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ose' Dana

QUÉ ES LA DRAMATURGIA
Y OTROS ENSAYOS
JOSEPH DANAN
Joseph Danan es dramaturgo y profesor

y en el Instituto de Estudios Teatrales de la


1UES LADRAMATURGIAYOTROS ENSAYO

Universidad de la Sorbona París 3. Algunas


de sus obras han sido traducidas al español,
Y como Callejón de Lis —dirigida en 2003
por Jean-Frédéric Chevallier en México—,
Roarning Mundo y Police Machine,
que él mismo llevó a la escena en México
en 2004 y en 2009. Representadas
frecuentemente en Francia y Portugal,
sus obras infantiles han sido publicadas
en la editorial Actes Sud-Papiers
(Les Aventures d'Auren, le petit serial killer,
2003; ¡ojo le récidiviste, 2007;
A la poursuite de Ibiseau du sonuneil, 2010).
Joseph Danan es a su vez novelista (Allégeance,
Gallimard, 1992) y poeta (A poéme, I:Instant
Perpétuel, 2006). Su última publicación,
1:Atelier d'écriture théátrale (Actes Sud-Papiers,
2012), fue escrita en colaboración
con Jean-Pierre Sarrazac.
ZYleit~

Víctor Viviescas, traductor de esta obra,


es coordinador académico de la Maestría
Interdisciplinaria de Teatro y Artes Vivas
de la Universidad Nacional de Colombia,
donde también trabaja en las maestrías
de Estudios Literarios y de Escrituras Creativas.
Realizó estudios de doctorado en la Universidad

_ 11' LO: de la Sorbona París 3, bajo la dirección de


Jean-Pierre Sarrazac. Es investigador,
director de teatro y dramaturgo, y dirige

TECNICA
Mur.
*rae Traducción del francés
VÍCTOR VIVIESCAS
~0~1.- TEORtA

Té Y A
...CNIC
_ - en Bogotá Teatro Vreve-Proyecto Teatral.

PASODEGATO
SERIE TEORÍA Y TÉCNICA

QUÉ ES LA DRAMATURGIA
Y OTROS ENSAYOS
SERIE TEORÍA Y TÉCNICA

PASODEGATO

QUÉ ES LA DRAMATURGIA
Y OTROS ENSAYOS

JOSEPH DANAN

Traducción del francés


VÍCTOR VIVIESCAS

11±
Y AC
scl nous ommArOceAncAs

4A CONACU LTA
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
7

Primera edición, 2012

Danan, Joseph.
Qué es la dramaturgia y otros ensayos / Joseph Danan traductor
Víctor Viviescas. -- Primera edición. -- México : Toma, Ediciones y
Producciones Escénicas y Cinematográficas : Paso de Gato, 2012. ÍNDICE
128 páginas 21 cm. -- (Colección de artes escénicas. Serie teoría
y técnica)
Publicado con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes y la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. PRIMERA PARTE
Incluye bibliografías

QUÉ ES LA DRAMATURGIA ♦ 11
ISBN 978-607-8092-34-5

1. Drama - Técnica. 2. Dramática. I. Viviescas, Victor, traductor II.


titulo. III. Serie.

808.2-scdd21 Biblioteca Nacional de México


SEGUNDA PARTE

NUEVAS DRAMATURGIAS

Lo que cambió ♦ 77
Publicado con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
y la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados
Escritura dramática y performance ♦ 89
ISBN 978-607-8092-34-5
El modelo soñado de una escena sin modelo ♦ 99
C Artes Sud, 2010
Qu' est - ce que la dramaturgie?
e Joseph Danan El teatro en la era de la interconexión generalizada ♦ 113
Ce qui a changé
"Ecriture dramatique et performance
"Le modéle revé d'une scéne sans modele"
"Le théátre á llre de l'intercbnnexion généralisée"

© Toma, Ediciones y Producciones Escénicas y Cinematográficas, A. C.


Eleuterio Méndez a II, Colonia Churubusco-Coyoacán,
c. p. 04120, México, D. F.
Teléfonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756
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editor@pasodegato.com, disenoMpasodegato.com

www.pasodegato.com

Diseño de portada: Galdi González Salgado.

Fotografía de portada: Endgame, de Samuel Beckett,


con Claudio Obregón bajo la din de Abraham Oceransky.
O CNT / Sergio Carreón Ireta.

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra en cualquier soporte impreso o
electrónico sin autorización.

Impreso en México
PRIMERA PARTE

¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA?
¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA?'

TEMA

ué es la dramaturgia?Plantear esta pregunta hoy es no so-


¿ lamente intentar definir una noción que sabemos hasta qué
punto es huidiza para quien pretende aproximarse a ella, sino tam-
bién enfrentarnos a un estado del teatro, el nuestro, al inicio del
siglo xxi, cuando se deshace todo lo que creíamos saber del drama,
de la acción, incluso del teatro mismo. ¿Qué sucede con la drama-
turgia cuando el teatro cede a la tentación de expulsar al drama de
su esfera, cuando la acción se desintegra y se desacredita hasta el
punto de parecer anularse, cuando el teatro se hace danza, instala-
ción, performance?

DRAMATURGIA 1 Y 2

La noción de dramaturgia contiene en su seno un misterio, el mis-


terio de su dualidad. Y es en este misterio que la funda donde qui-
siera encontrar un primer punto de apoyo.
La palabra "dramaturgia" tiene en efecto dos sentidos, y no
solamente en francés. Si el alemán distingue Dramatiker —el au-
tor dramático— y Dramaturg —el "dramaturgo", aquel que no es
el autor de la obra—, no tiene sin embargo más que una palabra
para dramaturgia. Sostengo que esta dualidad es fecunda o por lo
menos significativa.

' Texto traducido de Joseph Danan, Qu'est ce que la dramaturgie?,


-

Arles, Actes Sud-Papiers, 2010. Obra publicada con el concurso del Groupe
de recherche sur la Poétique du drame moderne et contemporain de la
Sorbonne Nouvelle.

JOSEPH DANAN 11
A modo de preámbulo, dos preguntas, en forma de paradojas. Dejemos de lado, por el momento, lo que esta definición arras-
La primera: ¿y si estos dos sentidos, en un cierto nivel, no tra todavía del carácter de una época —los años ochenta— que,
constituyeran más que uno? El Dramaturgno es el autor de la obra, por cercana que sea, no es ya la nuestra. Dejemos de lado —por el
de acuerdo, pero ¿y si llegara a serlo? ¿Qué ocurriría si tuviéramos momento— la exclusión de "lo inmotivado, [de] lo azaroso, [de]
que reconocer "su" parte en la autoría, como se hace, por ejemplo, lo aleatorio" —de la que constatamos, sin embargo, de paso, que
en los registros de propiedad intelectual de un espectáculo? El re- es una exclusión inmediatamente cuestionada: "aunque cada trazo
gistro de propiedad no es aquí más que una imagen que ilustra lo de escritura no haya sido conscientemente previsto"—, dejemos
que quiero decir. Desde luego, el director de escena sigue estando también para más tarde la cuestión espinosa del sentido. Manten-
detrás del Dramaturg, pero digamos de una vez por todas que en gamos esta cuestión, provisionalmente, en esa bipolarización có-
este ensayo no nos interesan las figuras del autor dramático ni del moda ya referida, sin olvidar que el sentido estará constantemente
Dramaturg, sino la función llamada dramaturgia que ellos encar- amenazado ante su posible explosión, atomización, dispersión o
nan, así como la carga teórica y práctica de esta noción. diáspora.
La segunda: la palabra dramaturgia tiene dos sentidos, y estos Pero en cambio, intentemos formular dos definiciones pro-
dos sentidos, tan pronto se proclaman, exigen ser dinamitados, di- visionales. En su primer sentido la dramaturgia sería entonces el
seminados en fragmentos. En otros términos, ¿y si hubiera más de "arte de la composición de las obras de teatro", definición que es
dos sentidos ocultos tras la doble significación que presenta esta aceptada por consenso desde Littré hasta Pavis, 3 lo que no exclu-
palabra? ye que hoy en día nos sintamos algo estrechos en ella, incluso si
nos quedáramos únicamente en el ámbito de este primer sentido.
La noción de dramaturgia tiene resonancias extremamente vastas. En Tomemos esta definición como una simple referencia inicial, un
su sentido más amplio da cuenta de que todo elemento teatral elabora- punto de partida. En lo que concierne al segundo sentido, llama-
do en la dialéctica entre un objeto que se ofrece a la vista y una mirada do moderno, más allá de la diversidad de las concepciones y de
que pueda captarlo instala el orden del sentido, de la significación. La las prácticas, yo propondría como definición: "Movimiento de
dramaturgia procede entonces de la idea de que lo que es mostrado/ tránsito de las obras de teatro hasta llegar a la escena". Debemos
mirado excluye lo inmotivado, lo azaroso, lo aleatorio —aunque cada preguntarnos si estas dos definiciones consiguen abarcar el vasto
trazo de escritura no haya sido conscientemente previsto—. [ ] Si campo de la dramaturgia. Podemos de antemano suponer que
la dramaturgia es de este orden en el que todo significa, se entiende no.
que incluya el texto, lo que es evidente, pero también el espectáculo,
el edificio, la relación con el público, la puesta en escena, la actuación, Por el momento, señalo la distancia que hay entre el sentido 1,
la iluminación, etc. Y cuando digo todo, me refiero evidentemente a que estaría de lado del texto, y el sentido 2, del lado del "tránsi-
todo. Ésta es la razón por la que se puede hablar de la dramaturgia de to". ¿Este último estaría excluido del sentido 1? Veremos que no
un texto, de un espectáculo determinado, pero también, por ejemplo, es para nada así o, por lo menos, que las cosas son mucho más
de la dramaturgia de la escena a la italiana o hasta de la disposición complejas. Entre estos dos sentidos, ¿hay un orden cronológico?
dramatúrgica de un teatro en el espacio arquitectónico de la ciudad.'
Patrice Pavis, Dictionnaire du théátre, París, Armand Colin, 2002.
Jean-Marie Piemme, "Le Souffleur inquiet' Alternatives Théátrales, [Trad. al español: Diccionario de teatro: dramaturgia, estética, semiología,
n.o 20-21 (diciembre de 1984), p. 61. trad. de Fernando de Toro, Barcelona, México, Paidós, 1983.]

12 JOSEPH DANAN 13
¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA?
Observaremos que nuestra época podría tender a cuestionar este misma connotación peyorativa se reconoce en el ejemplo que se
orden. ofrece: "Dos pinturas firmes y sobrias, sin dramaturgia; la verda-
En la palabra "dramaturgia" está ya presente el sentido de dra- dera miseria no hace ni grandes gestos, ni mucho ruido" (Grüber,
ma, la acción. Y en la acción está realmente el principio. Me arries- Salons de 1861 á 1868). La dramaturgia estaría del lado del artifi-
garía a decir, retomando una fórmula que Jean-Luc Nancy aplica cio, de la fabricación, del "exceso de drama': Este sentido, aunque
al sentido 1, pero que podría presentar la ventaja de reunir los dos, restringido a lo que Littré llama "el efecto", es una anticipación de
que la dramaturgia, tanto en su sentido 1 como en su sentido 2, es la migración de la palabra hacia otras artes, en primer lugar —para
"organización de la acción': Nancy dice de una manera más preci- nosotros— la novela y el cine.
sa: "puesta en obra del drama"/"activación de la acción". 4 En el diccionario Robert (1978), "dramaturgia" aparece en la
Precisamos —todavía— de una incursión en la etimología. entrada "dramaturgo" como una palabra derivada. Nos encontra-
Para drama, el diccionario Bailly propone: "1. Acción; 2. Acción mos casi con la misma definición: "arte de la composición dra-
que se desarrolla en un teatro, pieza de teatro, drama; particular- mática"; a lo que Robert agrega con buena intención: "tratado de
mente, tragedia': El desdoblamiento del sentido nos conduce a la la composición dramática", dando como ejemplo la Dramaturgia
cuestión de la mimesis: una acción ejecutada en la escena represen- de Hamburgo de Lessing, lo que constituye una elección particu-
ta una acción que se supone ha sucedido en el mundo. larmente desafortunada, como tendremos ocasión de verificar, ya
Para dramaturgia, el Bailly dice: "Composición o representa- que es precisamente eso lo que la Dramaturgia de Hamburgo se
ción de una pieza de teatro». He aquí nuestra sorpresa, puesto que niega a ser. No obstante, observamos que la connotación peyorati-
descubrimos que la dualidad —composición o representación— va ha desaparecido, lo que ya es una ganancia.
existía ya en griego, inscrita en el término dramaturgia. Inscrita no La exclusión de cualquier referencia explícita a la escena en el
como un movimiento, no como un tránsito entre uno y otro valor, primer sentido de la palabra puede ser esclarecida por los análisis
sino como si los dos fueran la misma cosa. de Christian Biet, quien nos recuerda que el texto teatral del pa-
El Littré —elaborado entre 1859 y 1872— decía entonces: "Arte sado estaba también constituido por un "performance", 6 y que esta
de la composición de obras de teatro': Más sorprendente es lo que dimensión se ha ocultado en beneficio de la primacía del texto,
agrega: "Vicio de componer obras de teatro. Esta palabra, como cuando a paitir de Corneille, el autor, frente a los actores, establece
la de dramaturgo, se usa casi siempi.e en su sentido negativo». Se su poder en el teatro, hasta llegar al triunfo del "teatro-libro': Este
puede observar aquí el retroceso sufrido por la palabra a partir triunfo es el triunfo del texto en su inmutabilidad,' de donde deri-
de la época de los griegos. Además de que no habría ni rastro de varon todos los falsos debates que viciaron la crítica en torno a la
referencia alguno a la representación, el dramaturgo sería un far- fidelidad al texto.
sante —si llego a entender ese uso peyorativo—. Littré evoca un Quizás se pueda entender ahora por qué la palabra "drama-
segundo sentido: "Búsqueda, en pintura, del efecto dramático': La turgia" ha estado cargada de negatividad. Como si recordara de-
masiado a lo que se había rechazado del texto literario, es decir,

Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy, "Dialogue sur le


dialogue", Études Théatrales, n.° 31 (2004), p. 80. 6 Cfr. el incipit de la obra en coautoría con Christophe Triau, Qu'est ce
-

5 Anatole Bailly, Abrégé du Dictionnaire grec frarlais, París, Hachette,


- que le that-re?, París, Gallimard, 2006.
1901. Ibid., p. 55.

14 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 15


la escena, se admite "obra de teatro", incluso "poema dramático", Sin adelantarnos a la cuestión de la globalización del senti-
como género literario, pero no "dramaturgia", que remitiría a la do, bajo cuyo signo Florence Dupont sitúa a la dramaturgia, como
práctica de la escena y a eso que Christian Biet designa como sitúa su proceso, bajo un orden establecido que habría que cues-
«performance". Respecto a la dimensión histórica de esta cuestión,
tionar —ir de las lecturas previas a la puesta en escena—, adver-
aludiremos también a Florence Dupont, quien nos recuerda que tiremos que lo que la autora describe es la necesidad moderna de
los trágicos griegos no escribían un texto para que fuese puesto la dramaturgia en el segundo sentido, lo que ella articula en una
en escena de múltiples maneras, como nos lo haría creer nues- hermenéutica.
tra perspectiva moderna, sino que en un ritual que era siempre
el mismo, el texto era el elemento variable. 8 De allí proviene sin
duda la confusión inducida por Bailly entre composición y repre- LA DRAMATURGIA DE HAMBURGO
sentación, ya que para los griegos escribir para el teatro no podía
ser nada distinto a inscribirse de entrada en una representación. Se reconoce generalmente a Lessing como el fundador de la drama-
Florence Dupont habla de manera casi sinónima de ritual y de turgia. Sin embargo, su Dramaturgia de Hamburgo, lejos de ser una
performance9 —lo que debería ser más que matizado en rela- suma teórica, es una secuencia de artículos escritos entre abril de
ción con el performance contemporáneo, que se abre a lo impre- 1767 y abril de 1768 para el Teatro de Hamburgo, que acababa
visible—, antes de evocar la concepción moderna, según la cual de reabrirle con la intención de "fundar una escena que pudiera
"la puesta en escena depende de la impermanencia y el texto de servir de modelo para toda Alemania". 12 "Era preciso que un dra-
la permanencia",'° operando así la inversión que fundará a partir maturgo participara en la configuración del repertorio", y ése fue
de entonces nuestra relación con el teatro: Lessing, a quien se confió la tarea de "no volver a dejar que los ac-
tores trabajaran a su propio riesgo y peligro'T Frente al siglo xvii
[...] el acontecimiento teatral se sitúa [desde entonces] en la interpre- francés, no se erigió la figura del autor dramático como barrera
tación que el director de escena hace del texto, quien le impone una contra la temible incompetencia —y contra el poder— de los acto-
estética y una significación nuevas. Esta interpretación se construye
a partir de una lectura previa, de la que el director de escena extrae res, sino la de un tercer hombre, el Dramaturg, intercesor entre el
una significación global, una dramaturgia, que a su vez va a permitirle autor y el actor. No es casualidad que la dramaturgia, en el sentido
inventar un espacio, un estilo de actuación, un vestuario, etc. [...] Esta moderno, como la dialéctica, provenga de Alemania.
permanencia del texto, aliada a la impermanencia de las puestas en ¿Qué hace Lessing en su Dramaturgia? Desde nuestra pers-
escena, dicta al director de escena una hermenéutica del texto que pectiva actual reconocemos de entrada una serie de críticas escri-
dotará al performance de su parte de impermanencia, gracias a un tas a medida que van presentándose los espectáculos y publicadas
nuevo sentido descubierto en la pieza." en una hoja editada por el mismo teatro. Así es como Lessing mis-
mo presenta su proyecto, aunque en seguida vaya a separarse de
8 Cfr. Florence Dupont, L'Insignifiance tragique, París, Le Promeneur,

2001, pp. 19-25.


9 Ibid., pp. 24-25. 12 León Crouslé en Gotthold Ephraim Lessing, Dramaturgie de
1° Ibid., p. 22. Hambourg, trad. de E. de Suckau, París, E. Perrin, 1885, nota p. 1.
" Idem. " Ibid., p. 1.

16 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 17


él: 14 "Esta Dramaturgia debe efectuar un registro crítico de todas enfrentar. En esta batalla, Lessing encuentra un aliado en el campo
las piezas teatrales que se representen, y habrá de acompañar cada enemigo: Diderot, su precursor, tal y como Méziéres no deja de
paso que aquí dé el arte, tanto del poeta como del actor". 15 señalar en la introducción. Es contra esta dramaturgia normativa,
En el último artículo, Lessing vuelve sobre el tema de la elec- elevada en nombre de Aristóteles al rango de dogma, que Lessing
ción de la palabra "dramaturgia". Inicialmente había pensado se subleva, volviendo sin embargo a Aristóteles para retraducirlo.
como título para su libro en Didascalias de Hamburgo, en refe- Habrá que señalar que se trata aquí del primer sentido de la pala-
rencia a las "didascalias" de los griegos, que eran breves reseñas bra "dramaturgia".
sobre las piezas. Pero esta palabra lo vinculaba a una forma ya Sin embargo, el movimiento interno —a la vez íntimo y peda-
conocida, 16 mientras que bajo el título Dramaturgia, dice el autor: gógico— de su pensamiento le conduce más lejos:
"Lo que yo deseara o no deseara introduccir E...] dependía sólo
de mí"' 7 Quiero recordar a mis lectores que estos papeles míos no quieren
Para Lessing era necesario que Alemania se constituyera en contener, ni muchísimo menos, un sistema dramático. Así pues, no
nación antes de pretender fundar un "teatro nacional". 18 Se pue- estoy obligado a resolver todos los problemas que planteo. Mis ideas
de así observar cómo en el origen dé la dramaturgia hay también pueden ser tan inconexas como se quiera, y puede parecer incluso
una dimensión política. Es sobre todo contra la influencia francesa que se contradicen: basta con que estas ideas den a mis lectores unos
que Alemania debe luchar, como no se cansa de recordar Alfred materiales de reflexión. No pretendo otra cosa que esparcir fermenta
Méziéres, hasta el punto de hacer de esta cuestión casi el eje central congnitionis.'9
de su introducción a la edición de 1885, en una época en la que
Es aquí donde mejor se puede leer la revolución operada por
las relaciones franco-alemanas tenían todavía por delante décadas
sombrías. Lessing: su dramaturgia no es un sistema —cerrado— de reglas
que pretenda decir cómo se deben escribir las obras, sino una
A lo que se opone la dramaturgia, concebida de esta nueva
práctica —abierta— que se propone someter a discusión lo esta-
manera por Lessing, es a la normatividad del modelo francés. Te-
mible y tenaz normatividad a la que todos nos hemos tenido que blecido y producir pensamiento. La actividad crítica es el princi-
pio de esta práctica. Naturalmente, al leer las reseñas de las obras
presentadas en el teatro de Hamburgo, el lector de hoy percibi-
" Cfr. Jean-Louis Besson y Héléne Juntz, Prefacio a la Dramaturgie de
rá que la mayor parte de las veces éstas se fundan en un análisis
Hambourg, obra publicada también en Circé: Gotthold Ephraim Lessing,
de la obra como texto escrito. Esto es debido a que el concepto de
La Dramaturgie de Hambourg, ed. y Prefacio de Bernard Dort, trad. de R.
Crouslé, Belfort, Circé, 1993. Véase Théátre/Public, n.° 192 (2009). [Trad. al
puesta en escena no existe todavía, y a que hay un efecto de trans-
español: Dramaturgia de Hamburgo, trad. Feliu Fermosa, México, Cien del parencia que hace que lo que se ve en la escena coincida con la
Mundo, 1997.1 Para todas las citas correspondientes a la obra de Lessing pieza escrita. Ahora bien, de vez en cuando en estos análisis se
aquí referida se remitirá a la edición en español. vislumbra una crítica moderna de la representación que si toda-
's "Presentación" (22 de abril de 1767), ibid., p. 83. vía no toma como objeto de crítica el conjunto de elecciones que
16 cr
Cjfr. Jean-Lou is Besson y Héléne Kuntz, Prefacio cit. constituyen la puesta en escena, con mayor frecuencia examina
17 Gotthold Ephraim Lessing, entradas CI a CIV (19 de abril de 1768), las decisiones de los actores y de la interpretación, lo que cons-
op. cit., p. 561.
18 Idem.
19 Entrada XCV (29 de marzo de 1768), ibid., p. 533.

18 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 19


tituye, como se sabe, el margen en el que podemos entrever esta ellas mismas o por el respeto que se les debe —como tampoco
puesta en escena que para la época no ha nacido todavía como se debe un respeto ciego a la prescripción del autor, M. Heufeld
práctica. Es esto lo que ocurre con la "pantomima" —en una refe- pide que... —, sino por su dimensión estética y dramatúrgica, y,
rencia implícita a Diderot—, a la que alude el ejemplo siguiente. finalmente, por su eficacia. Esta última dimensión aparece con
Se trata aquí de Julie de Franz von Heufeld, a partir de La Nouvelle
Héloise de Rousseau:
todo su brillo en el cuarto y último segmento de la cita, en el que
Lessing completa el dispositivo autor/actor/pantomima mediante
La dureza con que Julie es tratada por su padre cuando ella tiene que la introducción del espectador y la consideración de la recepción.
aceptar como esposo a un hombre que no es el que ha escogido su Es de allí de donde proviene la modernidad de Lessing, de este
corazón es apenas aludida por Rousseau. // El señor Heufeld ha tenido movimiento pendular, de esta red que teje de manera continua en-
el valor de mostrárnosla en una escena entera. Me gusta que un joven tre texto y representación.
poeta tenga cierta osadía. En esta escena hace que el padre derribe a la En la Dramaturgia de Hamburgo podríamos multiplicar los
hija de un empujón. // Me preocupaba la forma de ejecutar en escena ejemplos en los que aflora un cuestionamiento dramatúrgico en
dicha acción. Y no tenía motivo alguno para ello, porque nuestros el sentido moderno, es decir, como movimiento de tránsito del
actores la habían concertado a la perfección; por parte del padre y de texto a la escena, ya esté éste presente desde la escritura misma
la hija, se observaba tal decoro, y dicho decoro iba tan poco en detri- o asumido por la representación. Del primer caso encontraremos
mento de la verdad, que hube de confesarme: una cosa así ha de ser un ejemplo cuando Lessing analiza las diferencias entre las apa-
confiada a estos actores o a ninguno. El señor Heufeld exige que haya riciones del espectro en Hamlet de Shakespeare y en Sémiramis
sangre en la carta de Julie, cuando ésta es levantada del suelo por su de Voltaire,2' donde le reprocha a este último autor el no haber
madre. Puede darse por satisfecho de que se haya omitido tal detalle.
La pantomima (Pantomime)jamás debe llevarse a extremos repulsivos. previsto lo que hoy en día llamaríamos el "devenir escénico" 22 de
// Basta con que, en un caso semejante, la fantasía sobreexcitada crea su obra. Del segundo cuando a propósito del rol de Elisabeth en
ver sangre; pero los ojos no deben verla realmente." Le Comte d'Essex de Thomas Corneille23 desarrolla una verdadera
"semiología de la actriz ; 24 al mostrar cómo la elección de la actriz
Lessing distingue aquí claramente los diferentes niveles —que determinará la interpretación del personaje según se destaque una
he separado con doble barra— que constituyen la novela original, u otra de sus facetas.
la adaptación y la representación, a partir de una misma acción Lessing, ya lo hemos dicho, no escapa siempre a la tentación
que atraviesa los tres niveles y que él vincula de entrada a un sen- normativa. Aunque es cierto que nunca será tan normativo como
tido —la "dureza" de un padre—. La pregunta que se plantea es la sus predecesores franceses —más aristotélicos, que Aristóteles,
siguiente: ¿cómo teatralizar esta acción y este sentido? Es cierto como ya se sabe—, en el último artículo acabará por proclamar la
que Lessing no evita la normatividad cuando se refiere al "decoro",
pero este decoro está sometido a un valor más alto, "la verdad" 21 Entrada XI (5 de junio de 1767), ibid., pp. 140-143.
—entiendo aquí aquello que en la representación de una acción 22 Cfr. Jean-Pierre Sarrazac (dir.), Lexique du drame moderne et
produce sentido y constituye con ella la dramaturgia de la escena, contemporain, Belval, Circé / Poche, 2005, p. 63.
23 Gotthold Ephraim Lessing, entrada XXV (24 de julio de 1767), op.
que atraviesa también los tres niveles—. Las reglas no valen por cit. pp. 207-211.
24 Alusión al título que Patrice Pavis le puso al n.o 97-98-99 de la revista
20 Entrada IX (29 de mayo de 1767), ibid., p. 131.
Degrés (1999): Dramaturgia de la actriz.

