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6.

SENTENCIA

La sentencia debe dictarse dentro de los diez días posteriores al informe oral
(artículo 96); si se declara fundada “podrá” declarar la “nulidad con efecto retroactivo,
de las normas impugnadas” (artículo 81).
Si durante el transcurso del proceso la norma es derogada, se presenta el
supuesto de sustracción de la materia. La doctrina señala que “En una tendencia
mayoritaria se mantiene la tesis de la sustracción de la materia con la consecuente
conclusión del proceso sin decisión sobre el fondo por el solo hecho de haberse
abrogado la norma objeto del proceso, (…)” 1. Ello en aplicación supletoria del artículo
321 inciso 1) del Código Procesal Civil (cuando se sustrae la materia del ámbito
jurisdiccional). También se ha declarado la sustracción de la materia cuando se
cuestionaba una norma por no respetar el principio de publicidad y luego era publicada.
La tercer Sala de Derecho Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema así
lo dispuso, pues con “(…) la publicación del texto íntegro del Reglamento en el diario
oficial “El Peruano”, se dio cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 51° y 109° de la
Constitución Política del Perú, y con tal hecho se sustrajo la pretensión del ámbito
jurisdiccional (…)” (Exp. N° 4072-2017 LIMA, 19 de mayo de 2017, considerando 3.12).
Pero ¿qué sucede si se deroga la norma y se dicta una nueva que mantiene
sustancialmente el mismo cuestionamiento? Este tema se planteó en la acción
popular presentada por la Defensoría del Pueblo contra el Reglamento del Registro
Nacional de Grados y Título Universitarios (Resolución de la Asamblea Nacional de
Rectores N° 636-ANR de 20 de junio de 1997), el cual —entre otros vicios de
inconstitucionalidad que presentaba— no había sido publicado. La tercera disposición
del citado reglamento establecía que “En ningún caso las universidades podrán expedir
duplicados de diplomas de grados académicos o títulos profesionales. El interesado
sólo podrá obtener de la respectiva universidad una constancia que acredite haber
optado el grado o título y de la entrega del diploma correspondiente”.
Así, el 31 de mayo de 2002 se interpuso una demanda de acción popular. Al poco
tiempo, la entonces vigente Asamblea Nacional de Rectores publicó en el diario oficial
un nuevo Reglamento del Registro Nacional de Grados y Título Universitarios,
aprobado por Resolución N° 897-2002-ANR, que derogaba al anterior. Sin embargo ,
mantenía la prohibición de expedir duplicados de diplomas de grados académicos o
títulos profesionales y solo permitía emitir fotocopias.
Una interpretación restrictiva hubiera permitido que la sentencia de la Corte
Suprema declare improcedente la demanda por “sustracción de materia” pues la norma
objeto de la demanda había sido derogada. No obstante, la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema, en su sentencia de 7 de abril de 2004
(Exp. N° 2299-2003-Lima), consideró que, al mantenerse el mismo precepto en el
nuevo reglamento, “corresponde pronunciarse sobre la acción popular interpuesta, toda
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MORÓN URBINA Juan Carlos
vez que se trata del mismo presupuesto del reglamento anterior”. Declaró fundada la
demanda. Entendió que se afectaban los principios de reserva de ley y razonabilidad.
Por tanto, declaró inconstitucional el artículo 21 de la Resolución N° 897-2002-ANR
que prohibía la expedición de duplicados de los diplomas de grados y títulos
universitarios, que reemplazó a la Tercera Disposición Transitoria de la Resolución N°
636-97-ANR.
La sentencia dictada en primera instancia por la Sala competente de la Corte
Superior es susceptible de apelación con efectos suspensivos (artículo 93). El código, a
diferencia de los procesos de tutela de derechos, no contempla la actuación inmediata
de la sentencia impugnada, aunque la Sala podría dictar una medida cautelar. Si la
sentencia no es apelada, el expediente deberá elevarse en consulta a la Corte
Suprema (artículo 95). La sentencia dictada por la Corte Suprema se publica en el
diario oficial, sin perjuicio de la notificación a las partes (artículo 96).
No siempre ha sido fácil obtener los cuatro votos conformes para que exista
sentencia. Por ejemplo, cuando se cuestionó el enfoque de género contenido en el
currículo educativo. La Sala Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema
revocó la sentencia apelada de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima (Exp. N° 0011-2017), que declaró fundada en parte la demanda. La sentencia
apelada había declarado nulo el extremo del currículo educativo referido al enfoque de
igualdad de género que consigna “Si bien que aquello que consideramos femenino o
masculino se basa en una diferencia biológica sexual, estas son nociones que vamos
construyendo día a día en nuestras interacciones”.
La Corte Suprema, con los votos de los jueces supremos Wong Abad, Bustamante
Zegarra, Martínez Maraví y Toledo Toribio, revocó la sentencia y declaró infundada la
demanda en todos sus extremos (Exp. N° 23822-2017-Lima). En cambio, los jueces
Walde Jáuregui y Sánchez Melgarejo consideraban que debía confirmarse la sentencia.
Por su parte, la jueza Rueda Fernández y el juez Cartolín Pastor emitieron sentencias
interpretativas que revocaban la apelada.

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