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Guía para la
meditación Zen.
por Dokushô Villalba
El jardín secreto
Veamos en qué consiste una sesión de zazen. La agitación mental viene dada por la
dispersión (desenfoque) de la atención. Lo primero que tenemos que hacer al
comenzar una sesión de zazen es, pues, calmar la agitación mediante la
concentración (enfoque) de la atención. Para ello, en primer lugar, enfocamos la
atención sobre la postura corporal. Creamos una base corporal sólida doblando las
piernas en loto o en medio loto, de forma que las dos rodillas en contacto con el suelo
y las nalgas en contacto con el zafu (cojín para zazen) formen una base estable sobre
la que pueda erguirse el tronco. Estiramos bien la columna vertebral. Relajamos los
hombros. La cabeza permanece justo sobre los hombros, sin inclinarse hacia delante,
detrás, izquierda o derecha. Dejamos caer los brazos a lo largo del cuerpo y
disponemos la mano izquierda sobre la mano derecha, ambas pegadas al bajo
vientre.
Una vez que nos hemos cerciorado de que la postura corporal es correcta y
equilibrada, enfocamos la atención sobre la respiración. Enfocar la respiración sobre
la respiración no quiere decir "controlar" la respiración. La respiración no necesita ser
controlada. Sucede por ella misma. La inspiración sucede a la espiración y ésta a la
inspiración siguiendo un ciclo natural en el que la voluntad de manipular sobra.
Simplemente permanece atento a la respiración como si tu atención fuera un corcho
que flota sobre las olas de la inspiración y de la espiración. Eso sí, no dejes que tu
atención sea atraída por nada que no sea la respiración. No luches contra las
distracciones. Simplemente enfócate con determinación sobre la respiración. De esta
forma, naturalmente, automáticamente, inconscientemente, tu actividad mental se
calmará.
Una vez que sientas que tu mente se ha aquietado gracias a la concentración sobre la
respiración, puedes abrir el campo de la atención gracias a la observación. Los
principiantes deben ser muy cautelosos a la hora de pasar a la observación y deben
asegurarse de que el nivel de concentración, o quietud, no sufre mengua.
Observando el observador
"Miro la flor
Y la flor se ve a si misma
a través de mí.
La flor me mira
Y me veo a mis mismo
A través de ella".
Luz y sombra
La guía y el guía
Esta guía para la meditación zen es como un pequeño mapa introductorio. No pienses
que con él podrás iniciarte a la práctica de la meditación zen. Las instrucciones
directas de un maestro zen son imprescindibles. La meditación zen es mucho más
que una técnica de meditación y ni siquiera un grueso manual puede suplir la
enseñanza directa de un maestro zen, de persona a persona, de corazón a corazón.
El secreto de zazen no está tanto en la técnica como en la actitud (ética) con la que se
practica.
3. Actitud mental. No tomes partido ni por ni contra nada, sea lo que sea. No juzgues
tus propios sentimientos, sensaciones o pensamientos. No digas: "Esto está bien, esto
está mal". Si aparecen juicios y valoraciones en tu mente, toma conciencia de los
juicios y valoraciones que han surgido y déjalos estar sin darles importancia. A esto se
le llama objetividad.
4. Actitud espiritual. No huyas ni persigas nada, sea lo que sea. No quieras alcanzar
nada ni liberarte de nada, sea lo que sea. Simplemente quédate ahí, observando,
aceptando que cada cosa es lo que es en este momento. A esto se le llama apertura
interior.