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Ley para garantizar la Observación Nacional e Internacional

de todos los procesos electorales de Nicaragua

Ley No._______

La Asamblea Nacional de Nicaragua


En uso de sus facultades,

CONSIDERANDO que de acuerdo al Artículo 173, Numeral 6, de la Constitución


Política corresponde al Consejo Supremo Electoral dictar de conformidad con la ley de
la materia, las medidas pertinentes para que los procesos electorales se desarrollen en
condiciones de plena garantía.

CONSIDERANDO que entre las atribuciones que el Artículo 10, Numeral 8, de la Ley
Electoral, otorga al Consejo Supremo Electoral está la de reglamentar la acreditación y
participación correspondiente a los observadores del proceso electoral.

CONSIDERANDO que la observación electoral, tanto nacional como internacional, en


virtud del principio de que nadie puede ser juez en su propia causa, es materia cuya
regulación no está entre las atribuciones dadas al Consejo Supremo Electoral por la
Constitución y la Ley Electoral.

CONSIDERANDO que es necesario y urgente regular la observación electoral,


nacional e internacional, para garantizar que los procesos electorales, nacionales y
municipales, plebiscitos y referéndums, se desarrollen en condiciones de plena garantía.

CONSIDERANDO que la observación electoral nacional e internacional es parte


fundamental de la protección, supervisión y promoción de los derechos humanos y del
derecho ciudadano a la información, materias que son del más alto interés de esta
Asamblea Nacional.

CONSIDERANDO que el Artículo 46 de la Constitución Política consagra la plena


vigencia en el territorio nacional de los derechos consignados en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, en la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización
de las Naciones Unidas, y en la Convención Americana de Derechos Humanos de la
Organización de los Estados Americanos.

POR TANTO

HA DICTADO

La siguiente:

LEY PARA GARANTIZAR LA OBSERVACIÓN NACIONAL E


INTERNACIONAL DE TODOS LOS PROCESOS ELECTORALES,
PLEBISCITOS Y REFERENDOS EN NICARAGUA
Artículo 1. Naturaleza jurídica de la observación electoral. Los derechos de los
ciudadanos a votar y a ser elegidos en elecciones democráticas auténticas celebradas
periódicamente son derechos humanos internacional y nacionalmente reconocidos. Las
elecciones democráticas, al servir para resolver pacíficamente la competencia por el
poder político son fundamentales para el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la
gobernabilidad democrática.

La observación electoral, nacional e internacional, es un proceso que se desarrolla de


forma paralela al proceso de una elección, plebiscito o referendum, y su naturaleza y
objeto es la protección y promoción del derecho al sufragio periódico, universal, libre y
secreto, en tanto derecho humano universal reconocido en el Derecho Internacional y en
la Constitución Política, la Ley Electoral y otras leyes especiales de la República. La
observación electoral también se fundamenta en el derecho ciudadano a tener acceso a
la información pública, generada en todos los procesos de carácter público, derecho
reconocido en la Constitución Política y la Ley de Acceso a la Información Pública, Ley
Número 621, Aprobada el 16 de Mayo del 2007, publicada en La Gaceta No. 118 del 22
de Junio del 2007.

Artículo 2. Definición de Observación Electoral. La observación electoral es la


sistemática, completa y exacta reunión de información acerca del contenido y aplicación
de las leyes, reglamentos, resoluciones y procesos y de las instituciones relacionados
con la celebración de elecciones, plebiscitos y referéndums, y otros factores atinentes al
entorno electoral general; el análisis imparcial y profesional de dicha información, y la
extracción de conclusiones sobre el carácter de los procesos electorales sobre la base de
los criterios más exigentes en materia de exactitud de la información e imparcialidad del
análisis y de los principios, estándares y buenas prácticas definidos en la presente Ley.

La observación internacional y nacional de elecciones, plebiscitos y referendums debe


brindar recomendaciones para mejorar la integridad y la eficacia del proceso electoral y
los procesos conexos. Dichas recomendaciones deberán hacerse en el momento
oportuno y por los canales adecuados, de manera que puedan ser consideradas a tiempo
por las autoridades correspondientes y susceptibles de ser implementadas.

Artículo 3. Relación de las elecciones democráticas con los derechos humanos y el


imperio de la Ley. No puede haber elecciones democráticas auténticas si no se puede
ejercer cotidianamente una amplia gama de otros tipos de derechos humanos y
libertades fundamentales, sin discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento u otras condiciones, entre ellas, las discapacidades, y sin restricciones
arbitrarias y no razonables. Las elecciones democráticas auténticas, como los otros
derechos humanos, y más generalmente la democracia, no pueden realizarse sin la
protección que brinda el imperio de la ley.

