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JURADO
________________________ _________________________
C.I. C.I.
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________________________ (Coordinador)
C.I.
3
A mis padres
4
RESUMEN
ABSTRACT
The purpose of this research work, is to study the criticism carried out by the
australian philosopher David Stove on his book Popper and after: Four Modern
Irrationalists, with respect to the rejection of the notion of the accumulative
development of scientific knowledge held by Karl Popper, Imre Lakatos, Thomas
Kuhn and Paul Feyerabend, four philosophers of science of the XXth century. In
here, the reasons alleged by Stove to accuse these philosophers of being
irrationalists and anti-inductivist will be analyzed. This accusation is made by Stove
on the basis of the logical analysis of David Hume’s argument against the rational
justification of induction.
CONTENIDO
Introducción 8
1. El Problema de la Inducción 24
1.1Relaciones de ideas y cuestiones de hecho 25
1.2 Crítica a la noción de causalidad 29
Bibliografía 130
8
INTRODUCCIÓN
1
Véase, por ejemplo, BUNGE, Mario, Cápsulas: reflexiones de un gran pensador, Gedisa,
Barcelona, 2003. Esta obra recopilatoria contiene tres artículos escritos respecto a Popper, Kuhn y
Feyerabend. Otro ejemplo, breve pero contundente, donde Bunge indica su oposición a la filosofía
de la ciencia de Popper, lo tenemos en el satírico Cuento para empezar de La investigación
científica. En dicho pasaje, es evidente que el personaje llamado Tétartos encarna al filósofo
falsacionista; véase BUNGE, Mario, La investigación científica. Su estrategia y su método, Ariel,
Barcelona, 1975, p. 13-14.
2
Véase, por ejemplo, SOKAL, A. y BRICMONT, J., Imposturas intelectuales, Paidós, Barcelona,
1999, Capítulo 3. En este capítulo, se reflexiona críticamente en torno a las concepciones de la
ciencia de varios filósofos y sociólogos de la ciencia influyentes, entre los cuales destacan Popper,
Kuhn y Feyerabend.
3
A este respecto, véase WEINBERG, Stephen, El sueño de una teoría final. La búsqueda de las
leyes fundamentales de la naturaleza, Crítica, Barcelona, 2003, Capítulo 7. En éste se cuestionan
ciertas ideas de Kuhn y Feyerabend (y también del positivismo lógico). Para una crítica más
detallada a la concepción del desarrollo científico de Kuhn, véase también WEINBERG, Stephen,
“The Revolution That Didn't Happen”, en SILVERS, Robert, (ed.), The New York Review of Books,
New York, 1998, Vol. XLV, No. 15.
10
4
Sus obras respecto al escepticismo inductivo humeano y al probabilismo son Probability and
Hume’s Inductive Scepticism [Probabilidad y escepticismo inductivo de Hume], Oxford University
Press, Oxford, 1973; Popper and After: Four Modern Irrationalists [Popper y después: Cuatro
irracionalistas contemporáneos], Oxford University Press, Oxford, 1982; y The Rationality of
Induction [La Racionalidad de la Inducción], Oxford University Press, Oxford, 1986. De las tres, sólo
la segunda tiene traducción al español, a cargo de Carmen García Trevijano y Susana Nuccetelli, y
con introducción de Manuel Garrido: Popper y después: cuatro irracionalistas contemporáneos,
Tecnos, Madrid, 1995.
5
Esta obra, publicada originalmente en 1982, bajo el título de Popper and After: Four Modern
Irrationalists, ha tenido otras dos ediciones idénticas entre sí, pero con rótulos distintos, a saber,
Anything Goes: Origins of the Cult of Scientific Irrationalism, Macleay, Sydney, 1998; y Scientific
Irrationalism: Origins of a Postmodern Cult, Transaction, New Brunswick, 2001.
11
6
Establecido oficialmente en 1929 —con el manifiesto La concepción científica del mundo: El
Círculo de Viena—, su existencia como grupo de discusión claramente constituido se remonta al
menos hasta 1924, con el nombre de Círculo de Schlick, en honor a Moritz Schlick, profesor de
física alemán que organizó el grupo. Entre sus integrantes podemos destacar, además del propio
Schlick, a Rudolf Carnap, Herbert Feigl, Otto Neurath, Hans Hahn, Philipp Frank, Kurt Gödel,
Friedrich Waismann, entre otros. A su vez, vale acotar que en la órbita de este círculo se
encontraban otros de ideas afines, como el Grupo de Berlín, con Hans Reichenbach, Kurt Grelling
y Carl Hempel como figuras representativas, o el Círculo de Varsovia, integrado por lógicos como
Alfred Tarski y Jan Lukasiewicz, por mencionar algunos.
7
Enfatizamos el término “contemporánea”, ya que podemos rastrear la Filosofía de la Ciencia
desde el inicio de la Ciencia misma. Como rama del saber específica y sistemática, podemos
retrotraernos al menos hasta Aristóteles. Quien dude de ello, puede consultar los Segundos
Analíticos del estagirita, donde se encuentra ampliamente plasmada su Teoría de la Ciencia. (Más
allá de que la concepción aristotélica de la ciencia difiera de la moderna, podemos observar en el
tratado señalado una reflexión filosófica acerca de la naturaleza y procedimientos del quehacer
científico).
13
8
1711-1776. Filósofo empirista escocés, que estableció sus tesis epistemológicas en el Tratado
de la naturaleza humana (1739) —específicamente en el Libro I del mismo—, Resumen de un
tratado de la naturaleza humana (1740) e Investigación sobre el conocimiento humano (1751).
14
9
Para ver una explicación más detallada de la crítica humeana a la inducción y a la causalidad,
véase infra, Capítulo II.
15
10
1902-1994. Filósofo de la ciencia austríaco, cuyas obras principales respecto a esta temática son
La lógica de la investigación científica (1935), Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del
conocimiento científico (1963) y Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista (1972).
16
del Círculo de su ciudad natal, plantea una concepción del método científico
conocida como falsacionismo popperiano.
11
“El criterio de refutabilidad es una solución de este problema de la demarcación, pues sostiene
que, para ser colocados en el rango de científicos, los enunciados o sistemas de enunciados
deben ser susceptibles de entrar en conflicto con observaciones posibles o concebibles.” POPPER,
Karl, Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico, Paidós, Barcelona, 1991,
p. 64.
17
12
“Las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos «el mundo»: para
racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la malla sea cada vez más fina” POPPER,
Karl, La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid, 1980, p. 57.
13
Nótese que el título de su obra de 1963 indica explícitamente su concepción conjetural del
desarrollo de la ciencia.
14
“La teoría que desarrollaremos en las páginas que siguen se opone directamente a todos los
intentos de apoyarse en las ideas de una lógica inductiva. Podría describírsela como la teoría del
método deductivo de contrastar, o como la opinión de que una hipótesis sólo puede contrastarse
empíricamente —y únicamente después de que ha sido formulada […] esta tesis […] podría
llamarse «deductivismo», por contraposición al «inductivismo»” POPPER, Karl, La lógica, p. 30.
Más adelante, en el Capítulo IV del presente estudio, se hará patente la importancia del
deductivismo en la tarea de Stove de explicar la semilla de lo que considera como irracionalismo
científico.
18
Por otra parte, cuando las anomalías de la teoría científica que sustenta un
paradigma determinado son numerosas e insalvables, se entra en una crisis y
surge una revolución científica que rechaza definitivamente el paradigma hasta
entonces vigente e instaura otro nuevo y más conveniente. Asimismo, las teorías
científicas en disputa o contrapuestas, pertenecientes a sus respectivos
paradigmas, son para el autor inconmensurables, característica asociada con la
15
1922-1996. Filósofo e historiador de la ciencia estadounidense. Entre sus obras principales
destacan La revolución copernicana (1957), La estructura de las revoluciones científicas (1962) y
La tensión esencial (1977).
16
Entre los principales representantes de esta corriente historicista de la filosofía de la ciencia —
surgida alrededor de la década de los sesenta del pasado siglo— vale mencionar, además de
Thomas Kuhn, a Norwood Russell Hanson, Stephen Toulmin, Imre Lakatos y Paul Feyerabend.
Estos dos últimos autores serán tratados más adelante, debido a que junto con Popper y Kuhn
conforman la secuencia de autores que Stove critica en la obra objeto del presente estudio.
19
17
Respecto al carácter inconmensurable y radicalmente ajeno de los paradigmas entre sí, dice
Kuhn: quienes proponen los paradigmas en competencia practican sus profesiones en mundos
diferentes [...] los dos grupos de científicos ven cosas diferentes cuando miran en la misma
dirección desde el mismo punto. Nuevamente, esto no quiere decir que pueden ver lo que deseen.
Ambos miran al mundo y aquello a lo que miran no ha cambiado. Pero, en ciertos campos, ven
cosas diferentes y las ven en relaciones distintas unas con otras” KUHN, Thomas, La estructura de
las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, p. 233. Cursivas nuestras.
18
1922-1974. Filósofo de la ciencia húngaro. Su pensamiento está plasmado en obras como
Pruebas y refutaciones (1976), La metodología de los programas de investigación científica (1978)
20
24
1924-1994. Filósofo de la ciencia austríaco. Entre sus obras podemos resaltar Tratado contra el
método (1975), La ciencia en una sociedad libre (1987) y Adiós a la razón (1987).
25
FEYERABEND, Paul,, Tratado contra el método, Tecnos, Madrid, 1986, p. 12.
26
“El presente ensayo ha sido escrito con la convicción de que el anarquismo, que tal vez no
constituye la filosofía política más atractiva, es sin embargo una medicina excelente para la
epistemología y para la filosofía de la ciencia”, ID., p. 1.
23
27
ID., p. 6.
