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Instituto San Miguel Arcángel – Metafísica - 2015

El acto y la potencia

1.- "El acto se relaciona con la potencia como quien construye con el que puede construir, quien está despierto con el que
duerme, quien ve respecto al que teniendo la vista tiene los ojos cerrados, y lo que procede de la materia a la materia
misma y lo que es elaborado a aquello que no lo está. Al primer miembro de estas relaciones se le atribuye el ser acto, y al
segundo, potencia. (Metaf. L IX,6)

2. - Aunque en uno y en el mismo ente que pasa de la potencia al acto sea anterior en el tiempo, la potencia al acto;
absolutamente hablando, el acto es anterior a la potencia, porque lo que está en potencia no pasa al acto si no es por la
acción de un ente en acto. (S. Th. I,q.3,a.l)

3,- Es cierto, y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven. Pues bien; todo lo que
se mueve es movido por otro, ya que nada se mueve más que en cuanto está en potencia respecto a aquello hacia lo cual se
mueve. En cambio, mover implica estar en acto, ya que mover no es otra cosa que hacer pasar algo de la potencia al acto,
y esto no puede hacerlo más que lo que está en acto; como lo caliente en acto -el fuego- hace que un leño, que está caliente
en potencia, pase a estar caliente en acto.
Ahora bien; no es posible que una misma cosa esté a la vez en acto y en potencia respecto a lo mismo; así lo que es caliente
en acto no puede ser caliente en potencia, sino que en potencia es, a la vez, frío. Es pues, imposible que una cosa sea a la
vez y por lo mismo motor y móvil, como también lo es que se mueva a sí misma.
Por consiguiente; todo lo que es movido, es movido por otro. Pero si lo que mueve a otro es, a su vez, movido, es necesario
que lo mueva un tercero y a éste un cuarto. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor,
y por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven sino en virtud del movimiento que
reciben del primero; como un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano.
Por consiguiente; es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y éste es el que todos entienden por
Dios. (S.Th, l,q.2,a.3)
4.- Como aquello que tiene fuego pero no es el fuego, está en fuego por participación, así aquello que tiene ser y no es el
ser, es ente por participación. (S.Th, I,q.3,a.4)
Ninguna creatura es su ser, sino que tiene ser. (In 1 Sent., 43,ql)
Así como este hombre participa de la naturaleza humana, del mismo modo cualquier ente creado participa de la propiedad
de ser, pues sólo Dios es su ser (S. Th. l, q.45,a.5)

Algunas aplicaciones de la doctrina del acto y la potencia:

El alma como acto (Aristóteles, De Anima):

1.-Luego el alma es necesariamente entidad en cuanto forma específica de un cuerpo natural que en potencia tiene vida.
Ahora bien, la entidad es entelequia (acto), luego el alma es entelequia de tal cuerpo. (II, 1, 412 a 10) ... Por tanto, si cabe
enunciar algo en general acerca de toda clase de alma, habría que decir que es la entelequia primera de un cuerpo natural
organizado. (II, 1, 412 b 5)... El cuerpo a su vez, es lo que está en potencia... Es perfectamente claro que el alma no es
separable del cuerpo o, al menos, ciertas partes de la misma si es que es por naturaleza divisible... Nada se opone a que ciertas
partes de ella sean separables al no ser entelequia de cuerpo alguno. (II, 1, 413 a 1)

Las “potencias” cognoscitivas (Aristóteles, De Anima y Tomás de Aquino, Contra Gentiles)

2.- El acto de lo sensible y el del sentido son uno y el mismo, si bien su esencia no es la misma. Me refiero, por ejemplo, al
sonido en acto y al oído en acto. ... Puesto que uno es el acto del sentido y el de lo sensible, por más que su esencia sea
distinta, es necesario que, considerados desde este punto de vista, el oído y el sonido desaparezcan y permanezcan a una; y
también el sabor y la gustación, etc.

3.- Y cuando éste ha llegado a ser cada uno de sus objetos a la manera en que se ha dicho que lo es el sabio en acto –lo que
sucede cuando es capaz de actualizarse por sí mismo-, incluso entonces se encuentra en cierto modo en potencia, si bien no
del mismo modo que antes de haber aprendido o investigado: el intelecto es capaz también entonces de inteligirse a sí mismo

4.- "En todas las potencias que pueden volver sobre sus propios actos, se requiere previamente que el acto de la potencia tienda
hacia otro objeto y que después vuelva sobre sí misma." Tomás de Aquino, Contra Gentiles, l.II,c.98.