20
¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 21
infalibilidad de Aristóteles," la que pone al mismo nivel que la de LA MENTALIDAD DRAMATÚRGICA
Euclides. Pero lo que Lessing señala aquí tal vez sea la exigencia
de una teoría, que Aristóteles habría "deducido de las innumera- ¿En quién confiar? Bernard Dort, interrogado durante un coloquio
bles obras maestras de la escena griega", más que de un sistema de en 1985, declara: "Yo daría una definición extremamente vaga de
reglas y de técnicas que él juzga artificiales." Sin embargo, Lessing la dramaturgia: es todo lo que pasa en el texto y todo lo que pasa
retrocederá antes de llegar al último movimiento de su crítica: del texto a la escena"."
Se entiende así cómo Dort llegará al concepto de "mentalidad
Las piezas inglesas carecían de un modo demasiado ostensible de dramatúrgica", noción también "extremadamente vaga", quizás,
ciertas reglas con las que nos habían familiarizado los franceses. ¿Y pero extremadamente operativa. El texto que lleva ese título con-
cuál fue la conclusión? Pues que el objetivo de la tragedia era perfec- tinúa siendo una referencia ineludible en materia de dramaturgia.
tamente alcanzable sin ninguna de dichas reglas, y que las mismas Dort parte allí de la constatación de que "el centro de gravedad de
podían ser incluso culpables de no haberlo alcanzado. la actividad teatral se ha desplazado de la composición del texto
¡Y esto tenía aún un pase! Pero estas reglas se empezaron a a su representación"." Desplazamiento del que la Dramaturgia de
confundir con todas las reglas, y se juzgó una pedantería el hecho
Hamburgo era ya síntoma.
de prescribir al genio lo que debía y lo que no debía hacer. En una
palabra, nos hallábamos en el punto de dejar perder caprichosamente
"Hacer un trabajo dramatúrgico sobre un texto —indica
todas las experiencias del pasado y de pedir a los poetas que cada uno Dort—, es prever, a partir de él, la o las representaciones posibles
inventase por sí mismo un arte propio." —en las condiciones presentes de la escena— de ese texto"." Ahora
bien, continúa Dort, ese trabajo no es asunto de especialistas, con-
No había llegado todavía el tiempo de una teoría de la drama- cierne a todos los que participan en la creación de un espectáculo
turgia, cuyo terreno prepararía el romanticismo, como definiría teatral. De ahí el interés de Dort por infundir en sus alumnos del
la práctica contemporánea del teatro —al mismo tiempo que la conservatorio esta "mentalidad dramatúrgica".
dificultad de nuestro tema. Todos los que participan en la creación del espectáculo teatral
Hay que tomar la Dramaturgia de Lessing como lo que es, un y entre ellos, en primer lugar, el director de escena. Dramaturgia y
momento decisivo en la historia del teatro, sin perder de vista que puesta en escena pueden entonces ser consideradas como las "dos
precede al nacimiento de la puesta en escena y que son la puesta en caras de una misma actividad". 31 Matthias Langhoff no dice nada
escena, su desarrollo fenomenal a lo largo del siglo xx, y la confla- diferente: "En mi trabajo, no hago ninguna diferencia entre dra-
gración provocada entonces entre el texto y sus puestas en escena, maturgia, puesta en escena y escenografía"." ¿La dramaturgia no
entre el texto y la escena, lo que obligará a repensar la noción de
dramaturgia. " Bernard Dort, "Affaires de dramaturgie", en 7héátre universitaire et
institutions, Caen, Fédération Nationale du Théátre Universitaire Antigone,
1985, p. 62.
" Gotthold Ephraim Lessing, entradas CI a CIV (19 de abril de 1768),
29 Bernard Dort, "L'état d'esprit dramaturgique", 7héátre/Public, n.° 67
op. cit., pp. 558-570.
26 Cfr. Bernard Dort, "Le `mulee de Lessing", en
(enero-febrero de 1986), p. 8.
L'Écrivain périodique, 3 ° Idem.
París, Paul Otchakovsky-Laurens, 2001, pp. 344-345.
31 lbid., p. 9.
" Gotthold Ephraim Lessing, entradas CI a CIV (19 de abril de 1768), 32
op. cit., pp. 564-565. Entrevista con Joseph Danan y Jean-Yves Lazennec, Registres,
n.° 1 (junio de 1996), p. 15.

22
¿QUE ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 23
será el otro nombre de esta parte "inmaterial", para retomar, am- Bernard Dort propone: "No partir del texto y llegar a la reali-
pliándola, la bella fórmula de Antoine," que se podría asignar zación escénica, sino invertir estos términos. Plantear de entrada
a toda puesta en escena —digna de ese nombre—, es decir, el el hecho escénico y, a partir de ahí, remontarse al texto"." Si se
pensamiento, en suma, que la atraviesa, la trabaja y se constituye mira bien, hay aquí una intención artificiosa, ya que lo que se plan-
a través de ella, en el crisol de su materialidad? tea es un hecho escénico que todavía no existe, que no existe —a
Pero si se trata de poner en un primer plano la representación, menos que lo consideremos como un absoluto— más que de ma-
dice Dort, e incluso, en un intento de subvertir el textocentrismo nera relativa en un texto dado. Habría entonces que hablar de un
occidental, de invertir el proceso que va de la lectura de un texto doble origen, de una doble generación, de dos movimientos: uno
a su representación, es preciso preguntarse en qué deviene enton- parte del texto, el otro de la escena, yendo uno al encuentro del
ces la dramaturgia en el sentido 1, el sistema dramatúrgico propio otro hasta reunirse en la representación.
de la obra —e incluso la o las representaciones posibles previstas Si en la representación teatral hay producción de pensamien-
por el autor e inscritas por él en su texto, de manera consciente o to, ¿dónde se produce éste?, ¿se produce en el "crisol" que es la
no tan consciente, o hasta inconscientemente. La dramaturgia en puesta en escena, o antes, en la lectura de la obra —lo que se con-
el sentido 2 no anula el sentido 1. ¿Cuáles son entonces los víncu- sidera habitualmente como "el trabajo dramatúrgico"—?, ¿o surge
los entre los dos sentidos de dramaturgia? posteriormente, en la mente del espectador? Dort también plantea
Para formularlo de otra manera: ¿hay en una obra de teatro esta cuestión por medio de una concepción amplia de la repre-
"invariantes" con las que el trabajo de la dramaturgia en el sentido sentación, que "engloba la composición del texto, la realización
2 debería hacer la composición y que la puesta en escena no podría del espectáculo y su recepción". Y añade: "La representación es, de
pasar por alto si no es a riesgo de montar una cosa diferente de la principio a fin, dramatúrgica". 36
obra de la que se trata? Cuestión todavía peor vista en la era de lo
"postdramático" 34 que en la era del "director de escena rey" —etapa
que apenas estamos abandonando, si por director de escena enten- MODELOS DE REPRESENTACIÓN E INVARIANTES
demos aquel que da una forma escénica a una obra preexistente—.
Cuestión que sin embargo dejo abierta —aunque tal vez no lo pa- Hay una noción-clave en el texto de Dort que venimos citando,
rezca—, ya que al plantear esta pregunta no estoy ni mucho menos la de "modelo de representación". En una pieza clásica —en sen-
respondiéndola. tido amplio—, el modelo de representación dirigía la obra desde
el momento de la escritura, "anticipa[ndo] en el texto mismo, la
33 "La primera vez que tuve que poner una obra en escena percibí cla- presencia de la escena?' Sófocles, Shakespeare, Corneille, sabían,
ramente que el trabajo se dividía en dos partes bien distintas: una, comple- por su posición de escritores de teatro, cómo iba a ser representada
tamente material, es decir, la constitución de la escenografía como medio la pieza que escribían —en qué lugar escénico, según qué relación
para la acción, la composición y el agrupamiento de los personajes; la otra, con el público y según qué códigos de actuación—, puesto que la
inmaterial, es decir, la interpretación y el movimiento del diálogo". André
Antoine, "Causerie sur la mise en scéne" [1903], en Antoine, l'invention de
la mise en scéne, Arles, Actes Sud-Papiers, 1999, p. 113. " Bernard Dort, "Létat d'esprit dramaturgique", art. cit., p. 9.
34 Cfr. Hans-Thies Lehmann, Le Théatre postdramatique,
París, CArche, 36 Idem.
2002. Ibid., p. 8.

24 ¿Qué ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 25


puesta en escena en el sentido moderno, es decir, como práctica —salvo gestos geniales que siempre son posibles—, que nos sir-
autónoma, no existía. Antes de la invención de la puesta en escena vamos de un verdadero material, es decir, de un texto menos ca-
no había ninguna posibilidad de elección o solamente un campo racterizado, menos marcado dramatúrgicamente: una novela, un
muy restringido. ensayo filosófico, un tratado de agronomía, fragmentos dispersos
Lo que cambia con el nacimiento de la puesta en escena es de textos, cartas postales, etcétera .°
que "hemos rechazado todos los modelos [...1. Un texto no re- La distinción que acabo de hacer entre estructura interna y
clama ya un tipo u otro de representación, ni una representación modelos de representación coincide en parte con la que establece
un tipo u otro de texto. La relación entre texto y representación Jacques Scherer entre estructura interna y estructura externa en
subsiste [...1, pero es ahora singular. Hay que construirla y recons- su Dramaturgie classique en France (1954).41 Según Scherer, de la
truirla cada vez. Éste es el objeto de nuestra dramaturgia': 39 Objeto estructura interna depende el orden de la "concepción": la de los
esencial, porque "sin ella, el hilo se rompe: ya no hay sino textos y personajes, la estructuración de la acción, la unidad de tiempo.
espectáculos, separados unos de otros o —para bien o para mal— Dependería, en cambio, de la estructura externa lo que pertenece
unidos por una práctica ciega, fuera de control". 39 al orden de la "ejecución", puesto que, como indica el autor, "la
Ahora bien, los modelos de representación no podrían cons- forma de la obra está determinada en primer lugar por su puesta
tituir la totalidad del sistema dramatúrgico de la obra. Las "inva- en escena" —lo que podemos reconocer como una anticipación
riantes", si existen, ¿estarían del lado de una estructura interna de del modelo de representación propuesto por Dort— y especial-
la obra, mientras que los modelos de representación significarían mente por las "ideas que se puedan tener sobre la unidad de lugar".
su afuera, aquel que la obra lleva consigo como una imagen de Scherer incluye en esta estructura externa la división en actos y
la escena en la que será representada? En tal caso la respuesta escenas de la obra, así como ciertas "formas verbales", que son to-
sería simple: cuando trabajo hoy en una pieza clásica —en sen- madas en cuenta por su "interés dramático": el relato, el monólogo,
tido amplio— con miras a su representación, puedo olvidarme las estancias, etcétera.
del modelo de representación que la habita porque no tengo nada Aunque Scherer no se plantee la cuestión de su —relativa o
que hacer con este modelo, a no ser que me anime un interés ar- no— intangibilidad, de todos modos estas dos categorías inscribi-
queológico —que no tiene relación directa con la práctica viva del rán definitivamente sus marcas en la obra. Lo que ocurre es qué,
teatro—, el de volver a encontrar el anfiteatro y los coturnos en si bien la metodología de Scherer es dramatúrgica, en la medida
los textos de Sófocles, o la dicción y la gestualidad barrocas —que en que considera las obras del siglo xvii como producto de las
Éugen Green me perdone— en los de Corneille. En cambio, por
más dramaturgo en el sentido 2 que sea, debo tener en cuenta la " Sé bien que los contraejemplos no escasean en la escena teatral de
dimensión interna de la dramaturgia, en el sentido 1, que está estos últimos cuarenta años. Lo único que deseo es que no nos confunda-
trabajando en la obra, porque en caso contrario no estaría mon- mos sobre lo que hacemos en esos casos; que si se elimina la dramaturgia
tando la pieza original, sino que hago de ella un material para una interna de un texto, no lo sea por indiferencia —o accidente—. La trans-
escena postdramática, en cuyo caso, encuentro más pertinente formación de una obra de teatro en material implica una destrucción total
o parcial de la dramaturgia 1, que sólo vale la pena acometer si la ganancia
—en el nivel de la dramaturgia 2— se revela superior a lo que se pierde.
38 Idem.
4 ' Jacques Scherer, La Dramaturgie classique en France, París, Nizet,
39 Idem.
1986, pp. 12-13.

26
¿Qué ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 27
condiciones escénicas del tiempo en que fueron creadas se trata de caducidad no es ya preciso volver a demostrar» sino la necesidad
un estudio de «dramaturgia histórica" y, por lo tanto, Scherer no de pensar la ubicación y localización de lo que constituye el arma-
considera la posibilidad de montar estas obras en su propio tiem- zón de la obra, lo que le permite mantenerse en pie, en tanto que
po —mediados del siglo xx—, es decir, en nuestro tiempo. pieza de teatro? Estas invariantes serán entonces los elementos del
Aunque nuestro modo de proceder no sea histórico, nos con- drama que siempre deberíamos encontrar bajo la diversidad, que
viene —o al menos no es perjudicial—, conocer la historia para puede ser extrema, de todas las puestas en escena de una misma
poder comprender mejor la genealogía de las formas. Ésta es la obra. Cuidémonos de toda tentación normativa. Por lo demás, no
razón por la que nuestro modo de enfocar el problema plantea creo posible categorizar las invariantes de manera definitiva y de
la cuestión de la intangibilidad no en términos de "respeto" hacia la una vez por todas, ya que no son necesariamente las mismas para
obra —lo que debería darse por hecho— o de "fidelidad" —noción todas las obras. Le corresponde a la dramaturgia en el sentido 2
vaga que atañe más a la moral conyugal que al trabajo artístico—, dar prueba de su discernimiento mediante su identificación, antes
sino en términos de estructuras y de formas: lo que hemos llama- de transformarlas o de entrar a jugar con ellas.
do las invariantes.
Invariantes que yo buscaría en el interior de una totalidad que
incluiría lo que Scherer distingue como estructura interna y es- LAS INVARIANTES, EL EJEMPLO DE L1LLUSION COMIQUE
tructura externa. Y puesto que de lo que se trata es del orden de la
estructura, ésta sólo será interna en la medida en que, por ejemplo, Forma parte de las invariantes en L'Illusion comique, además del
los parámetros que determinan el lugar, incluso si éstos proceden verso alejandrino, que es una invariante mayor del teatro clásico,
de la escena teatral, proyecten su propia estructura sobre la escri- la definición de los personajes —digamos, su posición actancial en
tura, inscribiendo su unidad o su ausencia de unidad en ella, de el tablero de la obra: Pridamant es un padre que busca a su hijo, el
manera que la escritura las "interiorice". Lo que llamaba estructu- mago Alcandre es su ayudante, etc.—; la estructura de la acción y
ra interna estará entonces constituido por el conjunto [estructura su doble intercalación; la temporalidad, que es ficticia y que remite
interna + estructura externa] tal como lo encontramos en Jacques a la vez a la duración real de la representación; la división en actos,
Scherer, y los modelos de representación de Dort serán los únicos en la medida en que esta división es la forma misma de la inter-
que constituirán su verdadera exterioridad —cuya sombra refleja- calación; la división en escenas, en la medida en que esta división
da podrá ser percibida en la estructura. es la expresión de las presencias y las ausencias, y la unidad de
El trabajo dramatúrgico en el sentido 2 sólo puede construirse espacio, ya que in fine todo habrá ocurrido en la gruta del mago.
a partir del reconocimiento o del desciframiento de esta estructu- Aquí, tenemos que admitirlo, comienzan las dificultades.
ra, la cual depende de la dramaturgia en sentido 1 y constituye sus ¿Podemos saltar de la categoría del alejandrino a la del texto?
cimientos; sin éstos el edificio se construye sobre arena —razón El texto, por paradójico que pueda parecer, sólo es una invariante
por la cual a veces vemos en el teatro hermosos castillos que corren
el riesgo de venirse abajo—. ¿Será preciso decir que no hay aquí
42 Sobre este tema hay páginas definitivas de Ricoeur: Cfr. Du texte
ninguna referencia a la "intención del autor", problema que por su
á l'action. Essais d'herméneutique II, París, Seuil, 1986, en especial las
pp. 124-125. [Trad. al español: Del texto a la acción. Ensayos de hermenéu-
tica II, trad. de Pablo Corona, México, FCE, 2002.]

28 JOSEPH DANAN 29
/QUÉ ES LA DRAMATURGIA?
relativa. Dado que en el caso de Corneille, por ejemplo, el texto cualquier concepción previa, volvían a aparecer en 2006 las mis-
presenta variantes a veces importantes, saber cuál es el "verdadero" mas decisiones tomadas veintiocho años antes. No todo depende
texto prácticamente no tiene sentido, ya que podríamos inclinar- aquí de las invariantes, otros tomarían o habrán tomado otras de-
nos con el mismo número de argumentos por la versión original, cisiones, pero no sobre ciertos puntos nucleares que permanecen.
la de 1639, o por las ediciones ulteriores, en especial la de 1660, Una observación final sobre los personajes. La invariante actan-
en la que Corneille incluso cambiará el título L'Illusion, que
— cial depende de la estructura profunda, como indicaba la gramática
Strehler mantuvo para su montaje de 1984—. Montar L'Illusion generativa. El resto está sometido a las grandes diferencias de in-
comique hoy significa, en primer lugar, establecer el texto, lo que terpretación y de la puesta en escena. Si yo digo que Alcandre es el
constituye la primera tarea dramatúrgica, en el caso de que hubie- adyuvante principal de Pridamant en la búsqueda de su hijo, todo
ra una cronología estricta —sin embargo, la realidad es más com- queda por hacer: porque ¿quién es, para nosotros hoy, este mago?
pleja—. El primer gesto del dramaturgo en el sentido 2 repetiría el ¿Y qué relación mantiene exactamente con el teatro? ¿Es director
del dramaturgo en sentido 1, pero a su vez apartándose de él. Obra de escena, autor, "dramaturgo" oculto —tal y como lo interpreta
de palimpsesto que tiene valor de emblema para todo el proceso de Francois Regnault en la puesta en escena de 2004 de Brigitte Jaques-
la dramaturgia y de la puesta en escena. Dos veces he realizado Wajemanen—? ¿Y de qué magia, que todavía pudiera significar algo
este trabajo para las dos puestas en escena de Alain Bézu (1978 y para nosotros, se sirve? Como siempre, una vez planteado el nú-
20069, y una "edición dramatúrgica" de la pieza guarda las huellas cleo de la invariante, queda por establecer el sentido que le aporta
del mismo." nuestro presente, considerar cuál es el tiempo y el lugar desde el que
Sería posible identificar lo que no cambia de una edición esta- hacemos teatro; primer aliento de la dramaturgia en sentido 2.
blecida por Corneille a otra, lo que nunca cambia, lo que no puede
cambiar; y por otra parte —dado que nosotros realizamos también
ciertos cortes—, lo que se puede cortar, sea porque el texto nos PIEZAS DE TEATRO Y TEXTOS-MATERIALES,
parece de repente demasiado retórico, o porque ya no nos dice LA REPRESENTACIÓN EMANCIPADA
nada —a nosotros, espectadores de fines del siglo xx o de comien-
zos del siglo xxi—, sea porque la puesta en escena moderna va a Numerosos textos contemporáneos, al tiempo que rechazan el
decir algo que el texto ya no tendrá la responsabilidad de expresar. modelo de representación, hacen también estallar toda estructura
Por otra parte, lo que nos impresionó —a nosotros, al director de interna que pudiera remitir a la "pieza de teatro". Estos textos, que
escena, y a mí, el dramaturgo— al llevar a cabo este trabajo, fue se sitúan en la línea de las obras de Heiner Müller —por ejemplo
hasta qué punto, incluso sabiendo que volvíamos a poner todo en Paisaje bajo vigilancia ,4S a pesar de que se han escrito para el

juego, que habíamos recomenzado todo el proceso eliminando teatro, no pertenecen ya a la categoría de lo dramático. Son textos-
materiales que imponen una relación diferente entre el texto y la
" La primera montada en la Grange d'Aulnay de Grand Quevilly, y re- puesta en escena y, en la medida en que en ellos se anula la dra-
tomada en 1979 en el Théátre de la Cité internationale de París, y la segunda
montada en el Théátre des 2-Rives, CDR de Haute-Normandie, en Ruan.
44 Pierre Corneille, L'Illusion comique. Dramaturgies de l'Illusion, dir. 45 Heiner Müller, Paysage sous surveillance, trad. de Jean Jourdheuil
de Joseph Danan, Mont-Saint-Aignan, Publications des universités de y Jean-Francois Peyret, en Germania Mort á Berlin et autres textes, París,
Rouen et du Havre, 2006. Minuit, 1985.

30 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 31


maturgia 1, obligan a plantear de otra manera la cuestión de la cuando avanza en sus posiciones más radicales, de modularlas.
dramaturgia 2.
Así, hablará entonces de "autonomía relativa"" incluso si la misma
Bernard Dort, siempre atento a recrear el vínculo entre texto es exaltada hasta el nivel de un "combate"" entre los diferentes ele-
y puesta en escena, en sus últimos textos presenta este vínculo mentos de la representación.
de tal modo que es posible preguntarse si no lo está poniendo Estas precauciones impiden llevar hasta sus últimas con-
en cuestión, incluso a riesgo de poner en peligro la noción mis- secuencias la emancipación de la representación. Desde el mo-
ma de dramaturgia. Esto se hace visible ya desde 1984, cuando mento en que se toma la decisión, no de confrontar unos mate-
en un artículo titulado "Le texte et la scéne: pour une nouvelle riales con otros, sino de montar una pieza determinada, con su
alliance"," anuncia una autonomización del texto y de la repre- estructura propia, y no con cualquier otra, la primacía del texto
sentación, a la que denominará poco tiempo después "represen- prevalece, irreductiblemente, al dirigir la creación y la puesta
tación emancipada": 47
en escena. Poco importa si se trata aquí de una supervivencia o
La revolución copernicana de comienzos de siglo se trocó en revolu-
de una reviviscencia de un textocentrismo que uno esperaría
ción einsteiniana. La inversión de la primacía entre el texto y la escena ya moderado y, por así decir, inteligente. Quizás necesitamos
se transformó en una relativización generalizada de los factores de la otro término para designar este proceso y, quizás, ese término
representación teatral, los unos en relación con los otros.° es simplemente dramaturgia, siempre que la autonomización
de la representación no se realice en este caso —en el de la "pieza de
El "juego" 49 que se establece a partir de entonces entre los dife- teatro"— más que de manera relativa en lo que tiene que ver con
rentes elementos de la representación, ¿puede por tanto ser total? el texto, en el doble movimiento al que hicimos referencia antes.
Considero que este "juego" adquiere todo su sentido, al mismo
tiempo que su razón de ser, cuando el texto está en corresponden-
cia con el material. Pero esto es más difícil cuando se trata de una TEXTOCENTRISMO
obra de teatro, provista de una dramaturgia en el sentido 1. Por lo
demás, Bernard Dort marca la oposición entre la "pieza, con lo que Esto que acabamos de decir: Quizás necesitamos otro término para
esto comporta de rigidez en su estructura dramática" y el "texto designar este proceso y, quizás, ese término es simplemente drama-
para teatro". 9) De no ser así, ¿qué protección tendríamos contra turgia, es una frase extraña, sobre todo si la ponemos en relación
«
una práctica ciega, fuera de control"?." Dort se cuida siempre, con todo lo que la precede. ¿Textocentrismo y dramaturgia serían
entonces lo mismo? El salto hacia atrás que nos obligaría a hacer
una afirmación como ésta impone una elucidación.
Bernard Dort, "Le texte et la scéne: pour une nouvelle alliance", en
46
Lo que desde ahora podemos considerar ya aceptado es el he-
Le Spectateur en dialogue, París, Paul Otchakovsky-Laurens, 1995.
47 Bernard Dort,
La Représentation émancipée, Arles, Actes Sud, 1988; cho de que el texto no es sino un elemento más de la "polifonía" 54
nueva ed. 2009. delspctáuo.Nraencsdtuaviejnocó.
48 Bernard Dort,
Le Spectateur en dialogue, op. cit., p. 270.
49 Ibid., p. 274.

50 Ibid., p. 269. 52Ibid., p. 269.


5 ' Cfr supra, p. 26. 53Ibid., p. 274.
" Ibid., p. 270.

32
¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 33
Igualmente asumido es que existe una dramaturgia de la luz, del UNA CUESTIÓN DE MÉTODO
sonido, de la actuación, del video, etc., así, los grandes escenógra-
fos, como los grandes vestuaristas tienen un pensamiento drama- Desde esta óptica, la de una concepción ampliada de la dramatur-
túrgico propio. gia, las dramaturgias 1 y 2 ganarían sin duda al observarse si no
Sin embargo, hay algo que permanece, ya que cuando se de- juntas, lo que es delicado en el plano metodológico, al menos sí
cide montar una obra clásica o contemporánea provista de una en su bidireccionalidad —ya que hay entre ellas una interacción, y
dramaturgia en el sentido 1, esta dramaturgia es ineludible y de- son esas mismas fuerzas recíprocas las que actúan desde el plano
termina la dramaturgia 2 y su puesta en escena, o cobra una gran más profundo—. Éste es el ejercicio que nos proponemos en este
importancia en su determinación. Es decir, ella impone, lo quera- ensayo. Planteamos la hipótesis de que esta perspectiva bidireccio-
mos o no, una cierta subordinación del resto de los materiales de la nal arrojaría luz sobre ambas dramaturgias, y éstas se iluminarían
representación: de hecho, no se trata del texto —razón por la que recíprocamente, de la una a la otra. Enfoque que permitiría com-
ponemos en cuestión el que se produzca el fenómeno del textocen- prender mejor los cambios que hoy afectan a la dramaturgia como
trismo—, sino de la dramaturgia 1. Más que de textocentrismo ha- una misma conmoción en las formas implicadas, y según las obras
bría que hablar, si el barbarismo no fuera demasiado complicado —ya sean dramáticas o escénicas—, la dramaturgia en el sentido 1,
como para aceptarlo, de dramaturgocentrismo. la dramaturgia en el sentido 2, o las dos.
Se abre aquí la vía a una concepción amplia de la dramaturgia, También es ésta la razón por la que no me propongo catego-
y por tanto no centrada únicamente en el texto, ya que no se trata rizar los diferentes usos de la dramaturgia, ya que ni siquiera al
solamente de pensarla a través del tránsito del texto a la escena, sino definirla se podrá comprender —rehusando responder con ello
del vínculo entre la dramaturgia del texto, incluyendo las diferentes al interrogante del título—, pues el cuestionamiento de la noción
categorías dramatúrgicas presentes en una pieza, y que exceden lo se confunde finalmente con el cuestionamiento de la obra en su
textual —el espacio-tiempo del drama, la acción, etc.—, y la escri- mismo quehacer. Debemos aceptar esta imposibilidad de definir
tura escénica de estas diferentes categorías en el espacio-tiempo de la dramaturgia como el estado presente del teatro. Esta definición
la representación. Hablo de "escritura escénica" y no de transposi- se nos escapa, porque es una definición que, en efecto, 56 debe ser
ción —menos aún, de ilustración—. La emancipación de la repre- recreada en cada espectáculo, donde sólo se comprendería —es
sentación es también ahora algo . ya asumido. Ésta es la razón por la decir, está siempre por crearse—, y con mayor razón cuando los
cual la exigencia de "hacer entender el texto", que se vuelve a veces espectáculos en cuestión no provienen de lo dramático, obligan-
un eslogan cómodo,55 resulta una obviedad —sí, en efecto es la mí- do así a la dramaturgia a inventarse con mayor audacia al no te-
nima exigencia—, ya que sólo aclara uno de los aspectos del trabajo ner el soporte de una dramaturgia en sentido 1. Que todos los
específico de toda puesta en escena frente a una obra dada, puesto espectáculos no lleguen a este punto de manera igual de convin-
que la obra de teatro excede por naturaleza su propio texto. cente es una evidencia ante la que es inútil detenerse. Pero hay
dramaturgia desde el momento en que en el contacto, actual o an-
ticipado, con la escena, un pensamiento se busca y se ordena en la
indagación de sus propios signos.
" Para la genealogía de esta fórmula y su posterior pérdida de sentido,
cfr. Sabine Quiriconi, "Taire entendre le texte': retours et recours d'une
daza", Théátre/Public, n.° 194 (2009). %Cfr. Bernard Dort, supra, p. 26.

