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NO SE VALE HACER TRAMPA POR YOKOI KENJI

PRESENTADO POR:

ANGIE PATRICIA NARANJO ALARCÓN

PRESENTADO A:

JAVIER RODRIGUEZ

CATEDRA UNIVERSITARIA

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA

INGENIERIA GEOLOGICA

SOGAMOSO

26/NOV/2020

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NO VALE HACER TRAMPA

La integridad es una connotación social y sobre todo de un proceso qué debe iniciar

en los hogares como parte de formación, cuando se crece con valores y principios

morales se verá reflejado en la conducta de un ser humano, una conducta donde

se mostrará hasta el más mínimo detalle como lo es respetar un semáforo. La

integridad es guardar principios cuando se crece con tantos principios de alguna

manera se hace fuerte una sociedad para enfrentar las dificultades.

Hay parámetros culturales donde sus rasgos comparativos pueden ser muy fuertes

como en este caso la cultura japonesa y la cultura latina: Los Japoneses son

reconocidos por tener una fuerte cultura de valores tradicionales, las normas y

conductas son claras, pero no de una forma de imposición sino como convencimiento

personal. donde es muy marcado el respeto por lo ajeno, porque denotan que la

inteligencia es guardar principios y NO hacer trampa.

Al contrario, la cultura latina usa la inteligencia para favorecerse personalmente, los

adultos piensan que los niños desarrollan habilidades para hacer trampas eso es ser

inteligentes “abejas”. el deterioro de la honestidad, de la buena cultura del respeto es

un mito, desafortunadamente se vive en un círculo vicioso donde se abandonan los

principios y se permiten tomar lo que no les pertenece desafortunadamente estas

malas costumbres se adquieren desde la familia, el deterioro de los valores es tan

notorio que se ve reflejado en el diario vivir, las personas se excusan que el gobierno

es el causante, el detonante en el deterioro de valores porque el gobierno roba y

malgasta los bienes..

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Es debido resaltar que no todos los latinos son personas deshonestas, la gran mayoría

trabajan diariamente para ser un mejor país, dando a entender que ser honesto no es

ser una persona íntegra, ya que esto va más allá de hacer o no hacer cosas que son

correctas, aunque nadie lo esté viendo.

Yoqui Ken ji hace una comparación entre ser honesto y ser íntegro y recalca que el ser

honesto es precioso, pero ser íntegro no tiene precio, el ser honesto habla de lo que un

ser humano hace, pero ser íntegro habla de lo que un ser humano es, el ser honesto

habla de lo que una persona dice, pero ser íntegro habla de lo que una persona piensa;

Ser honesto habla de mis actos públicos, pero ser íntegro habla de lo que yo hago,

aunque nadie esté viendo, dando a entender qué de nada sirve engañar al mundo

entero si hay una generación que nos sigue viendo lo que somos lo que hacemos y aún

más importante un ser interior que sabe todo lo que hacemos, es decir, la conciencia;

todo esto se enseña y se transmite de generación en generación.

En conclusión, la cultura japonesa y latina denotan principalmente la familia como

núcleo fundamental para la formación integral de cada cultura, estas ejercen un impacto

social y presentan diversas diferencias en cuanto al método de formación hacia una

persona basándose en lo correcto he incorrecto como lo que es ser o no ser inteligente.

Para ser una persona íntegra y de valores, hay que tener una formación completamente

honesta desde casa, gracias a esta se forman personas con el carácter necesario para

hacer lo correcto, es decir personas con la capacidad de ante cualquier situación tomar

la decisión correcta con paciencia y determinación.

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