28
Respecto a la libertad —o libertinaje— para la adopción de sistemas alternativos a los aceptados
y justificados racionalmente, y al contrainductivismo, nos dice el autor: “el primer paso en nuestra
crítica de conceptos habituales y reacciones habituales va a consistir en salirse del círculo, ya sea
inventando un nuevo sistema conceptual, por ejemplo una nueva teoría, que entre en conflicto con
los resultados observacionales más cuidadosamente establecidos y lleve la confusión hasta los
principios teóricos más plausibles, ya sea importando semejante sistema de fuera de la ciencia, de
la religión, de la mitología, de las ideas de los incompetentes, o de las incoherencias de los locos.
Este paso es, de nuevo, contrainductivo. La contrainducción es por lo tanto dos cosas: un hecho --
la ciencia no podría existir sin ella-- y un paso legítimo y muy necesario en el juego de la ciencia.”
ID., p. 51-52.
24
1. El Problema de la Inducción
29
La palabra “inducción” sólo aparece dos veces en el Tratado de la naturaleza humana (Libro I,
Parte II, Sección I; y en el Apéndice), y ninguna en la Investigación sobre el entendimiento
humano, sus obras que tratan acerca de epistemología. En el caso del Tratado, es evidente que el
sentido que se le da a la palabra no es el común ni se relaciona con el problema de las inferencias
inductivas. Acerca de este punto, véase la excelente Introducción a la versión inglesa de la
Investigación sobre el entendimiento humano que hemos consultado: MILLICAN, Peter,
“Introducción”, en HUME, David, An Enquiry Concerning Human Understanding, Oxford University
Press, Oxford, 2007 p. XXXVII.
25
30
HUME, David, Tratado de la naturaleza humana, Orbis, Barcelona, 1981, Libro Primero, Parte
Primera, Sección I, p. 87. Aunque hay ideas, como veremos más adelante, que no son copias de
impresiones, sino que se originan por diversos tipos de asociación entre otras ideas, lo cierto es
que dependen del contenido de las impresiones para crearse en la mente.
31
ID., p. 21.
27
entre ideas como una asociación, la cual puede ser según el escocés de tres tipos,
a saber, por semejanza, contigüidad y causalidad:
33
ID., Sección 4, p. 57-58. Es importante señalar que esta distinción es análoga —si no idéntica—
a la de Leibniz (verdades de razón y verdades de hecho) y a la de Kant (juicios analíticos y
sintéticos).
34
Hemos entrecomillado el término “salida” ya que el sol, en sentido estricto, no sale. Hoy en día
sabemos —así como también en el tiempo de Hume se sabía— que el sol es una estrella, y en
tanto estrella, está fijo; sólo tiene la apariencia de salir por el movimiento rotatorio diario de nuestro
planeta. Resulta muy curioso que un pensador tan brillante como Alan Chalmers, para criticar el
inductivismo —considerado por éste como ingenuo—, haga uso de este ejemplo humeano tan
impreciso: “No podemos estar ciento por ciento seguros de que sólo porque hayamos observado
en muchas ocasiones que el sol sale cada día, el sol saldrá todos los días. (De hecho en el Ártico y
en el Antártico hay días en que el sol no sale)” CHALMERS, Alan, ¿Qué es esa cosa llamada
ciencia?, Siglo Veintiuno, México, 1990, p 32.
29
cada mañana—, siempre es posible que suceda un hecho inverso a ése —la no-
“salida” del sol—; esto implica que la inducción, como forma de razonamiento para
obtener un conocimiento cierto y confiable, es insuficiente y problemática.
Para Hume este caso, como cualquier otro donde adjudicamos a un hecho
una relación de causa-efecto, nos muestra tres elementos indispensables para
llevar a cabo dicha atribución: una contigüidad espacio-temporal entre los objetos,
es decir, que los objetos llegan a entrar en contacto y el movimiento se comunica
en ese instante; la prioridad en el tiempo del objeto causante respecto del objeto
que recibe el efecto (en este caso, el movimiento del primero es anterior al del
segundo); y la conjunción constante entre la causa y el efecto (una sola
35
“en conjunto no se presenta en toda la naturaleza un solo caso de conexión que podamos
representarnos. Todos los acontecimientos parecen absolutamente sueltos y separados. Un
acontecimiento sigue a otro, pero nunca hemos podido observar un vínculo entre ellos. Parecen
conjuntados, pero no conectados. Y como no podemos tener idea de algo que no haya aparecido
en algún momento a los sentidos externos o al sentimiento externo, la conclusión necesaria parece
ser la de que no tenemos ninguna idea de conexión o poder y que estas palabras carecen
totalmente de sentido cuando son empleadas en razonamientos filosóficos o en la vida corriente”
HUME, David, Investigación, Sección 7, p. 109.
36
“Here is a billiard-ball lying on the table, and another ball moving towards it with rapidity. They
strike; and the ball, which was formerly at rest, now acquires a motion. This is as perfect an
instance of the relation of cause and effect as any which we know, either by sensation or reflection”
HUME, David, “Abstract of A Treatise of Human Nature”, en ID., An Enquiry, p. 137. Traducción y
corchetes nuestros. En español, Resumen de un Tratado de la Naturaleza Humana, publicación
anónima de 1740 pero atribuida unánimemente a Hume que ofrece brevemente las ideas centrales
del Tratado, publicado en 1739.
31
37
IBID.
38
Para Hume, cuando una proposición es demostrable, su contradictoria es inconcebible; éste es
el caso de las relaciones de ideas. A su vez, cuando la contradictoria es concebible, la proposición
es indemostrable; éste es el caso de las cuestiones de hecho. Siguiendo esta concepción, nos dice
en el Resumen acerca de la idea de causa: “No hay nada que la razón vea en la causa, que nos
haga inferir el efecto. Como una inferencia, donde sea posible, ascendería a una demostración,
como siendo fundada meramente sobre la comparación de ideas. Pero ninguna inferencia de la
causa al efecto asciende a una demostración. De lo cual hay esta prueba evidente. La mente
siempre puede concebir que cualquier efecto siga a cualquier causa, y efectivamente cualquier
evento seguido de otro: cualquier cosa que concibamos es posible, al menos en un sentido
metafísico: pero dondequiera que una demostración toma lugar, lo contrario es imposible, e implica
una contradicción.” (“It is not any thing that reason sees in the cause, which makes us infer the
effect. Such an inference, were it possible, would amount to a demonstration, as being founded
merely on the comparison of ideas. But no inference from cause to effect amounts to a
demonstration. Of which there is this evident proof. The mind can always conceive any effect to
follow from any cause, and indeed any event to follow upon another: whatever we conceive is
possible, at least in a metaphysical sense: but wherever a demonstration takes place, the contrary
is impossible, and implies a contradiction.”) ID., p. 138. Traducción nuestra.
32
39
“We are determined by custom alone to suppose the future conformable to the past. When I see
a billiard-ball moving towards another, my mind is immediately carry’d by habit to the usual effect,
and anticipates my sight abstractly considered, and independent of experience, which leads me to
form any such conclusion: and even after I have had experience of many repeated effects of this
kind, there is no argument, which determines me to suppose, that the effect will be conformable to
past experience. The powers, by which bodies operate, are entirely unknown. We perceive only
their sensible qualities: and what reason have we to think, that the same powers will always be
conjoined with the same sensible qualities?” ID, p. 138-139. Traducción nuestra.
33
43
HUME, David, Investigación, p. 111-112.
44
ID., p. 113-114. Si consideramos el talante psicologista de esta conclusión, está claro que la
segunda de las definiciones del término “causa” es la que más se corresponde con la misma.
35
45
FLEW, A. G. N., “Hume”, en O’CONNOR, D. J. (comp.), Historia, p. 212.
46
HUME, David, Investigación, p. 105.
36
causalidad, no hace sino tomar un ejemplo de Malebranche, sólo que con una
interpretación del mismo hecho muy distinta.
que existen ciertas leyes con arreglo a las cuales Dios los mueve sin
excepción (como sabemos por la experiencia)” 47.
47
MALEBRANCHE, Nicolás, Conversaciones sobre la metafísica y la religión, Encuentro, Madrid,
2006, p. 151-152. Véase también otro pasaje de las bolas que colisionan en La búsqueda de la
verdad, Libro 6, Parte 2, Capítulo 6.
48
Haciendo referencia a las concepciones racionalistas, y especialmente las ocasionalistas, que
explican la causalidad en términos trascendentales, sostiene Hume: “me parece que esta teoría de
la energía y de la actividad universales del Ser Supremo es demasiado atrevida para convencer
jamás a un hombre suficientemente enterado de la debilidad de la razón humana y de los
estrechos límites a los que está confinado en todas sus operaciones. Aunque fuera absolutamente
válida la cadena de argumentos que llevan a ella, ha de surgir la sospecha, si no la seguridad
absoluta, de que nos ha llevado más allá del alcance de nuestras facultades cuando desemboca
en conclusiones tan extraordinarias y tan alejadas de la vida y de la experiencia comunes. Nos
encontramos en el mundo de las hadas mucho antes de que hayamos llegado a los últimos pasos
de nuestra teoría, y allí no tenemos razón alguna para confiar en nuestros habituales métodos de
argumentación […] Nuestra vida es demasiado corta para sondear abismos tan profundos.” HUME,
David, Investigación, p. 106-107.
49
“in terms of its influence on epistemology, metaphysics, and the philosophy of science, this ‘anti-
realism’ about causation, along with his inductive scepticism, constitutes his most prominent
legacy.” MILLICAN, Peter, “Introducción”, en HUME, David, An Enquiry, p. XLV. Traducción
nuestra.
38
50
STOVE, David, Popper y después: cuatro irracionalistas contemporáneos, Tecnos, Madrid, 2002,
p. 21.
51
IBID.