»41
34 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 35
Por lo demás, no todo está del lado de la dramaturgia o de gico tendrá sus consecuencias. De hecho, este trabajo determina
su hipotética ausencia. Aquí, como en todas partes, desconfío de tal manera los ensayos y la puesta en escena —al elaborarse
de un pensamiento binario que, presentándose cómodo, esconde como algo previo que no dudamos en llamar la dramaturgia del
sin embargo su complejidad. Hay usos extremadamente dife- espectáculo, aun con lo que esto tiene de globalizador—, que ésta
renciados de la dramaturgia y, sin duda, hay también grados de puede acabar totalmente dirigida por ese trabajo previo.
elaboración dramatúrgica —ya sea en el sentido 1 o en el 2— que Dort nos recuerda que el director de escena no figura entre
van de las dramaturgias "duras", como las de los siglos pasados, los cinco "personajes" que dialogan en La compra del latón —el
regidas por la fuerte estructura de la intriga y de la fábula, hasta Filósofo, el Actor y la Actriz, el Dramaturgo y el Electricista—,
dramaturgias mucho más inestables, lábiles —frente a las drama- pues para Brecht "la noción de dramaturgia abarca y eclipsa
turgias en sentido 1— y a la espera de esa estructuración en se- —al menos teóricamente— la de la puesta en escena". 57 Para Brecht,
gundo término que le aportará la escena como complemento al los dos ejes principales del trabajo teatral son la elaboración de la
bosquejo dramatúrgico, o al confrontarla con otros materiales: en fábula —que incumbe al dramaturgo o a un colectivo— y la cons-
el límite, entonces, de la obra dramática y del texto-material; de lo trucción de los personajes —que es el trabajo de los actores—. 58
que nos ocuparemos en lo que tiene que ver con la dramaturgia en El director de escena no es más que un mediador, sin embargo
el sentido 2. Brecht era al mismo tiempo autor, dramaturgo y director de esce-
na y, paradójicamente, será el hecho de no plantearse esta cuestión
de los límites de la dramaturgia 2 —y de su influencia—, lo que le
EVOLUCIÓN DE LA DRAMATURGIA EN EL SENTIDO 2 permitirá mayor libertad que a sus epígonos.
El límite del trabajo dramatúrgico previo se alcanza en efecto
En una concepción que podríamos llamar clásica y que se desa- rápidamente. Heiner Müller le da una formulación radical cuan-
rrolló en Francia en los años 1960 y 1970 siguiendo las huellas del do evoca "la primacía de la dramaturgia" en el Berliner Ensemble,
teatro brechtiano, la dramaturgia en el sentido 2 se elabora —en el después de la muerte de Brecht:
interior de un colectivo o en el trabajo realizado por un "dramatur-
go", acompañado por un director de escena— antes de los ensayos. Esto significa que las obras se ponían previamente en escena en "la
Esas décadas son también los años que vieron el auge de las mesa", y que a priori se calculaba exactamente cómo se iba a proceder.
ciencias humanas, en particular de la lingüística y de la semiolo- En lugar de hacer ensayos en el escenario, se llevaba al escenario el
gía, que llegaron a una posición casi dominante en la academia, resultado del trabajo dramatúrgico. Así es como la puesta en escena
y en consecuencia en la práctica del teatro. Disciplinas que en el se convertió de esta forma en la ejecutante de la dramaturgia, lo que
dominio más específicamente teatral estuvieron marcadas por la significaba la muerte de todo teatro."
influencia del brechtismo —y luego por el inicio de su declive—.
Sin detenernos en las herramientas que permiten entrar en el aná-
lisis del sistema dramatúrgico de la obra y en su interpretación 57 Bernard. Dort, "Le metteur en scéne: un souverain qui s'efface", en

—conjunto que constituye la elaboración de la dramaturgia en el Daniel Couty y Alain Rey (dirs.), Le Théátre, París, Bordas, 1980, p. 148.
sentido 2—, es preciso señalar que en el proceso de elaboración 58 Idem.
de la representación, el hecho de anteceder el trabajo dramatúr- " Heiner Müller, "Le nouveau crée ses propres régles", Théátre/Public,
n.° 67, p. 32.

36
¿CM ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 37
Este trabajo dramatúrgico previo intenta aplicar al texto, de dice Müller, de experimentaciones escénicas que el ojo del drama-
manera previa, unas pautas de lectura que buscan controlar la turgo —que en esta actividad sólo difiere del director de escena
construcción del sentido. Más que de la "mentalidad dramatúr- en que él, el dramaturgo, no tiene que orientar ni dirigir el trabajo
gica", este trabajo proviene de una "mentalidad semiológica" que de los actores y permanece en este sentido a mayor distancia que
pretende hacer de la representación escénica un sistema de signos el "ojo exterior" de aquel— observa y analiza, contribuyendo con
codificados destinados a ser descifrados por los espectadores. Pero su palabra —hablada o escrita— a seleccionar, adoptar, rechazar o
el decodificador humano no funciona tan simplemente como los elaborar el material que arroje el ensayo.
decodificadores de los televisores. Georges Mounin lo venía di- Esta dramaturgia del escenario ha actuado en mí como
ciendo desde 1970: una mala conciencia de mi propia práctica de dramaturgo en el
sentido 2, práctica hacia la que debería tender para no permitir
Interpretamos un espectáculo teatral exactamente como interpreta- que llegue a "mi" dramaturgia el peligro de la clausura previa, del
mos un acontecimiento al que asistimos o en el que participamos: este cierre del sentido. Esta preocupación continuó hasta que conse-
acontecimiento no lo leemos, no lo decodificamos como haríamos con guí asumirla plenamente. Desapareció en el momento en el que
un mensaje lingüístico ordinario —es decir, no estético. 6°
logré separar el trabajo de mesa del de los ensayos, sin volver a
aparecer siquiera en los primeros ensayos —manifestación tardía
Mediante la afirmación de la cesura entre emisor y receptor,
de tal mala conciencia—, ni en el ensayo general. ¿Cómo llegó a
Jacques Ranciére hará del espectáculo "una cosa autónoma, entre
disiparse esta mala conciencia? Al aceptar plena y totalmente la
la idea del artista y la sensación o la comprensión del espectador". 61
autonomía del proceso de ensayos y de la puesta en escena, en los
que el director de escena habrá ya integrado el trabajo dramatúr-
gico previo, para entregarse ya por completo a esta dramaturgia en
PRÁCTICAS
acto que tiene por nombre puesta en escena.
Me di cuenta entonces como dramaturgo en sentido 2, que
En mi caso, en mi propia práctica, el trabajo dramatúrgico ha con-
podía distanciarme de la misma manera que siempre lo hice como
tinuado desarrollándose de manera previa a la etapa de ensayos.
dramaturgo en el sentido 1, con total desprendimiento de mi pro-
Existen otras prácticas, como la que Jean-Marie Piemme describe
pio texto —excepto cuando me piden estar presente o colaborar de
con el nombre de "dramaturgia del escenario". 62 Se trata allí, como
otra manera—, delegando sin remordimiento la puesta en escena a
los ejecutantes del escenario.
6° Georges Mounin, "La communication théátrale", en
Introduction á
la sémiologie, París, Minuit, 1970, p. 94.
6 ' Jacques Ranciére, Le Spectateur émancipé,
París, La Fabrique, 2008, HERMENÉUTICA
p. 20.
62 Jean-Marie Piemme, "Une activité de regard",
Théátre/Public, El proceso dramatúrgico puede ponerse en resonancia con el tra-
n.° 67, p. 54. Es interesante notar cómo la expresión "dramaturgia de [o bajo de la hermenéutica tal como Ricoeur la definía. Este trabajo se
del] escenario" puede aplicarse también al trabajo del escritor que escribe
realiza en dos tiempos, que Ricoeur llama "estático" y "dinámico":
desde el escenario. Cfr. Yves Jubinville, "Auteur dramatique á l'oeuvre",
Voix et Images, n.° 102 (primavera-verano de 2009), p. 10.

38 ¿Qué ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 39


explicar es despejar la estructura, es decir, las relaciones internas monta el texto en la articulación que éste exige en relación con
de dependencia que constituyen la estática del texto; interpretar es cada una de las categorías dramatúrgicas que conforman el com-
tomar el camino de pensamiento que el texto abre, dirigirse hacia el plejo tejido de la obra.
oriente del texto. 63
El texto considerado como material, en su propia materiali-
"Explicar", tomado aquí en su sentido etimológico —desple- dad, sin duda puede hacerse entender mediante un mínimo ejer-
gar—, nos remite a ese primer momento del trabajo que consiste cicio de interpretación. El texto de una obra de teatro, al estar
constituido también, en adición, por aquellas categorías dramatúr-
para la dramaturgia 2 en observar la dramaturgia 1, en revelar su
gicas que requieren ser actualizadas sobre el escenario, exige de su
estructura interna. Aquí, la dramaturgia 2 no radicaría en la inven-
"puesta en escena", es decir, de las decisiones que dependen nece-
ción, sino en el análisis, y también en la observación. La dramatur-
sariamente de una interpretación. Interpretación que no tiene que
gia 2 se une con humildad a la dramaturgia 1, debido a que ella es
ser impuesta, globalizante, totalitaria, sino que puede estar abierta
el "trabajo mismo que actúa en el texto"." Esta etapa constituye el
a la pluralidad de sentidos. De esta manera relegará entonces una
trabajo previo a la interpretación; interpretación que pertenece al
parte —importante, incluso esencial— del trabajo de interpreta-
orden del pensamiento en movimiento. Éste no tiene límites —di-
fiere de los dados por el texto. ción al espectador. Es la vía —estrecha— que nosotros buscamos.
Entre negar radicalmente la interpretación e imponerla hasta la
Algo en mí se resiste a aceptar la afirmación de Heiner Müller
clausura del sentido, existe la posibilidad de preparar el terreno y
según la cual "la interpretación es el trabajo del espectador". "Un
de asumir nuestra "responsabilidad" con el "sentido por venir". 66
buen texto —dice— no necesita ser 'interpretado' por un director Es el costo necesario de lo que Marie-Madeleine Mervant-Roux
de escena o por un actor". 65 Esta posición remite a una práctica del
llama "la acción hermenéutica permanente de la sala", 67 que según
teatro —en la línea de Robert Wilson, por ejemplo— que lleva al ella se produce "sobre una base prediseriada"." Esta base predise-
extremo el principio de la representación emancipada, y que po- ñada constituye propiamente nuestra dramaturgia —sentidos 1 y
dríamos llamar antidramatúrgica o adramatúrgica —y antiherme- 2 aquí reunidos.
néutica—. Supone, de hecho, un desplazamiento de la dramatur- Interpretar: la misma palabra designa la actividad del dra-
gia hacia una dramaturgia de la representación, en la cual el texto maturgo n.° 2 en su mesa de lectura y la del actor sobre el esce-
no es más que un elemento entre otros, un material, incluso una nario; y al final de la cadena, la del espectador. Ricoeur puede
materia sonora. Ya formulé las precauciones necesarias respecto a ayudarnos a pensar esa cadena como una serie de lecturas y re-
esta concepción.
lecturas. Al final, la "apropiación" por parte del espectador, en
El texto dramático, tal y como he indicado ya varias veces, tie- tanto que último lector —comprendida como "la aplicación del
ne la particularidad de no ser únicamente textual. Es esto lo que
obliga a ampliar la hermenéutica de Ricoeur para hacer de ella una 66 Jacques Derrida y Jean-Luc Nancy, "Responsabilité —du sens á
dimensión de la dramaturgia. Al enfrentarnos a una obra, no po- venir", en Sens en tous sens. Autour des travaux de Jean-Luc Nancy, París,
demos contentarnos con aislar el texto para hacerlo entender. Se Galilée, 2004, en especial p. 178 (Derrida).
67 Marie- Madeleine Mervant-Roux, L'Assise du thédtre. Pour une étude
63 Paul Ricoeur, op. cit., p. 175. du spectateur, París, Centre National de la Recherche Scientifique, 2002,
" Ibid., p. 177. p. 195.
65
Heiner Müller, art. cit., p. 37. " Ibid., p. 72.

40 JOSEPH DANAN
¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? 41
texto a su situación presente", 69 su capacidad para "comprenderse ción, situándose así en esa frontera. 74 Conforme a los dos tiempos
ante el texto"— no es posible más que por haber estado prece- de la hermenéutica de inspiración estructuralista de Ricoeur, esta
dida por esta serie de etapas: "está en el extremo del [...] arco lectura configura la paradoja de una lectura que pretende desple-
hermenéutico; es el último pilar del puente, el anclaje del arco en gar el texto desdoblándolo instante tras instante con el único fin
el suelo de lo vivido"." de "establecer la partitura", y prohibiéndose provisionalmente una
En una orilla, el primer suelo: la dramaturgia 1. En la mirada de conjunto —específica del texto de teatro, que no puede
otra, las vivencias del espectador, el terreno de su experiencia. escapar a la evolución lineal del tiempo—. Al proponerse abarcar
Entre las dos, la serie de lo que Ricoeur, tomando prestado el tér- en su propio movimiento lo que actúa en el texto —y deberá ac-
mino de Pierce, llama "interpretantes", que remite a "la cadena de tuar en su realización escénica—, se sitúa muy cerca de la escritura
las interpretaciones producidas por la comunidad que interpreta, e del dramaturgo 1, quien por esencia no interpreta.
incorporada a la dinámica del texto"." En la amplia concepción del La dimensión dramatúrgica se vincula aquí a una hermenéu-
texto que exige la obra de teatro, los interpretantes son el conjunto tica "en estado naciente" —podría decir Vinaver—, que prepara la
de las interpretaciones constitutivas de la polifonía que revela la interpretación del actor. Este "paso a paso" es también un método
representación teatral. Esta polifonía —este "espesor de signos y para un gran número de directores de escena que trabajan en la in-
sensaciones"" del que habla Roland Barthes— guarda también la teligibilidad del texto, en la emergencia de la acción y del sentido, en
huella de las sucesivas puestas en escena de una obra en la propia la exigencia impuesta actor de no anticiparse al instante siguiente.
puesta en escena o en la memoria de los espectadores.
La dramaturgia 2 debe emanar —cuando parte de una obra
de teatro— de la conciencia de ese recorrido que va de la expli- LA RELACIÓN ENTRE DRAMATURGIA
cación a la interpretación. Es preciso saber, al menos, que se des- Y PUESTA EN ESCENA
envuelve en esa frontera. Sería además ilusorio creer en una cro-
nología rigurosa entre los dos tiempos. La explicación desconfía Verdad del instante, verdad de la estructura. Toda dramaturgia
constantemente de ella misma, dado que la interpretación surge debe encontrar su camino entre estos dos polos. Se dirá que es pro-
siempre del movimiento de la explicación. Para la interpretación piamente a la puesta en escena a la que le compete situarse entre la
es preciso volver sin cesar a la' explicación y al texto, con el que materialidad del instante y el peso —que puede ser enorme— de
no debe perder contacto. la estructura. Se trata, sin embargo, de una elección dramatúrgica
El método de lectura de los textos dramáticos que propone mayor que podría también incumbir a la dramaturgia en el sentido
Michel Vinaver a finales de los años ochenta podría tender —así 1. Se encuentra un eco de esta dialéctica —o de esta tensión— en
quisiera entenderlo— hacia un umbral mínimo de la interpreta- Boulez —pues de composición musical es de lo que se trata a con-
tinuación:
69 Paul Ricoeur, op. cit., p. 129.
7° Ibid., p. 130. Me parece [...1 artificial querer vincular obligatoriamente todas las es-
71 Ibid., p. 178. tructuras generales de una obra a una misma estructura de concepción
72 Ibid., p. 177.

73 Roland Barthes, Essais critiques, en Euvres complétes, t. I, París,

Seuil, 1993, p. 1194. 74 Cfr. Michel Vinaver, Écritures dramatiques, Arles, Actes Sud, 1993.

42 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 43


global, de la que sería forzoso que se desprendieran las demás para para que tenga simplemente su razón de ser, nadie debe conocer el
asegurar la cohesión y la unidad —tanto como la unicidad de la obra—. resultado previamente. Se trata entonces de apuntar al desconoci-
Esta cohesión y esta unicidad, de acuerdo con mi visión, no podrían
conseguirse tan mecánicamente. En el principio de dependencia de
miento, de deshacer el saber en vez de acumularlo. Michel Vinaver
las estructuras de la obra a un poder central, yo entreveo más bien habla, a propósito de su método, de suspensión provisional de sa-
un recurso a los modelos "newtonianos", lo que está en contradicción ber. Esta suspensión sirve también para su trabajo como escritor.
con los desarrollos del pensamiento actual. 75 No se trata de anular la dramaturgia —en el sentido 2—. Es-
taría tentado a pensar, como Jean-Marie Piemme, "que nunca es
Lo que es preciso resolver concierne en el teatro a la organiza- suficiente!' Ésta es la razón por la que sitúo el problema en la re-
ción de la acción y de las acciones, su capacidad para aparentar que lación equilibrada entre dramaturgia y puesta en escena. Por clara
se inventan en el mismo momento en que llegan al espacio-tiempo que sea la visión de las estructuras —así debe ser—, por impresio-
de la escena. Esto compete específicamente al sentido, ya que se nante que sea el saber acumulado acerca de la obra y su contexto,
trata de inscribir lo que sucede en el conjunto que le da sentido. la dramaturgia debe liberar la puesta en escena para que ésta se
Afecta finalmente a la relación con el espectador. deselvuelva con autonomía y los actores puedan actuar. No se trata
Verdad del instante, verdad de la estructura: quizás lo más jus- sólo de saber sino de poder.
to sería decir que se trata de regular la relación de ese engranaje ¿Para qué sirve entonces la dramaturgia? La dramaturgia
entre dramaturgia y puesta en escena —pero saber si comparten la delimita un cuadro o, mejor dicho, un campo que será el cam-
misma cabeza no es algo que nos interese ahora—. Toda drama- po de juego —del que Dort decía que era "la carne misma de la
turgia previa tiende a convertirse en saber. Este saber puede llegar dramaturgia " - . 78 Citando a Brecht, para quien "sólo importaba
a ser un obstáculo cuando representa, aunque sea a pesar suyo, la representación", decía también Dort que la dramaturgia de-
la globalidad de la obra —la estructura— frente al instante —el bía consumirse en el "fuego de artificio" de la representación."
juego escénico—. Este saber impone —paradójicamente— una La dramaturgia debe disolverse en la representación y en el gesto
mirada total del espectador, 78 la que le otorgaría su propio saber, e de la puesta en escena. Disolverse al tiempo que alimentarlos, de
instituye a su vez la "sumisión a un poder central", que puede ser la misma manera que cuando escribimos no anulamos nuestro
estructural —inscrito por la dramaturgia 1 en la estructura— y/o saber, sino que lo suspendemos temporalmente. Este saber, que
depender de la dramaturgia 2. constituye lo que somos, debe "pasar por nuestra sangre" para
Esta mirada global es incompatible con lo que quisiéramos eri- crear las formas imprevistas de la obra y actuar allí donde mora
gir como el principal valor de la representación contemporánea: su su secreto.
valor de experiencia —o de acontecimiento, retomando el térmi- Desde que la conmoción de los años setenta, con el auge del
no de Mounin—. Puesto que para que la experiencia tenga lugar, brechtismo y la imposición de las "pautas de lectura' 8Ó provocó
77 Jean-Marie Piemme, "Une activité de regard", art. cit., p. 56.
Pierre Boulez, Penser la musique aujourd'hui, París, Gallimard, 78 "L'état d'esprit dramaturgique", art. cit., p. 9.
1963, p. 114. [Trad. al español: Pensar la música hoy, pres. y trad. de Eva " Ibid., p. 9.
Lainsa, Murcia, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos 8° Cfr. Joseph Danan, "Lectures du texte de théátre", en Le 7héátre
de la Región de Murcia, 2009.]
et l'école, París-Arles, Association Nationale de Recherche et d'Action
76 Tomo prestada esta noción de Michel Vinaver,
op. cit., p. 906. Théatrale/Actes Sud-Papiers, 2002, p. 154 y ss.

44 ¿Qué ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DA NAN 45


que la dramaturgia perdiera su posición privilegidada, ésta se bus- LA ACCIÓN: ¿EL PERFORMANCE
ca en el proceso de deconstrucción al que debe enfrentarse. A par- CONTRA LA DRAMATURGIA?
tir de entonces, esta crisis agrava el clima general de desconfianza
que domina al drama, y que puede llevar a la dramaturgia, más ¿Qué acción? Más que incumbir a la dramaturgia en el sentido 2,
allá de la duda que —positivamente— constituye su "mentalidad", la pregunta atañe a la esencia de la dramaturgia 1, puesto que es
a negarse a sí misma, incluso cuando trabaja a partir de obras dra- el principio del drama el que, junto con la acción, se ve afectado.
máticas. La mala conciencia del dramaturgo n.° 2 —que es la mis- La gran acción, aquello que ha motivado el drama desde su ori-
ma que la del dramaturgo n.° 1— continúa conquistando nuevos gen y que los griegos organizaban a través de la fábula, se ha di-
territorios. suelto; acción que sin embargo en Brecht todavía podía perciberse
¿Cómo —y por qué— seguir acumulando conocimien- en toda su voluntad configuradora. Este proceso de disolución de
to cuando la pertinencia de éste y quizá el propio conocimiento la acción comienza con la crisis del drama, al final del siglo xix,
son cuestionados? Nadie cree ya en un "teatro de la era científica" lo que puede pensarse como uno de sus principales indicios. La
—Brecht—, y ya casi no nos atrevemos, salvo en casos de extrema acción se diluye, se dispersa en microacciones. Afectada de pa-
ingenuidad, a introducir entre nosotros y la obra esas cómodas rálisis e imposibilitada, la acción va a originar en el siglo xx las
pautas de interpretación que nos autorizaban la aprehensión de la paradójicas dramaturgias de la no-acción, cuyo nivel mínimo de
obra de teatro. acción se alcanza con Beckett. Sin embargo, estas dramaturgias
¿Que la dramaturgia no es nunca suficiente? Sin duda. Sin de la no-acción siguen siendo dramaturgias, y organizan la no-
embargo, ¿esta perspectiva no refleja todavía la soberbia del que acción como las dramaturgias pasadas organizaban la acción. Si
sabe y acepta renunciar temporalmente a su conocimiento?, ¿no retomamos aquí la categorización propuesta por Michel Vinaver,s'
refleja la preocupación que encadena a quien no logra superar esta el nivel más profundamente afectado es el de la acción de conjunto
aporía? Después de todo, demasiado trabajo dramatúrgico puede —aquella que emanaba de la fábula y/o se organizaba como intri-
actuar como un obstáculo que obstruya lo esencial. El éxito de una ga—. Sin embargo, es más que frecuente que cuando la acción de
puesta en escena no se mide por la cantidad de trabajo invertido, conjunto se diluye subsistan microacciones, particularmente en la
sino por la precisión y por la pertinencia —la claridad y la efica- representación de la "palabra-acción" y de las acciones que se co-
cia— del dispositivo usado. rresponden con la categoría intermedia de las acciones concretas:
Sigue siendo necesario en el proceso el silencioso trabajo para la secuencia, el fragmento. Aun cuando los vínculos entre los di-
la creación de la obra, los pasos de la dramaturgia 2 en el interior ferentes niveles de la acción, es decir, el vínculo entre las acciones
de los de la dramaturgia 1, la revelación de aquello que funciona y el sujeto que las realizas' —aquellos que Deleuze, a propósito del
a través de un texto dramático, la organización de la acción. La cine, denomina como los "lazos sensomotores"— se encuentren
mentalidad dramatúrgica es hoy necesariamente humilde. atenuados, fracturados o debilitados, estas mismas desconexiones

81 Michel Vinaver, Écritures dramatiques, op. cit., pp. 896 897.


-

82 Gilles Deleuze, Cinéma 1. L'image mouvement, París, Minuit, 1983,


-

pp. 277 284. [Trad. al español: La imagen movimiento: estudios sobre cine
- -

1, trad. de Irene Agoff, Barcelona, Paidós, 1984.]

46 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 47


pueden convertirse en materia de dramaturgia o dar lugar a dra- la noción de "música no intencional"B7 a un acontecimiento que
maturgia. Y la palabra puede seguir actuando. En el teatro "hablar de cierta manera no puede eludir el teatro, Cage quiere hacer del
es actuar"," como decía d'Aubignac, definiendo asimismo la esen- oyente, así como del espectador, el lugar en el que se produce la
cia del drama. obra. Este valor conferido a la experiencia de la recepción busca
El verdadero problema aparece cuando el teatro, alejándose abolir la frontera entre el arte y la vida, busca incluso abolir el arte
más radicalmente de lo dramático —categoría cuya ampliación a en beneficio de la experiencia vivida, como poco después lo pro-
partir de ahora englobará incluso lo que aquí la precede—, elabora moverán también los situacionistas. El arte, dice Cage, debería ser
su trama a partir de elementos distintos a la acción. Pero, ¿es esto "una acción en la vida"."
posible? Esta concepción, que evidentemente podría perjudicar a la
Detrás de la acción se encuentra de manera implícita la mi- dramaturgia, amenaza hoy el teatro y no cesa de hostigarlo. El
mesis. Ciertamente, mientras haya ficción mimética, por débil que performance, y con él el happening, se quieren momentos puros
ésta sea, la dramaturgia puede continuar existiendo sin mayores de experiencia compartida en el presente, momentos con los que
problemas. La gran ruptura se da entonces cuando nos ubicamos el teatro no deja de soñar, incluso a riesgo de desviarse de la mi-
más acá —o más allá— de lo mimético: cuando el teatro, mirando mesis —lo que podría constituir una contradicción que considero
hacia el lado de la danza o del performance, no busca ya represen- necesario resolver, y quizás estas páginas no busquen otra cosa que
tar sino presentar movimientos, puras acciones escénicas, fuera de esta difícil conciliación.
toda mimesis. En lo que tiene que ver con la mimesis, la cuestión del persona-
Detrás del "gesto teatral contemporáneo" 4 se encuentra el je es clave. Mientras que el personaje exista —por débil o anodino
performance como utopía del teatro y el mito fundador del "Acon- que sea, o por deconstruido que esté— algo de mimesis persiste en
tecimiento sin título", organizado por John Cage en 1952 en el lo que vemos o en lo que se aborda en la escena. Pero cuando el
Black Mountain College, y que venía a reactivar el principio de las bailarín no es más que un bailarín y el performer no es más que un
manifestaciones dadaístas, al yuxtaponer en un mismo espacio- performer, sus acciones no remiten más que a sí mismas, sin mime-
tiempo y bajo el principio del collage, una composición de Cage, sis. Es en este punto en el que la dramaturgia se torna verdadera-
una improvisación coreográfica de Cunningham, lecturas, secuen- mente problemática, ya que lo que le compete es la recreación de ese
cias filmadas, y cuadros blancos de Rauschenberg. 85 Cage dice no imaginario que la historia del teatro nos ha acostumbrado a que esté
querer buscar ninguna "relación causal" entre los diferentes "inci- vinculado —más que con el drama— con la mimesis como material
dentes" que se producen dentro de este acontecimiento: "Todo lo y como posibilidad misma del imaginario. ¿Qué sería entonces de
que sucedía, [...] sucedía en el espíritu del espectador". 86 Al abrir una dramaturgia que no extrajera su lenguaje de las figuras de la
mimesis? Esta pregunta involucra un gran número de producciones
83 Abbé d'Aubignac, La Pratique du thatre, París, Champion, 1927, escénicas actuales que pertenecen a la galaxia postdramática o, me-
p. 282. jor dicho, a la galaxia adramática. Estos teatros a menudo renuncian
" Jean-Frédéric Chevallier: "Le geste théátral contemporain: entre a la obra de teatro previa, e incluso al texto de teatro y en esos casos
présentation et symboles", LAnnuaire Théa tral, n.. 36 (otoño de 2004).
85 Cfr. RoseLee Goldberg, La performance. Du futurisme á nos jours,

París, Thames & Hudson, 2001, p. 126. 87Ibid., p. 125.


