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Alejandro Grimson

Es doctor en Antropología por la Universidad de Brasilia. Con su libro


Mitomanías argentinas propuso un modo de abordaje crítico del sentido comú n
que tuvo repercusió n incluso en la televisió n. A él le siguió , en colaboració n con
Emilio Tenti Fanfani, Mitomanías de la educació n argentina.

Ha investigado procesos migratorios, zonas de frontera, movimientos


sociales, culturas políticas, identidades e interculturalidad. Después de publicar La
nació n en sus límites, Interculturalidad y comunicació n, y compilaciones como La
cultura en las crisis latinoamericanas, el Estado argentino le otorgó el Premio
Bernardo Houssay.

Los límites de la cultura. Crítica de las teorías de la identidad mereció el


Premio Iberoamericano que concede la Asociació n de Estudios Latinoamericanos.
Ha dictado conferencias y cursos en numerosas universidades del país y del
extranjero. Es investigador del Conicet y profesor del Instituto de Altos Estudios
Sociales de la Universidad Nacional de San Martín.

Resumen:

CRISIS DE LA CULTURA

 una superació n del sentido comú n y del imaginario acerca de quiénes


somos.
 Es un periodo donde se produce una sensació n colectiva de liminalidad, de
algo que ha llegado a su fin o el sentido crucial se torna obsoleto.
 Nunguna crisis econó mica o política implica una crisis cultura

AUTONOMÍA:

Significa que el problema de un grupo o de nació n de una regió n como


Latinoamérica no debe enunciarse desde una supuesta disnyuntiva que para el es
absurda y no lleva mas que a una discusió n teorica:

 Tradició n – modernidad
 Modernidad – posmodernidad
 Esencia – mestizaje

OBJETIVISMO – SUBJETIVISMO

Hay tres grandes perspectivas de las ciencias sociales y de la sociedad y son tres
teorías cronoló gicamente ordenadas

1. Objetivismo
2. Subjetivismo
3. Intersujetivismo configuracional

1. OBJETIVIDAD

Para entender el objetivismo me voy a remitir a la tercera regla del método


socioló gico por el cual explica los hechos sociales para Durkheim:

Regla 3: los objetos de estudio deben ser hechos sociales externos a los
individuos, que ejercen coacció n directa o indirecta sobre el sentir, actuar y pensar,
independientemente de los individuos, agrupando los hechos segú n los caracteres
exteriores comunes.

El autor resalta su gran cantidad de versiones a lo largo del siglo XX y su idea


mas extrema de lo social es la que es entendida a lo social como un ó rgano. A lo
largo de estas tres ú ltimas décadas se ha querido enterrar los errores del
objetivismo en su funció n de sus variantes positivistas, estructuralistas o
funcionalista.

El punto de partida para explicar el objetivismo todo lo vinculado a lo cultural


resulta un obstá culo epistemoló gico difícil de exagerar: ya que el investigador le
seria muy difícil desplegar una ciencia dura, alcanzar la verdad “analizando los
hechos sociales como cosas”.

En este tipo de perspectiva ha tenido su expresió n en el aná lisis cultural. Segú n


ella nuestro planeta alberga diferentes culturas distribuidas en el espacio, cada una
con su relativa homogenidad, sus fronteras má s o menos claras y una identidad
propia.
2. SUBJETIVIDAD

La historicidad, el poder, la subjetividad, la construcció n y la deconstrucció n


abrieron nuevos horizontes o reabrieron perspectivas con extensas tradiciones
que hasta entonces habían quedado desplazadas. Posibilitaron así nuevas
conceptualizaciones y renovados programas de investigació n. El problema teó rico
y político actual puede sintetizarse diciendo que las modalidades dominantes en la
crítica al objetivismo nos han llevado a un callejó n sin salida debido a su
unilateralismo, su banalizació n y su superficialidad. Cabe señ alar que el problema
no surge de las mejores contribuciones del constructivismo o del subjetivismo
sino de su utilizació n parcial y sus pretensiones de agotar los horizontes de la
investigació n social.

A los procesos de reificació n opone la creencia de que só lo podemos construir


ficciones acerca de "los otros"; las clases, las estructuras o el poder. Ante la
absurda negació n de la subjetividad, al terminar de leer un estudio muchas veces
llegamos al extremo de saber má s de la psicología del autor que de lo que éste se
proponía analizar. Así, a través de un nuevo narcisismo característico de la época,
la renuncia al aná lisis social se contrapuso al objetivismo inverosímil. Hay una
serie extensa de sustituciones aná logas: reemplazamos el sujeto sujetado a una
estructura por el individuo libre de constricciones; la sincronía por una
contingencia peligrosamente pró xima a la aleatoriedad; la teleología clá sica por la
teleología del fin de la historia; las concepciones orgá nicas y funcionales de lo
social por otras puramente fragmentarias y fractales; el estudio de la dominació n y
la reproducció n por el de la creatividad del consumidor individual; las ideas
anacró nicas de que lo simbó lico sería un reflejo de lo material por la pretensió n de
que lo simbó lico es una manifestació n ex nihilo.

