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1. VALORES
El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho
de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede poseer varios tipos de valores, por ejemplo, un
coche puede ser útil además de bello. En el contexto se trata de lo que tiene que ver con lo bueno y lo
malo.
Corriente subjetivista: Afirma que los valores son el resultado de las relaciones,
individuales y colectivas. El subjetivista se pregunta: ¿puede algo tener valor si nadie lo ha
percibido ni puede percibirlo? Según el subjetivismo, los valores no existen en sí y por si,
sino que son meras creaciones de la mente, existen solamente para mí; lo que hace una
cosa valiosa es el deseo o el interés individual.
Ellos afirman que los valores existen si y solo sí existe el sujeto. Los subjetivistas piensan en
que el valor de un exquisito manjar, no está en él, sino en el paladar, que lo saborea y le
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confiere un valor determinado. Según los subjetivistas los valores son aprehensiones
individuales, singulares. El valor es un estado psíquico, subjetivo, una vivencia personal.
Ellos defienden su posición apoyándose en los siguientes argumentos:
o Discrepancia: Con la cual se valora un acto, implica que los valores no son
objetivos. Es obvio, no puede uno ponerse de acuerdo en problemas éticos, estéticos,
religiosos, políticos, donde a menudo se producen conflictos o desacuerdos de
valores.
o Constitución biológica: Los valores están supeditados a la constitución peculiar y
subjetiva. Los valores dependen de la existencia de los órganos de los sentidos. El
que no tenga un sustrato para captar algo, ese valor no existe.
o Interés: Una cosa adquiere valor en la medida en que se le confiere un interés.
o Jerarquización: Priorizar un valor, darle importancia a un valor, con respecto a otro.
Corriente objetivista: Se opone al subjetivismo, sostiene que lo valores dependen del objeto
y no del sujeto; lo único que hace el sujeto es captar el valor. Reconoce que la valoración
es subjetiva, pero ello no implica que el valor lo sea. Del mismo modo como la percepción es
subjetiva, pero no el objeto percibido; el objetivismo defiende que no puede confundirse el
objeto con su captación. Dice que una cosa es el valor y otra cosa es la valoración. El
problema es como el objeto encarna el valor. Pero el valor es independiente de que una
persona sepa valorarlos o no. El bien, el objeto, o el acto pueden encarnar el valor.
Polaridad: El valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda polaridad encierra dos
valores límites: bueno-malo (moral); varadero-falso (ciencia); bello-feo (arte). Al primer
término de toda valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a estos
últimos se les llama disvalores o contravalores. Todo valor tiene un antivalor.
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Jerarquía: Unos valores son superiores a otros. Es esto significa que los valores se presentan
de acuerdo con una gradación; hay unos valores inferiores y valores superiores; es necesario
distinguir entre una clasificación y una jerarquía: una clasificación no implica un orden
jerárquico (orden que va de lo inferior a lo superior), en cambio los valores plantean una
jerarquía o tabla de valores. Se categorizan como universalidad de los valores, durabilidad,
amplitud, relación de unos con otros. Hay valores vitales, sociales, culturales, personales y
religiosos.
La crisis de los valores plantea el problema de promover cambios, alternativas para un mejor
desarrollo normal, verdaderamente humano, de los hombres y mujeres. La ética, al reflexionar sobre
estos problemas, nos lleva a cobrar conciencia y pugnar por un mundo mejor.
2. DEONTOLOGÍA
Del griego δέον "debido" + λόγος "Tratado"; término introducido por Jeremy Bentham Deontología o la
ciencia de la moralidad, en 1889) hace referencia a la rama de la ética cuyo objeto de estudio son aquellos
fundamentos del deber y las normas morales.
Se refiere a un conjunto ordenado de deberes y obligaciones morales que tienen los profesionales de
una determinada materia. La deontología es conocida también bajo el nombre de "teoría del deber" y, al
lado de la axiología, es una de las dos ramas principales de la ética normativa.
