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1 OCTUBRE

Santos: Teresa del Niño Jesús, virgen; Remigio, Tomás, Celsino, obispos; Severo, Bavón,
Adiosdado, confesores; Prisco, Crescente, Evagrio, Verísimo, Máxima, Julia, mártires; Virila,
abad; Vulgisio, ermitaño.
1 de Octubre Santa Teresa del Niño Jesús, virgen (1873-1897) Nació el año 1873, en Alençon
(Francia). Ingresó muy joven en el monasterio de carmelitas descalzas de Lisieux. Allí se ejercitó sobre
todo en la humildad, la sencillez evangélica y la tierna confianza en Dios, virtudes que se esforzó en
inculcar, de palabra y de obra en las novicias. Tras una dolorosa enfermedad, a sus veinticuatro años,
ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por la extensión de la Iglesia, murió el día 30 de
septiembre del año 1897.

2 OCTUBRE
Los Santos Ángeles Custodios (Fiesta patronal de los cuerpos de la Policía). Santos: Alderaldo,
Odrán, Tomás de Cantalupo, confesores; Dagamundo, abad; Eleuterio, Primo, Cirilo
Secundario, mártires; Guillermo, Leodegario, obispos; Saturio, Sereno, eremitas.
2 de Octubre Los Santos Ángeles Custodios En todas las épocas los cristianos han tenido una
especialisima devoción a las criaturas angélicas que les cuidan, defienden y estimulan en su caminar
hacia la patria común. De esta manera agradecen a los Ángeles Custodios todas sus ayudas materiales y
espirituales, honrando la bondad de Dios que así las dispuso.

3 OCTUBRE
San Francisco de Borja, Edmundo, Esiquio, confesores; Cándida, Dionisio, Fausto, Cayo,
Heraclio, Diodoro, Ewaldo, mártires; Antonio, Benito, Cipriano; Maximiano, Patusio, Ursicino,
obispos; Gerardo, Vidrado, Uto, abades; Juvino, eremita.
3 de Octubre San Francisco de Borja, Presbítero (1510-1572) Nació en Gandía (España) en 1510,
en el seno de una familia ducal. Desempeñó importantes cargos políticos en la corte del emperador
Carlos V. Casado y con ocho hijos, supo vivir ejemplarmente en palacio. Sufrió una transformación
interior ante el cadáver de la emperatriz Isabel que le llevó a despreciar las vanidades de la corte.
Fallecida su esposa en 1546, entró en la Compañía de Jesús de la que llegó a ser superior general,
gobernándola humilde, sabia y santamente e impulsó notablemente la expansión misionera. Murió en
Roma el 1 de Octubre de 1572 y fue canonizado en 1671.

4 OCTUBRE
Santos: Francisco de Asís, fundador; patrono del gremio textil y veterinarios; Marco, Marciano,
Acepsimas, León, Isidoro, Quintín, Tirso, Bonifacio, mártires; Joaquín, Petronio, obispos;
Crispo, Cayo, confesores; Paulo el monje; beato Diego Luis de Sanvitores, mártir.
4 de Octubre San Francisco de Asís (1182-1226) Nació en el año 1182 en Asís (Italia). Después de
una juventud frívola tuvo varias conversiones que le llevaron a renunciar a los bienes paternos y a
servir a Dios viviendo en extrema pobreza. El afán de servir a Dios le llevó a una intensa predicación y
a servir desinteresadamente a la Iglesia. Pronto se reunieron en torno a él discípulos interesados en el
nuevo estilo de fidelidad al Evangelio. Fundó la Orden mendicante de los Hermanos Menores, la de las
Damas de San Damián (con la ayuda de Santa Clara) y la orden tercera para seglares. Murió el año
1226.

5 OCTUBRE
Santos: Astiero, Aurea, confesores; Plácido, Eutiquio, Victorino, Donato, Firmato, Flaviana,
Palmacio, Caritina, mártires; Froilán, Gala, Apolinar, Atilano, Diviciano, Marcelino, obispos;
Mauro, Plácido, monjes.
5 de Octubre Atilano de Zamora (c. 850-919) y Froilán de León (833-905) Son hombres que la
gracia de Dios forja en la España medieval en el difícil siglo IX. A los cristianos les amenaza el
aniquilamiento del que se librarán con la reconquista del suelo patrio de manos de los árabes y con la
inmensa obra de colonización siguiente. Cada palmo yermo había que labrarlo y roturarlo. A los
hombres y mujeres habrá que infundirles el espíritu, el carácter, la cultura y la pasión de la España
cristiana que estaba renaciendo con sello nuevo tras los montes cántabros. San Froilán (833-905)
Froilán. Un contemporáneo cuyo nombre desconocemos escribió su biografía. El diácono Juan la
copió, en el 920, a 15 años de su muerte. Depurada de adherencias legendarias comunes a los relatos de
las vidas de santos del medievo, se sabe que nace en el 833 en Lugo. Se prepara para el sacerdocio
según los usos del momento. Su vida espiritual hace crisis: ¿pastoral activa o eremita? Decide la
segunda. Mientras goza de su paz, estalla la persecución en la España musulmana contra los cristianos.
Era el año 850 y Córdoba engrosa su martirologio. Siente en sus venas la necesidad de hacer algo y se
pregunta si deberá permanecer por más tiempo en la soledad de los montes ante la nueva situación.
Conocido el querer de Dios, se lanza a predicar por los poblados y ciudades. San Atilano (850-919)
Pocos datos, y algunos improbables. Pero los ciertos bastan para destacar la personalidad eminente de
uno de los obispos españoles de los difíciles años de la Reconquista. Nace en Tarazona hacia el 850,
familia noble. A 15 años está ya en el monasterio. Ordenado sacerdote y dedicado a la pastoral activa,
destaca como predicador. Sin embargo, Atilano anhela la vida solitaria de oración y penitencia. Para
eso busca un maestro experimentado que es ardua tarea en el siglo IX ya que, por testimonio de Odilón
de Samos que inspeccionó por mandato de Ordoño I la vida eremítica en Galicia, se sabe que había de
todo entre los solitarios, incluso eremitas que hacían de espías para el mejor postor. Acertó en la
elección: Un monje predicador y al mismo tiempo solitario llamado Froilán, que no era sacerdote, ni
amigo de honores y alabanzas. Ambos se apartan en la montaña del norte de León, cerca de Valdorria
y ya estarán juntos siempre... hasta que sean obispos. Con ansias de soledad que pocas veces pudieron
disfrutar. Su fama de santidad y el rumor extendido en la comarca hace que hombres y mujeres de
todas partes acudan a la zona del Curueño para escuchar de ellos la Palabra divina. Por las peticiones
insistentes de las gentes del pueblo, se ven obligados a levantar un monasterio en Veseo que llegó a
contar en la época de los santos hasta 300 monjes que seguirán la regla de San Fructuoso o San Isidoro.
Fama que llega a toda España. La corte de Oviedo, Alfonso III el Magno colma de honores al abad
Froilán y le faculta para construir monasterios en su reino. Era la hora de impulsar la labor
colonizadora soñada. Las fronteras del reino astur-leonés llegaban hasta la línea del Duero. Zamora,
Toro y Simancas son fortalezas que vigilan los posibles asaltos árabes al reino cristiano. Las tierras
fronterizas a ambos lados del río estaban despobladas y devastadas por los reyes asturianos. Lo exigía
así la táctica militar. Pero había que ir empujando la frontera más abajo y en la zona del Duero era
preciso levantar los poblados destruidos y explotar las tierras abandonadas. Esta preocupación regia
hermanaba con el deseo evangelizador de Friolán y Atilano: los monasterios podrían ser la fuerza
cohesiva capaz para la colonización. El monasterio había de ser una organización a cuyo amparo se
acogieran las gentes, enseñaran las artes de la paz e infundiera el espíritu de cruzada en la guerra de
reconquista. Cuando se asientan las posiciones fronterizas por la derrota de Almondhir, cerca de
Benavente o de Zamora, se comienza su reedificación y repoblación. Los santos Froilán y Atilano
fundan el monasterio doble de San Salvador de Tábara, que llega a reunir hasta 600 religiosos,
hombres y mujeres, con separación completa, sometidos a severa disciplina. Esto facilita la labor
colonizadora y cultural, además de religiosa. Los campos se roturan y cultivan al abrigo del monasterio
donde se alaba a Dios, se reza, se estudia, se copian libros hasta llegar a ser en siglo X, el más refinado
escritorio. Allí ejercen los arquitectos, pergamineros, pintores, miniaturistas que elevan el alma, y se
desarrollan los oficios y el arte. Y a orillas del Esla fundan otros pequeños cenobios. Culminan sus
fundaciones en Moreruela. Se levanta allí un gran monasterio, en lugar alto y ameno, que alberga a 200
monjes. Luego será enriquecido con privilegios por Alfonso VII, Fernando II, y el Papa Alejandro III
y, ya en el siglo XII, cuna del Císter en España. Son contemplativos al tiempo que poseen un
dinamismo emprendedor. Fueron consagrados Obispos el mismo día de Pentecostés del año 900. El
abad, Froilán, será obispo de León hasta su muerte, en el 905; el prior, Atilano, será el obispo de la
repoblada Zamora, gobernándola con sabiduría y bondad hasta el cinco de octubre del 919, que fue su
muerte.

