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Enrique Anderson-Imbert
(Argentina)
Adriá n Bennet sube al tren y cuando va a sentarse observa que alguien ha olvidado en el
asiento una novela de tapas amarillas. No tiene tiempo de observarla porque en ese momento
entra en el vagó n un hombre de anteojos negros y boca avinagrada que acomoda la valija, se
arrellana frente a Bennet y se queda inmó vil. Bennet, intimidado, no se atreve a dirigirle la
palabra. El viaje es largo. Mira por la ventanilla, se aburre, intenta dormir pero no lo consigue
y de pronto recuerda la novela que encontró en el asiento. Ya tiene con qué entretenerse. La
examina. El título no le dice nada, el autor le es desconocido. La hojea a saltos. Parece ser una
novela policial en la que cierto detective, sospechando que el viajante de comercio Walter
Lynch es en realidad un sicario al servicio de la Organizació n, va en pos de él a Villa María, le
sigue los pasos hasta el hotel, lo acecha por el ojo de la cerradura y ve có mo despanzurra al
incorruptible periodista.
El tren acaba de parar. El hombre de los anteojos negros y la boca avinagrada se pone de pie y
agarra la valija, en cuyo marbete Bennet alcanza a leer: “Walter Lynch”. Rá pido como la luz,
Bennet arroja una mirada por la ventanilla y en el letrero de la estació n lee: “Villa María”
¡Pronto! ¿Qué hacer? Piensa que su obligació n es bajarse, seguir a Walter Lynch, acecharlo,
denunciarlo, pero opta por no entrometerse. El tren empieza a alejarse. Aliviado y
avergonzado, Bennet entiende que acaba de escaparse de un peligro futuro pero no sabe
exactamente de cuál. Para averiguarlo abre la novela y busca la revelació n de lo que le pasó al
detective cuando, después de ser testigo del asesinato en Villa María, tuvo que dar la cara al
asesino. Antes la había hojeado a saltos; ahora la lee pá gina por pá gina. En la novela, que ya no
es policial, sino psicoló gica, se describe un asesinato en Villa María pero, por má s que busque,
allí no figura ningú n detective.
53. Del cuento anterior se puede inferir que, en la novela que lee Bennet no figura ningú n
detective al final del cuento debido a
A. la decisió n de Adriá n Bennet de no seguir a Walter Lynch.
B. la decisió n de Walter Lynch de quedarse en Villa María.
C. la decisió n de Bennet de seguir leyendo la novela.
D. la decisió n de Walter Lynch de matar al periodista.
55. La estrategia que se utiliza en el cuento para cambiar la situació n del personaje principal
es:
A. el encuentro con el hombre de anteojos negros.
B. el nombre de Walter Lynch en el marbete de la valija.
C. el encuentro de la novela de pá ginas amarillas.
D. el nombre de “Villa María” en el letrero de la estació n.
56. El género fantá stico se encuentra entre lo insó lito y lo maravilloso, y só lo se mantiene el
efecto fantá stico mientras el lector duda entre una explicació n racional y una explicació n
irracional. Así mismo, rechaza el que un texto permanezca fantá stico una vez acabada la
narració n: es insó lito si tiene explicació n y maravilloso si no la tiene. Atendiendo la
informació n anterior, se puede afirmar que el cuento de Anderson.
A. se encuentra entre lo insó lito y lo maravilloso.
B. es insó lito.
C. es maravilloso.
D. se encuentra entre lo fantá stico y lo maravilloso.
Tres amigos: Salvador, Alex y Marina, practican, aunque no en el mismo orden, los siguientes
deportes: Golg, Ajedrez y Fú tbol. Sobre la base de las siguientes afirmaciones, defina quién es
quién:
1. Salvador le dio al jugador de fú tbol, un paseo en automó vil.
2. El jugador de ajedrez dijo que Salvador conducía muy de prisa.
3. Marina fue al baile de graduació n con el hermano del jugador de ajedrez.