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Sinopsis.

“La venganza es un plato que se sirve frío, el amor te hace débil e inútil,
y el bien justifica los hechos”.

…O eso fue lo que le enseñaron a Alexia a través de torturas


inimaginables e inexplicables.

Sin embargo, la última emoción la motivó a iniciar el mayor juego


psicópata y narcisista que jamás podrá existir; manchando cada recóndito lugar
de aquel líquido rojizo que a muchos ha paralizado. Aterrando a los que la
rodean y deleitándola a ella con una demasía inefable.

El hecho de haber caído bajo las garras de la mafia roja la hizo ser más
fuerte, física y mentalmente. Aunque el proceso no fue para nada sencillo, logró
hacerse paso con dientes y puñetazos en la turbia vida del crimen organizado.
Y a pesar de que todo marchaba con regularidad para la neófita, se podría
considerar que esto era una cálida bienvenida a su propio infierno.

El contratiempo se envolvía en un contexto más turbio al ser instruida


por la plaga de dónde provenían sus calamidades, el déspota magnate sin
escrúpulos de sangre rusa y líder de la poderosa krasnaya máfiya, Nickolais
Ivanov, quien la adiestró explícitamente para ser un memo fragmento capaz de
acatar cualquier imposición, aunque solo era consideraba un saco de carne y
huesos que se agobiaba con sus sentimientos.

No obstante, existe ese refrán que dice “el estudiante superó al maestro”
…y cuando se trata de romper las expectativas, Alexia es una completa reina
experimentada en eso.

“El infierno es eterno, y altamente desagradable para los


que detestan la autodestrucción.

Una vez que te adentras, no hay una salida o vía de


escape segura.

En el mundo de la devastación existen dos simples y


dolorosas opciones, ambas desoladas e inhumanamente
catastróficas. Éste es el lugar en dónde, si no puedes con ellos, o
te unes y te vuelves jodidamente fuerte e imparable, o te rindes
dejándote perder en la bahía de los llantos agonizantes.” —M.L. Rivero.

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