanza del establecimiento Liebig, Asociación Rural, que había sido saiaderista
asentado en Fray Bentos, aportaba, hacia 1885, durante largos aüos, ofrece su explicación a !a
un menguado alivio a la plétora de ganados crisis. La ganadería se halla en decadencia
que buscaba colocación. Pero no alcanzaba, en porque los factores que intervienen en la pro-
Í887, para aportar s0luciones a un panorama ducción han aumentado al valorizarse io;
~in salidas visibles, con la frontera brasileña campos: "El tasajo brasi~eño tiende a dejar de
ser un estimulo para nuestros ganaderos, no volúmenes de exportación superaban holgada-
porque esté en baja, sino porque no compen· mente las cifras asignadas a la matanza y aún
sa el costo de producción: el novillo tiene que las estimables por mortandad de ganado. Ace.
buscar, , pues, otro mercado que pague por vedo atribuye este fenómeno inconciliable coa
nuestras carnes, precios que vengan a compen- los cálculos posib~"ll. a diversas formas de
sar el encarecimiento de los factores de pro- ocultación, ya de I;i' !"""'', ~7.a, ya del comercio
ducción; y este no puede encontrarse sino en de tránsito. <65 > Realizado este deslinde, hay
Europa: ¿cómo lo podemos encontrar?. . . Es- que advertir que de todos modos, la exporta-
ta es la cuestión." (62). ción de cueros se mantuvo en alza durante lot
Inútil era esperar que los problemas que años que examinamos. Debe señalarse sin em-
emanaban del descenso en la exportación bargo, que tuvo que existir declinación de lüf
de tasajo, lograran una compensación por otros guarismos, si nos atenemos a dos hechos: lA
rubros. En el sector pecuario, el cuadro de ex- crisis de ·los saladeros por los problemas fron-
portación en lanas, siempre en ascenso, pre- terizos iniciados en 1887 y el desarrollo, en lo
senta no obstante, oscilaciones que denotan interno, de industrias como la del calzado, al
úerta inestabilidad en la demanda entre 1886 amparo de las medidas protectoras <ea¡. La~
y 1889, para registrar un marcado descenso en medidas del 87, cerrando las aduanas brasile-
1890 con relación a cualquier valor del quin- ñas, castigan también severamente a los agri·
quenio. Arrojando, sin embargo, el promedio cultores y molineros, ya que la fabricación dt
anual a los cinco años de referencia, la apre- harinas, que se había desarrollado bajo las a.
ciable cifra de 32:675.175 quilos. Por otra par- rifas decididamente prohibitivas de la escala
te, el ascenso de nuestras exportaciones de la- móvil, pronto logró un mercado para :Jus ex-
na mantiene un firme progreso a partir de cedentes, en Rio Grande.
1891 (63 l. En cuanto a las importaciones, una prima-
Son perceptibles también, otras relaciones ria connotación -por otra parte muy expli·
que no conviene desatender. Si observamos el citada- señala el fuerte aumento en las c;i..
cuadro de exportación, vemos que los 21 mi- fras, que singulariza los años que corren entrt
llones 939.5 I 7 quiJos que se exportan durante 1887 y 1890. Su rasgo más significativo, es la
el descenso vertical de 1890, le produjeron al importación de bienes de consumo, de articulot
país S 7:865.881; vale decir, que el producto suntuarios, complemento del gusto refinado
se cotizó mucho más que en 1888, cuando la que exhibe ese Montevideo "europeizado" de
exportación de 38:120.953 quilos se pagó 7 mi- los años ochenta. Y en 1888-89, la curva de lat
llones 587.924 pesos; e incluso que los 45 mi- importaciones se empina más aún: "No debió
llones 433.529 quilos del año 1889, que cose- ser sin duda ajeno a esto la fundación del Ban·
charon 9: 149.492 pesos. Este incremento en co Nacional que movilizó capitales sin empleo
los ingresos por quilo de lana exportada, sal- y aceleró, en un país despoblado, el proce5o
daba el periodo en 1m significativo contraste de industrialización." (67),
con los bajos precios de los años anteriores. Los bienes de producción juegan también
"Este rápido desenvolvimiento .de la produc- un importante papel en este índice eleva·
ción lanar -anotaba Acevedo- debe señalar- do (68); así, señala Acevedo que "los rieles ~
¡;e como un positivo progreso económico, por aproximan a treinta y cinco millones de quila~
la fuente de riquezas que permite explotar y en el quinquenio 1886-1890" (6 9 ), En 1888, el
por las garantías de estabilidad que ofrece en total de rieles tendidos alcanzaba los 574 qui·
un país como el nuestro, que durante larguí- lómetros 785 mts; en 1890, Tajes podía anun·
simos años sólo ha tenido la gran salida de la ciar, al abrir el período legislativo, que el pai!!
industria saladeril reducida a dos mercados de poseía 708 kmts. de líneas férreas habilita-
consumo que pueden imponer la ley en todo das <70>. Entre los productos que nos llegaban
momento y provocar grandes crisis. comercia- de los países industriales, se hallaban elemen.
les." <64 l. Obligada referencia a las soluciones tos que concurrían a consolidar nuestras e3-
de fuerza que impuso a la economía oriental tructuras, como los equipos ferroviarios, pero
el mercado brasileño mediante el cierre de muchas importaciones acudían a coadyuvar el
sus fronteras, demostrando el poder del Impe- auge urbanístico, secuela de una valorización
rio para ejercer pn;siones procurando, en territorial que cabalgaba en la especulación, y
a!gún momento, soluciones políticas favorable5 de empresas de (X)rte temerario que avanzaban
a sus d.esignios. - impulsadas por la actividad desborda.Tlte de lO!
Los c~eros presentan un fenómeno muy corredores de bolsa. Seria, por ejemplo, inteo
singular en el periodo, evidenciando que los resante poder dim::rnk 01:>ntoo de 1~ t!.l'<!ntee
' ycolumnas de hierro que excedieron los vein- no:; desfavorables, que smgu1anzaron la econo-
te millones de quilos de importación en el mía uruguaya de la segunda mitad del siglo
quinquenio 1886-1890, <71 l, fueron a sostener pasado, preparaba el terreno para un nuevo
las fastuosas construcciones -desproporciona- episodio de crisis económico-financiera. En pri-
das para el país de entonces-, que surgieron mer lugar, continuaba ascendiendo el momo
de la fiebre edilicia de la época. de la deuda pública, que asumió proporciones
inquietantes en la época de Santos. Se suce-
Desarrollo de las importaciones, expurii;Ctullc, dieron. la Deuda Unificada de 1883 ,. las Enü
" rentas de AduG- entre 1875 ¡• 1890 siones de Deuda Consolidada primer~ y segun-
(1875 }00) (H) da serie, que fueron lanzadas en 1886, para en-
jugar el déficit resultante entre enero de 188.'J
.i..iio Impo:rt. xpo:rt. Renta Adu¡ma
;: junio de 1886 <71 .1.
1875 lOO 100 !OC' La plaza, sin embargo, parecia gozar de
1876 103 108 1J ~ prosperidad, ya que el excedente de la balan-
1877 121 12[¡ 11 1 z~ comercial acumulado en los años anterio-
1878 128 138 11 ~] res, volcado en ella a través de los diversos ca-
1879 128 131 9! nales de la especulación, contribuyó a crear
1880 157 156 87 u na sensación de euforia. Pero las rentas de
1881 144 159 101 aduana, contra la cual giraban !os gobiernos
1882 146 174 110 orientales el peso de la deuda pública, la .ma-
1883 163 199 140 yor parte de los gastos de la administración y
188'1 197 195 156 todos los imprevistos, había aumentado tan
1885 203 199 155 sólo un 50% entre 1875 y 1885. Y basta obser-
1886 162 188 137 var que las rentas de aduana fueron una pro-
1887 198 14/ 174 posición de las rentas generales del p<1.ís que
1888 237 221 178 no bajó nunca del 55% en el período señala-
1889 296 204 217 do, para advertir la precariedad que conlleva·
1890 261 229 198 ban las finanzas. Sumado a ésto, hay que se-
Las exportaciones mantuvieron un ritmo ñalar que el movimiento de entrada y salida
ascendente hasta 1886. Durante este largo pe- de metálico se mostraba desfavorable a la adua-
riodo, el país capitalizó un excedente a su fa- na oriental.
vor en la balanza de comercio, productO de El Uruguay, cuyas principales -casi úni-
cierta inmovilidad que caracterizó a la época cas- colocaciones en el mercado europeo del
de Latorre en el aspecto financiero, v también que dependía estrechamente eran los productos
del desarrollo de los negocios· dent;o ele un primarios, con el agravante ele que, al igual
marco de cierta cautela, que se visualizó du- que Argentina en la misma época, no tenia
rante las gestiones de gobierno de Vida! y de posibilidades de incidir en la fijación de los
Santos. Las tarifas de aduana de 1881 v sus precios mundiales <7 ".1, al acumular abligacio-
ajustes suq:sivos, sirvieron de freno a la:, im- nes abría camino al peligro --que finalmente
portaciones, alentando uu mecanismo interno se materializó-- de que el ritmo de las expor-
de producción de artículo~ imprescindibles. taciones queJara rezagado ton respecto a las
Es sefialable, pese a la diagnosis de :\ce- deudas con el exterior. La Deuda Unifie<.•.da,
vedo tiS), que en el periodo de 12 año:; que que al comenzar el ai1o 1888 se distribuía por
transcurre entre 1877 (dos afias después del partes aproximadamente iguales ·entre Monte·
decreto proteccionista de Lamas) y 1889 (un video y Londres, se había radicado en su ma·
afio antes de la crisis), se observan en las cifras yor proporción en Inglaterra al finalizar 1890.
del comercio exterior, aspectos, por 1o menos, El comercio exterior, en suma, única puer-
alentadores. En las importaciones del período, ta de entrada y salida de los recursos del país,
los alimentos, bebidas, tabacos, géneros, etc., no pudo -nunca le fue posible- ;:olv<'ntar
sólo llegaron a duplicarse ($ 9:543.394 en 1877 la crisis.
y en 1889, $ 20:282.884), pese al aumento de
la población. Las cifras que ofrece el rubro
materiales para la industria, en cambio, de- NOTAS
muestran una triplicación: en i877 se impor-
1) F. A. Berra. Agustín de Vedia, Carlos M'
ta por valor de $ 2:715.344 y en 1889 por pe- de Pena, Album de la República Oriental del
sos 8:6í7.114. Urucruay, Montevideo, 1882, p. 203.
Pero la permanencü. de una serie de ug- 2) José Pedro Varela, Obra!! pedagógic:a!l.
La legislación es:olar, Montevideo, Clásicos uru. :tal y transporte (el transpo1te marítimo briiiÍrli-
guayos, 1964, t. I, pp. 63-64. co y América Latina, 1806-1914), Buen01 ~
3) Berra, Vedia, de Pena, op. cH., p. 203. folleto de la Facultad de Filosofía y ~tru, 1961,
4) Revista de la Asociación Rural, Año JI!, p. 14.
N9 40, agosto 1 de 1874, pp. 335-336. Memoria 23) En: Juan Antonio Oddone, E(U)ncm!a '.!'
presentadP. por A. Vaillant: Aumentar la pro· sociedad en el Uruguay liberal, Monte~
ducción, Banda Oriental, 1967, pp. 97-106.
5) R. A. R., Año III, N9 41, agosto 1!) de 24) R. A. R., Año XIV, N9 7, 15 de mUH
1874, p. 362, La campaña y siempre la campaf.a. de 1885, pp. 199-200 y p. 222.
13) R. A. R.., Año III, N9 2.6, enero 1 de 1874 25) "Durante el quinquenio l875-18SO, ~tl
¡;¡, H, Derecho¡¡ de Aduana. José Pedro Varela despacho de ala111bre para cerco tue de cuaren·
diría unos años después, al examinar el fenó- ta millones de kilos y se aproximó a se4l:ata 7
mepo de aparente enriquecimiento del país: ''Es siete millones en el quinquenio 1881-1885." J:.
esto, lo que, a nuestro juicio, sucede entre no Acevedo, Notas, cit., t. II, p. 76.
sotro,s: el total de nuestra proctucción, desde ha· 26) "Consideraciones acerca de la ganaderilt.
¡·e algunos años, es menor que el total de pues la agricultura y las industrias fabriles, en: Car-
tros consumos, pero los capitales importados del los M~ de Pena, Perspectivas económicas del
extranjero han sido mucho mayores que la di· Uruguay en 1882, Facultaci de Humanidade~~ 1
ferencia entre nuestros productos y nuestros con- Ci-encias, Montevideo, 1965, p. 14.
sumos, de lo que ha resultado un fenómeno, al 27) Informe de Theodor von Holle~ al
parecer inadmisible, de un pueblo que consume Ministerio de Relaciones Exteriores del Imperio
más de lo que produce y v-e, sin embargo, au- Alemán, Buenos Aires, 10 de octuore de 1879,
meFtar cm1stantemente y rápidamente la fortu- en Revi~ia Histórica, t, XXXVII, pp. 247-~,
na pública." En: La legislación escolar, cit .. U., Montevide~ 1966.
p. 76. 28) E. Acevedo, Notas, cü.. t. I, p, 511.
7) Anuario Estadístico de la República Orien- 29) Informe de T. von Holleben al Ministe..
.tal del Uruguay, año 1884. río de Relaciones Exteriores del ImperjG AJe..
8) Eduardo Acevedo, Notas y apuntes. Con· mán, 10 de octubre de 1879, Revista :Histórlca,
íribución al estudio de la historia económica Y cit.. p. 249. Señalaba: ~Si bien este paso, de UD
financiera de la República Oriental del Uruguay, severo proteccionismo aduan-ero a un sistéma ca·
.Montevideo, 1903. t. I, p. 271. si completamente libreca..'llbista, sería quizá piU'II
9) !bid., p. 252. otras épocas m-qy eficaz, podJ;ía especililmente
10) ~nuario Estadístico, cit., año 1884. hac-er ciel puerto de Montevideo un peligr!J$0 l'i·
11) E. Acevedo, Notas, cif., t. II, p. 456. Cfr. val del de Buenos Aires; pero las medicias al·
Octavio Morató, La economía del Uruguay. His• canzarán de momento lo contrario de lo que ell;l.$
ioria cie la~J crisis, Montevideo, Facultaci ele Hu· pretenden. Las ·ecaudaciones en efectivo de la
manidades y Ciencias, 1965, p. 8. aduana, en vez de aumentar irán Primeramente
12) Juan Antonio Oddone, El principismo poco a poco ciisminuyendo cada Ve?: más, y asi
d·;:l setenta, Montevideo. Facultad de Humanida- la actual confusión será aún mayor. Dada la IU-
des y Ci-encias, 1956, p: 85. peroroducción que impera en Europa, podi'i¡¡. nt.-
13) La Democracia, 15 de febrero de 1874, turalmente aumentarse la ünportación, P?rO con
decía el aviso: "FRANCISCO PIRIA 1 ¡¡El pri- ello se crearía un nuevo 111al, ya que de todo~
mero de marzo!! 1 Importantísimo remate 1 de modos el mercado está saturado». ~ .
terrenos en solares 1 en el recreo de las Piedras 30) Robert Schnerb, Libr' échange ~t pro~
frente a la Estación d-el Ferrocarril Central 4el tectionisme, Parfs, P.U.F., 1963, p. 79.
Uruguay 1 Los terrenos más importantes 1 la 31) R. G. Albion, op. cit., p. 2.
mejor localidad / terrenos de gran porvenir 1 32) Boletín del Min~sferio de H~c;iettds, Afio
único remate para prueba 1 el resto se rema· II. N9 8, Montevideo, 20 de agosto de 19UI, p~ 236.
tará cuando llegue el gran empréstito 1 etc. 33) J. P. Barrán, B. Nahum, op, cit., pp, 615c
Hi E. Acevedo, Notas ... , cit.. t. I, p. 255. 6U
15) H. S. Ferns, Gran Bretaña y Argentina ;.¡4) Datos tomados de: J\ntJario Esta~ísfkl,
f)n el siglo XIX, Buenos Aires, Hachette, 1968 de la Rep. O. del Uruguay, años lB$4 a 1890.
cap XII. 35) Domingo Ordoñana, Inf,:resaptes eo~ru­
16) "Los empréstitos que hubo necesidad de pcndeneias a la Asociación ltural dellf~.
emítir, eran superiores a la fuerza del erario. Al Montevideo, 1887, p. 168.
cerrar el año 1874. la Deuda Consolidada mon· 36) Carlos M~ de Pena, OP· cif., pp. 18·1'.
taba a cuarenta y dos millones de pesos en nú- ~7) Ordoñana, op. cit.,· p. 167.
meros redondos, carga aplastadora para 1,1na po· 38) !bid., pp. 181.182.
blación que no pasaba de las 450.000 almas." 39) Julio C. Rodrigue~. X.OS gr~Jndes ~ego­
Cfr. E. Acevedo, Notas ... , cit., t. II, p. 238. dos, en: "Enciclopedi¡¡. U:rugua'3'49 , t. lil, ~. ~.
17) J. A. Oddone. El principismo, cit., p. 86.
18) R. A. R., Año III, N<? 27, enero 15 de p. 172. • . ·.
40) Diario de SJ~¡icm~s ~e Ji eAmM~ 4e fte--
1874, pp. 30, 31.
19) !bid., p. 89:
p;-ese]ltant~. t. XLII, p. 15, ~m9ª 4~1 17 «•
fe-'
brero de 1881. .
20) Cuaderno de Datos Estadísticos N9 Xl 41) Ib1d., t. LXXX, p. 498. Sesión· del 12 de
(1879-1880), p. 57.
21) J. P. Barrán, B. Nahum, Historia rural julio de 1886. , . .
del Uruguay moderno (1851-1885), Montevideo, 42) Carlos Honoré, re~resentant~ por f.ion-
Banda Oriental, 1967, 2 vol. t~video, señalaba en ocastón de ~tú:Se ill·
22) Robert G. Albion, Movimiento de eapi- proyecto de ley de aduana en. 1881. · 'Es ~Di&.
que en los últimos tiempos, después de esiuer- txtranjercs a comienzos de la administración 'ta·
zos inútiles nara elevar la Renta de Aduana á jes, Montevideo, Facultad de Humanidades y
una cifra suficiente para cubrir los gastos del Ciencias, 1966, p. 2.
Estado, han tenido, el Estado y los particulares, 50) La Razón, Montevideo, 20 de febrero
que pensar y preocuparse seriamente de este de 1889.
asunto, y tratar de ver claro en aquellas embro- 51) Informe del conde Saint Foix al minis-
llas o manejos de Aduana; y han descubierto tro de Asuntos Extranjeros de Francia, Monte-
que el contrabando, que el fraude, no consistía video, 6 de abril de 1887, en Los inier.eses, cit.,
tanto en hacer entrar -por ejemplo las mer- p. 12.
ca11cías ocultas y de contrabando-; que no con- 52) Informe de B. Saint-Chaffray al minis-
lSistía en ocultación de cantidades y en oculta- tro de Asuntos Extranjeros de Francia, Monte-
ción de medidas, sino que se ha visto que el gran video, 22 de julio de 1890, en La crisis del 90,
fraude, el mayor de los fraudes, consistía justa- cit., p, 11.
mente en las avaluaciones; puesto que sucedía 53) Revue Commerciale e:t Maritime, · Mon-
que entraban muchas veces mercancías y se tevideo, 15 de julio de 1887. ·
avaluaban a la mitad de su valor, y por consi- 54) Carlos Quijano, La crisis· del 90, ~tn: Re·
guiente, quedaba reducida la renta ·de Aduana vista de Economía, Año II, N9 9, p, 295, Monte-
en esa parte a la mitad de lo que ·podría dar video, 1949.
sic:ndo la avaluación en precio de costo en pla- 55) E. Acevedo, Anales Históricos del Uru·
za.". . . "Hay. . . gremios enteros y que deb·2n guay, Montevideo, 1929, cit., t. IV, p. 163.
;;ernos sumamente simpáticos, como son los gre- 56) E. Acevedo, Notas, cit., t. II, pp. 14-15.
mios industriales de la capital, que se quejan 57) Informe del conde Saínt Foix al minis-
de que hoy día siguen los abusos en la Aduana tro de Asuntos Extranjeros de Francia, Monte-
y que entran las mercancías con valores imagi- video, 6 de abril de 1887, en: Los intereses ex·
narios y no con los valores reales que deben te- tranjeros, cit., p. 14.
ner. Hablo de la "Liga Industrial", que forma 58) Diario de sesiones, cit., t. XC, pp. 265-
parte, y que tengo entendido que se ha presen- :267. Sesión del 25 ·de enero de 1888.
i:Bdo últimamente al Ministerio de Hacienda y 59) J. P. Barrán, B. Nahum, op. cit., p. 608.
ha presentado una larga nómina de artículos 60) R. A. R., Año XIX, N9 16, 1890, 354-363.
que entran con avaluaciones imaginarias en la G1) !bid., los estancieros mencionados eran:
Aduana".. . "Y efectivamente; si existen, por Wendelstadt, Wallur, Hughes, Bruce, Lawlor,
ejemplo, ciertos derechos de Aduana, una ley Ricketts, Stirling, Young, Bridger, Reyles, Cas·
que debe cumplirse, un cierto estado de cosas tellanos, Mongrell, doctor Castro y Mac-Cullock.
en materia de hacienda y de Aduana, y fundan 62) Diario de Sesiones, cit., t. CX, p. 137.
sobre ese estado de cosas y sobre esa ley algu- Sesión del 2 de setiembre de 1890.
na empresa, alguna especulación en la capital, 63) Cfr. Carlos Quijano, La crisis del 90, citor
o en el país, es preciso que eso no sea una far- en: Revista de Economía, N9 10, pp. 440-44L
sa, sino que sea una realidad: porque sólo sien- 64) E. Acevedo, Notas, cit., t. II, p. 31..
do una realidad, podrán nuestras industrias ha- 65) Ibid., pp. 27-28.
~er un cálculo seguro para sus operaciones, para 66) Ibid,
"'' saber si les han de producir utiiidades, o si de- 67) Carlos Quijano, La crisis del 90, cii., en:
ben cerrar sus fábricas." Diario de Sesiones, cif., Revista de Economía, N<? 10, pp. 436-437,
t. :XLI,. pp. 865-866, sesión del 28 de enero de 68) Ibid.
1881. 69) E. Acevedo, Notas, cit.,· t. II, p. 80:
43) J. A. Oddone, Economía y sociedad cii:., 70) Nelson Martínez Díaz, Capitales britá-
~ p. 217. nicos y ferrocarrilleros en el Uruguay del sigl'o
- 44) Diario de Sesiones, cit., t. LXXXIX, pp. XIX, Montevideo, 1966, p. 15.
3.22-323. Sesión del 18 de noviembre de 1887. 71) Las cifras en: E. Acevedo, Notas, :cit.,
45) Ibídem. t. II, p. 80.
72) Los números indice han sido elabora-
46) J. F. Normano, La lucha por Sud-Amé-
rica. Las ideologías del imperialismo, Montevi- dos sobre la base de las siguientes fuentes: Cua-
deo, Facultad de Humanidades y Ciencias, 1965. dernos de Datos Estadísticos, NQ XI (1879-1880);
47) Cfr. Informe de B. Saint-Chaffray al
Anuarios Estadísticos de la República Oriental
del Uruguay, que comienzan a aparecer en 1834.
ministro de Asuntos Extranjeros de Francia, 73) E. Acevedo, Notas, cit., t. II, pp. 154-155.
Montevideo, 23 de abril de 1892, en: La crisis 74) A este respecto, Carlos Quijano señal&
del 90 en el Uruguay, Montevideo, Facultad de ia originalidad .de los gobiernos uruguayos del
Humanidades y Ciencias, 1965, pp. 28-29. siglo XIX, que para evitar la emisión fiducia-
48) Revue Commerciale Maritime et Finan- ri:l "han levantado empréstitos en lugar de
. dére de la Chambre de Commerce Fran~aise, crear papel". Cfr. Carlos Quijano, La crisis dt.,
Montevideo, 15 de julio de 1886. en: "Revista de Economía", N<? 9. p. ?.97.
49) Informe del conde de Saint Foix al mi- 75) A. G. Ford. El oatrón oro: 1?.!!0-1914.
nistro de Asuntos Extranjeros de Francia. Mon- Inglaterra y Argen:tina, Buenos Aires, Ed. del
tevideo, SO de junio de 1886, en: Los intereses Instituto, 1966, p. 14f:.