Artículo 4. Objetivos y funciones. La observación electoral expresa el interés de la


comunidad internacional y nacional en el logro de elecciones democráticas, como parte
del desarrollo de la democracia, que comprende el respeto de los derechos humanos y el
imperio de la ley. La observación electoral centra la atención en los derechos civiles y
políticos y forma parte de la supervisión internacional y nacional de los derechos
humanos. Entre sus funciones están las siguientes:
a) Evaluar los procesos electorales de conformidad con los principios internacionales en
materia de elecciones democráticas auténticas y con el respeto a las disposiciones del
derecho interno.

b) Ayudar a elevar el nivel de integridad de los procesos electorales, impidiendo y


revelando las irregularidades y el fraude y brindando recomendaciones para mejorar los
procesos electorales.

c) Promover la confianza pública y la participación de la ciudadanía en el proceso


electoral, así como mitigar las posibilidades de que surjan conflictos relacionados con
las elecciones.

d) Incrementar la comprensión internacional mediante el intercambio de experiencias e


información acerca del desarrollo de la democracia.

Artículo 5. Imparcialidad y objetividad de la observación. La observación electoral


centra la atención en los derechos civiles y políticos y forma parte de la supervisión
internacional y nacional de los derechos humanos. Debe llevarse a cabo, por tanto, con
el más alto grado de imparcialidad en relación con los contendientes políticos
nacionales y debe estar libre de toda clase de consideraciones políticas bilaterales o
multilaterales que puedan entrar en conflicto con la imparcialidad.

Artículo 6. Las fuentes de los principios internacionales y nacionales en materia de


elecciones democráticas. Los principios internacionales en materia de elecciones
democráticas están recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, tratados en los que
Nicaragua es parte y que representan estándares internacionales básicos.

Otros tratados internacionales de derechos humanos proporcionan estándares


adicionales para los procesos electorales y el entorno general en el que tienen lugar.
Entre estos se encuentran la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas
las formas de Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad.

También son aplicables los principios y normas recogidos en la Carta de la


Organización de los Estados Americanos (OEA) y en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en los que Nicaragua es parte, y en la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre de1948.

En cuanto al Derecho nicaragüense los principios en materia de elecciones democráticas


están recogidos en la Constitución Política y la Ley Electoral, así como en la Ley de
Amparo, la Ley de Acceso a la Información, la Ley de Asociaciones Civiles sin fines de
lucro, las leyes especiales de protección de derechos de minorías y el sistema jurídico en
su conjunto, encargado de garantizar la plena vigencia de los derechos, garantías y
libertades ciudadanas, sin cuyo ejercicio no es posible la expresión plena del derecho al
sufragio activo y pasivo.
Artículo 7. Principios y estándares. Los principios y estándares internacionales y
nacionales en materia de elecciones democráticas están relacionados con los siguientes
derechos y libertades:

a) El derecho y la oportunidad de los ciudadanos, sin distinción o restricción no


razonable, a participar en el gobierno y los asuntos públicos a través de elecciones
periódicas, auténticas, sufragio universal, igual y secreto;
b) El derecho a presentarse como candidato a las elecciones;
c) El derecho al voto;
d) El derecho al secreto del voto;
e) La libre expresión de la voluntad del votante;
f) La libertad de expresión;
g) La libertad de asociación;
h) La libertad de reunión;
i) La libertad de movimientos;
j) La libertad contra la discriminación; y
k) El derecho a un recurso legal eficaz
l) El grado de cumplimiento con el marco legal nacional y el grado en que las leyes
nacionales apoyan o impiden el cumplimiento de los estándares internacionales para
elecciones.

