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Cómo desarrollar la intuición

Contenidos de la página:
 ¿Qué es intuición?
 ¿Cómo desarrollar la intuición?
o 1.  Piensa en positivo y calma tus emociones
o 2.  Desarrolla los cinco sentidos
o 3.  Mejora tu autoestima
o 4.  Incluye la meditación en tu estilo de vida
o  

Descubre en este artículo qué es la intuición y cómo desarrollarla.

¿Qué es intuición?

La Real Academia Española define intuición de la siguiente manera:


“Percibir íntima e instantáneamente una idea o verdad, tal como si se la tuviera a la vista”.

El famoso psicólogo Carl Jung incluyó la intuición entre las cuatro funciones que necesitamos las
personas para comprender la realidad y relacionarnos con el medio, las otras tres funciones son “el
sentimiento, el pensamiento y la sensación”.

De modo que la intuición es una función muy importante en la que te basas para guiar tu vida. Acudes a ella, la
mayoría de las veces sin darte cuenta, para tomar cada una de tus decisiones.

Aunque la intuición es una facultad innata (todos nacemos con ella), se puede desarrollar. Cuanto más
la ejercites y aprendas a escucharla, mejor acceso tendrás a ella. Esto te ayudará a tomar decisiones más
acertadas que te guiarán en la consecución de tus sueños y podrás disfrutar de una vida más plena y feliz.

¿Cómo desarrollar la intuición?


Aquí tienes 4 claves para desarrollar la intuición, que además te ayudarán a mejorar tu salud física,
psicológica y emocional:
1.  Piensa en positivo y calma tus emociones
Es muy importante tener calma interior. Las emociones negativas como el miedo, el rencor, la cólera, el estrés
o la tristeza, bloquean el canal intuitivo. Llevar un estilo de vida equilibrado y tranquilo hará que aumente la
claridad de tu intuición.
Para calmar las emociones son muy valiosas las afirmaciones positivas. Busca alguna afirmación que te
haga sentir bien o alguna frase que te motive y acostúmbrate a repetirla varias veces al día.

Sobre todo cuando detectes en tu mente que tus pensamientos tienen un enfoque negativo, repite tus
afirmaciones positivas y comienza a pensar en cosas positivas. No dejes que tus pensamientos te dominen,
toma el control sobre ellos y dales energía positiva, así tus emociones cambiarán con ellos.
Puede que este ejercicio te cueste un poco al principio, pero cuanto más lo practiques más sencillo te resultará
realizarlo. Merece la pena. Verás cómo tu intuición aumenta y cada vez se te hace más fácil ir tomando las
mejores decisiones.

2.  Desarrolla los cinco sentidos

Tu capacidad intuitiva depende del adecuado manejo de los sentidos. El desarrollo de los 5 sentidos te
ayudará a desarrollar también el sexto, “la intuición”.

Realiza ejercicios para ser consciente del momento presente, del aquí y ahora, del mundo que te rodea, de la
vida que estás viviendo.

Relájate y enfoca tu atención en cada uno de tus sentidos, uno tras otro.

Vista: Analiza con detenimiento lo que ves, esos rayos de sol que entran por la ventana y forman luces y
sombras en los objetos de la habitación donde estás. Mira el cielo y centra tu atención en las formas de las
nubes al pasar… cualquier cosa que haya a tu alrededor, analiza con curiosidad el mundo que te rodea
utilizando para ello el sentido de la vista.

Oído: Ahora fíjate en cada sonido que te envuelve. ¿Oyes el canto de algún pájaro?centra tu atención en él. Si
estás escuchando música, puedes analizar cómo suena cada uno de los instrumentos por separado,
examinando primero en el sonido de un instrumento, luego de otro, y así…

Tacto: Cierra los ojos y analiza las sensaciones que llegan a tí a través de tu piel. La temperatura del ambiente,
el tacto de la ropa, lo duro o blando del asiento, etc.

Olfato: También con los ojos cerrados, entrena tu sentido del olfato, ¿a qué huele tu ropa? ¿y tu mano? No lo
hagas rápidamente, relájate, siente y analiza detenidamente el olor de diferentes cosas.
Gusto: Realiza este ejercicio cuando comas. En vez de masticar y tragar rápidamente, saborea con
detenimiento la comida. Intenta distinguir cada uno de los ingredientes, analiza y siente el sabor de lo que
comes. Piensa en qué sabores son los que más te están gustando y disfrútalos.

Todos tus sentidos son importantes, cada uno cumple una función distinta que te ayuda a encontrarte a ti
mismo, con tu ser interior, a desarrollar tu intuición y a vivir tu propia realidad.

Muchas veces vamos por la vida con un ritmo tan acelerado que nos olvidamos de que estamos vivos, nos
olvidamos de sentir la vida. Desarrolla tus cinco sentidos y aprende a disfrutar de la vida con plenitud.

3.  Mejora tu autoestima

La confianza en ti mismo es importante para el desarrollo de la intuición.

Estas son algunas cosas que te ayudarán a mejorar tu autoestima:

 Márcate un objetivo en la vida, descubre qué te gustaría lograr, cómo te gustaría vivir y ponte en acción
(acciones en consonancia con objetivos).
 Descubre tus fortalezas ¿para qué eres bueno?
 Cumple lo que te propones, si no lo haces la confianza en ti mismo se verá resentida.
 Aprende a aceptar las cosas que no salen como habías planeado.
 Revive los logros que has tenido en la vida y tenlos presentes.
 Celebra las nuevas victorias que vayas consiguiendo por pequeñas que sean.