CUADERNOS CE MARCHA
ROMULO F. ROSSI

ESTAMPAS DE LA
EPOCA DE SANTOS n,iones que hemos trasladado al papel a plum&
1 ligera, aunque, -volvemos a afirmarlcr:- hltF
9 Por vía de prólogo. - Lo que nos con- c:iéndonos intérpretes fieles de todo cuanto S«
tó el viejo veterano. - Santos cuando nos ha dicho, hablan ellos elocuentemente dt
era oficial. - Espíritu dominante, in- hombres que han pasado a la historia y de la
quieto y guapo. - Era un "Protesta· época en que a los mismos les tocó actuar.
dor". - El triste fin de un mensajero. Nosotros no emitimos juicio respecto a este
- Brochazos de su vida militar. pasado que hemos recogido sin prevencione~
de ningún género para nadie; y en manen~
muy especial para el capitán general don Má·
POR ViA DE PRóLOGO rimo Santos, figura principal de estas narn!--
ciones y fruto de aquella época.
C ONSECUENTES con nuestros propósitos de
. dar a conocer a los aficionados a cuestio-
La documentación que legamos hoy a lo¡
historiadores de mañana, servirá de pilares pa-
nes históricas referencias de las distintas ra el puente que unirá el pasado con el futu-
épocas por las cuales ha pasado este país, ini- ro; y serán aquellos quienes con absoluto de-
ciamos hoy la publicación del trabajo que se sapasionamiento habrán de discernir con toda
refiere a la que le tocó actuar al capitán ge- equidad los grados de responsabilitlad y de m&-
neral don Máximo Santos. recimiento que en cada caso pueda tocar a
Sin pretensiones de hacer historia y sí cró- nuestro principal biografiado el capitán geu.-
nica histórica a base de testificaciones vivientes, ral don Máximo Santos.
para esparcimiento de nuestros lectores y para Y dada esta sucinta explicación pasema!l
que los escritores de mañana puedan contar a oír a los viejos actores de aquellO!! días qutt
con un caudal mayor de documentación, hemos se aleja~
recogido fielmente el testimonio de testigos y
actores en los acontecimientos que narraremos CON DON RAMóN COSTA
a continuación, muchos de los cuales son des·
conocidos del público. Don Ramón Costa, que en el Quebra.clte
Se trata pues, de episodios que hemos reco- fue 2Q jefe del batall6n revolucionario man•
. gido de viejos conocidos y que por la modestia dado por Octavio Ramírez, es otro viejo ami·
de este trabajo damos sin orden cronológico y go que inició sus servicios militares durante la
en forma algo desaliñada si se quiere. ~u<:rra de Aparicio, en la escolta del ejército
Pequeños
., girones de aquelln vidn de ~;z: 1.~1· ¿:1 g;:nc:ral Borges, unidad que mandaba el