40
David Stove parte de una premisa fundamental: “Hoy se sabe mucho más
de lo que se sabía hace cincuenta años y mucho más se conocía entonces por
comparación al año 1580. Por tanto, durante los últimos cuatrocientos años ha
habido una gran acumulación o incremento del conocimiento” 53
52
“Resulta evidente que los dos problemas tratados en este libro, aunque conciernen a cierto tipo
de filosofía, no constituyen problemas filosóficos, sino puramente históricos. Pienso que esto debe
ponerse de relieve aquí […] En la parte primera, como en la segunda, mi objetivo principal ha sido
responder a una crítica histórica.” IBID.
53
ID., p. 25. Cursivas nuestras.
54
Stove dice “hecho”, no “proposición”. Sin embargo, consideramos más preciso decir
“proposición”, ya que no es un solo hecho, sino varios los que sirven de soporte empírico para esta
afirmación o pensamiento. No dudamos que el autor estudiado tenga clara esta precisión; quizá, al
decir “hecho”, sólo quiso enfatizar la evidencia y verdad de esta proposición, del mismo modo que
se le dicen hechos a proposiciones en el lenguaje ordinario.
41
Para Stove, los cuatro filósofos que critica niegan abiertamente o tienen
reservas de (A). Si bien entre las posiciones de cada uno de ellos existen notables
diferencias, éstas no impiden que coincidan en ciertos puntos fundamentales en
sus teorías, tales como la negación de (A) y la convicción de que “la historia de la
ciencia no es «acumulativa»” 56. Así, el hecho de que los cuatro pensadores
coincidan en considerar falsa o tener reservas hacia (A) es suficiente para
considerarlos irracionalistas.
55
STOVE, David, Popper y después, p. 25.
56
IBID.
57
ID., p. 26. Corchetes nuestros.
42
• Lakatos a Kuhn:
• Popper a Kuhn:
58
ID., p. 27.
59
“Esta tendencia es causa suficiente en la explicación del fenómeno de la plausibilidad del
irracionalismo: es tan poderosa y produce tanta confusión cuando no se la somete a crítica, que es
fácilmente equiparable a la tarea de convertir al irracionalismo científico en algo plausible.” IBID.
60
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 19.
43
• Kuhn se defiende alegando que los métodos y las conclusiones a las cuales
llega mediante los mismos no son tan diferentes de ciertos autores que lo
critican (especialmente Lakatos y Popper):
61
“Kuhn suggests that the rationality of science presupposes the acceptance of a common
framework. He suggests that rationality depends upon something like a common language and a
common set of assumptions. He suggests that rational discussion, and rational criticism is only
possible if we have agreed on fundamentals.[…] I have dubbed this thesis The Myth of the
Framework, and I have discussed it on various occasions. I regard it as a logical and philosophical
mistake. […] The central point is that a critical discussion and a comparison of the various
frameworks is always possible. It is just a dogma-a dangerous dogma-that the different frameworks
are like mutually untranslatable languages. The fact is that even totally different languages (like
English and Hopi, or Chinese) are not untranslatable, and that there are many Hopis or Chinese
who have learnt to master English very well. The Myth of the Framework is, in our time, the central
bulwark of irrationalism.” POPPER, Karl, “Normal Science and its Dangers”, en LAKATOS, I. y
MUSGRAVE, A. (eds.), Criticism and the Growth of Knowledge, Cambridge University Press,
Cambridge, 1977, p. 56. Traducción nuestra. Hay edición en español de esta obra: Crítica y el
crecimiento del conocimiento, Grijalbo, Barcelona, 1975. Este texto, publicado en 1970 y editado
por Lakatos y Musgrave, es el cuarto volumen compilador de las ponencias presentadas en el
Coloquio Internacional de Filosofía de la Ciencia de Londres, efectuado entre el 11 y el 17 de Julio
de 1965. Asimismo, contiene algunos artículos surgidos a partir de las discusiones generadas en
tal encuentro, como una réplica de Kuhn a las críticas recibidas —véase infra, nota 62—, además
de un artículo de Lakatos —“La falsación y la metodología de los programas de investigación
científica”— que vendría a ser a la postre el primer capítulo de su obra La metodología de los
programas de investigación científica.
62
“As to methods, then, the ones I employ are not significantly different from those of my Popperian
critics. Applying those methods we, of course, draw somewhat different conclusions, but even they
are not so far apart as several of my critics believe.” KUHN, Thomas, “Reflections on my Critics”, en
LAKATOS, I. y MUSGRAVE, A. (eds.), Criticism, p. 241. Traducción nuestra.
44
63
“All of us, unlike the members of what has until recently been the main movement in philosophy
of science, do historical research and rely both on it and on observation of contemporary scientists
in developing our viewpoints. In those viewpoints, furthermore, the descriptive and normative are
inextricably mixed. Though we may differ in our standards and surely differ about some matters of
substance, We are scarcely to be distinguished by our methods. The title of my earlier paper, ‘Logic
of Discovery or Psychology of Research?’ was not chosen to suggest what Sir Karl ought to do but
rather to describe what he does” ID., p. 233. Traducción nuestra.
64
“Lakatos's position is social-psychological in its repeated reliance on decisions governed not by
logical rules but by the mature sensibility of the trained scientist. If I differ from Lakatos (or Sir Karl,
Feyerabend, Toulmin, or Watkins), it is with respect to substance rather than method” IBID.
Traducción nuestra.
45
65
“My difficulties in understanding are, however, even clearer and more acute when these terms
are used not to criticize my position but in its defence. Obviously there is much in the last part of
Feyerabend's paper with which I agree, but to describe the argument as a defence of irrationality in
science seems to me not only absurd but vaguely obscene” ID., p. 263-264. Traducción y corchetes
nuestros.
66
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 142.
67
ID., p. 187.
68
Lakatos, como buen discípulo de Popper, contiene dentro de su propuesta teórica elementos que
hacen que también sea considerado racionalista. Pero, tal como vimos en la cita de Kuhn respecto
a este autor, en su obra hay fuertes elementos contextualistas afines a los que critica en el
pensador norteamericano; esto provoca que en su obra se incluyan aspectos ajenos a la
racionalidad en la toma de decisiones respecto a la práctica y los criterios de la ciencia. En este
sentido, Lakatos sólo estaría librado parcialmente de la acusación de irracionalismo, al menos en el
marco de las discusiones suscitadas desde el Coloquio de 1965 señalado.
46
de que los autores criticados por el australiano son racionalistas, salvo en el caso
relativo de Feyerabend 69.
69
Véase supra, cita correspondiente a la nota 50.
70
“Hay otra clase de palabras episódicas que, para nuestros propósitos, merecen atención
especial, a saber, la clase de palabras episódicas que en otro lugar he denominado ‘palabras de
logro’, ‘palabras de éxito’ o ‘palabras de realización’, junto con sus antítesis las ‘palabras de
fracaso’ o ‘palabras de error’ […] Los verbos con los cuales expresamos comúnmente estas
conquistas y logros, son verbos activos, tales como ‘ganar’, ‘descubrir’, ‘encontrar’, ‘curar’,
‘convencer’, ‘probar’, ‘engañar’, ‘abrir’ , ‘proteger’, ‘ocultar’ […] Ya hace tiempo se ha notado que
verbos como ‘conocer’, ‘descubrir’, ‘resolver’, ‘probar’, ‘percibir’, ‘ver’ y ‘observar’ (al menos en los
usos habituales) no son, de una manera importante, susceptibles de ser calificados por adverbios
como ‘erróneamente’ e ‘incorrectamente’” (“There is another class of episodic words which, for our
purposes, merit special attention, namely the class of episodic words which I have elsewhere
labelled 'achievement words', 'success words' or 'got it words', together with their antitheses the
'failure words' or ‘missed it’ words […] The verbs with which we ordinarily express these gettings
and keepings are active verbs, such as 'win', 'unearth', 'find', 'cure', 'convince', 'prove', 'cheat',
'unlock', 'safeguard' and 'conceal' […] It has long been realised that verbs like 'know', 'discover',
'solve', 'prove', 'perceive', 'see' and 'observe' (at least in certain standard uses of 'observe') are in an
important way incapable of being qualified by adverbs like 'erroneously' and 'incorrectly'”) RYLE,
Gilbert, The Concept of Mind, Hutchinson's University Library, London, 1951, p. 149-152.
Traducción nuestra.
47
71
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 11-12.
48
72
“Es obvio que este añadido a la metodología anarquista no hace de ella (aunque lo parezca) la
más permisiva. En realidad, la convierte en un sinsentido. Probablemente pensaríamos que un
hombre que realiza una donación de un millón de dólares para un avance en la cura del cáncer, al
mismo tiempo que afirma que todo vale en lo que respecta a los medios (científicos, mágicos, o de
cualquier otro tipo) que se utilicen para tal fin, tiene buen corazón. Pero si añadiera «de paso» que
todo vale también en lo que respecta a lo que cuenta como un avance hacia la cura del cáncer —
que «cualquiera puede leer los términos a su manera»—, entonces nos resultaría imposible pensar
que tiene la cabeza sobre los hombros. No se trata de que la segunda forma de permisividad sea
una extensión de la primera, simplemente la vacía de sentido” STOVE, David, Popper y después,
p. 32-33. Este fragmento ilustra de manera fidedigna el estilo perspicaz y cáustico que caracteriza
a las ideas de David Stove.
73
“Si uno deseara recomendar una filosofía de la ciencia a lectores que decididamente rechazarían
el irracionalismo, sin duda la estrategia tendría que ser mixta, ya que un irracionalismo abierto y sin
disimulos resultaría implausible. Por ello se deberían suavizar los golpes irracionalistas,
mezclándolos con golpes en sentido contrario o presentándolos como perteneciendo a un tipo
opuesto. Nuestros autores emplean una estrategia mixta en este sentido, que de hecho asume
diversas formas.” ID., p. 28.
49
74
ID., p. 34.