4.  Incluye la meditación en tu estilo de vida

La meditación es una herramienta muy valiosa. Además de ayudarte en tu salud física, mental y emocional,
también te ayuda a desarrollar la intuición.

Sencillos hábitos para despertar a tu yo intuitivo


Existen 4 tipos de intuición que puedes poner en sintonía con tus sentidos para equilibrar cuerpo y mente...

Todo el conocimiento humano comienza con intuiciones, de ahí procede a conceptos y termina con ideas.
 Immanuel Kant
La intuición es uno de los sentidos más importantes que tenemos; podría decirse que es aquel con el cual navegamos la
existencia y descubrimos el mundo, incluso en sus más ínfimos detalles.
Aunque sin intuición no habría manera de aprehender el mundo, en la actualidad es un sentido difícil de estimular y
más aún de utilizar. El ajetreo de la vida cotidiana, sus rutinas y sus dinámicas no suelen ser terreno fértil par desarrollar
las habilidades de la intuición, pues además vivimos dominados por una idea de superioridad de la razón, que ha delegado
a la intuición a las estepas del más básico instinto.
Por eso, poner en sintonía nuestros sentidos para despertar a nuestro yo intuitivo es algo que tenemos que
trabajar conscientemente. Esto requiere incluso de equilibrar cuerpo y mente, pues sin un diálogo entre ambos
–que suprima un poco el uso incesante de la razón– será imposible escuchar lo que nos dice nuestra intuición,
cuyo más portentoso beneficio es la vinculación cuerpo-mente.
Todo esto es más fácil de lo que parece. Lo que encontraremos al final es que la intuición siempre ha estado ahí,
y que sus habilidades están listas para ser reclamadas por nosotros y nuestros sentidos.
Despertando la intuición
Para saber qué tipo de intuición tienes, debes conocer las habilidades intuitivas que hay y lo que significan.
Éstas se encuentran ligadas a los sentidos: a la visión, a la escucha y a las funciones cognitivas.

Todos tenemos todas las habilidades intuitivas. Leyendo sobre sus características quizá te puedas dar cuenta
cuál va mejor contigo y cuál será la habilidad más fácil de despertar de su letargo, aunque en general es
bueno intentar despertar todas las habilidades, pues juntas se complementan.
Te dejamos también algunas prácticas y hacks para lograrlo, que se complementan a la perfección con las
técnicas de meditación que probablemente ya realizas (o que, en caso contrario, te recomendamos ampliamente
realizar, para desarrollar tus habilidades intuitivas).
Clarividencia
Es la forma de habilidad intuitiva que permite ver cosas dentro de la mente. Quien la tiene más desarrollada
suele saltar a conclusiones al dejarse llevar por lo que ve, pues su intuición es cinemática: repleta de
imágenes que le dicen cómo podría ser el futuro. Los clarividentes tienen una gran imaginación y son muy
observadores.

Ejercicios para despertarla  


Concentra tu mirada al interior de tu cerebro e intenta desarrollar imágenes mentales; por ejemplo, memorias
que te hagan feliz. Luego escribe sobre aquello que hayas podido visualizar.

Prueba también hacer más cinemáticos los libros que leas. Vive las historias a partir de las imágenes
mentales que elabores, y luego piensa en cómo eran estas imágenes. O intenta recordar imágenes de
películas y lo que te hicieron sentir. La forma en la que recuerdes las imágenes también te dirá cosas sobre tu
intuición clarividente.

Clarisensación 
Esta habilidad, literalmente, se siente en el cuerpo (sobre todo en la piel). La intuición clarisensacional permite
sentir físicamente la información en el cuerpo; por ejemplo, a través de los escalofríos. Quienes tienen esta
intuición suelen ser personas muy empáticas; son como pequeñas esponjas que absorben todo a su
alrededor. Esto puede ocasionar que se vean rebasados por todo aquello que perciben, como los sentimientos
negativos de los demás.

Ejercicios para despertarla 


Cierra los ojos y concéntrate en las sensaciones de tu cuerpo. Luego reflexiona sobre la manera en la que
esas sensaciones pasan por tu mente y viceversa.

Intenta recordar lo que te transmiten los dolores que tienes. Quienes tienen esta habilidad más desarrollada
suelen expresar lo que los estimula de manera corporal, incluso en forma de dolores o u otras sensaciones.
Así que intenta saber qué trata de decirte tu cuerpo en cada situación. 
 

Clariaudiencia 
Esta intuición permite escuchar con claridad. Más que de manera cinematica, esta intuición nos lleva a
procesar la información y  proyectarla a través de vibraciones. Es más un diálogo interno; más parecido al
razonamiento, con una voz que busca advertirnos del peligro o las posibilidades a través de los sentidos.
Estos “diálogos” pueden hacer de la persona alguien que está más en contacto consigo mismo y sus
emociones (y también, es más sensible a la música y sus significados).

Ejercicios para despertarla 


Concéntrate en tus oídos. Imagina las ondas que pasan por ellos hacia tus tímpanos. Ten siempre presente la
importancia de esto.