!'"OMERQ. · '2~ / MARZO 19 G 9


mavor don José .María González v del cual era quien al m1c1ar la lectura no pudo menos que
ª''ll;dante nuestro informante. ' exclamar:
· Después .de haber actuado en el hecho de -¡Que den :;racias esos señores oficiales a
¡;¡,rmas de que nos habla la. historia con la de- que Aparicio está sitiando Montevideo, porque
nominación de "Severino", pasó a prestar ser- si no, les hacía pegar cuatro tiros!
dcios en el batallón Sosa, del cual 1Lí.ximo -Dhranos una cosa. señor Costa: ¿Y cuán·
Santos era capitán. do fue que ocurrió tal . episodio?
El futuro mandatario era por entonces, ca- -Ar,tes de la batalla del Sauce.
. ~i analfabeto. no se preocupó del mejora- Casi estaría demás decir que la situac1011
miento de sus condiciones intelectuales. hasta del alférez Costa en la unidad, resultaría a és-
obtuvo el grado de ",anzento ma,:or". al te deopués de su actitud. un tanto incómoda,
la gue;;a de Timote; Aparici~. -,{ de por cuya razón pasó a prestar servicios como
;u inteiigencia innata nos hablan elocuentemen- aYudante v secretario del ~Zenerai Borgcs. has-
te su ca;.rera militar, que llegó más allá del es- t~ des pué; de la batalla del Sauce, f~rmando
;:alafón pues Dai:a éL -solamente. el Parlamen- en el cuadro de oficiales del batallón Pacheco.
sancionó u;Ja lev ~ombrándolo Capitán G•é·
neral de Mar 'Í'ierra: su conversación, que OTRA VEZ DESCONTENTO
1a impresión en quien lo oyera y que
no lo conociera a fondo. de que se trataba de Durante la guerra de Aparicio, las fuerza:;
un hombre de conocin~ientos generales y de gubernistas. se encontraban di\·ididas en cuatro
ampiia cultura; sus fSLtStos exquisitos y hasta su ejércitos, que mandaban respectivamente los
misma letra de excelente caligrafía,, aunque la generales Suárez, Borges, Enrique Castro y el
ortografía dejara algo que desear. ministro de Guerra coronel Ordóñez.
Santos, que servía en el del general Castro,
DOJViiNANTE fue preso y sumariado en noviembre del 71,
después de la retirada del Cordobés, como con·
desde oficial subalterno fue un espí- secuencia de una c;arta que escribiera a su se-
ritu inquieto. alocado, en una pala- iior padre don Joaquín Santos, en la que pedía
ora: sobre todo. a éste aue. entrevistándose con el ,general Suá·
capitán del batallón Sosa, nos ha rez, -de quien era aquel muy a~igo- y que
afirmado el señor Costa, dominaba a su jefe, se encontraba con su ejército en Las Piedras,
~el n1¿1yor Prado y a todos los oficiales: por cu· le hiciera presente que algunos servidores como
el ,general don Gregario Suárez sus- él y otros compañeros, estaban descontentos,
a aquel por el comand~nte don Eugenio porque no ascendían dentro de las filas del ge-
quier~ Pn la batalla de Severino -man- neral Castro. por lo cual solicitaban por
dó en forma 1:-rillante la división Canelones. su intsrmedio v siempre que estuYiera confor·
no fue dd aQ'rado de Santos. me el jefe >uperior de las cuatro unidades, que·
a nuestro inform~1te Costa, enton- se les permitiera pasar a sen·ir bajo sm inm>:·
cc:s alf6rez y hcnnbre de educación esmerada. diatas órdenes.
qtts redactara un escrito reclamando ante la
de tal r~mbramieni.o y pidiendo TRISTE FlN DE UN MENSAJERO
d st'fíor Prado al frente de la
El portador de la cana a quf r,os referimos
El alférez CosJa. de espíritu reposado v que fu e un oficiaL también de las filas del general
por su preparaci6n' intelectual era perfecto co- Castro, de apellido Aguilar, hábil guitarrista,
nocedor del alcanc; n_1oral y militar ~e la p_ro- quien al llegar a casa de un vecino de Solís,
testa. 5e opuso enenncameme a servtr de ms- fue muerto de un balazo en circm¡stancias que,
trun;ento ~n tal eme~gencia, argumentando pa- de noche, se aproximaba a los ranchos. Y qui-
r-a ello que lo que Santos pretendía hacer, no so el destino, que la bala, traspasando la car·
importaba otra cosa que un acto de abierta ta que el oficial llevaba en el bolsillo ipterior
indisciplina. de su casaquilla, quedara no solamente aguje-
Y fueron inútiles los ruegos y las imposi- reada sino que también con un gran manchón
- ciones de Santos para lograr su propósito, poi" de sangre.
Costa permaneció irreductible, razón por Y bien; esa carta, ai ser encontrada en ias
cual, aquel, con otro oficial de su mismo al- ropas del infortunado oficial, fue remitida des·
cance inteiectuai redactaron penosamente y en pués al general Castro, quien mandó instruir
mala forma el escrito de la rderencia. que ha- un sumario a los quejosos, encargándose de tai
~ría de provocar d enoJo del general Suarez, misión al comandante Pereda eomo juez y ll.l
ya teniente Ramón Costa como secretario, que día, buscaba :su salvación a bordo de un barco
eran dentro del ejército los hombres mejor ca- de guerra brasileño, surto en nuestro puerto.
pacitados para la práctica de estas diligencias. Mientras se hacía el enjuague político entn
Varela y Latorre, para que quedara el prim~
"'0 como que hiciera las veces de gobernante,
RESULTADOS DE UN SUMARIO
Latorre, que era el verdadero dueño de la r.-
Terminada Iá instrucción del sumario -nos tuación, resolvió a las diez de la mañana r
dijo el señor Costa- se arribó a la conclusión cuando todavía no había en la capital más r~
de que el capitán Santos era reo del delito de presentante de la "autoridad constituida" qus
insubordinación y murmuración pidiendo el co- la;; bayonetas de las tropas de línea acampada¡¡
desde el amanecer en la Plaza Matriz, la fm~
mandante Pereda a la superioridad, que aquel
mación de una nueva. unidad wilitar, d 59 cl~
fuera sometido a un Consejo de Guerra; pero
Castro, que en el fondo apreciaba al procesa- . Cazadores.
do por su guapeza e incluso por su espíritu -Che MáxÍJ.no, --dijo a El futl.lfO
turbulento, mandó sobreseer la causa, dispo- dictador-, andá pronto a formar un batallón.
niendo a la vez que el coronel don Gregorio Y Santos, entonces sargento mayor gmclu~­
Castro, jefe de Estado Mayor, propusiera al do y que para estas cosas no se andabi'.\ cofi
capitán graduado don Máximo Santos para el paños tibios, se apresuró a cumplir el mam.1aoo,
empleo de sargento mayor graduado, a pesar Cuando a las tres de la tarde de e5e nnsn10
de que en realidad, sólo ostentaba el grado de día se firmaba el respectivo decreto, Santo$ )'~
alférez de línea. Aducía el general Castro para tenía como su segundo jefe, a.l entonces capi·
justificar su conducta un tanto contradictoria. tán don Máximo Tajes y el plantel del cuadr"
que el ascenso era justísimo por cuanto Santo~ de oficiales representado momentáneamenta
se había desempeñado en todos los casos, va- por los señores Carlos Morador y Otero, hoy
líen temen te. coronel, Casimiro Ponce, Valentín y Eusebio
Ramírez, el hoy coronel Julio Romero, guerre--
Como complemento de su fallo, dispuso el ro del Paraguay, Adoifo Bram::ar ·~1 doctor
general la inmediata libertad del procesado y Buenaventura Rus, íntimo amigo de co--
que volviera a ponerse al frente de su com·
mo así también unos diez o doce ;so1dados, to-
pañía.
dos los c~ales se ~~stalaron .en ~l loca_! crue rr:á"J
Y con el grado de sargento mayor lo sor- tarde sen<J. el Taller de Actoqumcfl de lZ< caJlii'
prendió el motín del 15 de enero del 75, cuan- Yi y del cual nos hemos ocupado ya con -lujo
do Latorre le dijo: de detalles, en "R.ecuerdo3 y Crónica:s de An-
-"Che Máximo . andá pronto a formar un taño".
batallón ... " · El primer annamento de que ~e fu~
cie íusilell sistema "}..íenier''. de cargar por la.
II boca, los cuales se 5ustituyeron po'; R~ming­
tons, do$ mese§ después.
e El mótín del 75. - "Che Máxi...mo. an, Al otro día de formado e! 5~ al fina-
dá. pronto a formar un batallón". :_ Y li!ar !a "Guerra de Tricolor., de con··
surgió el célebre 52 de Cazadores. - tar con rnJl doscientas plazas v treinta v cine~
CóJllQ hizo carrera Santos. - Una "fae oficiales, recibía la incoÍ-poraci6n de los ·herrfl_a-
rra" en Canelones. - Santos v Carba- nos Escobar, a quiene~ ácompafiaban diecioch~
jal. - El por qué de un indult~. - La.'> o veinte hombreg redutadOl! -en lá\ Villa de ~~
fieras del 52 - "Osear" y "Amanda". Unión
- Los tigres. - Fantasía popular. -
Analfabeto pero bueno. - ¡Se me ha CóMO HIZO CARRERA ·SANTOS
juido una letra, campiamelá! - Osval~
do Cervetti Pero, antes de pa;;ar adelante, conviene h~
cer bre-v-e paréntesis para relatar sucint~meno
ANTICIPÁNDOSE AL DECRETO te aunque sea. cómo hlzo su carrera el general
oantm., quien, después de haber ;sido carretill6"
t A historia de la Íundadón del eelebérri.mo ro primero y después propietario o encargad~
batallón 5g de Cazadores de las sombrías de un tropa de carretillas, entró a prestar 5el"
epocas de Latorre y de Santos. se remon- vicios en calidad de alférez en· la escolta dea
ta .'11 15 de en~ro de 1875, en mome~tos en que general don José Gregorio Suárez,
el presidente Ellauri, ya depuesto de su alta En uno de esos intervalos de paz que de.
investidura por el motín estaliado ese mismo jaban en pequeño;; claros las frecuente~! revc¡.

NUM_¡¡¡;RQ 2.3 /MARZO 1~6¡;>


luciones que azotaban al país, Santos pasó a EnJonces, un cuartel era un leudo mex-
desempeñar las funciones de comisario ·del pue- pugnable para la justicia. Oficial o soldado que
blo de Canelones, en donde, cierta noche buscara la salvación dentro de los muros de un
que se celebraba una fiesta íntima en casa de cuartel o de las filas de un regimiento, podía
unos suizos llamados Gabriel y Pedro M elide. estar seguro de que no habría juez con porler
penetr6 al local con algunos amigos, casi todos bastante para alojarlo. en una cárcel. Y Sr~.n­
. los cuales se encontraban achispados por las tos, mozo ladino. cansado tal vez de la vJt:!a
frecuentes libaciones alcohólicas que habían he- pueblera que llevaba en Canelones, aprovec'1Ó
cho en una noche de jarana. la oportunidad que se le ofrecía, para busC:1f
La conducta que observó Santos, bastante horizontes más amplios aunque más nebulosc<.
molesta para los dueños de easa e invitados. en la vida metropolitana, en donde siempre so
dio lugar a que los hermanos Melide pidieran abría camino el más audaz v el más valiente.
buenamente a aquel, que los dejara en paz; v Santos, -honrado es re~onocerlo-, reunía
como las gestiones, en vez de calmar al alegre esas dos condiciones, no obstante el balazo da-
comisario, lo estimularan para cometer mayo· do a mansalva a Melide, porque hay que re-
~re~ excesos, entonces los suizos recurrieron a la · conocer como causa atenuante su e5píritu alo-
fuerza; y tomando al representante de la au- cado y el estado de embriaguez en que se en-
toridad por los brazos trataron de echarlo fue- contraba. Y ese episodio desgraciado, lo colocó
ra del local. en el camino del triunfo.
Santos, como es de imaginarse, y de pala·
bra de la presión que sobre su persona efectua · .SANTOS Y CARBAJAL
ban los Melide, hombres fuertes, quienes por
otra parte, limitaban su acción a sacar al in- i\fuchos de nuestros lectores recordarán,
'truso de su casa sin ocasionarle daño. no sola- sin duda alg·una. al célebre Carbaial quien, lue·
, mente porque erart hombres buenos, . 'ino que ~o de hab~r as~sinado para rob~rlo,- al joven
también porque por aquellos días, el látigo de Bentancour.. nos abocó a un conflicto interna-
un comisario o la espada de un militarote cional con Italia, por haber complicarlo con tan-
- cualquiera, eran lo suficiente para imponer res· ta injusticia como perversidad en su crimen a
·peto al más osado. Volpi y Patrone. súbditos de aquel país que
-¡Gringos, hijos de una tal por cual! ¡ Suél- fueron bárbaramente martirizados en \os cala·
tenrne que los voy a quemar a balazos! ... bozos del Cabildo. con el fin de arran:arles la
-g-ritaba Santos debatiéndose en sobrehumanos confesión de un delito aue no habían e >metido.
esf~erzos para librarse de los brazos que Y bien, cuando se libró la batalla t~el Sau-
lo aprisionaban; y cuando ya en el zaguán ce el 25 de diciembre de 1870. .Santos, ·ue era
los dueños de casa lo deiar¿n en lihertad de capitán del batallón Sosa, tuvo !a mal~ suer-
acción, sonó un disparo d~ arma de t ..tego, cu- te de que en un entrevero con los cor. q·arios
yo proyectil fue a herir a Pedro rvfeli.-le, quien le mataran el caballo que montaba. que iando
al ocupar Santos la presidencia juzg.l. oportu- así. en una situación bastante apremiante Jara
no volverse a Suiza en donde falleció hace un su merte: pero sucedió que Carba ial. o•ícial
par de años. de la escolta del general Suárez. arrimár.<:ide
Hacemos gracia al lector de la impresión su caballo para ~aZarlo del apremio en qw te
que habrá causado en el ánimo de los concu- encontraba, le gritó:
i:-rentes a la fiesta. el resultado final de la inci- -¡:Monte en ancas, capitán, que s1 m, '"'
dencia, provocad~ nada menos que por el re- achuran! ...
presentante del orden público: pero sí debe- Así escapó Santos de que lo hubieran rtli!er
mos decir, que Santos aconsejado por alguien y to las fuerzas enemigas.
temiendo tal vez que· una posible reclamación Y cuando Carba ial. tras el largo y ruidoso
diplomática, o la justicia misma, pudiera traer- proceso que se !e sig~üó fue conden~do a muere
·Ie malas consecuencias, huyó esa rnisma noche te. Santos, a pesar de !as barrabasadas que ie
de Canelones para. buscar asilo en uno de los hizo hacer la conducta canalle- ca de aquel aóe·
cuerpos de línea de guar-nición en i\Ionte,·ideo. ~in0. le conmutó la pena por la de prisión.
Como recuerdo cÍe este ep:oodio existe to- Alguien dijo por entonces, que Santo~ pa•
·davía en una puerta de la finca, la ;:;eñaJ en :;taba así su deuda de .gratitud para con Car·
donde :se .incrustó la bala. Laial - -
Y de este hecho delictuoso. precisamPntF', En poco> días. este bataJlón n~·gó a se1·
es que arranca la rápida carrera· ~ilitar ,- oo- rnás nu~·neroso_ abli.~ando su r8.p!d., crecin-:fl
lítica del más tarde capit:in general don Má:zi" to al cambio d<:: local. que Ya re·nltaba/
mo Sa11tos, mas1adc reducido, instalá;_dose entonces i
1ue fuera casi ruinas del Cuartel de Dragone~, -Cuando- llegaba el carro de la· basura,
de la época del coloniaje (hoy Escuela Naval). porque a la muy taimada pareja se le ocurria.
De allí, y buscando siempre mayores comodi· <altar encima de los animales que tiraban del
dades, pasó a ocupar el local que fuera desti· carro ...
nado· anteriormente a Parque Nacional (Váz· -¡No ve?
qrez y Paysandú). Nuevamente, las necesida- -No; pero no era por lo que usted ~e ima~
des de mayor capacidad impusieron el nuevo gina, sino que para jugar a -manotones con la$
::raslado a un barracón de la calle Patagones y orejas de las mulas, como lo hacen los gató~
Wáshington, para quedar finalmente instalado cuando se divierten a costa de l':'~ ratones qua
:.n su nuevo cuartel, de la calle Agraciada, atrapan. Y es natural; ese esparcimiento del
arreglado expresamente y dentro del mismo pe- casal de pumas provocaba el terror de las bew
rímetro que ocupaba el antiguo de Bastarrica, tías, a las cuales costaba no poco trabajo domi~
finca que, por su estado ruinoso, fue demolida nar después.
para levantarse el edificio que hoy todos cono·
cemos. APARECEN LOS TIGRES
Este batallón, que fue disuelto durante el
gobierno de Taies en la forma que comenta- -¿Pero no hubo tigres en el 5º?
~emos más adel;'nte ha pasado a la historia con -Sí, señor; los hubo también; pero má.í
una serie de .crímenes espeluznantes. tarde. Eran tres muy bravos y un gran gato
montés; pero estos bichos estuvieron siemprs
Por aquellos días se hablaba de las fieras
enjaulados.
que, enjauladas y hambrientas, se despachaban
a 1os presos políticos o a milicos insubordina· -¿Alguna vez echaron algún preso den ti@
de las jaulas?
dos de los cuales Latorre y Santos querían
deshacerse. -Eso es una leyenda. Yo mmcíi. vi echar
a nadie ...
Lo único que se arrojó ¡¡¡, los tigres, fueron
perros vivos; y eso eran Hgracias 7;; de alguno¡
oficiales. ·
Las primeras fieras de que dispuso el 59 de De oficiales!
C?,¡¡:'idores fueron dos pumas, macho v hem- sefior, de oficiales. Es necesario que ten•
bra, -:J.oT puma se conoce también con el nom· ga usted en cuenta) que de toda la CO.tporaciónj
bre de león americano-, regalados a Samos solamente cuatro o cinco no éramos analfabeo
pc-r el entonct's capitán del puerto, coro· tos. Por aquelíos días, la oficiaíi.dad no re dis--
n::+ Courtin, el célebre jefe de la barca tinguía, por regla general, pm· su cultura ni por
"Puig", y bautizados con los nombre; de "Os- su;,; buenas inclinaciones. Para ser un "oficial
ear" v "Amanda". de lev•'. como se decía, había que ser jugador,
T~n mansos eran estos bichos que, obede- peleado~, amigo del tr~go, mujériego con inso"
ciendo por sus nombres andaban en completa !ente ostentación y no andarse con chicas en ese
libertad por la plaza de armas, por las cuadras detaiíe de la vida que se llama sentimentalismo.
y por los cuartos de los oficiales.
Hasta dónde llegaría la cosa, que había oficialei
Por sus hábitos, más parecían perros jugue, que se ofrecían al amo para dar un par de tiro~
tones, que animales de instintos salvajes; y no
a cualquier prójimo que molestara, o quitarlo
era cosa del otro mundo tampoco que Jos tran·
sencillamente del medio, "cosiéndolo a pufiala"
seúntes, desde ia calie Agraciada, los vieran
das" . , . ! ¡ Oh, amigo, prosiguió diciéndonos el
asomados ;ti largo balcón, contemplando el
irJormante, hoy un oficial es prenda de honor,
tráfico.
de dignidadL.. ¡Qué tiempo8 duro;; aquellos
Nos cueiJta un distinguido jefe que fue ofi· para la gente decente!
cía! del 5 2, que más de una vez en noches de
invierno, encontrándose durmiendo despertó Después, el segundo jefe, eapitá.ií Máxl:m~
sobresaitado, oprimido por un gran peso, /por- Tajes, pasaba en igual car¿_cté:r al 32 de la mli-
que "Osear" o "Amanda", cuando no los dos, ma arma que mandaba el comandante Joaquín
buscando abrigo, se echaban encima de las ca· Santos, siendo llenada aquella >tacante eon el
mas de los oficia'íes. comandante don Desiderio .Ar~, <m bu~
-¿ Pero;l esos animales.. en nin!Zún momen-
to ofrecían peligro? . ~
criollo.
-¡Qué esperanzai ¡No le digo que eran
más juguetones que los perros . ! ¿Sabe usted
cuándo habí~ .9ue encerrarlos? El nuevo segundo jefe, comandante doo D<r-
-¿Cuándot ¡J.derio Arenas, el 59, e..-a ¡;m. buen hombre en
Con esta descripción que hacemos,. preten· CASTIGOS DE LA ~POCA
derno; llevar al ánim(J dé nuestros lectores, las
reservas que imponían las circunstancias. Por Los castigos que se imponían en los cuarteJe~;
aquellos días había qüe ver, oír y callar si uno eran sencillamente espantosos, pudiendo con- "
no quél'Ía verse expuesto a pasar muy malos tarse entre los más benignos, los de los
tatos. tos azotes y el cepo colombiano.
Cuando se aplicaban en pleno día las for~
III midables palizas a los pobres soldados que ha~
bían cometido alguna falta o que reclamaban.
O El asesinato rle Mayada - Córnl) ~1" q~r.) su libertad potqué se les obligaba a servir por
el cadáver del cuartet - Casfgus (.¡e ,a la fuerza, se hacía salir a la plaza de armas a'
época - No hay deuda que no se pa- la banda de música y a la lisa, para que en .
gue - Cómo el teniente Cámpora vengó forma ininterrumpida y alternadamente hicieran
ün agravio ~ La disolución del 52 )' el oir sus sone:s. mientras tres o cuatro Cabo~
día de Inocentes. La verdad de lo ocu- aplicaban. pro\·istos de varas de membriilo, ·á la ·
rrido ~ Otras medidas contra el "san· víctima elegida y a toda fuerza, golpe tras
tismo" ~ Júbilo popular. ' hasta dejarle las nalga-; córn:ertídas én
¡ Y pobrf del míl1co que, apiadado en su rol
El ASESINATO DE MA YADJ.. obligado de \·erdugo. no con todo
vig~r la \·ara, porqti,e entonce3 a él le toc·a]T5.