86 John Cage, apud RoseLee Goldberg, idem. " Ibid., p. 126.

48 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 49


la cuestión de la dramaturgia 1 se anula por sí misma, pero no la
acción"" la que la impulsa simultáneamente en sus dos dimensio-
de la dramaturgia 2.
nes dramáticas: la acción representada y la acción de representar.
Si en Catherine no había dramaturgia previa, fue preciso en-
EL TEATRO-RELATO tonces que la dramaturgia surgiera de la escena —es la inversión
que señala Dort—. ¿Dramaturgia en el sentido 2, entonces? Sí, y lo
Desde Catherine (1975), el espectáculo que Antoine Vitez crea a más cerca posible del gesto de la puesta en escena, fundándose en
partir de Las Campanas de Basilea de Aragon, se impone la fór- él, naciendo del dispositivo que la engendra hasta originarla: la si-
mula por la que "se puede hacer teatro de todo"," como una ley tuación de la comida, la mesa alrededor de la que comen realmente
del teatro contemporáneo que inscribe definitivamente en nues- los actores —y no los personajes—, mientras se pasan el libro —el
tra práctica escénica la escisión entre teatro y drama. El principio material-novela—, transformándose por momentos en persona-
del "teatro-relato", 9° como sabemos, es rechazar la adaptación que jes. Aun cuando la idea de la comida procede de las numerosas
transformaría la novela en obra dramática, y que crearía entonces, escenas que componen el libro," el gesto fundamental de la puesta
bien que mal, una dramaturgia 1 de una manera que suele ser a en escena es el de hacer de ésta la comida— el dispositivo que

menudo artificial. Frente a ello, en el teatro-relato el material no- origina la dramaturgia de la representación.
velesco es a lo sumo objeto de cortes o de montaje." Esto no depende de la dramaturgia 1, esto tiene que ver so-
En el origen del espectáculo, encontramos entonces una no- bre todo con la dramaturgia 2. Estamos preparados para admitir
vela, no una dramaturgia en el sentido 1, sino un material para la que se precisaría de una categoría intermedia para designar lo que
escena. aquí se juega.
¿Podemos, entonces, dar por hecho que una novela no encie- Didier Bezace lo formula así: suponiendo que "el teatro no se
rra una dramaturgia? Si se puede hablar de la dramaturgia de una define por el diálogo", sino "por la acción", 94 se trata, según él, de
película, de la dramaturgia de un partido de futbol, e incluso hasta "buscar soluciones dramatúrgicas que permitan que el teatro, y por
de una obra musical, por supuesto una novela, en la medida en que tanto la acción, exista". 95 Y a propósito de Sostiene Pereira de An-
organiza una acción, ordena un espacio y una temporalidad, e in- tonio Tabucchi,% define así la "dramaturgia del espectáculo, [que]
venta personajes, obedece también ella a una "dramaturgia". Si las no tiene nada que ver con la estructura de la novela": "Un actor
comillas se imponen aquí, es porque estos usos de la palabra son interpretaba a Pereira [...] y todos los demás personajes eran repre-
metafóricos. Yo diría que para que haya dramaturgia es preciso que sentados o narrados por un segundo actor"." La idea dramatúrgica
se pongan en juego —yen relación— tres términos o tres fuerzas: la
acción, el pensamiento... y el teatro. Para que exista, ahora despoja- 92 Cfr. supra, p. 14.
da de metáforas, dramaturgia, es preciso que haya organización de 93 Bernard Dort, Le Spectadeur en dialogue, op. cit., p. 272.

la acción en función de la escena. Quizás sea esta "activación de la 94 Entrevista con Jean-Pierre Sarrazac, en Dialoguer. Un noueveau

partage de voix, vol. 1, Lovaina la Nueva, Centre d'Études Théátrales,


2005, p. 189.
89 Antoine Vitez, Le Théátre des idées, París, Gallimard, 1991, pp. 199
95 Ibid., p. 190.
y 494.
9 ° Ibid., p. 494.
% Théátre de la Commune, Aubervilliers, 1997 (creada en el Festival
de Aviñón 1977).
91 Ibid., p. 204.
" Idem.

¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 51


fundamental se confunde en este caso con una idea de puesta en extremo la confusión entre un material que podría ser narrativo
escena.
o novelesco y un texto concebido sin embargo para ser llevado a
Bezace añade aquí —como Matthias Langhoff 98 — la esceno- la escena. En otros casos, el principio de hibridación que opera
grafía: "La escenografía es esencial. Yo diría incluso que mientras en el texto permite mantener una función que podemos designar
no se haya encontrado el lugar, no se habrá encontrado la directriz todavía como dramaturgia 1. En Terre océane de Daniel Danis,m
de la adaptación"." Y a propósito de Heures blanches —a partir de
subtitulada, como su pieza precedente, "novela-hablada", se alter-
La enfermedad llamada hombre de Ferdinando Camon, donde sí
nan fragmentos dialogados y elementos narrativos que desbordan
había adaptación, pero donde la norma, en lo que nos interesa, ampliamente lo que podríamos considerar como didascalias.
era la misma—: "El automóvil, que no aparece en la novela, fue el Pudiéramos hablar de que todo está al servicio de la fábula.
instrumento de la adaptación ; 1Ó° lo que llamaría un "operador", un
Sin embargo, nada en la fábula implica semejante hibridación, que
elemento determinante de la representación que va a actuar en dos no parece producida más que por las tensiones impuestas hoy a
direcciones: hacia el espectador y hacia el texto, sin que proceda la escritura por lo que debemos llamar nuevos modelos de repre-
necesariamente de una dramaturgia previa —como el signo de un sentación. Son estas tensiones las que generan las dramaturgias
sentido preestablecido—. Es que todo acto de puesta en escena — singulares. Como son también ellas las que hacen que este tipo
todo acto de creación— debe aceptar, en un cierto momento, una
de forma, por la tensión que instauran desde la escritura, con la
dimensión arbitraria. Foucault lo formuló magníficamente a pro- representación, me interese mucho más que un texto-material que
pósito de una puesta en escena de El Misántropo por Jean-Pierre
Dougnac: delegue enteramente a la escena no sólo la cuestión de su repre-
sentación —lo que es el caso más frecuente entre las obras con-
temporáneas— sino la cuestión de la escena o de la representación,
Porque funciona. En el detalle. Toda réplica cuenta. De nuevo no sé
por qué funciona tan bien, el texto no se ha plegado sistemáticamente.
al contrario de lo que —sin pretender resolverlo— un texto como
Uno podría creer que el texto se abre como una flor seca que sumergida Terre océane hace, es decir, integrar esta cuestión en la escritura.
en el agua. [...1 ¿Por qué? Hay en esta puesta en escena una relación
enigmática entre lo arbitrario y la necesidad.'°'
NUEVOS MODELOS DRAMATÚRGICOS
Si el desarrollo del teatro-relato tuvo efectos en el trabajo de
la escena, tuvo también sus resonancias en la escritura. ¿Quiere La escritura que se destina hoy al teatro se elabora en esta franja,
esto decir que los autores se han dedicado a fabricar material para entre una dramaturgia debilitada y su ausencia o casi ausencia.
la escena? Así es cuando uno se encuentra con obras que llevan al
Entre un teatro creado exclusivamente de texto-material y un
teatro que intenta mantener un principio dramatúrgico, algunos
" Cfr. supra, p. 24. autores optan, a pesar de todo, por la segunda vía, estrechada des-
" Didier Bezace, L'Éntétement amoureux, de su interior por las amenazas de la primera. Esta segunda vía
París, Théátre de l'Aquarium,
1994, p. 37.
'°° Idem.
consiste en ofrecer a la observación no sólo el ser desnudo y su
1 °' Apud Michel Vinaver,
Le Journal de Théátre Ouvert, n.° 17 (enero-
febrero-marzo de 2007), p. 26. Resaltado de Joseph Danan.
102 Daniel Danis, Terre océane, París, arche, 2006.

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¿Qué ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 53
palabra —"la desnudez del existir", dice Jean-Luc Nancy'° 3—, sino `musicalizante m, La Demande d'emploi,m Vinaver hablaba en 1972
también sus acciones, y la dificultad misma de su realización. Con- de "una estructura de 'tema y variaciones",'" refiriéndose a las
sidero que el teatro puede todavía aspirar a ello, y no solamente Treinta y tres variaciones sobre un tema de Diabelli de Beethoven." °
decirlo, tal y como lo digo yo ahora, sino mostrarlo, y ser precisa- 11 septembre 2001 adopta unMásquenmétodlavricó,
mente el lugar de la aparición. principio de construcción serial que parece primar sobre la orga-
Esto le impone al drama y al teatro nuevos modelos dramatúr- nización dramatúrgica. Sin embargo, un orden se instaura —e in-
gicos. Cuando la imposibilidad de actuar se vuelve un paradigma cluso una forma de tensión—, pero éste parece depender menos
mayor, paradójicamente todas las posibilidades se abren, porque de una construcción dramatúrgica que de un principio que pro-
frente a la determinación única de una realidad actualizada, lo voca que al interior de un cuarteto o de una sinfonía uno no tenga
real sólo se compone de la infinidad de los posibles. Es una de las deseos de cambiar el orden de los movimientos —aunque estos
principales modalidades de lo que Jean-Pierre Sarrazac, señalando movimientos tengan una autonomía decididamente mayor que los
el cambio de paradigma que se operó desde finales del siglo m'e, actos en una dramaturgia tradicional—. Es que este orden depen-
propone llamar "drama-de-la-vida", en oposición a un "drama-en- de más de lo sensible que de cualquier racionalización.
la-vida", que cayó en desuso.'" Se trata de un teatro de los posibles
generalizados. En el seno de la "pieza-paisaje",'° 5 una multitud de
senderos se bifurcan ante nosotros. MÚSICA Y EMOCIÓN
El modelo, a partir de entonces, ya no es estrictamente dra-
matúrgico. La pintura —como lo indica el término paisaje— y la La música misma es un arte que se encuentra atrapado entre una
música, pueden ofrecerlo. Ambos modelos pueden coexistir —y racionalización a la que por naturaleza se resiste, y una programa-
coexistir con el drama—. A partir de Gertrude Stein, la pieza-pai- ción cuya recepción es emocional. Un ejemplo lo ofrece una obra de
saje se despliega en el campo abierto por esta oscilación —entre Mahler que funcionaría como bisagra de la modernidad. Su Sinfonía
artes plásticas y musicalidad.
En 11 septembre 2001 de Michel Vinaver,'" quien reinventó n.° 2, pieza que en sí misma opera como bisagra dentro de la obra
del compositor, permite entender sus dudas, tanto acerca del orden
esta noción de pieza-paisaje, 107 el modelo de la cantata o el del ora- de los movimientos"' como acerca del "sentido" de su composición.
torio se anuncia en la nota liminar. A propósito de su pieza "más Es así que Mahler escribirá posteriormente, tal y como lo destaca
Henry-Louis de La Grange," 2 sucesivos programas en los que se pue-
de ver una concesión a las expectativas del público, a su deseo o a su
"" Jean-Luc Nancy se pregunta: ¿Cómo puede esta desnudez convertir-
se o llegar a ser el objeto del arte? (¿Cómo ha devenido ya —quizás— objeto
del arte?) Jean-Luc Nancy, Le sens du monde, París, Galilée, 1993, p. 195. 1 " Escrita en 1971, fue publicada en CArche en 1973.
'" Jean-Pierre Sarrazac, "La reprise. Réponse au postdramatique, en 109 Michel Vinaver, Écrits sur le thédtre, t. I, Lausana-Arles, Éditions
Études 7héatrales (La Réinvention du drame), n.° 38 39 (2007).
- CAire/Actes Sud, 1982, p. 308.
"35 Cfr. Joseph Danan, "Piece paysage, en Jean Pierre Sarrazac (dir.),
- -
"° Entrevista con Jean-Pierre Sarrazac, op. cit., pp. 289-290.
Lexique du drame moderne et contemporain, op. cit. "' Cfr. Henry-Louis de La Grange, Gustav Mahler, París, Fayard, 1979,
106 Michel Vinaver, 11 septembre 2011, París, CArche, 2002. 111, t. I, pp. 1014-1015.
'" Michel Vinaver, Écritures dramatiques, op. cit., p. 905. "2 Ibid., pp. 1021-1022.

54 JOSEPH DANAN
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/QUÉ ES LA DRAMATURGIA?
necesidad de sentido, 13 aunque también, a un nivel más profundo, primordial, en lo que tiene que ver con su capacidad para poner
una tentativa de elucidación, para sí mismo, de su obra, un intento el pensamiento en movimiento. Ahora bien, "hay emoción", dice
de "parafrasear [sus] intenciones con la ayuda de las palabras"; "4 Mervant-Roux, "cuando el sentido se desborda"." 9
empresa que Malher juzgaba tan difícil, una hermenéutica en
suma, que se revelaría hermenéutica de su propia vida, del drama
de su vida o de su vida como drama."' El nudo de contradicciones ESPECTÁCULOS-PAISAJE
que hace patente esta dificultad para encontrar las palabras preci-
sas que le permitan definir su obra resuena en estas líneas, hasta el Jean-Franwis Peyret señala, a propósito del espectáculo Les
punto de otorgarle in fine al oyente la libertad de construir sentido: Variations Darwin, concebido en colaboración con el biólogo
Alain Prochiantz:
En este estadio de la concepción, nunca se me ocurrió describir en
detalle un acontecimiento, sino más bien un sentimiento. E...] se Nosotros no hacemos teatro científico, ni sabemos lo que eso quiere
comprende sin dificultad, por la naturaleza misma de la música, que decir. Tampoco estamos seguros de estar presentando un espectáculo
me imagine un acontecimiento real en ciertos pasajes, de una manera sobre Darwin. Lo que sí sabemos es que es un espectáculo que hicimos
por así decirlo dramática. [ ...] En todo caso, no exijo absolutamente con él, atentos a la música de su pensamiento. Por eso estas variaciones,
a nadie que me siga en esta dirección, y naturalmente dejo a la ima- que no son un ensayo, menos una tesis; sino una ensoñación, una
ginación de cada oyente la comprensión de los detalles... 116 fantasía sobre algunos temas darwinianos.'"
La hermenéutica que la música exije —que se apoya en el aná- De entrada un método: Darwin provee el (los) tema(s), mien-
lisis técnico de su lenguaje—" 7 no es solamente desciframiento de tras nosotros, autores del espectáculo, proponemos una serie de
la obra, sino también de las emociones que despierta en el oyente variaciones. Rechazamos cualquier intento de "tesis", al mismo
hermeneuta.
tiempo que cualquier pretensión de un teatro científico; a ese tea-
Marie-Madeleine Mervant-Roux, al intentar definir qué es lo tro le oponemos la ensoñación o la fantasía —otro término mu-
que autoriza "la acción hermenéutica" del espectáculo en los es- sical—. El ensayo sería menos comprometedor, pero sigue sien-
pectadores, o de la sala sobre el espectáculo, no cesa de recordar
la importancia" 8 de esta consideración de la emoción como valor do demasiado. ¿Demasiado qué? Demasiada aserción quizás, un
exceso de pensamiento conceptual, restringido al principio de no
13 Michéle Febvre ha analizado, a propósito de la danza, el "rol per-
contradicción. La ensoñación, sin embargo, autoriza todas las fan-
verso" del programa en un proceso que ella ubica bajo el signo del "apetito tasías y todas las variaciones, ya que precisamente es éste su prin-
semiotizante del espectador". Michéle Febvre, Dance contemporaine et cipio, el cual la autoriza para excluir y expulsar la verdad —en este
thédtralité, París, Chiron, 1995, p. 63. caso científica— de su esfera. Tal verdad, en su unicidad y, más
"4 Gustav Mahler, en Henry Louis de la Grange, op. cit., p. 1013.

'" Idem. 19 Marie-Madeleine Mervant-Roux, "Un dramatique postthéátral?


"6 Ibid., p. 1019.
Des récits en quéte de scéne et de cette quéte considérée comme forme
u' Los dos tiempos que destaca Ricoeur se reencuentran en el mé- moderne de l'action", L'Annuaire Théátral, n.° 36 (otoño 2004), p. 16.
todo que sigue Henry-Louis de La Grange, op. cit. 120
Programa de mano del espectáculo, Théátre national de Chaillot,
u' Marie-Madeleine Mervant-Roux, L'Assise, du théatre, op. cit., pp. 2004.
65-72.

56 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 57



Peyret todavía va a afirmar: "Un paisaje se compone de todo lo
aún, en su intangibilidad, no existe. Y sobre todo, no se debe fo- .tea
que contiene en su interior. Es más profundo de lo que parece"
mentar su ilusión. Si hubiera una "verdad", siempre entre comillas,
Si la dramaturgia es del orden de la composición, se entiende que
no podría tratarse sino de una verdad móvil caleidoscópica y, en
deba mutar para sobrevivir a este nuevo ordenamiento del teatro.
suma, teóricamente infinita, la de sus variaciones.
Se extraen algunos "materiales" de la obra de Darwin: los
autores lo explican en el manual que, antes de ofrecer la "par-
DANZA CONTEMPORÁNEA Y DRAMATURGIA
titura" del espectáculo, proporciona parte de estos materiales."'
Este vasto material se desarrolla a lo largo de los ensayos, hasta
La mayoría de los empleos metafóricos de la palabra dramatur-
desembocar en el estado final de la partitura. Se reconoce aquí la
gia construyen esta noción sobre significaciones que no toman
directriz del texto-material llevada hasta su límite: un texto cuya
en cuenta la evolución contemporánea del teatro. Se trata de
vocación es brindarse a que se lo trabaje, esculpa, ordene, y nutra
empleos obsoletos. Es 'extraño observar que también la danza
las improvisaciones, para desembocar en el espectáculo del que
dota a la palabra dramaturgia de una acepción sorprendente-
sólo subsiste una mínima parte en tanto que texto. En este pro-
mente anticuada, incluso en creadores conocidos por su van-
ceso de transición del material hasta la representación, reside el
guardismo. Esta danza recurrirá a la "dramaturgia" para poder
trabajo dramatúrgico —el material previo acumulado constituye
narrar una historia, transmitir "mensajes", evocar situaciones o
más bien una etapa predramatúrgica—. La escena es el lugar de
convocar personajes que, en los peores casos, harán uso de la
esta transformación: palabra. No es de este modo como Laurence Louppe emplea
La tradición quiere que el texto preceda a la representación [...]. En la palabra dramaturgia cuando intenta definir lo que para ella
es "composición"'" en la danza. Afirma que composición y dra-
nuestro "creativ method" los factores se han invertido. Es el teatro —la
escena, los actores y todo el dispositivo artístico y técnico— el que maturgia en algunos coreógrafos podrían considerarse sinóni-
escribe el texto en el movimiento de los ensayos.' 22 mos. Refiriéndose a Kandisky, dice: "Una obra no es más que
organización de las tensiones"." 6 Puede verse cómo un teatro
No tiene nada de sorprendente entonces que nazca de la pluma que sustituye la acción por el movimiento o por la distribución
—o del teclado, en realidad— de Jean-Fran/ois Peyret la imagen del de la energía, puede así reencontrarse con las problemáticas de la
paisaje. Pero lo que él designa como paisaje, es la ciencia "o algunas pintura o de la danza. Pero no cabe duda de que entre todas las
de sus parcelas": "Cuando preparo un espectáculo, yo estoy dentro artes, la danza, junto con el performance, al exponer los cuerpos
del paisaje; me desplazo en él [...1. Sólo a la hora de montar el es- vivos, tiene una proximidad más activa con el teatro. ¿No es ella
pectáculo salgo del paisaje para mirarlo". 1 " A partir de entonces, el la que, antes que el teatro mismo, realiza el sueño deleuziano de
espectáculo deviene paisaje. La mayoría de los espectáculos actuales
—teatrales, coreográficos, etc.— , son espectáculos-paisajes.
124 Idem.
Les Variations Darwin, 125 Laurence Louppe, Poétique de la dance contemporaine, Bruselas,
121 lean-Francoise Peyret y Alain Prochiantz,
Contredanse, 2000, pp. 209-215.
París, Odile Jacob, 2005, p. 7. Laurence Louppe,
126 Wassily Kandinsky, Cours du Bauhaus, apud
122 Ibid., p. 8. ibid., p. 210.
123 Idem.

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¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA?
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un "teatro de la repetición" en el que "se experimentan fuerzas
puras, trazos dinámicos en el espacio que actúan sobre el espíritu ahora las variaciones las que determinan lo que el tema puede
sin intermediarios"; 127 incluso el "teatro energético" de Lyotard, ofrecerles".' 34
que recurre a Cage y a Cunningham para enfrentarlos a Brecht? 128 Entonces, si entendemos lo que dice Brendel, para crear las va-
Loquelamrsntcdaugi,rbjectmn riaciones es preciso pasar por la transformación del tema en mate-
con los cuerpos y a partir de ellos, en el mismo desafio respecto rial. A partir de ahí podemos admitir que muchas composiciones
de la globalización del sentido que hemos adoptado a propósito de danza contemporánea —como de teatro— trabajan de manera
del trabajo de la dramaturgia 2, pero radicalizándolo, acercándo- casi invisible alrededor de un tema heterogéneo o a partir de un
se todo lo que es posible a la emergencia de lo que podría ser en material más vasto.
la danza, mutatis mutandis, el equivalente de una dramaturgia 1 La danza, incluso más que la música, le enseña al teatro a dejar
que nace de las improvisaciones, directamente del escenario,' 29 que el espectador se enfrente con la "lógica de la sensación". 135 Se
enuaobrqsitedcraulqtipo"gb- trata de volver imposible "la relación de poder —la jerarquía-
lidad orgánica".'" [...] y en consecuencia la dominación del dramaturgo + director
Laurence Louppe nos recuerda que Cunningham condena- de escena + coreógrafo + decorador sobre los supuestos signos y
ba el principio de "tema y variaciones" aplicado a la danza, tanto los supuestos espectadores"."6 Las estéticas de la repetición, en la
como lo hacía con una "dramaturgia centralizadora","' a la que música como en la danza, constituyen un límite extremo de esta
oponía el collage, lo aleatorio, 132 o incluso la repetición. desjerarquización, dado que el espectador se convierte él mismo
133 Sabe-
mos que, a partir del Beethoven de las Variaciones de Diabelli, en instrumento para medir lo que se habrá alterado en él de un
este tipo de composición fue encaminándose hacia una autono- momento de la obra —el inicio, por ejemplo— a otro —por ejem-
mía progresiva de las variaciones, al punto incluso de disolver en plo, el final— y para captar un posible sentido.
algunas de ellas la legibilidad del tema. En una inversión en la que Dije anteriormente que entre la negación de toda dramaturgia
reconocemos la analogía de Bernard Dort, Alfred Brendel descri- y una dramaturgia "de poder", me parecía esencial buscar hoy, al
be: "No es el tema en su completitud el que rige las variaciones, menos para el teatro, una vía intermedia. Al menos para el teatro,
como estábamos acostumbrados a hacerlo, sino que más bien son porque lo más productivo, considero, es poner en tensión los ele-
mentos de significación e incluso los signos —que el rechazo de la
127 Gilles Deleuze,
Différence et répétition, París, Presses Universitaires semiología nunca anulará totalmente— y ofrecer un material con
de France, 1968, p. 19. [Trad. al español: Diferencia y repetición,
trad. de
la menor imposición de sentido posible.
María Silvia Delpy y Hugo Beccacece, Buenos Aires, Amorrortu, 2002.] Lo que se decide es qué directriz viene inducida por el trabajo
128 Jean-Franwis Lyotard,
Des dispositifs pulsionnels, París, Galilée, del artista, y cuál por la libertad del espectador. Si la danza con-
1994, pp. 95-98. [Trad. al español: Dispositivos pulsionales, temporánea es un indicador mayor, es porque la improvisación es
trad. de José
Martín Arancibia, Madrid, Fundamentos, 1981.]
128 Cfr. Laurence Louppe,
op. cit., pp. 220 y 223.
130 Ibid., p. 212.
Libreto del CD de las Trente-trois variations sur un théme de Diabelli,
Ibid., p. 232. por Alfred Brendel, Philips, 1990.
132 Ibid., p. 233.
135 Gines Deleuze, La logique de la sensation, París, Éditions de la
133 Ibid., p. 235.
Différence, 1984.
138 jean-Franwis Lyotard, op. cit., p. 97.

6o
¿QUÉ ES I.A DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN
ahí el propio material de la creación, marcando así "el débil límite actores podrían a la vez estar en el mismo espacio y actuar como si
entre forma y no forma, entre organización prevista e imprevisi- no estuvieran ahí, y como el teléfono móvil no es un objeto teatral
ble, entre estructura y caos, debido a la emersión de las pulsiones muy interesante —algo que no había pensado al escribir la pieza—,
espontáneas':' 3i se hablarían a través de micrófonos inalámbricos que sostendrían
en sus manos. Quise recrear este principio —sin imitarlo— duran-
te las diferentes presentaciones de la versión francesa: un amplio
¿DISPOSITIVO VERSUS DRAMATURGIA? espacio, de preferencia no teatral, y micrófonos reales que los ac-
tores sostendrían en sus manos.
Permítanme, con el fin de aclarar el tema, volver sobre la expe- Si dudé durante tanto tiempo en referirme a esta experiencia
riencia que viví en 2005 1 " al poner en escena una de mis obras, como una "puesta en escena", es porque tengo la impresión de que
Roaming monde.'" lo que realmente hice fue poner un dispositivo'" en el espacio,
Lo que más me sorprendió fue descubrir hasta qué pun- donde los actores tienen una gran libertad de movimiento y de
to, con los actores —Jacques Bonnaffé y, alternando, Ariane juego. ¿Oponiéndose a qué? En realidad se opone menos a una
Dionyssopoulos y Laure Wolf— fue escaso el "trabajo dramatúr- "determinación" del orden de la representación, que a una "lec-
gico" que tuvimos que invertir. Tanto como descubrir que estaba tura" de la obra que depende de otra dramaturgia, de otro nivel
ante la evidencia de que no tenía más que —yo que era el autor— de la dramaturgia, de lo que podríamos llamar una "segunda dra-
prestar atención a la dramaturgia 1 que yo mismo había construi- maturgia".
do en la obra en el momento de su escritura. Principio elemental: El espectáculo se ensayó en unos pocos días y los actores se
dos personajes se hablan a través de teléfonos móviles; al mismo apropiaron del espacio con el texto aprendido. La principal con-
tiempo, entonces, pero no en el mismo lugar —ella está en la calle, signa —o indicación de director— era mantenerse lo más cerca
él en su casa, etc.—. Una sola excepción: en el centro mismo de posible de sí mismos —no como individuos, sin relación, hasta
esta pieza corta de unos cuarenta minutos, una secuencia en la que donde yo sé, con los supuestos personajes, sino como actores que
los dos personajes están en la ficción el uno en presencia del otro. se mueven en un espacio determinado—, y el uno en relación con
Desde el primer momento se trató de la puesta en escena. el otro, con una producción mimética mínima, y lo más cerca po-
Consistió principalmente en pensar el espacio y las condiciones de sible de los cuerpos de los bailarines, de los que Michéle Febvre
enunciación. El espacio que me propusieron en México fue un vas- afirma que imponen "un sentimiento de realidad innegable, más
to hall de un museo en desuso, que jugó un papel decisivo. Los dos fuerte que cualquier ficción". 141 Tratándose de teatro quizás lo justo
sería hablar de una posición intermedia, "ni completamente ac-
'" Laurence Louppe, op. cit., pp. 226-227.
138 Joseph Danan, Roaming monde, Vitry-Sur-Seine, Éditions de la

Gare, 2005.
139 En el Festival de la Mousson d'Été, primero, y luego en el Festival 14 ° Faltaría realizar un examen crítico de esta noción. Para un esbozo

de Gare au Théátre (Vitry-sur-Seine) y en otros lugares. Una primera de este análisis, cfr. Joseph Danan, "Oú en sommes-nous?", Frictions,
versión de este trabajo había sido presentada en la Ciudad de México, n.° 12 (invierno-primavera de 2008).
en noviembre de 2004, en el marco de la Primera Noche de Teatro, con '''' Michéle Febvre, Danse contemporaine et théatralité, París, Chiron,
actores mexicanos. 1995, p. 85.

