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El ser humano desde épocas remotas ha necesitado medios para efectuar cálculos y procesar la información.

Su
complejidad se ha ido acrecentando con el tiempo, conforme surgían nuevas necesidades, y ha estado subordinada al
progreso de la tecnología. Primero surgieron los instrumentos aritméticos, como el ábaco, desde los cuales se ha
llegado a las calculadoras y ordenadores actuales.

El origen del procesamiento automático de la información, se remonta al año 1896 cuando Herman Hollerith (1860-
1929) fundó una empresa que posteriormente daría lugar a IBM.

Es difícil determinar el punto de inicio para una síntesis histórica de la informática, por cuanto son muchos los trabajos
y descubrimientos que trajeron como consecuencia la construcción de los primeros ordenadores. Desde tiempo
inmemorial la humanidad se ha valido de instrumentos para realizar cálculos y para almacenar y procesar información.
La primer herramienta que servía para contar y al mismo tiempo para representar las cantidades contadas fueron los
dedos, dando origen al sistema decimal de numeración.

El hombre primitivo usó piedrecillas para representar números y hacer sumas sencillas.
500 años a.n.e., surgió el ábaco inventado y reinventado por culturas distintas en el
espacio y en el tiempo, como los aztecas y los sumerios. El ábaco ruso es decimal,
dispone de diez anillos de madera en cada columna. En el chino el tablero está dividido
en dos zonas, "cielo" y "tierra", con dos y cinco bolas respectivamente. En la
pï¿œgina Molecular Expressions se muestra un ábaco en el que es posible simular
operaciones reales.

EL ÁBACO
Considerado como el instrumento más antiguo de cálculo, adaptado y apreciado en diversas culturas. El origen del
ábaco esta literalmente perdido en el tiempo. En épocas muy tempranas el hombre primitivo encontró materiales para
idear instrumentos de contar. Es probable que su inicio fuera una superficie plana y piedras que se movían sobre líneas
dibujadas con polvo. Hoy en día se tiende a pensar que el origen del ábaco se encuentra en China, donde el uso de este
instrumento aun es notable al igual que en Japón.

La palabra ábaco es latina y tiene sus orígenes del griego abax o abakon, que significa "superficie plana" o "tabla", es
posible que se ha originado de la palabra Semítica Abaq que significa "polvo". Otros nombres son: del ábaco Chino
es Suan Pan, el Japonés es Soroban, en Corea Tschu Pan, en Vietnam Ban Tuan o Ban Tien, en Rusia Schoty,
Turquía Coulba y Armenia Choreb.

Debido a que gran parte de la aritmética se realizaba en el ábaco, el término ábaco ha pasado a ser sinónimo de
aritmética, y encontramos tal denominación en Leonardo de Pisa Fibbonacci (1170-1250) en su libro "Liber Abaci"
publicado en 1202, que trata del uso de los números indo-arábigos.

Primeras máquinas de cálculo


    La historia de la computadora, al contrario de lo que muchos pueden imaginar, tiene su inicio hace mucho
tiempo atrás, desde que el hombre descubrió que solamente con los dedos, o con piedras y garabatos, ya no
alcanzaba para hacer cálculos.

     La historia de la computadora, al contrario de lo que muchos pueden imaginar, tiene su inicio hace mucho
tiempo atrás, desde que el hombre descubrió que solamente con los dedos, o con piedras y garabatos, ya no
alcanzaba para hacer cálculos.

    Entonces fue creado, hace aproximadamente 4.000 a.C., un aparato muy simple formado por una placa de
arcilla donde se movían piedras que auxiliaban en los cálculos. Ese aparato era llamado ABACO - palabra de origen
Fenicio. 
Cerca del 200 a.C., el Ábaco estaba formado por una moldura rectangular de madera con varillas paralelas y
piedras agujereadas que se deslizaban por estas varillas. 

    El próximo paso en la historia de las computadoras (año de 1642), ocurrió cuando un francés de 18 años de
nombre Blaise Pascal, inventó la primera máquina de sumar: la PASCALINA, la cual ejecutaba operaciones
aritméticas cuando se giraban los discos que estaban engranados, siendo así la precursora de las calculadoras
mecánicas. 
Alrededor de 1671 en Alemania, Gottfried Leibnitz inventó una máquina muy parecida a la Pascalina, que
efectuaba cálculos de multiplicación y división, y la cual fue la antecesora directa de las calculadoras manuales. 