[Aclaración: Nuestro entendimiento, que es un principio espiritual pero "incarnado", para conocer necesita de las especies que
provienen de la imaginación sensible; el objeto propio del entendimiento humano es el ente material conocido por los sentidos y
presente a la inteligencia por la especie inmaterial. A su vez, la inteligibilidad de una cosa depende de su actualidad; y nuestro
intelecto antes de entender está en potencia y por lo tanto no puede conocerse. Cuando me pongo en acto de conocer, allí en una
"reditio" conozco mi conocimiento y me conozco (mi existencia). El alma se conoce por sus actos, sólo nos conocemos en cuanto
que conocemos, que somos actualizados por las especies que provienen de la sensibilidad. Luego si existiera la posibilidad que no
conociera nada (lo cual es imposible pues al menos estaría yo con mi cuerpo), si así ocurriera, nada conocería. Esta es la
diferencia que ocurre con los espíritus puros, las sustancias separadas (podríamos agregar al alma separada); que se conocen a sí
mismas por su esencia, su esencia es el objeto de su conocimiento.]

Potencia y finitud (C.S. Lewis, R. Guardini y E. Stein)


Instituto San Miguel Arcángel – Metafísica - 2015

5.- Lamb dice en alguna parte que si de tres amigos (A, B, y C), A llega a morir, B pierde entonces no sólo a A sino “a la parte de
A que hay en C”, mientras C pierde no sólo a A sino también “a la parte de A en B”. En cada uno de mis amigos hay algo que
sólo otro amigo puede sacar afuera plenamente. Por mí mismo no soy lo bastante amplio para poner en actividad al hombre total;
me hacen falta otras luces además de las mías para mostrar todas sus facetas. Ahora que Carlos ha muerto, nunca volveré a ver la
reacción de Rolando ante una broma típica de Carlos. Lejos de tener más a Rolando, teniéndolo “para mí” ahora que Carlos ha
partido, tengo menos de él. De ahí que la verdadera amistad sea el menos celoso de los amores. (Los cuatro amores, pág. 75)

6.- ¡Si yo pudiera, oh alma, tal como eres / captarte en el más puro espejo; / y todo lo que es únicamente tuyo / hacer que te
encontrara como ajeno! / Sí, si recayera sólo desde estos ojos / una mirada, al tocarnos, al propio corazón: / temerosa te acercarías
a la imagen sin nombre, / como a un enigma que implora solución, / para que uno en otro para siempre se calmara; / pero, ay,
apenas te has reconocido a medias, / te desconoces, y te has apartado! (“Margareta” de Eduard Mörike)

¿No debería decir con la misma razón: Yo no soy yo, sino que espero llegar a serlo? ¿No me tengo a mí, sino que estoy de camino
hacia mí? ¿No me conozco, sino que trato de conocerme?
En una hermosa novela –una de esas que, aunque no pertenecen por su rango a las más altas, son perfectas en su modesto valor,
esto es, en “Kim”, de Kipling, se cuenta de un muchacho que se llama Kimball. Es huérfano; hijo de padre irlandés y madre india.
Algunas veces tiene una sensación extraña: entonces se queda quieto y se dice a sí mismo: Yo, Kim… Yo, Kim… Yo, Kim…”
Con eso tiene la sensación de penetrar cada vez más hondo, hacia algo definitivo, indecible; y si logra llegar ahí, todo estará bien.
Pero en el penúltimo instante, se rompe: vuelve a la superficie y todo ha sido en vano. … ¿Qué ha querido el muchacho? …
Captar con su “nombre” su “yo”. Es decir, Kim ha querido que su ser y su saber de sí mismo se hicieran una sola cosa, con lo que
él se haría evidente a sí mismo. Entonces todo estaría bien. Pero el buscarlo era signo de que no lo tenía: y el que nunca lo lograra,
el que nunca lo pudiera lograr, era expresión de que aquí tropezaba con el límite de su posibilidad, esto es, con su finitud. … Yo
no soy por esencia, sino que me estoy “dado”. (La aceptación de sí mismo, pág 15ss.)

7.-“… no es actualmente desde el comienzo de su existencia todo lo que es por naturaleza, sino que en el curso de su vida lo
va actualizando progresivamente”
“El ser finito es el despliegue de un sentido; el ser esencial es un despliegue intemporal más allá de la oposición de la
potencia y el acto; el ser real es un despliegue a partir de una forma esencial, de la potencia y el acto, en el tiempo y en el
espacio. El ser inteligible es un despliegue de muchos sentidos”
"¿De dónde viene este ser que la persona experimenta como recibido? Mi ser, en lo que se refiere al modo en que lo
encuentro ya dado y por cómo me hallo en él a mi mismo, es un ser inconsistente. ¡Yo no soy por mí mismo! Por mí mismo
no soy nada, cada instante me encuentro de frente a la nada y tengo que recibir como don, instante tras instante, de nuevo el
ser. Y sin embargo este ser inconsistente es ser, y yo en cada instante estoy en contacto con la plenitud del ser.”
(Ser finito y ser eterno)

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