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Elicura Chihuailaf,

Alerce
Año 8, N° 74, octubre de 2020. Director: David Hevia
Premio Nacional
de Literatura 2020

Ñi pewma mew vlkantunmu ti puel


Desapego mapu witrunko
La voz poética Logré crear un sueño versátil y floreado Choñv kachuwvn
de Daniela Sol en cada elemento, como una llave
que me condujo a la célula original.
gvnetulmekefiel ti mawvn
ka pvrvm wamfiñ ti pvlef
Cajas de madera que al abrirlas chi mawvn
escupían olor a reinas y frutas. witrulu lelfvn mew
Nacida en Talca en 1983, Daniela Sol es poeta Gvforechi mu ti mawvn!
y doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de Campos/Sonidos allkvtuwvn, puru purugen
Alicante, España. Residió durante ocho años en palabras/letras ti rayen mu
México, donde realizó su Maestría en Estudios recortes/cuerpos Nepeli fey ayiwkvlen witrañ
Latinoamericanos en la UNAM. Es autora de los témperas/sílabas. pvramuwan
poemarios Sonidos errantes (2014) y Postales y nvwkvlean feyti kvme nvmvn
El árbol danzante testigo de la saliva vertida lafanza rayen mu.
espejismos (2016), y del soliloquio Fractura (2015). también esconderá silenciosamente los
Antologada en diversas publicaciones, realizó además estridentes
una Antología internacional de poesía feminista (2018). gemidos Cuando en mis sueños cantan las aguas
La poesía, señala, “es el espacio bendito que aparece en de las alianzas púrpuras. del este
cada estímulo del día”. Los siguientes son algunos de
sus versos. Comienzo a desentenderme del infinito elixir Marchito pasto soy
que me dieron los 2190 amaneceres, haciendo señales
72 bolsas de té, trozos de vidrios de colores, a la lluvia
en los que me perdí mirando este techo de mas luego siento
estrellas las primeras gotas
Legitimidad del ser bipolares. que caen sobre el campo
Aunque respirando la inercia ¡Que me moje esta agua!
A Stella Díaz Varín percibo la lenta, la tan lenta me oigo decir, bailando
despedida del aleteo de mis plantas. entre las flores
La muerte no pudo conmigo A diario me abandonan. A diario las ausento. Al despertar me elevaré
ni con los tejidos erróneos de mi silencio. Renuncio a todo. emocionado
Los intentos por apagar mi canto fueron absurdas sosteniéndome en el aroma
maniobras de las miradas negligentes Bien lejos, por allá en otros caminos de una lavanda.
escandalizadas ante la decadencia de mis yemas. los intrigados me preguntan:
“¿y no te quemas al entregar
Tengo tatuada la soledad como un versículo constante tu construcción de calcio y coral?”.
un mantra que repite, anárquico, las horas marginales
de mi risa, de mi sexo, de la palabra escondida pendiente Cierro mis salados ojos.
en racimos. Desaparezco al unísono Ko ñi newen yeneenew
de toda esta constelación amarilla.
Cincuenta estrellas reciben mi llanto Nada soy. Zewma fvchan iñche aliwen
aquel capítulo que gemí al ver morir a mis hijos rayilelu mu
o cuando la insensata tortura se dibujó en mi cuerpo. azkintulen fiñ ti afpun mapu
La muerte no pudo conmigo Tunten kvrvf mew miyawken?
ni con el humo ensordecedor que le dio kimlam
Nome lafken mew petu konchi
color a esta voz de acero.
Impromptu antv mew
El tiempo, en cambio, viene despacio werkvlenew zewma ñi Kallfv Kvyen
a instalarse en mi nombre En aquel pérfido acto amuan ka ñi llowmeafiel
y limpiar la indecencia empañada en el espejo de cerrar los ojos pu Fvchakecheyem
que poco a poco reivindica mis pesares. surge el sutil deseo Kallfv, kallfvley tati mapu
de escritura intangible. chew yiñ amuan
Un espejo que rodea Ko ñi newen ñochikechi yeneenew
las simbiosis hasta reducirlas Wenu Lewfv kiñe pichi troykeley
al ronroneo de la arena. mvten tuwaykvlelu kom
afpun Mapu mew
Hay estéticas azules que
sólo aparecen en el sueño Tvfachi Pewma mew mvlewean:
dimensiones y acuarelas Remumvn pu remukelu! Ñvkvfkvlen
prohibidas para el alma amutuan
del que respira las horas lakenochi vlkantun mogen mew.
despiertas.
Los poderes del agua me llevan
Cerrar los ojos es un acto
político. Viajar por universos Viejo estoy y desde un árbol
parecidos al océano y quitar en flor miro el horizonte
el velo cíclico de las horas ¿Cuántos aires anduve?, no lo sé
es deshacer nudos Desde el otro lado del mar el sol
darle sentido al presente que se entra
escuchar el corazón me envía ya sus mensajeras
del mirlo que emigra. y a encontrarme iré
con mis abuelos
Despertar. Regresar Azul es el lugar adonde vamos
sintiendo el suspiro Los poderes del agua me llevan
del gato paso a paso
percibir la saliva en la Wenulewfv, el Río del Cielo
almohada como cuando es apenas un pequeño círculo
la tierra otorga ese olor a en el universo
humedad, y recibir luces
como este poema En este Sueño me quedo:
que no es más que un regalo ¡Remen remeros! En Silencio
onírico me voy
de una siesta otoñal. en el canto invisible de la vida.