75
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 103. Corchetes nuestros. Los comentarios de los corchetes
se basan en las comillas y palabras utilizadas en la versión original inglesa: “One typical sign of the
degeneration of a programme which is not discussed in this paper is the proliferation of
contradictory 'facts'. Using a false theory as an interpretative theory, one may get —without
committing any 'experimental mistake'— contradictory factual propositions, inconsistent
experimental results. Michelson, who stuck to the ether to the bitter end, was primarily frustrated by
the inconsistency of the' facts' he arrived at by his ultra-precise measurements. His 1887
experiment 'showed' that there was no ether wind on the earth's surface. But aberration 'showed'
that there was. Moreover, his own 1925 experiment (either never mentioned or, as in Jaffe's [1960],
misrepresented) also 'proved' that there was one (d. Michelson and Gale [1925] and, for a sharp
50
• “Probar”:
• “Prueba”
criticism, Runge [1925]).” LAKATOS, Imre, The methodology of scientific research programmes,
Cambridge University Press, Cambridge, 1989, p. 77.
76
“¿Qué es entonces lo que este pasaje proporciona al lector? Absolutamente nada más que la
profunda impresión de que a pesar de las palabras de éxito usadas en la descripción, durante ese
episodio presumiblemente representativo de la historia de la ciencia, no se produjo ningún logro
cognoscitivo”. STOVE, David, Popper y después, p. 35.
77
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 251.
51
• “Refutar”:
• “Progreso”:
78
ID., p. 25.
79
ID., p. 160.
80
ID., p. 52.
81
ID., p. 116-117.
52
• “Hechos”:
• “Objetivo”:
82
ID., p. 139. Corchetes nuestros.
83
ID., p. 176.
84
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 23.
85
ID., p. 24.
86
ID., p. 30.
53
• “Racional”:
• “Verdad”:
“El racionalismo crítico, que constituye la metodología
positivista más liberal que existe hoy día, o es una idea con
significado, o es una colección de slogans (tales como 'verdad',
'integridad profesional', 'honestidad intelectual', etc.) hechos para
intimidar a los oponentes molestos (que tienen la fortaleza, o incluso
la clarividencia, de declarar que la 'verdad' puede que no sea
importante, e incluso puede que no sea deseable)” 89.
87
ID., p. 3.
88
ID., p. 187.
89
ID., p. 157.
90
POPPER, Karl, La lógica, p. 180-181. Nótese la estrategia mixta cuando, más adelante,
haciendo alusión nuevamente a las estimaciones probabilitarias, utiliza “confirmar” sin comillas:
“Encontramos el «azar» en sentido objetivo, puede decirse, cuando nuestras estimaciones
54
probabilitarias resultan confirmadas, del mismo modo que encontramos regularidades causales
cuando las predicciones que deducimos de leyes vienen a corroborarse” ID., p. 192.
91
STOVE, David, Popper y después, p. 36.
92
Respecto a esto, nos dice Stove: “La ejecución es fascinante, según se puede imaginar. Cuando
pueden asesinarse, con impunidad y a la luz del día, las palabras de éxito más enfáticas, el
exterminio de las más débiles jamás despertará crítica e incluso atención. No obstante, una
documentación más detallada del proceso nos llevaría sin duda demasiado lejos.” ID., p. 37.
55
93
KUHN, Thomas, La estructura, p. 154. Cursivas nuestras.
94
Más adelante, enfatizando su rotundo desacuerdo con la concepción acumulativa del desarrollo
histórico de la ciencia, asevera: “La adquisición acumulativa de novedades no previstas resulta una
excepción casi inexistente a la regla del desarrollo científico. El hombre que tome en serio los
hechos históricos deberá sospechar que la ciencia no tiende al ideal que ha forjado nuestra imagen
de su acumulación […] la adquisición acumulativa de novedades no sólo es en realidad rara, sino
también en principio, improbable.” ID., p. 155.
95
STOVE, David, Popper y después, p. 37.
56
David Stove acentúa el hecho de que estos autores, salvo Popper, no sólo
violan de manera flagrante y sistemática el significado ordinario y consensuado de
las palabras, sino que también “proclaman el derecho al habla carente de
sentido” 100. Incluso llega a señalar:
99
STOVE, David, Popper y después, p. 38-39. Corchetes nuestros.
100
ID., p. 39.
101
ID., p. 39-40.
58
102
ID., p. 40.
103
Logic of Scientific Discovery, publicada en 1959. Si bien la edición original (escrita en alemán)
de 1934 (aunque con fecha “1935”) llevaba por título Logik der Forschung (Lógica de la
investigación, en español), vale acotar que la traducción al inglés estuvo a cargo del propio Popper,
(con la ayuda de Julius Freed y Lan Freed). La traducción al español, a cargo de Víctor Sánchez
de Zabala y ya citada en este estudio, se titula La lógica de la investigación científica. Este título se
apega más al de la versión de 1934 y al contenido de la obra, aunque tiene como fuente la edición
inglesa. Lo más llamativo es que Popper tuvo que tener especial interés en colocar en el título de
esta última edición “descubrimiento”, ya que hubiese podido traducir simplemente el título de la
versión original.
104
Las únicas páginas donde Popper menciona la palabra “descubrimiento” son (siguiendo la
edición en español) las siguientes: 31, 38, 45, 59, 67, 77, 100, 103, 124, 172, 255 (Considérese
que esta obra consta de 451 páginas). En Conjeturas y refutaciones se utiliza la palabra con
mucha mayor frecuencia; sin embargo, en ésta tampoco es central el tema de los descubrimientos
científicos.
105
Es interesante destacar que Popper, tal como veremos con la palabra “conocimiento”, también
llega a calificar de “conjetural” al “descubrimiento” científico, lo cual es un modo bastante efectivo
de neutralizar este término: “Admito que nuestros descubrimientos son conjeturales.” POPPER,
Karl, Conjeturas, p. 153.
59
106
ID., p. 192. Cursivas nuestras.
107
ID., p. 13.
108
ID., p. 78.
109
ID., p. 152-153.
60
110
POPPER, Karl, La lógica, p. 259-260.
111
Vale señalar que en la traducción al español del texto de Stove que hemos consultado, no se
preserva la diferenciación entre los términos “conjecture” y “guess”, traduciéndose ambos términos
indistintamente por “conjetura”. Consideramos que esto es un grave error que dificulta la
interpretación cabal de lo dicho por el filósofo australiano. Véase STOVE, David, Scientific
Irrationalism: Origins of a Postmodern cult, Transaction, New Brunswick, 2001, p. 41.
112
Por ejemplo, compárese la cita de la nota 106 con la versión inglesa: “The rationalist tradition,
the tradition of critical discussion, represents the only practicable way of expanding our knowledge--
conjectural or hypothetical knowledge, of course. There is no other way […] There is only one
element of rationality in our attempts to know the world: it is the critical examination of our theories.
These theories themselves are guesswork. We do not know, we only guess. If you ask me, 'How do
you know?' my reply would be, 'I don't; I only propose a guess.” POPPER, Karl, Conjectures and
Refutations, Routledge, New York, 2002, p. 204. Cursivas nuestras.
Por otra parte, en este fragmento tenemos un buen ejemplo de la estrategia mixta
practicada por los autores revisados por Stove: al principio tenemos la versión neutralizada de
“conocimiento” (al referirlo como conjetural —conjectural knowledge—), y pocas líneas más
adelante Popper afirma que diría que no sabe (know), que sólo propone una conjetura (guess), es
decir, una adivinación. Evidentemente, en este último caso Popper se apega al sentido estricto de
conocer, que es intrínsecamente opuesto a adivinar o presumir.
Otro ejemplo de la estrategia mixta está al comienzo del fragmento de la nota 110, que en
inglés es como sigue (en este caso se usa conocer en sentido estricto): “We do not know: we can
only guess. And our guesses are guided by the unscientific, the metaphysical (though biologically
61
explicable) faith in laws, in regularities which we can uncover—discover” POPPER, Karl, Logic of
Scientific Discovery, Routledge, New York, 2002, p. 278.
113
STOVE, David, Popper y después, p. 42.
114
ID., p. 43. Cuando se traduce tanto “conjecture” como “guess” por “conjetura”, este ejemplo
pierde su fuerza, ya que cualquiera podría decir que el mismo muestra una adivinación y no
necesariamente una conjetura, siendo este último término el único que aparece en la versión
española. Pero como ya hemos visto, en Popper son equivalentes, y lo son porque el vienés utiliza
“guess” como sinónimo de “conjecture”.
62
115
IBID.
116
ID., p. 44.
117
“[Popper] persuadió a los hombres de ciencia de que no existe ningún estigma profesional en
ser refutado. Y su labor no fue en vano, sino que tuvo el triste efecto de persuadir a algunos de
científicos de que ser refutados era en realidad el objetivo de todos sus esfuerzos (aunque
presumiblemente desarrollaron carreras exitosas).” IBID. Corchetes nuestros.
63
118
“If a theory is refuted, it is not necessarily false.” LAKATOS, Imre, “Changes in the Problem of
Inductive Logic” en ID. (ed.), The Problems of Inductive Logic, North-Holland, Amsterdam, 1968, p.
397. Traducción nuestra.
119
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 32.
64
Stove responde a Kuhn del mismo modo que pudiera responder cualquier
persona que tenga un mínimo conocimiento de nuestro sistema solar y su
ordenamiento: “He aquí uno de los muchos errores que se cometieron cuando se
constituyó el sistema de Ptolomeo: la creencia de que el Sol se mueve alrededor
de la Tierra cada día” 121.
