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durante el reinado de Eduardo I (1272-1307). Restableció el poder real, y respetó las prerrogativas del parlamento; incorpora Gales, pero
su intento de incorporar Escocia fracasa. A comienzos del s. XIV, la monarquía feudal inglesa era uno de los reinos mejor organizados de
Europa y volvía a ser una de las potencias más fuerte de Occidente.
4.- LOS REINOS DE LA A principios del siglo XIII, la P. Ibérica estaba dividida entre cinco reinos cristianos al norte (Portugal, León, Navarra y Aragón) y una
PENÍNSULA IBÉRICA: EL España islámica o al-Andalus al sur, quedando la presencia islámica de manera residual (reino de Granada). Una coalición formada por los
GRAN AVANCE DE LA reyes de Castilla, Aragón y Navarra derrotó completamente al califa almohade en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Al-Andalus se
RECONQUISTA divide en una serie de pequeños estados “terceros reinos de taifas”. Portugal: será el primero en concluir su proceso de expansión territorial,
ocupando rápidamente el Algarbe, el Alentejo, y la desembocadura del Guadiana. Castilla y León: El reino de León ocupará Extremadura,
y a la muerte del monarca leones Alfonso IX (1171-1230), los reinos de León y Castilla se unen de forma definitiva bajo el rey Fernando
III (1230-1252). Las grandes ciudades como Baeza, Úbeda, Córdoba, Jaén, entre otras, van cayendo hasta que el proceso de ocupación
concluye con la conquista de Sevilla (1248) y el reino de Murcia (1243). La corona de Aragón: inicia la ocupación de territorios
musulmanes. Jaime I de Aragón (1213-1276) ocupó la isla de Mallorca (1229) el reino musulmán de Valencia (toma de su capital en 1235),
y las últimas plazas (1245). El reino de Navarra: al carecer de frontera directa con los territorios musulmanes, sufrió una creciente
influencia francesa, pasando a manos de esta monarquía desde 1274 hasta 1328. A partir de la 2ª ½ del siglo XIII, la presencia islámica en la
Península queda reducida al pequeño reino de Granada, cuyo monarca estaba sometido al vasallaje del rey de Castilla, pagando un tributo
anual. Ya a ½ de este siglo, el proceso de expansión territorial cristiana se detiene y al no haber más territorios que repartir, empezaron a
surgir problemas y conflictos. En Portugal, una revuelta nobiliaria (1245) desencadenó una guerra civil, que terminó destronando al
monarca portugués Sancho II (1207-1248). Su hermano y sucesor, Alfonso III (1248-1279) empezó una lenta recuperación del poder
monárquico, culminándolo su sucesor Dionisio I - Don Dinís (1279-1325) intervendrá en asuntos internos del reino de Castilla y gracias a
ello conseguirá una rectificación favorable del trazado de la frontera castellano-portuguesa mediante el tratado de Alcañices en 1297. En la
corona de Aragón, en los últimos años del reinado de Jaime I, se empiezan a apreciar desencuentros entre la monarquía y la nobleza. Se
inicia la expansión por el Mediterráneo con la ocupación de Sicilia por su sucesor, Pedro III de Aragón (1240-1282). La isla se encontraba
en manos de la dinastía francesa de los Anjou y, en teoría, era un feudo pontificio, lo que supuso la inmediata hostilidad del Papa y del rey
de Francia. No obstante, la corona de Aragón alcanzará su momento de apogeo durante el reinado de Jaime II (1291-1327), que en política
exterior, conquista Alicante, elche y Orihuela a Castilla, y la ocupación de la isla de Cerdeña. La corona de Castilla-León, 2ª ½ siglo XIII,
contempla los primeros síntomas de crisis: debía afrontar la repoblación y asimilación de los territorios conquistados, la expansión cesó de
forma abrupta, y la situación económica tendía a deteriorarse. Estos problemas son afrontados por Alfonso X (1252-1284). Intentó crear el
germen de un verdadero estado. Su obra legislativa, aspiraba a crear unos códigos unificadores basados en el derecho romano, e intentó ser
elegido emperador del Sacro Imperio. Para financiar su ambición de ser emperador, sometió al reino a una fuerte presión fiscal, pero la
nobleza castellana se sublevó y la candidatura imperial fue desestimada. Un pueblo del norte de África, los benimerines, invadieron
Andalucía, y una rebelión encabezada por el hijo del rey, el infante don Sancho, prácticamente destronó al monarca, que murió en Sevilla en
1284. En política exterior, los benimerines, intentan establecerse a orillas del estrecho de Gibraltar (Tarifa, Algeciras, Gibraltar). Este hecho
desencadenará la llamada “Batalla del Estrecho” entre Castilla y los benimerines aliados con el reino musulmán de Granada. El conflicto
será largo y duro, resolviéndose a favor de Castilla, a mediados del siglo XIV. En política interior, los monarcas castellanos tienen que
afrontar una ofensiva intensa y continuada de la nobleza contra el poder real. Sancho IV (1284-1295) mantuvo la autoridad de la monarquía
castellana frente a los ataques nobiliarios. Tras su muerte, la minoría de edad de su hijo Fernando IV (1295-1312) junto a su madre y
regente María de Molina intentará preservar los intereses de la monarquía con la ayuda de los municipios urbanos, hasta que se desencadenó
una guerra civil en Castilla que terminó con un claro predominio de la nobleza. Esta situación no cambió tras su mayoría de edad, y el poder
hegemónico de Castilla sufrió un claro eclipse a finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV.