CIERTA tarde que el batallón se encontraba


rn la Plaza ele .-\rmas efectuando ejercic ·os
y que las bandas lisa y ele música ensa,·a·
ta;nbif-n compartir el suplicio! ...
Tctminado el castigo. se embadurnaba con
un hisopo de trapo e1~~papado E'n salmuera la!!
ban frente mismo al calabozo en donde era alo- hFridas del ca>tigado, el cual era a un
jado Mayada, un sargento, cumpliendo órde- calabozo: y en algunas ocasiones no se tr:ins·
nes superiores, penetró al calabozo y allí ase- portó otra cosa que un cadáver ...
sinó al son de los acordes musicales al infé'liz Otras \·eces el jefe se sentaba al lado de b
prisionero; y de,pués, saliendo como si tal CO'a :,favoría y ordenaba:
del local, cuya puerta voh-ió a cerrar. volvió co- -Bueno: a ese cachafaz métanle leña basta
mo si no hubiera acabado de ser actor en tan que yo tnrninf de Íumar este habano --al
sang-riento drama. dr;aba apag·ar intencionalmente con toda tran-
El infame hecho pasó inadvertido para la quilidad para volverlo a dilatar así
mayor parte de los oficiales: pues el asesinato se aún más. el feroz casti.s,:o.
eiecutó con la mavor cautela. df cuatro a cinco Cierta \·ez qut> un pobre asistt'nte
de la tarde: pero ~ntre las 9 v las 10 de la no- un adminículo dt> loza de esos ele ponfl
che s&lía del cuartel un coupé dentro drl cual de la cama. Sf' le impuso como un
iba como pasa íero el cadáver de ::\1ayada. que tón que se prolongó por más de cuarenta y odw
fue arrojado al río para aparecfr drmués en la horas con crntínda de vista y con el brazo ex-
costa sur -playa Santana- donde fuf idPnti- tendido en forma horizontal. ·sosteniendo con la
ficado por don Enrique del Pino. die<tra fl asa del rrcípifnte.
La salida de la fúnebre carga fue pre-;en-
ciada por algunos oficiales v por t'l jefP y se- NO HA Y DEUDA QUE
g-tmdo jefe deí cuerpo, comandante Máximo
Santos y Esteban .tvfartínez respé'cti\·amente. AJ corn¡wl don Nicasio Torres. l,ombre d¡:: ,
Algunos oficiáles. entre los que se encontra- honor v de probidad bien le oímo~,M
ban Morale;; y Otero, Schelenberg, que de vuel- comar en cirrra ocaswn ouf en un cuartel há-
ta del Brasil había reiniciado su carrera militar, hía un oficial apellidad<> Cámpora, el t:nal tuvo
y Videla y Gelbes. no queriendo solidarizarse con la mala suerte de caer en y ser de·
su permanencia en la unidad. con el crimPn. :;o- QTadado sin ninguna ÍÓriT1Hla de procesé•~
licitaron la separación del cuerpo a cuva petición que ya era presidente de la
Latorre no solamente no quiso dar trúmite, sino presenció la cerernonia de la injusta
que hizo comprender a los renunciantes que les consumado el hecho se aproximó a aquel
convenía proseguir prestando sus servicios mili- indefenso y tomándolo a golpes de purw, lo
tares en la unidad. a menos que prefirieran ir a rribó al suelo en donde. con lo;; tacos ck 3!!!
pasar una temporada a la isla de Flores, o a botas militares, le estrop~ó la cara tn Íorma
otm lado peor. que, para disimular los grandes costurones; que·
Y naturalmente hubieron de continuar en para toda su vida dejaron las heridas,
el 52 • optó por dejarse crecer la barba.
~do Santos, y¡;¡, desterrado y herido tam- de 1886 se presentaron al Cuartel del 59 de Ca-
liién en la cara por el balazo de Ortiz, viajaba zadores el ministro de la Guerra, don Pedro de
m uno de los ferrocarriles de la República Ar· León, acompañado del jefe del 3" de Cazadores.
ientina, al pedírsele el boleto por el guarda del coronel don Salvador Tajes y del tercer jefe dei
~ le dijo éste: Regimiento de Artillería sargento mayor Perey-
-¿No me conoce, general? ra y Rocha, encontrándose· allí al coronel Abreu,
-No, señor: no tengo ese gusto ... quien después de haber conferenciado brevemen:..
-Fíjese bien general. ¿No me recuerda? te con aqu€-llos, llamó a los oficiales para orde~
-En verdad que no me acuerdo ... narles sacaran para la plaza de armas con el
. -Soy Cámpora, rugió furioso el guarda, a mayor silencio y con toda urgencia a la trop~.
~ ves que descargaba sobre el rostro herido del Formado el batallón, sin armas y sin darse
IX mandatario varios golpes de puño. ¿Me re- ninguna clase de explicaciones hacia dónde se
@Onoce ahora, canalla? dirigirían, abandonaron el cuartel marchando~
Cámpora, obtenida su liberación, desapareció por Ibicuy (hoy Rondeau) hasta Mercedes, pa·
enmo por encanto de Montevideo y contadísimas ra llegar al cuartel de Artillería de la Plaza de
eran las personas que sabían que ese hombre Artola. Allí se les sacó los tres oficiales v él
tan brutalmente ultrajado se había empleado comandante de guardia, los únicos que ~e· en-
tomo guarda de tren en un ferrocarril argentino contraban en el cuartel. quienes fueron invitados
para ganarse honradamente la vida. a pasar a la Mayoría en donde se encontraba
La intervención de otro pasajero impidió que ya el presidente, general don Máximo Tajes,
aquello! dos hombres pudieran pasar a cosa~ acompañado de sus ministros doctores Herrera
mayores. y Obes y Mendilaharzu, del coronel de León y
varios jefes que le eran adictos. Los soldados
CóMO SE DISOLVIó EL s~ fueron distribuidos en diversos escuadrones de
la artillería, con centinelas de vista.
El 5e de Cazadores siempre fue el batallón A las tres de la madrugada se hizo compa-
preferido de Santos, el batallón "mimoso": y recer al 2Q jefe del 5Q, sargento mayor don
ttmto sus jefes como los oficiales y tropas, goza- Ceferino Martínez v al resto de la oficialidád
mm de no pocas prerrogativas. que se encontraba f;anca o con licencia; y cuan;
El rnilicaje cuando salía franco, antes de do estuvieron todos reunidos, el ministro de la
hacer sus recorrida~ por las calles de la ciudad, Guerra, coronel de León, les espetó una breví-
ie instalaba en la acera de la calle Cuareim entre sima aren~:ra concebida en estos términos:
18 de Julio y Colonia frente al palacio de San- "Señor~s jefes y oficiales:
tos, a la espera de que éste les mandara distri- ·'El gobierno, en vista de telegramas habidos
buir, cuando no lo hacía él personalmente, una que lo hacen aparecer como que no manda y
buena cantidad de pesos que al empezar a esca- que depende del general Santos, ha resuelto .di~
iear en los insaciables bolsillos del generaL bas- solver el 52 de Cazadores para demostrar así que
taba una orden verbal de éste a uno de sus sólo él manda."
hombres de confianza:/ A lo que el 2Q jefe mayor Martínez contestó:
. -Che: andate hasta la Aduana y que te ''Señor ministro:
~ntreguen tantos miles de pesos ... "Yo soy soldado: y como tal no he hecho
Y las oficinas de la Aduana proveían sin otro otra cosa que acatar las órdenes de mis supe-
requisito que el de la firma de quien recibiera riOI·es, así como lo han hecho los demás oficiale;;
la suma. de mi batallón.''
El 52 era así, fiel a Santos. Y ·cuando las Momentos después y ya liquidado el 5 2 de
eircunstancias impusieron a éste la presentación Cazadores, los oficiales fueron puesto~ en U.c
de su renuncia de la primera magistratura y su bertad.
alejámiento del país, toda la opinión pública
clamaba por la disolución de ese cuerpo de lí· VERSióN INEXACTA
11ea, argumentándose que é! respondería toda la
'fida al ex mandatario. Con respecto a la forma de cómo fue· di-
Y Tajes, que honestamente se había puesto suelto el batallón que nos ocupa en este trabajo
al servicio del pueblo, al mes de haberse hecho histórico que contiene muchas referencias abso·
cargo de la presidencia de la república, dio el lutamente inéditas, la versión más corriente es
golpe de gracia al santismo con una serie de la que dice que con el fin de evitar una posible
medidas que le valieron el aplauso de los habi- sublevación de la unidad, se avisó que había
tantes de la república. · estallado un incendio y que. debía salir, como era
A la una de la mañana del 28 de diciembre de práctica hacerlo -sin armas-, para· óficiar

CUADERNOS Olt' MARCHA


de bomberos en el acarreo de baldes de agua que hennano de Máximo, a cuyas reuniones asistí~
era a•;Í como se combatía esa clase de siniestro,-: ,.¡ coronel Casalla, que como lo hemos dicho era
y que en seguida que salió la tropa en tale;; •:l jefe de la escolta presidencial, y otros jefes.
condiciones fue ocupado el cuartel por fuerzas de notoria filiación santista.
del 3 2 de Cazadores que mandaba el entonces En uno de esos cónclaves se acord6 en pri·
coronel don Salvador Tajes, más tarde general. mer término que durante una recepción que:
LD :mico aue hav de cierto en esa versión Tajes daría en su casa. el coronel Casalla se
es que una vez' que s~lieron los 485 soldados que apoderaría de aquél y de todos los que se en·
constituían la unidad, tomó posesión del cuartel contraran en ese acto, en cuya oportunidad
una compañía del 3º de Cazadores mandada por las unidades militares que permanecían fieles a .~.