120
“what mistake was made, what rule broken, when and by whom, in arriving at, say, the
Ptolemaic system? […] no mistake was made in arriving at the Ptolemaic system, and it is therefore
difficult for me to understand what Sir Karl has in mind when he calls that system, or any other out-
of-date theory, a mistake.” KUHN, Thomas, “Logic of Discovery or Psychology of Research?”, en
LAKATOS, I. y MUSGRAVE, A. (eds.), Criticism, p. 12. Traducción nuestra. La crítica hacia Popper
por su uso de la palabra “error” se desarrolla desde la página 10 hasta la 13. La extraña postura
que asume Kuhn se debe a que éste sólo concibe la idea de error en el marco de un paradigma,
como cuando se comete un error de cálculo o medición, pero no al momento de sustituir uno por
otro. De modo que lo que está sucediendo aquí es que Kuhn está subordinando la noción ordinaria
y común de “error”, a su noción de “error”. Esta última, al estar sometida a la inconmensurabilidad
entre paradigmas rivales, sólo puede aplicarse con sentido dentro del paradigma y no fuera de él.
El hecho de que un nuevo paradigma sustituya a uno anterior, no significa que éste sea —o haya
cometido—un error.
121
STOVE, David, Popper y después, p. 46. Un poco más adelante, adereza esta simple y
contundente respuesta con la siguiente conclusión: “Estoy seguro de no cometer una
impertinencia. Se trata simplemente de la revelación, que resulta más aterradora porque se
presenta sin haber sido advertida, de que Kuhn ha perdido todo contacto con el significado de las
palabras corrientes de la lengua (como el significado de «falso») y ahora sólo conoce el significado
del vocabulario de su propia filosofía irracionalista de la ciencia.” ID, p. 47.
65
Ante todo, Stove nos aclara lo que entiende como “enunciado lógico” y
“expresión lógica”:
122
ID., p. 48.
123
ID., p. 51. Nótese que Stove representa a las proposiciones con letras mayúsculas, proceder
que será constante en el texto estudiado.
124
IBID.
66
Al igual que lo realizado con las palabras de éxito, Stove establece una
clasificación de las expresiones lógicas, sean puras o impuras, en fuertes o
débiles. Además, distingue entre expresiones lógicas intuitivamente positivas y
negativas. Veamos los ejemplos ofrecidos por Stove de cada división 125:
125
Esta clasificación, como ya hemos señalado, es totalmente independiente a la de palabras de
éxito y de fracaso, aunque tengan ciertas expresiones en común. Sin embargo, en la traducción
española consultada se traduce “positive logical expressions” por “expresiones lógicas de éxito” y
“negative logical expressions” por “expresiones lógicas de fracaso”. Esto nos parece un craso error,
ya que contradice la aclaratoria de Stove de las diferencias entre ambas distinciones y promueve la
confusión entre ellas. Por lo tanto, nos hemos apegado a la terminología de la versión original
inglesa. Véase STOVE, David, Scientific Irrationalism, p. 57.
67
Nuestro pensador sostiene que los cuatro filósofos aplican el sabotaje sobre
este tipo de expresiones, ya que las relaciones lógicas que implican permiten, en
palabras de Stove, desplazar el conocimiento de una proposición a otra. Y este
desplazamiento dejaría en evidencia la neutralización de una palabra de éxito o de
fracaso. Una muestra hipotética que explica la necesidad de la aplicación del
sabotaje referido en nuestros autores es la siguiente:
126
STOVE, David, Popper y después, p. 56.
127
ID., p. 52.
128
ID., p. 53. Cursivas nuestras.
68
esta práctica sabotaje: “Es como volar las vías de un tren, agujerear la tubería o
cortar los cables de luz” 129.
129
IBID.
130
“If a theory is refuted, it is not necessarily false. If God refutes a theory, it is ‘truly refuted’; if a
man refutes a theory, it is not necessarily ‘truly refuted’” LAKATOS, Imre, “Changes in the Problem
of Inductive Logic” en ID., (ed.), The Problems, p. 397.
131
STOVE, David, Popper y después, p. 57.
69
Ahora revisemos los casos específicos que nos presenta Stove. Respecto a
Popper, el australiano sostiene que, si bien es el que menos hace uso del
132
ID., p. 58.
133
ID., p. 55.
70
sabotaje, fue el primero y el que influyó en los otros tres para también emplearlo.
El ejemplo más notable de sabotaje de Popper se desarrolla en torno a lo que el
vienés denomina problema de la decidibilidad de los enunciados probabilísticos. El
problema radica en la incompatibilidad lógica de estas tres proposiciones:
- Para 1): “Con todo, esta tesis [es decir, 2)] es claramente
inaceptable cuando nos enfrentamos con los éxitos que la física ha
alcanzado con las predicciones obtenidas a partir de estimaciones
hipotéticas de probabilidades. Muchas de estas estimaciones no son
inferiores en lo que respecta a significación científica a ninguna otra
hipótesis física (por ejemplo, a una de carácter determinista)” 135.
134
ID., p. 62. Corchetes nuestros.
135
POPPER, Karl, La lógica, p.178. Corchetes nuestros.
136
ID., p. 177
137
ID., p. 292.
71
138
STOVE, David, Popper y después, p. 62.
139
Para constatar el ejemplo ofrecido por Popper acerca de la probabilidad del lanzamiento de una
moneda, véase POPPER, Karl, La lógica, p. 177.
140
ID., p. 178.
141
ID., p. 188.
72
Todas estas citas nos sirven de muestra del sabotaje de la expresión lógica
negativa y fuerte “falsa”, en sus versiones “falsación”, “falsables” y “falsada”: la
relación de inconsistencia implicada por la relación de falsación queda anulada; se
nos pide por conveniencia (y porque así lo hacen los científicos) que
consideremos que E falsa H (retomando el ejemplo de Stove) pese a que
lógicamente esto es falso, ya que H es consistente con E, como dice la
proposición 2).
142
ID., p. 177.
143
ID., p. 190.
144
IBID.
145
“Mas a quien se ha cogido a sí mismo en una contradicción plena, ¿qué beneficio le puede
representar el decirnos algo acerca de lo que los científicos hacen o cualquier cosa por el estilo?
[…] [Respecto a la contradicción de 1), 2) y 3)] Las únicas soluciones empiezan por admitir que al
menos una de las tres proposiciones es falsa. Lo que de ninguna manera se puede proponer es
una solución sociológica.” STOVE, David, Popper y después, p. 63. Corchetes nuestros.
73
Stove nos ofrece también algunos otros pasajes donde se lleva a cabo el
sabotaje de expresiones lógicas por parte de Popper, Lakatos y Kuhn:
146
ID., p. 64. En la última oración de este fragmento, debería traducirse “acierto”, en lugar de
“acuerdo”; véase STOVE, David, Scientific Irrationalism, p. 68.
147
POPPER, Karl, La lógica, p. 83.
148
LAKATOS, Imre, Historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, Tecnos, Madrid, 1987,
p. 27-29.
74
149
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 97. En lugar de “Jung”, debería decir “Young”. Véase
LAKATOS, Imre, The methodology, p. 72.
150
KUHN, Thomas, La estructura, p. 242. Corchetes nuestros.
75
151
STOVE, David, Popper y después, p. 72.
152
ID., p. 74.
153
ID., p. 73.
154
“I had introduced in Chapter VIII […] a methodological rule permitting us to neglect "extreme
improbabilities" […] Certain sorts of coin behavior are incompatible with the coin's being fair (given
our rule) and that is that” POPPER, Karl, “Replies to my Critics” en SCHLIPP, Paul (ed.), The
Philosophy of Karl Popper, Open Court, La Salle, 1974, p. 1092-1093. Corchetes nuestros.
76
- Lakatos:
- Kuhn:
155
STOVE, David, Popper y después, p. 78.
156
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 38.
157
ID., p. 121.
158
“dealing with a probabilistic theory must decide on a probability threshold below which statistical
evidence will be held ‘ “inconsistent” ’ with that theory” KUHN, Thomas, “Reflections on my Critics”,
en LAKATOS, I. y MUSGRAVE, A. (eds.), Criticism, p. 238. Traducción y corchetes nuestros.
77
159
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 297.
78
aplican frecuentemente esta técnica, también nos aclara que no son los únicos
filósofos que lo hacen. De hecho, nos dice que las mismas técnicas pueden ser
aplicadas a textos de pensadores no irracionalistas, tales como Hempel o Carnap.
Más aún, el australiano nos dice que “el enunciado lógico-fantasmal más
influyente del siglo” —Siglo XX, claro está— no es de la autoría de ninguno de los
cuatro filósofos criticados, aunque “seguramente es compatible”160. Se trata de la
famosa “tesis Duhem-Quine”: “Todo enunciado puede concebirse como valedero
en cualquier caso siempre que hagamos reajustes suficientemente drásticos en
otras zonas del sistema […] A la inversa, […] no hay enunciado alguno inmune a
la revisión” 161.
160
STOVE, David, Popper y después, p. 70.
161
QUINE, Willard, Desde un punto de vista lógico, Paidós, Barcelona, 2002, p. 87. Donde en la
edición inglesa se dice “can be held true”, en esta versión se traduce “puede concebirse como
valedero”. Consideramos más adecuado y preciso “puede ser sostenido como verdadero”; véase
QUINE, Willard, From a Logical Point of View, Harper Torchbooks, New York, 1963, p. 43.
79
162
STOVE, David, Popper y después, p. 71-72. Corchetes nuestros.
80
163
STOVE, David, Popper y después, p. 86.
81
También Stove observa que es de sumo interés conocer si tal premisa clave
es verdadera. Sin embargo, aclara que la pretensión de la obra que es objeto del
presente estudio se reduce a la identificación de la premisa, y no se impone la
tarea filosófica de establecer su valor de verdad.
164
ID., p. 87.
165
“There are no such things as good positive reasons; nor do we need such things” POPPER,
Karl, “Replies to my Critics” en SCHLIPP, Paul (ed.), The Philosophy, p. 1043. Corchetes nuestros.
82
Otra famosa tesis de Popper establece que ninguna teoría es tan siquiera
probable, aun cuando haya evidencia a su favor:
166
POPPER, Karl, La lógica, p. 33.