    En 1802 - en Francia, Joseph Marie Jacquard utilizó Tarjetas Perforadas para controlar sus máquinas de telar y
automatizarlas. 
    LA PASCALINA; El inventor y pintor Leonardo Da Vinci (1452-1519) trazó las ideas para una sumadora mecánica.
Siglo y medio después, el filósofo y matemático francés Blaise Pascal (1623-1662) por fin inventó y construyó la
primera sumadora mecánica. Se le llamo Pascalina y funcionaba como maquinaria a base de engranes y ruedas. A
pesar de que Pascal fue enaltecido por
toda Europa debido a sus logros, la
Pascalina, resultó un desconsolador fallo
financiero, pues para esos momentos,
resultaba más costosa que la labor
humana para los cálculos aritméticos.
John Napier
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John Napier de Merchiston, llamado también Johannes Neper o Nepair (/


ˈneɪpɪər/ Edimburgo, 1 de febrero de 1550 - ibídem, 4 de abril de 1617), fue
un matemático e inventor escocés, reconocido por ser el primero en definir
los logaritmos. También hizo común el uso del punto decimal en
las operaciones aritméticas.
En su vida, Napier mostró gran interés en la búsqueda de técnicas para simplificar las
tareas de cálculo. Ya en la década de 1570 escribió su primer tratado, en el que
muestra diversos métodos eficientes de cálculo, describe notaciones más sencillas e
investiga acerca de las raíces imaginarias de ecuaciones. El trabajo no fue publicado
sino hasta 1838, cuando estas ideas ya habían sido superadas por otros matemáticos. 3

Sin dudas, su mayor aporte en el campo de la matemática fue el concepto


de logaritmo. Napier estudió acerca de ellos entre 1590 y 1617. La primera obra que
publicó en ese sentido fue Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio (Descripción de
una admirable tabla de logaritmos) en 1614. Allí describe cómo utilizar los logaritmos
para resolver problemas con triángulos y da una tabla de logaritmos. En 1619 su hijo
Robert publica póstumamente Mirifici logarithmorum canonis constructio (Construcción
de una admirable tabla de logaritmos), donde se explica cómo se construye la tabla de logaritmos.
Si bien en el comienzo denominó «números artificiales» a los logaritmos, él mismo crearía luego el nombre con el que se los
conoce actualmente, al combinar las palabras griegas «logos» (proporción) y «arithmos» (número).

La calculadora de Schickard
En 1623 Wilhelm Schickard inventó un aparato que permitía hacer operaciones aritméticas de
forma completamente mecánica, el Rechenuhr  o reloj calculador. Esta calculadora utilizaba un
complejo sistema de varillas y engranajes que mecanizaba las operaciones que antes debían
realizarse de forma manual. No se ha conservado ningún modelo original de esta máquina; las
réplicas modernas (como esta) han sido creadas gracias a los diseños del autor que se han
conservado. 

Wilhelm Schickard
Wilhelm Schickard fue profesor de Lengua
Hebrea y de Astronomía en la
Universidad de Tubingia (a la que
pertenece este retrato de 1632). Mantuvo
una intensa correspondencia
sobre métodos de cálculo con Johannes Kepler y fruto de ese interés surgió el diseño de su
máquina.

La pascalina fue la primera calculadora que funcionaba a base de ruedas y engranajes, inventada en 1642 por el filósofo y
matemático francés Blaise Pascal (1623-1662). El primer nombre que le dio a su invención fue «máquina de aritmética».
Luego la llamó «rueda pascalina», y finalmente «pascalina». Este invento es el antepasado remoto del actual ordenador.
Pascal había sido un niño precoz, y fue educado por su padre. Sus primeros trabajos fueron sobre las ciencias naturales y
aplicadas. Contribuyó de manera importante al estudio de los fluidos. DE LA PURULA
En 1642, a los 19 años, Pascal concibió la idea de la pascalina con el fin de facilitar la tarea de su padre, que acababa de
ser nombrado superintendente de la Alta Normandía por el cardenal Richelieu, y que debía restaurar el orden de los
ingresos fiscales de esta provincia.

Blaise Pascal (1623-1662); cuadro de 1690.