Trata de hacer pequeñas sesiones donde puedas activar esa habilidad de la que te proveen los oídos. Ve a un
parque o plaza y cierra los ojos para poder captar lo que escuchas e interpretarlo. Piensa en lo que ocasiona
en tus sentidos aquello que escuchas. Cuando tengas los ojos abiertos, trata de guiarte más por los sonidos
de manera consiente.

Asimismo, puedes intentar escribir tus memorias musicales: por ejemplo, cómo sonaba la música con la que
bailaste por primera vez, o la que estaba en alguno de tus cumpleaños. Intenta también escuchar música en
tu cabeza: ¿puedes imitarla?

Clariconciencia
Esta habilidad es quizá la más poderosa. Quien la tiene más desarrollada podrá percibir más rápidamente lo que es mejor,
y procesar óptimamente la información a través de las áreas de cognición del cerebro. Este tipo de intuición estimula los
órganos, especialmente los de la cabeza y el corazón, y hace a quienes la tienen grandes consejeros, permitiéndoles
desarrollar mucha sabiduría y grandes ideas.

Ejercicios para despertarla 


Pon atención a lo que sientes dentro de ti, sobre todo dentro de tu pecho y cabeza. Recuerda cómo se sentía en estas zonas
cuando algo te estimulaba o te afectaba. Por ejemplo, cuando sabías que algo estaba por suceder, ¿qué sentías en el pecho?
O ¿dónde sientes la angustia, el amor, la tristeza…?

 Conocer estas habilidades intuitivas es un camino que nos lleva a mejorar nuestra vida en general. Entre otras cosas, la
intuición consciente nos ayuda a manejar mejor el estrés, pues comenzamos a entender que no todo está en nuestras
manos (o en manos de la razón). En ese sentido también es un viaje introspectivo, pues podemos ponernos en contacto
con lo más profundo de nuestras emociones, e incluso con esa parte instintiva que todos tenemos dentro.

Estimula tu intuición, pues después de todo ella es la llave a la experiencia del mundo. Te sorprenderán los lugares a los
que puede llevarte en tu vida diaria.

Guía práctica para desarrollar la intuición


La intuición va más allá del raciocinio humano; es un elemento mágico e innato que forma parte
de la composición del ser, ayudándote a ser más perceptivo con tu entorno.
La intriga del ser humano es una concepción que lo acompaña desde su
génesis. Desde los primeros pasos de nuestra especie en este planeta, las
interrogantes sobre nosotros mismos y nuestro entorno nos han llevado a
recorrer el mundo entero con el afán de no sentirlo tan ajeno.

Para los ancestros desarrollar el autoconocimiento reflexivo a través de la


experiencia era un poco más sencillo, pues dedicaban el tiempo a
experimentar el entorno. Hoy en día, la ciencia y la tecnología nos mantienen
tan distraídos de lo que nos rodea que olvidamos rescatar la conexión con
uno de nuestros sentidos de alerta más primitivos: la intuición. 

La intuición va más allá del conocimiento que nos hace comprender la


realidad. Se trata de explorar y experimentar nuestra curiosidad, de ser
premonitorios a través de los sentidos. El problema, ahora, es que
la globalización ha dormido el curioseo natural que nos habita. Se ha
nublado nuestra visión hasta el punto de suprimir lo que muchos describirían
como un “presentimiento” o una “corazonada”.

Sin embargo, no todo está perdido. Desarrollar la intuición sólo se logra


apartándose ligeramente de la razón y la inteligencia; necesitas ir a un nivel
superior. Imagina que has llegado a tu tope de conocimiento teórico sobre el
mundo —lo cual ni los más estudiosos han logrado—, esto sólo significa que
conoces la capa exterior de la creación, pero lo verdaderamente importante
será hundirse de forma natural en todos los ángulos de la vida, tal como
nuestros ancestros lo hicieron. 

Descubre tu intuición alimentando tu


curiosidad 
En palabras del escritor y director del Max Planck Institute for Human
Development, Gerd Gigerenzer, “la forma de activar tu intuición es promoviendo
un mayor aprovechamiento de la curiosidad”,  es decir, vuelve a tus instintos más
básicos para responder las incógnitas, mejor aún, recurre a tu sexto sentido.
Orilla a tu detective mental a sobrevivir y oblígalo a capturar las verdades de
la realidad, tal como la técnica Feynman te enseña a discernir la ciencia de la
pseudociencia que caracterizan la era de la posverdad. Permanecer en la
superficie del entendimiento racional y empírico sólo pueden otorgarte una
cosa: indolencia de la intuición. 

Será mejor que pongas a ejercitar tus sentidos para agudizarlos tanto que tu
intuición se active de forma espontánea. Deja de lado las verdades que
presenta la burbuja social, política y científica. Todo lo que necesitas ya está
dentro de ti, ahora sólo debes estimularla, y para eso te dejamos esta

Guía para desarrollar tu intuición


Inicia con la meditación…
La meditación es el arte de conectar con uno mismo. Ésta permite a tu mente
recorrer y conocer todo tu cuerpo desde el interior hasta el exterior.
Concéntrate en el funcionamiento de tu organismo con cada respiración,
tomando conciencia de tu mente y liberando tus sentidos.
Ahora, espera y observa…
El placer de la meditación poco a poco sembrará en ti la observación.
Congela el tiempo con la mirada y trasládalo al pensamiento, una vez ahí,
analízalo, recorre cada elemento que compone esa experiencia e identifica
qué emoción provoca en ti.

