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Egoísmo y amor
EditorialM iNos,S.A.deC.V.
Mé xico, 1991
m
Morgan Software
NIHIL OBSTAT
Pbro. Dr. Bernardo Fernández Ardavin
Censor Eclesiástico
México, D.F., a 28 de febrero de 1991.
IMPRIMATUR
Mons. Rutilio S. Ramos Rico
Vicario General
México, D.F., a 23 de abril de 1991.
SUCURSAL GUADALAJARA
Av. Unión No. 240, Sector Juárez
C.P. 444100 Guadalajara, Jal.
Tels. 1585-20/1627-95 Fax: 1539-59
SUCURSAL MONTERREY
Av. Hidalgo No. 1643 Pte., Col. Obispado
C.P. 64010 Monterrey, N.L.
Tels. 3302-43/3347-04 Fax: 3347-04
ISBN 968-428-483-7
EL AUTOR .................................................................................. 7
INTRODUCCIÓN ........................................................................ 9
EL AMOR .................................................................................... 41
Saber mirar. Respetar .................................................... 43
Comprender .................................................................. 50
Como son ...................................................................... 51
Con sus defectos ........................................................... 53
Porque tienen defectos....................................................... 57
PERDONAR, CORREGIR................................................................ 61
Fruto sabroso de la comprensión es el perdón ..................61
Corregir ...........................................................................65
6 Rafael Llano Cifuentes
DAR Y DARSE.................................................................................. «5
SACRIFICARSE ............................................................................. 91
EL AMOR REALIZA......................................................................... 97
EL AUTOR
Rafael Llano Cifuentes es Licenciado en Derecho y
Doctor en Derecho Canónico por la Universidad de Santo
Tomás de Aquino, de Roma. Ha publicado diversas obras
sobre derecho matrimonial y canónico; además los cuader-
nos "La constancia" y "Optimismo", publicados por la Edi-
torial MiNos (México). Fue capellán de la Pastoral
Universitaria de Rio de Janeiro y actualmente es profesor
del Instituto Superior de Derecho Canónico de esa ciudad.
El 29 de junio de 1990 —solemnidad de San Pedro y San
Pablo— recibió la ordenación episcopal. Es ahora Obispo
Auxiliar de Rio de Janeiro.
IN T R O D U C C IÓ N
"Dos amores fundaron dos ciudades: el amor propio,
que llega hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el de Dios
hasta el desprecio de sí mismo, la celestial. La primera
ciudad se gloría en sí misma; la segunda, en Dios" .
2 1 Jn. 4,8.
LAS MANIFESTACIONES
DEL EGOÍSMO
Cuando hablamos de egoísmo, englobamos dentro de
este concepto muchos otros que giran alrededor de un eje
común: soberbia, orgullo, amor propio 3, vanidad, altivez,
presunción... Escogimos como término principal el egoísmo
porque es lo que se contrapone de una manera más frontal
a la virtud suprema del amor. Y es principalmente en ésta
que nos queremos detener.
4 Josemaría Escrivá, cit. por S. Canals, Ascética meditada, Ediciones Rialp, S.A., Madrid,
1978, pág. 84.
5 S. Kierkegaard, cit. por J. Collins, El pensamiento de Kierkegaard, México, 1958, pág.
163.
Egoísmo y amor 15
La falta de sinceridad
Si tendemos a engañarnos a nosotros mismos, como
escribía Kierkegaard, más aun tendemos a engañar a los
demás.
La hipersenslbilidad
Un fenómeno paralelo a la falta de sinceridad es la
hipersensibilidad. La falta de sinceridad esconde a los otros
10 Fernando Pessoa, Autopsicografía, en El yo profundo v otros vos. Nova Fronteira, 1982.
Egoísmo y amor 19
La Vanidad
El hombre vanidoso gusta de las personas y de las cosas
cuando reflejan su propia imagen. El ser humano siente una
atracción indeclinable por los espejos. No solamente por
esas superficies de vidrio especialmente pulidas para reflejar
imágenes, sino también por otro tipo de "espejos": la opi-
nión pública en que se refleja su personalidad, las tres líneas
del periódico en que hablan de su persona, la mirada de los
más próximos en que lee admiración...
Sí, tal vez los espejos que el hombre más busca sean las
pupilas de las personas que lo rodean, particularmente si
éstas son importantes. Parece que en vez de que ese hom-
bre mire a los otros para descubrir sus necesidades —que es
la mirada de quien sabe amar — , los mira apenas para des-
cubrir lo que piensan de él: "¿Le gustó la figura que hice?
¿Le pareció interesante mi punto de vista, la agudeza de mi
inteligencia, la firmeza de mis decisiones?..." Interroga a los
otros, no acerca de ellos, de sus cosas, sino únicamente
acerca de sí mismo, como si las personas le interesaran
exclusivamente en la medida en que él mismo se refleja en
ellas.