167
ID., p. 367. Cursivas en el original.
168
ID., p. 391.
83
169
STOVE, David, Popper y después, p. 88.
170
“Belief, of course, is never rational: it is rational to suspend belief”: POPPER, Karl, Unended
Quest, Routledge, New York, 2002, p. 97. Traducción nuestra.
171
STOVE, David, Popper y después, p. 88.
84
172
“Are we rationally justified in reasoning from repeated instances of which we have experience to
instances of which we have had no experience? Hume's unrelenting answer is: No, we are not
justified [...] My own view is that Hume's answer to this problem is right” POPPER, Karl, “Replies to
my Critics” en SCHLIPP, Paul (ed.), The Philosophy, p. 1018-1019. Cursivas en el original.
Traducción nuestra.
173
POPPER, Karl, Conjeturas, p. 67-68.
174
POPPER, Karl, Conocimiento objetivo. Un enfoque evolucionista, Tecnos, Madrid, 1992, p. 20.
85
Stove nos aclara que los pasajes reseñados no son los únicos que
evidencian el irracionalismo de la filosofía popperiana, pero sí son suficientes para
ejemplificarlos. Y no sólo son suficientes para tales fines en el caso de Popper,
sino que también lo son para los otros tres filósofos de la ciencia estudiados. Esto
se debe a que la filosofía de los otros tres pensadores parte de las mismas
premisas fundamentales que la de Popper. Respecto a la práctica de sólo citar a
Popper para mostrar el irracionalismo de los cuatro filósofos cuestionados, nos
dice Stove:
175
STOVE, David, Popper y después, p. 89
176
Resulta curioso que Popper realiza una afirmación respecto al problema de la inducción que
muy bien hubiese podido apuntar en contra de sí mismo: “Desde el tiempo de Aristóteles, el
enigma de la inducción ha llevado a muchos filósofos al irracionalismo (al escepticismo o al
misticismo)”: POPPER, Karl, La lógica, p. 366-367. Si consideramos que Popper acepta como
premisas ciertas afirmaciones de un escéptico como David Hume, precisamente en el caso de la
crítica al razonamiento inductivo, podemos concluir que Popper participa del irracionalismo bajo la
forma de escepticismo.
86
Luego de presentar esta justificación, Stove nos explica que la tarea que se
ha impuesto, a saber, la ubicación de la premisa clave del irracionalismo, no es en
absoluto fácil. A diferencia de sus conclusiones, las premisas de un pensador no
siempre son explícitas e incluso suele suceder que no estén definidas para dicho
individuo. Por otra parte, “identificar las premisas de un filósofo, aunque éste
razone con claridad, será difícil en grado proporcional a lo que en él haya de
derivativo de otros filósofos” 178.
177
STOVE, David, Popper y después, p. 90.
178
ID., p. 91.
179
IBID.
87
180
ID., p. 93.
88
popperiano, una teoría, para ser científica, debe ser refutable, y será mejor cuanto
más refutable sea:
181
POPPER, Karl, Conjeturas, p. 61. Nótese la carga negativa de la prueba empírica (o test) de
una teoría: no se lleva a cabo para intentar confirmarla o verificarla, sino para intentar desmentirla.
182
POPPER, Karl, La lógica, p. 107-108.
183
STOVE, David, Popper y después, p. 94.
89
184
POPPER, Karl, Conocimiento, p. 87. Corchetes nuestros.
185
ID., p. 90.
90
queda claro que los otros tres son tan deudores del escocés como Popper, sólo
que su deuda la adquirieron a través del vienés.
186
STOVE, David, Popper y después, p. 100.
187
ID., p. 101. Si bien tradicionalmente se entiende el argumento inductivo como el que va de lo
particular a lo general, es más preciso decir que el argumento inductivo es el que tiene una
conclusión probable —en sentido coloquial—, donde la verdad de la conclusión no se sigue con
necesidad de la verdad de las premisas —a diferencia del argumento deductivo válido, que sí
91
Por otra parte, Stove advierte que debe distinguirse entre el escepticismo
inductivo y otros tipos de escepticismo presentes en la filosofía humeana. Además
del inductivo, que ya conocemos, están el escepticismo con respecto a los
sentidos y el escepticismo con respecto a la razón.
cumple esta condición—. Esta precisión es especialmente pertinente si incluimos el argumento por
analogía como una clase de inducción —la analogía va de lo particular a lo particular—. Respecto
a estas consideraciones, véase COPI, I. y COHEN, C., Introducción a la Lógica, Limusa, México,
2004, p. 70-75. Con relación a la definición ofrecida por Stove, consideramos que satisface tanto a
la versión tradicional como a la precisión a la cual nos adherimos —basados en lo dicho por Copi y
Cohen— ya que, en ambos casos, se va de lo observado a lo no observado. A su vez, la noción de
Stove corresponde con el tipo de argumento —indudablemente inductivo— criticado por Hume.
188
STOVE, David, Popper y después, p. 101.
92
Dicho todo esto, Stove se ocupa de analizar cada una de las premisas del
argumento escéptico de Hume relativo a la inducción. Pero su punto de partida
para llevar a cabo dicha tarea no es este argumento, sino el que resulta de su
conjunción con el empirismo, a saber, el escepticismo sobre lo no observado.
Pese a que previamente ya se hizo alusión a tal conjunción y a la tesis resultante,
Stove considera que es pertinente iniciar el análisis en dicha tesis, ya que el
escepticismo sobre la inducción forma parte de ella. De hecho, el argumento a
favor del escepticismo inductivo no es independiente: no tiene como conclusión
esta tesis, sino precisamente la del escepticismo sobre lo no observado. En
síntesis, al empezar por esta última tesis, lo estamos haciendo por el final del
argumento en cuestión.
189
Stove representa con una letra mayúscula cada proposición que forma parte del argumento
humeano estudiado y, como hemos visto, cualquier proposición —como cuando decía que “P
entraña Q”—. Más adelante, veremos que la simbolización alfabética de las proposiciones que
intervienen en el argumento de Hume facilita la visualización de la relación lógica entre ellas.
190
HUME, David, Tratado, Libro Primero, Parte Tercera, Sección XII, p. 259.
191
STOVE, David, Popper y después, p. 106.
192
HUME, David, Investigación, Sección 4, p. 61.
193
ID., p. 203.
94
y las flechas como implicaciones 194. Ahora bien, Stove aclara que, debido a que su
labor de análisis del argumento escéptico de Hume es simplemente descriptiva,
las flechas de los diagramas han de entenderse sólo como “es la razón ofrecida
por Hume para creer”—y no como “es una razón para creer”—. De este modo, el
australiano resalta que sólo pretende exponer la estructura del argumento de
Hume, y no evaluar si efectivamente es válido o si las razones ofrecidas por el
escocés son admisibles. Pese a esto, afirma que desde su punto de vista el
argumento es válido 195.
C
A
B
194
Es decir, lo que se representa en este diagrama y en los siguientes son razonamientos
deductivos donde, a partir de dos o más premisas, se deduce una conclusión. Entender la
inferencia de las premisas a la conclusión como una implicación no sólo es intuitivamente correcto,
sino también demostrativamente: Herbrand y Tarski demostraron esta concepción mediante el
Metateorema de la Deducción —que, vale acotar, ya había sido anticipado en la Edad Media por
Alberto de Sajonia— A este respecto, véase: MUÑOZ GARCÍA, Ángel, Lógica simbólica elemental,
Miró, Caracas, 1996, p. 187-195.
195
Respecto a su aceptación del argumento y al uso que hace de las flechas en los diagramas,
dice Stove: “la flecha en mis diagramas no significa que el paso es válido, sino más bien que el
paso (según creo) fue dado por Hume y que (según creo) es válido” STOVE, David, Popper y
después, p. 107.
95
Pero sólo estamos apenas al principio del análisis. Más aún, B y C no son
premisas del argumento de Hume, sólo son resultados, conclusiones a partir de
otras tesis. Y, como lo que pretende Stove es hallar la premisa clave del
argumento, debemos buscar las proposiciones que fundamentan B y C.
Respecto a B, Stove observa que Hume ofrece como razón para creer en
ella la siguiente proposición: “las proposiciones que son necesariamente
verdaderas no constituyen una razón para creer en cualquier proposición
contingente” 197. Esta es la proposición D. Ahora bien, esta tesis sólo es
plenamente comprensible en el marco de la distinción humeana —ya tratada en el
Capítulo II de este estudio— entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho.
Estos dos son los únicos ámbitos del universo epistemológico humano. Cuando se
versa acerca de relaciones de ideas, las proposiciones verdaderas lo son con
carácter necesario. Por el contrario, cuando se trata de cuestiones de hecho, las
proposiciones son empíricas, contingentes, acerca de lo observado. De manera
que, si una verdad necesaria no puede ser una razón para creer en una
proposición sobre lo no observado (D), entonces sólo puede serlo una sobre lo
observado (B).
En este mismo orden de ideas, Stove señala que hay un supuesto que sirve
de soporte a D. El mismo afirma que sólo hay dos tipos posibles de proposiciones
que pueden ser razones para creer en toda proposición (perteneciendo a este
grupo, por supuesto, toda proposición contingente sobre lo no observado):
verdades necesarias o proposiciones sobre lo observado. Esto es coherente con
la distinción entre relaciones de ideas y las cuestiones de hecho, que ya
explicamos y que tiene una importancia capital dentro de la teoría epistemológica
de Hume.
196
IBID. Corchetes nuestros.
197
ID., p. 108.
96
198
ID., p. 111.
199
ID., p. 110.
200
Como veremos, Stove se refiere en repetidas ocasiones a los argumentos como “de P a Q”,
donde P es una premisa y Q la conclusión. Esto lo hace pensando en los entimemas,
razonamientos expresados de forma incompleta, donde se da por sentada la otra premisa que
constituye y completa el argumento.
