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Capítulo 2

Concentración

Es muy difícil que un mercado energético pueda funcionar en un país,


con sólo tres o cuatro operadores;
sin más competencia.
(Jean Tirole, Premio Nobel de Economía, 2014)

2.1. Introducción
Una de las características fundamentales de la estructura de un mer-
cado es su nivel de concentración. Es decir, el grado en que un número
relativamente pequeño de empresas tiene una cuota de mercado relativa-
mente grande. Así pues, la concentración máxima se producirá en el caso
de monopolio. Las autoridades de la competencia son conscientes que
muchos de los mercados se encuentran amenazados por una tendencia
gradual a la concentración, lo cual es motivo de preocupación por parte
de estas. En algunas ocasiones la concentración no es fruto de la evolu-
ción de los mercados, sino que responde a una operación de fusión entre
empresas o de adquisición de participaciones empresariales por parte de
otra compañía.

Puesto que conocer la concentración existente será muy interesante


para hacernos una idea de si un mercado se encuentra muy alejado de
una estructura competitiva, en este capítulo abordaremos los fundamen-
tos de las medidas de concentración así como algunas de las más conoci-
das. En concreto, haremos hincapié en los índices más sencillos y en los
que vienen siendo usuales por parte de autoridades de la competencia en

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el control de la evolución de mercados, así como en la evaluación de fu-
siones o adquisiciones. En este capítulo también aplicaremos los índices
a uno de los mercados.

En la Sección 2.4, estableceremos la relación entre una de las medi-


das de concentración (como indicador de la estructura de mercado) y el
poder de mercado existente (resultado). Con este propósito asumiremos
un patrón sencillo de decisión por parte de las empresas (comportamien-
to). Conscientes que algunas operaciones de concentración podrían ser
positivas para la sociedad, en la Sección 2.5 nos centraremos en el posi-
ble ahorro en costes. Por último, desvelaremos cómo las autoridades de
competencia utilizan una de las medidas para evaluar la idoneidad de las
operaciones de concentración. En concreto, nos detendremos en las reglas
básicas que maneja la Comisión Europea.

2.2. Fundamentos de las medidas

2.2.1. Conocimiento del mercado

A la hora de aplicar los índices de concentración sería necesario reali-


zar un estudio previo para conocer el mercado. En primer lugar, debemos
considerar la delimitación del mercado al que estos se van a aplicar. Recor-
demos que, en la Sección 1.6, ya hemos adelantado la dificultad práctica
que supone definir el mercado relevante y, por consiguiente, hay que ser
cuidadosos en este punto.1

1 Una exposición más amplia sobre esta cuestión, puede verse en Ruiz (2000).

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El caso de IBM
La acusación a la empresa International Business Machines (más conocida
como IBM) es un caso muy conocido que permite ilustrar la importancia
de definir adecuadamente el mercado a la hora de aplicar las medidas de
concentración. Concretamente, en 1969, la empresa tuvo que hacer frente
a una demanda antimonopolio referida al mercado de grandes sistemas
informáticos (por violación de la ley Sherman de EE.UU.). La demanda
indicaba que IBM contaba con más del 60 % de cuota de mercado. La
empresa, en su defensa, argumentó que de ningún modo tenía una po-
sición dominante ni la capacidad de abuso de poder. Argumentó que la
definición de mercado relevante utilizada para sus productos era errónea.
Defendió con éxito una definición de mercado más amplia, que incluía
otras máquinas de procesamiento de datos (como ordenadores persona-
les), en el que su cuota era significativamente inferior. Tras trece años de
litigación, se decidió archivar el caso.

En segundo lugar, debemos estudiar si el mercado en cuestión se en-


cuentra compuesto por sociedades de cartera que poseen el control de
un conjunto de empresas aparentemente competidoras. Se trata de lo que
comúnmente se conoce como holdings y cuya existencia implica un in-
cremento de la concentración real de empresas. Por ejemplo, si lo que
queremos es conocer la concentración en la venta de ropa para mujer, ten-
dremos que tener en cuenta que Zara, Bershka, Stradlvarius, Pull Bear,
Oysho, Lefties, Uterqüe, y Massimo Dutti son vendedores que forman
parte del grupo empresarial Inditex. Es decir, una vez definido el mer-
cado, sería incorrecto separar las cuotas de cada uno de los vendedores,
pues obtendríamos índices de concentración poco ajustados a la realidad.

