Está en la página 1de 8

CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA CHAVÍN:

Fueron politeístas, es decir, creían en varios dioses y contaban con muchos rituales.

Se ubicaron en el noroeste del actual Perú, más precisamente en la zona de los Andes.

Su economía se basaba en la agricultura y la ganadería. Además, implementaban el


trueque como sistema de comercio.

Cerámica: Era monócroma (con predominio del color gris), de forma globular, con asa
estribo y relieves zoomorficos o antropomórficos.

Tuvo una sociedad clasista los grupos de poder eran los sacerdotes y los guerreros. El
pueblo era la clase trabajadora que pagaba los tributos a los sacerdotes y a los guerreros.
Su civilización era preincaica, tenía gran poder e influencia sobre otras culturas.

Eran un Estado teocrático, es decir, estaban gobernados por los altos mandos religiosos.

La iconografía de figuras antropomórficas con rasgos de felino, serpientes y de otros


animales es una característica importante de la cultura chavín. Todas estas deidades son
representadas en las diferentes manifestaciones culturales como en la cerámica, la
metalurgia, la textilería y las esculturas en piedra y hueso

Sus esculturas eran líticas y religiosas, sobresalen sus famosos monolitos (el Lanzón
monolítico, la Estela Raimondi y el Obelisco Tello) y las cabezas clavas.

Tuvo una arquitectura de tipo religioso sobresale el Templo de Chavín de Huántar.


4.4.1. EL LANZÓN MONOLÍTICO:

Dentro de una confusa red de pasajes y galerías subterráneas, en el centro ceremonial


Chavín de Huántar, se encuentra esta figura el lanzón monolítico de casi 5 metros de
altura, que, en una sola pieza de granito, está tallada por sus tres lados con
representaciones de seres sobrenaturales, con rasgos humanos y animales (El lanzón
monolítico representa a un dios antropomorfo con boca de felino y cabellera de
serpientes), representa: a una divinidad o ser sobrenatural

Se encuentra en uno de los corredores del Templo de Chavín de Huántar. Se le llama


“lanzón” pues porque tiene la forma de una gigantesca punta de proyectil, cuyos extremos
se enclavan solidamente en el suelo y el techo de la galería.

Descubierto por el italiano Antonio Raimondi, primera referencia escrita del lanzón quien
visitó el Templo de Chavín a mediados del siglo XIX. En ese mismo siglo, en 1871, el
peruano José Toribio Polo bautizó el monolito con el nombre por el que hoy se le conoce.
Posteriormente fue descrita detalladamente por los arqueólogos Julio C. Tello (1923) y
John Rowe (1962). Este último denominó a la imagen grabada como la “Gran Imagen” o
"Dios Sonriente", considerándolo como la principal deidad de la religión chavín y del
mundo andino.

El lanzón era, según muchos arqueólogos, el lugar de destino (centro de iniciación) para
muchos aspirantes a sacerdotes. Estos debían ingresar en los pasillos del complejo y
confrontar con la figura. Algunos hallazgos parecen confirmar que estos peregrinos se
encontraban bajo el efecto de sustancias alucinógenas, con lo que el efecto de ver el
Lanzón debía ser impresionante.

Tras este rito de iniciación, los futuros sacerdotes llegaban a la plaza circular. Allí eran
recibidos por todo el pueblo, que celebraba que hubieran pasado la prueba.

Teoría (el lanzón monolítico). Oráculo teoría propugnada por Thomas Patterson. Este
experto opina que la zona superior del lanzón tuvo que estar conectada con el piso
superior, ya que la estatua cuenta con una acanaladura que recorre su estructura y termina
en un agujero en la cabeza del dios.

Esta circunstancia, siempre según este estudioso Thomas Patterson, pudo ser aprovechada
para crear un oráculo. Así, los adivinadores estarían junto a la figura y los que acudían en
busca de respuesta en el piso de arriba. La acanaladura permitiría que las voces
provenientes del piso inferior se transmitieran al superior, con lo que parecía que el
propio dios quien hablaba.

Relación del lanzón monolito con la religión:

* Richard Burger, un arqueólogo que afirma que la pose de la pieza le otorga el papel de
dios mediador entre opuestos. Sería, de esta forma, la personalización del orden y el
equilibrio.

*Luis Guillermo Lumbreras, un arqueólogo de Argentina, opina que el Lanzó


representaría a un mediador del tiempo. Según su hipótesis, se habría utilizado para
señalar el comienzo del solsticio de verano, cuando se iniciaba la época de lluvias.

