Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fuente: https://orarconelcorazonabierto.wordpress.com/2021/02/14/ser-y-
sentirse-templo-vivo-de-dios/
Que hermoso pensar que somos templo del Espíritu. Lo dice San
Pablo: «¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios
habita en vosotros? (1Cor 3, 11). Efectivamente, somos templos vivos
de Dios. Pero para ello es necesario edificar piedra a piedra, día a día,
con esfuerzo, sacrificio y constancia el edificio de nuestro corazón.
Construirlo para mejorar cada día, para transformar nuestro corazón,
para renovarnos interiormente. A Dios le trae sin cuidado que las
iglesias tengan un decoración lujosa, que se edifiquen basílicas para
darle culto, que las catedrales sean magnificentes. El templo que a
Dios verdaderamente le importa es el templo del corazón humano. Es
ahí dentro donde Dios permanece, donde se le halla de verdad.
Ser templo de Dios es estar lleno del Espíritu Santo que procede del
Padre y del Hijo. Él vivifica nuestra alma, nos mueve a hacer el bien,
nos purifica del pecado, nos da la luz para obrar con bondad, nos
permite participar de la naturaleza divina, nos abre a la esperanza,
conmueve nuestros corazones ante el sufrimiento humano, nos invita
a orar para cambiar, nos mueve a amar, nos invita a la caridad, nos
ayudar a perdonar… y nos da la fortaleza para ser testimonios de
Cristo desde la libertad.