Por último, es conveniente conocer el grado de estabilidad del merca-


do. Si existe una empresa dominante que alterna su dominio con otras,
es probable que el mercado sea bastante más competitivo que si la em-
presa dominante es siempre la misma. A pesar de que bastantes estudios
empíricos nos indican que existe bastante correlación entre concentración
y estabilidad, existen otros trabajos (Baldwin and Gorecki (1991), Bald-
win and Gorecki (1998)) donde se sugiere que dicha correlación no es
completa. Para evitar esta posibilidad, se aconseja utilizar los índices de
concentración junto algún indicador de estabilidad. Concretamente, po-
dríamos sumar las diferencias (absolutas) de las cuotas de mercado de

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cada una de las empresas en dos momentos del tiempo para evaluar el
grado de estabilidad.

2.2.2. Curvas de concentración


Tras delimitar el alcance de un mercado, nos puede interesar estimar
su grado de concentración. Para este propósito tan solo será necesario
considerar el número de empresas que operan, así como la distribución
del tamaño relativo de cada una de ellas. De hecho, como hemos indicado
con anterioridad, la concentración disminuirá con el número de empresas
participantes y aumentará con la divergencia en tamaño de las mismas.
En relación al tamaño relativo de una empresa i, lo mediremos por su
cuota de mercado, es decir, por las ventas de la empresa (qi ) en relación a
las ventas totales (Q).

Antes de entrar en describir las medidas sintéticas, podemos combi-


nar ambas variables (número de empresas y cuota) para graficarlas. La
representación acumulada de las ventas frente al acumulado de empre-
sas ordenadas a partir de la más grande, dará lugar a lo que se conoce
como curvas de concentración. Para proceder a la representación, suponga-
mos tres mercados distintos a los que denominamos A, B y C. Cada uno
de ellos se encuentra compuesto por un número distinto de empresas, cu-
q
yas cuotas de venta específicas (si = Qi ) pueden observarse en el Cuadro
2.1.

A partir de esta información, podemos representar las correspondien-


te curvas de concentración para cada uno de los mercados. Puesto que
vamos acumulando desde las empresas con mayor cuota, las curvas re-
sultantes serán cóncavas desde el origen. Es decir, obtendríamos una recta
en el caso extremo en que el tamaño de todas las empresas fuese igual.

La Figura 2.1 nos muestra el resultado. En el caso del mercado A, las


empresas son más parecidas en tamaño y su número es mayor que en
los mercados B y C. Por consiguiente, la curva para el mercado A se en-
cuentra por debajo de las otras dos, representando un mercado menos

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A B C
i
1 0,10 0,37 0,25
2 0,09 0,29 0,22
3 0,07 0,10 0,20
4 0,07 0,07 0,16
5 0,06 0,07 0,10
6 0,06 0,05 0,07
7 0,05 0,05
8 0,05
9 0,05
10 0,05
11 0,05
12 0,05
13 0,05
14 0,05
15 0,05
16 0,05
17 0,05

Cuadro 2.1: Cuotas de mercado de cada empresa (si )

concentrado y previsiblemente más competitivo. El problema para com-


parar concentración entre mercados surge cuando las curvas se cruzan
como sucede con B y C. En este caso, no es fácil clasificar los ambos mer-
cados según su grado de concentración.

Los índices de concentración que estudiaremos tratan de sintetizar la


información que recogen las curvas que acabamos de comentar. Para ello,
cada uno de los índices asignan diferentes pesos a cada una de las partes
de la curva por lo que, en ocasiones, la ordenación de los mercados de
acuerdo a la concentración depende críticamente del índice usado.