6 OCTUBRE
Santos: Bruno, fundador; Sagar, Barto, Balduino, Probo, Renato, Román, Térico, Artaldo,
Apolinar, Fraterno, Magno, obispos; María Francisca de las cinco llagas, confesores; Godofredo,
abad; Alberta, Marcelo, Casto, Emilio, Saturnino, beato; Diego Luis de S. Vitores, mártires.
6 de Octubre San Bruno, Presbítero (1035-1101) Es el fundador de la Cartuja. Nació alrededor del
año 1035 en Colonia (Alemania). Estudió en París, se ordenó sacerdote y enseñó Teología en Reims.
Movido a llevar una vida de mayor penitencia, austeridad y soledad, fundó un monasterio eremítico.
Marchó a Italia llamado por el Papa Urbano II con quien colaboró en el gobierno de la Iglesia. Murió
en Squillace (Calabria) donde fundó otro monasterio, en el año 1101.

7 OCTUBRE
Nuestra Señora la Virgen del Rosario. Santos: Marcos, papa; Julia, Justina, vírgenes; Elano,
Sergio, Baco, Leopardino, Marcelo, Apuleyo, mártires; Gustavo (Augusto), Canoco, abades;
Paladio, Rigaldo, Cuarto, Eterio, obispos; Adalgio s.
7 de Octubre Nuestra Señora del Rosario El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más
firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en
el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria
atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. La celebración de este día es una
invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de
un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

8 OCTUBRE
Santos: Susana de Blois, mártir; el anciano Simeón, Artemón, presbítero; Reparada, Benedicta,
vírgenes; Néstor; Demetrio, Hugo, Valeria y Polena, Paladia, Porcaria, Palaciata, Lorenza,
mártires; Evodio, obispo; Pelagia, Tais, penitentes; Badilón, abad; Eusebia, abadesa; Pedro de
Sevilla, mártir.
8 de Octubre Pelagia (+ 468) y Tais (+ 348), penitentes La antigüedad cristiana se alimentó con el
encanto de estas dos historias que de algún modo llevan al corazón cristiano la añoranza de la
inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes,
habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del
desorden y la lejanía de Dios, pues, mira... resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz
en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están
personificadas en Pelagia y Tais. Pelagia. Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del
mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas
sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en
ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas. Tuvo, en el marco
de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí
para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un
concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión,
pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el
relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año
468, disimulando con un máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio. Tais. Fue
anterior a Pelagia en el tiempo y en los oficios. Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el
acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la
gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución de Alejandría. Refiere la narración
que Pafnucio, el del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene
una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron
resultado. Provocó un encuentro con ella y fue el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ahora
está deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante, recurre a la
misericordia de Dios y pide que se le imponga penitencia. Muere penitente reconciliada por los años
348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy. Es patrona de Alejandría y se la
representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una
gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas. Las dos son una delicada muestra
que realza la misericordia del Señor. Mirando así las cosas... yo también tengo aún remedio ¿no?

9 OCTUBRE
Santos: Juan Leonardi, presbítero; Dionisio, Rústico, Eleuterio y Domnino, mártires; Dionisio
Areopagita, Arnoaldo, Gisleno, Lamberto, obispos; Diosdado, abad; Luis Beltrán, Pedro el
Gálata, confesores; Andrónico, Atanasia, Publia, abadesas; Abrahán y Lot, patriarcas.
9 de Octubre San Dionisio, Obispo, y compañeros mártires (s. III) Por san Gregorio de Tours
sabemos que Dionisio vino de Roma a París, a mediados del siglo III. Fue el primer obispo de París y
uno de los primeros evangelizadores de Francia. Murió mártir en las afueras de la ciudad junto con el
sacerdote Rústico y el diácono Eleuterio, sus colaboradores próximos. 9 de Octubre San Juan
Leonardi, presbítero (1541-1609) Italiano nacido en Luca (Toscana) en el año 1541. Estudió
farmacia y abandonó la profesión para hacerse sacerdote. Con gran celo se dedicó a la predicación y
cuidó con esmero la catequesis de los niños. En 1574 fundó la Orden de los Clérigos Regulares de la
Madre de Dios y por ello tuvo que sufrir incontables tribulaciones. Además, reunió a su alrededor un
grupo de presbíteros dedicados a la propagación de la fe, institución que fue asumida y ampliada más
tarde por la Santa Sede, convirtiéndose en la Congregación que se llamó "Propaganda Fide".
Actuando con prudencia y caridad, restauró la disciplina en varias Congregaciones. Murió en Roma en
el año 1609.

10 OCTUBRE
Santos: Tomás de Villanueva, Claro, Pinito, Paulino, Cerbonio, obispos; Eulampio y Eulampia,
Venancio, Daniel, Samuel, Angel, León, Nicolás, Hugolino, Gereón, Alderico, Basian, Víctor,
Casio, Florencio, mártires; Teófilo, monje; Zacarías, confesor.
10 de Octubre Santo Tomás de Villanueva, Obispo (1486-1555) Aunque sus padres vivieron en
Villanueva de los Infantes, Tomás nació en Fuenllana (España), el año 1486. Se formó en la
universidad de Alcalá, donde llegó a ser maestro insigne, por su vasta competencia de las ciencias
humanas y sagradas. Desempeñó cargos importatnes en la Orden de los Agustinos. Fue nombrado
arzobispo de Valencia y allí se mostró como verdadero modelo de buen pastor, sobresaliendo por su
caridad, pobreza, prudencia y celo apostólico. Murió el 8 de Septiembre de 1555. Fue canonizado el
año 1658.

