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“ARTÍCULO 177.

- FORMAS AGRAVADAS
En cualquiera de los casos de los artículos 170, 171, 172, 174, 175, 176 y 176-A:
1. Si el agente procedió con crueldad, alevosía o para degradar a la víctima, la pena
privativa de libertad se incrementa en cinco años en los extremos mínimo y máximo en
el respectivo delito.
2. Si los actos producen lesión grave en la víctima y el agente pudo prever ese
resultado, la pena privativa de libertad será no menor de treinta ni mayor de treinta y
cinco años.
3. Si los actos causan la muerte de la víctima y el agente pudo prever ese resultado, la
pena será de cadena perpetua.
En los casos de los delitos previstos en los artículos 171, 172, 174, 176 y 176-A la
pena se incrementa en cinco años en sus extremos mínimo y máximo si concurre
cualquiera de las circunstancias establecidas en el artículo 170, segundo párrafo.
Si el agente registra cualquiera de las conductas previstas en los artículos 170, 171,
172, 174, 175, 176 y 176-A mediante cualquier medio visual, auditivo o audiovisual o la
transmite mediante cualquier tecnología de la información o comunicación, la pena se
incrementa en cinco años en los extremos mínimo y máximo aplicable al delito
registrado o transmitido.”
AGRAVANTES DE LOS DELITOS: Estas circunstancias agravantes se encuentran
glosadas en el artículo 177 del Código Penal, que luego de la modificación producida
por efectos de la Ley N ° 30838, su redacción normativa es la siguiente: Art 177. - *En
los casos comprendidos en este capítulo, el ju e z penal debe resolver, de oficio o a
petición de parte, sobre la obligación alimentaria a la prole que resulte, aplicando las
normas respectivas. L a obligación alimentaria a que se hace referencia en el primer
párrafo compréndelo necesario para el sustento, habitación, vestido, educación,
instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica y psicológica, y recreación
del niño o del adolescente y, del mismo modo, los gastos del embarazo de la madre,
desde la concepción hasta la etapa de postparto. L a decisión del juez respecto de la
obligación alimentaria comprende la asignación anticipada de alimentos durante la
investigación fiscal, así como la fijación de la obligación de prestar alimentos inclusive
antes de la sentencia atendiendo al material probatorio disponible.
1. LÍNEAS PREVIAS.- Con la modificatoria efectuada por la Ley N° 26293, quedó
excluido al artículo 173° de la circunstancia agravante in examine. Esta
exclusión se debe a que mediante la misma citada ley se incorporó el artículo
173°-A, que comprende normativamente la figura preterintencional del artículo
173° (violación de menores). En lo referente a la penalidad imponible, ésta se
incrementa a una pena no mayor de veinte y cinco años en el caso que se
produzca la muerte de la víctima o le produzcan lesión grave y, en el caso que
el agente actué con una crueldad manifiesta se ha incrementado
sustancialmente la penalidad a una pena no mayor de veinte años. El
legislador hace gala de una política criminal disfuncional al equiparar la
producción de la muerte a la de lesión grave, criminalizando ambas conductas
con la misma penalidad; como si el desvalor de! resultado, en cuanto al grado
de antijuridicidad material fuese el mismo, de común idea con el principio de
lesividad u ofensividad. Ambos resultados antijurídicos revelan definitivamente
una valoración jurídico-penal significativamente diferenciada, tanto en el
desvalor del acto como en el desvalor de! resultado. Además, sería arbitrario
condenar al autor de este delito a una pena de veinte y cinco años, cuando el
artículo 121° (lesiones graves) prevé una pena no mayor de ocho años, si es
que aplicáramos como es correcto un concurso ideal de delitos. Empero, debe
subrayarse lo siguiente: las orientación política criminal del legislador en los
últimos años, ha incidido de forma particular en el marco de los delitos