62 ¿QUE ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 63


tores, ni completamente personajes",'" lo que autoriza formas de en el tiempo de la representación, en una interacción con los es-
identificación intermitente.'" pectadores en el tiempo presente.
Claro que surge algo de ficción, pero sin que la busquemos,
como si la dejáramos surgir —como si nos ubicáramos en su origen,
cuando la ficción se desprende del presente que tenemos delante: CODA
en el punto en el que la presentación se hace, a pesar de todo, repre-
sentación—. Sin duda, sobre este juego de presencias y de cuerpos, La teoría es necesaria. [...] Necesaria e inútil. La razón trabaja para
los espectadores proyectan un mundo ficcional. Es la dramaturgia servirse de sí misma, organizándose en sistemas, a la búsqueda de
interna de Roaming monde: no hay ninguna necesidad de actuarla un saber positivo en el que se sitúa y se apoya, al mismo tiempo que
más. Tampoco estoy diciendo que lo único que hay que hacer es se dirige a un límite que constituye un freno y un cierre. Debemos
"ejecutar el texto". En esta experiencia hay juego actoral —articulado pasar por este saber y olvidarlo. Pero el olvido no es secundario [...].
El olvido es una práctica.'"
a, unido a una cierta estructuración del espacio y del tiempo—, que
es en lo que consiste la puesta en escena. Hay una distribución y un Blanchot habla de la escritura. Y sin duda es como mera escri-
uso del espacio, un ritmo que estructura el tiempo de la representa- tura que hemos considerado la dramaturgia, y en sus dos sentidos
ción, y el sonido imponiendo una partitura, que es la parte fija del principales, con la necesaria capacidad de superar un sistema has-
espectáculo, sea cual sea el lugar donde se realice. ta casi hacerlo estallar.
Las representaciones de Roaming monde nacieron del encuen- La dramaturgia es lo que realmente anima la escena teatral,
tro de un texto y un espacio —luego de otro... y así—, que con- provenga o no de un texto dramático —sin embargo, creo yo,
fluían en el actor. Lo que sucedió allí fue una suerte de intuición siempre existe un texto en un momento u otro del proceso: obra de
dramatúrgica —sentido 2—, comparable, finalmente, a la intui- teatro, texto-material, programa, "texto dramatúrgico", notas pre-
ción que actúa cuando escribo. Presiento los efectos de sentido paratorias o notas de intención—, ya sea visible o invisible —de-
—tan sólo algunos—, ya sea en la fase de la escritura o en la de la finitivamente, la imagen del Golem, con su pergamino en la boca,
puesta en escena. Quizás esto fue posible, en un equilibrio frágil, sin el nombre de Dios.
solamente porque se trataba de esta pieza en concreto, una pieza Este aliento no es tanto el del "alma" como el del pensamiento,
fácilmente reductible a —o inscribible en— un dispositivo. en constante movimiento, siempre a punto de nacer. "Introducir
Ya sea en la escritura o en la puesta en escena, de lo que se trata una dosis de olvido en la partitura que se creó previamente", dice
es de dejar hablar una forma. De dejar que ésta desarrolle —reali- Georges Banu. Esta dosis de olvido contra un pensamiento que
ce, active, libere— lo que en ella actúa y, en el mismo movimiento, 4 podría estancarse. Pero esta experiencia se vive con todas las mo-
piensa. dalidades del teatro: del texto a la escena y de la escena al especta-
Lo que es propio del teatro es este pensamiento que se elabora dor, sin punto de llegada ni de partida.
Blanchot habla de un "choque de armas", en referencia a los
142
Jean-Pierre Ryngaert y Julie Sermon, Le Personnage théátral
contemporain: décomposition, recomposition, Montreal, Editions Théátrales, Maurice Blanchot, L'écriture du désastre, París, Gallimard, 1980,
m4
2006, p. 113. [Trad. al español: La escritura del desastre, trad. de Pierre de Place,
p. 122.
143 Ibid., p. 134. Caracas, Monte Ávila Editores, 1990.]

64 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 65


"golpes de martillo» del pensamiento nietzscheano. En esto me Blanchot, es sin duda la era del olvido y de su amenaza. En res-
parece también escuchar un eco de Guy Debord. Su película, In puesta a todo esto, quizás no hemos hecho en estas páginas más
girum imus nocte et consumimur igni, es de 1978, L'écriture du que enfrentar —entre sí o contra un enemigo incierto— escuadras
désastre de 1980. Nos encontramos todavía un poco en los ecos mixtas en el campo de experiencia que ellas mismas —estas pá-
del Mayo del 68, y el deseo de revolución no se ha apagado to- ginas— abrieron y que ahora cerrarán, sin otro vencedor, espere-
davía: mos, que estos fermenta congnitionis que reclamaba Lessing.

Pero las teorías no están hechas más que para morir en la guerra del
tiempo: son unidades más o menos fuertes que hay que comprometer BIBLIOGRAFÍA
en el momento justo del combate y, cualquiera que sean sus méritos
o sus insuficiencias, no se pueden usar con seguridad sino aquellas
que están disponibles en el momento justo. De la misma manera que I. Teatro
las teorías deben ser reemplazadas, porque sus victorias definitivas,
más aún que sus derrotas parciales, producen su agotamiento, de la Dada la extensión considerable de la noción, la bibliografía podría
misma manera, digo, ninguna época viva pertenece a una teoría: se contener casi todo lo que se ha escrito sobre el teatro. Me limité
trata en primer lugar de un juego, un conflicto, un viaje."' aquí a las obras y a los artículos que cité y, de manera necesaria-
mente incompleta, a aquellos que considero constituyen las refe-
Es cierto que el teatro de hoy en día no está en guerra. Quizás rencias más importantes sobre la cuestión.
debiera estarlo con mayor razón cuando el mundo se desgarra en
guerras abiertas y nuestro propio país incluso en guerras más so- Abirached, Robert, La Crise du personnage dans le théátre
lapadas. La "querella de Aviñón" en 2005 no fue una guerra, pero moderne, París, Grasset, 1978. [Trad. al español: La crisis del
sí fue el síntoma de una crisis que ponía en juego la cuestión del personaje en el teatro moderno, trad. de Borja Ortiz de Gondra,
sentido, y más aún la relación del sentido con las formas, así como Madrid, Asociación de Directores de Escena de España, 1994.]
la crisis del sentido en relación con todo lo que constituye el acto Antoine, André, "Causerie sur la mise en escéne", en Jean-Pierre
teatral, y en relación con el público. Sarrazac y P. Marcerou (comps.), Antoine, invention de la
Si la actualización de la dra.maturgia y montar un obra son, en mise en scéne, Arles, Actes Sud-Papiers/Centre National du
cierta forma, lo mismo, tal y como Bernard Dort deseaba, también Théátre (Parcours de Théátre), 1999.
en cierto modo hacer teatro y pensar el teatro pertenecen al mis- Aristote, La Poétique, trad. y notas de R. Dupot-Roc y J. Lallot,
mo movimiento, se cruzan y se mezclan sus rumbos intranquilos París, Seuil, 1980.
en el seno de un proceso que podemos llamar con el nombre de Aubignac d'Abbé y Frallois Hedelin, Pratique du théátre, París,
dramaturgia. Champion, 1927.
Nuestra era no es ya la era de los sistemas, la de las grandes Banu, Georges, L'Oubli. Essai en miettes, Besanzón, Les Solitaires
síntesis teóricas, ni la de la dialéctica entre dos polos que propone Intempestifs, 2002.
y Bruno Tackels (dirs.), Le Cas Avignon, Aviñón, ljEntretemps,
145 Guy Debord. In girum imus nocte et consumimur igni, en Oeuvres, 2005.
París, Gallimard, 2006, p. 1354. Barthes, Roland, Écrits sur le théátre, París, Seuil, 2002.

66 ¿QUÉ ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANAN 67


Sur Racine, en Euvres complétes, t. I, París, Seuil, 1993.
Besson, Jean-Louis y Héléne Kuntz (dirs.), "Résonances autour de ta con C. Biet, Critique, n.° 699-700 (agosto-septiembre de
la dramaturgie de Hambourg", Théás tre/Public, n.° 192 (2009). 2005).
Bezace, Didier, L'Entétement amoureux propos sur P adaptation - (dir.), Pierre Corneille, L'Illusion comique/Dramaturgies de
d'un texte littéraire au théátre, París, Théátre de l'Aquarium, illusion, Ruan, Publications des Universités de Rouen et du
1994. Havre, 2006.
- "Il me semble que le théátre ne se définit pas par le dialogue", -, "Fin de la dramaturgie?", Frictions, n.° 10 (otoño-invierno de
entrevista con Jean-Pierre Sarrazac, Études Théátrales, n.° 31 2006).
(2004). - "Oú en sommes-nous?", Frictions, n.° 12 (invierno-prima-
Biet, Christian y Christophe Miau, Qu' est ce que le théátre?, París,
-
vera de 2008).
Gallimard, 2006. - (dir.), "Dramaturgie au présent", Registres, n.° 14, (invierno
Bond, Edward, "Notes sur 'Le Centre"; en L'Énergie du sens, trad. de 2010).
de G. Bas, S. Magois y J. Hankins, Éditions Climats, Maison Deleuze, Gines, Différence et répétition, París, Presses Universitaires
A. Vitez, s. d. de France, 1968. [Trad. al español: Diferencia y repetición,
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72 ¿QUE ES LA DRAMATURGIA? JOSEPH DANA N 73


SEGUNDA PARTE

NUEVAS DRAMATURGIAS
LO QUE CAMBIÓ'

ntes las cosas eran simples. Al espectador que iba al teatro se


A le contaba una historia edificante o bella, simple o complica-
da, incluso enigmática, esta historia le decía algo. El pensamiento
del espectador se posicionaba en relación con esta historia. Era
ésta la que ponía en movimiento su pensamiento. El "nacimien-
to del monstruo" Nerón en Britannicus de Racine2 podía ser un
fenómeno complejo, ambiguo, difícil de comprender —y más
para nuestros contemporáneos, que han visto cómo se borraban
las referencias que podrían fundar la psicología y la moral—; sin
embargo, los datos del problema, si bien no eran simples, por lo
menos estaban expuestos, por lo menos eran descifrables. Datos
que se ofrecían al juicio público para una evaluación cruzada, una
confrontación de los puntos de vista, una toma de posición singu-
lar. El espectador se ubicaba enfrente de una representación donde
él era, como dijo Bernard Dort, a la vez "el juez y lo que estaba en
juego"? Esta doble posición sólo era posible mediante la mimesis.
Era ella la que hacía del espectador un espectador implicado, sus-
ceptible de identificarse con los personajes o, para decirlo de una
manera menos sumaria y sin duda más justa, de reconocerse en
una problemática. La escena estaba a la vez fuera de él —situán-
dole en posición de juez— y en él —donde se encontraba lo que
estaba en juego, que la representación le permitía interiorizar.
Con Brecht las cosas todavía eran simples. Más simples in-
cluso. El teatro épico brechtiano, a fin de cuentas, profundizaba la
fisura que separaba al "juez" de "lo que estaba en juego". Invitado
' "Ce qui a changé". Texto publicado en la revista Literatura: teoría,
historia, crítica, vol. 13, n.. 1 (enero-junio de 2011), pp. 327-336.
2 La expresión "monstruo naciente" está en el prefacio de Racine.

3 Joseph Danan, Le Théátre de la pensé, Ruan, Médianes, 1995, p. 274.

)()SEPH DANAN 77
a distanciarse de ese personaje que le ofrecía la dimensión per- ceptibles por la misma razón de remitir al espectador a su propia
fectamente dramática —aunque siempre más de lo que él quisiera experiencia; de permitirle que la observe y la juzgue; de darle o no
admitir— del teatro épico, con el riesgo de la identificación, el es- sentido; de querer o no transformarla.
pectador veía separarse en él al juez y lo que estaba en juego, hasta Lo que cambia de manera profunda nuestra relación con el
objetivar, tanto como fuera posible, esto último. teatro, es cuando éste, al escapar a toda mimesis, escapa también al
El teatro de Brecht seguía siendo, profundamente, un teatro drama, dejando al espectador huérfano del doble especular que le
de fábula, un teatro que buscaba constantemente hacer visible el ofrecía la escena. Debemos admitir que situar al espectador ante
vínculo "natural" entre la fábula y el sentido. Más aún, si esto fuera espectáculos en los que toda posibilidad de fábula, incluso míni-
posible, que en el teatro clásico, en el teatro brechtiano la fábula se ma, se escabulle, es la posibilidad de construir sentido a partir de
sometía a la ley del sentido. El teatro brechtiano es un teatro que una representación que igualmente tiende a escabullirse.
no se contenta con hacer pensar al espectador, le dice qué debe Es preciso todavía explicitar este punto. Al espectador de tea-
pensar. Es esto lo que lo hace hoy insoportable. tro le gusta que pase algo. Y cuando no pasa nada se siente per-
Incluso con Beckett, las cosas eran simples. Todavía simples. dido. A la pregunta de Hamm: "¿Qué sucede?", que es la pregun-
Puesto que el non-sens exhibido en ese punto es todavía sentido. Ni ta que funda la concepción mimética de la acción, Clov todavía
los vagabundos de Esperando a Godot, ni Hamm y Clov en Fin de podía contestar: "Algo sigue su curso". 6 ¿Pero qué pasa cuando la
partida, ni ninguna de las figuras de las primeras piezas de Beckett, respuesta a esta pregunta es "nada", un "nada" que, comúnmen-
escapan al efecto de personaje ni, a nivel más global, a la mimesis. te, remite a la mimesis, a una concepción mimética de la acción
Más bien al contrario, pertenecen a lo que Jean-Pierre Sarrazac escénica? ¿Toda proyección se encuentra aniquilada? Y con ella,
llama "el drama-de-la-vida", 4 una especie de drama esencial, míni- entonces, toda posibilidad de elaborar un pensamiento a partir de
mal, un drama sin los atavíos del drama, y desde allí nos remiten los elementos del drama, dado que ya no hay drama. El espectador
cruelmente a nosotros mismos, a nuestras vidas sin trascendencia. se vería entonces enfrentado a una pura emoción estética, inefable,
Podría multiplicar los ejemplos, ya que éstos conciernen final- no interpretable, impensable.
mente a la totalidad de la forma dramática, hasta en los avatares Nunca el teatro fue tan deleuziano como hoy. Hace ya tiem-
más alejados de un supuesto modelo canónico que nos podría re- po que la manera en que Deleuze piensa el cine, como algo que
mitir a lo que Szondi llamaba "el drama absoluto". 5 Porque lo que produce pensamiento con sus propios medios, me ha servido de
funda la forma dramática es, sin lugar a dudas, la posibilidad de guía en mi aproximación al teatro. Y desde hace tiempo también,
la mimesis y, con ella, la posibilidad del personaje. A partir de allí, me he sentido vinculado con la manera en que el drama —sien-
las acciones pueden representarse en la escena, así sean microac- do éste una de las especificidades del teatro— genera pensamiento
ciones aparentemente desconectadas de un proyecto mayor, sus- con sus propios medios. Pero los medios propios de lo que alguna

4Jean-Pierre Sarrazac, "La reprise. Réponse au postdramatique", Études 6 Samuel Beckett, Fin de partie, París, Minuit, 1957, p. 49. [Trad. al

Théátrales, n.° 38-39 (2007), pp. 7-20. español: Fin de partida, trad. de Ana María Moix, México, Tusquets, 2006.]
5 Peter Szondi, Théorie du drame moderne, trad. de Sybille Muller, Debemos recordar con interés las réplicas que siguen a la que citamos:
Estrasburgo, Circé, 2006. [Trad. al español: Teoría del drama moderno: "HAMM: ¿No estamos a punto de... de... significar algo? / CLOV: ¡¿Si-
1880-1950; Tentativa sobre lo trágico, trad. de Javier Orduña, Barcelona, gnificar? Significar, nosotros! (Risa breve.) ¡Esta sí que es buena!". Idem.
Destino, 1994.] [Trad. al español: p. 38.]

78 LO QUE CAMBIÓ JOSEPH DANAN 79


vez pude llamar "pensamiento-del-drama", eran aquellos que per- Inferno, de Romeo Castellucci, obra creada en 2008 en el Festival
mitían organizar la acción —en sentido mimético— y los otros d'Avignon.
componentes del drama —en particular los marcadores espacio- "Arrancarle el teatro a la literatura", dice Jacques Nichet" —si-
temporales—, llevados a veces hasta los límites de la mimesis, pero guiendo la línea de Artaud —a la cual Castellucci se adscribe— y
siempre en el marco del drama. de Craig. Tuvimos que esperar casi un siglo para conseguirlo, pero
Voy a permitirme reproducir aquí algunas líneas de un artículo al fin lo logramos.
en el que intentaba delimitar este "pensamiento-del-drama"! En- ¿Cómo pensar este teatro que no le debe ya nada a la literatura
tonces comenzaba citando a Deleuze: "Los grandes autores podían —el texto de Dante, extrañamente ausente de Inferno, por ejem-
ser comparados no sólo con pintores, arquitectos, músicos, sino plo — y casi nada a las categorías del drama? ¿Y qué piensa este
también con pensadores. Ellos piensan con imágenes-movimien- teatro, capaz de prescindir de las palabras para pensar? ¿Nos hace
tos y con imágenes-timepo, en lugar de conceptos";' para conti- este teatro pensar en un arte distinto a él? O bien, ¿debemos acep-
nuar de la siguiente manera: tar restringirnos solamente a la emoción estética?
Para Eisenstein, la emoción era la palanca que permitía
Nosotros diremos otro tanto, mutatis mutandis, de los grandes poner en movimiento el pensamiento." Pero era necesario, como
autores de teatro, que piensan con figuras, con las figuras del dra- sucedía en su cine, que hubiera una transitividad de la obra de arte.
ma —entradas, salidas, acciones físicas, palabra-acción, puesta en Que ésta no se limite a sí misma, sino que sea una vía de tránsito
abismo, etc.—, que piensan por, y mediante, el montaje y en sus hacia el mundo. Es esto lo que podría haberse perdido hoy día.
intersticios, por lo menos tanto como por, y con, las palabras —mon- La emoción que me atrapa en Inferno es real. Se prolonga más
taje de escenas, de secuencias y microsecuencias, réplicas—. Frente
a la idea corriente —aunque implícita— de que el pensamiento se allá del tiempo de la representación. Es un espectáculo que me ase-
expresaría en las interrupciones o en la detención de la acción, dia. Pero sólo difícilmente consigo "poner en palabras" esta emo-
nosotros sostenemos que los autores teatrales piensan mediante ción, convertirla en discurso. Cuando intento hacerlo siento que se
el movimiento mismo de la acción, y que este movimiento —la empobrece. Si existe como tal un pensamiento, es un pensamiento
acción— es lo que piensa. Llamamos a este pensamiento, que no es anterior al lenguaje." Un pensamiento en imágenes, en sonidos,
conceptual, "pensamiento-de-la-obra", puesto que es la obra la que, en sensaciones experimentadas durante el tiempo del espectáculo,
a través de sus formas, piensi.9 y de los cuales la memoria guarda la huella, de manera más pro-
funda que cualquier grabación; es más, que la memoria revivifica
¿Qué pasa entonces cuando el teatro, desplazándose hacia la a su propio modo, porque, al "volver a pasar mentalmente toda
danza o el performance —como de hecho lo observaba Deleuze- la película", la memoria la reinventa, se detiene en una imagen,
se crea por fuera de la mimesis? Voy a apoyarme en el ejemplo de transforma los ritmos, rehace el montaje. Decir que Inferno me
asedia, significa que llevo conmigo ese material maleable, desde
Joseph Danan, "Pour une `pensée-action': le théátre de Musil",
Registres, n.. 6 (2001).
8 Gines Deleuze, Cinéma I. L'Image-mouvement, París, Minuit, 1983, '° Durante su lección inaugural en el Collége de France, el 11 de
pp. 7-8. [Trad. al español: La imagen-movimiento: estudios sobre cine 1, marzo de 2010.
trad. de Irene Agoff, Barcelona, Paidós, 1994. p. 12.] " Cfr. Joseph Danan, op. cit., p. 164.
9 Joseph Danan, art. cit., p. 170. hei. 12 Ibid., pp. 167-168.

8o Lo QUE CAMBIÓ JOSEPH DANAN


ahora íntimo, tan íntimo como para que mi propio pensamiento Respecto a este teatro, ¿no diríamos que es la danza quien lo
lo retome y transforme. Esto funciona, finalmente, de una manera realiza? Efectivamente. Pero, en la desaparición de las fronteras
bastante cercana a una experiencia vivida, y vivida con la suficien- entre teatro y danza que caracteriza la escena actual, está también
te intensidad para que todo pensamiento racional se suspenda du- el teatro. Pues el teatro, dice Deleuze, "es el movimiento real, y
rante el tiempo de la experiencia, pero podría a su vez alimentar de todas las artes que utiliza, extrae el movimiento real". 17 Es "el
nuestro pensamiento —nuestra facultad de producir pensamiento movimiento de la Physis y de la Psyché", 18 que Deleuze opone al
y de producir palabra— durante mucho tiempo después, a veces "falso movimiento" 19 hegeliano, "que propone un movimiento del
durante toda una vida.'' concepto abstracto"?' Deleuze desarrolla a continuación su con-
Después de Artaud y de Craig, el pensamiento de Deleuze y el cepción de un "teatro de la repetición", en el que
de Lyotard" marcaron subterránemente la escena teatral de los úl-
timos cuarenta años. Figura en las primeras páginas de Diferencia y se experimentan fuerzas puras, trazos dinámicos en el espacio que
repetición el conocido texto de Deleuze a propósito de Kierkegaard actúan sobre el espíritu sin intermediarios, y que lo unen directamen-
y de Nietzsche: te a la naturaleza y a la historia, un lenguaje que habla antes que las
palabras, gestos que se elaboran antes que los cuerpos organizados,
Se trata, por el contrario, de producir en la obra un movimiento ca- máscaras previas a los cuerpos, espectros y fantasmas anteriores a los
paz de conmover al espíritu fuera de toda representación; se trata de personajes —todo el aparato de la repetición como 'potencia terrible: 2'
hacer del movimento mismo una obra, sin interposición; de sustituir
representaciones mediatas por signos directos; de inventar vibra- Todo, en esta última cita, podría consituir el programa de In-
ciones, rotaciones, giros, gravitaciones, danzas o saltos que lleguen ferno —excluyendo, quizás, las "máscaras".
directamente al espíritu. Ésta es una idea de hombre de teatro, de Porque el espectáculo de Castellucci no parece haber sido crea-
director de escena que se adelanta a su tempo.' 5
do de otra manera —a diferencia de Purgatorio, que reintroduce la
Kierkegaard y Nietzsche "fundan" con esto, dice Deleuze, el fábula (sin importar las distorsiones que le impone el tratamiento,
"teatro del porvenir, al mismo tiempo que una filosofía nueva : 16 por lo demás profundamente diferente del de Inferno), y de Paradi-
so, una simple instalación, pero ¿podría haber sido de otra mane-
13 Sobre este valor de experiencia —o de acontecimiento— de la re-
ra?—. Al inicio, "el espacio escénico, [el] vacío de este espacio": 22 la
presentación teatral, véase el primer texto de Danan presentado en este Cour d'Honneur del Palacio Papal de Aviñón, tomada como lo que
libro: ¿Qué es la dramaturgia?,y Jean-Frédéric Chevallier, "Le geste théátral es, un escenario desnudo, y la fachada del Palacio. Después del ini-
contemporain: entre présentation et symboles», L'Annuaire Thédtral, n.° 36 cio, a partir de ahora célebre, del espectáculo: Romeo Castellucci
(otoño de 2004), pp. 27-43. entrando él mismo a la escena, como para significar que no hay
' 4 Jean-Franwis Lyotard, "Le dent, la paume", en Des dispositifs
pulsionnels, París, Galilée, 1994. [Trad. al español: Dispositivos pulsionales,
trad. de José María Arancibia, Madrid, Fundamentos, 1981.] ' 7Ibid., p. 18. [Trad. al español: p. 33.]
' 5 Gines Deleuze, Différence et répétition, París, Presses Universitaires '8 /dem. [Trad. al español: p. 34.]
19 Ibid., p. 16. [Trad. al español: idem.]
de France, 1968, pp. 16-17. [Trad. al español: Diferencia y repetición, trad.
de María Silvia Delpy y Hugo Beccacece, Buenos Aires, Amorrortu, 2002, Ibid., p. 18. [Trad. al español: idem.]
21 Ibid., p. 19. [Trad. al español: pp. 34-35.]
pp. 31-32.]
16 ídem. [Trad. al español: p. 32.]
22 Idem. [Trad. al español: p. 34.]

82 Lo QUE CAMBIÓ JOSEPH DANAN 83


sino eso, nada más que este espacio y el gesto de un artista que va a movimiento lo que caracteriza de manera fundamental este tea-
habitarlo; lanzando ese "Yo me llamo Romeo Castelluci", antes de tro, que yo llamaría, siguiendo a Jean-Frédéric Chevallier," teatro
enjaezarse como un caballo, y ofrecerse a los perros; "movimien- de la presentación —por oposición a representación—, con el fin de
to real" como no hay otro, no reproductible, fundando este teatro evitar la dificultad de la noción de repetición tal como la plantea
como performance. Luego un segundo performance, al pasar de la Deleuze. Siendo en efecto para Deleuze repetición realmente cum-
horizontalidad del escenario a la verticalidad de la fachada, que plida de acciones reales:" realmente realizada y no representada,
empieza a escalar un actor acróbata. Una vez instalados el espacio aquí se aloja toda la dificultad; vuelta a actuar, pero sin por ello
y el gesto en su dimensión performativa, el espectáculo podrá li- designar un "allá" mimético. ¿La repetición interna de un espec-
berar las "potencias terribles" de la repetición. Poco importa que táculo no podría entonces considerarse como la puesta en abismo
nosotros las percibamos como tales o extrañamente suavizadas: —o la denominación— de esta repetición fundadora? Esta hipó-
ellas no representan nada, actúan solamente y actúan sobre no- tesis merece ser analizada, dada la manera en que la repetición-
sotros mediante esta suavidad que es como el nombre artístico de variación" se ha vuelto una figura constitutiva de numerosos es-
la poesía de Dante. Confundidos en el desorden de la memoria pectáculos hoy, incluso una alternativa —musical, coreográfica,
puedo citar: rítmica— a toda dramaturgia. 26
• El niño que hace rebotar su balón en el suelo sonorizado, ¿De qué movimientos se trata en Inferno? Nunca son los de los
que es como si el sonido amplificado iluminara con relámpagos la personajes, sino los de los actores, los de los performers. Son ellos,
fachada del Palacio de los Papas. sus cuerpos y sus rostros, sus vidas mismas, los que habitan este
• Los cuerpos de "los condenados" —o, de manera más pro- infierno, si es que hay infierno. Pero debemos confiar en el título, es
saica, de la cincuentena de figurantes— que ruedan en la escena nuestra única clave para entrar en el espectáculo, una llave maes-
como olas sucesivas, como movimiento o "gestos [que se elaboran] tra que funciona siempre, y tanto, que la obra se sitúa en un nivel
antes de los cuerpos organizados". de generalidad mayor que el de la obra fuente. El título imanta y
• El gesto de matar, pero "sin representación", tan sólo el mo- orienta el sentido, con el riesgo también de empobrecerlo. ¿Enton-
vimiento de un dedo que pasa por la garganta, tan sólo una repe- ces, el infierno era esto? Cuerpos que se estrechan fugitivamente
tición, la de una cadena que nada parece poder parar —excepto la y no llegan a amarse, la cadena sin fin del asesinato del otro, y de
arbitrariedad del tiempo escéhico o de un ritmo, de una composi- manera recíproca —la "repetición" del primer asesinato...
ción—, el gesto que pasa de uno a otro, indiferente a los cuerpos, Sin embargo, desde el momento en que esto resuena en noso-
como si no les perteneciera. tros, en que nosotros interiorizamos esas figuras que se dirigen a
• Niños que juegan en una caja de vidrio, hasta que un velo
negro desciende sobre ellos y los esconde a nuestra vista —pero 23 Cfr. Jean-Frédéric Chevallier, art. cit.
ellos seguirán jugando, irremediablemente. 24 Jean-Frédéric Chevallier ha escrito largamente aclarando este as-
• Cuerpos que se estrechan. pecto en un ensayo todavía inédito:"Deleuze et le théátre".
• Cuerpos que se dejan caer hacia atrás, con los brazos abier- 25 Retomo aquí esta expresión que Michel Vinaver utiliza para referirse

tos, en el abismo... a las obras dramáticas; cfr. Michel Vinaver, Écritures dramatiques, Arles,
Si no todo es del orden de la repetición —voy a volver so- Actes Sud, 1993, p. 904.
bre esto—, sí es del orden del movimiento: "trazos" en el espacio, " Véase el primer texto de Joseph Danan publicado en esta obra, "¿Qué
el espacio mismo que se anima. Ahora bien, para Deleuze, es el es la dramaturgia?" pp. 55-62.