2.2.3. Condiciones deseables


A la hora de aplicar cualquiera de los índices de concentración es
conveniente conocer si cumple ciertas propiedades básicas propuestas por

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Figura 2.1: Curvas de concentración

Hannah and Kay (1977). Concretamente, estos autores han indicado que
un buen índice debería cumplir:
Clasificación según las curvas de concentración. Debe ser consistente
con la posición de las curvas de concentración, indicando mayor
concentración cuando la curva se sitúe por encima.
Principio de transferencia de ventas. Si una empresa pequeña realiza-
ra una transferencia de parte de sus ventas a una mayor, el índice
debería recoger un aumento de concentración.
Condición de entrada. La entrada de una empresa de menor tamaño
debería disminuir el índice (siendo el efecto contrario para la salida).
Condición de fusión. La fusión entre empresas debería implicar un
aumento de la medida.

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2.3. Índices de concentración
A continuación estudiaremos algunas medidas de concentración, a sa-
biendas que los dos primeros (recíproco del número de empresas e índice
de las mayores empresas) no cumplirán todos los criterios propuestos por
Hannah and Kay (1977). No obstante, son también interesantes puesto
que no requieren poseer información de la cuota de mercado de cada una
de las empresas que operan en un mercado.

2.3.1. Recíproco del número de empresas


Empezaremos por exponer brevemente una medida sencilla que tan
solo requiere información del número de empresas (n) que operan en un
mercado:

1
R= (2.1)
n
Este índice, referido a la información que proporciona el punto má-
ximo de la curva de concentración, tan sería válido para realizar una
aproximación al grado de concentración cuando el tamaño de las empre-
sas fuese muy similar. No obstante, el índice puede ser útil en modelos
teóricos que, por simplicidad operativa, consideran que el tamaño de las
empresas es idéntico.

2.3.2. Índice de las mayores empresas


Este índice puede ser útil para proporcionarnos una idea del grado de
concentración cuando solo disponemos de información sobre las ventas
de las mayores empresas. Concretamente, supongamos que en un merca-
do compuesto por n empresas, somos capaces de conocer las cuotas de
las k mayores empresas (k < n). Tan solo será necesario sumar las cuotas
de dichas empresas, para obtener el índice:

k
Ck = Â si (2.2)
i =1

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,donde si representa la cuota de mercado de la empresa i-ésima, la
cual se encuentra comprendida entre el intérvalo [0, 1]. Este índice tiende
a cero cuando el mercado es poco concentrado, y a la unidad en el caso
contrario. Una vez más, el índice tan solo considera un punto concreto
de la curva de concentración (ignorando la información del resto de la
curva).

Tomando como ejemplo la información del Cuadro 2.1, podemos cal-


cular el Ck=4 para cada uno de los mercados. El índice de las 4 mayores
empresas, el cual se corresponde con el punto 4 del eje de abscisas de la
Figura 2.1, será de 0,33 para el mercado A, y de 0,83 para los mercados B
y C. De acuerdo a este índice, inferiríamos que el mercado A es el menos
concentrado pero es incapaz concluir sobre B y C. En el caso que tan solo
considerásemos las 3 mayores empresas (Ck=3 ), entonces obtendríamos
que el mercado B es más concentrado que el C. En caso que conside-
rásemos las 5 mayores empresas (Ck=5 ), entonces la conclusión será la
contraria. Así pues parece conveniente disponer de un índice menos par-
cial. A continuación, presentamos otras dos medidas las cuales introdu-
cen información de la totalidad de puntos de las curvas de concentración.

