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El periodo epiclásico
El epiclásico se sitúa entre el cásico y el postclásico, constituyendo para muchos el fin del
mundo clásico marcado por la caída de Teotihuacan y el comienzo del Postclásico para otros,
pero en los últimos años se ha demostrado que constituye un periodo independiente a los otros
dos al mostrar una serie de características muy distintivas. Se define a grandes rasgos como una
época de inestabilidad en las que surgen un mundo nuevo dominado por estoados muy
diferentes a los vistos anteriormente, sobre todo en el caso del altiplano; y se crean los patrones
básicos que definirán el postclásico mesoamericana. A la caída del centro ceremonial de
Teotihuacán, bastante duradero, se produce un abandono de ese centro ceremonial y de partes
importantes de esa ciudad, lo que dará pie a nuevas ciudades o a la ampliación de las existentes
frente a la caída de Teotihuacán.
El hecho de que estados poderosos del periodo postclásico tardío justificaran su hegemonía al
ostentar como herederos de un régimen político instaurado por los toltecas, con capital en Tula
(estado de Hidalgo) en el epiclásico hace muy difícil dilucidar la historia de estos, Tula y su rey
Quetzalcóatl, pues los aztecas hablan de una Tula maravillosa. Estos exagerados relatos hicieron
que se divagase sobre la identificación de la tula mítica con la histórica, pero además existieron
varios Tulas históricas como forma de apropiarse de ese legado legendario para engrandecerse.
Los últimos en llegar al valle de Méjico son los aztecas o mexicas, de carácter inmigrante que
necesitan justificar su creciente poder apropiándose de una historia y un pasado que no les
pertenece: la figura del rey-dios Quetzalcóatl, que se marchó para volver posteriormente y que
reinaba sobre Tula, del que se especula que su nombre se utilizara para referirse a Teotihuacán.
Arqueológicamente, existen otros lugares relacionados con la cultura tolteca, como Chichén
Itzá, donde se encuentran una serie de elementos de origen tolteca, lo que da pie a una segunda
interacción entre el mundo maya y el mundo del altiplano en el siglo IX, mientras que el
primero había tenido lugar quinientos años antes.
Dentro del yacimiento de Tula arqueológica hallamos una rampa en forma piramidal llamada
templo de los guerreros, dos canchas de juego de pelota … junto a otras estructuras. Fue
habitado en un principio por pueblos procedentes del norte de Teotihuacan y más tarde en el
siglo IX hubo una aparición en Hidalgo la población tolteca. Chichimeca, junto a otras
poblaciones originarias de Tabasco, convirtiéndose en una multicultural, tal y como la había
sido Teotihuacan, pero en menor medida. Su población (50000 habitantes aprox.) se dedicaba
principalmente a la producción de alimentos. Los templos y los palacios constituyen
arquitecturas impresionantes y en lo que se refiere a la escultura, se introducen nuevas temáticas
relacionadas con el mundo militar: el Chaac Mool, un guerrero recostado que sostiene un
recipiente en el que depositar las vísceras y el corazón de los sacrificados, hallándose presentes
en la zona maya a partir del siglo IX. Se ha podido demostrar arqueológicamente que el centro
ceremonial del postclásico temprano más famoso cayó por pueblos procedentes de la cuenca de
Méjico en el siglo X, pero la región nunca se deshabitó.
El edificio de los atlantes, precedido por un pórtico columnado h en la parte superior un
conjunto de columnas con forma de guerreros denominad atlantes, provistos de atuendo y
armas, que sustentaban un entablamento a o estructura arquitectónica emplaza sobre ellos.
Rodeado de otras estructuras palaciegas anejas.
La influencia del mundo tolteca en el mundo maya a partir del siglo IX y es posible
vislumbrarlas incluso en Honduras. Los centros mayas como Chichén Itzá copiaron las
innovaciones estilísticas toltecas y las engrandecieron y ennoblecieron, tal y como se ve en el
templo de Tula, que inspiró la creación del templo de los guerreros de Chichén Itzá, con un
mayor tamaño que su modelo de inspiración. Sin duda, los toltecas de Tula influyeron el área
maya a través de sus comerciantes y de migraciones hacia el sureste después del abandono de la
ciudad de Tula en torno al siglo X.