84 LO QUE CAMBIÓ JOSEPH DANAN 85


nuestras propias vidas, ellas liberan posibilidades inéditas de sen- que sólo le pertenece a uno mismo, "en rueda libre" en relación
tido, que serán las de ese sentido —esos, múltiples—, esos senti- con el espectáculo —"emancipado", como dice Jacques Ranciére
dos que nosotros les podremos otorgar y otorgarle a nuestras vidas cuando postula la ruptura radical entre la obra y su espectador—. 27
—espectadores del infierno, o más bien, espectadores, simplemen- Primetpodunaxricqelsptadovrácni-
te, de una escena sin metáfora ni más allá, a la que podemos, si lo go a la salida de la representación y que podrá, en el mejor de los
queremos, dar el nombre de "infierno"—, susceptibles, en un mo- casos, acompañarlo toda la vida.
mento u otro, de estar sobre la escena, a semejanza de esos figuran- Comprendo que se tenga la nostalgia de un tiempo en el que
tes que son, de manera evidente, una necesidad del espectáculo. Es el teatro reivindicaba su pertenencia, al menos parcial, a la litera-
esto lo que puede simbolizar la imagen de ese toldo que vendría a tura. Quizás perdimos realmente algo al alejarnos de la fábula, de
recubrimos y englobamos en el espectáculo. la potencia estructurante del drama, y de la palabra como vector,
Si no hay mimesis, y entonces ninguna identificación con al menos, de un primer nivel de sentido, como un suelo en donde
creaturas de ficción, un espectáculo como éste ofrece la posibi- se toma pie, se toma apoyo. No es realmente una desaparición:
lidad de otro modo de reconocimiento especular, probablemente los clásicos y los "clásicos contemporáneos" se seguirán montando
más directo, por identificación no con un personaje sino con el e incluso nuevas obras dramáticas. Estos dos estados del teatro,
otro —la persona del otro— como sí mismo. Para mí el sentido que coexisten hoy día en un campo de tensiones y contradicciones,
se desprende de ese momento, quizás el más fuerte de Inferno, en sólo podrán ya pensarse juntos. Al menos el primero —el anti-
el que unos seres singulares —pero ordinarios; ordinarios, pero guo— no puede ya pensarse ni practicarse por fuera del segundo.
singulares— vienen por turnos a presentarse ante nosotros ofre- El segundo —el nuevo— quizás, en sus realizaciones más comple-
ciéndonos sus rostros. Nada más que eso, y es en ese momento tas, como Inferno, ya se ha emancipado del primero.
que algo como una esencia de este arte, como arte de la presencia,
se nos da. Casi como unas instrucciones de uso: otra clave, propia
del teatro, esta vez.
Vemos que la cuestión, como se dice, de lo que es, de lo que pro- BIBLIOGRAFÍA
duce sentido, no es prioritariamente la del texto o lo que puede en-
cubrir su ausencia, sino la cuestión de la convocación de presencias Beckett, Samuel, Fin de partie, París, Minuit, 1957. [Trad. al es-
que remiten a la mía y a mi propia vida, me cuestionan, y mientras pañol: Fin de partida, trad. de Ana María Moix, México, Tus-
me cuestionan me conducen hacia redes infinitas de sentido. quets, 2006.]
Este pensamiento, por general que sea, no puede comparar- Chevallier, Jean-Frédéric, "Le geste théátral contemporain: entre
se con el pensamiento de las artes plásticas —como se dice, qui- présentation et symboles", L'Annuaire Théátral. Revue Québécoise
zás demasiado frecuentemente— ni siquiera con el de la música. d'Études Théátrales, n.o 36 (otoño de 2004), pp. 27-43.
Es el pensamiento propio del teatro, en la medida que el teatro Danan, Joseph, Le Théátre de la pensé, Ruan, Médianes, 1995.
puede pensar —y hacer pensar, puesto que es de esto de lo que Dort, Bernard, Le Spectateur en dialogue, París, Paul Otchakovsky-
se trata —. Un teatro que nos deja en la soledad de nuestro pen- Laurens, 1995.
samiento, suscitado, despertado, confundido por las imágenes
que la escena propone, en un juego de asociaciones y evocación 27 Jacques Ranciare, Le Spectateur émancipé, París, La Fabrique, 2008.

86 Lo QUE CAMBIÓ JOSEPH DANAN 87


- "Pour une `pensée-action': le théátre de Musil", Registres,
n.° 6 (2001).
- Qu'est- ce que la dramaturgie?, París, Actes Sud-Papiers, 2010.
Deleuze, Gines, Cinéma 1. L'Image - mouvement, París, Minuit,
1983. [Trad. al español: La imagen - movimiento: estudios sobre ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE'
cine 1, trad. de Irene Agoff, Barcelona, Paidós, 1994.]
1 ingreso, ahora masivo, de problemáticas ligadas al pelforman-
- Différence et répétition, París, Presses Universitaires de Fran-
ce, 1968. [Trad. al español: Diferencia y repetición, trad. de Ma- E ce en el campo teórico de los estudios teatrales y las prácticas
actuales de la escena transformó radicalmente el lugar, la función
ría Silvia Delpy y Hugo Beccacece, Buenos Aires, Amorrortu,
2002.] y la naturaleza del texto en el seno de la representación teatral. En
Lyotard, Jean-Franwis, "La dent, la paume", en Des dispositifs primer lugar, esa presencia masiva del performance, o simplemen-
pulsionnels, París, Galilée, 1994. [Trad. al español: Dispositi- te su reconocimiento, es ya una constatación. A título de ejemplo,
vos pulsionales, trad. de José María Arancibia, Madrid, Funda- recordemos cómo los directores del Festival de Aviñón presenta-
mentos, 1981.] ban su programación de 2010 como la intersección del teatro y el
Ranciére, Jacques, Le Spectateur émancipé, París, La Fabrique, performance. Notemos cómo en cinco años, después de los debates
2008. suscitados por la edición de 2005, la dimensión polémica se ha
Sarrazac, Jean-Pierre, "La reprise. Réponse au postdramatique", atenuado fuertemente.
Études Théa trales, n.° 38-39 (2007). La pregunta por cuáles son exactamente los teatros que mu-
Szondi, Peter, Théorie du drame moderne, trad. de Sybille Muller, chos llaman performativos no es el objetivo de la presente re-
Estrasburgo, Circé, 2006. [Trad. al español: Teoría del drama flexión. Parto de la evidencia de que esos teatros existen, que han
moderno: 1880 - 1950; Tentativa sobre lo trágico, trad. de Javier ganado una importancia considerable en nuestros escenarios, que
Orduña, Barcelona, Destino, 1994.] esta importancia se manifiesta por el entrecruzamiento del teatro
Vinaver, Michel, Écritures dramatiques, Arles, Actes Sud. 1993. con la danza, con el video en directo —en tiempo real—, con el
circo, con la música live, con el performance en su sentido más
restringido —es decir, como práctica autónoma proveniente de las
artes plásticas—. En todos los casos, el lugar, la función y la natu-
raleza del texto deben ser repensados y redefinidos.
No voy a detenerme en los casos extremos que representan
los teatros sin texto o casi sin texto, heredados de Artaud: Caste-

' "Écriture dramatique et performance". Comunicación pronunciada


en las jornadas "Performance. Théátre, anthropologie", organizadas por el
Centro Edgar Morin y la Universidad París 8. Texto para próxima publi-
cación en el número monográfico programado por la revista Communi-
cations, con el título "Performances, le corps exposé", y bajo la dirección
de Christian Biet, Sylvie Roques y Georges Vigarello.

88 Lo QUE CAMEI( JOSEPH DANAN 89


llucci, por ejemplo, cuando crea su Inferno sin ofrecernos ni un Mervant-Roux habla de una dinámica dramatizante de la escena, 6
solo verso de Dante y casi sin palabras. Pero lo que está claro es de la que Inferno sería un ejemplo. Pero una vez más, nuestro pro-
que cuando algo del texto se conserva —a veces incluso de manera pósito no es dar cuenta aquí de estos detalles.
abundante, como en Rodrigo García— se trata de un texto que De todo lo anterior se desprende que texto y dramaturgia de-
ha perdido lo que podríamos llamar su función matricial, cum- ben estar disociados. Puede haber texto sin dramaturgia —texto
pliéndose aquello que Bernard Dort había más que presentido, en no dramático, texto-material—. Puede haber dramaturgia sin tex-
primer lugar al plantear la primacía de la representación como el to —y textos dramáticos sin palabras.
hecho teatral moderno, y en segundo lugar al introducir la noción La cuestión sería más bien, o al menos es en este sentido como
de "representación emancipada", 2 en la que el texto ya no ocupa quiero tomarla, la que se le plantea hoy al autor que querría per-
una posición privilegiada, sino que se vuelve un elemento más en- manecer todavía, y a pesar de todo, como autor dramático. ¿Qué
tre otros dentro de la "polifonía"' escénica, abriendo así el camino escrituras dramáticas pueden revelarse compatibles con el valor
de la supremacía que desde entonces alcanzará a menudo el texto- performativo que busca la escena actual? ¿Todas? ¿Ninguna? ¿Al-
material frente al texto dramático. 4 gunas más que otras?
El caso de Inferno es ejemplar: frases articuladas, palabras es- "Todas" es una respuesta posible, pero no me satisface. Siem-
critas, material textual que se ajusta a otros materiales —sonidos, pre podemos transformar una obra de Ibsen o de Racine en mate-
luces, actores, bailarines, movimientos escénicos— para compo- rial para la escena "postdramática". Se puede también, respetando
ner el espectáculo. Palabras que tienen "casi la misma importancia su dramaticidad, tender hacia la ilusión de que el texto se inventa
que tienen en los sueños". 5 Un espectáculo que no se escribe tanto conforme avanza la representación. Es cierto que toda partitura
a partir del texto de Dante como a partir de un lugar —ese patio, textual escrita previamente puede ser revivida por la interpreta-
la Cour d'Honneur del Palacio Papal de Aviñón—, y que parece ción de los actores. Todo el arte del teatro reside en esto —o residía
preocuparse sobre todo por organizar un cierto número de acon- en esto—. Sin embargo, tenemos que reconocer que esto se corres-
tecimientos escénicos. Eso no nos impide reconocer que hay aquí, ponde cada vez menos con las expectativas actuales. La partitura
indiscutiblemente, una dramaturgia e incluso una cierta forma de sigue siendo una partitura, más o menos bien interpretada —es
dramatización. Ahora bien, éstas no provienen de un texto dra- ésta la diferencia que el siglo xx estableció entre la música clásica
mático preexistente, sino de la escena misma. Marie-Madeleine y el jazz.
¿Cómo reunir, cómo armonizar la obstinación por la antigua
2 Cfr. Bernard Dort, "La Représentation émancipée", en La Représen- idea de "obra de teatro", fórmula que a partir de ahora no puedo
tation émancipée, Arles, Actes Sud, 1988. evitar percibir como ligeramente en desuso, con esa búsqueda de
3 Retomado por Dort, este término se encuentra ya en Gaston Baty lo vivo de la que Isabelle Barbéris 7 muestra el carácter imperioso
(apud Béatrice Picon Vallin, en Le Théátre franqais du XXe siécle, dir. de
-

Robert Abirached, Boynes, EAvant-Scéne Théátre, 2011, p. 557).


4 Sobre esta distinción, cfr. Joseph Danan, «¿Qué es la dramaturgia?", 6 Cfr. Marie-Madeleine Mervant-Roux, "Un dramatique postthéátral?

pp. 31-34 del presente volumen. Des récits en quéte de scéne et de cette quéte considérée comme forme
5 Antonin Artaud, Le Théátre et son double, en cEuvres complétes, t. 1, moderne de raction", L'Annuaire Théátral, n.° 36 (otoño de 2004), pp. 13-26.
París, Gallimard, 1976, p. 91. [Trad. al español: El teatro y su doble, trad. 7 Isabelle Barbéris, Théátres contemporains. Mythes et idéologies, París,

de Enrique Alonso y Francisco Abelenda, Barcelona, Edhasa, 19781 Presses Universitaires de France, 2010.

90 ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE JOSEPH DANAN


que tiene para la escena actual? Ella habla del "mito de lo vivo", y que les confiere una hiper-presencia y hace del presente del acto
éste, aunque lo consideremos como una nueva forma de ilusión, teatral un hiper-presente. Es de hecho lo que los miembros de la
está realmente vivo y activo. Quiero decir que el objetivo de la re- compañía reivindican: la obligación de estar todas las noches in-
presentación teatral es producir el acto más intensamente vivo que mersos en la reinvención de la palabra y de la escucha, recreando
sea posible. Se puede deducir de esto el deseo de una época que cada vez las condiciones y la necesidad de esta palabra y de esta
busca en el teatro aquello que ya casi no encuentra fuera de él: escucha en el presente de la escena. Ellos confiesan incluso que su
la presencia no mediatizada, el efecto real —que distingo radical- capacidad de abandono al instante depende de su forma: o bien se
mente de todo efecto de realidad. 8 sienten con la suficiente confianza para entregarse a fondo, o bien
El regreso del colectivo, como instancia productora de espec- se apoyan en los aciertos de la improvisación de la noche anterior.
táculo y de texto es el mayor síntoma de esta situación. Les Chiens Debo decir que el efecto es sobrecogedor, es el efecto de asistir a un
de Navarre —como la compañía D'Ores et Déjá, con Le Pére tra- acontecimiento dramático —con la producción de efectos de per-
lalére forman parte de estos colectivos que renuevan lazos con
— sonaje, de ficciones intermitentes, en una palabra, de mimesis , —

la improvisación. En Une raclette, no hay texto escrito, apenas un en el que la posibilidad de aparición del performance "en estado
esbozo nacido él mismo de la improvisación, en el que los actores puro" amenaza constatemente lo dramático, tanto como alimenta
improvisan su texto cada noche: palabra, a menudo abundante, al teatro.
que además se organiza, como en un texto dramático, en diálogos, ¿Tendríamos entonces, llevando al extremo la inversión dor-
en monólogos; palabra que enmudece para dar lugar a una acción tiana y la primacía del performance, que renunciar a toda escri-
escénica, etc. Esta palabra se domina —por los actores o los perfor- tura previa al escenario? Sabemos que si bien esta cuestión no se
mers, pues los integrantes de la compañía, a juzgar por sus trayec- plantea siempre de una manera tan radical, reaparece siempre de
torias, son lo uno o lo otro— como en un texto escrito, pudiendo manera cíclica. Esta cuestión había asediado el teatro de los años
incluso producir la ilusión, contraria a la señalada más arriba, de setenta, y venía motivada por propósitos políticos que hoy se en-
que realmente hay un texto escrito. Esto es tranquilizador para el cuentran mucho más aminorados. Un asunto que adquiere actual-
espectador tradicional, que puede pensar: escucho un texto —ya mente diferentes direcciones, que convendría observar y analizar
sea divertido, incongruente, molesto—. Pero es inquietante para el de cerca, teniendo en cuenta la diversidad de las prácticas de escri-
espectador prevenido, que reconocerá la improvisación y se pre- tura que, cada vez más y con mayor frecuencia, escapan al modelo
guntará dónde empieza y dónde termina ésta. En el caso del espec- dominante del siglo xx —un autor escribe una obra y luego un
tador profesional este calificativo lo empujará a ver el espectáculo director de escena la monta—, como el hecho de que la obra se
dos veces, y confirmará que si el texto no es tan diferente de una escriba desde el escenario, que la firme un colectivo —Les Chiens
noche a otra, una —más o menos— ligera variabilidad lo atravie- de Navarre— o un autor —Ronan Chéneau trabajando para David
sa, lo que permite a los actores estar totalmente en el instante, en Bobée—, o un autor-director —Joél Pommerat—, un director que
el presente de la creación de la palabra y en el de su escucha, lo se convierte en autor por las circunstancias o que adapta uno o
varios textos, etc. Debemos destacar como una señal importante
el retorno de una práctica que había terminado por separar el de-
8 Cfr. Bernardette Bost y Joseph Dallan, "L'utopie de la performance", La
sarrollo de la puesta en escena como arte autónomo y como "espe-
Réinvention du Drame, dir. de Jean-Pierre Sarrazac y Catherine Naugrette,
cialización": la fusión, en una misma persona, de dos funciones, la
Études Théittrales, n.° 38 39 (2007).
-

92 ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE JOSEPH DANAN 93


del autor y la del director de escena, sin importar, por así decirlo, la palangana que ustedes ven allí, en el suelo, y que la discreta puesta
la diversidad de relaciones que los dos mantienen entre sí. en escena del teatro simple considera indispensable. Si yo apunto
Retomaré, sin embargo, la cuestión que provocó esta reflexión, bien —es decir, si el grano de maíz o la piedrita hace "ploc" al tocar
¿hay obras que susciten o autoricen más que otras esta performa- la superficie del agua—, continúo. Si apunto mal, la regla del juego
tividad del acto escénico? ¿Qué puede escribir hoy un autor, que ordena que le ceda la palabra al capitán Sankara, quien a su vez... Y
la palabra dará la vuelta.
tenga en cuenta el estado presente de la escena?
El "Teatro Simple" es una forma fija que inventó Jacques El teatro simple apunta y escupe. Según el resultado de su tiro, continúa
Jouet;9 consiste en el enfrentamiento de dos personajes, mientras con la palabra o la cede a Sankara.
que el tercero, llamado Teatro Simple, es una especie de supervisor
del juego, que entre otras funciones da las reglas —lo que forma La máquina es una de las más precisas que existe. Permite sin
parte de su texto—. El texto está completamente escrito y asignado embargo una variabilidad, no sólo de la representación, sino de
—a cada uno de los tres personajes—, pero la distribución de la la acción dramática misma, de tal manera que es prácticamente
palabra no es fija. Si disponemos el texto en tres columnas, cada imposible que uno pueda ver —o representar— dos veces la mis-
actor tendrá su partitura, pero no sabe en qué momento deberá ma obra. El hecho de que las reglas se expongan y por lo tanto
intervenir. El texto está dividido de tal manera —manteniendo se conozcan por todos los espectadores, los sitúa ante una pre-
siempre un orden intangible en cada partitura— que en ciertos disposición particular. En cierta forma el espectador se encuentra
momentos quien habla puede detenerse parar continuar. Y lo que como frente a un evento deportivo, del que sigue su desarrollo y
organiza el uso, la continuación o la interrupción de la palabra, es espera el desenlace. En cuanto a los actores, queda claro que este
un juego, diferente para cada obra. En Mitterrand et Sankara, crea- dispositivo los pone en un estado de alerta permanente y desactiva
da por Jean-Louis Martinelli, se trataba de un juego de destreza. cualquier rutina. Jacques Jouet lleva aún más lejos la comparación
Le cedo la palabra al Teatro Simple, quien va a resumir todo esto con el evento deportivo —el cual no deja de hacer referencia al
mejor que yo: famoso deseo de Brecht, que exigía "más deporte del bueno"— en
sus obras, Une partie de thénis, de la que cito la didascalia liminar:
En el teatro simple la palabra se suele intercambiar entre varios per-
sonajes en un espacio y un tiempo previstos para este fin. Por esta La obra se realiza en una cancha de tenis. Los tres actores llevan puestos
razón mis amigos y yo vamos a preparar nuestra boca para estos pequeños micrófonos. Los personajes Anne y Paul son representados por
intercambios metiendo en ella granos de maíz o piedritas. ¡Adelante! actores que, sin ser profesionales, son jugadores de tenis que poseen un
(Los tres lo hacen). Nuestra palabra tendrá que arreglárselas con estos nivel muy similar: se necesita que el juego sea interesante.
pequeños cuerpos extraños paseándose por la boca o atrapados contra Entra el Teatro Simple, que se sube a la silla del árbitro. Utilizará
una mejilla o debajo de la lengua. En un momento preciso del texto a su libre albedrío las fórmulas adecuadas para el caso: "Out", "Ler,
que debo decir, está escrito que debo escupir mi piedra en dirección a "Faul", "Good ball", etc. Anunciará el marcador. También reaccionará
subjetivamente con gritos tanto para los buenos juegos como para los
9 Las obras que pertenecen a esta forma siguen por desgracia inéditas,
pésimos.
a excepción de Physique de l'interrogatoire, en L'Annuaire Théátral, n.° 36
(otoño de 2004). Para conocer más, remítase a este mismo número o al Hay que evitar a toda costa que uno de los jugadores venza al otro
dossier aparecido en Frictions, n.' 7 (primavera-verano de 2003). fácilmente. Si alguien ganara con un marcador de 6-0 en 24 servicios,

94 ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE JOSEPH DANAN 95


sería nefasto para el desarrollo de la obra, así como si la misma raqueta Una obra como Danse "Dehli", de Ivan Viripaev," logra soste-
ganara dos sets en menos de 78 servicios. Los tres actores comparten nerse en un filo que por muchos aspectos le permite seguir siendo
esta responsabilidad. Que ellos extraigan las conclusiones que yo no dramática, pero sin ceder ingenuamente a la mimesis —aunque
quiero conocer.
pueda lograr hacerla surgir—. "No es un texto para ser actuado",
dice el autor, "sino para ser 'interpretado', como si fuera una parti-
El Teatro Simple es un ejemplo de propuesta dramática para
tura musicars Y Galin Stoev, que la pone en escena, va más lejos
un teatro performativo, al mismo tiempo que un caso límite. Se aún: "El actor no debe interpretar al personaje sino actuar su per-
tratará de teatro performativo si la ejecución en la escena requiere sonaje, así como un músico toca 'su instrumentcr 6
que se representen acciones reales, como en L'Instrument á pres- Consideradas de esta manera, no cabe duda de que un gran
sion de David Lescot, 1° donde el texto reclama la presencia y la
número de obras dramáticas contemporáneas se encuentran atra-
interpretación musical de unos músicos de jazz. En sentido am- vesadas por la problemática del performance. No he pretendido
plio considero que un teatro dramático y performativo se impone
proponer un modelo que las organice, sino sugerir posibles vías,
cuando una obra está claramente escrita más para actores, perfor-
que en su multiplicidad, incluso en sus contradicciones, concier-
mers e intérpretes que para personajes —el modelo podría ser, si
nen a las relaciones complejas entre escritura dramática y perfor-
no fuera un antidrama, Outrage au public de Peter Handke—. La mance en la escena contemporánea. Uno podría sin embargo inte-
cuestión del personaje es en efecto esencial para la pregunta por rrogarse sobre la pregnancia, según parece, creciente, del modelo
la mimesis, que es a su vez el punto neurálgico de lo que funda un
musical, como una respuesta, quizás, a la desconfianza suscitada
teatro performativo. En una pieza como One two three one two por el logos y por toda dramaturgia vinculada, de cerca o de lejos,
three four de Philippe Dorin," el personaje se desdibuja frente al
al discurso.
instrumentista, lo que se explicita ya desde la lista de personajes" . y
la didascalia inicial." Y el uso de la palabra está menos determina-
do por una lógica del personaje o de la ficción que por una lógica BIBLIOGRAFÍA
rítmica o musical. Desde esta óptica podrían considerarse como
obras dramáticas —¿pero la distinción propuesta más atrás, no se Abirached, Robert (dir.), Le Théátre franqais du XXe siécle, Boynes,
encuentra ya en vías de superación?—, como los textos de Novari- I.:Avant Scéne Théátre, 2011.
-

na, que ofrecen a los actores una materia verbal dirigida a que todo Artaud, Antonin, Le Théátre et son double, en Euvres complétes, t.
efecto de representación quede anulado, y situarse de este modo I, París, Gallimard, 1976. [Trad. al español: El teatro y su do-
ante la pura presentación de —y la actuación con— la palabra. ble, trad. de Enrique Alonso y Francisco Abelenda, Barcelona,
Edhasa, 1978.]
Barbéris, Isabelle, Thédtres contemporains. Mythes et idéologies, Pa-
m David Lescot, LAmélioration, seguida de L'Instrument á pression,
Arles, Actes Sud Papiers, 2004.
-
rís, Presses Universitaires de France, 2010.
" Philippe Dorin, One two three one two three four, Besanzón, Les
Solitaires Intempestifs, 2009. 14 Ivan Viripaev, Danse "Dehli", trad. de Tania Moguilevskaia y Gilles

12 "Un hombre / Un tipo con traje / Una chica / Una orquesta7 Morel, Besanzón, Les Solitaires Intempestifs, 2010.
""Un hombre sentado en medio de una orquesta: guitarra, bajo, batería. 15 Programa del Teatro Nacional de la Colline, mayo de 2011, p. 6.

/ Habla a los músicos." nbid., p. 22.

96 ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE jOSEPH DANAN 97


Bost, Bernardette y Joseph Danan, "L'utopie de la performance",
Études Théátrales, n.° 38 39 (2007).
-

Dorin, Philippe One two three one two three four, Besanzón, Les
Solitaires Intempestifs, 2009.
Dort, Bernard, "La Représentation émancipée", en La Représentation EL MODELO SOÑADO
émancipée, Arles, Actes Sud, 1988. DE UNA ESCENA SIN MODELO'
Jouet, Jacques, Physique de l'interrogatoire, L'Annuaire Théátral,
n.° 36 (otoño de 2004). nataré una vez más un texto que considero esencial, "Létat
Lescot, David, L'Amélioration, seguida de L'Instrument á pression, desprit dramaturgique" de Bernard Dort:
Arles, Actes Sud-Papiers, 2004.
Mervant-Rouz, Marie-Madeleine, "Un dramatique postthéátral? Las reglas que regían la escritura de una pieza clásica se referían, sin
Des récits en quéte de scéne et de cette quéte considérée que esto se dijera expresamente, a modelos de representación. Eran
comme forme moderne de l'action", L'Annuaire Théátral. Re- reglas menos abstractas y menos literarias de lo que parecían. Anti-
cipaban en el texto mismo la presencia de la escena. El género y la
vue Québécoise d'Études Théátrales, n.° 36 (otoño de 2004), forma de la pieza inscribían ya la escena en el texto: de esta manera,
pp. 13-26. modelos literarios y modelos escénicos coincidían.
Viripaev, Ivan, Danse "Dehli", trad. de Tania Moguilevskaia y El gran cambio, por el que hemos impugnado todo modelo, se
Gines Morel, Besanzón, Les Solitaires Intempestifs, 2010. dio hace ya un siglo aproximadamente. 2

En este texto de 1986 Dort separa dos épocas: hay un antes y


un después del nacimiento de la puesta en escena, dado que es de
eso de lo que se trata. Antes a cada periodo teatral le correspondía
un modelo de representación, inscrito en la pieza de teatro como
una especie de código genético al que la escritura no podía sus-
traerse, ya se tratara de la tragedia antigua, del drama isabelino o
del teatro clásico francés.
El nacimiento de la puesta en escena introduce un cambio de
paradigma. "Hemos impugnado todo modelo", dice Dort. Pero,

' "Le modéle revé d'une scéne sans modéle". Texto para su próxima
publicación en la revista Registres, en el número monográfico Écrire pour
le théátre aujourd'hui: modéles de représentation et modéles de l'art, dirigido
por Catherine Naugrette y Joseph Danan.
2 Bernard Dort, "L'état d'esprit dramaturgique", Théátre/Public, n.° 67

(enero-febrero de 1986), p. 8. Notemos que Dort escribe pieza en itálicas,


para remarcar, creo yo, la especificidad de la obra dramática respecto de
otros tipos de textos de los que hablaré más tarde.