el mayor de Pérez y que había llegado a ague- Santos ocuparían por la persuasión o por la
lbs inmediaciones con todo sigilo. fuerza, los cuarteles que respo!'ldían al nuevo
mandatario.
OTRAS ·MEDIDAS ADOPTADAS Tajes, en posesión de todos los hilos de l& """'
conspi~·ación, dio a ésta el golpe de muerte, .a
En esámisma madrugada del 28 de diciembre poco de iniciarse el "día de los Inocentes", ex-
de 1886, -día de Inocentes, por más señas- tirpando cuando menos se · pensaba el nerviG
fue· destituido del cargo de Jefe Político y de principal del santismo: el 5º de Cazadores.
Policía del departamento de la capital, -tal
era su designación- el coronel don Zenón de 1\S
Tezanos, (hoy general), siendo sustituido por el
coronel don Salvador Tajes, que hasta ese mo- JUSTICIA PRONTA Y BARATA
mento ocupaba la jefatura del 3º de Cazadores.
La escolta presidencial que mandaba el co- $ Con el hoy comandante Andúja:r - Con
ri:mel Ángel Casalla fue enviada sin armas. a un soldado del 52 - Con el contralmi·
las dos de la madrugada, al cuartel de Artille: ::ante Scabini - Regalito de mil pesos -
ría en donJe pasó esa noche el general Taje. El capitán de navío Suburú - El Inari·
adoptando las r.íedic!as que damos en forma asa 11ero Isabelino Gari -- A bordo de l<\ ·"'-o
sintética. ·'Suárez'' en la noche del atentado con·
El jefe de serenos, coronel José Gómez, fue tra Santos.
separadc;_ de su cargo y sustituido por el coronel
don Rosendo Sosa.
Igual suerte corrió también el comandante
general de l\íarina.
0- TRO de los militares que actuó como ofi·
cial en el 5º de Cazadores es el actual
teniente coronel retirado don Ramón An-
dújar quien inició sus servicios militares en el
El JúBILO POPULAR año 1879.
Una tarde que el batallón había salido hasta
Toda la prensa de la capital largó boletines Punta Carreta a efectuar maniobras, el enton-
anunciandó al pueblo que se iniciaba una Pra ces alférez Andújar, convaleciente de una enfer-
de verdadera democracia v el abatimiento del medad, quedó de guardia, en el cuartel, sirvién·
poderío de miJitarotes qu~ se habían enseño- dola con soldados cuvo estado de salud no les
reado de los destinos del país; y el pueblo, al permitía tampoco reaÍizar la larga caminata; y
conocer las wedidas de seguridad adoptadas por quiso su mala suerte que, por no haber centi·
-.1 general Tajes, exteriorizó su regocijo en múl- neJa allí, se le escaparan por la azotea, pasando
tiples manifestaciones prestigiadas por los hom- a una finca vecina, dos soldados de la banda.
i>res más distinguidos, entre los cuales figuraban de música.
grandes banquetes a los que eran invitado< el Vuelto el batallón al cuartel, el alférez An-
nuevo mandatario y sus min¡stros. dújar dio cuenta al coronel de lo ocurrido; y
desde ese momento quedó "en bandera" -vale
LAS CAUSAS DE LAS MEDIDAS decir: pre>o en una dependencia de la unidad-,
y como pasaran los días y los días sin que se
El elemento santista, que se había dado le pusiera en libertad. escribió una carta a su
exacta cuenta de que la situación evolucionaba jefe el coronel Abren, solicitando se le acordara
rápidamente en forma contraria a sus intereses, la separación del cuerpo.
empezó a agitarse para buscar la mejor manera Pues bien: esa carta pasó a poder de Santos;
de col1servar el póderío que se les escurría de y éste ordenó que se obligara al aiférez Andújar
las m~nos; y fue así como empezaron los con- a pedir la baja absoluta del ejército.
ciliáb~:fos en casa del coronel Joaquín Santos, Y en cumplimiento de tal disposición se hizo
1
NUMS:IF-0 2:3 1 MARZO HiiSta.
~ al"ofkial a Ia Mayoría,.en donde.el'ayu- se, los envió a Santos para que
~ mayor E1ore1 cumpliendo .la orden supe- el cuartel. • ,··
rior y presenWtdo el papel sellado correspon- Allí se le c:onsfruveron l.lflas iat!líflti:tiíe fuíe..J
diente, redactó en los términos dispuestos e hiro ron coloeadas en la ázotea' ~ue ·
ñnnar a Andújar el escrito en cue~tión. de donde se esc:aparon cierta Hl<H!a'u<:t
-¿Y usted no dijo nada, no prot~tó? - a la. plazá de atmas éáusattdó
Inquirimos. sobresalto entre el milicaje. Se ,....,,.re,,,.;,~.· u>n<>~<
~¡Y qué iba a declrf. . • ¡Como para pro- las puertas de la cuadra y el
ft!star era la cosa! Aquéllos eran otros tiempos, al cuartel y desde la azotea.
mi amigo. cos . provistos de latos, empezaron
Imagínese lo apremiante de mi situación, al excitar a las fieras, las cuales: ir~!.culndtas,
tener tnuy presente que poco tiempo antes se raban sobre las pátas traseras
habfa llevado al cuartel del 5e a un teniente !anteras en la pared,. en su
Romero, agregado a la escolta, alojándolo en el a sus provocadores. Y gracias a la es1:ratae:eí:rla-
Cuarto Bandera. Bueno, ¡ para que usted vea si empleada, pudieron ser enlazadas y 1ll'·,.'1t•CÍll!~\
m1· caso era para ]>totesta:d .•. El teniente Ro- sus respectivas jaulas.
~ tialió de "bandetass' convertido en soldado ~Dfganos una coga Reyes:
nsa; y lo que es peor seguido de un pardo, íru- se }¡aya echado aig¡.tna vez personas a
tructor, el cabo .Brenda por más señas -célebre ~Mire, señor: Eso yo no lo hé
por su desmedido cariño de zurrar la badana entre los milicos se deda que tal
-. .!\us semejantes-- quien provisto de la célebre ocurrido varias veees.
vara de membrillo$ le hacía marcar el paso como -Pero usted no ío vio ...
áll más vulgar de los reclutas. -No señor. Vi solamente, eso
Y alú tiene usted explicado por qué no re- noche llevaron a la azotea a una tíéí'ro:na.
.lamé de tan irritante injusticia que se cometía al peí'sonal del batallón; y que
conmigo. bajó después, con Jos dos ó tres oficiales
Después: vinieron tiempos mejores y pude acompañaban ...
-;De manera que usted .supone '""~ u•s
reingresar en el ejército.
g-res dieron cuenta de ella? . : .
-Una pregunta final, comandante Andújar:
~ -Colijo. Desde que no lo vide
¿es cierto que echaran presos políticos a las jau-
1u de los tigres? -¿Y no habrá bajado por otro
-Puede ... tal vez ... pero yo no
-Fantasía1 pura fantasía ...
-¿Y no tomaban parte en e~as
¿os soldados?
CON UN SOLDADO DEL s~ -No señor. Los que subían eran los ofitci~dei;;.·
de más confianza.
Jorge Reyes es un anciano de ochenta años -¿Y eran? ...
eon premio de constancia, que se aloja en el -Dos o tres.
:Batallón de Iníantería N!! 4. Hijo del coronel
-No, Reyes; he querido decir qufénés
don J<:>sé Antonio Reyes, que en la Cruzada Li- esos oficiales. ~ .· .
bertadora mandaba la división Artigas, hizo -¿Cómo dice? ·
con su padre toda la revolución de Flores, para
~Quiénes eran elfos: ... los oficiales
.marchar más tarde al Paraguay con el general
Mitre cuando la. guerra de Ía Triple Alianza., fianza. Los nombres. . .
~Ah. . . no. ¡No m'acuerdo, crea!
eón el nombré de Pantaleón Borches1 ya que
sao tantos años ya. ¡Y clispués, la memoriil
tuvo qu~ irse escapado porque el autor de sus
días se oponía a que participara en esta nueva la montonera de años que tengo encima,
campaña.
afloja muchó!
-Y Santos ¿era bueno con
Y desde entonces Jorge Reyes1 un indio ero• -Vea; eso sí. Cuandó nos
do, ha andado de batallón. en batallón ~rtici· franca nos arrimábamos a su palacio s
pando en cuánto :mc;""i:rnientó armado se ha pru- calle Cuarei:rn y al rato Mmás venia el
ducido el\ el paSs. dante Corralón de la Rúa, que era su ~,.,..,.,.,f<>,-in
Fue s&ldado del 5~ támbién, en la é}5oc:a de y nos repartía a veces cinco reales y a v-ece§ mti'
Jantos; y nos cuenta que los tigres los J:labía peso a éada uno de nosotros. :En otras oc:~:o:.;·
traído muy cachorros del Paraguay, stt hermapo nes era el mesmo gé!leral quien nos enrre:g:.a.¡JCa: .
José Antonio,. quien se lo!J regaló a Latorre; y el dinero, hablándonos paternalmente.
como. éste tuviera miedo de tenerlos en su tasa Y con los ofiCiales era 10' mismo.
por el peligro. que entrañaban para sus hijos, qtte $e le ·ponía por delante eiilial:>a
bolsillos y sacando un monton Ot' llbrati e~terlí­ 1•.acnu ma que la~ exigencias _del S(:;fV'j_l.:tO
nas ~f la·, r~galaba Conociendo su generosidad impidieron la celebración de las· clases, ~5~
ro dos lo bu c~ban para que- les saliera~de padrino iüeron aplazadas para las horas de la noc;he, en
de casamirnto o de olios ... ...:uya ocasión Santos, que andaba en tren de
recorrida por los cuarteles, llegó hasta la capi·
OE Oé'INOE SALíA El DINERO tanía para hacerse lle-v-ar en una 1a.t>cha al bar-
co de f:,>l.lerra.
.• Sanü !>'. uara uodcr hacer frente a tanta pro- Eran las dos de la madrugada y se encon-
digalidad·. ~1and~ba retirar todos los días de la traba Gomensoro y Scabini frente a un pizarrón
Té<;>'-rerír 1. ele la Aduana por intermedio de Co- dando clases sobre cálculos de longitud, cuando
rralón· a(? la Rúa, la suma de tres mil pesos. Y se les presentó el general Santos, quien al com-
ásí se explica que sus bolsillo~ se encontraran probar cómo aprovechaban el tiempo, los feli-
>Íempre tan bien provistos. citó efusivamente. Al abandonar el barco el gea
ncral Santos dijo a Scabini:
~¿Estaba usted en el cuartel cuando se
-·Andá mañana a las cuatro de la tarde pqr
cor¡-1etió ei asesinato del coronel Mavada?
l3 Casa de Gobierno, que te necesito,
-Sí, <:eñor. En eso;; momentos nos encontrá·
Y cuando al otro día, puntual a la cíta
bamo<: en formación en la plaza de armas. :vb·
--prosiguió diciéndonos el contralmirante Sca-
era titulado coronel df los blancos. pero
hini --- llegué a las oficinas de la presidencia .d~
en realidad. su ;:;rado ~Pgún decían. era dP sar-
!a rept'1blica. el secretario de la misma, Corralón
!:(ento mavor de línea. solamente.
de la Rúa, me dijo: - ..
,_ ~,; Qt;i~n lo mató v cómo~
-Tengo para u~ted una buena noticiá: ésta:
-En el calabozo en donde el preso >e en- a la vez que me entregaba una orden contra Ja
contrába desde hacía días. Unosdicen que quien tesorería por mil pesos. Es un regalo que le hace
le quitó la vida fue HomlÍg-a. pero yo coli io por el general, terminó diciéndome.
lo que oí entre el milicaje. que el verdadero ·vuelto a bordo, como mi jefe no hubiera sido
ejecutor fue un oficial_ de apelativo Suárez a objeto de la misma atención, quise compartir
quien llamaban por mai nombre "Santa Bár- con él la dádiva, ofreciéndole quinientos pesos,
bara". ~ lo que se opuso abiertamente el coronel G9"'
-¿Y qué 'hicieron con el cadáver? 111ensoro, de quien -dicho sea entre paréntesis-
-Lo :>acaron temprano de la noche eri un conservo lo~ mejores recuerdos, argumentando
coche como pasajero y disput';: "lo fondearon" que era ése un regalo que se me hacía perso-
ct\ mar. 1almente y que no tenía por qué compartirlo,
~¡ con él ni con nadie.
-¿ Quf quiere dfcir con fondear?
-E>o le pertenece por entero a usted, amigo
~Que alg-unas víctima,: de las tiranías de Scabini.
l~atorre y del mismo Santos. después de asesi- Y por mis que insistÍ no pude conseguir que
nadas eran arrojada• al mar con unas piedras el coronel Gomensoro compartiera el obsequio
atadas para que no hoyaran ... Pero había \·e- que se me había hecho.
ces que el "ancla" zafaba v el finao entonces
l:mscaba la luz $:L CAPITÁN DE NAVIO
UN REGALITO DE MIL PESOS
DON JUAN SUBURú
Ei capitán de navío don Juan Suburú, con
;)e una conversación que hemo;; mantenido quien tambi~n nos hemos entrevistado, era
con el contralmirante ;;Pñor Scabini. damos hs por la ,época de los sucesos que nos ocupan,
siguientes referencias: oficial de la cañonera "Artigas".
El coronel don Javier Gomensoro, era el Al igual de lo que nos ocurriera con el con-
marino mejor preparado de la época, pues ha- tralmirante Scabini, muy poco nos pudo ilus-
bia realizado sus estudios en Europa, por cuyo trar en nuestra búsqueda de información.
motivo fue aquí el mae::.tro preferido y obligado _:Cuando se habló del inminente regreso del
dé muchos oficiales que más tarde habrían de o-eneral Santos -nos dijo el señor Suburú- Sí!
llegar a la categoría dr jefes. ~ía toda clase de mari~caleos. de si se le deste-
Durante el gobierno de Santos. tenía como rraría o no; v esas versiones empezaron a tener
segundo jefe e; la cañonera "/\rtigas", que visos de fu~damento. cuando días antes de la
mandaba, al actual contralmirante Scabini a .Íecha fijada para el arribo del "Mateo Bruzzo",
quien daba clases diariamente sobre tópicos re- se acuartelaron todas las tropas de mar y tierra.
lacionados con la profesión. -Y cuando zarpó la escuadrilla hacia el

