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Qué es el Alma:

Alma es la esencia inmaterial que define la individualidad y su humanidad. El alma es


considerada el principio que da vida.
Alma proviene del latín ánima y del griego psyché, que significa ‘alma humana’, y, en ese
sentido, alma es sinónimo de psique, ‘soplo vital’ y self (el sí-mismo), pero también es
sinónimo de individuo, persona o habitante.
Según la teología (el estudio de Dios), el alma es una parte del individuo que contiene una
porción divina y que se cree que sobrevive a la muerte del cuerpo.
Alma es usada también para referirse a:

 la fuerza vital de algo, como el alma del proyecto;


 la energía o pasión con que se hace algo, como, por ejemplo, metió el gol con alma;
o
 una persona que impulsa e inspira a algo o a alguien, como, por ejemplo, Pablo fue
el alma del grupo.
 latinismos como alma mater para referirse a la Universidad.

“Alma” y “espíritu”: ¿qué significan realmente estas palabras?

CUANDO oye las palabras alma  y espíritu,  ¿qué le viene a la mente? Muchas personas
creen que estos términos definen algo que los seres humanos llevamos dentro, algo que
no muere ni puede verse. Opinan que, cuando fallecemos, esa parte invisible de nosotros se
separa del cuerpo y sigue viviendo en algún lugar. Como es una idea muy común, la gente
suele sorprenderse al aprender que eso no es lo que la Biblia enseña, ni mucho menos.
Entonces, ¿qué son el alma y el espíritu según la Palabra de Dios?

LA PALABRA “ALMA” EN LA BIBLIA


Hablemos primero del alma. Como usted recordará, casi toda la Biblia se escribió
originalmente en hebreo y griego. Al referirse al alma, los escritores bíblicos emplearon el
término hebreo néfesch y el griego psykjé. En conjunto, los dos  aparecen más de
ochocientas veces en las Escrituras, y la Traducción del Nuevo Mundo los traduce siempre
por “alma”. ¿Cómo se usan en la Biblia las palabras “alma” y “almas”? Se refieren
básicamente a 1) las personas, 2) los animales o 3) la vida que tienen tanto las personas
como los animales. Veamos varios pasajes que muestran estos tres sentidos.

Personas. “En los días de Noé, [...] unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron
llevadas a salvo a través del agua.” (1 Pedro 3:20.) Aquí está claro que “almas” quiere decir
seres humanos: Noé, su esposa, sus tres hijos y sus nueras. Además, en Éxodo 16:16 se dio
este mandato a los israelitas: “Recojan [el maná] [...] según el número de almas que tenga
cada uno de ustedes en su tienda”. En otras palabras, la cantidad de maná dependería del
tamaño de la familia. Las palabras “alma” o “almas” también se refieren a personas en
pasajes tales como Génesis 46:18, Josué 11:11, Hechos 27:37 y Romanos 13:1.
Animales. En el relato bíblico de la creación leemos: “Dios pasó a decir: ‘Enjambren las
aguas un enjambre de almas vivientes, y vuelen criaturas voladoras por encima de la tierra
sobre la faz de la expansión de los cielos’. Y Dios pasó a decir: ‘Produzca la tierra almas
vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la
tierra según su género’. Y llegó a ser así” (Génesis 1:20, 24). A los peces, animales
domésticos y animales salvajes se los llama en este pasaje con la misma palabra: “almas”.
A las aves y otros animales también se les aplica este término en Génesis 9:10, Levítico
11:46 y Números 31:28.

La vida de la persona.  A veces, la palabra “alma” se refiere a la vida de alguien. Por


ejemplo, Jehová le dijo a Moisés: “Han muerto todos los hombres que buscaban tu alma”
(Éxodo 4:19). ¿Qué era lo que buscaban los enemigos de Moisés? Querían quitarle la vida.
También leemos que, muchos años antes, cuando Raquel estaba dando a luz a su hijo
Benjamín, le fue “saliendo el alma de ella (porque murió)” (Génesis 35:16-19). Entonces,
Raquel perdió la vida. Pensemos, además, en estas palabras de Jesús: “Yo soy el pastor
excelente; el pastor excelente entrega su alma a favor de las ovejas” (Juan 10:11).
Jesús  entregó su alma, es decir, su vida, a favor de la humanidad. En todos los anteriores
pasajes, la palabra “alma” se refiere claramente a la vida de alguna persona. Encontramos
más ejemplos de este sentido del término “alma” en 1 Reyes 17:17-23, Mateo 10:39, Juan
15:13 y Hechos 20:10.