La periferia de esa ciencia o valle del México entre el 650 y 900 destacan los sitios
periféricos como Xochicalco, Cacaxtla, Xochitécatl, Cantona y Teotenango, que contaron
con gran desarrollo.
- Xochitécatl (el lugar del linaje de las flores, en náhuatl): en el estado de Tlaxcala, es
aledaña Cacaxtla, con una serie de edificios en su centro ceremonial que adquirió una gran
importancia entre 300 y 900. Desde ella se puede ver el volcán previamente mencionado.
Tiene una serie de plataformas piramidales al uso de las del altiplano y destaca el templo del
dios del viento con una estructura en espiral, por lo que reproduce arquitectónicamente el
efecto que genera un torbellino de aire.
- En el caso de Cacaxtla, situada en frente del anterior, destaca especialmente por su
acrópolis, muy interesante desde el punto de vista arquitectónico, pero también de su
decoración; con fosos amplios y defensivos, así como murallas de tierra que defienden la
estructura. En la acrópolis destacan una serie de frescos muy interesantes que nos recuerdan
a los ya vistos en la zona maya, sobre todo en Bonampak, lo que ha hecho reflexionar quien
influyó a quien, si el altiplano a la zona maya o viceversa, pero lo que sí se sabe es que
población de origen maya habitaba esta zona aledaña al valle de Méjico y esta podría haber
influido en la creación de estas pinturas, muy relacionadas con la estética maya, dando lugar
a un gran cosmopolitismo. Estas pinturas están relacionadas con tradiciones artísticas de
Mesoamérica desde la maya hasta la zapoteca y la de la costa del Golfo, así como una
relación con la tradición teotihuacana. Los pigmentos empleados en los murales de Cacaxtla
son minerales de procedencia local (cal para el color blanco, carbón para el color negro,
hematita para el rojo y una arcilla que teñida con añil daba lugar a ese famoso azul).
Destaca la escena de la batalla, con una serie de guerreros ataviados con sus armamentos,
tocados de pluma y pieles de jaguar con cautivos, vestidos con plumaje, tocados de aves,
joyas de jade … a sus pies que están a punto de ser sacrificados o ya están siendo
sacrificados (650 – 700 d. C.). Algunos investigadores sostienen por asimilación de otras
pinturas posteriores que no se trata de una batalla real, sino figurada, de un sacrificio en
honor al dios del maíz, pero es tan solo una hipótesis.
Otra escena nos muestra a un sacerdote vestido con pieles de jaguar que cabalga sobre una
serpiente con piel de jaguar portando un cayado del que sale un líquido precioso, el agua.
- Comercio organizado a larga distancia donde los mercaderes o pochtecas eran personaje
muy importante en la corte mexica porque actuaban como embajadores y servía para
completar los bienes obtenidos en cada ciudad, dando lugar a mercado regional en el que se
vendían alimentos uy otto de larga distancia pensado para el comercio de productos
suntuarios destinados a las élites.
Otras civilizaciones diferentes a las de los aztecas: los totonacas, a partir del siglo VIII,
quienes ocuparon muchos lugares de la zona para forma un territorio formado por señoríos
controlados por un jefe, siendo esta civilización la primera con la que cortes formó un pacto
para ir progresando en la conquista de Méjico. También hemos de destacar la presencia en
occidente de grupos dedicados a la caza y recolección que se conocen de forma genérica
como culturas del desierto y que tuvieron su desarrollo en las invasiones chichimecas para
dar lugar a las culturas otomíes en el altiplano mejicano, Los últimos en llegar fueron los
mexicas.
Los mexicas tienen a la vez una historia corta porque su existencia autónoma había
abarcado tan solo un siglo y desde 1325 no tienen todavía el pleno poder ejerciendo su
poder sobre una gran parte del territorio mejicano, pero también larga, al ser el resultado de
un proceso de milenios de antigüedad. Azteca (habitante de Aztlán, lugar de garza, que
estaría situado en algún lugar de la zona del norte de Méjico, pero posiblemente no existió)
es el nombre genérico y dentro de estos se hallaban los mexicas (gentilicio de
Huitzilopochtli, dios de la guerra y protector de los mismos) por eso hablamos de uno u otro
indistintamente.