¿Sientes confianza?
Una vez que identifiques tus emociones deberás determinar si te dan
confianza o no, ¿qué te hace creer que es real o falsa cualquiera de ellas?
Siempre pregúntate por qué crees o no en lo que te rodea o escuchas.
Desarrolla la confianza con tu intuición. Los pequeños pensamientos también
cuentan.
 

Practícalo (con tus sueños)


Desarrollar la confianza puede ser complejo, pero los sueños son una
excelente herramienta para practicar. Observa tus sueños, lo que te hicieron
sentir: seguridad o fragilidad. La intuición se asoma a través de ellos para
darnos pistas sobre lo que habita en nuestro ser y a veces nos guía a través
de ellos.

La curiosidad te da respuestas…
Jamás se llega al auge de la intuición sin una curiosidad que la alimente. Ve
más allá de la primera impresión o del primer sentimiento. Hazte preguntas
constantemente e intenta responderlas para ir ampliando tu visión.

Más empatía, más visión y… decisiones certeras


Un presentimiento fundado en la extensa visión y la empatía se convierte en
una decisión certera. El final de la guía está aquí, pero apenas es el inicio de
la práctica. Los pasos son simples y naturales, el verdadero reto está en
permitirle a la intuición florecer dentro de la psique humana.

La intuición como señal de mayor


inteligencia
¿Cómo resuelves los retos que te presenta la vida? Si lo haces con intuición, quizá seas más
inteligente.
Para algunos científicos, la intuición podría ser la forma más elevada de
inteligencia. Por supuesto, la inteligencia no es algo que pueda determinarse
fácilmente, pues está compuesta de diversos elementos. Para muchos, no
obstante, lo más importante es la capacidad de razonar. Pero usar la
intuición, aunque ésta sea una forma preconsciente de entender las cosas, puede ser
mucho más poderoso que usar la razón. 
 

Pero antes, ¿qué es la intuición?


Esta habilidad es regulada por la red neuronal preconsciente y es,

básicamente, lo que nos permite sobrevivir. Gracias a la intuición

podemos hacer las cosas más mundanas (como caminar o abrir una

puerta) sin tener que razonarlas hasta sus ultimas consecuencias.


Pero además, este instinto regula nuestro entendimiento de la realidad, actuando como
un filtro entre la información y nuestro cerebro. Es así que la intuición nos
ayuda a distinguir entre lo verdadero y lo falso, y puede darnos pistas sobre lo
que es mejor para nosotros en un momento dado.
El director del Max Planck Institute for Human Development, Gerd Gigerenzer,
quien además es autor del libro Gut Feelings: The Intelligence of the
Unconscious, piensa que estas características hacen de la intuición la forma más
elevada de inteligencia. Según contó para  Forbes, él es al mismo tiempo racional e
intuitivo:
En mi trabajo científico, tengo corazonadas. No puedo siempre
explicar por qué creo que un camino es el camino correcto, pero
tengo que confiar en ello y seguir adelante. También tengo la
habilidad de corroborar estas corazonadas y averiguar de qué se
tratan. Esa es la parte científica.
Como la intuición es lo que ha llevado a este psicólogo a realizar sus mayores aportes
al mundo de la ciencia, no duda en catalogarla como una forma de
inteligencia. Y más aún, como la más elevada. Y es que, según Gigerenzer, la
intuición promueve un mayor aprovechamiento de la curiosidad, la cual, apoyada en
esta habilidad intelectual, puede abonar mucho a nuestra búsqueda de conocimiento:
Déjame ponerlo de manera más simple. Si todo lo que haces
consiste en sentarte en una silla y confiar en tu intuición, no estás
ejercitando mucho que digamos tu inteligencia. Pero si a partir de
ella profundizas en un tema y estudias sus diversas posibilidades,
estás ejercitando tu inteligencia.
Así que, si no confías en tu intuición, piensa otra vez. Y ponla más seguido en
práctica, como una más de las maravillosas habilidades de tu cerebro. Pero, ¿cómo
hacerlo?

Despierta tu intuición
Hacerte más intuitivo es difícil con las dinámicas actuales. Por ejemplo, la
productividad que nos exigen en nuestros trabajos suele mermar nuestra
intuición, porque nos demanda fríos cálculos y nos coloca bajo presión. No
obstante, es posible ejercitar el cerebro y las emociones para ser más
intuitivo.
Lo único que tienes que hacer es ponerte en sintonía con tus sentidos. De lo
que se trata es de aguzarlos todos para poder utilizarlos de manera inconsciente,
para lo cual tendrás que acostumbrarte a realizar sesiones de meditación
cotidianas, y entablar diálogos con tu yo interno más seguido. Si quieres
saber más de cómo despertar a tu yo intuitivo, puedes ver nuestra guía aquí.
Porque somos fans de la intuición. Y creemos que si se convierte en una
fuerza colectiva, podremos evolucionar como civilización.

De los caminos de la intuición (o cómo


hallar las verdades del mundo)
La nuestra es una época de múltiples verdades. ¿Cómo distinguir entre ellas?
La formulación de preguntas es el eje de todas las acciones humanas. Éstas provienen
de una torrencial curiosidad que ha movido al ser humano desde que comenzó su
paso por la tierra, cuando aún dibujaba en las bóvedas subterráneas de las cuevas
aquello que lo rodeaba. Esa era su forma de conocer el mundo, y lo hacía mediante su
intuición. De ahí en adelante, buscar las verdades sobre la vida nos ha mantenido en
movimiento, dibujando la vida en aras del conocimiento.