11 OCTUBRE
Santa Madre de Dios de Begoña. Santos: María Soledad Torres Acosta, fundadora de las Siervas
de María; Nicasio, Germán, obispos; Quirino, Anastasio, presbíteros; Escubículo, Plácido, Ginés,
Probo, Andrónico, Sármatas, Zanaida, Filonila, mártires; Venancio, abad; Sisinio, arzobispo.
11 De Octubre Santa Soledad Torres Acosta, virgen (1826-1887) María Soledad Torres Acosta
nació en Madrid, el 2 de diciembre de 1826, donde murió el 11 de octubre de 1887. Nacida en una
familia pobre, cooperó con el párroco de Chamberí en la fundación de un instituto de religiosas
dedicadas a la asistencia a los enfermos en su domicilio. Soledad fue la pieza clave del instituto, que se
llamó Congregación de Siervas de María, Ministras de los enfermos. Fue beatificada por Pío XII, en
1950, y canonizada por Pablo VI, el 25 de enero de 1970.

12 OCTUBRE
Nuestra Señora del Pilar Santos: Domnina, Evagrio, Prisciano, Edistio, mártires; Maximiliano;
Walfrido, Monas, Salvino, obispos; Eustaquio, presbítero; Seafín, confesor; Amelio, Amigo,
Fiacra, Florencio, mártires.
12 de Octubre Nuestra Señora del Pilar Una antigua y venerada tradición refiere que la Santísima
Virgen María, en carne mortal, se apareció en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su
presencia, alentando al apóstol Santiago en su evangelización por tierras españolas. El santuario
levantado en ese lugar es uno de los más visitados en el mundo católico. Bajo su patrocinio de inició la
evangelización de América el 12 de Octubre del 1492.

13 OCTUBRE
Santos: Eduardo, rey; Fausto, Jenaro, Marcial, Florencio, Colmano, mártires; Teófilo, Rómulo,
Imperto, Bertoaldo, obispos; Celedonia, virgen; Gerardo, conde; Leobono, eremita; Carpo,
confesor; Venancio, abad; Daniel, Ángel, Samuel y compañeros mártires de Ceuta.
13 de Octubre San Eduardo III, rey (1004-1066) Presentar como excusa para nuestra vida mediocre
aquello de que los tiempos no son buenos o que las circunstancias presentan su cara adversa y así no
es posible buscar y conseguir la santidad hoy y ahora, no deja de ser un recurso vulgar tras el cual se
esconde la pereza para vivir las virtudes cristianas o la falta de confianza en Dios que lleva al
desaliento. De hecho, ni los tiempos en sus usos y costumbres, ni las circunstancias personales
facilitaban lo más mínimo la fidelidad cristiana de Eduardo. Nace en Inglaterra en el año 1004, casi
con el siglo XI, cuando las incursiones navales de los piratas daneses o escandinavos son causa de
numerosos atropellos sangrientos y de represalias aún más crueles. El pueblo sufre desde hace tiempo
violencia; está en vilo soportando la ignorancia y pobreza. Los palacios de los nobles están preñados de
envidia, ambición y deseos de poder; en el lujo de sus banquetes se sirve la traición. El mismo Papado
en lo externo es en este tiempo más un signo de miseria que un motivo de emulación. Con las basílicas
en ruinas, en la elección del Pontífice intervienen los intereses políticos y militares a los que se paga a
su tiempo la cuota de dependencia. Hace falta una reforma que por más evidente no llega. Incluso el
cisma de Oriente está a punto de producirse y lastimosamente se consuma. Nunca faltó la ayuda del
Espíritu Santo a su Iglesia indefectible, pero hacía falta fe teologal para aceptar el Primado, sí, una fe a
prueba de cismas y antipapas. Con diez años tiene que huir Eduardo de Inglaterra, pasando el Canal, a
la Bretaña o Normandía donde vivirá con sus tíos —hermanos de su madre— los Duques de Bretaña,
en la región por aquel entonces más civilizada de Europa. Allí, al tiempo que crece en su destierro, va
recibiendo noticias de la ocupación, saqueo y tiranía del rey Swein de Dinamarca. También de la
muerte de su padre, el rey Etelberto, y de su hermano Edmundo que era el príncipe heredero. ¡Claro
que su madre Emma llora estos sucesos! Pero un buen día lo abandona, partiendo misteriosamente; se
ha marchado para hacerse la esposa de Knut, el nuevo usurpador danés. Tiene Eduardo 15 años y sigue
escuchando los consejos de los monjes en Normandía; ya es un regio doncel exilado que se inclina en
la oración al buen Dios. A la muerte de Knut, los ingleses le proponen la corona de Inglaterra, pero
cuando está a punto de disfrutar del cariño de sus súbditos, le traiciona su madre que quiere el trono
para el hijo nacido de Knut; él no quiere un reino ganado con sangre y regresa a Normandía. Los leales
súbditos piden una vez más su vuelta y la de su hermano Alfredo; pero es una trampa, Alfredo es
asesinado. Llega a ser rey a los cuarenta años, después de una larga, fecunda y sufrida existencia. Es la
hora del heroísmo. No alimenta odio. Está lleno de nobleza y generosidad. Contrae matrimonio con
Edith, hija del pernicioso, intrigante y hábil duque de Kent. Relega al olvido el pasado, perdona y no
castiga. Se dedica a gobernar. A su madre la recluye en un monasterio. Se entrega a buscar el bien de
sus súbditos. De Normandía importa arte y cultura. Como su vida es austera, la Corona se enriquece y
pueden limitarse los impuestos. Su dinero es el erario de los pobres. Dotó a iglesias y monasterios de
los que Westminster es emblema. Hoy, a la distancia de casi diez siglos, aún Inglaterra llama a su
Corona "de San Eduardo". No lo tuvo fácil ¿verdad? Recuerdo ahora ese maravilloso refrán castellano
que dice: "Todos los días son buenos para alabar a Dios".

14 OCTUBRE
Santos: Calixto, papa y mártir; Carponio, Evaristo, Prisciano, Saturnino, Lupo, mártires;
Gaudencio, Fortunato, Rústico, Justo, Donaciano, obispos; Fortunata, virgen; Domingo, Lúpulo;
Broden, Güendolina, confesores; Bernardo el peregrino; Juan Ogilvie S.I.
14 de Octubre San Calixto I, papa y mártir (s. III) Parece ser que en un tiempo fue esclavo; alcanzó
la libertad, fue ordenado diácono por el papa Ceferino, y le sucedió más tarde en la cátedra de Pedro.
Se distinguió por su compasión y misericordia con los pecadores arrepentidos frente a los rigoristas de
su tiempo. Defendió la fe contra las herejías adopcionista y modalista. Murió martirizado el año 222 y
fue sepultado en la vía Aurelia.