PA<:ii. 103
NUMERO 23 1 MARZO 1969
ene, ¿Y?J. sabtiñlOS'Onciiles que era para ímpe- des haoia sido marinero -ae1a Escuaan1la· Na-
m el am"bo al país del general Santos? cional, lo abordamos.
-Naturalmente·. De eso no se hizo misterio -¿Usted fue tripulante de uno de los bar-
a& ningún momento. cos de guerra cuando se desterró ¡;;] general
-¿Se les exigió alguna promesa o juramen· Santos?
810 de fidelidad al gobierno? -Es verdad. Y salimos a tajarle el paso al
-Absolutamente nada. Se dijo por entonces "Mateo Bruzzo" a la altura de la isla d. e Flores,
que los jefes habían celebrado antes de la par- porque a bordo de ese vapor yenía el. general
tida una conferencia con el presidente Tajes en procedente de Europa.
el Cabildo; pero en lo que respecta a la oficiali· -¿La fecha?
dad, nada se les exigió, como ya le he dicho. -¡Ah ... eso sí que no lo sé con precnon;
Y e~ cumplimiento de la orden, zarpamos pero la cosa fue allá por el 86 ó el 8i ...
basta las proximidades de la Isla de Flores sien· -¿Cuáles eran los barcos?
do la nave capitana la que mandaba el capitán La Artigas, la Suárez y la Rivera que man·
:Bayley; pero, ·en realidad marchábamos bajo las daban los coroneles Scabini, Romero y Bayley,
órdenes del' coronel Olave, que se alojaba en respectivamente.
el buque que mandaba el entonces capitán Sca- -¿Qué órdenes llevaban?
bini. Cuando tuvimos próximo al "Mateo Bruz- -Cuando anclamos a la altura de la isla de
w", le intimamos se detuviera en la forma .que Flores, pero siempre con los fuegos encendidos,
usted ya conoce. Quedamos distanciados del llegó a conocimiento de la marinería ·que se es·
barco de "La Veloce" como a unos seiscientos perabá el arribo de un barco al que debíamos
metros aproximadamente, por cuya razón no pu- detener porque a bordo venía el general Santos.
dimos ver nada de lo que allí ocurría. Apenas Allí estuvimos a la espera algunos días sin que
ii distinguíamos las siluetas de los pasajeros en llegara el "Mateo Bruzzo", con la consiguiente
iUS paseos sobre cubierta. nerviosidad de jefes y oficiales, pues varias veces
Estuvimos en esas condiciones hasta que lle- el gobierno pidió noticias que no era posible dar·
~ el vapor belga, mixto o de carga, -detalle. las, porque nada había ...
que no recuerdo bien-, el "Maskelyne", proce- Por fin apareció el barco ~taliano; y al ha-
dente de Buenos Aires, con cuyos agentes y u~i­ cerlo detener, el coronel Olave se trasbordó a'
}iza.-¡do telegramas se acordó, mediante el pa· un vaporcito cuyo hombre no recuerdo y que
go de una suma elevada, el trasbordo del general era el que hacía de correo durante los días an-
Santos para conducirlo a Río Janeiro, lugar que teriores entre el presidente v el coronel Olave. _.
~ desterrado había elegido para su residencia. -¿Y la marinería por quién tenía sus síin~-­
Y cuando el "Ma~kelyne•• recibió a su bor· patías? ¿Por Tajes o por Santos?
do como pasajero al general Santos y a su fa- -Por el general Tajes, que representaba al
milia y puso proa hacia el este, lo seguimos hasta gobierno constituido.
la altura de Castiilos y el Chuy, límite de nues· -¿Ustedes pudieron ver al general Santos?
tras aguas jurisdiccionales. -Tanto como verlo, no podría decirse, por~
-¿Qué noticias se recogieron a bordo, a que las cañoneras fondearon a prudencial dis~
iaÍ;;; de la entrevista celebrada entre el general tanda del paquete, vigilando que ninguna otra
~antos y el coronel Olave? nave pudiera acercársele. Veíamos, aunque im-
-Que en un principio fue un tanto violen- precisamente, las personas y los movimientos de
ta; pero que gracias a la serenidad, y a la di- a bordo ...
plomacia del coronel Olave, que era todo un -¿Y qué más podría decirnos amigo Isabe~
~cter, aquélla, pasado el sofocón del primer lino, sobre estas cosas?
\momento, se desenvolvió en la forma más co· -Y qué quieren que sepa yo, si apenas era
. necta, pues, Olave, hombre de acción, culto y cabo de cañón ...
·~-·fectámente consciente de sus deberes, debía Recuerdo, sí, muy bien, la noch~ gue Ortiz
tauzarla en térmhlOt l$ino amables, pox lo me- le pegó ei balazo a Santos. Yo me encontraba
: oortesez, a bordo. Y como estábamos fondeados muy cer=
ca del muelle, percibimos claramente el estam<
fON ISABEliNO GARY pido de las bombas que anunciaban la apari·
ción de los boletines, que en caso de _novedades
Don Isabelino Gary, a un simpático hombre lanzaban a la venta los diarios. Y prestamos ma~
color, muy apreciado en la Cámara de Se· yor atención. En los muelles nada se notaba ds
-.,~, en donde desempeña con el beneplácito anormal. Todo estaba tranquilo. Pero, ya sa•
,;uperiores, el cargo de oficial de sala; y bíamos que habría ocurrido alguna novedad d~
· · conocimiento de que en ilt,iS moceda· bulto por el anuncio de los boletines.

~UAD~RNOS D~ MARCHA
ene, ¿ya sabliñll:ií""OnCWes. que era para. ímpe- des hah1a sido marinero deTa Escuaon1Ia· Na-
dk-· el. am'bo al país del general Santos? cional, lo abordamos. .. .
-Naturalmente. De eso no se hizo misterio -¿Usted fue tripulante de uno Be los bar-
e¡¡ ningún momento. cos de guerra cuando se desterró i:?J- . general
-¿Se les exigió alguna promesa o juramen- Santos? ¡
to de fidelidad al gobierno? -Es verdad. Y salimos a tajarle elfpaso al
-Absolutamente nada. Se dijo por entonces "Mateo Bruzzo" a la altura de la isla d;le Flores,
que los jefes habían celebrado antes de la par- porque a bordo de ese vapor ~·enía eJJ gener~l
tida una conferencia con el presidente Tajes en procedente de Europa. .-·"'- . ..:e-~
el Cabildo; pero en lo que respecta a la oficiali- -¿La fecha? ..r"'..
dad, nada se les exigió, como ya le he dicho. -¡Ah ... eso sí que no lo sé con precnon;
Y en cumplimiento de la orden, zarpamos pero la cosa fue allá por el 86 ó el Bi . ..
hasta las proximidades de la Isla de Flores sien- -¿Cuáles eran los barcos?
do la nave capitana la que mandaba el capitán La Artigas, la Suárez y la Rivera que man-
Bayley; pero, 'en realidad marchábamos bajo las daban los coroneles Scabini, Romero y Bayley,
órdenes del 'coronel Olave, que se alojaba en respectivamente.
el buque que mandaba el entonces capitán Sca- -¿Qué órdenes llevaban?
bini. Cuando tuvimos próximo al "Mateo Bruz- -Cuando anclamos a la altura de la isla de
~o", le intimamos se detuviera en la forma .que Flores, pero siempre con los fuegos encendidos,
usted ya conoce. Quedamos distanciados del llegó a conocimiento de la marinería que se es·
barco de "La Veloce" como a unos seiscientos perabá el arribo de un barco al que debíamos
metros aproximadamente, por cuya razón ·no· pu- detener porque a bordo venía el general Santos.
dimos ver nada de lo que allí ocurría. Apenas Allí estuvimos a la espera algunos días sin que
ii distinguíamos las siluetas de los pasajeros en llegara el "Mateo Bruzzo", con la consiguiente
íiU'J paseos sobre cubierta. nerviosidad de jefes y oficiales, pues varias veces
Estuvimos en esas condiciones hasta que lle- el gobierno pidió noticias que no era posible dar-
~6 el vapor belga, mixto o de carga, -detalle las, porque nada había ...
que no recuerdo bien-, el "Maskelyne", proce- Por fin apareció el barco ;taliano; y aÍ ha·
dente de Buenos Aires, con cuyos agentes y uti- cerio detener, el coronei Olave se trasbordó a
iizando telegramas se acordó, mediante el pa- un vaporcito cuyo hombre no recuerdo y que
go de una suma elevada, el trasbordo del general era el que hacía de correo durante los días án-
Santos para conducirlo a Río Janeiro, lugar que teriores entre el presidente y el coronel Oiave.
~ desterrado había elegido para su residencia. -¡Y la marinería por quién tenía sus
Y cuando. el "Maskelyne'' recibió a su bor- patías? ¿Por Tajes o por Santos?
do como pasajero al general Santos y a su fa- -Por el general Tajes, que representaba al
milia y puso proa hacia el este, lo seguimos hasta gobierno constituido.
la altura de Castillos y el Chuy, límite de nues- -¿Ustedes pudieron ver al general Santos?
tc;as aguas jurisdiccionales. --Tanto como verlo, no podría decirse, por~
-¿Qué noticias se recogieron a bordo, a que las cañoneras fondearon a prudencial dis~
ñÚA; de la entrevista celebrada entre el general tancia del paquete, vigilando que ninguna otra
iañtos y el coronel O lave? nave pudiera acercársele. Veíamos, aunque im·
-Que en un principio fue un tanto violen- precisamente, las personas y los movimientos de
ta; pero que gracias a la serenidad, y a la di- a bordo ...
plomacia del coronel Olave, que era todo un -¿Y qué más podría decirnos amigo Isabe-
earácter, aquélla, pasado el sofocón del primer lino, sobre estas cosas?
momento, se desenvolvió en la forma más co· -Y qué quieren que sepa yo, si apenas era
n-ecta, pues, Olave, hombre de acción, culto y cabo de cañón ...
perfectamente consciente de sus deberes, debí~ Recuerdo, sí, muy bien, la noch~ que Ortiz
i'ncauzarla en término! i>ino ;amables, por lo me~ le pegó el balazo a Santos. Yo me ·encontraba
DOS oortese$, a bordo. Y como estábamos fondeados muy cer~
ca del muelle, percibimos claramente el estam·
CON ISABEliNO GARY pido de las bombas que anunciaban la apari·
ción de lo:s boletines, que en caso de novedade~
Don Isabelino Gary, ~ ü.i'l simpático hombr11: lanzaban a la venta Jos diarios. Y prestamos ma~
de color, muy apreciado en la Cámara de Se- yor atención. En los muelles nada se notaba de
lla<j,ores, en donde desempeña con el beneplácito anormal. Todo estaba tranquilo. Pero, ya sa-
rle SU3 superiores, el cargo de oficial de sala; y bíamos que habría ocurrido alguna novedad de
teniendo conocimiento de Que en ~;,¡s moced::.· bulto por el anuncio de los boletines,
-¿No sospecnaron del atentado?. ra que ei caudillo blanco de Ce..A.'o LlliXgo/~
-Vea. . . De eso, no señor. .• administrara'.
-¿Y luego? En cierta ocaswn, el coronei Muniz vino :ii
-Como le dec:::t; prestamos mayor atención, l\fontevideo; y como tenía por costumbre hacer;
haciéndonos todo oídos para tratar_· de pescar lo, se alojó en el hotel Peninsular, de don Sal.,
algo de lo que se anunciaba en tierra. Por enton- vador Ginesta, ubicado en donde hoy está el
ces el tráfico nocturno de vehículos era casi nu- "Tupi Nambá", calle Buenos Aires y- JwJ.caly
lo. Apenas si uno que otro carruaje o tranvía de cuyo dueño era aquél, grande y buen amigq;,
se arrastraba penosamente por las calles. Y en
la zona portuaria era aún mayor esa paraliza- UNA INVITACióN
ción. Le hago estas refe1encias para que pueda Sabedor Santos de ía presencia de Muniz eQ
darse cuenta de que,· en el silencio de la noche
!a capital, lo hizo concurrir a su despacho de ía
no era i..-nposible que pudiéramos percibir des-
Casa de Gobierno, en cuya oportunidad lo Írl"'
de a bordo, si no todos, parte de los pregones viró para visitar el 5Q de Cazadores, diciéndole
de los canillitas. A la pesca de novedades oíamos que en su momento le indicaría día y hora, ~
un rato más tarde. los gritos de los vendedores,
cal objeto.
llegando a nuestro~ oíd~s. ¡Boletín extráordina-
En la tarde siguiente, Muniz recibió el avisó
rio! Atentado ... Presidente, •• Balazo ... Tea-
de que a determinada hora de la noche, debía
tro Cibils. . . Suicida ... concurrir al cuartel de la calle Agraciada, ~n
Ya sabíamos bastante; y fue entonces que e! donde lo esperaría el presidente Santos; y, reo
oficial de guardia, impaciente por conocer ma- celoso aquél ,por el erJria..--niento que se habí;¡¡,
yores detalles, haciendo arrear un bote, me co- operado en sus relaciones con el mandatario y
misionó para que, trasladándome a tierra, le por la triste fama que gozaba el cuartel, p:rev.u1;;¡
comprara los boletines que hubiera y u atara, ade- a Ginesta de lo que íe ocmría,
más, de obtener otras inÍormaciones en el cuerpo -Amigo Ginesta, le dijo: estoy, imdtado p;v
de guardia de la Aduana y de los particulares ra. visitar esta noche el 5 2 · de Cazadores
que pudiera encontrar a mi paso -¿Quién lo inv-itó?, preg-untó alarmado cl
-Pero.. ¡rápido! ¿eh?, Isabehno, y sm m- popular hotelero,
ternar~te en tierra, -me :recumend6. -El general Santos,
7
-¿ ): eü tierra que vio? -¿ )' usted va a concurrir a. esa cita! ,
-Nada, porque la gente que andaba por Las -Naturalmente que he de concuuir~ He da-=
calie:S se apresuró a ganar sus casas: :;or ternc.r dú mi palabra de que irla y no debo faltar ~
a que pudieran producirse desmanes de la sol- ella,
dadesca del 5 2 y de la escoÍta. En aqueílos día~ -Pero 1 i!

~odas las precauciones de seguridad;; nv estaba.r~ -No hay peros que v;;:,lgan
de rnás. -Yo no iría 3 coroneL
"~{ cumpiida la misión que se me confiara. -Bueno amigo: usted no iría;; pero,.~ yo
regresé a bordo en donde: como podr~ n~t~d ima- ::oy rm:.v criollo y no puedo faltar a esa cita.
g'.uJ.a.rse, fui recibido con los honore; de personaje, · Inútiles recuÍtaro:n los ruee:os del señor Gi<
nesta, que calificaba de barb~ridad la a~titud
de su ciiente y amigo,
V Muniz, cuya fau'i'a de s-uapo era conocida
en todo el país; pensando •al vez que pudiera
O Santos y el general Muniz. - Relacione~ ponerse a prueba su coraje, fue exa:to a 1a ~ita,
que se erJrian. - En el hotel Pr:nin~u· sin llevar otra arma que un puñal que colocó
lar de don Salvador Ginesta. - Invita· cuidadosamente bajo la sisa izquierda de su
ción que preocupa. - Una visita noc·
chaleco.
turna al s~ de C3Zadores. - Valor que
se pone a pmeba. - Pase usted primero. RECORRIENDO EL CUARTEL
Un paseo por Maroñas, - Regalo de
un caballo. Era tarde ya de la noche,. cuando ambos ffii..
litares. sin ningún otro testigo, empezaron a re~
- AS relaciones del general Santos el enton-
L y correr las dependencias del cuartel, "~':itan??- :=n
primer término todos_ los lugares. mas VISible~
ces coronel don Justino Muniz, llegaron a
enfriarse, porque el segundo no había que· del mismo, hasta que lleg-a~on al pie _de una e:>~
rido asociarse a un negocio de estancia que el calera que daba acceso a la azotea, lugar poro
primero le había propuesto, a cuyo fin le ofre· alumbrado por un farol de petróleo de escasa
cía comprar uria búena extensi6n de campo pa· potencialidad lumínica.