98 ESCRITURA DRAMÁTICA Y PERFORMANCE JOSEPH DANAN 99


¿realmente han desaparecido todos los modelos? Más que de una una obra en particular. Se me disculpará que haga referencia a
desaparición me parece que tendríamos que hablar de una explo- mi propio caso, es sólo porque considero que puede servir como
sión de los modelos. Lo que desapareció, como dice Bernard Dort, una prueba. Expongo dos ejemplos de entre muchos otros. Escri-
es "el género" —esto es indiscutible—, y "la forma"; es decir, la for- bí una de mis primeras obras, Les Amants imparfaits, 6 obsesiona-
ma fija preexistente. Desapareció todo lo que estaba previamente do por el espectáculo de Robert Wilson, Edison; y para otra obra,
codificado, sometido a "reglas". No hay ya un modelo único, sino L'Eveil des ténébres, 7 la escritura surgió mientras estaba impreg-
una multitud de modelos posibles. Pues la escena no ha dejado nado de la puesta en escena de La Mort de Danton de Büchner
nunca, sino al contrario, de suministrar nuevos modelos.' Estos por Klaus Michaél Grüber. La influencia de estas dos obras en mi
"nuevos modelos" no caben ya en los límites de un género, ni si- dramaturgia es real, no es necesario dar más detalles de esto.
quiera de una forma preestablecida. Éstos son a la vez más difusos De lo anterior se desprende que sin duda es muy difícil —si no
y más singulares. imposible— escribir para la escena algo que podamos llamar "obra
Más difusos: tomaré un solo ejemplo. El "hacer teatro de todo" de teatro", y que sea ajeno a todo modelo —consciente o incons-
de Antoine Vitez —que se refiere a su "teatro-relato"—, no sola- ciente—. Un modelo infinitamente más flexible que el género y la
mente ha tenido efectos —que seguimos observando— sobre la forma preestablecida. Un modelo inestable, incluso huidizo, lábil,
puesta en escena, sino sobre la concepción de los espectáculos. espectral, sobre todo que no se constituya en exigencia, que pueda
Ha ejercido también influencia sobre la escritura dramática, en la imprimir su marca —o dejar huella— en ciertos aspectos o ciertas
que décadas más tarde podemos ver cómo aún expande su huella partes de la obra. Un modelo que pueda coexistir en el seno de
en un número creciente de obras que mezclan drama y relato, de la misma obra con otros modelos, como lo autoriza el principio
Daniel Danis —incluidas aquellas piezas que subtitula "novela- de hibridación presente en numerosas obras escritas a lo largo del
dicha"' a Biljana Srbljanovie Barbelo, á propos de chiens et
— — siglo xx. Pero, aunque el autor "no piense en la puesta en escena", y
d'enfantss , entre muchas otras. O por dar otro ejemplo, el caso de
— para responder a la cuestión que se plantea a los autores, a veces in-
la presencia de las pantallas en la escena, que acabó por imponerse genuamente —ingenuamente porque la puesta en escena procede
como un modelo de representación que autoriza al autor dramáti- de una práctica distinta que tiene su propia materialidad—, quizá
co a hacerlo suyo y a imprimir en él su escritura —o a inscribirlo siempre "una escena imaginaria" dirige, sin embargo, la escritura.
en su escritura—. Modelo más o menos difuso según se refiera "Una escena imaginaria" es también una expresión de Dort, pro-
a un tipo u otro de utilización de las pantallas de video. Esto exigi- cede del trabajo "Le Texte et la scéne: pour une nouvelle alliance":
ría un análisis más exhaustivo. "Existe una escena imaginaria —un modelo que es siempre ante-

Más singulares: cierta puesta en escena concreta, cierto es- rior al texto dramático y que, de alguna manera, rige su escritura".
pectáculo, podrá funcionar como modelo para la escritura de Abro aquí un paréntesis. Quizás esta zona indecisa entre abs-

Cfr. La Réinvention du drame (sous l'influence de la scéne), dir. de Jean- 6 Joseph Danan, "Les Amants imparfaits", en Enquétes du désir, trois
Pierre Sarrazac y Catherine Naugrette, Etudes Théátrales, n.° 38-39 (2007). piéces, Carniéres-Morlanwelz, Lansman Éditeur, 2003.
4 Daniel Danis, Terre océane, roman dit, París, IjArche, 2006.
- Joseph Danan, L'Eveil des ténébres, Ruan, Médianes, 1993.
Biljana Srbljanovie, Barbelo, á propos de chiens et d'enfants, trad. de Bernard Dort, "Le Texte et la scéne: pour une nouvelle alliance", en
Gabriel Keller, París, I.:Arche, 2008. Le Spectateur en dialogue, París, Paul Otchakovsky-Laurens, 1995, p. 253.

100 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 101
tracción y representación, que constituye, en numerosos casos sin aloja —como en una matriz— para nacer otra, única. Significa que
duda, el mundo del autor dramático durante el tiempo de la es- el modelo en su acepción contemporánea no es un absoluto, está
critura —caos de la estructura profunda, más subyacente que an- inserto él mismo en un sistema transformacional. Es un generador
terior a lo que se cristaliza en la superficie—, se puede aproximar de formas nuevas. Y el texto dramático también lo será a su vez.
al "teatro larvario" deleuziano, un mundo de pre-representaciones Ahora bien, lo que acabo de describir quizás pertenezca a una
que actúa en los confines de la conciencia. Y quizás es poniéndose época ya pasada, ya que hay algo que está cambiando de nuevo.
a la escucha de ese mundo, permaneciendo lo más cerca posible Basta con observar las prácticas escénicas actuales para cons-
de esos "movimientos" de los que habla Deleuze refiriéndose a tatar que aquello que era una simple tendencia hace una década,
Artaud, "líneas abstractas que forman un drama", "extraño teatro está convirtiéndose en un movimiento de fondo que tiende a re-
hecho de determinaciones puras que agitan el espacio y el tiempo, legar al pasado el modelo —no empleo aquí este término como
actuando directamente sobre el alma", 9 que el autor alcanzará esta sinónimo de "modelo de representación", sino en su sentido más
escena de la menos representación posible tomo aquí representa-
— amplio de "paradigma"— alrededor del que se había estructurado
ción en su sentido mimético— que caracteriza por una parte a la el teatro occidental desde la invención de la puesta en escena. Este
escena contemporánea. Cierro el paréntesis. modelo se apoyaba en la articulación entre un texto escrito por
El modelo de la representación consiste entonces en esta "es- un autor y el trabajo de un director de escena que se apropiaba del
cena imaginaria" para la que el autor dramático escribe. No se tra- texto hasta lo que se ha podido percibir como un posible exceso. El
ta de una puesta en escena, dado que este modelo está atrapado teatro era entendido como un "arte en dos tiempos", según la fór-
en una especie de idealidad que Jean-Pierre Sarrazac pudo llamar mula de Henri Gouhier, quien pensaba que esta fórmula constituía
platónica,m y que yo opongo a la materialidad de la escena, al me- la "esencia del teatro"» No quiero simplificar a ultranza las tesis de
nos para el autor de la época posterior a la invención de la puesta Gouhier, que él mismo pone en discusión en Le Théátre et les arts
en escena. Esto significa que la puesta en escena no podría calcarse á deux temps,' 2 publicado en 1989, y que merecerían un análisis
sobre el modelo que dirigió la escritura, incluso cuando ésta lle- más fino, que sin embargo excedería los límites del presente texto.
va la huella de una puesta en escena preexistente. Esto no tendría Ciertamente, continuamos y continuaremos montando clási-
sentido, pues además de la oposición entre idealidad y materiali- cos y clásicos contemporáneos, por razones que van desde las más
dad, hay necesariamente en la escritura una operación de despla- nobles —la defensa, la difusión y la relectura del repertorio— a las
zamiento: la obra dramática es una articulación entre un modelo más inconfesables —por lo demás, puede que al final de este gran
anterior y una realización por venir. Un transformador de formas cambio no subsistan más que las razones más nobles, ya que las in-
que permite el paso del uno a la otra. La obra dramática no repro- confesables no tendrán ya efecto (atraer al público) o pertinencia
duce nada: se inventa en el interior de un modelo en el que ella se (darse a conocer como director de escena: lo que fue natural en el
siglo xx, pero que ya no funciona ahora).
9 Gilles Deleuze, "La Méthode de dramatisation'; en L'Ile déserte, París,

Minuit, 2002, p. 137. [Trad. al español: La isla desierta y otros textos, ed.
de David Lapoujade, trad. de José Luis Pardo, Valencia, Pre-Textos, 2005.] " Cfr. Henri Gouhier, L'Essence du théátre [1943], París, Aubier-
'° Jean-Pierre Sarrazac, "1:Auteur de théátre et le devenir scénique de Montaigne, 1968.
son ceuvre. Diderot, Ibsen, O'Neill, Brecht; Registres, n.o 4 (noviembre 12 Henri Gouhier, Le Théátre et les arts á deux temps, París, Flammarion,
de 1999), p. 168. 1989.

102 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 103
Pero esta práctica que es la emanación misma de la crea- escena por sus autores, obras escritas por directores de escena, tex-
ción teatral, cuando se considera que el teatro vivo no está ex- tos no teatrales llevados a la escena, textos escritos por un autor o
clusivamente del lado de la puesta en escena, esta práctica que un colectivo a partir del trabajo en el escenario, etc. La lista no está
pretende que un texto que acaba de escribirse tenga algo que de- acabada y el trabajo sobre esta tipología de los modos de produc-
cirnos y que decir al teatro, esta práctica, digo, está en proceso ción del texto de teatro y de las relaciones entre el texto y la escena
de transformación. No se trata de que no se escriban ya más tex- es una de las vías que debemos seguir explorando.
tos para el teatro, sino incluso de lo contrario, y todos sabemos Para sintetizar, digamos que el paradigma del teatro como arte
que los textos se acumulan en cajones sin fondo en los escrito- en dos tiempos está desapareciendo, si no hundiéndose definitiva-
rios de los comités de lectura —pero no hablo de esos textos, no mente. En todo caso, está perdiendo su posición dominante. Hay
hablo de esos textos escritos "a la antigua", en la soledad de la escri- que reconocer que este viejo modelo resiste, por ejemplo, cuando
tura dramática, esos textos que, buenos o malos, se alejan cada vez un autor dramático escribe una obra que luego llevará él mismo a
más, lo que es una evidencia, de las prácticas vivas de la escena—. la escena, separando lo mejor posible las dos etapas del proceso.
Porque es obvio que se continúan escribiendo textos para la esce- Pero, a partir de ahí, sólo el análisis de las prácticas y de sus efectos
na, y que éstos se usan también en otras prácticas. Ésta es la razón podrá decirnos algo nuevo.
por la que es preciso ser muy claros en un punto: no se trata de Si observamos bien el fenómeno, un mar de fondo que se
oponer el texto a cualquier otra cosa, no sé exactamente a qué —la despliega desde la invención de la puesta en escena, y más tarde
imagen, el cuerpo, el performance—, ni de oponer los espectáculos su autonomización progresiva en tanto que arte pasa por lo que
con texto a los espectáculos sin texto —espectáculos estos últimos se ha designado como la toma de poder por parte del director de
de los que hay muy pocos en el teatro, incluso aun cuando exista escena, que visto desde nuestro presente, parece como una etapa
un teatro de imágenes, que no deja de ser minoritario (digamos, hacia la afirmación de lo que Craig llamaba L'Art du théátre. Como
en lo que podemos intuitivamente seguir llamando teatro, cuyas si la "puesta en escena", tomada en su acepción necesariamente
fronteras, es verdad, con las otras artes de la escena, no son ya transitiva, sólo hubiera sido una etapa en un proceso dirigido a la
impermeables)—, sino de observar los modos de producción de constitución de la figura que hoy y a partir de ahora está a punto
textos diferentes, asignándoles un lugar en la representación, un de cambiar de nombre, de "director de escena" a "autor escénico";
rol y un funcionamiento, completamente diferenciados. es decir, creador de una obra escénica liberada de la necesidad de
Suelo referir que para los cursos universitarios en la Sorbonne pasar por una obra de tearo previa. Cerca de un siglo más tarde, las
Nouvelle que dedico a la puesta en escena de obras contemporá- utopías de Craig y de Artaud se cumplen.
neas, cada vez me resulta más complicado diseñar el programa En este contexto general que acabo de esbozar a grandes ras-
—que depende de las programaciones efectivas de los teatros—. gos, podemos preguntarnos: ¿qué sucede con la cuestión de los
Tengo como norma trabajar sobre espectáculos que correspondan modelos de representación? Es evidente que esta cuestión se en-
al modelo, del que más arriba dije que era estructurante para el contrará modificada, incluso radicalmente transformada. Y esto
teatro del siglo xx: una obra escrita por un autor y llevada a escena porque desde el momento en que los dos tiempos del arte del tea-
por un director diferente del autor. Busco entonces la dificultad, ya tro se fusionen, se encabalguen, o se interpenetren, esta cuestión
que en los escenarios lo que vemos cada vez con mayor frecuen- debe plantearse forzosamente en otros términos.
cia es algo que ya no corresponde a este modelo: obras puestas en En un artículo de 2001 titulado "Écrire pour la scéne sans

104 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 105
modéles de représentation?", yo distinguía tres vías. La primera, de delos teóricos posibles de la escena actual, finalmente, junto con
la que ya hablé más arriba, es la de la obra dramática, la "obra Craig y Artaud, con la diferencia de que toda la teoría beckettiana
de teatro", que se enfrenta en su escritura, más o menos necesaria- pasa enteramente por y a través de su práctica de la escritura. Pero
mente, con la cuestión de los modelos de representación, aportan- Beckett es, en la segunda mitad del siglo xx, quien anula la puesta
do siempre, consciente o inconscientemente, su propia respuesta en escena o, en todo caso, quien busca anularla, aunque, a pesar
a la cuestión, de un modo más o menos prescriptivo —respecto suyo muchos directores de escena trataron de recusar esta anula-
de la escena—, o bien tiende a rechazar toda prescripción. Toda ción.
una dialéctica estaba en juego: la "obra de teatro" correspondía al Beckett escribe obras —sobre todo las últimas— en las que
modelo de una escena imaginaria y se establecía a su vez en mo- el texto dramático —o simplemente de teatro— es inseparable
delo de la escena futura, haciendo así evolucionar perpetuamente del dispositivo escénico en el que lo inscribe. No voy a demorar-
el "modelo". me más aquí sobre Beckett, ni sobre la noción clave de disposi-
Estas obras del primer tipo, escritas con vistas a la escena, a tivo, sobre la que habrá que volver. Añadiría únicamente que la
una "escena imaginaria", puesto que esta escena no existe todavía escritura dramática de hoy se ha desplazado, según mi opinión,
en el momento de la escritura, las distinguía de manera radical hacia la creación de dispositivos para la escena, dispositivos que
de los "textos-materiales", que se escriben exentos de cualquier pueden evidentemente acoger el texto, como suele suceder. Estas
preocupación en relación con la escena, sin esa "tensión hacia la creaciones son las realizaciones no de los escritores, como Beckett,
escena"I 3 característica de la obra dramática. sino de autores escénicos, de escritores del escenario, de artistas
Y luego, señalaba una tercera vía, representada por el teatro de escénicos que integran la escritura —incluida la dramática— a los
Beckett —del último Beckett—, un teatro que inventa para cada medios de los que se sirven: véase así tanto a Romeo Castellucci
obra y para todas las obras su modelo de representación, y lo fija como a Rodrígo García, Angélica Liddell y tantos otros. Una de las
en la adecuación de la obra al modelo. De manera extraña decía últimas obras de Castellucci, Sul concetto di volto nel figlio di Dio,
entonces que esta vía, válida sólo para la singularidad del teatro de integra de cierta manera una obra dramática —o los elementos de
Beckett, no tendría posterioridad. una obra dramática— dentro de un dispositivo escénico —que es
De manera extraña porque hoy diría exactamente lo contrario, al mismo tiempo un dispositivo plástico.
es decir, que el teatro de Beckett, ratificando —o buscando ratifi- Esto tiene varias consecuencias. Una de ellas es el cuestiona-
car, tanto como sea posible— la fusión entre los dos tiempos del miento de la oposición entre texto dramático y texto-material,
teatro, llevaba a cabo sobre el papel lo que muchas experiencias oposición que para mí fue indiscutiblemente funcional, hasta el
contemporáneas —por lejos que estén del universo beckettiano—, punto de que pude creerla inamovible. Desde el momento en que
están realizando a partir del escenario. Beckett podría entonces, el acto de creación se desplaza hacia la escena y este acto es el re-
por una extraña paradoja, haberse convertido en uno de los mo- sultado de la acción de artistas que trabajan en la implementación
de un dispositivo y en su funcionamiento a lo largo del espectá-
culo, es el dispositivo lo que prima, debilitando así la distinción
"Joseph Danan, "Écrire pour la scéne sans modéles de représentation?", entre los dos tipos de textos, hasta quizás abolir la pertinencia de
Études Théátrales, n.. 24-25 (2002), número dedicado a Écritures drama- la distinción, o en todo caso, relativizarla.
tiques contemporaines (1980-2000). Lavenir d'une crise, dir. de Joseph Danan
La otra gran consecuencia es la apertura de la noción de mo-
y Jean-Pierre Ryngaert, p. 197.

106 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 107
delo de representación. En las épocas pasadas, "modelos literarios que esta tentativa de distanciamiento con los modelos de repre-
y modelos escénicos [...1 eran un mismo modelo", dice el texto sentación podía llevarse hasta el extremo o mantenerse dentro
de Bernard Dort citado más arriba. La razón es que la noción de de ciertos límites. Sin embargo, este propósito siempre tenía por
modelo de representación, en su acepción literaria y escénica —las horizonte la escena, es decir, un modelo de representación exte-
dos indisolublemente mezcladas—, tenía validez en un tiempo en rior a sí misma, por difuso que fuera ese horizonte. En cuanto el
el que la obra dramática ocupaba un lugar dominante. Hoy, cuan- acto de creación parte de la escena, y en cuanto la escena no tiene
do todo tiende a partir directamente de la escena, los modelos de otro horizonte distinto de sí misma, la representación que se está
representación se combinan con otros modelos artísticos, incluso creando se vuelve su propio modelo. Es también esto lo que auto-
cediéndoles el lugar. riza la apertura hacia otros modelos artísticos. Si la representación
En 1986, Dort hablaba del desplazamiento del "centro de gra- teatral era el Otro de la escritura dramática —e inversamente—,
vedad de la actividad teatral [ ... ], de la composición del texto a otras artes pueden a partir de ahora constituirse en el Otro de la
la representación del mismo"." Dort incluso llega a hablar de in- representación teatral. Se me ocurre además otra hipótesis: ¿una
versión: "Plantear de entrada el hecho escénico y, a partir de allí, de estas artes no podría ser justamente el drama? El drama como
remontarse al texto. Así es como hemos llegado a privilegiar la modelo para una escritura engendrada por la escena.
noción de representación teatral y a tratarla como un dato relati- Si me vuelvo a preguntar entonces qué significa "escribir para
vamente autónomo". 5 Esta inversión es ahora un hecho. Y desde la escena" hoy, se me presentan dos grandes direcciones. Prime-
el momento en que este hecho es efectivo, podemos eliminar el ra dirección: "escribir" considerado en su sentido más amplio, no
adverbio "relativamente" y leer directamente "tratarla [a la repre- restringido a la escritura dramática ni siquiera textual. Se trata de
sentación] como un dato autónomo", porque lo que justificaba el una escritura que surge directamente de la escena —formulación
"relativamente" era, precisamente, la relación de una obra de tea- que resulta ingenua puesto que este "directamente" no excluye una
tro con el texto preexistente, relación que no podía deshacerse del conceptualización, anterior o simultánea, que puede pasar y pasa-
todo —a pesar de los esfuerzos de numerosos directores de escena rá la mayor parte de las veces, por la escritura. Mi propósito no es
en el momento cumbre de su poder, y a veces también de su arte. aquí, en el marco de este texto, examinar cuál es el devenir, en este
Se comprende entonces que la relación con el modelo se trans- caso, de la noción de modelo. Pero me parece que siempre el sueño
forme también. Porque de lo que se trata es de inventar un acto de un artista de una escena sin modelo chocará con otros espec-
teatral autónomo partiendo de la escena como si fuera una pá- táculos, aunque éstos sean los espectáculos anteriores del mismo
gina en blanco. Un acto que será en cierto modo su propio mo- artista, que funcionarán entonces como modelos más o menos vo-
delo, un acto teatral que sueñe con una escena sin modelo, en luntarios, más o menos asumidos, incluso como contra-modelos
la que todo sería posible. Toda la evolución del drama moderno más o menos eficaces.
y contemporáneo, donde el drama inventa su propia forma en Segunda dirección. Si se considera "escribir" en su acepción
cada nuevo gesto de escritura, apuntaba a librarse de los modelos más restringida, como escribir un texto, incluso una obra dramáti-
de representación, a distanciarse de ellos. Expliqué anteriormente ca, para... —y aquí, las alternativas que pueden completar la frase
son múltiples—, para responder a la petición de un director de
escena, para su propio proyecto escénico, a partir de improvisacio-
14 Bernard Dort, "rétat d'esprit dramaturgique, art. cit., p. 8.
nes, etc., la escritura se inserta dentro de un marco representativo
'5 Ibid., p. 9.

108 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 109
que la precede, cumpliendo literalmente la inversión postulada por 2000). Lávenir d'une crise, dir. de Joseph Danan y Jean-Pierre
Dort: el proyecto escénico es primero, el proyecto de representa- Ryngaert), n.° 24-25 (2002), pp. 193-201.
ción, más o menos elaborado, funciona como modelo para el texto --, "Les Amants imparfaits", en Enquétes du désir, trois piéces,
que va a escribirse. Pero no se descarta que el texto escrito de esta Carniéres-Morlanwelz, Lansman Éditeur, 2003.
manera modifique a su vez el "modelo" —ante lo que nos toparía- Danis, Daniel, Terre océane, roman- dit, París, CArche, 2006.
mos de nuevo con la dialéctica que creíamos perdida—. ¿Puedo Deleuze, Giles "La Méthode de dramatisation", en L'Ile déserte, Pa-
atreverme a exhibir otro ejemplo personal? Es el de la obra Police rís, Minuit, 2002. [Trad. al español: La isla desierta y otros tex-
Machine, escrita por encargo de un director de escena, Julien Bouf- tos, ed. de David Lapoujade, trad. de José Luis Pardo, Valencia,
fier, para un dispositivo escénico muy singular que él había con- Pre-Textos, 2005].
cebido, una especie de peepshow. Volví a montar en México esta Dort, Bernard, "Ijétat d'esprit dramaturgique", Théátre/Public,
obra, diez años más tarde, "olvidando" completamente el dispositi- n.° 67 (enero-febrero de 1986).
vo que le había dado vida; prueba, si es que necesitamos alguna, de --, "Le Texte et la scéne: pour une nouvelle alliance", en Le
que la escritura dramática puede todavía a su vez independizarse y Spectateur en dialogue, París, Paul Otchakovsky-Laurens,
existir como un arte autónomo. 1995.
Pero también aquí hay un campo que precisa ser explorado, Etudes Théátrales (La Réinvention du drame (sous l'influence de la
ya que los procesos de creación ofrecen toda clase de experiencias scéne), dir. de Jean-Pierre Sarrazac y Catherine Naugrette,)
y de variantes. Si estudiamos estas alternativas comprenderemos n.° 38-39 (2007).
exactamente hasta qué punto la distinción entre obra dramática y Gouhier, Henri, L'Essence du théátre [1943], París, Aubier-
texto-material dejó de ser pertinente. Habría entonces que anali- Montaigne, 1968.
zar dónde se aloja o en qué radica la dramaticidad, si existe todavía --, Le Théátre et les arts á deux temps, París, Flammarion, 1989.
—y pienso que éste es a menudo el caso, me refiero así a lo que dice Mervant-Roux, Marie-Madeleine, "Un dramatique postthéátral?
Marie-Madeleine Mervant-Roux cuando habla de dramatización Des récits en quéte de scéne et de cette quéte considérée com-
para la escena—, 16 y quizás incluso descubramos que no hay teatro me forme moderne de l'action", L'Annuaire Théátral. Revue
sin una forma u otra de dramatización. Québécoise d'Études Théátrales n.° 36 (otoño de 2004).
Sarrazac, Jean-Pierre "IjAuteur de théátre et le devenir scénique
de son ceuvre. Diderot, Ibsen, O'Neill, Brecht", Registres, n.° 4,
BIBLIOGRAFÍA (noviembre de 1999).
Srbljanovie, Biljana, Barbelo, á propos de chiens et d'enfants, trad.
Danan, Joseph, L'Eveil des ténébres, Ruan, Médianes, 1993. de Gabriel Keller, París, arche, 2008.
"Écrire pour la scéne sans modéles de représentation?", Etudes
Théátrales (Écritures dramatiques contemporaines (1980-

ujr.
' Marie-Madeleine Mervant-Roux, "Un dramatique postthéátral?
Des récits en quéte de scéne et de cette quéte considérée comme forme
moderne de l'action", L'Annuaire Théatral, n.° 36 (otoño de 2004).

110 EL MODELO SOÑADO DE UNA ESCENA SIN MODELO JOSEPH DANAN 111
EL TEATRO EN LA ERA
DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA'

Así guardaba silencio el paisaje, de la manera en que guarda silencio


todo paisaje. Así hablaba el paisaje en su lengua de paisaje, en voz muy
baja y repetitiva para aquellos que viven allí, es decir, los que lo com-
ponen. Y Ozalide estaba profundamente conmovida por él, quien sin
embargo no sabía que fuera conmovedor, ignoraba incluso que pudiera
tener ese tipo de intenciones, o intenciones simplemente, tampoco sabía
que existiera una Ozalide en él, alguien que, parcialmente, lo consti-
tuía. El paisaje no tenía una palabra más alta que la otra, tampoco una
más baja. Tenía un color verde vagón, el verde suave de los brotes de
las morera, el verde violento de las cúpulas de las mezquitas, el verde
menta del té. El paisaje tenía ese blanco roto que da el uso y el tiempo
en las fachadas encaladas, tenía el gris de sus mampuestas sin pulir y el
rojo de los hierros oxidados de espera. Había un murmullo de cigarras
y grillos, de motores de explosión, de gritos de comerciantes callejeros,
de niños ladrones de destellos recorriendo a la pata coja los patios de
las escuelas. Se desprendía una mezcla de olores, un tercio de petróleo
quemado, un tercio de sandía y de higos, un tercio de humo de chibouk
y de barbacoa. Su poesía estaba hecha de casi todos los sentidos, y el
il tacto era casi totalmente inmaterial, a no ser que se considere como
tal la sensación de los pies desnudos sobre la piedra aún caliente en el
camino de la ronda. En la amistad de esta visión tranquilizadora, Ozalide
se puso a considerar el paisaje como una posible oreja en la que podría
proyectar a la vez su perplejidad y su voluntad de acción.

Discúlpenme por esta cita tan larga, tomada de la quinta parte


del folletín de Jacques Jouet, La République de Mek-Ouyes. 2 ¿De

' "Le théátre á l'ére de l'interconnexion généralisée. Texto publicado


en Catherine Naugrette (dir.), Le contemporain en scéne, París, CHarmat-
11 tan, 2011.
11 2 "La vengeance d'Agatha", episodio 169, difundido por internet el 29
de abril de 2008.

JOSEPH DANAN 113


qué habla esta evocación? De un paisaje —una entidad no humana solución, la que está en el origen de la presente reflexión, que en
tomada en su propio enigma— al que nada le pasa desapercibido, un principio había titulado "Flujo, conexiones, interconexiones",
incluso lo humano, y que tiende a abarcar todo el campo sensorial. ya que me parece que esta nueva incertitudumbre, remplazada y
En este lugar puede, dado el caso, nacer una acción. multiplicada por la's diversas prótesis y conexiones que hacen de
Quisiera preguntarme por qué el paisaje —esté devastado o nosotros una especie de mutantes y que internet emblematiza lle-
no3— pudo terminar siendo el modelo dominante de la escena vándolas a su límite, podría representar el mayor problema que se
contemporánea. Se trata aquí entonces de una mutación, quizás le plantea al artista contemporáneo. Nietzsche, quien sigue siendo,
de la transformación de algo no humano en algo no humano pero desde múltiples consideraciones, un filósofo para el siglo xxi, se
diferente: el paso de un paisaje pre-humano —que espera al hom- detiene en el umbral de esta revolución cuando describe al indivi-
bre— a un paisaje post-humano —en el que "el hombre se borra- duo así: "Estamos en nuestra tela como la araña, y sea lo que quiera
ría, como en los límites del mar un rostro de arena". 4 lo que cacemos, no podrá ser nunca más que aquello que se deje
En La obra de arte en la época de su reproductividad técnica, enredar en la tela". 6 Tela que acaba de definir de la siguiente mane-
Walter Benjamin describe el cambio de paradigma que indica el ra: "Alrededor de cada ser se extiende un círculo que le pertenece"!
título en términos de pérdida de aura: "Incluso en la más perfec- Ahora bien, la tela de araña que es el net actual no tiene centro, y
ta de las reproducciones una cosa queda fuera de ella: el aquí y en esta tela que ya no nos pertenece, cualquier cosa puede quedar
el ahora de la obra de arte, su existencia única en el lugar donde atrapada.
se encuentra. 5 La tesis es demasiado conocida para detenerme en En un breve artículo titulado "La conquista de la ubicuidad",
ella. Recordemos solamente que para Benjamin este estado de co- publicado por primera vez en 1928 y que sirve de trampolín a
sas conducía a una puesta en cuestión de las fronteras del arte y de Benjamin, Valéry deja entrever lo que efectivamente será nuestro
su misma definición. mundo: "Tal como el agua, el gas o la corriente eléctrica vienen
Es esta desestabilización de las fronteras del arte —que el si- de lejos a nuestras casas para atender nuestras necesidades con
glo xx no ha dejado nunca de provocar—, diría incluso esta di- un esfuerzo casi nulo, así nos alimentaremos de imágenes visuales
o auditivas que nazcan y se desvanezcan al menor gesto, casi un
Hago referencia al libro de Catherine Naugrette, Paysages dévastés: signo".8
le théátre et le sens de l'humain, Belval, Circé, 2004. Internet hace realidad ese mundo en el que un clic nos abre
4 Michel Foucault, Les Mots et les choses, París, Gallimard, 1966, p. 398. nuevos mundos. Todo —casi todo— lo que puede llamarse arte ha
[Trad. al español: Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias llegado a ser intencionadamente reproducible —y en esta circuns-
humanas, trad. de Elsa Cecilia Frost, México, Siglo XXI, 2008, p. 375.] tancia el arte se aproxima constantemente a los umbrales del no-
Pienso también en la meditación de Nietzsche ante un paisaje del que el arte, situación en la que se confirma la interferencia de fronteras a
hombre está ausente; Friedrich Nietzsche, Aurore, trad. de Julien Hervier,
París, Gallimard, pp. 229-230. [Trad. al español: Aurora, México, Editores 6Friedrich Nietzsche, op. cit., p. 98. [Trad. al español: p. 72.]
Mexicanos Unidos, 1999.] Idem. [Trad. al español: ídem.]
Walter Benjamin, ECEuvre d'art á l'époque de sa reproductibilité Paul Valéry, "La Conquéte de l'ubiquité", Guvres, t. II, París, Galli-
technique, trad. de Maurice de Gandillac, París, Allia, 2007, p. 13. [Trad. mard, 1957, p. 1284. [Trad. al español: "La conquista de la ubicuidad", en
al español: La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica,trad. Piezas sobre arte, trad. de José Luis Arántegui, Madrid, Visor, 1999, pp.
de Andrés E. Weikert, México, Itaca, 2003, p. 42.] 131-132.]