Las Organizaciones Médicas, como representantes de los médicos colegiados, son las que redactan la
deondotologia médica, asumen como uno de sus objetivos prioritarios la promoción y desarrollo de la
deontología profesional, y contemplan en sus estatutos un Código de Ética y Dentología Médica. El
incumplimiento de estos principios constituye falta disciplinaria tipificada en los Estatutos Generales
de la Organización Médica.
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La asociación se Medica Mundial (WMA) fue creada en septiembre de 1947, actualmente tiene 102
países miembros, incluido Colombia y la sede actual es Francia.
3. CÓDIGO DE HAMMURABI
Fue redactado en Babilonia por el rey Hammurabi. Tratade 18 o 20 siglos a.C. Aproximadamente 1 800
a.C. Tiene aproximadamente 282 articulos que refieren a todos los problemas de una sociedad. Y 9
articulos están dedicados a la práctica médica.
El código aplicaba una pena retributiva, que consistía en darle al retractar una pena indéntica a la que él
había cometido, esto es considerada la Ley del Talión, que se fundamenta en la venganza. Talón deriva
de la palabra ‘talis’ o ‘tale’ que significa idéntica o semejante.
Art. 215. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en un señor con una
lanceta de bronce y ha curado a ese señor o (si) ha abierto la cuenca del ojo de un señor con la
lanceta de bronce y ha curado el ojo de ese señor, recibirá diez siclos de plata.
Art. 216. Si es (practicada en) un hijo de un subalterno, recibirá cinco siclos de plata.
Art. 217. Si es (practicada en) un esclavo de un señor, el propietario del esclavo dará dos siclos
de plata al médico.
Art. 218. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en un señor con una
lanceta de bronce y ha causado la muerte de ese señor o (si) ha abierto la cuenca del ojo de un
señor con la lanceta de bronce y ha destruido el ojo de ese señor, se le amputará la mano.
Art. 219. Si un médico ha llevado a cabo una operación de importancia en el esclavo de un
subalterno con una lanceta y le ha causado la muerte, entregará esclavo por esclavo.
Art. 220. Si ha abierto la cuenca de su ojo con una lanceta de bronce y ha destruido su ojo pesará
plata por la mitad de su precio. (Si el esclavo no muere sino que queda con deficiencias, deberá
pagar la mitad)
Art. 221. Si un médico ha compuesto el hueso de un señor o le ha curado un músculo enfermo, el
paciente dará al médico cinco siclos de plata.
Art. 222. Si es a un hijo de subalterno le dará tres siclos de plata.
Art. 223. Si es a un esclavo de un particular el propietario del esclavo dará al médico dos siclos
de plata.
4. JURAMENTO HIPOCRÁTICO
Siglo IV a.C. se le atribuye a Hipócrates. No está hecho para los cirujanos, solo para los médicos.
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Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas,
de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en
tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.
Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré
con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si
quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de
recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi
maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley
médica, y a nadie más.
Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis
facultades y a mí entender, evitando todo mal y toda injusticia. (Beneficiencia y No
maleficiencia)
No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa
semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi
profesión con inocencia y pureza.
No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de
cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción
de mujeres u hombres, libres o esclavos.
Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea
indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser
discreto en tales casos.
Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi
profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la
suerte contraria.
Los códigos se redactan para tipificar una conducta x. Se redacta porque había una conducta lesiva para la
sociedad. El Juramento Hipocrático es politeísta.
Jurar: Afirmar o negar algo poniendo por testigo a Dios o en sí mismo o en sus criaturas.
Prometer: Obligarse a hacer, decir o dar algo.
5. DECLARACIÓN DE GINEBRA
En el año de 1948 lo elabora la AMM (WMA).
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NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico,
sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor
se interpongan entre mis deberes y mi paciente.
VELAR con el máximo respeto por la vida humana.
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades
ciudadanas, incluso bajo amenaza.