15 OCTUBRE
15 de Octubre Santa Teresa de Ávila, virgen y doctora de la Iglesia (1515-1970)
14 de Octubre San Calixto I, papa y mártir (s. III) Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo
de 1515. A los dieciocho años, entró en el convento carmelita de la Encarnación en donde se esforzó
por muchos años en afianzar la vida de oración. En 1562, respondiendo a gracias extraordinarias de
Dios, da comienzo a la reforma de su Orden que se extenderá también a los varones. Funda el convento
de San José de Ávila, primero de los quince que establecerá en España. Durante veinte años,
remontando todo tipo de contrariedades y dificultades, se dedicará con especial tenacidad a implantar
la reforma que se llamará descalza o teresiana, al tiempo que cobra una espialisima hondura su vida
espiritual preciosamente descrita en su obra literaria que ha quedado como expresión viva de la mística
de todos los tiempos. Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582. Pablo VI la
declaró doctora de la Iglesia el 27 de septiembre de 1970.

16 OCTUBRE
Santos: Margarita María de Alacoque, virgen; Eduvigis, viuda; Ambrosio, Lulo, Florentino,
Elifio, Demetrio, Eugenio, Evodio, obispos; Saturnino, Nereo, Martiniano, Bonita, Saturiano,
Máxima, mártires; Gerardo Mayela, Galo, Bercario, abades.
16 de Octubre Santa Margarita María de Alacoque, virgen (1647-1690) Nació en Autun (Francia)
el año 1647. Religiosa del monasterio de la Visitación de Paray-le-Monial, llevó una vida de constante
perfección espiritual. Recibió gracias extraordinarias, entre ellas las apariciones del Sagrado Corazón
de Jesús, cuyo culto se esforzó desde entonces por introducir y extender en la Iglesia. Murió el día 17
de Octubre del año 1690. 16 de Octubre Santa Eduvigis, religiosa (1174-1243) Nació en Baviera
alrededor del año 1174. Contrajo matrimonio con el Duque de Silesia y tuvieron siete hijos. Se
distinguió por su vida de piedad y por su dedicación al socorro de pobres y enfermos, fundando para
ellos lugares de asilo. Muerto su esposo, ingresó en el monasterio de Trebnitz, donde falleció el año
1243.

17 OCTUBRE
Santos: Ignacio de Antioquía, obispo y mártir; Víctor, Alejandro, Mariano, Mamelta, Balduino,
Exuperia, Etelredo, Etelberto, mártires; Herón, Florencio, obispos; Catervo, Clemente, Dulcidio,
Zanón, Régulo, abades.
17 de Octubre San Ignacio de Antioquía, Obispo y mártir (s. II. + 107) Ignacio fue el sucesor de
Pedro en la Iglesia de Antioquía. Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y
allí fue martirizado el año 107, en tiempos del emperador Trajano. Prisionero, en su viaje a Roma,
escribió siete cartas, dirigidas a distintas Iglesias, en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la
constitución de la Iglesia y de la vida cristiana, dejando así un precioso tesoro de la literatura cristiana
antigua y un valioso testimonio de la altura humana y sobrenatural de su autor. Está incluido su
nombre en el Canon Romano.

18 OCTUBRE
Santos: Lucas evangelista, patrono de los sanitarios; Asclepíades, Atenodoro, obispos; Justo niño;
Juan de la Lande; Lucio, Victorico, mártires; Jacobo, doctor; Artemio, Honesta, Teca, Trifonia,
vírgenes; Julián, eremita.
18 de Octubre San Lucas, Evangelista (s. I) Nacido de familia pagana y médico de profesión, se
convirtió a la fe y acompañó al apóstol Pablo en su segundo viaje apostólico. Compañero de Pablo
también en el último tramo de su vida, puso por escrito la predicación paulina en el tercer evangelio.
Es autor igualmente del libro denominado Hechos de los Apóstoles, en que se narran los orígenes de la
vida de la Iglesia hasta la primera prisión de Pablo en Roma. No se conocen los detalles de su muerte,
pero la tradición lo venera como mártir.

19 OCTUBRE
Santos: Pedro de Alcántara, confesor; Juan de Brebeuf, Isaac Yogues, Renato y compañeros
mártires canadienses; Pablo de la Cruz, presbítero; Berónico, Tolomeo, Lucio, Varo, mártires;
Etbino, Aquilino, Zósimo, obispos; Pelagia, virgen; Fredeswinda, abadesa; Laura, viuda.
19 de Octubre San Pedro de Alcántara, presbítero (1499-1562) Nació en Alcántara (España) el año
1499. Entró muy joven en la Orden franciscana y llegó a ser provincial. Organizó definitivamente la
reforma de los franciscanos en España, siguiendo el mismo espíritu que santa Teresa, de la que fue
seguro consejero, ayudándola a llevar a cabo la reforma del Carmelo. Predicó infatigablemente por
España y Portugal. Se distinguió por la penitencia y austeridad consigo mismo, y por la extremada
dulzura con los demás. Murió el 18 de Octubre de 1562. 19 de Octubre San Juan de Brebeuf y San
Isaac Jogues, Presbíteros, y compañeros, mártires (años 1642-1649) Juan Breubeuf fue martirizado
el día 16 de Marzo de 1648, Isaac Jogues el día 18 de Octubre de 1647. Ocho miembros de la
Compañía de Jesús, que evangelizaban el actual Canadá americano, fueron muertos entre los años 1624
y 1649, después de atroces tormentos, por los indígenas hurones e iroqueses. 19 de Octubre San Pablo
de la Cruz, presbítero (1694-1775) Nació el año 1694 en Ovada (Italia). Movido por el deseo de
perfección, abandonó los negocios de su padre que era mercader y con quien él colaboraba. Renunció a
todos los bienes y vivió algún tiempo como eremita preparando con penitencia y oración la futura
Congregación de los Pasionistas. Ordenado sacerdote, trabajó con intensidad creciente por el bien de
las almas, sirviendo a pobres y enfermos. Predicó frecuentes misiones populares, estableció casas de la
Congregación que había fundado y siempre ejerció la actividad apostólica basándose en la
contemplación de la Pasión del Señor y mortificándose con duras penitencias. Murió en Roma el día 18
de Octubre del año 1775.

20 OCTUBRE
Santos: Aca, Agrícola, Artemio, Basilio, Somancio, Vidal, obispos; Feliciano, Fintán, Irene,
Edano, Eutiquio, Caprasio, Bradan, Orora, mártires; Daniel, monje; Honorio, abad; Matrona, s;
Adelina, abadesa.
20 de Octubre San Honorio, abad Fregenal de la Sierra (Badajoz) remonta sus orígenes hacia el 580
antes de Cristo, cuando la poblaron los celtas de la Lusitania, llamándola Nertóbriga. Inscripciones
romanas confirman la presencia del Nuevo Imperio del Lacio. Fue sede episcopal, que en el reinado de
Wamba ya había sido extinguida. Después fue villa de los templarios con su castillo como plaza fuerte
y con las encomiendas de Higuera y Bodonal. Uno de los cuatro santos que figuran en su historia
cristiana fue san Honorio, abad. En una lápida hallada en la ermita de San Miguel se lee la siguiente
inscripción: "In nomine Domini respicis augustum praeciosa rupe supulcrum. Hospitium Beatissimi
Honorii abbatis caelestia tenentis regna. In saecula saeculorum amen. Hic tumullus Honorii abbatis".
Así, sabemos de su vida ejemplar, de sus oraciones y penitencias, del testimonio ante los cristianos de
la primera época. Nos queda el deseo de darle a Dios, siguiendo sus pasos, lo mejor de nuestro tiempo.