201
STOVE, David, Popper y después, p. 110.
97
Así, Hume ofrece D como razón para creer B debido a que lo hace
asumiendo F y E. Por lo tanto, el argumento de Hume a favor del empirismo (B)
tiene, según Stove, la siguiente estructura:
E B
202
HUME, David, Investigación, Sección 5, p. 79. Pese a que en este caso se refiere a cuestiones
de hecho, es evidente que la misma exigencia se da en la propuesta humeana respecto a las
relaciones de ideas; más aún si tomamos en cuenta lo ya señalado respecto a la importancia de
esta distinción en el pensador escocés. La diferencia, claro está, radica en lo siguiente: en el caso
de las relaciones de ideas, las proposiciones que se ofrecen como razones son verdades
necesarias, no proposiciones fácticas (sobre lo observado).
203
HUME, David, Investigación, Sección 4, p. 71. Corchetes nuestros. Extrañamente en esta
traducción que hemos venido citando omiten la expresión “al pasado”, cuando en el original inglés
sí se coloca: “all inferences from experience suppose, as their foundation, that the future will
resemble the past” HUME, David, An Enquiry, p. 27. Cursivas nuestras.
98
204
“All probable arguments are built on the supposition, that there is this conformity betwixt the
future and the past” HUME, David, “Abstract of A Treatise of Human Nature”, en ID., An Enquiry, p.
138. Traducción nuestra.
205
HUME, David, Tratado, Libro Primero, Parte Tercera, Sección VI, p. 197.
206
STOVE, David, Popper y después, p. 113.
207
IBID.
208
“This conformity is a matter of fact, and if it must be proved, will admit of no proof but from
experience.” HUME, David, “Abstract of A Treatise of Human Nature”, en ID., An Enquiry, p. 138.
Traducción y corchetes nuestros. Este pasaje, en el texto original, sigue inmediatamente al de la
nota 204 del presente estudio.
99
Por supuesto, como bien observa Stove, esta última premisa es sólo un
caso particular de otra más general, a saber: “Ninguna proposición contingente es
deducible a partir de verdades necesarias”. Es decir, J. Resulta obvio que las
consideraciones humeanas señaladas en el párrafo precedente a partir de las
cuales se deduce la tesis I, también nos permiten evidenciar la presencia de J
dentro de la epistemología del escocés.
209
HUME, David, Investigación, Sección 4, p. 68. Véase supra, Capítulo II, nota 38.
210
STOVE, David, Popper y después, p. 113.
211
HUME, David, Investigación, Sección 4, p. 69.
212
STOVE, David, Popper y después, p. 114.
100
H
I
J
H
L K
G
213
ID., p. 115.
101
inductivo pueda ser una razón para creer en su conclusión. Para el pensador
australiano, si asumimos como válido el último argumento humeano y sus
premisas verdaderas, lo único que podemos concluir es la conjunción de G, I y K,
nunca C. La conjunción de aquellas tres premisas da origen a la siguiente
proposición: “Todo argumento inductivo es inválido y su premisa validadora no es
ni una verdad necesaria ni una proposición acerca de lo observado” 214. Ésta es M.
214
ID., p. 116.
215
IBID. Corchetes nuestros.
216
Por ende, siempre que utilicemos expresiones del tipo “convertir en válido un argumento
inválido” o “resolver o remediar la invalidez de un argumento” lo haremos según los términos
utilizados por Stove, que no son los nuestros.
102
217
En consonancia con la apreciación de invalidez por incompletitud de los argumentos
entimemáticos, dicen Copi y Cohen: “Como es incompleto, un entimema debe acudir a las partes
suprimidas cuando surge el problema de poner a prueba su validez. Cuando una premisa
necesaria falta, sin esa premisa la inferencia es inválida. Pero donde la premisa inexpresada se
puede proporcionar fácilmente, debe incluirse como parte del argumento cuya validez se va a
verificar.” COPI, I. y COHEN, C., Introducción, p. 294. Sin embargo, podríamos objetar que un
entimema puede ser válido, aunque no muestre sus dos premisas: la implícita está allí, tan
fácilmente captable que no hay necesidad de explicitarla; en este sentido, el entimema sólo será
inválido cuando la verdad de la conclusión no se siga de la verdad de las premisas —implícita y
explícita—: es decir, el mismo criterio de invalidez tradicional de cualquier argumento deductivo.
Pese a esto, nos parece comprensible que tanto Stove como los autores citados, siendo muy
rigurosos con la expresión formal de los argumentos, consideren los entimemas como inválidos.
103
218
STOVE, David, Popper y después, p. 118.
104
Sin embargo, no en todos los casos está disponible una premisa validadora
de un razonamiento. Por ejemplo, en los razonamientos inductivos. En este
sentido, nos dice Stove, cabe preguntarse en cuáles casos disponemos de
validadores. Si bien, como señala el australiano, Hume no trató explícitamente
este asunto, tenemos como solución a tal problema, en el marco de las ideas del
escocés, las tesis E y F. Sin embargo, en el caso de los argumentos inductivos, el
escocés sí responde a la incógnita, y además categóricamente, diciendo que para
esta clase de razonamientos jamás contamos con un validador disponible.
Evidentemente, esta respuesta se manifiesta en la argumentación ya mostrada a
favor del escepticismo inductivo C y que priva de justificación racional a la Tesis
de Semejanza (el validador de la inducción).
219
IBID.
220
Es evidente que la Tesis de Semejanza, al afirmar algo sobre lo no observado, se basa en lo
observado; en otras palabras, es una proposición contingente. Por lo tanto, no nos resulta
problemático que generalice la inutilidad de proponer validadores sobre lo observado, a partir de la
inutilidad de la Tesis de Semejanza, proposición sobre lo no observado. Lo que consideramos que
105
Por otra parte, el pensador australiano resalta que no sólo son tales grupos
de personas quienes desconocen la verdad de M, sino que también lo hacen
quienes la consideran una tesis trivial, o al menos no han sido capaces de captar
las implicaciones de la misma, así como el alcance de su verdad. Una muestra de
ello es que, tal como ya se ha señalado, del argumento explícito de Hume a favor
de C, sólo se concluye M y sin embargo, se ha interpretado —tanto por Hume
como por sus seguidores— como si tuviera consecuencias más drásticas.
Stove sostiene que de M se deriva otra tesis más fuerte, basada en el modo
en el cual Hume concibe M: el escocés piensa esta proposición en conjunción con
resalta el autor es el carácter contingente de la tesis señalada y de cualquier otra que tenga origen
empírico.
221
STOVE, David, Popper y después, p. 122-123. Consideramos que la palabra “sabe”, presente al
principio del fragmento, (“cualquier persona sabe”) es una traducción inadecuada de lo expresado
por Stove en la versión inglesa. La palabra utilizada por el australiano es “believes”, es decir,
“cree”; véase STOVE, David, Scientific Irrationalism, p. 135. Asimismo, nótese que a lo largo del
pasaje citado se habla de creer y no de saber.
106
criterios de razonabilidad no son tan precisos como los de aquéllos, razón por la
cual:
224
STOVE, David, Popper y después, p. 127.
225
POPPER, Karl, Conjeturas, p. 86. Corchetes nuestros.
108
226
POPPER, Karl, La lógica, p. 28-29. Vale acotar que la aseveración popperiana referente a la
necesidad de los probabilistas de acudir a un principio de inducción como garantía de la certeza y
de la creencia en la correspondencia con la realidad, tiene como referente a ciertos positivistas
lógicos. En especial, Hans Reichenbach, a quien el vienés cita para fundamentar aquel aserto. Sin
embargo, David Stove es un estupendo ejemplo de que se puede defender el probabilismo
inductivo sin recurrir al establecimiento de un principio de inducción.
109
inductivos, y se insiste que por ende no hay razón para creer en la conclusión
inductiva, esto implica una dependencia de la razonabilidad a la necesidad lógica.
Si se mantiene que tal razonabilidad no está justificada en los argumentos
inductivos, entonces se está negando que haya efectivamente un vínculo de
necesidad en el mundo fáctico. Y decir esto implica aceptar que, si existiera esa
necesidad (impuesta, verbigracia, por el principio de inducción, o por el de
causalidad) entonces sí sería razonable creer en las conclusiones inductivas y C
sería falsa. A su vez, manejar estas posibilidades presupone entender a C como
una tesis contingente, ya que su valor veritativo estaría subordinado a la existencia
o inexistencia de un principio o ley natural que, en tanto natural, sería contingente;
y subordinar una proposición a otra contingente es considerarla de igual condición
(también contingente). Stove sintetiza el modo según el cual un escéptico a favor
de C interpreta contingentemente tal tesis, como sigue:
227
STOVE, David, Popper y después, p. 128.
228
Si en el grupo de los escépticos a favor de C, Stove ofrece como ejemplo a Popper, en este de
los anti-escépticos en contra de C menciona como representante a David Malet Armstrong,
destacado filósofo australiano y amigo de aquél.
110
229
STOVE, David, Popper y después, p. 129.
230
ID., p. 130.
111
231
ID., p. 132.
232
ID., p. 134. Corchetes nuestros.
112
233
ID., p. 137. Cursivas nuestras.
234
IBID.
235
ID., p. 141.
113
E
F
C
N
O
F M+
C
N O
E
E
F M+
H F N C
I O
J A
M D
H
L K E B
G
F
236
ID., p. 140.
115
fundamental de identificarlo como premisa clave del irracionalismo. Así, para quien
decida desarrollar una crítica de los cuatro filósofos de la ciencia estudiados, le
servirá de gran ayuda el reconocer que
237
ID., p. 145.