HAGO estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
7. CÓDIGO DE NÚREMBERG
En abril de 1947, el Dr. Leo Alexander sometió a consideración del Consejo para los Crímenes de
Guerra seis puntos que definían la investigación médica legítima. El veredicto del juicio adoptó estos
puntos y añadió cuatro más. Estos diez puntos son los que constituyen el Código de Núremberg. Entre
ellos, se incluye el consentimiento informado y la ausencia de coerción, la experimentación científica
fundamentada y la beneficencia del experimento para los sujetos humanos involucrados. Hoy no se
habla de consentimiento voluntario sino de consentimiento informado.
Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano. Esto significa que la
persona implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; su situación debe ser tal
que pueda ser capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de
fuerza, fraude, engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción; debe tener
suficiente conocimiento y comprensión de los elementos implicados que le capaciten para hacer
una decisión razonable e ilustrada. Este último elemento requiere que antes de que el sujeto de
experimentación acepte una decisión afirmativa, debe conocer la naturaleza, duración y fines
del experimento, el método y los medios con los que será realizado; todos los inconvenientes y
riesgos que pueden ser esperados razonablemente y los efectos sobre su salud y persona que
pueden posiblemente originarse de su participación en el experimento. El deber y la
responsabilidad para asegurarse de la calidad del consentimiento residen en cada individuo que
inicie, dirija o esté implicado en el experimento. Es un deber y responsabilidad personales que no
pueden ser delegados impunemente.
El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad, no
sea obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o innecesaria.
El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y
de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de tal
forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.
El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental
innecesario y todo daño.
No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori que lleve a creer el que
pueda sobrevenir muerte o daño que lleve a una incapacitación, excepto, quizás, en aquellos
experimentos en que los médicos experimentales sirven también como sujetos.
El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la importancia
humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.
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Deben realizarse preparaciones propias y proveerse de facilidades adecuadas para proteger al
sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o
muerte.
El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas. Debe
exigirse a través de todas las etapas del experimento el mayor grado de experiencia (pericia) y
cuidado en aquellos que realizan o están implicados en dicho experimento.
Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si
ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca
imposible.
Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para
terminarlo en cualquier fase, si tiene una razón para creer con toda probabilidad, en el ejercicio
de la buena fe, que se requiere de él una destreza mayor y un juicio cuidadoso de modo que una
continuación del experimento traerá probablemente como resultado daño, discapacidad o muerte
del sujeto de experimentación.
Es misión del médico proteger la salud de la población. Sus conocimientos y conciencia están dedicados
al cumplimiento de esa misión.
La Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial compromete al médico con las palabras " La
salud de mi paciente será mi primera consideración", y el Código Internacional de Ética Médica
declara que "Un médico debe actuar sólo en el interés del paciente al proporcionar atención
profesional que pudiese tener el efecto de debilitar el estado físico y mental del paciente". El
propósito de la investigación médica con seres humanos debe ser mejorar los procedimientos
diagnósticos, terapéuticos y profilácticos y la comprensión de la etiología y la patogénesis de la
enfermedad. En la práctica médica actual la mayor parte de los procedimientos diagnósticos, terapéuticos
y profilácticos involucran riesgos. Esto se aplica especialmente a la investigación biomédica.
Dado que es esencial que los resultados de los experimentos de laboratorio se apliquen a seres humanos a
fin de ampliar el conocimiento científico y así aliviar el sufrimiento de la humanidad, la Asociación
Médica Mundial ha redactado las siguientes recomendaciones para que sirvan de guía a cada médico que
realiza investigación en seres humanos. Estas deben someterse a futuras revisiones. Hay que hacer
hincapié en el hecho de que las normas tal como están redactadas son sólo una forma de orientación
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para los médicos de todo el mundo. Ellos no están exentos de las responsabilidades criminales, civiles y
éticas en virtud de las leyes de sus propios países.
I. PRINCIPIOS BÁSICOS
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11. En el caso de incapacidad legal, el consentimiento informado debe obtenerse del tutor legal
de conformidad con la legislación nacional. Cuando la incapacidad física o mental hacen
imposible obtener un consentimiento informado, o cuando el participante es menor de edad,
un permiso otorgado por un pariente responsable reemplaza al del participante de
conformidad con la legislación nacional.