4.4.2. EL OBELISCO TELLO:

El obelisco chavín fue descubierto por un campesino llamado Trinidad Alfaro en el año
1907, se encontraba trabajando la tierra para sus cultivos cuando de pronto se encontró
con los restos de una escultura de piedra de gran tamaño, la cual no tardó en desenterrar
con ayuda de otros pobladores para luego llevarla a la puerta de la iglesia del pueblo y
posteriormente, en 1919 la investigación fue designada a Julio C. Tello, quién se
encargaría de nombrar a la escultura como (El Obelisco Tello), además de no sólo
estudiar el obelisco también se inició toda la investigación de la cultura chavín.

Es una escultura pétrea en forma de prisma rectangular perteneciente a la cultura chavín


del Perú antiguo. Probablemente se trataría de un huanca o icono de ceremonial religioso.
Fue descubierto en Chavín de Huántar por Trinidad Alfaro hacia 1907, pero fue el arque
En el obelisco Tello, se visualiza la figura de un animal que es el felino (Jaguar). El dios
de los báculos.

Características más resaltantes forma prismática con un alto de 2.52 metros de alto y 32
centímetros de ancho en la base encontramos la figura de un personaje desdoblado
lateralmente o según la percepción se podría considerar que son 2 personajes a lo largo
del todo el obelisco, que ha generado varias interpretaciones: Desde un Dios hermafrodita
con un lado masculino y otro femenino, o la existencia y una doble divinidad se encuentra
esculpida por sus 4 caras y las figuras que se pueden percibir son representaciones
humanas, de felinos, serpientes y aves, además de algunas plantas.
Función del obelisco: Estuvo planteado verticalmente en el suelo, en el medio de la plaza.
Pudo haber sido algo mas que un ornamento arquitectónico. Algunos dicen que el
obelisco Tello fue un monolito sagrado o huanca, una deidad protectora del lugar. Para
Tello y lumbreras el obelisco cumplió la función de reloj solar o marcador del tiempo.
Según Tello y Lumbreras, el obelisco era colocado en las plazoletas para observar la
diaria posición de los rayos del sol y poder determinar así, el inicio del año agrícola en el
mes de junio.

Para Federico Kauffmann Doig, es la figura de un dios ave con boca de felino o “felino
volador”, desdoblado lateralmente, cuyos atributos varían en cada costado. Podría
también ser la representación de una parte de la cadena biológica, donde los mayores
depredadores son el felino, la serpiente y el halcón.

4.4.3 LA ESTELA DE RAIMONDI:

Este monolito fue descubierto en 1840 por Timoteo Espinoza, vecino del pueblo de
Chavín, cuando removía un campo cercano al Templo o Castillo. Espinoza se lo llevó a
su casa y la colocó en su patio con el lado de los relieves sobre el suelo, utilizándola
como mesa. Bautizada así en homenaje al naturalista y geógrafo italiano Antonio
Raimondi quien la llevo a lima para su estudio y conservación.

Algunos expertos consideran que la estela de Raimondi representa la expresión


culminante de la dualidad. Este monumento permite dos vistas radicalmente opuestas si
se coloca de cabeza. Las deidades terrestres y celestiales aparecen dependiendo de la
posición.

El simbolismo de la estela de la Raimondi.

Por un lado, el dios parece mirar aprensivamente hacia arriba. La figura muestra dos
báculos verticales. Estos incluyen vegetación, por tanto, se cree que está asociada
fuertemente con la agricultura y la fertilidad, si se invierte, se ve que el dios está mirando
con lascivia. También se observan los báculos que caen desde los cielos. Estos pudieran
representar a la deidad del rayo, en este caso, el imponente tocado y los báculos se
inundan con caras de animales como si albergara un extraño grupo de elementos
sobrenaturales. Entre otros, se pueden ver dos cabezas de jaguar justo encima de los
codos de la deidad.
La estela de Raimondi (dios de los báculos) dirige su mirada hacia arriba, frunce el ceño y
descubre sus colmillos. Asimismo, tiene un elaborado tocado emplumado que domina el
tercio superior del monolito. Al voltear la imagen se nota que el tocado está compuesto
por una serie de caras sin mandíbulas. Cada una de estas emergen de la boca de la cara
que está arriba.

La estela de Raimondi (abundan las serpientes) que se extienden desde el cinturón de la


deidad. Estas componen partes del báculo. Además, sirven como bigotes y pelo de la
deidad y las criaturas del tocado.

A su vez, las serpientes forman una trenza en el extremo de la composición. En general,


se trata de un ser antropomorfo con rasgos felinos. Sus brazos están extendidos, y sus
manos son unas garras con las que sujetan los báculos.

4.4.4. LA ESTELA DE YAUYA:

Es un monolito o una escultura de piedra de gran tamaño, perteneciente a la cultura


Chavín del Perú antiguo. Sobre su superficie se halla labrada la figura de un ser mítico.
Todos los fragmentos fueron hallados a inmediaciones del Tambo Real de Huancabamba,
cerca de la localidad de Yauya (Áncash), el fragmente mayor fue hallado por el
arqueólogo peruano Julio C. Tello en 1919. Este lo bautizó con dicho nombre (también se
le conoce como la piedra de Yauya) Actualmente está quebrada en cuatro partes, el
fragmente mayor fue hallado por el arqueólogo peruano Julio C. Tello en 1919. Este lo
bautizó con dicho nombre. Los otros trozos fueron hallados entre los años 1960 y 1990.
Se trata de una huanca y el lanzón monolítico.