La pascalina abultaba algo menos que una caja de zapatos y era baja y alargada. En
su interior, se disponían unas ruedas dentadas conectadas entre sí, formando una
cadena de transmisión, de modo que, cuando una rueda giraba completamente sobre
su eje, hacía avanzar un grado a la siguiente.
Las ruedas representaban el «sistema decimal de numeración». Cada rueda constaba
de diez pasos, para lo cual estaba convenientemente marcada con números del 9 al 0.
El número total de ruedas era ocho (seis ruedas para representar los números enteros
y dos ruedas más, en el extremo izquierdo, para los decimales). Con esta disposición
«se podían obtener números entre 0'01 y 999.999'99».
Mediante una manivela se hacía girar las ruedas dentadas. Para sumar o restar no
había más que accionar la manivela en el sentido apropiado, con lo que las ruedas
corrían los pasos necesarios. Cuando una rueda estaba en el 9 y se sumaba 1, ésta
avanzaba hasta la posición marcada por un cero. En este punto, un gancho hacía
avanzar un paso a la rueda siguiente. De esta manera se realizaba la operación de adición.
No se pueden realizar directamente las sumas y restas. Las restas utilizan el principio del «complemento 9». Se realizan tan
fácilmente como las sumas y se hacen en la ventana de complementos. Nada impide realizar multiplicaciones que por
adiciones sucesivas o divisiones por restas sucesivas. En algunas máquinas, se podían conservar los resultados
intermedios. Mediante una manivela se hacía girar las ruedas dentadas. Para sumar o restar no había más que accionar la
manivela en el sentido apropiado, con lo que las ruedas corrían los pasos necesarios.

Una calculadora mecánica fue un objeto o sistema de cómputo y cálculo que basa su funcionamiento en un


principio mecánico para devolver los resultados de una operación aritmética. Wilhelm Schickard en 1623 ya había realizado
un diseño previo, aunque no hay evidencias de que llegara a construirse y estaba incompleto, ya que hubiera necesitado
muelles y engranajes adicionales para funcionar correctamente. 1
En 1642, Pascal diseñó y construyó la primera calculadora del mundo de la que existe constancia. Era una pequeña caja de
madera bastante incómoda que tenía en la tapa una hilera de discos numerados, con los agujeros para introducir los dedos
y hacerlos girar. Cada disco tenía una ventanilla, y había toda una hilera de ventanillas bajo la hilera de discos: de derecha a
izquierda se alineaban las unidades, decenas, centenas, milésimas, etc.
Cuando una rueda daba una vuelta completa, avanzaba la otra rueda situada a su izquierda. No obstante, la Pascalina tenía
varios inconvenientes y no era del todo fiable. En 1670 el filósofo y matemático alemán Gottfried Wilhelm
Leibniz perfeccionó esta máquina e inventó una que también podía multiplicar y dividir.

Tipos de calculadoras[editar]
El aritmómetro de Thomas de Colmar, era una máquina de calcular portátil y fácil de utilizar que respondía a las
necesidades contables de las empresas y de la administración pública de la época. Estas características y su buen
funcionamiento hicieron que se convirtiera en la primera calculadora comercializada con éxito. El primer modelo apareció
en 1822 y se estuvo fabricando hasta bien entrado el siglo XX.
La máquina MADAS fue la primerapito de ellas que evolucionó directamente del aritmómetro de Colmar, y apareció en 1908,
pero con un gran avance: era capaz de realizar las divisiones automáticamente, es decir el usuario solo debía encargarse
de dar vueltas a la manivela hasta que oyera el timbre que indicaba fin de operación. MADAS son las iniciales de
"Multiplication, Automatic División, Addition and Substraction". En sucesivas versiones se consiguió también la multiplicación
automática, mucho más compleja de realizar mecánicamente que la división. Se estuvieron fabricando hasta los años 50.
La máquina Curta fue realizada por Curt Herzstark en un campo de concentración nazi. Es la última máquina mecánica
manual, fue fabricada en 1948. En su época fue revolucionaria por su pequeño tamaño, es casi una pieza de relojería de
precisión con unos costes de fabricación muy elevados, y por ello unos precios de mercado muy altos.

Joseph Marie Jacquard


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Joseph Marie Jacquard.

Joseph Marie Charles (Lyon, Francia, 7 de julio de 1752


- Oullins, Francia, 7 de agosto de 1834), conocido como Joseph Marie
Jacquard, fue un tejedor y comerciante francés, conocido por crear el
primer telar programable con tarjetas perforadas (también invención
suya), el telar de Jacquard.
El telar de Jacquard es un telar mecánico inventado por Joseph Marie
Jacquard en 1801. El artilugio utilizaba tarjetas perforadas para conseguir tejer
patrones en la tela, permitiendo que hasta los usuarios más inexpertos pudieran
elaborar complejos diseños. La invención se basaba en los instrumentos que
anteriormente diseñaron Basile Bouchon (1725), Jean-Baptiste Falcon (1728)
y Jacques Vaucanson (1740), todos ellos de nacionalidad francesa.1
Aunque siempre se ha denominado telar de Jacquard, el telar en sí es la máquina
inferior que intersecciona los hilos para producir la tela, mientras que lo que
verdaderamente inventó Jacquard es la máquina que produce el movimiento independiente de los hilos de urdimbre para
conseguir el dibujo solicitado a través de las armuras o ligamentos insertados en las diferentes zonas del tejido.
Cada tarjeta perforada correspondía a una línea del diseño, y su colocación junto con otras tarjetas determinaba el patrón
(ligamento/armura) con el que el telar tejería. Cada agujero de la tarjeta correspondía con un gancho "Bolus", que tenía dos
posiciones, pudiendo estar arriba o abajo. De esta manera, dependiendo de qué posición tuviera, el arnés (montura) que
lleva y guía la urdimbre haría que la trama se desplazara hacia arriba o hacia abajo. De esta manera, la secuencia de
subidas y bajadas del hilo termina por crear un patrón (ligamento/armura) sobre el tejido. Los ganchos o pestañas podían
ser conectados a través del arnés con un determinado número de hilos, permitiendo que el patrón (camino) se repitiera más
de una vez.
Un telar con 400 ganchos podía tener conectados hasta cuatro hilos por gancho, produciendo así una tela con una anchura
de 1600 hilos, y con un patrón compuesto por la combinación de las repeticiones de cuatro bandas.