f~}-iiviE;RQ
"
23 1 MARZO H~69
l'i.anrü<í: !ft' ill!OJL.~ba jovial y dü.:harachero. .-".ote la Ü11!1tación, .Mumz, cuyJ::, padenci;lt lf&
~IMÍS?u"lándosenara catequizar mejor al ">isita!l- había agotado y deseando que J~ incoinf>i;la e
~ ho:mbre de "campo qu~, siguiendo su natur:tl incierta situación terminara cuanto antes. fuera
:modo de re:r, re revelaba parco .en el decir y cual fuera el resultado final, y hombre. impe-
~eloso. . tuoso al fin, dando un soberano puntapié a la
Un manto de frío, distanciaba la aparentf' puerta la abrió de par en par, pudiendo ver.
~ real cordialidad del uno con l;;. reconcentra- que en esos momentos, -sorprendidos a su ve7.
~ón y desconfianza del otro. por la impetuosidad del ruido producido por el
Allí, .a la incierta luz del faroL se detuvo la golpe, seguido de la súbita aparición de aquel
Jl""---teja Í;>or breves instantes, .sin cple ninguno de hombre, aJ cual posiblemente no espetaban vét·
~quellos do~ hombres pronunciara una sola pa- állí, con su barba renegrída y cerrada que desta-
labra, hasta que Santos, rompiendo el embara- caba aún más el mirar fiero de sus ojos penetran-
mso silencio, invitó a Muniz a que pasara pri- tes-, cuatro oficiales que estaban sentados eh si~
mero " un corredor en el cual reinaba la má~ !las, como obligados a saltar por el empu ié
~bsoluta oscuridad. Pero Muniz, que creyó lle- del mismo resorte, se ponían de pie, echandó
~ado el momento de que Se atentara contra SU mano a las empuñaduras de ·sus espadas.
·:Vida, echando mano, lenta y disimuladamente al -'-¿Qué otros muebles había:, en esa pieza?,
_.mango deí puñal, aunque sin sacarlo, se ne- porque tal vez estuvieran reunidos en algün dor-
a tomar l~ delantera invocando razone> mitorio ...
jerarquía, -Nada más que esas cuatro sillas, nos ré~·
-De ninguna manera puedo pasar primero. pendió el señor Zabala Muniz; y eso, precisa-
i€neraL E~ ¡;, mted !14 quien corresponde hacerlo. mente, es lo sugestivo de la incidencia.
· ~-No~ o:or-onel; usted primero; se lo rutl!o. Y aquellos hombres, quitando sus diestras dé:
las empuñaduras de las armas las llevaron ítts-
-~l PELIGRO L'O ACECHABA? tintivamente a la altura de la cabeza, para ha-
Y uuevamente pasó por la mente de 1\t1uniz, cer la venia, comprendiendo que aquel paisano,
1& .sensación de que el peligro que lo acechaba tenía que pertenecer por fuerza, a la clase militar.
>t;rZl. inminente, y que aquél era precisamente -el
Santos, que penetró instantes después en po<;
lugar elegido para ultimado, según así se lo de ?vfuniz, porque la escena que narramos se
~resó más de una vez a su nieto, el distin-
desenvolvió ·con la celeridad de un relámpago,
guido e inteligente colega Justino Zabala 1vfuniz, dijo jovialmente:
que e~ quien nos ha proporcionado estas refe- -Señores oficiales; tengo el agrado de pre-
:iOencias. sentarles al coronel Muniz -llevándose a conti-
nuación esos formulismos sociales que siguen
Y allí mismo preparé mi venganza y la me-
a las presentaciones.
jor manera de vender cara mi vida, -decía el
veterano-- aproximándome lo más posible a
Santos, Yo no pensaba atacar a quien me agre- DE VUELTA AL CENTRO
diera, sino al propio mandatario, del que no me En el viaje de retorno hacia el centro, que
distanciaba un solo momento para tenerlo siem- hicieron juntos en el carruaje del general Santos.
pre al alcance de mi puñal. Y estaba seguro de golpeando éste con su diestra la pierna del co-
que conseguiría el tiempo indispensable para ul- ronel Muniz, le dijo:
timado, porque no perdía un solo detalle de -Coronel; no cabe duda de que es usted un
todo cuanto me rodeaba. hombre de valor, porque a pesar de la fama
Fue un momento embarazoso para los dos. que le han dado al 5º, no ha titubeado en venir
Muniz pensaba que su último día había llegado. a visitarme en las horas de la noche, respondien-
Se produjo un nuevo silencio que contribu- do a una invitación mía.
yó a hacer más tensa la situación. Muniz -General Santos, --contestó en su lenguaje
creía firmemente que en esos mismos instantes criollo el coronel- cuando yo doy mí palabra
i§antos estaba indeciso para dar la señal. hasta a un hombre, no me acuerdo más que de cum-
,que éste le dijo: · plirla, sean cuales fueren las consecuencias que
~-¿Seguimos, coronel?
pudiera traerme aparejadas;. y pienso que eu:
-Como usted guste, general ... hombre tiene que ser tan leal como yo,
Y ~ encaminaron hacia una pieza de la cuaJ -Y así se debe ser, coronel.
una hendija de la puerta mal cerrada, dejaba
escapar un débil filtro de luz, ante la cual ~~e Y AHORA TOCó A MUNIZ
detuvo Santo§, actitud que imitó el visitante.
-Pase, coronel~ dijo eo:u ai.r@ resuelto ~l Pocos días después, Santos y Muniz realiza·
mandatario. - b~ ot:J:o paseo; pero esta vez en pleno día y

~UAOERNOS CE MARCH~
hacia el campo, cuando al llegar a la altura de biosos vejámenes, rumores que a :fuena d&
Maroñas -entonces bastante despoblada-, se dar Y rodar entre la g-ente que le tenía
rompió el carruaje, circunstancia que obligó al \'olur;tad a Santos, fue~on tomando apariencia\
descenso de los pasajeros, quienes prosiguieron de verdad y que, hasta hoy mismo, muchas
andando a pie, dejando en la tarea de efectuar sonas los aceptan como hechos de una
un arreglo provisorio del vehículo, al cochero indiscutible.
y al sargento. Pero, antes de serruir adelante con esta m-
Y así, caminando, caminando, perdieron de cr'dencra,
. hagamos, aunque
" brevemente, un
vista a los acompañantes. · de historia retrospectiva.
-General, dijo Muniz, golpeando amigable- Durante las postrimerías de la presidencia:~ d~
mente la espalda al presidente Santos. ¿Y ahora Santos, cuya caída habría de provocar "su triun·
qué me dice? ¡Está usted a mi disposición ... ! fo" del Quebracho, el movimiento revoluciona·
-No. coronel, respondió Santos Iiendo de rio que se incubaba en B,uenos ti\.ires, y en cu:.
muy buena gana. No estoy a su dispo-;ición, cunstancias en que se había decretado el
porque de la amistad de hombres como u<:ted de sitio en el país por la amenaza de la
nadie pued": dudar. im·asión. al doctor Ang-el Floro
vísima pluma- se !e ocurrió hacer derto~ C0'
UN CABALlO CON :ZAPATILLAS mentarios en un diar-io montevideano,
brían de provocar la cólera del -
El coronel don Justino Muniz había rrt:Tf'- ordenó ia prisión del articulista, como
sado a sus pagos del Bañado de Medina del de- bién el secuestro de la edición_- Fue ,~n~~~·,r
partamento de Cerro Largo, seguro de la amis~ de prender al distinguido publicista, el coro-
tad del general Santos. nd Pedragosa. quien lo hizo efectivo en el estu-
El mandatario, como ya lo hemos visto, le dio que aquel abogado tenía, en la calle 25
dispensó atenciones al caudillo, que culminaron de Mavo. DF~de allí el doctor Costa fue condu·
haciendo el regalo más preciado que puede ofre- ciclo hásta el Cabildo, en donde el jefe politice
cérsele a un hombre de campo. Un burn día re· v df policía (tal era la denominación en ton
cibió :Muniz en su estancia, mandado por San~ doctor don An2"el Brian, le
tos, un caballo de alta mestización --Fmonces sagradable noticia de que, por orden
escasos y mucho más en campafia- con el dr:· dphÍ::l pasar al 5" de Cazadores.
talle que hizo mucha gracia al paisanaje. de Fácil es imag·inar la imore;;ión que habrá cau
calzar zapatillas de cuero para qur no se Fstro- sado en e! ánimo dfl doct::.r Cosí?; b mah nue
peran los vasos en la larQ:a marcha que tuvo que ,-a. no solarnc-ntf' por el hecho r:n sí de
efectuar. ,;ión sino tamhiér:r pc.r b suerte que
-¡·Mire que son compadres Fstos ca jFtillas correr su pFr,onalicbd en cuartfl
de MontFvideo! '! ¡ Andtc diablos habrán \'Ísto sinlestra fan1:1.
caballos con alpargatas mFsmamente como si En mmnento:; Fn que se hizo dccí.iva la
fueran cristianos ... ! sión de! doctor Costa, se encontraba con
Y el pastor, obsequio del mandatario. distri~ el súbdito español don R. di,
buvó generosamente la nuev¡¡ sangre, entre la rector del diario e-n que se había hecho ia
potrancada de la comarca. puhlicación. quien corrió ig-ual suerte en su pe-
TI'urinación hasr11 Fl CHbildo. donde 3e íe noti-
ficó que debía auser.tane ~~--~-,"H,r-: par~
VI
Burnos Aires.
• El doctor Angel Floro Costa. = Su 1u i· Cumpliéndose la decis16n
sión '\' reclusión en el 52. - Una broma tos, Costa fue ,conducido ::ti alo-
. pesada· en el calabozo. - La que nos jándoself' momentáneamente deí
dijo el coronel Zarabalo. -Del calabozo cuerpo, cuyo mando estabo1 confiado
a una cuadra.- Un uniforme de tropa. Abreu.
Santos en Buenos Aires. El doctor Ám:el Floro Costa estuvo pre.;r)
desde el 9 hasta él 21 de febrero de 1885 v
co-
EL DOCTOR ÁNGEL FLORO COSTA mo los diarios de la oposición hablaban d,: ,,-,.,
jámenes, aquél los desautorizó.
1A prisión del distinguido y formidable pole· "Es verdad, le decía el doctor Costa al co·
mista doctor Angel Floro Costa, en el 59 ronel Abreu, q~e usted por orden del señor pre-
de Cazadores, dio lugar a que se tejieran sidente se esmera en proporcionarme todo
alrededor de este hecho ciertos comentarios que nero de comodidades materiales en mi
daban al preso, como víctima de los más opro- esto lo veo y lo palpo."