24 Rafael Llano Cifuentes
La Envidia
La envidia, sin duda, tiene mucho que ver con la vani-
dad. Muchos le hacen al espejo de la vanidad la misma
pregunta del cuento de hadas: "Espejito, espejito mío, ¿hay
alguna más bella que yo?" Y cuando la respuesta es afirma-
tiva, brota del corazón el sentimiento de envidia. Porque el
amor propio y la vanidad desean que cada uno de nosotros
sea el mayor y el mejor: el mejor de la escuela o del trabajo
profesional, el atleta más fuerte, el ama de casa más esme-
rada... No hay nada que ponga más feliz a una mujer que oír
comentar: "¿Ya viste a Clarisa? fue la más elegante y la más
bonita de la fiesta". Y no hay cosa que entristezca más a una
mujer vanidosa que el hecho de no ser ella misma precisa-
mente Clarisa.
La Ironía
La vanidad provoca la envidia; la envidia, el espíritu
crítico y éste, la ironía.
28 Rafael Llano Cifuentes
El Egocentrismo
Todas las manifestaciones que acabamos de analizar
desembocan, como afluentes, en el egocentrismo.
17 San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, 6a. ed., Vozes, Pctrópolis, 1948,
págs. 292-294.
32 Rafael Llano Cifuentes
El Amor Falso
El amor que encontramos en la vida cotidiana con fre-
cuencia está mezclado con otras muchas motivaciones y se-
gundas intenciones. Como escribe Von Gebsattel, "bajo la
bandera del amor, navegan muchas fragatas de egoísmo" 18.
Concluyendo
El panorama que presenta el egoísmo es en cierta for-
ma aterrador, pero no nos olvidemos de que todo progreso
interior reside prácticamente en la superación del amor pro-
pio. Por eso vale la pena tomar conciencia de toda su viru-
lencia — sin falsas benignidades para con nuestra
sensibilidad— para conseguir erradicar el mal por la raíz.
Así nos lo dice Benedikt Baur: "Toda perfección, toda san-
tidad, todo progreso espiritual se fundan en la destrucción
del amor propio. Solamente sobre sus ruinas se puede erigir
de nuevo un edificio en el que Cristo viva y reine" 22. Y dice
San Ambrosio: "Vencer al amor propio es vencerlo todo" 23.
26 1 Jn. 4, 16.
27 Mi. 22, 37-40.
28 Jn. 13, 34-35.
42 Rafael Llano Cifuentes
expresión amaos los unos a los otros"? ¿Quiénes son los otros
y qué querías decir cuando hablabas de amarlos?"
29 Jn 15, 13.
30 Jn. 19, 30.
Egoísmo y amor 43
Comprender
Esa mirada a la que nos referimos lleva no sólo a
reconocer y respetar al ser humano, sino a comprenderlo.
Como son
Querer bien a los otros como son. Y podríamos pregun-
tar: ¿cómo son? Son simplemente diferentes. Es preciso
amar no sólo lo que nos une, sino también lo que nos
diferencia.
39 Mí. 7, 3.
54 Rafael Llano Cifuentes
como es, con sus luces y sus sombras, con sus cualidades y
sus defectos, con sus virtudes y sus pecados... Esta experien-
cia íntima debería llevarnos a proceder para con los demás
tal y como nos gustaría que ellos se comportaran con noso-
tros.
43 Le. 19, 7.
58 Rafael Llano Cifuentes
44 Le. 19, 5.
45 Le. 19, 6-7.
46 Le. 19, 8-10.
Egoísmo y amor 59
Corregir
Perdonar, sin embargo, no quiere decir pactar con el
error. Una justicia llena de dispensas y benignidades invali-
daría todo el derecho, toda la disciplina, toda la moral. El
perdón no significa tolerar el desorden.
51 San Bernardo, Sermón 40 sobre el Cantar de los Cantares.
66 Rafael Llano Cifuentes
52 Mi 23, 27,33.
53 Mt 16, 23.
54 Mt 18, 15.
55 Mt 11, J2.
Egoísmo y amor 67
63 G. Chevrot, Las pequeñas virtudes del hogar, 3a. ed., Quadrante, Sao Pauto, 1987, pág.
83.
74 Rafael Llano Cifuentes
Cargar
"Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas, y así
cumpliréis la ley de Cristo" 66.
68
gozo que se gastaba y se desgastaba , sobreabundando de
gozo en todas sus tribulaciones 69.
Servir
En el ambiente en el que vivimos, flota una especie de
aversión a la palabra servicio. En todos los aspectos de la
vida familiar, social y profesional, parece que las personas
rehuyen el prestar servicios o —para decirlo en una forma
expresiva— se resisten a entrar por la puerta de servicio: se
sienten venidas a menos, quieren entrar siempre por la
puerta principal.
Sonreír
— Ahora yo.
—Ahora tú.
—Ahora yo.
—Ahora tú.
—Ahora yo.
82 J. Urteaga, Dios y los hijos, Quadrante, Sao Paulo, 1986, pág. 108-110.
Egoísmo y amor 95
84 cfr. Collins. El pensamiento de Kicrkcgaard, México. 1958. pág. 128; cfr. S. Kicrkcgaard,
El amor y la religión Buenos Aires, 1960.
98 Rafael Llano Cifuentes
85 Me. S, 35.
86 Josemaría üscrivá. Surco, n. 795.
Egoísmo y amor 99