Cuando el menor de edad está de hecho capacitado para otorgar su consentimiento, debe
obtenerse además del consentimiento por parte del menor, el consentimiento otorgado por
su tutor legal.
12. El protocolo de investigación debe siempre contener una declaración de las consideraciones
éticas que van aparejadas y debe indicar que se cumple con los principios enunciados en la
presente Declaración.
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Adoptada por la 29ª Asamblea Médica Mundial, Tokio, Japón, octubre 1975 y revisada en su redacción
por la 170ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2005 por la 173ª Sesión del Consejo,
Divonne-les-Bains, Francia, mayo 2006 y revisada por la 67ª Asamblea General de la AMM, Taipei,
Taiwán, octubre 2016.
Para fines de esta Declaración, la tortura se define como “el sufrimiento físico o mental infligido en
forma deliberada, sistemática o caprichosamente por una o más personas, que actúan solas o bajo las
órdenes de cualquier autoridad, para forzar a otra persona a entregar informaciones, hacerla confesar o
por cualquier otra razón.”
Declaración
1. El médico no deberá favorecer, aceptar o participar en la práctica de la tortura o de otros
procedimientos crueles, inhumanos o degradantes, cualquier sea el delito atribuido a la víctima, sea
ella sospechosa, acusada o culpable, y cualquiera sean sus creencias o motivos y en toda situación,
incluido el conflicto armado o la lucha civil.
2. El médico no proporcionará ningún lugar, instrumento, substancia o conocimiento para facilitar
la práctica de la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, o para disminuir la capacidad
de resistencia de la víctima a soportar dicho trato.
3. Cuando el médico preste asistencia médica a detenidos o prisioneros que son o podrían ser
interrogados más adelante, debe ser muy cuidadoso para asegurar la confidencialidad de toda
información médica personal. El médico debe informar a las autoridades correspondientes toda
violación de la Convención de Ginebra.
4. Como se estipula en la Resolución de la AMM sobre la Responsabilidad de los Médicos en la
Documentación y la Denuncia de Casos de Tortura o Trato Cruel, Inhumano o Degradante y como
una excepción a la confidencialidad profesional, el médico tiene la obligación ética de informar los
maltratos, cuando sea posible con el consentimiento de la persona, pero en ciertas circunstancias
cuando la víctima no puede expresarse libremente, sin consentimiento explícito.
5. El médico no utilizará o permitirá que se use, en lo posible, conocimientos o experiencia médicos
o información de salud específica de las personas con el fin de facilitar o ayudar de otra manera el
interrogatorio, ya sea legal o ilegal, de dichas personas.
6. El médico no deberá estar presente durante ningún procedimiento que implique el uso o amenaza
de tortura, o de cualquiera otra forma de trato cruel, inhumano o degradante.
7. El médico debe gozar de una completa independencia clínica para decidir el tipo de atención
médica para la persona bajo su responsabilidad. El papel fundamental del médico es aliviar el
sufrimiento del ser humano, sin que ningún motivo, personal, colectivo o político, lo aleje de este
noble objetivo.
8. En el caso de un prisionero que rechace alimentos y a quien el médico considera capaz de comprender
racional y sanamente las consecuencias de dicho rechazo voluntario de alimentación, no deberá ser
alimentado artificialmente, como se estipula en la Declaración de Malta de la AMM sobre las
Personas en Huelgas de Hambre. La decisión sobre la capacidad racional del prisionero debe ser
confirmada al menos por otro médico ajeno al caso. El médico deberá explicar al prisionero las
consecuencias de su rechazo a alimentarse.
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9. Recordando la Declaración de Hamburgo de la AMM sobre el Apoyo a los Médicos que se Niegan a
Participar o a Tolerar la Tortura u Otras Formas de Trato Cruel, Inhumano o Degradante, la
Asociación Médica Mundial respalda e insta a la comunidad internacional, asociaciones médicas
nacionales y colegas médicos a apoyar al médico y a su familia frente a amenazas o represalias
recibidas por haberse negado a aceptar el uso de la tortura y otras formas de trato cruel, inhumano o
degradante.
