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OIBERMAN - OBSERVANDO A LOS BEBES

• Durante muchos años se asigno a la temprana infancia y al niño pequeño un valor mucho menor que al niño mayor,
al joven y al adulto. Sin embargo si la especie humana se perpetuo a lo largo de tantos años es porque siempre existió
la percepción de precariedad del recién nacido y su necesidad prolongada de cuidados. El tema de la maternidad, de la
relación madre - hijo, y de las condiciones de crianza y cuidado prevalecieron desde la prehistoria hasta la actualidad.

• PREHISTORIA: Si bien, no existen pruebas del modo en que se relacionaban la madre y su hijo en la prehistoria de la
familia, se plantean 2 factores importantes a tener en cuenta:
- Bipedestación - posición erecta: Al liberar las manos permitió llevar bultos o niños pequeños. Contribuyo a la
utilización de los miembros superiores para transportar a los niños. Podemos encontrar aquí el vínculo madre - hijo, ya
que este modo de sostener a los bebes permitía la interacción cara a cara durante la alimentación y el cuidado.
- Desarrollo del encéfalo: Determinó 1 cambio profundo en la reproducción ya que las exigencias del uso de
instrumentos seleccionaban cerebros más grandes.
La pareja prehistórica adquirió una ventaja selectiva el día que logro repartirse las tareas, la mujer se encargo de la
crianza y el hombre de buscar alimentos.

• DE SUMER A BABILONIA: Para esta sociedad la finalidad última del matrimonio era el nacimiento de un hijo,
preferentemente un heredero varón. En el momento del parto se realizaba un ritual con el fin de proteger y garantizar
el alumbramiento. La mujer madre gozaba de privilegios suplementarios su marido no podía repudiarla y dentro de la
familia era ella quien realizaba los contratos de crianza cuando se ponía una nodriza. La maternidad elevaba su
condición social, mientras que la esterilidad era un motivo de divorcio. El niño era criado por su madre hasta los 3
años aproximadamente, época en que se realizaba el destete, luego pasaba a estar bajo la autoridad del padre, quien
se encargaba de su educación.

• LA MATERNIDAD EN LA EPOCA FARAONICA: La mujer se encargaba de las tareas domesticas y de la educación de


los hijos de corta edad. El hijo era el objetivo obligado de la familia y el centro de las preocupaciones morales. Ya
desde la infancia se establecían los roles futuros de manera discriminada: jefes de familia responsables para los
varones y amas de casa para las mujeres. En la 1° infancia los cuidados eran brindados por la madre, al padre le
correspondía transmitir a su hijo su experiencia. Esta enseñanza moral es complementaria de la educación intelectual
y física que el hijo recibía en las escuelas. Los egipcios creían mas en lo adquirido que en lo innato.

• LA MADRE Y SU HIJO EN GRECIA: Las mujeres griegas tienen un gran afán en torno al nacimiento y al matrimonio: es
su tarea, la única en la que el padre no tiene reconocimiento social. Para ello tienen intermediarias, las divinidades: a
Eilitia se la invoca para tener un parto feliz, Artemisa recibe la ofrenda de las sabanas de la parturienta y es la diosa
protectora de los recién nacidos. La madre desempeña un papel determinante en la transmisión de la ciudadanía. El
nacimiento se producía en el hogar. Después de 10 días se realizaba un ritual en donde se le daba un nombre al niño y
se lo mostraba a parientes y amigos. Mediante esta ceremonia el recién nacido es reconocido, ante testigos, por su
progenitor.

• LA MADRE ROMANA: Mortalidad elevada. Las mujeres tenían un destino fijado por la maternidad. Un gran numero
de mujeres que daban a luz morían en el parto o como consecuencia del mismo. Debido a que la amplitud de la pelvis
condicionaba los partos se aconsejaba formar el cuerpo de la niña y el niño con ayuda de vendajes que envolvían por
completo a los bebes durante los 2 primeros meses. En el caso de la niña se apretaba el vendaje cerca de los hombros
y el pecho, dejando libre las caderas para lograr una pelvis grande. En los varones se comprimían las caderas.
Para los romanos nacer en la familia no bastaba para asegurarse la condición de descendiente legítimo. El padre
aceptaba o rechazaba al hijo. Abandonarlo o sacrificarlo era algo corriente, era un método de regulación de natalidad.
El padre tenía poder de vida o muerte sobre los miembros de la familia. La mujer solo era vista como el envoltorio
orgánico que contenía un hijo, sobre el cual el padre tenía todo el derecho. Ésta era una vía de paso para la
transmisión del linaje paterno. La madre no tenía ninguna importancia social ni jurídica, se la reducía a sus funciones
puramente naturales. Es al padre a quien le corresponde el cuidado de los hijos. La única función que tenia la madre
era la nutrición a través del amamantamiento, pero cuando el niño ya sabe hablar, desaparece de la escena. Durante
los primeros 2 meses se mantiene al bebe tieso, mediante fajas ajustadas en las partes que se querían afinar. Luego se
aflojaban, liberando 1° el brazo derecho para que el niño fuera diestro.Las enseñanzas estaban dirigidas por el padre y
estaban a cargo de el pedagogo.

• EL AMOR MATERNAL EN EL MEDIOEVO: Tener y educar a los hijos era la profesión de las esposas. La sociedad
compartía la idea de que Dios había creado a las mujeres con el sólo propósito de traer herederos al mundo. Un buen
matrimonio incluí muchos hijos y una buena esposa lo era si tenía hijos. Cualquier otra opción era considerada
anormal. De la existencia de los hijos dependía la herencia, los bienes familiares, las relaciones de fuerzas en el ámbito
político, y la estabilidad de los grupos de poder. A partir de los 4 años a los niños se los obligaba a trabajar en el
ámbito de trabajo de la madre, lo cual hacia que se diera una fuerte unión afectiva entre madre e hijo. El embarazo, el
parto y los conocimientos relacionados con los mismos constituían un dominio reservado a las mujeres.

• SIGLO 15: Hacia fines de dicho siglo comienzan a aparecer indicios de una nueva relación con los niños. Hay mayor
voluntad por parte de la sociedad de preservar la vida de los más débiles, en este caso los niños pequeños.

• SIGLOS 18 y 19: En los últimos 30 años del siglo 18 se produce un cambio radical: la imagen de la madre empieza a
revitalizarse. Se le crea a la mujer la obligación de ser madre ante todo. Aparece el amor maternal como un
sentimiento con valor moral y social simultáneamente. En relación a los métodos de alimentación, las madres
deseaban darles el pecho a los bebes en lugar de entregarlos a una nodriza.

• SIGLO 20: La maternidad se extiende más allá de la autonomía física del niño, asumiendo la responsabilidad de
garantizar su educación. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo anuncia una nueva revolución familiar. El
foco se desplaza hacia el padre, para compartir junto con la madre las responsabilidades de la educación y crianza de
los hijos.

• Maternaje: Proceso socio - afectivo que acontece o no en la mujer cuando tiene al niño.
• Maternidad: Acontecimiento biológico.

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