21 OCTUBRE
Santos: Aquilino, Isala, Celina, Eufrosina, Asterio, Modesto, Ursula, Dasio, Zótico, Cayo,
mártires; Hilarión, anacoreta; Griselda, virgen; Viator, confesor; Severino, obispo; Hugo, abad;
Malco, eremita; Paulina de Oña, virgen y mártir.
21 de Octubre Hilarión, anacoreta (291-371) Conocemos su vida por el testimonio de muy antiguos
escritores, sobre todo por San Jerónimo, en su Vita Patrum. Nació en Tabatha, cerca de Gaza, en
Palestina, de familia pagana y rica. Como había muchos bienes, fue a estudiar a Alejandría, emporio
del saber humano del tiempo. Allí, entre la vida blanda pagana, el eclecticismo en las doctrinas, el lujo
de los palacios, las diatribas en el foro y el bullicio de los mercados, conoció a los cristianos de la
comunidad fundada por San Marcos, cuna del gran orador San Atanasio, su contemporáneo. Recibió el
don de la fe y se bautizó, sin duda ayudado por la influencia y ejemplo de los buenos discípulos de
Jesucristo. Toma la fe recibida con todas las consecuencias. Esta es la diferencia entre los mediocres y
los santos. Cuando oyó hablar del abad Antonio, lo busca en el delta del Nilo, en la Arcadia, convive
un tiempo con él y se siente llamado por Dios a imitarle en la vida de oración, cabalgando con la
soledad y la penitencia por amor a Jesucristo. Por eso, a su vuelta al hogar paterno, cuando sus padres
han muerto y es dueño de una pingüe herencia, nada dificulta el arranque de su nuevo proyecto de
vida. Es la hora de «vender» lo que se tiene y de «darlo» a los pobres para tener un «tesoro en el
cielo». Pobreza extrema en el retiro de Majuma, oración profunda, penitencia grande, ayunos, consejos
a quien lo pide y servicio amplio al necesitado hasta el milagro. Tiene deseos de huir del aura popular
que lo rodea, ansía la soledad y la busca, embarcándose para Sicilia; pero allí también sus milagros le
delatan. El retorno a Alejandría es inútil porque la persecución de Juliano el Apóstata ha destruido, en
el año 362, el monasterio de Majuma. Se traslada a Dalmacia donde se le une Hesiquio. Vivió sus
últimos cinco años en Chipre entre paganos que no le facilitan en nada la existencia, pero le respetan
por su virtud y por curar al jefe con un milagro. Sintiéndose morir, deja escrito al discípulo Hesiquio
que le entrega sus bienes en herencia: el Evangelio, su túnica, su cogulla y un pequeño manto. ¿Se
valora hoy la herencia de quien fue rico y es santo?

22 OCTUBRE
Santos: María Salomé, Marcos, Alejandro, Felipe, Abercio, Melanio, Donato, Valerio, Símaco,
Verecundo, obispos; Eusebio, Hermetes, Heraclio (Novila = Nunilona) y Alodia, Córdula,
mártires; Severo, presbítero.
22 de Octubre San Abercio, Obispo (s. II - III) Algunos que sólo ven lo que ven tienen la manía de
poner en tela de juicio todo aquello que escapa a su visión y así les va por la vida; no ven más allá de
sus narices y se pasan el tiempo mostrando una aversión malsana contra todo lo que no pueden
experimentar, pesar, medir, tocar, meter bajo la lente del microscopio, o aplicar la prueba del carbono
14. Se podría decir que son unos desconfiados. Si tengo que hablar de cómo se comportan con la
Iglesia, afirmo que son terribles, implacables. Y es que según su modo de pensar (dicen que no hay
realidad que no pueda explicarse por la razón), acaban sin llegar a conocerla de modo completo, ya que
ella es sobrenatural en su comienzo, en su misión, en sus medios, y en su fin. ¡Cómo se va a explicar al
Espíritu Santo y toda su acción con la limitada cabeza de los hombres! A lo más que llegan es a dar
una visión parcial -por tanto equivocada y errónea- de la Iglesia que se ve: dirán que es un grupo
filantrópico, o un club de ingenuos que se dejan engañar, una rama de discapacitados a punto de
extinguirse, cuando no un grupo de presión al servicio de no se sabe qué fuerzas políticas o intereses de
los hombres. Al toparse con la realidad de los santos se pierden, porque algunas de las reacciones de
estos hombres y mujeres, sus modos de vivir, incluso esas realidades que se llaman milagros que
algunos de ellos hicieron, son imposibles de encorsetarse dentro de los moldes comunes con los que
uno de ordinario se maneja. No tienen remedio. Y mira que los veinte siglos que se les lleva de
delantera por el mundo podía ser ya una razón que les diera garantía. Pero no les valen las razones.
Esta casta de sabihondos racionalistas los hubo antes y los hay ahora. No aprenden. Dicen que valoran
la razón y, a veces, lo que termina por suceder es que, en su empecinamiento, acaban por decidir en
contra de la misma razón. Y si no, veamos lo que pasó con San Abercio. Fue un Obispo de Hierápolis
en la segunda mitad del siglo II y comienzos del III. Allí desempeñó su misión de pastoreo de sus
fieles, aunque trotó algo por el mundo también. Fue tan celoso de los intereses de Dios y tan
enamorado del bien para los hombres, que Dios lo utilizó como un apto instrumento evangelizador
para transmitir fidelísimamente la doctrina de Jesucristo. Resulta que a Dios le pareció conveniente
para los hombres hacer, a través del santo obispo de Hierápolis, obras a su medida, que lógicamente no
son explicables para la inteligencia humana sin recurrir a la fuerza de Dios. Como refieren las
memorias que San Abercio hizo algunos de esos milagros y los racionalistas no supieron encontrar una
explicación a la medida humana, no sólo negaron los milagros afirmando que era una invención, sino
que llegaron incluso a negar la existencia de San Abercio. Y total, porque se enfrentó públicamente
contra los cultos idolátricos, destrozó los ídolos y salió ileso de su acción cosa que provocó la
catequezación y bautismo de muchos; porque dio la vista instantáneamente a una matrona ciega
llamada Frigela; porque curó a cantidad de enfermos y lisiados que recurrían a él en demanda de
auxilio a entremedias de sus catequesis y porque, sobre todo, expulsaba exitosamente y con relativa
frecuencia al demonio de los posesos, entre ellos a la mismísima hija del emperador. Todo esto les
pareció demasiado; a falta de pruebas fehacientes después de dieciséis siglos, dijeron que ni siquiera
existió San Abercio, se mofaron de la Iglesia y descansaron tan tranquilos hinchados de razones. ¡Qué
lástima —para ellos- que la arqueología de finales del siglo XIX, justo por W. M. Ramsay, haya
descubierto cerca de Esmirna y en el lugar del emplazamiento de la antigua Hierápolis la tumba de un
tal Abercio, obispo de Hierápolis, cuyo epitafio grabado en piedra y en griego resume la historia del
santo!