10. La Asociación Médica Mundial pide a las asociaciones médicas nacionales que insten a los médicos a
continuar su formación profesional y educación sobre derechos humanos.
1. La AMM pide al médico que mantenga el respeto de la vida humana, ya que este es el primer
principio moral que se impone el médico.
2. Las circunstancias que ponen los intereses de la madre en conflicto con los intereses de su criatura
por nacer crean un dilema y plantean el interrogante respecto a si el embarazo debe o no ser
deliberadamente interrumpido.
3. La diversidad de respuestas a esta situación es producida en parte por la diversidad de actitudes hacia
la vida de la criatura por nacer. Esta es una cuestión de convicción y conciencia individuales que
debe ser respetada.
4. No es función de la profesión médica determinar las actitudes y reglas de una nación o de una
comunidad en particular con respecto a este asunto, pero sí es su deber asegurar la protección de sus
pacientes y defender los derechos del médico en la sociedad.
5. Por lo tanto, donde la ley permita el aborto terapéutico, la operación debe ser realizada por un
médico competente en la materia y en un lugar aprobado por las autoridades del caso.
6. Si las convicciones del médico no le permiten aconsejar o practicar un aborto, éste puede retirarse,
siempre que garantice que un colega calificado continuará prestando la atención médica.
La certificación de la muerte puede hacerse en base a la cesación irreversible de todas las funciones de
todo el cerebro, incluido el tronco encefálico, o la cesación irreversible de las funciones circulatorias y
respiratorias. Esta certificación se basará en el juicio clínico de acuerdo a criterios aceptados con la
ayuda, si es necesaria, de otros medios de diagnóstico estándares aplicados por un médico.
Incluso sin intervención, la actividad de células, órganos y tejidos en el cuerpo puede continuar
temporalmente después de la certificación de la muerte. La cesación de toda vida a nivel celular no es
un criterio necesario para certificar la muerte.
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El uso de órganos para trasplante de un donante fallecido ha hecho que sea importante que el médico
pueda determinar cuándo un paciente con apoyo mecánico ha muerto.
Después que ha ocurrido la muerte, es posible mantener la circulación a los órganos y tejidos del cuerpo
mecánicamente. Esto puede hacerse para preservar los órganos y tejidos para trasplantes.
Antes de un trasplante post mórtem, el estado de muerte debe ser certificado por un médico que no esté
directamente relacionado con el procedimiento del trasplante.
INTRODUCCIÓN
1. Cuando el diagnóstico médico de un paciente excluye la esperanza de reponer o mantener su salud y
su muerte es inevitable, con frecuencia el médico y el paciente se ven enfrentados a un conjunto de
decisiones complejas relativas a las intervenciones médicas. Los avances de la ciencia médica han
aumentado la capacidad del médico de abordar muchos problemas asociados con la atención médica
del término de la vida. Sin embargo, es un área de la medicina que históricamente no ha recibido la
atención que merece. Aunque no se debe comprometer la prioridad de investigación para curar
enfermedades, se debe prestar más atención a desarrollar tratamientos paliativos y mejorar la
capacidad del médico para evaluar y abordar los aspectos médicos y psicológicos de los síntomas de
una enfermedad terminal. La fase de muerte debe ser reconocida y respetada como una parte
importante en la vida de una persona. Mientras aumenta la presión pública en muchos países para
considerar el suicidio con ayuda médica y la eutanasia como opciones aceptables para terminar con el
sufrimiento en los pacientes terminales, el imperativo ético para mejorar el tratamiento paliativo en la
fase terminal de la vida se convierte en tema de primera plana.
2. La Asociación Médica Mundial reconoce que las actitudes y creencias sobre la muerte y el morir
varían mucho según la cultura y la religión. Además, muchas medidas paliativas y para mantener la
vida necesitan tecnologías o recursos económicos que simplemente no están disponibles en muchos
lugares. El enfoque de la atención médica para los enfermos terminales se verá muy influenciado por
estos factores, por lo que intentar formular normas detalladas sobre la atención terminal que puedan
ser aplicadas de manera universal no es práctico ni sensato. Por lo tanto, la Asociación Médica
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Mundial presenta los siguientes principios de base para ayudar a los médicos y las asociaciones
médicas nacionales a tomar decisiones relativas a la atención en fase terminal.