Si continúa estudiando la Palabra de Dios, verá que no hay en ella ni un solo versículo que
combine la palabra “alma” con otras como “inmortal” o “eterna”. Por el contrario, las
Escrituras muestran que el alma es mortal, que ciertamente muere (Ezequiel 18:4, 20). Eso
explica que la Biblia se refiera a un cadáver con la expresión “alma muerta” (Levítico
21:11).

Las tres partes del hombre: espíritu, alma y cuerpo


Nosotros los seres humanos somos complicados. Cada uno de nosotros es único, con
distintos antecedentes y personalidades. No obstante, con respecto a cómo Dios nos creó,
todos ciertamente somos iguales. La Biblia nos dice en 1 Tesalonicenses 5:23 que todos
fuimos creados con tres partes básicas: un espíritu, un alma y un cuerpo:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y vuestro espíritu y vuestra alma y
vuestro cuerpo sean guardados perfectos e irreprensibles para la venida de nuestro Señor
Jesucristo”.
El siguiente diagrama presenta estas tres partes, con el cuerpo como la parte externa y que
se puede ver, el alma como la parte interior, y nuestro espíritu como la parte más profunda
y escondida.
Tres partes con distintos propósitos
Ahora analizemos cada una de estas tres partes y sus funciones correspondientes.
Nuestro cuerpo por medio de sus cinco sentidos tiene contacto con las cosas del mundo
material que se ven y se pueden tocar. El cuerpo es la parte más externa y visible de nuestro
ser, y es por el cuerpo que existimos y experimentamos las cosas de la esfera física. Sin
embargo, somo más que un cuerpo físico.
Aunque nuestra alma es invisible, es tan real como nuestro cuerpo. Es por nuestra alma que
experimentamos las cosas de la esfera psicológica. De hecho, en la Biblia, la palabra griega
para alma es psujé, que es también la raíz de psicología. Nuestra alma se compone de la
mente, la cual nos permite hacer cosas como pensar, razonar, considerar, recordar e
imaginar; de nuestras emociones las cuales nos permiten tener sentimientos como la
felicidad, el dolor, la ira, el alivio y la compasión; y de nuestra voluntad, la cual nos
permite escoger y tomar decisiones. Nuestra mente, emoción y voluntad constituye nuestra
alma, la cual es nuestra personalidad, es decir, quienes somos por dentro.
Sin embargo, somos más que un simple cuerpo con una alma dentro de nosotros. Tenemos
una parte que es mucho más profunda que nuestra alma: nuestro espíritu, el cual es la parte
más profunda y escondida de nuestro ser. Es mediante nuestro espíritu que tenemos
contacto con la esfera espiritual. Ninguna otra criatura fue creada con esta tercera parte: el
espíritu. Es por el espíritu que Dios puede ser real para nosotros y que lo podemos
contactar, recibir, contener y tener comunión con Él.

¿Qué es el alma humana según la Biblia?


Una y otra vez en las Escrituras, se hace referencia a las personas como
"almas" (Éxodo 31:14; Proverbios 11:30). El alma humana es esa parte de una
persona que es eterna, la parte que vive después de que el cuerpo muere y se
descompone. Jesús dijo que no debíamos temer a los hombres, que solo pueden
matar el cuerpo, pero no el alma (Mateo 10:28).

Existe cierta confusión sobre si el espíritu humano y el alma humana son la


misma cosa, o diferentes de alguna manera. La Biblia no es del todo clara en
este punto, pero hay evidencia de al menos algunas diferencias sutiles. El
espíritu se describe más en términos de fuerza (Números 14:24), mientras que
el alma parece ser una entidad estática. Nuevamente, hay muy poco en la Biblia
que nos diga qué diferencias existen entre los dos. Sin embargo, hay indicios
de que son entidades separadas (1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12).

Jesucristo, porque era completamente hombre además de ser completamente


Dios, también tenía un alma humana. Su alma experimentó angustia en
Getsemaní mientras oraba antes de ir a la cruz. Él dijo: " Mi alma está muy
triste, hasta la muerte" (Mateo 26: 36-46 RVR-1960). El salmo mesiánico
también habla del alma del Mesías, diciendo que su alma no será abandonada
en el Seol, ni su cuerpo verá la corrupción o la descomposición (Salmo 16: 9-
10; Hechos 13: 35-37).