sexuales, patrimoniales y otros, que tienen un correlato sociológico, pues
hechos criminales acontecidos en el país, fueron generando coyunturas de
conmoción pública, que a su vez fueron determinado una manifiesta corriente
neocriminalizadora, a partir de la exasperación de los marcos penales y la
incorporación de nuevas circunstancias agravantes, concretadas en los injustos
de robo agravado, secuestro, extorsión y violación a la libertad e intangibilidad
sexual; dejando de lado a los delitos que la vida humana, esto es, los delitos de
homicidio y sus derivados. Corriente punitivista, que se inició de forma marcada
con la dación de los denominados “delitos agravados” Lo que supone en otras
palabras, dejar de lado el criterio de jerarquización del bien jurídico tutelado,
pues nuestro ordenamiento jurídico-constitucional conforme con los Sistemas
Jurídicos del Derecho, Comparado, la vida es el principal y primer valor en el
compendio de derechos fundamentales, tal como se desprende del artículo 1o
de nuestra Ley Fundamental. Por consiguiente, resulta ahora, que la libertad e
intangibilidad sexual reciben una protección penal más intensa en comparación
con la vida humana, lo que desencadena una vulneración a los principios de
proporcionalita, lesividad y culpabilidad. Por lo expuesto, acudir en este caso a
un concurso ideal de delitos, puede significar político criminalmente
insatisfactorio, en cuanto al recibimiento de una pena no adecuada a la
magnitud del evento antijurídico. Ahora bien, debe hacerse otra precisión, las
figuras preterintencionales suponen un dolo del autor dirigido a la producción
de un determinado resultado, donde se produce otro no abarcado por la esfera
cognitiva, pero previsible según los factores concomitantes del caso concreto;
quiere decir esto, que las lesiones como resultado típico, son imputables a
título de culpa; entonces, si el factor final del autor comprendía dolo directo en
cuanto a la violación sexual {acceso camal) y también dolo eventual con
respecto a las lesiones graves, no podrá imputarse delictivamente este injusto
preterintencional, por la ausencia de culpa con respecto a dicho resultado.
Pues por ejemplo, si la muerte de la víctima, se ejecutó a fin de ocultar y/o
facilitar el delito sexual (acceso carnal), será constitutiva la conducta del tipo
penal del artículo 108°; en mi opinión no implica un concurso aparente de
normas, pues el acceso camal con violencia no se encuentra ni subsumido ni
consumido en el tipo penal antes mencionado, por lo que configura un
concurso ideal de delitos, que al ser penado con el delito más grave, al margen
de la modificatoria producida por la Ley N° 28726, puede significar la
imposición de una pena menos grave que la determinada por el artículo 177°.
Con todo, este y otros ejemplos, pueden dar lugar a respuestas punitivas
sustancialmente diferenciadas, con respecto a las figuras del concurso ideal de
delitos y la figura preterintencional in examine, todo ello obedece a una política
penal del legislador, levada a más por el oportunismo político y el utilitarismo,
de espaldas a las principios a los legitimadores del ius puniendi estatal.
Finalmente, con la dación de la Ley N° 30838, se pretende dar una mayor
especificidad legal, a las atribuciones y facultades que debe ejercer el juez
penal en el marco de un proceso penal sexual, entendiéndose la tutela legal y
jurídica que se quiere dar a la prole.
2. CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES.- Las infracciones descritas en los
artículos 170°,171°, 172°, 174°, 175°, 176° y 176°-A, del Código Penal se
consideran circunstancias agravadas tanto cuando se produce la muerte de la
víctima o se produce lesión grave, o cuando el autor procedió con crueldad al
momento de dar concreción a la realización típica En base a lo sustentado,
pasaremos a analizar los siguientes supuestos de agravación:

2.1. Muerte o lesión grave.- Se trata de circunstancias objetivas


cualificadas por el resultado. La muerte y la lesión grave no deben estar
contenidos en la esfera volitiva del autor, es decir, no deben ser queridos ni
asentidos por el agente, aunque deben ser previsibles. De no ser así se
configuraría otra figura delictiva. Claro está, sin olvidarse, naturalmente, de
la concurrencia material (lesiones y homicidio) con la violencia. Basta
-como señala S oler- pues, que entre la acción del agente y el evento
ulterior exista relación de producción meramente culposa. Aclarando más
este punto, diremos con Ernesto Uré: que el elemento diferencial entre el
homicidio para consumar la violación y la violación seguida de muerte
radica objetivamente en que aquél se viola matando y, en esta otra figura
se viola y luego la víctima muere; y subjetivamente, en que en aquél se
tiene conciencia y voluntad de violar, mientras que en éste, sólo se requiere
la violación y la muerte acaece como un resultado que califica el delito,
resultado no querido por el agente. Por lesión grave debe entenderse las
lesiones no presupuestas en el delito de violación. En consecuencia, las
equimosis, desgarradura de la vagina, contusiones internas, etc., forman
parte del acto propio de la violación. La desfloración naturalmente, como
acto necesario no delinea una circunstancia grave. Más aun considerando
que puede haber coito sin ruptura himenal y ruptura sin que haya habido
acceso carnal. Es evidente escribe Manzini que la desfloración no debe
considerarse lesión personal respecto del delito en examen, porque es un
hecho necesario para consumar la completa conjunción carnal con una
mujer virgen. La laceración del himen, es pues, un elemento constitutivo
eventual del delito, de modo que, con razón no es posible juzgarlo como
delito concurrente o circunstancia agravante. En principio, la hemorragia
desencadenante de la desfloración, se reputa como un elemento
constitutivo de la violación, pero hay casos en que por incontenible, puede
causar un daño e, inclusive, la muerte de la víctima. La realidad muestra
casos de profundos y duraderos traumas psíquicos con ocasión de una
violación e, igualmente, hay emociones capaces de provocar inhibiciones
cardiovasculares y susceptibilidad de producir la muerte en personas
predispuestas; situaciones, evidentemente, de indudable irrelevancia en el
ámbito jurídico-penal.
2.2. Actos de crueldad.- Existen ciertos individuos que sólo satisfacen su
apetito sexual a través de actos vejatorios que producen intensos
padecimientos en la persona de la víctima. Es una manifestación sádica
que acusa una patología activa de graves consecuencias para la salud de
la ofendida; la ley penal reprime estos actos, mezcla de placer y crueldad,
porque son capaces de provocar perturbaciones físicas y psicológicas a la
víctima de efectos realmente considerables. El elemento subjetivo del
injusto debe de cubrir todo el ámbito de la descripción típica, debe saber
que está realizando una ejecución delictiva inhumana, de crear dolores
innecesarios a la víctima; mientras que el resultado no querido, en el marco
del delito preterintencional, lesiones graves y/o la muerte de la víctima, no
están cubiertos por la esfera subjetiva del injusto, pues dicho resultado
importa la punición a título de imprudencia, en cuanto a la previsible del
resultado. Los actos de gran crueldad aumentan deliberada e
inhumanamente el sufrimiento de la víctima, causando a ésta sufrimientos
innecesarios en la ejecución material del delito, quiere decir esto, que la
realización de dichos actos no eran imprescindibles para eliminar los
obstáculos, para vencer la resistencia de la víctima. Ello quiere decir, que el
agente delictivo no necesita realizar tales actos aberrantes para llegar a la
perfección del tipo, sino, lo ejecuta con un ánimo de sadismo que colma o
satisface aún más sus propósitos delictivos.

3. EFECTOS DE LA MODIFICACIÓN GENERADA POR LA LEY N° 28704.- En


el ámbito estrictamente normativo, se advierte sólo que el artículo 172° -por la
especial condición de la víctima- merece un apartado aparte y una dosimetría
penal diversificada. Por otro lado, se incorpora el artículo 176°-A (actos contra
el pudor en menores). No hacemos mayor objeción sobre esta forma
agravante, pero debemos formularnos una reflexión, con respecto al artículo
175° que tipifica el delito de Seducción. Como sabemos este tipo penal reprime
aquella conducta que se manifiesta en el acceso camal que él agente realiza
sobre una víctima mayor de 14 y menor de 18 años, mediando “engaño”, es
decir, no media ni violencia física ni amenaza psicológica. Por consiguiente, no
entendemos de qué forma puede sobrevenir la muerte o la producción de
lesiones graves, a menos que se trate de una relación sexual sado-masoquista.
O es que el incumplimiento de la promesa de matrimonio puede llevar a la
locura a la agraviada y/o agraviado. Sin duda, la intención por cerrar ámbitos
de impunidad, lleva al legislador a estas incoherencias. La pretensión punitivita
del legislador, en vez de desencadenar la finalidad de lo único que va a
provocar es la producción de resoluciones judiciales abiertamente arbitrarias e
irresolublemente irracionales. Por el lado del artículo 176°-A, al no mediar
tampoco violencia física o amenaza psicológica, pensamos que en el ámbito
táctico, sólo es posible la acusación de lesiones graves entendida desde una
dimensión psíquica, pues, unos tocamientos indebidos no poseen la virtualidad
como para poder desencadenar la muerte de una persona, pues, si se utilizan
objetos y éstos se introducen en una de las vías descritas en el tipo base, se
configura el tipo del artículo 173°. Claro está, que si la realización de los
tocamientos indebidos sobre el menor se producen mediando violencia, no
podría descartarse el resultado “muerte”. De presentarse las circunstancias
agravantes mencionadas, con respecto al artículo 172° - violación de persona
en incapacidad de resistencia, la pena privativa de libertad será
respectivamente no menor de 30 años, ni menor de 25 ni mayor de 30 años
para el supuesto contemplado en el primer párrafo (suponemos del artículo
172°); y de cadena perpetua y no menor de 30 años, para el supuesto
contemplado en el segundo párrafo - cuando el autor comete el delito
abusando de su profesión, ciencia u oficio.