PRINCIPIOS
1. El deber del médico es curar cuando sea posible, aliviar el sufrimiento y proteger los intereses de
sus pacientes. No habrá ninguna excepción a este principio, incluso en caso de una enfermedad
incurable.
2. En la atención de pacientes terminales, las principales responsabilidades del médico son ayudar al
paciente a mantener una calidad de vida óptima al controlar los síntomas y satisfacer las
necesidades psicológicas y permitir que el paciente muera con dignidad y tranquilidad. Los médicos
deben informar a los pacientes sobre la disponibilidad, los beneficios y otros efectos potenciales de
los cuidados paliativos.
3. Se debe respetar el derecho del paciente a la autonomía para tomar decisiones con respecto a las
decisiones en la fase terminal de la vida. Esto incluye el derecho a rechazar un tratamiento y a
solicitar medidas paliativas para aliviar el sufrimiento, pero que pueden tener el efecto adicional de
acelerar el proceso de muerte. Sin embargo, se prohíbe éticamente a los médicos ayudar a los
pacientes de manera activa a suicidarse. Esto incluye aplicar cualquier tratamiento cuyos beneficios
paliativos, en opinión del médico, no justifiquen los efectos adicionales.
4. El médico no debe emplear cualquier medio que no tenga beneficio alguno para el paciente.
5. El médico debe reconocer el derecho de los pacientes a redactar una voluntad anticipada que
describa sus deseos sobre la atención, en caso que no puedan comunicarse y que designen un
representante que tome las decisiones que no están expresadas en la voluntad anticipada. En
particular, el médico debe abordar los deseos del paciente con respecto a las intervenciones para
mantenerlos en vida y también las medidas paliativas que puedan tener el efecto adicional de
acelerar la muerte. Cuando sea posible, se debe incluir al representante que toma las decisiones por
el paciente en estas conversaciones.
6. El médico debe tratar de comprender y atender las necesidades psicológicas de sus pacientes,
especialmente las relativas a los síntomas físicos del paciente. El médico debe tratar de asegurarse
que los recursos psicológicos y espirituales estén disponibles para los pacientes y sus familias, a fin
de ayudarlos a tratar la ansiedad, el miedo y la pena asociadas a la enfermedad terminal.
7. El manejo clínico del dolor en los pacientes terminales es de mucha importancia para el alivio del
sufrimiento. Los médicos y las asociaciones médicas nacionales deben hacer una promoción para
difundir y compartir la información sobre el manejo del dolor, a fin de asegurarse que todos los
médicos involucrados en la atención terminal tengan acceso a las mejores normas de práctica y a los
tratamientos y métodos más corrientes disponibles. Los médicos deben poder llevar adelante el
manejo clínico apropiado del dolor agresivo sin temor indebido a las repercusiones reglamentarias o
legales.
8. Las asociaciones médicas nacionales deben instar a los gobiernos y a las instituciones de
investigación a invertir recursos adicionales para crear tratamientos destinados a mejorar la
atención del término de la vida. El currículo de las escuelas de medicina debe incluir la enseñanza de
los cuidados paliativos. Cuando no exista, se debe considerar la creación de la medicina paliativa
como una especialidad médica.
9. Las asociaciones médicas nacionales deben defender la creación de redes entre instituciones y
organizaciones relacionadas con los cuidados paliativos, a fin de facilitar la comunicación y la
colaboración.
10. Cuando el paciente no puede revertir el proceso final de cesación de las funciones vitales, el médico
puede aplicar medios artificiales necesarios para mantener activos los órganos para trasplantes,
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siempre que proceda de acuerdo con las normas éticas establecidas en la Declaración de Sidney de la
AMM sobre la Certificación de la Muerte y la Recuperación de Organos.
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