Artículo 8. Las buenas prácticas. Los estándares también incluyen las buenas
prácticas electorales, las que por la extensión de su uso a nivel internacional se pueden
considerar como facilitadoras de oportunidades para unas elecciones democráticas.
Aunque los tratados internacionales universales o regionales no siempre se refieren
específicamente a ellas, muchas de estas prácticas pueden ser consideradas esenciales
para un proceso electoral auténtico y democrático. Las siguientes son ejemplos clave de
buenas prácticas para elecciones democráticas:

a) La existencia de transparencia en el proceso electoral.

b) La administración electoral actúa de manera eficaz, imparcial, independiente y


responsable.

c) La existencia de un acceso igual a los recursos del Estado para candidatos y partidos
políticos.

d) La existencia de un acceso igual a cualquier medio de comunicación estatal o


financiado con recursos públicos, así como una cobertura equilibrada para candidatos y
partidos políticos.

e) El electorado está informado sobre sus derechos por medio de campañas de


educación cívica y electoral.

f) La existencia de una atmósfera pacífica –libre de violencia, intimidación o


represalias- para candidatos y partidos a la hora de hacer campaña y para el electorado a
la hora de votar.

Artículo 9. Metodologías científicas y cooperación de las autoridades y actores en


el proceso. Para la exacta e imparcial observación electoral es necesario contar con
metodologías creíbles y con la cooperación del Consejo Supremo Electoral y las
autoridades nacionales, los contendientes políticos nacionales (los partidos políticos, los
candidatos y los partidarios de las distintas posiciones en los plebiscitos y referendos),
las organizaciones nacionales de supervisión de las elecciones y otras organizaciones
internacionales creíbles de observación de las elecciones, entre otras. En sus Informes
Finales, los organismos y misiones internacionales y nacionales de observación
electoral deben hacer públicos, con sus conclusiones y valoraciones, las metodologías
científicas utilizadas.

Artículo 10. Misiones de observación electoral. Las misiones de observación electoral


pueden ser llevadas a cabo por organizaciones internacionales intergubernamentales o
supranacionales y asociaciones u organizaciones no gubernamentales internacionales y
nacionales. Estas Misiones de Observación deben ser acreditadas de manera que se les
garantice el pleno desarrollo de sus actividades y acceso a las fuentes de información
pública, de acuerdo a la reglamentación que para tal efecto establezca el Consejo
Supremo Electoral de conformidad con el Numeral 8 del Artículo 10 de la Ley Electoral
y en el marco del deber que tiene este poder del Estado de adoptar las medidas
pertinentes para que los procesos electorales se desarrollen en condiciones de plena
garantía, de conformidad con las normativas jurídicas correspondientes y, en particular,
con las disposiciones de la presente Ley de la materia.

Serán requisitos suficientes para llevar a cabo la observación electoral los siguientes:

a) Gozar de personalidad jurídica internacional y nacional, según el caso, acreditada con


la documentación correspondiente.

b) Presentar los datos personales y profesionales de los integrantes de la Misión de


Observación Electoral, así como la forma en que la Misión estará organizada, su Jefe y
responsables sectoriales y territoriales.

c) Informar sobre la fecha de inicio y finalización de la Misión y las diferentes fases de


despliegue.

El Consejo Supremo Electoral, de conformidad con el Artículo 10, Numeral 8, de la Ley


Electoral, procederá a la acreditación expedita de los miembros de las Misiones
Internacionales y Nacionales de Observación Electoral, por medio del procedimiento
que establecerá a través del Reglamento de acreditación correspondiente, sin más
requisitos sustantivos y materiales que los establecidos en la presente ley.

Artículo 11. Ámbitos material y temporal de la observación electoral. La


observación electoral evalúa el período preelectoral, el día de las elecciones y el período
postelectoral, mediante una observación completa y a largo plazo. Podrá, no obstante,
limitarse a períodos o aspectos específicos del proceso electoral, lo que deberá
puntualizarse en el momento de su despliegue y resaltarse en sus informes de
conclusiones y recomendaciones.

La observación electoral examina las condiciones relacionadas con el derecho a votar y


a ser elegido, que comprenden, entre otras cosas, la discriminación u otros obstáculos
que ponen trabas a la participación en los procesos electorales por motivos de opinión
política o de otra índole, género, raza, color, origen étnico, idioma, religión, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento u otras condiciones, entre ellas, las
discapacidades físicas.

Artículo 12. Financiamiento y apoyo. Las misiones de observación electoral no deben


aceptar financiación ni apoyo de infraestructura del Gobierno, del Consejo Supremo
Electoral ni otro poder o institución del Estado, ni de los partidos políticos, a fin de
evitar conflictos de intereses y socavar la confianza en la integridad de las
comprobaciones de la misión. Las misiones de observación electoral, nacionales e
internacionales, deben estar preparadas para revelar sus fuentes de financiación, en caso
de que se formulen solicitudes apropiadas y razonables.