2.3.3. Índice de Herfindahl-Hirschman


La medida estadística que ahora nos ocupa es bastante conocida como
índice de Herfindahl. A pesar de ello creemos que no sería justo mencionar
que la propuesta original se debe a Hirschman, tal y como el propio autor
reivindicó en un artículo (Hirschman (1964)). A diferencia de las medidas
Ck y R, ahora se tendrá en cuenta todos los puntos que conforman las
curvas de concentración. Para un mercado en el que existen n empresas,
el índice en cuestión toma la siguiente expresión:
n
hhi = Â s2i (2.3)
i =1

donde si representa la cuota de mercado de la empresa i-ésima. El


índice hhi será 1 en un monopolio puro. Por el contrario, hhi tenderá a
ser muy pequeño en una situación caracterizada por un gran número de
empresas de tamaño similar. De hecho, podemos demostrar fácilmente

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que este índice depende tanto del número total de empresas como de la
divergencia de sus cuotas. Con este propósito, definamos una variable
c como producto del número total de empresas (n) y la dispersión del
tamaño de estas, medida por la desviación standard de las cuotas (ssi ).
n
s
Es decir, c = nssi . Puesto que la cuota media de las empresas (s = Âi=n1 i )
es equivalente al recíproco del número de empresas (s = n1 ), podemos
reescribir c como la dispersión de cuotas en relación a la cuota media:

ssi
c= (2.4)
s
Elevando al cuadrado la expresión (2.4):

ss2i 1
Âin=1 (si s)2 1 n 2
n  i =1 s i s2
c2 = = n
=
s2 s2 s2
1 n
 s2 n
= n 1i=12 i 1 = n  s2i 1 (2.5)
(n) i =1

Sustituyendo (2.3) en (2.5):

c2 = n(hhi ) 1 (2.6)
Y, reordenando:

c2 + 1
hhi = (2.7)
n
Si existe un monopolio puro (n = 1) la dispersión de cuotas en relación
al tamaño medio será nula (c = 0) y, entonces, hhi = 1. Por el contrario,
nos enfrentaremos a un mercado muy poco concentrado (hhi ' 0) cuan-
do el número de empresas (n) sea elevado y la dispersión relativa de las
cuotas sea baja (c ' 0).

Por último, obsérvese, que el recíproco del número de empresas es


un caso particular del hhi para el caso de c = 0. Así pues, se pone de
relieve que el recíproco del número de empresas solo será una buena
aproximación a la concentración de los mercados cuando el tamaño de
las empresas sea muy similar.

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2.3.4. Índice de entropía
La entropía se refiere, en términos de física, al grado de desorden exis-
tente en un sistema. Por analogía, en términos estadísticos, se refiere al
nivel de incertidumbre que genera un sistema. Nuestro índice en cuestión
evaluará, por consiguiente, la incertidumbre a la que se enfrenta cada em-
presa que opera en un mercado para hacerse con un cliente que elige al
azar:
n
E= Â si ln(si ) (2.8)
i =1
Este índice debe ser interpretado como el inverso del grado de concen-
tración. Es decir, en monopolio puro el índice será nulo. Esto es debido a
que en una situación de máxima concentración, el desorden es mínimo.
En la medida que aumente el número de empresas y/o sean más iguales
en tamaño, cada una de ellas se encontrará con mayor dificultad para pre-
decir a quién comprará el consumidor que elige al azar, incrementándose
el valor de la entropía (tendiendo a ln(n)).

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2.4. Relación entre concentración y poder de mer-
cado
Partiremos de determinado comportamiento para tratar de encontrar
una relación entre el poder de mercado (resultado) y la concentración em-
presarial (estructura), la cual mediremos a través del índice de Herfindahl-
Hirschman (hhi). Siguiendo a Cowling and Waterson (1976), supongamos
un mercado compuesto por n empresas que ofrecen un producto homo-
géneo. La función de beneficios de una empresa i-ésima, puede ser expre-
sada del siguiente modo:

Pi = Pqi c ( qi ) Fi (2.9)
donde P es el precio de mercado que, como sabemos, es función de la
cantidad total ofrecida ( Q = q1 + q2 + ...qn ). Además, c(qi ) representa el
coste variable de la empresa, mientras que Fi es el coste fijo. Supongamos
que las empresas eligen al mismo tiempo la producción, es decir, man-
tienen un comportamiento empresarial tipo Cournot. Entonces, podemos
escribir la condición de primer orden que maximizaría los beneficios de
la empresa como:

∂Pi ∂P ∂Q
= q +P CMg(qi ) = 0 (2.10)
∂qi ∂Q ∂qi i
Asumiendo que no existe variación conjetural ( ∂Q 2
∂qi = 1), podemos
reordenar la expresión (2.10) y dividir ambos miembros por el precio de
mercado (P):

P CMg(qi ) ∂P qi
= (2.11)
P ∂Q P
Nótese que la expresión resultante es el índice de Lerner correspon-
diente a la empresa (Li ), es decir, su poder de mercado. Si multiplicamos
el segundo miembro de la ecuación (2.11) por Q Q , obtenemos:

∂P Q qi 1
Li = = si (2.12)
∂Q P Q #
2 Esdecir, la cantidad ofrecida por el resto de empresas no responde ante el incre-
mento de la oferta de la empresa i-ésima.

31
Así pues, (2.12) nos indica que el poder específico de la empresa i-
esima es directamente proporcional a su cuota (si ) e inversamente a la
elasticidad de la demanda de mercado (#). Ahora es fácil hallar un índice
global de poder de mercado ponderando el poder de cada empresa por
su tamaño relativo (L=Âin=1 Li si ):
n
s hhi
L= Â si #i =
#
(2.13)
i =1

Como vemos, la concentración empresarial y la demanda (estructura)


condiciona el poder de mercado (resultado). En concreto, el poder de mer-
cado es directamente proporcional a hhi e inversamente proporcional a
la elasticidad de la demanda (#). Si el grado de concentración fuese má-
ximo (hhi = 1), obtendríamos el resultado particular para un monopolio
expuesto en la ecuación (1.2). Por el contrario, cuando la concentración
fuese mínima (hhi = 0), el poder de mercado seria nulo con independen-
cia de cualquier valor finito que adoptase la elasticidad de la demanda.

2.5. Ahorro en costes


En términos básicos podemos decir que una fusión ocurre cuando
al menos dos empresas deciden consolidar sus activos para formar una
nueva compañía (aunque no necesariamente se extinguen las marcas co-
merciales con las que se conocen sus productos). Por el contrario, una
adquisición implica la participación o compra de la totalidad de una em-
presa (generalmente más pequeña) sin que esta operación suponga la
generación de una nueva compañía. Habitualmente se puede diferenciar
entre operaciones de forma sencilla atendiendo a si esta es amistosa (fu-
sión) u hostil (adquisición). El término adquisición suele tener por este
motivo connotaciones negativas, por lo que en ocasiones se habla simple-
mente de “fusión” para referirse a una compra hostil de participaciones.3
En segundo lugar, conviene distinguir entre operaciones de conglomera-
do, de integración vertical, y de integración horizontal. Cuando la fusión
3 Nos referiremos al término operaciones de concentración empresarial o simplemen-
te fusiones, para incluir tanto a las fusiones propiamente dichas como a la compra de
participaciones que supongan el control de las empresas adquiridas.

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o compra de participaciones combina líneas de negocio no relacionadas
hablaremos del primer tipo de concentración. Sin embargo, la integración
vertical involucra a empresas de diferentes etapas de producción dentro
de un proceso productivo. Por ejemplo, la compañía Coca-Cola ha venido
comprando varias embotelladoras en diferente países. La integración ho-
rizontal involucra a empresas que venden en un mismo mercado, siendo
este tipo de concentración la más habitual y preocupante desde el punto
de vista del previsible aumento del poder de mercado. Un ejemplo in-
teresante, lo constituye la futura fusión entre CaixaBank y Bankia.

