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La acetona fue descubierta por los alquimistas durante la Edad Media.

En 1836, su
estructura química fue determinada por los químicos Jean Baptiste Dumas y Justus von
Leibig.

Durante el siglo XIX la acetona era producida por destilación de madera. El proceso
consiste en calentar la madera en un recipiente cerrado y recoger los líquidos y gases
producidos. Los gases pueden condensarse para obtener ciertos productos químicos. Una
tonelada de madera seca tratada produce 3 litros de acetona.

Posteriormente los procesos de manufactura de la acetona estaban basados en la


descomposición térmica del acetato de calcio. Hacia finales del siglo XIX la obtención de
acetona era por medio de la destilación seca de sales del ácido acético fundamentalmente
acetato de calcio.

A comienzos del siglo XX, con el inicio de la Primera Guerra Mundial y el uso de la
acetona como disolvente de una mezcla de pólvora, se produjo una escasez. Un científico
ruso, Jaim Weizmann estaba trabajando en un proceso de fermentación del almidón
provocado por bacterias y aisló una bacteria, bautizada como Clostridium acetobutylicum,
que daba lugar a una mezcla de acetona, butanol y etanol en proporciones 3:6:1. Con
el proceso ABE, se pudieron obtener a lo largo de la guerra unas 30.000 toneladas de
acetona.

Tras la Segunda Guerra Mundial, surge un método a partir del propileno, obtenido del
craqueo del petróleo. Con la adición de ácido sulfúrico al propileno se obtiene sulfato de
ácido de isopropilo. Posteriormente mediante hidrólisis se produce alcohol isopropílico.
Finalmente mediante oxidación, o deshidrogenación, en presencia de catalizadores
metálicos, como el cobre, a temperaturas entre 300-400 ºC se transforma el ácido en
acetona.

Hacia finales de 1950 surge el método de Hooke. El proceso se puede dividir en dos etapas,
una primera etapa de oxidación en la que el cumeno reacciona con oxígeno para dar
hidroperóxido de cumeno (HPC), y otra etapa de escisión en un medio ácido, en la que el
HPC se divide en fenol y acetona.

El método del Ácido Acético atribuido a Squibb en 1986, consiste en una descomposición
catalítica de ácido acético con catalizadores como carbón de madera, alúmina a 340-400 ºC,
óxidos de torio y uranio, cobre a 390-410 ºC, óxidos y polvos de zinc; que proporcionan
selectividad a la reacción principal.

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