Hallar la verdad ha sido un trabajo al que las más brillantes mentes se han
abocado; ya sea que se trate de la verdad en torno al movimiento de los
astros, o de llanas cuestiones terrenales, la búsqueda de lo veraz impregna
cada acción que ejecutamos.
Pero, quizás, este afán intelectual por encontrar “verdades absolutas” es la
equivocación más notable. No sólo hemos hecho preguntas incorrectas, sino
que hemos buscado responderlas con un arsenal de instrumentos y lógicas
que tienden a colocarse por encima de los instintos básicos humanos, e incluso
se transforman en afirmaciones que rayan en la locura de la sociedad de
época. 
Porque si bien es cierto esto, la intuición es una suerte de sexto sentido del que
nos hemos olvidado. No obstante, quizá se hallén ahí las más infalibles
respuestas de la existencia. 
¿Por qué la intuición?
 

Según el psiquiatra Peter C. Whybrow, la intuición es un autoconocimiento


reflexivo regulado por la red neuronal preconsciente. Se trata, a grandes
rasgos, de una habilidad que nos permite sobrevivir y que se nutre con cada
experiencia vivida, generando en el cerebro una especie de “archivo” que va
etiquetando los conocimientos de los que nos hacemos para usos futuros.
La intuición no solamente permite realizar ciertas acciones una vez que las
aprendemos —como nadar o andar en bicicleta— sino que regula también
nuestra percepción de la realidad, filtrando la información que transita a diario
por el cerebro. Así, la intuición se convierte en una herramienta para filtrar las
muchas “verdades” que nos asolan, haciéndonos reconocer cuando algo es
definitivamente falso o dándonos pistas sobre lo que podría ser verdad.

Gracias a que nos ayuda a ser escépticos y a poder discernir, la intuición (que
es como el detective oculto de la conciencia) es nuestro mejor aliado para
sobrevivir en estas épocas posmodernas de verdades a medias y de bombardeos
mediáticos que buscan confundirnos y alejarnos de lo realmente importante.
Y es que, si la verdad es relativa, como a grosso modo planteó el filósofo
polaco Adam Schaff (quien definía la verdad como un proceso, y no sólo como
un fin), quiere decir que las “verdades parciales” que poco a poco va captando
nuestra intuición son las que terminan por moldear la realidad. El proceso de la
verdad es, así, algo casi infinito.
Esto significa que siempre necesitamos de nuestra intuición, pues no existen
verdades absolutas de las cuales fiarse. Así que, cuando no sepas en quien
confiar, o si dudas sobre si algo es verdad o no, siempre puedes remitirte a
las herramientas cognitivas más básicas con las que hemos sido dotados, y
dejarte guiar por tu intuición.
 

Intuiciones: ¿por qué podemos saber


cuando alguien nos mira?
Seguro has sentido una mirada, ya sea a tu espalda… o a la pantalla de tu celular.

La intuición es una de esas habilidades que todos tenemos, pero en la cual no todo
mundo cree. Y es que se trata de un tipo de percepción sensible, más que racional.
No obstante, y aunque parezca increíble, la intuición no es un instinto neuronal o un
simple rezago de nuestra animalidad, sino una habilidad clave para conducirnos
por el mundo.
De hecho, la intuición es un mecanismo refinado.
Gracias a él podemos saber cuando alguien nos mira.
¿Alguna vez te habías preguntado por qué podemos sentir una mirada, aunque estemos
de espaldas? Sucede por un mecanismo neuronal ligado a la intuición. El
psicólogo Edward Titchener le llamó “escopaestesia”, habilidad que permite detectar
de forma extrasensorial si alguien nos está mirando.
Lo curioso es que, aunque todos lo hemos sentido, los experimentos tanto de Titchner
como del biólogo Rupert Sheldrake –realizados 1 siglo después, en el año 2000– han
negado la existencia de esta habilidad extrasensorial. Sheldrake hizo un experimento
en el cual sólo la mitad de las personas estudiadas parecían saber cuando se les estaba
mirando, porcentaje que le pareció insuficiente. Y aun así, este biólogo ha planteado
que en la naturaleza existe un principio de memoria llamado la “resonancia
mórfica”: un campo de información que tiene influencia sobre todas las formas de
vida y sobre cada generación.
Si para Sheldrake todos estamos conectados más allá del espacio-tiempo gracias a
los “campos mórficos”, ¿sería alocado pensar que ese mismo tipo de conexiones nos
hacen poder presentir al otro de manera extrasensorial?
 