Daniela Sol Elicura Chihuailaf


quehaceres...
Alicia Pereda Emitir a la historia
un presente pasado que será lumbre
mi añoranza.
a mi orfandad
(1954-2020) y correr en libertad a través de los alelíes
del plantío vida.
9
Tu paso
fue melodía
Nacida en Concepción, Alicia Pereda inició sus Sé que habrá nuevas ventiscas que abrevió mi silencio
estudios de Pedagogía en Antofagasta en 1972, para y será áspera la espera del reposo... y creó un nuevo amanecer
luego residir durante 23 años en Bulnes, donde en esos días te buscaré
desplegó una intensa labor cultural, que incluyó, entre Tu tiempo
otras actividades, el desarrollo de talleres literarios. Recurriré a la memoria donde se hizo manto de rocío sobre
Autora del poemario Mariposas en la ciénaga (2009), almacené la paz mis labios desaprobados.
su verso fértil se dejaría sentir más tarde en Chillán, y tendré actualizada en mi alma
ciudad en la que se convirtió en cofundadora de la Tu presencia. Tu aroma recrea
Filial Ñuble de la Sociedad de Escritores de Chile en en mi piel
2016. Su impronta en las letras nos lega pasajes como 4 los sabores de la edad primaveral
el que compartimos a continuación: y se desliza suave por mis pensamientos
Conversaré con los fantasmas...
les diré que... será tu jornada Tu frescor llegó de golpe
Me voy, ya nada me retiene, nada me queda.
la que habite a mis brazos adormilados
Los últimos recuerdos los he dejado guardados
desde hoy Te espero.
bajo el árbol que plantaron mis padres para mí
Entre hojas amarillentas se han ido deshaciendo mi heredad
y riegue las enredaderas Lidia Mansilla Valenzuela
y han nutrido las raíces para florecer en primavera.
Me llevo en mis gastados bolsillos los últimos
Serás ritual sagrado.
rayos de un sol que se prende a las aguas del mar
sediento y cansado, como una barca pintada de oro
que quiere anclar entre bancos de suaves arenas. 5
Hoy llego a retozar tus caminos
Alicia Pereda a sumergirme en tu bahía,
a impregnarme de sabor marino. Narrativa
Hoy dialogas con mi poesía
y correteo por las planicies