PROPUESTA DE GIMSON

Esto llevo a Grimson sostiene que el constructivismo está agotado y es


insuficiente para explicar procesos que, si bien fueron (inter)subjetivamente
inventados, una vez cristalizados e incorporados a la prá ctica social, resultan (y
operan como) naturalizados y objetivados. La idea de que “todo es inventado” es
fehaciente, pero invita al fin del aná lisis, descontextualiza la voluntad y
sentimiento de los actores, y no explica las relaciones de poder entre las distintas
invenciones sociales. Asimismo, argumenta que el paradigma posmoderno y su
modelo multiculturalista fueron funcionales al neoliberalismo y contribuyeron a
profundizar la desigualdad en el mundo.

CRITICA A LA CULTURA Y LA NACIÓN

Dice que desde los añ os ochenta se desarrolló una crítica que enfatiza la
circulació n, la permeabilidad y el cará cter borroso de las fronteras e híbrido de las
culturas. Los relatos nacionales de homogeneidad fueron desacreditados, no só lo
por los procesos de globalizació n sino también por las diná micas emergentes
indígenas, afro, mestizas y regionales desde abajo, que repusieron la distancia
entre el territorio jurídico. La cultura en el sentido tradicional y las identidades.

Las críticas a las nociones de cultura o de nació n tenían componentes


teó ricos y políticos muy relevantes. Especialmente, se pusieron en cuestió n todas
las retó ricas homogeneizantes, ya fueran nacionalistas, clasistas o etnicistas. Esa
crítica tenía un sustento empírico, porque la heterogeneidad cultural existente
siempre desestabiliza las perspectivas que postulan una totalidad ordenada.

LA CUESTIÓN DE LA IDENTIDAD

Las relaciones entre identidades cosificadas que se presentan como una


pura objetividad y emanaciones de una voluntad propia, independiente de los
seres humanos clasificados y de las relaciones sociales en las cuales ellos está n
insertos, son vínculos entre las personas que las constituyen en su prá ctica y que
son constituidas en las prá cticas de otros, intersubjctivamente.
Es decir la identidad

 Son externa al individuo y tiene volutad propia.


 Se presentan como pura objetividad
 Las relaciones sociales en las cuales ellos está n insertos, son vínculos entre
las personas que las constituyen en su prá ctica y que son constituidas en las
prá cticas de otros, intersubjctivamente.
Ejemplo:

En este caso el vínculo se produce entre los integrantes de un colectivo y una


palabra, una bandera, una canció n... u once varones que corren detrá s de una
pelota sobre el césped. Ese pañ o, esa mú sica o esas personas son el símbolo del
barrio, de la patria, de la nació n. Esos símbolos son la comunidad misma que,
reificada y elevada por encima de los individuos, es celebrada (o llorada) por sus
miembros.

SEDIMENTOS Y CONFIGURACIONES

El pensamiento social atravesó un mismo debate bajo mú ltiples títulos y


modalidades: la polémica sobre la relevancia de la acció n humana y de las
estructuras sociales en la determinació n del curso de los acontecimientos.

Hace ya tiempo que numerosos teó ricos sociales (desde Norbert Elías hasta
Pierre Bourdieu o Anthony Giddens) han formulado propuestas para superar el
dualismo objetivismo/subjetivismo. Los intentos má s productivos no han buscado
establecer el justo medio, mezclando términos e ideas de unas y otras vertientes,
sino construir una concepció n superadora.

La construcció n teó rica está totalmente ligada a redes de relaciones de


desigualdad sedimentadas, no só lo de clase y de raza sino también de género,
etnicidad, generació n, nacionalidad. Si los seres humanos hacen historia en
circunstancias que existen y con las que se encuentran, esas redes estructuradas
forman parte de las "circunstancias no elegidas" que siempre son, en parte, historia
hecha previamente por otros seres humanos. Es decir las sociedades en época
donde no tienen crisis actú an con el sentido comú n, cuando se encuentran en una
situació n crítica nace la necesidad de dar respuesta racionales y con fundamentos
teó ricos má s complejos.

NARRATIVAS POSMODERNAS:

Hay dos maneras opuestas de leer las modas posmodernas:

 Como una tergiversació n o un retroceso respecto del idealismo clá sico,


 como una reacció n a un problema real de las teorías previas, las teleologías,
el objetivismo extremo, la ausencia de historicidad.

Si bien el giro posmoderno quiso ser una respuesta a problemas teó ricos reales,
no ha dejado de producir nuevos problemas y dificultades de comprensió n.

Uno de los problemas de los intentos subjetivistas por rebatir el objetivismo y


de las bú squedas de síntesis entre objetivismo y subjetivismo es que generalmente
buscan establecer una relació n determinable entre sujeto y estructura.