En general, las fusiones y adquisiciones (parciales o totales) se en-


cuentran motivadas por el aumento esperado de beneficios por parte de
la empresa o empresas decisoras. Aunque dicho aumento puede deri-
varse del mayor poder de mercado (reflejado en mayor capacidad para
fijar precios elevados sobre el coste marginal), estos también pueden ser
originados por una mejora en eficiencia derivada del ahorro en costes.
De hecho, esta parte socialmente positiva es la razón que habitualmente
esgrimen las empresas que solicitan una fusión a las autoridades de la
competencia.4 Sin embargo, el argumento de que el tamaño de la empre-
sa consolidada permite un ahorro en costes significativamente mayor que
el alcanzable individualmente, puede ser difícilmente verificable. En este
sentido (tal y como puede verse en Competition Policy and Efficiency Claims
in Horizontal Agreements OCDE/GD(96)65 de 1996), la Comisión Europea
llegó a reconocer que las autoridades se encuentran en desventaja para
valorar el posible aumento real de eficiencia. A pesar de ello, el informe
realizado por Röller et al. (2000) ha supuesto más recientemente una ma-
yor implicación para dedicar recursos a investigar las posibles ganancias
de eficiencia.5 De hecho, en el actual reglamento de concentraciones de la
UE, se indica explícitamente que "para determinar la repercusión de una
concentración sobre la competencia en el mercado común, conviene tener
en cuenta las posibles eficiencias invocadas y motivadas por las empresas

4 Así, por ejemplo, las fusiones que afecten a diferentes países miembros de la UE se
notificarán a la Comisión Europea y se revisarán posteriormente en virtud del “Regla-
mento de concentraciones“ (Reglamento (CE) 139/2004 del Consejo, de 20 de enero de
2004).
5 Este informe se pregunta si el sistema de control de fusiones en al UE debería tener

en cuenta las ganancias de eficiencia. Ante la respuesta afirmativa, trata de establecer


los pilares básicos para diseñar un nuevo sistema que tenga en cuenta dichas ganancias.

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afectadas". Además, se añade a continuación la posibilidad de que "las
eficiencias derivadas de la concentración contrarresten los efectos (nega-
tivos) sobre la competencia".

Siguiendo a Röller et al. (2000), las posibles fuentes de disminución


en costes para la nueva empresa (tras la fusión) son diversas. A modo de
resumen, el ahorro pueden provenir de:

Racionalización de la producción. Como el término indica, la racio-


nalización de la producción se refiere a la asignación óptima de
los niveles de producción entre las diferentes plantas de la empre-
sa. Antes de la fusión, cada una de las empresas puede tener un
coste marginal de producción distinto. Entonces, tras la fusión, la
nueva compañía se convierte en una empresa de múltiples plantas
surgiendo la oportunidad de ahorrar costes a través del intercam-
bio de niveles de producción entre ellas. Concretamente, desde las
plantas con alto coste marginal hacia aquellas con menor coste mar-
ginal. La nueva empresa racionaliza completamente su producción
si los costes marginales de todas sus plantas son iguales. Es de-
cir, cuando ya no se obtenga ningún ahorro por reasignar más la
producción. Ilustremos este resultado suponiendo, por simplicidad,
que una compañía disfruta de dos plantas tras la fusión y elige la
cantidad producida que maximiza beneficios sujeto a una demanda
residual a la que se enfrenta. Supongamos que q1 y cq1 representan,
respectivamente, la producción y los costes de la planta 1; mientras
que q2 y cq2 representan la producción y los costes de la planta 2.
Entonces, Q = q1 + q2 el nivel de producción total y I ( Q) el ingreso
total. Ahora la nueva empresa tiene que maximizar sus beneficios
(P) redistribuyendo la producción total entre ambas plantas (sujeto
a que Q = q1 + q2 ):

Max.P = I ( Q) c(q1 ) c ( q2 ) (2.14)


s.a.Q =q1 + q2

Lo cual implica que:

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∂P I ( Q) ∂Q ∂c(q1 )
= =0 (2.15)
∂q1 ∂Q ∂q1 ∂q1
∂P I ( Q) ∂Q ∂c(q2 )
= =0 (2.16)
∂q2 ∂Q ∂q2 ∂q2

I ( Q) ∂Q
Donde ∂Q es el ingreso marginal de la nueva empresa (IMg), ∂q1 =
∂Q ∂c(q )
∂q2 = 1, ∂q 1 es el coste marginal de la producción en la planta 1
1
∂c(q2 )
(CMg1 ), mientras que ∂q2 es el coste marginal de producir en la
planta 2 (CMg2 ).