La ciudad de Méjico se conoció con el nombre de Tenochtitlán, emplazada en una zona
lacustre del lago Texcoco y construida sobre troncos de árbol, al igual que las chinampas.
En el códice Boturini, del siglo XVIII aparece la tira de la peregrinación, que menciona que,
en el año 1 de pedernal, los habitantes de Aztlán emprenden una larga migración buscando
su liberación y asentamiento en otro sitio parecido al del que habían partido. Los teptl
indican los sitios de peregrinación por los que van pasando los aztecas. El dios de la guerra
les guía en forma de águila, pronosticando que cuando llegasen al lugar indicado, el águila
se posaría sobre el cactus nopal para devorar una serpiente, coincidente con el lago
Texcoco, donde se fundó la ciudad, dividida en cuatro cuadrantes por influencia de
Teotihuacán, que se convirtió en un lugar muy importante para ellos al realizar expediciones
de saqueo para apropiarse de su historia, al ser el sitio donde los dioses se reunieron para
decidir cómo iban a crear a los seres humanos.
La máxima expansión del imperio mexica hasta 1500 fue de gran envergadura, exceptuando
ciertas zonas en el centro, como los cuatro reinos de Tlaxcala, que no se sometieron
directamente a la confederación, de lo cual se aprovechó Cortés para conquistar el Imperio
Azteca.
1. Organización
Tenía como base socioeconómica y administrativa que recibe el nombre de calpulli, una
organización en clanes que estaba integrada por familias monógamas y nucleares con un
régimen de afiliación patrilineal. Esas familias se hallaban vinculada por lazos de parentesco,
tanto reales como míticos, pero también por los oficios que desempeñaban, actuando de forma
parecido a los gremios. El calculli era también una unidad socioeconómica de producción y
consumo ya que tenía unos bienes materiales en forma de tierras que garantizaba la
supervivencia de la familia integrante y el pago de tributos al Estado.
En la cúspide de la pirámide social se hallaba el huey tlatoani o emperador, los pipiltin, o
nobleza descendiente de los toltecas, los nobles águila y los sacerdotes, seguidos de los
pochtecas o mercaderes a larga distancia; los macehualtin (nombre genérico que se le da al
pueblo), que aglutina a agricultores y artesanos, los mayeques (braceros de los pipiltin), y los
tlatacotin o esclavos, que podían llegar a serlo por diferentes vías. Los macehualtin tenían una
serie de obligaciones, como el servicio de armas cuando el estado lo requiriera, pagar un tributo
en manufacturas o materias primas al estado y trabajar en las pobras públicas, como los
palacios, templos, caminos (servidumbre); pero también una serie de derechos, como la
obtención de un lote de tierras para construir su huerto y su campo, y su casa para el
autoconsumo. La esclavitud se adquiría por varias causas: prisioneros de guerra que no eran
sacrificados, delincuentes que pude ser convertido en esclavo y por no saldar desudas o
convertirse de forma voluntario en esclavo (manumisión). Lo pochtecas tenían la función de
actuar como embajadores, que alternaba normalmente con labores de espionaje al servicio del
gobernante. Los pipiltin y los cuy pipiltin no pagaban impuestos y no trabajaban, disfrutando de
grandes propiedades de tierra concedidas por el soberano.
En menos de dos siglos de vida, la confederación azteca estuvo gobernado por una serie de
figuras que recibían el nombre de tlatoani, un soberano absoluto con poder legislativo, militar,
político, jurídico y fiscal, siendo elegido por un consejo elector, pero la sucesión se hacía por
linaje, sin derecho de primogenitura. junto a este, existían una serie de organismos colegiados
que le asesoraban, como el consejo elector y los gobernadores provinciales y los jefes del
calculli que asesoraban al monarca en la toma de decisiones, pero todo estaba centralizado en la
figura de Tlatoani, del cual el último fue Moctezuma II Xocoyotzin, que murió en 1520 en una
de las refriegas acaecidas durante la conquista de Méjico.
2. Economía
Es una sociedad no monetizada, sino que emplean el truque, si bien es cierto que ciertos
productos como el cacao, las plumas, las mantas, la piedra verde … tienen un determinado valor
como objeto de intercambio y está tasado. La matrícula de tributos era un documento se
dedicaba a la administración y la hacienda pública a través de la cual Tenochtitlan llevaba la
cuenta de cuantos tributos debían ofrecer cada pueblo y nos da información sobre qué productos
se tributaban.