4. MODIFICACIÓN VÍA LA LEY N° 29194.- Las modificaciones que pueden ser


objeto los delitos comprendidos en la Parte Especial del C.P. no sólo pueden
proceder de forma directa, cuando el legislador emprende una determinada
reforma penal, sino también como consecuencia de la sanción de normativas
que en principio toman lugar en otros ámbitos del Derecho penal, cuya puesta
en escena repercute muchas veces en las normas inherentes al derecho
punitivo. El Derecho de familia, constituye una parcela de especial relevancia
en el marco del Derecho civil, al involucrar intereses jurídicos que trascienden
una esfera estrictamente privada; en el sentido de que las relaciones que
acontecen en el seno familiar, requieren de una protección particular por parte
del Estado, sobre todo cuando se trata de aquellos individuos más indefensos,
sometidos a un estado de «vulnerabilidad», en vista de que aún no han
alcanzado un desarrollo genésico que les permita auto-gestionar sus
necesidades más elementales. El impúber, con mayor énfasis es objeto de una
mayor por parte de la política social y jurídica, que se ha traducido en la
plasmación de un Código de los Niños y los Adolescentes - Ley N° 27337;
habiéndose dispuesto de forma taxativa en el artículo II del Título Preliminar de
dicha codificación, que el niño y el adolescente son sujetos de derechos,
libertades y de protección específica. Mientras que en el artículo IX, se ha
previsto que toda medida concerniente al niños y al adolescente, que adopte el
Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de! Ministerio
Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás
instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará el principio
del Interés Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos.
Quiere decir esto, que toda acción estatal, que se promueve a partir de las
instancias públicas, con ello de efectos normativos, ha de ser concatenado con
dicho interés superior, lo que de cierta manera ha de advertirse en el caso de la
Ley N° 29194, pero vayamos a ver si las modificatorias en cuestión se ajustan
a las instituciones jurídico-penales.

5. TIPO SUBJETIVO.- La figura preterintencional posee una mixtura de dolo con


culpa. Es decir, un delito inicial doloso y un resultado más grave imputable a
título de culpa (negligencia, impericia, etc.), previsto por el agente, pero, no
querido por él*20S>, no abarcado, entonces, por las dimensiones cognitivas y
volitivas del dolo. Debe de haber un nexo de causalidad entre el resultado más
grave sobrevenido y la conducta realizada por el agente. El resultado debe ser
consecuencia de dicha conducta, mas no a efectos de la incidencia de factores
externos, no previsibles y cognoscibles por el autor, en otras palabras, de
cursos causales hipotéticos que no resultan imputables ai autor por
consideraciones normativas que se desprenden de los elementos que se
compaginan de la moderna teoría de la imputación objetiva. La previsión que
hace alusión el tipo la interpretamos como culpa consciente (con
representación). El agente se representa como posible la causación del
resultado; muerte o lesión grave, pero confía en poder evitarlo; distinto lo que
ocurre cuando el autor decididamente acepta la posibilidad de la causación del
resultado y es lo que se denomina dolo eventual*206’, es decir, en la culpa con
representación al autor se le presenta un error en la efectiva virtualidad del
peligro no permitido generado por su conducta o confía ciegamente en poder
evitar su concreción lesiva.

6. CONSUMACIÓN.- En cuanto al momento de realización típica, al constituir la


figura in examine: un delito preterintencional, no es admisible una forma
imperfecta ejecución, en la medida que el resultado más grave producido es
imputable a título de culpa, por tanto, la doctrina penal es unánime al
considerar que la punibilidad del injusto imprudente está condicionado a un
resultado determinado. Si no se produjo la muerte o se infringieron lesiones
graves en la víctima, simplemente la conducta es penalizada según los
alcances normativos de los tipos penales que glosa el artículo 177°.

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