Es decir, tal y como hemos avanzado, cualquiera que sea el ni-


vel total de producción, esta debe repartirse entre las plantas. Así
pues, en el punto óptimo en que la empresa maximiza beneficios
(I Mg( Q⇤ ) = CMg( Q⇤ )), distribuirá su producción total óptima (Q⇤ )
entre las dos plantas (q1⇤ y q2⇤ ) hasta que los costes marginales sean
iguales entre sí (e iguales al ingreso marginal):

CMg1 (q1⇤ ) = CMg2 (q2⇤ ) = I Mg( Q⇤ ) = CMg( Q⇤ ) (2.17)

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Figura 2.2: Producción multiplanta

Economías de escala. Se originan cuando el coste promedio de la em-


presa disminuye a medida que aumenta su producción. Se produ-
cen economías de escala a corto plazo cuando se reducen costes fijos
mientras que, cuando el ahorro se produce en los costes variables,
las economías son de largo plazo. La fusión implicaría ahorrar de-
terminados costes fijos tales como los asociados al mantenimiento
de un centro de calidad, de un centro de facturación de clientes, o
de un servicio de seguridad. También pueden ahorrarse costes va-
riables, por la eliminación de duplicidades. Por ejemplo, dos com-
pañías de autobuses pueden estar compitiendo en el mismo tramo
de carretera. Tras la operación, se podría ahorrar la circulación de

36
vehículos en dicho tramo.6 Además, tras la fusión, cada trabajador
podrá especializarse más llevando elaborando tareas de manera más
eficiente.

Economías de alcance. Además de aumentar la escala de producción,


la fusión también puede originar la producción conjunta de ma-
yor número de bienes distintos. Las economías de alcance se ori-
ginan cuando es más ventajoso producir un conjunto de bienes
relacionados que producir tan solo un bien. Es decir, consideran-
do a y b dos tipos de bienes, habrá economías de alcance cuando
c(q a , qb ) < c(q a , 0) + c(0, qb ). Esta situación se origina cuando los
productos comparten un mismo insumo (p. ej. el cordero en la pro-
ducción conjunta de lana y carne).

Economías de compra. Las pequeñas empresas a menudo compran sus


insumos (como materias primas y energía) a precios superiores a las
empresas con cierto poder de negociación. Cuando las empresas se
fusionan, se puede ejercer más presión sobre los proveedores para
obtener ciertos descuentos por cantidad. En los casos de operaciones
de integración vertical, se puede producir una reducción de costes
por eliminación de márgenes de intermediación apropiados por los
proveedores. La compra de empresas embotelladoras por parte de
Coca-Cola, constituye un buen ejemplo.

Progreso tecnológico. A menudo se distingue entre innovaciones en


productos (aumenta el valor de un producto existente sin tener que
recurrir a mayores costes) y en procesos (reducción del coste de
producción). Cualquiera de los casos puede ser fruto de un inter-
cambio de conocimientos técnicos entre las empresas participantes
y del mayor incentivo a I+D. De hecho, la presencia de demasiada
competencia puede ser poco favorable a las actividades de I+D: no
generará beneficios extraordinarios suficientemente elevados y ge-
nerará más posibilidades de imitación de la innovación.

6 Evitarla duplicidad tendría además beneficios ambientales y ayudaría a reducir la


congestión.

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Eventual reducción en ineficiencias gerenciales. Puede suceder que una
compañía adquiera una empresa con objetivo de reorganizar la ac-
tividad para alcanzar mayor eficiencia. Además, tal y como indica
Manne (1965), la mera amenaza de la toma de control por parte
de los competidores puede ser suficiente para disciplinar la admi-
nistración de una empresa. En caso contrario, la ineficiencia de los
gerentes pueden acabar creando una señal en el mercado que no les
conviene. Concretamente, puede provocar que la empresa se infra-
valore. En este caso, la reducción de la cotización de sus acciones,
facilitará la adquisición de las mismas por parte de alguna de sus
competidoras.