Para los mexicas, al igual que para otros pueblos, se hallaba integrado por un mundo sagrado
del que se esgrime la importancia que tenía la religión, pero está lejos de ser una institución
aislada, pues todo en ella tenía su fundamento y tenía una explicación y el cálculo del tiempo y
edades cósmicas y cada una de las fechas eran portadores de símbolos y realidades divinas. A
través de los ciclos de fiestas se vivía de nueva el imperio de los origines y alteración de los
dioses. Los edificios sagrados evocaban la antigua concepción religiosa del universo.
Una de las características del panteón mexica era su sincretismo, recogiendo deidades y
tradiciones del mundo tolteca y otros procedente de otras épocas, como el dios de la lluvia
Tlaloc, procedente del periodo preclásico, que junto a Huitzilopochtli eran los dioses principales
del panteón mexica. Coexistieron entre los mexicas diversas creencias populares y diversos
sistemas de pensamiento, con una religiosad de carácter oficial y otra de carácter privado y que
se influían entre sí mutuamente, El pensamiento religioso mexica llevó a la formulación de otras
cuestiones como el sentido y el propósito de la existencia humana en la tierra y la del destino
humano más allá de la muerte o mundo de ultratumba, lo que se manifestó en un elemento
filosófico escrito en náhuatl. Dentro de las deidades mexicas o aztecas, provistas de atributos
iconográficos , destaca el dios Xipe Tótec, dios de los degollados, con una máscara cubierta por
una máscara de piel humana y esta práctica de desollamiento la conocieron los españoles
durante la conquista de Méjico tras la Noche triste; la diosa Chalchiuhtlicue o de la piedra
verde; Cihuateotl o el dios anciano del fuego que siempre suele aparece como un apersona casi
cadavérica sosteniendo un cuenco en cuclillas donde se depositaba el fuego.
- Piedra del Sol: calendario sacrificial azteca que se conserva en el muso nacional de
Antropología de México D.F. una de las piezas escultóricas más conocidas de le escultura
mexica que recoge una serie de informaciones muy interesantes. Descubierta en la zona del
Templo Mayor y hoy se halla en dicho museo, había sido realizado en torno a 1512, en
tiempos de Moctezuma II. Destaca la imagen central que narra la leyenda del quinto sol y el
mito fundacional de Teotihuacán, donde aparece el quinto sol con una representación
antropomórfica en el centro acompañado de los cuatro anteriores que dieron paso al quinto,
donde los mexicas estaban gobernando: el viento, el jaguar, el agua y la lluvia de fuego
(anteriores soles). Los ciclos del tiempo se median siempre en 52 años y es una de las piezas
más conocidas para el público de la cultura mexica.
1. Méjico-Tenochtitlán
El centro ceremonial constaba con una Gran plaza ceremonial o cuadrado de dimensiones
considerables de más de 400 m del lado y se hallaba delimitado por un muro de serpientes
con cuatro puertas que daban acedo a los cuatro barrios o cuadrantes en los que se divide la
ciudad. El templo mayor estaba dedicado a las deidades principales como una gran
estructura piramidal escalonada en cuya cima se sitúa dos capillas pintadas en azul dedicada
a Tlaloc y otra en color rojo, al dios de la guerra. Otro edificio de este recinto era el
calmécac o escuela donde se educaba la nobleza mexica para sus futuras labores de
gobierno y que hoy se conserva por una serie de excavaciones realizadas en los últimos
años y que se halla en el subsuelo del centro cultural español (s. XVII - XVIII), dependiente
de la embajada de España, pues los nuevos edificios del Méjico colonial se construyeron
sobre los anteriores.