Hace algunos días, para ser exactos, el 26 de diciembre, pero de 1791, nació
Charles Babbage, el hombre que inventó la máquina calculadora, aunque él no
pudo ver realizado su idea por la falta de desarrollo tecnológico, aunque hubiese
estado encantado de ver las modernas computadoras y calculadoras. No es pues
exagerado decir que Babbage debería ser considerado el padre de la
computadora.

Babbage era el hijo de un banquero. Nació en Londres y debido a ser un chico


enfermizo, pasó la mayoría de su infancia en Devon. Igualmente por ello, parte
de su primera educación se realizó con tutores privados.

Sin embargo, Babbage aprendió solo matemáticas antes de entrar a Cambridge a


los 18 años y no se impresionó del estándar en la instrucción matemática que se
daba en dicha institución. Se recibió en 1814 sin siquiera presentar exámenes.
Desde 1828 a 1839 ocupó la cátedra Lucasiana de matemáticas, la cual hoy
tiene ni más ni menos que Stephen Hawking.

Pero caracterizar a Babbage como matemático no es exacto pues sus intereses


eran mucho más amplios. Fue electo como “Fellow” de la Sociedad Real en 1816
y fue parte fundamental cuando se fundó la Sociedad Astronómica en 1820.

Babbage concibió la idea de su motor de diferencias, el cual podía calcular el


valor de funciones polinomiales sin necesidad de multiplicación y divisiones.
Construyó un pequeño modelo de demostración, el “Difference Engine 0”, en
1822, y por ello se le dio el dinero para construir una mejor versión a la que
bautizó como “Difference Engine 1”.

Intentó Babbage hacer esto con la ayuda de Joseph Clement, un habilidoso


trabajador del metal, pero para tener éxito, tenía que ser muy preciso en la
construcción de las piezas y en ese tiempo no era posible llegar a los niveles que
requería Babbage.

Babbage era, de hecho, un buen ingeniero mecánico por derecho propio y


construyó muchas de las piezas de prueba, estudiando los métodos de
fabricación de forma que pudiesen estar disponibles para producir eventualmente
las partes que él necesitaba.

El “Difference Engine 1” podría haber medido unos 8 x 7 x 3 pies y podría haber


pesado toneladas. Nunca se completó y el proyecto se detuvo en 1833. Fueron
muchos años para un proyecto (más de 10) y probablemente Babbage ya tenía
otros proyectos en mente desde hacía mucho tiempo.
En 1833 Ada Lovelace conoció a Charles Babbage en una fiesta de científicos,
entre otras luminarias. Babbage era famoso por estas tertulias que hacía en su
casa. El 17 de junio de ese año, Ada y Annabella Lady Byron fueron con
Babbage a una demostración de su máquina analítica 1, el “Difference Engine 1”,
pues.

También estaba Augustus De Morgan (sí, el de las leyes de Morgan de la lógica)


y más tarde tutor de Ada, quien quería estudiar cálculo. La máquina,
evidentemente, no funcionaba pero probablemente algunas partes podían
mostrar algunos cálculos simples. De acuerdo a De Morgan, los visitantes
estaban extasiados.

Esta máquina de Babbage se quiso reconstruir en 1910 al menos parcialmente y


ahora hay un proyecto llamado Plan 28, el cual es una referencia a la enorme
cantidad de documentación de Babbage, lo cual podría terminar con la
construcción real del “Difference Engine 1”, para el 2030, 200 años después del
diseño original.

Charles Babbage fue un visionario. Mike James escribió sobre él: “su maldición
es que fue un hombre que nació antes de que existiese la tecnología para hacer
sus ideas una realidad”.

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