Artículo 13. Información pública. Las misiones de observación electoral deben


anunciar públicamente su presencia en el país, e informar acerca del mandato, la
composición y la duración de la misión, elaborar informes periódicos, según
corresponda, y formular una declaración postelectoral preliminar de comprobaciones y
un informe definitivo cuando concluya el proceso electoral.

Artículo 14. Respeto a las leyes y cooperación con las autoridades nacionales. Las
misiones de observación electoral deben respetar las leyes del país, así como a las
autoridades nacionales, incluidos los órganos electorales, y actuar de manera compatible
con el respeto y la promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Las misiones de observación electoral deben procurar activamente la cooperación con


las autoridades electorales del país y no deben obstruir el proceso electoral.

Artículo 15. Garantías para la realización de la observación electoral. El Gobierno


de la República o el Consejo Supremo Electoral, o ambos según corresponda, deberán
otorgar las siguientes garantías para la plena realización de la observación electoral:

a) Garantía de acceso sin trabas de la misión de observación electoral a todas las etapas
del proceso electoral y a todas las tecnologías empleadas en la elección, incluidas las
tecnologías electrónicas y los procesos de certificación de la votación electrónica y otras
tecnologías, sin exigir que las misiones de observación electoral celebren acuerdos de
confidencialidad u otros acuerdos de no revelación acerca de las tecnologías o los
procesos electorales, o en los que se reconozca que las misiones de observación
internacional de elecciones no pueden certificar que las tecnologías son aceptables;

b) Garantía de acceso sin trabas a todas las personas que intervienen en el proceso
electoral, entre ellas:

i . los funcionarios electorales de todos los niveles, cuando se les formulen


solicitudes razonables
ii. los miembros de la Asamblea Nacional y los funcionarios del gobierno y de
los servicios de seguridad, cuyas funciones sean pertinentes para la organización de
elecciones democráticas auténticas;
iii. todos los partidos políticos, organizaciones y personas que hayan procurado
competir en las elecciones (comprendiendo a los que fueron admitidos, los que no
fueron admitidos y los que desistieron de participar) y todos los que se abstuvieron de
participar;
iv. el personal de los medios de información, y
v. todas las organizaciones y personas que estén interesadas en lograr que se
celebren elecciones democráticas auténticas en el país;

c) Garantía de libertad de circulación en todo el país para todos los miembros de la


misión de observación electoral;

d) Garantía de que la misión de observación electoral tendrá libertad para emitir sin
interferencia alguna declaraciones públicas e informes sobre sus comprobaciones y
recomendaciones acerca de los procesos y acontecimientos conexos con la elección;

e) Garantía de que ninguna autoridad gubernamental, de seguridad o electoral interferirá


en la selección de los observadores individuales u otros miembros de la misión de
observación electoral o tratará de limitar su cantidad;

f) Garantía de una acreditación oportuna, completa y válida para todo el país para todas
las personas seleccionadas por la misión de observación electoral en calidad de
observadoras o para otro tipo de participación, siempre que la misión cumpla los
requisitos establecidos para la acreditación claramente definidos en el Reglamento que
apruebe el Consejo Supremo Electoral, los que deberán ser razonables y no
discriminatorios y respetar lo establecido en el Artículo 10 de la presente Ley;

g) Garantía de que ninguna autoridad gubernamental, de seguridad o electoral interferirá


en las actividades de la misión de observación electoral; y

h) Garantía de que ninguna autoridad gubernamental ejercerá presión, amenazará tomar


medidas o tomará represalias contra cualquier nacional o ciudadano extranjero que
trabaje para, la misión de observación electoral, o preste asistencia o suministre
información a la misión, de conformidad con la presente Ley y los principios
internacionales para la observación de elecciones,

Como requisito previo para la organización de la misión de observación electoral, las


organizaciones internacionales supranacionales o intergubernamentales y las
organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales pueden pedir que las
garantías anteriormente enumeradas se consignen en un memorando de entendimiento o
un documento aceptado por el Ministerio de Relaciones Exteriores o el Consejo
Supremo Electoral, o por ambos.

Artículo 16. Interpretación. La Declaración de principios para la observación


internacional de elecciones y el Código de Conducta para observadores internacionales
de elecciones, suscrita en las Naciones Unidas el 27 de octubre de 2005, podrá servir
como fuente auxiliar para la interpretación de la presente Ley.

Artículo 17. Vigencia. La presente Ley entrará en vigencia a partir de su publicación en


La Gaceta, Diario Oficial.

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