La neurociencia ha comprobado que la


escopaestesia sí existe
A través de diversos estudios neurológicos, como uno publicado en NHBI, los
investigadores han encontrado que ese presentimiento de que “alguien nos mira”
pone en funcionamiento una compleja red neuronal, y que las células del cerebro
que se activan mediante esta intuición son muy precisas. Basta con que alguien deje de
mirarnos y mire a unos centímetros de distancia para que la sensación desaparezca.
No obstante, aún no se sabe mucho de esta habilidad extrasensorial. ¿Cuáles son
exactamente el grupo de neuronas relacionadas? Sucede como con las neuronas
encargadas de procesar la música en el cerebro: apenas se ha descubierto que no
pertenecen al mismo circuito encargado de procesar el lenguaje.
Lo que hasta ahora sabemos es que son neuronas conectadas a las regiones
encargadas de la vista, incluida la corteza visual. Por otro lado, ciertas áreas
que se activan cuando nos hallamos en peligro, como la amígdala, deben de
estar implicadas. Porque la actividad extrasensorial de presentir miradas tiene
como función prevenir ataques por la espalda. Otra zona involucrada podría ser
el giro supramarginal, relacionado con la empatía.
Lo curioso ahora es que este fenómeno también ocurre cuando alguien se le
queda mirando a la pantalla de nuestro celular. En este caso ello podría estar
todavía más ligado a la intuición, ya que ésta es también un producto de
nuestras experiencias. Mediante los recuerdos podemos predecir sucesos,
gracias a que nuestro cerebro descarta algunas posibilidades e incluye otras
de forma inconsciente. Este proceso reduce el margen de error en la
especulación intuitiva.
Por eso, cuando creemos que nos están observando…
es muy probable que lo estén haciendo.
Normalmente asumimos que alguien nos puede estar viendo, y más aún, que
puede estar mirando nuestra pantalla, ya que ésta es tan llamativa. Quizá sea
por ello que el presentimiento se siente todavía más fuerte.
Como puedes ver, la intuición es muy real, y así como otras habilidades –por
ejemplo, la telepatía o la capacidad de prever el futuro– es parte de ese
mecanismo orgánico que es nuestro cerebro.

Intuición
La intuición (del latín intuitio,1 «mirar hacia dentro» o «contemplar») es un concepto de la Teoría del
conocimiento aplicado también en la epistemología que describe el que es directo e inmediato, sin intervención de
la deducción o la razón (o razonamiento), siendo considerado como evidente.2
Se cree que la percepción sensible ofrece un conocimiento intuitivo de la realidad. De la misma forma,
el entendimiento tenía una "intuición intelectual" capaz de conocer la esencia de las cosas y sus diversas formas
mediante los conceptos.3
En la Edad Moderna ha sido estudiado por los racionalistas, los empiristas, Kant y el criticismo y la fenomenología.
No obstante lo anterior, poco a poco el problema de la intuición ha ido derivando desde el campo de la
especulación filosófica al campo de la ciencia positiva, siendo considerado más bien un tema de
investigación psicológica y neurológica.
Según algunas teorías psicológicas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su
construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar
ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a
una determinada conclusión o decisión.4 Las intuiciones suelen presentarse más frecuentemente como reacciones
emotivas repentinas a determinados sucesos, percepciones o sensaciones que como pensamientos abstractos
elaborados y muy relacionados con las creencias e ideologías.
En el lenguaje popular suele significar con frecuencia presentimiento.5

Índice
 1Enfoques racionales de la intuición

 2Desde la psicología cognitiva y la psicología analítica

o 2.1La intuición en la tipología psicológica

 3Aspectos cognitivos

 4Esoterismo

 5Referencias

 6Bibliografía

 7Véase también

 8Enlaces externos

Enfoques racionales de la intuición[editar]


La conciencia no crítica. Suele dar por supuesto que el conocimiento directo en la experiencia por
los sentidos garantiza una intuición acerca de lo real.
Como se ha explicado la intuición en cuanto origen del conocimiento y sus formas, así como su relación con la
realidad y por tanto su contenido de verdad, ha dado lugar a casi todas las formas de consideración acerca del
valor de la filosofía y de la ciencia.
Desde el comienzo de la reflexión filosófica el conocimiento de los sentidos ha sido puesto en cuestión en cuanto a
su objetividad y universalidad, y por tanto su valor de conocimiento científico; suscitándose, entonces, el problema
permanente acerca de cómo es posible el valor objetivo de los conceptos y su relación con lo sensible y, en
definitiva, la objetividad del conocimiento en su pretensión de conocimiento verdadero como ciencia.
La llamada filosofía tradicional ha justificado la verdad de los conceptos como conocimiento obtenido por
abstracción del conocimiento singular de la experiencia, puesto que el entendimiento agente era capaz de "intuir las
esencias" de las cosas.
Si tradicionalmente se admitía la intuición del conocimiento sensible de la experiencia como la intuición intelectual
del entendimiento en la elaboración de los conceptos, tal planteamiento cambia radicalmente en la Edad Moderna.
Descartes6desde el racionalismo considera válida la intuición:

 en la representación sensible de la extensión como ideas en la conciencia y


 como deducción de ideas en la conciencia a partir de unos principios o ideas innatas; lo que
denomina análisis como conocimiento evidente con certeza, en la confianza en la bondad de Dios que no
puede engañarse ni engañarnos.
Los empiristas en cambio no reconocerán más intuición que la intuición sensible de la experiencia como ideas en la
conciencia; concibiendo la evidencia como "representación en la conciencia".
Kant distingue, en su Crítica de la razón pura, la intuición sensible condicionada a las "intuiciones puras de la
sensibilidad" pero no acepta la intuición intelectual.7 Siguiendo respecto a la primera el modelo empirista, considera
los conceptos de la experiencia como una síntesis (juicios sintéticos) de lo empírico o "a posteriori" y la propia
actividad del entendimiento en la aplicación a dicho contenido empírico de unos conceptos "a priori", (aplicación de
las categorías); el campo de aplicación de unos posibles "juicios sintéticos a priori", los propios de la ciencia, queda
limitado al campo de la experiencia posible. Lo que da lugar al criticismo.
Un intento de superación de la postura kantiana ha sido la de la fenomenología de Husserl pretendiendo una
"intuición de esencia" que recuerda la intuición tradicional platónico-aristotélica.
La cuestión del conocimiento científico en su relación con los conocimientos "formales" o a priori y los contenidos
"materiales" de la experiencia dio lugar a una profunda problemática en cuanto a la consideración y justificación del
conocimiento científico.
Los matemáticos por ejemplo según consideraron el fundamento de su ciencia se
denominaron intuicionistas o formalistas.
Hoy día la intuición es considerada dentro del marco de investigación de las acciones cognitivas, lo que se conoce
como cognitivismo. Es un problema de transversallidad en que intervienen multitud de ciencias tanto estrictamente
positivas (neurofisiología, biología molecular, genética, psicología,..etc.) como filosóficas (antropología, sociología,
lingüística, cultura... etc).
Según Burke y Miller la intuición sería la solución de problemas realizada de modo inconsciente y basada en el
conocimiento acumulado por la experiencia cotidiana, la actividad profesional específica y la formación académica.
Es decir, que la intuición no es una facultad distinta a la actividad racional y creativa ordinaria; su diferencia
radicaría en que el proceso que da lugar a su realización práctica se llevaría a cabo mediante una intervención
automática del subconsciente, en el que éste seleccionaría la información guardada en la memoria relevante en
cada situación particular.

Desde la psicología cognitiva y la psicología analítica [editar]


Jean Piaget en su obra Seis estudios de psicología, considera la intuición como una de las etapas del desarrollo
mental en la primera infancia. La define como una simple interiorización de las percepciones y los movimientos bajo
la forma de imágenes representativas.
La intuición es comprensión sintética, es el primer indicio de una profunda unificación subjetiva. La manera más útil
de desarrollar la intuición es mediante la interpretación de los símbolos. 8
Para el psicólogo Carl Gustav Jung la intuición es una función psicológica que transmite percepciones por vía
inconsciente. Todo puede ser objeto de esa forma de percepción, tanto objetos externos como internos. En la
intuición un contenido cualquiera se presenta como un todo acabado, sin que al comienzo seamos capaces de
indicar o averiguar como ha llegado a constituirse. Sus contenidos tienen, como los de la sensación, el carácter de
lo dado, al contrario de los contenidos del sentimiento y el pensamiento que tienen el carácter de algo 'derivado' o
'producido'.9
Se necesitan símbolos "mágicamente" efectivos, que contengan aquellos analogismos primitivos que hablan a lo
inconsciente. Sólo mediante el símbolo puede lo inconsciente ser alcanzado y expresado.10
Esa función del símbolo en el desarrollo de la intuición la define Howard Gardner como inteligencia intrapersonal,
como la habilidad para plasmar los sentimientos en códigos simbólicos. 11
Algunos autores12 entre ellos Gerd Gigerenzer argumentan que habitualmente se desarrollan muchos procesos
mentales en el cerebro que perciben y elaboran deducciones inconscientes o en un sentido más biológico
ponderaciones condicionadas por los prejuicios cognitivos donde solo el resultado pasa a ser consciente. Al
conocer el resultado de forma consciente y no el como se ha llegado a este la persona interpreta ese resultado
como una intuición o además debido a factores evolutivos como un resultado acertado. Este proceso natural es una
herencia evolutiva que permite una rápida conclusión que no entre en conflicto con la voluntad o consciencia del
individuo.13Otros autores asocian este factor evolutivo a la selección puesto que aquellos cuyo resultado inicial más
rápido les parece correcto reaccionan también con mayor velocidad y en condiciones de competencia esto puede
ser una ventaja, independientemente de la veracidad de la información o de como se ha llegado a este. La intuición
por tanto no deja ser una forma de prejuicio cognitivo. Con frecuencia es necesario saber solo el resultado, puesto
que así se evita el gasto energético de deducirlo conscientemente. Sin embargo, este modo de razonamiento
aunque eficiente evolutivamente no lo es cuando la respuesta inmediata no es necesaria. La consciencia es la
forma que tenemos los humanos de manejar mediante la lógica (reglas demostradas correctas sobre y con la
experiencia) y la experiencia (datos de entrada del mundo definido por nuestros sentidos) eficientemente a nuestro
ambiente. Las reglas de la lógica no son las únicas reglas que han sido usadas puesto que a lo largo de la historia
se han usado diferentes reglas o normas ideadas por diferentes estamentos sociales para dilucidar lo que es
verdad y lo que no es verdad a partir de nuestros sentidos. Véase epistemología y método científico.
Por otro lado la intuición analizada desde la perspectiva de la lógica no conduce a un resultado necesariamente
falso o falaz aunque el modo de razonamiento con el que se ha llegado a este puede que si lo sea. El no conocer el
modo de razonamiento nos hace entrar en la falacia ad ignorantiam (prejuicio cognitivo) impidiendo saber si el
método que realiza nuestro cerebro inconscientemente es correcto o no. Esto es así puesto que el saber o conocer
cómo se ha llegado al resultado permite la sistematización automatización y verificación del patrón de
razonamiento. Una vez conocido este patrón se puede probar y verificar si es cierto para todos los casos. La
verificación es muy importante ya que permite evitar el auto-engaño14 y aproximarse a la verdad. Por tanto, se hace
necesario desde una perspectiva sosegada analizar e intentar descubrir como el cerebro ha llegado a dicha
conclusión con los datos que posee. De esta forma se pasa de la intuición a la deducción. Así el modo de
razonamiento puede salir a la luz para mejorarse y/o modificarse.
La intuición en la tipología psicológica[editar]
Carl Jung en su libro Tipos psicológicos propuso la existencia de cuatro funciones principales en la consciencia
entre las cuales se encuentra la función intuición. Las tres funciones restantes son la sensación, el pensamiento y
el sentimiento. Estas cuatro funciones son modificadas por dos actitudes principales: introversión y extraversión. A
partir de esta teoría se desarrolla más tarde el Indicador Myers-Briggs que cuenta con 16 combinaciones
tipológicas (8 tipos más que en la tipología junguiana clásica) de las cuales cuatro son del tipo intuitivo;