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5.- LOS REINOS DE LA En el siglo XIII las monarquías del norte y este de Europa, tuvieron que hacer frente a la creciente expansión germánica. La más sólida y
EUROPA NÓRDICA Y organizada era Dinamarca, sufrió pérdidas territoriales a favor de los alemanes, y un fuerte conflicto que enfrentó iglesia/monarquía. A
ORIENTAL nivel institucional, logra progresos: se elabora un inventario general del reino (catastro), aparece una especie de parlamento o asamblea de
grandes, y el rey concede un texto bastante parecido al de la Carta Magna inglesa (1282). Noruega, realiza importantes avances, la figura
del rey empieza a realzarse, y el derecho consuetudinario es sustituido por un código escrito que reserva el poder legislativo y el judicial al
monarca. Sin embargo en la 2ª ½ del siglo, el rey concede importantes privilegios a la “Hansa” o liga de ciudades comerciales del norte de
Alemania, lo que supuso una amenaza para la autonomía a nivel económico. Suecia, El poder real asume el derecho a legislar, y a nivel
institucional aparece una especie de parlamento, además de lograr una importante expansión territorial al conquistar Finlandia. Pero, al igual
que en Noruega, también otorga ventajas comerciales a la “Hansa” germánica, lo que a la larga será perjudicial para el progreso económico
del país. Polonia, la monarquía sufre un proceso de disolución por el “seniorato”, en virtud del cual, los miembros de la dinastía real de los
Piast, dividían el país en ducados, y el de más edad se reservaba el título de rey. El resultado de la aplicación de este régimen fue una
profunda fragmentación territorial. Sufrió una invasión de los mongoles (1241), experimentó una unión temporal con el reino de Bohemia
(principios s.XIII) pero su mayor amenaza fue el creciente expansionismo alemán. No obstante, logró conservar su identidad nacional, en
buena parte, gracias a la acción de la Iglesia polaca. Hungría la monarquía empezó a conceder privilegios a la alta nobleza. A mediados de
siglo, el reino sufrió graves destrucciones y saqueos durante las incursiones de los mongoles. Finalmente la dinastía real de los Arpad se
extinguió en 1301, pasando el reino a dinastías extranjeras. El más próspero, en el s. XIII, fue sin duda Bohemia, su apogeo llega con el
reinado de Ottokar II (1252-1278), se convirtió en el príncipe más poderoso del Sacro Imperio, se anexionó territorios germánicos,
llegando incluso a ambicionar la corona imperial. Pero en la batalla de Durnkrut (1278) fue derrotado por el emperador Rodolfo de
Habsburgo y sus recientes adquisiciones pasaron a ser patrimonio de los Habsburgo.
Francia - DINASTÍA DE LOS CAPETO Inglaterra - DINASTÍA DE LOS ANGEVINOS Península Ibérica
Felipe II Augusto (1180-1223 Juan sin tierra (1199-1216) Alfonso IX (1171-1230) - León
Luis VIII (1223-1226) Enrique III (1216-1272) Fernando III (1230-1252) “el santo” – Castilla y León
Luis IX (1226-1270) “San Luis” Eduardo I (1272-1307) Alfonso X (1252-1284) – Castilla y León
Felipe III (1270-1285) Sancho IV (1284-1295) – Castilla y León
Felipe IV “El Hermoso” (1285-1314) Fernando IV (1295-1312) – Castilla y León
Jaime I de Aragón (1213-1276) – Aragón
Pedro III de Aragón (1240-1282) - Aragón
Jaime II (1291-1327) - Aragón
Sancho II (1207-1248) “el piadoso”- Portugal
Alfonso III (1248-1279) “el reformador”- Portugal
Don Dinís (Dionisio I) (1279-1325) “el labrador” - Portugal