NUMS.:RQ 2:3/ MARZO 1969


-¿De modo que no fue víctim~ el docto-e
Costa de vejámenes?
Nue~trM investigaciones practicadas ent1~e -Escuche usted y después juzgará. Yo le di-
t.Utip y actom de aquella época, nos auton- ré toda la verdad de lo ocurrido, pues fui testi·
iJU!. a decir que lo de la echada de hombres a
go de algunas incidencias de la estada del doc=
IN jaulu de los tigres, no pas:'l. de ser una le- tor Costa en el cuartel de la calle Agraciada.
yenda, como lo es iguahnente la que se refiere -¿ ... ?
.i\1 ~pugnante atentado de que se ruto y se dice -Al doctor Angel Floro Costa lo llevaron de
todavía fue víctima el doctor don Angel Floro noche; si mal no recuerdo fue el propio jefe de
~ta..
policía doctor Brian quien lo condujo hasta el
cuartel, en un carruaje, pasándolo en seguida
· Coilua la declaración imprecisa del ex sol- a la Mayoría, siendo comandante del cuartel el
~ Jorge R.eye~ está la declaración categórica teniente don Ramón Ximénez. Dé allí lo lleva,
¡te} coronel· don Carlos Morador y Otero, res- ron a uno de los calabozos, para sacarlo poco
pe~le por todo concepto, pues aparte de su tiempo después con el fin de hacerlo ir nueys.·
~tida hombría de bien hay que tener pre-
mente a la Mayoría.
il!nte~ que, consumados ciertos hechos, pidió de
-¿Con qué objeto?
mmediato, con otros compañeros, su separación -No se precipite y escuche, que todo lo sa-
del bata11,6n, pues no querían solidarizarse en brá a su debido tiempo. ¿Con qué objeto, dice?
ninguna. forma, ni aun con la complicidad del Pues con el pretexto de registrarlo para ver st
menclo, que para algunos espíritus resulta acep- tenía fósforos.
table, con los delitos que se habían cometido en -¡Hombre!
1iA .unidad a que ellos pertenecían. -Fútil pretexto, ¿verdad? Pues así fue w
Lu referencias de Reyes son el fruto, sin du- cosa ...
da, de una choche:t: que se inicia al calor de
vagos recuerdos de conversaciones de fogón, en PREPARANDO UNA BROMA PESADA
las cuales, el tema corriente entre los milicos,
~ el de guerras, asesinatos y de "aparecidos.'' Se le había preparado una broma pesada, .y
NosotrOs, que escribimos a base de testificación para que surtiera los efectos deseados era in-
Viviente, para que, con el correr de los años y dispensable el alejamiento momentáneo del pre·
&1 hacerse la historia del país, quienes se dedi- so. de la celda.
quen a esa laboriosa tarea cuenten con un cau- , -¿Quién dispuso la broma?
dal de antecedentes, dejamos estas referencias -Supongo que habrá sido dada de orden
~sprovisw de toda parcialidad. superior.
Y hechas estas breves consideraciones, pro- -Pues venga la broma.
~ en nuestra tarea investigadora. -Al sacar al doctor Costa del calabozo,
hicieron introducir en el mismo con las consi~
a CORONEL BENJAMfN TARABAL. guientes instrucciones de lo que tenía que de·
cir y hacer, a un soldado medio alocado, de
Ut PRISióN DEL DOCTOR
apellido Torres, quien en cuclillas, en el rincón
ANGEL FLORO COSTA más oscuro, debía esperar la vuelta del prisionero.
Conviene que le diga que el doctor Costa
Sabiendo que el coronel don Benjamín Tara-
hacía tenido tiempo antes una cuestión enojosa
~1 había prestado sus servicios militares como
con un capitán que se llamaba ... se llamaba ....
oficial del 5Q de Cazadores, lo abordamos en el
¿Querrá creer que no me acuerdo el nombre en
local del Centro Militar General Artigas del
estos momentos?
eual es asiduo concurrente.
-No importa. Llamémosle X.
-¿Cuándo se inició en la carrera de las ar- -Muy bien. Llamémosle así y prosigo.
mas, coronel? -inquirimos. Al volver a ser encerrado en la celda, el doc·
-En el año 1878 como soldado del 5Q vie- tor Costa, que no se separaba de los barrote.~ ·\
jo; y alU mismo obtuve mi primer galón de ofi- de hierro de la ventana que daba sobre la pláza
ciál, en el 80, abandonando esa unidad en octu- de armas, sintió de pronto unos ronquidos sos-
bre del 86 --esto es- un mes antes de su di- pechosos, que partían del rincón más oscuro
rolución. del local.
-¿Qué puede decirnos de la prisión del doc- -¿Quién está ahí? -preguntó alarmado..
tor don Angel Floro Costa? -¿Y usted quién es? -respondió de mal
-Que se han cargado las tintas al contarstl talante el de los ronquidos.
.IO!s detalle5 de llU alojamiento en el 59, •• -Yo 5oy el doctor Angel Floro Costa.
Y el bulto humano sospechoso para el presv . -Retírese, tez;iente. T.éngo @i'd~ • ·lif4l :~ • ·"
irguiéndose de pronto a la vez que hacía sona1 rar acercar a nadie a este calabozo.
ei acero de un puñal contra la pared, rugió: -Déjate de embromar y cállate la boca, 141
-¡Ah, hijo de una gran p ... ! Yo soy el ca- respondí.
pitán X y aquí me las vas a pagar todas jun· Y dirigiéndome al prisionero, l@ pregun~~ por
tas, -a la vez que el falso capitán ya a sulado 1.o bajo ...
y trémulo por una falsa ira, le metía el puñal -¿No insistió el centinela en hacerlo r~ti­
por los ojos, pero sin hacerle daño. rar? -preguntamos al coronel Taraba!. ~
-Es natural, - prosiguió diciéndonos el co- -¿Olvida usted, que el soldado me era
ronel Taraba!-, que semejante agresión debió adicto? ·
haber provocado terror al doctor Costa, no sola· -Muy bien, prosiga liU inte:rflantáima. l:l3t-
rnénte por el hecho en sí, sino que también por rración.
la fama ·siniestra que tenía el 59• -Perfectamente. ¿Precisa algo doctor? ~
Y fue así como el desventurado doctor empe- pregunté al prisionero.
ro a dar desaforados gritos. -¿Hay un sótano aquí?
-¡¡Auxilio!! ¡ ¡Auxilio!! ¡¡Que me matan!! -¿En dónde, doctor?
¡¡Que me asesinan! ! -Aquí en este calabozo, así mr.: lo asegur6
Todo estaba previsto y fue así como corrió el oficial que sacó al loco.
de, inmediato hasta la celda el oficial de guar· -No señor, no hay nada dentro dei cala~
día, que había tomado participación en la broma, bozo que pueda ocasionarle daño. Le han dicho
, . Sé abrió aparatosamente la puerta y apareció una mentira para hacerle más penosa su situa-
el loco Torres, risueño por el éxito del papel ción. . :::,_·
queJe había tocado desempeñar. Y ya más calmado me dijo el doctor Costa:
La víctima, que vestía levita y galera de fel- -Hágame el obsequio de avisar a mi farni·
pa, miraba a todos presa de la intensa emoción lia, en donde me encuentro.
que. usted podrá imaginarse. Como la entrevista había durado algo más
-No haga usted caso de esto, doctor. Pierda de un minuto y a mi vez sentía el temor de que
todo cuidado, porque se trata de un loco ino- pudieran sorprenderme, lo que me hubiera aca-
fensivo que se introdujo en el calabozo al en rreado desagradables consecuencias, me alejé
contrar la puerta abierta cuando lo sacamos <1 prontamente de aquel sitio, escribiendo en las
usted para llevarlo a la Mayoría. primeras horas de la mañana una carta a la fa·
Y al hacer retirar al loco Torres, alguien milia del preso, encargando de hacerla llegar a
dijo por lo bajo misteriosamente y por vía de manos de aquélla a mi prop!a madre.
consejo al doctor Costa.
. -'--Tenga mucho cuidado, no vaya a caer en DEL CALABOZO A UNA CUADRA
eL sótano que tiene este calabozo.
;:-¡Ah! -inquirimos a nuestra vez del co· El 15 de enero sacaron del calabozo aí doc-
ronel Taraba!- ¿así que el calabozo tenía un tor Costa, para pasarlo a la cuadra de la ter-
sótano peligroso? cera compañía con la orden de uniformado de
~i 1\facanas, amigo, macanas! Le dijeron ;;oldado raso.
eso .para. proporcionarle un nuevo tormento, pa- -¿Y cómo recuerda usted coronel, ~inquic
ra. que viviera angustiado ... rimos de nuestro informante-, que fuera preci·
· Ante semejante prevención, el doctor Costa samente el 15 de enero?
pennaneció por mucho tiempo asido con arn· -Es muy sencillo, porque en ese día se fes·
l:ms manos de los barrotes de hierro de la ven- tejaba en el cuartel el aniversario de la funda·
tana, como si temiera que el piso cediera a sus ción de la unidad.
pies, y no pudiera contar con un punto de apoyo Llevado el doctor Costa a la cuadra, como ya
para no precipitarse en un abismo. lo he dicho, se le dio un uniforme nuevo de sol·
Pasó un bueno rato así, horas ~1 vez, y la dado, para que despojándose de sus ropas de
normalidad de la vida de cuartel volvió a reinar hombre civil vistiera las prendas de "milico", so-
nuevamente. La plaza de armas estaba desierta licitando entonces el preso hablar con el jefe del
y los soldados, excepto los que estaban de guar· batallón, coronel Abreu.
dia, dormían en las cuadras respectivas. -¿Y el coronel Abreu qué actitud asumió?
Frente a la celda había un soldado de ima- -Ante los ruegos del doctor Costa, hizo de-
ginaria que me era muy adicto. jar en suspenso la orden para gestionar personal·
·• Y apiadado de aquel hombre que pasaba mente de Santos su revocación, lo que hizo de
por tan inhumanos tormentos. me aproximé a inmediato.
Iá ventana. . Un rato después regresaba el coronel Abreu
itl ~ e»n 1a pta nuew. de que 5antos de- de un paseo que habia hecho a una cabaña d~
f d al pedido, y desde ese momento, el doctor su amigo, el general Bosch.
Angel Floro Costa pasó a alojarse al cuarto del Yo me encontraba precisamente en Buenos
coronel Abreu. Aires, pasando una temporada y solía visitar
-Pero vamos a cuentas, coronel Tarabal. al ex-mandatario en su alojamiento del hotel
Mientras el doctor Costa estuvo en el calabozo, de 1-iayo.
no fue visitado por su familia. La noticia de la agresión se difundió rápi-
-No señor, no se le permitía recibir a na- damente en Buenos Aires; y por rara coinciden-
die, no obstante las cartas que escribía a Sl'ultos cia yo llegué al hotel de Mayo momentos des-
dándole explicaciones por su conducta y pidién· pués que lo hiciera Santos, ofreciéndoseme así
dole disculpas. Y según tengo entendido las con- la oportunidad de ayudar a curarle la herida
diciones del preso mejoraron, gracias a la in· que como una consecuencia del golpe o de los
tervención de personas amigas del presidente. golpes, se había reagravado.
Santos no quería saber nada de Costa,. ni -¿Quiénes estaban presentes en esos mo-
mentos?
quería tampoco admitir las explicacionei que
éde !~;_ enviaba por _cartas. ·-Un médico~ cuvo nombre 'no recuerdo. su·
secretario Corralón de la Rúa. y los mor~nos
Fhialm.ente, se acordó la libertad del doctor asistentes que le eran muy. adictos al general.
C:osta cuando ius condiciones eñ el cuartel se Momentos después empezó a llenaNe de gen-
h~bían hecho ya, hasta confortabíes, si se quiere.
te el hotel; unos a informarse de lo ocurrido
y a presentar sus sentimientos de pesar por el
VENGANDO UN AGRAVIO atentado, y otros, por noveler!a
-¿Y el general qué decía?
-Pasemos a otro punto, coronel. -Nos refirió la forma inopinada de I~ agre-
-Como usted guste, mi amigo. sión que lo tomó de sorpresa, pues, ya ni se
-¿ Conoci6 usted al teniente Cámpora? acordaba de Cámpora, a quien en Montevideo
-Sí señor; y ya sé lo que usted me va a pre· después de su separación del eiército, se le dio
gth'"ltal'. ¿Lo que ocurrió entre ·él y el general por muerto, pues desapareció de la capital sin
Santos, en Buenos Aires? dejar rastros de su persona.
-Precisamente. Como complemento de esta incidencia de la
-Las cosas pasaron como usted me las aca- vida del general Santos, puedo agregar que él
~ de relatar y que publicará, según me dice, general argentino Bosch obligó a aquél a que
~ capít'ülo aparte. Sólo debo agregar como fuera a vivir a su casa: v si mi memoria no rnel
eomple.1-nento de las referencias que usted tiene, es infifL creo que muri6 allí mismo el capitán
qu~ el ..-ener:al Santot re.qrf'.ruoha :3. Bueno!! Air,. general don :Máximo Santos.
PUBLICADOS l•
N'• 1 (Mayo 1967) NQ U. (Abril 1968)
RODó EL PODER NEGR1,.
ipor Roberto Ibáñez, Arturo Ardac, Carlos Real (por Eugene D. Genovese, Harold W. Cruse, "~·
de A7.úa, Eugenio Petit :VTuñoz v Lem1oldo Zea) mes Weinstein, Alex Haley, Martin Luther
King Louis Lomax, Malcom X. C. L. R. Ja-
N~

VIETNAM
2 (Junio 1907<
mes y Stokely Carmichael)

N<? 13 (Mayo 1968)


1
í
(oor Bertrand Russell, J ean-t'aul ;::;anre, Ralph MARX Y LA EVOLUCióN
Scllüenman y otros) DEL MARXISMO (I}
(por Karl Marx, Jesús Bentacourt Diaz, Vla.-
N9 3 (Julio 1967 dimir l. Lenin, Joseph Schumpeter, y Herbert
3/Iarcuse)
CUBA
(por 'Che Guevara, Alejo Carpentler. Julio N'? 14 (Junio 1968) 1
i
Cortázar. M2rio Benedetti, FTancisco U:rondo, MARX Y LA EVOLUCióN
Régis Debray, 1rla_Trüe1 I\ía1donado Denis,. Phi-
lip Yi. Bonsal. Hen.Ii Edme. Emest frianóe1 1 DEL MARXISMO (Uj
Charl.:;., - ··"'"o::::-iheim, :por Karl fi:ia.rx, r,Ia,-io Sa.t-nba.t-"lllo, Ben.edeno
Croce O Ba:¡zuraózé, Louis _4.Jthusser: Robe...""i
Paris. Yves Calvez y C. Vl:right Mills)
l'>l9 4: ¡A~ OS LO 198~' J

URUGUAY: LAS RAíCES DE LA :--.J9 15 CJuiio 1968)


INDEPENDENCIA LOS ESTUDIANTES
<por Ariosto González, Guillermo Vázquez l· ran- !poi Carlos Fuentes, Jean-Paul Sartre, .'lJ.fred
co, Washington Reyes Abadie, Osear H. Brus- Kastler, Roger Saraudy, Rudi Dutschke, Jae..._
chera, Tabaré Melogno, Roque Faraone. Martha ques Sauvageot, Raymond Aren, Herbert Mar..
Campos rle n-ara~e1li. Agustín Beraza y Arturo cuse, P...ndré Malraux y Daniel Cohn-Benditl
Arda o\
N9 16 (Agosto 1968)
N<? 5 ! Setiembre 196'¡ j CHECOSLOVAQUIA
GUERRA Y REVOLUCióN EN L (Análisis y documentos de ia invasión¡
CUENCA DEL PLATA
N'? 17 1Setiembre l963)
!por Carlos Real de Azúa, Alfredo R. Castella-
nos, Juan Antonio Oddone, Pablo Montero Zo- MEDELLíN: LA IGLESIA NUEVA
!Ti11a -:.~ Huao Licandrol
(Análisis y documentos de la II~ Conferencti
General del CELA1\1i
N<? 6 <Octubre 1967¡
N'? 18 (Octubre 1968)
EL GAUCHO Y LA LITERATUR_._
GAUCHESCA LA PATRIA ORIENTAL
(por Darcy Ribeiro, Ricardo Rodríguez Molas, (oor Pablo Blanco Acevedo, Edmundo Castillo
Lauro Ayestarán, Angel Rama y Daniel Vidart) y Gustavo Gallinal)

N9 7 fNoviembre 1967)
N9 19 (Noviembre 1968) 1
ORIENTALES Y ARGENTINOS
CHE GUEVARA. EL TEóRICO '; ¡po¡ Justino Jiménez de Aréchaga, Osear H.
EL COMBATIENTE Bruschera, Eugenio Petit Muñoz, AriostCI D.
(Una antología de sus escritos .v discursos; González y Alfredo Traversonil

N<? 20 (Diciembre 1968)


N'? 8 (Diciembre 1967)
EL RíO DE LA PLATA
IGLESIA HOY lE! problema del Río de la Plata a través de
Mater et Magistra - Pacem m ,_,,.,.,, - Gau- documentos históricos y trabajos sobre el t<:ma
dium et Spes - Populorum Progressio - Car- por Felipe H. Paolillo, Héctor Gros Esp1ell,
ta Pastoral rlP .1.. rl'l_riento. Agustín dE' Vedia, Elzear Giuffra. .Torge Bayley
y artículos de "l'ilarcha").

N<? 9 (Enero 1968) N<? 21 (Enero 1969)


DE CAMILO TORRES A MARTíN GARCí.h
HÉLDER CAMARA iAgustin de Vedia, Alberto Palomeque, Setem-
(La Iglesia en América Latina¡ brino B Pereda, José Aguiar, editoriales de
''Marcha", declaración de la cancillería argen-
tina de enero de 1969 y comentarios de la prensa
N9 10 (Febrero 1968) argentina)
LA TIERRA PURPúRE•• NQ 22 (Febrero 1969)
(por Guillermo Hudson)
MONTEVIDEO ENTRE DO!:'
SIGLOS (1890-1914}
N9 11 (Marzo 196&, (La "belle époque" montevíd~ana por Juan C.
CRóNIC.'\S DE UN Gómez Haedo, Fernando Garc1a E~teban, Arturo
S. Visea, Susana Salgado Gómez: Angel Curono,
MONTEVIDEO LEJANO Carlos Rama, Julio C. Abella Tr1as y Alfredo R.
(por DomL"'lgo González, El Licenciado Peralta) Castellanos)
LIBROS
TECNICOS.
LIT.RATURA
CI.NCIAS •te.

Cuando no necesite los libros


vendidos por ·nosotros los
W.H!/II/If/6/!l$/////~llfiii!I!Mf/1!1/1111111&2í

COMPRAMOS AL
MISMO PRECIO
WIIIHIIIIHJ'!IIIIIIIII/111/Ifl/fllllllll!lll//iiii/$//////$//!I$//!Sf!llllll//ll!l!ll/lf!llllll//lll/lll!l!l$//1111/!t
que el de venta (Incluso los nuevos)
siempre que nos gaste el Importe en
otros textos, revistas o libros.

COMPRAMOS TEXTOS AL CO.NTADO


Pagamos la mitad de su precio
de venta nuevos ( deben • estar
en buen estado)

Casa Central :
Trlst6n Narvaja 173&
entre Cerro Largo y Paysandú •Tel . 41 42 74
(a una cuadra de Sierra y cuatro de 18)
,Horario: 9 a 22 • Dom i ngos 7 a 16
No ten~mo5 Llltrerla5 en la Avenida Rivera
ni en la calle Mlnu.
NO SE DEJE CONVENCER POR LA PUBLICIDAD
COMPARE PRECIOS 1

También podría gustarte