Los versos de del descanso


Hoy amanezco con tu lumbre
Luto en el mesón del barrio
Cuando volvimos, el hombre todavía estaba
Lidia Mansilla Tu esencia colma mi jarrón de sonrisas
sometes mi voluntad
apoyado en el mesón. Hacía muchos años, al verle allí
por primera vez, sus ojos eran más verdes y su pelo
de no creer, brillaba negro como el carbón. Ahora se había vuelto
ni estar. opaco, sucio, y cayendo como el junco seco de las
Destacada forjadora de la palabra en el país, casas rurales y antiguas, había menguado su frondoso
Lidia Mansilla Valenzuela es integrante de la Sech y, Y en estos quehaceres volumen, como llevado por el ventilador que aún era el
en su condición de poeta y narradora, ha sido aprendí el afán de tenerte. mismo pendiendo del techo, y le cubría la oscura frente
incorporada a la Cartografía de Artistas de Chile, del agrietada ya como las viejas paredes. La copa mostraba
Ministerio de Educación. Embajadora Cultural de la 6 al pasar el esperpento de nuestros cuerpos
comuna de Arauco, ha recibido, junto a otras desplazándose en la circulación interminable del cristal
distinciones, el Primer Lugar en el Concurso Nacional Después de tu sabia, ennegrecido. Él, sosteniendo con sus dedos el borde del
de Cuentos Rurales (2004). Formadora de varias maduró mi viña vaso, copiaba en éste una compañía larga que le
generaciones a través de talleres literarios, es autora de y se hizo ajena al llamado hablaba desde el principio de sus caminos, simulando la
24 libros, entre los que se cuentan versos como los que de los fantasmas comunión del hombre con su alma misteriosa.
incluimos aquí, de su obra Suscribiéndome a la lluvia. Permanecía fijo, como si se tratara de una
Es la paz, la quietud del ánimo
Hoy sugieres despertares estatua junto al mueble, mirando a la calle que también
3 que no sabía mi insomnio en sus ojos reflejaba nuestra marcha deforme y
Te haces gaviota y me enseñas brumosa. No hubo tarde en la que no se le viera allí; el
Ya es el momento, bar parecía tener en su imagen crepuscular la invitación
la palabra ternura.
la hora, en que hable el corazón muda para entrar en él y compartir callados y
y deshacer las máscaras guardadas melancólicos ese universo interior que sorbo a sorbo se
en el baúl. 7 iba apoderando de la sangre y los sentidos.
El campo está cruzado de maleza La esquina era una boca sombría y honda que
Dejar entrar los sueños,
y eres hortelano en mi sembradío se tragaba lenta a los hombres del barrio; la antesala de
esos que no se hacen leña.
aquel túnel de olvido que, igualmente nebuloso, se
Abriré nuevos surcos para hablar combinaba con la bruma y el sueño de cada noche.
con tu semilla, Cuando nos borró definitivamente de sus ojos,
aprenderé un dialecto que madure cerró una puerta por dentro, hermética, terminante y
mi alma. rotunda, como su silencio; y allí comenzó a perdonar
secretas y generosas mezquindades que habían rodeado
Cuando
su vida.
la vigilia deje de brotar inhóspita
El único orador, bajo un ciprés que apuntaba
los murmullos
derecho al cielo, recordó aquella tarde de invierno, con
se harán palabras y regarán
el semblante avergonzado, que le había conocido
mis sementeras
cuando desde pequeño le ayudaba a guardar sus
La nostalgia será sólo marasmo pesadas cosechas.
de estrellas carcomidas Al caer el último guijarro, la lluvia nos daba
que no habitarán en mi cerca. azotes impulsada por el viento.

Luis Contreras Jara


8
Humedeciste la arcilla de mí
malgastada
vasija
y apareció tu nombre,
los caracoles
se fueron a dormir su siesta
interrumpida.
Generador de vida,
soñé que en algún recodo
vendrías a mi campo
de noches deshilvanadas
Quiso la nostalgia y la poesía
que llegaras y me mostraras
el principio de las horas,
estaciones dormidas
Imagen a la izquierda: Dora Maar. La conversación (1937).

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