114 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA JOSEPH DANAN 115


la que antes hacía referencia. Lo que también Valéry había integra- que reposa, eso quiere decir respirar el aura de estas montañas, de
do a su reflexión, de manera incluso más explícita que Benjamin: esta rama.' 2

Aún estamos bastante lejos de dominar hasta ese mismo punto [acaba El aura es presencia del mundo, y presencia en el mundo. La
de hablar de la música] los fenómenos visibles. Color y relieve aún reproductibilidad de esta presencia, según Benjamin, destruiría la
se resisten bastante. Un sol que se pone en el Pacífico o un Tiziano unicidad.
que está en Madrid no vienen aún a pintarse en el muro de nuestro En múltiples ocasiones en su ensayo, Benjamin hará del teatro
cuarto con la misma fuerza y verosimilitud con que recibimos una un territorio de excepción en el corazón del arte: "La más precaria
sinfonía. / Todo se andará? de las puestas en escena provincianas del Fausto tiene esta ventaja
sobre una película del mismo tema"" —opinión con la que pode-
Donde podemos observar que se sitúa en el mismo plano la mos no coincidir—. O incluso, "Nada hay, en efecto, como el es-
caída del sol en el mar Pacífico y un Tiziano, lo que Valéry ha re- cenario teatral, que sea más decididamente opuesto a una obra de
unido antes bajo la expresión "Realidad Sensible" —"No sé si filó- arte tomada ya completamente por la reproducción técnica o, más
sofo alguno ha soñado jamás una sociedad para la distribución de aún —como en el cine—, resultante de ella"." Lo que se convirtió
Realidad Sensible a domicilio': 10 en un tópico. Y sin embargo, ¿quién podría negar que lo que dice
Algo que Benjamin no previó y que abre, me parece, al inicio del Benjamin es algo estrictamente razonable, algo que funda el teatro
siglo xxi, un nuevo cambio de paradigma, es que la obra reprodu- y en relación con lo cual deberemos tomar una posición?
cible al infinito, incluso la no-obra, puede dar lugar en este proceso Ahora bien, algo ha cambiado desde la época de Benjamin, y
de reproducción a una nueva aura que marca el apogeo de esta con- es la noción misma de hic et nunc —de aquí y ahora—. El caso del
fusión. Me uno aquí a Georges Didi-Huberman cuando sostiene cine, que era, en la época en que Benjamin escribe, una de las ma-
—sin hacer referencia a internet— que ciertas obras de arte mo- yores referencias en materia de reproductibilidad y, por lo tanto,
derno pueden "no caracterizarse por una decadencia del aura, de desestabilización de las condiciones de recepción, pudo haberlo
para fomentar muy por el contrario algo así como una nueva for- inquietado. En mi caso, cuando veo una película puedo saber que
ma aurática"." no es más que una copia, pero, después de todo, poco me importa
Antes de llegar a la obra de arte, Benjamin define el aura de un que no haya un original en alguna parte: la obra no está por eso
objeto natural como el desprovista de esa autenticidad que constituye, según Benjamin, el
sello de la obra de arte, una autenticidad constituida de lo que es,
aparecimiento único de una lejanía, por más cercana que pueda estar. por su naturaleza misma, el cine —cito a Benjamin: "La reproduc-
Reposando en una tarde de verano, seguir la línea montañosa en el
horizonte o la extensión de la rama que echa su sombra sobre aquel tibilidad técnica de las obras de cine tiene su base directamente en
la técnica de su producción"—." El hic et nunc del cine no es otro,

9Ibid., p. 1285. [Trad. al español: pp. 132-133.] 12 Walter Benjamin, op. cit., p. 19. [Trad. al español: op. cit., p. 47.]

'° Idem. [Trad. al español: p. 132.] " Ibid., p. 16, nota 1. [Trad. al español: p. 44, nota 4 a la tercera redac-
" Georges Didi-Huberman, Ce que nous voyons, ce qui nous regarde, ción del ensayo, versión de 1937-1938.]
París, Minuit, 1992, p. 122. [Trad. al español: Lo que vemos, lo que nos mira, 14 Ibid., p. 40. [Trad. al español: p. 70.]

trad. de Horacio Pons, Buenos Aires, Manantial, 2006, p. 109.] 15 Ibid., p. 25. [Trad. al español: p. 61.]

116 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA JOSEPH DANAN 117


no puede ser otro, que el de la sala de proyección en el instante que se posee es solamente la computadora, es decir, se trata de una
en el que el filme llega hasta mí —no percibo su límite más que posesión virtual de todos los objetos —aquellos que se encuentran
cuando la copia es defectuosa, si los rayones de la película me re- en la lejanía de lo inmaterial; nada que ver con la foto que llevo en
cuerdan su condición de copia, haciéndome pensar en un original mi bolsillo o la reproducción que cuelgo de la pared—. Una vez
ilusorio que existe en lo inmaterial, más aún que bajo la forma de más, Valéry fue un visionario: "Las obras adquirirán una especie
un negativo propiamente invisible—. Existe el aura de una película de ubicuidad. Su presencia inmediata o su restitución en cualquier
de Antonioni o de Kubrick, aunque ésta dependa de la materia- momento obedecerán a una llamada nuestra. Ya no estarán sólo en
lidad de la obra. Y la razón de ello es que hubo en el origen de sí mismas, sino todas en donde haya alguien y un aparato'T
la obra, y hasta su finalización, un gesto artístico de indiscutible Ahora bien, una nueva aura nace de este alejamiento, de esta
autenticidad. De igual manera podría decir lo mismo de una obra inmaterialización —de ahí el desconcierto y la fascinación que
grabada en video, en la que por primera vez la copia puede ser la pueda sentir ante la imagen electrónica, sea o no sea artística, que
reproducción exacta del original, sin riesgo de pérdida ni de dete- sin embargo se desvanecen al imprimirla—. Es un original ausente
rioro —ni más ni menos que el supuesto "originar lo que contemplo, un espectro perfectamente inmaterial. Es como
A lo que añado que esta proyección en la que descubro una pe- si la imagen se volviera "inaccesible"," intocable, indestructible,
lícula, en un aquí y ahora al que nadie puede sustraerme, puede, reencontrando entonces una suerte de carácter sagrado —el ori-
por ilusorio que sea, funcionar para mí como origen, como instante gen cultural del aura, según Benjamin— en la ilusión que repre-
original de la revelación de la obra —epifanía, si se quiere—. Tengo senta la marca del universo en el que vivimos.
así un recuerdo verdaderamente alucinante del descubrimiento de Sea artística o no, puedo tener en mi pantalla una Gioconda
Pierrot le fou, en particular de los últimos planos del filme, en una como quiera, con más brillo, más hermosa y más joven que la que
sala precisa, en una cierta relación espacial con la pantalla, que ja- está en el museo —en esa lejanía en la que está recluida—. Pero
más he vuelto a experimentar con la misma intensidad. Y cuando vi cualquier foto, escaneada, me llegará con la fuerza de una nueva
una película que se volvió mítica para mí, 2001: Odisea del espacio, aura imprevista, la que podrá acrecentarse si yo mismo tomé la
no dejé de buscar las mismas condiciones —volví a ver la película foto, e incluso hoy ya no tendría que escanearla. Puedo saber que en
siete u ocho veces en diferentes salas— de lo que fue para mí un un tiempo cada vez más lejano estaba lo que pertenecía al arte y
origen: el Empire Cinérama en París —ahora desaparecido— con su lo que no —pero, por más hábil que sea en establecer esta distin-
proyección en 70 mm y un sonido estéreo nuevo entonces. ción, qué puedo hacer contra la impresión de que esta imagen bri-
¿La ilusión del aura en lugar del aura? Es esto lo que el mundo lla con un magnetismo que desplaza y hace estallar las fronteras,
de internet ha definitivamente instaurado, a diferencia de la sala de si todo termina, si no igualándose, al menos sí por responderse,
cine —que sin embargo dejaba entreverlo—, con un hic et nunc por corresponderse, yuxtaponerse e interconectarse, en el filtro de
portátil de uso íntimo —por oposición a las "masas" a las que Ben- la pantalla: obra de arte virtual y total que contiene virtualmente
jamin no deja de referirse—. Si para nuestros contemporáneos se
trata de "la necesidad de apoderarse del objeto en su más próxima
'7 Paul Valéry, op. cit., p. 1284. [Trad. al español: p. 131.] El subrayado
cercanía",' 6 hemos entonces franqueado un límite. Puesto que lo
es del autor.
" Walter Benjamin, op. cit., pp. 22-23. rinacercabilidad», trad. al es-
16 Ibid., p. 20. [Trad. al español: p. 47.] pañol: p. 49, nota 7 a la tercera redacción del ensayo, versión de 1937-1938.1

118 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA JOSEPH DANAN 119


todas, las obras y las no-obras, poniendo en relación las unas con Un umbral, dirá Georges Didi-Huberman. 2° Pero es también lo
las otras. que caracteriza la dimensión contemporánea de nuestra rela-
Repito, no es que confunda todo —la fotografía que tomé de ción con el mundo. Actualmente, nos vemos lidiando cotidia-
mi bebé con una cámara digital y la Gioconda pintada por Leo- namente con paisajes —paisajes mediatizados, se entiende, y es
nardo—, pero debo constatar que hemos entrado en una era de ésta una gran ruptura frente a los siglos pasados—. Volvamos al
confusión generalizada. Uno podría coincidir con Alain Badiou, fragmento de Nietzsche citado anteriormente. Comienza así: "El
que como reacción a este estado de cosas, afirma: ojo, sea perspicaz o débil, no ve más que hasta cierta distancia.
Veo y obro dentro de un espacio limitado y la línea de ese ho-
El arte como creación, sin importar su época o nacionalidad, es su- rizonte es mi más próximo destino, grande o chico, del cual no
perior a la cultura como objeto de consumo, por más contemporánea
puedo escapar"." Junto al centro, es también el horizonte lo que
que ésta sea. Cantidad de hechos reafirman la validez y pertinencia
estalló, y a partir de entonces nos enfrentamos a una infinidad
de este punto. Los medios y las escuelas entre otros. Específicamen-
te, cuando se trata de sostener, por ejemplo, que Le Dit du Genji, de paisajes.
publicado en el siglo xi en Japón por Dame Murasaki Shikibu, es Por lo tanto, si Deleuze podía decir que el mundo se había
infinitamente superior a todos los premios Goncourt de los últimos vuelto "un mal cine en el que ya no creemos"," tendremos que re-
treinta años. 19 conocer que ahora existe una red de paisajes en las pantallas, un
paisaje de paisajes en el que creemos todavía menos. Es el mundo
Sin embargo, buena parte del arte del siglo xx desde Duchamp artificial de la interconexión generalizada. Se nos invita a entrar en
se enfrentó a esta cuestión aportando respuestas que están lejos ese mundo bajo el modo imaginario del videojuego, cuyo princi-
de ser tan simples. Es cierto que en lo que a mí respecta puedo pio de funcionamiento está hoy modelando nuestra relación con
conservar mi propia escala de valores y preservarla, bien que mal, el mundo, así como nuestra relación con el arte: una alteración
de las influencias de la época. Pero aún así no podré evitar que de nuestra percepción, de nuestra cognición, de las estructuras
esta escala se vea afectada: la impermeabilización es imposible y, mismas de nuestro pensamiento —razón por la que no podemos
quizás, tampoco sea deseable. Son las fronteras del arte las que han escapar—. "Estoy a la vez adentro y enfrente: es un espectáculo
vacilado, las que se han desplazado. y es también un paraje"" dice Jean-Fratnois Peyret. Esta confu-
¿Qué relación tiene todo esto con el paisaje? sión es una de las marcas del paisaje después de los paisajes. Y
El paisaje es lo que el hombre no habita completamente. esta cuestión —entrar, o no entrar en el paisaje— es una cuestión
Lo que debe contemplar antes de poder —o no poder— entrar
en él, disponible para que el hombre proyecte en éste, como dice
el apólogo de Jacques Jouet, "a la vez su perplejidad y su vo- 20 Georges Didi-Huberman, op. cit., p. 192. [Trad. al español: op. cit.,

luntad de acción". El paisaje es visión. Imagen por excelencia. p. 161.]


21 Friedrich Nietzsche, op. cit. [Trad. al español: p. 72.]

22 Gines Deleuze, Cinéma 2. L'Image temps, Minuit, 1985, p. 261. [Trad.


-

al español: La imagen tiempo: Estudios sobre cine 2, trad. de Irene Agoff,


-

19 Alain Badiou, De quoi Sarkozy est il le nom?, París, Lignes, 2007, p.


- Barcelona, Paidós, 1987, p. 266.]
61. [Trad. al español: ¿Qué representa el nombre de Sarkozy?, trad. de Iván 23 kan-Franlois Peyret y Alain Prochiantz, Les Variations Darwin,
Ortega, Vilaboa, Pontevedra Ellago, 2008.] París, Odile Jacob, 2005, p. 206.
114
120 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA JOSEPH DANAN 121
clave del arte contemporáneo, que está en el corazón del action sando en obras como A circular play o Photograph28, que debían

painting, del happening, y de los teatros del performance." realizar escénicamente los primeros espectáculos de Bob Wilson,
Para Benjamin, tal y como lo indiqué antes, el aura es pre- seguidos de muchos otros. Un teatro, para parafrasear a Stein, en el
sencia del mundo y presencia en el mundo. Presencia cuya repro- que cualquier elemento del paisaje puede ponerse en relación con
ductibilidad tendería a destruir la unicidad. Ahora bien, considero cualquier otro. 29 La mayor parte de los espectáculos que se hacen
que el mayor desarrollo de la "obra-paisaje" es indicio de una ten- hoy día en el cruce entre la danza y el teatro, tanto como los que in-
sión entre lo que depende de la irreductible no reproductibilidad tegran la imagen de video, pertenecen al campo del "espectáculo-
del teatro, como arte del presente —y de la presencia"—, y lo que paisaje" desde el momento en que su pretensión no es ya "contar
hoy trabaja el arte en sentido contrario —la reproductibilidad al una historia", poner a funcionar los maquínicos engranajes de una
infinito de un mundo sin presente y sin presencia—, hasta el punto acción —desechando el principio de causalidad que según Vin-
de que el teatro tampoco puede ya escapar a ello, si no es a precio de aver caracteriza la pieza-máquina—, y quizás, más ampliamente,
desaparecer; es decir, no podrá escapar a ello, ya que el teatro desde el momento en que estos espectáculos no se construyen a
no desaparecerá. partir de una dramaturgia previa, de una obra dramática matricial
Cuando menciono la "obra-paisaje" no me refiero únicamente a que funcionara como su programa, lo que no impide que puedan
la obra escrita —aquella que Vinaver opone a la obra-máquina 26—, proyectar —como decía Jacques Jouet hace poco— una o varias
sino también a espectáculos, si bien para ese caso yo introduciría historias, una infinidad de historias. El "espectáculo-paisaje" no se
mejor la noción de "espectáculo-paisaje", que se acerca más, final- despliega linealmente, sino que nos pone delante, nos coloca, como
mente, a la utopía del teatro de Gertrude Stein, entre coreografía y diría Georges Didi-Huberman, en el umbral de una imagen, otor-
ópera, entre poesía rizomática 27 y fotografía animada —estoy pen- gándonos, más o menos, la posibilidad de entrar en ella —ya referí
antes el modelo de los videojuegos—, entrar en el paisaje y en sus
caminos que se bifurcan, para permitirnos, en nuestra soledad,
Cfr. Richard Schechner, Performance: expérimentation et théorie du
24
que nos perdamos en ella o en ella encontrarnos. Desde este pun-
théátre aux USA, ed. de Anne Cuisset y Marie Pecorari, dir. de Christian
Biet, trad. de Marie Pecorari y Marc Boucher, Montreuil (Sena-Saint-De- to de vista, el "espectáculo-paisaje" prefiguraba —en la visión de
nis), Éditions Théátrales, 2008. Véase en particular la p. 135 para el action Stein— y verifica —hoy en día— la existencia de un teatro de la era
painting pp. 140-141 y 173-174. de internet, de la interconexión y de la bifurcación generalizadas.
25 Cfr. Bernadette Bost y Joseph Danan, "L'utopie de la performance", El teatro ha asimilado completamente la revolución cinemato-
La Réinvention du Drame, número dirigido por Jean-Pierre Sarrazac y gráfica, principalmente mediante la utilización del video, y se pue-
Catherine Naugrette, Etudes Théátrales, n.° 38-39 (2007). de decir que la integración de la imagen filmada —como un medio
26 Cfr. Michel Vinaver (dir.), Écritures dramatiques, Arles, Actes Sud,

1993. Remito también a Joseph Danan, "Piéce paysage", en Jean-Pierre 28 En Gertrude Stein, A Stein reader, ed. de Ulla E. Dydo, Evanston,
Sarrazac (dir.), Lexique du drame moderne et contemporain, Belval, Circé, Northwestern University Press, 1993.
2005. " "Un paisaje que no se mueve pero que está siempre en relación: los
27 "Un rizoma no comienza ni acaba": Gilles Deleuze y Félix Guattari, árboles con las colinas, las colinas con los campos, los árboles unos con
Mille plateaux, París, Minuit, 1980, p. 36. [Trad. al español: Mil mesetas: otros, sin importar qué porción de ellos con qué porción del cielo, y así
capitalismo y esquizofrenia, trad. de José Vázquez Pérez, col. de Umbelina cada detalle con respecto a todos los otros". Gertrude Stein, Lectures en
Larraceleta, Valencia, Pre-Textos, 2006, p. 29.] Amérique, trad. de Claude Grimal, París, Bourgois, 1978, p. 122.

122 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA 1 JOSEPH DANAN 123


más de la puesta en escena, al igual que la iluminación o el soni- llega a través de otros filtros que constituyen los media, internet, las
do— es desde ahora algo ya cumplido. No tenemos que continuar tecnologías que nos conectan al mundo —y al arte—, al tiempo que se
pensándonos como si fuéramos impermeables a la revolución de interponen entre el mundo y nosotros en una maraña que puede vol-
internet. En tanto que autor de teatro no puedo más que man- verlos inextricables —el arte, el mundo, los media—. El artista, como
tenerme atento a esta transformación —y más que mantenerme cualquier otro individuo, está en estrecho contacto —y en lucha— con
esa red. Registra lo que le llega de todos esos flujos incesantes en el juego
atento, buscar en esta dirección, sin que esto lleve necesariamente
complejo de las conexiones, incluso si por momentos le corresponde
a la integración abierta de las nuevas tecnologías— porque, si es aprender también a desconectarse de vez en cuando.
preciso decirlo nuevamente, de lo que se trata aquí es de una trans- Cuando escribo para el teatro me resulta difícil no tener en cuenta
formación radical de nuestra percepción, de nuestra cognición, de la multiplicación prismática del espacio y el tiempo, la creciente incer-
las estructuras mismas de nuestro pensamiento. tidumbre de las fronteras del arte, la omnipresencia de las pantallas y
La necesaria contemporaneidad del teatro radica entonces de las interfaces de toda clase entre una realidad cada vez más alejada
en una paradoja, en una doble exigencia que, quiero creer, debe- y un yo que no parece estar mucho más cerca.
mos creer, no es una aporía: estar en el estremecimiento único,
no reproducible, del instante en el que el teatro sucede, y en la
consideración a la vez de este universo de la reproductibilidad BIBLIOGRAFÍA
absoluta —de la duplicación hasta el infinito— en el que nave-
gamos; universo que se ha vuelto la forma misma —la materia y Badiou, Alain, De quoi Sarkozy est - il le nom?, París, Lignes, 2007.
la forma— de nuestro pensamiento —el aire que respiramos—. [Trad. al español: ¿Qué representa el nombre de Sarkozy?, trad.
Hacer teatro de esto —también—. Después de todo, ¿dónde está de Iván Ortega, Vilaboa, Pontevedra Ellago, 2008.]
la contradicción?, si llevada hasta este grado de generalización, la Benjamin, Walter, L'cEuvre d'art á l'époque de sa reproductibilité
reproductibilidad termina por desembocar en una nueva irrepro - technique, trad. de Maurice de Gandillac, París, Allia, 2007.
ductibilidad en la que cada instante reencuentra su unicidad. [Trad. al español: La obra de arte en la época de su reproductibi-
Había redactado algunas líneas que, según había previsto, lidad técnica, trad. de Andrés E. Weikert, México, Itaca, 2003.]
constituirían el resumen de lo que orginariamente sería la comu- Bost, Bernadette y Joseph Danan, "L'utopie de la performance",
nicación para un coloquio." Pero ellas fueron más bien el detona- Etudes Théátrales, n.° 38-39 (2007).
dor de esta reflexión. Dado que prácticamente se volatilizaron en Danan, Joseph, "Piéce paysage", en Jean-Pierre Sarrazac (dir.),
el proceso de escritura, quiero consignarlas aquí, no como conclu- Lexique du drame moderne et contemporain, Belval, Circé,
sión, sino más bien como una promesa de "continuará", tal como 2005.
ocurre en los folletines: Deleuze, Gilles y Félix Guattari, Mille plateaux, París, Minuit,
1980. [Trad. al español: Mil mesetas: capitalismo y esquizofre-
Un artista es menos contemporáneo de una época que del arte de una nia, trad. de José Vázquez Pérez, col. de Umbelina Larraceleta,
época. El arte filtra el mundo. Si esto siempre fue así, el hecho moderno, Valencia, Pre-Textos, 2006.]
como diría Deleuze, consiste'en que el mundo —y el arte mismo— nos Deleuze, Gines, Cinéma 2. L'Image-temps, Minuit, 1985. [Trad. al
3° "Penser, chercher, écrire le contemporain", Florencia, 2-7 de junio
español: La imagen-tiempo: Estudios sobre cine 2, trad. de Irene
de 2008.
Agoff, Barcelona, Paidós, 1987.]

124 EL TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA 1 JOSEPH DANAN 125


Didi Huberman, Georges, Ce que nous voyons, ce qui nous regarde,
-

París, Minuit, 1992. [Trad. al español: Lo que vemos, lo que nos


mira, trad. de Horacio Pons, Buenos Aires, Manantial, 2006.]
Foucault, Michel Les Mots et les choses, París, Gallimard, 1966.
[Trad. al español: Las palabras y las cosas: una arqueología de
las ciencias humanas, trad. de Elsa Cecilia Frost, México, Siglo
XXI, 2008.]
Naugrette, Catherine Paysages dévastés: le théátre et le seas de
l'humain, Belval, Circé, 2004.
Nietzsche, Friedrich Aurore, trad. de Julien Hervier, París, Galli-
mard. [Trad. al español: Aurora, México, Editores Mexicanos
Unidos, 1999.]
Peyret, Jean-Franwis y Alain Prochiantz, Les Variations Darwin,
París, Odile Jacob, 2005.
Schechner, Richard, Performance: expérimentation et théorie du
théátre aux USA, ed. de Anne Cuisset y Marie Pecorari, dir.
de Christian Biet, trad. de Marie Pecorari y Marc Boucher,
Montreuil (Sena-Saint-Denis) Éditions Théátrales, 2008.
Stein, Gertrude, A Stein reader, ed. de Ulla E. Dydo, Evanston,
Northwestern University Press, 1993.
Lectures en Amérique, trad. de Claude Grimal, París,
Qué es la dramaturgia
Bourgois, 1978. y otros ensayos
Valéry, Paul, "La Conquéte de l'ubiquité", Euvres, t. II, París, se terminó de imprimir en octubre de 2012
Gallimard, 1957. [Trad. al esp. "La conquista de la ubicuidad", en los talleres de Editorial Innova,
en Piezas sobre arte, trad. de José Luis Arántegui, Madrid, Vi- Año de Juárez #343, Col. Granjas San Antonio,
sor, 1999.] c. p. 09070, Distrito Federal
Vinaver, Michel (dir.), Écritures dramatiques, Arles, Actes Sud, Corrección y cuidado de la edición:
1993. Laure Riviére, Delicia Cebrián López y Leticia García Urriza.
Formación y diseño, Galdi Yunuen González.

El tiraje consta de 2 000 ejemplares.

126 Et. TEATRO EN LA ERA DE LA INTERCONEXIÓN GENERALIZADA


Otros títulos de nuestra
Colección de Artes Escénicas:
ué es lo que ha cambiado en el teatro contemporáneo?
SERIE TEORÍA Y TÉCNICA ¿Qué es lo que ha cambiado respecto de la tradición
que antecedía al teatro de final del siglo xx y principios del XXI?
Hacia una teoría dramática
M. S. Kurguinian Esta interrogación atraviesa todos los artículos que constitu-
(Traducción del ruso de Armando Partida) yen el libro Qué es la dramaturgia y otros ensayos, en los que
Joseph Danan, el autor, consigna su pensamiento y postula las
Juegos de sueño y otros rodeos: cuestiones más polémicas del debate. El hilo central de su argu-
Alternativas a la fábula en la dramaturgia mentación, pero tendríamos que decir también de su experien-
Jean-Pierre Sarrazac cia y de su práctica, tanto teórica como artística, es la cuestión
(Traducción del francés de Víctor Viviescas) de la dramaturgia.
¿Qué entendemos cuando hablamos de dramaturgia? ¿Y si
Narraturgia: esta pregunta arrojara no una sino varias respuestas? Es ésta la
dramaturgia de textos narrativos constatación que hace Joseph Danan: el concepto y la prácti-
José Sanchis Sinisterra
ca que conlleva la dramaturgia son plurales. En primer lugar,
porque no es sólo un concepto teórico —sistemático y fijo—
Cómo se comenta una obra de teatro
sino la formulación de una serie de prácticas que se desarrollan
Ensayo de método
José Luis García Barrientos
-
en el teatro —y en otros campos del arte—. En segundo lugar,
porque es un concepto histórico que al historizarse se llena de
Prácticas de lo real contenidos diferentes. La reflexión que estimula y las prácticas
en la escena contemporánea que alienta la dramaturgia son distintas según las miremos en
José A. Sánchez el marco de un teatro mimético de representación —en el que el
teatro se agota en la construcción de la fábula—, o de un teatro
SERIE HISTORIA épico en la senda brechtiana —que antepone el análisis drama-
Actores y compañías en la Nueva España: túrgico a la exploración y surgimiento de la puesta en escena—,
siglos XVI y xvir o en un teatro de la presentación en el que lo que sucede acon-
Maya Ramos Smith tece de manera inmediata entre los individuos que son el actor
y el espectador, sin que haya mediación —o casi no haya— ni
SERIE DRAMATURGIA del personaje, ni de la fábula mimética.
Teatro breve: Los interrogantes sobre la dramaturgia que se plantea
antología para formación actoral Joseph Danan en estos textos son totalmente pertinentes. Las
Varios autores respuestas a las que nos invita, totalmente reveladoras.

Las buenas y las malas palabras:


obras selectas de Perla Szuchmacher
Perla Szuchmacher
ISBN: 978-607 8092 34- 5
-

Bordeando Shakespeare 4A CONACU LTA


Antología •
Mlf Y», f Mal'

Varios autores 1111


9 786078 09234 5

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