23 OCTUBRE
Santos: Juan de Capistrano, Teodoreto, presbíteros; Servando, Germán, Giraldo, Graciano,
mártires; Ignacio patriarca; Juan, Román, Vero, obispos; Benito, Severino, confesores; Sira,
abadesa; Oda (Odette), viuda; Domicio, Juan el Bueno, eremitas.
23 de Octubre San Juan de Capistrano, presbítero (1386-1456) Nació en Capistrano (Italia), en la
región de los Abruzos, el año 1386. Después de estudiar derecho en Perusa, ejerció el cargo de juez
hasta que ingresó en los franciscanos. Una vez ordenado sacerdote, viajó infatigablemente por toda
Europa predicando, trabajando en la reforma de las costumbres y en la lucha contra las herejías de su
tiempo. Murió el año 1456 en Ilok (Austria).

24 OCTUBRE
San Antonio María Claret arzobispo, fundador; Audacto, Jenaro presbíteros; Séptimo,
Fortunato, Aretas, Marcos, Poncia, Petronila, Soterico, Valentín, mártires; Proclo, Maglorio,
Bernardo, Calvo, Evergislo, Felix, obispos; Martín, abad; Nicéforo, monje.
24 de Octubre San Antonio María Claret, Obispo (1807-1870) Nació en 1807 en Sallent (España).
Se ordenó sacerdote y ejerció su ministerio con gran celo por toda Cataluña. Fundó la Congregación de
los misioneros del Corazón de María, conocidos popularmente como claretianos. Fue nombrado
arzobispo de Cuba y después confesor de la reina Isabel II. Sufrío atentados físicos y muchas
contradicciones que supo soportar con gran visión sobrenatural. Murió en 1870, en su exilio de
Francia.

25 OCTUBRE
Santos: Crisanto, Daría, Crispín, Crispiniano, Proto, Jenaro, Teodosio, Lucio, Marcos, Miniato,
Claudio, Valentín, Engracia, mártires; Cleto, confesor; Bonifacio I, papa; Frontón, obispo;
Frutos de Segovia, eremita.
25 de Octubre San Frutos, confesor (642-715) Santa Engracia y San Valentín, mártires Los cuerpos
de San Frutos, Santa Engracia y San Valentín, venerados por los cristianos segovianos, se conservaron
en la ermita de San Frutos, cerca de la actual Sepúlveda, desde comienzos del siglo VIII hasta el siglo
XI. El rey Alfonso VI concedió esta ermita al monasterio de San Sebastián de Silos —hoy Santo
Domingo de Silos- para que la cuidasen y facilitasen la creciente devoción del pueblo; se hizo escritura
en el 1076. Los monjes recomponen la ermita como de nuevo y la habilitan para que puedan vivir en
ella algunos monjes. Terminadas las obras en el año 1100, la consagra D. Bernardo, el primer
Arzobispo de Toledo. Está construida sobre roca escarpada, como cortada a pico, a orillas del río
Duratón, afluente del Duero. En ese nuevo lugar se depositan las reliquias de los tres santos.
Restaurada Segovia y restituida a su dignidad episcopal, se pasan a su catedral la mitad de las reliquias
desde el monasterio de Silos, con autorización y mandato del Arzobispo de Toledo, en el 1125. Tan
celosamente se guardan que se pierde el sitio donde fueron depositadas hasta que se encontraron
milagrosamente, en tiempos del celoso obispo D. Juan Arias de Ávila. En el año 1558 se depositaron
finalmente en la nueva catedral. Allí, en el trascoro, reposan los restos del Patrono de la Ciudad,
teniendo por fondo el retablo que trazó Ventura Rodríguez para el palacio de Riofrío y que Carlos III
donó para la catedral segoviana. ¿Quién fue el hombre que desde catorce siglos atrás es polo de
atracción de tantas generaciones de segovianos? Nació Frutos, en el año 642, en el seno de una familia
rica que tuvo otros dos hijos con los nombres de Valentín y Engracia. Debió ser una familia de
profundas convicciones cristianas que supieron, con la misma vida, inculcarlas a sus hijos. Sin que se
sepa la causa, murieron los dos. Ahora los tres jóvenes son herederos de unos bienes y comienzan a
conocer en la práctica la dureza que supone el ser fieles a los principios. Parece ser que tanto tedio
provocaron en ellos los vicios, maldades, desenfrenos, asechanzas y envidias de su entorno humano,
que Frutos les propone un cambio radical de vida. Los tres, con la misma libertad y libre determinación
deciden vender sus bienes y los dan a los pobres. Dejaron la ciudad del acueducto romano y quieren
comenzar una vida de la soledad, oración y penitencia por los pecados de los hombres. A la orilla del
río Duratón les pareció encontrar el lugar adecuado para sus propósitos. Hacen tres ermitas separadas
para lograr la deseada soledad y dedicar el tiempo de su vida de modo definitivo al trato con Dios. A
partir de aquí se tiene noticias de Frutos cuando el estallido de la invasión musulmana y su rápida
dominación del reino visigodo. Frutos, en su deseo de servir a Dios, intervino de alguna manera —y
con vivo deseo de martirio- en procurar la conversión de algunos mahometanos que se aproximaron a
su entorno; defendió a grupos de cristianos que huían de los guerreros invasores; dio ánimos, secó
lágrimas y alentó los espíritus de quienes se desplazaban al norte; fue protagonista de algunos sucesos
sobrenaturales y murió en la paz del Señor, con el halo de santo, el año 715. La misma historia refiere
que sus hermanos Valentín y Engracia fueron de los mártires decapitados por los sarracenos y sus
cuerpos colocados con el del Santo. Lo que se sabe hoy del entorno en que viven y mueren estos santos
facilita cubrir las lagunas o los interrogantes que pueden presentarse. La invasión musulmana, su
rápido avance por el reino hispano-visigodo y el martirio de cristianos tuvieron su génesis. La unidad
del reino tan lograda por la conversión del arrianismo a la fe católica de Recaredo en el 589 presentaba
ahora una falsa cohesión por su fragilidad. Los clanes de nobles, civiles y eclesiásticos, con intereses
políticos y económicos contrapuestos, tratan de controlar cada uno alternativamente el trono de Toledo
y son una fuente continua de conflictos. La nobleza que en un principio recibió unos territorios para
ejercer en ellos funciones administrativas, fiscales y militares, al hacerse hereditarias, quedan
prácticamente privatizadas con detrimento progresivo de las funciones públicas características de un
estado centralizado y llevan a la fragmentación del poder del monarca. La clase aristócrata asienta aún
más la diferencia social con el pueblo cada vez más pobre, indefenso, desorientado, abandonado y
hastiado del lujo de sus señores. Hay que añadir desastres naturales que asolan el país especialmente
desde el reinado de Kindasvinto (642-653) como epidemias que diezmaban a la población, plagas de
langostas, sequía, pestes y despoblamiento. El vicio, la amoralidad y desenfreno reina en la sociedad al
amparo de lo que sucede en las casas de la nobleza. A la muerte de Witiza, los partidarios de Akhila, su
hijo primogénito, no consiguen ponerlo en el trono ocupado por D. Rodrigo, duque de la Bética, y
piden ayuda a los bereberes. El desastre de Guadalete del 711 hizo que lo que fue una simple ayuda de
los moros capitaneados por Tariq se convirtiera en toda una invasión y conquista posterior que colma
los planes estratégicos del Islam por la decrepitud que se había ido gestando en el interior del reino
visigodo.