El Templo Mayor estaba compuesto por siete fases constructivas desde 1325 hasta 1519 de
las que tan solo se conservan algunos de ellas, pues tras la conquista, los españoles
emplearon parte de sus piedras para construir sus viviendas y la catedral de Méjico. Sus
ruinas se hallan en un solar próximo a la catedral de Méjico (siguiendo la idea de
superposición de espacios de poder y culto) que se empezó a excavar a partid de la década
de los 60. Destacaban las ofrendas fundacionales de figuras guerreras toltecas procedente
seguramente de la ciudad de Tula para ofrecerlas a las distintas fases constructivas del
templo con el objetivo de apropiarse de una historia que no es suya, como el prestigioso
pasado tolteca y el de la mítica Teotihuacán, lo cual los llevará a también a recoger la
tipología escultórica tolteca del Chaac Mool. Algunas veces, la arquitectura conserva sus
colores originales, como es el caso de la cabeza de serpiente que se conserva en este templo.
Por otro lado, destacan las estructuras de los Zompantles o hilera de estacas de madera
cubiertas de cabezas de sacrificados que se clavaron en ellas, aunque en otras ocasiones
pueden reproducir esa realidad mediante la piedra y el estuco, como el que se conserva en el
Templo Mayor. Los españoles conocieron esta práctica y la describen en el contexto de la
victoria azteca sobre las huestes de Cortés, en la que los aztecas no solo recogen los cráneos
humanos españoles e indígenas aliados del conquistador, sino también cráneos de carneros
o caballos como elementos foráneos a los que se debía odiar.
Dentro del templo Mayor, destaca también una escultura de guerreros águilas, perteneciente
a una de esas dos órdenes militares aztecas. Las ofrendas son infinitas y aparecen dispuestos
tal y como lo hicieron los sacerdotes en su tiempo, con su significado: obsidiana, elementos
de piedra verde, conchas de muchos sitios, pez sierra y calaveras de enemigos sacrificados y
revitalizados con conchas y narices de pedernal para darle más realismo.
En la creación artística, los mexicas fueron herederos de esos pueblos que les habían
precedido y enriquecieron este legado con obras y estilos fruto de su propia inspiración. En
su arte renovaron concepciones, criterios y símbolos que había florecido en ciudades como
Teotihuacán, Cholula o Xochicalco o Tula. Un antecedente en la concepción de lo que
fueron las ciudades prehispánicas se halla en los templos y palacios de la ciudad de
Teotihuacan. Las grandes creaciones del arte mexica no fueron copias de las interiores, son
que e las desarrollan imprimiendo u personalidad en ellas, destacándose las obras de
ingeniería, arquitectónicas, escultóricas, orfebrería, arte plumaria, música, pinturas sobre
códices y pintura moral, textiles … de Tenochtitlán y las ciudades de la confederación
Dentro de los investigadores mexicas destacan en el siglo XVI Fray Toribio de Benavente
“Motolinia”, Fray Diego de Durán, Fray Juan de Torquemada y Fray Bernardino de
Sahagún, profesor en el colegio de Santiago de Tlatelolco hoy considerado padre de la
antropología mejicana.
En el siglo XVII destacan Hernando de Alvarado Tezómoc y Fernando de Alva
Ixitlilxóchitl, de origen indígena; Diego Muñoz Camargo, Francisco de San Antón Muñoz
Chimalpahin, Juan Bautista Pomar y Carlos de Sigüenza y Góngora.
En el siglo XVIII encontramos a Lorenzo Boturini Benaducci, quien descubrió el códice
mexica que lleva su nombre y que relata la expedición de peregrinación azteca; y Francisco
Javier Clavijero. Un siglo más tarde, en el XIX, hemos de destacar a Alfredo Chavero,
Manuel Gamio (restaurador de Teotihuacán en 1910), Edward King Kinsborough, Antonio
León y Gama, Manuel Orozco y Guerra, Francisco del Paso y Troncoso y Antonio Peñafiel.
Todo el mundo mexica colapsó con la llegada de Hernán Cortés en 1519 a la costa de
Méjico, dando lugar a un itinerario que le llevará a acabar con la confederación azteca en
1521 y en los que no solo participaron españoles, sino también pueblos mesoamericanos
enemistados con los aztecas, como los totonacos o los tlaxcaltecas. Destaca la impresión de
Tenochtitlán junto a la costa del Golfo para representar el itinerario de Cortés del códice de
Nuremberg (1524), conservado en la British Library. Retrato de Moctezuma muy idealizado
del siglo XVII conservado en el Museo Pitti, en Florencia, donde atisbamos al último
emperador mexica que entabló contacto con Cortés, siendo este tema de estudio muy
interesante.