Los estudios sobre la estela de Yauya han sido los realizados por los arqueólogos Richard
Burger y Álex Herrera. Éste último ha realizado un trabajo arqueológico más extenso y
minucioso en la zona del Callejón de Conchucos, provincia de Carlos Fermín Fitzcarrald,
y tiene publicaciones importantes sobre el resultado de sus investigaciones.

Interpretaciones de la estela de yauya sobre los grabados que se aprecian en la estela de


Yauya existen diversas interpretaciones. Según Tello, se trata de la representación de una
divinidad ictiomorfa o con forma de pez, basándose principalmente en los diseños que
parecen vértebras del espinazo de un pez y escamas estilizadas. Para John Rowe es la
imagen de un caimán, comparándola con la supuesta representación de la pareja de
caimanes del obelisco Tello. Para Federico Kauffmann Doig representa a un felino
volador, interpretando como plumas lo que a Rowe le parecieron escamas, basándose en
otras figuras chavines que representan alas estilizadas; en cuanto a las vértebras, supone
que no hay razón para identificarlas únicamente con las de un pez, pues comparándolas
con figuras similares de los relieves de Sechín, es admisible relacionarlas también con las
de animales superiores.

4.4.5. LAS CABEZAS CLAVAS:

En la década de 1920 el arqueólogo Julio C. Tello encontró un gran número de cabezas


clavas en Chavín de Huántar, los arqueólogos John Rick y Luis Guillermo Lumbreras
dieron a conocer el hallazgo de dos cabezas clavas casi intactas, en buen estado de
conservación. Estas se encontraban sepultadas en un corredor muy estrecho y debieron
caer junto con la pared en la que se hallaban empotradas, a consecuencia de un terremoto
ocurrido hacia el año 200 d. C. Miden 103 cm de largo por 39 cm de ancho y 43 cm de
altura, y cada uno pesa aproximadamente 250 k. Como en las demás cabezas clavas
conservadas, muestran en sus rostros rasgos específicos, en este caso: pupilas dilatadas,
músculos faciales contraídos y las fosas nasales abiertas; tienen, además, los labios en
posición de estar silbando o soplando y las caras cubiertas con diseños serpentiformes (en
forma de culebras).

Por desgracia muchas de las cabezas clavas se han perdido, no solo por los desastres
naturales, sino también por robos y destrozos causados por el hombre. Actualmente, el
Museo Nacional de Chavín guarda unas 100 cabezas clavas completas o casi completas.
esculturas que originalmente se hallaban empotradas en las fachadas de los templos,
representan cabezas de transición humana a seres míticos. Fueron halladas empotradas en
una fila horizontal y en forma equidistante en los muros en lo alto del Templo de Chavín
de Huántar.

Las Cabezas Clavas representan cabezas de transición humana a seres míticos. Fueron
halladas empotradas en una fila horizontal y en forma equidistante en los muros en lo alto
del Templo de Chavín de Huántar. En la actualidad, el Museo Nacional de Chavín guarda
unas 100 cabezas clavas completas o casi completas. Las “cabezas clavas” son cabezas de
piedra talladas, que fueron insertadas en los muros de los templos del antiguo Perú. En
estas esculturas se representan los animales sagrados del Perú precolombino: cabezas de
felinos, serpientes y aves. El ave, que simboliza el mundo de arriba, de los cielos; el
felino, que representa el poder terrestre, y reptiles como las serpientes, que representan al
mundo de abajo. También se representan cabezas humanas, probablemente de ancestros
de linajes comunitarios.

Actualmente, solo una se mantiene en su lugar original. Se denominan clavas pues cada
cabeza escultórica tiene una espiga o estructura alargada en su parte posterior, la misma
que servía para fijarla en las concavidades de las paredes, a manera de clavos. Son de
diferentes formas y dimensiones. Aproximadamente la mitad de ellas presentan rasgos
antropomorfos (humanos) mientras que la otra mitad zoomorfos (felinos y aves de
rapiña).
https://culturachavin.org/escultura/

https://www.antamina.com/los-chavin-los-peruanos-supieron-darle-vida-la-piedra/

https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/el-lanzon-monolitico

https://amp.es.googl-info.com/5582083/1/estela-de-yauya.html

https://culturachavin.org/lanzon-monolitico-chavin/

https://www.wikiwand.com/es/Cultura_chav%C3%ADn

https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/estela-raimondi

También podría gustarte