26 OCTUBRE
Santos: Rogaciano, Felicísimo, Luciano, Marciano, Heráclides, Tito, Floro, Eliavo, mártires;
Alor, Amando, Basilio, Eata, Dorgan, Derbilia, Daría, Leptina, Atanasio, confesores; Beano,
Gutberto, Fulco, Gaudioso, obispos; Evaristo, papa; Cenid, monje.
26 de Octubre San Evaristo, papa y mártir (s. II) Nació por los años 60, de una familia judía
asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos. No se conocen
datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy
estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad,
entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es
docto en la predicación y humilde en el servicio. Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de
Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a
asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por
Papa a Evaristo. Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra
los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos
y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles,
esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También
escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto. Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el
117. La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero está perseguida por las leyes; es silenciosa y
fuerte en la fe, oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado latente, desplegando
poco a poco su potencialidad al soplo del Espíritu.

27 OCTUBRE
Santos: Vicente, Sabina, Cristeta, Florencio, Máximo, Venancio, Luciano, Donato, mártires;
Frumencio, Desiderio, Quintiliano, Teodoro II, obispos; Néstor, Odrán, confesores; Ciriaco,
Patriarca; Elesbaán, rey.
27 de Octubre Santos Vicente, Sabina y Cristeta (s. IV) Vicente, Sabina y Cristeta son hermanos.
Han nacido y viven en Talavera (Toledo). Los tres disfrutan de su juventud —Cristeta, casi niña- y,
como en tantos hogares después del fallecimiento de los padres, hace cabeza Vicente que es el mayor.
Manda en el Imperio la tetrarquía hecha por Diocleciano con el fin de poner término a la decadencia
que se viene arrastrando a lo largo del siglo III por las innumerables causas internas y por las
rebeliones y amenazas cada vez más apremiantes en las fronteras. Diocleciano, augusto, reside en
Nicomedia y ocupa la cumbre de la jerarquía; su césar Galerio reside en Sirmio y se ocupa de Oriente;
Maximiano es el otro augusto que se establece en Milán, con su césar Constancio, en Tréveris,
gobiernan Occidente. El presidente en España es Daciano hombre cruel, bárbaro y perverso, que odia
sin límites el nombre cristiano y que va dejando un riego de mártires en Barcelona y en Zaragoza.
Llega a Toledo y sus colaboradores buscan en Talavera seguidores de Cristo. Allí es conocido como tal
Vicente, que se desvive por la ayuda al prójimo y es ejemplo de alegría, nobleza y rectitud. Llevado a
la presencia del Presidente, se repite el esquema clásico, en parte verídico y en parte parenético de las
actas de los mártires. Halagos por parte del poderoso juez pagano con promesas fáciles, y, por parte del
cristiano, profesiones de fe en el Dios que es Trinidad, en Jesucristo-Señor y en la vida eterna
prometida. Amenazas de la autoridad que se muestra dispuesta a hacer cumplir de modo implacable las
leyes y exposición tan larga como firme de las disposiciones a perder todo antes de la renuncia a la fe
nutriente de su vida que hace el cristiano. De ahí se pasa al martirio descrito con tonos en parte
dramáticos y en parte triunfales, con el añadido de algún hecho sobrenatural con el que se manifiesta la
complacencia divina ante la fidelidad libre del fiel. Bueno, pues el caso es que a Vicente lo condenan a
muerte por su pertinacia en perseverar en la fe cristiana. Lo meten en la cárcel y, en espera de que se
cumpla la sentencia, es visitado por sus dos hermanas que, entre llantos y confirmándole en su decisión
de ser fiel a Jesucristo, le sugieren la posibilidad de una fuga con el fin de que, sin padres que les
tutelen, siga él siendo su apoyo y valedor. La escapada se realiza, pero los soldados romanos los
encuentran en la cercana Ávila donde son los tres martirizados, en el año 304. El amor a Dios no
supone una dejación, olvido o deserción de los nobles compromisos humanos. Vicente, aceptando los
planes divinos hasta el martirio, hizo cuanto legítimamente estuvo de su parte para sacar adelante su
compromiso familiar.

28 OCTUBRE
Santos: Simón y Judas Tadeo, Apóstoles; Atanasia, virgen; Farón, Neófito, Gaudioso,
Firmiliano, obispos; Leonardo, confesor; Esmaragdo, Marciano, Arquelaida, Terencio, Neonila,
Nita, mártires; Sigolino, Alberico; Anglino, Odilón, abades.
28 de Octubre San Simón y San Judas, Apóstoles (s. I) El nombre de Simón figura en undécimo
lugar en la lista de los apóstoles. Lo único que sabemos de él es que nació en Caná de Galilea y que se
le daba el apodo de "Zelotes". Judas, por sobrenombre Tadeo, es aquel apóstol que en la última cena
preguntó al Señor por qué se manifestaba a sus discípulos y no al mundo. Es autor de una de las cartas
del Nuevo Testamento. Ambos fueron escogidos por Cristo para formar parte del grupo de los Doce.
Predicaron el Evangelio en Asia y murieron mártires.
29 OCTUBRE
Santos: Maximiliano, Donato, Colmán, Germán, Honorato, Valentín, Narciso, Etelnoto, obispos;
Decencio, Germán, Fidel, Jacinto, Quinto, Lucio, Feliciano, Eusebia, mártires; Eulalio, monje;
Berlinda, Elfreda, Marvina, Ermelinda, Cenobio, confesores; Teuderio, abad.
29 de Octubre Narciso, obispo de Jerusalén (s. II) La envidia es mala. Son temibles para los padres
los "celos" que muestran algunos pequeños cuando viene al hogar un nuevo hermano. Llenan la casa de
disensiones y discordias las "pelusas" de los niños ante el cuidado normal que los padres dan a sus
otros hermanos. Esta situación llega a ser, en ocasiones, mortificante para los padres cuando se dan en
una casa. Lo bueno del asunto es que de ordinario pasa pronto, basta con adquirir un mayor grado de
madurez natural. Lo malo del caso es no cuidar las pequeñas envidiejas y permitir que se asienten en el
hombre tomando el cariz de pecado. Narciso nació a finales del siglo I en Jerusalén y se formó en el
cristianismo bebiendo en las mismas fuentes de la nueva religión. Debieron ser sus catequistas aquellos
que el mismo Salvador había formado o los que escucharon a los Apóstoles. Era ya presbítero modelo
con Valente o con el Obispo Dulciano. Fue consagrado obispo, trigésimo de la sede de Jerusalén, en el
180, cuando era de avanzada edad, pero con el ánimo y dinamismo de un joven. En el año 195 asiste y
preside el concilio de Cesarea para unificar con Roma el día de la celebración de la Pascua. Permitió
Dios que le visitara la calumnia. Tres de sus clérigos —también de la segunda o tercera generación de
cristianos- no pudieron resistir el ejemplo de su vida, ni sus reprensiones, ni su éxito. Se conjuraron
para acusarle, sin que sepamos el contenido, de un crimen atroz. ¡Parece fábula que esto pueda pasar
entre cristianos! Viene el perdón del santo a sus envidiosos difamadores y toma la decisión de
abandonar el gobierno de la grey, viendo con humildad en el acontecimiento la mano de Dios.
Secretamente se retira a un lugar desconocido en donde permanece ocho años. Dios, que tiene toda la
eternidad para premiar o castigar, algunas veces lo hace también en esta vida, como en el presente
caso. Uno de los maldicientes hace penitencia y confiesa en público su infamia. Regresa Narciso de su
autodestierro y permanece ya acompañando a sus fieles hasta bien pasados los cien años. En este
último tramo de vida le ayuda Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, que le sucede. El vicio
capital de la envidia presenta un cuadro de tristeza permanente ante la contemplación de los bienes
materiales o morales que otros poseen. En lo moral, es pecado porque la caridad es amar y, cuando se
ama, hay alegría con los bienes del amado. Cuando hay envidia no hay amor, hay egoísmo, desorden,
pecado. El envidioso vive acongojado -casi sin vida- por el bien que advierte en el otro y que él anhela
tener. En ocasiones extremas puede llegar a convertirse en una anomalía psíquica peligrosa ya que
lleva a la ceguera y desesperación cuyas consecuencias van de la maledicencia al crimen, pasando por
la calumnia y la traición: el envidioso se considera incapaz de alcanzar las cualidades ajenas; la
estimación que los demás disfrutan es considerada como un robo del cariño que él merece; en la
eficacia del trabajo ajeno, acompañado de éxito y merecidos triunfos, el envidioso ve intriga y apaño.
Ayer y hoy hubo y hay envidiosos. A los prójimos toca sufrir pacientemente las consecuencias. Sin
olvidar que la envidia fue la causa humana que llevó al Señor al Calvario. ¡Gracias, San Narciso,
porque me das ejemplo de paciencia ante la cruz!