El cambio epistemoló gico se produce al abandonar la pretensió n de una


respuesta trascenden te a la pregunta por la relació n entre sujeto y estructura, al
asumir que la respuesta es casuística. Creo que uno de los grandes desafíos
teó ricos de los añ os venideros consistirá justamente en precisar hasta dó nde
debemos llevar la elaboració n teó rica y dó nde comienza el terreno de lo
estrictamente casuístico. El abandono de las generalizaciones vacías, lejos de
afectar só lo ciertas formulaciones clá sicas, barrerá gran parte de las retó ricas y
modas teó ricas actuales.

La paradoja del discurso posmoderno es, después de haber anunciado que


las narrativas habían llegado a su fin, haberse convertido en el "ú ltimo gran relato".
Como tal, estructuró una narrativa teó rica que impactó sobre las ciencias sociales a
través de programas de investigació n que buscaban, mediante mecanismos
mú ltiples, desmantelar los conceptos de la modernidad: clase, nació n, dominació n
y muchos otros.

BANALIZACIONES:

1. Hay tendencias teó ricas actuales que habilitan a la degradació n analítica en


funciones de modas o performance.
2. Existe una gran degradació n e desinterés en los conceptos centrales
3. Hay un gran desprecio por las grandes producciones teó ricas, todas deben
fundarse en objetos ya definidos
4. Existe una gran necesidad de simplificar el mundo en vez de
problematizarlo y entenderlo.
LA CULTURA ES CONSTITUTIVA

 Marx: Las visiones má s sustancialistas tuvieron su capítulo específico en los


marxismos, al concentrarse en el aná lisis de las contradicciones entre el
desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producció n, y en
los modos de dominació n, presuponiendo una efectividad bastante lineal,
casi en los términos de un materialismo mecanicista.

 Evans-Pritchard (1997). Nuestra sociedad se encuentra separada de las


sociedades tradicionales por una revolució n en los valores que se produjo
con el transcurso de los siglos en Occidente. No se trata, entonces, de insistir
con la pregunta etnocéntrica de por qué las otras civilizaciones no
alcanzaron un desarrollo científico de tal o cual magnitud, sino de invertir la
cuestió n para comprender có mo y por qué se ha desarrollado esa ideología
en nuestra sociedad.

 Dumont designa como "ideología" refiere a ciertos valores cruciales de lo


que aquí entendemos como "configuració n cultural". La sociedad liberal
moderna pone énfasis en el individuo, la igualdad y la libertad, como
asimismo en la economía. "La sociedad liberal es quizá s esencialmen te una
sociedad que permite al individualismo del homo economicus reinar sin
ninguna carga, o con el menor peso posible"

 Raymond Williams criticó agudamente la larga tradició n filosó fica


occidental que separa en esferas los dominios de la vida social, Fue la
modernidad la que inventó la economía como un dominio separado de lo
político y lo cultural. Esa creació n de esferas separadas terminaría
debatiendo el predominio de una esfera sobre la otra: es decir, si la
economía determina la cultura o la cultura determina la economía, y así
sucesivamente. En ese debate continú an siendo dominios distintivos,
esferas separadas. Pero Williams interviene contra esa tradició n
recordando que la formulació n de Marx -acerca del hombre que se hace a sí
mismo al producir sus medios de vida- llevaba a pensar el proceso social de
manera integral. La cultura no es relevante porque sea una esfera; es
relevante porque no existe ningú n proceso social que carezca de
significació n.

CONFIGURACIÓN Y HEGEMONíA

 El mundo en el que vivimos está profundamente esferizado. Por eso resulta


tan dificil estudiarlo sin una teoría sustentada en esas esferas, teoría que es
hablada por ese mundo real má s que lo que contribuye a comprenderlo en
su contingencia. Si hacemos lo que propone Dipesh Chakrabarty (2008). si
provincialismos Europa, advertiremos que los modelos universales son
utó picos por Cuanto no tienen un lugar real, de real-izació n. En ese sentido,
nos desplazaremos desde el espacio de la normatividad abstracta hacia el
espacio de la comprensió n del funcionamiento de la hegemonía en cada
caso. Es decir, comprenderemos que la política, en tanto constitució n del
poder social y su institucionalizació n, es parte decisiva de las
configuraciones culturales.

 "Provincializar Europa" va má s allá como proyecto teó rico, dado que


propone comprender la radical contextualidad de las categorías y los
conceptos propuestos. Esto no remite a un nativismo teó rico ni a una forma
cualquiera de parroquialismo, sino a la convicció n de que existen fuertes y
tradicionales cosmopolitismos periféricos que requieren acentuar la crítica
al eurocentrismo y a la colonialidad del saber (Quijano, 2000) para
comprender su propia situacionalidad.

 Se debe entender a la hegemonía es la producció n de sentidos comunes y la


subalterizacion de naturalizados. Es un proceso diná mico, histó rico, con
brechas abiertas desde abajo.
 Esto no impide que funcionen como dominios separados en la vida social,
como señ ala el autor: “lo que se ha fabricado existe. Pero lo que ha
sedimentado también puede ser intencionalmente socavado y puesto en
cuestió n”. Analizar una configuració n cultural desde las articulaciones que
la hicieron posible, permite comprender su contingencia y pensarla como
un proceso de constitució n de hegemonía

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