Está en la página 1de 3

“DIETRICH VON HILDEBRAND: REIVINDICACIÓN DE LA AFECTIVIDAD Y

CORAZÓN EN EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO”

Debido a los diferentes cambios culturales, científicos, políticos, económicos,


religiosos entre otros, que ha tenido que pasar el ser humano a los largo de estos últimos
tiempos, ha traído consigo numerosas consecuencias existencialistas, donde ya los hombre
cansado de tanta explotación debido por las grandes revoluciones y, fatigado de tanto sufrir
mediante los conflicto de las grandes guerras, disturbios, entre otros, buscan su felicidad en
placer, sea el placer que fuera, tanto en lo intelectual como carnal. Esta realidad actual ha
traído consigo excesivas enfermedades psíquicas y emocionales, que se ven reflejadas
generalmente en manifestaciones físicas como dolor o tensión de espalda y cuello, alergias,
gastritis, indigestión, estreñimiento, psoriasis, urticaria, salpullido, sobrepeso, insomnio1.

Es por ello que se ha podido ver la necesidad de mencionar un equilibrio entre la razón y
las emociones, para que ya no sea sólo la razón la que dirija los pasos del hombre, ni
tampoco solo las emociones que rijan el comportamiento del mismo, sino que sean ambas
realidades las que guíen los itinerarios del ser humano, los cuales traerían consigo grandes
cambios positivos. De esta forma no se estaría cayendo en dos grandes extremos como
pueden ser el racionalismo que pretende ver toda la cosa a la luz de la razón y, tampoco el
hedonismo que concibe los placeres como la mayor felicidad.

Este extraordinario equilibrio lo estableceremos de la mano de Dietrich Von


Hildebrand un pensador alemán pertenecientes a la corriente personalista, los cuales
mediante sus diferentes escritos de filosofía, ética, liturgia, entre otros, pretende reivindicar
la afectividad humana y con ella el corazón del hombre, los cuales no han tenido un papel
muy importante en la filosofía, sino más bien en la poesía, en la literatura, en el leguaje
bíblico, entre otros y, no propiamente en la filosofía. Cabe destacar que cuando el autor se
refiere al corazón, no se refiere al corazón anatómico, sino que se refiere a un sinónimo de
alma, de vida interior2.

1
Cfr. Patricia Florín. Enfermedades emocionales y físicas: ¿Están conectadas? La opinión. 07 de Enero 2014
2
Cfr. Dietrich Von Hildebrand, El corazón, ediciones Palabras, Paseo de la Catellana, Madrid, 1996, 1997 °1
edición, pp 57
Por esta razón durante el primer capítulo, haremos un recorrido, sobre las diferentes
concepciones que se han tenido en las diferentes culturas islámicas, hindúes, griegas entre
otras, sobre el corazón, junto con otros datos importantes acerca del mismo. Además
estableceremos también, algún concepto claves los cuales estaremos utilizados en el
trascurso del trabajo. Para el segundo capítulo, de la mano del autor, elevaremos propia
mete la dignidad de corazón como el centro de la afectividad. Afirma el autor Dietrich Von
Hildebrand, que así como el intelecto y la voluntad poseen como centro al cuerpo, la
afectividad deberá tener como centro al corazón, y no estar ubicada en la parte irracional
del hombre tal como menciono Aristóteles, en su libro ética a Nicómaco3. Para Aristóteles,
esfera afectiva pertenecen a la parte irracional del hombre, mientras para Hildebrand
basándose en diferentes corrientes filosóficas modernas tales como (racionalismo y
empirismo), quienes reconocen la parte afectiva como parte del alma, como sensaciones del
alma. Así pues, Hildebrand afirmará que no pertenece a la esfera irracional, sino la
espiritual, específicamente al corazón4.

De esta forma en el tercer capítulo, luego de haber conocido las diferentes


concepciones sobre el corazón en las diferentes culturas y, darle una reivindicación del
mismo junto al afectividad como parte de la esfera espiritual del hombre y no irracional,
plantearemos un equilibrio entre estas tres grandes facultades del hombre como son el
intelecto, la voluntad y el corazón, en otras palabras platearemos un equilibrio ente la razón
y la emociones, para de esta forma contribuir así a un mejor desarrollo y equilibrado
crecimiento social.

Nota: cuando el autor se refiere al entendimiento, la voluntad y el corazón como tres potenciales
fundamentales del hombre, no pretende decir que cualquier vivencia, actividad o aventura del
hombre se puede clasificar en uno u otro de estos ámbitos, puesto que la misteriosa riqueza del ser
humano posee tantos aspectos, que el intento de clasificar toda la experiencia humana en alguno de
estos tres reinos implicaría un error.

3
Cf Aristóteles, Ética a Nicómaco, II4, 1105 b y siguiente.
4
Cf Dietrich Von Hildebrand, El corazón, ediciones Palabras, Paseo de la Catellana, Madrid, 1996, 1997 °1
edición, pp 57
Así pues, lo que pretende este autor, es afirmar que estas facultades desempeñan un papel
preponderante en la vida del ser humano, donde de la mano de los valores se puede
construir grandemente en el desarrollo social.

AUTOR

Dentro de todo este contenido filosóficos, el autor que elegí tomar para desarrollar esta
propuesta filosófica, es Dietrich Von Hildebrand, puesto que dentro de sus escritos sobre la
ética, la filosofía, la afectividad, entre otros, lo que busca es reivindicar la dignidad
humana y con ella todas sus facultades. Mediante el estudio de los distintos filósofos, me
topé con este personalista Alemán, el cual con sus distintas ideas ilumino grandemente
diferentes pensadores tales como el papa Karol Wojtyla, Juan Manuel Burgos, entre otros
personalistas más, lo cuales buscan colocar al hombre como el centro de su pensamiento y
posterior a él, todas las demás realidades. Pienso que la propuesta filosófica que plantea
ese personaje de concebir al corazón como el centro de la afectividad, es muy cierta, puesto
por que en la literatura, en la poesía entre otros, el corazón a ocupado un lugar muy
importante, dentro de la filosofía no. Cabe destacar, como ya lo mencione anteriormente,
cuando el autor propone el corazón como el centro de la afectividad, ve al corazón un
sinónimo de alma, de vida interior, puesto las otras facultades tales como el intelecto y al
voluntad pertenecen a la parte racional del cuerpo. De esta forma, para Hildebrand, la parte
racional del hombre pertenece al cuerpo, mientras que parte la afectividad pertenecen al
corazón.

Unos de los motivos por el cual tome este autor para mi trabajo de grado, es que desde hace
ya algún año en el seminario, ya no se defiende un pensamiento de este filósofo y gracias a
la asesoría de diferentes profesores me atreví a desarrollar este planteamiento. Y, a pesar de
que son muchos los diferentes filósofos que pude haber tomado para mencionar un
equilibrio entre la razón y a emoción, en él pude encontrar distintas ideas que se
compaginaban con mi pensamiento.

También podría gustarte