El alma humana puede ser fuerte o débil (2 Pedro 2:14), salvada o perdida
(Santiago 1:21; Ezequiel 18: 4). Fue creada por Dios (Jeremías 38:16). El alma
humana necesita la protección, purificación y expiación de Dios (Levítico
17:11; 1 Pedro 1:22). El alma humana es eterna e imperecedera, y cada alma
humana estará en algún lugar por la eternidad. Esto nos debe llevar a
reflexionar en lo siguiente: cada persona que has conocido es un alma, vive en
un cuerpo, y esa alma durará para siempre. Algunos rechazarán el amor de Dios
y como resultado tendrán que pagar sus propios pecados con la muerte
(Romanos 6:23), y dado que el alma es eterna, será una muerte eterna. Aquellos
que aceptan el regalo gratuito del perdón y el sacrificio expiatorio de Cristo
experimentarán lo contrario: vida eterna y paz, en el cielo (Salmo 23: 2).

¿Qué es el alma?

La respuesta que da la Biblia


En la Biblia, la palabra alma traduce el término hebreo néfesch y el
griego psykjé. El término hebreo puede significar literalmente “criatura que respira”, y el
griego suele transmitir la idea de “ser vivo”, “persona, individuo”. * Por tanto, puede
decirse que el alma se refiere al propio ser, a la criatura o la persona en su totalidad; no  a
algo que tengamos en nuestro interior y sobreviva a la muerte del cuerpo. Veamos algunos
pasajes bíblicos que lo confirman.
Adán no recibió un alma, sino que “llegó a ser un alma”
 Cuando Jehová creó a Adán, el primer ser humano, el relato bíblico señala que “el
hombre llegó a ser alma viviente” (Génesis 2:7, Biblia Textual). Cabe destacar que Adán
no recibió un alma, sino que llegó a ser un alma, es decir, una persona.
 La Biblia dice que un alma puede tocar un cadáver (Levítico 5:2, Jünemann),
alimentarse (Levítico 7:20, Katznelson), trabajar (Levítico 23:30, Huerin), desear con
ansias comer carne (Deuteronomio 12:20, Nácar-Colunga, 1974) y obedecer leyes
(Romanos 13:1, Reina-Valera, 1909). Solo un ser en su totalidad puede realizar dichas
acciones.

¿Es algo inmortal?

No. El alma ciertamente puede morir. Decenas de pasajes bíblicos así lo demuestran.
He aquí algunos ejemplos.

 La Biblia dice: “El alma que peque, ésa morirá” (Ezequiel 18:4, 20, La Biblia de
las Américas).
 Refiriéndose al castigo que le esperaba al israelita que cometiera alguna de las
ofensas más graves, la Ley decía: “Aquella alma será cortada”, o “tajada” (Éxodo
12:15, 19; 31:14, Reina-Valera, 1909; Levítico 7:20, 21, 27, Biblia de Ferrara).
En Levítico 19:8, La Biblia de las familias católicas describe el mismo castigo con estas
palabras: “Aquella alma perecerá”.
 Algunos versículos bíblicos utilizan la expresión literal “alma muerta” al hablar del
cadáver de una persona (Levítico 21:11; Números 6:6). Aunque en muchas traducciones de
la Biblia se vierte esa expresión como “cuerpo muerto” o “persona muerta”, el texto
original en hebreo contiene la palabra néfesch, es decir, “alma”.

Alma y vida

En la Biblia, alma  también es sinónimo de vida. Por ejemplo, en Job 33:22 la palabra


hebrea para “alma” (néfesch) se usa como una expresión paralela de “vida”. Y a veces, al
hablar de personajes que estuvieron a punto de perder la vida, la Biblia dice que su “alma”
estuvo en peligro (Éxodo 4:19; Jueces 9:17; Filipenses 2:30).

Conocer ese sentido de la palabra alma nos ayuda a entender mejor algunos versículos


bíblicos. Por ejemplo, en Génesis 35:18 se dice que el alma de cierta mujer fue “saliendo”,
o como lo expresa la versión Torres Amat, que ella estuvo “exhalando el alma”. Esta es una
figura retórica que comunica la idea de que la vida de aquella mujer estaba acabando. Por
eso, algunas traducciones dicen en este versículo que la mujer estaba “dando el último
suspiro” (La Biblia Latinoamérica, 2011).

¿Dónde se originó la creencia de que el alma es inmortal?

Esta creencia —común hoy a muchas religiones cristianas— no se basa en la Biblia; más
bien, proviene de los antiguos griegos. De hecho, el Diccionario enciclopédico del
Cristianismo explica: “Esta concepción de alma deriva de la antigua filosofía griega, según
la cual, en el hombre, el cuerpo (sōma) está separado del alma (psychḗ), de la que es
instrumento. La Biblia, en cambio, expresa una concepción no dualista que ve al hombre
como una realidad unitaria”.

Dios está en contra de que las ideas humanas, como la creencia de que el alma es inmortal,
se mezclen con lo que él enseña. “Cuidado —advierte la Biblia—: quizás haya alguien que
se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de
los hombres.” (Colosenses 2:8.)

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