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Personajes
Los personajes de la obra hombres de maíz, son tanto sencillos como algo confusos, al
igual que la obra en sí. A continuación, describimos los personajes más importantes con
sus principales características:
Gaspar Ilóm: Es el cabecilla de las milicias de la India que están dispuestos a demandar
la patria de sus familias, de los productores de maíz, por la vía violenta si es preciso.
Está casado con La Piojosa Grande, que también se traduce como “gran bolsa de papel”,
pero de forma más tradicional como “La gran sucia, una referencia a la Gran Madre
Azteca de la Tierra. Ella desaparece después de que Horn es envenenado.
Tomás Machojóm: Una vez integrante de la banda de Gaspar Ilóm, ahora está casado
con Vaca Manuela, una señora astuta que lo incita a traicionar a su ex dirigente.
Coronel Gonzalo Godoy: El director de las tropas del gobierno que mandó a perseguir
y matar a Gaspar Ilóm y su banda combatiente.
Zacatone: Un boticario que vende el veneno utilizado para matar a Gaspar Ilóm.
Los hermanos Tecún: Son 7 hermanos que se vengan de Zacatone y su familia por
encantar a su abuela en el pasado.
El Curador: También llamado siervo de los 7 fuegos, es un Chamán indio que puede
ocupar la forma de un ciervo, su doble nahual, por voluntad propia. Él sugiere a los
hermanos Tecún cuando su abuela se cae enferma.
Goyo Yic: Un indigente ciego que recobra la vista y se convierte en vendedor errante
para pasear por el mundo en busca de su esposa desertora.
Nicho Aquino: Un repartidor de San Miguel Acatan cuya mujer ha desaparecido sin
dejar pistas.
Hilario Sacayón: El arriero enviado por la gente de San Miguel Acatan para dibujar el
camino del repartidor con el corazón roto. (ver artículo: El Mundo de Sofia)
Resumen
Vuelve luego del amanecer, solo para ver que sus hombres habían sido arruinados por
la juntada. Gaspar se tira al río de nuevo, y los maiceros vuelven a las montañas de Ilom,
sin notar que les ha caído una maldición. Los hechiceros de liebres amarillas que
escoltaron a Gaspar castigan a todos los causantes de la matanza con la muerte antes
de que pasen siete años. Cada uno de ellos, en los capítulos siguientes, son
sancionados. Machojón y su esposa fallecen en el incendio de sus maizales.
Goyo no logra vivir sin ella y busca la ayuda de un botánico que hace que vuelva a ver.
No obstante, él nunca ha visto a María. Por eso, se vuelve mercader de baratijas y viaja
de exhibición en exhibición brindando sus productos a las mujeres para percibir sus
voces y un día, el con esperanza, reconozca así a su esposa perdida. Goyo solicita a
Tatacuatzin, santo patrón de los mercaderes, para que lo guíe en su búsqueda, pero sin
triunfo. Una noche, él ve su sombra a la luz de la luna, y dijo que era como ver la sombra
de una tacuatzina.
La luz de la luna lo convierte de hombre en animal. Se introduce tanto en el bosque como
prófugo que su pellejo se pone negro. Un día es cautivado por las luces y las risas de la
gran exhibición de Santa Cruz de las Cruces. Entonces vuelve al mundo de los hombres
y se junta con un tal Domingo Revolorio y empiezan una venta de licor. Adquieren un
garrafón y se alternan para llevarlo en el lomo a una exhibición lejana. Es un día ardiente
y se cansan rápido.
Comienzan a venderse tragos entre sí, hasta que los dos pierden su autorización y los
meten a la prisión por ofrecer licor sin aprobación. Pasa el tiempo y la gente repite y
resguarda la leyenda del ciego y su mujer fugitiva, María Tecún, glorificándola al referirse
como “tecunas” a todas las mujeres que se van abandonando. Un día la señora de Nicho
Aquino, el repartidor del pueblito de San Miguel de Acatán, desaparece
inesperadamente. Nicho esta desconsolado y se embriaga para olvidarla.
Nicho aprende y luego de revelar sus orígenes, vuelve en sí. Por un instante se convierte
en coyote, su nahual, o animal guardián. Mientras tanto, en San Miguel, la gente de
pueblo se alarma por el cartero y principalmente por sus cartas, que tal vez nunca logren
su destino. Entonces ordenan al arriero, Hilario Sacayón, a buscar a Nicho y orientarlo.
Hilario busca por todos lados y en el camino recapacita sobre la divergencia entre la
realidad y la ficción, pero nunca halla a Nicho.
Aquel cartero acaba quemando las cartas y huyendo a la costa, donde se vuelve
empleado de la dueña de un hotel. Uno de sus trabajos era trasladar a la gente al Castillo
del Puerto, preparado como prisión, donde Goyo Yic está efectuando condena por
ofrecer licor sin permiso. Otra vez han transcurrido varios años. El hijo de Goyo
igualmente cumple una condena en esa cárcel y un día su madre, María Tecún, llega a
visitarlo. Nicho la lleva al lugar y se asombra de que la mujer que conoce como mito
realmente existe.
Los miembros de la familia Yic se reúnen, y cuando el hombre sale libre, todos vuelven
a sembrar la milpa en el Pisigüilito, donde todo empezó. Esta es la culminación de la
historia. El hombre, ciego por un tiempo a las prácticas antiguas que lo atan a la tierra,
vuelve a cultivar la sustancia venerable de la que está hecho. Si se logra entender el
vínculo de las relaciones entre el humano y el ambiente se puede recrear el mundo. La
muerte de Gaspar no es en vano si ha conseguido acabar con los bárbaros (los maiceros)
que imposibilitan a los hombres de maíz llevar a cabo sus trabajos más esenciales.
