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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: TRABAJO PRACTICO CON FUENTES.

Un doctor burgués da su versión del trabajo infantil


"He visitado muchas fábricas, en Manchester y sus alrededores, y jamás he visto niños maltratados y a quienes se hubiera infligido
castigos corporales, o incluso que estuviesen simplemente tristes. Ellos parecían todos alegres y alertas, complaciéndose en poner en
juego sus músculos sin fatiga, disfrutando a plenitud de la vivacidad natural de su edad. El espectáculo que me ofrecía la industria,
lejos de hacer nacer en mí emociones tristes, fue siempre para mí motivo de grata satisfacción. Era delicioso observar la agilidad
con la que ellos ataban los hilos rotas a cada retroceso del carro de la Mule, y verlos divertirse a su gusto en todas las posiciones
imaginables, luego de algunos segundos de actividad de sus dedos finos, hasta que se terminaran el retiro y el enrollado. El trabajo
de esos vivarachos parecía un juego en el que su largo adiestramiento les permitía una encantadora destreza. Conscientes de su
habilidad, les gustaba mostrarla a todo visitante. Ni la menor huella de agotamiento; pues a la salida de la fábrica se ponían a
retozar enseguida con el ardor de niños que salen de la escuela."
Ure, Andrew: The Cotton Munufacture of Greut Britain (2 vol., Londres, 1835) ; The Philosophy of Munufactures (2da. ed., Londres,
1837).

Reglamento de una fábrica inglesa.


1. Las puertas de la fábrica se cerrarán diez minutos después del comienzo del trabajo y nadie podrá entrar antes de la
hora del desayuno. El trabajador que se ausente durante este lapso de tiempo será multado en tres peniques por telar;
2. Todo tejedor mecánico cuya ausencia se compruebe en cualquier momento en que funciona la máquina, será multado en tres
peniques por hora y por cada telar que tiene la obligación de vigilar. El que durante el trabajo abandone el taller sin autorización del
supervisor será multado igualmente en tres peniques.
3. Los tejedores que no tengan tijeras con ellos, serán multados en un penique diario.
4. Toda lanzadera, cepillo, alcuza, rueda, ventana que sean deteriorados deberán ser pagados por el tejedor.
5. Ningún tejedor tiene el derecho de abandonar definitivamente su puesto sin un aviso previo de por lo menos una semana. El
industrial puede, sin aviso previo, despedir a cualquier obrero por trabajo malo o conducta incorrecta.
6. *Todo obrero que sea sorprendido hablando con otro, cantando o silbando pagará una multa de seis peniques. Quien abandone
su puesto durante el trabajo pagará asimismo seis peniques.
Engels, Friedrich, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra, 1845.

Un sacerdote habla de una barriada obrera.


"La misma cuenta con 1400 casas habitadas por 2795 familias, o sea unas 12000 personas. El espacio donde habita esta importante
población no llega a 400 yardas cuadradas (1200 pies), y en tal apiñamiento no es raro hallar un hombre, su mujer, 4 ó 5 niños y a
veces también el abuelo y la abuela en una sola habitación de 10 a 12 pies cuadrados, donde trabajan, comen y duermen.(…) Ni un
solo padre de familia de cada diez en todo el vecindario tiene otra ropa que la de trabajo, y ésta de lo más andrajosa; asimismo,
muchos no tienen más que estos harapos para cubrirse por la noche, y su cama es un saco lleno de paja y viruta."
Engels, Friedrich, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra, 1845.

El Ambiente en las fábricas.

"Tuve frecuentes oportunidades de ver gente saliendo de las fábricas y ocasionalmente atenderles como pacientes. El pasado verano
visité tres fábricas algodoneras con el Dr. Clough de Preston y con el Sr. Baker de Manchester y no fuimos capaces de permanecer
diez minutos en la fábrica sin empezar a jadear por falta de aire. ¿Cómo es posible que quienes están condenados a permanecer ahí
doce o catorce horas lo soporten? Si tenemos en cuenta la temperatura del aire y su contaminación no puedo llegar a concebir como
los trabajadores pueden soportar el confinamiento durante tan largo periodo de tiempo."

Declaraciones del Dr. Ward de Manchester en una investigación sobre la salud en las fábricas textiles en marzo de 1819
Una niña describe su trabajo en las minas
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansador, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media
de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad,
entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a
escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a
la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la
mina"

Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la
situación en las minas, 1842.

A partir de la lectura de las fuentes, responde:


a) ¿En qué condiciones vivian y trabajaban los obreros ingleses? ¿Alguna de las fuentes tiene una opinión diferente? Si es así, ¿Cual
crees que refleja más la realidad y porque?
b) ¿Cuál de los testimonios te impacto más y porque? ¿Si hubieras vivido en aquel momento y hubieras tenido acceso a estos
testimonios, que hubieras hecho?

c) ¿Hoy, en Argentina, hay personas que viven y trabajan en las condiciones que muestran las fuentes? Averigualo buscando en
internet, diarios, o preguntándolo.

d) Investiga que derechos impedirían actualmente, por lo menos en teoría, que las personas sean sometidas a condiciones de vida y
trabajo como las que muestran estas fuentes.

e)Elabora una frase que, para vos, resuma el proceso de la revolución industrial.

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