2.6. ¿Cómo se aplica Herfindahl-Hirschman?


El índice de Herfindahl-Hirschman constituye una herramienta de tra-
bajo muy utilizada por parte de las autoridades de la competencia. Las
autoridades habitualmente expresan la cuota de mercado de las empresas
en términos porcentuales (S = s · 100) y, en consecuencia, dicho índice re-
sulta 104 veces superior al que directamente se derivaría de la definición
utilizada en (2.3). Además, a la hora de evaluar fusiones y adquisiciones,
suelen tener en cuenta tanto el índice resultante como la variación pro-
ducida en el HH I (conocida como delta). Así, por ejemplo, la Comisión
Europea ha establecido unos umbrales para HH I y delta que sirven de
guía para la autorización de fusiones y adquisiciones horizontales.7 En la
Figura 2.3 tratamos de resumir las posibles situaciones. Hemos dejado en
color blanco las situaciones que presumiblemente no presentan proble-
mas. Concretamente, es improbable que la Comisión detecte problemas
en una fusión o adquisición horizontal si el HH I resultante es previsi-
blemente inferior a 1.000 puntos; o bien, si no supera los 2.000 puntos
y, además, delta es inferior a 150 puntos. Es poco común que la Comi-
sión ponga inconvenientes en situaciones que dan lugar a un índice entre
7 Para dotar de contenido al Reglamento (CE) 139/04 del Consejo Europeo sobre el

control de las concentraciones entre empresas aprobada el mismo año, la Comisión im-
plementó posteriormente unas directrices sobre la evaluación (2004/C 31/03). Las direc-
trices no se refieren a la evaluación de los efectos sobre competencia en otros mercados
ni los efectos verticales.

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1.000 y 2.000 y a un delta inferior a 250, así como a un índice superior a
2.000 pero un delta inferior a 150 (zona amarilla). Sin embargo, cuando se
supera estos valores críticos (zona rojiza), la propuesta de concentración
empresarial será sometida a escrutinio. Hay que tener en cuenta que es-
tos puntos críticos son tan solo orientativos dado que, adicionalmente, se
considerarán los antecedentes y las circunstancias particulares de posible
aumento de eficiencia por ahorro en costes.

Figura 2.3: Directrices de concentración en la UE

Otras autoridades de la competencia, como el Departamento de Justi-


cia y la Federal Trade Commission de los EE.UU, siguen un criterio técnico
muy similar al seguido en la Unión Europea (Commission et al. (2010)).
En este caso concreto, las agencias norteamericanas consideran que los

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mercados no son concentrados si el HHI es inferior a 1.500, moderada-
mente concentrados cuando se encuentra entre 1.500 y 2.500, y altamente
concentrados cuando es superior a 2.500. Aunque dichas agencias parecen
más permisivas, no lo son tanto si tenemos en consideración los puntos
críticos establecidos para delta. En concreto, en este último caso, la guía
para autorización de fusiones establece unos valores críticos de 100 y 200
puntos (en vez de 150 y 250 puntos establecidos por la Comisión Euro-
pea).

Por último, es interesante indicar que delta puede calcularse indepen-


dientemente de la concentración existente en el mercado. Para ello tan
solo hay que duplicar el producto de las cuotas de las empresas que
van a fusionarse. Es decir, si dos empresas con cuotas de mercado Sa
y Sb quieren fusionarse, sabemos que el índice antes de la fusión es de
HH I0 = [Sa ]2 + [Sb ]2 . Tras la fusión el índice sería HH I1 = [Sa + Sb ]2 =
[Sa ]2 + [Sb ]2 + 2[Sa ][Sb ]. El cambio de concentración (delta) sería la dife-
rencia entre la situación final prevista HH I1 y la inicial HH I0 . Es decir,
2[Sa ][Sb ], el doble de la cuota de mercado porcentual de ambas empresas.
Así, por ejemplo, la fusión de dos empresas con cuotas del 20 % y el 15 %,
provocaría un aumento en el HH I de 600 puntos.

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