En el inicio del primer capítulo del libro Hombres de Maíz, a partir de las primeras tres
líneas se puede ver a Gaspar Illóm, según los que dicen las líneas, moviendo su cabeza
en manera de negación. Igualmente, en estas líneas se notan diversas reseñas con la
naturaleza, como la selva, la víbora, las aves, entre otras cosas, esto por el conocimiento
de que los mayas veneran la naturaleza y los dioses que residen en ella.
La historia inicial, llamada «Gaspar Ilóm» concentra su leyenda en la disputa del pueblo
maya y el pueblo malicioso o los “maiceros” como lo llama el escritor. Esta pelea se ha
dispuesto para que Gaspar sea parte de su pueblo, el maíz y la tierra, las cuales, como
se dijo inicialmente, son sacros. Pero los agricultores de maíz cortan los árboles y
devastan la naturaleza para cultivar el maíz con el fin de lograr ganancias. Gaspar,
mirando esta conducta de querer conseguir botines tan buenos con el maíz, inicia una
disputa contra maliciosos para parar esta conducta.
En la riña entre el poblado y los maliciosos, dirigida por el oficial Gonzalo Godoy, la policía
destruye la ciudad de Gaspar, quien, supuestamente humillado, concluye ir al río y
lanzarse en el. Esto, para los individuos es una decepción, pero para Gaspar es un
triunfo, ya que ingresa al mundo de los Dioses Mayas. Este triunfo se consigue, más
tarde, y distintivamente por el hijo que lleva la esposa de Gaspar que retorna a dar su
valor al maíz venerable.
La segunda historia nombrada “Machojón”, narra la historia del hijo de Tomás Machojón,
un personaje distinguido en el cuento que constituye a los indígenas y su mujer, “Vaca
Manuela” Machojón dio veneno a Gaspar Ilóm, en el inicial capítulo de la novela. Cabe
destacar que Vaca Manuela Machojón, es la madrasta y tambien madrina de Machojón.
Contiuando la historia, Machojón, ofreciendo su casa con el propósito de casarse con el
Calendario Reinoso, como lo explica el autor con una representación muy interesante
diciendo:
En el camino, Machajón es chamuscado por las luciérnagas, como condena por el crimen
de su padre y surge en llamas en los maizales, de una forma sarcástica. “Venado de las
Siete Rosas”, la tercera fábula del libro, cuenta la historia de un brujo que guía a Nicho
Aquino, un personaje que es reflexionado como el poseedor de un “nahual” o una
segunda naturaleza constituida en un animal, según la Tradición Maya.
Consecuentemente, el curador posee su doble naturaleza como un “Venado”, como lo
muestra el nombre del capítulo, y según la ilustración maya, el pecado es un emblema
de la desaparición.
El capítulo concluye con la muerte del ciervo, el animal de este curador. En este capítulo,
igualmente describimos la historia de los hermanos Tecún, que poseían el árbol de
venganza de Nana Yaca, que personifica a la Madre Tierra, que posee grillos en el vientre
y solo la muerte de la familia Zacatón, con sus ocho hermanos, puede curarla. Es por
eso que los parientes Tecún asesinan a toda la familia, calmando las desgracias de Nana
Yaca.
La cuarta historia se llama “Coronel Chalo Godoy”, y esta narra la historia del Coronel
del mismo nombre, que rigió una flota, que se destinaba a El Tembladero, un lugar
tenebroso y oscuro. Se le dijo que cuando llegue a un sitio, halle un cajón. Desesperado
por saber qué hay dentro, el Coronel concluye abrirlo tirando de él, y al no lograrlo, lo
alza para destrozarla; Al hacerlo, se sitúa debajo de él un navío indio que, luego de
diferentes amenazas del Coronel, revela que este es el sarcófago del Venado de las
Siete Rosas.
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Un día, Goyo Yic consigue un curador que consiguió quitar su ceguera y ahora logrando
ver con claridad, concluye ir a buscar a su amada María; una situación que es dificultosa
y que nunca se ha visto. Para hallarla, Goyo Yic resuelve hacer un trato con Domingo
Revolorio, con quien vendería licor. De esta manera, un día se embriaga mucho y termina
en la carcel, acabando así la esperanza de Goyo Yic de conseguir hallar a su amada
María.
Se piensa que la Tierra sanciona a Goyo y Domingo por pretender sacar beneficio del
brandy, que proviene de la Tierra, una situación familiar a la Gaspar Ilóm. La historia
concluye con Correo-Coyote, que relata la vida de Nicho Aquino, la persona que lo utiliza
como cartero y que, al igual que el venado, era dominante de su nahual, que en esta
forma era un coyote. Nicho Aquino, en el instante de la entrega de las cartas, se
transformó en coyote y, por lo tanto, fue más eficaz en su trabajo y entregó una gran
suma de cartas en muy poco tiempo.
En un buen día, Nicho Aquino vuelve a su rancho y revela que su esposa lo ha dejado y,
previniendo estas circunstancias, resuelve ir a la ciudad para embriagarse y dejar de lado
el dolor. Un día huye de la ciudad y empieza a trabajar como mensajero en una cárcel,
donde conoce que la historia de Maria Tecun y la familia Yic es real. Podemos concluir
que esta novela aporta mucho al género que pertenece, el realismo mágico, donde este
gran autor consigue unir la realidad con la fantasía, logrando así una de sus obras más
características. Esta novela guatemalteca, contiene diversos elementos mayas y
aborígenes, distintivos de la historia de este país.
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