30 OCTUBRE
Santos: Zenobio, obispo y mártir; Arilde, Irene, Atansio, confesores; Gerardo, Celsino, Pimenio,
obispos; Claudio, Lucano, Marcelo, Lupercio, Victorio, Serapión, Saturnino, Talasio, Bayo,
mártires; Nantero, abad; Domingo Dollins, beato.
30 de Octubre Marcelo, mártir (s. III) Se conservan actas con bastantes rasgos de historicidad.
Marcelo es un Centurión que, según parece, pertenecía a la Legio VII Gemina y el lugar de los hechos
bien pudo ser la ciudad de León. Su proceso tuvo lugar en dos pasos: primero en España, ante el
presidente o gobernador Fortunato (28 de Julio del 298) y en Tánger el definitivo, ante Aurelio
Agricolano (30 de Octubre del mismo año). Fortunato envió a Agricolano el siguiente texto causa del
juicio contra Marcelo: «Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que en
todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor
Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó
espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de
nuestros señores». Ante Fortunato, Marcelo explica su actitud diciendo que era cristiano y no podía
militar en más ejército que en el de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente. Fortunato, ante un hecho de
tanta gravedad, creyó necesario notificarlo a los emperadores y césares y enviar a Marcelo para que lo
juzgase su superior, el viceprefecto Agricolano. En Tánger, y ante Agricolano, se lee a Marcelo el acta
de acusación, que él confirma y acepta, por lo que es condenado a la decapitación. La historia es así de
escueta a la distancia de casi dieciocho siglos. La leyenda -no necesariamente falsa- abunda en algunos
detalles que, si bien no son necesarios para el esclarecimiento del hecho, sí lo explicita, o al menos lo
sublima para estímulo de los cristianos. Así, se añade la puntualización de que se trataba de un acto
oficial y solemne en que toda la tropa militar estaba dispuesta para ofrecer sacrificios a los dioses
paganos e invocar su protección sobre el Emperador. Los descreídos probablemente aseveren que un
acto así es propio de un loco; sí, una locura. Perder la vida... por nada. Ya lo dijo también el jefe
romano. Los cobardes, con su ánimo pusilánime, probablemente afirmen que Marcelo hizo el tonto; en
fin, que algunas veces, en situaciones delicadas, es preciso contemporizar cuando los tiempos vienen
así, que hay que saber adaptarse y que... lo importante es creer en Dios. Los fanáticos, dejándose llevar
de la temeridad impulsiva que los caracteriza, quizá digan que un hombre con fe, en una situación
como esa, debía haberse liado a sablazos con los jefes y con los demás soldados. Fue... un miserable
blando. La Iglesia ve en Marcelo... a un mártir.

31 OCTUBRE
Santos: Ampliado, Urbano, Narciso, Nemesio, Lucila, Estratónica, Seleucio, Quintín, mártires;
Abaido, confesor; Baudacario, monje; Cisa, Egberto, Tatvino, anacoretas; Nicolás, Leonardo,
presbíteros; Notburga, monja; Epón, abad; Alonso Rodríguez, confesor.
31 de Octubre Alonso Rodríguez, confesor (1533-1617) Estaba un día enfermo y le llevó el
enfermero la comida a la cama con un mandato de parte del Padre Superior: «que se coma todo el
plato». Cuando regresa el enfermero, le encuentra deshaciendo el plato y comiéndolo pulverizado. El
santo se impuso a sí mismo una obediencia ciega; se exigió a sí mismo tanto que uno de los padres le
dijo un buen día «que obedecía a lo asno». Nació en Segovia en el año 1533, segundo de los once hijos
del matrimonio formado por Diego Rodríguez y María Gómez que vivían del comercio de paños. Su
niñez y juventud estuvieron ligadas a la Compañía de Jesús. A la muerte de su padre se encarga de
sacar adelante el negocio familiar, pero su incompetencia es notable para el negocio de los paños.
Contrae matrimonio con María Juárez con quien tiene dos hijos. Pero la mala fortuna parece que le
persigue: muere uno de sus hijos y su mujer y el negocio va de mal en peor; luego fallece su otro hijo y
su madre. Alonso se ha quedado solo. Se produce entonces una crisis fuerte que resuelve con
confesión general y con el deseo de comenzar una nueva vida tomando un impresionante ritmo interior
de trato con Dios y que mantiene por seis años. Cede a sus hermanos sus bienes y marcha a Valencia
en 1569 con el propósito de ingresar en la Compañía; pero no contaba con insalvables obstáculos: su
edad, la falta de estudios y escasa salud. Trabaja entonces en comercio y de ayo. Por fin es admitido
en el Colegio Monte Sión en el año 1571; desde el año 1572 ocupa el cargo de portero hasta el 1610
que hacen casi cuarenta años Es considerado en la Compañía como modelo para los hermanos legos
por su ejercicio permanente para lograr auténtica familiaridad con Dios, por su obediencia absoluta y
por su amor y deseo de tribulación. Este humilde y santo portero fue durante su vida un foco radiante
de espiritualidad de la que se beneficiaron tanto los superiores que le trataron como los novicios con
los que tuvo contacto; un ejemplo representativo está en San Pedro Claver, el apóstol de los esclavos.
Con sus cartas ejerce un verdadero magisterio. Su lenguaje es sencillo y el popular de la época, pero
logra páginas de singular belleza al tratar temas de mayor entusiasmo. La santidad que describe en sus
escritos no es aprendida en los libros, es fruto de su experiencia espiritual. Fue canonizado por el papa
León XIII junto con San Pedro Claver.

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