238
ID., p. 147. En la versión inglesa, a diferencia de la traducción hispana citada, se da a entender
que la creencia razonable viaja por esos conductos lógicos bloqueados por el deductivismo: “In this
way, all logical pipes, along which reasonable belief might travel from observation to scientific
theories, are cut by deductivism.” STOVE, David, Scientific Irrationalism, p. 165.
116
239
STOVE, David, Popper y después, p. 151.
240
POPPER, Karl, La lógica, p. 66.
117
Pero, al entender de este modo las teorías científicas, surge una gran
contradicción. Esto se debe a que “dos meras negaciones de existencia no
pueden ser inconsistentes entre sí, ya que en el caso lógicamente posible de un
universo vacío, todas estas proposiciones serían verdaderas” 241.
241
STOVE, David, Popper y después, p. 152.
242
"Suppose that our astronomical observations were to show, from tomorrow on, that the velocity
of the earth (which remains on its present geometrical path) was increasing, either in its daily or in
its annual movement, while the other planets in the solar system proceeded as before. Or suppose
that Mars started to move in a curve of the fourth power, instead of moving in an ellipse of power 2.
Or assume still more simply, that we construct a gun that fires ballistic missiles which consistently
move in a clearly non-Newtonian track [...]. There are an infinity of possibilities, and the realization
of any of them would simply refute Newton's theory. In fact, almost any statement about a physical
body which we may make —say, about the cup of tea before me, that it begins to dance (and say,
in addition, without spilling the tea)— would contradict Newtonian theory. This theory would equally
be contradicted if the apples from one of my, or Newton's, apple trees were to rise up from the
ground (without there being a whirlwind about), and begin to dance around the branches of the
118
apple tree from which they had fallen, or if the moon were to go off at a tangent; and if all of this
were to happen, perhaps, without any other very obvious changes in our environment" POPPER,
Karl, “Replies to my Critics” en SCHLIPP, Paul (ed.), The Philosophy, p. 1004-1005. Puntos
suspensivos en el original. Traducción nuestra.
243
STOVE, David, Popper y después, p. 153.
244
Vale acotar que Stove señala que una crítica a la visión popperiana de la falsabilidad empírica
tanto de la física newtoniana como de cualquier teoría científica había sido presentada por Lakatos.
En tal sentido, consideramos que este ejemplo de falta de rigor lógico provocado por el
deductivismo no sería representativo del pensador húngaro.
245
POPPER, Karl, Conocimiento, p. 186.
119
Para el filósofo australiano, estos ejemplos son sólo una pequeña muestra
de las imprecisiones que cometen los deductivistas, que él no considera que estén
presentes con tanta frecuencia ni gravedad en los filósofos que aplican la lógica
inductiva. Stove le atribuye estas deficiencias al deductivismo de los autores
estudiados. Aun cuando son empiristas, rechazan la lógica probabilitaria; esto les
impide hacer afirmaciones precisas e interesantes acerca de, por ejemplo, teorías
rivales, o la relación entre teorías y enunciados observacionales, o entre
246
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 268.
247
“Kepler’s Laws, […] were incompatible with Newton’s planetary theory” KUHN, Thomas,
“Reflections on my Critics”, en LAKATOS, I. y MUSGRAVE, A. (eds.), Criticism, p. 255. Traducción
nuestra. Podría objetarse respecto a esta cita ofrecida por Stove que Kuhn plantea la
inconsistencia, no entre las leyes keplerianas y la física newtoniana, sino entre aquéllas y la teoría
planetaria de Newton. Sin embargo, está claro que las leyes newtonianas fundamentan dicha
teoría.
248
FEYERABEND, Paul, Tratado, p. 18.
249
STOVE, David, Popper y después, p. 156. Corchetes nuestros.
120
Pero como afirmar que dos proposiciones son independientes no suele ser
interesante, los autores criticados deben hacer uso de las expresiones sofísticas y
falsas indicadas. Para Stove, el deductivismo es una forma de perfeccionismo y,
como tal, puede llevar a sus simpatizantes a descuidar las diferencias entre
diversos tipos de hechos y proposiciones que no se apeguen a los límites del ideal
de perfección, en este caso de la validez como criterio exclusivo de razonabilidad.
250
Recuérdese el problema de la decidibilidad de los enunciados probabilísticos de Popper, donde
éste se veía en la necesidad de sabotear términos como “confirmar” o “falsar” antes de considerar
falso alguno de los tres supuestos incompatibles. Esta es una muestra más de la indisposición de
Popper de ceder en su deductivismo. De hecho, como señala Stove, hubiese bastado con la
utilización de una expresión lógica negativa débil como “desconfirma”, diciendo que E desconfirma
H.
251
ID., p. 158.
121
252
“Levity” en la edición original en idioma inglés. En la traducción al español, aparece como “falta
de seriedad”. Aunque esto se puede derivar de la frivolidad, no es exactamente igual. Por lo tanto,
hemos preferido utilizar “frivolidad”, más adecuado al sentido de la palabra utilizada por David
Stove. Véase STOVE, David, Scientific Irrationalism, p. 182.
253
Condición de l'enfant-terrible (literalmente “niño terrible”). Se refiere a la persona rebelde,
irreverente e idealista, condiciones comunes a la niñez y adolescencia.
254
En especial, véase supra, Capítulo I, fragmento de la nota 27, donde Feyerabend pide a sus
lectores que lo recuerden como un frívolo dadaísta, como una persona sin seriedad. Consideramos
que si los mismos son lo suficientemente sensatos, entonces deberían aceptar tal solicitud.
255
“Many working mathematicians are puzzled about what proofs are for if they do not prove.”
LAKATOS, Imre, Proofs and Refutations, Cambridge University Press, Cambridge, 1977, p. 29.
Traducción nuestra.
122
Ahora bien, Stove explica que esta frivolidad y falta de seriedad se deben al
deductivismo porque esta tesis es intrínsecamente frívola. Y esto es así porque
conduce a las personas que lo toman en cuenta a disminuir la creencia en
conclusiones totalmente plausibles, razonables y altísimamente probables. Por
ejemplo, si para un sorteo de lotería justa de 1000 billetes tengo en mi haber 999
de ellos, sería irracional no concluir que la ganaré, ya que la muy ínfima
posibilidad de que sea sorteado el billete que no poseo no debería ser suficiente
para no tener la seguridad que la ganaré. Análogamente, del hecho patente de
que las numerosas llamas en el pasado han sido calientes, lo natural sería tener la
256
LAKATOS, Imre, La metodología, p. 246.
257
STOVE, David, Popper y después, p. 163. Un caso análogo al del dogma de la actitud crítica es
el que se observa en ocasiones en los ámbitos académicos, cuando se celebra el resultado de una
investigación siempre y cuando sea novedoso, pasando a un segundo plano otros criterios
evaluativos fundamentales, como la validez argumentativa o la sistematicidad.
123
258
ID., p. 165-166. A lo cual el australiano añade: “Si esto fuera posible, ¿Por qué se tiene que
abandonar el sillón? ¿Por qué no realizamos toda nuestra ciencia de una manera a priori?”.
259
ID., p. 167.
124
260
ID., p. 170.
261
“Might”, en la versión original. Véase STOVE, Scientific Irrationalism, p. 190.
262
STOVE, David, Popper y después, p. 171.
125
263
Desde el tiempo en el cual Stove publicó la obra que hemos estudiado (1982) hasta nuestros
días, las concepciones, tendencias y hábitos intelectuales que critica no han mermado. Muy por el
contrario, consideramos que se han incrementado.
126
Por otra parte, respecto a la crítica de fondo presentada por Stove a los
filósofos de la ciencia señalados, consideramos que es una contribución notable al
estudio del Problema de la Inducción y de las razones, así como a los orígenes,
del escepticismo, subjetivismo y relativismo en la filosofía de la ciencia
contemporánea. El sutil análisis lógico efectuado por Stove del argumento a favor
del escepticismo sobre la inducción y lo no observado, basándose en los textos de
David Hume, es muy significativo para la evaluación de las implicaciones reales de
dicho argumento. Nos muestra, entre otras cosas, distinciones que sólo un estudio
detallado puede detectar y que permiten interpretar con mayor precisión el alcance
del problema de la validez de la inducción en el pensamiento del escocés y en sus
seguidores. Asimismo, nos recuerda que es posible y coherente aceptar hasta
cierto punto el cuestionamiento humeano a la inducción y al mismo tiempo aceptar
esta forma de razonamiento como fuente de conocimiento o de creencia
razonable. Decimos “recuerda” porque basta con tomar como ejemplo una escuela
filosófica que en estos tiempos se encuentra mayormente olvidada —y, la mayoría
de las veces que se recuerda, es con profundo desprecio—, a saber, el
Positivismo Lógico.
Vale acotar que, como tantas otras personas, no coincidimos con muchas
de las conclusiones —en nuestra opinión, radicales— de los empiristas lógicos, ni
pretendemos hacer un ejercicio propagandístico de su pensamiento. Sin embargo,
debemos reconocer, tal como lo hace Stove, el gran mérito que tienen. Mérito que
se evidencia en la aplicación de su lógica no deductiva en la ciencia y en la
filosofía, además de la pertinencia actual de su método y de algunas de sus ideas.
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía citada
CHALMERS, Alan, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo Veintiuno, México,
1990.
--------, Logic of Scientific Discovery, Routledge, New York, 2002; trad. castellana
La lógica de la investigación científica, Tecnos, Madrid, 1980.
QUINE, Willard, From a Logical Point of View, Harper Torchbooks, New York,
1963; trad. castellana Desde un punto de vista lógico, Paidós, Barcelona,
2002.
SCHLIPP, Paul (ed.), The Philosophy of Karl Popper, Open Court, La Salle, 1974.
--------, “The Revolution That Didn't Happen”, en The New York Review of Books,
Vol. XLV, Number 15, New York, 1998.
132
MASON, Stephen, A History of the Sciences, Collier Books, New York, 1962.