 INTJ; Introvertido, Intuitivo, Pensamiento (Thinking), Calificador (o Judging).


 INFJ; Introvertido, Intuitivo, Sentimiento (Feeling), Calificador (o Judging).
 ENTP; Extravertido, Intuitivo, Pensamiento (Thinking), Perceptivo.
 ENFP; Extravertido, Intuitivo, Sentimiento (Feeling), Perceptivo.
Los dos primeros pertenecen a la intuición introvertida con orientación pensamiento y sentimiento respectivamente;
y los dos últimos a la intuición extravertida con orientación pensamiento y sentimiento, también respectivamente.

Aspectos cognitivos[editar]
Desde una perspectiva cognitiva,15 se considera que el cerebro trabaja con una mente de dos vías, las cuales
interactúan. Según Daniel Kahneman, hay:

 una mente oculta e intuitiva que es rápida, automática, que no requiere esfuerzo y que es asociativa e
implícita, y a la que no es posible acceder por introspección. Sobre ella, influirían dos elementos: 1) una serie
de atajos mentales, heurísticos, desarrollados a lo largo de la evolución, que son los que capacitan a los seres
humanos para los juicios rápidos y frugales (y que, en ocasiones, generan indicios perceptivos que pueden
generar ilusiones o falsas percepciones); 2) las asociaciones aprendidas a lo largo de una historia vital, que se
constituyen en sentimientos que guían nuestros juicios.
 por otro, está la mente consciente o explícita, discursiva, secuencial, racional, y que requiere un esfuerzo
para que funcione.

Esoterismo[editar]
Las mayoría de doctrinas esotéricas dan una gran estima a la intuición, entendiéndola como una facultad
complementaria o alternativa a la razón.

Referencias[editar]
1. ↑ Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «intuición». Diccionario
de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 26 de mayo de 2017.
2. ↑ Ferrater Mora op. cit. entrada "intuición"
3. ↑ Sobre todo la tradición platónico-aristotélica y su incorporación a la filosofía cristiana.
4. ↑ El Pais.com. Jenny Moix (14-11-2010): “¿Podemos fiarnos de la intuición?”.  Consultado: 14-05-2-011
5. ↑ drae: intuición
6. ↑ http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Descartes/Descartes-
Intuicion.htm Intuición en Descartes.
7. ↑ http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Kant/Kant-Intuicion.htm Int
uición en Kant
8. ↑ Alice Bailey. Espejismo, un problema mundial. Argentina. Fundación Lucis, 1950
9. ↑ Carl Gustav Jung, Tipos psicológicos, Ed. Sudamericana, pág. 539.
10. ↑ C. G. Jung- R. Wilhelm. El secreto de la Flor de Oro. Buenos Aires:editorial paidós, 1961
11. ↑ Howard Gardner. Estructuras de la mente. Santafé de Bogotá: Fondo de Cultura económica, 1993
12. ↑ «El cerebro de Darwin: Intuiciones y toma de decisiones». Consultado el 2009.
13. ↑ «Cerebro: La Intuición En La Toma De Decisiones - Ciencia Y Sociedad Xii. Por Qué Somos Como Somos».
Archivado desde el original el 27 de noviembre de 2012. Consultado el 2009.
14. ↑ Bach, Kent (1981), “An Analysis of Self-Deception”, Philosophy and Phenomenological Research, vol. 41,
nº.3, pp. 351-370.
15. ↑ Cf. David G. Myers, «El poder y los peligros de la intuición», Mente y Cerebro, 33, 2008, págs. 22-29.

Bibliografía[editar]
 Fradet, Pierre-Alexandre, Derrida-Bergson. Sur l'immédiateté, Hermann, Paris, coll. "Hermann Philosophie",
2014. ISBN 9782705688318
 Ferrater Mora, J. (1984). Diccionario de Filosofía (4 tomos). Barcelona. Alianza Diccionarios. ISBN 84-206-5299-
7.

Véase también[editar]
 Hemisferio cerebral
 Creatividad
 Instinto
 Intelecto
 Prejuicio cognitivo
 Sentido común
 Intuición empírica
 Intuición intelectual
 Intuición femenina
 Intuición sensible
 Pensamiento intuitivo
 Sexto sentido
 Paradoja del cuervo

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